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Una introducción al estudio de la actividad mental Psicología General II.

2023

Una introducción al estudio de la actividad mental desde dos


perspectivas: la Histórico Cultural y la Cognitiva

Juan Mayol y Martín Larripa

1.- Introducción
Este texto introductorio de la asignatura tiene como objetivo principal
presentarles un ordenamiento tentativo de corrientes de investigación que trabajaremos a
lo largo de la cursada. La Psicología General1 se ocupa del estudio de los procesos
psicológicos como la percepción, el lenguaje, la memoria, el pensamiento y las
emociones, que históricamente estos procesos han sido abordados desde diversos marcos
teóricos. La presente asignatura recorta principalmente dos grandes grupos de corrientes
o tradiciones de investigación: el enfoque Histórico Cultural y la Psicología Cognitiva.
En el caso de este último modelo, nos focalizaremos en los aportes contemporáneos
dedicados al estudio de la Mente Corporizada o Embodiment, derivados de los primeros
modelos de funcionamiento mental basados en una perspectiva computacional. Esta
presentación sintética de los modelos psicológicos seleccionados para realizar el
recorrido de la asignatura tiene presente 4 categorías para relacionarlos:
§ la idea de sujeto que cada modelo sostiene.
§ las bases epistemológicas sobre las que cada enfoque construye su teoría.
§ el mecanismo explicativo que regula el funcionamiento de los procesos
psicológicos estudiados.
§ la unidad de análisis o recorte que cada teoría aborda y toma como referencia.
De los problemas que aborda usualmente la Psicología General, el modelo de
sujeto y su “arquitectura funcional” (Rivière, 1987) es un aspecto relevante, porque
supone la concepción general que esa teoría tiene acerca de la persona como totalidad.
Esta categoría muestra también la aplicabilidad de la teoría para la comprensión de lo
humano, de qué modo puede la teoría modelizar el funcionamiento psicológico de las
personas para comprender su dinámica. Veremos en el tercer apartado que este es uno de
los aspectos cruciales para establecer diferencias entre los dos modelos que presentamos.
En el caso de las bases epistemológicas de cada teoría, es importante tener en
cuenta que este aspecto “desnuda” la teoría, mostrándonos la estructura básica de ésta, y
por ello, sus posibilidades y limitaciones. De modo tal que, por ejemplo, una teoría puede
explicar muy bien la transmisión de la información o de cualquier otro ente considerado
discreto y permanente (como hace el Cognitivismo) pero tendrá problemas para explicar
la transformación de dicha entidad, el desarrollo o la génesis de la cosa en cuestión. El
devenir, el desarrollo estructural, la génesis de cualquier ente será en cambio explicado
sin problemas por las perspectivas constructivistas y genéticas como el enfoque Histórico

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La Psicología General se ha dedicado históricamente a estudiar lo que las personas tenemos en común (en
eso se distingue de la Psicología Diferencial), y en un sujeto teóricamente “sano”, en oposición a la
Psicología Clínica. Lo que incluye tanto la supuesta estructura psicológica de la persona coma también su
transformación a través del tiempo (aspecto este último que también se adjudican la Psicología Evolutiva,
la del Aprendizaje y la del Desarrollo).

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Cultural y la perspectiva Psicogenética de Piaget (que no se incluye en el recorrido del


programa de esta asignatura). En síntesis, la base epistemológica nos muestra con que
“tijera” está cortada la teoría, cuál es lo lógica profunda que organiza y da sentido a toda
la perspectiva.
El mecanismo explicativo es de algún modo el argumento clave dentro de una
teoría, y se transparenta en las leyes y principios que propone. Este aspecto da cuenta de
las relaciones causales -muchas veces invisibles- entre los diferentes aspectos de una
teoría. En otros casos, los menos, las relaciones se dan casi exclusivamente entre
aspectos observables, como es el caso, por ejemplo, de la Ley de Condicionamiento en el
Conductismo americano. Recordemos que según esta ley los estímulos y las respuestas
del organismo se relacionan de modo causal por leyes universales: “El conductista afirma
que todo estímulo efectivo tiene su respuesta, y que ella es inmediata” (Watson, 1947, p.
21). Es así que los mecanismos explicativos proyectan las limitaciones y posibilidades de
cada teoría, la matriz a partir de la cual puede entenderse la concepción de la teoría o del
autor. Esto difiere de las bases epistemológicas que se dejan planteadas en el punto de
partida, porque las afirmaciones, leyes o explicaciones que propone la perspectiva que
estemos estudiando suelen ser producto de la investigación particular del autor o la
teoría.
Finalmente, la última categoría que nos permite poner en relación diferentes
enfoques teóricos es la unidad de análisis que cada teoría defiende para plantear sus
explicaciones. La unidad de análisis es el “recorte” de la realidad que se está estudiando,
pero no se trata de circunscribir un límite de lo que se va abordar dentro de lo que ya
existe en la realidad, sino la propuesta de la naturaleza de esa realidad supuestamente
objetiva2. Las limitaciones y posibilidades de cada teoría también se reflejan en este
punto, porque -por ejemplo- si uno dice que la actividad psíquica ocurre dentro de la
persona, en la unidad de análisis individual, está dejando de lado los fenómenos
psicológicos que se dan entre las personas, dentro de la actividad conjunta. Por ejemplo,
la recordación o la resolución de un problema contando con la colaboración de otra
persona, sin la cual no se podría haber recordado ni resuelto individualmente un
problema en particular.
Ya presentadas las categorías conceptuales básicas que iremos utilizando a lo
largo del escrito (y de la asignatura) podemos abordar cada uno de los dos enfoques
generales que estructuran todo el recorrido de la asignatura Psicología General.

2.- El enfoque Histórico Cultural de la conciencia y sus funciones


El enfoque que presentamos en este primer apartado es el Histórico Cultural de
Vigotski, cuya introducción general al autor encontrarán en el texto de Blanck “Vigotski:
el hombre y su causa” (Blanck, 1990). Esta perspectiva está basada en un Materialismo
Psicológico (Vigotski, 1997). Consiste en la abstracción del canon marxista3 (Engels,
2
La unidad de análisis enfoca lo que estamos estudiando, pero esto no es una selección de cosas dentro de
una realidad dada, sino que la propia teoría de partida determina conceptualmente esa supuesta realidad,
por lo tanto, la unidad de análisis es una construcción hecha a partir de orientaciones epistemológicas y
metodológicas dentro de cada teoría.
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El canon marxista son los principios generales del Materialismo Dialéctico: 1) La lucha absoluta y la
unidad relativa de los aspectos contradictorios de cualquier ente, 2) la conversión de cantidad en cualidad

