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¿Qué es un guion teatral?

El guion teatral es el formato que estructura y desarrolla la historia de una


obra de teatro con detalles artísticos y técnicos fundamentales para ser
representada. El guion teatral está integrado por el texto, elementos y
acciones que componen la obra. Contiene diálogos y monólogos, precisiones
técnicas y artísticas necesarias para la ejecución de la representación. Estas
pautas se detallan a los intérpretes, directores y equipo técnico. Incluyen las
acciones, el vestuario, directrices para los iluminadores y atrezzistas.
Independientemente de la longitud de la obra el guion teatral ha de elaborarse. Es
decir, aunque sean obras de corta duración ha de contar con el guion
debidamente elaborado para ser representada.

¿Cómo escribir un guion teatral?


Para escribir un guion teatral es importante que sigas los pasos más básicos para
que puedas construir una que historia tenga sentido, ritmo, que sea fácilmente
comprensible por el espectador y le atrape. Para ello debes de elaborar y tratar
adecuadamente cada una de las partes. Si quieres saber cómo escribir un guion
teatral sigue leyendo nuestro y te contaremos todos los secretos de un buen guion
teatral.

Estas son las fases por las que tienes que pasar para escribir un buen guion
teatral:

1. Planteamiento de la estructura. Con presentación, nudo y desenlace. La


historia has de desarrollarla respetando este esquema que aportará
coherencia narrativa.
2. Definición de los personajes.
3. Concepción de las escenas que compondrán cada acto de la obra de
teatro y diseño de la acción que va a transcurrir en cada una de ellas.
4. Escritura de diálogos.
5. Revisión para darle unidad a la historia y comprobar que no hay saltos
temporales, espaciales o narrativos que confundan al espectador.

Respetando estos pasos básicos la escritura del guion teatral estarás bien
encaminado. Es obvio que cuanto más interesante sea la historia que cuenta más
éxito comercial tendrá la obra. Ten también en cuenta que las obras de teatro a
diferencia de otros géneros literarios se concibieron para ser representados.
Aunque hay clásicos como Valle-Inclán que hayan creado obras teatrales que
difícilmente han podido ser estrenadas por la multitud de personajes y
localizaciones, no pierdas de vista que este género se concibió para ser
representado. Adapta todos los elementos de tu historia a una puesta en
escena.

Pasos para escribir un guion teatral


Como hemos comentado, para escribir adecuadamente un guion teatral se han
de seguir varias fases para que la historia y los personajes tengan coherencia, el
espectador entienda las tramas y queden atrapados por la historia. Detallamos
estos pasos a continuación.

Pensar la historia
Concebir la historia y tener claros todos los elementos que son necesarios para
desarrollarla es un paso importante. Es normal que haya modificaciones a lo largo
del proceso, así que no te preocupes si tienes que hacer varios cambios.

En este proceso de pensar la historia se puede incluir el de definir a los


personajes. Una vez has creado la historia puedes pasar a diseñar los
personajes, su psicología, aspiraciones, miedos, emociones, objetivos, trayectoria
en la obra y en la acción que supuestamente ha transcurrido antes. Lo
recomendable es comenzar por los principales y continuar con los secundarios, el
reparto y los figurantes.

Escribe la trama del guion teatral


Llegados a este punto del proceso lo más importante es establecer las fases para
escribir una trama que se desarrolle adecuadamente, sea fácilmente comprendida,
tenga ritmo y mantenga la atención de los espectadores. Estas fases serían las
siguientes.

1. Introducción. Puede presentarse la obra a través de narrador o no. Esta


figura puede estar en escena o simplemente ser una voz en off. Pero aun
así no es imprescindible porque la obra puede introducirse a través de la
misma acción o incluso a través de 2 o más personajes dialogando.
2. Desarrollo. Para construir el desarrollo de la acción de forma coherente y
ortodoxa has de dividirlo en actos. Cada acto estará integrado por las
diferentes escenas. Cada una de ellas tendrá también una estructura
interna basada en comienzo, desarrollo y final, aunque puede ser abierto
para no desvelar la conclusión ni el desenlace de la obra.
3. Clímax. El Clímax es el momento de la obra con mayor intensidad o
potencia. Has de dotar a este momento con la mayor carga emocional o de
intriga, según sea el género teatral de la obra que estás escribiendo.
4. Desenlace. En esta fase se escribe el final de la obra. Tanto de la trama
principal como de las tramas secundarias. La conclusión, que puede
expresarse en forma de moraleja puede ir precedida de una reflexión sobre
todo el contenido de la obra.

