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3 ensayos de teoría sexual

Cap. I Las aberraciones sexuales

4) La pulsión sexual en los neuróticos:

El psicoanálisis: Una importante contribución al conocimiento de la pulsión sexual se


obtiene por medio de la exploración psicoanalítica que se sirve del procedimiento
terapéutico llamado “catártico”.

Las psiconeurosis descansan sobre fuerza pulsionales de carácter sexual, esto es que la
energía de la pulsión sexual es la única fuente energética constante de las neurosis al
punto de que se exterioriza de manera exclusiva (total o parcial) en los síntomas, al
punto de que los síntomas son la practica sexual de los enfermos.

El psicoanálisis elimina los síntomas de los histéricos, considera a los mismos como
sustitutos de una serie de procesos anímicos investidos de afectos, deseos y aspiraciones,
a los que en virtud de un proceso psíquico llamado represión se le ha negado el acceso a
su tramitación en una actividad psíquica susceptible de conciencia., estas formaciones
que han quedado relegadas a un estado inconsciente aspiran a una descarga que se
encuentra en el proceso de conversión en fenómenos somáticos: síntomas histéricos. Por
medio del psicoanálisis es posible retransformar los síntomas en representaciones
devenidas conscientes investidas de afecto y averiguar acerca de su naturaleza y linaje.
La enfermedad se contrae ante la imposibilidad de tramitar normalmente los procesos
anímicos.

Resultados logrados por el psicoanálisis: se averiguó que los síntomas son un sustituto
de aspiraciones que toman fuerza de la fuente de pulsión sexual. El carácter histérico
permite individualizar una cuota de represión sexual que rebasa la medida normal y un
aumento de las resistencias a la pulsión sexual (vergüenza, asco, moral), una huida
instintiva a todo examen intelectual del problema sexual aun alcanzada la madurez
genésica. Otro rasgo esencial de la histeria es también un despliegue híper potente de
la pulsión sexual. Se comprueba la existencia del par opuesto: una necesidad sexual
hipertrófica y una alta desautorización de lo sexual. El intento de escapar de este
conflicto convierte las aspiraciones libidinosas en síntomas.

Neurosis y Perversión: los síntomas constituyen la expresión convertida de pulsiones


denominadas perversas si se pudiesen exteriorizar directamente sin difracción por parte
de la conciencia en fantasías y adicciones, por lo tanto los síntomas se formar a expensas
de una sexualidad anormal: la neurosis es el negativo de la perversión

a) todos los neuróticos tiene mociones de inversión, de fijación de la libido en personas


del mismo sexo. En el caso de ser inversión manifiesta se presenta la homosexualidad.

b) En el inconsciente de los psiconeuroticos se encuentran todas inclinaciones de


trasgresión anatómica, especialmente las que reclaman para las mucosas anal y bucal
el papel de genitales.
c) Se encuentran las pulsiones parciales como formadoras de síntomas;: la pulsión de
ver y la de exhibición, la de crueldad activa y pasiva, amor y odio, ternura y hostilidad.

Material fáctico:

a) toda perversión activa es acompañada por su contraparte pasiva (quien es


exhibicionista tbm es Voyeur, el sádico tbm es masoquista

b) Raramente se encuentra una sola de estas pulsiones, la más de las veces se halla un
gran número.

5) pulsiones parciales y zonas erógenas

Por pulsión se entiende al representante psíquico de una fuente de estímulos


intrasomática en continuo fluir (a diferencia del estimulo que es producido por
excitaciones singulares provenientes del afuera)-

Pulsión es un concepto de deslinde de lo anímico respecto de lo corporal y se debe


considerar como una medida de exigencia de trabajo para la vida anímica.

La fuente de la pulsión es un proceso excitatorios en el interior de un órgano y su meta


inmediata es la cancelación de ese estimulo de órgano

Los órganos del cuerpo brindan excitaciones de dos clases basadas en diferencias de
naturaleza química, a una de estas excitaciones la designamos como específicamente
sexual y al órgano afectado como la zona erógena de la pulsión parcial sexual que
arranca de él.. En el caso de la histeria estos lugares del cuerpo y los tractos de mucosa
asociados se convierten en la sede de nuevas sensaciones y alteraciones de inervación
(Dora y la tos nerviosa, la picazón de garganta) subrogados de los genitales.

Sobre las perturbaciones psicogénicas de la visión: dualismo pulsional, pulsiones


parciales, órganos de doble función.

Existen ciertas representaciones que permanecen inconscientes debido a que han


entrado en oposición a otras mas intensas (el yo) y que por eso han sido reprimidas.
Cada pulsión busca imponerse animando las representaciones adecuadas a su meta pero
no siempre estas son conciliables entre si por lo que se presenta un conflicto entre las
pulsiones sexuales y las de autoconservación del individuo (las yoicas).

