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PROYECTO DON BOSCO

FICHAS:

“COMUNIDADES SDB”
CONTENIDO

FICHA 1 “Don Bosco y su contexto”

FICHA 2 “Dejen que los niños vengan a mí

FICHA 3 “Los vínculos en san Juan Bosco”

FICHA 4 “Hecho para los jóvenes”

FICHA 5 “Don Bosco un comunicador entusiasta”

FICHA 6 “Don Bosco carga con la cruz”

FICHA 7“ Cuando me asalte el temor, recuérdame que estás junto a mí”


- Momentos de Crisis para Don Bosco-

FICHA 8 “Don Bosco y el Oratorio”

FICHA 9 “El viento que todo empuja…”


Don Bosco y los Jóvenes: Génesis de la Congregación Salesiana

FICHA 10 “RETIRO: Al reparo de las opciones”


Ficha 1
Don Bosco y su contexto
Gianfranco Brandi sdb

Motivación
Te invito a leer una parte de la historia de Don Bosco en donde su situación social lo
fue marcando en su historia personal; momento de profundo dolores pero de gran
presencia de Dios…

Descripción y Análisis.
Encontrarse con:
Don Bosco, una biografía nueva por Teresio Bosco

1849, año espinoso y estéril


"El año 1849 fue un año espinoso y estéril, escribe don Bosco, aunque es verdad que costó
grandes fatigas y enormes sacrificios". Para él comenzó con una triste noticia familiar. El 18 de
enero moría, casi de repente, su hermano Antonio. Sólo tenía cuarenta y un años.
Últimamente iba a menudo al oratorio, para ver a mamá Margarita y a su hermano. Hablaban
de las malas cosechas, de los impuestos elevados con que el gobierno exprimía el jugo a los
campesinos, para financiar la guerra. Traía noticias de los siete hijos que Dios le había dado. El
penúltimo, Nicolás, voló al cielo, a las pocas horas de nacer, pero los otros parecía que crecían
bien. Los años, la vida, habían acercado de nuevo a los hermanos. Los días del hielo entre
ambos, quedaban muy lejos.

"A punto de tomarles por mi cuenta"

El primero de febrero, Carlos Alberto inauguró la Cámara salida de las elecciones. La fuerte
mayoría de izquierdas le escuchó en hostil silencio. Por las calles se empezó a gritar: "Viva la
guerra” ¡Abajo los curas! ¡Viva la república!". En los diarios, aparecían caricaturas obscenas de
Pío IX "el judas de Italia". Don Bosco salió en el periódico Il Rschietto, tratado con pesado
humorismo. Se le llamaba "el Santo", "el taumaturgo de Valdocco".

Bandadas de granujas volvieron a las pedreas contra la casa Pinardi (que don Bosco ya
había alquilado del todo). Cuando don Bosco tenía que salir de casa, se hacía acompañar de
Brosio el "bersagliere", que recordaba: "Al pasar por la avenida que ahora se llama Regina
Margherita
, siempre había tina turba de pequeños barrabases que insultaban a don Bosco, lanzaban
insultos poco decentes o cantaban cancioncillas asquerosas. Un día es punto de tomarles por
mi cuenta. Pero don Bosco me detuvo, acercarse a uno de ellos, compró fruta a una
vendedora que te puesto allí cerca y se la regaló a "sus amigos", como él les llamaba.
Todavía la guerra

Mientras tanto, Turín respira todavía aires de guerra. La izquierda democrática, dueña de la
situación, empuja a la continuación de la guerra. 12 de marzo. "Denunciado" el armisticio. La
guerra estallará días más tarde. Setenta y cinco mil hombres se presentan frontera. El rey
parte para Alessandria. Pero, esta vez, falta entusiasmo a los soldados. El regimiento de
Saboya se niega a la marcha. Hay muchos desertores. Algunos son fusilados.

En Lombardía, Radetzky impone a sus soldados una nueva orden: "¡A Turín!". 23 de marzo.
En un frente de cuatro kilómetros arde en llamas la "batalla de Novara". La Bicocca, centro
de violentas luchas cuerpo a cuerpo, se pierde y se vuelve a tomar varias veces. Episodios de
auténtico heroísmo. En un contra-asalto, a la bayoneta calada, muere el general Passalacqua.
El general Perrone, ex-primer Ministro herido de muerte, hace que le lleven en brazos hasta
el rey saludarle. Al atardecer, sin embargo, todo ha terminado. La artillería de Radetzky, más
poderosa, ha liquidado la partida. El general Durando contará que tuvo que tomar del brazo
a Carlos Albe sacarlo de la refriega.

La batalla y la guerra están perdidas. Llega la noche y llega el caos. Desde Novara a
Oleggio, a Momo hay un atasco de carros de combate abandonados. Los soldados dispersos
marchan a la desbandada por todos los caminos, sin mandos y sin armas. Y gritan "¡Vámonos
a casa! ¡Que pague Pío IX, que paguen los ricos, paguen los que quieren la guerra, nosotros
nos vamos a casa!". A la una de la noche, Carlos Alberto abdica. Con un capote de viaje sobre
los hombros, sale de Novara en una calesa, y parte al destierro en medio de aquel caos.

Se busca al nuevo rey, durante cuatro horas, por todo el campamento. Radetzky, apenas se
anuncia la abdicación, concede seis horas de tregua. El joven y trastornado Víctor Manuel, con
la barba desaliña, y los ojos caídos de cansancio, se encuentra con el mariscal austriaco en el
patio de una alquería. Pide no pongan sobre sus hombros condiciones imposibles, porque
entonces también él tendrá que irse, y dejar Piamente en manos de los revolucionarios. Al
salir, el anciano soldado austriaco (de ochenta y dos años) murmura al general Hess: "¡Pobre
muchacho!".

El último trozo de libertad

Pero el más desgraciado de todos, en aquel momento, es el País. La situación de Turín es


tensa. Cuando se llega a saber que los austriacos exigen doscientos millones, como
indemnización de daños, y que ocuparán Alessandria, se desencadena la "oposición
democrática". Se habla abiertamente de república. Se pide la continuación de la guerra hasta
el último trance. Génova se subleva.

El joven rey llega a Turín. Quiere "echar a puntapiés" a los diputados, pero se lo piensa
antes. Génova se acalla a cañonazos. Máximo D' Azeglio es nombrado Primer Ministro. El 6 de
agosto se firma la paz. En un tira y afloja dramático, aceptan los austriacos abandonar los
territorios ocupados, Alessandria comprendida, y reducir la indemnización a setenta y cinco
millones.

Pocas brasas quedan del incendio de 1848. Los combatientes que habían luchado juntos en
las barricadas de primavera, han sido derrotados. Los patriotas que exigían la independencia
han enmudecido frente a la artillería austriaca. Los obreros han vuelto a la dura jornada de las
doce horas. Las Constituciones liberales han sido abrogadas casi por todas partes. Solamente
en Piamonte permanece el estatuto.
Y, sin embargo, este trozo de libertad parecerá muy importante: toda Italia se unirá en
derredor de Piamonte. El resto de la semilla de libertad y de igualdad, dispersada en medio
del aluvión de la represión, germinará lentamente al pasar de los años. Durante esos meses,
aumenta la población de Turín con decenas de millares de prófugos. La vida se hace difícil.
Suben sin medida los alquileres y bajan los salarios.

Reconocer la invitación de:


El ejemplo de Don Bosco, ¿de qué modo me ayuda para comprender las situaciones
de mi contexto?
De que forma percibo las problemáticas sociales de los jóvenes
De que forma llego a percibir la presencia de Cristo en las problemáticas del contexto
en el que estoy
¿Cómo vivo mi compromiso con los problemas sociales?

Discernimiento

Te proponemos en este mes que con tu comunidad puedan debatir y/o reflexionar las
diferentes problemáticas sociales que van surgiendo en tu contexto en el que estas inserto.

Texto bíblico:

2 R 24, 10-17
2 Cro 36, 11-21
Sal 137

Constituciones:

Const. 7, 119, 196

Oración:

Señor, que al llamarnos a servirte en


nuestros hermanos, nos pides ser
íntimamente solidarios con aquellos a
quienes nos envías, haz que compartamos
con sinceridad las esperanzas y las
angustias de los hombres de nuestro
tiempo, y que acojamos con corazón
abierto los valores de las culturas donde
nos colocas, respondiendo sinceramente a
las necesidades de los jóvenes pobres,
para que, estando en el mundo sin ser de
él, colaboremos a llevarlo a la novedad de
tu justicia y de tu amor.

Amén
Bibliografía:
BOSCO, Teresio (1991). Don Bosco una biografía nueva. Montevideo. Boletín
Salesiano Uruguay. pág. 158 a 161
LEYMONE, Juan B. (1954). Vida de San Juan Bosco. Buenos Aires. Editorial
Don Bosco. pág. 186 a 201
Bosco, Juan (2003). Memorias del Oratorio. Madrid. Editorial CCS. pág. 155 a
158
CERIA, Eugenio (1939). San Juan Bosco en su vida y en sus obras. Bogota.
Escuelas Gráficas Salesianas. pág. 140 a 153

Ficha 2

“DEJEN QUE LOS NIÑOS VENGAN A MÍ”


Juan José Quel sdb
Santiago Cieschi sdb.

Objetivos:
 Hacer una aproximación a la infancia de Juanito Bosco, desde aquellos rasgos menos
conocidos.
 Analizar la propia infancia y los parecidos que encontramos con nuestro fundador.
 Profundizar en nuestra experiencia carismática de atención a los más pobres y el
cuidado de sus infancias.
 Celebrar....

Motivación

“De María aprendemos que la profundidad de la experiencia de Dios es la raiz de la misión y


que el primero y principal camino de evangelización es el testimonio de fe. Tal testimonio se
hace más convincente cuando nosotros nos acercamos a los jóvenes como amigos y los
acompañamos como padres y maestros, irradiando alegría y esperanza. De este modo
transmitimos aquello en que creemos y mostramos con la vida lo que anunciamos.”1 “Los
Jóvenes tienen derecho a oír anunciar la persona de Jesús como fuente de vida y promesa de
felicidad en el tiempo y en la eternidad. Nuestro objetivo fundamental está, pues, en proponer
a todos vivir la experiencia humana como la ha vivido Jesús...”2 (CG 26)

El Señor nos ha dado a Don Bosco como padre y maestro.


Lo estudiamos e imitamos admirando en él una espléndida armonía entre naturaleza y gracia.
Profundamente humano y rico en las virtudes de su pueblo, estaba abierto a las realidades
terrenas; profundamente hombre de Dios y lleno de los dones del Espíritu Santo, vivía como si
viera al Invisible3.
Ambos aspectos se fusionaron en un proyecto de vida fuertemente unitario: el servicio a los
jóvenes. Lo realizó con firmeza y constancia, entre obstáculos y fatigas, con la sensibilidad de
un corazón generoso: No dio(un)paso, ni pronunció palabra, ni acometió empresa que no tuviera
por objeto la salvación de la juventud. Lo único que realmente le interesó fueron las
almas4.(Const. 21)

Descripción y Análisis

Nacimeinto y situación familiar.

“...En los momentos de graves turbulencias, cuando la sociedad expuesta a serios peligros
se siente sacudida en sus cimientos, la Providencia suscita hombres, instrumentos de su
misericordia, sostenes y defensores de su Iglesia y organizadores de la restauración social. Tal
fue Juan Melchor Bosco...”5 El mismo nos cuenta en sus memorias: “nací en Murialdo, pueblo
de castelnuevo de Asti, el día Consagrado a la Asunción de María al Cielo del año 1815. Mi
madre se llamaba Margarita Occhiena, era natural de Capriglio. El nombre de mi padre fue
Francisco. Eran campesino que se ganaban sobria y honradamente el pan de cada día. Mi buen
padre casi únicamente con sus sudores nos sostenía a la abuelita, septuagenaria y ya aflijida

1
Capitulo General 26, Salesianos de Don Bosco <<DA MIHI ANIMAS CETERA TOLLE>> (Actas del
consejo general de la sociedad salesiana de San Juan Bosco. Órgano oficial de animación y comunitaria
para la congregación salesiana) Ed. CCS, Alcalá, 166\28028 Madrid, Lugar: Roma, 23 de febrero – 12 de
abril de 2008, pg 49 N° 23
2
Idem CG 26 pg 49 N° 24
3
Hb 11,27.
4
MIGUEL RUA, carta del 24 de agosto 1894
5
Lemoyne, Juan B. sdb, “Vida de San Juan Bosco”, Ed. Don Bosco, Lugar: Buenos Aires, año1954,
cap. I pg 11
por varios achaques, y a tres niños, el mayor de los cuales era Antonio, hijo del primer
matrimonio; José era el segundo, y Juan, el más pequeño, que era yo. Además sostenía a los
dos jornaleros que ayudaban en el trabajo del campo...”6

Juan y sus hermanos, nacieron en casa ajena, la casa de la familia Biglione, en la fracción de
Murialdo, Castelnuovo de Asti. Los acontecimientos socioeconómicos y culturales, los
antecedentes genealógicos mismos, la realidad familiar de los Bosco, lejos de ser para Juan
una deshonrra, eran motivo de cuidado y honradez. Tanto es así, que en 1883 hacía corregir el
libro de alberto Du Boys, en el cual se le atribuía una “condición social acomodada”. Y en 1887
le decía al P. Eugenio Ceria, ante la noticia de una similar afirmación de un autor alemán:
“!NO... NO!. ERAMOS POBRES!... hay que escribir... que corrija. Escribila tú: ERAMOS
POBRES!”7

Para la reflexión...
Don Bosco, al inicio de sus Memorias del Oratorio, descrive vivamente la situación familiar
de los años de su infancia: su realidad de compesinos, su condición de pobreza, las exigencias
del trabajo. ¿Cuál creemos que ha sido la intención de nuestro padre al querer legarnos estos
recuerdos?