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1947 y 1968) a partir del estudio de las diferentes formas en que aparece la “materia
psicológica”, o más bien, el movimiento propiamente psicológico de la sustancia viva
dentro la realidad: Desde una perspectiva filosófica como esta (materialista y dialéctica)
lo que hay en el universo es una sola “cosa”, la materia, pero ésta existe como formas del
movimiento material, o relación entre entes, algo que deviene y es pura transformación.
Una de las formas más complejas en que se organiza el movimiento material en nuestra
realidad es la conciencia humana, a partir de las contradicciones que la sustancia
biológica ha encontrado en su lucha por la adaptación. Lo que hay para este enfoque es
devenir, cambio, transformación a partir de las contradicciones. Por ello, esta perspectiva
permite estudiar especialmente los procesos reconstructivos y las transformaciones. Este
es un punto de partida epistemológico importante que se contrapone a otras perspectivas,
por ejemplo, empiristas, en las cuales se supone que lo que hay de partida son entes
permanentes, “cosas” discretas, que en todo caso adquieren movimiento. En un enfoque
empirista como éste último es más fácil estudiar la permanencia de las cosas -por
ejemplo, el psiquismo como estructura- que el desarrollo psíquico.
Al inicio de la construcción de este enfoque, la aventura de Vigotski consistió en
identificar las leyes dialécticas que el Materialismo Dialéctico de Marx y de Engels
habían descubierto en otros campos (como el Materialismo Histórico que aborda la
Sociología y la Economía Política en El Capital de Marx), pero, en este caso, en el
estudio del psiquismo humano. Se trató de la elaboración de una concepción histórica en
su sentido duro, en la medida que se postula a la contradicción material que viven o
“enfrentan” las personas en su existencia biológica y social como el motor del desarrollo
cultural humano. Esta concepción supone que esta transformación cultural es una génesis
de esa persona particular y ocurre en un contexto concreto4, con su inicio, sus etapas o
momentos estables y críticos, sus transiciones y un fin, conformando una unidad
completa del desarrollo. Es por ello también una visión evolutiva, significa que toda
entidad pasa por momentos distintos en su desarrollo, pero que cada uno de ellos existe
dentro de un sistema de transformaciones que los involucra, los inter define
recíprocamente con una lógica particular, generando por ello una totalidad, la unidad del
desarrollo.

(y viceversa) y 3) la negación de la negación (mal conocida como tesis-antítesis-síntesis). En el primer caso


se trata de la concepción de la existencia relativa y contradictoria de cualquier ente respecto de su par
dialéctico, como ocurre por ejemplo entre madre e hije, no hay uno sin el otro, se definen recíprocamente
conformando además una unidad superior (maternidad). En el segundo, de la existencia de momentos de
acumulación progresiva que generan luego saltos cualitativos en el desarrollo, como cuando luego de
acumular como estudiante una cantidad de materias se accede a la licenciatura. En el último caso, se trata
de la superación de lo viejo por lo nuevo, la negación de todo lo anterior a partir de las contradicciones,
pero conservando lo viejo un lugar dentro de la nueva estructura superadora, como cuando un candidato de
un partido político pierde la interna de su partido, pero se integra desde un nuevo lugar al movimiento
político al que pertenece. En Dialéctica de la naturaleza (Engels, 1947) y Anti-Dühring (Engels, 1968) se
desarrollan estos principios en la naturaleza, en la vida social y en el pensamiento.
4
Contexto o actividad que también tiene su propia historia, y que excede en parte a la persona pero que
también la involucra, como parte del misma, paradójicamente. Hay en este sentido una relación recíproca
de transformación de la actividad como un todo y la persona como parte, como veremos en detalle hacia el
final de la asignatura cuando abordemos el cambio colectivo e individual como “aprendizaje expansivo”,
un desarrollo conceptual del enfoque contemporáneo de la Teoría de los Sistemas de Actividad de
Engeström, dentro del enfoque Histórico Cultural.

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El punto de partida desde este enfoque es la actividad humana5, las formas de


existencia colectiva, formas de relación y producción social dentro de las cuales la
persona encuentra sentido y consistencia histórica como parte de un colectivo, dentro de
una cultura. La persona es un aspecto de la actividad en la que participa y reconstruye el
mundo en su conciencia, con un sistema psicológico que se constituye como desarrollo
cultural de la relación de las diferentes funciones (emoción, atención, percepción,
memoria, lenguaje y pensamiento) y en relación al mundo concreto en donde existe.
El modelo de sujeto y su “arquitectura funcional” (Rivière, 1987) -que sería una
concepción de la estructura de los procesos psicológicos- es el núcleo conceptual
imprescindible de cualquier Piscología General. En el enfoque Histórico Cultural esta
cuestión se ha desarrollado fundamentalmente a partir del concepto de sistema
psicológico:
“Este concepto incluye la complicada actividad simbólica y práctica, sobre la que hemos
insistido todo el tiempo, y la nueva correlación de una serie de funciones individuales,
característica del intelecto práctico del hombre, así como la nueva unidad a que en el curso del
desarrollo ha conducido este conjunto de composición heterogénea” (Vigotski, 2017, p. 89).

El sistema psicológico, como una totalidad concreta conformada por diferentes


componentes relacionados (funciones), es un concepto que nos permite pensar el
problema de la constitución de diferentes estructuras psicológicas en las personas,
pensadas como unidades funcionales, materiales e históricas en la perspectiva de
Vigotski. La personalidad (Vigotski, 1997) como sistema psicológico está concebida en
este enfoque como la totalidad psíquica que se caracteriza por el atributo del dominio
cultural de la propia acción, cuando el sistema psicológico se orienta voluntariamente
hacia un objetivo, como veremos más abajo. Es la persona y sus características
(personalidad) la que tiene conciencia y funciones psicologías, porque, como bien dice el
viejo aforismo, “no piensa el pensamiento sino la persona” (Leontiev, 1984, p. 135).
Dentro del nivel de análisis de la conciencia de la persona, el sistema psicológico
está conformado por las diferentes Funciones Psicológicas Elementales y Superiores que
iremos abordando en cada unidad del programa de la asignatura. Las primeras son las que
compartimos con los animales, son innatas, y suponen una relación directa o no mediada
con el mundo. Las segundas son propiamente humanas, históricas y culturales,
transformadas por la participación activa, consciente y voluntaria de la persona dentro de
actividades culturales y están mediadas por el lenguaje propiamente humano (habla) y
por el uso de herramientas. El desarrollo de las funciones se explica no sólo por los
cambios acaecidos en cada función (por ejemplo, cómo la memoria pasa de ser natural a
cultural, mediada por artefactos), sino también por el cambio en las relaciones entre las
funciones: por ejemplo, cuando la memoria cambia sus relaciones con el pensamiento y
el lenguaje y comenzamos a pensar y hablarnos a nosotros mismos para poder recordar.
Pero los objetivos de la función, lo que tiene que producir (recuerdos) se mantiene
constante, más allá de los cambios de sus relaciones o de sus componentes (por ejemplo,
los artefactos utilizados).

