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SOCIOLOGÍA DE

LA SALUD

G R A D O E N
T R A B A J O S O C I A L

C U R S O 2 0 2 2 - 2 0 2 3
TEMA 1
LA SOCIOLOGÍA DE LA SALUD COMO DISCIPLINA

1.1. Ciencias sociales y salud.

1.2. Orígenes y desarrollo de la Sociología de la Salud.

1.3. Concepciones de la salud.

1.4. Perspectivas teóricas en el estudio de la salud y la enfermedad.

1.1. Ciencias sociales y salud


¿Por qué las ciencias sociales se interesan por el estudio de la salud?

1. La salud y la sanidad constituyen elementos básicos de la estructura social y


pueden promover el cambio social (la erradicación de las enfermedades
epidémicas motor de transformación).
2. La preocupación por el bienestar individual y colectivo es creciente (la salud es:
el valor más preciado, un tema mediático, objeto de mercado, un derecho...).
3. Importancia crucial del sector sanitario (interés político, poder económico,
inversiones tecnológicas, capital humano ...).
4. Cambios en las pautas de morbilidad (de la prevalencia de enfermedades
infecciosas a prevalencia de enfermedades crónicas).
5. Importancia creciente de la medicina preventiva.
6. Emergencia de nuevas patologías con la transformación/modernización social.
7. Evidencia empírica de los determinantes sociales en la salud y de los efectos
sociales de la enfermedad (trabajo → enfermedad; enfermedad → altera roles,
relaciones, puede acarrear exclusión, desempleo, pobreza).
8. Preocupación por los aspectos sociales en la práctica médica.

En definitiva, para la consecución del bienestar son necesarias las ciencias biomédicas y
las ciencias sociales. La compleja relación entre los factores sociales y la salud origina
un campo sustantivo de conocimiento: la sociología de la salud.

1.2. Orígenes y desarrollo de la Sociología de la Salud Perspectiva histórica de la


disciplina

• ANTECEDENTES REMOTOS
• ANTECEDENTES INMEDIATOS: Estados Unidos década de los 30 y 40 siglo
XX (nuevos intereses científicos –Escuela de Chicago, Universidad de Yale- y
desarrollo de los Institutos Nacionales de Salud)
• INICIO ACTIVIDAD ACADÉMICA: Estados Unidos 1954
• DESARROLLO EN EE UU: década de los 60 espectacular incremento (ASA).
Causas: sistema sanitario, gasto sanitario, crecimiento de la enseñanza
universitaria y movimientos sociales
• DESARROLLO EN EUROPA: desde finales de los 60
• CAMBIO DE DENOMINACIÓN: de la Sociología de la Medicina a la Sociología
de la Salud
1.2. Orígenes y desarrollo de la Sociología de la Salud La Sociología de la Salud en
España

• FACTORES DETERMINANTES DE SU EVOLUCIÓN: régimen político,


autarquía, organización de la ciencia y corporativismo
• IMPORTANCIA DE LOS MÉDICOS HUMANISTAS (Marañón, Laín Entralgo,
López Piñero, López Ibor, Castilla del Pino)
• INTENTOS SOCIOLÓGICOS ECLIPSADOS (Severino Aznar, Encuesta sobre
la profesión médica)
• INICIO: década de los 70. Doble desarrollo (Madrid y Barcelona)
• PRINCIPALES AUTORES: de Miguel, Rodríguez y Durán
• TEMAS DE ESTUDIO ACTUALMENTE

1.3. Concepciones de la salud

CONCEPCIONES MÉDICAS:

• Somática: bienestar del organismo físico (predominante)


• Psíquica: relación entre el cuerpo y la psique.
• Sanitaria: salud colectiva. Prevención. Circunstancias que originan su aparición.
Determinantes de la salud.

CONCEPCIONES EN LAS CIENCIAS SOCIALES:

• Político-legal: Tutela legal → derecho exigible. Intervención progresiva.


• Delitos contra la salud (el caso español).
• Económica: elemento estratégico en la producción. Incremento gasto sanitario.
• Social: Relatividad cultural. Determinantes sociales.

CONCEPCIÓN IDEAL:

• OMS: bienestar físico, mental y social. Supone un avance, pero presenta


limitaciones.

1.4. Perspectivas teóricas en el estudio de la salud y la enfermedad

1. ANTROPOLÓGICA: estudio de las diferencias culturales en el modo de


enfrentarse a la enfermedad
2. FUNCIONALISTA: estudio de la enfermedad como estado social desviado
3. INSTITUCIONALISTA: estudio de las organizaciones burocráticas socio-
sanitarias
4. ECOLÓGICA: estudio de las distribución espacial y temporal de las
enfermedades
5. INTERACCIONISTA: estudio de los aspectos procesuales y de las relaciones
interpersonales durante la enfermedad
6. CONFLICTIVISTA: estudio del acceso a la salud en función de las desigualdades
y diferencias
7. GLOBALIZADORA: estudio de la enfermedad como manifestación de una
sociedad enferma
La Salud y la Enfermedad:
Aspectos biológicos y sociales.
CONTENIDOS CURRICULARES.

Por

Ana Lía Kornblit y Ana María Mendes Diz.

Grupo Editor
Aique.

Primera edición:
2000.
Capital Federal.

Este material
es de uso
exclusivamente
didáctico.

1
Capítulo 1

El proceso salud-enfermedad

En este capítulo analizaremos diversas concepciones de salud, diversas vivencias de enfermedad y


diversas prácticas en relación con la salud teniendo en cuenta el contexto histórico-social, porque la
conducta relacionada con la salud y la enfermedad se aprende y se realiza en dicho contexto, que da
contenido y significado a esos conceptos.

1. ¿Qué es la salud?

Si en este momento hiciésemos esta pregunta a diversas personas, recibiríamos diversas


respuestas.
No es lo mismo la salud para un docente, para un médico, para un abogado, para alguien que
circunstancialmente estuviera presente en el momento en que se hablara del tema. La diversidad de
respuestas deriva de diferentes formaciones profesionales, contextos socioculturales específicos,
etapas vitales, etcétera.
Analizaremos, entonces, algunas concepciones de salud según el enfoque de varias disciplinas que
tienen que ver con ella. Si bien algunas corresponden a ciertos momentos históricos del pasado, esas
concepciones coexisten con las actuales.

Concepciones médicas

Las concepciones médicas de la salud surgen, desde el punto de vista de la medicina, como
actividad profesional; sin embargo, hay diferencias entre ellas según se ponga el énfasis en la salud
somático-fisiológica, en la psíquica o en la sanitaria.

• La concepción somático-fisiológica parte de la enfermedad en el organismo físico. La salud


es, en esta concepción, el bienestar del cuerpo y del organismo físico, y la enfermedad es el
proceso que altera este bienestar. Es evidente el peso que tiene esta concepción de la salud en
la opinión colectiva y en la propia práctica médica y no puede negarse que la mayor parte del
desarrollo de la medicina proviene de los adelantos en esta dimensión. Esquemáticamente
puede enunciarse diciendo que si el organismo físico no posee alteraciones visibles, existe
salud y sólo cuando haya una alteración del organismo existirá enfermedad.
Aún hoy la enseñanza de la medicina, la exploración y examen del enfermo y la terapéutica
habitual se basan principalmente en la identificación de alteraciones en el organismo en el
nivel fisiológico. No en vano se conocía antiguamente a los médicos con el nombre de
"físicos", y aún en los países de habla inglesa (physician), ya que, tanto por sus instrumentos
como por sus actos, la profesión era identificada por el público con la manipulación de los
aspectos físicos del cuerpo humano. El éxito de la medicina somática, avalado por los
numerosos descubrimientos en biología, física y química, contribuyó directamente a que ésa
fuera la forma fundamental de practicar la medicina, o sea, diagnosticar la enfermedad y curar
el organismo físico. La concepción somática de la salud ha transcurrido más pendiente de la
enff1rmedad que de la salud durante la mayor parte de la historia.

• La concepción psíquica de la salud implica el reconocimiento de la estrecha interrelación


entre cuerpo y psique en el organismo humano, lo que lleva a no restringir la experiencia de
salud ala salud orgánica únicamente. En la historia de la medicina, la salud psíquica aparece
como una categoría residual o, al menos, de importancia menor.
Puede decirse que la limitación fundamental con que se enfrenta la concepción psíquica de
la salud es la subjetividad y la indeterminación de sus manifestaciones, en comparación con
las manifestaciones somáticas. La sensación de bienestar psíquico es, en última instancia, una

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experiencia subjetiva frente a la que el médico no puede aducir pruebas "objetivas" de salud -
como ausencia de gérmenes u otras causas patógenas- resultado de análisis y comprobaciones
clínicas. El ejemplo más obvio del subjetivismo de la concepción psíquica de la salud es el
caso del dolor. Aun siendo los tejidos musculares y nerviosos aparentemente semejantes y la
agresión patógena de la misma intensidad, la sensibilidad de -dos individuos puede ser muy
diversa, sin que puedan establecerse medidas científicas objetivas acerca de la diversa
intensidad del dolor que sufren dos pacientes.

• La concepción sanitaria de la salud, propia de la salud pública como disciplina, coloca el


énfasis en la salud colectiva de una población más que en la salud individual, como acabamos
de ver en las dos concepciones descriptas más arriba.
Se caracteriza por tener un enfoque preventivo de los problemas de diversos grupos sociales
diferenciados por edad, sexo, nivel socioeconómico, etcétera. Realiza generalizaciones, a
semejanza del diagnóstico individual de la medicina clínica, orientadas a identificar el grado
de salud o de enfermedad de una comunidad. Para llegar a esas conclusiones, los sanitaristas
establecen medidas de lo que se considera saludable para cada comunidad o región de un país.
Estas valoraciones de lo que se considera normal o patológico oscilan entre ciertos márgenes.
La "normalidad", desde el punto de vista estadístico, se define en cada sociedad de acuerdo
con un cúmulo de circunstancias económicas, sociales, del medio ambiente, climáticas, que
condicionan lo que se considera aceptable o "normal" en cada sociedad. Una desviación de la
"norma", en individuos o en grupos, no supone necesariamente un estado anormal, aunque
indica al médico clínico o al sanitarista que existen algunos factores a los que se debe prestar
especial atención.
Esta concepción no aparece hasta el siglo pasado, cuando la magnitud de los problemas
planteados por la industrialización y la urbanización, derivados del traslado de grandes masas
que pasan a vivir en condiciones infrahumanas en los cinturones industriales de las primeras
ciudades fabriles, acelera la necesidad de que el Estado adopte una actitud decidida para
tutelar la salud de la población.
La concepción sanitaria de la salud posee un contenido amplio ya que se refiere
esquemáticamente a dos aspectos:

• el medio ambiente físico, en el que se analizan las condiciones que facilitan u


obstaculizan la difusión de la enfermedad teniendo en cuenta la totalidad del mismo:
tierra, agua, aire, alimentos en sus diversas formas, etcétera.
• las personas que ocupan el medio ambiente, a las que se -agrupa por sus condiciones
personales, como edad, sexo y su adscripción a determinados grupos sociales de
residencia, trabajo, etcétera, identificando problemas de salud, estableciendo programas
para actuar sobre ellos y controlando los resultados de la acción.

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Concepciones sociales

Desde la perspectiva de las ciencias sociales, la concepción de salud también responde a diferentes
enfoques disciplinares, según se la conciba desde el derecho, la economía o la sociología, entre otras.

• La concepción político-legal de la salud la considera como un bien general que interesa a


todos. Cuando este bien es tutelado por el ordenamiento jurídico de un país, se convierte
en derecho exigible por los ciudadanos según una amplia variedad de reconocimientos.
Jurídicamente, más que de un derecho a la salud habría que hablar de un derecho a la
integridad física, lo cual supone la protección por parte del Estado en aquellos casos en
que la integridad pueda verse en peligro. A este derecho a la integridad física corresponde
correlativamente el deber y la obligación de mantenerla, reconocidos por todos los
códigos penales, que, por lo tanto, identifican como delitos los actos que atentan contra
ella. El atentar contra la salud, propia o ajena, es penado por el Estado, dado que ello
supone un ataque aun bien que debe protegerse.
Esta concepción de la salud, se extiende por todas las latitudes y los sistemas políticos y,
aunque las variedades de su reconocimiento como derecho sean diferentes entre diversos
sistemas, existe un consenso común universal en la concepción político-legal de la salud
que se reconoce en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

• La concepción económica se impone en el mundo desarrollado debido a la importancia


que la salud posee para la eficacia del factor humano en los procesos productivos, a los
que aporta un elemento único y costoso. En otras épocas, el factor humano no era
considerado un factor estratégico, lo cual llevaba a su poca estimación económica,
mientras que un factor escaso como el capital atraía la atención principal y la
preocupación del empresariado. En la situación actual, el factor humano ha pasado a
constituir un elemento estratégico de los procesos productivos; de ahí la relevancia de
mantener la "productividad humana", para lo cual es necesario contar con una "buena
salud".

Un distinguido pensador francés, Alfred Sauvy,1 ha escrito: “…los objetivos económicos y ético y
no se concilian sino raramente (…) en los numerosos casos en que las vidas humanas están en
competencia con bienes materiales, se impone una elección…” y en su obra expone una serie de
dilemas éticos a partir de casos en que los que la vida humana está en conflicto con un objetivo
económico. Valdría la pena dedicarles algunas reflexiones.
Un organismo competente en el tema ha dicho en 1973 que no faltan los medios técnicos para
poder hacer menos perjudiciales a los combustibles o a sus humaredas; lo que sí pueden faltar son
los capitales necesarios para implantarlos.
La información señala el aumento que resultaría en los precios de los combustibles, pero no el
número de vidas human se salvarían de esa manera.
“Las dosis de irradiación que reciben los trabajadores en de las centrales nucleares deberán ser
reducidas se la conferencia Nuclear Europea el 23 de abril de 1915 enParís. Se trata de reducirlas
hasta una dosis que se juzgue que no implique gastos demasiado elevados...”
“¿Quién debe decidir y cómo, con un presupuesto limitado, si parte del mismo se aplica a
prolongar la vida de los pacientes seniles o a detectar las anomalías congénitas en los recién
nacidos?”

1
Sauvy, A. (1980). Costo y valor de la vida humana. Buenos Aires, Emecé. Sauvy es un pensador francés, autor de
importantes trabajos de filosofía y economía, entre ellos La economía del diablo, que produjo profunda impresión en Francia,
hasta el punto de que puede decirse que instaló en la agenda de discusión importantes problemas de hoy: la población, las
profesiones, los salarios, el pleno empleo, la desigualdad social.
En la mencionada obra, Sauvy sostiene que la economía de mercado ha hecho que la vida humana pueda ser considerada
como un bien cuyo costo aumenta o disminuye y que este costo puede, por lo tanto, calcularse matemáticamente. La
reducción del presupuesto de salud, por ejemplo, aumenta indudablemente la mortalidad. Se puede, incluso, llevar una
"contabilidad humana", en la que a menudo la hipocresía rivaliza con el cinismo.

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Estos son sólo algunos de los infinitos dilemas éticos que pueden discutirse a partir de una
concepción económica de la vida humana.
• Según la concepción cultural, la salud como estado de aptitud para el desempeño de roles
sociales se define tan variadamente como numerosos son los roles en la sociedad. Si tomamos
como ejemplo el rol laboral, que puede desglosarse en multitud de puestos de trabajo, veremos
que una misma situación afectará diferencialmente a dos sujetos, según el rol que
desempeñen. Por ejemplo, la inmovilización de una extremidad inferior implica falta de salud
para el desempeño del rol de un trabajador de la construcción, mientras que no invalida al
directivo o al técnico en el desempeño de funciones que no requieren desplazamientos.
La definición cultural de la salud según el estado de desarrollo del país de que se trate y
según cuales sean los roles sociales que la persona deba cubrir, lleva a enunciar lo que se ha
denominado "relatividad cultural de la salud y la enfermedad". Ello quiere decir que cada
grupo social, sea tan extenso como una nación o tan reducido como un grupo familiar,
poseerá' una definición peculiar de salud establecida de acuerdo con lo que se considera
"normal" en dicho grupo y que esta definición influye activamente en la forma de sentirse
sano o enfermo de las personas pertenecientes a él.
La sola reflexión acerca de la diversidad regional que tiene nuestro país nos permite
suponer múltiples situaciones que reflejan la relatividad cultural de la salud y la enfermedad
existente.

Concepción de salud ideal

Supone un estado de salud no alcanzable por el ser humano en su realidad diaria. Responde a la
definición teórica de una situación deseable en salud. Sin embargo tiene importancia, pues esas
concepciones son guías inspiradoras de los actos cotidianos, aunque se sepa que nunca se alcanzarán
plenamente dichos objetivos.
La concepción de salud ideal más conocida es la definición de la Organización Mundial de la
Salud (1964), como “estado de bienestar físico, mental y social completo y no meramente la ausencia
de enfermedad”. Esta definición es a todas luces ideal, pues dicho estado de salud es imposible de
alcanzar para toda una población; de todos modos, es una definición útil, pues sirve de guía para las
actividades sanitarias que versan siempre sobre estados parciales de salud física, psíquica o social. Sin
embargo, si bien esta definición ha sido un avance, el cambio es todavía insuficiente.
En realidad, la salud no puede ser considerada como un “estado”, como tampoco lo es la
“enfermedad”. Ambas son parte de un proceso multidimensional, un proceso que podría llamarse de
bienestar psicosocial. El individuo, a lo largo de su vida, se desplaza sobre un eje salud-enfermedad (y
muerte), acercándose ya a uno y a otro de sus extremos, según se retuerza o se rompe el equilibrio
entre factores que están permanentemente interactuando: estos factores son físicos, biológicos,
psicológicos, sociales, culturales y ambientales.
Es evidente que de la concepción de salud ideal conviene pasar a considerar niveles aceptables o
inaceptables, que estarán condicionados por la situación global de cada sociedad.

Se podría entonces conceptual izar la salud como "la posibilidad que tiene una persona de gozar de
una armonía bio-psico-social al interrelacionarse dinámicamente con el medio en el que vive".

Esta definición implica, por un lado, considerar al hombre como unidad y, por el otro, significa no
concebir la salud como estado inalterable ni como mera adaptación al medio. Supone reconocer que el
hombre vive en constante interacción con el medio ambiente físico-biológico y sociocultural,
recibiendo influencias tanto favorables como desfavorables, y que en esta interacción se configura el
nivel de salud. No es, pues, lo conflictivo lo que define lo patológico sino la imposibilidad de
resolverlo en cualquiera de las áreas "física" “psíquica” o social". Esto es lo que genera la idea de
enfermedad.
Así, el hombre tendrá salud en la medida en que pueda resolver los conflictos que se le plantean,
lo cual implica, fundamentalmente, considerarlo como ser activo que participa en el logro de su salud.
Individuo como unidad Ambiente físico-biológico Y SALUD bio-psico-social ---sociocultural

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Podría decirse, entonces, que un individuo se considera sano cuando:
• no presenta signos de enfermedad ni padece una enfermedad inaparente que podría
curarse;
• padeciendo una enfermedad incurable, ésta puede ser controlada sin que se acorte su
vida ni disminuya su actividad;
• aun teniendo una notoria incapacidad, esté acostumbrado/a a vivir con la enfermedad y
esté integrado/a en su medio social;
• luche contra las dificultades ambientales sin dejarse dominar por la melancolía, la
angustia o la desesperación;
• no viva con la preocupación obsesiva de la enfermedad y la muerte.

La salud así entendida se asocia con la vida, con la capacidad de vivir con el menor sufrimiento
posible y de luchar para reproducir la vida; tanto satisfactoriamente para el individuo como para los
conjuntos sociales.

Representaciones sociales del estado de salud ideal

Para acercarse a la idea de salud o de enfermedad en una población, se puede- partir, como hemos
visto, de diversas definiciones y de diferentes niveles de abstracción acerca de ellas. Sin embargo,
sabemos que estas conceptualizaciones de los profesionales de la salud coinciden sólo en parte con las
de la población.
La representación acerca del estado de salud ideal no es independiente de otros componentes de la
concepción del mundo sostenida por las personas. Así, las representaciones sobre este tema cubren un
espectro que abarca desde una concepción "organicista", en la que el estado de salud ideal incluye sólo
la dimensión del cuerpo y su buen funcionamiento, desgajado de la unidad psicofísica, hasta un
modelo que podríamos llamar "mentalista", en el que el estado de ánimo es la medida de la valoración
del buen o mal estado de salud. La atención al sí mismo y al equilibrio interior son factores relevantes
para los sujetos que definen de este modo el estado de salud ideal.
Entre estos dos polos figura el reconocimiento de la integración cuerpo-mente como estado de
salud ideal.

concepción - integración - concepción


organicista cuerpo-mente mentalista

En un estudio realizado con jóvenes argentinos entre 15 y 19 años2, encontramos que:


“un 34% sustentaba el criterio de la salud ‘orgánica’, el 25% el de la salud 'psíquica' y
el 41% el de la salud como integración psico-física. Estos porcentajes varían según nos
refiramos a varones o mujeres.
En efecto, los varones mantienen en mayor proporción el criterio de la salud orgánica,
privilegiando así el ámbito de ‘lo corporal’ se inclinan en mayor porcentaje por la salud
‘psíquica’. Sería de interés reflexionar acerca de esta variación explicable, sin duda desde
una perspectiva de género, o sea aquello que se espera socialmente de los varones y de las
mujeres.”

2
Kornblit, A. (1996). Culturas juveniles. Instituto de Investigaciones Gino Germani/Oficina de Publicaciones CBC,
Universidad de Buenos Aires. En esta obra se analizan aspectos referidos a jóvenes entre 15 y 19 años, de clase media, que
viven en distintos centros urbanos del país -Ciudad de Buenos Aires, un partido del Gran Buenos Aires, Bariloche y
Neuquén- en relación específicamente con cuestiones de trabajo y salud, por ser "...dos ejes capitales, en torno a los cuales se

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Otra dimensión del estado de salud ideal se refiere a la ausencia de síntomas o de enfermedades,
criterio de definición de la salud denominado "negativo", no en el sentido valorativo sino en término
de cómo se construye la definición. Por el otro lado, cabe que el concepto se construya de modo
"positivo", teniendo en cuenta la realización de conductas saludables. En este último caso, el estado de
salud ideal se define por la búsqueda activa de estados saludables, como alimentarse bien, realizar
deportes, cuidarse en general y, al mismo tiempo, evitar conductas riesgosas para la salud, como
fumar, beber en exceso, consumir drogas, etcétera.
Del estudio mencionado surgió que:

“…aproximadamente un tercio de los jóvenes expresó su adhesión a la idea de la salud como


ausencia de enfermedad, mientras que los dos tercios restantes mencionan como estado de salud
ideal la adopción de conductas saludables, ya sea en el sentido positivo (40%) o en el sentido de
evitar conductas de riesgo (20%).
Es interesante señalar que el criterio de evitar conductas de riesgo es adoptado en mayor
proporción por las mujeres, quienes parecen tener así una mayor conciencia acerca de la propia
responsabilidad en la conservación de la salud, coincidiendo con lo descripto en la literatura
respecto del rol femenino en la familia en cuanto al velar por las acciones vinculadas con la salud
de todo el grupo.”

Puede concluirse, pues, que existe entre buena parte de los jóvenes una conciencia de la necesidad
de adoptar una posición activa en relación con el logro de un buen estado de salud, aunque es
importante destacar que esto ocurre particularmente en las mujeres y no tanto en los varones.
En otra Investigación realizada con familias de la Ciudad de Buenos Aires3, se observó que éstas
conceptualizaban la salud refiriéndose a diversos aspectos de la vida cotidiana tales como
alimentación, hábitos de vida, consulta al sistema médico, práctica de gimnasia y deportes, bienestar
intrapsíquico e interpersonal, abrigo, higiene, vida al aire libre y prácticas religiosas. Cabe destacar
que, según el nivel socioecon6mico al que pertenecían, cada uno de estos aspectos fueron connotados
de modo diverso.
Las autoras del estudio mencionado describen de este modo las concepciones de salud que
sostienen las familias según loS estratos sociales a los que pertenecen.

han verificado en las últimas décadas cambios sustanciales en cuanto a las valoraciones y a las representaciones sociales que
de estos temas tienen los jóvenes".
3
Prece, G., Necchi, S., Schufer, M., Adamo M. (1988). "La salud: una tarea cotidiana". Tercer Seminario-Taller de
Investigación en Ciencias Sociales y Salud. Secretaría de Ciencia y Técnica, Ministerio de Educación y Justicia.
Investigación realizada con entrevistas en profundidad a familias residentes en la Ciudad de Buenos Aires de distintos
estratos socioeconómicos: alto y medio alto (profesionales, ejecutivos, empresarios), medio y medio bajo (pequeños
comerciantes, "cuenta propistas, empleados en relación de dependencia), y bajo (trabajadores manuales estables e inestables).

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AVANCES EN SOCIOLOGÍA DE LA SALUD

El presente número se dedica monográficamente a los Avances en


sociología de la Salud en nuestro país. La Sociología de la Salud —antigua-
mente denominada Sociología de la Medicina, y a menudo Sociología de la
Salud y la Enfermedad— es la especialidad mas importante dentro de la
Sociología contemporánea, con el mayor número de especialistas. En par-
te eso se debe a que el sector sanitario es la primera industria en casi
todos los países avanzados, y la que más personal cualificado contrata.
Pero también se debe a que en la civilización actual las causas de las
enfermedades son cada vez más sociales, y las consecuencias de las enfer-
medades son también sociales.

El progreso estrictamente médico se ha parado: la esperanza de vida


de las poblaciones avanzadas ya no aumenta sensiblemente, a pesar de que
cada vez se gastan más recursos. La esperanza de vida de la mujer, que
superaba cada vez más a la del varón, ha parado también su crecimiento
diferencial. El gasto público en sanidad es también un porcentaje estable,
que incluso recede en algunos países europeos. El impacto del incremen-
to del gasto en el nivel de salud de la población es mínimo, a veces ine-

Reis
5.V91 p p . 7-15
JESÚS M. DE MIGUEL

xistente. Los estudios de la OCDE señalan que un incremento en gasto


sanitario tiene sólo impacto en el nivel de salud de las mujeres. En el sec-
tor sanitario global, ya no se trata tanto de añadir años a la vida como de
añadir vida a los años, y luego salud a la vida. El objetivo buscado es ele-
var la calidad de vida —ya vivida— de las personas; una tarea en la que la
Sociología tiene un papel fundamental

Hay otra razón, de peso, para explicar el avance de la Sociología de la


Salud. La sorpresa en las sociedades avanzadas es que la pobreza, delin-
cuencia y drogadicción no han desaparecido; más bien al contrario, han
cristalizado en pockets o guetos concretos, difíciles de reducir. Las clases
más bajas de la población —compuestas de parados/as, pobres, delin-
cuentes, grupos marginados, enfermos/as crónicos, adictos/as, prostitu-
tas, chaperos, inmigrantes ilegales— no son sólo clases bajas, sino enfer-
mas. La clase baja se separa, pues, del resto de la sociedad, marginándose,
en un submundo enfermo o enfermizo, con serios problemas de adicción
y de problemas sanitarios. El supuesto peligro de contaminación aumenta
su nivel de marginación.
El caso del sida en su primera década, ahora terminada, supone un
empeoramiento de esta situación. Que España se haya convertido en el
segundo país europeo con más casos de sida, y que éstos/as sean funda-
mentalmente personas drogadictas (intravenosas) y no homosexuales,
como en otros muchos países, ha supuesto la agudización de los proble-
mas de marginación. Los/as pobres, reclusos y prostitutas no son sólo
marginados/as, sino también enfermos/as, generando un círculo vicioso
difícil de romper. El sida supone un estigma encima de otro estigma, un
problema encima de otro problema. Es el sector sanitario, y sobre todo
las profesiones sanitarias, el encargado de deshacer este proceso múltiple,
cristalizado y permanente de desigualdad. Una tarea bien difícil de reali-
zar con guantes y bisturí.
Cuarenta años de un régimen dictatorial explican el tardío y lento
desarrollo de las ciencias sanitarias y sociales. La definición de los proble-
mas sociales era difícil, y en ocasiones tabú. La autarquía económica y
social del régimen anterior supone un punto de partida difícil de superar.
En España no es hasta la década de los ochenta que la Sociología de la
Salud se desarrolla, mostrando sus aspectos más críticos y creativos.
Nacen las corrientes neo y anti, a veces copiadas meramente del extranje-
ro, sin una base de investigación seria. El poder profesional estaba en
manos de los mandarines del exilio interior, los local boys, por emplear la
expresión favorita de Pancho Marsal; cuando empiezan a regresar los/as
jóvenes especialistas formados en el extranjero, cada vez más en el mun-
AVANCES EN SOCIOLOGÍA DE LA SALUD

do anglosajón. Provienen de las especialidades de las ciencias sociales,


pero también de la salud pública, que en los años setenta y principios de
los ochenta van de la mano. No es hasta mediados de los ochenta que la
sociología se independiza, incluso de la salud pública, y empieza un cami-
no autónomo, más cercano a veces a la sociología política, a la psicología
social, política social y, sobre todo, antropología de la salud. Se incorpo-
ran las técnicas, se realizan los primeros estudios serios, pero el nivel de
desarrollo teórico —propio e innovador— es limitado.

La falta de ciencia en España es ya una polémica secular, vivida con


pasión por la generación del 98. La estructura napoleónica, jerárquica y
mandarinesca de la Universidad española ayuda poco al nacimiento y
desarrollo de especialidades modernas, que no sean ramas establecidas del
árbol de la ciencia. La Sociología de la Medicina —luego Sociología de la
Salud— no tiene ocasión de brotar, apenas si le llega el agua. Ese árbol
de la ciencia se conserva como hace quinientos años, hasta la reforma de
estudios de 1991; es decir, sin que aparezcan nuevas ramas ni disciplinas.
La Ley de reforma universitaria (LRU) del ministro José M.a Maravall
—un sociólogo— de 1985 no es suficiente para impulsar el cambio nece-
sario para ponerse a la altura del mundo avanzado. La Ley General de
Sanidad del ministro socialista Ernest Lluch —un economista— tampoco
tiene el impacto esperado. Las verdaderas reformas tienen que empezar
desde abajo y no desde arriba. Las leyes no cambian la realidad; más bien
lo contrario.
Pero la sorpresa del caso español —que en verdad is different— es que
el sector sanitario fue socializado durante la dictadura franquista, y poco
cambiado durante el gobierno socialista. Más curioso aún es que el sector
sanitario se socializa antes que el sector educativo, lo que suele ser a la
inversa en la mayoría de los países avanzados. La polémica constante
durante los últimas décadas es la privatización supuesta del sector sanita-
rio. En 1971, el sector sanitario se convirtió en un sistema que alcanzaba
al 85% de la población, contrataba al 85% de los médicos/as y al 76% de
los farmacéuticos/as. Es un sector que, a pesar (o a causa) de la dictadu-
ra, fue muy por delante de lo esperado en cuanto a conquistas sociales.
Los cuatrienios socialistas —dominados en sanidad por economistas—
sólo han tenido que agrandar la base de cobertura al cien por cien de la
población, sin apenas aumentar las prestaciones reales. Han impulsado,
eso sí, un proceso de descentralización que todavía no se sabe las desi-
gualdades que va a crear en la población.
Con este trasfondo estructural, la Sociología de la Salud ha avanzado
en base a un interesante maridaje entre médicos/as progresistas (o socia-
JESÚS M. DE MIGUEL

les) y sociólogos/as sensibles a los procesos de curar y cuidar. Los prime-


ros avances de estas últimas décadas son precisamente estudios escritos al
unísono por médicos/as y sociólogas/os. La profesión médica española
mantiene una larga tradición de médicos/as humanistas y escritores (así
como de médicos/as pintores y amantes de la música), que cristaliza en
figuras como Letamendi, Mira y, sobre todo, Gregorio Marañón —el
modelo de todos—. Estos se sitúan a caballo entre la Generación del 98 y
la llamada Escuela de Madrid. Hay que recordar aquí que fue José Ortega
y Gasset —filósofo y sociólogo-de-andar-por-casa— quien con buen
olfato impulsó la traducción de la obra de Sigmund Freud ya en 1923
(además de la de Simmel y otros sociólogos modernos).

¿Pero quién lee ahora a Gregorio Marañón? Y, sin embargo, sin leer-
le es difícil entender el desarrollo de la Sociología de la Salud, o de la
medicina humanista en nuestro país. Deja una pléyade de discípulos que
representan bien la especie mitológica de centauro sociólogo-médico:
como Laín Entralgo (el Sigerist español), y capo de una preclara escuela
de historiadores médicos que se dedican —a menudo sin saberlo— a la
Sociología de la Salud. Son pensadores tan originales e interesantes como
José M. López Pinero, Luis García Ballester, Diego Gracia, Pedro
Marcet, Vallejo Nájera, etcétera. El panorama se completa desde la dere-
cha a la izquierda por pensadores tan interesantes y criticados como Juan
J. López Ibor (quien con poco ojo clínico predice en los años cuarenta la
agonía del psicoanálisis), pasando por Juan Rof Carballo, hasta Carlos
Castilla del Pino. No representan un nivel de innovación internacional,
pero sí una adecuación del pensamiento extranjero, traducido al caste-
llano.
Un género diferente es el de los médicos exilados (voluntariamente o
no) y cuya historia social se inicia con la postguerra civil. Son los Emilio
Mira López, Ángel Garma, Marcelino Pascua o Félix Martí Ibáñez. Todos
ellos hacen fortuna —intelectual— en el extranjero, y tienden a influen-
ciar con distinta suerte en algunos pensadores españoles más jóvenes.
Entre los más modernos, y radicales (como a él mismo le gustaría pare-
cer), está Vicente Navarro, en la Escuela de Salud Pública de Johns
Hopkins, en Baltimore. También hay sociólogos de talla «exilados», como
Antonio Ugalde, en la Universidad de Texas, Austin.
Los avances actuales de la Sociología de la Salud se basan, pues, en las
viejas instituciones e innovaciones. Hay que señalar fundamentalmente
los pasos previos del Instituto de Reformas Sociales, donde realizaron
estudios pre-sociológicos-de-la-salud algunos de los/as krausistas (quie-
nes fueron los verdaderos padres/madres de la Sociología española). El

10
AVANCES EN SOCIOLOGÍA DE LA SALUD

Instituto Nacional de Previsión, en la castiza Puerta de Alcalá —y su


biblioteca—, es testigo de algunos de esos primeros avances. Y también
la Revista Internacional de Sociología, del Consejo Superior de Investigacio-
nes Científicas, que agoniza en la democracia, para ser reemplazada en los
intereses sociológico-sanitarios por esta Revista Española de Investigaciones
Sociológicas, del Centro de Investigaciones Sociológicas; Sistema, e incluso
por la primera época dorada de Papers. Algunos de los primeros estudios
tienen una preocupación demográfica, eugenésica, o quizá de mortalidad
a secas. Es la influencia de Severino Aznar y de algunos de sus discípulos
y colegas, como Antonio Arbelo, Jesús Villar Salinas y José Ros Jimeno, a
quienes los modernos sociólogos/as agresivos apenas si leen, o saben que
existieron. ¡Parecen ya tan lejanos!

La intentona más seria por desarrollar investigaciones de Sociología


de la Salud viene, curiosamente, de la mano de Juan J. Linz, en lo que se
llamó, en 1960, la Encuesta sobre la profesionalidad médica. Sólo se publicó
una parte mínima en 1964, y de la pluma de Salustiano del Campo, deca-
no de la sociología española. Sin embargo, esta preocupación sanitaria no
cristaliza en toda la década de los sesenta, a pesar de algunas preocupa-
ciones paralelas de modernos profesionales como Juan Diez Nicolás o
Amando de Miguel.

La Sociología de la Salud, por seguir con la capitalidad gemela de


España, avanza al unísono en Madrid y Barcelona, sobre todo a partir de
1976. Es la época de los/as médicos-sanitarios y de los/as sociólogos-de-
bata-blanca, como se denominaron en otro lugar. La mayor parte de los/
as médicos sanitarios escriben a la sombra del poder, en torno a la Direc-
ción General de Sanidad, Instituto Nacional de Previsión, luego INSA-
LUD, por fin Ministerio de Sanidad y Consumo; y en los años ochenta
desde las consejerías de Sanidad de las respectivas Comunidades Autóno-
mas. Las ocasiones son las reformas sanitarias, siempre anunciadas y luego
poco evaluadas. Es precisamente la epidemia del síndrome tóxico (atri-
buido oficialmente al envenenamiento masivo por aceite de colza adulte-
rado) la que, a partir de 1981, dinamiza la reforma sanitaria, y posterior-
mente la eclosión de sociólogos/as trabajando en el sector sanitario. Ese
mismo año de 1981 se inicia en el mundo la pandemia de sida, que ataca
en España tardíamente, y que es evaluada con más retraso aún. El sida se
considera desde el inicio como una epidemia foránea, de personas homo-
sexuales (gays), de Nueva York o San Francisco. No se creía que fuese a
tener una repercusión importante en España. Se crea una Comisión de
Trabajo que supuestamente examina y evalúa caso a caso. El progreso de
la enfermedad hace de esa estructura médico-sanitaria una organización

11
JESÚS M. DE MIGUEL

desorganizada e inviable, cuando a finales de la década de los ochenta


España se convierte en la tercera nación con más casos de sida de toda
Europa. La década de los noventa se inicia con un plan contra el sida
insuficiente, monolítico, endogámico y centralista. La epidemia sigue
creciendo. Los/as sanitaristas apenas si hacen otra cosa que contar los
casos, tarde. La Sociología colabora en esa tarea, o publica algunas ideas
ordinarias, sin mucha imaginación.

La producción sociológica de la salud avanzada nace —si hay que dar


una fecha de parto— con el Informe FOESSA de 1970, Informe sociológico
sobre la situación social en España, en su capítulo 13. A finales de la década
de los setenta se crea, además, el Instituto de Estudios de Sanidad y
Seguridad Social, que junta a una serie de científicos/as sociales en torno
a Enrique Martín, y crea la Revista de Seguridad Social, donde se publican
interesantes estudios y encuestas.

La profesión médica española es una de las que más se autoanaliza, y


una de las más críticas consigo misma. Quizá de ahí su poder y supervi-
vencia. Son ejemplos excelentes: Felipe Soler Sabarís, con su estudio
crítico de la Seguridad Social ya en 1971; Ramón Espasa y Nolasc Acarín,
con el primer GAPS (en la trastienda del Colegio de Médicos de Barcelo-
na); sobresale la egregia y humanista figura de Jordi Gol (continuada
luego con los Memoriales Jordi Gol, en el Colegio de Médicos de Barcelo-
na, en que se mezclan las profesiones médica, sociológica, antropológica,
psicológica y todas las sanitarias); y en Madrid la voz crítica e imaginati-
va de Javier Yuste, son ejemplos excelentes. Más tarde aparece la Federa-
ción de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, que es la
rama progresista de la profesión médica española. En un principio apoyan
la reforma sanitaria socialista, para pasar luego —ya casi en los años
noventa— a criticarla.

En 1976, la revista Papers dedica, desde Bellaterra, un número espe-


cial dedicado a la Sociología de la Medicina (el primero en su especie de
España); y se imparte el primer curso sobre Sociología de la Medicina,
iniciado por la colaboración de un psicoanalista (Juan Campos) y un
sociólogo. Años más tarde esta colaboración cristaliza en una realización
de experiencias de grupoanálisis. El sociólogo Esteban Pinilla de las
Heras —seriamente atacado luego por una enfermedad— publica en 1977
un informe sobre pacientes y hospitales; y, en Madrid, el sociólogo Isido-
ro Alonso Hinojal (luego catedrático de Sociología de la Educación) en
el mismo año publica también una obra similar. Empieza, pues, ya a exis-
tir una preocupación clara en la Sociología española por los estudios

12
AVANCES EN SOCIOLOGÍA DE LA SALUD

sobre salud, enfermedad y sector sanitario. Aparecen por esos años los
primeros manuales autóctonos de Sociología de la Medicina y, en 1980,
de Antropología de la Medicina. Las relaciones entre sociología y an-
tropología en el área de la salud son cada vez más estrechas, como
se demuestra en publicaciones, congresos, asociaciones y programas de
doctorado. De especial interés es el grupo de Tarragona, con Josep
M. Comelles, Joan J. Pujadas, Oriol Romaní, Joan Prats, Dolors Comas,
etcétera.
En mayo de 1981 se reúne en Barcelona la «Sección de Sociología de
la Medicina» dentro de las Primeras Jornadas de la Asociación Catalana de
Sociología, con seis sesiones y más de 30 ponencias. En febrero de 1983 se
organiza el primer Congreso de Sociología de la Medicina y de la Salud,
en Bilbao; y en junio de 1984 el segundo, en Madrid, en el Museo Nacio-
nal de Etnología. En los tres primeros congresos nacionales de Sociología
(Zaragoza, Santander y San Sebastián) la participación de la Sociología de
la Salud es masiva, convirtiéndose en la especialidad más numerosa y
organizada. Se institucionaliza, además, el Comité Científico de la Sociología
de la Salud, dentro de la Federación de Asociaciones de Sociología del
Estado Español (FASEE, actualmente FES), como iniciativa del Grupo
de Sociología de la Medicina, liderado actualmente por Ignasi Pons (uno
de los especialistas más imaginativos en sociología de la salud mental),
suponiendo un paso más en el avance de la Sociología de la Salud en
nuestro país.

A partir de 1988 se organiza en la Universidad de Barcelona el primer


programa de doctorado en Ciencias Sociales y Salud, estrechamente rela-
cionado con otros programas de doctorado de la misma Universidad, en
especial con el de antropología de Tarragona. Este programa supone el
primer intento serio de doctorar personas en Sociología de la Salud en
nuestro país, y posible cantera de investigadores y profesores en este
área.
Continúan, además, los centauros, médicos/as que estudian o saben de
sociología (lo contrario apenas existe) y que se dedican a las fronteras de
la medicina-sociología. Algunos, como Albert Jovell o Albert Torres,
desarrollan en la Universidad de Harvard una formación excelente.
Médicos de salud pública como Jordi Gol (Jr.), Joan Ramón Villalbí,
Miquel Porta o Andreu Segura, entre otros muy buenos, escriben con
sensibilidad sociológica, dedicados a la investigación sanitaria, epidemio-
lógica o de organización sanitaria.

En varios puntos de España aparecen en los últimos años escuelas o

13
JESÚS M. DE MIGUEL

programas de máster en Salud Pública (Granada, Valencia, Madrid) que


incluyen lecciones y asignaturas de Sociología de la Salud. En 1989 se ini-
cia en la Universidad de Barcelona un programa entero bianual de máster
en Salud Pública, con un área de ciencias sociales. Este máster se engarza
a partir de 1991 en un Instituto Universitario de Salud Pública, que, dirigido
por Andreu Segura, auna los esfuerzos de la Universidad, la Generalitat y
el Ayuntamiento de Barcelona. Es una de las instituciones más esperanza-
doras en el área de la salud pública moderna, con la inclusión de las cien-
cias sociales y de la conducta.

La producción más reciente en Sociología de la Salud es ya de calidad.


Algunos estudios recientes demuestran el interés creciente. Los libros
Salud y Sociedad y el de Salud y poder, de Josep A. Rodríguez; el análisis de
la Encuesta Nacional de Salud realizado por Mauro F. Guillen y su libro
The Aids Disáster, con Charles Perrow; Louis Lemkow, con investigacio-
nes de medio ambiente y de desigualdades sociosanitarias; La sociedad
anciana, de María Teresa Bazo (en el País Vasco); la especialización y un
programa de postgrado en gerontología social iniciado en Barcelona por
Ricardo Moragas; los estudios sobre enfermería, ancianidad y cuidado
sanitario por Carmen Domínguez Alcón; el excelente estudio sobre
homosexuales La sociedad rosa, de Osear Guasch; estudios relacionados
sobre control y desviación social que parten del moderno libro sobre La
profesión de policía, de Manuel Martín, y es continuado luego por las inves-
tigaciones de Diego Torrente.

Están también los estudios ya en marcha de Ornar García Ponce de


León sobre los/as médicos-enfermos (quien forma la rama mexicana de la
Sociología de la Salud española junto con Libertad Hernández Landa y
Luis D. Gabarrón), Arachu Castro sobre pautas de nutrición, Ana
Guillen (en la Fundación Juan March) sobre sistemas sanitarios compara-
dos, Montserrat Juan sobre mujer y reproducción, Cristina Larrea sobre
necesidades sanitarias, Elisa Toldrá sobre sida, Ana Collado sobre demo-
grafía, ancianidad y personas con minusvalía, Carmelo Pinto sobre droga-
dicción, Joan Bellavista sobre investigación, etc. En Madrid, el núcleo en
torno a María Angeles Duran es de considerable productividad. El soció-
logo Ricardo Usieto ha liderado la investigación social contra el sida en
Madrid. En los Estados Unidos continúa la excelente labor científica de
Antonio Ugalde (en la Universidad de Texas, Austin), más dedicado a los
problemas de Latinoamérica.

Todos esos estudios mantienen un compromiso con el cambio social,


al mismo tiempo que representan piezas sólidas de investigación cientí-

14
AVANCES EN SOCIOLOGÍA DE í.A SALUD

fica. Los avances en Sociología de la Salud en España no han hecho más


que empezar. Los artículos del presente número extraordinario de la
REÍS sobre Avances en Sociología de la Salud demuestran el avance real-
mente logrado.

15
ESTUDIOS
Artículos y ensayos de reflexión

R elaciones entre las ciencias


sociales y el campo de la salud
Relationship Between Social and Health Sciences

José Vitalino Echeverri Hernández1

Resumen Abstract
Las ciencias sociales y las de la salud desde sus oríge- Social and Health Sciences have always been doing
nes han tenido una fuerte relación que ha permitido related work. Usually the analysis and intervention on
configurar líneas de trabajo hasta la actualidad. La human health phenomena have been addressed from
comprensión e intervención de los fenómenos de la the dualistic (health/disease) or inclusive perspectives.
salud se han abordado desde dos perspectivas básicas, Historically health sciences and its scientific develop-
una dualista (salud/enfermedad) y otra integradora. ment were separated from the social sciences, but in
Si bien la realidad histórica de las ciencias de la salud the twentieth century this two disciplines joined forces
en su desarrollo científico se desvinculó de las ciencias again working to complement each other.
sociales y su referente más cercano, las ciencias natu-
rales; en el siglo XX éstas se reunieron nuevamente en
una interacción que establece una comprensión más
adecuada de la salud.

Palabras Claves: Salud Pública, Ciencias Sociales, Key Words: Public Health, Social Sciences, Research.
Investigación.

1 Sociólogo. Mg. en Lingüística. Docente de Psicología y Salud Pública Universidad de Antioquia. Miembro del Grupo de Investigación de Salud
Mental de la Facultad Nacional de Salud Púbica de la Universidad de Antioquia.Correo electrónico: jve12@yahoo.com.mx
Vol. 2. No.4. Julio -Diciembre de 2010

1. Ciencias de la salud y ciencias sociales


Como ha señalado Foucault (1979), las ciencias sociales y las de la salud se
encuentran emparentadas desde su mismo nacimiento, pues las condiciones his-
tóricas que en el siglo XVIII dieron origen al pensamiento clínico fueron las mismas
que facilitaron el surgimiento de las ciencias del hombre. Esto es notable cuando
señala que en el estudio de la vida de los grupos, de las sociedades, de la raza,
o incluso del sentir psicológico “(….) no se pensará en principio en la estructura
interna del ser organizado, sino de la bipolaridad médica de lo normal y de lo pa-
tológico” (Foucault, 1979, p. 62). También se refiere, al acto de convergencia de
opiniones donde los médicos y economistas consideraron “que el único lugar posible
de remedio de la enfermedad, es el medio natural de la vida social, la familia”
(Foucault, p. 65). Además, argumentaron esta posición basados en la reducción
de costos para la nación y lo más importante era que desaparecían los riesgos de
“(…) verla complicarse en el artificio, multiplicarse por sí misma y tomar, como en
el hospital, la forma aberrante de una enfermedad de la enfermedad” (Foucault,
p. 65). Esta postura en su origen, entre conocimiento de los grupos sociales y sus
condiciones de vida y sentimientos se desviaron en su desarrollo futuro, donde
el estudio de la medicina presenta una visión centrada en los fundamentos de la
biología y la química principalmente.

En esta medida, la salud pública no ha estado al


margen de esta tendencia, pues la posibilidad de
“… la estructura
hacer confluir el nivel de análisis entre el cono-
demográfica, los factores
cimiento de las poblaciones y los distintos modos
sociales, económicos
de enfermar de los grupos sociales y las personas
48 y culturales están en
ha generado un proceso histórico, no exento de
conflictos, que permite, en alguna medida, la in-
estrecha correspondencia
tegración entre ambas. Esto es observable en los
histórica con la situación
trabajos de Romero Beltrán (1996) donde cita al
de salud…”
médico William Petty (1623 – 1687) que sostiene
que la estructura demográfica, los factores socia-
les, económicos y culturales están en estrecha correspondencia histórica con la
situación de salud. Esto significa, que en la sociedad inglesa se percibía de manera
clara y conflictiva la relación entre problemas sociales y los de la salud; basta re-
visar las novelas de Charles Dickens y la manera como se muestra la explotación
laboral de mujeres y niños en la temprana era industrial inglesa.

Pero si en la fundación de las ciencias de la salud el saber de lo social participaba,


los años posteriores, permitieron establecer dos perspectivas: la primera, corres-
ponde a la salud clásica y facultativa, que se comprende como el desarrollo de

Universidad de Antioquia
la medicina moderna, centrada en los campos Además, Hayward citando al Doctor Ryle, sos-
de la fisiología, bioquímica, microbiología, tiene que la medicina social significa ir hasta las
entre otros, sosteniendo que las bases de estos fuentes de las causas esenciales de las enferme-
conocimientos positivos daban respuestas más dades como desnutrición, debilidad, trastornos
oportunas al dualismo de salud / enfermedad; mentales y otras alteraciones funcionales, en
la segunda, corresponde a la salud colectiva las cuales no hay señales claras de enfermedad
concebida desde las bases sociales y desde los orgánica. Al mismo tiempo cita a Mr. Baverid-
diferenciales y determinantes ante la vida, la ge en su obra Las bases de la seguridad social
enfermedad y la muerte. (1943), en la cual se dice que la lucha contra
la pobreza, mejor educación, seguridad de
La primera vía, que es el de la medicina clá- empleo y estabilidad económica indican una
sica, se ubica de manera hegemónica como un mentalidad sanitaria que busca la abolición de
campo verdaderamente científico de la salud; la enfermedad (Hayward, 1993).
pero se vio cuestionado a finales del siglo XIX,
y se intensificó con fuerza solamente en el siglo Otro elemento aportado por Ryle, y citado por
XX con la consolidación de la medicina contem- Hayward, se refiere al hecho de que las ciencias
poránea, donde se puede observar de nuevo la y la técnica han llegado a dominar a la medici-
relación salud y ciencias sociales, aspectos que na, excluyendo a la ciencia más importante de
son ampliamente expuestos por autores como todas –la ciencia del conocimiento del hombre- y
Hayward (1993), Lolas Stepke (1992), Gyarmati a la técnica más importante de todas –la técnica
de la comprensión-. En esta medida, Hayward
(1992), Vicens (1995), que han propuesto la idea
(1993) postula que los médicos son los profe-
de que la noción de salud señala un equilibrio
sionales que mejor conocen los diversos desór-
relativo entre la estructura social y la función
denes funcionales y las enfermedades orgánicas
corporal, que es consecuencia de la tensión
que tienen su origen en las deficiencias sociales,
dinámica del organismo ante las fuerzas que
y cuyas causas no les ha sido posible corregir,
tienden a destruirlo. Desde esta postura, se
porque su formación en las facultades ha estado
considera que la salud, como objeto y razón 49
dirigida al tratamiento de las enfermedades
de la práctica de la medicina, requiere de la
cuando éstas ya han sido declaradas, más bien
comprensión de su significado biológico y su
que evitar que sigan brotando de las fuentes
trascendencia funcional. Estos aspectos son
situadas fuera del alcance de los servicios de
expuestos por Moreno Altamirano (2007), cuan-
salubridad pública.
do sostiene que en la Europa de la modernidad
incipiente del siglo XIX, médicos como Johann En estas condiciones, diversas publicaciones
Peter Frank y Rudolph Virchow centraron su han dado cuenta de las ventajas que supone
atención en la situación sociopolítica y en las incorporar los aportes de las ciencias sociales
condiciones de trabajo y de vida como factores al estudio de los fenómenos de la salud y la
etiológicos de la enfermedad. Privilegiaban lo enfermedad, así como de las dificultades que
social como el factor más importante, dado este proceso de integración ha presentado. Esto
que éste explica a su vez la aparición de otros se aprecia en Lolas Stepke, que sostiene que en
agentes participantes como desnutrición, insa- Latinoamérica se presenta un amplio labora-
lubridad, contaminación, entre otros. torio de ciencias sociales en la cual es posible

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de Psicología


Vol. 2. No.4. Julio -Diciembre de 2010

examinar la hipótesis de que la salud es más


que biomedicina institucionalizada, de acuer- “… el cuerpo, además de
do a los cánones de los países desarrollados. contener la mente, debe vérselas
Y, dentro de estos aspectos subregionales, es constantemente con el entorno
posible sostener “La creatividad que exige este social. Por tanto, la relación con
examen debería pasar a través de tradicionales él, los contactos personales y los
límites disciplinaros, buscar formas inéditas de papeles sociales obligan al cuerpo
organización y gestión y, tal vez, redefinir lo que a moverse y estar de una manera
llamamos salud, medicina y calidad de vida” determinada, y estos aspectos
(Stepke, 1992, p. 28). condicionan los sentidos con los
Otro autor que se focaliza en este asunto es cuales se percibe la realidad
Jesús Vicens, argumentando que el cuerpo, diaria…”
además de contener la mente, debe vérselas
constantemente con el entorno social. Por
tanto, la relación con él, los contactos perso-
allá de este punto, ya superado, y centrarse
nales y los papeles sociales obligan al cuerpo a
en los criterios prioritarios que deben guiar la
moverse y estar de una manera determinada, y
enseñanza de las diversas disciplinas sociales en
estos aspectos condicionan los sentidos con los
el campo de la salud. Este trabajo apunta en esa
cuales se percibe la realidad diaria. Además, las
dirección, en relación a las disciplinas sociales:
relaciones con el entorno pueden significar un
la sociología, la psicología social e individual, la
intercambio de energía, y por tanto, de salud,
antropología y las áreas administrativas, que de
o bien un desperdicio de la misma. Esto mismo
alguna manera, se han encargado de compren-
sucede si se extiende la comprensión del cuer-
der el campo del comportamiento humano en
po al espacio y al territorio, o bien, al tiempo
lo individual, colectivo y organizacional.
(Vicens, 1995).

50 En la perspectiva de Giovanni Berlinger (1994),


la reflexión sobre la compleja trama de rela- 2. Criterios orientadores
ciones que se establecen entre condiciones de
vida y situaciones de salud, se fundamenta en de las ciencias sociales
la gran cantidad de ejemplos surgidos de las en la salud
condiciones del trabajo, consecuencias de los
trastornos ecológicos, características genéticas, El propósito de este escrito es señalar algunos
condiciones socioeconómicas que determinan criterios que deben orientar los conocimientos
los problemas de salud y enfermedad de mi- de las ciencias sociales, que el profesional de
llones de niños, hombres, mujeres y ancianos. la salud debe incorporar para enfrentar los
retos de las sociedades actuales. Uno de estos
Según lo anterior, la discusión no puede limitarse se presenta en el hecho de pensar sólo en el
a repetir argumentos que hace varias décadas ámbito de la sociología de la salud que no
sirvieron para justificar la vinculación entre es- supone, por supuesto, una subestimación del
tas disciplinas. La discusión debe llevarse más aporte que otras disciplinas sociales como la

Universidad de Antioquia
antropología, la administración, la psicología social y otras. Todo lo contrario, es-
tas diversas disciplinas han realizado aportes importantes al campo de la salud. Lo
que implica una invitación a realizar un ejercicio respecto a cada una de esas
disciplinas, con el fin último de permitir la calidad en la formación del profesional
de las ciencias sociales en salud.

Para identificar los contenidos prioritarios de las ciencias sociales que deben incor-
porarse en el ejercicio profesional de la salud, es necesario especificar con claridad
los alcances y límites de este saber científico, pues en él se incluye la medicina,
enfermería, odontología, nutrición y dietética, salud pública, entre otros. Actual-
mente, los campos diferentes a la salud pública son centrados en el dualismo salud /
enfermedad, que establece sus intervenciones en el hecho de reportar la patología y
la búsqueda de restablecimiento de la salud en el individuo. En algunos casos trabaja
con la prevención de la enfermedad estableciendo factores de riesgo y generando
factores protectores en poblaciones, y en raras ocasiones presenta programas de
promoción de la salud que permitan mirar más allá del dualismo salud / enferme-
dad. Aquí se puede observar que no existe un desconocimiento de que las causas
de la enfermedad están en relación del sujeto y los entornos sociales donde él las
vivencia, pero sí de una forma de abordar estos fenómenos de manera sesgada que
impide de manera eficiente y eficaz su intervención. Por tanto, se hace prioritario
que en la formación de los diferentes profesionales de la salud, se incluyan aspectos
relacionados con las ciencias sociales, permitiendo que la comprensión de su campo
de acción pueda trascender el dualismo salud/ enfermedad.

Pero, además en el área de la salud pública, es necesario tener claros los objetivos
centrales de este campo de acción profesional. Primero, en el nivel más general, y
siguiendo las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 51
1974), el primer objetivo debe ser formar especialistas en salud pública críticos.
Como lo sostiene Castro, no se trata de formar a un especialista en ciencias sociales
con enfoque médico, sino a un especialista en salud pública pero con capacidad
crítica para aprovechar al máximo los aportes de la sociología y de otras discipli-
nas sociales (Castro, 1992). En segundo lugar, es necesario contar con un marco
conceptual de referencia que especifique lo que se entiende por salud pública,
así como las áreas que la componen. Ello permite, por una parte, identificar los
campos donde cabe esperar aportes concretos de las ciencias sociales con un en-
foque en salud; y por otra, evaluar la enseñanza en función de esas expectativas.
En este sentido, Frenk y colaboradores, citado por Castro, (1992) han desarrollado
un modelo que propone que el objeto de análisis de la salud pública debe incluir
tanto las condiciones de la salud y la enfermedad (frecuencia, distribución), como
las respuestas sociales que se ofrecen a las mismas (desarrollo y distribución de
los recursos para la salud, calidad, efectividad).

