El respeto es una virtud y un sentimiento positivo que motiva a los
individuos a tener una mirada atenta a su personalidad, esfuerzos y logros, para valorarse y respetarse individualmente y a quienes les rodean. El respeto para algunos se gana, para otros se construye, y para otros tantos se posee; por tanto, se relaciona con la moral y la ética. El respeto es uno de los valores más importantes que debemos cultivar desde el hogar y la escuela, con nuestra familia, amigos y todas las personas que están alrededor. Es la base sobre la que se sustentan las relaciones entre las personas y, por tanto, es esencial para que exista una sana convivencia y para que haya armonía dentro de la comunidad. El respeto es fundamental en cualquier estadio de la vida y comienza por ser un acto intrapersonal. El respeto a uno mismo es esencial para poder establecer relaciones satisfactorias en todos los ámbitos de la vida como el familiar, el laboral, el deportivo y el educativo. No en vano se escucha muy a menudo la frase: respetarse a uno mismo para que los demás te respeten. Y es que practicar los valores también es respeto, ya que el hombre, por naturaleza, es un ser social y de sociedad. Respetar implica, entre otras cosas, no querer dañar la integridad y la sensibilidad de la otra persona, algo que podría traducirse como empatía: ese acto de reconocer y ser capaz de ponerse en el lugar del otro. Y eso solo puede nacer desde el respeto. El respeto en la educación también se extiende desde las dimensiones emocionales de la enseñanza, de modo que el educador debería ser capaz de ganarse ese respeto y no imponerlo, de fomentar la creatividad y estimular la curiosidad del alumnado, de mostrar la importancia de la gratitud con actos sinceros cada día, en fin, darles las herramientas para la vida y “alfabetizarlos” en valores. Jamás se debe perder este vínculo de respeto alumno-maestro, una relación que puede parecer dispar porque es el segundo quien siempre deberá mostrar con el ejemplo los límites infranqueables de una sana interacción. Es un aspecto clave en las relaciones escuela-familia pero también entre profesores ya que del trabajo en equipo surgen las grandes ideas y son el motor de la puesta en marcha de infinidad de iniciativas que revolucionan cada día la educación en las escuelas, colegios, institutos y universidades.
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Normas para promover el respeto Para promover el respeto en la escuela, los alumnos, los profesores, los directivos o el personal de mantenimiento, son responsables de contribuir a la causa mientras estén en la escuela. Para ello, existen una serie de normas que se pueden cumplir para que las relaciones serán armónicas: • La primera de todas, respetar a todas las personas que conforman el colegio. • Los profesores deben reconocer las cualidades de cada alumno y felicitarlos mientras se ayuda a todos los demás a saber valorar las cualidades del otro. • Las críticas, las burlas y los juicios que no tienen carácter constructivo no se deben permitir. • Enseñar a respetar las reglas de los juegos y las actividades que se realicen. • Fomentar la integración y la comunicación. • Enseñar a valorar el trabajo y esfuerzo de todos los integrantes del colegio: profesores, administración, personal de limpieza, etcétera.
10 ejemplos de respeto
1. Respeto al prójimo: respetar los derechos de los demás y tratarlos con
educación. 2. Respeto a la naturaleza: cuidar la naturaleza y no dañarla. 3. Respeto a la autoridad: seguir las normas que dicta la autoridad. 4. Respeto a las leyes: obedecer lo que manda la ley. 5. Respeto a los padres: tratar a los padres con respeto y obediencia. 6. Respeto a los valores: seguir los valores que dictan las normas morales. 7. Respeto a las buenas costumbres: respetar las costumbres que se siguen en el lugar al que se va. 8. Respeto a las normas sociales: comportarse de acuerdo a lo que marca la sociedad como respetuoso 9. Respeto a los animales: no maltratar a los animales, ni abandonarlos, por el contrario cuidarlos y protegerlos. 10. Respeto a uno mismo: respetar las creencias y valores propios.