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Marco de referencia para el abordaje

de Violencia de Género

“A veces tienes que olvidar lo que sientes


y recordar lo que mereces”
Frida Kahlo

La Visión de Crear vale la pena

Crear Vale la pena trabaja desde hace 20 años en intervenciones comunitarias que
buscan, desde el arte, transformar y crear condiciones de posibilidad-oportunidad
para personas y comunidades. Las prácticas que realizamos desde Crear están
regidas por algunos principios que orientan el abordaje: la educación y creación
artística en perspectiva comunitaria, perspectiva de género, perspectiva de derechos,
abordajes interdisciplinarios e integralidad, integración social , co-gestión,
intersectorialidad y trabajo en red. Las acciones de Crear se construyen desde estos
principios con el fin de potenciar las prácticas de cuidado, construir vínculos,
fortalecer subjetividades y habilidades socioemocionales, habilitar espacios de
diálogo y creación artística, potenciar condiciones de posibilidad de personas y
comunidades y potenciar estilos institucionales inclusivos.

El presente documento tiene por objeto orientar los lineamientos de trabajo del
programa “Mi Cuerpo Mi Casa” para el abordaje de la temática de Violencia de
género (VG). Estos ejes de trabajo se enmarcan en las leyes nacionales y a partir de
estos se crean las propuestas que se dirigen a capacitar a equipos formadores y
efectores del programa en la didáctica lúdico creativa de la Fundación Crear Vale la
Pena – desarrollada en el marco del Programa Nacional Entornos Creativos (EC) –
como herramienta al servicio de la articulación y el fortalecimiento de programas de
prevención, promoción y atención de la salud de los adolescentes a fin mejorar su
calidad de vida mediante un abordaje integral.

Las herramientas de Crear vale la pena

A través de la didáctica lúdico-creativa desarrollada en talleres y producciones


artísticas para el Programa Nacional Entornos Creativos (EC) promovemos la temática
de prevención de la Violencia de Género (VG) desde los siguientes ejes:
- Fortalecimiento de la ley de educación sexual integral

- El reconocimiento de los derechos para la prevención de violencia de género.

- El reconocimiento y expresión de las emociones y la afectividad para la


sensibilización y reconocimiento de las prácticas violentas tanto en plano privado
como en el público.

- El aprendizaje de competencias relacionadas con la prevención de las diversas


formas de vulneración de derechos: maltrato infantil, abuso sexual y violencia de
género.

- La mejora de la convivencia, la experiencia sensible, la creación colectiva, la mirada


crítica, el compromiso con la comunidad, la capacidad expresiva y el respeto a la
diversidad para la promoción de un proyecto de vida saludable.

- Revisión de las prácticas de la cultura patriarcal en el ámbito personal, grupal, laboral


y en distintos ámbitos de la vida.

- Reconocimiento y promoción del trabajo en red como parte de la prevención en


violencia de género.

- Armado de la ruta crítica para el acompañamiento de víctimas de violencia de


género, abuso y maltrato.

MARCO DE REFERENCIA PARA EL ABORDAJE DE VG

Desde Crear vale la pena orientamos nuestras acciones desde la Ley 26.485 de
“Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres
en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”. Entendemos esta
ley como una conquista más de los movimientos de mujeres que nace de la
necesidad del reconocimiento de las mujeres como sujetos de derecho.

Desde las perspectivas que propone la ley es que concebimos la violencia de género
como una construcción social históricamente arraigada que tiene sus bases en la
cultura patriarcal y pone a la figura de la mujer en posición de desigualdad y
vulnerabilidad frente a los varones en distintos ámbitos de la vida. Esta posición de
desigualdad lleva a las mujeres a impedir desarrollarse con goce, independencia,
disfrute y plenitud a lo largo de su vida.