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de Psicología


Vol. 2. No.4. Julio -Diciembre de 2010

Siguiendo este modelo, es posible identificar un


segundo objetivo en los aportes de las ciencias
“… se ha documentado que las
sociales en la salud. Este consiste en difundir los
formas predominantes de enfermar
principales conocimientos desarrollados hasta
están determinadas por el tipo
ahora a través de la investigación respecto a
de organización económico social
la determinación social de las necesidades de
de una sociedad: los individuos
salud, así como de la provisión y utilización de
no se enferman ni mueren de la
servicios de salud. En este sentido, existe ya un
misma manera en sociedades con
cuerpo de conocimientos sólidamente funda-
un capitalismo avanzado que en
mentados que demuestran que la determinación
sociedades dependientes…”
social de la enfermedad puede ser estudiada a
diferentes niveles de análisis. Así por ejemplo,
en el nivel más general, se han documentado
que las formas predominantes de enfermar es-
exposición a contaminantes químicos en higie-
tán determinadas por el tipo de organización
ne industrial. Estos y muchos más trabajos de
económico social de una sociedad: los individuos
investigación han mostrado la vinculación que
no se enferman ni mueren de la misma manera
existe entre trabajo y salud: el tipo de inser-
en sociedades con un capitalismo avanzado que
ción que tienen los individuos en el mercado de
en sociedades dependientes (Laurell, 1982). De
trabajo se relaciona directamente con formas
la misma manera lo referenciaron Bronfman
específicas de enfermar y morir.
y Tuirán en 1884, citados por Castro (1992),
quienes sostienen que hoy se presenta suficien- A un nivel micro, la vinculación que existe en-
te documentación que permite afirmar que la tre el llamado estilo de vida de los individuos y
pertenencia de clase de los individuos se refleja su salud ha sido ampliamente documentada e
directamente en desiguales oportunidades de investigada, entre ellos se encuentra el progra-
salud: la esperanza de vida y las tasas de mor- ma Yomi para la primera infancia (2009); una
52 talidad infantil no son las mismas para todos los propuesta que nace desde el interior de la Cor-
integrantes de una sociedad, al mismo tiempo poración Surgir de la ciudad de Medellín, con el
que las formas de afrontar la realidad psíquica objetivo de fortalecer las diez habilidades para
está determinada por los factores psicológicos, la vida propuestas por la Organización Mundial
sociales y económicos de la realidad. de la Salud (OMS) en los niños y niñas entre los
0-6 años. Dicha propuesta busca aportar al de-
En estrecha asociación con el nivel de análisis sarrollo integral de la población infantil, desde
anterior, diversas investigaciones como la de la promoción de estilos de vida saludables, bajo
García–Pintos (2003), ha hecho un aporte de la modalidad de formar mediadores educativos y
interés práctico y riguroso, que sirve como so- la dotación de material educativo para las insti-
porte instrumental para optimizar la gestión de tuciones como cartillas y libros. Otra propuesta
la Prevención de Riesgos Laborales de las Pymes se encuentra en el municipio de Medellín, donde
en toda empresa con suficiente capacidad de la Secretaría de Salud y Metrosalud, para el
gestión moderna. J. Francisco Periago Jiménez 2006, desarrollaron el programa de “escuelas
(2002) trabajó con el control biológico de la saludables” para noventa instituciones educati-

Universidad de Antioquia
vas de la ciudad, como modelo pedagógico para la educación en salud, que busca
capacitar a los alumnos y a los agentes educativos en el concepto y práctica de
salud integral, la cual debe contemplar no sólo el aspecto físico sino también el
social, familiar y escolar en pro de adquirir estilos de vida saludables, y por ende,
modificar aquellos hábitos que desfavorecen la salud desde las dimensiones que
esta contempla (Secretaría de Salud de Medellín, 2008).

Los aspectos señalados sobre el trabajo y los estilos de vida, son un ejemplo del
nivel desarrollado dentro del campo de la salud, donde la discusión original sobre
la pertinencia de utilizar los aportes de las ciencias sociales en el estudio de las
necesidades de salud ha sido trascendida con amplitud: hoy la discusión se refiere
a las formas específicas en que los factores psicológicos y sociales influyen en la
determinación de los fenómenos de salud (Castro, 1992).

Este aspecto se presentó a mediados del siglo XX, donde tuvo auge el enfoque
histórico social, según el cual, la génesis de los perfiles diferenciales de la salud
y la enfermedad se explican de acuerdo con el contexto histórico, el modo de
producción y las clases sociales. Indiscutiblemente, en casi todos esos conceptos
se ha reconocido que la enfermedad es un fenómeno complejo que va más allá de
su dimensión biológica; es decir, que deriva de un conjunto articulado de procesos
culturales, prácticas individuales en los hábitos y los quehaceres políticos, cuyo
sentido conlleva una carga de connotaciones sociales (Moreno Altamirano, 2007).

En esta perspectiva, se puede soste-


ner que la salud y la enfermedad han
“… La salud y la enfermedad no sido miradas desde diferentes modelos
sólo son condiciones o estados del interpretativos, provenientes de otras
individuo humano, considerados de disciplinas, que han encontrado en ellas 53
acuerdo con los niveles orgánicos un nudo problemático. Talcott Parsons
y de la personalidad, sino que hace referencia sobre el concepto de
también suponen situaciones malestar como componente social del
institucionalmente reconocidas en complejo enfermedad-padecimiento y
la cultura y en la estructura de las conceptúa la salud como el estado óp-
sociedades”. timo de las capacidades de un individuo
para la ejecución efectiva de los roles y
tareas en los que ha sido socializado, es decir, trata la relación de la personalidad
y el organismo, por un lado, y del sistema social y cultural por el otro, pero los
contempla en una interacción sistémica particular. La salud y la enfermedad no
sólo son condiciones o estados del individuo humano, considerados de acuerdo con
los niveles orgánicos y de la personalidad, sino que también suponen situaciones
institucionalmente reconocidas en la cultura y en la estructura de las sociedades
(Moreno Altamirano, 2007).

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de Psicología


Vol. 2. No.4. Julio -Diciembre de 2010

De lo anterior se desprende que las ciencias sociales aportan al profesional en


salud un insumo importante, vinculado estrechamente con la investigación, según
Frenk (1988), citado por Castro (1992). Esta vinculación debe entenderse en dos
niveles: en primer lugar, es necesario que los profesionales en ciencias sociales se
interesen en el campo de la salud y estén al mismo tiempo comprometidos en pro-
yectos de investigación. Sólo así será posible generar un profesional de la salud con
conocimiento adecuado de los factores psicológicos y sociales, lo que le permitirá
ser crítico de los resultados de la investigación. En segundo lugar, el conocimiento
de las ciencias sociales debe abarcar también contenidos metodológicos, pues
permite al profesional organizar sus proyectos de investigación, de acuerdo a sus
necesidades específicas. En este sentido, la enseñanza de un amplio espectro de
métodos cuantitativos y cualitativos como la encuesta, las entrevistas a profun-
didad, los etnográficos y el análisis histórico, resultan de central importancia. Por
tanto, los temas prioritarios de las ciencias sociales en salud serán: caracterizar
las relaciones entre los factores biológicos, psicológicos y sociales que determinan
la salud colectiva e individual, las estructuras sociales y sus diferentes formas de
interaccionar, condiciones socio-políticas y socio-históricas que determinan la
realidad social, entre otras más.

Por último, los conceptos generados en las ciencias sociales en ocasiones pueden
ser problemáticos, con consecuencias directas en la formación de un profesional
en salud. Por tanto, si se adopta una postura teórica del consenso, que concibe a la
sociedad como un sistema en equilibrio, que determina la conducta de los individuos
a través de normas y valores, se tenderá a comprender una ciencia social más bien
acrítica, en la que la conducta de los médicos, del personal de salud y del público
en general, se concibe como un problema de actitudes y de conformidad con las
54 normas (Castro, 1992). Si por el contrario, se adopta una postura teórica que en-
fatiza el conflicto y la diversidad de intereses de los miembros de la sociedad, la
dominación que unos grupos ejercen sobre otros, así como el carácter histórico de
los fenómenos sociales, se tenderá a comprender las ciencias sociales como proble-
máticas o incoherentes con los fenómenos de salud. Así, la conducta del personal
de salud, y la distribución de la salud y la enfermedad, se explicarán en función
de las determinaciones de clase y del carácter socio-económico de la sociedad
de que se trate, como lo mostró la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas
de Medicina en 1975, aspecto que señala Castro (1992). Para formar especialistas
en salud con capacidad crítica, se requiere incluir esta variedad de perspectivas
teórico metodológicas, así como un análisis de sus alcances y limitaciones. En esta
revisión debe mostrarse que existen diferentes niveles de análisis de la realidad:
tanto aquellos que enfatizan la determinación estructural de los hechos sociales,
como los que enfatizan el carácter interpretativo de la acción social.

Universidad de Antioquia
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Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de Psicología


Rev. Salud Pública. 20 (2): 265-270, 2018

Ensayo / Essay

Sociología médica: origen y campo de acción


Medical sociology: origin and field of action

Gunther Balarezo-López
Recibido 20 mayo 2014 / Enviado para modificación 23 junio 2015 / Aceptado 12 octubre 2017

RESUMEN

Se hizo una revisión de la literatura publicada sobre el origen de la sociología médica GB: Sociólogo. M. Sc. Salud Pública, Docente.
y su campo de acción. Para ello, se analizaron diversas publicaciones y se resumieron Escuela de Medicina, Universidad Peruana de
Ciencias Aplicadas. Lima, Perú.
los aspectos más relevantes. A pesar de que la enfermedad siempre ha estado ligada gunther.balarezo@upc.edu.pe
a aspectos socioculturales, recién a mediados del siglo XX, la medicina reconoce la
importancia de la sociología en la explicación de temas relacionados a la salud, espe-
cialmente para explicar los determinantes sociales de la salud. En la actualidad, los
sociólogos trabajan de manera multidisciplinaria con médicos para investigar y analizar
cuestiones concernientes a la salud de las personas, para mejorar el bienestar y la
calidad de vida de la población. En este sentido, el aporte de la sociología no solo ha
enriquecido la comprensión de algunas enfermedades, sino también diferentes aspec-
tos en el quehacer de la medicina.

Palabras Clave: Sociología médica; determinantes sociales de la salud (fuente: DeCS,


BIREME).

ABSTRACT

A review of the published literature on the origin of medical sociology and its field of action
was made. For this, several publications were analyzed and the most relevant aspects
were summarized. Although the concept of disease has always been linked to sociocul-
tural aspects, only until the mid-twentieth century, Medicine recognized the importance
of sociology to explain health-related issues, especially the social determinants of health.
Currently, sociologists work in a multidisciplinary way with doctors to investigate and
analyze issues concerning the health of people, to improve the welfare and quality of life
of the population. In this sense, the contribution of Sociology has not only enriched the
understanding of some diseases, but also different aspects of the work of Medicine.

Key Words: Medical sociology; social determinants of health (source: MeSH, NLM).

L
a naturaleza de la sociedad fue uno de los más importantes temas de reflexión
para los grandes pensadores de la antigüedad. Así se tiene que el filósofo chino
Confucio (551-479 a.C.), los filósofos griegos Platón (427-347 a.C.) y Aristóteles
(384-322 a.C.), el filósofo y teólogo medieval Santo Tomás de Aquino (1225-1274), el
filósofo árabe Ibn Jaldún (1332-1406) y el político francés Montesquieu (1689-1755),
dedicaron gran parte de sus reflexiones al tema de la sociedad (1).
Posteriormente, a mediados del siglo XIX surge una disciplina científica que estudia
la sociedad. Aparece como consecuencia de la gran crisis de carácter internacional que
fue la Revolución Francesa de 1789 y de la fuerte influencia del pensamiento “socialis-
ta” de Saint Simón (uno de los tres clásicos representantes del “socialismo utópico” con
Fourier y Owen) así como de la capacidad creadora de Augusto Comte para interpretar
el anhelo colectivo que pugnaba por el advenimiento de un nuevo estado social (2).
En tal sentido, el término sociología, fue acuñado por primera vez por el ensayista
francés Emmanuel Joseph Sieyès (1748-1836), del latín Socius (compañero) y el sufi-

DOI: https://doi.org/10.15446/rsap.V20n2.46430

265
REVISTA DE SALUD PÚBLICA · Volumen 20 (2), abril 2018

jo logía (el estudio de), del griego λόγος, lógos (conoci- mente será la medicina ocupacional, estaban indicando la
miento). El término fue independientemente reinventado estrecha relación entre organización económica y condi-
e introducido por Augusto Comte en su Filosofía Posi- ciones de salud (4).
tiva (1842), quien al inicio había tratado de adjudicarle El médico William Petty sostenía en el siglo XVII que
el calificativo de Física Social, pero por aquella época el la estructura demográfica, los factores sociales, económi-
sabio belga Adolfo Quetelet, había empezado a publicar cos y culturales estaban en estrecha correspondencia his-
bajo este rubro algunos trabajos de investigación aplican- tórica con la situación de salud. Esto significaba que, en la
do la estadística a los hechos sociales. Por este motivo, sociedad inglesa se percibía de manera clara y conflictiva
Comte en la búsqueda de un nuevo nombre le puso el la relación entre problemas sociales y los de la salud; bas-
de Sociología. Esta palabra es un neologismo, porque es taba revisar las novelas de Charles Dickens y la manera
una combinación del latín y griego y sus dos componentes como se mostraba la explotación laboral de mujeres y ni-
expresan el objetivo de la nueva ciencia: Socios, que hace ños en la temprana era industrial inglesa (5).
referencia a la sociedad y logia que significa estudio en un En el siglo XIX, la enfermedad se desarrollaba por las
nivel elevado; por lo que etimológicamente sociología es condiciones sociales y por factores del ambiente físico.
el estudio de la sociedad en un nivel muy alto de genera- Los estudios epidemiológicos desarrollados en el marco
lización o abstracción (2,3). del movimiento de la medicina social, trataron precisa-
Por otro lado, se menciona que la palabra Sociología mente el problema de las relaciones entre las enfermeda-
fue inventada por el norteamericano Robert S. Hamilton, des y los factores sociales. Es a propósito de estos trabajos
quien en su libro Estado Presente de la Filosofía Social que se ha habla por primera vez de Sociología Médica. Sin
cuenta que en 1855 consultó a un amigo sobre la pro- embargo, la participación del sociólogo había sido en ellos
piedad y necesidad de acuñar un nuevo término para ex- como auxiliar; al parecer jugó un papel más importante
presar el conjunto de ideas implicadas en el estudio de por su competencia en materia de investigación que por
la sociedad, sugiriendo socialítica, socialística y sociolo- la introducción de una problemática original o de herra-
gía; el amigo no encontró aceptable ninguna de las tres, mientas conceptuales nuevas (6,7).
y el autor resolvió bajo su propia responsabilidad adoptar En 1848, Rudolf Virchow postula en Alemania la
Sociología. Poco más tarde, halla que este término había naturaleza del proceso salud-enfermedad como base
sido utilizado como título de una obra de George Fitzhu- conceptual para la elaboración de una política de salud
gh Sociología Para el Sur (1854); asimismo, este térmi- para su época. Especialmente con su activismo político
no también se había incluido en la octava edición de la en los movimientos de reforma que culminan en las re-
Enciclopedia Británica (1852) bajo el título de Comunis- voluciones de ese mismo año, Virchow inicia una serie
mo. Según Hamilton, este hecho demostró «como diferen- de investigaciones influyentes referentes a los efectos
tes cerebros, sin concertarse de antemano, pero movidos por de las condiciones sociales en la enfermedad y en la
las mismas necesidades, actuando ampliamente en la misma mortalidad. Además, presenta observaciones patológi-
época del mundo, son llevados con frecuencia a los mismos cas y datos estadísticos, y discute que la solución a es-
descubrimientos o invenciones, sea de pensamiento o de pa- tos problemas requiere un cambio social fundamental.
labras…..»(2). Virchow define el nuevo campo de la medicina social
Pero ¿qué diferenciaba a la sociología de todas aquellas como “ciencia social” (4,8).
reflexiones anteriores? Antes del nacimiento de la socio- Años después, otros trabajos identificaron la importan-
logía, los filósofos y los teólogos se limitaban a describir o cia de los factores sociales, económicos y políticos relacio-
imaginar cómo debía ser la sociedad, pero ninguno inten- nados al tema de salud. Tales es el caso de Federico Engles
tó analizarla tal como era realmente. Para conseguir este (1894) sobre las condiciones de la clase obrera en Ingla-
objetivo, debía aplicarse el método científico al estudio terra y del sociólogo francés Emile Durkheim (1897) con
de la sociedad, que tantos resultados había dado en otras su obra El Suicido. Otros trabajos sobre la relación entre
disciplinas (1). la medicina y la sociedad fueron el de la primera mujer
licenciada en medicina en los Estados Unidos Elizabeth
Origen de la sociología médica Blackwell «“Ensayos sobre sociología médica” en 1902, y el de
En la antigüedad, Hipócrates y Galeno, y después Para- James Warbasse “Sociología médica: una serie de observacio-
celso, desarrollaron claras recomendaciones y criterios de nes que conciernen a la sociología de la salud y las relaciones
observación que alertaban acerca del peso de los factores de la medicina con la sociedad» en 1909. Sin embargo, estas
sociales sobre la salud de la población. Cuando Paracelso publicaciones eran fruto del trabajo de personas más pre-
y luego Ramazzini sientan las bases de lo que posterior- ocupadas por la medicina que por la sociología (6,9,10).

266
Balarezo – Sociología médica

Al parecer, quien utilizó por primera vez el término gida más a problemas prácticos que al desarrollo teórico
“Sociología Médica” fue el médico norteamericano Char- en sí. Sin embargo, esto se modificó con la publicación en
les McIntire en 1893, en una conferencia en la Academia 1951 de El Sistema Social de Talcott Parsons, en la cual se
de Medicina en Milwauke (Estados Unidos) titulada The hace alusión a la práctica médica moderna y se acuñan los
importance of the study of medical sociology. A pesar de conceptos de rol del enfermo y el rol del médico. Para Par-
su juventud, esta disciplina había sufrido un crecimiento sons, un buen estado de salud es un prerrequisito funcio-
intelectual impresionante. En diferentes puntos académi- nal para que tanto un individuo como la sociedad puedan
cos de los Estados Unidos se comienza a abordar la in- funcionar adecuadamente (1,10,11,15,18).
vestigación sobre los factores socio-culturales en la salud. Posteriormente Robert Strauss en 1957 (7,9,12,15,19)
Algunas obras que se escribieron en los inicios de esta plantea que la sociología médica se divide en dos co-
disciplina son textos de consulta en la actualidad, entre rrientes separadas, pero a la vez interrelacionadas por
ellos están el informe Flexner sobre Medical Education in áreas, siendo estas:
the United States and Canada (1910); la historia de la me- a. Sociología en la medicina – también llamada sociología
dicina de Fielding Hudson Garrison (1929); Social Fac- de la salud. El sociólogo colabora directamente con el
tors in Medical Progress de Bernard Stern (1927); Médico médico y otros profesionales de la salud en el estudio
y el Paciente como Sistema Social Lawrence Henderson de los factores sociales que son relevantes a un des-
(1935); el análisis de la longevidad por Louis I. Dublin orden de la salud en particular y estudia las causas y
y Alfred J. Lotka (1936); el libro de Edgar Sydenstricker consecuencias de la salud y la enfermedad. El trabajo
sobre Health and Environment (1933) y Robert E. Lee del sociólogo es la aplicación directa en el cuidado del
Faris y H. Warren Dunham sobre la esquizofrenia (1939). paciente o en resolver problemas de la salud pública y
Pero el interés concreto por el estudio de los factores so- analiza la etiología o causas de los desórdenes en salud,
cio-culturales en la salud humana se desarrolla a partir de teniendo en cuenta que dichos desórdenes están rela-
1930 en varios lugares a la vez de los Estados Unidos: en cionados a variables sociales como: edad, sexo, status
Nueva York con los proyectos de sociología de la educa- socio-económico, raza, grupo étnico, educación y ocu-
ción médica y en la Universidad de Yale con los estudios pación. Se caracteriza por la investigación y el análisis
epidemiológicos y antropológicos aplicados a la comuni- primeramente motivado por un problema médico más
dad de New Haven. Después de la década de los 50, las que por un problema sociológico. Asimismo recoge las
publicaciones sobre sociología médica se hacen cada vez perspectivas sociológicas, las teorías y los métodos y
más conocidas y de interés en el análisis de la salud. Así los aplica al estudio de la salud y la práctica médica.
se tiene a Robert Strauss, The Nature and Status of Me- Los sociólogos en la medicina realizan trabajos aplica-
dical Sociology (1957); Henry E. Sigerist, Sigerist On the dos en los cuales el conocimiento sociológico y los mé-
Sociology of Medicine (1960); David Mechanic, Medical todos de investigación se usan para proveer de infor-
Sociology (1968); Rodney M. Coe, Sociology of Medicine mación útil a los profesionales de la salud para mejorar
(1970); E. Gartly Jaco, Patients, Physicians, and Illness la atención médica; a las organizaciones de la salud
(1972); Howard H. Freeman, Sol Levine y Leo G. Reeder, para ofrecer servicios más efectivos; y a los organismos
Handbook of Medical Sociology (1979) (1,10-17). de planificación y decisión para desarrollar programas
La sociología médica en sí, surge en los Estados Uni- y políticas tendientes a mejorar las condiciones de la
dos después de la segunda guerra mundial, cuando se salud en la sociedad.
consigue una importante financiación de dicho gobierno b. Sociología de la medicina - se refiere a factores tales
para la investigación socio médica, debido al interés por como organización, rol de las relaciones, normas, va-
el estudio de la influencia de los factores socio-culturales lores y creencias de la práctica médica como forma de
en la etiología de la enfermedad mental como consecuen- comportamiento humano. El énfasis está dado en el
cia del cambio social, estrés y sobre todo a la prevalencia proceso que ocurre en el escenario médico y como este
(aparentemente muy alta) de desórdenes psiquiátricos contribuye al entendimiento de la sociología médica y
diagnosticados durante la selección de la población mas- en particular de la vida social en general. Se caracteriza
culina para el servicio militar. A su vez, muchos psiquia- por la investigación y el análisis del ambiente médico
tras tuvieron que enfrentarse con variables de tipo social desde una perspectiva social.
que habían condicionado la aparición de síntomas psi- Utilizan el conocimiento sociológico y los métodos de
quiátricos durante la guerra, y especialmente durante los investigación para explicar, generalizar y predecir con-
procesos de rehabilitación a la hora de tratar a sus nuevos ductas sociales humanas en relación a situaciones de
pacientes. Lamentablemente, ésta sociología estuvo diri- salud con el fin de desarrollar, testear y verificar teoría

267
REVISTA DE SALUD PÚBLICA · Volumen 20 (2), abril 2018

sociológica y contribuir al conocimiento general de la a poco captar un lugar en el campo de la salud. Estos
disciplina. Los sociólogos de la medicina comparten las estudios generalmente estaban dirigidos por médicos,
mismas metas que otras áreas de la sociología ya que especialistas en salud pública, medicina preventiva o
estudian fenómenos sociales como el poder, el conflic- medicina comunitaria. Sin embargo, posteriormente los
to, etc., en el ámbito de la salud y la enfermedad, desde profesionales de la salud aceptaron a la sociología por-
el punto de vista de las preguntas sociológicas más que que se dieron cuenta que poseía una metodología que era
de los aspectos médicos. gran utilidad, especialmente en el diseño de encuestas y
Los primeros que se interesaron en el área de la socio- en el análisis e interpretación de los datos.23 Asimis-
logía de la medicina fueron los sociólogos generales, mo, en 1986 la American Sociological Association (ASA)
quienes utilizaban los datos y las instituciones médicas define la sociología médica como «una sub-disciplina que
para demostrar teorías sociológicas; generalmente sólo aplica las perspectivas, conceptos, teorías y metodologías de la
enseñaban a estudiantes de sociología. sociología para estudiar fenómenos relacionados con la salud
Algunos autores mencionan que llama la atención el hecho humana y la enfermedad»(24).
de que a mediados de la década de los 50, los médicos más A comienzos de la década de 1990, Estados Unidos
cercanos a los objetivos intelectuales de los sociólogos de la y Canadá contaban con 143 Escuelas de Medicina y con
medicina solían ser paradójicamente los psiquiatras, aque- 1918 Departamentos de Sociología, cuyos profesores
llos que menos se identificaban con la sociología dura. Por enseñaban en la mayoría de Escuelas de Medicina. En el
otro lado, el desarrollo de la sociología de la medicina en caso del Reino Unido, en 32 de las 34 Escuelas de Medi-
Europa era incipiente y apenas se conocía salvo en el Reino cina se enseñaba sociología médica. Al respecto, vale la
Unido, Francia, Bélgica y Polonia, siendo uno de los pro- pena resaltar que el tipo de sociología médica que enseña-
gramas europeos de sociología médica mejor desarrollados ban los sociólogos, estaba fuertemente condicionada por
el de la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica (20). el departamento al que pertenecían, ya sea psiquiatría,
En 1960 la sociología de la medicina fue aceptada medicina social, salud pública, epidemiología, medicina
como una sección de la American Sociological Associa- comunitaria, etc. (25,26).
tion (ASA) demostrando ser la sección más numerosa
de todas. En 1966 se crea el Journal of Health and Social Campos de la Sociología Médica
Behavior (JHSB) como una de las revistas oficiales de la No existe unanimidad entre los sociólogos y los índices
ASA (6,21) En esa misma década, en un seminario orga- de los libros varían constantemente. Es por ello, que algu-
nizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en nos autores (12,27-29) mencionan que la disciplina pue-
Hannover (Alemania) en octubre de 1969, sobre el tema de dividirse en numerosos campos como:
de Las ciencias sociales en la educación médica, se señala A. Teoría – incluye tres tipos diferentes de aportes: 1- los
que: «Hasta muy recientemente los sociólogos, que habían es- libros de texto sobre sociología de la medicina; 2-las
tudiado sistemáticamente sistemas de conducta con la familia, contribuciones de la historia de la medicina y de la sa-
la religión, la política, la economía ignoraban casi totalmente el lud pública y 3- algunas contribuciones teóricas globa-
sistema sanitario y médico….. Las ciencias sociales reflejaban les. Dentro de este último grupo pueden incluirse las
la tendencia global de la sociedad a dejar a la medicina apar- teorías sobre la salud y la medicina: la etnometodo-
te, una actitud tradicional de las sociedades humanas que está logía, el interaccionismo simbólico, la teoría de roles,
asociada con el estatus carismático del médico» (22). de etiquetas sociales, de desviación y de control social.
En la década de los 70s, la sociología médica estaba También forman parte de esta sección la evolución de
más desarrollada en los Estados Unidos que en cualquier la disciplina y el desarrollo de la medicina desde la pre-
otra parte del mundo. Los norteamericanos lideraban la historia hasta la medicina actual; incluyendo los temas
investigación y las publicaciones sobre el tema. Asimis- de la innovación y el cambio social en la medicina.
mo, este campo se estaba haciendo cada vez más fuerte B. Metodología – trata del análisis de las formas de influen-
en Gran Bretaña y Alemania y estaba surgiendo en Israel, cia de los factores socio-culturales en la salud. Incluye
Japón, el resto de Europa y en América Latina. Hacia 1972 los aportes de la epidemiología y hace referencia a los
existían en los Estados Unidos 47 universidades que en- estudios de comunidades concretas. También se incluye
señaban sociología de la medicina a nivel de estudiantes los análisis respecto de la mortalidad y morbilidad, con
graduados (10,13,21). sus problemas de medida, pruebas y escalas. Finalmen-
En la década de los 80s en los Estados Unidos, las te, se suman diversos modelos metodológicos como la
ciencias sociales (primero la sociología, luego la antro- investigación demográfica-epidemiológica, el análisis de
pología y por último la psicología) habían podido poco datos secundarios, la encuesta y la experimentación.

268
Balarezo – Sociología médica

C. Enfermedad – incluye el estudio concreto de los fac- De otro lado, para Schuffer,(7) las preguntas típicas de
tores culturales, psicológicos y sociales en la etiología un sociólogo que investiga en el área de la medicina son:
de los desórdenes somáticos y psicosomáticos. Inclu- ¿qué factores sociales, tales como clase social, estilos de
ye también los diversos enfoques sobre las nociones y vida, afectan la salud y la enfermedad?, ¿cuáles son las fun-
conceptos de salud y enfermedad, las teorías sobre la ciones sociales de las instituciones y organizaciones de sa-
conducta desviada y el análisis del estrés. lud?, ¿cuál es la relación entre los sistemas de atención de
D. Pacientes – reúne el análisis de pacientes individuales, la salud y otros sistemas sociales?, ¿qué estilos de conducta
grupos de pacientes y el tema del rol del enfermo, ade- social caracterizan al personal y a los usuarios del área de
más de temas concretos como rehabilitación, casos ter- salud?, entre otros. Según Schufer,(4) la sociología médica
minales y etapas de la enfermedad. También se observa tiene su objetivo propio: el estudio de las definiciones so-
la educación de la salud, la higiene, la conducta del pa- ciales de la enfermedad; de las prácticas que se relacionan
ciente y las reacciones de la familia ante la incidencia con ella y de las instituciones que la toman a su cargo; y del
de la enfermedad. El componente actitudinal aquí es estatus social y de los comportamientos del enfermo.
básico: antes, durantes y después de ser paciente. Asimismo, otros autores, (15-17,30) mencionan diversas
E. Médicos – los temas clásicos son la educación médi- aplicaciones de la sociología en la medicina, las cuales son:
ca, los tipos de médicos, su especialización, la orga- • distribución, prevención y diagnóstico de las enferme-
nización de la profesión médica, la estructura de las dades en la población
asociaciones profesionales médicas, la relación médi- • actitudes y creencias de los pacientes, médicos y profe-
co-paciente. Obviamente se debe incluir aquí todo el sionales de la salud sobre la salud y la enfermedad
personal de salud: enfermeras, comadronas, personal • qué hacen las personas para mantener, mejorar o recu-
para-médico, curanderos, etc. Se debe agregar también perar su salud
el estudio concreto de la práctica médica, de la inves- • como se organiza, funciona y financia la profesión
tigación médica y de otros profesionales de la salud. medica
F. Hospitales – se refiere a todo tipo de establecimientos • acceso a los servicios médicos
de salud e incluso a consultas médicas. El análisis clá- • respuesta y adaptación a la enfermedad
sico incluye el desarrollo histórico de los hospitales, • rol de la medicina como institución social y su relación
el complejo médico-industrial, la administración hos- con otras instituciones
pitalaria y los administradores, la estructura y la diná- • rol de las variables sociales en la etiología (el estudio
mica de los hospitales y las relaciones personales y de de las causas de las enfermedades)
equipos. En general, incluye todo análisis sobre los en- • tratamiento y rehabilitación del individuo donde tiene
tornos sociales en los que se realiza la práctica médica. gran importancia la familia
G. Comunidad – se estudia el tema de la educación mé- • relación médico-paciente (confianza)
dica de la población en general y las organizaciones • uso de técnicas de investigación de las ciencias sociales
de salud; es decir, todo lo que queda englobado en el dentro de la medicina
ámbito general de la salud pública. Incluye relacio- • información y mensajes en los medios masivos de
nes con la estructura social y los factores culturales comunicación
(religión, educación, pobreza, etc.). En general com- • conocimiento del personal médico sobre la evolución y
prende todo lo referente al logro de la salud a nivel desarrollo de la sociedad con relación a la salud
de la comunidad, junto con estudios epidemiológicos • historia social de la enfermedad
localizados especialmente. • estadísticas relacionadas con aspectos socioeconómicos y
H. Sociedad – el tema es más amplio y general. Incluye el demográficos que se utilizan en medicina y salud pública
estudio de los sistemas de salud nacionales en relación Para concluir, e enfoque de la sociología en la medici-
con la estructura y cambio sociales, el tema de plani- na fue aceptado cuando planificadores y gobernantes
ficación en salud (objetivos, alternativas, prioridades, se dieron cuenta de que, a pesar de los grandes descu-
toma de decisiones, implementación y evaluación), el brimientos médicos del siglo pasado, la reducción de la
costo y financiación de la salud (seguro de salud), la mortalidad se debía fundamentalmente al desarrollo de
política de salud nacional, la socialización de la medici- la salud pública mediante la educación de la población,
na, las relaciones con la salud internacional, los proble- urbanización y desarrollo económico. En tal sentido, no
mas del personal médico y las relaciones entre desarro- es exagerado asegurar que durante el último siglo, las
llo económico y salud. Un modelo de sistema de salud ciencias sociales han contribuido a salvar más vidas que
es el objetivo principal que se busca en este punto. las ciencias médicas (31).

269
REVISTA DE SALUD PÚBLICA · Volumen 20 (2), abril 2018

En el futuro, la institucionalización de la sociología 10. Cockerman WC. Medical sociology at the millennium. In: Medical So-
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270
TEMA 2 ASPECTOS METODOLÓGICOS

2.1. Qué son los indicadores de salud.


2.2. Fuentes de información sanitaria: la encuesta de salud. 2.3. Evolución de los
indicadores de salud en España.

2.4. Evolución de los indicadores de salud en la Comunitat Valenciana.

2.1. Qué son los indicadores de salud

¨DEFINICIÓN: Son instrumentos que sirven para medir la situación sanitaria de una
población en un periodo de tiempo y un lugar determinado (objetivan y evalúan).

¨ RASGOS: vinculados al concepto, seleccionan una parte del concepto, están


socialmente condicionados.

¨ ATRIBUTOS:

• Disponibilidad
• Confiabilidad
• Simplicidad
• Validez
• Especificidad
• Sensibilidad
• Alcance

¨ CLASIFICACIÓN:
A. Indicadores generales sobre salud y enfermedad
• Indicadores de fecundidad

• Indicadores de mortalidad
• Indicadores de morbilidad

B. Indicadores de políticas y prestaciones sanitarias

• % del Producto Nacional Bruto invertido en actividades relacionadas con los


servicios de salud
• Ratio gasto sanitario por habitante
• Ratio profesionales sanitarios por habitantes (médicos generalistas, médicos
especialistas, personal de enfermería, fisioterapeutas, trabajadores sociales,
psicólogos...)
• Ratio camas hospitalarias por habitantes
• Tiempo medio de las consultas (indicador de calidad de asistencia)
• Días de hospitalización
• Distancia media a centros sanitarios (indicador de accesibilidad)
• % de Cobertura sanitaria

OTROS INDICADORES DE SALUD

✓ Salud percibida
✓ Esperanza de vida y esperanza de vida con buena salud ✓ Días de estancia
hospitalaria
✓ Consumo de medicamentos
✓ Tabaquismo
✓ Alcoholismo

✓ Sobrepeso

✓ Práctica ejercicio físico


✓ Proporción de abortos involuntarios o voluntarios
✓ Tasa de casos de SIDA

Indicadores del medio:

• Grado de contaminación atmosférica


• Grado de contaminación acústica
• Hacinamiento en las viviendas
• Higiene de las viviendas
• Higiene en los lugares de trabajo
• Higiene en los centros escolares

2.2. Fuentes de información sanitaria: la encuesta de salud

PRINCIPALES FUENTES PARA OBTENER LOS INDICADORES:

• Registros demográficos y censos de población y viviendas


• Registros ordinarios de los servicios de salud
Registros de enfermedades (vigilancia epidemiológica)
• Encuestas de salud

2.2. Fuentes de información sanitaria: la encuesta de salud

OBJETIVOS PRINCIPALES DE LAS ENCUESTAS DE SALUD

• Determinar el nivel de salud de la población.


• Estudiar del impacto de las diferencias demográficas y socioeconómicas en el
nivel de salud.
• Establecer los patrones de morbilidad de la población.
Conocer la proporción de población con deficiencias y discapacidades.
• Obtener información sobre los cambios de comportamientos relacionados con la
salud.
• Averiguar la situación de las necesidades concretas de la población e identificar
a los grupos que precisan especial atención.
• Conocer el acceso y utilización de los servicios sanitarios.
• Averiguar el conocimiento y uso de programas sanitarios, y evaluar su impacto.
• Ayudar a diseñar políticas sanitarias.
• Identificar los problemas relacionados con la salud pública.
• Prever la mortalidad futura.

Cuestionario ESCV 2016

2.3. y 2.4. Evolución de los indicadores de salud en España y en la Comunitat


Valenciana

¿Cómo medir el nivel de salud?

• Indicadores demográficos
• Indicadores de salud pública
• Indicadores de recursos
• Indicador de salud personal

2.3. y 2.4. Evolución de los indicadores de salud en España y en la Comunitat


Valenciana

Indicadores demográficos

• Tasa Bruta de Natalidad


• Tasa Bruta de Mortalidad
• Tasa de Mortalidad Infantil
• Causas de Muerte
• Esperanza de vida

2.3. y 2.4. Evolución de los indicadores de salud en España y en la Comunitat


Valenciana
Indicadores de salud pública

• Salud reproductiva: Interrupciones Voluntarias de Embarazo


• Sida
• Adicciones
• Donaciones de órganos

2.3. y 2.4. Evolución de los indicadores de salud en España y en la Comunitat


Valenciana

Indicadores de recursos

• Gasto sanitario
• Camas hospitalarias
• Estancia hospitalaria
• Médicos por habitantes

2.3. y 2.4. Evolución de los indicadores de salud en España y en la Comunitat


Valenciana

• Indicador de salud personal


Artículo de Educación

Indicadores de Salud: Características, Uso y Ejemplos


HEALTH INDICATORS: CHARACTERISTICS, USE AND EXAMPLES

M. Teresa Valenzuela B
Médico Epidemióloga, División de Epidemiología, Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile,
Asesora de la Fundación Científica y Tecnológica, ACHS.

RESUMEN ABSTRACT
Esta publicación pretende informar sobre el rol que cumplen los The purpose of this publication is to inform about the role played by
indicadores de salud, proporcionando una definición, las condi- health indicators, providing a definition, minimum conditions to be
ciones mínimas que debe cumplir la información que conforma un complied by the information making up an indicator, such as validity,
indicador, tales como validez, confiabilidad, especificidad, sensibili- reliability, specificity, sensitiveness and measurability, among others.
dad, mensurabilidad, entre otras. Además se explica su utilidad en el Moreover, it explains its usefulness in the knowledge of the health
conocimiento del estado de salud de las poblaciones, permiten conditions of populations. They allow to establish comparisons inside
establecer comparaciones al interior de los distritos o regiones de un the districts and regions of a country and among countries. Its
país y entre países. Su permanencia en el tiempo permite comparar permanence in time allows comparison of tendencies inside a
tendencias al interior de una comunidad o un país. Dan cuenta de community or a country. They provide information on the
la gestión, del impacto de intervenciones en el área laboral, de las management, the impact of interventions in the labor area, inequities
inequidades, del monitoreo de la calidad de vida, entre algunos usos. and the monitoring of life quality, among some uses.
En esta primera parte se detalla la utilidad de los indicadores de This first part details the usefulness of health indicators in the
salud en la evaluación de los sistemas de salud, en la evaluación del evaluation of health systems, evaluation of absenteeism due to
ausentismo laboral por causa médica y en la evaluación de la medical causes and in the assessment of the response of the
respuesta de la comunidad al envejecimiento de la población. community to population aging.

(Valenzuela MT. 2005. Indicadores de Salud: Características, Uso y Descriptors: HEALTH STATUS INDICATORS; EPIDEMIOLOGY;
Ejemplos. Cienc Trab, Jul.-Sept.; 7(17): 118-122) DELIVERY OF HEALTH CARE; ABSENTEEISM.

Descriptores: INDICADORES DE SALUD; EPIDEMIOLOGÍA;


PRESTACIÓN DE ATENCIÓN DE SALUD; AUSENTISMO.

INTRODUCCIÓN En este documento se proporcionará una definición de indicador de


salud, los atributos que deben caracterizarlo y su utilidad. Se
La descripción y análisis del estado de salud de la población, la proporcionarán indicadores que sirvan para efectuar análisis de la
evaluación como proceso de culminación y ajuste de cualquier Situación de Salud, indicadores sobre ausentismo laboral, evalua-
intervención en salud, históricamente ha necesitado de informa- ción de la gestión de los servicios de salud y evaluación de la
ción. Una necesidad fundamental para todo planificador es calidad de vida del adulto mayor en una comunidad.
disponer de información, ya sea ésta cualitativa o cuantitativa,
que le permita conocer el escenario actual en que recibe una a) Definición: Los indicadores de salud son medidas que cuanti-
empresa para proponerse metas y objetivos en el tiempo. La fican y permiten evaluar dimensiones del estado de salud de la
información que va a sustentar los indicadores debe estar respal- población. Representan medidas de resumen que capturan informa-
dada en datos confiables, válidos, disponibles y una serie de otras ción relevante sobre distintos atributos y dimensiones del estado de
características que serán expuestas en esta presentación. salud y del desempeño del sistema de salud. Al unir ambos compo-
nentes: estado de salud y desempeño de los servicios, se trata de
reflejar la situación sanitaria de una población actual, hacer compa-
raciones y medir cambios en el tiempo mediante el monitoreo de los
indicadores.
Por lo tanto, un indicador es una característica o variable que se
puede medir. Se define como “una noción de la vigilancia en salud
pública que define una medida de salud en una población determi-
Correspondencia:
nada” (Lengerich 1999).
Dra. M. Teresa Valenzuela B. La construcción de un indicador puede significar desde contabilizar
Fundación Científica y Tecnológica ACHS un fenómeno de salud mediante números absolutos, establecer
Diagonal Paraguay Nº29, Piso 4, Santiago - Chile. razones, tasas o índices más sofisticados. Entre ellos se encuentran
Tel: (56-2) 6852961 • Fax: (56-2) 6852963 medidas de morbilidad, de discapacidad, de determinantes no
e-mail: maritevalen@manquehue.net biológicas de salud, tales como el acceso a los servicios, la calidad
Recibido: 24 de abril de 2005 / Aceptado: 1 de junio de 2005 de la atención, las condiciones de vida y factores ambientales.

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b) Atributos: La calidad de un indicador, si bien depende mucho de construcción de los indicadores a veces no es un proceso fácil, pues
la calidad de los datos a partir de los cuales se construye (compo- en la mayoría de éstas los datos no están disponibles, o son limi-
nentes), también depende de la calidad de los sistemas de informa- tados, o se encuentran dispersos, o bien no tienen continuidad en
ción o fuentes de información. Además debe gozar de ciertas carac- el tiempo.
terísticas, señaladas a continuación (OPS 2001; Last 2001): En síntesis, los indicadores que pasan a constituir datos básicos en
1. Sirve: da respuesta y se diseña para un propósito definido. salud permiten realizar diagnósticos de situación y efectuar análisis
2. Validez: mide lo que intenta medir. de tendencias.
3. Confiabilidad: se reproducen los mismos resultados si la La tendencia actual, dado el envejecimiento de la población, lo que
medición es repetida en condiciones similares. resulta en una mayor proporción de potenciales enfermos crónicos,
4. Especificidad: mide sólo el fenómeno que se quiere medir. con un ingreso económico reducido, los indicadores de salud se han
5. Sensibilidad: mide los cambios en el fenómeno que se quiere ampliado más allá de lo meramente cuantitativo a lo cualitativo
medir. (World Health Organization 1999). Estos nuevos indicadores de
6. Mensurabilidad: se basa en datos disponibles o fáciles de percepción del estado de salud, más bien conocidos como “Calidad
conseguir, de fácil manejo. Es imperativo recopilar una de Vida Relacionada a Salud” (HRQOL), sirven para monitorear la
cantidad limitada, pero factible y válida que tratar de salud de las poblaciones ya no sólo basados en la mortalidad, la
complejizar los indicadores mediante sistemas poco prác- morbilidad y las expectativas de vida. Estos indicadores de calidad
ticos, o parámetros complejos. de vida fueron construidos en la década de los 50 y los 60 a partir
7. Relevancia: capaz de dar respuestas claras a los temas rele- del Producto Geográfico Bruto (PGB), Mortalidad Infantil,
vantes incorporados en las políticas de salud. Mortalidad Materna, a modo de ejemplo; ya en la década de los 80,
8. Costo-Efectividad: que la inversión en tiempo y otros recursos se agregan componentes subjetivos en términos de satisfacción.
necesarios para la construcción del indicador esté justificada Ellos son más complejos de construir dado que se generan a partir
a través de su uso y los resultados obtenidos. de encuestas, tales como las “Investigaciones de Salud SF-36”
9. Integridad: se refiere a que los datos requeridos estén (Ware et al. 1993), Cuestionario de la OMS Orley J (1994). Para los
completos. países que están experimentando este cambio demográfico en su
10. Consistencia interna: se refiere a que en los indicadores, población, los indicadores que den cuenta sobre las necesidades
vistos solos o en grupos, los valores sean coherentes y sensi- básicas de la población mayor de 65 años, de la existencia de redes
bles al cambio (OPS 2000). sociales, de los mecanismos de optimización del bienestar físico y
11. Transparencia: se refiere a que sea fácilmente entendido e mental, de la maximización de la independencia para los discapa-
interpretado por los usuarios. citados, pasarán a ocupar una preocupación importante de los
12. Difusión: que sea accesible a los usuarios a través de publica- tomadores de decisiones a nivel local, regional y nacional.
ciones periódicas. En el área de Salud Ocupacional estos indicadores adquieren su
10. Dinamismo: que se actualicen y corrijan en la medida que el relevancia a partir de la Tercera Conferencia Ministerial en
entorno cambia. Éste puede cambiar en cuanto a las condi- Ambiente y Salud en la Unión Europea (Londres, junio 1999) como
ciones específicas que los indicadores describen, la disponi- una necesidad de desarrollar y fortalecer los sistemas de seguridad
bilidad de datos, el conocimiento científico, o bien, en los y salud en los lugares de trabajo (Altman y Ciocco 1983). Estos
niveles de interés y necesidades de los usuarios. indicadores describen el estado actual de salud y seguridad, las
Una vez establecidos los indicadores, éstos deben ser sometidos a exposiciones y riesgos para la salud y las consecuencias de tales
un permanente monitoreo de la calidad y fijar un mecanismo de exposiciones a nivel individual y poblacional (Kjellstom 1998).
diseminación de ellos, incluyendo la oportunidad y frecuencia de Estos indicadores pueden ser usados para promover programas y
su compilación. desarrollar normas a nivel internacional, nacional, regional y/o
local orientados a la protección de la salud de los trabajadores. Son
c) Utilidad: cuando los indicadores de salud cumplen con los el sustento de la vigilancia epidemiológica, de la elaboración de
requisitos antes señalados, contribuyen a: guías y la validez de ellos dará consistencia al análisis de tenden-
• El conocimiento del estado de salud de las poblaciones. cias y comparaciones (World Health Organization. Regional Office
• Establecer comparaciones entre países. for Europe, European Centre for Environment and Health. 2000,
• Comparar tendencias al interior de una comunidad o un país. World Health Organization. Regional Office for Europe. 2002). Ellos
• La determinación de las inequidades en salud. también sirven para comparar las normas existentes en diversos
• La estratificación de grupos de riesgo. países y para evaluar el impacto de programas preventivos.
• La identificación de áreas críticas.
• El monitoreo de la calidad de vida en poblaciones.
• Todos estos aspectos en su conjunto sirven para el estableci- INDICADORES EN EL ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN
miento de políticas de salud, priorización y análisis de salud. DE SALUD
• La evaluación de la gestión.
• La evaluación de intervenciones ambientales, ocupacionales. Como indicadores del Análisis de la Situación de Salud se
Sus limitaciones son que tan sólo describen determinados encuentran los socioeconómicos, los que dan cuenta del estado
aspectos de la realidad, en particular aquellas características de salud de la población y los determinantes.
asimilables a una determinada escala de medición, sea cualitativa
o cuantitativa; por tal razón, en algunas descripciones cualita- a) Socioeconómicos:
tivas es necesario buscar otras formas de medición que capten Indicadores socioeconómicos: son el reflejo de la situación social
mejor la riqueza de la realidad. Mantener la simplicidad en la y económica de la población. Como ejemplos de ellos tenemos:

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tasa de pobreza, tasa de alfabetismo, crecimiento promedio anual por unidad de recurso humano utilizado por unidad de tiempo,
del Producto Interno Bruto (PIB), razón entre el ingreso del 20% 2.3. Uso
superior y el ingreso del 20% inferior, tasa de desempleo, propor- 2.3.1. Intensidad de uso o concentración, es el número promedio
ción de nacimientos en adolescentes. de servicios recibidos por cada usuario o número de actividades
Indicadores demográficos: son el reflejo de las características realizadas sobre cada sujeto o consultante en un período de
demográficas de una población. Entre ellos se encuentran la tiempo, ejemplo: número de consulta por número de consultantes
caracterización de la población según edad y sexo, la tasa de atendidos por primera vez.
natalidad, la tasa de fertilidad, porcentaje de la población urbana, 2.3.2. Extensión de uso es la proporción de la población que usa
la esperanza de vida al nacer. un servicio determinado en un período de tiempo; ejemplo: razón
entre número de personas atendidas y la población de referencia.
b) Estado de Salud: En la atención ambulatoria, es importante destacar que no se
Salud Objetiva: se refiere a aquellos datos que se pueden obtener registra el número de consultas sino el número de personas que
de fuentes de datos de salud primarias o secundarias, tales como consultan dividido por la población. Dado que no es fácil la
los certificados de defunción, o de los egresos hospitalarios, o de obtención del dato sobre los consultantes que lo hacen por
los formularios de enfermedades de notificación obligatoria, es primera vez, se usa el número de consultas hechas por persona
decir, fuentes de datos establecidas. Entre ellos se encuentran los por año, es decir es una combinación de intensidad y extensión
siguientes: del uso del servicio.
Mortalidad infantil, mortalidad neonatal, mortalidad materna,
mortalidad por grupos de edad específica o por causas especí- 2.4. Utilización: es la relación entre el recurso utilizado y el
ficas. recurso disponible para llevar a cabo una actividad o por un
Morbilidad: incidencia de sarampión, de meningitis bacteriana, o servicio por unidad de tiempo. En un hospital la utilización se
bien prevalencia de tuberculosis, de cáncer. mide en base a los siguientes indicadores:
Discapacidad: número promedio de días perdidos por año en el • Porcentaje de ocupación de las camas = número de días cama
escolar, en el trabajo, en otros roles sociales, tasa de licencia por ocupadas/número de días cama disponible, amplificado por 100.
enfermedad común por habitante. • Promedio de días de estadía = número de días cama
ocupadas/número de egresos.
c) Determinantes de comportamiento: • Productividad = número de egresos hospitalarios/número de
proporción de alcohólicos, proporción de fumadores, prevalencia camas.
de sedentarismo, proporción de obesos, porcentaje de uso de
anticonceptivos. 2.5. Calidad: se refiere al conjunto de características que debe
tener un programa. La calidad técnica se mide en base a cuatro
variables:
INDICADORES PARA EVALUAR LOS SERVICIOS DE • Integridad: satisface todas las necesidades de los pacientes
SALUD basado en la identificación de las necesidades y de los medios
necesarios para enfrentarlas.
El marco conceptual incorpora indicadores de: • Contenidos: hacer todo lo que se debe hacer en cada caso.
• Destreza: hacer bien lo que se debe hacer.
1. Estructura • Oportunidad: hacer a tiempo las actividades y en la secuencia
Los aspectos que se evalúan dentro de la estructura son: adecuada.
1.1. Accesibilidad: se refiere a la condición variable de la pobla- • Continuidad: realizar las actividades debidas, en la secuencia
ción de utilizar o ser atendido por el sector salud formal. En este apropiada y sin interrupción del proceso de atención.
aspecto pueden influir razones geográficas, económicas, tales
como distancia entre el lugar de trabajo o de residencia y el 3. Indicadores de Resultados
centro de salud, o bien el gasto en movilización para llegar a un Éstos pueden ser medidos en forma directa a través de eficiencia,
centro de atención. eficacia, o bien se miden a través de resultados indirectos
1.2. Disponibilidad: define los recursos existentes en función de (Impacto en la población): efectividad, cobertura de vacunación
las necesidades de la población a cubrir. A modo de ejemplo: en menores de 1 año, porcentaje de atención profesional del
recurso humano por 10.000 habitantes, número de centros de parto.
salud por población de referencia. Eficiencia se refiere a la utilidad de un programa teniendo en
cuenta aspectos de costo-efectividad.
2. Indicadores de Proceso Eficacia se refiere al logro de los objetivos de un programa sobre la
Éstos miden la forma y la intensidad como se utilizan los población objetivo. Se expresa en términos del resultado deseable.
recursos disponibles para atender la demanda de la población. Se Si el programa logra los objetivos, va a generar beneficios. A
emplean para medir productividad, rendimiento, uso, conside- modo de ejemplo si se quiere conocer la eficacia de una vacuna
rando éste como intensidad y extensión, y, utilización. contra una enfermedad, la eficacia será la reducción de dicha
2.1. Productividad: es el número de servicios o actividades enfermedad en términos de incidencia. O bien si se aplica un
realizadas por unidad de recurso humano disponible por unidad programa preventivo para reducir los accidentes laborales, la
de tiempo. eficacia se traducirá en la reducción de las tasas de accidentes
2.2. Rendimiento: número de servicios o actividades realizadas laborales.
La eficacia es una condición necesaria para la efectividad.

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La efectividad es el impacto de un programa aplicado en condi- tados a medir las necesidades básicas de la población mayor de
ciones habituales de la práctica diaria. 65 años, la optimización del bienestar físico y mental de esa
Estos mismos indicadores pueden ser agrupados desde la pers- población, la maximización de independencia para discapaci-
pectiva de los atributos deseables de un sistema de salud tados y la percepción de ellos sobre la existencia de redes sociales
(Dirección General de Información y Evaluación del Desempeño y cívicas.
de la Secretaría de Salud México, 2002). Estos atributos son: Un ejemplo de indicador para medir necesidades básicas de la
población serían: porcentaje de la población mayor de 65 años
• Anticipación que gasta un 30% o más de sus ingresos en vivienda / porcentaje
• Efectividad de la población mayor de 65 años que gasta menos de un 30%
• Disponibilidad y Accesibilidad de sus ingresos en vivienda; porcentaje de la población sobre 65
• Calidad años y más que reporta disminuir el número de comidas en un
• Eficiencia día por falta de dinero.
• Sustentabilidad Ejemplos que permiten dar cuenta de los mecanismos de optimi-
zación del bienestar físico y mental serían: proporción de pobla-
En anticipación se trabaja con indicadores que miden las deter- ción mayor de 65 años sometida a tamizaje de diversas condi-
minantes de las condiciones de salud, tales como estilos de vida, ciones de salud en un año; porcentaje de la población mayor de
condiciones de vida ambientales y ocupacionales. Para medir este 65 años que tuvo la necesidad de consultar por síntomas de
atributo el sistema debe proporcionar información acerca de depresión o estados ansiosos en un momento determinado;
consumo de drogas, prevalencia de tabaquismo, obesidad, seden- porcentaje de la población mayor de 65 años que participa regu-
tarismo, desnutrición, características culturales, del ambiente larmente en actividades físicas; porcentaje de la población mayor
laboral. de 65 años que tuvo problemas para acceder (por falta de dinero)
La medición de la efectividad de los servicios tradicionalmente se a atención dental y adquisición de lentes.
efectúa a través de la esperanza de vida al nacer, la esperanza de Un ejemplo sobre la maximización de independencia para disca-
vida a los 65 años de edad, tasa global de fecundidad, mortalidad pacitados sería el porcentaje de la población sobre 65 años y más
infantil, mortalidad en menores de cinco años, mortalidad por que accede al transporte público.
enfermedades diarreicas en menores de cinco años, mortalidad Una forma de medir la existencia de redes sociales y cívicas sería
por infecciones respiratorias en menores de cinco años, morta- también a través de indicadores tales como: porcentaje de la
lidad por cáncer cérvico-uterino en mujeres de 25 años y más, población mayor de 65 años que compartió con amigos o vecinos
mortalidad por cáncer de mama en mujeres de 25 años y más, en la última semana, o bien porcentaje de la población de 65
mortalidad por enfermedades isquémicas del corazón estandari- años y más que asistió a centros tales como iglesias, cines,
zada por edad y sexo, mortalidad por diabetes mellitus estanda- clubes, actividades sociales, actividades culturales, o bien
rizada por edad y sexo, mortalidad por homicidios estandarizada. porcentaje de la población de 65 años y más que le habría
La medición de la disponibilidad y accesibilidad, tal como lo gustado trabajar para recibir remuneración.
indica su nombre, dan cuenta de la disponibilidad de recursos
para la atención primaria, secundaria y terciaria de salud. A
modo de ejemplo: detección oportuna de hipotiroidismo congé- INDICADORES DE AUSENTISMO LABORAL
nito, porcentaje de casos de tuberculosis pulmonar que
completan el tratamiento exitosamente (se curan de la enfer- Estos indicadores pueden dar cuenta sobre las condiciones de
medad), porcentaje de personas vivas en el registro nacional de trabajo, los riesgos de exposición laboral y sus consecuencias. En
casos de SIDA que reciben tratamiento con antirretrovirales, general no cuentan con fuentes de información públicas y, para
médicos generales y familiares por 1.000 habitantes, médicos obtenerla, frecuentemente se debe recurrir a diversas fuentes más
especialistas por 1.000 habitantes, camas de hospital por 1.000 allá del sector salud. Entre los indicadores más utilizados se
habitantes, usuarias activas de métodos de planificación familiar encuentran los que se refieren a ausentismo laboral por causas
por 1.000 mujeres en edad fértil, razón de consultas prenatales médicas; ellos son:
por embarazada, porcentaje de partos atendidos por profesional
en instituciones de salud, cobertura de vacunación con esquema • Tasa de Incapacidad: Indicador que expresa una proporción
completo en niños menores de 1 año (tercera dosis de DTP y entre el número de días de licencia y el número de cotizantes.
polio oral). Se obtiene un número que expresa el número de días
Indicadores que dan cuenta de calidad técnica son, entre algunos, promedio de licencia en un año por cotizante.
porcentaje de nacimiento por cesárea, porcentaje de ocupación • Tasa de Frecuencia: Indicador que expresa una proporción
de camas hospitalarias, índice de rotación de las camas hospita- entre el número de licencias y el número de cotizantes. Se
larias. obtiene un número que expresa el número promedio de licen-
Por último, indicadores utilizados para medir la sustentabilidad cias obtenidas durante un año por cotizante.
del sistema, son, entre algunos: gasto público en salud per cápita, • Tasa de Gravedad: Indicador que expresa una proporción
porcentaje del gasto público en salud dentro del gasto público entre el número de días de licencia y el número de licencias.
total, financiamiento fiscal dentro del gasto público. Se obtiene un número que expresa el número promedio de
Indicadores para evaluar la respuesta de la comunidad al enveje- días de licencia que dura ella. En estricto rigor este indicador
cimiento de la población (Feldman y Oberlink 2003). se debiera construir en base al tiempo perdido (total de días
Entre los indicadores que sirven para evaluar la respuesta de la de trabajo perdidos por ausencias debidas a enfermedad)
comunidad al envejecimiento de la población están los orien- sobre el total de días de trabajo esperados por 100.

