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Porque se llaman rumiantes

Los rumiantes son un grupo de mamíferos que se caracterizan por tener un sistema digestivo
especializado que les permite descomponer y digerir eficientemente la celulosa, un
componente de las plantas que es difícil de digerir. Se llaman "rumiantes" debido a una
característica distintiva de su sistema digestivo: la fermentación microbiana en el estómago.
El proceso de la digestión en los rumiantes implica una serie de compartimentos en el
estómago, incluyendo el rumen, el retículo, el omaso y el abomaso. El rumen es la primera y
más grande de estas cámaras y es el sitio principal de fermentación microbiana. En el rumen,
los microorganismos descomponen la celulosa y otros componentes de las plantas,
convirtiéndolos en sustancias más digeribles.
La palabra "rumiante" proviene del latín "ruminare", que significa "masticar de nuevo". Esto se
refiere al proceso de regurgitar el alimento parcialmente digerido del estómago y volver a
masticarlo (rumiar), lo que ayuda a una mayor división y digestión de las fibras vegetales. La
acción de masticar de nuevo es una característica distintiva de los rumiantes y es una parte
importante de su proceso de digestión.
En resumen, los rumiantes se llaman así debido a su capacidad única de rumiar o masticar de
nuevo su alimento, que es parte de su sistema digestivo altamente especializado que les
permite descomponer y digerir eficientemente las fibras vegetales.
Como se caracterizan los rumiantes
Los rumiantes se caracterizan por una serie de características distintivas en su anatomía y
fisiología, que están relacionadas con su sistema digestivo altamente especializado. Aquí hay
algunas de las principales características que definen a los rumiantes:
Estómago de cuatro compartimentos: Los rumiantes tienen un sistema digestivo compuesto por
cuatro compartimentos estomacales: el rumen, el retículo, el omaso y el abomaso. Cada uno de
estos compartimentos cumple una función específica en el proceso de digestión.
Rumia: Los rumiantes tienen la capacidad de rumiar, que implica regurgitar el alimento
parcialmente digerido del rumen y volver a masticarlo. Este proceso de masticación adicional
es esencial para un procesamiento más completo de las fibras vegetales.
Fermentación microbiana: El rumen es el sitio principal de fermentación microbiana en el
sistema digestivo de los rumiantes. Los microorganismos presentes en el rumen descomponen
la celulosa y otros componentes de las plantas, convirtiéndolos en ácidos grasos volátiles y
otros productos que son absorbidos por el animal.
Alimentación a base de plantas: La mayoría de los rumiantes se alimentan principalmente de
materia vegetal, como pasto, hojas, ramas, hierbas, y en algunos casos, también pueden
consumir forraje y granos. Su sistema digestivo especializado les permite aprovechar al
máximo la energía contenida en las plantas.
Cuernos o astas: Muchos rumiantes tienen cuernos o astas en la cabeza, que pueden ser
utilizados para la defensa, el apareamiento o la jerarquía social, dependiendo de la especie.
Estómago simple: Aunque los rumiantes tienen cuatro compartimentos estomacales, en
términos funcionales, su estómago actúa de manera similar a un estómago simple en otros
mamíferos.
Regulación térmica: Muchos rumiantes tienen una regulación térmica eficaz, lo que les permite
vivir en una variedad de entornos, desde zonas frías hasta regiones cálidas. Algunas especies
tienen pelaje adaptado a su entorno, mientras que otras pueden almacenar grasa para la época
de escasez de alimentos y para mantener el calor en climas fríos.
Estas son algunas de las características que caracterizan a los rumiantes y les permiten
adaptarse adecuadamente a su dieta basada en plantas y una variedad de entornos. Las
especies de rumiantes incluyen ganado, ovejas, cabras, ciervos, antílopes y muchos otros
animales. Cada especie puede tener adaptaciones específicas para su dieta y entorno
particular.

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