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Aunque la comunicación es una carrera fundamental y transversal para toda

organización, para nadie es un secreto la mala reputación que tiene en salario o


estabilidad laboral. Esto es importante porque según estudios realizados, esta
profesión no entra ni siquiera en los primeros 20 puestos de profesiones mejor
pagas en Colombia. La comunicación tiene un aproximado de salario entre
1 '800.000 y 3' 500.000 pesos. Es decir, podemos considerar que es una realidad.

Sin embargo, hoy existen muchas alternativas en donde el papel de un comunicador


puede destacar e incluso alcanzar los 10 SMLV, pero para esto el perfil profesional
no debe decir lo mismo que las otras mil hojas de vida: sin valores agregados, sin
especializaciones, sin competencias prácticas con peso y valor para la organización
o jefes directos. Las empresas buscan que tengas herramientas administrativas, de
liderazgo en procesos, promociones de eventos, creaciones de estrategias y análisis
de datos; entre más mejor. No solo visto desde el lado de cuántos ingresos se
puedan generar sino también, lo que se le pueda aportar a la organización cuanti y
cualitativamente.

También es importante recalcar que la profesión no es el cargo y esto resalta en


este tema puesto que vemos muchos profesionales de otras áreas trabajando en lo
que podría hacer supuestamente solo un comunicador; y es ahí en donde entra el
dilema. Si un abogado puede escribir para un periódico, ¿qué me hace diferente
como comunicador? Esa es la pregunta que todo el mundo debe hacerse, porque en
la actualidad, dentro del mercado laboral no solo se compite con otros colegas, sino
también, con profesionales externos que tienen las mismas o mejores habilidades
que un simple comunicador. Es por esto que el llamado al comunicador siempre
será la búsqueda de más conocimiento, de fortalecer habilidades, del manejo de
herramientas y el ser propositivo en las experiencias laborales y la propia
construcción de la hoja de vida.

Ahora bien, haciendo un análisis ¿será esta la realidad de la educación de los


comunicadores? ¿tendrán conocimiento de todas las habilidades faltantes? No
yéndose muy lejos hay que aterrizar en la idea de que esto no es para todo el
mundo y no todos están dispuestos al esfuerzo. En nuestro contexto social somos
codependientes de una pantalla táctil que nos genera dopamina cada 3 tiktoks y
serotonina con la reacción de una historia. Somos una generación que se volvió
experta a escribir con los 2 pulgares pero busca en google cada 3 mensajes para
corroborar la ortografía, y eso ya es un logro. No todo está perdido, por supuesto;
pero es difícil.

Esto no solo está ligado al entorno en cómo crecimos sino también en las
exigencias qué se nos han cargado. Se tiene que aprender de la teoría de la
comunicación pero también ser un experto en social media; no se le olvide redactar
bien pero tiene que combinarlo con verse lindo en la pantalla; practique el tono de
voz para que suene bien en radio pero al mismo tiempo hágame una hoja de cálculo
en excel. Que no se vayan a malinterpretar mis palabras, la comunicación lo
requiere, se necesita ser un profesional integral si se quiere sobrevivir en el sistema,
pero también, es pesado tener la presión de que por comunicador se debe saberlo
todo.

Es de conocimiento global que pasamos la mitad de los días refugiados en las redes
sociales para evitar contagio con la realidad, para el entretenimiento, el trabajo o el
aprendizaje. Siendo muy honestos se pierde la noción del tiempo dentro de las
aplicaciones y en mi caso, por ejemplo, gasto en un aproximado de 2155 minutos a
la semana deslizando hacia arriba, mandando stickers, viendo historias y leyendo
hilos. Sin embargo, reconozco que las casi 36 horas que uso redes sociales no son
del todo perdidas y he consumido contenidos que me han aportado tanto en mi
crecimiento personal como profesional, pero se podría hacer más.

La responsabilidad de los comunicadores es tan grande como lo es su versatilidad,


el campo tan amplio que existe para el desarrollo de una profesión que se intenta
enseñar en 5 años, pero que siempre debe ir de la mano con el trabajo
independiente y el interés participativo. No se puede salir al mercado laboral con lo
básico, con lo que dijeron que había que hacer de tarea o con el texto que hizo Chat
Gpt, siempre se necesita más y posiblemente no sea una cuestión solamente de la
comunicación sino también de otras profesiones y áreas del conocimiento, pero
naturalmente, el comunicador debe exigirse el doble para alcanzar el puesto que
quiere o el sueldo que necesita porque el mundo pide más y más; al mismo tiempo
necesita de la comunicación para poder crecer, ahí es donde los comunicadores
entramos a ofrecer y aprovechar el espacio que se genera para utilizar la base del
lenguaje como un potencializador.

El tiempo no descansa y no hay tregua para el que no quiera correr con él. Más que
desanimarse es hacerse una crítica y reflexión, interiorizando las propias
capacidades y hasta dónde alcanzan para los sueños que se esperan tener. Es
pulirse, es entrenarse y tomar las cosas con la seriedad que se necesita para
intentar sobrevivir en la sociedad del tener.

En conclusión, un comunicador tiene que llevar sus herramientas al máximo,


potenciar sus habilidades comunicativas y operacionales. Adquirir conocimientos
nuevos y entender la información para poder transmitirla. Ver su papel como mucho
más que un canal, asumir su puesto administrativo, ser líder y proactivo. El carisma
mueve masas pero tiene que haber un saber detrás de las palabras. El comunicador
debe de dejar de perder tanto el tiempo en redes sociales y utilizarlas a su
conveniencia, apreciar el tiempo, querer superarse. El comunicador tiene un manual
gigante de deberes y un montón de cosas qué hacer; pero también; es deber del
comunicador hacer lo que le apasiona sin sentir que tiene mil dedos encima y
piedras como mochila; de sentirse valorado y aportar también a poner en alto todo lo
que llamamos la labor del comunicador.

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