“Se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción
u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito
público como en el privado, basada en una relación desigual de
poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física,
psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su
seguridad personal.
Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda
conducta, acción omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria
que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón.”1

Esta noción de violencia logra dimensionar la vulnerabilidad y desigualdad de las


mujeres dentro de la sociedad y hace visible la necesidad de trabajar en prevención
de estas violencias de manera integral junto al fortalecimiento de la ESI (Ley de
educación sexual integral). Fundamentamos esto a partir de que la Ley de educación
Sexual Integral (ver texto enfoque ESI) considera a la sexualidad como una de las
dimensiones constitutivas de la persona, relevante para su despliegue y bienestar
durante toda la vida, que abarca tanto aspectos biológicos, como psicológicos,
sociales, afectivos y éticos. En este sentido la violencia de género tiene como punto
de partida una mirada desigual , estereotipante y condicionante en torno a la
construcción de la sexualidad tanto de mujeres como de varones.

El marco de Ley de Protección integral hacia las mujeres nos obliga a pensar las
violencias de manera transversal en nuestras vidas, en sus diferentes ámbitos y llama
a comprometer la responsabilidad colectiva en el ejercicio constante de la búsqueda
por la igualdad dejando por primera vez expuesta la violencia hacia las mujeres como
una acción inaceptable tanto en el ámbito público como en el privado. La amplitud
de esta ley busca visibilizar los diferentes tipos de violencia y nos lleva a cuestionar de
manera crítica la cultura patriarcal hegemónica y heterosexual dominante.

Entendemos que la promoción en prevención de esta ley es un ejercicio que lleva en


primera instancia a una introspección profunda y es allí donde a través del programa
Entornos Creativos y nuestra metodología lúdico creativa nos ubicamos como
promotores y sensibilizadores de estos espacios reflexivos propios, internos o
privados en un ámbito público o colectivo. A su vez, el compromiso que lleva a
asumir la prevención en violencia de género nos obliga como organización a llevar
adelante un Protocolo de acompañamiento que nos permita dar respuesta cuando
alguien solicite ayuda, conectando a la víctima con los apoyos comunitarios y
públicos disponibles.

Nuestra misión, desde Crear vale la pena, es visibilizar mediante campañas y


sensibilizar desde el plano educativo sobre los derechos existentes para prevenir la
violencia de género. Lo hacemos a través de la

Art. Nro 4 de la Ley 26.485 “Ley de protección integral para prevenir, sancionar
y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus
relaciones interpersonales” Sancionada: Marzo de 2009.

Una didáctica lúdico creativa que permite dar lugar a la expresión emocional y que
dispara procesos resilientes personales y colectivos. CVLP busca posicionarse en un
rol preventivo que impulse a cualquier persona a “romper el silencio” de cualquier
situación de opresión acallada.

1
Art. Nro 4 de la Ley 26.485 “Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales” Sancionada: Marzo
de 2009.
A continuación desarrollamos un resumen de los lineamientos y contenidos en
prevención de violencia de género que orientan el abordaje de Crear vale la pena:

1. Historizando las violencias: Noción sobre Patriarcado y Machismo

2. Género – Perspectiva de género

3. Violencia de género

4. Marco Legal – Ley 26.485

5. Definiciones sobre problemáticas de violencia incluidas en la ley

6. Mitos relativos a identidad de género, Patriarcado y Machismo

1. Historizando las violencias: PATRIARCADO Y MACHISMO

Para poder llevar adelante una buena práctica de nuestra didáctica lúdico creativa
en prevención de violencia de género es necesario saber que ejes temáticos son
importantes a la hora de poder sensibilizar. En este sentido como punto de partida
creemos importante RECONOCER e HISTORIZAR LAS VIOLENCIAS en dos grandes
modos de relación que se dan constantemente a lo largo de la historia: Lo individual
(privado) y lo colectivo (público).

PATRIARCADO: el gobierno de los padres

Etimológicamente, la palabra patriarcado procede del griego y significa "gobierno


de los padres". Gera Lerner define el patriarcado como "la manifestación e
institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños en la familia y la
ampliación de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad en general".

Para empezar debemos comprender que el patriarcado se rige por reglas basadas en
estereotipos de género. Estas reglas son impuestas desde el momento del
nacimiento (lo individual) ya que son asignadas según nuestro sexo biológico. A los
estereotipos de género se suman las prácticas culturales y la simbología creada
desde la filosofía, las religiones y las ciencias (lo colectivo) que a lo largo de la historia
han mostrado al género masculino como protagonista de la historia de la humanidad.