La pulsión sexual infantil esta compuesta de pulsiones parciales que adhieren a las
excitaciones de regiones del cuerpo, estas pulsiones parciales deben atravesar un
proceso de desarrollo para subordinarse a las metas de la reproducción (3 ensayos de
teoría sexual) a fines de producir las construcciones anímicas culturales. Las neurosis
son el fracaso de esos procesos emprendidos por las pulsiones sexuales parciales y los
órganos y sistemas de órganos están al servicio tanto de las pulsiones sexuales como de
las yoicas. El placer sexual no se anuda a la función de los genitales y la boca sirve tanto
para comer como para besar: mientras mas intimo sea el vínculo entre un órgano de
doble función y una de las grandes pulsiones, tanto más difícil le resultará alcanzar la
meta de la otra pulsión. En el caso de que la pulsión sexual que se sirve del VER se llega
a desarrollar una ceguera histérica donde el yo pierde su imperio sobre el órgano, que
se pone por entero a disposición de la pulsión sexual reprimida. Solicitación somática de
los órganos, caso Dora.

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Cap. II La sexualidad infantil

El descuido de lo infantil: la pulsión sexual en la infancia posee el carecer de una ley y


existe un saber sexual antes de la pubertad y una práctica sexual infantil temprana en
niños pequeños.

Amnesia infantil: cubre los primeros años de vida hasta los 6 u 8 años. Convierte la
infancia de cada individuo en un tiempo anterior y le oculta los comienzos de su propia
vida sexual, esto propicia que no se le de valor a la infancia en el desarrollo de la vida
sexual. Freud la compara con la amnesia histérica, dado que las impresiones olvidadas
dejaron las huelas mas profundas en la vida anímica, las que son determinantes para
todo desarrollo posterior.

1) Periodo de latencia sexual de la infancia y sus rupturas: el neonato trae


consigo gérmenes de mociones sexuales que siguen desarrollándose durante cierto lapso,
recién hacia los 3 ò 4 años su sexualidad se expresa de manera observable.

Formación reactiva y sublimación: durante el periodo de latencia la energía de las


pulsiones sexuales infantiles es desviada de sus metas hacia otros fines, nuevas metas.
Mecanismo del proceso de sublimación: las mociones sexuales son inaplicables dado que
las funciones de reproducción no están desarrolladas, de ser así solo provocarían
sensaciones de displacer, por eso constituyen diques psíquicos (asco, vergüenza y moral)
para la eficaz sofocación de ese displacer. Mediante la sublimación es que se adquieren
los logros culturales.

Rupturas del periodo de latencia : en la pubertad se produce el estallido de la pulsión


sexual

2) Las exteriorizaciones de la sexualidad infantil:

El chupeteo: contacto de succión de la boca repetido rítmicamente que no tiene por fin
la nutrición., Una parte de los propios labios, la lengua, un lugar de la piel que este al
alcance son tomados como objeto para ejecutar la acción de mamar junto a una pulsión
de presión que lleva a un adormecimiento. Separa lo genital de lo sexual.

Autoerotismo: el carácter mas llamativo de las practicas sexuales infantiles se que se


satisface en el cuerpo propio, es autoerótica, donde la acción del niño chupeteador se
rige por la búsqueda de un placer ya vivenciado y ahora recordado (de mamar el pecho
materno o de sus subrogados). La boca del niño se comporta como zona erógena, asociada
originariamente a la satisfacción de alimentarse. Vemos que el quehacer sexual se
apuntala en las funciones de conservación de la vida y mas tarde se independizan de
ella.

Características de las exteriorizaciones sexuales infantiles: a) nacer apuntalándose en


una de las funciones importantes para la vida, b) no reconocer objeto sexual, o sea ser
autoerótica c) su meta sexual esta bajo el imperio de una zona erógena.

3) La meta sexual de la sexualidad infantil:

Características de las zonas erógenas: es un sector de la piel o de mucosa en el que


estimulaciones de cierta clase provocan una sensación placentera de determinada
cualidad. Cualquier sector del cuerpo puede ser dotado de la excitabilidad de los
genitales y elevarse a la condición de zona erógena. En las neurosis la represión afecta
sobre todo a las zonas genitales, las que prestan su estimulabilidad a las restantes zonas
erógenas. Las zonas erógenas e histerógenas exhiben los mismos caracteres.

Meta sexual infantil: la meta sexual de la pulsión infantil consiste en producir la


satisfacción mediante la estimulación apropiada de la zona erógena que se ha escogido
producto de un vivenciar anterior. La necesidad de repetir la satisfacción se trasluce por
a) un peculiar sentimiento de tensión que posee el carácter de displacer b) una sensación
de estimulo o de picazón condicionada centralmente y proyectada a la zona erógena
periférica. La meta sexual procuraría sustituir la sensación de estimulo proyectada sobre
la zona erógena, por aquel estimulo externo que la cancela al provocar la sensación de
satisfacción. Por lo que se observa que para cancelar un estimulo se requiere de un
segundo estimulo aplicado al mismo lugar.