Sabemos que Don Bosco fue un hombre “profundamente humano y rico en las virtudes de
su pueblo”.8 ¿Cuéles de aquellas características y condiciones que fuimos leyendo del lugar
donde nació, consideramos que más fuertemente se grabaron en su personalidad de adulto?
¿Y cuales concideramos que hoy forma parte de nuestro carisma?

La muerte de su Padre Francisco.

“No tenía aún dos años cuando Dios nuestro Señor permitió en su misericordia que nos
sobreviniese una grave desgracia. Un día el amado padre, que era de complexión robusta, en
la flor de la edad, y deseoso de educar cristianamente a sus hijos, de vuelta del trabajo
enteramente sudado, entró por descuidadamente en la bodega subterránea y fría de la casa.
Enfriamiento sufrido se manifestó hacia el anochecer en una fiebre violenta y vino a degenerar
en una pulmonía. Todos los cuidados fueron inútiles, y a los pocos días se vio a las puertas de
la muerte. Confortado con todos los auxilios de la religión, después de recomendar a mi
madre confianza en Dios, expiraba a la edad de treinta y cuatro años, el 12 de mayo de 1817.”9
“...Solo recuerdo, y es el primer hecho del que guardo memoria, que todos solían de la
habitación del difunto mientras yo quería permanecer a toda costa en ella:

1. Ven, Juan; ven conmigo, - repetía adolorida mi madre.


2. Si no viene papá, no voy yo, - le respondí.
3. ¡Pobre hijo mío!, - añadió- ven, ¡ya no tienes padre!

Dicho esto, se puso a llorar, me tomo de la mano y me llevó a otra parte, mientras lloraba
yo, viéndola llorar a ella. Ciertamente, en aquella edad no alcanzaba a entender que desgracia
tan grande era la pérdida del padre”.10

6
Peraza Leal, Fernando, sdb “Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales por San Juan
Bosco”. (MO), Ediciones Didascalia, Rosario, año 2008, Pg 22
7
MB XV 73
8
Constituciones y Reglamentos Salesianos de Don Bosco, articulo 21
9
Idem MO pg 22
10
Idem MO pg 23
Para la reflexión...
Es sorprendente notar la lectura de fe que Don Bosco, luego de 60 años, realiza de su
historia de vida en general, y en particular de la pérdida de su padre: “Dios nuestro Señor
permitió en su misericordia que nos sobreviniese una grave desgracia...” ¿Somos capaces
nosotros de realizar una lectura fe semejante ante las perdidas y dolores de nuestra historia de
vida? Hacemos el esfuerzo de pasar por el corazón nustras primeras grandes pérdidas y
dolores. Le pedimos a Dios la gracia de encontralo presente en la trama de nuestra historia.

Muchos de los jóvenes a quienes nos sentimos enviados, sufren esta realidad de orfandad
que padeció nustro padre desde temprana edad. Se presenta en sus vidas de una manera real
o simbólica, pero de igual manera marcando fuertemente su existencia y su cosmovisión.
Recuerdo los rostros de aquellos jóvenes a los que he tenido la gracia de acompañar en tales
experiencia. Dejo que resuen en mí sus nombres. ¿Qué me dice Dios a través de sus vidas?
¿Cómo favorecer en aquellos jóvenes una lectura de fe de sus dolores y pérdidas? Pido a Dios
la gracia de ser padre para los sin padre; de que, como comunidad, seamos familia de los
jóvenes sin familia.

La dedicación de Mamá Margarita a sus hijos.

“Las cosaechas del año, que eran nuestro único recurso, se perdieron por causa de una
terrible sequía; los comestibles alcanzaron precios fabulosos (...) Muchas veces me contó mi
madre que alimentó a la familia mientras tuvo cómo hacerlo; después entregó dinero a un
vecino llamado Bernardo Cavallo, para que fuera en busca de comida. Recuerdo varios
mercados sin poder adquirir nada, fuera al precio que fuera... Mi madre, sin desalentarse,
buscó entonces ayuda entre los vecinos, pero fue inútil. Nadie tenía con qué socorrernos.” 11
Mamá Margarita era una mujer de una fe inquebrantable, y cuando se encontró en uno de
los peores momentos para sus hijos no tuvo mejor idea que recordar lo que su esposo le había
mencionado antes de su encuentro con el Padre: “que tuviese confianza en Dios... y
automáticamente al recordar eso, se pusieron a rezar una breve oración pero con mucha
fuerza, acompañado de su vecino Cavallo mataron un ternero y trataron de aplacar el hambre
de la familia.12

Para la reflexión...
Mamá Margarita, ahora responsable total del sostén de la familia, tuvo que afrontar graves
crisis económicas que ponían en riesgo la integridad de sus hijos a cargo. ¿Hemos sufrido en
nuestras vidas situaciones críticas de necesidad, que han puesto en riesgo a nustros seres
querido? ¿Cómo hemos podido responder a ellas? ¿Qué lectura hacemos de esas experiencia
ahora en una mirada retrospectiva?

¿Hemos pasado como comunidad salesiana situaciones de necesidad? ¿Cuáles han sido
nuestras opciones ante ellas? Revivimos esos momentos. ¿Qué se nos cruzaba por la cabeza a
medida que afrontábamos el problema? ¿Qué recuerdos nos venían, en qué pensábamos?
¿Supimos pedir ayuda en el momento indicado? ¿Hemos podido tener una “fe
inquebrantable” y una “confianza absoluta en Dios”?

Sabemos que muchas familias hoy en día viven en situaciones de pobreza, de necesidad tal
que muchas veces corre peligro real su integridad psico-física. Conocemos muchas de ellas, e
incluso sabemos que algunos jóvenes de nuestros colegios, parroquias, grupos, forman parte
de ellas, y con ellas sufren necesidad. ¿En qué medida somos cercanos a estas familias, a estos

11
Idem MO pg 23
12
Cf. MO pg 24
jóvenes? ¿Cómo seguir acortando distancias? ¿Cómo poder dar respuetas concretas que los
ayuden a superar el riesgo que afrontan? ¿Cómo ser para ellos signos del amor liberador de
Cristo?
Discernimiento

“Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron.
Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan,
porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe
el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". Después los abrazó y los bendijo,
imponiéndoles las manos.”
Mc 10, 13-16

Bendito seas Señor,


por habernos dado a Don Bosco
como padre y maestro,
por haberlo colmado de dones extaordinarios
de naturaleza y de gracia,
y por haber llenado su corazón
de predilección por los jóvenes.
Te rogamos nos conceda
seguir sus enseñanzas e imitar sus ejemplos,
a fin de ser prolongación de su presencia
en la entrega a los hombres y a tí.
Enriquece con tus dones
el corazón de cada salesiano,
y haznos descubrir en todos los jóvenes
la presencia de Jesús,
a fin de que estemos siempre dispuestos,
como nuestro fundador,
a ofrecer por ellos, tiempo, cualidades y salud,
hasta la donación total de nuestra vida.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Bibliografia Complementaria
“Don Bosco al alcance de la mano” P. Braido, Ed. CCS, año: febhrero de 1993 segunda
edición, Cap. 1 (Una particularidad naturaleza humana. Una especial familia espiritual).
“Conociendo a Don Bosco”, Ed. Don Bosco Cuenca-Ecuador, año: 1999 tercera edición,
Nivel 1: La orfandad y herencia de pobreza.
2.
3. “Iniciación al estudio de Don Bosco”, Centro Salesiano Regional Quito, P. Fernando
Peraza, año: 1995.
4. “Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales por San Juan Bosco”, Peraza Leal,
Fernando, sdb, Ediciones Didascalia, Rosario, año 2008.
5. Memorias Biograficas de San Juan Bosco, Central Catequistica Salesiana / Madrid
CCS, Tomo: I.
6. Don Bosco: Historia y Carisma 1, Origen: De I Becchi a Valdocco (1815-1849), Arthur J.
Lenti, Ed. CCS, Madrid.
7. “Vida de San Juan Bosco”, Juan B. Lemoyne sdb, Ed. Don Bosco, Lugar: Buenos Aires,
año1954
8. Constituciones y Reglamentos Salesianos de Don Bosco, Articulos: 2, 3, 14, 15, 19, 20,
21 y 39.
9. Lectura del Evangelio de Mateo capitulo 18 del 1-6.

Ficha 3
“LOS VÌNCULOS EN SAN JUAN BOSCO”
Franco Ramírez sdb

Nos detendremos en mamá Margarita quien como sabemos ha influenciado totalmente


en su hijo para la formación de su Sistema Preventivo y además en las decisiones que
tomó durante su vida; pero queremos fijarnos en uno de los momentos de la opción
vocacional de Juan Bosco. Además sugerimos para profundizar en este tema,
detenernos nuevamente en la lectura de la propuesta y comentario que nos hace el
Rector Mayor del Aguinaldo del 2011: “Vengan y vean”.-

MOTIVACIÓN
Lectura de una fragmento sobre Mamá Margarita:

“Don Dassano creyó prudente comunicar a Margarita la resolución tomada por su hijo de
hacerse franciscano. Así que, una tarde del mes de diciembre fue a visitarla, y, después de
exponer la cuestión le hizo observar cuanto había que hacer en la Diócesis y que, por tanto,
seria mucho mas conveniente que Juan se hiciera sacerdote y se ocupara del sagrado misterio
en una parroquia: le demostró como, gracias a los muchos talentos que Dios le había
concedido, tendría ciertamente espléndidos resultados. Al fin, añadió: -Tratad de disuadirle
de esta idea: no sois rica, ya andáis avanzada en años y pronto no podréis trabajar: si vuestro
hijo se encierra en un convento. ¿Cómo podrá proveer a vuestras necesidades? He venido a
advertíroslo por vuestro bien.
La buena Margarita agradeció al párroco la confianza que le había hecho, pero no dejo
traslucir su pensamiento sobre el consejo que le daba. Inmediatamente se fue a Chieri y,
presentándose a su hijo con la acostumbrada sonrisa en los labios le dijo: -El párroco ha ido
a verme y me ha dicho que quieres hacerte religioso: ¿es verdad?
-Si, madre. Creo que usted no tendrá ningún inconveniente.
-Yo solo quiero que pienses bien el paso que quieres dar y después que sigas tu vocación, sin
preocuparte de nadie. Lo primero es la salvación de tu alma. El párroco quiere que te aparte
de tu determinación, en razón de la necesidad que mas adelante pueda tener de tu ayuda.
Pero yo digo: no me meto en esto, porque Dios es ante todo. No te preocupes de mí. No quiero
nada de ti, nada espero de ti. No lo olvides: naci pobre, he vivido pobre y quiero morir pobre.
Más aun, te lo aseguro: si decides ser sacerdote secular y por desgracia llegases a ser rico,
no iré a verte ni una vez. ¡Recuérdalo bien!
A los setenta años y pico recordaba Don Bosco el aspecto severo que tomó su madre al
pronunciar esas palabras, y aun resonaba en sus oídos el tono vibrante de su voz; y al repetir
estas enérgicas expresiones, tan cristianas, se conmovía hasta saltarle las lágrimas.
Pero el Señor, que veía la sinceridad del corazón de Margarita, hizo que no tuviera que
separarse de su hijo y que Juan contara con su ayuda generosa en la fundación del Oratorio

de San Francisco de Sales.”(MBe I pág. 247-248)


DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS
Descripción de la experiencia
¿En qué situación de su vida estaba Juan Bosco?¿Qué me llamó la atención del accionar
de Mamá Margarita? ¿Por qué?