Así fue como todas estas construcciones sociales, tanto personales como colectivas,
se han ido asentando como verdades absolutas a lo largo de los siglos. Toda esta
acumulación de simbologías y roles asignados a través de los géneros no han
generado más que vínculos asimétricos y desigualdades entre lo femenino y lo
masculino.

Históricamente, este orden social se ha manifestado de diferentes formas a lo largo


de la historia y los territorios. Por ejemplo, mediante la ocultación de la historia de las
mujeres, la división sexual del trabajo, el control de las tierras y los medios de
producción, la legislación de la reproducción o la imposición del matrimonio.

Podemos comenzar a definir al patriarcado como un contrato social que asumió la


humanidad desde la época del Antiguo Oriente y que ha sido ratificado en distintos
momentos clave de la historia de la humanidad como por ejemplo la Revolución
Francesa. A pesar del paso del tiempo y muchos avances en derechos humanos,
muchas prácticas patriarcales siguen aún vigentes en la actualidad.

El patriarcado no se implantó de repente sino progresivamente entre el 3.100 y el


600 A.C. Se remonta al estado arcaico del Antiguo Oriente, que surgió en el segundo
milenio A.C. y siguiendo a Gerda Lerner, sus orígenes están asociado al sexo
biológico, la reproducción y la guerra (las mujeres formaban parte del botín cuando un
pueblo era conquistado). En este sentido la unidad básica patriarcal por excelencia
siempre fue la familia, ya que allí se generan normas y valores.

La autora subraya que esta institución (la familia) es el primer sistema que está
directamente relacionado con el rol que fueron asignadas las mujeres por su género,
ya que fueron "…intercambiadas en transacciones matrimoniales, en las que ellos
eran los que hacían el intercambio y definían los términos del acuerdo que incluía
además el rol de la "esposa suplente" o "concubina”. Es así como la sexualidad
femenina se convierte en una mercancía que se supone como la primera apropiación
de la propiedad privada, por tanto podemos decir que la sociedad patriarcal es
previa a la sociedad de clases.

Y así fue como a lo largo de la historia el patriarcado, como sistema de relaciones y


prácticas sociales, se adaptó a diferentes sistemas económicos-políticos: feudalismo,
democracia occidental, socialismo real, capitalismo actual. Sin embargo, podemos
diferenciar dos principios claves y fundantes, mediante los cuales se forja el poder
que se ejerce sobre los cuerpos feminizados:

- El dominio del macho sobre la hembra


- El dominio del macho adulto sobre el joven.

¿Qué es el machismo?

Lo podemos definir como el "conjunto de actitudes y comportamientos sexistas que


tienen por objeto establecer o mantener el predominio del hombre sobre la mujer,
tanto en el ámbito público como en el privado". Mediante los comportamientos
machistas la mujer es discriminada, es decir se generan desigualdades, y por ende
violencias que terminan relegándola a un lugar marginal en la estructura social.

Es importante comprender que las actitudes machistas las tienen tanto varones como
mujeres ya que la cultura patriarcal se encuentra muy arraigada en todos nosotros
como parte de la cultura imperante y sigue siendo bien visto por gran parte de la
sociedad. No obstante debemos aclarar que el machismo es practicado
mayoritariamente por varones y que se ejecuta a través de prácticas socialmente
aceptadas, llamamos micromachismos (mM), por Luis Bonino Méndez.

Ideas fuerza de este punto: *la mujer como mercancía en la historia *historia escrita
por varones *wl dominio del macho sobre la hembra *el dominio del macho adulto
sobre el joven *prácticas culturales instaladas en ambos sexos *relación asimétrica
*micromachismos
2. Género: Perspectiva de género – Violencia de género

Cómo pudimos ver en la historización de las violencias, el género es una


construcción social de ideas y valoraciones, aprendidas en la familia, escuela y
trabajo, cuya base es que a la diferencia biológica de los sexos se le asigna
características y roles particulares que determinan el comportamiento, las funciones,
oportunidades, valoraciones y las relaciones entre mujeres y hombres. Cabe
mencionar que esta manera de clasificar el sexo biológico como mujeres y varones se
llama binaria, es la que supone la ley pero existen hoy en día corporalidades diversas
reconocidas socialmente especialmente entre la población juvenil. (Ver texto enfoque
ESI de CVLP, Definición de Identidad de género).

