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COMENTARIO DE TEXTO

Localización

Este poema se trata de un romance. Los romances son poemas narrativos


tradicionales, anónimos y más bien populares, que se transmitían oralmente
de pueblo en pueblo, incluyendo en ellos una amplia variedad temática.
Circulaban en hojas de pliego, “ciegos”, y no fueron recopilados hasta
finales del siglo XIX. Solían ser anónimos.

Pertenece al Romancero viejo (conjunto de romances de tradición oral), ya


que situamos la composición de este romance entre los siglos XIV y XV.

Contenido

Tema

El romance nos habla sobre el deseo del rey Juan II de España de


incorporar Granada a su reino. Este deseo nos es mostrado a través de
dos diálogos del rey con el moro Abenámar y del rey con la ciudad de
Granada respectivamente. Se trata por lo tanto de un romance fronterizo
por abordar la temática de las guerras entre moros y cristianos en la EM.

El romance se sitúa en la época del reinado de Juan II de España, antes de


la llegada de los Reyes Católicos, concretamente en la ciudad de Granada.
Se trata de los tiempos en que los musulmanes estuvieron viviendo en la
Península Ibérica y tuvieron que convivir cristianos y musulmanes en un
mismo territorio. Parece ser que se refiere concretamente al año 1431,
cuando un tal príncipe árabe llamado Abenalmao ofreció sus servicios al rey
Juan II para obtener, una vez conquistada por los cristianos, el gobierno de
Granada. No obstante, no está demostrado que el romance nos hable
exactamente de este episodio histórico.

Estructura

El romance se inicia in media res, un comienzo muy habitual en el


romancero, que consiste en empezar a contar los hechos por la mitad de la
historia. Decimos que se inicia de esta manera porque no hay una
introducción que presente quiénes son los personajes, en qué momento de
la historia nos encontramos, cuáles son los hechos que han sucedido
anteriormente, etcétera. No hay, entonces, una previa situación en el tiempo
y en el espacio

El Romance de Abenámar tampoco presenta un desenlace: es una historia


abierta, sin continuación definida.
Podríamos decir que el romance presenta solamente la parte intermedia de
una narración: el nudo o el desarrollo de los hechos. Dadas estas
circunstancias, se puede afirmar que es un romance-escena, y no una
narración.

Desde el punto de vista del contenido, podemos dividir el romance en dos


partes, que corresponden a los dos diálogos que sostiene el rey. La
primera parte consiste en el diálogo entre el rey y Abenámar y coincide
con los versos 1-36 del poema. La pregunta del rey ya empieza a
manifestar su deseo de poseer la ciudad, que sentimos crecer conforme
avanza la espléndida descripción de Abenámar. Esta primera parte
constituye un diálogo perfectamente posible y real.

En el segundo diálogo, del verso 37 hasta el final, el rey le propone a


Granada que se “case” con él, ya sea en el sentido literal de boda entre
hombre y mujer, como en el sentido metafórico entre el reino de España y la
ciudad: quiere que se incorpore a su reinado. La Granada-mujer no rechaza
al rey don Juan, ni tampoco acepta la propuesta. Tan solo deja dicho que ya
está casada con un rey árabe, y el gran amor que él siente por ella.

Análisis de la forma (métrica y estilo)

En primer lugar diremos que, como es propio de estas composiciones, el


poema está escrito en versos octosílabos con rima asonante en los
pares (en este caso palabras llanas que riman en i-a).

Después, hay que destacar la personificación de Granada en la segunda


parte del poema. Si en la primera parte los dos personajes contemplan
Granada ciudad, en la segunda esta se convierte en mujer, y el rey la
corteja. Es una interpretación metafórica de las ansias de posesión que
tiene el rey respecto a la ciudad.

El poema también se utilizan formas en pretérito imperfecto de indicativo


con valor de presente ( “muy grande bien me quería”, ”altos son y
relucían”)que son arcaísmos propios de los romances. Los diálogos son
introducidos en estilo épico, propio de los cantares de gesta ( “bien oiréis lo
que diría”) y hay un paralelismo ( estaba la mar en calma, la luna estaba
crecida) aunque no exacto.

Abundan las repeticiones propias del romancero ( “Abenámar, Abenámar


“ / “casada soy rey don Juan, casada soy que no viuda”)y anáforas ( “que”).

En conclusión, podemos decir que el texto posee las características propias


de los romances: fragmentarismo (se trata de una parte de una historia), la
presencia de diálogos aunque esta vez sin narrador, lo que lo convierte en
un romance –escena ( únicamente dialogan tres personajes en el texto);
introducción de los diálogos en estilo épico y arcaísmos en el uso de los
tiempos verbales, además de las repeticiones propias de la literatura de
tradición oral.

Valoración

El romance presenta un tema bélico con gran belleza y poesía. El hecho de


convertir Granada en una mujer y expresar el deseo militar y de poder en
términos amorosos hace que este romance transmita gran sensibilidad.
Además, el final abrupto (presente en la mayoría de romances), lo dota de
un carácter misterioso y poético.

Por otra parte, saber que es una composición tan antigua cantada por
nuestros antepasados le da un valor emotivo todavía mayor. ¡Cuántos
poemas se habrán perdido en el transcurso de los siglos y que nunca
conoceremos !

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