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Esta idea nuclear deviene de las primeras líneas del pequeño libro más leído de Marx, la Introducción
general a la crítica de la economía política/1857: “EI objeto a considerar es en primer término la
producción material: Individuos que producen en sociedad, o sea la producción de los individuos
socialmente determinada: éste es naturalmente el punto de partida” (Marx, 1974, p. 33).

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En el estudio de la conciencia como sistema interfuncional, el enfoque Histórico


Cultural de Vigotski se ha preocupado especialmente por el estudio del desarrollo
cultural de las Funciones Psicológicas Superiores (FPS), que es el objeto de estudio
general del enfoque. Para realizar sus estudios, Vigotski delimitó dos unidades de
análisis, esto es, a partir de dos “recortes” empíricos6 (observables) que conservan los
atributos característicos del objeto de estudio, del mismo modo que una célula conserva
los atributos metabólicos de la vida como objeto de estudio de la biología.
En el primer caso se trata de la unidad de análisis característica del enfoque de
Vigotski, el legítimo “almácigo” del desarrollo cultural humano, la actividad conjunta:
un conjunto de personas que, orientadas por un fin colectivo y a través de herramientas y
signos (artefactos), trabajan para producir sus formas de existencia dentro de un contexto
y momento histórico material específico. Es en esta actividad en la que participa en
donde se produce culturalmente la persona y sus características de personalidad, no sólo
como un aspecto de la actividad (porque forma o es una parte de ella) sino como
producto de la actividad cultural, como “destilado de las relaciones sociales” (Rivière,
1984, p. 39).
El desarrollo cultural de la persona es el de su personalidad, su conciencia y sus
funciones dentro de esta situación en la que se encuentra inserta, y se explica por la Ley
Genética General del Desarrollo Cultural (Vigotski, 1995). Dicha ley plantea que toda
función psicológica superior se forma dos veces, primero socialmente “entre” las
personas, como formas y relaciones de producción situada, y, simultáneamente, “en” la
persona como internalización de esas funciones que se encontraban inicialmente
divididas y repartidas (Vigotski, 1995) -distribuidas diríamos ahora- en ese contexto de
actividad cultural. Esta es una de las grandes originalidades de Vigotski y del enfoque
que inicia, el planteo de un “psiquismo” propiamente humano que excede la unidad de
análisis clásica de las psicologías anteriores, que excede la idea de individuo aislado. La
conciencia humana existe primero como formas y relaciones sociales de producción
psíquica7, como diálogo social, y, en la medida que la persona participa de esta actividad
colectiva es que estas formas de trabajo psíquico y distribuido socialmente se internalizan
“dentro” o “en” la persona. No se trata de la internalización de las relaciones de
producción en sentido general, abstracto o “ideal”, sino sólo de aquellas en la cuales
estamos insertos social, cultural e históricamente.
Vigotski retoma la idea de internalización de un famoso psicólogo, médico y
neurólogo materialista francés de la época, Pierre Janet (en Vigotski, 1995), para dar
cuenta de cómo las relaciones sociales “formatean” a la personalidad, pero no se trata
solamente de relaciones verbales y dialógicas, sino también de relaciones de producción

6
Hay que tener en cuenta que Vigotski apuesta metodológicamente a estudiar “lo que está adentro” (la
conciencia ya internalizada y las funciones en la persona) a partir de “lo que se ve” objetivamente, cuando
la función se encuentra externamente distribuida entre la relación del sujeto (con las herramientas y signos
que maneja) y el mundo (como cuando usamos un apunte para recordar o un lápiz para calcular). Como
veremos enseguida en términos de Función Psicología Superior Rudimentaria, se trata de un estudio
objetivo de la conciencia y sus funciones que se apoya empíricamente en una etapa previa a la
internalización completa o “arraigo” (Vigotski, 1998) de las funciones (el último estadio del desarrollo
cultural de una función), lo cual imposibilita un control objetivo del fenómeno psicológico, hecho que
había llevado a las psicologías clásicas europeas anteriores y contemporáneas a Vigotski (Psicoanálisis,
Psicología de la Conciencia, Subjetiva, Comprensiva, etc.) a utilizar el método de la introspección.
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Esta es una idea derivada también de Marx y Engels, dentro de su Ideología Alemana (2004).

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de dominación de unas personas sobre las otras. La relación verbal de dar órdenes y
acatarlas como formas de producción comunicativa y de dominio aparecen primero entre
las personas, de modo externo u oral (como FPS rudimentaria), para luego ser la propia
persona quien se da órdenes a sí misma oralmente y también quien las acata, como
veremos en términos de “habla egocéntrica” en la unidad del programa dedicado al
lenguaje. Esto no supone solamente un posicionamiento ideológico del autor en contra de
la dominación capitalista de unas personas sobre otras a partir de la posesión del capital,
se trata también (y centralmente) de la explicación de lo propio de la “conducta” humana,
el dominio de la propia conducta primero desde fuera y luego internamente, lo que
Vigotski llama la inversión del signo: “el niño resuelve un problema interno por medio
de objetos externos. Esta es la más típica peculiaridad de la conducta cultural” (Vigotski,
1998, p. 36). Es justamente ese atributo de dominar la propia conducta lo que caracteriza
la acción propiamente humana como comportamiento voluntario, “sólo” que el dominio
de sí mismo se realiza a través de signos o estímulos-medios (Vigotski, 1995), dándose
órdenes a sí mismo como hacían antes los otros con él. En este sentido el autor plantea
que el propio humano es el primer animal doméstico.
Esta internalización de las funciones psicológicas no implica la introducción de
nada desde fuera8, no se trata de una “influencia” de la cultura como un factor activo que
determina lineal y unidireccionalmente a la persona que la sufre pasivamente, sino de la
reestructuración de las funciones psíquicas que ya existían (Funciones Psicológicas
Elementales y luego las Superiores), y de las poblaciones neurales que las soportan. Esto
puede entenderse desde este marco constructivista como una reestructuración de lo
previo, de las formas del movimiento material de la sustancia orgánica inicial a partir de
las contradicciones en su lucha por la vida, proceso que más abajo planteamos como
superación de la materia por la forma. Este núcleo conceptual nodal que implica la
internalización está desarrollado en el fragmento seleccionado de “La génesis de las
funciones psicológicas superiores” (Vigotski, 1995).
Al interior de esta actividad conjunta en donde participa se inserta la acción
mediada de la persona (la otra unidad de análisis), lo que hace la persona con
herramientas y signos dentro de esa actividad, en su rol dentro de la división del trabajo
que esa actividad específica supone. Esta acción mediada está impulsada por las
necesidades (en realidad intereses) particulares de su personalidad, por las
contradicciones que encuentra respecto de la propia actividad en donde se encuentra, la
nueva tarea, las relaciones sociales, pero también por sus expectativas y por los motivos
sociales que traccionan y orientan ese desarrollo cultural.
La dinámica del desarrollo cultural de las funciones dentro de la unidad de
análisis “acción mediada” se explica por las etapas del Ciclo Completo del Desarrollo
Cultural de una Función (Vigotski, 1995 y 1998). Este ciclo general esperable en el
desarrollo cultural de las funciones psicológicas de cada persona señala cómo la acción,
al principio directa, inmediata o “natural” del cachorro humano se va transformando en
acción mediada a través del uso y del dominio de instrumentos y signos. Una primera
etapa corresponde al estado natural (biológico) de la función en tanto Función
Psicológica Elemental (FPE). En la memoria, por ejemplo, encontramos una función

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Más allá de que exista paralela y simultáneamente adquisición de información, lo cual está muy bien
explicado por el enfoque cognitivo que veremos en el último apartado.