La socialización desde la temprana edad se realiza de manera diferente para los


niños que, para las niñas, potenciando conductas y actitudes en base a lo que la
sociedad considera como propio de lo femenino y de lo masculino, es decir, a su rol
de género.

Si tenemos en cuenta esta estructuración como parte fundante de la asignación de


oportunidades y privilegios en nuestra sociedad comenzamos a comprender porque
existe una constante vulneración de los derechos de las mujeres y esta conciencia es
la que nos lleva como organización social a trabajar desde una perspectiva de
género. La perspectiva de género implica comprender la realidad desde las
relaciones de poder que generan sufrimiento estructural a las mujeres. Si se tiene en
cuenta que la asimetría de las relaciones entre los géneros conduce a una mayor
vulnerabilidad de las mujeres y demás identidades no hegemónicas se entiende el
sentido de esta acción abordada por CVLP.

Ideas fuerza de este punto: *sociabilización según el género *lentes con los que
miramos la sociedad * identificar las relaciones de poder *estereotipos de género
como construcción social *asimetría en vínculos *vulnerabilidad
3. Violencia de género:

Se entiende por violencia de género cualquier acto violento o agresión, basados en


una situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de dominación
de los hombres sobre las mujeres que tenga o pueda tener como consecuencia un
daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas de tales actos y la coacción o
privación arbitraria de la libertad, tanto si ocurren en el ámbito público como en la
vida familiar o personal. Es un atentado contra la integridad, la dignidad y la libertad
de las mujeres, independientemente del ámbito en el que se produzca. Gracias a las
Ley 26.485 las mujeres pueden desde el 2009 denunciar cualquier tipo de violencia.

Más allá de la teorización e historización de las violencias, es importante comprender


y sensibilizar acerca de las prácticas machistas socialmente instaladas, no todas las

violencias son iguales y en este sentido se puede hacer una fácil distinción en
comprender que un femicidio es más grave que el humor sexista y sin embargo
comprender la dimensión cultural que abarca a ambas. En este sentido en la pirámide
de las violencias nos encontramos con el ejercicio de las violencias divididas en dos
grandes grupos: Formas invisibles o sutiles y Formas visibles o explícitas, y dentro de
cada se pueden encontrar las siguientes prácticas:

- Formas invisibles o sutiles de ejercer violencia: Humor sexista, lenguaje sexista,


invisibilización, publicidad sexista, anulación, micro machismos, controlar, culpabilizar,
ignorar, humillar, despreciar, desvalorizar, manipulación emocional.

- Formas visibles o explícitas de ejercer violencia: Insultar, amenazar, gritar, agresión


física, abuso sexual, femicidio.

Imagen basada en la pirámide de Johan Galtung


En este sentido debemos comprender que la pirámide de las violencias lo que nos
muestra es que el ejercicio de las violencias hacia las mujeres está normalizado y
naturalizado y en su gran mayoría se ejerce de modo sutil e invisible.

Para comprender en mayor profundidad cómo esta violencia logra perpetuarse,


Leonor Walker ha identificado un ciclo que se repite en los casos de violencia
machista. A través de los testimonios de las mujeres a las que trataba, observó que
las víctimas no son agredidas todo el tiempo de la misma manera, sino que existen
fases para la agresión, que cada una tiene una diferente duración y que se manifiesta
de distintas maneras. Esto es lo que Walker ha descrito como el ciclo de la violencia
de género, que consta de tres fases que se repiten una y otra vez.

Fase Cero o de Calma: En una primera fase, la situación está calmada. No se detectan
desacuerdos y todo se vive de manera idílica. En este sentido debemos tener en claro
que ninguna mujer desea convivir o pasar por situaciones violentas y en este sentido
al iniciarse una relación hay una idealización sobre la misma que hacen sentir seguras
a las mujeres.