4) Las exteriorizaciones sexuales masturbatorias:

Activación de la zona anal: es apta para proporcionar apuntalamiento de la sexualidad


en otras funciones corporales. Los niños sacan partido de la estimulación erógena de la
zona anal reteniendo las heces hasta que ello les provoca fuertes contracciones
musculares que al pasar por el ano producen estímulos sobre la mucosa. El contenido
de los intestinos es tratado como parte de su propio cuerpo y representa el primer
“regalo” mediante el cual expresan obediencia o desafío hacia el medio. Luego cobra el
significado de “hijo” en el marco de la teoría de la cloaca en las teorías sexuales
infantiles. En niños mayores se da una acción masturbatoria anal genuina por
condicionamiento central o periférico.

Activación de las zonas genitales: la zona relacionada con la micción (glande y clítoris)
tanto en niñas como varones están relacionadas con las partes sexuales reales y su
activación dará comienzo a la posterior vida sexual normal. Debido a las estimulaciones
producto del cuidado corporal estas zonas serán estimuladas placenteramente y se
despertará en el lactante la necesidad de repetición. Es mediante el onanismo del
lactante (todos los quehaceres autoeróticos al servicio de la satisfacción sexual) que se
establece el primado de esta zona erógena para la actividad sexual.
Se distinguen 3 fases de la masturbación infantil: a) periodo de lactancia b) florecimiento
de la práctica sexual (hacia los 4 años) c) onanismo de la pubertad, es el único que suele
tenerse en cuenta.

Segunda fase de la masturbación infantil: el onanismo del lactante parece desaparecer


tras un breve lapso. Alrededor de los 4 años la pulsión sexual suele despertar
nuevamente en la zona genital y durar un lapso. Es durante esta segunda activación
donde se producen las mas huellas mas profundas (inconscientes) en la memoria de la
persona, donde se determina su carácter si permanece sana o se desarrolla la
sintomatología de la neurosis si enferma luego de la pubertad olvidando este periodo
sexual y desplazando los recuerdos conscientes vinculando esto con la amnesia infantil.
Por medio del psicoanálisis se logra hacer consciente lo olvidado.

Retorno de la masturbación de la lactancia: el aparato sexual aun no desarrollado se


hace presente por medio del aparato urinario, la enuresis nocturna corresponde a
poluciones. No se requiere de la seducción para despertar la vida sexual del niño y ese
despertar se puede producir tbm por causas internas (mis tesis… cae la VSP como
factor relevante en la constitución del síntoma y prepondera la fantasía,
invención de recuerdos?????)

Disposición perversa polimorfa: bajo la influencia de la seducción el niño puede


convertirse en un perverso polimorfo y practicar todas las transgresiones posibles, las
que no tropiezan con resistencias porque aun no se han erigido la formación de diques
anímicos contra los excesos sexuales: vergüenza, asco y moral.

Pulsiones parciales: la vida sexual infantil muestra componentes que desde el comienzo
envuelven a otras personas en calidad de objetos sexuales. De esta índole son las
pulsiones de ver, de exhibir y la crueldad. Aparecen independizadas de las zonas
erógenas y mas tarde entran en estrecha relación con lo genital. Al carecer de vergüenza
el niño muestra su cuerpo desnudo (en especial los genitales) y tiene curiosidad por ver
los genitales de otras personas. La capacidad de compadecerse y la inhibición en virtud
de la cual la pulsión de apoderamiento se detiene ante el dolor del otro se desarrollan
más adelante. La ausencia de compasión establece un enlace peligroso entre las
pulsiones crueles y las erógenas y es por esto que debe evitarse el castigo corporal.

5) la Investigación sexual infantil

Trieb : La pulsión de saber: entre los 3 y 5 años se inicia la actividad que responde a la
pulsión de saber o de investigar. Su acción corresponde a una manera sublimada de
apoderamiento y trabaja con la energía de la pulsión de ver. Pulsión de saber ligada a
la pulsión sexual infantil. Hay un punto de anudamiento entre la sexualidad y el saber
y esto se plasma en el campo de las teorías sexuales infantiles

Freud afirma que son teorías falsas pero que contienen un fragmento de verdad. Apunta
a la pregunta por el origen de los niños se inventan teorías. Es una pregunta sobre su
propia existencia “¿De dónde vienen los niños?” El enigma de la esfinge: lo que pone en
marcha la actividad investigativa del niño son fines prácticos, quiere saber de donde
vienen los niños y supone que todos los seres poseen un genital como el suyo.
- Teoría de la cloaca: son concebidos por la boca y paridos por el ano. Anuda algo del
orden de la satisfacción pulsional del comer con la satisfacción pulsional de la zona
erógena anal. Esta teoría va de la mano de que no existe diferencia entre hombres y
mujeres (es solidaria con la ausencia de los sexos) Teorías del nacimiento: ante la
pregunta de donde vienen los niños el niño supone que los hijos se conciben por haber
comido algo determinado y se los da a luz por el intestino, como la materia fecal (teoría
de la cloaca)