Ciencia & Trabajo | AÑO 7 | NÚMERO 17 | JULIO / SEPTIEMBRE 2005 | www.cienciaytrabajo.cl | 118/122 121
Artículo Original | Valenzuela M. Teresa

Ejemplo de operacionalización de una variable en indicador CONCLUSIÓN

1. Variable
Accesibilidad de los Los indicadores de salud constituyen una excelente forma de
Servicios de Salud medir, de monitorear el estado de salud de la población, siempre
y cuando ellos se construyan a partir de datos verídicos, de
fuentes de información válidas.
2. Definición Niveles de posibilidad para lograr
Actualmente son de gran utilidad para evaluar la gestión de los
Conceptual contacto con los Servicios de Salud
servicios de salud, pues ellos dan cuenta del desempeño de los
planes, programas y metas. Si bien éstos comenzaron a cons-
Accesibilidad truirse a partir de datos numéricos, es decir, atendiendo a los
procesos cuantitativos, hoy se abren a la medición cualitativa
dando cuenta de la calidad de atención, de la calidad de vida,
3. Variables entre otros.
comprendidas
Geográfica Económica Cultural
en la definición
conceptual

4. Indicadores *Duración del *Gastos en *Aceptación de


viaje desde transporte, los Servicios
el hogar al consultas, de Salud por
Servicio medicamentos. parte de la
de Salud *Posibilidades población.
(minutos). económicas *Disposición
*Distancia en de cubrir los del personal
Kilómetros. gastos. de salud para
aceptar el
punto de vista
de la
población.

REFERENCIAS
Altman I, Ciocco A. 1983. Statistic. In: L Parmeggiani (ed). Encyclopaedia of ————.2001. Indicadores de Salud: Elementos Básicos para el Análisis de la
Occupational Health and Safety. Geneva: Internacional Labour Office. Situación de Salud. Boletín Epidemiológico; 22 (4): 1-5.
Dirección General de Información y Evaluación del Desempeño de la Secretaría Ware JE, Snow KK, Kosinski M. 1993. SF-36 Health Survey: manual and inter-
de Salud, México. 2002. Indicadores para la evaluación de los sistemas de pretation guide. Lincoln, RI: Quality metric Incorporated.
salud. Rev Salud Pública México; 44: 371-381. Disponible en Internet: World Health Organization. Quality of Life Group. 1994. The development of
http://www.insp.mx/salud/44/444_11.pdf. the WHO quality of life assessment instruments (the WHOQOL). In: Orley
Feldman PH, Oberlink MR. 2003. The advantage Initiative: Developing J, Kuyken W, eds. Quality of life assessment: international perspectives.
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People. Fam Community Health; 26:268-274. ————.1999. Report on the first meeting of the quality of life indicator
Kjellstom T. 1998. Approaches to quantifying the public health impact of network. Copenhagen: WHO Euro.
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Last J. 2001. A Dictionary of Epidemiology. 4th ed. New Cork, NY: Oxford Health. 2000. Environmental Health Indicators: development of a metho-
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Lengerich EJ (ed.). 1999. Indicators for Chronic Disease Surveillance: ————.Regional Office for Europe. 2002. Environmental Health Indicators:
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Organización Panamericana de la Salud (OPS). 2000. Programa especial de
Análisis de Salud. Iniciativa de Datos Básicos en Salud y Perfiles de País
2000. Washington, DC: OPS.

122 118/122 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 7 | NÚMERO 17 | JULIO / SEPTIEMBRE 2005 | Ciencia & Trabajo
State of Health in the EU

España
Perfil sanitario nacional 2019
Serie de perfiles nacionales Índice
Los perfiles nacionales del State of Health in the EU proporcionan 1. HITOS DESTACADOS 3
una visión concisa y políticamente relevante de la salud y los 2. LA SALUD EN ESPAÑA 4
sistemas sanitarios de la UE y del Espacio Económico Europeo, ya
que subrayan las características los desafíos particulares de cada
3. FACTORES DE RIESGO 7
país en un contexto de comparaciones entre países. El objetivo es 4. EL SISTEMA SANITARIO 9
ofrecer a los responsables políticos y a las personas influyentes un 5. FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA SANITARIO 12
medio para el aprendizaje mutuo y el intercambio voluntario.
5.1. Eficacia 12
Los perfiles representan el trabajo conjunto de la OCDE y 5.2. Accesibilidad 15
el European Observatory on Health Systems and Policies, en 5.3. Resiliencia 19
cooperación con la Comisión Europea. El equipo agradece las
valiosas observaciones y sugerencias formuladas por los Estados
6. CONCLUSIONES PRINCIPALES 22
miembros y la red Health Systems and Policy Monitor, el Comité de
Salud de la OCDE y el Grupo de Expertos de Información Sanitaria
de la UE.

Fuentes de datos e información Los promedios de la UE son promedios ponderados de los


veintiocho Estados miembros, a menos de que se especifique
Los datos y la información de estos perfiles nacionales se lo contrario. Estos promedios de la UE no incluyen Islandia y
basan principalmente en las estadísticas oficiales nacionales Noruega.
facilitadas a Eurostat y la OCDE, que han sido validadas
para garantizar los niveles más elevados de comparabilidad El presente perfil se completó en agosto de 2019 y está basado
de datos. Las fuentes y los métodos en que se basa esta en los datos disponibles en julio de 2019.
información están disponibles en la base de datos de Eurostat
Para descargar la hoja de Excel correspondiente a todos los
y en la base de datos de la OCDE en materia de salud.
cuadros y gráficos de este perfil, teclee el siguiente URL en su
Asimismo, otros datos adicionales provienen del Institute for
navegador de internet: http://www.oecd.org/health/Country-
Health Metrics and Evaluation (IHME), del European Centre for
Health-Profiles-2019-Spain.xls
Disease Prevention and Control (ECDC), de las encuestas del
estudio Health Behaviour in School-Aged Children (HBSC) y de
la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como de otras
fuentes nacionales.

Contexto demográfico y socioeconómico de España, 2017

Factores demográficos  España UE


Tamaño de la población (estimaciones a mitad de año) 46 593 000 511 876 000
Porcentaje de la población mayor de 65 años (%) 19,0 19,4
Tasa de fertilidad 1,3 1,6
1

Factores socioeconómicos
PIB per cápita (PPA en EUR2 ) 27 600 30 000
Tasa de pobreza relativa (%) 21,6 16,9
3

Tasa de desempleo (%) 17,2 7,6

1. Número de niños nacidos por mujer de entre 15 y 49 años. 2. La paridad del poder adquisitivo (PPA) se define como la tasa de conversión monetaria que
equipara el poder adquisitivo de diferentes divisas eliminando las diferencias de niveles de precios entre países. 3. Porcentaje de personas que viven con
menos del 60 % de la mediana de la renta disponible equivalente.
Fuente: Base de datos de Eurostat.

Cláusula de exención de responsabilidad: Las opiniones expresadas y los argumentos utilizados aquí son exclusivamente los de sus autores y no reflejan
necesariamente las opiniones oficiales de la OCDE o sus países miembros, ni las del European Observatory on Health Systems and Policies o de sus
socios. Las opiniones aquí expresadas no deben considerarse en modo alguno como la expresión de la opinión oficial de la Unión Europea.

Este documento, así como los datos y mapas incluidos en él, se entienden sin perjuicio del estatuto de cualquier territorio o de la soberanía sobre este,
de la delimitación de las fronteras y límites internacionales ni del nombre de cualquier territorio, ciudad o zona.

Existen exenciones de responsabilidad adicionales de la OMS en http://www.who.int/bulletin/disclaimer/es/

2 State of Health in the EU · España · Perfil sanitario nacional 2019


6 Conclusiones principales
ESPAÑA

• La esperanza de vida en España es la más elevada • El número de médicos, enfermeros y otras personas
de la UE, aunque muchos de los años vividos a empleadas en el sistema nacional de salud ha
partir de los 65 conllevan algunas enfermedades aumentado en los últimos años, pero una parte
crónicas y discapacidades, lo que añade presión al importante de ellos tienen contratos temporales,
sistema sanitario y al sistema de cuidados de largo lo que aumenta la tasa de rotación del personal.
plazo. Hay una inquietud creciente sobre la escasez de
enfermeros y médicos, en particular de médicos de
• La mortalidad por causas evitables y tratables familia, ya que muchos se aproximan a la edad de
es más baja en España que en la mayor parte de jubilación. La elaboración de políticas de educación
los países de la UE, lo que refleja la existencia y capacitación médica más coherentes se ha visto
de políticas sanitarias sólidas y la eficacia del obstaculizada por la falta de una visión clara y
sistema sanitario en el tratamiento de personas compartida entre las autoridades educativas y
con enfermedades potencialmente mortales. Podría sanitarias sobre las necesidades a medio y largo
avanzarse más en la disminución de la mortalidad plazo.
por causas importantes de muerte, como el cáncer
de pulmón y el cáncer colorrectal, mediante la • El papel de los enfermeros en la prestación de
reducción de factores de riesgo como el tabaquismo algunos servicios se amplió en 2018 para aumentar
y el aumento de las tasas de detección. el acceso a la atención y mejorar sus perspectivas
profesionales, así como las tasas de retención.
• Los índices de obesidad han aumentado en Ahora los enfermeros pueden prescribir algunos
España, lo que puede entorpecer los avances en la medicamentos y algunas vacunas incluidas en el
reducción de la mortalidad cardiovascular y otras calendario oficial de vacunación.
causas de muerte relacionadas con ella. Uno de
cada seis adultos sufría obesidad en 2017, lo que • La atención primaria sigue siendo un elemento
constituye un incremento con respecto a la cifra central del sistema sanitario español en el que
de uno de cada ocho en 2001. En 2005, el gobierno médicos y enfermeros proporcionan asistencia
puso en marcha una estrategia para mejorar la a toda la población, así como servicios de
nutrición, promover la actividad física y prevenir la prevención y promoción de la salud a niños,
obesidad, seguida de nuevas medidas en 2011, pero mujeres y personas mayores. No obstante, las
los efectos hasta ahora parecen modestos. crecientes exigencias para el sistema de atención
primaria derivadas del envejecimiento de la
• Tras la crisis económica, el gasto sanitario población pueden hacer necesario un uso mayor
descendió durante varios años, pero volvió a y más adecuado de los recursos. En abril de 2019
aumentar a partir de 2015. En 2017, España destinó se adoptó un nuevo Marco Estratégico para la
al gasto sanitario el 8,9 % de su PIB, porcentaje Atención Primaria y Comunitaria que incluye un
menor que la media de la UE del 9,8 %. Se espera conjunto de ambiciosos objetivos, pero aún no
que en las próximas décadas aumente la presión se ha asignado el presupuesto para respaldar su
presupuestaria derivada del aumento en las aplicación.
necesidades de atención sanitaria y cuidados
de largo plazo debido al envejecimiento de la
población.

• Aunque la hospitalización potencialmente evitable


en el caso de algunas enfermedades crónicas
como la diabetes es comparativamente baja en
España, en el caso de otras enfermedades se
acerca a la media de la UE. Se han puesto en
marcha iniciativas regionales para promocionar
una atención más integral del número cada vez
mayor de personas que padecen enfermedades
crónicas. Asimismo, se han implantado servicios
de telemedicina en distintas regiones con el fin
de superar las barreras geográficas y promover
la continuidad de la atención. Un reto para el
futuro será ampliar aquellas iniciativas que están
demostrando su eficacia.

22 State of Health in the EU · España · Perfil sanitario nacional 2019


TEMA 3
LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA ENFERMEDAD Y LA
MUERTE

3.1. Orden cultural, enfermedad y cuidado de la salud: la medicina como forma de


control social.

3.2. Apoyo social y salud.

3.3. Etapas del comportamiento ante la enfermedad: el rol deenfermo/a

3.4. La percepción social de la muerte.

3.1. Orden cultural, enfermedad y cuidado de la salud: la medicina como forma de


control social

1. Percepción social de la enfermedad


2. Percepción subjetiva de la enfermedad
3. Origen y tratamiento de la enfermedad

• MAGIA
• RELIGIÓN
• CIENCIA: las críticas de ILLICH y FOUCAULT

Críticas de ILLICH a la medicina

- CONCEPTOS

• Enfermedad iatrogénica es la que produce la ciencia médica.


• Iatrogenia clínica son todos los estados en los que médicos, hospitales y terapias
son agentes patógenos.
• Iatrogenia social es la sobremedicalización social y/o expropiación de la salud.
- CRÍTICAS

• La medicina es patógena.
• La sofisticada tecnología médica crea la impresión de que la medicina es muy
eficaz.
• La mayoría de los gastos médicos se destinan a tratamientos de dudosa eficacia.
• El impacto negativo de la intervención médica.
• No está comprobado que la tasa de supervivencia en cáncer difiera entre tratados
y no tratados.

- PROPUESTA

• Imponer límites al monopolio profesional de los médicos.

Críticas de FOUCAULT a la psiquiatría

- PREMISAS

• La dificultad de definir la salud y enfermedad psicológicas provienen de aplicar


masivamente los conceptos destinados a la medicina somática. Si la mente no es
un órgano anatómico no puede haber enfermedad mental.
• Si no hay enfermedad mental no puede haber hospitalización o tratamiento para
ella.

- TESIS

• La enfermedad psíquica es producto de la represión.


• Los diagnósticos psiquiátricos son etiquetas estigmatizadoras aplicadas a
personas cuyas conductas molestan u ofenden a la sociedad.
• La psiquiatría institucional se ha convertido en una agencia represiva de control
social.
• La ciencia médica, al establecer la división entre lo normal y lo patológico,
codifica la anormalidad de aquello que escapa a lo racional y crea vallas: el loco
al manicomio.
- PROPUESTA:

• Las intervenciones psiquiátricas involuntarias son incompatibles con los


principios de una sociedad democrática y libre, por lo que debe ser abolida.
• La raíz de la patología mental debe buscarse en una reflexión sobre el ser
humano liberada de intereses.

3.2. Apoyo social y salud

• Teoría: el apoyo social beneficia la salud.


• Efectos del apoyo: directo e indirecto.
• Dimensiones del apoyo: estructural o cuantitativo y funcional o cualitativo.
• Fuentes de apoyo: familia, vecindario, voluntariado..
• La familia como elemento patológico y la familia como elemento saludable.
• Tipos de familia frente a la salud: familias de riesgo y familias sanas.

3.3. Etapas del comportamiento ante la enfermedad

1. COMIENZO:
- síntomas de malestar
- negación de la enfermedad
- autotratamiento
- adopción del rol de enfermo → fenómeno social

2. RECONOCIMIENTO:
- búsqueda de asistencia
- visita al profesional
- derechos y obligaciones
- cambio en las relaciones sociales - status de enfermo

3. CONVALECENCIA:
- egocentrismo
- status infantil
- reorganización de los roles
- visitas

- hospitalización

4. RECUPERACIÓN: ajustes sociales progresivos

3.4. La percepción social de la muerte

• TEMA TABÚ
• ESCASA INVESTIGACIÓN
• CAMBIO EN PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA MUERTE. CAUSAS:
o cambios en la mortalidad
o cambios en los valores
• EFECTOS DE LA PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA MUERTE:
o no se planifica
o escasa simbología mortuoria
o desarrollo de la industria funeraria
• CUESTIONES DE INTERÉS EN TORNO A LA MUERTE:
o espacio adecuado
o marginación del moribundo
o prolongación de la vida en casos irreversibles: eutanasia
• RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL:
o la muerte de los otros
o diferencias generacionales
o la muerte ideal
Para saber de... Apoyo social: Mecanismos y modelos de influencia sobre la enfermedad crónica

Apoyo social: Mecanismos y modelos de influencia


sobre la enfermedad crónica

Alfonso Alonso Fachado1, Martín Menéndez Rodríguez2, Laura González Castro3

1
Doctor Europeo en Medicina. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud de Carballo (A Coruña).
2
Alumno de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid.
Cad Aten Primaria 3
Diplomada Universitaria de Enfermería. Centro de Salud de Muros (A Coruña).
Ano 2013
Volume 19
Páx. 118-123

Palabras clave Como se puede observar, se trata de un concepto complejo, ambiguo,


Apoyo social, apoyo familiar, enfermedad crónica. multidimensional y sujeto a diferentes interpretaciones en el que se
mezclan diversos aspectos que tienen relación con redes sociales, vín-
Este artículo forma parte de la tesis denominada “Influencia del culos familiares, integración social, estado civil, clase social o asistencia
apoyo social en el control metabólico de la diabetes mellitus a los oficios religiosos.
tipo 2”, premiada con una beca predoctoral por la Sociedad Española
de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc). Lejos de perder vigencia, en los últimos años diversos estudios de
amplia base poblacional y algunos metaanálisis han coincidido en de-
mostrar la influencia que presenta el apoyo social con diversas pato-
DEFINICIÓN DE APOYO SOCIAL logías en ámbitos tan diversos que van desde la mortalidad, grado de
El estudio de la influencia del apoyo social y su relación con los resul- bienestar emocional en mujeres operadas de neoplasias de mama y
tados de salud en la población tiene su inicio en la década de los años enfermedad coronaria e infarto agudo de miocardio13-16.
setenta. En estos años se publicaron algunos artículos que revisaban
las bases de la evidencia que sirve de apoyo a la teoría de que el El interés suscitado en los últimos años sobre la influencia que ejerce
apoyo social ejerce un efecto directamente proporcional en el estado el apoyo social sobre la enfermedad crónica ha puesto el foco en
de salud1 y sirve como un amortiguador de los efectos del estrés cuales son los mecanismos mediante los que el apoyo social ejerce
psicosocial y físico en la salud de los individuos2-4. En la actualidad se su acción. Es en este marco donde se inscribe este artículo, el cual
carece de un consenso sobre la definición de apoyo social, de modo pretende esclarecer cuales son los mecanismos de acción y los mar-
que existen tantas definiciones como trabajos sobre el tema5, 6. De cos conceptuales más importantes que existen sobre el apoyo social.
entre ellas las definiciones más conocidas destacaremos las de Thoits
y Bowling por su claridad. Thoits7 lo define como el grado en el que 1. MECANISMO DE ACCIÓN DEL APOYO SOCIAL EN LA SALUD
las necesidades sociales básicas de las personas son satisfechas a Se han definido dos teorías que podrían explicar la asociación entre el
través de la interacción con los otros, entendiendo como necesidades apoyo social y la salud:
básicas la afiliación, el afecto, la pertenencia, la identidad, la seguridad
y la aprobación. Bowling8, por su parte, define el apoyo social como a) Efecto directo: afirma que el apoyo social favorece los niveles
el proceso interactivo en que el individuo consigue ayuda emocional, de salud independientemente del grado de estrés del individuo. Este
instrumental o económica de la red social en la que se encuentra. efecto precede al momento del estrés del sujeto. Se han propuesto
Se ha establecido que el apoyo social tiene un papel crucial en el pro- dos mecanismos, el primero de ellos relacionado con los efectos que
ceso de adaptación a la enfermedad crónica y en el restablecimiento el apoyo social posee en algunos procesos psico-fisiológicos (que pro-
de los resultados de salud 9. Puede prevenir la aparición de efec-
tos psicológicos adversos y respuestas comportamentales asociadas Correspondencia
Alfonso Alonso Fachado
a estrés psicológico, pobre adherencia al tratamiento y aislamiento Centro de Salud de Carballo
social10. Produce un aumento de los autocuidados11 y mejora de los Avda. do ambulatorio, s/n · 15100-Carballo (A Coruña)
Email: alfonso.alonso.fachado@sergas.es
índices de calidad de vida12.

118 Para saber de...


Apoyo social: Mecanismos y modelos de influencia sobre la enfermedad crónica
CADERNOS
de atención primaria

duciría mejoras en la salud o impediría la enfermedad), y el segundo concibe como la percepción que lleva el individuo a creer que lo cui-
relacionado con el cambio de conductas, adoptando hábitos de vida dan, que es amado, estimado y valorado, que pertenece a una red de
saludables, que tendría consecuencias positivas para la salud. comunicaciones y obligaciones mutuas. Sus componentes más im-
Este modelo del efecto directo ha sido varias veces cuestionado. Se- portantes son el apoyo emocional, informativo, instrumental, afectivo
gún esta teoría no existe interacción entre el estrés y el apoyo social; e interacción social positiva18:
de este modo los individuos que difieren en sus niveles de apoyo
Apoyo emocional: relacionado con el cariño y empatía. Parece
social diferirán en la misma medida en su bienestar físico y mental (in-
ser uno de los tipos de apoyo más importantes. En general, cuan-
dependientemente del nivel de estrés experimentado). Los trabajos
do las personas consideran que otra persona les ofrece apoyo, se
que analizan esta teoría sugieren que puede ser el aislamiento el que
tiende a conceptualizar en torno al apoyo emocional23.
actúa como estresor, el que causa la enfermedad, más que el apoyo
social el que produce mejoría en la salud17. Apoyo informativo: se refiere a la información que se ofrece a
otras personas para que estas puedan usarla para hacer frente a
b) Efecto tampón o amortiguador: esta teoría ofrece una buena las situaciones problemáticas. Se diferencia del apoyo instrumen-
explicación teórica para los efectos positivos del apoyo social18. Pos- tal en que la información no es en sí misma la solución sino que
tula que el apoyo social puede ejercer un efecto tampón que atenúa permite a quien la recibe ayudarse a sí mismo.
las reacciones individuales a los impactos adversos de la enfermedad Apoyo instrumental: es ofrecido cuando se utilizan ayudas ins-
crónica. Se han desarrollado dos hipótesis para demostrar el efecto trumentales o materiales que directamente ayudan a quien lo
amortiguador del apoyo social: necesita.
• El apoyo social permite a los individuos, que tras la exposición al Apoyo afectivo: se refiere a las expresiones de afecto y amor
estresor, sea capaz de redefinir la situación estresante y enfren- que le son ofrecidas a los individuos por parte de su grupo más
tarla mediante estrategias no estresantes, o inhibir los procesos cercano.
psico-patológicos que pueden desencadenarse en ausencia del
Interacción social positiva: la interacción social se relaciona
apoyo social.
con pasar tiempo con los otros18 y la disponibilidad de estas para
• El apoyo social evita que los individuos, previo a la exposición, de- distraerse, divertirse, etc.
finan una situación como estresante mediante la seguridad que
les ofrece tener la posesión de diversos recursos materiales y Este carácter multidimensional del apoyo social es objeto de contro-
emocionales con los que poder enfrentarse a ella19. versia. No todos los investigadores están de acuerdo con la idea de
Hasta el momento no se conoce con seguridad en que grado la existencia de varias dimensiones en el apoyo social. Sherbourne y
contribuye cada mecanismo sobre la acción global que el apoyo Stewart21 definen cuatro dimensiones distintas de apoyo social: emo-
social ejerce sobre la salud20. cional/informacional, instrumental, afectivo e interacción social positi-
va; cada una de ellas con características diferentes respecto al resto.
1.1 Dimensiones del apoyo social En contra de esta teoría, Norbeck et al24 afirman que las cuatro dimen-
Clásicamente se han definido dos dimensiones del apoyo social: siones de apoyo social se encuentran tan altamente correlacionadas
que son difícilmente distinguibles entre ellas.
a) Apoyo estructural o cuantitativo. También denominado red
social. Se refiere a la cantidad de relaciones sociales o número de
1.2 Fuentes de apoyo social
personas a las que puede recurrir el individuo para ayudarle a resol-
Para definir las diferentes fuentes de apoyo social han sido propuestas
ver los problemas planteados (por ejemplo familia, amigos, situación
diversas clasificaciones.
marital o pertenencia al grupo de pares), y la interconexión entre es-
tas redes21, 22. Esta red social tendrá unas características en cuanto al
House25 propone una relación de nueve fuentes de apoyo social: cón-
tamaño, frecuencia de contactos, composición, densidad, parentesco,
yuge o compañero/a, otros familiares, amigos, vecinos, jefes o super-
homogeneidad y fuerza20. En función de estas características una red
visores, compañeros de trabajo, personas de servicio o cuidadores,
puede resolver mejor unas necesidades que otras.
grupos de auto ayuda y profesionales de la salud o servicios sociales.
Otras clasificaciones proponen la división de las redes de apoyo social
b) Apoyo funcional o cualitativo. Tiene un carácter subjetivo y
en naturales (familia, amigos, compañeros de trabajo) y organizadas
se refiere a las percepciones de disponibilidad de soporte. Cobb3 la

119 Para saber de...


Apoyo social: Mecanismos y modelos de influencia sobre la enfermedad crónica
CADERNOS
de atención primaria

(grupos de ayuda mutua o asociaciones, voluntariado institucional, El mecanismo biológico del estrés sobre la salud física está bien es-
ayuda profesional). También se han clasificado en redes informales, tablecido y quizás sea el más estudiado, demostrándose la relación
(aquellas más cercanas al individuo siendo la principal, la familia) y en entre el estrés y el sistema neuroendocrino1. Esto incluye la respuesta
redes formales (formadas por aquellos individuos pertenecientes a la fight or flight descrito por Cannon30 en la cual describe como en una
red de cuidadores de servicios sanitarios y sociales). situación de estrés la súbita descarga del sistema nervioso simpático
desencadena la elevación de la TA, aumenta el flujo cardíaco, la eleva-
2. PAPEL DE LA FAMILIA EN EL APOYO SOCIAL ción de catecolaminas y ácidos grasos libres.
La familia está considerada como el grupo de apoyo más importante
con el que pueden contar los individuos. Es por ello que con frecuen- Los intermediarios bioquímicos existentes entre las percepciones sen-
cia las personas pertenecientes a familias funcionales tienen mejores soriales y la respuesta endocrina, los acontecimientos vitales estre-
niveles de salud debido a los recursos emocionales y materiales que santes (AVE) y los estímulos de soporte social parecen mediados por
obtienen de ella7. En ella crecen, establecen reglas sociales y desarro- neuropéptidos, especialmente el opioide ß-endorfina. Estímulos posi-
llan los diferentes roles que necesitan para su evolución personal. De tivos como el afecto, el reconocimiento social y otras formas de apoyo
este modo, la familia, se conforma como la unidad básica de relación social podrían producir euforia y efectos beneficiosos sobre la salud de
en nuestra sociedad y como el tipo de organización humana más los individuos o tamponar los factores estresantes por la mediación de
duradero y universal26. la ß-endorfina u otros neuropéptidos.

Existe evidencia de que el apoyo social de las familias hacia los pa- b) Vía comportamental: Por esta vía las familias pueden influir en
cientes juega un importante papel en el manejo de la enfermedad los estilos de vida, como por ejemplo la dieta, el tabaquismo, el ejer-
crónica. Una enfermedad crónica, grave y/o invalidante suele sacudir cicio físico, la adherencia a tratamientos médicos y la utilización de
a todo el sistema familiar y como señala Ansen, cuando uno de sus servicios sanitarios.
miembros deja de funcionar de forma normal, no solo se ven afecta-
dos todos los miembros, sino también el funcionamiento general de 3. MODELOS QUE DEFINEN COMO LA FAMILIA REACCIONA
la dinámica familiar27. ANTE LA ENFERMEDAD CRÓNICA
Para explicar la forma como la familia influye sobre la enfermedad cró-
Además de los efectos de la herencia y la pertenencia a un ambiente nica, han sido propuestos los siguientes modelos teóricos20, de entre
común, existen otros factores que demuestran la importancia de la todos ellos los más importantes son:
familia en el campo de la salud28:
3.1 Modelo ABCX de Hill
• La familia condiciona decisivamente las creencias, actitudes, y
Este modelo propuesto por Reubin Hill31 en 1949, conocido por las
comportamientos de los individuos frente a la salud, a la enfer-
abreviaturas ABCX, intenta analizar las situaciones críticas provocadas
medad y a los servicios sanitarios.
en la familia como consecuencia de una situación estresante. El con-
• La familia es, normalmente, la unidad fundamental de cuidados, cepto de crisis (X) se define como el momento en el cual la unidad
especialmente en los procesos crónicos. familiar se ha roto debido a alguna situación estresante. El autor pro-
• El apoyo familiar también tiene un importante papel en la neu- pone la existencia de tres factores críticos interrelacionados para expli-
tralización del estrés. car la evolución de la crisis familiar. Estos tres factores son los eventos
estresantes (A), los recursos de las familias necesarios para enfren-
• Las relaciones familiares disfuncionales pueden producir, precipi-
tarse a este hecho (B) y la definición que hace la familia de este (C).
tar y contribuir al mantenimiento de los síntomas.
Generalmente las familias más propensas a situaciones de crisis sue-
len tener muy pocos recursos de adaptación, por ello, cualquier even-
Existen dos grandes mecanismos mediante los cuales la familia puede
to estresante es sentido como un episodio de crisis en el seno de la
influir en la salud de sus miembros29:
familia. Dentro de este modelo, las familias que inician un proceso
de adaptación sufren una trayectoria que culmina con la fase de re-
a) Vía psicofisiológica: Las situaciones familiares como el estrés
cuperación32. Esta recuperación permitirá mantener la homeostasis y
o determinados acontecimientos vitales afectan al estado emocional
la unidad familiar. Si esta no se produce, surgirán diversos cuadros
de un elemento de la familia, del que pueden resultar alteraciones
patológicos.
fisiológicas directas que predisponen al individuo a la enfermedad.

120 Para saber de...


Apoyo social: Mecanismos y modelos de influencia sobre la enfermedad crónica
CADERNOS
de atención primaria

3.2 Doble Modelo ABCX 3.3 El modelo sistémico de Rolland


En posteriores investigaciones y a partir del modelo ABCX de Hill, Mc Este modelo desarrollado por Rolland35 describe los procesos de inte-
Cubbin y Patterson en el año 1983 desarrollaron el doble modelo
33
racción entre las demandas psicosociales derivadas de la enfermedad
ABCX. El término doble hace referencia, por un lado, a la acumulación crónica y las fases cronológicas de esta (fase de crisis, fase crónica
de problemas adicionales secundarios a la disrupción causada por la y fase terminal). En este modelo es necesario hacer referencia a los
crisis inicial y, por otro, se le suma también la continua combinación siguientes aspectos:
de cambios iniciados por los enfermos crónicos . 34
a) Tipología psicosocial de la enfermedad crónica
Es importante conocer los aspectos psicosociales que pueden influir
Según esta teoría las familias necesitan alcanzar diferentes niveles de
en la enfermedad crónica para facilitar un mayor vínculo entre el mun-
funcionamiento como resultado de los cambios en el sistema familiar.
do psicológico y el biológico.
En este modelo participan cuatro elementos. El primer elemento es el
estresor (AA). Este es visto como un proceso en el cual se acumulan b) Fases cronológicas de la enfermedad crónica
las situaciones de estrés producidas debido a la presencia de la en- Para intentar analizar las fases cronológicas en la historia natural de la
fermedad y las fuentes de tensión que la familia debe enfrentar. Los enfermedad crónica, ésta puede dividirse en tres fases: fase de crisis,
cambios sufridos por el cuidador han sido denominados “tensiones fase crónica y fase terminal.
asociadas al rol” (pile-up). En este caso, el estrés sufrido puede pro- En la fase de crisis, los síntomas son manifiestos pero el diagnóstico
vocar demandas para el cambio e implementar fuentes de esfuerzo aún no está claro.. En esta fase la familia se enfrenta al dolor y la incer-
adicionales que permitan a la familia luchar contra el acontecimiento tidumbre e intenta dar un sentido a la enfermedad.
estresante. El segundo elemento implica los recursos de adaptación
En la fase crónica incluye el tiempo transcurrido desde el diagnóstico
de la familia (BB) y supone realizar una valoración conjunta de la
hasta la fase terminal. En esta se producen alteraciones continuas a
situación familiar, la capacidad de la familia para abordar la crisis, y la
nivel psicológico o de organización interna que deben ser abordados
coordinación de todos los aspectos necesarios para el funcionamiento
por el núcleo familiar.
familiar. El tercer elemento del modelo lo forman las percepciones
y coherencia (CC) que refleja la aceptación y la comprensión de la Por último, la fase terminal está marcada por la inevitabilidad de la
situación. El cuarto elemento es la adaptación familiar (XX) referido muerte. La familia elabora la fase de duelo y predominan los senti-
al grado de adaptación en respuesta a la crisis. La adaptación es una mientos de dolor, separación y muerte36.
variable continua y transcurre desde la buena a la mala adaptación
(figura 1).

FIGURA 1. Modelo de adaptación familiar a la enfermedad crónica. Doble


modelo ABCX (adaptado de McCubbin y Patterson33)

121 Para saber de...


Apoyo social: Mecanismos y modelos de influencia sobre la enfermedad crónica
CADERNOS
de atención primaria

3.4 Modelo transacional del estrés adaptado a la situación de 9. Yates BC. The relationships among social support and short and
cuidado long-term recovery outcomes in men with coronary heart disease.
Del mismo modo que la mayoría de los modelos que analizan el cui- Res Nurs Health. 1995;18:193-203.
dado que ejerce el grupo de individuos sobre el enfermo crónico este
10. Rodin GM, Craven JL, Littlefield CH. Depresion in the medically ill:
modelo, desarrollado por Haley37, se basa en el modelo de Lazarus
An integrated approach. New York: Brunner/Mazel; 1992.
y Folkman38. El modelo del estrés adaptado a la situación de cuidado
expone la necesidad de considerar al estrés como un proceso en que 11. Dimkovic N, Oreopoulos DG. Chronic peritoneal dialysis in the
intervienen factores propios del individuo, los eventos estresores y los elderly: A review. Peritoneal Dialysis International. 2000;20:276-
recursos del cuidador. En este modelo se considera más importante la 83.
percepción y la interpretación que el cuidador hace del potencial es- 12. Jakobsson U, Hallberg IR. Pain and quality of life among older
tresor en términos de capacidad para causar daño, más que el propio people with rheumatoid arthritis and/or osteoarthritis: a literature
suceso en si mismo, los factores que explican las diferencias indivi- review. Journal of Clinical Nursing. 2002;11:430-43.
duales en las respuestas de estrés y las consecuencias de cuidado39.
13. Holt-Lundstad J, Smith TB, Layton JB. Social Relationships
and Mortality Risk: A Meta-analityc Review. Plos Medicine.
De esta forma se define el estrés como una relación dinámica y bi-
2010;7(7):e1000316.
direccional entre un individuo y el evento estresante, siendo este en-
tendido por la persona como algo que puede exceder sus propios 14. Rosengren A, Hawken S, Ôunpuu K, Zubaid M, Almahmeed W,
recursos y que sería capaz de poner en peligro su propio bienestar Blackett K, et al. Association of psychosocial risk factors with risk
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123 Para saber de...


http://www.casmadrid.org info@casmadrid.org

La medicina como institución Francamente, la tesis que presentamos en las si-


guientes páginas, no es un argumentario definitivo,
de control social sino en construcción. Así, se basa, en gran medida,
en críticas efectuadas en EEUU, aunque comentarios
Irving Kenneth Zola similares, se han dado en otras latitudes.

La tesis de este escrito es que la medicina se está Perspectiva histórica


convirtiendo, en gran medida, en una institución de
control social, desplazando, cuando no incorpo- La participación activa de la Medicina en el diri-
rando, el rol ejercido por las más conservadoras ins- gismo social no es algo nuevo; no ha aparecido, a
tituciones, como son la religión y el derecho. Se está gran escala, de manera repentina un buen día de me-
convirtiendo en la nueva depositaria de la verdad, diados del S.XX. Como acertadamente ha señalado
donde los dictámenes, absolutos y categóricos, son Sigerist, la Medicina desde sus comienzos no fue sólo
establecidos, por supuestos expertos, técnicos de una ciencia social, también un trabajo cuya práctica
moral neutral y aséptica. Y estos dictámenes se esta- se vincula inextricablemente con la sociedad sobre la
blecen no en nombre de la moral y/o legitimidad ju- que opera. Esta interdependencia, quizá, se ve mejor
rídica, sino en el de la salud. Además, este proceso en dos ramas que han tenido, desde su inicio, un
no está ocurriendo a través de médicos que ostenten componente social intrínseco: la psiquiatría y la sa-
cargos políticos, sino que es, principalmente, un fe- nidad pública/medicina preventiva. La sanidad pú-
nómeno insidioso, a la vez que discreto, realizado a blica siempre se ha dirigido al progreso social:
partir de la sujeción a control médico de gran parte cobertura sanitaria, vivienda, condiciones laborales,
de la vida cotidiana, extendiendo la medicina y las y ha usado, a menudo, el aparato estatal (legislación
etiquetas “sano” “enfermo” a una parte cada vez y poder político) para lograr sus fines: vacunas, cua-
mayor de la existencia humana. rentenas. El rol de la psiquiatría es de más difícil va-
loración, pero si tomamos la historia de la psiquiatría
Aunque son muchos quienes se han dado cuenta como fuente analítica, entonces advertimos la casi
de ciertos aspectos de este proceso, restringiéndolos universal remisión a uno de sus pioneros, Johann
a la psiquiatría, no lo han enfocado bien. Pues la psi- Weyer. La participación inicial y posterior de la psi-
quiatría, de ningún modo, ha sesgado el mandato de quiatría en problemáticas sociales se basa en la obje-
la medicina; de hecho, incluso, quizás, a un paso más ción de que “las brujas no deberían ser quemadas”;
rápido que en otras especialidades médicas, está si- para Weyer y sus discípulos, las brujas no estaban po-
guiendo varias de las directrices y principios básicos seídas por el diablo, sino que habían quedado pose-
de la profesión. Tampoco es resultado de algún “im- ídas por sus propios problemas, es decir: estaban
perialismo” profesional, lo que nos lleva a pensar que locas.
el fenómeno es fruto de procesos o motivaciones
erráticas. Si buscamos el porqué de este fenómeno, Desde su primer contacto con “la locura”, como
vemos que está arraigado en nuestra creciente fiebre una eximente en procesos penales, la psiquiatría ha
tecnológica y en el sistema burocrático, un sistema ido expandiéndose hasta convertirse en la principal
que nos ha llevado por la senda de una dependencia opción rehabilitadora de los “desviados” inimputa-
no deseada hacia los expertos. bles. La psiquiatría, al igual que la sanidad pública,
también se ha prevalido del aparato del Estado para lo- por haber hecho uso del lenguaje de la ciencia médica”.
grar sus fines, a través de trámites legales, forzando in-
gresos obligatorios, con la subsiguiente privación de La aseveración supone que la participación médica en
derechos y libertades. Sin embargo, esto no significa que problemas sociales conduce a que dejen de estar sujetos
las otras ramas de la medicina no participen en el diri- a supervisión religiosa y penal, evitando la represión
gismo social. El tema merece una relectura. La medicina, moral y punitiva, pasando esta problemática al escrutinio
por mucho tiempo, ha tenido una relación, de hecho y de la ciencia, bajo criterios terapéuticos objetivos. El
de derecho, con instituciones de control social. La rela- hecho de que nos aferremos a esta esperanza se debe, en
ción, de derecho, se aprecia, con claridad, en el concepto parte, al bagaje histórico-cultural que arrastramos –la no-
“enfermedades de declaración obligatoria”: así, si un mé- ción “castigo” y “responsabilidad moral”-, suponen au-
dico observa ciertos fenómenos en su consulta, está obli- ténticos ángulos muertos. En relación a la primera, si hay
gado a informar a la autoridad competente. Aunque ésta una percepción de la condición humana que se haya im-
parece una práctica honrada y funcional, por informar de plantado en el S.XX, es que el castigo no debe contem-
ciertas enfermedades muy contagiosas, no está tan claro plarse sólo en términos físicos, ni sólo desde la
en situaciones en que no hay posible propagación de in- perspectiva de quien lo imparte. Los delitos muy graves
fecciones (heridas por bala, intentos de suicidio, con- van descendiendo cuantitativamente, y las flagelaciones
sumo de drogas, abuso infantil). y torturas van desapareciendo, así como el uso de grille-
tes y cadenas. Sin embargo, nuestra capacidad, no ya
La relación de facto con el control social puede ar- deseo, de infligir dolor en los otros no parece que de-
güirse con sólo ver las polémicas habidas en los últimos cline. Las formas más eficaces de lavado de cerebro no
dos o tres congresos de la American Medical Association. emplean contacto físico y el concepto relativismo nos
Entonces, los miembros de la AMA y demás profesionales dice mucho sobre los daños psicológicos de, incluso, la
sanitarios fueron acusados de prácticas de control social privación parcial de deseos, tangibles e intangibles. Así,
(se les acusó, literalmente, de “genocidio”): primero, por cuando un individuo, por su “enfermedad” y tratamiento
venir tratando peor a las clases menos pudientes (y pro- es excluido del trato con otros hombres/mujeres, y es
porcionando mejores tratamientos a clientes de las clases confinado hasta que “se cure”, es forzado a someterse a
altas); en segundo lugar, de manera más sutil, dados unos ciertos protocolos médicos “por su propio bien”, que-
recursos limitados, se están atendiendo más ciertas en- dando, en muchos casos, privado para siempre de su ca-
fermedades, en detrimento de otras. La acusación se ba- pacidad sexual y de su fertilidad para la procreación, con
saba en que la medicina se había centrado en lo que no es difícil que ese paciente perciba tal trata-
enfermedades propias de las clases altas (cáncer, infartos miento como una pena punitiva. Esto no significa que la
cerebrales y cardiacos), ignorando las enfermedades pro- medicina sea la última forma de tortura, sino que el dolor
pias de las bajas (malnutrición y mortalidad infantil). y el sufrimiento humano adoptan múltiples formas y que
la supresión de viles mecanismos punitivos que hoy, la
El Mito de la Responsabilidad sociedad no admite, no necesariamente significa que su
reemplazo sea del todo satisfactorio. En parte, la satisfac-
No obstante, reconociendo una extensión médica que ción que nos produjo ver apartadas las cadenas, por
va en aumento, es fácil ver que tiene aspectos positivos, Pinel, pudo haber conllevado que nos olvidásemos, du-
como la definitiva desestigmación de muchos problemas rante demasiado tiempo, de examinar su reemplazo.
sociales y humanos. Así, Barbara Wootton ha afirmado:
“Sin duda, dada la actitud actual hacia los comportamien- Es el segundo aspecto, el de la responsabilidad, el que
tos antisociales, la psiquiatría y el humanitarismo han ido es más complejo, pues se arguye que el paradigma mé-
de la mano. Simplemente, por ir en armonía con la “at- dico ha tenido su mayor repercusión al suprimir las con-
mósfera mental” de un tiempo, como el actual, en el que denas morales. Mientras algunos escépticos advierten que
la mente es el principal objeto de estudio de la ciencia, el individuo ya no es rechazado en sí, y sí lo es en cambio
el tratamiento médico de los “desviados sociales” ha sido la enfermedad, la advertencia, empero, no va más allá. La
el principal apoyo de las acciones humanitaristas; actual- mayor parte de analistas ha tratado de distinguir entre
mente, el trabajo social se ha prestigiado enormemente enfermedad y delito, en relación a la responsabilidad per-
sonal. Al delincuente se le supone responsable y, por bilidad personal del sujeto. De hecho, la pregunta “¿por
tanto, imputable por sus actos, mientras que al enfermo qué me tiene que tocar a mí?”, supone angustia y, gene-
no. Si bien la distinción es observada, parece, más bien, ralmente, es expresada en términos, más bien, morales:
que tiene un fundamento cuantitativo, en vez de cualita- “¿qué he hecho yo para merecer esto?”. Se puede argüir
tivo, con juicios morales. Por ejemplo, si bien es probable que esto es un residuo que desaparecerá en la siguiente
que ya no se condene directamente a individuos por estar generación. Un estudio reciente que he efectuado, arroja
enfermos, parece que gran parte de la condena se haya cierta incertidumbre al respecto. Pedí a un grupo de cua-
desplazado. Aunque el carácter inmoral no se haya pro- renta estudiantes, la mayoría entre los 17 y los 19 años,
bado por la mera enfermedad, es evidente, que por sus que recordasen la última vez que estuvieron enfermos,
actos lo es. Sin que resulte absurdo, si uno se fija en los incapacitados o heridos y que anotasen cómo habrían
rasgos de la gente que no acude a sus citas, que no sigue transmitido esa experiencia a un crío de menos de cinco
el tratamiento que le es prescrito o que se retrasan en años. El objetivo del experimento no tenía nada que ver
buscar ayuda médica, uno encuentra una larga lista de con la responsabilidad personal y vale la pena subrayar
posibles “defectos personales”. que no había diferencia alguna en el tipo de respuesta de
aquéllos que habían tenido contacto con algún crío du-
Tales personas parecen ignorar las consecuencias de rante su convalecencia de los que no. Las respuestas ha-
ciertas enfermedades, de sintomatología imprecisa, y son blan por sí mismas. Empezaron diciendo: “Me siento
incapaces de planificar o de gestionar su tiempo, aver- mal”, “siento malestar en todo el cuerpo”, “me duele una
gonzados, con sentimiento de culpa, propensos a la neu- pierna”, “tengo un ojo irritado”, “me duele mucho el es-
rosis, traumatizados por sus vivencias en el hospital, o tómago”, “tengo un dolor terrible”, “tengo un resfriado”.
bien pertenecen a clases bajas/minorías étnicas/religiosas. La respuesta de los críos era siempre: “¿Qué hiciste mal?”.
En resumen, parece que serán un grupo social lleno de “El enfermo”, en ningún caso, corrigió la perspectiva del
problemas, si no desahuciado. El debate no se va a zanjar niño, por el contrario, en cierto modo, la compartía.
con estos análisis, dado que no está claro que la moral y Sobre bacterias: “hay buenos gérmenes y malos gérme-
la responsabilidad individual hayan sido del todo deste- nes, y a veces los malos…”
rradas de la etiología. Al mismo tiempo, dado que la eti-
queta “enfermedad” se está usando para denotar Sobre coger un resfriado: “Bueno, ya sabes que, a
“responsabilidad disminuida”, aludiendo al fenómeno en veces, cuando tu madre te dice: ”abrígate bien o ten cui-
su totalidad, el concepto “responsabilidad personal” pa- dado, si no cogerás un resfriado”.
rece que vuelve a emerger en medicina. Al margen del
rigor y de la luz que aporte un concepto como “stress”, y Irritación ocular: “cuando usas cierto tipo de cosmé-
de la perspectiva psicosomática, se pone al hombre y no ticos, como el rímel, cerca del ojo, debes tener mucho
a las bacterias en el foco de atención, lo que conduce, cuidado, y yo no lo tuve”. Sobre una lesión en una pierna:
por tanto, a reexaminar el papel del individuo en su pro- “siempre tienes que fijarte por dónde vas y yo…”
pia muerte, discapacidad o incluso recuperación. Sin em-
bargo, el asunto no debe quedar confinado a conceptos En relación con el tratamiento, sobre cómo actúan los
profesionales ni a su grado de aceptación popular. Como fármacos: “tomas esta medicina y te quita lo malo”. Sobre
la mayoría de encuestas señalan, cuando a un individuo cómo se curan las heridas: “en tu cuerpo hay fuerzas bue-
se le pregunta acerca de qué causa su diabetes, ataque nas y malas y cuando hay una lesión, las buenas…” Sobre
cardiaco, infección respiratoria alta, etc., la terminología el pus: “esa es la manera en que el cuerpo se deshace de
médica nos sirve de apoyo cuando sus respuestas no son lo malo”. Sobre la recuperación, en general: “si eres un
del todo precisas. buen chico, y haces lo que el médico y mamá te dicen,
sanarás”.
Así, continuando con las encuestas, preguntamos, a
modo de sondeo: “¿Cómo te contagiaste de X?” o “De tu En resumen, en casi todos estos conceptos, desde en-
núcleo más próximo, quiénes estuvieron expuestos a la fermar a recuperarse, se libra una batalla moral. Esto pa-
infección X?”, entonces la pátina de racionalidad hace rece más que una mera antropomorfización de un
agua, emergiendo abruptamente la moral y la responsa- fenómeno de comunicación naif para niños. Resulta difí-
cil creer que la lengua inglesa sea tan pobre como para casos el historial clínico. Por el contrario, el archivo in-
que se necesite un ejercicio retórico de moral para des- formático es recuperable, transmisible y casi infinito.
cribir un fenómeno, supuestamente amoral, como es una Pero, no sólo es el tipo de información necesaria para dar
enfermedad. En resumen, a pesar de que nos gustaría diagnósticos y tratamientos más precisos, sino su corre-
decir lo contrario, la retórica de la enfermedad no parece lativa perspectiva lo que lleva al médico a situarse más
que conlleve una exoneración de la responsabilidad in- allá de su consulta y de su práctica profesional.
dividual, la imputabilidad y los juicios morales.
Para rehabilitar o, al menos, paliar muchos de los es-
La Medicalización de la sociedad tragos de las enfermedades crónicas, cada vez es más ne-
cesario intervenir para cambiar de forma permanente los
Quizá la medicina, como tal, no esté exenta de un po- hábitos de vida de un paciente- ya sea de trabajo, horas
tencial de control social y moral. La primera pregunta que de sueño, ocio, comidas. Entonces, “para prevenir”, se
surge es: ¿de qué medios dispone para ejercer tal control? profundiza la extensión de la medicina a la vida cotidiana,
Freidson ha destacado un aspecto crucial de este proceso, dado que la prevención primaria supone anticiparse al
de una manera muy precisa: “la profesión médica, pri- comienzo de la enfermedad. El médico no sólo debe salir
mero, ha reclamado su potestad sobre el concepto enfer- a la búsqueda de su clientela, sino a menudo convencer-
medad y sobre todos sus derivados, al margen de su les de que deben hacer algo ya, quizá en un momento en
capacidad para abordarlas eficazmente”. Este proceso se que el potencial paciente se siente bien o sin mayores
ha ido efectuando de cuatro maneras: a través de la ex- malestares. Si, con esto, el médico no logra del paciente
pansión de lo que se considera relevante para la buena la prevención recomendada, entonces el mecanismo
práctica médica; en segundo lugar, reteniendo control “efectivo” de intervención, sin duda, lo hará, como se-
absoluto sobre ciertos protocolos técnicos; tercero, te- ñaló, certero, cierto médico que trataba de hacer frente
niendo acceso casi absoluto a ciertas áreas “tabú” y a los problemas sanitarios de un ghetto: “Cualquier es-
cuarto, a través de la expansión del concepto “hábitos sa- fuerzo para mejorar las condiciones de los residentes de
ludables”. este ghetto, no puede separarse de las acciones simultá-
neas que se llevan a cabo para acabar con las múltiples
La expansión de lo que es relevante para la buena penurias sociopolíticas y económicas que sufren”.
práctica médica.
Ciertas formas de intervencionismo y control social
El cambio de paradigma de la medicina, desde un mo- emergen, incluso, cuando la medicina viene a paliar al-
delo centrado en una etiología concreta de la enfermedad guno de sus tradicionales problemas, como ataques car-
a otro basado en causas múltiples, así como la mayor diacos y cáncer. Un número creciente de médicos creen
aceptación de nociones como medicina general, somati- que un cambio en la alimentación puede lograr el mayor
zación, etc. ha supuesto una expansión enorme, hasta el efecto preventivo para un buen número de complicacio-
punto de que pueden ser relevantes para la comprensión, nes cardiovasculares. Sin embargo, también los hay es-
tratamiento e incluso prevención de la enfermedad. Así, cépticos en relación a cómo hacer que la población siga
al paciente ya no le basta con comunicar sus síntomas so- las recomendaciones dadas por cierto artículo publicado
máticos, tiene además que comunicar los “síntomas” de en una revista de gran tirada, que llevaba por título: “Sal-
su vida cotidiana, sus hábitos y sus preocupaciones. Gran var el corazón: ¿Hay que seguir una dieta por decreto?”.
parte de este fenómeno, se debe a la revolución informá- Es evidente que cada vez hay mayor presión para que se
tica: lo que hubiese sido demasiado embarazoso o engo- apliquen sanciones a las empresas tabaqueras, y para que
rroso en una cita vis-a-vis, ahora puede ser solicitado y se obligue a los fumadores crónicos a dejar el tabaco. Las
analizado de forma anónima, a través de un programa in- consecuencias que tendría tener pruebas aún mayores
formático, y, además, antes de la consulta. Al irrumpir el de las que tenemos, que vinculasen la edad a la que se
software, cierta garantía de privacidad se ha perdido, da a luz, la frecuencia de práctica sexual o la ausencia de
pues mientras muchos médicos podrían haber investi- circuncisión en los varones con el cáncer cervical nos las
gado cuestiones similares, el único depositario de tales podemos imaginar.
datos era la memoria del propio médico, y sólo en pocos
2.) A través de la retención de control total sobre cier- Recientemente, la prensa, incluidas las revistas médi-
tos protocolos técnicos cas, ha publicado artículos sobre fármacos que pueden
ser eficaces ansiolíticos, que evitan agresiones, nootrópi-
En especial, en relación a ciertas prácticas, considera- cos o pastillas que agudizan nuestra percepción, inteli-
das por distintas instituciones como la definición funcio- gencia, visión. Esto conduce a la siguiente predicción:
nal y jurídica de la praxis médica: la potestad para “Veremos nuevos fármacos, mejor dirigidos, más precisos
efectuar cirugía y prescribir fármacos, más allá de los lí- y más potentes… y muchos irán destinados a gente que
mites de la enfermedad somática común. En cirugía, esto consideramos sana”. Esta afirmación no fue hecha por
se aprecia en varias sub-especialidades. El cirujano plás- ningún visionario escritor de ciencia ficción, sino por un
tico, al menos, participa de ciertos patrones estéticos (si antiguo miembro comisariado de la FDA.
es que no ha contribuido a perpetuarlos). Lo que era una
práctica propia de esteticistas, se encuentra hoy exten- A través de la retención de un acceso casi absoluto
dida al ámbito médico, más allá del tratamiento de defor- a ciertas áreas tabú
midades traumáticas o congénitas, y se han creado nuevas
magnitudes anatómicas: tamaño de la nariz, tamaño del Se refiere a la casi exclusiva autorización de la medi-
pecho, y también está tratando arrugas, flacidez, que se cina a examinar y tratar la más personal de las posesiones
asociaban hasta hace no mucho con el proceso natural individuales: la operativa interna de nuestra mente y
de la vejez. cuerpo. Sostengo que si, de alguna manera, todo puede
ser mostrado, para así poder ver la operativa interna del
Las alteraciones en las funciones reproductivas o se- cuerpo y en menor medida de la mente, entonces tam-
xuales habían sido durante mucho tiempo motivo de es- bién puede etiquetarse como “enfermo” y, jurídicamente,
tudio para la medicina. Sin embargo, en la actualidad, las puede padecer un “trastorno”. Estadísticamente, la im-
histerectomías que se practican no son demasiadas, al plantación de esto es especialmente relevante si atende-
menos en comparación con el volumen de las enferme- mos a sólo cuatro problemáticas: envejecimiento,
dades orgánicas (lo que supongan las operaciones de adicción a las drogas, alcoholismo y embarazos. El pri-
cambio de sexo es una incógnita). Los trasplantes, a pesar mero y el cuarto eran considerados procesos naturales
de su todavía poca frecuencia, han tenido un efecto normales, y las otras dos, debilidades humanas. En la ac-
enorme en nuestras nociones de muerte y agonía. Y en tualidad, esta percepción ha cambiado, hasta cierto
el otro extremo del continuo vital, dado que el aborto punto. Así, han surgido algunas especializaciones para
sigue siendo, principalmente, un procedimiento quirúr- atender a estas nuevas demandas. Cuantitativamente, esto
gico, es al médico-cirujano a quien la sociedad se dirige expande el radio de acción de la medicina a un ámbito
(y el médico-cirujano lo acepta) en busca de consejo e mayor de la existencia humana, y además abre la posibi-
información. lidad de dar cobertura a cientos o miles de millones de
personas. En EEUU, al menos, las consecuencias de de-
Dada la potestad exclusiva de prescripción y valora- clarar al alcoholismo como enfermedad (la posible tras-
ción de fármacos, el poder del médico es aún más abru- cendencia de una sentencia pendiente del Tribunal
mador. Dejando a un lado nuestra obsesión con el Supremo, así como el derecho en vigor de varios Estados)
consumo de drogas por los jóvenes, cualquier observador reducirían las detenciones, en muchas jurisdicciones, de
puede constatar, a juzgar sólo por las ventas, que el un 50 a un 10% y supondría el envío directo de esos “de-
mayor incremento en la toma de drogas/fármacos en los lincuentes” a instituciones sanitarias.
últimos diez años no ha sido en el campo de las enfer-
medades somáticas, sino en el tratamiento de un buen Sin embargo, son los embarazos, los que aportan
número de patologías psicosociales. Así, tenemos fárma- mayor luz. En EEUU, hace apenas setenta años, práctica-
cos para cada estado emocional: para ayudarnos a dormir mente, todos los partos ocurrían fuera de las instalacio-
o para mantenernos despiertos, para aumentar nuestro nes hospitalarias y sin supervisión médica. Carezco de
apetito o para que comamos menos, para reducir nuestro documentación histórica, pero así como esta extensión
tono energético o para aumentarlo, antidepresivos o es- médica ha quedado consolidada, también lo fue la reivin-
timulantes. dicación médica de acoger en su seno una serie de pro-
cesos relacionados con dar a luz: el periodo prenatal, pos- y sus órdenes sobre el uso de uniformes, la prohibición
tnatal y el cuidado pediátrico; no sólo la concepción, sino de fumar, etc pero recientemente la problemática fue re-
también la infertilidad; no sólo el proceso reproductivo, suelta por una administración local en EEUU al afirmar
sino también el proceso y los problemas de la práctica que tal prohibición era necesaria por razones de salud.
sexual; no sólo en relación a cuándo comienza la vida hu-
mana (el problema del aborto), sino también si debería Las posibilidades y las consecuencias del control
permitirse (eugenesia). En parte, mediante este punto de médico
apoyo en temas tabú, y en parte mediante la simple re-
ducción a otros recursos, el médico se está convirtiendo, La relación de actividades diarias en las que la salud
cada vez más, en el apoyo elegido por muchos que pa- puede verse afectada va en aumento y la dinámica actual
decen problemas personales y sociales. Así, un reciente parece que va a seguir aumentando sin límites. Las razo-
estudio elaborado en el Reino Unido, mostró que en un nes son múltiples. No sólo es que la medicina haya ex-
periodo de cinco años, había habido un notable creci- tendido su ámbito de aplicación para cubrir nuevas
miento (de 25% a 41%) de población deseosa de consul- dolencias, o que los médicos se hayan comprometido
tar a un médico en relación con sus problemas profesionalmente a descubrir enfermedades, ni incluso
personales. que la sociedad siga generando enfermedad. Porque si
no se hubiesen dado estos factores, aún ejercería la me-
A través de la extensión de lo que en medicina se dicina una enorme influencia sobre la sociedad. El más
consideran “hábitos saludables de vida” poderoso estímulo empírico, a este efecto, es la toma de
conciencia de, en qué medida, cada uno ha creído o cree
Aunque, en algunos aspectos, ésta sea la principal ten- que tiene algo orgánicamente mal, o siendo más positi-
dencia del proceso de “medicalización de la sociedad”, vos, qué se puede hacer para sentirse bien, tener buen
se puede sintetizar fácilmente. Nos vamos a apoyar en la aspecto o funcionar adecuadamente.
retórica médica y en los hechos a la hora de sustentar
cualquier tesis. Lo que Wootton atribuía a la psiquiatría Los tipos de “entidades clínicas” halladas en estudios
no lo es menos en relación con la medicina en su con- o en exámenes periódicos van del 50 al 80% de la pobla-
junto. Parafraseándola, actualmente, la credibilidad de ción analizada. El estudio Peckham mostró que sólo el
toda tesis está muy reforzada, si no justificada, si se ex- 9% de la población analizada estaba libre de algún tras-
presa el lenguaje científico- médico. Decir que muchos torno clínico. Además, recelaban de esta figura y en una
que usan tales etiquetas no son profesionales de la me- nota a pie de página, se señala que, primero, de ese 9%
dicina es una petición de principio, pues el público sólo varios habían, posteriormente, fallecido de ataque car-
está atendiendo a profesionales que, cada vez más, han diaco, y en segundo lugar, que la mayoría de los que es-
extendido su área de actuación a la esfera social o han taban libres de trastorno tenían menos de cinco años.
reclamado tal extensión. Solíamos racionalizar estos datos diciendo que este por-
centaje no se traducía en hechos, dado que sólo eran es-
En política, uno escucha que la economía o el país, en tadísticas de uso médico, no muy sorprendentes, y que
general, gozan de buena o mala salud. Más concreta- además no han subido mucho en los últimos tiempos. Al-
mente, la salud física y mental de los candidatos a la Casa gunos estudios recientes indican que podríamos haber
Blanca ha sido objeto de debate en las últimas cuatro enfocado mal estos análisis. En EEUU y en el Reino Unido
elecciones y un libro de reciente aparición ha relacionado se ha señalado que en el plazo de 24 a 36 horas, de un
decisiones erráticas en política con salud enferma. Sabe- 50 a un 80% de adultos ha tomado uno o más fármacos.
mos, desde hace años, que el medio ambiente está con-
taminado; sabemos de la contaminación acústica, y que La creencia en la omnipresencia del trastorno se re-
el entorno se está degradando hasta la consunción; fuerza leyendo la literatura médica, científica y farmaco-
ahora, descubrimos que su muerte puede no estar des- lógica, donde uno encuentra una letanía creciente de
vinculada de nuestra propia extinción. Voy a acabar con acusaciones de actividades “insanas”. Del sexo a la co-
un ejemplo mundano, si no deprimente: siempre ha ha- mida, de la aspirina a la ropa, desde la conducción del
bido una batalla constante entre las autoridades escolares coche a la práctica del surf; parece que bajo ciertas con-
diciones o en combinación con otras sustancias o activi- todos los fármacos comercializados en el mercado y le-
dades, si practicas demasiado o demasiado poco, supues- gales desde 1938. Aunque horrorizados por la falta de
tamente, todo te puede llevar a la enfermedad. En fundamentos de cualquier tipo, pocas recomendaciones
resumen, me he terminado de convencer de que vivir se dieron para la retirada de fármacos del mercado. Ade-
perjudica la salud. Esta observación no la hago con sorna más, no hay casos registrados de ningún paciente falle-
como podría parecer, sino, más bien, que cada faceta de ciendo por sobredosis o por los efectos adversos de la
nuestra vida cotidiana conlleva riesgos para la salud. Estos marihuana, sino escritos sobre efectos adversos. En cam-
hechos toman especial importancia no sólo al haberse bio, toda una serie de “drogas medicinales” son legión
convertido la salud en un valor primordial de nuestra so- en el mercado actual.
ciedad, sino también al quedar los diagnósticos y trata-
mientos restringidos a unos determinados profesionales, En relación con el aborto, parece que las posiciones
quienes quizá de manera no deseada, están en una posi- paladinas, tanto de partidarios como de detractores, ne-
ción que les permite ejercer gran control e influencia cesitan de poca documentación, pero detengámonos un
sobre lo que deberíamos y no deberíamos hacer para lo- momento en un área donde los científicos más brillantes
grar ese “valor primordial”. Freidson, en su reciente obra se están volcando: la genética. El asesoramiento genético,
Profession of Medicine ha sido muy convincente en su la cuestión sobre si la vida debe permitirse en todos los
análisis de por qué los expertos, en general, y en especial casos o no, es un campo que cada vez cobra mayor pro-
los médicos deben disponer de cierta autonomía en sus tagonismo. Dado que, cada vez, sabemos más sobre tras-
investigaciones, diagnosis y prescripciones. Por otro lado, tornos congénitos y heredados o predispuestos, y dado
cuando resulta que se limita o dirige la conducta humana que el tamaño de la población, al margen de su causa,
por los resultados de investigaciones, diagnósticos y tra- no crece tanto, propiciará ineludiblemente un intento de
tamientos, se llega a otra situación. En este tipo de deci- mejora de la calidad de vida, que se producirá. En una
siones, parece que, muy a menudo, el médico es guiado, conferencia que debatía el interés menor que se tiene
no por su conocimiento técnico, sino por sus valores, ex- acerca de qué hacer cuando hay una probabilidad fun-
plícitos o implícitos. Quizás, el asunto de los valores dada de que la descendencia de ciertas parejas sea nula,
pueda clarificarse tomando como referencia, no por ca- hubo quien sostuvo que no era necesario promulgar
sualidad, algunos temas controvertidos para la medicina: leyes o promover que las mujeres abandonen su perspec-
seguridad de los medicamentos, eugenesia o el test mul- tiva profesional para volcarse en la maternidad. Conside-
tifase automatizado. La seguridad de los medicamentos rando el poder e influencia de la medicina y del médico,
es, aparentemente, un asunto diáfano; sin embargo, la uno de los presentes argumentó: “No hay motivo para
ambigüedad de qué es medicamento y qué es seguro pensar que la gente sensata no pueda ser disuadida del
hace que el asunto sea más complejo. matrimonio si supiesen que uno de cada cuatro de sus
hijos, probablemente, fuese a contraer una enfermedad
En EEUU, durante la Prohibición, el alcohol era consi- hereditaria”. En este aserto, subyacen ciertos valores
derado droga y, a menudo, fue prescrito como medicina. sobre el matrimonio y lo que es o podría ser, mientras
En años más recientes, cuando se debatía en círculos mé- pueda ser socialmente aceptable, aunque no compartido
dicos sobre sustancias peligrosas y drogas, el alcohol por todos los miembros de la comunidad. Así, hay que
había quedado excluido del debate. Al igual que en rela- añadir a este argumento, contrario al matrimonio, que
ción a la seguridad, muchos habían aplaudido la posición parecería que el médico –si fuera a comprometerse en la
juiciosa de la American Medical Association cuando cuestión- debiera presentar, al mismo tiempo, otras alter-
afirmó la necesidad de mucha más investigación, inten- nativas: “Algunos padres podrían estar deseosos de dar
siva y en profundidad, sobre la marihuana y su falta de vida, dado que de cuatro hijos, tres nacerían sanos. De-
voluntad de apoyar su legalización hasta que no se reca- pendiendo del diagnóstico, podrían asumir el riesgo y si
ben muchos más datos sobre sus efectos. Tal aplauso las indicaciones fuesen negativas, abortar. Si el riesgo
pudo haberse silenciado si el gran público hubiese cono- fuese demasiado alto, pero el deseo de ser padres si-
cido el informe de 1970 de la comisión de la FDA “Blue guiese latente, y dependiendo del tipo de tara, la insemi-
Ribbon (cinta azul)” sobre seguridad, calidad y efectos de nación artificial podría ser una solución. Omitiendo todos
estos argumentos, y sin querer asumir ningún riesgo, po- duo sobre su cuerpo, se dejan a un lado. Como hemos
drían adoptar a algún niño. Finalmente, queda la opción dicho al comienzo, esta “sociedad medicalizada” es, tanto
de casarse sin procrear. resultado del potencial expansivo de la medicina como
de la demanda de la población de usar tal potencial. ¿Por
Quizá sea oportuno concluir haciendo una alusión a qué entonces se ha puesto el foco más sobre la expansión
un invento médico aparentemente inocuo, el test multi- médica que sobre la demanda de la población? En parte,
fase automatizado. Ha sido alabado, como de gran ayuda por una cuestión de espacio funcional, pero también por
para el médico, cuando no su reemplazo. Mientras algu- interés político. Puede ser que se esté acercando el mo-
nos han cuestionado la validez de este test y otros temen mento en que ya no se puedan satisfacer las demandas
que pueda conducir a una medicina de segunda clase de la población. Permítanme ilustrar esto con las decla-
para la población menos privilegiada, es evidente que su raciones de dos científicos que, si leyesen este escrito,
principal uso, actual y futuro, puede no ser la promoción probablemente disiparían todos mis temores, calificán-
de la salud o la detección de la enfermedad para preve- dolos de infundados. La primera, comentando ciertas
nirla. Así, tres instituciones destacadas están utilizando cuestiones morales, éticas y jurídicas relativas a operacio-
este test o prevén hacerlo, no para tratar pacientes, sino nes de cambio de sexo: “Los médicos, generalmente, con-
para descartarlos. Las fuerzas armadas lo usan para des- sideran que no es ético destruir o alterar tejidos, salvo
echar a los candidatos no aptos, física o mentalmente; las ante enfermedad o deformidad. Interferir en las funcio-
aseguradoras, para rechazar a los no asegurables y las nes reproductivas de un ser humano, plantea cuestiones
grandes corporaciones industriales para señalar “riesgos morales, no sólo a los médicos, sino también al conjunto
altos”. En una reciente conferencia, a representantes de de la sociedad. La administración de una violencia física
estas mismas instituciones, se les preguntó qué respon- como tratamiento de desórdenes mentales (castigos cor-
sabilidad tendrían o reconocerían a aquéllos a quienes porales, lobotomía para psicóticos incontrolables y la es-
habrían informado que habían sido rechazados por pa- terilización de delincuentes) resultan deplorables para la
decer alguna anomalía física o mental. Serenamente y de sociedad actual”.
manera unánime, afirmaron: “ninguna, ni compromiso
de proporcionarles alguna ayuda ni seguimiento poste- Afirma, como si fuese casi una constante humana, lo
rior”. que no deja de ser un fenómeno reciente. Parece olvidar
que había leyes en vigor que regulaban tales procedi-
Conclusión: mientos durante gran parte del S.XX; que hace pocos
años, un juez de California ordenó la esterilización de
C.S Lewis nos advirtió, hace más de un cuarto de siglo, una madre soltera para concederle la libertad condicio-
que el poder del hombre sobre la naturaleza es, en reali- nal, y que tales prácticas se efectuaban por científicos y
dad, el poder de algunos hombres sobre otros, siendo la médicos de la Alemania nazi. Más recientemente, diversos
naturaleza su instrumento. Lo mismo puede decirse, de investigadores oncológicos contratados por el Departa-
la medicina, considerando el poder del hombre sobre la mento de Defensa de los EEUU, aduciendo un falso pa-
salud y la enfermedad, dado que las etiquetas “salud” y triotismo, exponían a dosis masivas de radiación a sus
“enfermedad” no están politizadas. Situando la fuente y pacientes moribundos, para analizar las consecuencias fí-
el tratamiento de dolencias en el individuo, intervencio- sicas y psicológicas en un simulacro de explosión nuclear.
nes de otro tipo, alternativas, están descartadas. Por la Ciertamente, los experimentos se detuvieron, pero tuvie-
mera aceptación de un comportamiento específico como ron que pasar once años.
enfermedad y dada su definición: estado no deseable, la
cuestión no es tratar una determinada dolencia/proble- El segundo aserto es de Francis Crick, en una confe-
mática, sino cómo y cuándo. Así, el debate sobre homo- rencia sobre las consecuencias de ciertos hallazgos gené-
sexualidad, drogas o el aborto se centra en el grado de ticos: “Algunas de las propuestas más radicales de la
enfermedad aparejada sobre el fenómeno en cuestión o genética nunca se adoptarán porque, sencillamente, la
el riesgo que conlleva para la propia salud. Y las cuestio- gente no las tolerará”. Adviértase que su énfasis se focaliza
nes de principios, las desconcertantes o morales, que en la opinión pública y no en el parecer de los científicos.
plantean qué grado de libertad debería tener un indivi- Sin embargo, la población, para movilizarse y contestar,
primero tiene que saber qué implicaciones tendrán tales el proceso enmascarado como técnico, científico y obje-
medidas. Así, desde la consulta privada, junto con el én- tivo, sino porque se nos vende diciendo que es por nues-
fasis en que ciertos dictámenes de expertos deben quedar tro bien. Hace pocos años, un médico especuló acerca
al margen de la opinión pública, se señala que, para cier- de lo que sería, con el conocimiento disponible hasta la
tos procesos, se evitará el parecer de la población, que fecha, la imagen compuesta de un individuo con bajo
no tendrá conocimiento de lo acontecido y no tendrá riesgo de desarrollar arterioesclerosis o una enfermedad
margen de actuación. arterial-coronaria. “Sería un afeminado funcionario local
o un embalsamador completamente desprovisto de vigor
Voy a citar dos ejemplos: Recientemente, en un país físico y mental, sin ambición, empuje ni espíritu compe-
europeo, escuché por casualidad la siguiente conversa- titivo, que nunca se ha fijado unos objetivos; un hombre
ción en una unidad de diálisis de riñón. Al jefe de la uni- de escaso apetito, que subsiste con frutas y verduras,
dad le estaban preguntando si había o no grupos de combinadas con maíz y aceite de ballena, que detesta el
auto-ayuda entre sus pacientes. ¡¡Noo!!, dijo casi a gritos, tabaco, que rechaza la televisión, la radio y los coches,
“es lo último que quiero”. Los pacientes ya están com- sin alopecia, pero flacucho y nada atlético, eso sí, for-
partiendo demasiada información mientras están en la zando constantemente sus enclenques músculos. De po-
sala de espera, haciendo que nuestro trabajo cada vez sea bres ingresos, tensión baja, bajo azúcar en sangre, poco
más difícil. Actualmente, estamos preparando un proto- colesterol y ácido úrico, ha estado tomando ácido nicotí-
colo para evitar que se conozcan y hablen entre ellos. nico, piridoxina y está recibiendo terapia anti-coagulante
de larga duración dada su castración profiláctica”.
El segundo ejemplo aporta aún más información, que
el gran público desconoce. Así las cosas, temo, al igual que Friedson que: “una
profesión y una sociedad que están tan preocupados con
El asunto de la fluoración en EEUU ha estado durante el propio bienestar físico y funcional, como para sacrificar
muchos años en el candelero político. Era un asunto po- la libertad civil y la integridad moral, inevitablemente va
lítico porque fluorizar el suministro local de agua, en mu- a demandar con insistencia un entorno científico similar
chas jurisdicciones, debía someterse a referéndum. Y al de las gallinas ponedoras de las granjas de alto rendi-
cuando se sometía, muchas veces era rechazado. Se en- miento- gallinas que ponen huevos en gran serie y que
contró una solución y se aprobaron leyes en distintos Es- no tienen enfermedades ni otros achaques. Ni realmente
tados para convertir la fluorización en una decisión de importa si, de consuno con este cuadro deprimente, nos
interés sanitario, que debía ser tratado, como las demás garantizan que fuésemos a ser seis pulgadas más altos,
decisiones que afectan a la salud pública, por los médicos con una esperanza de vida de 30 años más y a disponer
más competentes, capaces de pronunciarse en cuestiones de unos fármacos con los que aumentar nuestro rendi-
técnicas. miento y potencialidades. Aun así, podríamos preguntar:
de qué sirven seis pulgadas más de altura, en qué clase
Así, la clave de bóveda, aquí, es determinar qué facto-
de sociedad pasaríamos esos 30 años más de vida, o
res son propiamente científicos y técnicos. Retornando a
quién decidirá qué potenciales se expandirán y cuáles se
nuestra cautela del principio, este escrito no arremete
contendrán. Debo confesar que dado el camino andado,
contra la medicina tanto como hacia la situación en la
y con la experiencia acumulada, deseo vivir con algunas
que nos encontramos a finales del S.XX; para el área mé-
de las frustraciones e incluso errores que se cometen
dica, el ejemplo por excelencia de la crisis identitaria ac-
cuando las decisiones que afectan a individuos se toman
tual se traduce en qué es el hombre o qué puede llegar
junto con aquellos a quienes afectan. Por eso, estoy con-
a ser. Es el campo de batalla, no porque haya amenazas
vencido de que los pacientes tienen mucho que enseñar
visibles y opresoras, sino porque son casi invisibles; no
a los médicos, así como los estudiantes a los profesores
por la perspectiva y las herramientas ni porque los médi-
y los niños a sus padres.
cos ejercientes y demás profesionales sanitarios sean mal-
vados, sino porque no lo son. Asusta, porque se dan Brandeis University
elementos propios de la banalidad del mal, citando a
Hannah Arendt. Y aquí el peligro es mayor, no sólo por Traducido para CAS por Abraham Antuña
Procesos de cambio

