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Rocío Morales 4ºA IPA

Segundo parcial Literatura Universal IV

El Segundo Sexo como sujeto de poesía: Sylvia Plath o el terrible pez:


Adentrarse en la poesía de Sylvia Plath implica enmarcarla en la corriente de poesía
confesional. Dicha corriente supone según Bravo “Esa exploración del inconsciente en la que la
escritura...da cuenta de los conflictos de la propia identidad”(61), es decir que no deberíamos
expropiar su obra de la persona empírica y de cómo su vida personal ha condicionado su
producción literaria y estética. La figura de la joven artista, perseverante, colaborativa con su
familia desde su infancia, ambiciosa,insegura, hambrienta de reconocimiento y prestigio, se vio
interpelada por distintos sucesos como la muerte de su padre y el engaño de su esposo que la
sumieron en la depresión y los problemas psiquiátricos desembocando finalmente en su suicidio.
Los cuestionamientos de Plath sobre el rol femenino, las masculinidades y la forma en la
que concibe la violencia contra ella misma como una forma de emancipación del statu quo y de
rebeldía ante una sociedad que impone sobre la mujer una carga enorme en términos de
matrimonio, maternidad y femineidad son claves para realizar un estudio intertextual de los
poemas “Eres” y “Espejo” de su Antología Poética.
¿Cómo influye la construcción de género en la poética de Plath? En este sentido es
importante destacar algunos elementos que menciona Simone de Beauvoir en el capítulo I “La
mujer casada” de su libro El Segundo Sexo. Si bien la autora plantea la evolución del matrimonio
y de la entrega de la mujer a lo largo de los años y reafirma que “el matrimonio es el único medio
de integrarse a la colectividad”(375). El matrimonio se consolida como una forma de existir, de
ser en la sociedad y por ello la mujer debe prometer fidelidad y lealtad a su esposo, dentro de estas
obligaciones se encuentra implícita la maternidad. El marido siempre ha de ubicarse en un lugar
superior y la mujer será vulnerable ante él. En este sentido Plath tuvo grandes problemas para
congeniar su vida artística y su matrimonio, desde los inicios intentó ocultarlo en el ámbito
académico con la finalidad de mantener su beca en Cambridge. Vemos en Plath la sumisión y
devoción a su esposo que practica de forma autómata pero sobre la cual problematiza en sus
Diarios, los que muestran su lirismo sin imposiciones ante el dolor de ser mujer en un mundo
marcado por el patriarcado; una voz llana y emancipada de una identidad melancólica, brillante,
reflexiva, solitaria y tupida de miedos.
El poema “Eres” expresa la mirada dicotómica sobre el rol de la mujer en la maternidad;
en los años 50 y 60 la mujer debía ser madre y dedicarse a eventos sociales de voluntariado si
tenía tiempo libre pero su formación profesional estaba mal vista por la sociedad. Plath confiesa
no haber deseado hijos hasta que con el paso de los años llegan sus dos pequeños. El poema
recupera la visión del mundo desde la vida intrauterina.
“Con aire de payaso” esta primer imagen simbólica con la que se abre el poema puede ser
interpretada desde Chevalier ya que el “payaso” representa la parodia, la irreverencia, en este
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sentido puede reflejar lo irracional de ese ser que se está gestando dentro suyo y que no tiene aún
desarrollado un sistema cognitivo; es un ser feliz, animado e irracional. La posición fetal reflejada
en “calavera con forma de luna” se complementa con el verso “branquias como un pez”. Esta
comparación del feto con el pez responde a su ubicación en el saco amniótico. El “pez” simboliza
el mundo interior, subterráneo, aquello que cobra vida debajo de otra vida, metáfora del feto en
tanto incompleto en su forma, aún no se ha desarrollado fisiológicamente. Según Chevalier, el pez
también es símbolo de la vida y de la fecundidad, sin embargo, en otra de las acepciones, se
considera en Egipto al pez como un símbolo ambiguo; fausto y enceguecedor móvil de contiendas.
En este sentido se puede ver reflejada la carga emocional del “yo lírico”.
“Rastreas en la oscuridad como los búhos” esta comparación que parece superficialmente
sencilla, puede ser interpretada desde dos perspectivas. Por un lado el “búho” simboliza la soledad
y la melancolía que puede experimentar el feto en su período de gestación; sin embargo, otra de
las explicaciones del símbolo, en China, se le concibe como un animal destructor y “devorador de
su madre”. No es un detalle menor que la voz poética seleccione ese animal para representar al
bebé que está llevando dentro. Es un ser de mal augurio y nefasto. Se encubre en esta comparación
un no deseo de la concepción. Un no-deseo que se ve interpelado por las emociones de felicidad y
podría ser también por una serie de construcciones sociales y prejuicios que no permiten y que
sentencian este tipo de rechazo hacia un hijo.
La alusión al “cuatro de julio” puede asociarse al día de la Independencia en Estados
Unidos y que, análogamente, puede representar la pérdida de la independencia de la madre. Desde
que se da el momento de la concepción ya no tendrá la libertad de la que gozaba pero tampoco su
cuerpo le pertenece totalmente. La maternidad se transforma en un acto de entrega total y de