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mecánica, que puede explicarse por condicionamiento, por la asociación entre los
estímulos y las respuestas.
En un segundo momento aparece el uso de las herramientas y signos, pero esto
ocurre de modo ingenuo y sin la comprensión de su funcionamiento por parte de la
propia persona. En el experimento que verán acerca de la memoria en la unidad 2 del
programa, se les daba a niñes tarjetas para recordar una serie de palabras. Al principio los
ítems que debían recordar tenían relación evidente con las tarjetas que se les daba para
recordar, pero luego cuando los experimentadores les cambiaban las tarjetas o las
palabras a recordar de modo que no se pudiera establecer una relación icónica, de
identidad entre tarjeta (signo) y palabra a recordar, les niñes no podían establecer la
relación de semejanza y las tarjetas ya no les servía para recordar. Esto lo vivían con
sorpresa, sin comprender del todo lo que estaba ocurriendo.
Luego sigue la etapa crucial en el desarrollo cultural de cualquier función, cuando
la persona consigue utilizar artefactos externos como -por ejemplo- simplemente contar
con los dedos, el dominio de un ábaco o hacer marcas externas en un soporte (la
escritura), es decir, diferentes artefactos dentro de las Funciones Psicológicas Superiores
Rudimentarias. Las FPS rudimentarias (Vigotski, 1995) se definen en la teoría de
Vigotski por su existencia inicialmente externa a la persona, en tanto distribuidas entre el
sujeto y las herramientas y signos externos, como por ejemplo la escritura. Se distinguen
de las FPS “arraigadas”, que se definen por estar completamente internalizadas, un
“crecimiento interno completo” (Vigotski, 1998) lo cual supone la liberación de los
artefactos externos para soportar la función, como en el caso del diálogo social con uno
mismo, que prescinde de los interlocutores externos para sostener la actividad discursiva.
Esta tercera etapa del desarrollo cultural rudimentario de una función es
fundamental porque en ella la persona domina a voluntad los signos o herramientas
externas, puede inicialmente, por ejemplo, sostener un diálogo con otros interlocutores.
Puede también utilizar objetos que pone en diferentes tipos de relación con lo que tiene
que recordar, del mismo modo que nuestros antepasados hacían un nudo en su pañuelo
para recordar algo. Incluso en otros momentos del desarrollo puede, además, recordar
una idea compleja haciendo uso de un “ayudamemoria” externo, como cuando un
docente da clase con unas escuetas anotaciones ante su vista. Según el autor, se accede de
esta forma a lo propiamente humano entendido como la capacidad de controlar
voluntariamente la conducta a través de herramientas y signos, lo cual plantea en
términos de inversión del signo: porque el signo, que primeramente estaba orientado a la
comunicación con otres, ahora se encuentra regulando la propia conducta.
Finalmente, en una cuarta etapa, pero no en todos los casos, ocurre la
internalización completa, el arraigo de esa función (Vigotski, 1998). Por ejemplo, el
cálculo con los dedos o con un lápiz y papel se convierte en una operación mental
liberada de los medios externos, momento a partir del cual la persona puede hacer
cálculos mentalmente sin depender de los artefactos.
El desarrollo cultural implica así las transformaciones que se dan en el sistema
de actividad de la persona, que al principio se relacionaba directamente con el mundo (en
una relación reactiva del tipo estímulo/respuesta, bajo el imperio y subyugado por los
estímulos del medio) y ahora lo hace de modo mediado, instrumental, a través de
dominar artefactos, sean externos o internos. Esto supone visualmente un triángulo que

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representa la acción mediada en el cual, en su vértice, están los artefactos que va


dominando (y que van mutando) y en la base la relación sujeto y objeto que era directa y
reactiva y que ahora con los medios que usa implica una relación mediada por
herramientas y signos.

artefactos

persona objeto
Figura 1: Triángulo de la acción mediada.

Pero, simultáneamente, el desarrollo cultural supone también la internalización,


pero no sólo de los signos y las herramientas, sino de las relaciones sociales de
producción dentro de las cuales está operando y es parte la persona. Esto es, la
internalización de la propia actividad (y su significado) en donde estamos insertos con
nuestra acción mediada. En este caso, la actividad conjunta distribuida psicológicamente
entre los participantes es la que transforma los procesos psicológicos de la persona, por
su participación particular, específica en esas formas situadas de trabajo. Esto obliga a
plantear una “doble unidad de análisis” en el estudio Histórico Cultural de lo humano,
atendiendo a la vertiente natural o individual de partida y al aspecto cultural y social
(distribuido) que integra el complejo problema del desarrollo humano, cuya “naturaleza”
es cultural, si cabe la paradoja (ver figura 2).

artefactos

personas objeto producción

reglas comunidad división del trabajo

Figura 2: Triángulo expandido que representa la actividad conjunta (Engeström, 2001).


Este complejo problema del desarrollo cultural humano es abordado (ubicamos
aquí otra originalidad del enfoque) desde una perspectiva monista9, entendiendo que

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Perspectiva filosófica que propone que hay una sola sustancia, en este caso, el movimiento material. Hay
también monismos no materialistas, como el Idealismo Absoluto de Hegel, que planteaba que lo único

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aquella sustancia susceptible de desarrollo cultural es la misma que la natural, sólo que
ha sufrido un proceso de superación dialéctica:
“La tesis fundamental, que conseguimos establecer al analizar las funciones psíquicas
superiores, es el reconocimiento de la base natural de las formas culturales de comportamiento. La
cultura no crea nada, tan sólo modifica las aptitudes naturales en concordancia con los objetivos
del hombre.” (Vigotski, 1995, p. 152)