- Teoría de la concepción sádica del coito : el niño inscribe la escena sexual que ve a
partir de su propia constitución pulsional (función de apoderamiento: dominación
muscular) en el sadismo el masculino es activo y el femenino es pasivo. Concepción
sádica del comercio sexual: si los niños son espectadores del comercio sexual entre
adultos concibe el acto sexual como una especie de maltrato o sojuzgamiento en el
sentido sádico. Los niños se preguntan que es estar casados y buscan las respuestas en
las funciones de micción y defecación (ir juntos al baño, verse la cola).

- Premisa universal del pene (PUP): el enigma por la diferencia de los sexos también
involucra una pregunta por la propia existencia. La diferencia de los sexos desmentida
en el punto en que hay algunos a los que les falta el pene. PUP: todos tenemos pene, a
las mujeres ya les crecerá. La madre tiene pene, ella provee todo lo que el niño necesita.
Al mismo tiempo que se quiere saber también esta el deseo de no saber que esta premisa
no es universal (apego a la idea de castración) Entonces aparece otro modo de inscribir
la idea del sexo entre los que tienen y los que no tienen: fálico (masculino) es opuesto a
castrado (femenino). Esta diferencia de los sexos no es una cuestión biológica, sino que
es un proceso psíquico.

Complejo de castración y envidia del pene: El niño cree firmemente en la universalidad


del pene pero debido al complejo de castración abandona esta creencia (al comprobar que
la mujer no tiene pene supone que ha sido castrada). El efecto de esta «amenaza de
castración» es, como corresponde a la alta valoración del órgano amenazado,
extraordinariamente profundo y duradero. Todos estos hechos no contradicen,
ciertamente, la teoría sexual infantil de que la mujer posee, como el hombre, un pene (el
clítoris). La niña muestra un vivo interés por los genitales masculinos y es presa de la
envidia del pene al punto de desear ser un varón.

El típico fracaso de la investigación sexual : las teorías sexuales infantiles son producto
de la constitución sexual del niño y dan prueba de la gran comprensión sobre los procesos
sexuales. Ignora dos elementos: el papel del semen fecundante y la existencia de la
abertura sexual femenina.

6) Fases de desarrollo de la organización sexual.

Características de la vida sexual infantil. A) Autoerótica: el objeto se encuentra en el


propio cuerpo B) Las pulsiones parciales aspiran a conseguir placer cada una por su
cuenta sin conexión entre si.
Al llegar a la vida sexual adulta la consecución del placer se ha puesto al servicio de la
reproducción, y las pulsiones parciales - bajo el primado de una única zona erógena –
han formado una organización sólida para el logro de la meta sexual en un objeto ajeno.

Organizaciones pregenitales: son aquellas organizaciones de la vida sexual en que las


zonas genitales todavía no han alcanzado su papel hegemónico. A) Canibálica u oral: la
actividad sexual no se ha independizado de la nutrición y la meta sexual consiste en la
incorporación del objeto (mas adelante se corresponderá con la identificación). El
chupeteo es la resignación del objeto ajeno a cambio de uno situado en el cuerpo propio.
B) Sádico-anal: ya se desplegó la división en opuestos, no masculino y femenino sino
activo y pasivo. La actividad es producida por la pulsión de apoderamiento a través de
la musculatura y como órgano de la meta sexual pasiva se constituye la mucosa erógena
del intestino. En esta fase son pesquisables la polaridad sexual y el objeto ajeno. Aun
falta la organización y subordinación a la función de reproducción.

Ambivalencia: esta forma de organización sexual puede conservarse a lo largo de toda


la vida y atraer hacia si buena parte de la práctica sexual. Predomina el sadismo y la
zona anal en papel de cloaca. Los pares de opuestos pulsionales están plasmados en un
grado aprox. igual.

Para completar el cuadro de la vida sexual infantil Freud agrega que en la niñez ya se
elige el objeto como la que se supone se realiza característicamente en la pubertad,
siendo este el máximo acercamiento posible durante la infancia a la conformación
definitiva de la vida sexual luego de la pubertad.

La unificación de las pulsiones parciales y su subordinación a los genitales al servicio


de la reproducción es la última fase por la que atraviesa la organización sexual.