sacrificio. La interjección “Oh” denota un estado de ánimo, expresa un suspiro cálido que dialoga
con la suma de sentimientos que están coexistiendo en el “yo lírico”. El término “inquilina”
explica esa ubicación transitoria, ese pasaje que no es permanente por el útero y que reafirma el
planteo anterior sobre la expropiación del cuerpo. El adjetivo posesivo “mi” trabaja sobre el
sentimiento de propiedad, la idea de tener el control sobre la situación es la parte que tranquiliza al
“yo lírico”. La autoridad y “propiedad” sobre el ser que se está desarrollando se vuelve una parte
de la propia identidad, es algo suyo y que ha creado, es también su “obra de arte”.
La estructura del poema dividido en dos estrofas puede encarnar la fractura que
experimenta espiritual y psicológicamente el “yo lírico”. El cierre de la primera estrofa dota de
una suerte de ternura y afecto que se verá desarrollada en la segunda estrofa tras el deseo de la
llegada: “...deseada como el correo” esta comparación en un sentido tan frívolo como práctico
expone la sensibilidad del “yo lírico” que aún no cede ante las pasiones y sigue expresando su
emotividad desde un lugar sarcástico pero a la vez vivencial y emotivo como si hubiese dentro de
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sí fuerzas en puja. Los sustantivos “gamba” “sardinilla” “anguila” que retoman la idea del pez y
expresan el proceso de crecimiento y desarrollo de su hija, remarcan la noción fluctuante; la hija
que vendrá es una situación dinámica, es el desembarco y la llegada a puerto, metáfora del parto.
“Perfecta, como una suma bien hecha. Una tabula rasa, con tu rostro en ella”, estos últimos
dos versos son sumamente importantes. Primero, porque en sí mismos guardan una relación
antitética. La perfección dispone una serie de características que la conforman, sin embargo la
“tabula rasa” se encuentra totalmente en blanco. Podemos remitir a Plath en esta necesidad
constante de perfección, su insatisfacción por nunca sentir que ha tenido suficiente fue uno de los
motivos de su autoestima y autoflagelación. El término “una suma bien hecha” como la cuestión
intrínseca del adn que aspira a recoger lo mejor de los progenitores. Por otra parte, “Una tabula
rasa” es un comienzo desde cero, es la ignorancia pero también la capacidad de transformarse en
lo que uno desea. Es la incapacidad pero también la fragilidad y vulnerabilidad y es allí donde se
inscribe el rostro de la hija. Vendrá pero su venida es un momento de incertidumbre y miedo por
el inexorable paso del tiempo y lo que ello conlleva.
En cuanto al poema “Espejo” es posible hacer algunas apreciaciones en relación al poema
anterior. El espejo personificado adopta la voz lírica y se autodefine. La objetividad que refleja lo
dota de sinceridad, refleja el ser fiel sin apreciaciones subjetivas “Tal y como es, sin rastro de
amor ni desprecio”. Esta presentación sirve de fundamento para la forma en que la joven se
percibe a sí misma al observarse. El espejo como un “dios” tiene la potestad de mostrar todo
aquello que queremos y no queremos ver. La segunda estrofa es la más pertinente en relación al
análisis esbozado. “Una mujer se inclina sobre mí, buscando en mi alcance lo que realmente es” la
esencia adquiere un relieve predominante. Lo reflejado es y en tanto es existe. El espejo como el
reflejo de lo que no nos detenemos a observar diariamente o a cuestionar sobre nosotros mismos.
Para Chevalier, el espejo refleja la “verdad” y el contenido del corazón, ergo, representa una
ilusión que encubre la verdad con la imagen aparente. En este término el retorno hacia las
“mentirosas” deja ver la necesidad de encontrar otras respuestas. La mujer puede experimentar la
desazón, la angustia y el miedo. Su identidad se ve abrumada y busca las respuestas en el espejo.
La mujer está en constante conflicto consigo misma entre lo que es su verdadera esencia y lo que
la sociedad espera de ella “Me recompensa con lágrimas”. Su incredulidad ante la imagen del
espejo se puede observar en ese ir y venir constante, esperando nuevas respuestas. El espejo que se
ha convertido en un lago como si atravesara una metamorfosis y se vuelve la expresión de los
temores, la vejez se ha vuelto la imagen predominante y el paso del tiempo muestra su peor cara.
El agua que pueda mostrar la cara difusa como la niebla y que no expresa más que dolor puede ser
reflejo de las pérdidas, el engaño, la soledad y la locura. Es en estos constantes devenires de la
conciencia donde podemos rastrear la sensibilidad incomparable de Sylvia Plath.
Rocío Morales 4ºA IPA
Segundo parcial Literatura Universal IV

Bibliografía:

Bravo, Luis. “Sylvia Plath y Anne Sexton. Una roja cicatriz en el mausoleo patriarcal”. SIC, Año
4, n° 8, Montevideo, Abr. 2014.
Beauvoir, S. de “Capítulo I: La mujer casada” de El segundo sexo. Siglo Veinte, Buenos Aires,
1969. Traducción de Pablo Palant. Impreso
Chevalier, Jean. Diccionario de los símbolos. Herder, Barcelona, 1986. Impreso
El Cultural, “Sylvia Plath. Diarios Completos”. El cultural, 2 Dic. 2016. Consultado el 4/11/2020
https://elcultural.com/sylvia-plath-diarios-completos-2
Plath, Sylvia. Antología poética. Traducido por Raquel Lanseros. Navona, Barcelona, 2018.

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