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“Acumuladores”

La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) tiene una guía (manual) a modo de consulta, donde
se marcan ciertos criterios para codificar, clasificar y diagnosticar a algún individuo con un trastorno
mental. Dentro de una extensa lista de trastornos mentales, existe un trastorno llamado “Trastorno
de acumulación”; Este se caracteriza por la dificultad de deshacerse o renunciar a las posesiones,
independientemente del valor que estás tengas, aunado a una necesidad de guardar las cosas y
debido a esto da lugar a la acumulación de cosas que llegan a congestionar y abarrotar las zonas
habitables. Llegando a causar malestares clínicamente significativos así como la afectación de la vida
laboras o social en la persona. Los sujetos que padecen dicho trastorno pueden tomar 3 posturas:
1) Reconoce que su comportamiento de acumulación es un problema.
2) Reconoce en mayor parte que su acumulación no es un problema a pesar de las evidencias que
se le muestran (hay áreas en las que sí es consciente pero no considera que se deba a un trastorno
mental).
3) Está totalmente convencido de que su acumulación no es un problema, aunque las evidencias
dicen lo contrario.
https://www.youtube.com/watch?v=oxnRbc_XVJg&t=225s (Te comparto el link para ver el caso de
una familia que padece este trastorno)

Quizás piensas y digas, ¡Oh, definitivamente tengo que limpiar mi casa y poner orden! Créeme que
también yo necesito hacerlo, pero la pregunta detonante sería ¿Puedo acumular cosas en mi
interior? En definitiva, la respuesta es sí. A lo largo de la vida y en sus diferentes etapas (niñez,
adolescencia, juventud, adultez, etc), los seres humanos nos enfrentamos a diversas experiencias
que, en su mayoría ocasionan en nosotros un impacto que se ve reflejado gran parte en nuestra
conducta durante el día a día. Lo lastimoso o problemático es cuando con el paso del tiempo
empezamos a ir acumulando en nuestro interior por mencionar algunas ejemplos: el dolor a la
pérdida de un ser querido, abuso físico, psicológico, verbal, fracasos laborales, frustraciones,
rupturas amorosas, desvalorización, odio, rencor, resentimiento, amargura, postergar
responsabilidades, hábitos que dañan mi salud, ociosidad, mentira, orgullo, etc; Y los dejamos
habitar en nosotros durante mucho tiempo, ya sea porque no prestamos atención o creemos
haberlo superado (pero no olvidado). Las escrituras bíblicas dicen:

“Ningún árbol bueno da fruto malo; tampoco da buen fruto el árbol malo. A cada árbol se le
reconoce por su propio fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las
zarzas. El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es
malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca” Lucas
7: 43-45

En palabras propias, Jesús nos dice “las cosas que hayas estado acumulando dentro de ti, son las
que al final de cuentas serán manifestadas en tu vida mediante tus acciones, palabras, actitudes y/o
decisiones”, por lo tanto es importante tomar en cuenta que todas estas “cosas” que ido
acumulando en mi vida pueden estar afectando en primer lugar mi relación con Dios y en segundo
lugar mi relación con mi prójimo (esposo (a), hijos, familiares, en mi trabajo, con mis vecinos, en la
iglesia, etc.,). A veces es difícil aceptar la idea de que hay “cosas” que ido acumulando en mi vida y
como estas se han ido convirtiendo un problema en mi vida, recordemos lo que dice la biblia en

1 Juan1:8 “Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no
tenemos la verdad”.
Para comprender mejor que puedo estar engañándome a mí mismo diciendo que no tengo
absolutamente nada o pecado en mi interior que pueda ser un problema, es importante saber que
cuando la Biblia usa la palabra pecado, puede definirse de las siguientes dos maneras:

a) En el antiguo testamento “Kathá” (Hebreo)= Errar o fallar al blanco.


b) En el nuevo testamento “Hamartia” (Griego)= Poder o fuerza que gobierna a los humanos.

Por ello, debemos ser conscientes que nuestra condición humana o naturaleza humana tendrá una
tendencia a equivocarse, así como también los sentimientos o pensamientos que nos genera cada
experiencia que nos sucede si no sabemos abordarlos de la forma correcta estos se verán reflejados
en nuestro comportamiento o actitud que cabe mencionar, en ciertos momentos pareciera que no
podemos gobernar o son más fuerte que nosotros y por ende terminamos fallándole a Dios y a
nuestro prójimo. Esto no debe de causarnos impotencia, sino todo lo contrario, debemos aceptar
con humildad nuestra gran necesidad de permanecer en Cristo.

Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí
misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no
permanecen en mí. Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él,
dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. Juan 15: 4-5

Dicho lo anterior, al inicio del estudio mencionábamos que existe un manual diagnóstico para los
trastornos mentales, en nuestro nuevo caminar o aprender a vivir una nueva vida, nosotros también
contamos con nuestro manual llamado BIBLIA, la cual es la palabra de Dios en forma escrita. Es por
ello que a continuación veremos algunos puntos expuestos y abordados a la luz de las escrituras, la
cual nos ayudará a diagnosticar cuando estamos acumulando cosas o como evitar el acumular cosas.

1. ¿Por qué acumulamos “cosas” (sentimientos, pensamientos, experiencias dolorosas,


palabras, etc)?

a) Falta de capacidad para juzgar si estamos teniendo éxito o fallando.

Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y en
buen juicio, para que disciernan lo que es mejor, y sean puros e irreprochables para el día de
Cristo, llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza
de Dios. Filipenses 1: 9-11

Dios nos dotó de capacidades y habilidades que nos diferencian del resto de la creación, por ende
reconocerlas y hacer uso de ellas nos ayudarán a vivir mientras estamos en este mudo (porque no
pertenecemos a este mundo). La falta de capacidad para juzgar si estamos teniendo éxito o fallando,
tiene que ver con el discernimiento, donde el discernimiento es la capacidad de tomar acción de
una forma inteligente para elaborar un juicio moral y diferenciar lo conveniente, es un acto que
requiere de prudencia y razonamiento. De manera particular el discernimiento afecta a situaciones,
valores o procedimientos que exigen tomar opciones que son de compromiso y responsabilidad, ya
sea con nosotros mismos con nuestro prójimo y sobre todo en nuestra relación con Dios.
Un ejemplo claro de alguien que uso su discernimiento de forma correcta fue José. Leamos un poco
sobre la situación que paso:
“Por esto Potifar dejó todo a cargo de José, y tan solo se preocupaba por lo que tenía que comer.
José tenía muy buen físico y era muy atractivo. Después de algún tiempo, la esposa de su patrón
empezó a echarle el ojo y le propuso: —Acuéstate conmigo. Pero José no quiso saber nada, sino
que le contestó: —Mire, señora: mi patrón ya no tiene que preocuparse de nada en la casa, porque
todo me lo ha confiado a mí. En esta casa no hay nadie más importante que yo. Mi patrón no me
ha negado nada, excepto meterme con usted, que es su esposa. ¿Cómo podría yo cometer tal
maldad y pecar así contra Dios? Y por más que ella lo acosaba día tras día para que se acostara
con ella y le hiciera compañía, José se mantuvo firme en su rechazo” Génesis 39:6-10

Vemos en la historia como José hace frente a la situación y le dice a la esposa de Potifar “¿Cómo
podría yo cometer tal maldad y pecar (aquí se lee Kathá= Fallar o errar al blanco) contra Dios? José
emitió un juicio de valor, tenía presente en su vida lo que era bueno y malo, lo que le podría hacer
bien o perjudicarlo pero sobre todo él era muy consciente de su relación con Dios y no quería fallarle
haciendo tal cosa contra su prójimo. Si nos remontamos un poco al inicio de la historia de José, su
panorama de experiencias de vida no era muy bueno que digamos, sus hermanos no solo lo habían
traicionado sino vendido y además lo dieron por muerto; Pero ¿qué pasa?, vemos a un José que
probablemente aún está procesando todo lo que sus hermanos le hicieron pero dichas situaciones
no le hacen perder su mirada del blanco.

Nota: Para mayor profundidad en este punto te invito a leer Génesis del capítulo 37- 50 y ver como
la historia de José nos lleva a comprender mejor como hay situaciones que creemos haber superado,
pero cuando nos enfrentamos a la realidad de las cosas, nos damos cuenta que han estado
acumuladas ahí. Así también aprendemos que el discernimiento correcto debe ser una práctica
diaria en cualquier área de nuestra vida y cualquier situación que se nos presente.

b) Dejar que las situaciones tomen el control de mi vida

Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace. Santiago 4: 17

Anteriormente mencionamos que las cosas que hay en mi interior se verán reflejadas en el exterior
a través de mis acciones; tomando en cuenta esto, el dar control tanto a las situaciones como lo que
estás han generado en mi interior tiene un impacto en mi vida y por consecuencia pueden
impulsarme o motivarme a actuar de forma egoísta; Y es que sabemos que hay situaciones o
experiencias de vida que nos han generado sentimientos y pensamientos negativos, que por ende
luego se manifiestan ofendiendo a otros aun sabiendo que estamos causando un daño, pero
pareciera que no nos damos cuenta de lo que hacemos y esto en realidad me dice que estoy
reflejando lo que hay en mí. Tenemos dos opciones, afrontar las situaciones junto con lo que nos
genera en nuestro interior o seguir dándoles el control, sin dudar alguna aquí entra en escena el
factor dominio propio, otra virtud que Dios ha puesto en nosotros. Un claro ejemplo de que como
acumular cosas ponen en juego nuestro dominio propio es en la historia de Caín y Abel (leamos
brevemente)

Tiempo después, Caín presentó al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. Abel también presentó
al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado
a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y andaba
cabizbajo. Entonces el Señor le dijo: « ¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? Si
hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero, si haces lo malo, el pecado te acecha,
como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo». Génesis 4:3-7
Posterior a esto, Caín cedió a su furia y enojo que había acumulado en su ser y esto lo llevo a matar
a su hermano. De esta historia podemos comprender que no ejercer el dominio propio me llevara a
ir acumulando y acumulando hasta el punto de fallarle a Dios y a mi prójimo.