Freud agrega en 1924 una tercera fase genital donde muestra un objeto sexual y las
aspiraciones que se tienen sobre ese objeto y se diferencia en un punto esencial de la
organización definitiva de la madurez genésica: solo reconoce el órgano sexual
masculino, es la fase fálica. (la vagina es genital y el falo es sexual, la mujer lesbiana va
al ginecólogo)

Los dos tiempos de la elección de objeto: el primer tiempo se da en la infancia (entre los
2 y 5 años) para luego detenerse o retroceder y se caracteriza por la meta infantil de sus
metas sexuales. La segunda etapa sobreviene en la pubertad y determina la
conformación definitiva de la vida sexual. Los resultados de la elección infantil del objeto
son inaplicables para la pubertad. Las metas sexuales se han atemperado y solo pueden
figurar en lo que se llama la corriente tierna de la vida sexual. La elección del objeto de
la pubertad tiene que renunciar a los objetos infantiles y empezar de nuevo
como corriente sensual La no confluencia de las dos corrientes hace que no se puedan
unificar todos los anhelos en un objeto (siendo esta uno de los ideales de la vida sexual).

7) Fuentes de la sexualidad infantil:


a) como calco de una satisfacción vivenciada a raíz de otros procesos orgánicos. b) por
una apropiada estimulación periférica de las zonas erógenas c) como expresión de
pulsiones (pulsión de ver y pulsión a la crueldad)

Excitaciones mecánicas: excitación sexual mediante sacudidas mecánicas del cuerpo


(juegos de movimiento pasivo, hamacados o arrojados al aire), paseos en tren y la
sensación de movimiento)

Actividad muscular: la actividad muscular constituye para el niño una necesidad de


cuya satisfacción extrae un placer extraordinario. El placer provocado por las
sensaciones de movimiento pasivo es de naturaleza sexual o genera excitación sexual.
La inclinación a trabarse en lucha con determinada persona mediante la musculatura
(más adelante en disputas por la palabra) son buenos signos de que se ha elegido como
objeto a esa persona. El enlace infantil entre juegos violentos y excitación sexual es
codeterminante de la orientación preferencial que imprimirán más tarde a su pulsión
sexual.

Procesos afectivos: los procesos afectivos más intensos, aun las excitaciones terroríficas,
desbordan sobre la sexualidad. Muchos afectos displacenteros (el miedo, l angustia y el
espanto) se vinculan a la sexualidad, así como las sensaciones de dolor provocan efecto
erógeno constituyendo las raíces de la pulsión sadomasoquista.

Trabajo intelectual: la atención en una tarea intelectual, el esfuerzo mental, tienen por
consecuencia una excitación sexual en personas jóvenes o maduras, de aquí derivan las
perturbaciones nerviosas de “un exceso de trabajo” mental.

Rasgos generales: Varios son los reaseguros que ponen en marcha los procesos
excitatorios sexuales, sobre todo las excitaciones de las superficies sensibles (piel y
órganos de los sentidos) y las estimulaciones de las zonas erógenas. La cualidad y la
intensidad del estimulo es decisivo. La excitación sexual se genera como efecto colateral
de una serie de procesos internos, para lo cual basta que la intensidad rebase cierto
limite.

Las pulsiones parciales de la sexualidad derivan de las fuentes internas de excitación


sexual o se compone de aportes a esas fuentes y de las zonas erógenas.

Diversas constituciones sexuales : no en todos los individuos existe la misma intensidad


de la fuente de excitación sexual.

Vías de influencia reciprocas: todas las vías de conexión que llegan hasta la sexualidad
desde otras funciones tienen que poderse transitar tbm en la dirección inversa (los labios
cumplen dos funciones: satisfacción sexual y nutrición. Se ve perturbada la nutrición
cuando son perturbadas las funciones erógenas de la misma)

Escritos técnicos

SOBRE LA DINÁMICA DE TRANSFERENCIA (1912)