Fase Uno de Acumulación de Tensión: Comienzan los pequeños desacuerdos dentro


de la pareja, muchas veces el agresor se siente cuestionado por su pareja y comienza
a culpabilizarse por diversos motivos. En esta fase es muy común que la mujer en su
intento por mantener las cosas calmas como el agresor quiere, cometa algún “error”
debido al aumento de la tensión que afecta su capacidad para concentrarse. En esta
fase, de hecho, se comienza a ejercer un maltrato psicológico basado en la idea de
control y que es una señal de alarma de lo que está por venir. Las violencias sutiles van
en aumento y la cotidianidad de esa mujer se vuelve pesada, muchas veces las
mujeres comienzan a aislarse socialmente para no hacer enojar a su agresor.

Es muy común que los agresores manipulen y amenacen a las mujeres alertándolas
de que estuvieron avisadas y que “no hicieron caso” y las culpabilizan de ser las
responsables de provocar dicha violencia. La psiquis de la mujer intenta calmar,
complacer o al menos no hacer aquello que le pueda molestar a la pareja, hay una
creencia irreal de que ella puede controlar la agresión. (Ver definición de amor romántico)

Esta etapa se centra fundamentalmente en las acciones que el agresor tiene y que
van dirigidas a un único objetivo: desestabilizar a la mujer. En esta fase la mujer
tiende a minimizar, justificar o negar el problema (“tenemos nuestros más y nuestros
menos, como todo el mundo”, “como es muy pasional, se deja llevar por el enojo…”,
“él es mi único apoyo en la vida”).
Fase Dos o de Explosión: El agresor pasa a la acción y ejecuta violencia visible o
explícita. Se caracteriza por una fuerte descarga de las tensiones provocadas en la
anterior fase por el agresor. Puede haber agresiones físicas, psicológicas y/o sexuales.
En comparación con la fase anterior, esta fase, es de menor duración pero vivida con
mayor intensidad. Las consecuencias más importantes para la víctima se producen en
ese mismo momento, tanto en el plano físico como en el psíquico, donde continúan
instaurándose una serie de alteraciones psicológicas por la situación vivida.

En esta fase, por más que los hechos de violencia sean muy graves, las mujeres
puede mantener elevadas expectativas del cambio en sus parejas (“con el tiempo va
a cambiar, hay que darle tiempo…”), y aparecen sentimientos de culpa (“yo lo puse
nervioso”, “la culpa es mía por no haberme dado cuenta de que él era así”).

Fase Tres o de Luna de Miel: En esta fase, el agresor, inicia una serie de conductas
compensatorias para demostrar a la mujer que lo que la violencia ejercida sobre ella
fue un error; el agresor suele disculparse y hace promesas que no volverá a pasar
más. Esto genera una confusión en las mujeres ya que en su vulnerabilidad comienzan
a ver únicamente la parte positiva del agresor haciéndolas quedar atrapadas en
reflexiones acerca de cómo conseguir que esta parte amorosa aparezca con mayor
frecuencia.

Esta fase se caracteriza por una extrema amabilidad y conductas “cariñosas” por
parte del agresor (atenciones, regalos, promesas…) intentando influir también sobre
familiares y amistades de las mujeres.

Pero, pasado el tiempo, esta fase suele ir desapareciendo y el ciclo queda reducido
nuevamente a las tres fases: acumulación de tensión, explosión y luna de miel.

A medida que pasa el tiempo, la fase de luna de miel se va acortando y las


agresiones van siendo cada vez más fuertes y frecuentes, lo que disminuye los
recursos psicológicos de las mujeres para salir de la espiral de la violencia.

Conectando con la Teoría de la Indefensión Aprendida

Leonore Walker postuló que la Teoría de la Indefensión Aprendida de Seligman era


una de las teorías que podría explicar las reacciones psicológicas y conductuales de
las mujeres que sufren maltrato.