Análisis de la experiencia
Recorro mi vida con el corazón e identifico las acciones de mis padres cuando di el paso
de la decisión vocacional. ¿Cómo crees que vivieron interiormente este paso dado por
vos? ¿Qué sentimientos emerge en vos al recordar esos momentos cruciales de tu vida?
Con respecto a nuestra misión:
¿Estamos preocupados por la orientación vocacional de nuestros jóvenes? ¿En que lo
demostramos? ¿Cómo les ayudamos? ¿Encomendamos a Dios el proyecto vocacional
de los jóvenes con quienes nos cruzamos o de los que tenemos una relación más
personal? ¿Rezamos comunitariamente por las vocaciones?

DISCERNIMIENTO

Leemos el artículo nº 37 de las constituciones (Orientación vocacional)

De manera personal redacto el artículo con mis propias palabras y en 1ª persona. Y


para poder vivirla intensamente compongo una oración referido al artículo.

Anoto las necesidades y cualidades que necesitamos comunitariamente para vivir este
artículo, y las compartimos.

Sugerencia: Leer la muerte de mama margarita para profundizar el vínculo que tenía
con su madre y el dolor que causo su partida al cielo. MBe V pág.: 398-407

Ficha 4
“Hecho para los jóvenes”
Jesús Olarte sdb

1. MOTIVACIÒN
Un testimonio actual13
Ocurrió en un tribunal oral de Esquel, en Chubut. Allí, Héctor Fabián Chávez (de 25
años) está siendo juzgado por el crimen de Mariano Drew (tenía 27), el hijo de Ana
María Suárez, la protagonista de la historia.
La madre de la víctima quería hablar con Chávez, el acusado de matar a su hijo. El
tribunal se lo negó. Pero ella, igual se levantó de su silla y en medio de una gran
tensión, se acercó al joven y empezó a hablar:
"Solamente la oración calma cada día mi dolor. Ayer cuando fui a la iglesia de San
Cayetano, le oraba a la Virgen y pensaba que mi hijo está con Dios. Pero también
pensaba en vos, que sos tan joven. No te voy a hacer daño. Sólo quiero darte esto".
La mujer abrió su mano. Allí tenía un rosario. Se lo dio a Chávez y le dijo: "Para que te
acompañe durante toda la vida". Enseguida agregó: "Sólo Dios cura las heridas. Yo te
perdono. Y si mi hijo te ofendió te pido perdón. Yo lo amaba y ahora quiero que vos no
sufras".
Ante el asombro de todos, la mujer siguió: "El destino que te toca me duele porque
trabajo con jóvenes. En esta tierra hay mucha violencia. Y vos has sido víctima de ella
desde que naciste".
En la sala no había mucha gente. Pero todos quedaron conmovidos, incluido los jueces.
La mujer siguió hablando: "Queremos abrazarte con amor. Es el amor el que también
ayuda a curar las heridas". Después se abrazó con Chávez.

Luego de leer el artículo, compartimos las resonancias:

¿Qué te llamó la atención?

¿Por qué razón perdona Ana al asesino de su hijo?

¿Cómo lo habrá vivido el joven acusado del delito?

2. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS.

Nos comenta el Padre Peraza…


“El discernimiento vocacional que hace don Bosco en contacto con las ur-
gencias pastorales de los muchachos callejeros y los jóvenes delincuentes en
las cárceles turinesas, lo lleva a la certeza de que Dios lo llama para ellos.
De la lectura de las Memorias del Oratorio, este proceso de clarificación
vocacional y estas prioridades de su misión resultan evidentes. Se constata de
inmediato una sintonía carismática con ellos, un don del Espíritu que lo lleva a
encontrar las respuestas adecuadas, un estilo de relación educativa y pastoral
completamente apropiado a sus condiciones y a sus aspiraciones más
profundas. Don Bosco está hecho para ellos.
Sin embargo hay una garantía más en el campo del “discernimiento espiritual”
de corte ignaciano. Don Bosco lo pone todo en manos de Cafasso, en actitud

13
Artículo publicado en el diario Clarín el día 11-11-2006
obediencial de fe. Quiere estar seguro de la “voluntad de Dios” y halla en la
asesoría de su confesor esa respuesta.” 14
Nos cuenta el mismo Don Bosco…
“Lo primero que hizo (Don Cafasso) fue llevarme a las cárceles, en donde pude
conocer qué enorme es la malicia y la miseria de los hombres. Me sentí
horrorizado al ver esa cantidad de muchachos, de doce a dieciocho años,
sanos, robustos, inteligentes, que estaban allí ociosos, roídos por los insectos y
faltos en absoluto del alimento espiritual y material. Estaban personificados en
estos infelices la vergüenza de la patria, el deshonor de la familia y su propio
envilecimiento. Pero qué sorpresa y asombro constatar que muchos de ellos
salían de ese antro con el propósito firme de cambiar su vida y, sin embargo,
reincidían fatalmente en los mismos lugares de reclusión que pocos días antes
habían abandonado!
Constaté, así mismo, en esas ocasiones, que las recaídas de muchos se
debían a que estaban completamente abandonados. Fue cuando me pregunté:
y si estos chicos allá afuera tuvieran un amigo que se interesara por su bien,
los acompañara y los instruyera en la religión durante los días festivos, ¿no se
reduciría al número de los que vuelven a la cárcel?
Le comuniqué mi pensamiento al P. Cafasso y con ayuda de sus indicaciones y
consejos me puse a ver la manera de llevarlo a cabo, poniendo en las manos
del Señor los resultados, ya que sin Él todos los esfuerzos humanos son inú-
tiles.” 15

La opción por los jóvenes…


“Don Bosco describe aquí con claridad meridiana la génesis histórica del discernimiento
vocacional de su “misión” y de su pastoral “preventiva”. El punto de partida es la cons-
tatación de la realidad de los jóvenes declarados pre-delincuentes o incipientes
delincuentes, cuya suerte es la reclusión carcelaria. Las causas: la pobreza y el
abandono; la desorientación cultural entre la civilización rural a la que pertenecen los
migrantes provincianos, y la civilización urbana en la que deben insertarse; y por otra
parte, el desempleo, la explotación laboral, las ocasiones y medios de perversión del
ambiente. La cárcel seguirá siendo, en la praxis pedagógica de don Bosco y en sus
escritos, un lugar inevitable de referencia para constatar la fidelidad carismática y la
eficacia de la acción educativa suya y de los herederos de su espíritu. La
“preventividad” para él tiene dos dimensiones: impedir que “los muchachos en peligro”
caigan en la delincuencia y, consecuencialmente, en la cárcel (lo que en otras palabras
quiere decir: impedir que se pierdan); o rehabilitar, antes de que su daño sea irrever-
sible, a los que de hecho, ya hayan tenido la experiencia de los lugares de castigo” 16
Nuestras Constituciones (Art. 26)
El Señor indicó a Don Bosco, como primeros y principales destinatarios de su
misión, a los jóvenes, especialmente a los más pobres. Llamados a esa misma
misión, nos percatamos de su extrema importancia: los jóvenes viven los años

14
SAN JUAN BOSCO. Memorias del oratorio San Francisco de Sales. CSR, Quito, 1999, Década
segunda, Notas previas, pág. 80.
15
Ibíd., págs. 109-110.
16
Ibíd., nota n° 150, pág. 110.
en que hacen opciones de vida fundamentales, que preparan el porvenir de la
sociedad y de la Iglesia. Con Don Bosco reafirmamos nuestra preferencia por
la juventud pobre, abandonada y en peligro, la que tiene mayor necesidad de
ser querida y evangelizada, y trabajamos, sobre todo, en los lugares de mayor
pobreza.

Para reflexionar en comunidad


Como Jesús, Don Bosco se conmueve. La realidad de los jóvenes, que por
ayuda de Don Cafasso conoce, no lo deja indiferente, lo horroriza.
De los jóvenes con los que trabajamos, ¿qué realidad nos conmueve,
nos horroriza?

¿Cuál es la raíz de esta realidad?

¿Qué podemos hacer en este momento por ellos?

¿Qué sentimos que deberíamos hacer, aunque actualmente no


podamos?

¿Hay jóvenes en nuestro entorno que no tienen un amigo que se


preocupe por ellos?

¿A quiénes sentimos que Don Bosco nos pediría llegar y no estamos


haciéndolo?

3. DISCERNIMIENTO

Nos ilumina la palabra (Mc 6, 30-34)


Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y
enseñado. Él les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un
poco». Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los
reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes
que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella,
porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.

Un signo para vivir comunitaria y concretamente nuestra


opción
 Cada hermano hace una pequeña lista de tres o cuatro jóvenes, por los
cuales se sienta más preocupado en este momento.

 Luego ponemos todas estas pequeñas listas en común, las mezclamos y


cada hermano saca una.
 A lo largo del mes, nos comprometemos a rezar cada uno especialmente
por los jóvenes de la lista que nos tocó.

Elevamos nuestra oración…


Señor, que por medio de señales inequívocas
indicaste a nuestro Padre los jóvenes
como primeros y principales
destinatarios de su misión,
haz que también nosotros,
llamados a idéntica obra de salvación,
reafirmemos con el corazón y con las obras
la misma predilección,
haciéndonos educadores
atentos y disponibles de los jóvenes,
que les ayuden a descubrir en su vida
tu presencia salvadora.
Que los jóvenes pobres, abandonados y en peligro
oigan en nuestra voz tu anuncio de salvación,
y, acogiéndolo con sinceridad y confianza,
cooperen a colmar las expectativas y esperanzas
que la humanidad y la Iglesia
tienen puestas en las nuevas generaciones.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Para seguir profundizando


 BOSCO, Giovanni. Memorias del oratorio San Francisco de Sales. CSR, Quito,
1999, Década segunda, págs. 73-121.

 MOTTO, Francesco. Caminar tras las huellas de Don Bosco. CCS,


Madrid, 2007, Cap. 5, págs. 79-91.

 EL PROYECTO DE VIDA DE LOS SALESIANOS DE DON BOSCO,


Segunda parte, Cap. IV.

 CAPÍTULO GENERAL XXVI. Da mihi animas cetera tolle. CCS, Madrid,


2008, Caps. I y V.

Ficha 5
“Don Bosco un comunicador entusiasta”
Gabriel Osorio sdb

MOTIVACIÓN.

Nuestro padre Don Bosco, como ya sabemos, fue un adelantado para su época en
muchos aspectos. Gracias a sus intuiciones y su ingenio despierto supo responder a lo
que percibía que la gente del pueblo y sobre todo los jóvenes necesitaban para vivir
mejor. Hoy queremos detenernos especialmente en una de esas intuiciones: El ámbito
de la comunicación y de la comunicación social.
“Nuestro fundador intuyó el valor de esta escuela de masas, que crea cultura y
difunde modelos de vida, y, para sostener la fe del pueblo acometió empresas
apostólicas originales”17 El oratorio, por dar un buen ejemplo, fue una de sus respuestas
ante una sociedad industrial que necesitaba nuevos modos de estar juntos, de compartir,
de hacerse cercanos.
Esto es comunicar. Es establecer relaciones ya sea con palabras o sin ellas,
escritas o implícitas, con gestos o con miradas o simplemente con la presencia. Todo
comunica. “Don Bosco es un grande por la calidad comunicativa que infundió en su
presencia entre los jóvenes.” 18 Todo lo que hacía demostraba que quería estar cerca de
los jóvenes, les comunicaba que los quería como padre y amigo y que buscaba su
bienestar defendiéndolos de todo lo que les ocasionara algún daño.
Nuestro fundador empleó una gran variedad de estrategias de comunicación para
llegar a los jóvenes, ya sea desde el teatro, la música, las academias, la prensa, todo lo
que su época le brindaba supo aprovecharlo. Y encomendó a sus salesianos continuar
con esta tarea, que es prioritaria en la misión. Por eso la congregación ha insistido en
esto, sabiendo aprovechar todos los instrumentos que a lo largo de los tiempos se han
desarrollado para esta labor. Promoviendo desde este sector la educación y la
evangelización, colocando a la comunicación al servicio del Evangelio.
Pero ¿Qué vio Don Bosco en el ámbito de la comunicación para darle tanta
importancia? ¿Qué lo motivaba a comunicar? ¿Qué específicamente comunicaba y de
qué modo?
Te invitamos a dar un recorrido por una de las cartas que Don Bosco nos dejó
allá por el año 1885. En ella hace especial mención a la prensa, aquel medio que su
tiempo le brindó y que tanto supo explotar para el bien de los jóvenes y del pueblo en
general.

DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS

La idea es que puedas leer esta carta de Don Bosco personalmente y mientras la
lees trates de ir descubriendo las emociones que iban surgiendo en el mientras escribía.
Tener en cuenta que ya estamos hablando de un Don Bosco que tiene sus 70 años, que
ve su obra encaminada, con todos los desgastes de salud física y mental eso significó y
percibe que no va a estar mucho tiempo más entre los suyos..
CARTA DE DON BOSCO SOBRE EL APOSTOLADO DE LA PRENSA.
Una vez leída la carta queremos propiciar un momento de dialogo comunitario a
partir de algunas preguntas disparadoras a modo de guía.
1. ¿Qué elementos de la carta nos llaman más la atención?

2. El inicio de la carta expresa sus ganas de estar cerca de los suyos ¿Cómo se las
ingenia para hacerse presente? ¿Qué otros hechos de la vida de nuestro padre
recuerdan que tienen que ver con esta necesidad de estar cerca, de
comunicarse con los que quería?

17
Const. Art 43.
18
SSCS, 2da edición. P.13.
3. ¿Perciben en la carta quien es su Modelo de Comunicador?

4. ¿Qué finalidad apostólica tiene para Don Bosco la difusión de buenos libros y
de la prensa? ¿Qué busca comunicar en el fondo? ¿A qué contexto social
responden muchas de ellas?

Ahora el desafío es trasponer lo leído y trabajado a nuestra realidad local. Para


esto quizá sirva leer en comunidad los artículos 6 y 43 de nuestras constituciones y usar
como guía las siguientes preguntas:
1. Don Bosco respondió, entre otras cosas, con la prensa, el teatro, la música. ¿De
qué medios disponemos hoy nosotros para acercarnos a los jóvenes y
hacernos presentes? Sería útil hacer un listado de las nuevas y viejas
tecnologías de que disponemos para esta labor.

2. ¿Cómo podemos crecer cualitativamente en el uso de estas tecnologías para


tener una presencia mas significativas en ellas? Sabemos que hoy, mas que
nunca los jóvenes se sienten parte de este ámbito y abunda su presencia en
estos espacios. Tratemos de descubrir en ellas las posibilidades que nos dan
para educar y evangelizar y descubramos que tanto sabemos aprovecharla. Y si
no, siempre es un buen momento para comenzar…

3. Sabemos que lo que nos cuesta a nivel comunitario nos cuesta el doble a nivel
pastoral por eso ¿Qué líneas de acción podemos llevar adelante a nivel
comunitario para favorecer una comunicación fraterna y cotidiana? Pensemos
en cosas concretas, de todos los días. Para esto sería muy útil leer del CG 25
desde el número marginal 7 al 16.

DISCERNIMIENTO.

Don Bosco tenía claro que su modelo era Jesucristo.

- En Communio et Progressio 11 dice:

“El mismo Cristo en su vida se presento como el perfecto comunicador. Por la encarnación se revistió de la
semejanza de aquellos que después iban a recibir su mensaje, proclamando tanto con palabras como con
su vida entera, con fuerza y constancia, desde dentro, es decir, desde el medio de su pueblo. Se
acomodaba a su forma y modo de hablar y pensar ya que lo hacía desde su misma condición y situación.”

- Traten de reconocer los elementos de la vida de Jesús que nos hablan de buena
comunicación. Imaginen que Don Bosco tenia en mente esa luz a la hora de escribirnos
esa carta sobre el apostolado de la prensa…
- Lean atentamente Mt 10, 5-10: La misión de los doce, e identifiquen en comunidad la
misión de proclamar, de comunicar una buena noticia de la que somos portadores a la
que fuimos y somos llamados todos los días.

- Pueden, como signo, proponerse concretar alguna línea de acción particular de la


pregunta anterior para favorecer una comunicación fraterna y cotidiana.

- Para concluir los invitamos a rezar en comunidad la siguiente oración, puede ser
utilizada también en la celebración de la misa, al momento de las preses:

Te damos gracias Señor

Que para salvar a los hombres

Proporcionas a cada época

Medios para comunicar el Evangelio

Y los pones en nuestras manos de apóstoles.

Queremos pedirte…

Por nosotros y nuestros hermanos laicos: para que juntos podamos desarrollar cada
vez mas cualitativa y cuantitativamente nuestra comunicación de hermanos que se
haga carne en la presencia y el compartir.

-Roguemos al Señor:

-Escúchanos Señor.

Por nuestra congregación y todos los que trabajan a favor de los jóvenes: para que
sepamos comunicar el mensaje de salvación expresándolo del modo mas cercano al
que usan los jóvenes.

-Roguemos al Señor:

-Escúchanos Señor.

Por los jóvenes a quienes somos enviados, para sean ellos también participes de este
apostolado de Comunicar tu Buena noticia:

-Roguemos al Señor:

-Escúchanos Señor.

Concédenos Señor la audacia y creatividad de nuestro fundador,

y la capacidad de recibir y emplear para tu Reino


la riqueza de los medios de comunicación que nos proporciona nuestra época,

a fin de que seamos auténticos comunicadores populares

para gloria de tu Nombre.

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Textos para profundizar sobre el valor de la comunicación en Don Bosco y en la


congregación:

- Sistema Salesiano de Comunicación Social, 2da edición 2011, principalmente las pags.
12-14, 19-22, 53-62.

- El proyecto de vida de los salesianos de Don Bosco, Art. 43, pags. 438-445.

- LENTI, Arthur J., Don Bosco: Historia y Carisma, Vol II, cap. V.

- Constituciones: Art. 6, 43, 84, 59, 137.

- Reglamentos: Art. 6, 31, 32, 33, 34, 44, 66, 82, 142.
- VECCHI, Juan, Cartas del Rector Mayor: “La comunicación Social en la Misión
Salesiana”.

- Capítulos Generales:
- CG 20: Doc. 6: nn. 442-462.
- CG 21: nn. 148-153.
- CG 22: nn. 73-75.
- CG 23: nn. 254-260.
- CG 24: nn. 128-137.
- CG 25: nn. 47, 7, 103, 140.
- CG 26: nn. 99, 102, 108, 109.

Ficha 6
“DON BOSCO CARGA CON LA CRUZ”
Leandro Zamudio sdb

Motivación

Como Iglesia, tenemos en la liturgia, al menos una vez al año, un momento


donde se acentúa la contemplación de la muerte y resurrección de Jesús. En el via
crucis recordamos esos momentos claves de la pasión de nuestro Señor. Por eso el título
de esta reflexión lleva un nombre similar al de las estaciones del viacrucis. En la vida de
todo santo hay una cruz, o mejor, cruces. Como el mismo Don Bosco nos narra en el
sueño del emparrado de rosas, muchos los veían caminar entre rosas y el perfume, pero
pocos podían contemplar el terrible dolor ocasionado por las espinas al andar.
Muchas cosas pueden ser causas de dolor, pero queremos centrar nuestra mirada
en las enfermedades de Don Bosco, y desde ahí descubrir a este santo, padre y maestro
de la juventud. El objetivo no es simplemente cognoscitivo; no nos interesa solamente
hacer un elenco cronológico de los padecimientos de nuestro padre, sino también
acercarnos con una mirada contemplativa y afectiva a la vida de Don Bosco. Queremos
poder descubrir en su vida patética la presencia especial de Dios que lo fue
acompañando a lo largo del camino. Parafraseando la pregunta de Don Bosco en las
Memorias del Oratorio «¿Para qué puede servir, pues, este trabajo?» podemos usar su
misma respuesta ahí dada «Servirá de norma para superar las dificultades futuras [...]
servirá para dar a conocer cómo Dios mismo guió siempre todos los sucesos».
Podemos estar cierto de algo, Don Bosco cumplió su promesa hecha a los chicos
del Oratorio: verdaderamente gastó hasta el último aliento de vida para el bien de los
jóvenes.

Descripción y Análisis

1. La biografía patológica de Don Bosco19

Es digno de interés poder mirar de “un pantallaso” las enfermedades padecidas


por Don Bosco a lo largo de su vida; poder recordar, a medida que nos encontramos con
ellas, el momento de la vida en que se enmarca cada una de ellas. Mirar a Don Bosco a
través de este prisma nos interpela a leer nuestra vida de salesianos de una manera
distinta, y nos anima a seguir gastando nuestra vida para la salvación de los jóvenes.

1. En la familia de Don Bosco por parte de la madre, las afecciones del pulmón son casi hereditarias,
puesto que tanto ella de casi sesenta años, como su hijo primogénito de unos cincuenta y nueve, hermano
de Don Bosco, murieron de pleuropulmonía aguda.
A los diez años ( l825), Juan cayó de un árbol al intentar coger un nido. Llamado el médico, dijo que el
mal estaba en el interior. Pero, si hubiera sido así, habría muerto, y curó a los tres meses. Probablemente
sufrió una pequeña rotura de costillas, con la consiguiente pleuritis traumática, pues con el tiempo
presentó un hemitórax con costillas un poco deformadas.

2. Enfermedad mortal en el seminario a los veinticuatro años (1839-1840). Esta enfermedad se produce en
un contexto muy preciso: mala alimentación, estudios intensísimos, muerte de su amigo Comollo.
Consecuencia de todo esto fue una salud depauperada, que le obligó a ponerse bajo los cuidados de la
madre. Este estado enfermizo se debe a un germen que estaba incubándose en aquel organismo debilitado
por surmenage, depauperación, sufrimientos de diversa naturaleza, y dominado por una excesiva voluntad
de llegar. ¿Curó? Clínicamente no: quedaron residuos patológicos, que tomaron mayor virulencia algunos
años después en una terrible recaída tras las dolorosas vicisitudes del Oratorio, con esputos de sangre.
Pero esta enfermedad específica pulmonar permaneció siempre en estado latente, agudizándose en
algunas ocasiones.
Y, mientras tanto, continuaba con sus mortificaciones: nada de café por la mañana, sólo pan seco según la
costumbre de mamá Margarita; ayunaba los viernes y sábados: bautizaba la sopa porque estaba
demasiado caliente; otro tanto hacía con el vino.

3. Contagio petequial de joven sacerdote (1845) En 1845 confesaba en el Cottolengo, donde había
aparecido la enfermedad epidémica de la petequia. Se contagió y cayó enfermo. Las Memorias
Biográficas hablan de la enfermedad de las petequias; pero no es una enfermedad, sino un elemento
eruptivo del cutis, formado por una pequeña mancha, grande al máximo como un garbanzo, difundida
especialmente en el tronco y en las articulaciones, y se hace hemorrágica por un pequeño trasvase de

19
Tomado de GIMENEZ, Fausto. Aproximación a Don Bosco. 1994. CCS, Madrid. Páginas 25-37
sangre en su interior. Las Memorias Biográficas no dicen si tuvo fiebre, si fue muy grave; dicen
solamente que durante toda la vida dejó trazas en la piel.
Parece que esta enfermedad sería lo que hoy se llama tifus petequial o dermotifus. Las Memorias
Biográficas dicen que estos residuos petequiales le dejaron un tormento no pequeño por toda la vida, de
modo que el sacerdote que cuidó su cuerpo después de la muerte, lo vio “todo reducido a un estado que
daba lástima, como si un herpes se hubiera extendido por todo el cutis, sobre todo por la espalda”.

4. «Terrible enfermedad» (1846) En julio de 1846, a los treinta años, después de las peripecias del
Oratorio, desfallecido de fuerzas, se desvaneció violentamente y tuvo que meterse en cama. La
enfermedad inició con una forma de bronquitis aguda; después interesó a los pulmones. Estamos ante una
seria bronco-pulmonía, con tos insistente que le “partía el pecho”. Estuvo en cama todo el mes de julio y,
sólo en la segunda mitad de agosto, pudo ir a I Becchi, donde tuvo que permanecer tres meses. En
general, logró vencer, pero no se curó nunca, quedando propenso a infecciones fáciles. Estas formas
agudas pulmonares, en sujetos más o menos bronquíticos, dejan un fuerte grado de astenia y la facilidad
de una sudoración deprimente, y una tos persistente, tos que tuvo gran influencia en la patología de los
últimos años.
Volvió a Valdocco el 3 de noviembre de 1846 con su madre: son treinta kilómetros, convaleciente de una
enfermedad pulmonar grave, y en un invierno piamontés. Mamá Margarita con su canastillo, con las
cosas indispensables; don Juan Bosco con el breviario y algunos cuadernos de apuntes, cuadernos que
llevó siempre consigo y que se encontraron después de su muerte. ¡En nuestra imaginación surge el
cuadro que representa la escena en el patio de la casa madre salesiana de Turín.