La concepción del desarrollo cultural humano, que incluye en su interior al


desarrollo natural como un nivel de análisis subordinado10, supone una idea del cambio
particular, propio de este enfoque. En primer lugar, considera al desarrollo cultural como
una transformación que no se puede explicar solamente en términos del desarrollo
natural, como por ejemplo proponían las perspectivas naturalistas de Thorndike o de
Watson en EEUU, que planteaban una continuidad en el desarrollo humano a partir del
desarrollo natural, como un aumento cuantitativo de lo mismo y regido por las mismas
leyes de condicionamiento. En segundo lugar, el cambio humano no supone solamente
una progresión acumulativa de cambios lineales, sino que se plantea en esta perspectiva
una dinámica dialéctica del cambio, una alternancia de momentos incrementales como
los que planteaban los enfoques naturalistas y otros momentos saltatorios o
revolucionarios que se rigen por otros principios históricos y culturales, como las leyes
que hemos presentado más arriba.
De este modo, el desarrollo cultural se plantea como superación (aufhebung en
Hegel) de lo elemental en lo superior, “enterrando” o subordinando lo inferior a lo
superior, la función cultural desarrollada a la natural que estaba de partida, pero
conservándose ésta última dentro de la totalidad reestructurada, dentro del nuevo sistema
psicológico más complejo. Sin embargo, la función estratificada u oculta puede retomar
activamente su funcionamiento en caso de existir alguna alteración en el sistema
psicológico desarrollado, como cuando volvemos al papel y lápiz en una cuenta que
excede nuestro cálculo mental.
En relación al monismo que implica este enfoque, no se trata de entender la
“continuidad”11 entre lo natural y lo cultural en términos de que no hay niveles de
complejidad cualitativa o jerarquías entre las diferentes formas del movimiento de la
vida: el hecho de que un paramecio este compuesto de la misma sustancia orgánica que
una persona no los iguala demasiado. La continuidad planteada en la idea constructivista

existente era la idea. El monismo se opone clásicamente a distintos tipos de dualismos, que plantean que
hay dos sustancias, por ejemplo, la materia y el espíritu, o la res cogitans y la res extensa en Descartes.
10
Las leyes del condicionamiento conductual siguen actuando en el nivel de análisis natural de nuestro
comportamiento humano, no son sustituidas por las leyes culturales como la ley Genética General del
Desarrollo Cultural o el Ciclo Completo del Desarrollo Cultural de una Función. Antes bien, se integran
subordinadas a éstas últimas en un tipo de acción propiamente humana, cultural, pero siguen determinando
cierto tipo de reacciones. Afortunadamente, si estamos cruzando la Avenida Independencia y viene el
colectivo 96 a gran velocidad hacia nosotros, ya a unos pocos metros de impactarnos, no nos detenemos a
reflexionar acerca de lo imprudente de nuestra conducta o el sentido inconsciente de exponerse así a tales
peligros, sino que pegamos un salto hacia un lado como haría cualquier conejo.
11
Tomando otros conceptos como herramientas conceptuales contingentes (que pertenecen a otra teoría
compatible como es la Psicogenética), se trata de una especie de “continuidad funcional” con
“discontinuidad estructural” parecido a lo que planteaba Piaget (En García, 2000), en la medida que, en
cada nueva forma de vida cualitativamente más compleja, o en cada nuevo estadio del sistema psicológico,
aparecen nuevas cualidades, nuevas formas del movimiento material, de modo que emergen también
nuevas leyes explicativas que superan las leyes explicativas de las etapas anteriores del sistema
psicológico.

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Una introducción al estudio de la actividad mental Psicología General II. 2023

de “reestructuración de lo previo” que se propone como superación dialéctica en este


enfoque no indica que todo sigue igual en el desarrollo de la vida, sino que postula que
ha cambiado la estructura interna de la sustancia orgánica, de las células hechas de las
mismas moléculas o incluso de los mismos átomos.
La superación de la materia por la forma, axioma fundamental del
Materialismo Dialéctico, implica que entre el sistema psicológico previo y el posterior
(su desarrollo) hay una diferencia enorme, un número superior de conexiones o
relaciones entre los componentes de partida (que son funciones pero también poblaciones
neurales), una densidad y complejidad incomparable que hace que lo superador alcance
un estadio cualitativamente nuevo cuya dinámica se explica apelando a nuevas leyes,
porque las del nivel inferior (lo cualitativamente superado) no puede explicar ese nuevo
nivel de desarrollo alcanzado. La “conducta cultural” de la que habla Vigotski no puede
explicarse por la teoría conductista. Es verdad que la conducta superior, como dice el
autor (Vigotski, 1995) puede descomponerse en los reflejos primitivos que son su base,
como la conclusión en sus premisas de partida, pero eso no los pone en un plano de
igualdad, una casa no es una sumatoria de ladrillos y unas bolsas de cemento. Faltan las
complejas relaciones del entramado entre ellos (la estructura del muro), todo el trabajo
humano (albañilería) que diferencia un informe montón de ladrillos de la arquitectura
del lugar donde vivimos.

3.- La Psicología Cognitiva: tres tipos de ciencias cognitivas.


La Psicología Cognitiva forma parte de las ciencias cognitivas, un conjunto de
disciplinas que han tenido una evolución compleja a lo largo de los últimos setenta años.
El filósofo británico Michael Wheeler (2005) ha identificado tres tipos de ciencias
cognitivas. Recuperaremos dicha clasificación dado su carácter organizador.
§ Primer tipo de ciencia cognitiva: el cognitivismo computacional clásico
En la primera mitad del siglo XX, principalmente en los EE.UU., predominaban
distintas corrientes conductuales en los ámbitos académicos psicológicos. Estas
psicologías conductuales tenían diferencias entre sí, pero básicamente acordaban en que
sólo el comportamiento, la conducta observable, podía considerarse objeto lícito de
estudio de la ciencia psicológica. Soportados en una corriente epistemológica
denominada Positivismo y luego neopositivismo, descartaron o prefirieron dejar de lado
a la actividad mental como objeto de estudio de la psicología, pues ¿qué es la mente? Es
un tema de filósofos y poetas, declaraba John Watson (1947), uno de los impulsores del
Conductismo americano de principios de siglo XX, que seguramente han trabajado en el
CBC. Los defensores de estas corrientes conductuales entendían que construir una nueva
ciencia psicológica postulando entidades mentales internas inobservables despojaría a la
psicología del rigor científico que requería su apropiada edificación.
Sin embargo, para fines de la Segunda Guerra Mundial, en el campo de las
matemáticas y la naciente informática se impulsaba el desarrollo de tecnologías capaces
de representar información. Surgieron las primeras computadoras que inicialmente
representaban distintos tipos de información mediante el uso de tarjetas perforadas. Es
decir, un tipo particular de configuración de perforación representaba (volvía a presentar)
determinada información con un nuevo formato. Estas nuevas tecnologías no tardaron en

