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FACTORES DEL AMBIENTE QUE EFECTAN LA FORMACION Y LLENADO DE

LAS SEMILLAS
RADIACION SOLAR
En la producción de tubérculo–semilla de papa en invernadero se emplean
diversas cubiertas plásticas que difieren en la transmisión de radiación: desde 50
hasta 85% de la radiación total incidente, situación que repercute en rendimientos
variables por planta, por lo que es necesario determinar el nivel de radiación
óptimo para la producción de minitubérculos, hacer más eficiente este sistema de
producción e incrementar la disponibilidad de semilla básica.
Más del 80% del peso seco de una planta se origina del carbono fijado por la
fotosíntesis; sin embargo, no se puede asegurar que a mayor intercepción de
radiación solar, mayor sea la producción del órgano de interés debido a que la
hoja de papa se satura a 1,200 ì mol·m–2·s–1 (Dwelle, 1985). La radiación
necesaria para saturar las hojas de una planta completa en un dosel debe ser más
alta, por lo que, tanto el tipo de cubierta, como la densidad de plantación son
importantes en el rendimiento del cultivo bajo invernadero. En cultivo in
vitro, Niu et al., (1996) mostraron que al incrementar la irradiación aumentó la
masa seca. En condiciones controladas, bajo sombra, decreció sustancialmente el
número de células del tubérculo tanto al inicio de la tuberización como en la etapa
de llenado, lo que afectó el rendimiento de la planta (R. Flores–López*, 2009)
DIOXIDO DE CARBONO
El CO2 es esencial para que se produzca la fotosíntesis en las plantas. El aporte
de CO2 es muy importante para el correcto desarrollo del cultivo, además del agua
y la luz.
Al aumentar la concentración de CO2 en el interior de un invernadero se
incrementa la actividad fotosintética, lo que se traduce en un aumento de la
precocidad, el rendimiento, la producción (del orden del 15-25%) y la calidad de la
cosecha. Para que se produzca una buena asimilación del CO2, el factor más
importante es la radiación solar, aunque también influyen la ventilación, la
temperatura y humedad.
Para producir unos óptimos de calidad y cantidad, la planta requiere una
concentración de CO2 de 700 a 1000 ppm.
Sin embargo, la concentración en el exterior está en torno a 350-380 ppm, y en el
interior del invernadero puede llegar incluso a niveles inferiores de 100 ppm, si no
se produce una buena ventilación.
Cuando la radiación solar aumenta y las demás condiciones son adecuadas, la
actividad fotosintética se incrementa de tal forma que, si las ventanas del
invernadero permanecen cerradas, la concentración de CO2 del aire del
invernadero disminuye por debajo de la concentración de CO2 del exterior,
llegando un momento en el que la actividad fotosintética desciende, e incluso se
detiene por deficiencia de CO2.
Esto se traduce en una pérdida de producción y en un retraso de la cosecha. De
ahí la importancia de aplicar CO2 en el momento preciso. (NUTRICONTROL,
2020)
TEMPERATURA
Las temperaturas extremas afectan el crecimiento y desarrollo del cultivo. “Ese
estrés va a tener según sus características (severidad, días consecutivos, número
de exposiciones, combinación con otros estreses, etcétera) su impacto sobre el
cultivo. Dependiendo de las características del cultivo, esta combinación dará
como resultado resistencia o susceptibilidad, pudiendo llegar a matar a la planta”,
explicó.

La investigadora dijo a la audiencia que la temperatura de los órganos de la planta


puede diferir de la temperatura del ambiente. La temperatura del receptáculo (la
parte de atrás del girasol) puede estar por encima de la temperatura ambiente, así
como también los granos. Esto ocurre en situaciones de estrés o alta
concentración de dióxido de carbono, lo que produce condiciones de baja
conductancia, impidiendo los mecanismos de enfriamiento del cultivo. En el caso
de la germinación, las temperaturas que la maximizan son de 10 a 15 grados. Por
encima de 35 grados disminuye mucho y a 40 grados, más. La ventana entre 12 y
25 grados maximizan la germinación.
Temperaturas de entre 10 y 25 grados maximizan el llenado de grano. En tanto
que la radiación interceptada en el período crítico influye positivamente en la
definición de los números de granos.
(Todo agro , 2014)
NUTRIENTES
Los macronutrientes y la calidad de las semillas
A manera de ejemplificar este tema, trataremos el caso especial del fósforo (P) en
las etapas tempranas del desarrollo de los cultivos y del nitrógeno (N) en las
leguminosas. El suministro de P en etapas muy tempranas del ciclo agrícola es
más importante en el logro de mejores rendimientos que el suministro de P en
etapas posteriores, ya que es un nutriente esencial para el desarrollo de nuevas
células y juega un papel vital en todos los procesos de la planta que requieren
transferencia de energía. Diversos estudios indican que semillas con contenido
alto de P o tratadas mediante recubrimiento con este nutriente, tienen mejor
crecimiento y mayor rendimiento, incluso cuando el nivel aplicado de fósforo en el
suelo es el óptimo. Lo anterior se explica debido a que la planta tarda en
desarrollar todo su sistema radical; principal medio donde son absorbidos los
nutrientes y el agua. Otro ejemplo típico son las leguminosas, cuya fuente
principal de Nitrógeno (N) la obtienen a través de la fijación biológica de esté
nutriente. Estas plantas requieren más P y Mo (Molibdeno) en comparación a
plantas en las que su fuente principal de N son los fertilizantes, debido a que en el
proceso biológico de fijación la enzima nitrogenasa consume energía para la
reducción del N2 atmosférico. Para las leguminosas el enriquecimiento de las
semillas con P y Mo es sumamente importante para su desarrollo óptimo en
etapas tempranas. Por otro lado, a pesar de que las leguminosas son cultivos que
comúnmente no son fertilizados o en su defecto muy poco, no es sino hasta la
cuarta o quinta semana después de la germinación que se establece plenamente
el sistema de fijación, por lo que las reservas de N en las semillas son de gran
importancia. (INTAGRI, 2019)

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