5. Incomodidades persistentes Las molestias que lo acompañaron en la vida ordinaria son también dignas
de ser recordadas. Las cefaleas insistentes lo acompañaron casi toda la vida, alcanzando a veces
paroxismos insoportables. En Don Bosco debemos considerarlas como iniciadas precozmente, en forma
de estado anémico cerebral, por las condiciones precarias de su juventud. Favorecidas por las largas
vigilias y por las noches insomnes y por el estudio incansable, estuvieron luego alimentadas por
disturbios oculares, que desde joven se posesionaron de él y acabaron en casi completa ceguera.
Otro compañero fue el dolor de ojos. En los primeros tiempos de su apostolado en las cárceles había
sufrido ya perturbaciones en la vista, que le hacían cada vez más molesta la fijación de la misma
especialmente ante la luz viva. Desde 1843, a los 28 años, comenzó a sentir picor en los ojos, entre otras
causas por la luz que lo acompaña para estudiar, escribir y corregir pruebas de imprenta. Los oculistas
dicen que por los rayos se pueden contraer conjuntivitis, cataratas y retinitis. El primer rayo lo alcanzó a
la edad de veinticinco años, y desde los veintiocho comenzó a acusar resquemor en los ojos, que es signo
de la inflamación de la conjuntiva. Posteriormente le llegó la catarata, que es opacidad de la lente
cristalina, la que refleja las imágenes. Esta opacidad se hizo cada vez más intensa, hasta que el ojo
derecho acabó cegado en 1878. Así Don Bosco quedó corto de vista ya en edad no vieja. Esta lesión se
hizo bilateral, y duró toda la vida. Se añadió la lesión de la retina, obligando a tener su habitación casi a
oscuras, y él sentado en el sofá. Desde esta habitación gobernaba la Congregación. El oculista le aconsejó
que trabajara durante el período de luz natural, pero ya sabemos el caso que hizo Don Bosco.
Otra molestia persistente fue la somnolencia: la arrastró toda su vida, y lo atacaba en los lugares y
momentos más impensados. Los esfuerzos continuos de la mente y de la cabeza explican hasta cierto
punto estos ataques imprevistos de sueño; no obstante, estos ataques de sueño tenían su fondo etiológico
en el encéfalo, cuya función ya había sido perturbada otra vez a causa de disturbios de orden congestivo.
Un día del año 1854, mientras Don Bosco entonaba en la iglesia de Lanza el «De profundis», de repente
se paró inmovilizado, al tiempo que su mirada parecía seguir alguna cosa (dos llamas) que recorría la
iglesia en su sentido longitudinal; tras más o menos un minuto, pudo sobreponerse, bajó de nuevo los ojos
y continuó la oración. Sólo fue capaz de balbucir algo, mezclando latín e italiano, dominándose
finalmente por una señal resuelta de la cruz. ¿No es esto un ataque epilépticoforme con base congestiva
del cerebro, evidenciado por la alucinación óptica de las dos llamas, como suele suceder con frecuencia al
principio de los accesos epilépticos? Durante el día Don Bosco trabajaba para sus muchachos, circulaba
en busca de limosnas, confesaba y predicaba en muchos centros de la ciudad. De noche robaba muchas
horas al sueño para remendar ropa y calzado, para escribir sus libros. Se acumulaba el sueño y, a veces, lo
asaltaba a traición. Salía, iba a hacer recados por la ciudad, visitaba a los bienhechores para obtener su
ayuda. “Caminando”-decía entre sonrisas-, me mantengo despierto.
No olvidamos que Don Bosco, en sus ejercicios espirituales inmediatamente anteriores a su ordenación
presbiteral, había hecho el propósito de no dormir más de cinco horas cada noche.Así que su somnolencia
no obedecía a causas patológicas, sino a simple necesidad de descanso.
A pesar de este cúmulo de molestias, lo que más le atormentaba eran las varices. Don Busco las llamó
“mi cruz cotidiana” ya muy tarde. Encontramos a Don Bosco con edemas varicosos ya desde 1846, a sus
treinta y un años. Son debidas a que las válvulas venosas, a modo de nido de golondrinas, no cierran bien
y fluye demasiada sangre venosa impurificada, produciendo ulceración. Se corre peligro de erisipela y de
tromboflebitis, que puede llevar a la embolia. Estudiando lo que se ha escrito sobre las varices de Don
Bosco, sabemos que sufrió todas estas complicaciones: sufrió erisipela en diciembre de 1861, y en 1884
en forma más grave, remitiendo sólo tras dos meses, pues tuvo disturbios de corazón.

Las Memorias Biográficas hablan largamente del edema en las piernas. Desde l853, a sus treinta y ocho
años, este edema se extendió a las extremidades, y era tan visible, que debió hacerse ayudar para ponerse
los zapatos, por encima de los cuales caía la piel edematosa. Y esto, teniendo apenas cuarenta años,
cuando todavía no había renunciado a desafiar y vencer a sus muchachos en las carreras. Se le pusieron
zapatos elásticos. Estos favorecen al varicoso, pero están contraindicados cuando ya hay llagas, es decir,
ulceración de la piel. Así se comprende el sufrimiento de Don Bosco por el solo cambio de zapatos, que
formaban una unidad con la carne llagada. El decía que el Señor le había mandado este sufrimiento por no
haber correspondido a la abundancia de sus gracias.
No se trata de daños agudos, sino que Don Bosco lleva el peso de su multiforme pasado patológico. Pero
ahora se añaden otros, que tuvo celosamente escondidos: son síntomas hemorroidales, que no le permitían
sentarse. Durante esta estancia en Roma Don Bosco no ahorró visitas, audiencias, confesiones, milagros...
por su Obra.

6. Larga enfermedad (1871-1872) El 26 de noviembre de 1871, Monseñor Gastaldi toma posesión de la


diócesis de Turín. Durante la ceremonia, Don Bosco sintió fuertes dolores en la espalda y una palpitación
afanosa violenta.
En diciembre va a Varazze: en estos días invernales recorre los alrededores para visitar a familias de
bienhechores. Al volver, cayó desvanecido en la estación y tuvieron que llevarlo en brazos al colegio. El
joven médico pensó que era un ataque apoplético, y lo sangró; pero no había tal ataque, y así resultó
inútil. Desde la primera noche (6-7 de diciembre) no podía moverse, teniendo que pedir ayuda para
cambiar de posición y para cualquier necesidad. Tenía dolor en la espalda, que se había difundido por
toda la persona.
Llamaron a un médico de la universidad de Turín, que diagnosticó fuerte reumatismo; volvió otras dos
veces, pero no se conserva lo que dijo. Si se conservan, en cambio, las descripciones del salesiano
coadjutor Pedro Enria, que lo siguió durante los cincuenta y dos días que Don Bosco estuvo en la cama:
fuerte dolor en el lado izquierdo de la espalda, inmovilizando el miembro correspondiente, con tres
síntomas precisos, constantes y reincidentes: fiebre, que a veces hacía desvariar al enfermo; erupción
cutánea, constituida por ampollitas rojas y perláceas, como un grano de mijo; sudor copiosísimo, que
bañaba al enfermo durante horas y horas. A veces se unía, especialmente en los primeros días, un vómito
obstinado que duraba horas enteras y que extenuaba al pobre paciente.
La gente se interesó por esta enfermedad, ofreciendo su vida a cambio de la de Don Bosco, chicos,
sacerdotes, obispos.
Pasada 1a Navidad de 1871, se tiene una tregua, mientras la piel cae a pedazos y Don Bosco sufre fuertes
picores. El enfermo bromea, y espera que la nueva piel sea mejor que la vieja. El 3 de enero de 1872 se
inició una furunculosis cutánea que lo atormentaba con fiebre.
No se sabe bien que enfermedad sufrió. Las Memorias Biográficas hablan de fiebre miliar; y parece que
así fue.

7. Enfermedades crónicas. Desde 1872 se le añade un insistente dolor de muelas. Pues bien, desde la
atalaya de su cuarto sigue a sus Oratorios de Turín y de fuera de Turín, acepta el colegio de Valsalice,
acaba la fundación de las Hijas de María Auxiliadora. Hacia el 14 de mayo puede bajar de su cuarto a
celebrar la misa en el Santuario de María Auxiliadora. Pasa el verano en Alassio, cuidándole el buen
Enria. Don Bosco quemó las etapas de convalecencia: antes de un mes de la terrible y larga enfermedad,
ya estaba en Turín, ¡y era febrero!
Habría necesitado un largo reposo absoluto, una alimentación adecuada, y sólo quiso la comida común.
Tras su muerte, a distancia de dieciséis años, en el armario de su cuarto se le encontraron las botellas de
buen vino viejo que le habían regalado para su restablecimiento.
Y le quedaba la aprobación definitiva de las Reglas de su Sociedad, hacer de “conciliador” entre Iglesia y
Estado, y el cuidado de sus 300 salesianos y sus casi 800 muchachos. Por si esto no bastase, se le
añadieron los sufrimientos interiores del caso Gastaldi. Y la partida de los Salesianos a misiones en 1875.
Recién partidos los misioneros, vuelve a aparecer su terceto patológico: fiebre, erupciones cutáneas,
sudores. Y él callaba.
8. En la vejez. En febrero de 1877, en Marsella, sufre una reagudización bronquial. En abril de 1878
padece enfermedad en Sampierdarena, con vómitos, fiebre, escalofríos, sudores. Y vienen la fundación de
los Cooperadores, y la iglesia de San Juan Evangelista, y los viajes a Francia, Roma, otra vez a Francia,
España, la iglesia del Sagrado Corazón de Roma.
No debemos olvidar: sentado a la mesa de trabajo o en los trenes, sufre cuando se sienta por los disturbios
hemorroidales; estando de pie, sufre por la hinchazón de las piernas y de un pie. Hay que añadir un
absceso perianal que lo atribuló bastante tiempo y que escondió. De erguido en su persona, Don Bosco va
encorvándose lentamente y adquiere la típica estampa de los últimos años, primero con las manos a la
espalda para equilibrar su postura, luego con el bastón. Tiene 66-67 años, pero aparenta muchos más.
Y cuando alguno le preguntaba por qué andaba curvado, respondía bonachonamente que llevaba la iglesia
del Sagrado Corazón a sus espaldas. Esta curvación es simplemente un hecho patológico debido a la
artrosis vertebral, común a los viejos; y Don Bosco tuvo una vejez precoz.
Era natural que este árbol, tan cargado de peso, aunque nacido de robusta encina, se tronchase. Y se
tronchó. Fue a primeros de 1884: en una postración extrema de fuerzas, Don Bosco fue atacado por una
forma aguda de bronquitis, con fiebre, tos y esputos sanguinolentos. Se llamó al médico, el mismo que lo
había visitado en Varazze. Entre otras cosas, halló el pulso apenas perceptible, señal de que el corazón
comenzaba a cansarse. Estamos ante un nuevo caso grave: la reagudización de la consabida forma
bronquial, nunca completamente desaparecida desde 1846. Estuvo poco en cama; y, contra el parecer de
todos, realizó el viaje a Francia... a buscar dinero. Hizo testamento regular y partió. Confiando en el Señor
y en su voluntad indómita, pudo predicar, confesar, conceder audiencias, ir de un lado para otro.
Don Bosco, de vuelta del viaje a Francia, fue directamente a Roma. Aquí sufrió una reagudización
conjuntiva, con fiebre. No pudiendo visitar a los bienhechores, recibió audiencias y confesiones
continuas, y obtuvo audiencia del papa León XIII.
En el otoño de 1884, estando en Valsalice, le asaltó un dolor tan grande en una pierna, que tuvo que volar
a Turín. Sufrió una infección de erisipela (ya tenida en 1861), con fiebre y respiración afanosa. El médico
halló en la zona una costilla levantada: tal vez era consecuencia de una fractura costal del tiempo de la
famosa caída por coger el nido. En esta ocasión, teniendo sesenta y ocho años, es cuando el médico le
rogó que le apretara la mano fuerte, viéndose obligado a gritar de dolor.
El 24 dc mayo de 1885 partió otra vez a Francia. Don Viglietti, su secretario, escribe: “La salud de Don
Bosco es muy mediocre; tiene tos y dolor de cabeza, y está roto y curvo”. Vuelto en julio, fue a descansar
a Mathi Torinese. Allí fue sorprendido por un absceso sotoaxilar, que el cirujano le abrió. También le
sobrevino un eczema en la espalda, que le producía un picor ardiente; tanto, que no pudo trasladarse a
Turín para celebrar la fiesta de la Asunción.
Al final del 1885 sufrió disturbios intestinales de tipo disentérico, que le disminuyeron las pocas fuerzas.
En la oscuridad de su cuarto rezaba, daba audiencias, confesaba, sufría pacientemente.
En marzo dc 1886 decide viajar a España. Escribe Viglietti: “Gracias a Dios, Don Bosco no está peor”. Y
más tarde: “A fuerza de bendecir, se halla sin aliento y sin fuerzas”. La jornada de Pascua sufrió resfriado
y tos. Partió de Barcelona el 6 de mayo; al volver a Turín, “estaba envejecido, lento de movimientos, con
poco aliento”.
En abril de 1887 una tarde se quedó de repente sin poder hablar, sin movimientos y con respiración muy
dificultosa. Afortunadamente, después de una noche de buen descanso, pasó todo. Tal vez fue una
embolia, y no un derrame cerebral, pues, excepto rarísimos momentos de desvanecimiento, la función
cerebral siempre estuvo a punto. El 20 de abril de este año 1887 parte para Roma a la inauguración de la
iglesia del Sagrado Corazón. El Papa lo recibió en audiencia; viéndolo tan enfermo, le puso sobre las
rodillas un manto de armiño, que luego le regaló. En el verano fue a Lanzo, desde donde escribía: “Estoy
aquí en Lanzo, medio ciego, casi enteramente cojo y casi mudo”.