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Una introducción al estudio de la actividad mental Psicología General II. 2023

llegar al ciudadano común: desde lavarropas con diversos programas de lavado, hasta los
primeros prototipos de computadoras personales.
Investigadores provenientes de distintos campos -como la Comunicación, la
Filosofía, la Matemática y la Lingüística- entendieron que estaban dadas las condiciones
para generar una nueva teoría de la mente humana. Esta podría estudiarse científicamente
si se la pensara como un tipo de programa o software que funcionase de modo similar al
de una computadora. Esto es lo que se ha denominado metáfora del ordenador o
metáfora computacional de la mente. Surge, entonces, un primer tipo de ciencia cognitiva
norteamericana que afirma que los estados mentales pueden ser concebidos como estados
representacionales internos y los procesos cognitivos deben ser de carácter
computacional. Creencias, pensamientos, conceptos y recuerdos se presentan como
productos de algoritmos de cómputo, inspirados en la propuesta seminal de Alan
Turing12.
Así, por ejemplo, en 1958, Newell, Shaw y Simon sostienen que la mente es un
tipo de software escrito en un lenguaje simbólico de alto nivel y la psicología cognitiva
es la ciencia que debe dedicarse a estudiar ese software. En 1960 Miller, Galanter y
Pribram publican Plans and the structure of behavior, en el que proponen un conjunto de
procesos dentro del organismo que operan bajo el principio de la transformación de la
información, transformación dirigida hacia la consecución de una meta. Los planes son la
forma bajo la cual se procesa la información y la estructura del comportamiento está
determinada por ellos. También en estos años Broadbent (1958) desarrolla su teoría de la
atención en la que presenta una arquitectura de sistemas de memoria que ejecutan
procesos de transformación de los estímulos de entrada y salida entre cada uno de los
espacios de almacenamiento, en un proceso serial coordinado por un dispositivo
atencional. (Un modelo de sistemas de memorias propio de este primer cognitivismo se
abordará en la unidad 3 que presenta el estudio de la memoria).
Otra fuente primordial para el desarrollo de este primer tipo de ciencia cognitiva
ha sido la obra inicial de Noam Chomsky en el campo de la Lingüística (1959). Como
reacción a las limitaciones del Conductismo, Chomsky considera que la capacidad
creativa del lenguaje requiere formular la existencia de un sistema transformacional, en el
que las representaciones necesarias para la creación de oraciones son generadas a partir
de un conjunto de reglas de reescritura de símbolos y representaciones. Según este autor,
la propuesta de un dispositivo mental similar a un software de naturaleza innata para la
adquisición de lenguaje, permitiría explicar cómo los seres humanos desarrollan
tempranamente su competencia lingüística, siendo capaces de generar todas las oraciones
gramaticales adecuadas de una lengua, y de comprender un número potencialmente
infinito de oraciones nuevas. (En la unidad 4 sobre el Lenguaje, en las discusiones sobre
adquisición de la gramática, se analizará la posición de Chomsky, junto con otras
alternativas teóricas).
Este primer tipo de ciencia cognitiva se constituyó, entonces, como producto de la
interacción entre seis disciplinas principales: la Psicología, la Lingüística, la Inteligencia

1
La noción de cómputo relacionada a la actividad mental se encuentra en la obra del matemático Alan
Turing quien propuso, en Computing machinery and Intelligence de 1950, la posibilidad de considerar a los
pensamientos del hombre como producto de algoritmos precisos que podrían, por lo tanto, ser emulados
por una máquina simbólica universal.

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Una introducción al estudio de la actividad mental Psicología General II. 2023

Artificial, la Antropología, la Filosofía y las Neurociencias. Este programa de


investigación multidisciplinario se ha representado icónicamente como un hexágono.

Figura 2. Hexágono de la ciencia cognitiva.


Fuente: Adaptado del original, Fundación Sloan, 1978. Las líneas enteras hacen referencia a conexiones
interdisciplinarias establecidas, mientras que las líneas punteadas referían a proyectos interdisciplinarios no
consolidados institucionalmente.

De acuerdo con Nuñez et al. (2019), pasados ya cuarenta años desde su


surgimiento, indicadores bibliométricos y socioinstitucionales muestran que dicho
programa multidisciplinario permanece fragmentado y no ha logrado evolucionar hacia
un campo interdisciplinar integrado.
Es importante recalcar que la propuesta -en apariencia sencilla- de postular un
sujeto cognoscente que posee entidades o estructuras internas (representaciones) que
vuelven a presentar internamente estados de cosas externas mediante procesos
computacionales, no tardó en generar una serie de dificultades importantes; por ejemplo:
intentar resolver cómo logra el cerebro -como sistema físico- desarrollar un
funcionamiento representacional como el que propone este primer cognitivismo. Este
problema ha sido abordado tempranamente en los trabajos de Dreyfus (1967), quien ha
señalado que, si bien las neuronas parecen comportarse en determinados momentos como
activadas en pulsos de todo/nada, esto no significa que su funcionamiento pueda ser
imitado por circuitos electrónicos binarios.
Como también ha señalado Rivière, (1987) las distintas perspectivas cognitivas
no han logrado tampoco instaurar un modelo general del “sujeto cognitivo”, porque sólo
han podido explicar el funcionamiento cognitivo en tareas específicas, como recordar un
número de ítems o resolver un tipo de problemas particular como es, por ejemplo, dar
jaque mate en el ajedrez. Pero también puede decirse que esta corriente como parte de
una Ciencia Cognitiva más amplia ha podido maquetar estos sistemas en términos de un
tipo de inteligencia artificial, como es en el ordenador un programa de ajedrez que los
humanos ya no podemos vencer.
Buena parte de estos problemas fueron relegados por esta primera ciencia cognitiva,
ya que esta ponderaba el estudio de la actividad cognitiva sin considerar los niveles de
análisis biológico, neuropsicológico y sociocultural. Estos desacoples acumularon
discrepancias entre varios de los investigadores cognitivistas, lo que terminó impulsando

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Una introducción al estudio de la actividad mental Psicología General II. 2023