La percepción de la muerte en el curso de la vida


Un estudio del papel de la muerte
en los cambios y eventos biográficos
Gloria Lynch y María Julieta Oddone
Resumen
El objetivo de este artículo es describir la percepción que los individuos tienen de la muerte en
las distintas etapas de sus biografías. Los datos se basan en el Estudio cevi - Cambios y Even-
tos en el Curso de la Vida, cuyo objetivo es comparar los cambios y transiciones personales de
individuos situados en diferentes posiciones en el curso de la vida. El cuestionario fue aplicado
a una muestra de 572 varones y mujeres, distribuidos en cinco grupos de edad. Los hallazgos
más relevantes se refieren a la identificación creciente de la presencia de la muerte a lo largo de
la existencia, mostrando que las esferas de la vida involucradas en los cambios personales van
modificándose en función de la etapa atravesada. La muerte es percibida como una transición
significativa independientemente de la cohorte de pertenencia.
Palabras clave: Curso de la vida / transiciones / puntos de inflexión / muerte.

Abstract
The perception of death in life course: a study of the role of death in changes and biographical events
This article states the results obtained in Argentina regarding the perception of death in individu-
als at different stages of personal biographies. Data is based on the research Estudio cevi - Cam-
bios y Eventos en el Curso de la Vida (cevi Study - Changes and Events in Life Course), whose
purpose is to compare the perception on changes and personal transitions in individuals at dif-
ferent stages in the life course. The questionnaire was used in a sample of 572 people, men and
women, distributed in five age groups. Most relevant findings express the growing identification
of the presence of death in the life course, showing that life-spheres involved in personal changes
are altered in relation to the life stage and to the prevailing roles played in those stages. Death is
perceived as a meaningful transition, regardless of cohort.
Keywords: Life course / transitions / turning point / death.

Gloria Lynch: Doctoranda por la Universidad de Salamanca, España. Profesora asociada de


la Universidad Nacional de Luján, Argentina. Investigadora categorizada en el Programa de
Incentivos a Docentes - Investigadores de las Universidades Nacionales, del Ministerio de
Educación de la Nación, Argentina. E-mail: glynch@mail.unlu.edu.ar
María Julieta Oddone: Doctora por la Universidad de Buenos Aires. Profesora titular de So-
ciología de la Vejez, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Investigadora principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de
Argentina (conicet). Directora del Programa Envejecimiento y Sociedad en la Facultad Lati-
noamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). E-mail: julietaoddone9@gmail.com

Recibido: 12 de agosto de 2015.


Aprobado: 15 de agosto de 2016.

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
Introducción
Hablar de la muerte es intentar abarcar un mundo casi infinito de posibi-
lidades. Su complejidad hace que su estudio pueda adoptar muy distintas
perspectivas y, aunque morir es siempre un proceso individual, es también
un acontecimiento que afecta a aquellos que se relacionan con quien muere,
evidenciando una dimensión social y cultural. De allí que las actitudes y
comportamientos que las personas adoptan ante la muerte sean el resultado
de características y circunstancias individuales, por un lado, y del concepto y
sentido de la muerte imperante en la sociedad, por el otro.
Precisamente, la sociología de la muerte procura analizar la relación
entre las sociedades, las familias y los hombres con la finitud (Clavandier,
2009). Pero la dificultad para asir el sentido de la muerte derivó en abordajes
indirectos, realizados a partir de la indagación de las diferentes maneras en
las cuales los grupos sociales responden a su presencia e intentan mitigar la
angustia que genera mediante el recurso de rituales, creencias y prácticas que
enmarcan la percepción colectiva acerca de la muerte (Bloch y Parry, 1981;
Metcalf y Huntington, 1991; Ariès, 1992; Thomas, 1983; Seale y van der
Geest, 2004; de Miguel, 1995).
En este artículo, específicamente, nos proponemos describir la percep-
ción que los individuos tienen de la muerte a lo largo de la vida, y las diferen-
cias en términos de continuidad o disrupción que dicha percepción asume en
las distintas etapas de las biografías personales.
En correspondencia con el mencionado objetivo, consideramos pertinente
fundamentar nuestra indagación en el enfoque teórico del Life Course (Curso
de la Vida) y ubicarlo en el contexto de un programa de investigación más
amplio denominado cevi (Changements et Événements au Cours de la Vie).
Este programa internacional fue concebido en el año 2003 por los profe-
sores Christian Lalive d’Epinay y Stefano Cavalli. Radicada la coordinación,
primero en el Centre Interfacultaire de Gérontologie (cig) de la Universidad
de Ginebra (Suiza) y, luego, a partir del año 2014, en el Centro Competenze
Anziani, Dipartimento Sanità, de la Scuola Universitaria Professionale della
Svizzera Italiana (supsi) de Suiza, se propuso estudiar la percepción que los
adultos de diversos países tenían sobre los cambios ocurridos en su propia
vida y en su entorno social desde de su nacimiento.

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
La percepción de la muerte en el curso de la vida 131

Luego de un primer trabajo de campo realizado en Ginebra, el programa


se extendió a Argentina (2004), bajo la dirección de Liliana Gastrón (Univer-
sidad Nacional de Luján) y de María Julieta Oddone (Facultad Latinoame-
ricana de Ciencias Sociales - flacso), y posteriormente a México (2005),
Canadá (2007), Chile (2008), Bélgica, Francia e Italia (2009), Brasil (2010)
y Uruguay (2012)1.
Dado que su propósito era generar información que permitiera realizar
comparaciones internacionales alrededor de los temas de interés, en todos
los países se llevó a cabo un trabajo de campo que, respondiendo al marco
teórico del Life Course, consistió en la aplicación de un mismo cuestionario
estandarizado y semiestructurado, organizado en tres partes principales y una
general (características sociodemográficas).
La investigación se realizó sobre varones y mujeres distribuidos en
cinco grupos de edad quinquenales, separados por una distancia de diez
años, que, en conjunto, recorrían la vida adulta de manera completa. Se tra-
bajó con una muestra intencional, estratificada por edad y sexo. El número
de entrevistados, dependiendo del país, fue de entre 100 y 120 individuos
en cada grupo de edad.
Desde su inicio, en Argentina, se llevaron a cabo dos ondas de la en-
cuesta (la primera en 2004 y la segunda en 2011), y se hicieron múltiples
presentaciones (pósters, conferencias, exposiciones, ponencias, etcétera) en
distintos tipos de reuniones científicas nacionales e internacionales. Se pu-
blicaron a su vez artículos científicos, capítulos de libros, etcétera, generando
un verdadero aporte al conocimiento disponible sobre diferentes temas de
interés relacionados con el curso de la vida en el contexto argentino2.
En esta oportunidad, nos centraremos específicamente en el tema de
la muerte, de su percepción a lo largo de la vida, y del sentido que encarna
para los individuos en relación con su edad y la etapa de la vida por la que
atraviesan.

La muerte y el proceso de morir


La muerte es un fenómeno tan complejo, ambiguo y desconocido que escapa
una y otra vez a los intentos de aprehenderlo intelectualmente. De allí que la
pregunta sobre la muerte haya sido abordada desde las distintas disciplinas y
desde múltiples perspectivas.

1 Para mayores detalles del estudio completo, se puede consultar la página de CEVI: <http://
www2.supsi.ch/cms/cevi/>.
2 Ver, por ejemplo: Oddone y Lynch (2008, 2010); Oddone y Gastrón (2008); Lalive d’Epinay,
Cavalli y Aeby (2008); Gastrón, Oddone y Lynch (2011, 2013); Najjar (2011); Cavalli, et al.
(2013).

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
132 Gloria Lynch - María Julieta Oddone

Philippe Ariès, uno de los especialistas más destacados en el estudio de


la muerte, sostiene en varias de sus obras (Ariès, 1992) que la percepción
de la muerte en Occidente ha atravesado dos grandes etapas. La primera
de ellas, a la que denomina “la muerte domesticada”, abarca desde el siglo
vi hasta el xviii. Los individuos tomaban conciencia de su muerte ante la
aparición de ciertos signos naturales y la esperaban confiados en Dios. La
muerte consistía en una ceremonia pública en la que estaban presentes los
familiares, incluidos los niños. Se aceptaba la muerte de una manera natu-
ral y sin expresiones extremas de emoción. En la segunda etapa, a la que
denomina “la muerte invertida”, la muerte se oculta y cambia su sentido.
El lugar en el que ocurre se desplaza desde el hogar familiar al hospital, y
las ceremonias funerarias y los duelos devienen más discretos e íntimos. A
partir de mediados del siglo xx (Seale y van der Geest, 2004), ese proceso
de institucionalización de la muerte se profundizó. El proceso de morir
(dying) —incluidos los rituales, en su función, tanto respecto del muerto
como de los sobrevivientes— se profesionalizó. Al mismo tiempo, fenó-
menos tales como el aumento de la esperanza de vida, el envejecimiento
de la población y otros relacionados han influido en que las personas ya no
sean socializadas en la muerte. Tanto es así que Blanco Picabia y Antequera
Jurado (1998) llegan a sostener que, en las sociedades occidentales actua-
les, se intenta silenciar e invisibilizar la muerte. Frente a ella, surgen como
respuesta dos tipos de actitudes: una, definida por el rechazo y la desritua-
lización; la otra, por la renovación del ritual y del cuidado de quien está por
morir (Seale y van der Geest, 2004).
Esta consideración general respecto de la visión de la muerte en el
mundo contemporáneo se ve enriquecida (al tiempo que restringida) con los
aportes de Thomas (1991) en relación con el sentido personal de la muerte.
Dicho sentido se construye por medio: a) del concepto que cada individuo
tiene de la muerte en general (como evento que afecta a todo aquello que lo
rodea, pero que solo lo involucra de una manera indirecta) y de la muerte en
relación con sí mismo (lo que sucede cuando una persona llega a la vejez),
y b) de las razones por las cuales el sentido personal de la muerte se torna
paradójico. ¿Cuáles pueden ser esas razones? En primer término, es necesa-
rio mencionar que si bien la muerte en general, en abstracto, se acepta como
algo cotidiano, la muerte propia siempre aparece como lejana, sobre todo en
la juventud. Luego, la muerte se admite, en el plano consciente y racional,
como un hecho natural, pero se vivencia en lo personal como un accidente,
arbitrario e injusto, para el que nunca se está preparado. Otra razón es que
aunque los estudios epidemiológicos dan pautas estadísticas sobre trayecto-
rias de vida y ocurrencia de la muerte, se la concibe como algo aleatorio e
indeterminable, ya que no se sabe cuándo y cómo sucederá. Por último, si
bien sabemos que la muerte es universal, pues todo lo que vive esta destinado

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
La percepción de la muerte en el curso de la vida 133

a morir o desaparecer, también es única, en tanto representa individualmente


un acontecimiento sin precedentes e irrepetible.
En la misma línea, Kastenbaum y Aisenberg (1976) señalan que los in-
dividuos desarrollan antes la idea de muerte ajena que de la propia, a la que
conciben como inevitable pero irreal.
Otras investigaciones empíricas (Elias, 1987) muestran que la mayoría
de los individuos no se enfrenta con la muerte hasta muy tarde en el proceso
vital, siendo su impacto diferente según el momento de la vida en el cual el
hecho ocurre, ya que la carga traumática que tienen las pérdidas va disminu-
yendo a lo largo de la vida (Elder, 1998). Después de los 50 años, los indi-
viduos están más expuestos a enfrentar la muerte de personas de su entorno,
lo que les hace sentir su propia finitud. Así, las personas ancianas son más
conscientes de sus posibilidades de morir que los jóvenes. Y ese hecho es un
importante factor en la manera en la que estructuran sus vidas y en el sentido
que le dan. Norbert Elias, en su libro La soledad del moribundo (1987), dice
que, dado que los ancianos van quedando solos, experimentan la muerte de
los otros como una premonición.
Blanco Picabia y Antequera Jurado (1998), por su parte, comentan (tam-
bién en relación con los ancianos, aunque podríamos extender sus considera-
ciones al resto de los grupos etarios) que
“… queda claro que la manera de entender y conceptualizar la muerte (y por
tanto, de comportarse ante ella) es muy distinta para cada anciano. Variará
según se plantee la muerte como un fenómeno existencial (el fin), que la
piense como un fenómeno natural (la terminación de un ciclo), que la piense
como muerte de los demás (la pérdida y/o el vacío) o que esa muerte sea
planteada como un fenómeno personal, como muerte propia, como la pér-
dida de todo lo que se es y se tiene para cambiarlo por algo absolutamente
incierto. Planteamientos y conceptos estos que no son permanentes ni inmu-
tables ni siquiera para cada ser humano, ya que en cada momento se mueve
con uno de ellos saltando inconscientemente a otro cuando el primero le
resulta excesivamente angustiante o molesto”. (Blanco Picabia y Antequera
Jurado, 1998, p. 384).
Esa angustia, según de Miguel (1995), se relaciona con el hecho de que una
muerte sea considerada como natural (muertes naturales son aquellas que
llegan a causa de la edad) o no natural. Por ejemplo, se supone que los niños
no mueren y se espera que los hijos mueran después que los padres. Frente
a estas muertes extemporáneas, las personas no saben cómo reaccionar ni
cómo asimilarlas; son muertes “perversas”. El no respeto por ese orden para
morir instituido socialmente genera, muchas veces, conflictos en las relacio-
nes familiares y sociales.

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
134 Gloria Lynch - María Julieta Oddone

Asimismo, sus trabajos indican que el impacto de la muerte es diferente


según cuál sea el lazo que une a la persona con el muerto (de Miguel, 1995,
p. 128). Por ejemplo, cuando se trata de los padres, aparecen sentimientos en-
contrados, el darse cuenta de lo que hicieron, el remordimiento y las culpas.
Al dolor se suma la intensidad de los cambios experimentados en los roles,
cuando la muerte de los padres ocurrió a corta edad. El recuerdo de la muerte
del padre es más fuerte, en general, que el de la madre. Ligado, muy posible-
mente, a una persistente preeminencia de las significaciones del rol paterno
en sociedades fuertemente patriarcales (Elias, 1987).
Las investigaciones realizadas en el marco del estudio internacional
cevi, por su parte, muestran que los eventos relacionados con la muerte
ocupan un lugar privilegiado en la reconstrucción autobiográfica del des-
envolvimiento de las vidas individuales. La importancia concedida a este
evento, como una las grandes articulaciones que modelan la vida, trascien-
de los contextos nacionales y parece formar parte de una “representación
colectiva” del curso de la vida, cuyos hitos fundamentales serían los naci-
mientos, la pareja, la reproducción, la muerte (Lalive d’Epinay y Cavalli,
2009; Cavalli, et al., 2013).
Del recorrido que hemos realizado a través del conocimiento disponible,
surge con claridad que la percepción de la muerte varía según se trate de la
muerte en un sentido abstracto, de un otro significativo o de sí mismo, en
tanto conciencia de finitud; de la edad; de la etapa de la vida en la cual se
halla el sujeto, como así también de la construcción histórica del fenómeno.
Sin embargo, no hemos encontrado estudios que hayan analizado esas dife-
rencias en términos de continuidad o disrupción de las biografías personales.
De allí que nos preguntemos: ¿cuál es el lugar que ocupa la muerte a lo
largo de la vida? ¿Cuáles son las muertes que más impactan en los individuos
a lo largo de la existencia? Y, por último, ¿cuáles son los motivos por los
cuales los individuos consideran importantes esos eventos? ¿Es posible que
sean más o menos disruptivos de acuerdo a la edad?

Curso de la vida, trayectorias y transiciones


La muerte no es un fenómeno de fácil conceptualización. La acepción más
aceptada, por lo evidente e innegable, es aquella que la considera como la
cesación o el término de la vida.
En consecuencia, es en función del sentido del que se dote a la vida, el
significado que adquirirá la muerte: como principio de una nueva existencia
—la del alma despojada del cuerpo que la aprisiona— o como final de una
etapa detrás de la cual no hay nada o, al menos, nada conocido (Blanco Pica-
bia y Antequera Jurado, 1998).

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
La percepción de la muerte en el curso de la vida 135

La complejidad de la muerte como fenómeno justifica que su aborda-


je teórico pueda adoptar distintas perspectivas. Por un lado, encontramos el
conocimiento relativo a su naturaleza; por otro, el relativo a la percepción,
introyección y re-creación que cada individuo realiza de ese suceso objetivo,
que derivará en subjetivo a partir de las características de la personalidad
de cada uno, y de las normas y las interpretaciones vigentes en la sociedad
donde habita.
Esta mirada es la que adoptamos en este trabajo, entendiendo que la
percepción puede definirse como el conjunto de procesos que estimulan los
sentidos y mediante los cuales obtenemos información sobre nuestro hábitat,
las acciones que realizamos en él y nuestros estados internos. La percepción
encuentra su fundamento en el aprendizaje, ya que se forma a partir de la
experiencia y de las necesidades, permitiendo dotar de significación a las
sensaciones (Doron y Parot, 1998).
A los fines de avanzar hacia una conceptualización más precisa de nues-
tro objeto, resulta útil la identificación de las dimensiones constitutivas de la
muerte que realizan Folta y Deck (1974, citado en Blanco Picabia y Ante-
quera Jurado, 1998): el acto en sí (la muerte propiamente dicha), los diversos
aspectos del proceso de morir (dying), y sus consecuencias (dado que se la
considera un fenómeno metafísico que supone el final de algo o el principio
de otro algo para el fallecido).
Considerando que la percepción encuentra su fundamento en diversos
procesos relacionados con el aprendizaje, y teniendo en cuenta la necesidad
de comprehender la muerte en su complejidad, decidimos optar por el abor-
daje teórico conocido como “paradigma del curso de la vida”, enfoque que
propone estudiar el desenvolvimiento de las vidas humanas en su extensión
temporal, en su multidimensionalidad y en su contexto sociohistórico (Lalive
d’Epinay, et al., 2005)3.
Los cursos de vida individuales están constituidos por un conjunto de
trayectorias relativas a las distintas esferas o dimensiones en las cuales se
desenvuelve la existencia humana —familia, pareja, trabajo, educación, et-
cétera— (Elder, Kirkpatrick Johnson y Crosnoe, 2003). Es posible definir el
curso de la vida como “… una secuencia de eventos y roles sociales, gradua-
dos por la edad, que están incrustados (embedded) en la estructura social y el
cambio histórico” (Heinz y Marshall, 2003). Las trayectorias de vida indivi-
duales se modelan y cobran sentido a partir de eventos, transiciones y puntos
de inflexión. La revisión de la literatura indica que, en general, a las nociones
de transiciones y puntos de inflexión se les asocia el término “cambio”, es
decir, que ambas implican rupturas y discontinuidades (Hareven, 1996). Si

3 Para ampliar este concepto, ver Elder (1998).

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
136 Gloria Lynch - María Julieta Oddone

esos “cambios” están de acuerdo con las normas, se habla de transiciones


normativas, esperadas a una cierta edad, en un determinado tiempo y espacio.
Son períodos de transformaciones y crecimiento, en los que las concepciones
del sí mismo y de la propia vida se modifican. Si, por el contrario, los “cam-
bios” suceden de manera impredecible, se trata de puntos de inflexión, es
decir, eventos o transiciones que se tornan particularmente cruciales debido a
su capacidad de desviar las trayectorias de vida.
Estos pueden redireccionar el curso de la vida y fortalecer la identidad,
son esos momentos en los cuales la existencia cambia significativamente
de rumbo.
Los estudios sobre eventos y transiciones han puesto el énfasis en la
definición externa de los momentos de ruptura. Desde la perspectiva de este
trabajo, resultaron más interesantes, sin embargo, los estudios sobre turning
points (puntos de inflexión), debido a que ellos tienen en cuenta la percep-
ción subjetiva de las discontinuidades de la vida (Clausen, 1993; Hareven y
Masaoka, 1988).
Tanto los puntos de inflexión como las transiciones ocurren a ritmos
diferentes (timing) según las esferas y las etapas de la vida involucradas. De
ninguna manera se espera que determinados roles sigan a otros en un orden
fijo; por el contrario, el curso de la vida es un proceso multidireccional, en
tanto cada trayectoria se refiere al patrón individual que asume la sucesión de
transiciones relacionadas con las diversas esferas de la vida.
Además, considerando el principio de linked lives (vidas vinculadas)
(Elder, 1974), es posible advertir la interdependencia de las trayectorias de
los miembros individuales respecto, no solo del contexto sociohistórico,
sino también de su familia. Por ejemplo, cambios que afectan a la gene-
ración de los padres (pérdida del trabajo, mudanza, muerte) repercuten en
las transiciones normativas y no normativas de los integrantes de las demás
generaciones (Lüscher, 2005).
Surge de lo anterior que todo evento o transición puede ser definido en
relación con una o más esferas de la vida implicadas, del tipo de función
afectado, de su temporalidad, de su previsibilidad, de la posibilidad de con-
trol que el individuo puede ejercer sobre él, del grado de anticipación, de la
probabilidad de que ocurra, de su deseabilidad, de su reversibilidad, de su
correspondencia con la edad o del grado de adecuación con las normas y los
imperativos sociales vigentes (Ariès, 2000). Así, en diferentes momentos del
curso de la vida, aparecerán como más significativos los cambios ocurridos
en algunas esferas, dado que esos ámbitos reflejan los modos de inserción en
la vida y en la sociedad.

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
La percepción de la muerte en el curso de la vida 137

Cuestiones metodológicas
El enfoque del curso de la vida se caracteriza por el pluralismo teórico, me-
todológico y por su estilo interdisciplinario (Cavalli, et al., 2006). En este
artículo, y teniendo en cuenta que nuestro objetivo es principalmente descrip-
tivo, hemos optado por una estrategia cuantitativa.
Los datos en los cuales nos basamos surgen de la segunda parte del
cuestionario aplicado en el ya mencionado Estudio cevi - Cambios y Even-
tos en el Curso de la Vida. Dicho cuestionario constaba de cuatro partes: a)
la primera estaba destinada a obtener datos acerca de la ontogénesis huma-
na, solicitando a los entrevistados que mencionaran hasta cuatro cambios
ocurridos en sus vidas en el año anterior y que los evaluaran en términos
de ganancias o pérdidas; b) la segunda parte pretendía indagar acerca de las
transiciones y puntos de inflexión personales; c) la tercera parte tenía como
objetivo establecer la referencia entre las trayectorias individuales con el
contexto sociohistórico, requiriendo de las personas la mención de aquellos
cambios sociohistóricos que hubieran impactado en sus biografías; y d) la
cuarta solicitaba datos sociodemográficos.
En Argentina, el cuestionario fue aplicado a 572 varones y mujeres re-
sidentes en el partido de Luján, provincia de Buenos Aires, distribuidos en
cinco grupos de edad quinquenales, separados entre sí por un período de diez
años. Los grupos se eligieron de manera tal que representaran posiciones
diferentes y bien definidas en el curso de la vida4. Se trabajó con una muestra
intencional, ya que el propósito de la investigación radicaba en la producción
de teoría sustantiva, a partir de la comparación generacional, más que en
la posibilidad de realizar generalizaciones descriptivas. En consecuencia, la
selección de los casos fue no aleatoria, teniendo en cuenta cuotas por sexo
y grupo de edad y una máxima diferencia respecto de variables socioeco-
nómicas consideradas relevantes, tales como: nivel de instrucción, tipo de
vivienda, ocupación y categoría ocupacional5.
Las diferentes partes de este cuestionario constaban de preguntas
abiertas y, por lo tanto, el entrevistado tenía la libertad de responder a ellas
espontáneamente.
En la segunda parte, destinada a obtener información sobre la percep-
ción subjetiva de las trayectorias de vida, se les pedía a los individuos que
mencionaran hasta cuatro hechos significativos o puntos de inflexión que
hubieran afectado sus vidas, así como también las razones por las cuales los
consideraban importantes.

4 Ver las cohortes de edad elegidas en el Cuadro 5 del Anexo.


5 Ver la distribución de los individuos entrevistados, según género y grupo de edad, en el Cua-
dro 6 del Anexo.

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
138 Gloria Lynch - María Julieta Oddone

Esta ambigüedad en la manera de redactar la pregunta era intencional,


en tanto permitía examinar en qué medida la persona definía su trayectoria en
términos de continuidad o más bien en términos de ruptura.
La codificación de los cambios mencionados se realizó en dos etapas.
La primera de ellas fue común a la totalidad de los estudios incluidos en el
proyecto cevi internacional. Partiendo del supuesto de que, en cada edad, los
cambios dependerían del modo de insertarse en la vida y en la sociedad, se
establecieron doce dominios o esferas de la vida que podían verse afectados
(Ariès, 2000). Uno de los dominios considerados hacía referencia a la muer-
te, en cualquiera de las tres dimensiones (proceso, acto o consecuencia) que
hemos considerado anteriormente6.
En una segunda etapa, y a los fines específicos de este artículo, se cla-
sificaron las respuestas previamente codificadas en el dominio “Muerte o
decesos”, según el parentesco del entrevistado con la persona fallecida y, por
último, se categorizaron las razones por las cuales se consideró que ese even-
to había sido importante en la vida personal. En función del objetivo de nues-
tra investigación, esta categorización diferenció aquellas razones que podían
interpretarse como “cambios”, rupturas o discontinuidades, de aquellas que
podían entenderse en términos de continuidad, en tanto daban cuenta de la
carga emocional de la muerte más que de impactos en el desenvolvimiento
de la propia vida.

La percepción de la muerte en el curso de la vida


En este trabajo, como ya se ha mencionado, nos interesó profundizar en el
conocimiento de la manera que la muerte impacta en las biografías individua-
les a lo largo de la vida.
En párrafos anteriores, sostuvimos que las trayectorias de vida son
modeladas por el conjunto de “cambios”, sean estos transiciones o puntos
de inflexión, que impactan de modo diferente en las distintas esferas de las
vidas individuales, en función de la etapa de la vida que las personas se
encuentran atravesando.
En primer término, haremos referencia, en consecuencia, a los hechos o
eventos significativos mencionados por los entrevistados.

6 Ver los dominios establecidos en el Cuadro 8 del Anexo.

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
La percepción de la muerte en el curso de la vida 139

Cuadro 1. Personas que mencionan al menos un hecho significativo referido


a las diferentes dimensiones de la vida.*

Individuos que mencionaron un


Dimensiones Porcentaje
cambio relativo a esa dimensión
Familia 417 73
Muerte/duelos 212 37
Educación 132 23
Profesión 120 21
Espacial 97 17
Pareja 86 15
Salud 69 12
Población total entrevistada 572 — **
* Las cifras presentadas representan la cantidad de individuos que mencionan cambios significativos relati-
vos a una determinada dimensión, respecto del total de entrevistados, en términos absolutos y en porcenta-
je. Así, la primera celda de la columna Porcentajes debe leerse: el 73% del total de entrevistados mencionaron
al menos un cambio significativo relacionado con la familia.
** Dado que cada individuo podía mencionar hasta cuatro cambios, el total supera el 100%.
Fuente: Elaboración propia.

Los datos obtenidos señalan que la muerte fue mencionada al menos una vez
por el 37% del total de las personas, ocupando el segundo lugar, luego de
la dimensión más aludida que fue la familia, considerada por el 73% de los
individuos. Siguen en orden, la educación y la profesión.
La omnipresencia de la familia en el diseño de las trayectorias de vida
queda claramente expuesta por estos datos, sobre todo si tenemos en cuen-
ta que eventos que hemos clasificado como pertenecientes a la dimensión
“Muerte”, “Profesión”, etcétera, pueden, a su vez, estar relacionados con la
esfera familiar. Por ejemplo, respuestas como: “Murió mi mamá y tuve que
ocuparme de mis hermanos” o “Mi papá perdió el trabajo” remiten indirec-
tamente a la situación familiar. Sin embargo, a los fines analíticos, se decidió
mantener el código “Familia” para los hechos considerados constitutivos:
matrimonios, divorcios y nacimientos7.
En consonancia con los resultados obtenidos en otros países, que for-
maron parte del estudio cevi, en todos los grupos de edad, la vida afectiva
y familiar (es decir, la esfera de la vida privada) evidencia una pronunciada
preeminencia sobre los eventos relativos a las trayectorias educacionales o
profesionales (la esfera pública) en la reconstrucción autobiográfica (Lalive
d’Epinay y Cavalli, 2009, p. 41).

7 Ídem.

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
140 Gloria Lynch - María Julieta Oddone

La indagación en el interior de los distintos grupos de edad muestra


importantes contrastes. En efecto, cada cohorte identifica como más signi-
ficativos los cambios ocurridos en algunas esferas, reflejando los modos de
inserción que cada grupo tiene en la vida y en la sociedad. En consecuencia,
nuestro análisis debe avanzar hacia una comprensión de las situaciones que
afectan las biografías individuales en su relación con los contextos familiar,
grupal y social (Heckhausen, Dixon y Baltes, 1989).

Cuadro 2. Personas que mencionan al menos un cambio significativo según


dimensiones más mencionadas por grupo de edad, en porcentajes.*

Grupos de edad
20-24 35-39 50-54 65-69 75-84
Familia 50 Familia 72 Familia 87 Familia 83 Familia 75
Educación 47 Muerte 29 Muerte 39 Muerte 42 Muerte 43
Porcentaje
según Muerte 34 Educación 26 Profesión 24 Profesión 16 Profesión 25
dimensión
Pareja 28 Espacial 24 Educación 19 Espacial 16 Espacial 18
Salud 19 Profesión 24 Espacial 13 Educación 10 Salud 10
Población
130** 123** 116** 110** 93**
entrevistada
* Las cifras presentadas son el porcentaje entre la cantidad de menciones que una determinada dimensión
de cambios significativos tiene en una cohorte y el total de personas entrevistadas pertenecientes a esa
misma cohorte. Por ejemplo, la primera celda de este cuadro debe leerse: el 50% de los individuos de entre
20 y 24 años mencionaron como cambio significativo algún hecho relacionado con la familia. El 47 % de la
misma edad, refirió algún cambio relativo a la educación, etcétera.
** Dado que cada individuo podía mencionar hasta cuatro cambios, el total supera el 100%.
Fuente: Elaboración propia.

En todos los grupos, los cambios relacionados con la familia siguen siendo
los que ocupan el primer lugar; aun con diferencias en cuanto al peso relativo
respecto de las demás esferas involucradas.
En relación con la percepción de la muerte, observamos que ocupa el
tercer lugar entre los individuos de entre 20 y 24 años de edad, y el segundo
lugar en los cuatro grupos restantes.
En el grupo de los más jóvenes, el segundo lugar está ocupado por la
educación, que pasa al tercer puesto en el grupo siguiente. En el resto de las
cohortes, el tercer lugar es ocupado por la profesión.
Hemos visto que algunos autores (Blanco Picabia y Antequera Jurado,
1998; Clavandier, 2009) sostienen que, en las sociedades occidentales ac-
tuales, se intenta silenciar e invisibilizar la muerte mediante un doble mo-
vimiento: la profesionalización del proceso de morir (dying) y la acción de

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
La percepción de la muerte en el curso de la vida 141

los procesos de sociabilización y socialización que intentan constituirse en


barreras de protección frente a la muerte a partir del duelo reconcentrado en
la intimidad. Sin embargo, los datos indican que estas modificaciones en el
sentido y el tratamiento social de la muerte no significaron una prescripción
subjetiva del impacto producido por ella, a tal punto que no deja de ser men-
cionado en todas las etapas del curso de la vida.
Mientras que, en los grupos más jóvenes, la muerte fue identificada
como un evento impactante en las propias vidas por alrededor de un tercio
de las personas que los componen, en la cohorte de 50 a 54 la cifra alcanza
casi el 40%, y en los dos grupos de mayor edad supera ese valor. Como se ha
mencionado, la experiencia de la muerte es progresiva y creciente.
La literatura gerontológica destaca que la construcción de significados
sobre la muerte cambia a partir de la mediana edad, cuando se produce “una
personificación de la muerte” (Salvarezza, 2002). Este proceso supone que es
vivida como una experiencia cercana. La pérdida de seres queridos promue-
ve la posibilidad de pensar en la muerte propia como un hecho real (Wide-
ra-Wysoczañska, 1999). Y la percepción del tiempo comienza a medirse en
función de lo que resta por vivir (Wahl y Kruse, 2006; Dittmann-Kholi, 2005).
Las personas que han llegado a la cuarta edad acumulan una trayectoria
de pérdidas mayor que las personas más jóvenes y de mediana edad. En-
tre esas muertes se destacan aquellas que corresponden al cónyuge (Lalive
d’Epinay y Spini, 2007; Caradec, 1998). La muerte, en un contexto de gran
aumento de la esperanza de vida, se va desplazando hacia la última etapa
vital a la que se percibe como “antesala de la muerte”(Durán, 2004).
En todos los grupos de edad, la historia de la vida afectiva y familiar (la
esfera privada) prevalece sobre las trayectorias educativas y profesionales
(la esfera pública) en la reconstrucción autobiográfica (Lalive d’Epinay y
Cavalli, 2009, p. 41).
¿Cuáles son las muertes que más impactaron en las vidas de los
entrevistados?8
En el Cuadro 3, puede observarse que casi la mitad del total de mencio-
nes se refieren a la muerte del padre, de la madre o de ambos; predominando
la alusión al padre en todos los grupos de edad, excepto entre los más ancia-
nos. Las razones pueden ser variadas, pero es necesario mencionar, por un
lado, la mayor y más temprana mortalidad de los varones sobre las mujeres y,
en segundo lugar, una persistente preeminencia de las significaciones del rol
paterno en sociedades fuertemente patriarcales (Elias, 1987).

8 Los cuadros 3 y 4 hacen referencia solo a las personas que mencionaron al menos un hecho
relacionado con la muerte. Ver distribución por género y edad en el Cuadro 7 del Anexo.

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
142 Gloria Lynch - María Julieta Oddone

Cuadro 3. Personas que mencionan la muerte según parentesco con la persona


fallecida, por grupo de edad, en porcentajes.*

Grupos de edad
20-24 35-39 50-54 65-69 75-84
Abuela/o 44 Padre 45 Padre 36 Esposo/a 37 Esposo/a 39
Padre 16 Madre 15 Madre 28 Padre 21 Madre 16
Porcentaje
según Otro familiar 16 Abuela/o 15 Hermano/a 10 Padres 14 Padre 14
parentesco
Amigo/a 10 Otro familiar 15 Otro familiar 10 Hermano/a 9 Hijo/a 10
Madre 8 Hijo/a 3 Hijo/a 4 Hijo/a 7 Otro familiar 8
Población
50** 40** 50** 57** 41**
entrevistada
* El cuadro expresa el porcentaje entre la cantidad de menciones de cambios significativos relacionados con
la muerte de personas con diferentes grados de parentesco, que tiene una cohorte, y el total de personas
entrevistadas pertenecientes a esa misma cohorte que mencionaron al menos un hecho relacionado con la
muerte. Por ejemplo, la primera celda debe leerse: del total de individuos de entre 20 y 24 años que menciona-
ron como cambio significativo algún hecho relacionado con la muerte, el 44% se refería a un abuelo o abuela.
** Dado que algunos individuos mencionaron más de un hecho relacionado con la muerte, por ejemplo, la muer-
te del padre y de la madre, el total no suma 100%.
Fuente: Elaboración propia.

Sin embargo, es relevante mencionar las diferencias entre las distintas co-
hortes, ya que expresan con extrema claridad que los eventos inciden en las
biografías personales en virtud de la inserción en el curso de la vida y en la
sociedad. En efecto, mientras casi la mitad de los más jóvenes mencionaron
la muerte de sus abuelos como un cambio significativo en sus vidas, los dos
grupos que le siguen en edad mencionan al padre en primer lugar y las dos
cohortes más ancianas, al cónyuge.
Así, es posible delinear una interpretación de estos datos a partir de los
conceptos de timing y transiciones normativas. En este sentido, es posible
pensar que la mayoría de los individuos tiende a mencionar como cambios
significativos en su vida la muerte de familiares. Estas muertes son sin duda
importantes para ellos, pero no dejan de ser “esperables” (los abuelos entre
los más jóvenes, los padres en las generaciones intermedias, los cónyuges
entre los más viejos), teniendo en cuenta el momento de la vida que atraviesa
cada cohorte y las generaciones que la anteceden y la suceden.
Dicha interpretación se ve reforzada por las razones que elaboran los en-
trevistados para fundamentar la identificación de las muertes mencionadas,
en tanto cambios significativos en sus biografías.
En efecto, alrededor de un 40% de los miembros de los distintos grupos
de edad expresa haber mencionado esa muerte debido al dolor o al senti-
miento de pérdida que le causó. Las alusiones a los “cambios” (categoría

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
La percepción de la muerte en el curso de la vida 143

que incluye tanto transiciones como puntos de inflexión, ya sea en los roles
desempeñados o en las posiciones ocupadas en las diferentes dimensiones
de la vida) representan entre un 12% y un 14% en las tres primeras cohortes,
aumenta a algo más del 20% en la de 65 a 69 años, y alcanza a un tercio del
grupo de los más ancianos. Estos sectores son los que perciben los eventos
mencionados en términos de discontinuidad en sus vidas.

Cuadro 4. Personas que mencionan la muerte según motivos expresados


por grupo de edad, en porcentajes.*

Grupos de edad
20-24 35-39 50-54 65-69 75-84
Dolor 20 Dolor 28 Pérdida 28 Dolor 32 Cambios 33
Pérdida 20 Reconocimiento 25 Desprotección 18 Cambios 22 Pérdida 22
Porcentaje
según Reconocimiento 20 Cambios 14 Dolor 16 Pérdida 14 Dolor 20
motivos
Toma de Toma de Toma de Toma de
expresados 20 14 14 Desprotección 12 4
conciencia conciencia conciencia conciencia
Cambios 12 Pérdida 8 Cambios 12 Reconocimiento 10 Desprotección 4
Población
50** 40** 50** 57** 41**
entrevistada
* El cuadro expresa el porcentaje entre la cantidad de menciones de cambios significativos relacionados con
la muerte, según la razón por la cual una cohorte considera significativo ese hecho, y el total de personas
entrevistadas pertenecientes a esa misma cohorte que mencionaron al menos un hecho relacionado con la
muerte. Por ejemplo, la primera celda debe leerse: del total de individuos de entre 20 y 24 años que men-
cionaron como cambio significativo algún hecho relacionado con la muerte, el 20% lo consideró significativo
debido al dolor que le causó.
** Dado que algunos individuos mencionaron más de un hecho relacionado con la muerte, el total no suma 100%.
Fuente: Elaboración propia.

En este sentido, nos preguntamos si la muerte puede considerarse un “cam-


bio” capaz de incidir en el rumbo de las trayectorias biográficas. Teniendo en
cuenta los datos obtenidos, parecería no haber nada en “la naturaleza” de un
determinado evento (en este caso, la muerte) que lo convierta en disruptivo por
esencia, sino que, por el contrario, es la percepción subjetiva (modelada indivi-
dual y socialmente) lo que lo construye como tal. Asimismo, dicha percepción,
anclada como sabemos en el aprendizaje, varía a lo largo de la vida, de acuerdo
al momento en el cual el evento ocurre y en función de las consideraciones
sociales asociadas al suceso.
Así lo expresan las diferencias que aparecen, en el sentido de disconti-
nuidad o continuidad asociado a la muerte mencionada, a lo largo de la vida.
Mientras que entre los jóvenes la muerte implicó una toma de conciencia
(respecto de la propia finitud, del paso del tiempo, etcétera), o un reconoci-

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144 Gloria Lynch - María Julieta Oddone

miento de lo que esas personas muertas habían hecho por ellos en vida (“por-
que ella me crió”, por ejemplo), los grupos intermedios mencionan la “des-
protección” que, en general, está relacionada con la muerte del “compañero/a
de toda la vida”. Los más ancianos, por su parte, son los que más experimen-
taron la muerte como un cambio, cambio que pudo haber implicado: asumir
nuevas responsabilidades, enfrentar la soledad, sufrir transformaciones en la
situación económica, mudanzas, etcétera.
En síntesis, podría decirse que, en cada grupo de edad, las razones que
expresan los entrevistados para explicar de qué manera la muerte afectó sus
vidas están relacionadas con su inserción particular y la de la persona falle-
cida en el curso de la vida, en el momento de ocurrencia del hecho mencio-
nado, así como con su inserción en el momento de rememorar lo ocurrido y
los modelos para enfrentar la muerte, instituidos y trasmitidos mediante los
procesos de socialización y sociabilización.
Mencionamos anteriormente que solo alrededor del 15% de los indivi-
duos pertenecientes a los tres primeros grupos de edad perciben la muerte
en términos de disrupción o discontinuidad en su biografía personal, au-
mentando esa proporción en los grupos siguientes, y alcanzando un tercio
entre los mayores.
La muerte, entonces, se inserta en las trayectorias de vida, mayoritaria-
mente, con un sentido de continuidad, aun cuando no ha perdido (a pesar de
las tendencias sociales hacia la invisibilización) su gran carga emocional para
la subjetividad de nuestros entrevistados.

