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CONCEPTO REALISTA DEL HOMBRE EN LA VISIÓN DE J BOSCO

J Bosco, por su formación, prefirió tratar a la persona con más realismo, sin los radicalismos de bueno o de malo, orientándose
también por la tradición de la Iglesia católica, cuya historia él conocía muy bien. Es importante mencionar que éste era
también el pensamiento de varios educadores católicos anteriores a él, como Felipe Néri, La Salle y otros.

El concepto que J Bosco tenía del hombre era parte de una cosmovisión católica que poseía, con algunas particularidades
propias de su ambiente.

La mentalidad religiosa de J Bosco puso a Dios en el vértice de todo. Él es el Creador, Señor, Redentor, principio y fin de
todas las cosas.

“Este Dios, que siempre existió y que existirá siempre, después de haber creado todas las cosas presentes en el cielo y en
la tierra, creó también a la Persona, que es la más perfecta de todas las criaturas visibles “

Para Don Bosco "el hombre es un compuesto de Espíritu y cuerpo".Él escribe en la obra Juventud instruida

La persona se distingue de todos los otros animales, principalmente por tener una ESENCIA que piensa, SE PREGUNTA TODO
LOS ¿POR QUÉ?, Y LOS “PARA QUE”; UNA CONCIENCIA PROFUNDA quiere y conoce lo que es el bien y lo que es el mal.
Esta esencia, por ser espíritu puro, no puede morirse con el cuerpo; pero, cuando éste sea llevado a la sepultura, empezará
otra vida, que jamás tendrá fin.

La visión pedagógica de J Bosco nace de una sólida y única concepción del joven, ni ángel, ni bestia, ni un ser alado sin
cuerpo, soñador o estático, ni máquina, ni instrumento, pero síntesis viva de exigencias espirituales y de funciones corpóreas,
orientadas hacia lo alto y, aunque vinculado a la tierra, está anclado en Dios y al mismo tiempo fuertemente apoyado sobre
la Tierra y en la sociedad de los humanos

Las dos inspiraciones, celestial y terrestre, no se oponen en la visión de J Bosco, sino que forman parte de una unidad
jerárquica.

Para J. Bosco, La Persona es susceptible de perfección, a pesar de débil, por el pecado. Él dedicó toda su vida a los jóvenes,
porque creía que la Persona era capaz de educarse y de perfeccionarse

Para él, la vida es un don, un deber, un talento para desarrollar, un reto, una misión a realizar

Don Bosco educador

“El Señor indicó a Don Bosco, como primeros y principales destinatarios de su misión, a los jóvenes, especialmente los
más pobres. Llamados a esa misión, nos percatamos de su extrema importancia: los jóvenes viven los años en que hacen
opciones de vida fundamentales, que preparan el porvenir y de la Iglesia. Con Don Bosco, reafirmamos nuestra preferencia
por la juventud pobre, abandonada y en peligro, la que tiene mayor necesidad de ser querida y evangelizadora, y
trabajamos, sobre todo, en los lugares de mayor pobreza” (Constituciones SDB, art. 26).

La experiencia de base de D. Bosco fue su encuentro con jóvenes “apaleados” por la vida. Cuenta en sus Memoria del
Oratorio: “Lo que más me impresionaba era que muchos, al salir, estaban decididos a cambiar de vida… Pero, al cabo de
poco tiempo, terminaban de nuevo allí”. Intentó averiguar la causa y termina diciendo: “Porque están abandonados a sí
mismos”. No tenían familia, o eran rechazados por sus parientes porque la cárcel “les había deshonrado para siempre”.
“Estos muchachos, decía para mí, deberían encontrar fuera un amigo que se preocupase de ellos y les atendiese e instruyese
en la religión, durante los días festivos. Entonces no volverían a la cárcel”.

1.1 Descripción

Don Bosco empezó su labor educativa acercándose a una realidad que le sorprendía (jóvenes maltratados en el trabajo,
maltratados en la ciudad, sin familia que los levante…) y reflexionando sobre esa realidad de jóvenes que estaban en la
cárcel, de pequeños obreros venidos de otras regiones de Italia para trabajar en Turín, de chicos pobres de la periferia de
esa gran ciudad. Después, en un segundo momento, amplió mucho los intereses pastorales, guardando siempre como
prioritario el compromiso con los jóvenes que él llamaba “pobres, abandonados y en peligro”. Este objeto prioritario de las
preocupaciones pastorales de Don Bosco constituye el momento más importante de su actuación, de su compromiso, aunque
no haya sido siempre la preocupación real de sus actividades pastorales.