9. Muerte Desde finales del 1887 estuvo clavado en su habitación entre la cama y el sillón. A principios
de enero de 1888 tuvo una leve mejoría. El 20 de enero sufría la última recaída, interesando
particularmente 1os pulmones y el corazón. Este empeoramiento ya no se detuvo, llegando a
complicaciones paralíticas de las articulaciones y de los esfínteres, que hicieron exclamar a Don Bosco:
“Me hallo entre inmundicias”. El 29 de enero, fiesta de San Francisco de Sales, recibió la última
comunión, sereno y tranquilo. La mañana del 31 de enero de 1888 Don Bosco volaba al cielo. Tenía
setenta y dos años y cinco meses y medio.

Reflexión
19
En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a fin de
vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado: 20 y no vivo yo,
sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al
presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me
amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2, 19-20)

Verdaderamente, en la vida de Don Bosco, esta palabra del Apóstol San Pablo
tienen una dimensión especial. A nosotros salesianos, debe interpelarnos vivir con
generosidad nuestra vida de discípulos-misioneros.

Para poder darnos un espacio de profundización, utilizaremos dos referencias de


la vida de Don Bosco que nos pueden ayudar a profundizar la nuestra:

4. La primera es cuando Don Belmonte, director de Sampierdarena, fue un día a


desahogarse con Don Bosco y le dijo:
-Estoy tan cansado que no puedo más. ¿Cómo puedo continuar con semejante vida?
Don Bosco se curvó un poco hacia adelante, se levantó un trozo de la sotana y le mostró las
piernas totalmente hinchadas, que caían como almohadones flojos sobre los zapatos. Sólo le
dijo:
-Querido mío, adelante. Descansaremos en el paraíso.20

Muchas veces estamos agobiados por muchas situaciones que nos tocan vivir:
◦ ¿Cuáles son las cruces que me tocan cargar en estos momentos?
◦ ¿Encuentro a Dios en ello?
◦ Como hermanos, ¿nos ayudamos a cargar con nuestras cruces?

Iluminando con el artículo 18 de las Constituciones:


“El trabajo y la templanza harán florecer la Congregación1; en cambio, la
búsqueda de comodidades y bienestar material será su muerte. El salesiano
se entrega a su misión con actividad incansable, y procura hacer bien todas
las cosas con sencillez y mesura. Sabe que con su trabajo participa en la
acción creadora de Dios y coopera con Cristo en la construcción del Reino.
La templanza refuerza en él la guarda del corazón y el dominio de sí mismo,
y le ayuda a mantenerse sereno. No busca penitencias extraordinarias; pero
acepta las exigencias de cada día está dispuesto a soportar el calor y el frío,
la sed y el hambre, el cansancio y el desprecio, siempre que se trate de la
gloria de Dios y de la salvación de las almas.”

10. La segunda es el comentario que hace en Marsella, en 1884, la celebridad médica


del tiempo, el profesor Combal, de la Universidad de Montepellier, tras un
reconocimiento cuidadoso, sobre la salud de nuestro padre: “Don Bosco era un vestido
gastado que había que colocar en el ropero”21.

◦ ¿Siento que estoy gastando mi vida en favor de la juventud pobre,


abandonada y en peligro?
◦ ¿Cómo cuido mi salud? ¿Veo en ello un don de Dios para ofrecerse a mis
hermanos, a los jóvenes?
◦ Como hermanos, ¿nos preocupamos de la salud de los que viven conmigo?

20
GIMENEZ, Fausto. Aproximación a Don Bosco. 1994. CCS, Madrid. Página 32
21
GIMENEZ, Fausto. Aproximación a Don Bosco. 1994. CCS, Madrid. Página 35
¿Cómo es nuestro contacto con los hermanos enfermos, en las casas de
salud?

Iluminando con el artículo 14 de las Constituciones:


“Nuestra vocación tiene el sello de un don especial de Dios: la predilección por los
jóvenes: “Me basta con que seáis jóvenes, para que os ame con toda mi alma”. Este
amor, expresión de la caridad pastoral, da sentido a toda nuestra vida. Por su bien
ofrecemos generosamente tiempo, cualidades y salud: “Yo por vosotros estudio, por
vosotros trabajo, por vosotros vivo por vosotros estoy dispuesto incluso a dar mi
vida”.

Discernimiento
Queremos poner en manos de Dios toda nuestra vida, renovar nuestra confianza
en nuestro buen Él que nos sostiene en el camino, sabiendo que su amor puede llenar
una vida. Para eso elaboramos una oración con palabras de algunos artículos de nuestras
Constituciones, testamento vivo de Don Bosco.

Señor Jesucristo, Salvador anunciado en el Evangelio, que hoy vives en la Iglesia y en


el mundo, y a quien nosotros descubrimos presente en Don Bosco, que entregó su vida
a los jóvenes, te damos gracias por habernos llamado a la vida.
Danos la fe,la esperanza y la caridad para entregar nuestra vida en el servicio a los
hermanos y por el bien de los jóvenes, como lo hizo nuestro padre Don Bosco.
Conscientes de nuestra fragilidad, respondemos con la vigilancia y el arrepentimiento
sincero, la corrección fraterna, el perdón recíproco y la aceptación serena de la cruz de
cada día, especialmente en los momentos de prueba.
Confiados María, que supo estar fielmente al pie de la cruz, sabemos que ella nos cuida
con su afecto maternal, todos los días de nuestras vidas.
Padre Nuestro. Amén.
Signo para el mes: Como signo de este mes les proponemos poner en el centro, con una
preocupación especial, la vida de nuestros hermanos enfermos; ya sea desde la oración
comprometida y diaria por ellos hasta la visita cercana y fraterna, con el corazón
agradecido por haber gastado su vida por la misión.

Ficha 7

“CUANDO ME ASALTE EL TEMOR,


RECUÉRDAME QUE ESTÁS JUNTO A MÍ”
- Momentos de Crisis para Don Bosco-
Javier Abregú sdb

MOTIVACIÓN
En este núcleo intentaremos abordar los momentos de Crisis en don Bosco,
mostrando también como nuestro padre tuvo que cargar con una cruz muy pesada en su
camino para alcanzar la santidad.
En un primer momento nos acercaremos a la primera y más dolorosa crisis de
Juan, la perdida de su Padre espiritual don Calosso, luego en su camino vocacional
también se encuentra en un dilema cuando tiene el deseo de entrar a la orden
Franciscana, aquí Juan descubre la importancia de un Guía. En el transcurso de su vida,
y, a pesar de todo él estaba firme siempre en el Señor que nunca lo dejó solo.

DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS

22 MB 218
DISCERNIMIENTO

▪ Una mirada al evangelio (Mc 8, 34-35)


“Luego Jesús llamo a sus discípulos y a toda la gente y les dijo: el que quiera
seguirme, que renuncie a si mismo, tome su cruz y me siga. Pues el que quiera
asegurar su vida la perderá, y el que sacrifique su vida por mí la perderá y el que
sacrifique su vida por mí y por el evangelio la salvará.”

El señor nos invita con esta lectura a renunciar a nosotros mismos, a cargar con
nuestra propia cruz y seguirlo. Realmente nada sencillo, pero es lo que decidimos hacer
el día de nuestra profesión, cuando nos llamaron por nuestros nombres. Para este mes y
en torno a esta palabra les proponemos como un signo para la comunidad, que en un
momento de oración personal en el día, podamos acercarnos a contemplar la cruz. Nos
hacemos cercanos al dolor de Cristo, en nuestro momentos de crisis, ponemos en Jesús
también los sufrimientos y crisis de nuestros jóvenes y el de las personas con las cuales
trabajamos.

▪ Art. 90
“La palabra de Dios nos llama a una conversión continua.

Conscientes de nuestra fragilidad, respondemos a la vigilancia y el arrepentimiento


sincero, la corrección fraterna, el perdón recíproco y la aceptación serena de la cruz
de cada día...”

Padre, sabemos que llevamos


el tesoro de tu vida en vasos frágiles

23 Memorias del Oratorio- Don Bosco- 14


marcados por nuestras crisis
haznos oír tu voz,
que siempre llama a cargar con nuestra cruz
haz que crezcamos en pureza y santidad
y seamos recibidos, junto con nuestros jóvenes,
en tu abrazo paterno.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Bibliografía para consultar:


Artthur J. Lenti- Don Bosco: Historia y Carisma T. 1
Gimenes, fausto “Aproximación a Don Bosco. 1994. CCS. Madrid

Ficha 9

“EL VIENTO QUE TODO EMPUJA…”


Don Bosco y los Jóvenes: Génesis de la Congregación
Salesiana
Facundo De Nicolo sdb

1. Motivación.
“El Espíritu nos está llamando a volver a Don Bosco como guía seguro para caminar
siguiendo a Cristo con una pasión ardiente por Dios y por los jóvenes, sobre todo
los más pobres.
Volver a Don Bosco significa amarlo, imitarlo y hacerlo conocer, aplicándose al
conocimiento de su historia y al estudio de los orígenes de la Congregación, en
constante escucha de las esperanzas de los jóvenes y de las provocaciones de la
cultura actual...”
(CG2624)

En la génesis esta la impronta propia, “el estilo”, que luego se irá desplegando en el transcurso
del devenir de la historia salesiana.
Para todo aquel que se siente llamado a continuar la experiencia de Don Bosco, se plantea
como desafío ineludible reconocer las raíces desde donde poder ser fecundos y responder con
vitalidad decidida a los desafíos tan actuales que presentan los gritos de los jóvenes,
especialmente los más pobres y abandonados.
Por eso es que queremos entrar de lleno al proceso que vivió Don Bosco en los orígenes de la
Congregación para, desde ahí, iluminar nuestro presente y proyectarnos al futuro en nuestra
comunidad educativo-pastoral, nuestro grupo, nuestra vida.

 Descripción y Análisis.

12. Las Constituciones Salesianas nos recuerdan en su art. 1

“...Con sentimientos de humilde gratitud, creemos que la Sociedad de San Francisco de Sales, no
es sólo fruto de una idea humana sino de la iniciativa de Dios. Para contribuir a la salvación de la
juventud -la porción más delicada y valiosa de la sociedad humana-, el Espíritu Santo suscitó, con la
intervención materna de María a San Juan Bosco.- Formó en él un corazón de padre y maestro, capaz
de una entrega total: “Tengo prometido a Dios que incluso mi último aliento será para mis pobres
jóvenes (…)

En esta última frase de Don Bosco podemos ver condensada una decisión profunda del
corazón: su opción por los jóvenes más pobres y la certeza que fue madurando en el corazón
de que la obra de sus oratorios era la respuesta a la Voluntad de Dios y al soplo del Espíritu
Santo.

En el principio estaba el Oratorio: allí estaba el centro por el que vibraba y soñaba Don
Bosco. La caridad pastoral fue la fuerza que lo impulsó a buscar, a ponerse en camino.
En un principio Don Bosco no pensó en fundar una Congregación Religiosa (¡ese no fue su
punto de partida!) sino que su centro eran salvar a los jóvenes. Eso lo motivó a pensar en un
grupo de colaboradores que lo ayudasen en su empresa. Fue su docilidad al Espíritu, en el
devenir de los acontecimientos, lo que lo fue conduciendo a la idea y posterior fundación de
la Congregación Salesiana.