Conclusiones
Hemos mencionado que los resultados del estudio cevi respecto de la
reflexión sobre la relación entre los contextos macrosociales y las trayec-
torias individuales muestran que, contrariamente a una primera intuición
que indicaría que los diferentes contextos sociohistóricos nacionales in-
cidirían modelando trayectorias individuales diferenciadas. Sin embargo,
las cosas suceden, más bien, como si la historia y las marcas geográficas se
evaporaran a favor de una forma de uniformidad, tanto de esas trayectorias
como de sus secuencias. Es decir, que perdurarían modelos culturales do-
minantes que seguirían revelando su peso sobre los destinos individuales
(Cavalli, et al., 2013).
En ese marco general de interpretación, deben ser entendidos los resul-
tados obtenidos en el componente argentino respecto de la percepción que
los individuos tienen de la muerte. La primera evidencia a tener en cuenta es
que la muerte de otras personas significativas tiene un sentido más ligado a la
continuidad biográfica que a la disrupción. Sin embargo, debemos mencionar

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La percepción de la muerte en el curso de la vida 145

que la identificación de la muerte como punto de inflexión (o cambio y dis-


rupción) se incrementa a medida que avanza la edad. Estos hallazgos están en
consonancia con la literatura gerontológica, que destaca que la construcción
de significados sobre la muerte cambia a partir de la mediana edad, es decir,
se produce una “personificación de la muerte”. La muerte es vivida como una
experiencia cercana, y la pérdida de seres queridos promueve la posibilidad
de pensar en la muerte propia como un hecho real. La muerte del otro revela,
a modo de espejo, la propia condición de mortales, y acerca a la experiencia
de vulnerabilidad. Es entonces cuando la percepción del tiempo comienza a
medirse en función de lo que resta por vivir.
En relación con la cohorte de mayor edad, se destaca que en el curso
de la vida ha padecido una mayor trayectoria de muertes y que, en un con-
texto demográfico de incremento de la esperanza de vida, la muerte se va
desplazando hacia este grupo etario considerado como la última etapa de
la vida y estereotipado en el imaginario social como de “decrepitud” y de
“antesala de la muerte”.
Atendiendo a la significación de la muerte de familiares o allegados
como punto de inflexión más destacado en las trayectorias biográficas, se
demuestra que la muerte del otro adquiere un lugar central en el curso de
la vida, la de los padres es la más citada en todas las cohortes comparadas,
en tanto que la muerte del cónyuge es la segunda muerte más mencionada.
La muerte del cónyuge es la más citada por la cohorte de 75 a 84 años de
edad, e implica un punto de inflexión en la vida de estas personas, ya que
modifica el estilo de vida, generando situaciones que van desde asumir
la soledad, modificar el hábitat y las costumbres, hasta el traslado a una
vivienda colectiva. La pérdida del cónyuge adquiere importancia como re-
flejo inmediato de la propia finitud, y la soledad es el sentimiento más
referido en torno a esa muerte.
Por último, y en consonancia con los cambios poblacionales que impac-
tan en las familias actuales, observamos que la coexistencia intergeneracional
con abuelas y abuelos se incrementa en la generación más joven, por lo cual
la referencia a la muerte de abuelos y abuelas adquiere sentido. Claramente
el grado de intimidad y el tipo de relación establecida difiere de una cohorte
a la otra. Las generaciones más jóvenes han tenido abuelos y abuelas que
constituyeron referentes de identificación que, en muchos casos, han interve-
nido en sus cuidados y socialización. Esto las diferencia de las generaciones
de la cuarta edad, en las cuales la posibilidad de compartir amplios períodos
de la vida con los antecesores era mucho menor, y muchas de estas personas
mayores apenas han tenido oportunidad de conocer a sus abuelos o ya habían
fallecido cuando ellos nacieron.

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La percepción de la muerte en el curso de la vida 149

Anexo

Cuadro 5. Cohortes de edad elegidas.

Grupos de edad Etapa


20-24 Es la etapa de la transición hacia la vida adulta, momento crucial en el curso de la vida.
Dado que, actualmente, la transición hacia la vida adulta tiende a extenderse hasta la treintena; en
35-39
este período es posible pensar en individuos instalados en la vida familiar y profesional/laboral.
Es una época de la vida en la cual es posible que ocurran cambios y eventos importantes, tanto
en el plano familiar (abandono del hogar por parte de los hijos, padres que entran en la gran vejez,
50-54
nacimiento de nietos, etcétera) como en el plano profesional, ya que se trata de las últimas fases
de las trayectorias laborales.
Dado que abarca el momento de la jubilación y el retiro, los miembros de este grupo se encuentran
65-69
en una situación que reclama la redefinición de prioridades y proyectos de vida.
La fragilidad que trae aparejada la senectud implica una reorganización de la vida cotidiana,
aun cuando la gran vejez no pueda ser asimilada a una “edad de la dependencia”. En Argentina,
80-84 este grupo de edad fue ampliado hasta incorporar a las personas de 75 a 84 años, debido a que
características demográficas tales como “esperanza de vida” diferían considerablemente de las
correspondientes al país de origen de la investigación.

Cuadro 6. Distribución por género y edad del total de personas entrevistadas.

Grupos de edad
Total
20-24 35-39 50-54 65-69 75-84
Mujeres 69 68 63 58 49 307
Varones 61 55 53 52 44 265
Total 130 123 116 110 93 572

Cuadro 7. Distribución por género y edad de las personas entrevistadas


que mencionaron al menos un hecho relacionado con la muerte.

Grupos de edad
Total
20-24 35-39 50-54 65-69 75-84
Mujeres 26 27 25 30 31 139
Varones 24 13 25 27 20 109
Total 50 40 50 57 41 248

Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 30, n.º 40, enero-junio 2017, pp. 129-150.
150 Gloria Lynch - María Julieta Oddone

Cuadro 8. Dominios.

Profesión Primer empleo, promoción, reconocimientos, cambios de trabajo, retiro, etc.


Espacial Migraciones, mudanza, abandono del domicilio paterno, etc.
Salud Enfermedad, accidente, operación, depresión, declinación, etc.
Familia Embarazo, nacimiento, matrimonio, divorcio, etc.
Educación Comienzo de una carrera, egreso, fin de los estudios, formación continua, etc.
Pareja Formación de pareja, ruptura sentimental, etc.
Actividades Deportes, ocio, viajes, etc.
Muerte Deceso de personas del entorno.
Self Maduración, envejecimiento, pérdida de confianza.
Economía Cambios en la situación económica, pérdida de bienes, etc.
Amistades Vida de relación.
Entorno Hechos históricos y políticos, catástrofes.

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TEMA 4
LOS SERVICIOS PARA LA SALUD

4.1. Modelos sanitarios.


4.2. El sistema sanitario español.
4.3. Otras estrategias de atención a la salud.
4.4. El uso de los servicios sanitarios: el rol de paciente.

4.1. Modelos sanitarios

• TERCER MUNDO
MODELO SOCIALISTA (Cuba, Corea del Norte...)
• MODELO MIXTO (Europa Occidental, Canadá, Japón, Nueva Zelanda,
Australia... )
• MODELO LIBERAL (Estados Unidos)
Con la reforma sanitaria la sanidad no se convierte en pública y universal
(amplía el sistema de seguros privados)

4.2. El sistema sanitario español

• El concepto

“La organización, distribución, y uso personal, equipamiento e instituciones legalmente


autorizadas, que se ocupan de acciones preventivas, de rehabilitación y tratamiento, de
personas que se han desviado de un estado de bienestar físico, psíquico y social, o que
están en peligro de hacerlo”.

Congreso de Estudios Internacionales sobre Asistencia Médica. California, 1969

• EL MARCO LEGAL ACTUAL


o El art. 43.1 de la Constitución Española "reconoce el derecho a la
protección de la salud". El legislador quiso determinar la tutela de este
derecho, estableciendo en el art. 43.2 que "compete a los poderes públicos
organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de
las prestaciones y servicios necesarios”.
o La Ley General de Sanidad establece las obligaciones de los poderes
públicos en el marco de la salud pública:
§ Organización y tutela de la sanidad
§ Instrumentación de las medidas preventiva y servicios necesarios.
- Establecimiento de los derecho y deberes de los ciudadanos en
relación a la salud.
§ Marca como objetivos en el derecho a la protección de la salud:

a) Universalización del derecho a todos los españoles.

b) Equidad de la cobertura, tanto en el contenido de las prestaciones como


en la distribución social y territorial.

c) Carácter público de la asistencia sanitaria, orientada no sólo a la


curación sino a la promoción de la salud y la prevención de las
enfermedades.

4.2. El sistema sanitario español

EVOLUCIÓN DEL SECTOR PÚBLICO

• Creación temprana
• Progresiva extensión
• Funcionamiento deficiente
• Descentralización

CARACTERÍSTICAS DEL ACTUAL SISTEMA SANITARIO

• Predominantemente público
• Confuso
• Desequilibrio de recursos
• Gasto comparativamente moderado
• Feminizado
4.2. El sistema sanitario español

Entre los principales retos:

• Evaluar con objetividad el sector sanitario español


• Mejorar la dotación de recursos humanos y en condiciones laborales más óptimas.
• Reducir las listas de espera.
• Mejorar la organización de los recursos: incrementar coordinación/comunicación
de los niveles asistenciales, reforzar la asistencia primaria y abandonar el modelo
hospitalocentrista.
• Optimar la eficiencia en la prestación de servicios (menores costes de provisión).
• Renovar progresivamente los equipos tecnológicos para diagnósticos y
tratamientos.
• Potenciar la prevención → destinar más recursos a la educación sanitaria de la
población
• Reducir la dependencia del sistema sanitario (abuso de las urgencias hospitalarias,
abuso de los medicamentos...).
• Evitar las desigualdades sanitarias de la población → desigualdades geográficas,
de clase, de género, etc.
• Anticipar soluciones ante el proceso de envejecimiento → recursos, asistencia,
etc.
• Adaptar el sistema a las nuevas pautas de morbilidad → enfermedades crónicas
(atención al paciente crónico), mentales...
• Adoptar decisiones en consonancia con la evidencia científica y con el respaldo
de las profesiones sanitarias e involucrar a pacientes, usuarios, asociaciones de
enfermos y familiares, es decir, incorporar la voz de la ciudadanía en las
estrategias y políticas sanitarias.
4.3. Otras estrategias de atención a la salud

• MEDICINAS ALTERNATIVAS
Principios y terapéuticas diferentes: holística, papel más activo del paciente, más
prevención y menos medicalización
Factores determinantes del auge.
• MEDICINA POPULAR (ideas y prácticas con trasfondo mágico, religioso..)
Circunstancias que la mantienen.
• MEDICINA CASERA
• Breve referencia al VOLUNTARIADO
Participación, funciones y beneficios para la salud

4.4. El uso de los servicios sanitarios: el rol de paciente

• SISTEMA SANITARIO=MICROSOCIEDAD (organización de roles)


• TEORÍA FUNCIONALISTA (sistema social/ salud/ enfermedad)
o ROL DE PACIENTE: desviación forzosa / control social / legitimación /
analogías
o PROPIEDADES DEL ROL DE PACIENTE (derechos y deber)
o PROPIEDADES DEL ROL DE MÉDICO (agente de control)
• CRÍTICAS AL MODELO PARSONIANO
• BALANCE: Importancia innegable. Tipologías de relación médico- paciente:
modelo paternalista/ modelo clientelista
Título del artículo 31

Globalización
y desigualdades
en salud. Sobre
E l último cuarto del siglo XX ha hecho
estallar todas las contradicciones de
las sucesivas utopías que se habían
ido creando a lo largo de la modernidad. Posi-
la pretendida crisis tivismo, liberalismo, marxismo y, tal vez, tam-
del estado bién la utopía solidaria de un estado de bienes-
tar tan cuidadosamente construida desde la II
de bienestar Guerra Mundial principalmente por la social-
democracia europea. 1 Inmediatamente des-
pués de finalizar la II Guerra Mundial nació el
primer sistema nacional de salud: el National
Health Service británico, que respondía a una
ideología keynesiana de intervención del es-
tado para evitar las crisis cíclicas del capita-
lismo y las revoluciones sociales. Como es
bien conocido, la filosofía económica de Key-
Josep Lluís Barona nes planteaba como principal objetivo el man-
tenimiento del consumo interno mediante la
universalización del subsidio de paro y de la
(Traducción: Evelyne Tocut) atención sanitaria, la política de pensiones de
jubilación e invalidez, y toda una serie de pres-
taciones sociales. Al mismo tiempo, el sistema
productivo había de sustentarse sobre pilares
firmes promovidos por el estado, como en el
caso de las infraestructuras hospitalarias, la
construcción de medios de comunicación y
transporte, las instituciones docentes y otros
servicios públicos que, de este modo, tenían
que activar la economía, la industria y, en defi-
nitiva, suponer una garantía de continuidad en
la producción y la riqueza. La mejor cualifica-
ción de la fuerza de trabajo mediante la aplica-
ción de fondos públicos, programas de forma-
ción, becas, programas de investigación y un
amplio conjunto de prestaciones sociales, te-
nían que minimizar los efectos de un sistema
capitalista injusto, individualista y competiti-
vo. De este modo, el capitalismo salvaje, la
ética social del homo homini lupus, daba paso
a un sistema que intentaba compatibilizar la li-
bre competencia con la garantía por parte del
estado de unas condiciones de vida dignas. En
definitiva, la legitimación de políticas estatales
tendentes a garantizar el bienestar y cubrir las
necesidades básicas de la población principal-
mente mediante mecanismos fiscales de redis-
tribución de la riqueza.
Sin embargo, durante los dos últimos dece-
nios, el ideal social-demócrata y keynesiano del
estado de bienestar se ha visto desacreditado por
toda una serie de acontecimientos económicos a

Josep Lluís Barona Vilar. Dpt. d’Història de la Ciència i Documentació. Universitat de València
Política y Sociedad, 35 (2000), Madrid (pp. 31-44)
32 Josep Lluís Barona

escala internacional, acompañados de cambios La repercusión de esta ideología económica


de orientación en la filosofía económica. Sin sobre los servicios públicos –particularmente
entrar ahora en el debate de fondo sobre la via- sobre la sanidad– ha sido devastadora. Recortes
bilidad del modelo clásico de estado de bienes- en el gasto, eliminación de programas estructu-
tar para el siglo XXI, aportaré a continuación rales y su substitución por otros focalizados
algunos datos y reflexiones sobre las repercusio- hacia grupos concretos o tan solo en períodos de
nes de esta crisis, principalmente desde la pers- tiempo determinados, limitación del acceso a las
pectiva de la situación sanitaria mundial. prestaciones i privatización de los servicios. Es
de todos sabido que ésta es la tendencia avalada
por el Fondo Monetario Internacional (F.M.I.) y
por el Banco Mundial (B.M.) 4 Las políticas
I. Los principales argumentos concretas han provocado la separación concep-
de la crítica neoliberal tual entre unos servicios públicos mínimos que
deberían garantizarse por parte del estado y el
resto de las prestaciones –digámoslo así, discre-

A partir de la crisis económica que


padecieron los países industriali-
zados durante la primera mitad de
cionales– que cada ciudadano tiene que procu-
rarse mediante su pago directo o la contratación
de seguros privados. El principio de subsidiarie-
los años 1970 debido al encarecimiento de las dad del estado se explicitó en el tratado de
materias primas energéticas, al menos dos fac- Maastricht, al renunciarse explícitamente a la
tores han ido adquiriendo una importancia cre- armonización de los sistemas de atención de
ciente en relación con las políticas económicas salud de los estados miembros de la Unión
desarrolladas por los estados industrializados. Europea y a políticas sanitarias comunes. 5
El primero de ellos es la transformación de las La principal aplicación del neoliberalismo al
condiciones laborales de la fuerza del trabajo, dominio de la salud en el estado español es el
con la aparición del llamado paro estructural, llamado «Informe Abril», 6 que proponía la
la especialización profesional, la provisionali- separación entre salud pública y asistencia
dad de los contratos de trabajo y la movilidad sanitaria, lo cual debía traducirse en partidas
de los empleados. El otro aspecto fundamental presupuestarias diferentes. Planteaba también
es la mundialización de la economía, que viene la importante distinción entre las funciones de
a significar, la proyección trans estatal de capi- financiación –que en un servicio público de
tales y empresas, la proliferación de los nego- salud había de ser pública, por definición– y la
cios multinacionales en todas las áreas de la provisión del servicio, que podía ser pública o
producción. 2 La nueva situación ha conducido privada. Sin duda, esta distinción encierra no
a nuevas reconversiones de sectores importan- sólo el embrión de la privatización, sino tam-
tes de la economía, cuyo objetivo muchas bién la idea de que la libre competencia entre
veces se ha centrado en disminuir los costes proveedores mejora las condiciones del servi-
salariales y las cargas fiscales para ganar com- cio. Incluso que una provisión privada ha de ser
petitividad internacional. Obviamente, en estas mejor y más rentable que otra pública. De este
circunstancias económicas y financieras, el modo, se incluyen los llamados contratos pro -
papel activo del estado ha experimentado un grama mediante los cuáles un centro sanitario
retroceso, de manera que el proceso de globali- –hospital, centro de salud...– puede gestionarse
zación económica ha provocado –principal- por una empresa de servicios con mejores pres-
mente desde comienzos de los años 1990– polí- taciones a un coste más bajo. El cambio de
ticas de corte neoliberal, que tienen como estrategia comporta también aspectos de mayor
referente programático las llamadas tres «D»: calado, como la substitución de una concep-
disminución del déficit público –es decir, de los ción de los servicios sanitarios adaptados a las
gastos sociales que eran el núcleo principal del necesidades sociales globalmente considera-
estado de bienestar–; desregulación laboral das, por otros económicamente más rentables o
–flexibilización de contratos i salarios–; y des - más ajustados a las demandas concretas de la
localización de capitales, que obviamente emi- sociedad. Se trata, pues, de substituir el ideal
gran hacia las zonas más rentables o con menor keynesiano por un sistema funcional basado en
carga fiscal. 3 la satisfacción de la demanda.
Globalización y desigualdades en salud… 33

El informe Abril dio origen a una serie de en salud no es una inversión productiva, con-
desarrollos legislativos, como el Real Decre- testa Ortún que está sobradamente demos-
to de 1995 sobre ordenación de las prestacio- trado que la población activa mejora la pro-
nes sanitarias y otra ley de 1997 que abre las ductividad laboral cuando está más sana,
posibilidades de gestionar los servicios pres- disminuyen así las incapacidades, mejoran los
tados por el servicio nacional de salud «in- diagnósticos y las estrategias de prevención,
directamente a través de la constitución de al tiempo que entre la población jubilada
cualesquiera entidades de naturaleza o titula- mejora el clima social y se minimiza el impac-
ridad pública admitidas en Derecho.» 7 La to externo que sobre la productividad supone
creación de fundaciones, sociedades mercan- el hecho de que ciertos miembros de la fami-
tiles, consorcios, entes públicos, órganos lia –casi siempre mujeres– tengan que asumir
autónomos comerciales o sociedades de auto- la atención a los viejos. 9
gestión se ha convertido en una opción real Apuntan también a favor del mantenimien-
inmediata para gestionar hospitales públicos to del estado de bienestar los resultados de los
como los de Manacor, Alzira y otros. Con in- estudios de Bishai y Simón (1987) que de-
dependencia de que la proliferación de estas muestran cómo en períodos de poca innova-
soluciones generará desigualdades –es decir, ción tecnológica, el incremento del gasto sani-
reducirá la universalidad del sistema– lo cier- tario aumenta el crecimiento económico
to es que estamos asistiendo a un peligroso durante los primeros años, mientras que en
proceso de disgregación de la red asistencial períodos de avance tecnológico acelerado, la
pública. inversión sanitaria influye menos en la tasa de
En opinión de Vicente Ortún, la transfor- crecimiento pero aumenta con mayor persis-
mación de los sistemas sanitarios surgidos en tencia la renta per cápita, aunque, por supues-
el marco del modelo de estado de bienestar to, de forma menos significativa que la educa-
pasa por la superación de tres problemas fun- ción o las inversiones públicas. También
damentales: el problema demográfico, el pro- González Páramo, a partir de los datos de la
blema tecnológico y la globalización de la O.C.D.E. correspondientes al período 1960-
economía. 8 El problema demográfico se 1990 demuestra una correlación positiva entre
refiere al envejecimiento de la población en el aumento del gasto sanitario y el de la pro-
los países industrializados y, por tanto, al ductividad laboral. Estudios rigurosos de-
aumento de la población no productiva, a los muestran, pues, que la existencia de un estado
cambios en la estructura y en la dinámica de bienestar fuerte implica no sólo una buena
familiar (familia nuclear, menor número de productividad, sino también un buen desarro-
hijos, incorporación de la mujer al trabajo...) llo humano y una mejor cohesión social. La
y a la marginalidad social. El problema tec- intervención pública, en todo caso, permite
nológico expresa el importante aumento que acompasar los ritmos de consumo/productivi-
las innovaciones tecnológicas aporta al gasto dad, buscar el equilibrio entre equidad y efi-
sanitario y la necesidad de medir su efectivi- ciencia, y priorizar los programas de interven-
dad y el beneficio social subsidiario antes de ción sanitaria no en función de la simple
decidir su incorporación al sistema público. demanda de los sectores que poseen capaci-
Finalmente, la globalización de la economía dad para comprarlos, sino en función de su
hace referencia al incremento de la compe- efectividad para la salud de la población o
tencia global entre Europa, el Asia industria- incluso para el crecimiento económico. Ver-
lizada y América del Norte, con la consi- daderamente, teniendo en cuenta la serie de
guiente necesidad de ajustar la productividad circunstancias que se acaban de señalar, segu-
con incremento del consumo para mantener ramente el principal problema que deben
la competitividad, pero manteniendo al afrontar hoy los estados industrializados no es
mismo tiempo la eficiencia económica, sin tanto el tan reiterado envejecimiento de la
perder por ello equidad social y maximizan- población o el aumento de las mal llamadas
do la eficacia de las políticas sanitarias del «clases pasivas», como mantener el sistema
estado del bienestar. productivo mediante la resolución del paro y
Al argumento neoliberal –o simplemente la integración de los jóvenes y los sectores
conservador– que sostiene que el gasto público marginales de la población. 10
34 Josep Lluís Barona

II. Geografía de los sistemas incrementado después de dos décadas, sino


que ha variado sustancialmente su orientación,
de atención de salud a incorporando aspectos tan fundamentales
finales del siglo XX como las estrategias de salud pública basadas
en la prevención y la promoción de la salud,
focalizando acciones y reforzando las estruc-

N o es ocioso recordar que desde la


segunda mitad del siglo XIX, a raíz
de los problemas sanitarios plantea-
turas de atención primaria. 13 Las principales
transformaciones se produjeron durante la
segunda mitad de los años 1980, a partir de
dos por el proceso de industrialización, diver- que la Ley General de Sanidad de 1986 pusie-
sos estados europeos desarrollaron sistemas de ra el acento en la prevención y la promoción
atención sanitaria con una participación más o de la salud, postulase la universalidad de la
menos significativa del estado. Eran las cajas asistencia pública y apuntase políticas de
de enfermos de la Alemania de Bismarck, las salud orientadas a superar las desigualdades. 14
sociedades de socorros mutuos en Gran Breta- Las consecuencias fueron inmediatas: una
ña, el sistema zetsvo de la Rusia zarista o las cobertura sanitaria real del 77% en 1977 fue
igualas de nuestra sociedad agraria o indus- creciendo hasta que en 1989 el decreto de uni-
trial. 11 De hecho, la creación de los primeros versalización incorporó también a quienes
seguros obligatorios de enfermedad durante las carecían de recursos o cobertura. 15
primeras décadas del siglo XX, organizados a Pero si regresamos al panorama internacio-
partir de la contribución económica de trabaja- nal, durante la segunda mitad del siglo XX,
dores y empresarios, no fue más que la exten- unas veces por el predominio de factores políti-
sión de un sistema que, en lo fundamental, pro- cos y militares, como en la etapa de la guerra
cedía del siglo anterior. Los historiadores fría, otras por razones económicas, como la lla-
coinciden en señalar que fue la crisis de super- mada «crisis del petróleo», los cambios en el
producción y el desastre financiero de 1929 lo sistema productivo o las sucesivas revoluciones
que inició una nueva etapa caracterizada por la tecnológicas, han configurado al menos cuatro
incipiente configuración de tres modelos: el grandes regiones en el mundo, caracterizadas
estatalista soviético; la exclusión del estado en por unas condiciones económicas y políticas
los U.S.A. y, finalmente, el nacimiento de los muy diferentes, que originan situaciones de
sistemas o servicios nacionales de salud en salud marcadamente distintas y sistemas sanita-
Europa. Esta triple orientación se mantuvo bajo rios diferentes en su concepción y en los pro-
la mirada de la Sociedad de Naciones hasta la blemas que han de afrontar. A grandes rasgos
conclusión de la II.a Guerra Mundial, la cual podemos distinguir cuatro situaciones: 16
marcó un importante punto de inflexión, espe-
cialmente en los sistemas nacionales de salud
en Europa, puesto que el modelo norteameri- SISTEMAS SANITARIOS EN EL MUNDO
cano ha continuado en lo esencial hasta la A FINALES DEL SIGLO XX
actualidad y el sistema soviético no entró en
crisis hasta la caída del muro de Berlín. Europa occidental, Canadá, Japón, Nueva
Con la transición hacia el sistema político Zelanda, Australia:
democrático, la nueva Constitución Española
adquirió una serie de compromisos explícitos Han desarrollado sistemas de atención de
sobre el derecho de los ciudadanos a la salud en la línea del estado de bienestar. El
salud. 12 En los años 1970, la organización del estado asume responsabilidad frente a la sani-
sistema sanitario era desequilibrada y defi- dad como a servicio público, al que contribu-
ciente; a finales de la década, el Insalud con- yen cuotas de empresarios y trabajadores.
taba con 175 hospitales a lo largo de todo el
estado, que representaban un total de 52.609
camas, 89.418 trabajadores sanitarios, de los Estados Unidos de América del Norte:
cuáles 12.757 eran médicos, 300 ambulatorios
y 526 consultorios. Obviamente, la dimensión El servicio de salud responde al sistema de
de este sistema nacional de salud no sólo se ha mercado, no se entiende como sistema público
Globalización y desigualdades en salud… 35

y no interviene el estado. La dispensa de servi- micas, sociales, políticas y culturales de la


cios depende de la oferta y la demanda articu- población. 17 Por eso las desigualdades detec-
lada mediante la relación entre usuarios y pro- tables entre grupos diferentes son la expresión
fesionales (medicina privada). El estado sólo de la falta de equidad. Para analizar las dife-
participa en el sistema medicaid (atención rencias entre poblaciones distingue tres círcu-
mínima a los indigentes) y en el medicare los concéntricos que van desde el nivel más
(destinado a los jubilados), como una especie individual: el estilo de vida que corresponde a
de beneficencia pública. la esfera de lo personal o familiar, donde se
incluyen también las características genéticas
o biológicas y los hábitos o costumbres. Pero
Europa oriental y países socialistas (Cuba, ese estilo de vida se inserta en unas condicio -
Vietnam, China): nes de vida, que se dan a un nivel de grupo
social, donde se incluye el lugar de residencia,
Hasta finales de los años 80 funcionaba glo- el medio laboral, el grado de participación en
balmente un servicio público gratuito que ha bienes y servicios, el nivel educativo etc.
continuado allí donde el sistema político/econó- Finalmente, para el conjunto de una sociedad
mico no ha variado. En la Europa oriental se ha se podría hablar de un modo de vida, que
producido el desmantelamiento del sistema incluye las diferentes condiciones de vida de
público a partir de 1991, con situaciones varia- los grupos sociales, de manera que sería la
bles que van desde la ausencia de intervención resultante de la confluencia del medio natural
estatal al estilo de los USA, hasta modelos inter- o las relaciones con el medio ambiente, el
medios inspirados en los de Europa occidental. desarrollo productivo, la organización econó-
mica, la organización política, la cultura o las
propias tradiciones históricas.
Tercer Mundo El establecimiento de esta triple dimensión
permite analizar la situación de salud no sólo
En general existe una dualidad: la perviven- mediante indicadores negativos que son los que
cia de formas de medicina tradicional conjuga- se refieren principalmente a la presencia de
da con la introducción de la medicina privada enfermedades (mortalidad, morbilidad...), sino
occidental, principalmente entre las élites también distinguir en la salud cotidiana un
sociales y económicas. La población no tiene nivel individual ligado al estilo de vida, otro
acceso a ningún tipo de sistema/servicio de grupal ligado a las condiciones de vida y un ter-
salud y sólo hay una asistencia pública basada cero general ligado al modo de vida del conjun-
en la caridad y las órdenes religiosas. Sólo han to de la sociedad. Este enfoque resulta oportuno
aparecido incipientes seguros privados de si aceptamos el axioma que el objetivo principal
enfermedad en grupos como los funcionarios o de la salud pública y los servicios de salud no es
ligados a las multinacionales que explotan los eliminar enfermedades, sino transformar la
recursos naturales o la mano de obra. situación de salud de la población en beneficio
del bienestar personal y colectivo y de la reduc-
ción de desigualdades. Obviamente, la capaci-
dad de transformación tiene unos límites, que
III. La situación de salud: están estrechamente vinculados a los procesos
algunas reflexiones generales de la dinámica social: la disponibili-
dad de recursos, las condiciones del medio, el
sobre sus modelo de desarrollo económico, el sistema
determinantes político, los contenidos culturales, el desarrollo
científico-técnico; es decir, lo que caracteriza y
reproduce el sistema socio-cultural y la situa-

D efine P.L. Castellanos la situación


de salud de una población como el
conjunto de problemas de salud
ción de salud. Es fácil comprender que el modo
de vida, las condiciones de vida y el estilo de
vida forman un complejo entramado de proce-
identificados, explicados y jerarquizados, que sos biológicos, culturales y sociales, expli-
son la consecuencia de las condiciones econó- cables, por una parte, por los procesos genéticos
36 Josep Lluís Barona

que han determinado la supervivencia de la cada vez más dramática, en la medida en que
especie; pero también por los procesos sociales, durante las dos últimas décadas el número de
la cultura y el medio. personas en situación de pobreza e indigencia
La salud será, pues, un proceso condiciona- se ha incrementado considerablemente, al
do biológica y socialmente y el proceso de tiempo que se producía una gran crisis econó-
reproducción social de la salud cabe pensar mica y se extendían las políticas de ajuste
que incorpora al menos las dimensiones: bio- estructural en muchos países del tercer mundo
lógica, ecológica, psicológica, cultural y eco- y particularmente de América latina.
nómica. Estas dimensiones deberán formar La primera gran dificultad consiste en deli-
parte de la triple línea de actuación que debe mitar los parámetros que determinan la
encarnar toda estrategia de intervención: la pobreza. 19 Habitualmente se han empleado
promoción de la salud (dimensión social), la dos métodos. El primero, impulsado por el
prevención de las enfermedades (las tres P.N.U.D., consiste en determinar las necesi-
dimensiones, individual, grupal y social) y la dades básicas insatisfechas (NBI), como son
curación y rehabilitación (individual). las condiciones de la vivienda, el saneamien-
Este apartado comenzaba definiendo el con- to, el acceso a la educación o los ingresos
cepto de situación de salud; ahora podemos familiares. El indicador de NBI determina lo
añadir que esa situación de salud está condicio- que podríamos llamar pobreza estructural,
nada por todos esos factores que se acaban de pero resulta poco sensible a los cambios
enumerar, integrados en la triple dimensión coyunturales, al empobrecimiento sobreveni-
individual, de grupo social y de sociedad. Entre do o a los cambios en la situación de pobreza.
los factores que de modo más incuestionable El otro es el indicador llamado línea de
intervienen en la situación de salud de una pobreza, basado en la determinación del con-
población los hay que son biológicos (genéti- junto de bienes y servicios indispensables
cos, inmunitarios, raciales...) y otros demográ- para mantener el nivel de vida y la conserva-
ficos, como sucede con la correlación entre ción del modelo familiar. Consiste en calcular
patrón demográfico y epidemiológico de una el gasto de la cesta de la compra en un lugar
población. Pero también la organización social determinado. Utiliza el método de encuestas
del trabajo desempeña un papel fundamental: para determinar los grupos de población que
las malas condiciones laborales, el desarrollo o se encuentran por debajo. De este modo, al
subdesarrollo tecnológico, las nuevas tecnolo- ajustarse mejor a la realidad de un momento
gías, las grandes megalópolis industriales y dado, detecta mejor la pobreza coyuntural.
demás aportan nuevas situaciones de riesgo Últimamente se ha propuesto un método
para la salud y a menudo favorecen la desinte- mixto que se propone evaluar la pobreza
gración social y la marginación. De todos tomando en consideración los procesos es-
modos, con ser importantes los anteriores, se tructurales de la sociedad, como son el desa-
puede decir con rotundidad, que el principal rrollo productivo, la disponibilidad de recur-
factor negativo para la salud es la pobreza. sos naturales, el sistema político o el acceso a
la cultura, y, por otra parte, a considerar tam-
bién el eventual empobrecimiento de los sec-
tores medios de la población, debido a
IV. Pobreza y situación momentos de crisis o de ajuste. Se ha podido
de salud comprobar que esta pobreza coyuntural nor-
malmente va asociada a la aparición de nue-
vos problemas de salud, como son los trastor-

D esde la Conferencia de Alma Ata


tanto la Organización Mundial de la
Salud como su oficina americana,
nos psíquicos, la violencia, los suicidios y
otras formas de patología social como el
alcoholismo o la marginación.
la Organización Panamericana de Salud La pobreza estructural afecta a los sectores
(O.P.S.) han venido impulsando una línea de más o menos amplios de la población que son
estudio y análisis sobre la importancia de la los que tienen un nivel educativo más bajo, unas
pobreza como determinante de salud. 18 Glo- tasas altas de fecundidad, un rendimiento eco-
balmente considerada, la situación se ha vuelto nómico muy bajo, un escaso desarrollo tecnoló-
Globalización y desigualdades en salud… 37

gico y viven en unas condiciones higiénicas y sustanciales de los presupuestos destinados a la


ambientales (vivienda, saneamiento hídrico, sanidad, que han alcanzado cifras tan importan-
limpieza, eliminación de residuos...) muy defi- tes como el 40 al 60% en América latina, del 60
cientes. Desde el punto de vista epidemiológico al 80% en Asia y del 90% en África.
son grupos de población con una tasas elevadas Los datos de que disponemos indican que en
de enfermedades infecciosas transmisibles, estos momentos, unos 1.300 millones de perso-
como también de enfermedades cardiovascula- nas –lo que representa aproximadamente una
res, de cáncer, trastornos psíquicos y violencia cuarta parte de la población mundial– vive en
urbana (muertes violentas, agresiones, atracos, unas condiciones de miseria absoluta y esta
robos...). 20 En líneas generales, la pobreza va cifra va aumentando a un ritmo de 25 millones
asociada a graves dificultades de acceso a los de personas más cada año. 21 Según los infor-
servicios de promoción de la salud, a las cam- mes publicados por la O.N.U., las 358 personas
pañas de prevención o, incluso, a las instalacio- más ricas del mundo acumulan una riqueza
nes asistenciales (hospitales, centros de salud...) equivalente a los 2.300 millones de personas
e incide en la situación de salud provocando un más pobres, y esa dicotomía se va ampliando
incremento de ciertas enfermedades y un cada vez más, como lo demuestra el hecho de
aumento de la violencia y las tensiones sociales. que entre 1960 y 1991 la riqueza acumulada
La pobreza estructural representa, según los por el 20% de la población más rica se ha
informes de CEPAL relativos a América latina, duplicado con respecto al 20% más pobre. 22
una barrera infranqueable que resulta impres- Los informes técnicos de la O.M.S. confir-
cindible superar para poder llevar adelante cual- man que la situación de pobreza extrema es la
quier proyecto pragmático de desarrollo. principal causa de mala salud, que constituye
el principal factor de sufrimiento de la pobla-
ción. Resulta bastante expresivo el hecho de
que en los países pobres la expectativa de vida
V. Desigualdades de salud sea sustancialmente más baja, la morbilidad y
en el mundo actual la mortalidad más elevadas, la calidad de vida
mucho más baja y los servicios de atención de
salud mucho peores. La esperanza de vida de

S e ha comentado en un apartado ante-


rior que la atención a la salud en los
países del tercer mundo se caracteriza
una persona que nace en Uganda, Mozambi-
que o Sierra Leona es alrededor de 35 años
más baja que la de un ciudadano del primer
por la pervivencia de formas de medicina tradi- mundo, y la mortalidad materna es en torno a
cional y también de medicina privada occidental 30 veces superior. Por lo que se refiere a la
al servicio de las élites sociales y económicas. mortalidad, resulta bastante significativo el
La población no tiene acceso a ningún tipo de dato de que si las tasas de mortalidad del ter-
servicio de atención de salud y sólo hay asisten- cer mundo fueran aproximadamente las mis-
cia basada en la caridad por medio de órdenes mas que se dan actualmente en el primer
religiosas o incipientes sistemas de seguros en mundo, cada año habría alrededor de 11 millo-
grupos específicos como son los funcionarios o nes menos de muertos. 23 Se trata, pues, de una
los trabajadores de empresas multinacionales. mortalidad evitable, principalmente infantil,
Las condiciones laborales de los países en vías que es fruto y consecuencia de la inequidad.
de industrialización, a menudo no son mejores Los estudios comparativos llevados a cabo
que lo eran las europeas durante las primeras entre diferentes regiones del planeta, o entre
etapas de la llamada revolución industrial: jor- países de un mismo entorno geopolítico, o
nadas de 12 y 14 horas, trabajo femenino e entre grupos sociales dentro de un mismo país,
infantil abusivo y mal retribuido, ausencia de han puesto de manifiesto la importancia del
derechos laborales para los trabajadores, seguros concepto de desigualdad en salud. Una impor-
de enfermedad inexistentes o muy deficientes, tante línea de investigación se ha abierto, prin-
falta de seguridad en el trabajo, contratos draco- cipalmente en los últimos años, ha realizado
nianos, eventuales y ausencia de forma alguna contribuciones significativas en este terreno.
de protección social. Además, las políticas de Si ya hemos hablado de desigualdades en
ajuste estructural han provocado disminuciones salud haciendo referencia a la dicotomía
38 Josep Lluís Barona

industrialización/pobreza, o si se quiere 1r Parece incuestionable que las desigualdades


mundo/3r mundo, diversos trabajos en este en salud son el reflejo principalmente de las
sentido han constatado también desigualdades desigualdades sociales y económicas y, en
objetivables entre los mismos países industria- menor medida, de factores genéticos, medio-
lizados y también entre las clases sociales, ambientales o derivados del sistema de aten-
etnias, géneros, barrios o zonas geográficas de ción de salud. Por otra parte, esas desigualda-
un mismo país. Un dato bien conocido apunta des adoptan en cada contexto la forma de unos
que en Gran Bretaña, la esperanza de vida de factores de riesgo característicos. Por ejemplo,
las clases más altas es alrededor de siete años en Gran Bretaña van asociados al incremento
superior al de las clases más bajas del norte de de los accidentes cardiovasculares, mientras
Inglaterra, y también las tasas de mortalidad que en Francia se traducen en accidentes de
son cuatro veces superiores en los distritos tráfico o accidentes laborales, en alcoholismo
más pobres que en los más ricos. Algo seme- o problemas psíquicos. En otros casos, se aso-
jante sucede entre barrios ricos y marginales cian a la delincuencia, la muerte violenta, la
de la ciudad de Barcelona, donde la diferencia drogadicción etc... Por último, todo lo anterior
de esperanza de vida es de unos 10 años. Y eso conduce a una contundente conclusión, que es
por no traer aquí el tópico del barrio neoyor- necesario asumir: no son los países con un
quino de Harlem, en el que las tasas de morta- mayor índice de riqueza –es decir, con un
lidad son 6 veces más elevadas en el grupo de P.I.B. por habitante más alto– los que aportan
edad de los jóvenes, que la media de los mejores indicadores de salud, sino aquellos
U.S.A. La desestructuración social que reina que son más igualitarios. O dicho de otro
en este famoso barrio hace que la esperanza de modo, entre el conjunto de países industriali-
vida de los negros que viven en él sea seme- zados, los mejores indicadores de salud son los
jante a la de la población de Bangladesh. 24 de aquellos países con una mayor cohesión
Los estudios socio-sanitarios realizados social y menores desigualdades entre los gru-
con esta orientación han permitido universa- pos sociales extremos. Ese es el caso de los
lizar el concepto de desigualdad y ello ha países escandinavos o el Japón, con una amplí-
puesto de relieve que las ventajas sociales sima clase media. De ahí que países con una
comportan un aumento de la esperanza de larga tradición de regímenes políticos autorita-
vida y un mejor nivel de salud, pero también rios y grados más altos de desigualdad (Portu-
han consolidado la idea de que la desigualdad gal, Grecia, España...) muestren también indi-
no es un factor inmutable, sino, por el contra- cadores más desfavorables. Hay que tener en
rio, que es susceptible de ser interpretado cuenta que la salud no es sólo cuestión de nivel
desde circunstancias históricas, geográficas, de renta, sino también de acceso a la educa-
políticas o económicas y de ser también con- ción, de calidad en la vivienda, la alimenta-
trarrestado mediante las oportunas estrategias ción, el medio ambiente, el trabajo, la margi-
políticas. Menos optimista resulta el panora- nalidad... es decir, toda una serie de factores
ma real, que indica que justamente las desi- que influyen directamente en la cohesión
gualdades no sólo existen, sino que van social desde una dimensión individual, de
aumentando. Si la mejora de las condiciones grupo o clase social y también de modo de
de vida, las medidas de prevención, las cam- vida de la sociedad en su conjunto.
pañas de promoción de la salud y, en menor En este sentido, la posición española en el
medida, la atención sanitaria han provocado contexto europeo es una posición intermedia.
una drástica reducción de la mortalidad gene- Los datos que han aportado recientemente
ral e infantil a lo largo del siglo XX y un Borrell y Pasarín (1999) indican que los países
aumento de la esperanza de vida –principal- de Europa central y del norte acumulan un
mente en los países industrializados– durante 38% de la población y un 81% de la riqueza
los últimos años se está produciendo una pro- del continente. Los países del sur representan
fundización de las desigualdades, no sólo un 17% de la población y un 10,7% de la
entre países y regiones, sino dentro de cada riqueza, mientras que los del este tienen un
país. Dicho de otro modo, el gradiente de peso demográfico del 45%, pero sólo acumu-
salud entre grupos sociales persiste y tiene lan el 8,2% de la riqueza, siempre medida en
tendencia a ampliarse. términos de producto interior bruto per
Globalización y desigualdades en salud… 39

cápita. 25 Los últimos estudios de Benach y miento global de la población del planeta, el
Yasui (1999) aportan como novedad metodo- aumento de la longevidad y el envejecimien-
lógica el análisis de la situación de salud de la to de la población en el primer mundo, el
sociedad española no en términos tan groseros aumento de las desigualdades de riqueza y
como es la distribución por provincias, sino a salud entre poblaciones ricas y pobres, por no
partir de pequeñas áreas geográficas. En un insistir en el espectacular aumento del llama-
estudio reciente, que ha abierto expectativas do paro estructural, de la pobreza en térmi-
inéditas, han estudiado los patrones geográfi- nos globales y de la marginalidad –4.°
cos de mortalidad y las relaciones entre depri- mundo– en los países más ricos. Todo ello en
vación social y mortalidad en unas 2.200 áreas unas circunstancias en que los análisis econó-
geográficas pequeñas, desde el punto de vista micos indican además que a veces se produce
de dos indicadores: a) la superpoblación, el una disociación entre el incremento del gasto
analfabetismo y el bajo nivel de desarrollo sanitario y la mejora de los indicadores gene-
social y, b) el paro. Los resultados son intere- rales de salud de una población. Por todo ello,
santes e indican que el primer indicador tiene durante las dos últimas décadas nos encontra-
sus puntos extremos en áreas de Andalucía mos con una doble tendencia que coincide en
(59%) y el polo contrario en zonas de Baleares el tiempo y que es, al mismo tiempo, contra-
(35,4). La cartografía de los datos indica clara- dictoria. Por una parte, coincidiendo con los
mente que hay un patrón de sobremortalidad y orígenes de la crisis del estado de bienestar, la
deprivación que forma una franja que se Conferencia del Alma Ata apostó en 1978 por
extiende de norte a sudoeste de la península la focalización de las actuaciones en los pro-
Ibérica. Este primer estudio hecho en España blemas de salud comunitaria, en las estruc-
en torno a la objetivación de desigualdades turas de atención primaria y en los agentes de
sociales en mortalidad por pequeñas zonas salud, frente a la tendencia tradicional basada
geográficas permite delimitar mejor que por más bien en un sistema asistencial centrado
provincias los núcleos sanitariamente más pro- en el hospital y de orientación curativa. En un
blemáticos y el tipo de intervenciones necesa- sentido contrario a esta tendencia, desde en-
rio en cada caso. 26 tonces han ido ganando terreno también las
políticas neoliberales que pretenden organi-
zar la atención sanitaria con criterios de efi -
ciencia y rentabilidad económica. En la prac-
VI. Tendencias de la situación tica eso ha implicado una tendencia a la
sanitaria mundial reducción del gasto público en sanidad, un
mayor énfasis en las dimensiones individua-
les de la salud, una mayor responsabilización

D urante el último cuarto de siglo se


han conjugado una serie de facto-
res de orden principalmente econó-
del individuo en el proceso de enfermar y una
tendencia a la privatización de la provisión de
los servicios sanitarios.
mico, pero también demográfico, tecnológi- Durante el último cuarto de siglo, en líneas
co, ambiental, entre otros, que han tensionado generales ha aumentado la esperanza de vida
el antagonismo entre dos posturas: la defensa de la humanidad y ha disminuido la mortalidad
de la universalidad del derecho humano a la general y la específicamente infantil, también
salud que conlleva implícita la racionalidad incluso en los países pobres. 27 Todo ello es el
salubrista de un sistema público de salud, y la resultado de la reducción de la incidencia de
crítica de un conservadurismo que bajo la las enfermedades infecciosas, de las mejoras
forma del llamado neoliberalismo económi- en la nutrición, en las infraestructuras sanita-
co, de forma pujante, se ha impuesto en la rias, en la educación –principalmente de la
imposibilidad de asumir la universalidad de mujer y su incorporación al trabajo–, de la
las ofertas y demandas de salud y de trasladar difusión de métodos de planificación familiar,
también esta cuestión a la lógica del mercado. como también de la atención médica, de las
Paralelamente han aparecido una serie de campañas de inmunización y vacunación de
problemas demográficos y sociales que toda- sectores específicos de la población, particu-
vía han tensado más las dificultades: el creci- larmente los niños.
40 Josep Lluís Barona

Sin embargo, en la actualidad hay signos que en que el desarrollo de la era antibiótica había
refuerzan la idea de que se está produciendo creado expectativas inusitadas acerca de la
una desaceleración de esta tendencia positiva e capacidad de controlar el fenómeno infeccioso.
incluso, en algunos casos, indican una inver- Es un dato bien conocido que el círculo mal-
sión de la tendencia, un empeoramiento de los nutrición–infección afecta cada año la cifra de
indicadores de salud. En particular en áreas 12 millones de niños, y si hemos de dar crédi-
geográficas como la Europa del este o en gran- to a los informes del Banco Mundial del 1993
29
des zonas del continente africano se ha produ- y de la O.M.S. de 1995 30, estas enfermeda-
cido en los últimos años una disminución de la des diarreicas infantiles son fácilmente preve-
esperanza de vida y en algunos países incluso nibles y curables. Tan importante es la mortali-
ha aumentado la mortalidad infantil. 28 En los dad infecciosa infantil, que la U.N.I.C.E.F.
U.S.A. y en Gran Bretaña se ha objetivado la considera en su informe de 1993 que la princi-
disminución del ritmo de reducción de la mor- pal intervención médica sobre la infancia del
talidad y, según los datos de U.N.I.C.E.F. rela- tercer mundo ha de ser la inmunización contra
tivos a la década de los años 1980, en ambos el sarampión, puesto que los datos indican que
estados se ha producido un deterioro de la mor- mientras en Suecia el porcentaje de niños
talidad infantil, ha disminuido el gasto en edu- vacunados alcanza el 95% de la población
cación, ha aumentado el índice de suicidios infantil, en cambio en Etiopía no llega al 17%.
entre adolescentes y la renta disponible ha Datos como éste hacen pensar que los grandes
agravado las desigualdades sociales. Según los problemas de salud pública que afectan a los
datos que presenta la O.M.S. sobre el año 1995, países más pobres tienen una fácil solución
la diferencia de esperanza de vida al nacer entre científico-técnica, aunque su resolución plan-
Japón y Uganda alcanza los 37 años. Eso signi- tea grandes problemas políticos.
fica que en Uganda –donde la esperanza de
vida no supera los 42 años– la situación no es
ahora mejor que lo era hace un siglo en las VII. Desigualdades sociales
zonas más castigadas de Europa por el proceso
de industrialización. Pero además con una des- y estrategias de
ventaja para el país africano, y es que las pers- salud pública
pectivas de futuro eran buenas hace cien años
para Europa –piénsese en la llamada transición
sanitaria i demográfica– mientras que la ten-
dencia actual para los países africanos no
puede ser más pesimista, con un aumento
L a importancia de analizar las desigual-
dades sociales que dan lugar a desi-
gualdades de salud entre las grandes
escandaloso de las desigualdades y un dete- regiones el planeta, y también entre países que
rioro de la situación social y de salud. pertenecen a un mismo entorno socio-econó-
En el seno de los países menos desarrollados mico o entre grupos sociales dentro de un
técnicamente, las desigualdades sociales y mismo estado o ciudad radica, no sólo en razo-
sanitarias también van en aumento. Lo ilustran nes de carácter económico, sino también en
las grandes diferencias en los indicadores de razones éticas y en la indudable importancia
mortalidad que hay entre regiones en la India, que poseen para establecer estrategias de inter-
comparables a las ya mencionadas entre vención para prevenir o solucionar los proble-
barrios de Nueva York o entre áreas pobres y mas evitables o hacer frente a la solución de
ricas del Reino Unido. Si analizamos las tasas los existentes. Incluso desde un punto de vista
de mortalidad, inmediatamente veremos que meramente económico, las estrategias de salud
las desigualdades se traducen principalmente pública que tienden a minimizar las desigual-
en una distribución cartografiable de las causas dades aportan una mayor rentabilidad a la
de muerte. Hemos de pensar que más de la ter- inversión, puesto que las desigualdades en
cera parte de la muertes totales en el planeta salud suponen una pérdida social y económica
tienen una causa infecciosa, es decir, que las de recursos humanos y un descenso de la pro-
enfermedades infecciosas y parasitarias supe- ductividad. Sin embargo, se da la paradoja de
ran claramente a las cardiovasculares y a los que si el objetivo de la O.M.S. para los años
tumores malignos, y eso sucede en una etapa 1980 consistía en reducir un 25% las desigual-
Globalización y desigualdades en salud… 41

dades en salut entre países y también dentro de no avanzaran simultáneamente en la misma


un mismo país –y eso tenía que realizarse a dirección y eso favoreció la persistencia de
partir de los oportunos desarrollos legislativos mayores desigualdades. 31
y programas de apoyo financiero y político–
en la práctica lo que ha sucedido es que las
desigualdades no sólo no se han reducido lo
previsto, sino que incluso han aumentado y, VIII. El estado de bienestar
según los propios informes de la O.M.S. en el siglo XXI
correspondientes al año 1995, la principal
causa de sufrimiento y de mala salud se
encuentra codificada en la Clasificación Inter-
nacional de Enfermedades con el código
Z589.5 y se llama pobreza extrema.
L os informes técnicos más recientes de
la Oficina Regional de la O.M.S. para
Europa delimitan cuatro objetivos
Como sucede que los distintos grupos socia- prioritarios que se deberían cumplir en los pró-
les están sometidos a factores de riesgo espe- ximos años: a) la mejora de los estilos de vida
cíficos, tanto en su dimensión individual, de la población; b) la disminución de los fac-
como ambiental y social, los indicadores de tores de riesgo para la salud; c) la transforma-
clase social resultan un elemento operativo ción de los servicios o sistemas nacionales de
fundamental. La clase social, el género, la salud, desde su orientación tradicional centra-
edad, la raza, el lugar geográfico y otros, da en la asistencia hospitalaria a otra donde lo
representan situaciones sociales diferentes res- fundamental sea la atención primaria y las
pecto al paro, la pobreza, la educación, las estrategias de promoción de la salud y preven-
ocupaciones peligrosas, las minorías étnicas, ción de la enfermedad. Y finalmente, d) la
la emigración... y también por eso las probabi- mejora de la gestión sanitaria y de la forma-
lidades de riesgo son diferentes respecto al ción de los recursos humanos. 32
tabaco, el alcohol, la práctica de deportes, la Estos objetivos han sido desarrollados en
dieta, el acceso a los servicios sanitarios o el trabajos como los de Whitehead (1991), quien
padecimiento de determinadas enfermedades, los ha desglosado en una serie de líneas de
por poner algunos ejemplos bien conocidos. actuación prioritaria 33:
Actualmente resulta incuestionable que las
mejoras en el estado de salud que se han pro- 1. Mejorar las condiciones de vida y de tra-
ducido a lo largo del siglo XX son principal- bajo de la población.
mente la consecuencia de la mejora de las 2. Avanzar en la implantación de estilos de
condiciones económicas y sociales de la vida saludables.
población y por eso las políticas de salud 3. Descentralizar los servicios de salud y
pública han de tener como principal objetivo favorecer la participación de la comuni-
la reducción de las desigualdades. Ya hemos dad en los programas de promoción y
señalado que los países de la O.C.D.E. con prevención.
mejores indicadores de salud no son los más 4. Evaluar el impacto sobre la salud de las
ricos, sino los que presentan menores desi- acciones intersectoriales que afecten a
gualdades en el nivel de renta entre los grupos los contenidos de las políticas de salud.
extremos de la población. Esta situación ha 5. Desarrollar estrategias que favorezcan la
sido posible en aquellos países donde la cooperación internacional.
social-democracia ha tenido continuidad 6. Universalizar el acceso a todos los servi-
desde la II. a Guerra Mundial (Escandinavia) y cios, incluidos los de mayor calidad.
en aquellos con un movimiento obrero pode- 7. Implantar programas basados en la
roso que ha propiciado políticas de negocia- investigación después de haber sido con-
ción social que impulsaran el desarrollo del venientemente evaluados.
estado de bienestar en todas sus vertientes y,
en consecuencia, la reducción de desigualda- Según las aportaciones de V. Ortún, la reo-
des. El caso de la Europa del sur, especial- rientación de las políticas sanitarias del estado
mente Portugal, Grecia y España, con gobier- de bienestar en un futuro inmediato han de
nos autoritarios de talante fascista, hizo que pasar por una focalización de las estrategias
42 Josep Lluís Barona

hacia ciertos sectores específicos de la pobla- 32


Cf. Martínez Navarro et al. (1998).
33
ción. 34 Por ejemplo, hoy en día resulta más Whitehead (1991).
34
Ortún Rubio (1998).
urgente y más rentable por los beneficios
sociales subsiguientes orientar las políticas de
salud hacia los sectores más pobres de la BIBLIOGRAFÍA
población, que hacia los sectores medios. De
ABRIL MARTORELL F. (1991): Informe y recomendacio -
igual modo, se habría de reconducir la actual nes de la comisión de análisis y evaluación del Siste -
gerontocracia, puesto que el principal foco de ma Nacional de Salud. Madrid, Congreso de los
gasto son los jubilados, hacia los sectores más Diputados.
necesitados de la juventud. En este sentido, AKIN J. (1987): Financing Health Services in Develo -
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tar, véase Huertas (1998), Martínez Navarro et al. (1998) Estudios históricos sobre medicina, sociedad y esta -
y Ortún (1998). do. Málaga, Sociedad Española de Historia de la
2
Cf. Marset, Sáez y Sánchez (1998). Medicina, pp. 323-346.
3
Ibidem. BELANGER M. (1993): «L’espace sanitaire européen
4
Banco Mundial... (1993) selon le traité de Maastricht». Revue du Marché Com -
5
Marset, Sáez y Sánchez (1998). mun et de l’Union Européen, 372, 785-789.
6
Cf. [Abril Martorell] Informe... (1991). BENACH J. (1995): «Análisis bibliométrico de las desi-
7
Citado por Fernández-Cuenca Gómez (1998), pp. gualdades en salud en España 1980-1994». Gaceta
260-261. Sanitaria, 49, 251-264.
8
Ortún Rubio (1998). BENACH J. (1997): «La desigualdad social perjudica
9
Ibidem. seriamente la salud». Gaceta Sanitaria, 11, 255-258.
10
Ibidem. BENACH J., YASUI, Y. (1999): «Geographical patterns of
11
Cf. Martínez Navarro et al. (1998). excess mortality in Spain explained by two indices of
12
Cf. Fernández-Cuenca Gómez (1998), p. 252. deprivation». J. Epidemiol. Community Health, 53,
13
Ibidem. 423-431.
14
Ibidem. BENZEVAL, M., J UDGE, K., WHITEHEAD, M. (1995): Tac -
15
Ibidem. kling inequalities in health. An agenda for action.
16
Cf. Martínez Navarro et al. (1998). Londres, King’s Fund.
17
Castellanos (1998), p. 81. BERTHOD-WURMSER, M. (1994): La santé en Europe.
18
Vid. Kunst (1995), Nuestro planeta... (1993), Victora Paris, La Documentation.
(1992). BOBAK, M., MARMOT, M. (1996): «East-West mortality
19
Cf. Castellanos (1998). divide and its potential explanations: proposed rese-
20
Ibidem. arch agenda». British Medical Journal, 312, 421-425.
21
Benach (1997), p. 255. BORRELL, C., PASARÍN, M.I. (1999): «The study of social
22
Ibidem. inequalities in health in Spain: where are we?» J. Epi-
23
Ibidem. demiol. Community Health, 53, 388-389.
24
Ibidem. CASTELLANO, P.L. (1998): «Los modelos explicativos del
25
Borrell i Pasarín (1999). proceso salud-enfermedad: los determinantes socia-
26
Benach i Yasui (1999). les». En: Martínez Navarro, F. et al. Salud Pública.
27
Cf. Navarro López y Benach de Rovira (1996). Madrid, McGraw-Hill-Interamericana.
28
Ibidem. CATALÁ VILLANUEVA, F., DE MANUEL KEENOY, E. (eds.)
29
Banco Mundial... (1993). (1998): Informe SESPAS 1998: La salud y el futuro
30
Kunst (1995). del estado del bienestar. Granada, Escuela Andaluza
31
Navarro López, V. y Benach de Rovira (1996). de Salud Pública.
Globalización y desigualdades en salud… 43