-en algunos casos- nuevas alternativas teóricas. Un intento temprano de este proceso ha
sido el conexionismo.
§ Segundo tipo de ciencia cognitiva: el conexionismo, y las investigaciones
sobre sesgos cognitivos y limitaciones lógicas.
Desde los años sesenta, el conexionismo realiza un primer intento de acople de esa
mente computacional simbólica abstracta -propuesta por el primer cognitivismo- con el
cerebro humano: los neurofisiólogos McCulloch y Pitts (1943) postulan un sistema
matemático de redes denominadas “neuronales” que permitirían realizar las operaciones
de cómputo propuestas por el primer cognitivismo. Estas redes están conformadas por un
gran número de unidades interconectadas que procesan información en paralelo. En la
medida en que el cerebro también está compuesto por un gran número de unidades
interconectadas (neuronas) que procesan información de la misma manera, las redes
conexionistas postuladas por este enfoque se presentaron -aparentemente- como las más
compatibles con el funcionamiento cerebral.
Sin embargo, esta propuesta conexionista -que puede entenderse formando parte de
un segundo tipo de ciencia cognitiva- no logra imponerse entre los académicos de la
época. Es, en cambio, el primer cognitivismo el que termina generando más aceptación
entre los psicólogos cognitivos de esta segunda mitad del siglo XX13. Por esta razón la
subcorriente conexionista del Cognitivismo no será objeto de estudio en el presente
curso. Sí se abordarán, en la unidad de pensamiento y razonamiento -unidad 5- del
programa, y como parte de este segundo tipo de ciencia cognitiva, los aportes de Peter
Wason (1966), centrales para comprender las limitaciones del ser humano en el manejo
de tareas lógicas, en contraste con las operaciones que puede realizar una computadora.
Es decir, si bien el primer Cognitivismo ganaba aceptación, también se sumaron
autores que marcaron posibles restricciones biológicas del “hardware” humano que
merecerían, por lo tanto, estudiarse en su relación o impacto con un “software” mental
con características particulares y ausentes en el software de la computadora. Otros
problemas que también ya se le señalan al Cognitivismo inicial se dirigen a las
dificultades de este programa de investigación para explicar la funcionalidad de la
conciencia, o la influencia de la cultura en los procesos cognitivos, o el rol de las
emociones en la cognición (este último tema se abordará en la unidad 5).
§ Tercer tipo de ciencia cognitiva: el Cognitivismo Corporizado
El Cognitivismo Corporizado es una corriente de investigación relativamente nueva
que surge a fines del siglo XX, y suma aportes para repensar a la cognición humana
alejándose de la metáfora mente-software clásica, resaltando que el cuerpo, la acción y el
ambiente son necesarios para explicar la cognición.
El Cognitivismo Corporizado considera que la cognición se encuentra basada en
sistemas corporales y neurales relacionados con la percepción, la acción y la emoción.
Así, por ejemplo, Glenberg (1997), autor que trabajaremos principalmente en la unidad 3
sobre la memoria, considera que la morfología y fisiología de nuestros sistemas
perceptivos, motores y emocionales evolucionaron para favorecer un mejor control de las

13
Para profundizar este punto, véase Rivière (1987 y 1991).

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Una introducción al estudio de la actividad mental Psicología General II. 2023

acciones; por lo tanto, es inadecuado definir a la cognición como un conjunto de procesos


de cómputo que ocurren de modo independiente, entre la percepción y la acción.
Este tercer tipo de ciencia cognitiva, si bien puede considerarse relevante como una
declaración general de intenciones, no ha logrado tampoco constituirse como un
programa de investigación unificado, ya que permite interpretaciones de amplio alcance
con diversos compromisos teóricos. Por lo tanto, a este tercer tipo de ciencia cognitiva se
la debe comprender como un conjunto de perspectivas, con distintos grados de
separación de los postulados del primer y segundo Cognitivismo. No obstante, y pese a
sus diferencias internas, el Cognitivismo Corporizado se presenta como un tercer tipo de
ciencia cognitiva organizado en torno a una serie de ideas centrales.
En primer lugar, como ya se ha mencionado, se señala que todo cerebro animal es -
ante todo- un sistema generado como producto de la evolución para controlar la acción.
Por lo tanto, la expresión primaria de la inteligencia biológica -incluso en los seres
humanos- no consiste en las capacidades matemáticas o lógicas, sino en la capacidad de
exhibir lo que Wheeler ha denominado inteligencia “en línea” (2005). Una criatura
muestra inteligencia en línea cuando produce un conjunto de respuestas adaptativas
fluidas y flexibles, en tiempo real, a los estímulos sensoriales entrantes. Este tipo de
inteligencia no parece poder abordarse satisfactoriamente mediante el modo de
explicación simbólico-discreto (computaciones seriales sobre representaciones)
propuesto por el primer Cognitivismo.
En segundo lugar, se destaca que esta inteligencia en línea se genera a través de
interacciones causales complejas en un sistema extenso cerebro-cuerpo-ambiente. La
acción inteligente en línea no se basa sólo en la actividad de estados y procesos
neuronales sino, más bien, en interacciones causales complejas que involucran también
factores adicionales ubicados en el cuerpo no neuronal y en artefactos del
medioambiente. Se sostiene que, como producto de la evolución, y en pos de la eficiencia
adaptativa, se ha externalizado una cierta cantidad de inteligencia cognitiva al cuerpo no
neuronal y al medioambiente.
En la primera unidad de la materia encontrará -en el texto de Bedia y Castillo Ossa
(2010)- una introducción a la propuesta cognitiva corporizada de Chalmers y Clark, los
cuales considerar que la cognición en determinadas circunstancias puede extenderse
fuera del sujeto: la hipótesis de la mente extendida.
También los biólogos y epistemólogos Maturana y Varela (2004) representantes del
Cognitivismo Corporizado Enactivo, sostienen que la cognición depende de los tipos de
experiencias que provienen de tener un cuerpo con habilidades sensorio-motrices y, a su
vez, estas habilidades individuales se alojan en un contexto biológico y cultural más
amplio. A diferencia de la metáfora computacional que entiende a la mente como un
software y al cerebro como su hardware, estos autores consideran que para que haya
actividad mental tiene que haber manipulación e interacción activa con el mundo.
La idea central de esta subcorriente corporizada enactiva es que el conocimiento es
acción/ejecución en el mundo, y no representación del mismo. Esta acción/ejecución es
lo que determina la historia de lo que se podrá llevar a cabo más tarde, y es eso mismo lo
que hace emerger “mundos” en los cuales se seguirán llevando a cabo acciones mientras
el sistema permanezca vivo. En la medida en que el mundo en el que vivimos va

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emergiendo progresivamente o es modelado en vez de estar predefinido, la noción de


representación del cognitivismo clásico (la idea de recaptación/reconstrucción interna de
un mundo pre-dado), pierde su un rol protagónico. Esta propuesta enactiva se aborda en
la primera unidad de la materia, en el texto de Bedia y Castillo Ossa (2010).