Siguiendo esta teoría, el maltrato continúo provocaría la percepción cognitiva de que


se es incapaz de manejar o resolver la situación por la que se atraviesa, que se
generalizaría a situaciones futuras. Este sentimiento de indefensión llevaría a un
aumento de depresión, ansiedad, y produciría un efecto debilitador en las
habilidades de resolución de problemas. (Ver texto de enfoque Arte y Resiliencia de CVLP)

Según esta teoría las mujeres maltratadas llegarían a un punto en que reconocen que
sus respuestas no tienen ningún impacto sobre la situación de maltrato ya que de
manera sistemática han puesto en práctica diferentes alternativas para cambiar su
propia conducta o la del agresor y a pesar de estos intentos siguen sufriendo
maltratos. La consecuencia es el abandono de toda resistencia, enfrentamiento o
esperanza en modificar la situación.

Ideas fuerza de este punto: *distintos tipos de violencia *violencias invisibles y


arraigadas culturalmente *violencias visibles cuando se escala los niveles de violencia
*circulo psíquico de la violencia, el loop del violento y la manipulación a la mujer *la
mujer sin escapatoria envuelta en un círculo tóxico se vuelve vulnerable y desarrolla
trastornos psíquicos

4. Marco Legal – Ley 26.485

La violencia contra las mujeres, de carácter sistemático en nuestras sociedades


patriarcales, ha sido reconocida como un problema que afecta la igualdad y la paz y
viola los derecho humanos. La necesidad de su erradicación se ve reflejada en
tratados internacionales y en legislaciones nacionales. En este marco, en Argentina se
dictó la Ley 26.485 (2009).

Antecedentes en los que se basa la Ley:

- Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la


Mujer (Ley 24.632 (1996)), conocida como convención de Belem do Pará

- Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de discriminación contra la


Mujer (Ley 23.179 (1985); art. 75 inc. 22 CN)

- Convención sobre los Derechos del Niño (Ley 23.849 (1990); art. 75 inc. 22 CN).

En consonancia con su naturaleza, la ley que estamos abordando es definida como


de orden público, es decir se trata de una ley imperativa e irrenunciable; no puede
ser dejada sin efecto por acuerdo de partes. Es aplicable en todo el territorio de la
Nación, salvo en lo relativo a los procedimientos tanto administrativos como
judiciales, que serán resorte de las jurisdicciones locales, salvo que adhieran
expresamente a esta ley, como es el caso de la provincia de La Pampa, por ley 2550
(2009). Es asimismo una ley transversal a todas las ramas del derecho.

Comprende cuatro títulos:


a) Disposiciones generales

b) Políticas públicas

c) Procedimientos

d) Disposiciones finales.

En las disposiciones generales está lo medular de la ley, sus objetivos, los derechos
protegidos, las definiciones, los tipos y modalidades.

En su art. 4 define como “violencia contra las mujeres” toda conducta, acción u
omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el
privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad,
integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su
seguridad personal”. Aclara que “quedan comprendidas las perpetradas desde el
Estado o por sus agentes” y considera como “violencia indirecta”, “toda conducta,
acción, omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer
en desventaja con respecto al varón”. De manera que aquí se unen violencia y
discriminación, tendiendo un puente y una necesidad de interpretación integrada de
los instrumentos internacionales citados.

Establece y define cinco tipos de violencia contra la mujer y seis modalidades.

Los tipos de violencia son: física, psicológica, sexual, económica y patrimonial y


simbólica (artículo 5). Las modalidades son: violencia doméstica, institucional, laboral,
contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática (art. 6). (Ver desarrollo de cada
definición en punto 5. Definiciones)

En cuanto a las Políticas públicas el artículo 2 comprende dos tipos de objetivos:


unos generales y de largo plazo: eliminar la discriminación, garantizar el derecho de
las mujeres a vivir una vida sin violencia, la remoción de los patrones socioculturales
patriarcales y la erradicación de la violencia; y otros que promueven medidas
inmediatas: la sensibilización sobre la problemática, la prevención y sanción que
incluye el acceso a la justicia y la asistencia integral.

