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Un (último) adiós

14 de oct. De 23

Desperté, me sentía vacía y sin ganas de nada, las gotas


resbalaban por la ventana la cual tenía una vista un poco común,
todo estaba en su lugar pero por alguna razón algo me faltaba.
Baje a la cocina a ver si encontraba algo que valdría la pena
comer y regrese a mi cuarto con un yogurt y un sanduche que yo
misma había preparado, mire al techo durante unos minutos el
cual tenía estrellas que brillaban en la noche, yo las había puesto
ya que me da miedo la oscuridad, y sentí una, no tan fría,
sensación pasar por mi cara.
Mierda, estaba llorando de nuevo
29 de jun. De 22
Había terminado otro año de sufrimiento, sí el colegio, no es que
sea mala estudiando pero estaba cansada y aburrida de que cada
año sea el mismo proceso, en cuanto a notas mi promedio no
bajaba de nueve, y no era para nada problemática.
Esa tarde había sido cansada, era la clausura y había mucho sol,
odio el calor, ¡¿hay alguien que le guste el calor?! No me gustaban
este tipo de eventos y más cuando se trataba de algo al aire libre,
todos decían esas palabras emotivas que nadie quiere escuchar y
no porque causen nostalgia y tristeza si no porque es bastante
aburrido escuchar a los maestros leer una hoja sacada de
internet, me despedí de todos y volví a casa a encerrarme y
escuchar música para luego ver qué plan improvisado salía.
Mi vida era muy normal, no es que sea tan interesante, no me
gustaba tanto salir y cuando me invitaban sacaba excusas para no
ir, en unos meses seria la nueva y es molesto serlo, no quería
irme del lugar en donde había estudiado toda mi vida, pero todos
se irían y mi única opción era cambiarme, le había tomado cariño
a todos los maestros y había hecho muchos amigos ahí, aunque
sabía que también haría amistades en el nuevo colegio.
Mi mejor amiga se iría a estudiar lejos y eso significaría no volver
a verla más, me ponía triste la idea de que no podríamos salir,
divertirnos y contarnos lo que nos pasa, aunque no podía hacer
nada tenía la esperanza de que en el último momento me dijera
que no se iría.
Solo tenía que esperar y era muy mala en eso.
18 de ago. Del 22
Desperté esta mañana con la esperanza de que mi mamá no me
llevara a tomar fotos para la inscripción al nuevo colegio, pero
toda esperanza que tenía se fue cuando escuche a alguien decir
— Kaetty alístate que iremos a sacarte fotos — era mi madre, su
nombre era Mariela, trabajaba de enfermera en un hospital que
quedaba en la capital, no es que su profesión le apasionaba y sigo
sin creer que la escogió porque era la única carrera que estaba
disponible en su universidad.
Hice una mala cara y con mi cuerpo todavía en mi cama le dije —
Ya voy ma.
Me puse lo primero que encontré y baje a desayunar, estaba en
mi semana de dieta que máximo duraba 3 días, comí una
manzana, una barrita de cereal, y no podía faltar mi botella de
agua, la verdad no sabía porque hacia todo eso si al final
terminaría comiendo todo lo que tuviera más de 300 calorías.
Mi madre me miro con una cara de desaprobación al ver lo que
sería mi desayuno, y le lancé una sonrisa sarcástica.
Anteriormente había estado yendo con la nutrióloga según por
mis problemas alimenticios, era una exageración de parte de mi
madre. Estoy consciente que hice mal en dejar de comer y
excederme con el ejercicio pero me sentía mal con mi cuerpo y
conmigo, siendo sincera era mejor que arrodillarme frente a un
baño y provocarme vómito. La nutrióloga me sermoneaba por mi
bajo peso, pero yo en el fondo estaba orgullosa de haber perdido
20 malditos kilos.
Termine de desayunar y fuimos rumbo a mi pesadilla, ¡¡las fotos!!
Odiaba las fotos y es que en las únicas que salía era en las
familiares y por ocasiones especiales en las del colegio, mi madre
sabia cuanto odiaba las fotos y siempre me recompensaba con
alguna cosa que se le ocurría. — Al terminar iremos a comer lo
que tú quieras — dijo con una sonrisa en su rostro y es que mi
madre sabía que estaba en mi dieta. Hoy sería el día en que la
rompería. — Te gusta atormentarme — reí —.