3.1 Problemas filosóficos y epistemológicos de las ciencias cognitivas


Retomemos ahora, para cerrar esta sección, algunas discusiones filosóficas y
epistemológicas que permiten establecer diferencias importantes entre las distintas
ciencias cognitivas que más trabajaremos en el presente curso.
Desde Descartes se viene intentando resolver una cuestión central: ¿cómo puede algo
mental -por ejemplo, la intención de prepararme un café y ponerme a leer este mismo
artículo- ser la causa de algo puramente físico -por ejemplo, preparar la cafetera,
sentarme en una silla, tomar el texto y un resaltador en la mano-? ¿Cómo podemos lograr
una explicación psicológica de nuestro comportamiento intencional que sea compatible
con las leyes de la física?
El Conductismo propuso resolver esto reduciendo el vocabulario mental a
comportamientos observables, solo permitiendo el estudio de correlaciones estadísticas
de entrada/salida de estímulos y respuestas. Esta estrategia no lograba determinar el rol
que los estados psicológicos tienen en la explicación del comportamiento. Este punto se
manifiesta en la denominada Psicología Popular. Para explicar el comportamiento
necesitamos tales asignaciones psicológicas y para estas asignaciones, a su vez,
necesitamos una teoría la mente (véase Rivière, 1987, 1991). La pregunta de cómo
retener explicaciones psicológicas sin contradecir las leyes de la física fue abordada por
la primera ciencia cognitiva mediante el modelo computacional de la mente. Se
formularon hipótesis sobre los mecanismos cognitivos que funcionaban por detrás de las
correlaciones descubiertas por la investigación conductista para mantener la psicología
del sentido común y al mismo tiempo respetar los estándares científicos. Así, una primera
ciencia cognitiva postuló un modelo de la mente soportado en un dualismo
funcionalista: los estados psicológicos y los estados físicos no se piensan como dos
dominios ontológicos separados e incompatibles; en cambio, los estados psicológicos se
entienden como otro nivel de descripción de lo físico. Rige el principio explicativo de
computabilidad de los estados psicológicos: éstos se convierten en estructuras
sintácticas computables de modo similar al funcionamiento de los programas de
computadora, y se realizan en estructuras físicas -hardware-. Desde un punto de vista
funcional, se considera adecuada esta forma de entender la cognición, siendo la unidad
de análisis los estados representacionales internos del sujeto con independencia tanto de
sus bases físicas de instanciación como del ambiente sociocultural (Duarte, 1996, Carter
et al., 2018).
Esta estrategia de comprender el comportamiento inteligente mediante su
transformación en reglas y modelos formales -estrategia de la primera ciencia cognitiva-
encontró problemas similares a los que ha tenido el Racionalismo cartesiano: las
dificultades para vincular un mundo representacional interior con un mundo exterior de
complejos significados culturales diversos. Como ya se ha mencionado (Rivière, 1987,
1991) este sujeto cognitivo que computa representaciones no ofrece claras respuestas

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Una introducción al estudio de la actividad mental Psicología General II. 2023

para explicar los procesos de cambio en el desarrollo o la relación particular con su


hardware biológico. Asimismo, este cognitivismo algorítmico también ha descuidado el
contenido, el contexto y la situacionalidad de nuestro conocimiento.
Dentro de la tipología de ciencias cognitivas propuestas por Wheeler (2005), ha sido
el Cognitivismo Corporizado el que ha intentado abordar alguna de estas limitaciones
mencionadas. En lugar de implicar representaciones internas que invoquen una
separación estricta entre los datos de los sentidos y su interpretación, el enfoque
corporizado considera que el cuerpo está directamente relacionado con el mundo. Esta
idea tiene sus raíces históricas en los filósofos Heidegger y Merleau-Ponty (Carter et al.,
2018). Para Heidegger, los seres humanos habitan acoplados a un mundo desde el
principio. De acuerdo con este punto de vista, encontramos las cosas no como objetos
teóricos sino como “pragmata” al tratar con ellos de manera práctica. Esta idea se retoma
en el enfoque corporizado de la percepción -mediante el concepto de affordance- que se
trabaja en la unidad 2.
Dentro de las perspectivas corporizadas, una alternativa posible para resquebrajar la
muralla cartesiana entre una mente interna y el mundo exterior, ha sido proponer una
mente extendida donde ciertas formas de cognición humana entrecruzan los límites del
cerebro, el cuerpo y el mundo. Mediante el principio explicativo de paridad, Clark y
Chalmers (1998) cuestionan los límites de la cognición como proceso intracraneal, en
busca de unidades de análisis más amplias de la cognición que permitan incorporar entre
sus componentes nuevas herramientas y tecnologías no biológicas.
Otra alternativa ha sido el Enactivismo de Maturana y Varela (2004), quienes
defienden una concepción de la vida como una organización específica de procesos
físicos que tiene como principal producto el mantenimiento de su propia organización.
Mediante el principio explicativo de autopoiesis o autoorganización/autoconstrucción,
sostienen que todo organismo es ante todo un sistema autónomo con una organización en
la que se constituye a sí mismo como unidad. La interacción entre el organismo y su
entorno es una interacción cognitiva en la medida en que, por ejemplo, el organismo
reconoce ciertos elementos de su ambiente como alimento, mientras que algunos no
aparecerán para él, puesto que no tienen relevancia alguna para su autoconservación. El
organismo, a través de sus movimientos en su entorno significa elementos de su mundo
circundante: significar requiere que el organismo se encuentre en-acción (enactive) de
cierta forma en relación con ese algo. Por lo tanto, esta subcorriente corporizada también
contradice los límites de la cognición propuesta por el Cognitivismo clásico, proponiendo
como unidad de análisis un sistema complejo que tiene al sujeto, su cuerpo y el entorno
interconectados para generar propiedades emergentes: la cognición corporeizada y
situada.
Las propuestas corporizadas mencionadas, si bien se han mostrado como una
alternativa interesante al Cognitivismo clásico, requiere también una reevaluación en
función de una dimensión que tienden a desatender: la dimensión social del ser-en-el-
mundo que el propio Heidegger también había ponderado. Dicho de otra forma: la
cognición no solo está corporizada, sino que también se encuentra incrustada en el
lenguaje y la cultura. Los significados se construyen colectivamente en el lenguaje
cotidiano y no pueden ubicarse sólo en las interacciones corporizadas de un individuo
con su entorno. Este punto de vista es sostenido principalmente por los psicólogos

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Una introducción al estudio de la actividad mental Psicología General II. 2023

culturales y narrativos. El pensamiento debe entenderse como un proceso simbólico


parcialmente público y codificado en narrativas. Y es por esto que, en el presente curso,
además de las contribuciones realizadas por la corriente Histórico Cultural, también se
incorporan algunos aportes de la Psicología Cognitiva narrativa de Bruner (2004). Este
autor propuso diferenciar dos modalidades de funcionamiento cognitivo, dos
modalidades de pensamiento que implican diferentes modos de ordenar la experiencia y
de construir la realidad: el modo paradigmático y el modo narrativo. (Las características
de estos modos de pensamiento se trabajan en la unidad 5). La primera y segunda ciencia
cognitiva ha tendido a interpretar el funcionamiento intelectual del individuo desde una
perspectiva excesivamente racionalista, focalizándose en el estudio del modo
paradigmático y desatendiendo el modo narrativo, el cual debe recuperarse, para una
cabal comprensión de los procesos cognitivos propiamente humanos.

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