Más adelante establece las disposiciones generales sobre Procedimientos (artículo


16), que a diferencia del procedimiento específico agrega otros derechos y garantías,
como las siguientes:

a) El de obtener una respuesta oportuna y efectiva, que implica la


sustanciación del proceso más breve o la adecuación de los procesos
existentes para que la resolución de los mismos no sea tardía y que prevenga
la reiteración de hechos de violencia y repare a la víctima en sus derechos.

b) A la gratuidad de las actuaciones y del patrocinio jurídico preferentemente


especializado.

c) A ser oída personalmente por el juez.

d) A que su opinión sea tenida en cuenta.

e) A recibir protección judicial urgente y preventiva.


f) A la protección de su intimidad, garantizando la confidencialidad de las
actuaciones.

g) A participar en el procedimiento recibiendo información sobre el estado de


la causa.

h) A recibir un trato humanizado, evitando la revictimización.

i) A la amplitud probatoria.

j) A oponerse a la realización de inspecciones sobre su cuerpo por fuera del


estricto marco de la orden judicial.

k) A contar con mecanismos eficientes para denunciar a los funcionarios por


el incumplimiento de los plazos y demás irregularidades.

Estos principios rigen también para los procedimientos administrativos. Al tratarse de


una ley nacional y de orden público, estos principios configuran estándares mínimos
aplicables a todas las jurisdicciones. El acceso a la justicia es una cuestión básica para
las mujeres que sufren violencia. En general, la justicia les resulta lejana y temible.
Tienen respecto a ella una justificada mezcla de temor e impotencia. Facilitar el
acceso de las mujeres a la justicia implica también un trato cordial, capacidad de
escucha, explicar los derechos y el procedimiento con un lenguaje accesible, trabajo
interdisciplinario, personal capacitado.

Esta ley, con una concepción integral sobre la violencia contra las mujeres, merece
un análisis más amplio que el que permite el tiempo de una exposición. Baste reiterar
por el momento que su objetivo es proteger y promover los derechos y brindar
protección y asistencia a las mujeres víctimas de violencia patriarcal y, por tanto, su
interpretación debe realizarse teniendo en cuenta esta finalidad sin perder de vista
que se trata de derechos humanos fundamentales y que los mismos son
irrenunciables, integrales y obligatorios.

Leyes relacionadas:

-Ley 27.499 Ley Micaela Exige a una Capacitación Obligatoria en Género para todas
las personas que integran los tres poderes del Estado (2018)

-Ley 27.501 Es una actualización de la Ley 26.485 donde incluye como ámbito de
violencia hacia las mujeres el espacio público (acoso callejero).(2019)

5. Definiciones

Tipos de violencia:

-Violencia Física: es la que se emplea contra el cuerpo de la mujer causando dolor,


daño o riesgo de producirlo y cualquier otra forma de maltrato y/o agresión que
afecte su integridad física. Asimismo, no se debe dejar de lado el hecho de que la
violencia de género se vincula con otras violencias: no se violenta de la misma forma
a una mujer trabajadora, que a una niña o a una trans o a una anciana indígena.

-Violencia Psicológica: es la que causa daño emocional y disminución de la


autoestima, perjudica y perturba el pleno desarrollo personal, busca degradar o
controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones mediante amenaza,
acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o
aislamiento. Incluye también la culpabilización, vigilancia constante, exigencia de
obediencia, sumisión, coerción verbal, persecución, insulto, indiferencia, abandono,
celos excesivos, chantaje, ridiculización, explotación y limitación del derecho de
circulación, y cualquier otro medio que cause perjuicio a la salud psicológica y a la
autodeterminación.

-Violencia Sexual: es cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas,
con o sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca
de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o
intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones
vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada,
explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.

-Violencia Económica y patrimonial: es la que se dirige a ocasionar un menoscabo en


los recursos económicos o patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación de la
posesión, tenencia o propiedad de sus bienes, la pérdida, sustracción, destrucción,
retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos
personales, bienes, valores y derechos patrimoniales, la limitación de los recursos
económicos destinados a satisfacer sus necesidades o privación de los medios
indispensables para vivir una vida digna; la limitación o control de sus ingresos, así
como la percepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un mismo lugar de
trabajo.

-Violencia Simbólica: es la que, a través de patrones estereotipados, mensajes,


valores, íconos o signos, transmita y reproduzca dominación, desigualdad y
discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer
en la sociedad.