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SERIES 153.507

PARTICIPACIÓN DEL PACIENTE

Nuevo rol del paciente en el sistema sanitario


Albert J. Jovella, Maria Dolors Navarro Rubiob, Laura Fernández Maldonadoc y Sergi Blancafortd

Premisas iniciales contribuir a la mejora de la calidad de los servicios de sa-


lud.
¿Qué se entiende por un paciente activo?
Es un paciente que se preocupa por su salud y se hace res- Nuevo modelo de paciente activo
ponsable de obtener la mejor asistencia sanitaria posible y La sanidad está viviendo un cambio social sin precedentes
de controlar la evolución de su enfermedad. A veces, este en la historia de la humanidad. Este cambio se encuentra
rol lo asume un familiar directo del paciente. El concepto promovido por las transiciones sanitarias asociadas con los
de paciente activo está vinculado al de apoderamiento o cambios demográficos, epidemiológicos, económicos, tec-
empowerment de los pacientes. Este último término define nológicos, educativos y laborales que, a su vez, han supues-
a los pacientes que tienen el conocimiento y las habilida- to una mayor cobertura de los temas de salud en los me-
des necesarias para hacerse responsables de su salud, esta- dios de comunicación1. Esta mayor cobertura mediática ha
blecer un modelo deliberativo de relación con los profesio- promovido la creación de estados de opinión pública con
nales que les atienden y, por lo tanto, definen objetivos respecto a las características de los servicios sanitarios y a
terapéuticos y adoptan de forma compartida con sus mé- la ubicación prioritaria de la sanidad en la agenda política
dicos las decisiones que les permiten asumir esos objetivos. del Estado del bienestar. Por otra parte, la intensidad del
cambio social supera la capacidad de asimilación de los
¿Cuáles son las consecuencias de un paciente activo? agentes sanitarios, lo que implica la necesidad de construir
Es un paciente más consciente de su problema de salud, y liderar un modelo sanitario dinámico basado en valores
más comprometido con la mejora de su salud y de la asis- sociales. Con ello se ha de evitar el riesgo de demandas ju-
tencia que recibe, y que presenta un mayor cumplimiento diciales que se está produciendo en otros sistemas sanita-
terapéutico. Asimismo, es un paciente más colaborador rios, como el de Estados Unidos2.
con sus médicos y que gestiona de forma más efectiva y Los diferentes estudios realizados en el ámbito de la Fun-
eficiente el tratamiento clínico de su enfermedad. Además, dación Biblioteca Josep Laporte y el Foro Español de Pa-
un paciente activo es un paciente experto, que puede ayu- cientes, así como el análisis de los diferentes barómetros
dar a otros pacientes a ejercer mejor sus derechos y puede sanitarios realizados por el Centro de Investigaciones So-
ciológicas, permiten visualizar que los pacientes están asu-
miendo nuevos roles en su relación con los profesionales
de la salud y con los servicios sanitarios que utilizan3-7. En
la tabla 1 se describen algunos factores que promueven la
aForo Español de Pacientes. Universidad de los Pacientes. Universitat
Autònoma de Barcelona. Fundació Biblioteca Josep Laporte. Barcelona.
aparición emergente de este nuevo modelo de paciente o
España. paciente activo. Un primer factor sería el aumento del ni-
bFòrum Català de Pacients. Observatorio de Salud y Mujer. Fundació
vel educativo de la población española. Una mayor educa-
Biblioteca Josep Laporte. Barcelona. España.
cFòrum
ción correlaciona positivamente con la adopción de una
Català de Pacients. Planificación y Desarrollo Operativo. Fundació
Biblioteca Josep Laporte. Barcelona. España. mayor responsabilidad sobre el cuidado de la propia salud
dForo Español de Pacientes. Formación Fundació Biblioteca Josep Laporte.
y la de los familiares más vulnerables5. Este último con-
Barcelona. España.
cepto extiende el término de paciente activo a los hijos de
Correspondencia: los enfermos en el caso de personas mayores, a los padres
A.J. Jovell.
Fundació Biblioteca Josep Laporte. UAB-Casa Convalecencia. de los niños y a los cónyuges de los pacientes. Los resulta-
Antoni Maria Claret, 171, 3.ª planta. 08041 Barcelona. España. dos del estudio sobre «Necesidades de Información Sani-
Correo electrónico: albert.jovell@uab.es
taria de las Mujeres Españolas» realizado por el Observa-
Manuscrito recibido el 21-3-2006.
Manuscrito aceptado para su publicación el 22-3-2006. torio de Salud y Mujer en una muestra de 6.530 mujeres
españolas indicó que este rol de usuario activo y, por lo

234 | Aten Primaria. 2006;38(4):234-7 |


Jovell AJ et al.
Nuevo rol del paciente en el sistema sanitario SERIES

TABLA quién debe proveer el servicio requerido. Esta transforma-


Elementos que condicionan la aparición
1 de un paciente activo ción de paciente a cliente aparece también motivada por el
aumento de las expectativas en torno a las posibilidades
El nivel educativo de los enfermos y los ciudadanos españoles ha aumentado
curativas de las nuevas tecnologías sanitarias y a la promo-
Se han producido cambios en la estructura y en los roles de la familia que ción de los avances científicos. La cobertura mediática del
suponen la aparición del hijo/a, el cónyuge y el padre/madre del paciente
como agentes de salud
progreso científico y tecnológico también condiciona la re-
lación entre pacientes y sistema sanitario. En este sentido,
Los ciudadanos perciben la salud como un bien individual y subjetivo
los medios de comunicación contribuyen a crear estados de
Los pacientes adoptan un rol de consumidor y cliente de los servicios opinión y a condicionar actitudes en los usuarios de la sa-
sanitarios
nidad, de forma que éstos pueden influir muy directamen-
Hay un aumento de las expectativas en torno a las posibilidades curativas de
te en los contenidos de la agenda política sanitaria. Un
la ciencia y de las nuevas tecnologías sanitarias
ejemplo de esta situación lo constituye la decisión del Na-
El aumento de la prevalencia de la enfermedad crónica promueve la adopción
de estrategias de autocuidado y autocontrol de la evolución de la propia
tional Institute of Clinic Excellence británico de autorizar
enfermedad al National Health Service la financiación pública del in-
Las asociaciones de pacientes se convierten en intermediarios en la relación terferón beta en el tratamiento de la esclerosis múltiple a
entre ciudadanos y administraciones sanitarias, y entre pacientes y pesar de su elevada relación coste-efectividad. Este cambio
profesionales de decisión estuvo motivado por la presión de las asocia-
La sociedad civil organizada puede contribuir a una mayor democratización de ciones de pacientes10.
la sanidad Finalmente, el hecho de que la enfermedad crónica sea la
de mayor prevalencia en nuestra sociedad determina un
aumento de la experiencia que tienen las personas como
pacientes. Ello supone un mayor conocimiento sobre la
tanto, de agente de salud de la familia suele ser asumido importancia del autocuidado y sobre la necesidad de adop-
fundamentalmente por la mujer8. tar comportamientos sanitarios responsables. En este sen-
El acceso universal sin restricciones a todo tipo de infor- tido, la presencia de una enfermedad crónica es una de las
mación sobre temas de salud plantea nuevos retos a los razones que permite caracterizar la salud como un bien in-
profesionales sanitarios9. Un ejemplo de estos retos se pue- dividual y que promueve, en los pacientes con un nivel de
de vislumbrar en una búsqueda sobre dolor de espalda educación más elevado, una mayor preocupación por la
–back pain– realizada en internet a mediados de marzo de evolución de su enfermedad, un mejor cumplimiento tera-
2006. Esta búsqueda identificó 74 millones de referencias péutico y un seguimiento y control más apropiados de los
con el buscador Google, 152 millones con el buscador Al- síntomas de ésta2. Conviene recordar que la enfermedad
tavista y 144 millones con el buscador Yahoo. En contra- constituye un proceso que se vive en primera persona y
posición, la misma estrategia de búsqueda realizada en la que, por lo tanto, deberían ser los propios enfermos los pri-
base de datos Medline de la National Library of Medicine meros interesados en ejercer un buen cuidado de ésta.
identificó 23.506 referencias, de las que 1.966 eran ensa-
yos clínicos y 90 eran metaanálisis. La posibilidad que tie- Consecuencias del cambio social
nen los pacientes y sus familiares de acceder, en circuns- Esta mayor implicación de los pacientes y de sus familia-
tancias similares, a esta gran cantidad de información va a res en los cuidados de la salud condiciona tanto la defini-
suponer un cambio radical en la relación entre médicos y ción de lo que constituye una necesidad médica como la
pacientes. Además, la caracterización de la salud como un demanda de los servicios de salud. Algunas de estas de-
bien individual condiciona la actitud de los pacientes sobre mandas aparecen recogidas en la Declaración de Barcelo-
qué estrategias de cuidado consideran más adecuadas y na de las Asociaciones de Pacientes del año 2003 y en la
cuáles son los objetivos terapéuticos que deben conseguir. Agenda Política y Social del Foro Español de Pacientes
A todo ello contribuye el hecho de que la salud tenga un «251.000 razones para ser escuchados» (www.webpacien-
componente de percepción subjetiva por el que los pacien- tes.org). Asimismo, en la tabla 2 se recogen algunas de las
tes no perciben los mismos signos y síntomas, como por principales consecuencias que se pueden esperar de una
ejemplo sería el caso del dolor, con la misma intensidad o mayor participación de los pacientes en las decisiones que
gravedad. les afectan a ellos y a sus familiares, y de una mayor impli-
Otro factor que se debe tener en cuenta es la transición que cación de las asociaciones de pacientes en las decisiones de
se ha producido de la condición de enfermo o paciente a la política sanitaria. Este cambio de rol de los pacientes re-
de consumidor o cliente de los servicios sanitarios. Este úl- quiere modificaciones en la relación con los profesionales
timo concepto caracteriza la salud como un bien, y no só- de la salud y con los políticos. En el primer caso, los pro-
lo como la mera satisfacción de una necesidad, que debe fesionales tendrán que adaptarse a diferentes modelos de
proveerse en unas condiciones en las que el usuario tiene pacientes, que podrán adoptar desde comportamientos pa-
libertad de elección sobre cuándo, qué, dónde, cómo y sivos, propios de un modelo de relación tradicional o pa-

| Aten Primaria. 2006;38(4):234-7 | 235


Jovell AJ et al.
SERIES Nuevo rol del paciente en el sistema sanitario

TABLA Consecuencias de la aparición


2 de un paciente activo
Puntos clave
Demanda de una atención global centrada en el paciente que respete sus
valores y preferencias • La sanidad está viviendo un cambio social sin
precedentes en la historia de la humanidad que va a
Demanda de una atención continuada y longitudinal
influir directamente en la relación médico-paciente.
Aumento del grado de exigencia a los profesionales de la sanidad y a las
instituciones
Introducción de elementos contractuales en la relación médico-paciente
• La mayor educación de los ciudadanos condiciona la
aparición de un nuevo modelo de paciente más activo
Incremento de las segundas opiniones médicas y del acceso a medicinas en el cuidado de su salud.
alternativas
Desarrollo de sistemas de medición de la calidad de los servicios sanitarios • El rol de paciente activo puede verse reemplazado por
un familiar directo del enfermo.
Incorporación de los pacientes a los órganos de gobierno de las instituciones
sanitarias y a los consejos sociales de las comunidades autónomas
Establecimiento de auditorías de medida del grado de cumplimiento de los
• Los profesionales de la medicina van a tener que
evaluar los valores y preferencias de los pacientes y
derechos de los pacientes adoptar el modelo más apropiado de relación con éstos.
Petición de una mayor democratización de los procesos de decisiones
sanitarias, con exigencia de transparencia y rendición de cuentas • El paciente activo es más responsable del cuidado de su
propia salud y de controlar la evolución de ésta.
Promoción del asociacionismo y mayor protagonismo público de las
asociaciones de pacientes • Una mayor participación de los pacientes en los
procesos de toma de decisiones clínicas y en la
determinación de las políticas sanitarias debería
ternalista, a otros más activos, que pueden incluir la deci- mejorar la calidad global de la atención sanitaria
sión de participar en el proceso de toma de decisiones clí- recibida.
nicas o la petición de segundas opiniones médicas. En el
segundo caso, los políticos tendrán que favorecer una ma- • Los pacientes están en mejores condiciones de
colaborar con los profesionales de la salud si están
yor democratización de los sistemas sanitarios mediante la
adecuadamente informados, han recibido educación
provisión de información veraz sobre su funcionamiento y
sobre la enfermedad que presentan y si pueden expresar
los resultados obtenidos, mediante la promoción de la
sus necesidades.
elección, el establecimiento de mecanismos formales de
participación y la regulación del derecho de apelación o
discrepancia razonada frente a decisiones de las adminis-
• El proyecto de Universidad de los Pacientes intenta
preparar a pacientes y ciudadanos para que colaboren
traciones sanitarias. en la obtención de una atención sanitaria de mayor
No se han de ignorar los riesgos asociados con los escena- calidad.
rios promovidos por la aparición de un modelo de paciente
activo. Un primer riesgo es el paso de un modelo de rela-
ción médico-paciente paternalista a otro científico, por el
que la profesión médica transfiere toda la capacidad de de-
cisión al paciente. Sería ésta una situación irregular, en nesis y mediante las diferentes pruebas diagnósticas. Final-
cuanto es moralmente difícil aceptar una transferencia de mente, la introducción de mecanismos de transparencia y
responsabilidad en situaciones en las que no se produce una rendición de cuentas en la administración de los sistemas
transferencia de autoridad y conocimiento. En condiciones sanitarios puede promover una cultura de la sospecha y
de asimetría de conocimiento, corresponde al profesional mermar la confianza de los pacientes en las instituciones y
valorar hasta qué punto el paciente quiere y puede tomar los profesionales11. En este sentido, hay proyectos específi-
decisiones informadas, además de ayudarle en ese proceso cos que tienen como misión reflexionar sobre los determi-
mediante la utilización de un modelo de relación más deli- nantes de la confianza en los sistemas sanitarios y los ele-
berativo o consensuado. En segundo lugar, se ha de valorar mentos que configuran su modernización y adecuación a
que el hecho de acceder a más información significa eso: las nuevas demandas expresadas por los pacientes y los pro-
acceder a más información, sin que ello se asocie siempre fesionales (www.fbjoseplaporte.org/confianza y www.web-
con una mayor calidad de la decisión que se va a tomar. pacientes.org).
Desde esta perspectiva, lo importante no es acceder a un Uno de estos proyectos es el de la Universidad de los Pa-
mayor volumen de información, sino acceder a la mejor in- cientes (http://www.universidadpacientes.org), que tiene
formación y a la que mejor responde a las necesidades del como misión formar a pacientes, familiares, voluntarios y
paciente. Esta situación presupone, en muchas ocasiones, la ciudadanos en temas relacionados con la salud y los servi-
existencia de un juicio clínico experto que valore la historia cios sanitarios. Detrás de este proyecto de democratización
clínica del paciente y la información obtenida en la anam- del conocimiento subyacen 3 ideas. La primera de ellas es-

236 | Aten Primaria. 2006;38(4):234-7 |


Jovell AJ et al.
Nuevo rol del paciente en el sistema sanitario SERIES

4. Jovell AJ. El paciente del futuro: revisión de encuestas de opinión


tá relacionada con el hecho de que la calidad de un servi- pública [en línea]. Fundació Biblioteca Josep Laporte julio 2001
cio mejora cuando los usuarios de éste están en condicio- [accedido 20 Abr 2004]. Disponible en: http://www.fbjosepla-
nes de juzgarlo y evaluarlo. En segundo lugar, la provisión porte.org/ y http://www.webpacientes.org/
de servicios sanitarios y la salud de las personas son ele- 5. Jovell AJ. El paciente del futuro: wstudio cualitativo. Fundació
mentos que se pueden beneficiar de una aproximación aca- Biblioteca Josep Laporte julio 2001 [accedido 20 Abr 2004].
Disponible en: http://www.fbjoseplaporte.org/ y
démica, que incluya actividades de formación, investiga- http://www.webpacientes.org/
ción e información promovidas desde una concepción 6. Del Llano J. ¿Estamos satisfechos los ciudadanos con el Sistema
universitaria. Y, en tercer lugar, la complejidad de los temas Nacional de Salud? Valoración según los barómetros sanitarios.
relacionados con la salud y la sanidad precisa, dentro de un Fundación Gaspar Casal; 2006.
contrato social basado en los principios de solidaridad, 7. Heneghan C, Alonso-Coello P, Garcia-Alamino JM, Perera R,
Metas E, Glasziou P. Self-mnitoring of oral anticoagulation: a
subsidiariedad, igualdad y responsabilidad, una mayor systematic review and meta-analysis. Lancet. 2006; 367:404-11
contribución de la sociedad civil y la adopción de los prin- 8. Necesidades informativas en salud y mujer en España del año
cipios de la democracia deliberativa12-14. Es en estas situa- 2002” , Observatorio de Salud y Mujer [accedido 20 Mar 2006].
ciones donde la participación de un ciudadano y paciente Disponible en: http://www.obsym.org/
activo debería contribuir a una mejora global de la equi- 9. Jovell, AJJ. Enred@dos en el c@os: gestión digital del conoci-
miento en salud pública. Gacet Sanit. 2006;13:484-6.
dad, la calidad y la eficiencia de los servicios de salud. 10. Devlin N, Appleby J, Parkin D. Patient’s views of explicit ratio-
ning: what are the implications for health service decision-ma-
king? J Health Serv Res Policy. 2003;8:183-6.
11. O’Neill O. A question of trust: the BBC Reith lectures 2002.
Bibliografía
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2. Mello MM, Studdert DM, DesRoches CM, Peugh J, Zapert K, 13. Jovell AJ. Contrato social y valores en la profesión médica. Rev
Brennan TA, et al. Effects of a malpractice crisis on specialist Adm San. 2005;3:495-503.
supply and patient access to care. Ann Surg. 2005;242;629-30. 14. Pérez AJ, Soley P. La participación ciudadana en la gestión sani-
3. Coulter A, Magee H. The European Patient of the Future. Mai- taria. Gestión y Evaluación de Costes Sanitarios 2005;6 (núme-
denhead: Open University Press; 2003. ro monográfico).

| Aten Primaria. 2006;38(4):234-7 | 237


LOS SERVICIOS SANITARIOS
DE LAS CCAA

INFORME 2021
(XVII Informe)

MAYO DE 2021

Federación de Asociaciones para la Defensa de la


Sanidad Pública

1
INTRODUCCIÓN

Desde el año 2004 desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la


Sanidad Pública (FADSP) se llevan realizando Informes sobre la Situación
Sanitaria en las CCAA, preocupados porque la finalización de las
transferencias sanitarias en 2001 hubiera producido un aumento de las
desigualdades entre los servicios sanitarios de las mismas y por lo tanto el
acceso a una atención sanitaria de calidad por parte de la población.

En 2020 no se realizó el Informe anual por la ausencia de una actualización de


los datos recogido en el de 2019, y si bien progresivamente han ido
recuperándose lo han hecho con el habitual retraso de las administraciones
sanitarias. Por poner solo un ejemplo, el Barómetro Sanitario de 2019, cuya
recogida de datos finalizo en octubre de ese año no se publicó hasta el primer
trimestre de 2021, y el de 2020, que suponemos se habrá realizado no ha sido
hecho público hasta ahora. Este es un serio problema, el de la falta de
transparencia de las administraciones sanitarias, que hemos señalado
reiteradamente y que no ha mejorado de manera significativa a pesar de la
aprobación de una autodenominada ley de Transparencia, de manera que el
acceso a los datos del funcionamiento del sistema sanitario público sigue
siendo muy difícil para la población y los investigadores. Es una vergüenza y un
atropello que los datos de la Sanidad Pública, que se financia con los
impuestos de la ciudadanía, continúen secuestrados, una responsabilidad que
por supuesto comparten el Ministerio de Sanidad y las CCAA.

Con la crisis económica se produjo un proceso de recortes que afecto a todas


las CCAA, aunque en medida distinta. El resultado fue un deterioro importante
en los recursos, especialmente en los humanos, y en las infraestructuras,
mientras de manera paralela se incrementaba el proceso privatizador que ya
estaba presente en la mayoría de ellas.

Aunque en los 5 últimos años se ha producido un aumento presupuestario, este


ha ido dirigido de mayoritariamente al incremento del gasto farmacéutico (29%
entre 2014 y 2020) y a las privatizaciones. Bien es cierto que los presupuestos
sanitarios para 2021, en las CCAA en las que se han aprobado, es decir todas
menos Madrid, Cataluña y Murcia, han incrementado notablemente los mismos,
superando los existentes previamente a la crisis económica anterior.

Estos recortes se evidenciaron sobre todo en los recursos humanos disponibles


(los trabajadores sanitarios) que han sufrido una disminución general aparte de
un notable empeoramiento de sus condiciones de trabajo, pero también en el
funcionamiento del sistema sanitario, especialmente en lo que respecta a las
listas de espera, que han empezado a generalizarse de forma preocupante en
Atención Primaria (el 34,7% de la población señala que le citan en AP con más
de 6 días de demora) por lo que la opinión de la ciudadanía sobre el mismo ha
empeorado (por ejemplo el porcentaje de personas que señalan que el sistema
sanitario funciona bien o bastante bien ha pasado del 73,88% en 2010 al 72,1%
en 2019) .

2
Por otro lado la aplicación del RDL 16/2012 en cuanto a los copagos
farmacéuticos ha supuesto la exclusión del acceso a la prestación farmacéutica
de muchos enfermos (las encuestas señalan que las personas que por motivos
económicos no retiran de la farmacia medicamentos prescritos suponen un
14,76%, y el Barómetro Sanitario de 2019 refiere que son 1,23 millones de
personas), y aunque no se han hecho evaluaciones sobre el impacto sobre la
salud de la falta de adherencia a los tratamientos que produce esta situación,
es cierto que los Presupuestos Generales del Estado de 2021 eximen a un
numeroso grupo de población (600.000 personas según los cálculos del
Gobierno), la que tiene menos ingresos, de los copagos, con lo que
previsiblemente la situación habrá mejorado de manera sustancial.

Estos problemas son generalizados de todo el Sistema Nacional de Salud y


han afectado, en mayor o menor medida, a todas las CCAA, pero una vez más
ha habido distintas formas de aplicación de estas actuaciones que, incidiendo
sobre las diferencias previas las han aumentado o disminuido.

Este Informe, como los anteriores, hace una comparación entre las distintas
CCAA y evalúa la posición relativa que cada una de ellas tiene respecto a las
demás, por eso si todas las CCAA empeoran o mejoran, el resultado no tendría
que variar si lo hubieran hecho en la misma medida. Por otro lado, es evidente
que la utilización de este para argumentar que un servicio sanitario de una
comunidad autónoma concreta carece de problemas no se ajusta a la realidad
porque solo indica si esta mejor o peor que el resto. También debe tenerse en
cuenta, que incluso una buena situación relativa, puede encubrir muy serios
problemas en parte del territorio de esa autonomía, porque no se analizan las
desigualdades intracomunitarias, que existen y haya motivos para pensar que
son importantes, pero sobre las que no hay datos públicos suficientes para
hacer evaluaciones.

Por ello este Informe, además de objetivar las diferencias entre los sistemas
sanitarios de las CCAA, intenta también el analizar con que intensidad se ha
aplicado esta política de recortes y deterioro en la Sanidad Pública y si también
en este tema estamos ante actuaciones significativamente diferentes por parte
de las administraciones autonómicas.

Finalmente, una cuestión clave es que no analiza, salvo algún dato aislado la
respuesta de los servicios sanitarios a la pandemia por covid19, lo que habrá
que hacer de manera específica cuando esta se encuentre controlada.

Otro hecho que conviene tener en cuenta es que el Informe se realiza con
datos mayoritariamente de 2019 y 2020 y solo algunos de 2021.

3
CRITERIOS ANALIZADOS

Se han utilizado los siguientes parámetros, que todos ellos son utilizados en las
valoraciones de los sistemas sanitarios mundiales por la OCDE, OMS,
Eurostat, HAQI (The Lancet) e indicadores claves del SNS.

Financiación, recursos y funcionamiento:


1) Gasto per cápita en 2021, calculado a partir de los Presupuestos
aprobados por las CCAA para 2021, divididos por el número de
habitantes (censo de población INE)
2) Camas por 1000 habitantes: número de camas por CCAA (Estadística
de establecimientos sanitarios con régimen de internado. Ministerio de
Sanidad y Consumo) dividido entre la población.
3) Camas por 1.000 habitantes de los servicios sanitarios públicos de las
CCAA (Catalogo Nacional de Hospitales)
4) Quirófanos /100.000 habitantes (MS)
5) Tomografía axial computarizada (TAC) y resonancias magnéticas
(RM): número de equipos por millón de habitantes (Ministerio de
Sanidad)
6) Médicos generales de atención primaria por 1.000 habitantes
(Ministerio de Sanidad)
7) Profesionales de enfermería en AP por 1.000 habitantes (Ministerio de
Sanidad)
8) Médicos de atención especializada por 1.000 habitantes (Ministerio de
Sanidad)
9) Profesionales de enfermería de atención especializada por 1.000
habitantes (Ministerio de Sanidad)
10) Porcentajes de cesáreas por partos atendidos (Ministerio de Sanidad)
11) Coste de alta hospitalaria calculado a partir del número de UPAS
(unidades ponderadas de actividad) (Ministerio de Sanidad)
12) Intervenciones quirúrgicas por quirófano y año (Ministerio de Sanidad)
13) Porcentaje de intervenciones quirúrgicas realizadas por cirugía mayor
ambulatoria (CMA) (Ministerio de Sanidad)
14) Urgencias atendidas en hospitales, frecuentación por 1000 habitantes
(Ministerio de Sanidad)

Política farmacéutica:
15) Gasto farmacéutico 2020: gasto farmacéutico financiado por la
Seguridad Social en recetas en 2020 (Ministerio de Sanidad y
Consumo), dividido por la población.
16) Crecimiento de gasto farmacéutico: porcentaje de crecimiento del
gasto farmacéutico en 2020 en relación con 2019 (Ministerio de
Sanidad y Consumo).
17) Porcentaje de envases farmacéuticos en medicamentos genéricos en
2019 (Ministerio de Sanidad).
18) Gasto farmacéutico hospitalario 2020: gasto farmacéutico hospitalario
en 2020 (Ministerio de Hacienda), dividido por la población.
19) Crecimiento de gasto farmacéutico hospitalario 2020: porcentaje de
crecimiento del gasto farmacéutico en hospitales en ese año respecto
a 2019 (Ministerio de Hacienda).

4
Valoración de los ciudadanos:
20) Satisfacción: puntuación obtenida en el Barómetro Sanitario 2019.
21) Porcentaje de personas que opinan que el sistema sanitario funciona
bien o bastante bien (Barómetro Sanitario 2019)
22) Porcentaje de personas que piensan que recibieron buena o muy
buena asistencia sanitaria durante la Covid19 (Fusión de Barómetros
de septiembre a diciembre de 2020 sobre Covid19. Estudio nº
66091220)
23) Porcentaje de ciudadanos que prefieren la asistencia sanitaria pública.
Barómetro Sanitario 2019

Listas de espera:
24) Porcentaje de ciudadanos que recibió la cita con el especialista en 15
días o menos. (Barómetro Sanitario 2019).
25) Porcentaje de ciudadanos que señala que recibe la cita de AP en 24
horas (Barómetro Sanitario 2019)
26) Porcentaje de ciudadanos que piensa que mejoraron las listas de
espera (Barómetro Sanitario 2019).
27) Días de demora media lista de espera quirúrgica a julio de 2020
(Ministerio de Sanidad 2020)
28) Días de demora media lista de espera primera consulta especialista a
julio de 2020 (Ministerio de Sanidad 2020)

Privatización sanitaria:
29) Gasto de bolsillo anual por persona en sanidad (CIS)
30) Porcentaje del gasto sanitario dedicado a contratación con centros
privados (MS)
31) Número de consultas por habitante y año en atención especializada
privada (MS)
32) Número de consultas por habitante y año en medicina de cabecera
privada (MS)
33) Privatización de los servicios sanitarios: presencia de fórmulas de
gestión privada (fundaciones, empresas públicas, consorcios, etc.),
concesiones administrativas, entidades de base asociativa o iniciativas
de financiación privada.
34) Existencia de dedicación exclusiva de los profesionales al sistema
sanitario público.

La puntuación de cada CCAA se ha asignado teniendo en cuenta los cuartiles


de cada una de las variables, asignando puntuaciones:

1) De 4 a 1 según la Comunidad Autónoma se encontrase en el cuartil 4º a


1º en las variables: 1,2,3,4,5,6,7,8,9, 12,13,17,20,21,22,23, 24, 25 y 26.
2) De 1 a 4 según la Comunidad Autónoma se encontrase en el cuartil 4º a
1º en las variables: 10,11, 14, 15, 16,18,19, 27, 28,29,30,31 y 32.
3) Se ha asignado un punto a aquellas CCAA que carecen de fenómenos
de privatización de la provisión sanitaria (fundaciones, concesiones
administrativas, consorcios, empresas públicas, etc) y 0 a las que
presentan alguno de estos fenómenos.

5
4) Se ha asignado un punto a las CCAA en las que existe dedicación
exclusiva de los profesionales y 0 a las que no la tienen

PUNTUACIONES OBTENIDAS

La puntuación máxima posible es de 130 y la mínima de 32. La puntuación


media obtenida por las CCAA ha sido de 79.70 (DS 12,43) con un intervalo
de confianza para la media entre 73,31 y 86,09 (rango de 60 a 98).

De acuerdo con los cuartiles de la puntuación obtenida se han clasificado las


CCAA en 4 grupos según los percentiles de la puntuación obtenida:
• percentil 25: 70
• percentil 50: 78
• percentil 75: 90

La clasificación de las CCAA, con estos criterios es la siguiente:

1) CCAA con mejores servicios sanitarios:


• País Vasco: 98
• Navarra: 97
• Asturias: 96
• La Rioja: 92

2) CCAA con servicios sanitarios regulares:


• Aragón: 88
• Castilla y León: 87
• Extremadura: 86
• Galicia: 84
• Castilla la Mancha 79

3) CCAA con servicios sanitarios deficientes:


• Cantabria: 75
• Baleares:73
• Cataluña: 72
• Madrid: 72

4) CCAA con peores servicios sanitarios:


• Canarias: 68
• Valencia:64
• Andalucía: 63
• Murcia: 60

6
La diferencia entre CCAA es claramente excesiva (de 38 puntos sobre un
máximo alcanzado de 98). La ratio entre la Comunidad autónoma de mayor
puntuación y la de menor puntuación es de 1,63 una de las menores registrada
en los informes realizados: 2019 (1,82), 2018 (1,77), 2017 (1,83), 2016 (1,80),
2015 (1,81) y 2014 (1,76) pero que sigue evidenciando una gran disparidad en
los servicios sanitarios entre las CCAA, que aunque se reduce ligeramente,
continua poniendo en peligro la necesaria cohesión y equidad entre territorios.

7
COMPARACIÓN DE LA POSICIÓN RELATIVA DE LAS CCAA EN LOS 8
ÚLTIMOS INFORMES REALIZADOS

2009 2010 2011 2012 2013 2014

Extremadura Navarra Navarra Asturias Navarra Navarra


País Vasco Asturias Asturias Navarra Aragón Aragón
Navarra Castilla-LM C y León País Vasco Asturias P Vasco
C y León C y León Aragón Aragón País Vasco Asturias
Cataluña Aragón País Vasco C-León C-León C y León
Andalucía Baleares Castilla-LM La Rioja Galicia Andalucía
Cantabria Extremadura Cantabria Andalucía Andalucía Cantabria
Aragón País Vasco La Rioja Extremadura Cantabria Galicia
Asturias La Rioja Extremadura Castilla-LM Extremadura La Rioja
Castilla-LM Andalucía Cataluña Cantabria La Rioja CLM
Galicia Cantabria Baleares Baleares Cataluña Cataluña
Baleares Cataluña Andalucía Galicia Madrid Extremadura
Murcia Murcia Murcia Cataluña Castilla-LM Madrid
La Rioja Madrid Galicia Madrid Baleares Baleares
Madrid Galicia Madrid Murcia Murcia Murcia
Canarias Canarias Canarias Canarias Canarias Canarias
Valencia Valencia Valencia Valencia Valencia Valencia

2015 2016 2017 2018 2019 2021

P Vasco Navarra Navarra P Vasco Navarra P Vasco


Navarra Aragón P Vasco Navarra P Vasco Navarra
Aragón P Vasco Aragón Aragón Aragón Asturias
Asturias C y León Asturias C y León Asturias La Rioja
C y León Asturias C y León La Rioja C y León Aragóm
Cantabria CLM CLM CLM CLM C y León
Galicia Extremadura Extremadura Extremadura La Rioja Extremadura
La Rioja Galicia Galicia Asturias Extremadura Galicia
Andalucía La Rioja La Rioja Madrid Baleares CLM
Madrid Cantabria Cantabria Baleares Galicia Cantabria
Murcia Madrid Madrid Galicia Cantabria Baleares
Baleares Baleares Baleares Andalucía Madrid Cataluña
CLM Andalucía Murcia Cantabria Valencia Madrid
Extremadura Cataluña Andalucía Murcia Cataluña Canarias
Cataluña Murcia Cataluña Cataluña Andalucía Valencia
Valencia Canarias Valencia Valencia Murcia Andalucia
Canarias Valencia Canarias Canarias Canarias Murcia

8
COMENTARIOS A LOS RESULTADOS

Hay que señalar que aunque la mayoría de los criterios de valoración han sido
los mismos todos los años (no siempre han estado disponibles), desde 2008 se
han añadido más criterios relativos a las opiniones de los ciudadanos, así como
a las listas de espera, en 2014 se han añadido 3 más relativos al
funcionamiento de los servicios sanitarios y otras 2 sobre privatización, 3 más
sobre funcionamiento en 2016 ,2 sobre listas de espera en 2017, 2 sobre gasto
farmacéutico hospitalario en 2018 y 2 sobre privatización en 2019, en este año
se añadieron 2, uno sobre recursos y otros sobre opinión de la ciudadanía.

A partir de 2018 se ha tenido que eliminar uno, el de Mejora global que recogía
el Promedio de los porcentajes de ciudadanos que piensan que se ha
producido una mejora en la atención primaria, consulta de los especialistas y
asistencia hospitalaria, debido a que en los últimos Barómetros Sanitarios (a
partir de 2017) se eliminaron estas preguntas.

Hay que resaltar que hasta este año las 2 últimas CCAA eran las mismas en
todos los informes (Canarias y Valencia) pero en el actual Murcia ocupa por
primera vez el último lugar (la penúltima en 2019)

Los dos primeros puestos en los 4 últimos Informes los ocupan las mismas
CCAA con cambios en las posiciones relativas.

En el último Informe suben 8 CCAA: Canarias y La Rioja (3 puestos), así como


Cataluña y Galicia (2 puestos), y País Vasco, Asturias, Extremadura y
Cantabria (1 puesto).

El grupo de las CCAA con peores servicios sanitarios está formado por Murcia,
Andalucía Valencia y Canarias, comunidades que todas ellas habían ocupado
en algún momento las 4 últimas posiciones, aunque respecto al año pasado se
incorpora Valencia.

Las bajadas más llamativas son las de Castilla la Mancha (3 puestos), Aragón,
Baleares y Valencia (2 puestos), bajando 1 puesto: Navarra, Castilla y León,
Madrid, Andalucía y Murcia.

Hay que recordar que el análisis que se realiza es una comparación entre la
situación de las CCAA, de manera que, si todas hubiesen mejorado o
empeorado en la misma cuantía, no se producirían diferencias en los
resultados y por lo tanto los cambios de posición responden a las posiciones
relativas.

Los resultados recogen básicamente datos de 2019, y algunos de 2020 y 2021


por lo que ya parece que pueden empezar a valorarse los cambios que se han
producido en los gobiernos autonómicos tras las últimas elecciones.

Si se comparan las posiciones relativas de las CCAA entre este Informe y el de


2019, lo que evaluaría la evolución desde las últimas elecciones autonómicas,

9
se observa de acuerdo con el color político del gobierno autonómico, que entre
aquellas CCAA gobernadas por el PP, 1 mejoro su posición (20%) y 4
empeoraron (80%); entre las gobernadas por el PSOE, 5 mejoraron (50%) y 5
empeoraron (50%), y en las que tuvieron gobiernos nacionalistas las 2
mejoraron. De ello parece deducirse que la evolución fue más positiva en las
que no tuvieron gobiernos conservadores, aunque seria conveniente esperar
hasta el año próximo para poder valorarlo con más tiempo de evolución.

Análisis estadístico

El análisis estadístico tiene muchas limitaciones porque se trata de un número


reducido de datos para cada variable (17 CCAA), en todo caso destacar que en
la regresión lineal múltiple se han encontrado modelos con significación
estadística para:

• Satisfacción: resultando variable predictora el presupuesto per cápita


(r2= 0,347; p = 0,013)
• El sistema sanitario funciona bien o bastante bien: resultando variable
predictora el porcentaje que recibe cita de AP en 24 horas. (r2= 0,331; p
= 0,016)
• Preferencia de la Sanidad Pública: variable resultando variable
predictora el porcentaje que recibe cita de consulta del especialista en
15 días, el presupuesto per cápita (ambas positivamente), y
negativamente los días de demora en lista de espera de consultas
externas y el gasto de bolsillo (r2= 0,452; p= 0,034).

Autores: Sergio Solana Gorro, Carlos Sánchez Fernández, Sergio Fernández


Ruiz y Marciano Sánchez Bayle

10
TABLAS:

FINANCIACIÓN, RECURSOS Y FUNCIONAMIENTO

PreHab Camas Camas SP Quirófanos TAC/RM


Andalucía 1.388,86 2,19 1,7 0,09 28,4
Aragón 1.766,91 3,75 3,2 0,1 31,9
Asturias 1.949,95 3,4 2,9 0,11 34,1
Baleares 1.597,52 3,0 1,9 0,11 37,3
Canarias 1.475,18 3,11 2,1 0,08 32,4
Cantabria 1.711,34 3,28 2,4 0,1 27,5
Castilla y León 1.817,94 3,52 2,7 0,1 31,6
Castilla la Mancha 1.791,68 2,33 2,2 0,07 30,0
Cataluña 1.279,28 3,68 0,62 0,1 30,3
C. Valenciana 1.497,61 2,37 2,0 0,1 29,9
Extremadura 1.743,87 3,3 3,1 0,1 33,7
Galicia 1.697,63 3,32 2,8 0,1 33,4
Madrid 1.236 2,74 1,9 0,11 35,8
Murcia 1.305,93 3,22 2,3 0,1 31,8
Navarra 1.771,34 3,31 2,3 0,12 40,3
País Vasco 1809,41 3,23 2,6 0,11 32,7
La Rioja 1.669,36 3,19 3,0 0,08 28,8

PreHab = presupuesto sanitario per cápita 2021


Camas = camas/1.000 habitantes
Camas SNS = camas Sanidad Pública/1.000 habitantes
Quirófanos = Quirófanos/100.000 habitantes
TAC/RM = TAC y RM/millón habitantes

11
Me AEhab Enf AEhab MeAP EnfAP
hab hab
Andalucía 1,62 2,89 0,76 0,6
Aragón 2,29 4,56 0,88 0,77
Asturias 2,42 4,1 0,78 0,72
Baleares 1,99 3,98 0,62 0,5
Canarias 1,94 3,54 0,74 0,9
Cantabria 1,89 3,62 0,8 0,64
Castilla y León 2,03 3,53 1,12 0,89
Castilla la Mancha 1,9 3,36 0,83 0,75
Cataluña 2,06 3,45 0,77 0,75
Comunidad Valenciana 1,88 2,91 0,79 0,63
Extremadura 1,84 3,41 0,92 0,88
Galicia 1,92 3,51 0,83 0,7
Madrid 2,23 3,57 0,68 0,5
Murcia 1,84 3,06 0,75 0,57
Navarra 2,53 4,63 0,8 0,79
País Vasco 2,3 4,94 0,8 0,69
La Rioja 1,83 3,33 0,83 0,93

Me AE hab = profesionales médicos de AE por 1.000 habitante


Enf AE hab = profesionales de enfermería de atención especializada por 1.000
habitantes
Me AP hab = profesionales médicos de atención primaria por 1.000 habitantes
Enf AP hab = profesionales de enfermería de atención primaria por 1.000
habitantes

12
Cesáreas Coste de alta Intv/quirof CMA Urgenc
hospitalaria /1000
Andalucía 25,69 938,06 1160,80 48,84 800,32
Aragón 20,72 947,58 1208,06 34,82 635,88
Asturias 18,14 1015,87 914,97 43,83 533,44
Baleares 23,35 1125,72 1158,16 41,77 786,23
Canarias 20,37 1060,41 1083,26 36,2 544,14
Cantabria 23,83 1060,74 717,20 40,29 617,97
Castilla y León 22,89 941,76 1098,95 35,74 531,82
Castilla la Mancha 24,9 958,50 1081,74 50,68 569,91
Cataluña 26,94 675,36 1381,57 50,01 666,82
Comunidad Valenciana 28,7 1087,81 1074,14 46,18 638,31
Extremadura 29,22 945,61 1004,24 40,32 536,10
Galicia 25,31 909,79 1011,62 45,17 545,08
Madrid 23,86 996,80 1273,26 51,06 747,43
Murcia 25,63 1084,14 969,49 40,34 735,27
Navarra 16,33 1124,72 832,14 34,72 452,67
País Vasco 14,63 941,91 1286,12 41,72 577,48
La Rioja 21,93 767,41 1312,51 54,32 515,50

Cesáreas = porcentaje de cesáreas por 100 partos


Coste de alta hospitalaria = calculado a partir del número de UPAS
Intv/quirof = intervenciones por quirófano y año
CMA = % de intervenciones quirúrgicas de cirugía mayor ambulatoria
Urgenc /1000= urgencias por 1.000 habitantes

13
GASTO FARMACÉUTICO

GFR AGFR PorGenR GFH AGFH


Andalucía 223,61 9,44 44 141,48 8,78
Aragón 272,78 4,98 37 187,75 3,28
Asturias 295,01 1,96 34 198,32 -0,73
Baleares 202,60 3,72 38 183,28 5,76
Canarias 265,00 5,65 34 154,61 6,14
Cantabria 272,15 3,88 35 210,39 6,25
Castilla y León 285,86 3,56 44 186,95 7,46
Castilla la Mancha 278,47 5,98 42 149,51 5,37
Cataluña 200,29 1,27 43 154,69 2,96
Comunidad Valenciana 278,22 0,15 33 181,91 2,58
Extremadura 330,87 3,35 36 178,81 4,33
Galicia 277,3 2,74 38 192,82 5,00
Madrid 202,60 2,08 44 162,59 10,20
Murcia 261,73 3,84 31 172,34 5,02
Navarra 217,35 0,09 40 179,56 3,82
País Vasco 230,52 1,07 44 140,66 4,57
La Rioja 233,16 0,43 36 176,79 3,12

GFR = gasto farmacéutico en recetas (€ per cápita 2020)


AGFR = aumento gasto farmacéutico en recetas 2020/2019
PorGenR = porcentaje genéricos (% sobre el total de envases)
GFH = gasto farmacéutico hospitalario (€ per cápita 2020)
AGFH = aumento gasto farmacéutico hospitalario 2020/2019

14
OPINIÓN CIUDADANA

Satis Func Covid-19 PrefSP


Andalucía 6,40 70,5 83,2 63,9
Aragón 7,45 73,6 100 86,7
Asturias 7,17 81,4 100 83,2
Baleares 6,87 81,8 66,8 55,7
Canarias 6,16 77,5 100 66,2
Cantabria 7,13 85,1 100 76,4
Castilla y León 6,95 76 74,3 82,5
Castilla la Mancha 6,80 69,8 59,3 66,8
Cataluña 6,40 79,2 80,8 65,2
Comunidad Valenciana 6,82 74,4 74,4 70,2
Extremadura 6,65 81,3 86,3 72,0
Galicia 6,78 77,2 63,0 77,7
Madrid 7,07 73,6 78,6 69,5
Murcia 6,57 71,3 76,6 68,2
Navarra 7,37 74 100 72,1
País Vasco 7,27 87,3 100 78,6
La Rioja 7,12 82,8 100 75,4

Satis = puntuación que dan los ciudadanos a la Sanidad Pública (de 0 a 10)
(Barómetro Sanitario)
Func = porcentaje de personas que opinan que la Sanidad funciona bien o
bastante bien (Barómetro Sanitario)
Covid-19= porcentaje de personas que opinan que la atención sanitaria
recibida por la Covid-19 fue buena o muy buena (CIS)
Pref SP = % de ciudadanos que eligen la Sanidad Pública para hospitalización
(Barómetro Sanitario)

15
LISTAS DE ESPERA

Ce15 Ap24h Mej LE Demora Demora


LEQ LEC
Andalucía 15,5 17,7 7,3 212 132
Aragón 23,2 28,1 8,7 171 139
Asturias 10,9 36,9 4,4 52 38
Baleares 12,8 5,5 10,2 140 71
Canarias 17,4 10,8 9,4 163 149
Cantabria 15,2 10,6 7,6 150 81
Castilla y León 9,1 21,4 14,6 161 127
Castilla la Mancha 11,3 18,2 9,2 269 83
Cataluña 21,0 12,5 5,4 223 158
Comunidad Valenciana 16,8 10,0 6,2 154 -
Extremadura 23,5 40,4 6,9 131 112
Galicia 17,5 18,2 9,0 101 66
Madrid 11,6 6,4 9,4 42 44
Murcia 20,0 9,0 8,9 118 86
Navarra 23,0 54,7 11,9 112 102
País Vasco 35,0 16,4 7,7 96 49
La Rioja 25,8 32,9 7,2 69 32

AP24h = porcentaje de personas que dicen que cuando piden cita en AP se la


dan en 24 hs (Barómetro Sanitario)
Ce15= porcentaje de personas que dicen que cuando piden cita en la consulta
del especialista se la dan en 15 días (Barómetro Sanitario)
Mej LE= porcentaje de personas que señalan que mejoraron las listas de
Espera (Barómetro Sanitario)
Demora LEQ = días de promedio de espera en lista de espera quirúrgica
(Ministerio de Sanidad)
Demora LEC = días de promedio de espera en lista de espera de consultas
especialista (Ministerio de Sanidad)

16
PRIVATIZACIÓN

GastoBol GSCP Cta Esp Priv Cta MC Priv


Andalucía 415 4,2 0,60 0,29
Aragón 387 4,4 2,03 2,77
Asturias 441 6,2 0,48 0,18
Baleares 334 9,9 1,06 0,53
Canarias 313 9,3 1,43 0,66
Cantabria 413 3,5 0,35 0,41
Castilla y León 360 3,7 0,90 0,39
Castilla la Mancha 476 5,2 0,45 0,38
Cataluña 513 26 1,07 0,58
Comunidad Valenciana 495 4,1 0,83 0,22
Extremadura 364 4,1 0,92 0,35
Galicia 427 5,3 0,45 0,21
Madrid 420 10 1,01 0,73
Murcia 408 6,4 0,76 0,43
Navarra 587 6,5 0,26 0,07
País Vasco 600 6,5 0,87 0,37
La Rioja 481 7,7 0,64 0,31

GastoBol = Gasto de bolsillo anual por persona en Sanidad (CIS)


GSCP = Porcentaje del gasto sanitario dedicado a contratación con centros
privados (Ministerio de Sanidad)
Cta Esp Priv= Consultas año por habitante al médico especialista privado
(Barómetro Sanitario)
Cta MC Priv = Consultas año por habitante al médico de cabecera privado
(Barómetro Sanitario)

17
ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA
SANIDAD Y LA GESTIÓN SANITARIA EN ESPAÑA

Antonio Férnandez Férnandez


Mercedes Vaquera Mosquero
Universidad de Extremadura

RESUMEN

El objetivo de este artículo es poner manifiesto la evolución del sistema sanitario español a lo
largo de su historia, ligándolo a su vez con la forma de gestión que han ido aplicando los diferentes
Órganos de Gobierno que han tenido implicación directo en la política sanitaria.

El periodo de análisis comienza en la alta edad media, siglos V-VI, y continua con el análisis
de los principales acontecimientos que a lo largo de los últimos quince siglos han tenido lugar y que
han hecho que la situación actual sea exactamente la que es en la actualidad.

Para terminar hemos querido exponer las líneas maestras que, en nuestra opinión, deben regir el
desarrollo futuro de la gestión sanitaria en el contexto de la globalización y el acelerado proceso de
progreso económico y social en el que nos encontramos inmersos.

INTRODUCCIÓN

En estos tiempos, en que, con motivo de la crítica situación económica que estamos
atravesando, se pueden plantean ciertas dudas sobre el futuro de algunos de los derechos sociales
adquiridos a lo largo del tiempo, creemos que es interesante recordar, mediante un breve repaso
histórico, cómo han ido apareciendo alguno de esos derechos y prestaciones sociales con las que
convivimos en la actualidad y que han ido cambiando con el paso del tiempo, por ello, en este artículo
nos vamos a centrar en hacer un repaso de cómo han ido evolucionando los derechos sociales, sanitario
y asistenciales, para lo que es necesario poner de manifiesto la evolución del sistema sanitario español
a lo largo del tiempo.

Es necesario, antes de nada, destacar que, el sector sanitario, a pesar de ser uno más de los muchos
que constituyen la estructura económica de un país tiene como características autóctonas su complejidad y
su especificidad. Dentro de ésta última sobresale, entre todas, el carácter multidisciplinar y multicultural
de todos los estamentos implicados en su macro (políticas sanitarias) y microgestión (gestión hospitalaria
pública o privada).

Hemos de empezar manifestando que tanto el modelo de asistencia como de gestión sanitaria
existente en la actualidad, no supone nada más que el resultado de multitud de políticas, reformas y
cambios acaecidos desde el momento en que se encuentran sus inicios o antecedentes, que hemos de
situar en la alta edad media (siglos V-VI), hasta las últimas reformas significativas habidas en los últimos
años del siglo XX y comienzos del actual.

Nuestro objetivo, por tanto, a lo largo de este artículo será el de analizar los principales hitos
relacionados con la política sanitaria y su influencia sobre su gestión, acaecidas a lo largo del tiempo hasta
llegar a determinar por qué la gestión sanitaria es en España exactamente la que es, así como sus
principales virtudes y defectos.

1
ORÍGENES DE LA SANIDAD

Los antecedentes de la política hospitalaria los podemos situar, como técnica sistemáticamente
aplicada y en cierta medida protocolizada, en la aparición con los hospicios o centros de acogida
regidos, generalmente, por órdenes religiosas y construidas también en la mayoría de los casos junto a
sus respectivos monasterios.

Honore1, entre otros, pone de manifiesto que estos centros de acogida, se desarrollaron
especialmente en países como Inglaterra, Alemania o Francia, hasta extenderse por todo el continente
europeo.

Dada las enormes carencias de la medicina de la época, dicen los anteriores autores, la
preparación de los enfermos para afrontar la muerte era una de las principales funciones que allí se
ejercían.

Superada la edad media, la sanidad fue dejando, cada vez más de ser identificada con la caridad
cristiana, para ser relacionada con la pobreza, apareciendo así la figura del hospital-beneficencia,
financiado por donaciones de personas acomodadas 2.

En el transcurso del tiempo e inmersos ya en el siglo XIX, la sanidad pasa a tener la


consideración de servicio de asistencia social, y en consecuencia empieza a ser soportado y dispensado
por el Estado. No obstante, en una primera etapa el Estado sólo sigue preocupándose de los
menesterosos, los enfermos con recursos se sufragaban sus propias hospitalizaciones.

Si nos centramos en nuestro país, y nos situamos ya en épocas más recientes, los antecedentes
oficiales de la política sanitaria cabe situarlos en el año 1883, con la creación de la Comisión de
Reformas Sociales, según los datos disponibles del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria 3.

La creación de la citada Comisión tuvo como objetivo principal el estudio de todas las
cuestiones relacionadas con el bienestar de la clase obrera aparecida como consecuencia de la
Revolución Industrial que en esta etapa se empezaba a consolidar.

En 1903, el Instituto de Reformas Sociales, que había sustituido a la Comisión, presenta un


estudio sobre la conveniencia de crear una Caja Nacional de Seguro Popular, germen de lo que con
posterioridad sería el Instituto Nacional de Previsión (INP).

Estos trabajos continuarían en los años siguientes bajo los auspicios del Ministerio de la
Gobernación, quien encargó al Instituto de Reformas Sociales un proyecto de Ley sobre la materia,
presentado en el Parlamento en 1906, mediante el que se pretendía crear definitivamente el Instituto
Nacional de Previsión, aun cuando finalmente no se terminó de llevar a efectos hasta febrero de 1908.
Esta ley establece el régimen español de Retiros Obreros, bajo el sistema de pensiones de vejez
subsidiarias que libremente podían contratar los obreros con este Organismo.

Como avances sociales de cierta relevancia acaecidos en la época, cabe destacar tanto la
implantación del Seguro Obligatorio del Retiro Obrero, en marzo de 1919, como el Seguro Obligatorio
de Maternidad de 1923.

La evolución de la sociedad, y en concreto de la industria, trajo consigo mayores exigencias de


la clase trabajadora, lo que provocó la aparición de una política social de Estado a través de seguros
obligatorios de enfermedad y régimen de Seguridad Social en general, para cubrir el riesgo de
enfermedad de las clases económicamente más débiles.

2
Pero estas coberturas parciales de las prestaciones sanitarias para los obreros, no se llegan a
extender hacia una cobertura general hasta 1942, cuando aparece el Seguro Obligatorio de Enfermedad
(SOE), dirigido a proteger a los trabajadores cuyas rentas no excedían de ciertos límites.

Este SOE queda a cargo del INP, como entidad aseguradora única, y entre las prestaciones del
seguro, estaba la asistencia sanitaria en caso de enfermedad y maternidad, e indemnización económica
por la pérdida de retribución derivada de las situaciones anteriores.

De esta manera, y como consecuencia de prestar los servicios sanitarios contemplados en el


SOE, aparece el que se dio en denominar “hospitales científicos”, estructurados en equipos médicos y
de enfermería, así como con los recursos necesarios para llevar a cabo numerosas prestaciones.

PROFESIONALIDAD DE LA ASISTENCIA SANITARIA

A comienzo de la década de los sesenta del siglo pasado empieza a implantarse en España la
conocida como profesionalización de la asistencia sanitaria, consistente en la constitución de grandes
centros sanitarios para dar cobertura sanitaria a una parte de la población cada vez mayor. Podemos
considerar esta época como el inicio de lo que más tarde llegaría a ser la prestación sanitaria con
carácter universal.

De esta forma, en 1963, se suprimen los esquemas clásicos de funcionamiento de previsión y


seguros sociales, que fueron sustituidos por el desarrollo del sistema de Seguridad Social, aunque no es
hasta 1974 cuando se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social, por el que
se modifican y amplían las prestaciones de asistencia sanitaria originándose un sustancial incremento
del gasto sanitario.

Dice Falgueras4 que, no obstante, el importante gasto que las prestaciones sanitarias
comportaban, la estructura organizativa era muy simple. Cada hospital era dirigido por un Director
Médico con amplios poderes para gestionar y del que dependían un Administrador y una Jefatura de
Enfermería.

La gestión de los recursos escasos se basaba en una cadena jerárquica de mandos intermedios
(jefes de servicios) y de un conjunto de empleados de enfermería y de auxiliares con más atribuciones
de las deseables.

Téngase presente que, en general, ni director médico, ni jefes de servicios, ni cuerpos de


enfermerías y auxiliares contaban con unos mínimos conocimientos sobre gestión de empresas,
manejando, no obstante, una ingente cantidad de recursos productivos.

INSTAURACIÓN DEL INSALUD

Uno de los momentos claves en la evolución del sistema sanitario lo constituye la desaparición,
en 1978, del Instituto Nacional de Previsión (INP) y el traspaso de las funciones que venía
desempeñando a:

 Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), encargado de la gestión de las prestaciones


del sistema de la Seguridad Social (subsidios, ayudas, pensiones, etc.)
 Instituto Nacional de Servicios Sociales (INSERSO) para la gestión de los servicios sociales
complementarios de las prestaciones del sistema de Seguridad Social (minusválidos, tercera
edad, etc.)
 Instituto Nacional de la Salud (INSALUD) que será el encargado de gestionar y administrar
la prestación de los servicios sanitarios de la Seguridad Social.

3
Será pues el INSALUD, creado por (Real Decreto 36/1978, de 16 de noviembre), el
instrumento con el que contará el Estado para gestionar esas prestaciones a todos los colectivos
incluidos en el sistema de la Seguridad Social, si bien es cierto que las Mutualidades de Funcionarios,
la gestión de accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales quedan fuera de su ámbito de
atención.

Conviene destacar, que es a partir de ese momento cuando se empiezan a crear los cimientos de
lo que sería una sustancialmente más sólida estructura organizativa, y así en 1985, ésta se refuerza de
una manera importante con la aparición en un organigrama con tres direcciones: médica, enfermería y
gestión y servicios generales, de las que dependerán toda una serie de subdirecciones.

Dicho lo anterior, no debe parecer casual que en 1978, las prestaciones sanitarias tomen nuevos
e importantes rumbos, dado que con la aprobación de nuestra Constitución en los primeros balbuceos
de nuestro estrenado sistema democrático, se reconozca el derecho de todos los ciudadanos a la
protección de la salud.

Con la instauración de la democracia en nuestro país, la prestación de la asistencia sanitaria


toma nuevos enfoques derivados de los importantes cambios que se producen en el ordenamiento
político español con la aprobación de la Constitución ya que en ella se reconoce el derecho de todos
los ciudadanos a la protección de la salud.

Esta situación dio lugar a la aparición en 1977 del Ministerio de Sanidad y Seguridad Social, y
en 1979, al Instituto Nacional de la Salud, como ya hemos comentado antes.

DESCENTRALIZACIÓN TERRITORIAL DE LA SANIDAD

El sistema sanitario español se fundamenta en la Ley General de Sanidad del 14 de abril de


1986, mediante la que se reestructura todo el esquema organizativo, que se incluye bajo el paraguas del
Sistema Nacional de Salud.