La transferencia se produce en una cura psicoanalítica y alcanza su consabido papel
durante el tratamiento.
Todo ser humano, por efecto conjugado de sus disposiciones innatas y de los influjos que
recibe de su infancia, adquiere una especificidad determinada para el ejercicio de su
vida amorosa, para las condiciones de amor que establecerá y las pulsiones que
satisfará, así como para las metas que habrá de fijarse. Esto da por resultado, que se
repite de manera regular en la trayectoria de la vida. Solo un sector de esas mociones
determinantes de la vida amorosa ha recorrido pleno desarrollo psíquico; ese sector esta
vuelto hacia la realidad objetiva, disponible para la personalidad conciente, y constituye
una pieza para esta ultima. Otra parte de esas mociones libidinosas ha sido demorada
en el desarrollo, esta apartada de la personalidad conciente y de la realidad objetiva, y
solo tuvo permitido desplegarse en la fantasía o bien ha permanecido por entero de lo
icc, siendo entonces no consabida para la conciencia de la personalidad. Y si la necesidad
de amor de alguien no está satisfecha de manera exhaustiva por la realidad, él se vera
precisado a volcarse con unas representaciones-expectativa libidinosa hacia cada nueva
persona que aparezca, y es muy probable que las dos porciones de su libido, la
susceptible de conciencia y la inconciente, participen de tal acomodamiento.
La investidura libidinal aprontada en la expectativa de alguien que está parcialmente
aprontada en la expectativa de alguien que está parcialmente insatisfecha se vuelve
hacia el médico. Esa investidura se atendrá a modelos, se anudara a uno de los clisés
preexistentes en la persona en cuestión. Responde a los vínculos del imago paterno,
materno o de un hermano varón. Dos puntos que poseen interés para el psa. En primer
lugar, la transferencia resulta más intensa en personas neuróticas bajo análisis que en
otras, no analizadas; en segundo lugar, sigue constituyendo un enigma por que en el
análisis la transferencia nos sale al paso como la más fuerte resistencia al tratamiento,
siendo que, fuera del análisis, debe ser reconocida como portadora de efecto salutífero,
como condición del éxito.
La transferencia es la palanca más poderosa, se muda en el medio más potente de la
resistencia. No es correcto que durante el psa la transferencia se presente más intensa
y desenfrenada que fuera del.
En cuanto al segundo problema, porque la transferencia puede ser también resistencia.
Evoquemos la situación psicológica del tratamiento: Una condición previa regular e
indispensable de toda contracción de una psiconeurosis es el proceso de la inversión de
la libido. La libido se ha internado por el camino de la regresión y reanima el imago
infantil. Y bien, hasta allí sigue la cura analítica, que quiere pillarla, volverla de nuevo
asequible a la conciencia y, por último, ponerla al servicio de la realidad objetiva. Toda
vez que la investigación analítica tropieza con la libido retirada de sus escondites, no
puede menos que estallar un combate; todas las fuerzas que causaron la regresión de la
libido se elevaran como unas resistencias al trabajo para conservar ese nuevo estado.
Para liberarla es preciso ahora vencer esa atracción de lo icc, cancelar la represión de
las pulsiones icc y de sus producciones, represión constituida desde entonces en el
interior del individuo. Esto da por resultado la parte con mucho más grandiosa de la
resistencia, que hartas veces hace subsistir la enfermedad aunque el extrañamiento
respecto de la realidad haya vuelto a perder su temporario fundamento. El análisis tiene
que librar combate con las resistencias de ambas fuentes. La resistencia acompañada
todos los pasos del tratamiento; cada ocurrencia singular, cada acto del paciente, tiene
que tomar en cuenta la resistencia, se constituye como un compromiso entre las fuerzas
cuya meta es la salud y aquellas, ya mencionadas, que contrarían.
Un proceso así se repite innumerables veces en la trayectoria de un análisis. Siempre
que uno se aproxima a un complejo patógeno, primero se adelanta hasta la conciencia
la parte del complejo susceptible de ser trasferida y es defendida con tenacidad.
¿A que debe la trasferencia el servir como medio de la resistencia? Es difícil confesar
una moción de deseo prohibida ante la misma persona sobre la cual recae. Se debe
separar la trasferencia positiva de la negativa.
a) Trasferencia positiva: Se descompone en la de sentimientos amistosos o tiernos. Estos
se remontan a fuentes eróticas; todos nuestros vínculos de sentimiento, simpatía,
amistad, confianza y similares, que valorizamos en la vida, se enlazan con la sexualidad
y se han desarrollado por debilitamiento de la meta sexual a partir de unos apetitos
sexuales. El psa demuestra que las personas de nuestra realidad objetiva estimadas o
admiradas pueden seguir siendo objetos sexuales para lo icc en nosotros.
La trasferencia sobre el médico solo resulta como resistencia cuando es negativa o una
positiva de mociones eróticas reprimida. Cuando nosotros cancelamos la trasferencia
haciéndola cc, solo hacemos desasirse de la persona del médico esos dos componentes
del acto de sentimiento.
b) Trasferencia negativa: En las formas curables de las psiconeurosis se encuentra junto
a la trasferencia tierna, dirigida de manera simultánea sobre la misma persona. De
manera ambivalente. La ambivalencia de las orientaciones del sentimiento es lo que nos
explica la aptitud de los neuróticos para poner la trasferencia al servicio de la
resistencia. Donde la trasferencia de ha vuelto negativa, cesa también la posibilidad de
influir y de curar.
Las mociones icc no quieren ser recordadas, como la cura lo desea, sino que aspiran a
reproducirse en consonancia con la atemporalidad y la capacidad de alucinaciones de lo
icc. Al igual que en el sueño, el enfermo atribuye condición presente y realidad objetiva
a los resultados del despertar de sus mociones icc; quiere actuar sus pasiones sin atender
a la situación objetiva. El médico quiere constreñirlo a insertar esas mociones de
sentimiento en la trama del tratamiento y en la de su biografía, subordinarlas al
abordaje cognitivo y discernirlas por su valor psíquico. Esta lucha entre médico y
paciente, se desenvuelve exclusivamente en los fenómenos trasferenciales. Los
fenómenos de la trasferencia depara al psicoanalista las mayores dificultades, pero no
se debe olvidar que justamente ellos nos brindan el inapreciable servicio de volver
actuales y manifiestas la mociones de amor escondidas y olvidadas de los pacientes en
definitiva nadie puede ser ajustado en abstinencia.