Redactar una escaleta


Cuando hablamos de escaleta hay que tener cuidado con no confundirla con las
que se emplean en programas de televisión. En estos espacios se convierten en
un esquema estructurado que organiza las secciones, los vtrs, las piezas
informativas, los pasos de los presentadores (es decir, sus presentaciones) y los
bloques de publicidad.

En una obra de ficción la escaleta es un índice que refleja la acción de la


historia conjuntamente. Cada una de las escenas son especificadas. La
escaleta es el guion esquematizado. Se utiliza para elaborar la estructura de la
historia y desarrollar de forma más consciente la evolución dramática. En cada
escena se explicita en su encabezamiento la localización donde transcurre y el
momento del día (para que los iluminadores lo recreen). Seguidamente se
describe brevemente la acción que transcurre en cada escena.

Cómo redactar la escaleta


Para escribir adecuadamente una escaleta sigue los siguientes pasos.

1. Reúne la información que hayas encontrado. Es el momento de


ordenarla, analizarla, reflexionarla. Responde a preguntas sobre quiénes
son los personajes, haz una lista con todas las escenas del guion y ten por
seguro que este va a ser el documento más básico del que vas a partir para
elaborar la estructura de tu obra de teatro.
2. Elabora esquemáticamente los pasos de la acción. Se trata de escribir
el esquema de pasos de toda la historia que vas a contar en la obra.
3. Revisa y analiza el documento resultante y ordena sus contenidos las
veces que necesites hasta que quede lo mejor posible. Fíjate sobre
todo en mantener el ritmo y que la evolución dramática sea la adecuada y
se haga progresivamente.
4. Convierte los pasos en escenas. No olvides que una misma escena
puede contener varios pasos.
5. Revisa de nuevo la escaleta. Antes de cerrarla no olvides revisar los
personajes, que no haya saltos temporales, la evolución de las tramas
principales y las secundarios, las localizaciones y los giros de la historia. El
hecho de comprobar que todo está en orden y tiene una coherencia global
aportará a tu obra corrección y a la vez mayor atractivo.
Redactar los diálogos
Escribir y desarrollar adecuadamente los diálogos es fundamental en cualquier
obra de teatro. Han de estar totalmente adaptados a cada personaje, a su
psicología, a su ámbito social, a su educación, a su forma de expresarse según su
contexto y su pasado. Es decir, un personaje contemporáneo no puede hablar
igual que uno que desarrolle su acción dramática en el siglo X, ni un rol
universitario puede hablar igual que otro que en la historia queda claro que no ha
estudiado. Al mismo tiempo los personajes han de dialogar con naturalidad. Pasar
el texto en voz alta suele ser una ayuda para ir probando los registros de cada
personaje.

Estar atento a la duración


Aunque hay autores como Valle-Inclán que han escrito obras muy complicadas de
representar por la cantidad de actores, actrices y decorados necesarios, el texto
teatral se concibe para ser representado. Por ello es conveniente ajustarse a las
posibilidades reales de llevar a escena una obra, o de girar con ese montaje
teatral. Cuantos más personajes y decorados, más caro será llevarla de gira y
representarla. También hay que estar muy atento a la duración de cada escena
para que no decaiga la atención de los espectadores y que los actores y
actrices puedan representarla sin acabar extenuados. No es recomendable
escribir escenas u obras con una extensión más allá de los parámetros
establecidos. Para conocerlos como autor, tu trabajo también es investigar tanto
escritores clásicos como contemporáneos y su producción teatral para ajustarte a
la duración más comercial, la más abordable por una compañía, etc. El ritmo de la
obra es otra de las características que has de vigilar durante toda la elaboración
del texto.

Las consecuencias del hecho


Para suscitar el interés del espectador por la historia que se cuenta en la obra de
teatro en lugar de narrar el hecho, se recomienda desarrollar las
consecuencias del hecho que el autor convierte en el eje de la acción. Este
hecho ha de tener lugar antes del tiempo en que comienza la obra o muy al
comienzo de la misma. Podríamos poner muchísimos ejemplos de la literatura
española, pero también de la internacional. El musical “A Chorus Line” sin ir más
lejos, desarrolla durante toda la obra las consecuencias del casting que el
espectador conoce al principio.

Giros teatrales
Cuando se produce un cambio en el desarrollo de la acción de una trama que va
de una dirección hacia otra, se provoca un giro teatral. Podría encontrarse a
mediación de la obra o cerca del cierre. No es recomendable que el autor lo
sitúe demasiado pronto, ya que el cierre de la obra quedará muy lejos de este
punto de inflexión dramática. Tampoco se aconseja que se produzca demasiado
tarde, ya que si queda cerca del final parecería algo abrupto.

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