24
“Da Mihi Animas, Cetera Tolle”, Capítulo General XXIII de la Congregación Salesiana (punto I:
Volver a Don Bosco, pág. 32)
Pistas para la reflexión…

 ¿Cuál es la motivación más profunda, para trabajar con los jóvenes? ¿Qué me
impulsa a hacer lo que hago?
 ¿Siento que el Oratorio, los jóvenes más pobres, son el corazón de nuestra obra?

 ¿Nos animamos a proponerles a los chicos y chicas con quienes trabajamos ideales y
sueños altos? ¿Confiamos verdaderamente en ellos?

Frente a las adversidades Don Bosco se dejó orientar y supo escuchar al ministro
Ratazzi al papa Pío IX…
 Nosotros, como comunidad nos abrimos y sabemos escuchar otras
perspectivas u orientaciones? ¿Nos animamos a plantear dificultades y pedir
ayuda?

“Los Salesianos de Don Bosco (SDB) formamos una comunidad de bautizados que, dóciles
a la voz del Espíritu, nos proponemos realizar, en una forma específica de vida religiosa, el
proyecto apostólico del Fundador…” (Const. 2)
 ¿Nos reconocemos verdaderamente Salesianos de Don Bosco como comunidad?
 ¿Nuestro obrar responde a la naturaleza y misión de nuestra sociedad o seguimos
trabajando como francotiradores, cada uno en su propia trinchera?

“En el inició estaba el Oratorio... desandando la trama”25

A principios de la década de 1850 Don Bosco estaba buscando la manera de darle estabilidad
al oratorio y a la misión con los jóvenes más pobres. Algunos sacerdotes y laicos se habían
asociado con él en la obra de los Oratorios, pero el vínculo que los unía entre ellos y con él no
eran lo suficientemente estrechos. Cada uno tenía sus compromisos e ideas. Don Bosco
deseaba unirlos con un vínculo más fuerte, bajo su guía y con alguna especie de norma.
En la mente de Don Bosco la Congregación Salesiana, era una asociación de cristianos
unidos para el bien de los jóvenes del Oratorio de Turín. Su patrono era san Francisco de
Sales, el gran santo de Saboya, muy popular en aquel entonces en el Piamonte. Don Bosco lo
escogió como patrón de sus obras, sobre todo porque la espiritualidad de san Francisco de
Sales coincidía con su propio sistema de razón y amabilidad.

Este grupo de colaboradores -cooperadores- no estaba restringida a laicos. Entre sus


miembros se incluía clérigos y laicos, hombres y mujeres. Escribe Don Bosco:

“La cosecha fue grande y sigue aumentando ante nuestros ojos. El sacerdote Juan Bosco a
menudo se encontraba rodeado de quinientos o seiscientos jóvenes, así que se hizo imposible
controlar a esa multitud y cubrir sus necesidades. Muchos sacerdotes celosos y también devotos
laicos vinieron a ayudarle en este ministerio tan necesario. Con gran orgullo podemos citar los
nombres de los más destacados: el teólogo Borel, el sacerdote José Cafasso, el canónigo
Borsarelli, estos fueron los primeros cooperadores de entre el clero.”

25
En base al libro de Arrhur J. Lenti “DON BOSCO: Historia y Carisma 2. Expansión: de Valdocco a
Roma” (capítulo VIII) ; edit. CCS.
Pero la mayoría de estos sacerdotes estaban muy ocupados. Don Bosco tuvo que recurrir a
laicos que, más liberados, tenían dinero suficiente para permitirse disponer de su tiempo:

“Así que recurrimos a gente de clase alta u otros en la ciudad que graciosamente se ofrecieron
para enseñar el catecismo y dar clases (diurnas y nocturnas), para ayudar en la Iglesia y en las
actividades al aire libre. Su tarea era dirigir las oraciones y los cantos, preparar a los jóvenes para
recibir los sacramentos e instruirlos para la confirmación. Mantenían el orden fuera de la iglesia.
Recibían a los jóvenes a la entrada del Oratorio y amigablemente se unían a ellos en sus juegos,,
manteniendo el orden mientras jugaban. Otra tarea importante de los cooperadores era la
colocación de los jóvenes en el mundo del trabajo. Muchos de estos venían de aldeas y pueblos
lejanos, necesitaban comida y un empleo, y alguien que se preocupara de ellos Algunos
cooperadores se ocupaban de encontrarles trabajo con patrones dignos y honestos. Se
aseguraban de que los chicos estuviesen aseados y convenientemente vestidos para ir a solicitar
trabajo. Durante la semana los visitaban, y se veían el domingo para no dejar que un solo días
destruyera el fruto de varias semanas de esfuerzo. Incluso en las perores tardes del invierno
muchos de estos cooperadores iban por calles peligrosas para venir a enseñar a leer, escribir
aritmética y gramática a estos jóvenes. Otros venían cada tarde para atender a los que iban más
lentos en el catecismo […]”
“Algunos de nuestros alumnos no eran nada más que sucios y desalineados pilluelos. Nadie podía
soportarlos y ningún patrón los quería en su taller. Unas cuantas mujeres piadosas vinieron al
rescate. Lavaban, cosían, remendaban e incluso proveían a estos chicos de ropa y sabanas
nuevas, según lo necesitaban”.

El período comprendido entre 1848 y 1852, años de la Revolución liberal y de la I Guerra de


Independencia y sus secuelas, fueron críticos para Don Bosco. Siguiendo el liderazgo de Mons.
Fransoni y el ejemplo de Don Cafasso y otros sacerdotes, había asumido una posición
totalmente conservadora con una gran implicación emocional con la causa de la iglesia, en
oposición a los sacerdotes más patriotas, entre ellos algunos de los que colaboraran en el
Oratorio. La ruptura explotó entonces e involucró a sus colaboradores, sacerdotes y laicos, lo
mismos que a los chicos mayores del oratorio. Los esfuerzos hechos para juntar a las partes
fracasaron. Don Bosco mantuvo su autonomía, pero perdió el apoyo de algunos
colaboradores cercanos. Mons. Fransoni favoreció a Don Bosco y lo nombró director espiritual
general de los tres Oratorios con un decreto del 31 de marzo de 1852.
Tal vez motivado por el decreto de Fransoni, comenzó pensar en la posibilidad de
buscar entre el círculo de internos de la Casa Aneja a sus ayudantes. Es a través
de esa dificultad que opta por sus muchachos, formados desde su experiencia y
bajo sus propias exigencias como colaboradores idóneos para el Oratorio.
Según narra don Barberis en sus crónicas, al hablar Don Bosco de las Memorias, que
terminaba de completar, enfatizó la importancia capital del año 1854 como un momento
decisivo de su Obra.
Estamos situados ante un antecedente esencial en la vida de Don Bosco y para la obra de sus
oratorios. Desde este año en adelante el discurso cambia, y se centra en la Congregación:

“El 26 de enero de 1854 por la noche nos reunimos en el aposento de Don Bosco: el mismo
Don Bosco, Rocchietti, Artiglia, Cagleiro y Rúa; se nos propuso hacer, con la ayuda del Señor y
de san Francisco de Sales, una experiencia de ejercicio práctico de caridad con el prójimo, para
llegar más tarde a una promesa y, después, si se veía posible y conveniente, convertirla en voto
al Señor. Desde aquella noche se llamó salesianos a los que se propusieron y se propongan tal
ejercicio”
 Desde aquí nos acercamos a algunas de las intuiciones embrionarias de Don
Bosco. Y, emerge con claridad su centro y síntesis: el Oratorio, corazón de su
misión por los jóvenes más pobres y abandonados de las barriadas de Turín.

a) Acercamiento a algunos antecedentes fundacionales:

 1849 (Julio) Don Bosco escoge a cuatro muchachos para darle un trato especial y les
enseña latín: Féliz Reviglio, Santiago Bellia, José Buzzetti y Carlos Gastini. 26

 1850
- 28 de setiembre: envía una petición y obtiene el primer documento papal otorgado
al “director de la Congregación de San Francisco de Sales” otorgando indulgencias
para los trabajadores del Oratorio. Ve este favor como una especie de aprobación.27
- octubre: pide a Mons. Fransoni que permita a los cuatro, antes mencionados, que se
examinen para poder vestir la sotana, con miras, por tanto al sacerdocio28

 1851 (2 de febrero): los cuatro arriba mencionados reciben la sotana en la capilla


Pinardi en la fiesta de la purificación, unida a la celebración publica de San Francisco
de Sales.

 1852:
- 31 de marzo: El decreto de Mons. Fransoni confirma a Don Bosco como director
espiritual a cargo de los tres oratorio (de Valdocco, de San Luis y el de los Ángeles
Custodios).
- 5 de junio: según dejó anotado Don Rúa ese día Don Bosco reunió a un grupo de
muchachos para una conferencia, durante la cual decidieron rezar los “siete gozos de
María” cada domingo. Entre ellos se encontraban: Joaquín Guanti, Santiago Bellia,
José Buzzetti, Gianinati, Ángel Savio, Esteban Savio, Segundo Marchisio, Juan Turchi,
José Rocchietti, Juan Bautista Francesia, Francisco Bosco, Juan Cagliero, Juan
Germano y Miguel Rúa.
- 3 de octubre: Miguel Rúa y José Rocchietti reciben la sotana de manos del vicario
teólogo Antonio Cinzano.

 1854 (26 de enero): un nuevo “grupo de cuatro” se reúne con Don Bosco.

En 1852-1854, años en los que elaboró el Reglamento del Oratorio Festivo, Don Bosco todavía
acariciaba la idea de ser capaz de unir el grupo. Puede decirse que no había tenido éxito en
lograrlo hasta entonces. A pesar de las afirmaciones de Don Bosco en documentos posteriores,
nunca había existido de jure o de facto una sociedad unida bajo las mismas normas y que
reconociera a Don Bosco como superior..
No obstante hasta aquí no existen documentos que permitan inferir la idea de una sociedad
religiosa en Don Bosco. Es recién en el año 1857 cuando se reúne con el ministro del Interior
Urbano Ratazzi y es él mismos ministro quien le sugiere pensar decididamente el futuro de su
obra de los Oratorios a través de la formación de una Sociedad.

26
Mbe III, 421-424, 440-442.
27
Mbe IV, 81-82.
28
Mbe IV, 116-118.
“Un día de 1857, el ministro Ratazzi (…) escribió a Don Bosco:
- Yo deseo, don Bosco, que viva muchos años, por el bien de tantos pobres muchachos;
pero usted es mortal como todos; y si llegara a faltar, ¿qué sería de su obra? ¿Ha
pensado usted ya en ello? Y si lo ha pensado ¿qué medidas piensa tomar para asegurar
la continuidad de su Institución? (…)
- A mi juicio, respondió Ratazzi, puesto que no es del parecer de hacer
Aprobar su Oratorio como una Obra Pía, debería usted elegir algunos seglares y
eclesiásticos de su confianza y formar con ellos una especie de Sociedad dentro de ciertas
normas, empaparlos de su espíritu, amaestrarlos en su sistema, para que fueran no sólo
ayudantes, sino continuadores de la obra después de su muerte (…)”

En marzo de 1858 se reúne en audiencia con el Papa Pío IX a quien le presente el plan de su
Sociedad. Este le insistió en la necesidad de que dicho grupo hiciese votos tradicionales por el
bien de la unidad y de la disciplina.
Finalmente, en una reunión histórica el 9 de diciembre de 185929, anunció finalmente a un
grupo de aquellos que “tras madura reflexión, tuviesen la intención de hacer voto de
pobreza, castidad y obediencia a su debido tiempo”, dándoles una semana para que
tomaran la decisión. De los veinte primero, dieciocho regresaron a la cita del 18 de diciembre
de 1859. El fin expreso de la Sociedad era “promover y conservar el espíritu de verdadera
caridad que se requiere en la obra de los Oratorios para la juventud abandonada y en
peligro, […]