SOBRE LA INICIACION DEL TRATAMIENTO (1913)

La iniciación del tratamiento con un periodo de prueba así fijado algunas semanas tiene
además una motivación diagnostica. Hartas veces, cuando uno se enfrenta a una
neurosis cono síntomas histéricos u obsesivos, pero no en exceso y de duración breve,
debe dar cabida a la duda sobre si el caso no corresponde a un estadio previo de la
dementia precox (esquizofrenia), y pasado un tiempo mostrara el cuadro.
La confianza o desconfianza que el paciente tenga sobre el psa no tiene importancia para
la resistencia internas que anclan la neurosis.
Puntos importantes para el comienzo de una cura analítica son las estipulaciones sobre
tiempo y dinero.
Con relación al tiempo, se acuerda una determinada hora de sesión. A cada paciente se
le asigna una hora de la jornada de trabajo; que es la de cada paciente y permanece
destinada a él aunque no la utilice. Cuando se adopta una práctica más tolerante, las
asistencias ocasionales se multiplican, hasta que deja de asistir.
No se puede definir un tiempo exacto para la duración del tratamiento. La abreviación
de la cura es un deseo injustificado. Se les contrapone: unas alteraciones anímicas que
se consuman con lentitud; esto se debe a la atemporalidad de los procesos icc.
En cuanto al dinero el analista considera que la estima del dinero coparticipar factores
sexuales. Se deben tratar las cuestiones de dinero con la misma naturalidad que se
pretende educar los asuntos de la vida sexual. Las resistencias del neurótico se
acrecientan por el tratamiento gratuito; en la mujer, la tentación por el vinculo
trasferencial, y en el hombre el agradecimiento proveniente del complejo paterno, que
significan un obstáculo.
El enfermo se acuesta en el diván mientras uno se sienta detrás, para que él no lo vea.
Esto se realiza para no permanecer bajo la mirada de otras ocho horas, para que los
gestos del analista no influyan en las comunicaciones del paciente, y para aislar la
trasferencia.
No interesa con que material empiece el paciente, mientras siga la regla del psa, y debe
incluir los vínculos del paciente con las personas, y sus pensamientos sobre estas. Cada
fragmento de la historia debe ser narrado de nuevo, así con las repeticiones aparecerán
los complemento que permiten obtener los nexos importantes, desconocidos por el
enfermo.
No se debe preparar el relato, ya que de esta manera la resistencia cumple su cometido,
logrando que el material valioso se escape. Otros métodos para el escape de relatar lo
impórtate, es que el paciente converse sobre las cosas que debería conversar en análisis
con algún amigo.
Desde la trasferencia se encuentra el acceso al material patógeno. Los pacientes cuyo
análisis es seguido por el rehusamiento de las ocurrencias son, mujeres que están
preparadas para una agresión sexual, y hombres con una homosexualidad reprimida
hiperintensa.
Las primeras resistencias y los primeros síntomas merecen un interés particular y
pueden denunciar un complejo que gobierne su neurosis.
Mientras las comunicaciones y ocurrencias del paciente afluyan sin detención, no hay
que tocar el tema de la trasferencia. Es preciso aguardar para este, hasta que la
trasferencia haya devenido en resistencia.
Se debe hacer comunicaciones al analizado, no antes de que se haya establecido en el
paciente una trasferencia operativa. La primera meta sigue siendo allegarlo al médico.
Si se les demuestra interés, el paciente solo pone al médico en el imago infantil de quien
recibió amor.
Fue preciso entonces quitar el saber como tal el significado que se pretendía para él, y
poner el acento sobre las resistencias que en su tiempo habían sido la causa del no saber
y ahora estaban aprontadas para protegerlo. El saber cc era sin duda impotente contra
esas resistencias, y ello aunque no fuera expulsado de nuevo.
Los enfermos saben sobre la vivencia reprimida de su pensar, pero a este último le falta
la conexión con aquel lugar donde se halla de algún modo el recuerdo reprimido. Solo
puede sobrevenir una alteración si el proceso consiste en pensar avanzar hasta ese lugar
y vence ahí las resistencias de la represión.
El motor más directo de la terapia es el padecer del paciente y el deseo, de sanar. Es
mucho lo que se debita de la fuerza pulsionales, sobre todo la ganancia secundaria de la
enfermedad. Pero esta fuerza tiene que conservarse hasta el final. Por si sola no puede
eliminar la enfermedad, le faltan dos cosas: no conoce los caminos que debe recorrer, y
no suministra la energía necesaria contra las resistencias. En cuanto a la energía
necesaria para vencer las resistencias, las suple movilizando las a energías utilizadas
para la trasferencia; y mediante las comunicaciones muestra el enfermo el camino que
debe guiar esas energías. La trasferencia basta por sí sola para eliminar los síntomas,
pero solo de manera provisional, mientras ella exista. El psa merece este nombre cuando
la trasferencia haya empleado su intensidad en vencer las resistencias.