Haciendo una recapitulación hasta este momento podemos analizar que la acumulación en nuestro
interior se debe a:

a) Falta de capacidad para juzgar si estamos teniendo éxito o fallando.


b) Dejar que las situaciones tomen el control de mi vida.

Y también aprendimos que Dios nos ha capacitado dándonos habilidades o virtudes que nos
diferencian del resto de la creación y estas son:

a) Discernimiento: Es la capacidad de tomar acción de una forma inteligente para elaborar un


juicio moral y diferenciar lo conveniente, es un acto que requiere de prudencia y
razonamiento.
b) Dominio Propio: Es la capacidad de tomar el control sobre sí mismo y la compostura, es un
acto que requiere de templanza.

Puede que estés pensando, ¡Ahora me doy cuenta, de las muchas “cosas” que he ido acumulando
en mi vida! ¿Cómo le hago para que ya no sigan habitando en mi interior? Te tengo una buena
noticia, vamos a poner en práctica lo siguiente:

1. Limpieza y Orden. Este paso consiste en iniciar con una limpieza, quizás es la parte más
difícil pero la que dará pauta para crear un orden. Y es que limpiar implicar revisar por última
vez si esto me sirve o no, ordenar me trae claridad. Recuerda esto: “Porque Dios, que ordenó
que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que
conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo” 2 Corintios 4: 6. Desde
el inicio de la creación Dios nos ofreció un lugar ordenado en el cual habitar, luego a través
de su hijo Jesús nos revelo su luz y amor infinito. Tomate un momento para pensar en todas
esas cosas que se han acumulado en tu interior, que te han causado daño en diversas áreas
de tu vida, te han robado tu paz y han hecho que a su vez dañes a otros. Date la oportunidad
de que Dios ordene todas las áreas de tu vida, haz uso de tu discernimiento y dominio
propio.
2. Fundamentar Mi Vida En Cristo. A partir de ahora se trata de vivir una vida en la cual la
persona de Cristo Jesús sea mi base y el apoyo que necesito para aprender a manejar cada
situación de mi vida, cuidar mi relación con Dios y con mi prójimo. Y si quiero conocer a
Cristo y lo que él tiene que decirme debo tomar un tiempo para meditar en la palabra de
Dios, la biblia. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender,
para corregir y para instruir en la justicia, 17 a fin de que el siervo de Dios esté enteramente
capacitado para toda buena obra” 2 Timoteo 3: 16-17
3. Ayuda Y Guía Del Espíritu Santo. Ahora que hemos decido ser discípulos de Jesús, el Espíritu
Santo de Dios mora en nosotros y él es nuestro guía, está dispuesto a ayudarnos. No estás
solo o sola. Cuando tomamos la decisión de deshacernos de todo lo que hemos venido
acumulando puede darnos temor o causarnos dudas y cuestionarnos la idea de si en verdad
experimentaremos un cambio; no dudes y confía en la obra que el Espíritu Santo de Dios
quiere hacer en tu vida, él te hará ver lo que no entendías para convertirte en una persona
con un corazón puro y limpio.
“Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para
que entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido. Esto es precisamente de lo que
hablamos, no con las palabras que enseña la sabiduría humana, sino con las que enseña el
Espíritu, de modo que expresamos verdades espirituales en términos espirituales” 1 Corintios
2: 12-13

A modo de conclusión hoy es la oportunidad de tomar una actitud de humildad, reconocer la


importancia de no seguir acumulando cosas, experimentar la verdadera libertad y vivir una vida en
total plenitud. Y si de repente algo quiere acumularse en tu vida, que el Espíritu Santo pueda
recordarte el camino que debes tomar.
Espero que este estudio bíblico sea de apoyo para seguir cultivando tu deseo por conocer más de la
palabra de Dios y crecer en tu relación con Dios.

Nota: La versión utilizada en las citas bíblicas es la Nueva Versión Internacional (NVI).
Fuentes: https://www.youtube.com/watch?v=oxnRbc_XVJg&t=225s
https://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-manual-
diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf
https://bibleproject.com/espanol/
https://www.biblia.work/diccionarios/
https://www.biblegateway.com/

Autor: Yuli De La Rosa A. ©

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