Si miramos a Don Bosco es porque de él dimana el estilo salesiano, él fue su “inventor”, en él se plasmó de una manera
genuina esa intuición educativa, fruto de la reflexión, la oración y la experiencia de vida. El ir por las calles, plazas, el
visitar las cárceles, el ver cómo explotaban a “sus jóvenes”, le hizo sentir la necesidad de dar una respuesta desde su ser
sacerdote, eso le hizo “sentirse llamado por Dios” a una misión: “salvar a los jóvenes”. En esta experiencia de Dios con los
jóvenes él descubre el sentido de su vida, de su vocación como sacerdote.

Don Bosco vivió, en Turín, los comienzos de la sociedad industrial en el siglo XIX. Esto hizo que él sufriera los problemas
de marginación de los adolescentes y jóvenes, en los barrios periféricos. Esta marginación, entonces como ahora, era una
realidad muy dura. Don Bosco se encontraba con el problema de la inmigración de un gran número de chavales que venían
de las poblaciones cercanas a buscarse la vida, adolescentes, casi niños, que habían dejado sus familias, que no frecuentaban
la escuela, con todo el día para no hacer nada en la calle, con las consecuencias que este estar todo el día en la calle bien
conocemos.

Don Bosco, por tanto, habló, pensó y respondió en aquellos tiempos. Ahora somos nosotros los que tenemos que pensar,
actuar con generosidad, con ilusión, con sentido de utopía, como él tuvo. Nosotros somos hoy los Don Bosco que tenemos que
responder a las necesidades de los jóvenes de hoy. ¿Qué respuesta dar? Tenemos que volver a Don Bosco, para ver qué
respuesta daba él a los problemas de los jóvenes de su tiempo, y ver qué respuesta podemos dar nosotros hoy (actuando y
pensando), buscando las respuestas más parecidas a las que él ofreció a los jóvenes de su tiempo, para que no se pierda
su espíritu, no para hacer lo mismo, evidentemente.

Don Bosco descubre en las calles, en las plazas, en la cárcel, unos jóvenes sin recursos, sin herramientas para “defenderse”
de la situación de inadaptación que sufren por el paso de la vida en el campo, en sus familias…a la vida en una gran
ciudad, solos y sin familia, estudios, trabajo… Sin duda, esto hace que estén “tirados” a las afueras de la ciudad, y que
muchos pasaran a su lado sin acercarse a curar sus heridas.

1.2 Los que se acercan

¿Cuáles son las respuestas que se dan a los chavales “difíciles”, “marginados”, “raros” …? En tiempos de Don Bosco se daban
las mismas respuestas que hoy: respuestas judiciales, policiales, sociológicas, asistenciales… Muchas de las personas que
vivían en Turín en tiempos de Don Bosco, viendo la situación de todos estos muchachos y muchachas, sentían pena, pero no
iban más allá, ahí se quedaban. Como mucho les daban a lo mejor algo para comer, o algo de dinero… pero nada más.

Otras personas, como la Marquesa de Barolo y otros, fundaban lugares para estos muchachos y muchachas. Era una manera
de expresar esta lástima que sentían por ellos y ellas, pero no iban más allá; no intentaban cambiar la situación ni buscaban
la manera de hacer que estos chicos y chicas fueran los protagonistas de su historia. Desde la lástima, mantenían la situación
de pobreza y exclusión de estos chicos y chicas, pues seguían sin tener los recursos, las herramientas para poder salir de su
situación. La posada del buen samaritano no es refugio, sino paso para descansar y tener fuerzas para moverse en la vida.

Y no podemos olvidar el problema de la inseguridad. Esta cantidad de chicos en las calles creaba una situación en la que
las personas y los comercios viven en una situación de inseguridad. Esto se paliaba con la cárcel; de esa manera volvía la
tranquilidad y, con ella, la seguridad a las calles y plazas, y la gente podía pasear tranquilamente sin miedo a sufrir un
altercado.

“Encerrar o educar”: es la alternativa que se pone D. Bosco. No es solución la cárcel, el reformatorio, no para esos
chicos.

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