RECORDAR, REPETIR, REELABORAR (1914)

El médico renuncia a enfocar un momento determinado, estudia la superficie psíquica


que el analizado le presenta, y se vale del arte interpretativo, para discernir las
resistencias que se recortan en el enfermo y hacerlas cc. El médico pone al descubierto
las resistencias desconocidas para el enfermo; dominadas ellas, el paciente narra con
facilidad las situaciones y nexos olvidados.
El olvido se las vivencias, se debe la mayoría de las veces a un bloqueo de ellas. Para un
tipo particular de vivencias, sobrevenida en épocas muy tempranas de la infancia y que
en su tiempo no fueron entendidas, pero han hallado inteligencia e interpretación con
efecto retardado la mayoría de las veces es imposible despertar un nuevo recuerdo.
El analizado no recuerda por general nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo actuó.
No reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite, sin saber que lo hace.
Él empieza la cura con una repetición. Lo que interesa es la compulsión de repetir con
la trasferencia y la resistencia. La trasferencia misma es solo una pieza de la repetición,
y la repetición es la trasferencia del pasado olvidado; pero no solo sobre el médico;
también sobre todos los otros ámbitos de la situación presente, los vínculos y actividades
de su vida. La participación de la resistencia, mientras mayor sea esta, más será
sustituida el recordar por el actuar. Si la cura empieza bajo patronazgo de una
trasferencia suave, positiva y no expresa, esto permite, una profundización en el
recuerdo, en cuyo trascurso hasta callan los síntomas patológicos; pero si ulterior
trayecto esa trasferencia se vuelve hostil, y por necesidad de represión, el recordar deja
sitio al actuar. Y a partir de ese punto, las resistencias comandan la secuencia de lo que
se repetirá.
El enfermo repite todo cuanto de las fuentes de lo reprimido ya se ha abierto paso hasta
su ser manifiesto: sus inhibiciones y actitudes inviables, sus rasgos patológicos de
carácter. Y durante el tratamiento repite sus síntomas. Se debe realizar el trabajo
terapéutico de reconducirlo hasta su pasado.
El hacer repetir del curso del tratamiento analítico. Según esta técnico, equivale a
convocar un fragmento de la vida real, y por eso no en todos los casos puede ser
inofensivo y carente de peligro. De aquí arranca el empeoramiento durante la cura.
La introducción del tratamiento analítico conlleva, que el enfermo cambie su actitud cc
frente a la enfermedad. Es preciso que el paciente cobre coraje de ocupar su atención en
lo fenómenos de su enfermedad.
El médico seguirá en esta situación. Para él, el recordar a la manera antigua, el
reproducir en un ámbito psíquico, sigue siendo la meta, aunque sepa con la nueva
técnica no se lo puede lograr. Se dispone a librar una permanente lucha con el paciente
a fin de retener en un ámbito psíquico todos los impulsos que querrían guiar a hacia lo
motor, y si consigue tramitar mediante el trabajo del recuerdo algo que el paciente
preferiría descargar por medio de la acción, significa un triunfo. Cuando la ligazón
trasferencial se ha vuelto viable, el tratamiento logra impedir al enfermo todas las
acciones de repetición más significativas y utilizar el designio de ellas como un material
para el trabajo terapéutico.
El principal recurso para domar la compulsión de repetición del paciente, y
transformarla en un motivo para recordar, reside en el manejo de las trasferencia. Le
abrimos la trasferencia como la palestra donde tiene permitido desplegarse con una
libertad casi toral, y donde se le ordena que escenifique para nosotros todo pulsiones
patógenas que este escondido en la vida anímica del paciente. Se consigue dar a los
síntomas de la enfermedad un nuevo significado trasferencial, sustituir su neurosis
ordinaria por una neurosis trasferencial. La trasferencia crea un reinado entre la
enfermedad y la vida. El nuevo estado constituye todo el carácter de una enfermedad
artificial asequible por intervención.
El vencimiento de la resistencia comienza, con el acto de ponerla a descubierto el médico,
el analizado nunca la discierne. La resistencia no puede producir su cese inmediato. Es
preciso dar tiempo al enfermo para enfrascarse en la resistencia no consabida para él:
para reelaborarla, vencerla prosiguiendo el trabajo en desafío a ella; y obedeciendo a la
regla del psa. Solo en el apogeo de la resistencia descubre uno, dentro del tratamiento
en común con el analizado, las mociones pulsionales reprimidas que la alimentan y cuya
existencia y poder el paciente se convence en virtud de tal vivenciar. Esta reelaboración
de las resistencias puede convertirse en una gran tarea para el analizado y en una
prueba para el médico. Es la pieza del trabajo que produce el máximo efecto alterador
sobre el paciente.

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