21 de ago. De 22

Faltaba poco para entrar a la nueva escuela, como lo dije antes no


me gustaba el hecho de ser la nueva aunque sabía que no sería la
única, cosa que me calmaba.
No era lo único que se acercaba, mi cumpleaños también estaba
por delante, y no es que este impaciente por ello, mi cumpleaños
no lo considero una fecha especial, solo te recuerda el día en el
que te consideran ser humano, abres los ojos y estas encerrado
entre cuatro paredes en un asco de mundo lleno de personas que
la única diferencia que tienen son sus caras.
En mi cumpleaños se reúnen todas las personas que quiero pero
no se quieren entre ellos como era el ejemplo de mis padres.
Habían tenido problemas anteriormente y estaban pensando en
el divorcio que al parecer es la única solución que hoy en día
consideran.
No entendía porque se juran amor eterno y al final cada quien
termina yéndose y eligiendo lo que quiere para el resto de su
vida, cada que preguntaba me decían — No lo entenderías — no
respondían a mi pregunta y sabía que insistir no serviría de nada.
Cuando era pequeña tenía el orgullo de decir — Mis padres se
quieren, — Hoy jugué con ellos en el parque, — ¡¡Nos fuimos de
viaje y vimos muchos animales!! — ¡¡Hoy hicimos pastel juntos!!
—¡¡Que divertida estaba la pelea de almohadas!!
Mi yo pequeña jamás imagino que esos momentos en los que no
importaba lo hora que era con tal de ser feliz junto a las personas
que más amaba se iban a terminar, y demasiado pronto.
Solo los veía pelear, salían de casa y no les importaba dejarme
sola, tuve que ver a mi madre encerrarse en el baño para que no
la viera llorar, tuve que ver como mi padre no intentaba siquiera
arreglar las cosas, pensaban que no me daba cuenta de lo que
pasaba pero lo entendía todo y sabía lo que pasaría.
Todo estaba bien y de un momento a otro me encontraba
pidiéndoles que pararan de gritarse….
Sin darme cuenta me encontraba otra vez pensando en cosas del
pasado, por alguna razón frecuentaba hacerlo, había veces que no
podía controlar mis emociones y acababa llorando hasta
quedarme dormida.
Mi padre trabajaba en otra región por lo que no lo veía todos los
días, solo venia un par de días para verme y salir a jugar y luego
se iba. Lo extrañaba demasiado pero no podía impedir que se
vaya, mis padres estaban separados, no entendía porque pero en
ese tiempo no le daba tanta importancia. Mi madre hacia su vida
aquí y mi padre allá….
La distancia es un problema para muchas parejas y es por eso
que aparece la desconfianza, no sabes si la otra persona te está
siendo leal, la mayoría de estas relaciones no funcionan y
simplemente se rompen.
Mi madre era un gran apoyo para mí, sentía que solo la tenía a
ella y ella a mí, nos llevábamos bien y crecí junto a ella. Mi padre
dejo de visitarme, dejo de llevarme a mis lugares favoritos, dejo
de ir a mis cumpleaños, crecí sin él, ya no lo extrañaba y no lo
odiaba, no soy una persona que guarda rencor, solo te provocas
dolor a ti mismo, y en estos momentos no tenía ganas de
lastimarme más.

— ¿Ya estas lista?— preguntó mi madre. Hoy íbamos a una


importante cena de su trabajo y no quería llegar tarde, la
acompañaba porque quedarme en casa era muy solitario y quería
salir a distraerme. — Solo voy porque prometiste llevarme de
compras — dije en un tono un poco burlón. — Bien — dijo y rió
por lo bajo. Usualmente estas salidas siempre terminaban en
noche de películas con mucha comida chatarra, me divertía el
hecho de que se preocupara por engordar aunque igual
terminaba dejando las fundas de papas vacías.
Mi madre la mayoría del tiempo estaba ocupada en su trabajo
pero los días libres los pasábamos juntas y eso compensaba su
ausencia.
—¡¡Eso es demasiado caro!! — dijo exaltada — Dijiste que podía
elegir lo que quisiera — afirme riendo.

26 de agosto del 22
En temas del amor no soy tan buena que digamos, pero hace un
tiempo hubo una persona, confíe en él y le encargue mi corazón
aun sabiendo que podía irse en cualquier momento….

Era un 12 de enero y mis padres planeaban inscribirme en


cursos de inglés por las tardes, pensé que sería una buena idea ya
que saldría más y conocería más gente, ahora me arrepiento de
haber accedido. — ¡¡Ya levántate o llegaras tarde a la entrevista!!
—dijo mi madre desde su habitación. Solía dormir por las tardes
cosa que no beneficiaba en nada el horario de mis cursos.
— No quiero ir — dije con reniego —.
Al final me levanté, agarre la ropa que me puse ayer y me
cambié. — Adiós ma, no te preocupes por mi vendré sola —.
—Está bien, cuídate te quiero.
— Yo igual — dije en voz alta para lograr que me escuche y salí.

Ya eran las 3:45 de la tarde y la entrevista era a las 4:00 tenía


suficiente tiempo para llegar. Decidí caminar y escuchar música
para relajarme un poco, al otro lado de la calle note una figura
delgada, se trataba de un chico alto, castaño, y con piel un poco
pálida, por alguna razón llamó mi atención y lo observe hasta
darme cuenta que íbamos en la misma dirección.
Lo examinaba detalladamente hasta que volteó y sus ojos se
encontraron con los míos, sus ojos eran oscuros, se veían
cansados y en su cara pude ver que se dio cuenta lo mucho que lo
veía.
Sentí como mi cara ardía y lo único que quería era desaparecer,
no se podía volver peor hasta que sentí como algo golpeo mi
cuerpo.
¡¡¡HABIA CHOCADO CON UN MALDITO POSTE!!!
Me encontraba en el suelo y voltee a ver al chico para notar que
se estaba riendo de mí. Genial.
Le hice una mala cara causando que aumentara su risa y vi como
se iba alejando mientras yo estaba en el piso.
No solían pasarme estas cosas, siempre era muy cuidadosa y más
en la calle. Agarre mis cosas, me levanté y continúe mi camino
fingiendo que nada pasó, aunque por dentro me moría de la
vergüenza.

Existen 27 letras y más de 1000 palabras pero ninguna describe


lo lindo que son tus ojos con toque a noche pura….

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