Se empieza, así mismo, a financiar la sanidad con cargo a los Presupuestos Generales del
Estado, y se acepta la concurrencia paralela y complementariedad de la sanidad privada.

Se concibe así el Sistema Nacional de Salud, según González Sánchez 5, como el conjunto de
los servicios de salud de las Comunidades Autónomas, coordinados por la Administración Central,
configurándose la asistencia sanitaria en dos niveles organizativos básicos:

1. El primer nivel lo constituye la organización sanitaria en el ámbito de la Administración


Central, a través del Ministerio de Sanidad y Consumo.

Será el ministerio el encargado de proponer y ejecutar las directrices generales del gobierno
sobre la política de salud, planificación y asistencia sanitaria, así como de la coordinación de
las actividades dirigidas a la implantación de políticas relacionadas con la drogadicción y
sus consecuencias.

2. El segundo nivel organizativo corresponde a las Comunidades Autónomas.

De acuerdo con el principio de descentralización territorial, se lleva a cabo el traspaso de


competencias en materia sanitaria, proceso que culmina en el año 2001. En cada una de ellas
se constituirán servicios de salud en los que pasa a integrarse todos los centros y servicios de
la propia comunidad, de las diputaciones, de los ayuntamientos, etc., y aunque se respetan
sus respectivas titularidades, pasan a adscribirse funcionalmente al servicio de salud de cada
comunidad.
4
A partir de 1989 se amplía la previsión constitucional en lo que se refiere a la protección de la
salud de los ciudadanos. Por una parte se produce el cambio de financiación del gasto sanitario
público, que pasa a ser fundamentalmente asumido por el Estado a través del sistema impositivo
ordinario y, por otra parte, se extiende la cobertura sanitaria de la Seguridad Social a las personas no
incluidas en la misma y sin recursos suficientes.

De acuerdo con el principio de descentralización territorial, se inicia el traspaso de


competencias en materia de asistencia sanitaria de la Seguridad Social a las Comunidades Autónomas,
lo que posibilita que éstos puedan asumir competencias en la materia señalada y de asistencia sanitaria
de la Seguridad Social, proceso que se culmina en el año 2001.

Mención especial merece la Ley 15/1997 de 10 de abril de 1997 de Habilitación de Nuevas


Formas de Gestión, más conocida como Informe Abril Martorell.

En esta ley, dicen Frende Vega et al 6, se regula la creación de nuevas formas organizativas en
aras a conseguir una gestión más eficiente de los centros sanitarios, abriéndose la posibilidad de
desarrollar la gestión mediante la creación de entes con personalidad jurídica interpuestos y que fue
recogido en el Plan Estratégico elaborado por el INSALUD para el periodo temporal 1997-2000.

Es, de esta forma, como el Instituto Nacional de la Salud llega a convertirse, en 2002, en una
entidad de menor dimensión asignándosele la gestión de los derechos y obligaciones del INSALUD, y
cambiando su denominación por la de Instituto Nacional de Gestión Sanitaria.

Con la llegada del INSALUD se lleva también a cabo, a principios de 2002, las transferencias
sanitarias a todas las Comunidades Autónomas que no disponían todavía de las competencias sobre
servicios sanitarios de la Seguridad Social, con lo que se cierra un ciclo de gestión sanitaria moderna
en España que, no obstante, no tuvo el dinamismo ni la capacidad de innovación de la gestión
empresarial.

En resumen, podemos afirmar, que hemos asistido en el transcurso de los últimos treinta años a
un auge y florecimiento espectacular de la gestión sanitaria, años en los que se incorporaron ideas,
experiencias y proyectos, asimilándonos así, en las tareas de gestión, a otros países de nuestro entorno
con administraciones públicas de larga tradición democrática.

En este sentido hemos de destacar las atinadas palabras de Belenes7 al afirmar que España ganó
rápidamente un tiempo perdido, consolidando un Sistema Nacional de Salud que en la actualidad
resiste bien la comparación con otros países europeos que gozaron de más ventajas iniciales y
emprendieron grandes proyectos de reforma estratégica como pueden ser los acontecidos en los países
del norte de Europa, Inglaterra, los Países Bajos, etc.

LA GESTIÓN SANITARIA ACTUAL EN ESPAÑA

Durante mucho tiempo, las instituciones hospitalarias y los sistemas sanitarios en general, han
permanecido de espaldas a las innovaciones y al perfeccionamiento que se han ido produciendo en las
técnicas de gestión, y que empresas del resto de sectores han ido incorporando a su patrimonio
gerencial.

Este hecho se ha evidenciado de una manera más patente en el ámbito de la salud pública,
quizás debido a la existencia de enormes y rígidos aparatos burocráticos que han relentizado la
modernización del sector respecto a su gestión.

5
No obstante hemos de reconocer que la gestión sanitaria en España se perfeccionó de manera
notable en los primeros años de la última década del siglo pasado, pasando, desde entonces, a caer
progresivamente en un cierto estancamiento que aún permanece en la actualidad.

Pero como de manifiesto Belenes7 para entender el por qué de la situación en la que se
encuentra la gestión sanitaria, hay que destacar que ésta, en las tres últimas décadas, ha estado muy
condicionada por:

 Una administración pública obsoleta, burocrática y apenas democrática.


 Unos escasos recursos humanos suficientemente cualificados.
 Una situación crónica de subfinanciación, estando el porcentaje del gasto sanitario sobre el
PIB muy lejos de la media europea.

En cualquier caso, una vez superados los propósitos básicos del actual sistema sanitario
español, desarrollado por la Ley General de Sanidad, es decir, la universalización del derecho a la
asistencia sanitaria, la equidad en su cobertura y su carácter público, ha llegado el momento de prestar
esa asistencia sanitaria en condiciones de máxima eficiencia, entendida ésta como la utilización óptima
de los recursos disponibles.

En este contexto, los centros sanitarios deben ser obligados a pasar del enfoque tradicional de
gestión en el que primaba el cumplimiento de la legalidad, a otro, en el que sin perder ese
cumplimiento, se dirijan los principales esfuerzos hacia la consecución de la eficiencia en el empleo de
los recursos puestos a su disposición.

En este sentido se aprecian una serie de rasgos en la gestión sanitaria actual que deben
destacarse, como son los referidos a:

 Modernidad en la gestión, equiparable a la del resto de los países de nuestro entorno, de tal
manera que se puede decir que los servicios sanitarios, tanto públicos como privados, se
encuentran relativamente bien gestionados, tanto por la utilización de suficientes
instrumentos y técnicas de gestión, como por la innovación organizativa y la amplia
disponibilidad de directivos y cuadros intermedios que están consiguiendo impulsar una
gestión moderna en un escenario de administración pública muy rígida y obsoleta.
 La gestión sanitaria española, especialmente la pública, ha apostado por una reforma lenta
pero progresiva, tratando de evitar introducir grandes cambios o reformas de gran calado (si
exceptuamos el Informe Abril), que ha permitido una mejora paulatina en la gestión.

No obstante, estas manifestaciones, en nuestra opinión, la gestión sanitaria en la actualidad está


siendo en gran medida cuestionada, dado que el ingente gasto sanitario no está suficientemente
racionalizado y además cada vez aumenta más la exigencia, por parte de los usuarios, de recibir un
servicio de mayor calidad.

PERSPECTIVAS DE LA GESTIÓN SANITARIA EN ESPAÑA

Presentada la situación en la que se encuentra la gestión sanitaria en España, creemos que las
líneas maestras que deben presidir su desarrollo en el futuro próximo han de acomodarse a las
siguientes pautas de actuación:

 Exigir gestores y políticos sanitarios, ya sea en el sector público o en el privado, más


ambiciosos y preparados, capaces de asumir un liderazgo transformador. Hace algunos
años un buen tratadista, como Morrison8, afirmaba que no puede haber calidad en el servicio
ni mejora en la gestión si la política sanitaria no es de calidad. A este respecto a veces se
olvida que los gestores no pueden sustituir totalmente a los políticos. Una sociedad y una
6
medicina más complejas requieren políticos de alto nivel que detengan el actual
estancamiento intelectual habido en el del sistema sanitario, capaces de dar respuestas a los
retos de la medicina moderna inmersa en un contexto presidido por unos ciudadanos cada
vez más informados, participativos y exigentes.

 Profundizando en el punto anterior, se hace necesario promover la carrera profesional de


gestores sanitarios, que desarrollen nuevos perfiles y habilidades acomodadas a los tiempos
actuales. Gestores, en definitiva menos preocupados por los resultados a corto plazo y más
comprometidos por las mejoras estructurales, por los recursos humanos y por los pacientes.

 Establecer alianzas estratégicas entre los centros sanitarios, a fin de compartir las ventajas
competitivas diferenciadoras que cada uno pueda poseer.

 Destacar la importancia que para los gestores debe ostentar la microgestión sanitaria. La
nueva gestión sanitaria pasa necesariamente de ser de un modelo autoritario y centralista a
otro en los que los centros gozan de una mayor autonomía en el que la gestión
multidisciplinar, integrada por clínicos y gestores, prime sobre cualquier otra consideración.

 Incorporar nuevos modelos de gestión de los centros sanitarios. Después de más de veinte
años de descentralización de la sanidad pública a favor de las Comunidades Autónomas, son
pocas las que vienen aplicando auténticos sistemas de gestión y cálculo de costes, modernos
y eficaces, a fin de eliminar la mayoría de los existentes en la actualidad, presididos por la
burocracia e incapaces de dar respuesta a las exigencias informativas que en la actualidad se
le deben demandar para tomar las decisiones adecuadas.

Para concluir este artículo, queremos recalcar que de todas formas, y cualquiera que sea el
entorno económico y político del sistema de salud, las presiones externas de los altos costes
(farmacéuticos, tecnológicos y de sobreutilización de servicios), de la ineficiencia, y de la
insatisfacción de la ciudadanía con la calidad de los servicios, por citar algunos casos, hará que tarde o
temprano los sectores sanitarios, especialmente los públicos, demuestren con hechos tangibles que
pueden lograr niveles de eficiencia y calidad, igual o incluso superiores en algunas áreas, al sector
privado, no solamente como respuesta adaptativa a condiciones cada vez más desfavorables, sino
como simple compromiso de equidad y justicia social.

Consecuentemente, está claro que el nuevo marco de la sanidad española requiere nuevas reglas
de juego que vinculen a todos sus actores y que, entre otras cosas, permitan mantener y mejorar la
calidad de la gestión global del sistema. El escenario futuro es enormemente incierto y complejo:
sabemos bien de dónde venimos, pero necesitamos conocer mejor el futuro, y éste debe prepararse y
gestionarse positivamente. Algunas iniciativas, a modo de puntos de partida, no requieren grandes
transformaciones legales y pueden marcar una tendencia o un camino, como puede ser por ejemplo en
la sanidad pública, y no parece complejo, crear consejos de administración e iniciar la transformación
del modelo de gestión con las máximas garantías de mantenimiento del estatuto de servicio público en
algún gran centro hospitalario, e ir evaluando resultados.

Se necesita, en definitiva, que el sector sanitario público, demuestre que puede alcanzar niveles
de calidad y eficiencia similares al privado, siendo éste un ineludible compromiso de equidad y justicia
social en el que se consigan importantes ahorros de costes a la vez que se eleva la satisfacción
ciudadana por la calidad de los servicios recibidos. Y dado que el escenario futuro es en gran medida
incierto y complejo, como acabamos de mencionar, se requieren nuevas reglas de juego que vinculen a
todos los actores implicados en la gestión global del sistema, y en la gestión diaria de los centros.

7
BIBLIOGRAFÍA

1. HONORE, B. (1992): L'hopital et son projet d'intreprise. Toulouse. Ed. Privat. 205 p.
2. PORRAS, P. (1978): Algunos aspectos económicos de la evolución del concepto de hospital. En
Temas de Administración Hospitalaria. Subsecretaría de la Salud, Escuela de Gerencia
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(Acceso el 12 de septiembre de 2009). Disponible en:
http://www.ingesa.msc.es/organizacion/origenes/home.htm.
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sector hospitalario público gallego. Ourense. Universidad de Vigo. 353 p.
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del sector sanitario español: Una oportunidad para la cooperación empresarial. XIII Congreso
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Empresa. Logroño, Junio.
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8. MORRISON, I. (2000): Health care in the new millennium. Vision, values and leadership. San
Francisco. Jossey-Bass publishers. 371 p.

8
TEMA 5

DESIGUALDAD SOCIAL Y ENFERMEDAD

5.1. Determinantes sociales de la salud.


5.2. Inequidades sanitarias entre regiones del planeta.

5.3. Clase social y enfermedad.


5.4. Desigualdades de género en salud.

5.1. Determinantes sociales de la salud

• En el estado de salud intervienen una multiplicidad de factores. Modelo Lalonde


(pionero).
• Posteriores informes detallan una amplia variedad de factores y evidencian que
no actúan aislados, sino que son las complejas relaciones entre ellos las que
repercuten hondamente en la salud.
• Factores determinantes: 1) dotación genética; 2) entorno físico; 3) los ingresos
económicos y la posición social; 4) condiciones de la vivienda/lugar de trabajo;
5) estabilidad y cohesión social, seguridad, reconocimiento a la diversidad; 6)
aptitudes de adaptación; 7) estilo de vida; 8) apoyo social; 9) género; 10) sistema
sanitario.
• Los modelos actuales de determinantes de salud muestran la relevancia de los
determinantes sociales y la necesidad de actuar sobre ellos para mejorar la salud
de la población.
• La OMS reconoce este principio mediante la creación en 2005 de la Comisión
sobre Determinantes Sociales de la Salud. Objetivo: identificar las causas sociales
de las inequidades en salud y plantear medidas para combatirlas. Define los
determinantes sociales como las condiciones en las que las personas viven y
trabajan.

5.1. Determinantes sociales de la salud ¿Desigualdad = Diferencia?

• DIMENSIONES PARA ANALIZAR LAS DESIGUALDADES:


• INDIVIDUAL: ESTILO DE VIDA (+biológico)
• GRUPAL: CONDICIONES DE VIDA
• SOCIAL: MODO DE VIDA
5.2. Inequidades sanitarias entre regiones del planeta

CONCLUSIONES DE LOS ESTUDIOS

• El principal factor de riesgo para la salud es la pobreza


• Distribución cartografiable de las causas de muerte
• Las mejoras en la salud dependen fundamentalmente de las mejoras en las
condiciones económicas y sociales
• Los países más igualitarios son los que registran mejores indicadores de salud
• Datos empíricos

5.3. Clase social y enfermedad

• La INTERDEPENDENCIA entre clase social y enfermedad: la clase social como


determinante del nivel de salud
• ESTUDIOS socio-históricos (datos) e inicio de las TEORÍAS sobre desigualdades
en salud
• Años 60/70: las expectativas del desarrollo económico y de los Estados de
Bienestar
• Las conclusiones de los ESTUDIOS RECIENTES:
o PERSISTENCIA ( e incluso aumento) de las desigualdades
Posibles EXPLICACIONES: factores conductuales y factores materiales
Diferencias en la EXPOSICIÓN DIFERENCIAL A FACTORES DE
RIESGO: alimentación, vivienda, trabajo, medio ambiente, hábitos de
salud
o Diferencias en el ESTADO DE SALUD Y USO DE LOS S.
SANITARIOS: autopercepción, acceso a los servicios sanitarios y
atención sanitaria, riesgo de enfermar, mortalidad (gradiente social
directo)
• Impacto de las desigualdades de clase en la salud. INFORMES DE LA OMS
5.4. Desigualdades de género

● Los sesgos androcéntricos en la ciencia y práctica médica

- El techo de cristal:

Las mujeres son mayoría en las facultades de Ciencias de la Salud y en las profesiones
sanitarias. Sin embargo, el techo de cristal es especialmente llamativo en sanidad. Las
mujeres están sub-representadas en la actividad académico-científica y en los órganos de
dirección-gestión del sistema sanitario.

A la tan nombrada feminización de la medicina habría que añadirle un importante matiz:


discriminación en la medicina.

- Investigación científica:

• ensayos clínicos sólo en hombres


• factores de riesgo de hombres se extrapolan a toda la población
• desinterés por enfermedades crónicas con más prevalencia femenina
• obstetroginecologización de la salud de las mujeres
• ausencia de las mujeres en estudios sobre adicciones

- Práctica Médica:

• aplicación a toda la población de actuaciones/protocolos diseñados para hombres


• bajo umbral para diagnosticar depresión femenina y la consiguiente prescripción
• estereotipo de mujer “quejica”
• asistencia diferente ante problemas coronarios
• chequeos preventivos

● Desigualdades en la salud

• MORTALIDAD Y MORBILIDAD
o Esperanza de vida
o Tasa de Mortalidad Infantil
o Morbilidad hospitalaria
• ESTADO DE SALUD
• ESTILOS DE VIDA
o Consumo de tabaco
o Consumo de alcohol
o Práctica de ejercicio físico
• SALUD MENTAL
Revista Internacional de Sociología (RIS)
Procesos de exclusión social en un contexto de incertidumbre
Vol. 72, extra 1, 71-91, junio 2014
ISSN: 0034-9712; eISSN: 1988-429X
DOI:10.3989/ris.2013.02.16

LA SALUD Y SUS DETERMINANTES SOCIALES


Desigualdades y exclusión en la sociedad del siglo XXI

THE SOCIAL DETERMINANTS OF HEALTH


Inequalities and exclusion in XXIst century societies

Pedro A. Palomino Moral pamoral@ujaen.es


Universidad de Jaén. España.
María Luisa Grande Gascón mlgrande@ujaen.es
Universidad de Jaén. España.
Manuel Linares Abad mlinares@ujaen.es
Universidad de Jaén. España.

Resumen
El concepto de salud ha experimentado un proceso de revisión constante. Desde mediados del siglo XX se ha
producido un desplazamiento desde la búsqueda de las causas de la enfermedad centradas en el individuo a
la aparición de los determinantes sociales, los principales moduladores del fenómeno salud y la enfermedad.
Hoy sabemos que la salud y la calidad de vida son un resultado social directamente relacionado con las
condiciones generales de la vida de las personas y con la forma de vivir; en este sentido se han hecho nota-
bles esfuerzos en las últimas décadas para comprender cómo interactúan los determinantes sociales y se
producen los resultados en salud. Analizamos las aportaciones que han conseguido poner de manifiesto los
principales factores generadores de las desigualdades sociales incluyendo un análisis de las desigualdades
en salud de las mujeres, la vulnerabilidad y el riesgo de exclusión.
Palabras clave
Desigualdades en salud; Determinantes sociales de la salud; Exclusión social; Promoción de la salud; Salud.

Abstract
The health concept has undergone a process of constant revision. From the mid-twentieth century it has taken
place a shift from the search for the causes of the disease focused on the individual to the emergence of health
social determinants that are the main modulators of the health and disease processes. Today we know that
health and quality of life are a social result directly related to the conditions of people´s life and way of life. In
this sense it has been made ​​significant efforts to understand how they interact with the social determinants
and how health outcomes occur. We analyzed the contributions that have succeeded in highlighting the main
factors of social inequalities including an analysis of inequalities in women’s health, vulnerability and risk of
exclusion.
Keywords
Health; Health promotion; Inequality of Health; Social determinants; Social exclusion.
80 • PEDRO A. PALOMINO, M. LUISA GRANDE y MANUEL LINARES

El modelo de Solar e Irvin (2007) estructura los factores intervinientes en el proceso de


la desigualdad en tres categorías: 1) El contexto socioeconómico y político: la estruc-
tura social, la distribución de poder y recursos (gobierno, políticas sociales, derechos,
mercado laboral, valores sociales) 2) La estructura social que incluye los distintos ejes
de desigualdad que determinan las jerarquías de poder en la sociedad, la clase social,
el sexo, la edad, la etnia y el territorio. 3) Los determinantes intermedios: la estructura
social determina las desigualdades en los recursos materiales que a su vez influyen en
procesos psicosociales y conductas, directamente relacionadas con consecuencias en
salud. De esta manera, el modelo explica que la estratificación de los grupos sociales
(ingresos, educación, ocupación, género y otros factores) conlleva la creación de inequi-
dades sociales en condiciones de vida y de trabajo. Los mecanismos de estratificación
socioeconómica son los denominados determinantes estructurales de inequidades en
salud. Son estos mecanismos los que configuran mejores o peores oportunidades para
la salud, según diferencias en vulnerabilidades, exposiciones a agentes y acceso a ser-
vicios básicos. Es decir, la influencia de la posición socioeconómica del individuo sobre
su salud no es directa, sino producto del actuar de factores intermediarios: condiciones
materiales, tales como la calidad de vivienda, las circunstancias psicosociales, inclu-
yendo el estrés y los comportamientos como el hábito de fumar o de alimentarse mal.
Este modelo incorpora al sistema de salud como un determinante social más; porque,
por una parte, el deterioro o mejora del estado de salud tienen un efecto de retroalimen-
tación respecto a la posición socioeconómica, y por otra, el sector salud tiene un rol
importante en promover y coordinar políticas de acción sobre determinantes sociales. A
estos modelos hay que añadir otros modelos explicativos de las desigualdades en salud,
algunos centrados en factores como el género.

Desigualdades de género en salud. La salud de las mujeres


En los últimos años se han producido cambios importantes en el paradigma predomi-
nante en las Ciencias de la Salud que han tenido una influencia decisiva en la incorpora-
ción del enfoque de género en el ámbito de la salud que pone de manifiesto la brecha y
desigualdad existente entre hombres y mujeres. En este sentido hay que destacar que los
determinantes más importantes que afectan a la salud de las mujeres son precisamente
determinantes psicosociales y socioeconómicos. Las desigualdades de género están
presentes en todas las sociedades; no hay ningún país en el que las mujeres no
sufran algún tipo de discriminación, si bien varía en la forma de manifestarse dichas
desigualdades. Tradicionalmente a las mujeres se les ha considerado el “sexo débil”
aludiendo con este apelativo a una mayor vulnerabilidad biológica que posteriormente
ha sido rebatida con datos estadísticos. En este sentido hay que destacar cómo, por
ejemplo, las mujeres tienen una mayor esperanza de vida y, a pesar de que nacen más
niños que niñas, éstas sobreviven más que los niños. Esto se traduce en que en la
mayor parte de las zonas geográficas del mundo hay 106 mujeres por cada 100 hom-

RIS, VOL.72. EXTRA 1, 71-91, junio 2014. ISSN: 0034-9712. doi: 10.3989/ris.2013.02.16
LA SALUD Y SUS DETERMINANTES SOCIALES • 81

bres. Sin embargo se da la paradoja de que aunque las mujeres viven más, su estado
de salud es peor y presentan una mayor morbilidad que los hombres (Sánchez 2003);
en general las mujeres presentan una prevalencia más alta de enfermedades crónicas y
tienen una percepción más negativa de su nivel de salud (Borrel 2004).
A pesar de los importantes avances conseguidos, las mujeres no disfrutan de una
igualdad real que les permita tener las mismas oportunidades que los hombres en todos
los ámbitos de la vida. Tal y como señala el Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) el nivel de salud es un exponente de las desigualdad entre hombres
y mujeres de la misma manera que lo es del nivel de desarrollo de un país. Así mismo
señala que las desigualdades de género es uno de los obstáculos más importantes
para que las mujeres puedan disfrutar en las mismas condiciones que los hombres del
derecho a la salud (PNUD 1998). Son los determinantes sociales los que explican las
diferencias en la forma de enfermar y morir que existen entre hombres y mujeres, dife-
rencias que a su vez se han utilizado como excusa para justificar la discriminación de
las mujeres.
Este enfoque entronca con muchos de los trabajos realizados por Navarro et al.
(2007) que defiende que el nivel de salud de la población mejorará en la misma medida
en que lo hagan las desigualdades sociales. El análisis de género en salud permite
identificar de qué manera los roles sociales, que son atribuidos a hombres y mujeres,
y el papel que éstas desempeñan en la sociedad influyen en los procesos de salud y
enfermedad de las mujeres. Roles construidos culturalmente, y atribuidos de manera
diferenciada a ambos sexos, que sustentan las relaciones de poder en los sistemas
patriarcales. Las diferencias y desigualdades sociales se ponen de manifiesto en las
diferentes actividades que realizan hombres y mujeres, que son valoradas de manera
desigual y que tienen su expresión en el desigual acceso y control de los recursos; en
la capacidad para tomar decisiones que les afectan a ellas mismas, a la familia y a la
comunidad (San Miguel 2008).
La teoría feminista ha aportado además un marco de análisis que ha permitido
visibilizar los determinantes que afectan a la salud de las mujeres y que habían sido
ignorados por las teorías predominantes. Como señala Velasco desde la epistemología
feminista, “se contempla la salud-enfermedad como un proceso biológico, pero también
como expresión de los conflictos por la posición social debida a ser mujer u hombre,
los roles de cada sexo y la identidad sexual” y han elaborado “métodos que posibilitan
romper las relaciones de subordinación y restablecer la actividad, autonomía (empode-
ramiento) y socialización” (Velasco 2009).
Las diferentes teorías feministas han realizado contribuciones a los diferentes con-
ceptos de salud que han ido sucediéndose en el tiempo. Una de las principales ha sido
la aparición en los años 60 de los Estudios de las Mujeres en la universidad como líneas
de estudios e investigación. Posteriormente en los años 80 el género como categoría de
análisis es utilizado para poner de manifiesto la influencia de los factores sociales en la
salud de los hombres y mujeres. No son sólo las diferencias biológicas lo que explica las
desigualdades en la salud de ambos sexos sino que son los factores sociales, culturales,

RIS, VOL.72. EXTRA 1, 71-91, junio 2014. ISSN: 0034-9712. doi: 10.3989/ris.2013.02.16
82 • PEDRO A. PALOMINO, M. LUISA GRANDE y MANUEL LINARES

políticos, económicos y laborales los que tienen una influencia decisiva en la diferente
forma de percibir la salud, de enfermar y de morir de hombres y mujeres (Velasco 2009).
Las principales aportaciones feministas en torno a los conceptos de salud y enfermedad
han influido en los diferentes modelos de atención sanitaria que han tenido vigencia en
diferentes momentos históricos. En este sentido, Velasco señala tres principales líneas
que abordan la incorporación del enfoque de género en la salud: salud de las mujeres,
desigualdades de género en salud y análisis de género como determinante de salud.
Cada una de estas líneas está relacionada con determinadas teorías de salud y con dife-
rentes corrientes feministas. El concepto de salud del que parten influye en los objetivos,
los principales temas abordados y en la propuesta que realizan del modelo de atención
a la salud de las mujeres.
La primera línea de salud de las mujeres, que se inició en los años 70, hace hin-
capié en la superación de las desventajas biológicas que suponen algunas funciones
reproductivas de las mujeres. Temas como la anticoncepción, el aborto, la materni-
dad, el embarazo, el parto son recurrentes en este movimiento. La consecución de
la liberación y emancipación de las mujeres y la liberación sexual son algunos de
los objetivos más conocidos y emblemáticos reivindicados por los movimientos femi-
nistas de mediados del siglo pasado. La línea de desigualdades de género en salud
se centra en la influencia del contexto social en la salud de las mujeres comparando
los diferentes problemas de salud de hombres y mujeres. Se empieza a incorporar el
concepto de género en contraposición al sexo, siendo uno de sus principales resul-
tados el inicio de la desagregación de los datos por sexo. Se parte de la premisa de
que son las desigualdades sociales y económicas las que explicarían las diferencias
en la morbimortalidad diferencial que presentan hombres y mujeres. En este sentido
sitúan los factores socioeconómicos en el eje principal, y los múltiples roles que des-
empeñan las mujeres, en el centro del debate. Otro aspecto importante que se aborda
son los sesgos de género en la atención sanitaria, desde el planteamiento de que la
salud de las mujeres y los hombres son similares —cuando no es así—, o desde el
establecimiento de diferencias —que son inexistentes— ,y que se acompañan de un
trato discriminatorio y un diferente esfuerzo terapéutico en la atención que reciben
las mujeres en los servicios sanitarios, discriminación que se extiende también a la
investigación en salud (Ruíz 2001) (Ruíz et al. 2004). Este sesgo tiene un exponente
grave en la medicalización de algunos de los procesos fisiológicos de las mujeres,
como por ejemplo el parto y la menopausia. El análisis de determinantes de género
en salud incorpora como eje central el género como categoría de análisis en el pro-
ceso de salud y enfermedad de hombres y mujeres, destacando la influencia de los
factores psicosociales de género en este proceso. Como indica Velasco (2009:135)
“no hay género femenino o masculino, sino modelos de género: tradicional, de tran-
sición, contemporáneo, igualitario y otros posibles (…)”. Cada uno de estos modelos
se acompaña de una serie de representaciones e ideales sociales sobre los roles de
hombres y mujeres en la sociedad que configuran la identidad masculina y femenina y
que son interiorizados por hombres y mujeres.

RIS, VOL.72. EXTRA 1, 71-91, junio 2014. ISSN: 0034-9712. doi: 10.3989/ris.2013.02.16
LA SALUD Y SUS DETERMINANTES SOCIALES • 83

Además de estos determinantes psicosociales hay que destacar la incidencia que


los determinantes socioeconómicos y productivos tienen en la salud de las mujeres.
El Informe Salud y Género (Ministerio de Sanidad y Consumo 2006), dedicado a las
edades centrales de la vida de las mujeres, recoge cuál es la situación en este sentido.
Los factores explicativos del impacto diferencial de la salud de las mujeres están relacio-
nados con la doble y a veces la triple jornada de trabajo que soportan las mujeres como
consecuencia de su incorporación al mercado de trabajo, la asunción del rol reproductor
—que sigue desempeñando casi en exclusividad—, y en el que se incluyen los cuidados
familiares (García Calvente 2004). Las medidas de conciliación y corresponsabilidad de
la vida laboral y familiar —de las que sólo han hecho uso casi en exclusividad las muje-
res—, no han tenido una gran repercusión y en ocasiones han sido negativas para la
salud de las mismas, además de que han afectado de manera negativa a su vida laboral
(Artázcoz et al. 2001, 2004).
Por otra parte, los fenómenos relacionados con la exclusión social, que tienen un
impacto directo sobre los niveles de salud de la población, afectan en mayor medida a
las mujeres que a los hombres, tanto en los países ricos como en los países pobres.
Estos mayores niveles de pobreza y exclusión social suponen también una limitación en
el acceso a los servicios de salud, dándose la paradoja de que quienes más necesitan
los servicios de salud son los que menos acceso tienen a los mismos. Tal y como señala
Gómez (Gómez 2002:455), “la equidad de género en el ámbito de la salud debe enten-
derse, entonces, como la eliminación de aquellas disparidades innecesarias, evitables
e injustas entre mujeres y hombres que se asocian con desventajas sistemáticas en el
contexto socioeconómico”. Entendiendo además que la equidad incluye que hombres y
mujeres tengan similares niveles de salud y bienestar; que tengan un acceso equitativo
a los recursos sanitarios; y que hombres y mujeres tengan las mismas capacidades para
participar en la toma de decisiones y una similar distribución de responsabilidades y de
trabajo o, como lo denomina Gómez, “la participación para la producción de la salud”.
En definitiva la salud de las mujeres además de un componente biológico está
condicionada por determinantes psicosociales, y por determinantes socioeconómicos
y productivos, siendo además el género un determinante transversal de otros deter-
minantes como son la edad, clase social y etnia que pueden introducir más factores
de desigualdad e inequidad que agravan la situación de las mujeres (Esteban 2001)
(Borrell et al. 2004).

Hechos probados y evidencia en materia de desigualdades en salud

Respecto de la cuestión de la medición del fenómeno desigualdad en salud, la literatura


presenta varios enfoques: los gradientes de desventaja de la salud y las brechas de
salud son las más comunes. El enfoque de salud pública de brechas o diferencias en
salud se centra en las diferencias entre los más desfavorecidos y todos los demás y el
enfoque del gradiente de salud se relaciona con las diferencias de salud entre todo el
espectro de la población, que reconoce un patrón sistemático de desigualdad en salud.

RIS, VOL.72. EXTRA 1, 71-91, junio 2014. ISSN: 0034-9712. doi: 10.3989/ris.2013.02.16
DOI: 10.1590/1413-81232017227.02742017 2097

Desigualdades en Salud: una perspectiva global

ARTÍCULO
Mauricio Lima Barreto 1

Resumen El propósito de este artículo es presen-


tar las desigualdades en salud como un problema
global que afecta a las poblaciones de los países
más pobres, pero también de los países más ricos,
y cuya persistencia se convierte en uno de los más
graves problemas en el campo de la salud y un
desafío para todos los que buscan soluciones. Se
diferencian dos componentes de las desigualdades
globales: entre grupos de una misma sociedad y
entre las naciones. El entendimiento de que gran
parte de estas desigualdades son injustas, por lo
tanto iniquidades, tiene relación principalmente
con las desigualdades entre los diferentes grupos
sociales en una sociedad. Las desigualdades en-
tre las diferentes sociedades y naciones, aunque
relevantes y, a menudo, de mayor magnitud, no
siempre se consideran injustas. Las soluciones
propuestas han sido muchas y varían de acuer-
do con la fundamentación teórica y las explica-
ciones adoptadas. A nivel mundial, la teoría más
bien elaborada ha sido en torno a la mejora de
los mecanismos globales de gobernanza. Aunque
atractivos y con evidencias favorables, son insufi-
cientes al no incorporar la comprensión de cómo
se produjo el proceso histórico de formación de las
naciones y cómo cada país se posiciona en los cir-
1
Centro de Pesquisas cuitos globales de producción.
Gonçalo Moniz, Fundação Palabras clave Desigualdades en salud, Determi-
Oswaldo Cruz. R. Waldemar
Falcão 121, Candeal. 40296-
nantes sociales de la salud, Iniquidad social, Salud
710 Salvador BA Brasil. global
mauricio@ufba.br
2098
Barreto ML

Introducción de la historia en el sistema de producción global.


Son reflejos de la historia y del entorno económi-
La sociedad humana, compuesta de más de siete co y político internacional en la partición de cada
mil millones de personas que habitan el planeta, país, en los recursos globales y en las posibilida-
tiene diferencias claras sobre una serie de aspec- des de desarrollo6.
tos importantes. Espacialmente, está distribuida Las desigualdades dentro de un país están en
en continentes y naciones con diferentes carac- la distribución de la riqueza acumulada dentro de
terísticas demográficas y geográficas. Se observan una sociedad y, en particular, en cómo se organiza
diferencias en los niveles de desarrollo y riqueza, y en las relaciones sociales y de poder establecidas
así como diferencias fenotípicas y culturales que entre sus diversos estratos. Se define por la histo-
formarán una amplia gama de grupos étnicos. ria y los modelos políticos adoptados y por cómo
Muchas de estas diferencias son el resultado de el Estado ha redistribuido la riqueza nacional a
procesos de adaptación, geográficos y climáticos, través de sistemas fiscales y transferencias adopta-
otras de fenómenos eventuales y otras de proce- dos, lo que permitió generar una distancia mayor
sos complejos históricos, sociales, económicos o menor en la distribución entre los diferentes
y culturales. Algunas de ellas, que podrían ser grupos sociales. Los elementos culturales también
simples diferencias (por ejemplo, hombres y mu- son importantes para amplificar y consolidar al-
jeres), se transforman en desigualdades y, muy gunas de las desigualdades existentes7.
a menudo, en inequidades, en la medida en que Más recientemente, se creó el concepto de
definen relaciones esencialmente de poder y de desigualdad global (global inequality), que en-
acceso y posesión de bienes, servicios y riqueza, vuelve los efectos conjuntos de estos dos tipos de
fruto del trabajo colectivo y acumulado durante desigualdades8. La desigualdad global es el resul-
generaciones1,2. tado de las desigualdades entre y dentro de los
Estas desigualdades a menudo se transfieren países y, por lo tanto, se define por la interacción
al campo de la salud, tornándose visible sea en las de los determinantes de cada una de ellas. La dis-
desiguales condiciones de salud de los diferentes ponibilidad de datos internacionales ha permiti-
grupos, sea en los niveles de riesgo para la salud a do realizar estudios empíricos sobre el tema de
que estos grupos están expuestos, sea en el acceso la desigualdad global. Por ejemplo, el coeficiente
diferenciado a los recursos disponibles en el sis- de Gini, una de las medidas más frecuentemente
tema de salud. No sorprende que la mayor parte utilizadas para medir la desigualdad social en un
de las desigualdades observadas en la salud está país, cuando se calcula globalmente alcanza ni-
directamente relacionada con las desigualdades veles aún más altos que los de los países con los
observadas en otros planos de la vida social3-5. Las niveles más altos. Recientemente, el coeficiente
desigualdades en salud generan oportunidades de Gini de los países con los niveles más altos de
desiguales de disfrutar de los avances científicos desigualdad está cerca de 0,60 (1 = desigualdad
y tecnológicos en esta área, así como diferentes máxima y 0 = igualdad total), mientras que el co-
posibilidades de exposición a los factores que de- eficiente de Gini global se aproxima a 0,70. El co-
terminan la salud y la enfermedad y, finalmente, eficiente de Gini global captura los extremos de
las diferentes posibilidades de ponerse enfermo y los estratos más pobres de los países más pobres
morir. Al igual que las desigualdades sociales, las y los estratos más ricos de los países ricos, lo que
desigualdades en salud han persistido en todos se traduce en un mayor nivel de desigualdad que
los países, independientemente del nivel alcanza- cuando se mide en cada país por separado.
do de desarrollo3,4. El objetivo de este artículo es presentar a las
En el contexto internacional actual, con los desigualdades en salud como un problema glo-
estados nacionales involucrados en el proceso bal que afecta a las personas en los países pobres,
de globalización de la economía, las discusiones pero también en los países ricos, lugares donde
sobre las desigualdades distinguen la desigualdad su persistencia demuestra las raíces históricas y
dentro de una nación y las desigualdades entre estructurales de este problema. Aunque relacio-
las naciones. Las desigualdades entre los países nado, el tema difiere de la discusión sobre la po-
están relacionadas con las diferencias en el desa- breza y la salud. Sin duda es uno de los problemas
rrollo económico y social alcanzado por los dis- más importantes en el campo de la salud de las
tintos países, generadas por la posición que estos poblaciones y un reto para todos los que buscan
países vienen ocupando en las diferentes etapas soluciones.
2099

Ciência & Saúde Coletiva, 22(7):2097-2108, 2017


Determinantes de las Condiciones de Salud importante en la curación y rehabilitación de
muchos procesos patológicos que los individuos
Para muchos, la salud para es un tema restric- sufren. Además, hay las acciones preventivas me-
to a factores biológicos; para otros es un fenóme- diante, por ejemplo, el uso de vacunas y métodos
no complejo y con múltiples determinaciones, de screening (cribado) para el diagnóstico precoz
que tiene sus bases en la forma en que vivimos y la reducción de los daños de procesos patológi-
y nos organizamos. Estas dos vertientes explica- cos ya instalados. Sin embargo, hay pocos recur-
tivas, durante mucho tiempo, han construido ar- sos para actuar sobre los determinantes sociales
gumentos y competido para proporcionar expli- y ambientales que están en el origen de muchos
caciones plausibles sobre las condiciones de salud de los problemas de salud que afectan a los indi-
de las poblaciones humanas9-11. La relevancia de viduos y las poblaciones. Con pocas excepciones
este debate es lo que va a definir la forma como (en especial, las enfermedades prevenibles por
las sociedades se organizan para resolver sus pro- vacunación), tiene limitada acción sobre la inci-
blemas de salud. dencia de los eventos de salud.
El primer argumento está basado en el desa- Esta disputa ha alimentado un largo debate
rrollo de las ciencias biomédicas y en sus expli- sobre la importancia de cada una de estas expli-
caciones de los mecanismos de las enfermedades caciones en las condiciones de salud de las pobla-
y las alternativas para su corrección. Trabaja en ciones humanas. La formulación más elaborada
la búsqueda de la comprensión detallada de la de esta disputa fue hecha por Thomas McKeown
biología humana, en la expectativa de que de esta que, de 1950 a 1980, escribió un importante y
exploración nazcan las explicaciones necesarias sólido trabajo científico que centralmente decía
para la comprensión de los trastornos de la salud que las tecnologías médicas y el sistema de salud
humana y sus correcciones. Ella fundamenta las tenían un papel secundario en los importantes
tecnologías de prevención, diagnóstico, curación y positivos cambios en las condiciones de salud
y rehabilitación disponibles o en desarrollo, base de la población inglesa durante finales del siglo
de lo que hoy entendemos como un sistema de XIX hasta la segunda mitad del siglo XX17,18. Es-
salud “moderno”. Este sistema tiene su desarrollo tos cambios se explicarían por la mejora del nivel
acelerado por los avances en la biomedicina y las de vida general, en la opinión de McKeown, es-
tecnologías resultantes, principalmente desde la pecialmente la dieta y el estado nutricional, re-
segunda mitad del siglo XX. sultado de mejores condiciones económicas. En
En cuanto a la segunda explicación, cuyo ar- este período, hubo grandes cambios en diversos
gumento precede al desarrollo de la biomedicina, ámbitos de la vida de estas sociedades, especial-
hay evidencias acumuladas de que los cambios en mente en los campos económico, social, cultural
el contexto económico, social, político, ambien- y ambiental, que son los principales factores res-
tal, cultural o de comportamiento afectan el es- ponsables de las mejoras significativas en la sa-
tado de salud de los individuos y de las poblacio- lud de las poblaciones Al igual que Inglaterra, las
nes11-13. Las concepciones de determinación social condiciones de salud en muchos de los países hoy
de la salud y las enfermedades han madurado du- desarrollados también tuvieron su mayor punto
rante el siglo XIX, expresadas en obras de impor- de inflexión, para mejor, en el ínterin. Durante
tantes pensadores, ubicados principalmente en gran parte de este período la mayoría de los re-
Europa. Estos pioneros establecieron la idea de cursos preventivos, diagnósticos o terapéuticos
que las condiciones de salud de la población es- para enfermedades y problemas de salud existen-
tán directamente relacionadas con el contexto en tes hoy en día no estaba disponible, ya que estas
el que viven y la posición de los individuos en la tecnologías sólo se conciben a partir de la déca-
pirámide social. Se destacan los estudios de Louis da de 1930 y su producción al uso masivo en los
René Villermé14 en Francia, Edwin Chadwick15 en sistemas de salud tendrán su uso iniciado en la
Inglaterra y Rudolf Virchow16 en Alemania, que, década de 194019. Esta cronología es central en la
en su conjunto, aportan contribuciones semina- tesis de McKeown – los enormes cambios en las
les en el tema de la determinación social. condiciones de salud que se observan en las últi-
Como vivimos en un momento en que las mas décadas del siglo XIX y primeras décadas del
dos explicaciones coexisten y en que las ciencias siglo XX dependerán mínimamente de las tecno-
biomédicas y los servicios de salud crecen y se logías biomédicas.
fortalecen, es evidente que estas explicaciones Mientras que algunos de los argumentos pre-
compiten unas con las otras. Los servicios de sentados por McKeown no han sido plenamente
salud, como se organizan hoy, juegan un papel confirmados, en particular su énfasis en el papel
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de la dieta y la nutrición, su tesis sobre el papel ambiental en el que ella vive. La pobreza, preca-
secundario de las acciones del sistema tuvo am- rias condiciones de habitación, entorno urbano
plia repercusión10,20. Mientras en las últimas dé- inadecuado, condiciones de trabajo poco saluda-
cadas las tecnologías de salud han tenido un de- bles son factores que afectan negativamente a la
sarrollo intenso, algunas con alta eficacia, los ar- salud de una población. A finales del siglo XIX,
gumentos sobre la importancia de las tecnologías con la aparición de las ciencias biomédicas, estas
y del sistema de salud como transformador de las pasan a prevalecer en la explicación de los pro-
condiciones de salud de la población no se han blemas de salud y enfermedad – los determinan-
demostrado empíricamente. Después de la intro- tes sociales y ambientales se quedan en el plan
ducción masiva de las tecnologías biomédicas y secundario. Sin embargo, las teorías biomédicas
la expansión de los sistemas de salud, este tipo de nunca han podido explicar adecuadamente mu-
investigación se convirtió en objeto de confusión chos de los fenómenos existentes en el interior
interpretativa. Cuando los dos efectos (determi- de una población (por ejemplo, los más ricos
nantes sociales y tecnologías biomédicas) están tienen mejores condiciones de salud que los más
actuantes, hay claras dificultades metodológicas pobres) o entre poblaciones de diferentes países
para separar el efecto de cada uno de ellos. (por ejemplo, los países más ricos tienen mejores
Sin embargo, reforzando la teoría de la de- condiciones de salud que los países más pobres).
terminación social, en este mismo conjunto de Con pocas excepciones, la aparición de diver-
países (desarrollados), a pesar de los avances en sas enfermedades y problemas de salud se agrava
los sistemas y niveles de salud, diferencias impor- entre los grupos sociales que viven en situaciones
tantes persisten en el estado de salud cuando sus socialmente desfavorables, es decir, entre los más
poblaciones se estratifican por áreas geográficas, pobres, entre los grupos étnicos minoritarios o
grupos sociales o étnicos5. Además, los periodos grupos que sufren discriminación de algún tipo.
de crisis son a menudo acompañados por el em- No sorprende que los países pobres siempre tie-
peoramiento de las condiciones de salud de las nen peores condiciones de salud en comparación
poblaciones de estos países. Por ejemplo, even- con los países ricos. Del mismo modo, en un país
tos tales como la desintegración de la Unión So- cualquiera, sea rico o pobre, las regiones más po-
viética o la crisis financiera de 2008, que llevó a bres, las poblaciones de los estratos más pobres
muchos países de Europa a la recesión económica o pertenecientes a grupos étnicos marginados de
y a implementar políticas de austeridad, fueron manera consistente siempre tienen peores con-
seguidos por el deterioro de las condiciones de diciones de salud. Otro conjunto de evidencias
salud de sus respectivas poblaciones21. proviene de la observación de que las políticas
El estudio de las tendencias históricas de las que mejoran las condiciones económicas o re-
condiciones de salud de las poblaciones sigue fuerzan la protección social, cuando se imple-
siendo una fuente importante de evidencias para mentan en cualquiera de estos países, tienen un
la determinación social de la salud y las enferme- impacto positivo en la salud.
dades y los diferenciales de salud entre los países. Un hito reciente y muy importante para evi-
En esta línea, se destaca un programa de investi- denciar la persistencia de las desigualdades en
gación que se originó en las ciencias económicas salud en los países desarrollados fue el llamado
y demográficas, que ha mostrado una fuerte rela- “Black Report” en el Reino Unido23. En 1977, una
ción entre el desarrollo económico de los países comisión designada por el Ministro de Salud de
y la salud22. Aunque inicialmente se centró en los un gobierno laborista y liderada por Douglas
factores económicos, esta línea de investigación Black, entonces presidente del Colegio Real de
se ha modificado para incluir en el proceso de Médicos, fue la encargada de analizar la existen-
entendimiento y desarrollo los efectos de los di- cia de desigualdades en salud, ya que el Servicio
ferentes factores y políticas sociales (educación, Nacional de Salud (NHS) de aquel país, que fue
salud pública etc.). creado en la década de 1940, se basó en los princi-
pios de equidad y accesibilidad universal. Una de
Determinantes sociales, las desigualdades las observaciones pertinentes de la comisión fue
y la equidad que en el período transcurrido desde la creación
del NHS habían ocurrido mejoras importantes
Como hemos visto, al menos desde el siglo en las condiciones de salud de la población bri-
XIX, aumentan las evidencias de que las condi- tánica, independientemente de la clase social (de
ciones de salud de una población están relacio- hecho, la clase ocupacional). Pero lo más inespe-
nadas con las características del contexto social y rado fue que las diferencias en el estado de salud
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entre las clases sociales habían persistido y, en al- extremadamente importante comprenderlas. En
gunos casos, habían aumentado. Además, persis- el momento en que las desigualdades se convier-
tían desigualdades en cuanto a la disponibilidad ten en iniquidades surgen las condiciones para
y el uso de los servicios de salud. Estos resultados formulaciones y acciones políticas concretas para
fueron presentados en 1979, cuando el gobierno reducir las desigualdades existentes.
británico era dirigido por el Partido Conserva- En décadas recientes, el crecimiento de la
dor, que no sólo resistió en publicar el informe perspectiva neoliberal y el individualismo han
como, cuando lo hizo, explicitó en el prólogo que reforzado la idea de que los acontecimientos a
no se comprometía con los resultados y las reco- nivel de la sociedad son responsabilidad de las
mendaciones. Sin embargo, este documento tuvo personas que los sufren, eliminando su carácter
un tremendo impacto en las discusiones pos- de fenómeno social y colectivo. Esta visión del
teriores sobre las desigualdades en salud en los mundo ha sido la base para que influyentes fuer-
países desarrollados. En la academia, reapareció zas políticas entiendan las desigualdades como
el interés de investigación sobre las desigualdades consecuencia de problemas individuales y las re-
en la salud y, en el campo de la política, hubo un nieguen como una expresión de la injusticia, por
estímulo a las acciones de los gobiernos en torno lo tanto, sin la necesidad de políticas y acciones
a esta dimensión de la desigualdad. El informe de gobierno para minimizarlas.
explicitó importantes cuestiones morales experi- El tema de las desigualdades sociales en la
mentadas por estas sociedades. Reveló un aspecto salud ha crecido en el debate intelectual y aca-
cruel del capitalismo, incluso en la etapa avanza- démico en las últimas décadas en todo el mun-
da alcanzada en estos países, cuando se esperaría do. La disponibilidad de datos de una variedad
que estas sociedades fuesen razonablemente jus- de fuentes ha desvelado y trajo nuevas pruebas
tas con sus ciudadanos. sobre la magnitud de las desigualdades en salud
En este punto es importante establecer las y, más que eso, demostró que, en muchos con-
diferencias entre las desigualdades e inequida- textos, está creciendo. Unos pocos países (espe-
des en la salud24,25. Las desigualdades se refieren cialmente los europeos) han utilizado tales evi-
a las diferencias perceptibles y medibles, ya sea dencias para introducir en sus políticas de salud
en las condiciones de salud, ya sea en relación a acciones centradas en los determinantes sociales
las diferencias en el acceso a la prevención, cu- y la reducción de las desigualdades en parte, pero
ración o rehabilitación de la salud (desigualda- la gran mayoría no ha colocado este tema entre
des en la atención de la salud). Las iniquidades sus prioridades políticas.
en salud, por el contrario, se refieren a las des- A nivel internacional, la importancia de los
igualdades consideradas injustas o derivadas de determinantes sociales en salud pasa a tener más
alguna forma de injusticia. Refleja cómo la socie- destaque en el momento de la creación de la Co-
dad traduce las desigualdades existentes y las di- misión sobre Determinantes Sociales de la Salud
ferencia como justas o injustas – esta traducción de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
varía entre las sociedades humanas. En muchas Esta comisión, de alto nivel, fue creada por el di-
sociedades, las enormes diferencias en el estado rector general de la OMS en 2005 con la misión
de salud entre los individuos en la parte superior de organizar las pruebas sobre las acciones ne-
o inferior de la pirámide social no son percibi- cesarias para promover la equidad en la salud, a
das como injusticia. Esto puede suceder en los nivel mundial. En el informe final, publicado en
países desarrollados, pobres o en desarrollo. Por 2008, con el título provocador “Cerrando la bre-
otra parte, en otras sociedades, diferencias relati- cha en una generación”26, después de un análisis
vamente pequeñas en los niveles de salud se tra- exhaustivo de las evidencias de la importancia de
ducen en una fuerte percepción pública de ini- las desigualdades sociales en salud en la determi-
quidades. Esto sucede, por ejemplo, en algunos nación de muchos de los problemas de salud, la
países escandinavos. Esto es importante porque comisión instó a la OMS y los gobiernos de todos
mientras que las desigualdades son objeto de dis- los países del mundo para concentrar sus esfuer-
cusión en el campo científico y varios métodos zos hacia la reducción de todas las formas de des-
han sido desarrollados para medirlas, facilitando igualdades en salud26. La comisión resumió sus
estudios comparativos de las desigualdades en sa- recomendaciones en tres puntos principales: 1)
lud dentro y entre las sociedades, las iniquidades, Mejorar las condiciones de la vida cotidiana; 2)
al traducir la forma como las sociedades perciben Luchar contra la distribución desigual del poder,
e interpretan estas desigualdades, son más difíci- del dinero y de los recursos; 3) Medir la mag-
les de investigar de manera objetiva, aunque es nitud del problema y evaluar el impacto de las
2102
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acciones. El informe de la comisión fue seguido la vivienda o la falta de saneamiento, ingresos