Ámbitos donde se despliegan las violencias

Violencia doméstica: es aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del
grupo familiar, independientemente del espacio físico donde ésta ocurra que dañe la
dignidad, el bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica, patrimonial
o la libertad, comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al pleno desarrollo.
Se entiende por grupo familiar el originado en el parentesco, sea por consanguinidad
o por afinidad, el matrimonio, las uniones de hecho y las parejas o noviazgos. Incluye
las relaciones vigentes o finalizadas, no siendo requisito la convivencia.

Violencia institucional: es aquella realizada por lxs funcionarixs, profesionales, personal


y agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que tenga
como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas
públicas ejerzan los derechos previstos en esta ley. Quedan comprendidas, además,
las que se ejercen en los partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales,
deportivas y de la sociedad civil.

Violencia laboral: es aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo
públicos o privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso,
estabilidad o permanencia en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil,
maternidad, edad, apariencia física o la realización de test de embarazo. Constituye
también violencia contra las mujeres en el ámbito laboral quebrantar el derecho de
igual remuneración por igual tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento
psicológico en forma sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de
lograr su exclusión laboral.

Violencia contra la libertad reproductiva: es aquella que vulnere el derecho de las


mujeres a decidir libre y responsablemente el número de embarazos o el intervalo
entre los nacimientos, de conformidad con la Ley 25.673 de Creación del Programa
Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.

Violencia obstétrica: es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los
procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un
abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad
con la Ley 25.929.

Violencia mediática: es aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes


estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera
directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie,
difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres,
como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e
imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones
socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las
mujeres.

Otras definiciones relacionas:

Amor romántico: Es ese sentimiento tan anhelado por muchas personas. Un


sentimiento que se alimenta del ideal típico de las comedias de Hollywood. Historias
con final feliz. Amores eternos. Deseo de amar y ser amado hasta el infinito, como si
dos personas fuesen dos en una. En última instancia, el amor romántico es un tipo de
afectividad basado en lo que la cultura hegemónica nos ha hecho creer que es el
amor, un modelo de vínculo sentimental poco real y alcanzable que lleva a la
frustración y a la resignación haciendo a las mujeres capaces de tolerar situaciones
violentas “por amor”.

Femicidio: Se define como el asesinato de mujeres debido a su condición de ser


mujeres, es decir, a su sexo, por lo cual es siempre perpetrado por un hombre. La
palabra es un neologismo que proviene de la lengua inglesa, en la que recibe el
nombre de feminicide.

Revictimización: Se entiende por revictimización el sometimiento de la mujer agredida


a demoras, derivaciones, consultas inconducentes o innecesarios, como así también a
realizar declaraciones reiteradas, responder sobre cuestiones referidas a sus
antecedentes o conductas no vinculadas al hecho denunciado y que excedan el
ejercicio del derecho de defensa de parte; a tener que acreditar extremos no
previstos normativamente, ser objeto de exámenes médicos repetidos, superfluos o
excesivos y a toda práctica, proceso, medida, acto u omisión que implique un trato
inadecuado, sea en el ámbito policial, judicial, de la salud o cualquier otro.

6. Mitos

Se llaman mitos a las creencias que subyacen a las frases que se suelen escuchar y
naturalizar en diversos ámbitos, cuyo objetivo es justificar las situaciones de violencias
y culpabilizar a la mujer. Es importante reconocer cuáles son ya que, muchas veces,
son ejercidos por el personal estatal responsable de alguna instancia del proceso de
denuncia o protección de la mujer, además de generar nuevas situaciones de
violencias.

“Si una mujer se queda con su pareja


aunque la maltrata es porque le gusta, si no, se separaría”

“Los hombres les pegan a sus parejas


porque son alcohólicos o drogadictos”

“Él le pega a su pareja porque a veces no se puede controlar”


“Un hombre no maltrata porque sí, ella se lo buscó.
Seguramente algo habrá hecho”

“Los hombres que maltratan a sus


parejas están enfermos o locos”

“Aunque la mujer sea maltratada por su pareja


hay que quedarse por las/los chicas/os”

“Las peleas en una pareja son cosas privadas, no hay que meterse”

“La violencia en la pareja sólo se da en familias sin educación o


humildes”

“Le pega a la pareja porque de chico le pegaban… no lo hace de


malo”

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