29
Mbe VI, 252-259.
“En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
El año del Señor mil ochocientos cincuenta y nueve, a dieciocho de diciembre en este Oratorio de San
Francisco de Sales, en el aposento del sacerdote Juan Bosco, a las nueve de la noche, se reunieron con él: el
sacerdote Víctor Alassonatti, los clérigos Ángel Savio, diácono, Miguel Rúa, subdiácono, Juan Cagliero,
Juan Bautista Francesia, Francisco Provera, Carlos Ghivarello, José Lazzero, Juan Bonetti, Juan Anfossi,
Luis Marcellino, Francisco Cerruti, Celestino Durando, Segundo Pettiva, Antonio Rovetto, César José
Bongiovanni y el joven Luis Chiapale, todos con el mismo fin y ánimo de promover y conservar el espíritu
de verdadera caridad que se requiere en la obra de los Oratorios para la juventud abandonada y en peligro,
la cual en estos calamitosos tiempos es seducida de mil modos, con perjuicio para la sociedad, y arrastrada a
la impiedad y la irreligión.
Pareció bien a los congregados organizarse en Sociedad o Congregación, que juntamente con el fin de una
recíproca ayuda para la santificación propia, se propusiera promover la gloria de Dios y la salvación de las
almas, especialmente las más necesitadas de instrucción y educación; y aprobado de común acuerdo el fin
propuesto, hecha una breve oración e invocadas las luces del Espíritu Santo, se procedió a la elección de los
miembros que debían constituir el cuerpo directivo de la Sociedad de esta y nuevas Congregaciones, si a
Dios pluguiere favorecer su incremento.
Por unanimidad rogáronle a él, que era iniciador y promotor, tuviere a bien aceptar el cargo de Superior
Mayor, pues le corresponde por todo concepto. Y él aceptó con la condición de que le fuera reservada la
facultad de nombrarse al Prefecto, y puesto que ninguno se opuso a ello, declaró que le parecía que no debía
remover del cargo de Prefecto al que esto escribe, que hasta el presente tenía este cargo en la casa.
Se pensó a continuación en la manera de elegir a los otros socios que intervinieren en la dirección; y se
convino en adoptar la votación por sufragios secretos, por ser el camino más corto, para constituir el
Consejo que debía componerse de un Director Espiritual, el Ecónomo y tres Consejeros, juntamente con los
dos cargos anteriormente expresados.
Elegido secretario para este fin el que redacta la presente acta, declara haber cumplido fielmente el encargo
encomendado por la confianza de todos, atribuyendo el sufragio a cada uno de los socios, a medida que era
nombrado en votación. En la elección para Dirección Espiritual resultó elegido por unanimidad el clérigo
subdiácono Miguel Rúa, que no rehusó aceptar. Repetido el procedimiento para la elección de ecónomo, salió
elegido y fue reconocido como tal Ángel Savio, que prometió también asumir el correspondiente cargo.
Quedaba por elegir todavía los tres consejeros. El primero de ellos, hacha la acostumbrada votación, resultó
el clérigo Juan Cagliero. Segundo consejero salió elegido el clérigo Juan Bonetti. Para el tercero y último
hubo empate a favor de los clérigos Carlos Ghivarello y Francisco Provera; una segunda votación dio la
mayoría al clérigo Ghivarello; y así quedó definitivamente constituido el cuerpo de administración de
nuestra Sociedad.
Este hecho, tal como queda expuesto en su conjunto hasta aquí, fue leído en plena Congregación de todos los
socios antes mencionados y de los miembros del Consejo recién elegidos, los cuales, reconocida su veracidad,
determinaron que se conservara el original del Acta, para autenticidad de la cual firman al pie de la misma,
el Superior Mayor y el redactor como secretario-
JUAN BOSCO, Pbro.
VÍCTOR ALASONATTI, Pbro. Prefecto.

PARA PROFUNDIZAR…:
LEMOYNE, Juan Bautista.:
MBe, Vol. VI, pág. 252-259.
MBe, Vol. V, Págs. 661- 670 (“Apéndice: Primeras Reglas de la Pía Sociedad de San Francisco de Sales
presentadas por Don Bosco a Pío IX en 1858”)
LENTI, Arthur J. “Don Bosco: historia y carisma”, T. 2, Cáp. VII y VIII.
CHÁVEZ VILLANUEVA, Pascual. “Llamó a los que Él quiso y ellos se fueron con él”. Carta circular Nro.
404 (en el 150° aniversario de la fundación de la Congregación Salesiana)
4. Discernimiento.
Luego del camino recorrido en este encuentro la invitación es dejarnos iluminar por la
Palabra de Dios y dejar resonar la vida del Espíritu en nosotros escuchando aquello
que nos inspire para poder seguir caminando tras las huellas de Don Bosco…

Jn 19, 19-23
“Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos con las puertas bien
cerradas, por miedo a los judíos.
Llegó Jesús, se colocó en medio de ellos y les dijo:
La paz esté con ustedes.
Después de decir esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron al ver al Señor.
Jesús repitió:
La paz esté con ustedes. Como el Padre me envió, así yo los envío a ustedes.
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:
- Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados les quedarán perdonados; a
quienes se lo retengan les quedarán retenidos”.

Señor Jesucristo,
Que diste a Don Bosco
Como Madre, Maestra y Auxiliadora
A tu Madre Santísima,
Y por su medio le indicaste
El campo de misión
Y le inspiraste la fundación de nuestra Sociedad,
Sigue mirando con benevolencia a esta familia
tuya,
Y haz que sintamos siempre viva entre nosotros
La presencia y la obra de María:
Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los
cristianos.
Puestos en sus manos y guiados por ella,
Concédenos ser, entre los jóvenes,
Testigos de tu amor inagotable.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

 Como signo o actividad te proponemos compartir con algunos de los


hermanos de la comunidad (en la medida de lo posible con quien no te
conozcan con tanta profundidad) de qué manera te llamo Dios para
continuar y colaborar con Don Bosco a formar parte de la Congregación.
Ficha 10
“Desde el reparo de las opciones”
Richard Godoy sdb.

Presentamos esta propuesta que tiene de lindo la posibilidad de poder ser enriquecida y
adaptada a… y desde… la realidad de cada comunidad y los hermanos. Este pequeño
momento de retiro que nos regalamos como comunidad persigue dos simples objetivos:
Desde las opciones primeras de Don Bosco y a modo personal mirar las nuestras
y discernir nuevas desde lo que el Espíritu nos vaya inspirando.
Como comunidad compartir las resonancias del espacio personal y mirar
nuestras opciones comunitarias rezando con ellas.
Para esto queremos invitarnos a hacer un espacio de silencio y recogimiento
favoreciéndolo con alguna canción instrumental y ambientando el lugar con imágenes
de Don Bosco, jóvenes (si tenemos las fotos de los jóvenes de nuestras obras con sus
nombres o de actividades hechas en el año sería muy significativo), la Virgen
Auxiliadora, Jesucristo…

MOMENTO:
Nos colocamos en círculo formando una ronda y en el medio ponemos los elementos
mencionados antes. También van a estar allí dispuestos copias del relato de las
Memorias del oratorio (adjuntadas al final) en la que se narra la visita de Don Bosco a
las Cárceles.
1- MOTIVACIÓN: Para iniciar se podría cantar una canción al Espíritu Santo o
una oración que nos ayude a poner en clima de entrega este momento de retiro.
Luego de esto se invita a tomar cada uno una copia del relato y se lee en voz alta
(sería conveniente que quien lleva a cabo la motivación del retiro predisponga a
los hermanos al momento de retiro enunciando los objetivos y las razones del
espacio).

2- DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA: Después de haber leído el relato se


invita a leer en voz alta algunas de las frases de la narración que mas llamen la
atención dejándose un momento de silencio para esto.

SEGUNDO MOMENTO
3- ANÁLISIS DE LA EXPERIENCIA: en este momento que es mas bien
personal se invitará a poder mirar el corazón de Don Bosco y descubrir cuáles
son los irrenunciables mas fuertes en él en ese momento de la narración. Se
puede escribir en el cuaderno espiritual si se tuviera o en algún otro lado para
registrarlo. Luego de esto se propondrá mirar las opciones de Don Bosco desde
este fragmento para iluminar las nuestras. Esto se hará a partir de algunas
preguntas guías que si nos ayudan las podemos tomar y sino se hace una
consigna más abierta. Las preguntas son las siguientes:

“Don Cafasso, que ya desde hace seis años me orientaba, fue ante todo
mi director espiritual, y si he hecho algún bien, se lo debo a este
excelente sacerdote, pues desde el comienzo puse en sus manos todas las
decisiones, los problemas y las realizaciones de mi vida”(Opción por el
acompañamiento): ¿Cuáles son mis espacio de confrontación de mi vida
y con quien?; ¿Qué estoy necesitando con respecto a esto?; ¿Cuáles son
hoy las decisiones, los problemas y las realizaciones de mi vida?; ¿están
estas cuestiones en relación a mi opción fundamental?

“Lo primero que hizo fue llevarme a las cárceles en donde pude conocer
que enorme es la malicia y miseria de los hombres (…) me sentí
horrorizado al ver esa cantidad de muchachos (…) que estaban
completamente abandonados (Opción por los jóvenes más pobres y
abandonados): ¿En mi campo de misión quiénes son los jóvenes mas
necesitados?(Se podrían anotar los nombres o los grupos);¿Vibra mi
corazón por ellos? ¿Son los primeros?¿tengo presente esta opción?¿Qué
podría hacer para no olvidarlo?¿Qué me hace descuidar este importante
aspecto?

“Le comuniqué mi pensamiento al P. Cafasso y con ayuda de sus


consejos me puse a ver la manera de llevarlo a cabo” (Opción por la
misión compartida): ¿Comunico en la comunidad mis búsquedas más
profundas?; ¿Es la comunidad el lugar privilegiado donde expresarme,
compartir y celebrar la propia vida, la propia misión?¿Qué podría hacer
yo para seguir creciendo en esto?

“Poniendo en las manos del Señor los resultados, ya que sin Ël todos los
esfuerzos humanos son inútiles” (Opción por la oración): ¿De dónde
saco la fuerza para caminar y crecer en la vida salesiana entregada?;
¿Cuáles son mis espacios de oración personales y comunitarios?

“Y si estos chicos allá afuera tuvieran un amigo que se interesaran por


su bien, los acompañara y los instruyera en la religión durante los días
festivos…” (Opción por la Espiritualidad salesiana de la misión):
¿Cómo es mi estar con los jóvenes, con las personas?; ¿Perciben ellos
que soy el amigo que les refleja “El amigo”, que los quiere y desea
acompañarlos?; ¿Qué cosas veo que podrían ayudar más de mi persona a
los jóvenes hoy en donde estoy? ¿Qué cosas no?
A la luz de esto fragmentos se podría invitar a preguntarse: de los primeros sueños y
opciones que he tenido a la luz de la vida de Don Bosco ¿Cuáles han prosperado? ¿Qué
he descuidado o dejé de lado? ¿Cuáles debería profundizar? Y todo esto se puede hacer
frente al sagrario o la palabra o las constituciones.

TERCER MOMENTO:

4- Celebración: reunidos de nuevo se invita a los hermanos a compartir las


resonancias del espacio personal contando los aspectos más significativos.
Luego de esto se prende una vela y se coloca la palabra de Dios en el centro
junto a los demás elementos antes mencionados y se invita a pensar preces
libres en torno a lo rezado. Leemos la lectura del buen pastor y realizamos una
pequeña lectio y a continuación decimos en voz alta las preces que hemos
pensado. A cada petición respondemos “Por Don Bosco, te lo pedimos Señor”.

5- Terminamos con un avemaría y una bendición final.


DON BOSCO Y SU VISITA A LAS CÁRCELES.
Don Cafasso, que ya desde hace seis años me orientaba, fue ante todo mi director
espiritual, y si he hecho algún bien, se lo debo a este excelente sacerdote, pues desde el
comienzo puse en sus manos todas las decisiones, los problemas y las realizaciones de
mi vida. Lo primero que hizo fue llevarme a las cárceles en donde pude conocer que
enorme es la malicia y miseria de los hombres.
Me sentí horrorizado al ver esa cantidad de muchachos, de doce a dieciocho años,
sanos, robustos, inteligentes, que estaban allí ociosos, roídos por los insectos y faltos en
absoluto del alimento espiritual y material. Estaban personificados en estos infelices la
vergüenza de la patria, el deshonor de la familia y su propio envilecimiento. Pero que
sorpresa y asombro constatar que muchos de ellos salían de ese antro con el propósito
firme de cambiar de vida y, sin embargo, reincidían fatalmente en los mismos lugares de
reclusión que pocos días antes habían abandonado.
Constaté, así mismo, en esas ocasiones, que las recaídas de muchos se debían a que
estaban completamente abandonados. Fue cuando me pregunté: Y si estos chicos allá
afuera tuvieran un amigo que se interesaran por su bien, los acompañara y los instruyera
en la religión durante los días festivo ¿no se reduciría el número de los que vuelven a la
cárcel?
Le comuniqué mi pensamiento al P. Cafasso y con ayuda de sus consejos me puse a ver
la manera de llevarlo a cabo poniendo en las manos del Señor los resultados, ya que sin
Él todos los esfuerzos humanos son inútiles.30

30

BOSCO, Juan. Memorias del oratorio de San Francisco de Sales. Edición crítica de PERAZA,
Fernando. Didascalia 2008. Argentina

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