en 2011 por la 1ª Conferencia Mundial sobre los insuficientes para cubrir los gastos necesarios
Determinantes Sociales de la Salud, convocada para la reproducción), sino que las desigualdades
por la OMS y celebrada en la ciudad de Río de generan fenómenos psicosociales complejos que
Janeiro, Brasil, con la participación de 125 dele- se expresan mediante fenómenos patogénicos, es
gados de diferentes países. El producto principal decir, las desigualdades sociales tendrían propie-
de la conferencia fue la Declaración Política de dades patogénicas. Más tarde, este concepto se ha
Río sobre los Determinantes Sociales de la Salud, ampliado para explicar (al menos parcialmente)
donde los delegados afirmaron su “determina- las desigualdades entre otras formas de estratifi-
ción de promover la equidad social y sanitaria cación y discriminación, como el sexo y origen
a través de acciones sobre los determinantes so- étnico33.
ciales de la salud y del bienestar implementadas Las explicaciones estructurales se centran en
por medio de un amplio enfoque intersectorial”27 la idea de que los determinantes sociales genera-
(traducción libre). dores de las desigualdades en salud son resultado
de determinantes que se encuentran en la supe-
Las teorías que buscan explicar restructura de la sociedad: política, organización
las desigualdades en salud productiva etc. Las definiciones políticas para la
organización estatal resultarán en opciones tam-
Los estudios de desigualdad en salud, al tener bién políticas, que estimularán o reducirán las
como presupuesto diferentes bases teóricas para desigualdades. Reforzando esta teoría, y al con-
su investigación empírica, ofrecen diferentes in- trario de los que aún creían en las posibilidades
terpretaciones y soluciones al problema. Mien- de distribución y la consiguiente reducción de
tras se han centrado principalmente en la expli- las desigualdades en el marco del capitalismo,
cación de las desigualdades entre grupos sociales recientes evidencias empíricas a partir de los es-
dentro de un mismo país, fundamentos teóricos tudios de Piketty34 muestran que la acumulación
similares pueden servir como base para la inter- de capital tiende a ser diferencial. Es mayor en-
pretación de las desigualdades entre las naciones tre aquellos que ya la acumulan, favoreciendo la
y las desigualdades globales. En resumen, po- expansión de las desigualdades sociales. Esta ten-
demos decir que estas teorías están organizadas dencia se puede contener o mitigar mediante po-
según explicaciones de base individual y explica- líticas distributivas, cuando este tipo de política
ciones estructurales5,28. eventualmente se adopta.
Las explicaciones de base individual han te-
nido gran cantidad de adeptos entre los autores Nuevos escenarios de las desigualdades
anglosajones, sin embargo, ellas se agregan en sociales en salud
diferentes tendencias y se destacan aquellas que
se centran en las dimensiones materiales de la En un mundo que pasa por transformaciones
vida, en particular la forma en que la riqueza de profundas, algunos procesos sociales se amplifi-
la sociedad es distribuida entre sus miembros; can con el proceso de la globalización, cada vez
las que se centran en dimensiones culturales y más importante por sus implicaciones sobre las
de comportamiento (estilos de vida); y otras que desigualdades en salud. Por su actualidad, rele-
enfatizan las dimensiones psicosociales, es decir, vancia e implicaciones, dos aspectos de las des-
como los individuos interpretan su posición en la igualdades de salud serán resaltados aquí: la ur-
jerarquía social y los vínculos de esta percepción banización y la migración.
y fenómenos biológicos subsecuentes (por ejem-
plo, mecanismos de estrés) con sus potenciales La urbanización y la importancia
efectos patogénicos. La teoría psicosocial tiene su de las ciudades
origen en el trabajo seminal de John Cassel, en
los años 1960 y 197029,30. Sin embargo, una línea En 2014, el 54% de la población mundial vi-
de trabajo posterior, iniciada por Richard Wil- vía en zonas urbanas. En 1950, este porcentaje era
kinson, se constituyó en una nueva e interesante de sólo el 30%; se estima que en 2050 el porcenta-
evolución de la teoría original31,32. Wilkinson de- je será superior a 70%. Las tasas de urbanización
sarrolló la idea de que las desigualdades no sólo más altas se observan en América del Norte (82%
determinan las diferencias en el mundo material, de la población) y la más baja en África (40% de
y por lo tanto explican patologías relacionadas la población). América Latina y el Caribe tienen
con diversas carencias (por ejemplo, el hambre, un 80% de su población concentrada en las zonas
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urbanas, una tasa similar a América del Norte35. tión de la migración puede tomar (https://www.
La intensa urbanización se debió a la trans- socialeurope.eu/focus/europes-refugee-crisis/).
ferencia masiva de la población rural a las zonas El tema de la migración trae un punto im-
urbanas. El concepto de urbano puede incluir portante al debate de las desigualdades. Estimati-
desde aglomeraciones con unos pocos miles de vas muestran que las desigualdades sociales entre
habitantes hasta grandes ciudades, con varios países explican una gran parte de las desigualda-
millones de habitantes. En áreas relativamente des globales, más que las desigualdades dentro de
restrictas, estos centros reúnen a una gran canti- los países. Mientras que las desigualdades dentro
dad de personas. Estas aglomeraciones crean una de las naciones son mucho más relacionadas con
serie de problemas y retos con repercusiones en las cuestiones de clase y otros procesos de estra-
el sector de la salud y que tienden a ser desigual tificación social, la desigualdad entre las naciones
e injustamente distribuidos en el espacio y entre se refiere a la cuestión del lugar de nacimiento, o
los grupos sociales. lo que se ha llamado de “premio de la ciudada-
Los patrones de las desigualdades en las so- nía” (citzenship premium) relacionado con la his-
ciedades trasparecen en estos espacios confina- toria y el proceso global de desarrollo de las na-
dos, por lo que es posible ver muy claramente ciones6,7. Si considerarmos la cuestión de la espe-
los males generados por la desigualdad social y ranza de vida presentada abajo, veremos que un
sus efectos nocivos sobre la salud humana. Si en niño nacido en Sierra Leona en 2013 tenía, sólo
el siglo XIX, Villermé mostró en París como las por su condición de nacimiento, un promedio de
diferencias sociales y ambientales entre los dis- 38 años menos de esperanza de vida que los ni-
tritos (arrondissements) se reflejaban en las tasas ños nacidos en Japón en el mismo año (46 años
de mortalidad14 desiguales, estas desigualdades, frente a 84 años). Por lo tanto, esto se convierte
aunque en una escala más pequeña y con menos en un aspecto importante y el movimiento mi-
visibilidad, persisten hoy en día36. En muchos gratorio se define por este intento de cambiar lo
países pobres y en desarrollo con altos niveles de que en cierto modo fue establecido por el lugar y
desigualdad social, la urbanización se convierte el momento del nacimiento. Pero el mundo glo-
en sinónimo de desigualdad y exclusión en todas balizado, por donde circulan el capital, los bie-
sus formas. nes, los seres humanos, tiene serias limitaciones
de movimiento, especialmente cuando se trata de
Las migraciones y los límites dislocarse entre las naciones.
de los movimientos humanos
Las condiciones globales de salud
Por diversas razones, y desde épocas remotas, – se amplían las desigualdades
se observan contingentes de una población o in-
cluso toda una población que, eventualmente, se A nivel mundial, los indicadores de las con-
trasladan a nuevas ubicaciones. En 2013, se esti- diciones de salud de la población muestran, en
maba que 232 millones de personas – 3,2% de la general, tendencias positivas. Pero las observa-
población mundial – vivían fuera de su país de ciones más detalladas de la evidencia existente
nacimiento y otros 700 millones son migrantes muestran que esta situación es mucho más diná-
internos en su propio país de nacimiento35. Los mica. Persisten problemas de salud o enfermeda-
patrones y motivos de estos movimientos migra- des que deberían estar erradicadas o controladas,
torios han cambiado mucho en el tiempo. Sin o surgen problemas de salud o enfermedades
embargo, está claro que la mayoría de los migran- inesperadas. No se trata sólo de persistencia, sino
tes que atraviesa fronteras nacionales lo hace en que, en muchos casos, aumentan las desigualda-
búsqueda de mejores oportunidades económicas des en los niveles de salud entre naciones o entre
y sociales. En décadas recientes, las disparidades regiones, grupos sociales o étnicos dentro de la
exacerbadas entre las naciones, la expansión de la misma nación.
economía mundial, las transformaciones geopo-
líticas, las guerras, las catástrofes ecológicas y mu- Un breve resumen de las desigualdades
chos otros eventos han tenido y siguen teniendo entre las naciones
profundo impacto en la decisión de las personas
de migrar a otra nación. El reciente fenómeno de Se estima que alrededor de más de 800 mi-
la migración masiva de la población de algunos llones de personas en todo el mundo sufran de
países árabes a Europa es un ejemplo de las posi- hambre crónica, uno de cada seis niños en los
bilidades explosivas e incontroladas que la cues- países en desarrollo tienen bajo peso y más de un
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tercio de las muertes de niños menores de 5 años ría de estas enfermedades, tales intervenciones no
son atribuibles a malnutrición37. El insuficiente siempre están disponibles para las personas que
acceso a alimentos seguros y nutritivos existe a las necesitan. Tomando el ejemplo de la tubercu-
pesar del hecho de que la producción mundial de losis, una enfermedad profundamente vinculada
alimentos es suficiente para cubrir el 120% de las con las condiciones en que viven las poblaciones
necesidades alimentarias mundiales. afectadas y cuya ocurrencia cambia rápidamente
La esperanza de vida al nacer es un indicador cuando estas condiciones cambian, en 2013, se
importante de las condiciones de salud y la posi- estimó que 9 millones de personas tuvieron tu-
bilidad de supervivencia de una población. En el berculosis en el mundo, la mayoría de estos ca-
promedio global, la esperanza de vida al nacer de sos (56%) ocurrieron en el sureste de Asia y en el
un individuo en 1990 era de 64 años; en 2013 se Pacífico Occidental. Sin embargo, África tuvo las
incrementó este número en siete años, llegando tasas más altas de incidencia, con 280 casos por
a 71 años. Sin embargo, estas cifras ocultan una cada 100.000 habitantes. Entre los casos, alrede-
serie de desigualdades. Por ejemplo, en 2013 el dor de 500 mil fueron causados por bacilos de la
promedio de la esperanza de vida al nacer de los tuberculosis resistentes a múltiples medicamen-
países oscilaba entre un mínimo de 46 años (38 tos (MDR TB), que, además de causar enferme-
en 1990) en Sierra Leona a 84 años (79 en 1990) dades más graves, a menudo aumentan los costos
en Japón. Hasta 2013, la esperanza de vida au- del tratamiento, haciéndolos prohibitivos para la
mentó en ambos países y, aunque la diferencia se mayoría de los pacientes que viven en situación
redujo ligeramente (de 41 a 38 años), aún perma- de pobreza. En el mismo año, el número total
nece en un nivel inaceptable38. estimado de muertes por tuberculosis fue de 1,5
Los niños constituyen un grupo particu- millón. De este total, más de 95% ocurren en los
larmente sensible a las adversidades sociales y países en desarrollo, aunque la tasa de mortalidad
ambientales. A pesar de los avances que se han bajó un 45% entre 1990 y 201340.
producido en las últimas décadas, se estima que Las enfermedades crónicas (ENT), en con-
6,3 millones de niños menores de cinco años de junto, son responsables por una parte importan-
edad murieron en 2013, la mayor parte de causas te de la carga de las enfermedades existentes en
evitables en los países pobres o en desarrollo. Los el mundo, asociadas con casi dos tercios de las
niños en el África subsahariana tienen 15 veces muertes a nivel mundial (36 de los 57 millones
más probabilidades de morir antes de cumplir de muertes en 2008). Los principales problemas
cinco años que los niños de las regiones desarro- de salud en este grupo son: enfermedades cardio-
lladas del planeta. En 2015, la tasa de mortalidad vasculares, cánceres, enfermedades respiratorias
más elevada se observó en Afganistán (115 muer- crónicas (tales como la EPOC y el asma) y la
tes por cada 1.000 nacidos vivos) y la más baja diabetes. Otras, como las enfermedades menta-
en Mónaco (1,8 muertes por cada 1.000 nacidos les y neurológicas, incluyendo varias formas de
vivos)39. Desde 1990, cuando se establecieron los demencia, aunque contribuyen a la alta carga de
Objetivos de Desarrollo del Milenio, hasta 2015, morbilidad (menor en cuanto a la mortalidad),
la tasa global de mortalidad infantil disminuyó no han sido priorizadas en los planes globales.
de 62 a 32 muertes por cada 1.000 nacidos vivos. Las ENT están aumentando rápidamente en los
A pesar de esta reducción sustancial de alrededor países en desarrollo, con grandes costos huma-
de 50%, el objetivo no se ha alcanzado, es decir, nos, sociales y económicos, muchos de los cuales
reducir a 2/3 el nivel observado en 1990. podrían evitarse con intervenciones conocidas,
En nuestros días, las enfermedades infecciosas que tienen bajo coste-eficacia y son viables. Aun-
siguen siendo la causa principal de muerte entre que, en un primer momento, han sido asociadas
niños y también una de las causas principales en- con la riqueza, las evidencias muestran que alre-
tre los adultos. Globalmente, tres entre las 10 cau- dedor del 80% de las muertes por enfermedades
sas principales de muertes se deben a enfermeda- no transmisibles ocurren en países en desarrollo.
des infecciosas. Estas también representan el 16% Incluso en los países del África subsahariana,
de las muertes que se producen cada año. La ma- donde las enfermedades transmisibles, causas
yoría de estas muertes ocurren en países pobres maternas y perinatales y deficiencias nutriciona-
y en desarrollo y se atribuye a las enfermedades les, en conjunto, son aún más importantes, ellas
prevenibles o tratables como la diarrea, las infec- presentan tendencia a la baja, mientras que las
ciones respiratorias, el VIH/SIDA, la tuberculosis ENT crecen rápidamente. Con esto es posible
y la malaria. Aunque hay avances significativos en proyectar que en 2030 las ENT serán la causa más
las intervenciones para prevenir y tratar la mayo- frecuente de muerte en África41.
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Se estima que más de cinco millones, o 9%, Esto queda claro, por ejemplo, en la obra del in-
de las muertes que se producen en todo el mundo fluyente filósofo moral John Rawls. Mientras que
están relacionadas con diversas formas de violen- en su Teoría de la Justicia42 él señala los principios
cia. Aproximadamente una cuarta parte de estas de justicia que deben establecerse entre los indi-
muertes resulta de suicidio y homicidio, y los viduos y grupos dentro de la misma sociedad,
accidentes de tráfico también son responsables él no considera que esto sea relevante cuando el
de otra cuarta parte de ellos. Los diversos tipos tema son las desigualdades entre las naciones43.
de violencia varían en las diferentes regiones del Con respecto a las desigualdades sociales en sa-
mundo, sin embargo, en general, sus tasas son lud, algo similar ocurre. La investigación y la li-
siempre más altas en los países pobres y en de- teratura sobre las desigualdades en salud se cen-
sarrollo42. tran principalmente en las desigualdades entre
grupos sociales dentro de la misma nación. Las
Las desigualdades en salud crecen: comparaciones entre naciones (u otros tipos de
soluciones posibles organización territorial) han sido relevante en
líneas de investigación, como la desarrollada por
La construcción de un mundo más equitati- Wilkinson, y demuestran la centralidad de los ni-
vo ha sido la aspiración de los diferentes movi- veles de desigualdad social de los países respecto
mientos políticos, que creen que la reducción de a las condiciones de salud de sus poblaciones31,32.
las desigualdades en diversos ámbitos de la vida Sin embargo, algunos expertos del tema de las
humana es esencial y garantía para la existencia y desigualdades en la salud todavía sostienen que
la sostenibilidad de la sociedad humana. Las des- las desigualdades sociales en la salud son un tema
igualdades en salud revelan una faceta de las des- restringido a grupos de individuos en la misma
igualdades entre los seres humanos, los efectos sociedad5. Estos expertos clasifican el programa
crueles y dañinos sobre la existencia misma, re- de investigación establecido por Wilkinson y
flejada en las enormes diferencias en la esperanza otros de “ecología social” y no sobre las desigual-
de vida o la carga de enfermedad y sufrimiento. dades en salud.
Las evidencias de la importancia de los de- Otro aspecto es que las intervenciones sobre
terminantes sociales en la explicación de las des- los determinantes sociales de la salud requieren
igualdades observadas en la salud son sólidas. Y si una acción coordinada en varios aspectos de la
bien hay claras posiciones académicas y políticas vida de las sociedades, que en términos guber-
que favorezcan la implementación de acciones namentales implica acciones multisectoriales,
sobre los determinantes de las desigualdades en las cuales, incluso cuando deseadas, son siempre
salud, las políticas para mitigar estas desigualda- difíciles de coordinar y ejecutar desde el punto
des han sido poco implementadas como parte de de vista político y técnico. Sin embargo, se han
las políticas públicas de los gobiernos naciona- presentado esfuerzos para superar este problema.
les y aún menos para mitigar las desigualdades La experiencia más avanzada para superar este
entre naciones. Las dificultades y barreras para dilema ha surgido en algunos países europeos,
esta falta de motivación política son muchas, sin donde el desarrollo más reciente de la acción po-
embargo, algunos aspectos han sido recurrentes lítica en el campo de las desigualdades en salud
en la literatura sobre las desigualdades en salud. ha sido la creación y aplicación del concepto de
Un primer aspecto a considerar es la con- “salud en todas las políticas”44. Esta estrategia
solidación de un sistema de salud basado en el tiene por objeto incluir consideraciones sobre la
conocimiento biomédico y las tecnologías que salud en la formulación de políticas en diferentes
resultan de ese conocimiento, asociado con fuer- sectores, como el trabajo, la agricultura y el uso
tes sectores industriales y de servicios. Estas fuer- de la tierra, la vivienda, la seguridad pública, la
zas tienden a generar y fortalecer los sistemas de educación, el transporte, la protección social etc.
salud ineficaces en vez de adecuarlos o fomentar Como consecuencia de las repercusiones
acciones dirigidas a los determinantes sociales de del “Black Report”23 y otros importantes estu-
la salud. dios que siguieron, algunos países desarrollados,
Las diferencias conceptuales, morales y polí- principalmente europeos, han desarrollado ex-
ticas que existen con respecto a las desigualdades periencias de acciones de gobierno coordinadas
entre grupos sociales dentro de la misma nación en el campo de las desigualdades en salud25. To-
y desigualdades entre las naciones deben ser con- dos estos países tienen sistemas de información
sideradas. La primera es más frecuentemente y analistas capaces de interpretar los niveles de
comprendida como iniquidad que la segunda. desigualdad de salud existentes, pero sólo algu-
2106
Barreto ML

nos, en general aquellos con los niveles más bajos mentales. Algunas de estas ideas posteriormente
de desigualdad, llevaron a cabo políticas dirigi- darán lugar a acciones tales como los Objetivos
das a la reducción de las desigualdades en salud. de Desarrollo del Milenio (ODM), centrados en
Esta observación pone de relieve la importante la erradicación de la pobreza extrema entre 2000
discusión entre las desigualdades e inequidades. y 2015, y su sucesor, los Objetivos de Desarrollo
La existencia de desigualdades y su magnitud no Sostenible (ODS), que incluye la aspiración del
inmediatamente explicitan imperativos morales desarrollo sostenible en sus tres dimensiones –
y generan acciones políticas en una sociedad. En económica, social y ambiental, para el período
algunas sociedades, niveles relativamente bajos 2016-2030.
de desigualdades en salud han generado una ac- Más recientemente, otro grupo (The Lancet –
ción política fuerte para reducirlas (por ejemplo, University of Oslo Comission on Global Governan-
en los países escandinavos.), mientras que en ce for Health)49 avanzó en la comprensión y en
otras sociedades con grandes niveles de desigual- propuestas de acción con respecto a las desigual-
dad en salud no ha habido ninguna motivación dades globales. El documento final de este grupo
para mitigarlas (es el caso de varios países de titulado The political origins of health inequity:
América Latina). prospects for change asume el deseo de trasmitir
En los países pobres y en desarrollo, donde las un fuerte mensaje a la comunidad internacional y
desigualdades en salud son de mayor magnitud, a todos los actores con influencia en los procesos de
hay pocos ejemplos donde este tema está entre gobernanza global: no hay más que considerar la
las prioridades de las políticas públicas. Brasil, salud sólo como una cuestión técnica biomédica,
por ejemplo, un país con enormes desigualda- sino reconocer la necesidad de acciones y justicia
des sociales y de salud45, siguiendo la creación multisectorial y globales en los esfuerzos para lidiar
de la comisión de los determinantes sociales de con las desigualdades en salud49 (traducción libre).
la salud de la OMS, creó su comisión nacional, En conclusión, se puede destacar que mien-
que después de dos años de trabajo elaboró un tras el interés en el tema de las desigualdades en
informe que en gran parte no fue asimilado en las salud ha crecido desde el punto de vista académi-
acciones de gobierno46. Sin embargo, en muchos co, su uso ha sido limitado en términos de su in-
de los países en desarrollo la aplicación, en las troducción en las políticas públicas destinadas a
dos últimas décadas, de políticas redistributivas mejorar la salud de las poblaciones. Las desigual-
como la transferencia de renta y microcréditos47, dades sociales en salud son un problema global
no dirigidas a la salud, ha tenido efectos positivos que, en mayor o menor medida, afecta a todas
en las desigualdades en salud48. las sociedades humanas. Su comprensión viene
En lo que se refiere a las desigualdades entre dominantemente de las desigualdades entre los
los países, las propuestas y acciones han sido aún diferentes grupos sociales de cada sociedad. Las
más tímidas. Por ejemplo, el informe final de la desigualdades entre las diferentes sociedades y
Comisión sobre Determinantes Sociales de la Sa- naciones, aunque relevantes y, a menudo, de ma-
lud de la OMS26 pone gran énfasis en la desigual- yor magnitud, no siempre se consideran injustas
dad dentro de una sociedad y menos en las des- y como tales están sujetas a la acción política. Para
igualdades entre las naciones. Cuenta con un ca- su solución la tesis más bien elaborada se refiere a
pítulo dedicado a la cuestión de las desigualdades la mejora de los mecanismos de gobernanza glo-
de salud en su dimensión global, centrando en bal, desde que incluyan la comprensión de cómo
la necesidad de fortalecer la llamada “gobernanza se produjo el proceso histórico de formación de
global” y explicitando la necesidad de coordina- las naciones y cuál es la posición de cada país en
ción entre los diversos organismos interguberna- los circuitos globales de producción6.
2107

Ciência & Saúde Coletiva, 22(7):2097-2108, 2017


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Artículo sometido el 28/08/2016


Aprobado el 28/11/2016
Versión final sometida el 03/02/2017
Desigualdad social y salud en España: ¿Cómo influyen en la
salud y en el uso de los servicios sanitarios la clase social, el
nivel educativo y la situación laboral?

YOLANDA GONZÁLEZ-RÁBAGO
Universidad del País Vasco
yolanda.gonzalezr@ehu.es

IZASKUN CUARTANGO
Universidad del País Vasco
izaskun.cuartango@ehu.es

AMAIA BACIGALUPE
Universidad del País Vasco
amaia.bacigalupe@ehu.es

Resumen

La capacidad de las personas de desarrollar su potencial de salud está deter-


minada por los determinantes sociales de la salud, cuya desigual distribución
genera desigualdades en la salud entre grupos socialmente, demográficamente
o geográficamente definidos. El objetivo del artículo es analizar el estado de las
desigualdades en la salud de la población española según su clase social ocupa-
cional, nivel educativo y situación laboral, utilizando los datos de la Encuesta
Nacional de Salud 2011-2012 para la población de 25 y más años. Se calcularon
prevalencias estandarizadas de las variables de salud y de uso de servicios según
las tres variables socioeconómicas en hombres y mujeres. Para medir la asocia-
ción entre la situación laboral y las variables de salud se calcularon Odds Ratios,
mediante modelos de regresión logística, y en el caso de la clase social y el nivel
de estudios se calculó el Índice Relativo de Desigualdad. Los resultados mues-
tran que la clase social y el nivel de estudios marcan importantes desigualdades
tanto en el estado de salud como en el uso de servicios. Asimismo, las personas
desempleadas tienen peor estado de salud general y peor salud mental que aque-
llas con empleo. Estos resultados muestran la necesidad de seguir investigando
sobre las desigualdades en salud y de promover políticas sociales que ayuden a
reducirlas.

Palabras clave: Salud, servicios sanitarios, clase social, nivel de estudios, des-
empleo, España.

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Desigualdad social y salud en España: ¿Cómo influyen en la salud y en el uso de IZASKUN CUARTANGO
los servicios sanitarios la clase social, el nivel educativo y la situación laboral? AMAIA BACIGALUPE

Social inequality and health in Spain: How do social class, educational level
and employment status influence health and healthcare service use?

Abstract

The ability of people to develop their potential for health is determined by


the social determinants of health, and their unequal distribution generates ine-
qualities in health between groups socially, demographically or geographically
defined. The aim of this article is to analyze the health inequalities in the Spanish
population according to occupational social class, educational level and employ-
ment status, using data from the Spanish National Health Survey 2011-2012 and
considering the population 25 years old and over. Standardized prevalences of
variables of health and healthcare service use were calculated for the three soci-
oeconomic variables in men and women. To measure the association between the
employment status and health variables Odds ratios were calculated, using logis-
tic regression models, and in the case of the educational level the Relative Index
of Inequality was calculated. The results show that social class and educational
level mark significant inequalities in both health status and service use. Also,
the unemployed have poorer general health and worse mental health than those
employed. These results show the need for further research on health inequalities
and the promotion of social policies to help reduce them.

Keywords: Health, health services, social class, educational level, unemployment,


Spain.

1. Introducción

1.1. La desigualdad social: ¿qué es y cómo se manifiesta?

La desigualdad social ha sido una característica inherente a todas las colec-


tividades sociales desde que las sociedades nómadas pasaron a ser sedentarias,
abandonando un primer comunalismo primitivo en el que la cooperación entre
todos los miembros era un elemento indispensable para garantizar la superviven-
cia (Kerbo, 2004). Sin embargo, a medida que las sociedades se han ido comple-
jizando a lo largo de la historia, éstas han ido construyendo sistemas organizados
de distribución desigual de sus bienes y recompensas materiales y simbólicas,
generando estructuras sociales altamente jerarquizadas. En este sentido, Kerbo
(2004) entiende por desigualdad social aquella condición por la cual las personas
tienen un acceso desigual a los recursos, servicios y posiciones que las sociedades

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AMAIA BACIGALUPE los servicios sanitarios la clase social, el nivel educativo y la situación laboral?

valoran de forma diferente. Cuando, además, las desigualdades se sistematizan


e institucionalizan, éstas generan potentes sistemas de estratificación social, que
determinan, explican y legitiman ideológicamente quién recibe qué recursos, por
qué medios y por qué razón (Crompton, 1997). El debate académico y social
en torno al concepto de desigualdad social ha sido amplio y sigue generando
polémica alrededor de su origen y su justificación social, ya que todo sistema de
estratificación social requiere de un armado argumentario de significados com-
partidos que logre explicar la existencia de un nivel de desigualdad social, en
ocasiones, verdaderamente escandaloso. En la actualidad, el 1% de la población
con más ingresos en EEUU concentra un nivel de riqueza 20 veces superior al
que le correspondería en función de su peso en la población, siendo en España
10 veces superior (OCDE, 2014). Además, las desigualdades de renta se vienen
incrementando constantemente desde la década de los ochenta, a partir del giro
neoliberal del sistema capitalista, el cual acabó con una tendencia descendente de
las desigualdades de renta, especialmente evidente a partir de la Segunda Guerra
Mundial (Atkinson et al, 2011).
Sin embargo, las desigualdades de renta o monetarias no agotan el espectro
de las posibles expresiones de la desigualdad social en las sociedades complejas
de hoy en día. Al contrario, Goran Therborn ha realizado recientemente una pro-
puesta conceptual para visibilizar los diferentes tipos de desigualdad existentes,
tratando a su vez de identificar las interacciones que se producen entre ellos, sus
mecanismos productores y las estrategias para su reducción. Básicamente, cita
tres tipos de desigualdad social (Therborn, 2013):

a. La desigualdad vital hace referencia a las desigualdades, socialmente


construidas, en las opciones de vida de las personas y su capacidad de
desarrollar una vida saludable plena, fundamentalmente, en lo referente
a la desigualdad en la mortalidad, la esperanza de vida, la esperanza de
vida en buena salud y cualquier otro indicador de salud. La desigualdad
vital se manifiesta a lo largo del recorrido biográfico de las personas,
aunque aquélla desigualdad que ya emerge durante los primeros años de
vida –incluso durante la etapa gestacional y perinatal- tiene una espe-
cial relevancia para entender los marcados patrones de desigualdad vital
durante la vida adulta de las personas.
b. La desigualdad existencial se define como la asignación desigual entre
grupos sociales de atributos o recursos como la autonomía personal, la
dignidad, la libertad, y derechos como el respeto y el desarrollo per-
sonal. A pesar de que, según Therborn, la comunidad académica en el
ámbito de las ciencias sociales no ha otorgado al término “desigualdad
existencial” un reconocimiento explícito o un lugar destacado en sus
debates, las manifestaciones de este tipo de desigualdad son evidentes:

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los servicios sanitarios la clase social, el nivel educativo y la situación laboral? AMAIA BACIGALUPE

la sumisión de mujeres y ciertos grupos de hombres bajo la normati-


vidad heteropatriarcal dominante, las consecuencias de las prácticas
coloniales del pasado que han engendrado nuevas relaciones de dominio
entre los países del sur y del norte en la actualidad, las desigualdades
entre las poblaciones inmigrantes y autóctonas en los países receptores
o la discriminación producida respecto a la población con alguna disca-
pacidad.
c. Por último, la desigualdad de recursos se define como la falta de equidad
en la asignación de herramientas que permiten actuar plenamente a las
personas en su contexto social. A pesar de que la dimensión monetaria
de este tercer tipo de desigualdad, la relativa a la desigualdad de la renta,
ha ido ganando terreno en el debate académico y político, existen otra
serie de recursos fundamentales que se refieren a la distribución de los
recursos educativos, el patrimonio, el conocimiento, las tecnologías de
la información, etc.

Los tres tipos de desigualdad que G. Therborn identifica como especial-


mente importantes en las sociedades actuales son dinámicos –sus manifestacio-
nes cambian en el espacio y en el tiempo- y no necesariamente varían de una
forma paralela entre sí. Es decir, que mientras en un contexto dado, la desigual-
dad existencial puede estar debilitándose, las desigualdades de recursos pueden
estar aumentando, y viceversa. Ciertamente, otros estudios han mostrado cómo el
cambio en el perfil de las desigualdades por clase social –desigualdad de recur-
sos- en una población no incide directa y unívocamente sobre el patrón de sus
desigualdades en salud –desigualdad vital-, ya que las interacciones entre ambos
fenómenos son complejas (Regidor et al, 2006).

1.2. La desigualdad vital: la influencia de la estructura social sobre la


salud de la población

A continuación, nos centraremos en uno de los tipos de desigualdad al que


Therborn da especial énfasis, la desigualdad vital. No en vano, la salud consti-
tuye una de las condiciones más relevantes de la vida de las personas y proba-
blemente por ello, es uno de los valores sociales y personales más apreciados,
según recogen diversos estudios –en el caso español, los barómetros periódicos
del CIS lo vienen recogiendo con claridad (CIS, 2012). Sin embargo, también
es cierto, según lo que describen numerosos estudios, que la capacidad de las
personas de desarrollar su potencial de salud está determinada por la actuación
de los determinantes sociales de la salud, cuya desigual distribución genera
importantes desigualdades en la salud entre grupos socialmente, demográfica-
mente o geográficamente definidos (Solar e Irwin, 2007), como consecuencia

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de las diferentes oportunidades y recursos relacionados con la salud que tienen


las personas debido a su clase social, género, etnia o lugar de nacimiento/resi-
dencia (Esnaola et al., 2006; Marmot y Wilkinson, 2006; Bacigalupe y Martín,
2007). Ello produce que, de forma clara, los grupos socialmente más desfavo-
recidos muestren una peor salud y un menor bienestar, en sus diferentes dimen-
siones, tanto físicas, mentales como sociales (Whitehead, 1992; Comisión para
reducir las desigualdades sociales en salud en España, 2010), lo que ha llevado
a algunos/as autores/as a afirmar que la “desigualdad en salud es la mayor epi-
demia del siglo XXI” (Benach et al, 2008).
A nivel internacional, han sido varios los intentos de sintetizar conceptual-
mente cuáles son los principales determinantes sociales de la salud que producen
las desigualdades en salud. En el contexto del Estado español, la Comisión Para
Reducir las Desigualdades Sociales en Salud (2010) diseñó un marco conceptual
que distingue entre determinantes estructurales e intermedios de las desigualda-
des en salud. Entre los primeros se encuentra el contexto socioeconómico y polí-
tico que afecta a la estratificación social y la distribución del poder y los recursos.
Los ejes de desigualdad, como son la clase social, el género, la edad, la etnia y
el territorio de procedencia o de residencia, determinan jerarquías de poder en la
sociedad que repercuten en las oportunidades de tener una buena salud a través
de la exposición que los diferentes colectivos tienen a los llamados determinan-
tes intermedios de salud (condiciones de trabajo remunerado, trabajo doméstico,
ingresos y situación económica, calidad de la vivienda, etc.). Estos recursos influ-
yen en procesos psicosociales tales como la falta de control, la autorrealización
o las situaciones de estrés, así como en las conductas individuales que repercu-
ten finalmente en la salud. Los servicios sanitarios, por último, pueden tener un
efecto tanto multiplicador como amortiguador de la desigualdad, dependiendo
de si su acceso, utilización y calidad son menores, iguales o mayores entre los
diferentes grupos sociales, considerando las diferencias en su grado de necesidad
(Starfield, 2011). En este sentido, a menudo se ha mostrado que los sistemas
sanitarios actúan según la llamada “ley de atención inversa”, según la cual la dis-
ponibilidad de atención sanitaria suele variar inversamente con la necesidad de la
población atendida (Hart, 1971; Watt, 2002), de forma que las desigualdades en
salud producidas por otros determinantes podrían verse agravadas por un acceso
y resultados desiguales de los servicios sanitarios.
Las mayores desigualdades en salud se producen, de forma más evidente,
entre las poblaciones de los países ricos y empobrecidos, y se manifiestan dramá-
ticamente, por ejemplo, en la desigualdad en la esperanza de vida, que en 2012
era de 41 años entre las mujeres de Sierra Leona y las de Japón. Sin embargo, las
desigualdades vitales no se observan únicamente entre países, sino que incluso en
los países con mayor desarrollo económico, los promedios poblacionales escon-
den grandes desigualdades internas, tanto geográficas (entre regiones, barrios o

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Desigualdad social y salud en España: ¿Cómo influyen en la salud y en el uso de IZASKUN CUARTANGO
los servicios sanitarios la clase social, el nivel educativo y la situación laboral? AMAIA BACIGALUPE

distritos, por ejemplo), socioeconómicas, de género, o como consecuencia de una


interacción de todas ellas. Un ejemplo paradigmático al respecto lo constituye la
ciudad escocesa de Glasgow, en la que la esperanza de vida de los hombres que
viven en las áreas socioeconómicamente más deprimidas es de 54 años, mientras
que la de aquéllos que habitan en las zonas más ricas es de 82 (Hanlon et al.,
2006). Ello implica que los hombres más pobres de Glasgow tienen una esperan-
za de vida menor que la media de la India, al igual que ocurre con los hombres
más pobres de EEUU, con una esperanza de vida por debajo de la media de
Pakistán (Marmot, 2007).
Centrar la atención únicamente en las desigualdades que existen entre los
grupos extremos sólo nos muestra una parte del problema, ya que las desigual-
dades en salud y en mortalidad no afectan únicamente a las personas situadas en
las posiciones más y menos aventajadas de la jerarquía social. Por el contrario,
la desigualdad vital o en salud es un fenómeno que atraviesa al conjunto de la
jerarquía social, de manera que, con pocas excepciones, conforme se baja en la
escala social, la salud y el bienestar de las personas también empeora, siendo
aquéllas más oprimidas o excluidas las que sufren las peores consecuencias de
la desigualdad en salud. Es lo que se denomina el gradiente social de la salud
(Marmot, 2004).
En España, varios han sido ya los estudios que han puesto de evidencia la
existencia de relevantes desigualdades sociales en salud. A partir de la publica-
ción en 1996 del primer informe general sobre el estado de las desigualdades en
España, muchas otras investigaciones han analizado la influencia que las con-
diciones de vida y la posición en la estructura social tiene en la generación de
desigualdades sociales tanto en la percepción de la salud, la salud mental, el pade-
cimiento de problemas crónicos, la esperanza de vida, la mortalidad por diversas
causas, la salud perinatal o el uso de los servicios sanitarios (Bacigalupe y Mar-
tín, 2007; Comisión para reducir las desigualdades sociales en salud en España,
2010; Segura, 2013). Lo últimos datos relativos a la evolución que la salud está
teniendo en el contexto de la actual crisis económica nos dibujan un panorama
de aumento de las desigualdades por clase social ocupacional en la salud mental,
especialmente en los hombres, según el nivel educativo de las madres en algunos
indicadores de salud perinatal y en la calidad de vida relacionada con la salud en
la población infantil, y también en la mortalidad general entre los hombres, por
un descenso mayor de la misma entre aquéllos de mayor nivel de estudios (Baci-
galupe y Escolar, 2014; Ruiz-Ramon et al, 2014).
En el contexto de los antecedentes expuestos, el presente artículo tiene
como objetivo actualizar el conocimiento acerca del estado de las desigualdades
en la salud de la población española según su clase social ocupacional, su nivel
educativo y su situación laboral, utilizando para ello los datos de la Encuesta

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IZASKUN CUARTANGO Desigualdad social y salud en España: ¿Cómo influyen en la salud y en el uso de
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Nacional de Salud de 2011-2012, que es la fuente de información más actualizada


hasta el momento para analizar esta realidad en el contexto español.

2. Metodología

2.1. Diseño y fuente de datos

Para responder al objetivo planteado, este estudio parte de un diseño trans-


versal, con datos referidos a la población residente en el Estado español, a partir
de la información proporcionada por la Encuesta Nacional de Salud (ENSE) de
2011-2012. La ENSE es una encuesta periódica que proporciona información
sobre la salud, los hábitos de vida relacionados con la salud y los determinantes
sociales de la salud más relevantes, gran parte de la cual no está disponible en
otras fuentes de datos. Cuenta con una muestra representativa de 19.351 indi-
viduos para el conjunto del Estado (INE, 2012). Para este estudio, se limitó la
población a aquella de 25 y más años, para evitar problemas con la clasificación
errónea de la población según su nivel educativo en aquélla que todavía no hubie-
ra finalizado su periodo formativo.

2.2. Variables

Las variables de salud analizadas fueron las siguientes:

• Autovaloración de la salud: refleja la percepción subjetiva que las perso-


nas tienen de su propia salud y sintetiza aspectos objetivos y subjetivos
relacionados con la misma. Se ha mostrado relacionada con indicadores
de mortalidad y de uso de los servicios sanitarios (Idler y Benyamini,
1997). A partir de la pregunta original (¿Considera que su salud en gene-
ral es…?: muy buena, buena, regular, mala, muy mala), se agruparon las
tres últimas categorías para crear la variable de “mala salud percibida”.
• Salud mental: a partir del cuestionario GHQ-12, una escala dirigida iden-
tificar a la población con riesgo de depresión/ansiedad validada en el con-
texto español, se caracterizó a las personas con mala salud mental cuando
obtenían puntuaciones iguales o superiores a tres.
• Padecimiento de problemas crónicos a partir de una pregunta dicotómica
sobre la existencia de alguna enfermedad o problema de salud crónico o
de larga duración (de 6 meses o más).
• Utilización de la atención primaria en las 4 últimas semanas.
• Utilización de la atención especializada en las 4 últimas semanas.
• Utilización del servicio de urgencias en los últimos 12 meses.

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los servicios sanitarios la clase social, el nivel educativo y la situación laboral? AMAIA BACIGALUPE

Para la caracterización socioeconómica de la población, se utilizaron:


• La clase social ocupacional, basada en la propuesta realizada por la Socie-
dad Española de Epidemiología (Domingo-Salvany et al, 2013). Las sie-
te categorías iniciales fueron agrupadas en cinco (I, más favorecida; V
menos favorecida).
• Nivel de estudios: a partir de la pregunta original, se crearon tres cate-
gorías: estudios primarios o menos, estudios secundarios y estudios uni-
versitarios.
• Situación laboral: en los hombres, se consideró únicamente a la población
activa (empleados y desempleados) y en las mujeres se incluyó también
a aquéllas encargadas de la realización del trabajo doméstico. La baja
frecuencia de esta categoría (2,5%) impidió su inclusión para el análisis
en los hombres.
Todos los análisis se realizaron de forma estratificada para hombres y
mujeres, y la edad se utilizó como variable de estandarización en los análisis
bivariantes y de ajuste en los multivariantes.

2.3. Análisis

En un primer análisis bivariante, se calcularon prevalencias de las varia-


bles de salud y de uso de servicios según las tres variables socioeconómicas en
hombres y mujeres. Para evitar la distorsión derivada de las diferencias en la
estructura de edad entre los diferentes grupos sociales, estas proporciones fueron
estandarizadas por edad a partir del método directo, tomando como población
estándar la suma de las poblaciones de hombres y mujeres.
Para analizar la asociación entre la situación laboral y las variables depen-
dientes, se calcularon odds ratios, ajustados por edad, a partir de modelos de
regresión logística, tomando como categoría de referencia a las personas con
empleo remunerado. En el caso del nivel de estudios y la clase social, el resumen
en un único indicador de la desigualdad observada a lo largo de las diferentes
categorías, se calculó a partir del índice relativo de desigualdad (IRD). Para su
cálculo, el nivel socioeconómico se cuantificó como la posición relativa de cada
individuo en la jerarquía socioeconómica, a partir de su clase social ocupacional
o nivel de estudios. Esta medida continua se relacionó con cada variable de salud
y de uso de servicios a partir de modelos de regresión logísticos.

3. Estado de las desigualdades en salud en la población española

A continuación se describen los resultados del estudio que, como ya hemos


explicado anteriormente, se dividen en dos partes: una primera en la que se anali-

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zan las desigualdades sociales en relación con el estado de salud de la población


de 25 y más años en España; y una segunda parte que estudia las desigualdades
sociales en el uso de los servicios sanitarios de esta misma población, en consul-
tas de atención primaria, consultas con el médico especialista y consultas a los
servicios de urgencias.

3.1. Estado de salud

En relación a la salud percibida, se aprecian importantes desigualdades


según la posición socioeconómica, tanto en relación a la clase social como al
nivel de estudios de la población (gráficos 1A y 1B). Así, a medida que desciende
la clase social de pertenencia el estado de salud se deteriora, llegando incluso a
duplicarse la proporción de mala salud percibida entre las mujeres de clase social
más baja (CS V 43,1%) con respecto a las de clase social más alta (CS I 20,7%).
Estas diferencias se producen tanto en hombres como en mujeres, teniendo las
mujeres en todas las clases sociales peor salud que los hombres (2,3 puntos de
diferencia en la CS I y hasta 11,8 en la CS V), lo cual muestra la existencia de
importantes desigualdades de género.
Por otro lado, en relación al nivel de estudios se observa que la salud es
peor entre aquellas personas con estudios primarios y que la prevalencia de mala
salud disminuye a medida que aumenta el nivel educativo. Asimismo, existen
diferencias por sexo, siendo las mujeres las que peor salud muestran, aunque
estas diferencias casi llegan a desaparecer en el grupo de personas con nivel de
estudios universitarios.

GRÁFICOS 1A Y 1B. PREVALENCIA (%) ESTANDARIZADA DE MALA SALUD


PERCIBIDA SEGÚN CLASE SOCIAL Y NIVEL DE ESTUDIOS, POR SEXO. ESPAÑA 2011.

TABLA1. ÍNDICE RELATIVO DE DESIGUALDAD DE LAS VARIABLES DE SALUD

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Y DE USO DE SERVICIOS SEGÚN CLASE SOCIAL Y NIVEL DE ESTUDIO,


POR SEXO. ESTADO ESPAÑOL, 2011

Hombres Mujeres
Clase Social Nivel de Estudios Clase Social Nivel de Estudios
Mala salud
2.90 (2.37-3.53) 4.58 (3.94-5.32) 3.42 (2.89-4.01) 4.72 (4.05-5.51)
percibida
Mala salud mental 1.61 (1.30-2.00) 2.04 (1.74-2.39) 2.14 (1.80-2.54) 2.06 (1.75-2.43)
Problemas
1.19 (1.00-1.42) 1.55 (1.34-1.79) 1.80 (1.53-2.12) 1.57 (1.35-1.82)
crónicos
Uso de AP 2.74 (1.92-3.90) 3.69 (2.82-4.83) 3.45 (2.58-4.62) 3.79 (2.86-5.02)
Uso de
0.46 (0.34-0.61) 0.46 (0.37-0.57) 0.44 (0.35-0.56) 0.46 (0.37-0.57)
especializada
Urgencias 1.58 (1.30-1.92) 1.48 (1.27-1.73) 1.44 (1.22-1.70) 1.49 (1.27-1.75)

Tal y como se aprecia en la tabla 1, las desigualdades observadas en los


gráficos 1A y 1B son estadísticamente significativas tanto en hombres como en
mujeres, según todas las variables socioeconómicas. Destaca sobre todo el gra-
diente generado según el nivel de estudios, ya que la probabilidad de mala salud
percibida se multiplica por más de cuatro en las personas situadas en el extremo
más desaventajado de la escala social respecto a las más aventajadas [IRD-h 4.58
(3.94-5.32); IRD-m 4.72 (4.05-5.51)].
Al analizar las desigualdades en salud según la situación laboral, se obser-
va una peor salud entre la población desempleada que entre la población que
se encuentra trabajando, de forma remunerada o no remunerada. Así, entre los
hombres, el 22,6% de los desempleados tienen mala salud mientras que este por-
centaje desciende hasta un 15,9% entre los empleados. Y en las mujeres, entre las
desempleadas el 32,3% declaran mala salud, frente al 27,8% de las que realizan
trabajo doméstico y al 15,9% que se encuentran empleadas. En cualquier caso, de
nuevo se observan desigualdades de género, siendo la salud de las mujeres peor
que la de los hombres cuando se encuentran en la misma situación laboral.

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GRÁFICO 2. PREVALENCIA (%) ESTANDARIZADA DE MALA SALUD PERCIBIDA


SEGÚN SITUACIÓN LABORAL, POR SEXO. ESPAÑA 2011.

TABLA 2. ODDS RATIOS DE LAS VARIABLES DE SALUD Y DE USO DE SERVICIOS


SEGÚN SITUACIÓN LABORAL, POR SEXO. ESTADO ESPAÑOL, 2011

Mala salud percibida Mala salud mental

Hombres
Empleo 1 1
Desempleo 1.73 (1.48-2.02) 2.77 (2.39-3.22)
Mujeres
Empleo 1 1
Desempleo 1.90 (1.62-2.22) 1.99 (1.71-2.32)
Trab. doméstico 1.63 (1.42-1.87) 1.43 (1.24-1.65)

Estas desigualdades según la situación laboral son estadísticamente signi-


ficativas (tabla 2), tanto en hombres como en mujeres. [Hombres desempleados
OR 1.73 (1.48-2.02). Mujeres desempleadas OR 1.90 (1.62-2.22)] o Mujeres rea-
lizando trabajo doméstico [Mujeres OR 1.63 (1.42-1.87)].
La segunda variable de salud que se ha considerado para el estudio es la
salud mental. Como muestra el gráfico 3A, la clase social marcó importantes des-
igualdades en la salud mental de hombres y mujeres, empeorando a medida que
se desciende en la posición socioeconómica, y de nuevo casi duplicándose la pre-
valencia de mala salud mental entre las mujeres de clase social baja (33,2%) con
respecto a las de clase social alta (17,9%). De hecho, las mujeres tienen una peor
salud mental que los hombres en todos los grupos sociales, aunque la brecha de
género va aumentando a medida que disminuye la clase social de pertenencia.
De la misma manera, el nivel de estudios vuelve a marcar desigualdades
en la salud mental, siendo las personas con estudios primarios las que peor salud

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tienen. Las diferencias entre hombres y mujeres siguen siendo muy patentes, ya
que la prevalencia de mala salud mental es siempre superior en mujeres aunque,
de nuevo, las diferencias se reducen cuanto mayor es el nivel de estudios.

GRÁFICOS 3A Y 3B. PREVALENCIA (%) ESTANDARIZADA DE MALA SALUD MENTAL


SEGÚN CLASE SOCIAL Y NIVEL DE ESTUDIOS, POR SEXO. ESPAÑA 2011.

Además, las desigualdades mencionadas son significativas según muestra


el Índice Relativo de Desigualdad (IRD) (tabla 1). Tanto en hombres como en
mujeres, el riesgo de mala salud mental es mayor entre aquellas personas de clase
social más desfavorable, aumentando un 61% la probabilidad en los hombres y
en un 114% en mujeres. Igualmente, las desigualdades por nivel de estudios son
significativas, duplicándose la probabilidad de mala salud mental en las personas
con menor nivel de estudios tanto en hombres como en mujeres.
En relación también con la salud mental, vemos que la situación laboral
marcó grandes desigualdades, siendo las personas desempleadas las que tienen
peor salud (31,1% en hombres y 33,2% en mujeres) frente a las personas que
se encuentran empleadas (13% en hombres y 19,7% en mujeres), o frente a las
mujeres que realizan trabajo doméstico (26%). Las diferencias entre hombres y
mujeres son mayores entre el grupo de empleados/as, disminuyéndose en gran
medida entre los desempleados.

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GRÁFICO 4. PREVALENCIA (%) ESTANDARIZADA DE MALA SALUD MENTAL SEGÚN


SITUACIÓN LABORAL, POR SEXO. ESPAÑA 2011.

Además, como muestra la tabla 2, las desigualdades son significativas,


multiplicándose casi por tres la probabilidad de mala salud mental en hombres
desempleados [OR 2.77 (2.39-3.22)] frente a empleados, y por dos en mujeres
[OR 1.99 (1.71-2.32)]. Aquellas mujeres que se dedican al trabajo doméstico
también tienen una mayor probabilidad de tener peor salud mental [OR 1.43
(1.24-1.65)], aunque en menor medida que aquellas desempleadas.
Finalmente, el análisis del padecimiento de problemas crónicos también
mostró desigualdades según la posición socioeconómica, sobre todo entre las
mujeres, en las que se observa un mayor padecimiento de problemas a medida
que disminuye la clase social, pasando de suponer el 43,1% en la clase social I al
51,6% en la clase social V. Entre los hombres, sin embargo, las diferencias son
escasas entre clases sociales, siendo la clase media (CS III) la que mayor preva-
lencia de problemas crónicos presenta (43,1%).
En relación al nivel de estudios, aquellas personas de nivel educativo más
bajo tienen una prevalencia de problemas crónicos mayor que aquellas de nivel
secundario y universitario. Además, las desigualdades de género son patentes
también, aunque se reducen sin llegar a desaparecer a medida que aumenta el
nivel de estudios.

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GRÁFICOS 5A Y 5B. PREVALENCIA (%) ESTANDARIZADA DE PROBLEMAS CRÓNICOS


SEGÚN CLASE SOCIAL Y NIVEL DE ESTUDIOS, POR SEXO. ESPAÑA 2011.

El IRD muestra que las desigualdades observadas en relación a los proble-


mas crónicos son significativas para ambos sexos y ambas variables socioeconó-
micas, a excepción de los hombres según la clase social. En las mujeres, la pro-
babilidad de padecer problemas crónicos aumenta un 80% entre aquéllas situadas
en la clase social más desaventajada. Por nivel de estudios, el gradiente social es
claro, teniendo un 55-57% (hombres y mujeres respectivamente) más de proba-
bilidad de tener problemas crónicos entre ambos extremos del nivel educativo.

3.2. Uso de servicios sanitarios

En primer lugar, se observa que la clase social marcó diferencias en el uso


de las consultas de atención primaria en el mes anterior a la encuesta, de forma
que éste fue más frecuente entre aquellas personas de clase social más desfavo-
recida, tanto en hombres como en mujeres. Además, el uso de AP por sexo es
ligeramente diferente, siendo las mujeres las que en mayor medida acuden a estas
consultas, aunque estas diferencias desaparecen en la clase social más alta.
Por otro lado, las personas con estudios primarios o inferiores acudieron
más al médico de familia que aquellas con estudios secundarios o universitarios.
Sin embargo, el gradiente social se aprecia en mayor medida en mujeres que en
hombres, pasando del 37,9% en estudios primarios al 21,6% en estudios universi-
tarios. Las diferencias por sexo son mayores entre aquellas personas con estudios
primarios o secundarios, mientras que entre las de estudios universitarios el uso
de AP es similar entre hombres y mujeres, siendo incluso un poco mayor en los
primeros.

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GRÁFICOS 6A Y 6B. PREVALENCIA (%) ESTANDARIZADA DE USO DE CONSULTAS DE


ATENCIÓN PRIMARIA SEGÚN CLASE SOCIAL Y NIVEL DE ESTUDIOS,
POR SEXO. ESPAÑA 2011.

Las desigualdades socioeconómicas en el uso de AP son significativas


como muestra la tabla 1. Destaca el gradiente que genera el nivel de estudios, ya
que la probabilidad de acudir a consultas de AP se multiplica por más de tres en
las personas con una posición más desfavorecida frente a las más favorecidas tan-
to en hombres [IRD 3.69 (2.82-4.83)] como en mujeres [IRD 3.79 (2.86-5.02)].
Con respecto a las consultas con el médico especialista en el mes anterior a
la encuesta, el patrón es inverso al observado para la AP. Por tanto, son las perso-
nas con una posición socioeconómica más favorecida las que acceden en mayor
medida a este tipo de consultas. Tanto en hombres como en mujeres el uso de las
consultas a especialistas desciende a medida que desciende la posición social.
Además, las mujeres acceden con más frecuencia a este tipo de consultas que los
hombres en todas las clases sociales.
Asimismo, cuando vemos el patrón de uso según el nivel de estudios de la
población, se observa un claro gradiente social ascendente, siendo más frecuente
las consultas a especialistas entre aquellas personas con estudios universitarios
que entre aquellas de nivel educativo secundario o primario. En hombres, las
diferencias en el uso de aquellos con estudios primarios (13,5%) y secundarios
(12,9%) son pequeñas, pero son más claras con respecto a los hombres con estu-
dios superiores (18%). En las mujeres, el gradiente se aprecia entre todos los
niveles educativos, pasando de un 16,1% de uso de consultas al especialista en
el grupo de estudios primarios, al 21,8% en el grupo de estudios universitarios.

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GRÁFICOS 7A Y 7B. PREVALENCIA (%) ESTANDARIZADA DE USO DE CONSULTAS


CON EL MÉDICO ESPECIALISTA SEGÚN CLASE SOCIAL Y NIVEL DE ESTUDIOS,
POR SEXO. ESPAÑA 2011.

Como se aprecia en la tabla 1, las desigualdades observadas en las con-


sultas a especialistas son significativas, siendo un 46% menos probable acudir a
ellas en el caso de las personas que se sitúan en el extremo más desfavorecido de
la jerarquía social frente a las más favorecidas.
Y, por último, en relación a las desigualdades en el uso de los servicios de
urgencias, se observa un patrón similar al del uso de la AP, siendo mayor en los
grupos de clase social más baja. Las diferencias se producen para ambos sexos,
siendo menor el uso de urgencias en hombres que en mujeres en todos los grupos
sociales.
Con respecto al nivel de estudios, la asistencia a urgencias es diferente en
hombres y en mujeres, produciéndose, en los hombres, un mayor uso entre aque-
llos con estudios primarios (29,2%), que secundarios (23,8%) o universitarios
(19%). Sin embargo, en las mujeres, son aquellas con estudios secundarios las
que más acuden a servicios de urgencias (29,6%).

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GRÁFICOS 8A Y 8B. PREVALENCIA (%) ESTANDARIZADA DE USO DE CONSULTAS A


LOS SERVICIOS DE URGENCIAS SEGÚN CLASE SOCIAL Y NIVEL DE ESTUDIOS,
POR SEXO. ESPAÑA 2011.

Estas desigualdades en el uso de las urgencias son significativas para las


dos variables socioeconómicas analizadas, tal y como se aprecia en la tabla 1. El
IRD indica que la probabilidad de acudir al servicio de urgencias aumenta en un
50% aproximadamente en aquellas personas pertenecientes al estrato socioeco-
nómico más desfavorecido frente a aquellas de posición más favorecida, tanto
por clase social como por nivel de estudios.

4. Conclusiones

La salud constituye una de las condiciones más relevantes y valoradas de la


vida de las personas, por lo que, como afirma Amartya Sen (2002), ninguna con-
cepción de la justicia social que acepte la necesidad de una distribución equitativa
y de una formación eficiente de las posibilidades humanas puede ignorar el papel
de la salud en la vida humana y en las oportunidades de las personas para alcanzar
una vida plena. Sin embargo, tal y como muestran los resultados de este estudio,
la capacidad del disfrute pleno de la salud está desigualmente distribuida según
la posición social de las personas en la jerarquía social. En concreto, se ha mos-
trado que la clase social y el nivel de estudios marcan importantes desigualdades
tanto en el estado de salud general, como en la salud mental y el padecimiento de
problemas crónicos entre la población española. Son aquellas personas pertene-
cientes a las clases sociales más desfavorecidas y con un menor nivel de estudios
las que tienen una peor salud en los tres indicadores. Esta situación se produce
tanto en hombres como en mujeres, aunque se ha observado que dada una misma
posición social las mujeres muestran peor salud que los hombres y, por lo tanto,

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que existen claras desigualdades de género. Asimismo, ha quedado patente que


estas desigualdades de género son mayores entre los grupos sociales más des-
ventajados y se reducen considerablemente entre los más aventajados, lo que
evidencia una clara interacción entre los ejes de género y de posición socioeco-
nómica a la hora de explicar las desigualdades sociales en salud. La importancia
de la clase social y el nivel de estudios en las desigualdades sociales en salud
puede atribuirse por un lado a factores materiales o ambientales, en la medida
en que los colectivos sociales más aventajados disfrutan de un mayor acceso a
los recursos que influyen en la salud, tales como una vivienda confortable, una
alimentación suficiente y variada, mejores condiciones de trabajo o una mejor
atención sanitaria. Por otro lado, la dimensión psicosocial de las desigualdades
socioeconómicas también tendría su efecto sobre la salud, de manera que los
colectivos socialmente más desfavorecidos serían más vulnerables a problemas
de estrés, ansiedad o carencia de apoyo social (Kawachi et al., 2004; Leon et al.,
2005) lo que impactaría negativamente en su salud.
Además, se ha descrito una peor salud general y mental entre las personas
desempleadas, frente a las que tienen empleo o se dedican al trabajo doméstico,
siendo este fenómeno atribuible probablemente no sólo a la ausencia de los ingre-
sos procedentes del trabajo, sino también a la pérdida de otros beneficios asocia-
dos, como el estatus social, la autoestima, la actividad física y mental y el uso
de las propias habilidades (Bartley M., 1994). Es destacable que aunque la salud
entre las personas desempleadas sigue siendo peor en las mujeres, sin embargo,
en el caso de la salud mental las diferencias son muy pequeñas con respecto a los
hombres desempleados, lo cual nos puede estar indicando el gran impacto que el
desempleo producido por la crisis económica que vive España desde 2008 está
teniendo en los hombres en términos de salud mental. Este mayor impacto de la
situación de desempleo sobre la salud mental de los hombres ha sido descrito en
anteriores estudios (Artazcoz L. et al, 2004), y podría estar relacionado con el
rol de sustentador principal del hogar tradicionalmente asignado a los hombres.
Por otro lado, en relación a los servicios sanitarios es destacable el dife-
rente patrón de uso de los diferentes servicios (atención primaria, especialista y
urgencias) según la posición socioeconómica. Así, las personas en situación más
desfavorecida realizan un uso de la atención primaria y de urgencia mayor que
aquellas de posición más favorecida, mientras que en el caso de las consultas con
el médico especialista, los grupos de mejor posición socioeconómica acceden con
mayor frecuencia a este tipo de servicios que otros grupos menos aventajados.
Estos resultados serían coherentes con la teoría de la Ley de cuidados inversos
propuesta por Hart en 1971, según la cual la disponibilidad de atención médica de
calidad es inversamente proporcional al grado de necesidad de la población a la
que atiende, de manera que los grupos poblacionales más privilegiados tendrían

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un mayor acceso a la atención médica pese a tener de media mejor salud que los
más desfavorecidos.
Este estudio no está exento de limitaciones que merece la pena detallar.
Para comenzar, se trata de un análisis transversal basado en datos de un único
año que, por lo tanto, no permite, a priori, inferir la direccionalidad de las relacio-
nes descritas entre las variables. Sin embargo, es lógico pensar que en la mayor
parte de las relaciones, la situación socioeconómica no es consecuencia de las
características de salud, sino al contrario. Como excepción, algunos estudios han
descrito el efecto que los problemas graves de salud mental o el padecimiento de
algunas limitaciones funcionales pueden tener en una movilidad social descen-
dente (Dohrenwend et al, 1992). A pesar de las limitaciones del diseño transver-
sal, el análisis presentado resulta muy apropiado para describir la magnitud de
las desigualdades entre grupos sociales en un momento del tiempo determinado
e identificar, asimismo, qué ejes de estratificación social generan mayores des-
igualdades en salud.
Por otra parte, en relación a las variables utilizadas, es posible que éstas
muestren limitaciones para captar en toda su magnitud el impacto de las condi-
ciones socioeconómicas sobre la salud, ya que el carácter multidimensional de la
propia salud no es fácilmente reducible a preguntas y categorías de respuesta en
encuestas. Sin embargo, haber utilizado tres dimensiones de la salud diferentes y
tres variables socioeconómicas limita potencialmente el alcance de este problema.
En relación con la primera limitación descrita, sería interesante contar
con datos longitudinales que permitieran observar los cambios producidos en el
patrón de las desigualdades sociales en salud en los últimos años. En el contexto
actual, este abordaje sería si cabe aún más relevante por la grave situación de
crisis económica que está ocasionando un deterioro claro de las condiciones de
vida de la población española, especialmente entre aquellos grupos sociales que
ya se encontraban en una situación más desfavorable antes de la crisis. Por ello,
un análisis temporal que estime el impacto que la actual recesión económica está
teniendo sobre la salud de la población y sobre las desigualdades en salud enri-
quecería el análisis y la interpretación de la magnitud actual de las desigualdades
observadas. Y ello porque ya hay abundante evidencia que muestra, por ejemplo,
cómo los periodos prolongados de desempleo, la flexibilización del empleo, los
bajos ingresos o el trabajo precario inciden claramente en una peor salud física
y mental (Benach et al, 2010). En el contexto internacional, ya son varios los
estudios que están subrayando el hecho de que el empeoramiento de los determi-
nantes sociales de la salud puede generar un claro aumento de la enfermedad, la
dependencia o las conductas perjudiciales para la salud en época de crisis (Suhrc-
ke y Stucker, 2012).
Este estudio, a pesar de su carácter transversal, muestra resultados con
implicaciones de diversa naturaleza. Por un lado, la importancia de las desigual-

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los servicios sanitarios la clase social, el nivel educativo y la situación laboral? AMAIA BACIGALUPE

dades sociales en salud en el Estado español apremia para seguir investigando el


papel de los determinantes sociales de la salud en nuestro contexto y la mane-
ra en que se interrelacionan diversos tipos de desigualdades sociales, destacan-
do las derivadas de la posición socioeconómica y las de género. Ahondar en el
conocimiento sobre esta materia será clave para diseñar estrategias destinadas a
reducir las desigualdades en salud. Así, la articulación e implementación de polí-
ticas públicas en salud deberá tener en consideración no sólo las intervenciones
centradas en política sanitaria sino también otro tipo de actuaciones en áreas no
sanitarias que tienen una influencia central en la salud y en las desigualdades en
salud de la población. De esta manera, resulta esencial diseñar políticas públi-
cas en ámbitos como el de vivienda, educación, empleo, transporte, o servicios
sociales entre otras, que contribuyan a mejorar la desigual e injusta distribución
de los determinantes sociales de la salud y que, por tanto, incidan en la mejora de
la salud de la población bajo parámetros de ética social.

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Recibido: 31/10/2014
Aceptado: 24/11/2014

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