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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS DE LA SALUD

Carrera:
Enfermería Semiescolarizada

Materia:
Campo Clínico III.

Maestra:
Angélica Gabriela Lomeli Mojica.

Tarea:
Somatometría y Signos Vitales.

Alumno y Código:
Maria Del Pilar Merida Alonso
221330833

Fecha:
20 de Agosto de 2022
Resumen.
Los signos vitales son indicadores que reflejan el estado fisiológico de los órganos
fundamentales (cerebro, corazón, pulmones); Expresan de manera inmediata los
cambios funcionales que suceden en el organismo, cambios que de otra manera
no podrían ser calificados ni cuantificados. También son conocidos como las
mediciones funcionales más básicas del cuerpo. Orientan sobre alteraciones de
salud.
Hay cuatro signos vitales principales que los médicos y otros profesionales de la
salud examinan de forma sistemática.
● Temperatura corporal.
● Pulso (Frecuencia cardiaca).
● Presión arterial.
● Frecuencia respiratoria.

Parámetros Normales en Recién Nacidos.

● Temperatura: 36.1-37.7°C.
● Pulso o frecuencia respiratoria: 120-170 latidos por minuto.
● Presión arterial: 60/30 mmHg a 90/62 mmHg (Igual que lactante
menor).
● Frecuencia respiratoria: 30-80 ciclos por minuto.

Parámetros normales en Lactantes.

● Temperatura: 37.2°C.
● Pulso o frecuencia cardiaca: 120-160 (en lactante menor) o
110-130 (en lactante mayor) latidos por minuto.
● Presión arterial: 60/30 mmHg a 90/62 mmHg.
● Frecuencia respiratoria: 20-40 (en lactante menor) o 20-30 (en
lactante mayor) ciclos por minuto.
● Nota un menor es un niño de 28 días a 12 meses.
● Un lactante mayor es un niño de 12 meses a 24 meses.

Parámetros Normales en niños.

● Temperatura: 37°C.
● Pulso o frecuencia cardiaca: 100-120 (niños de 2-4 años) a 100-115 (de
6-8 años) latidos por minuto.
● Presión arterial:78/48 mmHg a 112/78 mmHg(en niños de 2 años);85/52
mmHg a 114/85 mmHg(en niños de 8 años); 95/58 mmHg a 135/88
mmHg (en niños de 12 años)-
● Frecuencia respiratoria: 20-30(niños de 2-4 años) a 20-25 (de 6-8 años)
ciclos por minuto.

El equipo necesario para encontrar los signos vitales lo compone un


Termómetro, un esfigmomanómetro y un reloj de pulsera.

Reglas de Oro.

Medicamento correcto: A la hora de preparar la medicación y también antes de


su administración tenemos la obligación de leer detenidamente la etiqueta o el
envase del medicamento, y si tenemos a algún compañero que nos confirme que
está todo OK mucho mejor (el famoso doble check).
Debido a que muchos medicamentos expresan el contenido de principio activo de
diferentes formas (%, mg/mL, mg/5mL, etc.) es recomendable que nos
aseguremos de que la dosis a preparar (en miligramos) sea la prescrita, y que ésta
sea adecuada.

Reconstrucción y dilución: Reconstituye y diluye el medicamento correctamente,


asegúrate que no esté caducado (ni el medicamento ni el suero con el que lo
vayas a diluir) y comprueba la estabilidad del compuesto resultante. En muchas
ocasiones encontramos que un mismo medicamento puede ser reconstituido y/o
diluido de varias formas. En este sentido, es importante destacar que existen
perfiles de pacientes que se van a beneficiar de una “personalización” en la
dilución de la medicación que hagamos. Éstos pacientes son sobre todo los que
tienen restricción de líquidos (cardiópatas, nefrópatas, etc.).
Por otro lado, hay algunos medicamentos específicos que se deben reconstituir de
una forma muy concreta, como el Ambisone (glucosado) y Amiodarona (solo en
glucosado 5% y a concentraciones mayores de 600 mg/L) y que incluso requieren
cierta destreza especial para una correcta reconstitución (Beriplex).

Indicación y dosis: Revisa que la indicación terapéutica y la dosis del


medicamento para esa indicación sea la apropiada. Nuestros conocimientos y
experiencia con el manejo de medicamentos pueden ayudarnos a detectar errores
y servir así de filtro humano de seguridad dentro del circuito del medicamento.
En ocasiones, las prisas, inexperiencia con un determinado fármaco o la
sobrecarga de trabajo pueden hacer que encontremos discrepancias en las
prescripciones médicas, por lo que debemos actuar de forma proactiva y ser una
“tercera barrera anti-errores” antes de administrar el medicamento. Si algo no te
cuadra… pregunta y asegúrate.
Vía de administración correcta: Existen numerosos ejemplos de medicamentos
que por equivocación se han administrado por una vía incorrecta (intravenosa en
lugar de oral, intratecal en vez de intravenosa) Para evitar esto debemos no
confiarnos y comprobar siempre que la vía de administración pautada sea la
correcta. En caso de duda, pregunta al médico.

Hora correcta: Debemos tener muy en cuenta el horario de administración, por lo


que es recomendable establecer un horario concreto para administrar las dosis de
nuestros pacientes. En algunas ocasiones es muy importante cumplir
estrictamente con los horarios establecidos para mantener los niveles plasmáticos
del medicamento en rango terapéutico.
Sobre todo, presta especial atención a los antimicrobianos y a la inmediatez de la
primera dosis (ojo también con los inmunosupresores).

Paciente correcto: Asegúrate que al paciente al que le vas a administrar la


medicación es el correcto. Revisa siempre el nombre y apellidos del paciente. Si
está dormido, pregunta al acompañante, y si está inconsciente (o no tiene la
capacidad de responder) y no hay acompañante observa la pulsera identificativa.
Cuidado con: Pacientes que comparten nombre y/o apellidos.

Información al paciente: Informa al paciente cómo tiene que tomarse la


medicación y para qué sirve. En el caso que sea por vía oral oirás la típica frase
de “¿Antes o después de la comida?”. Eso y la regularidad del ritmo intestinal.
Debemos informarles también en caso que la medicación pueda causar algún tipo
de efecto secundario o reacción adversa.

Velocidad de administración: Cada medicamento se debe pasar en un tiempo


establecido y lo debemos cumplir estrictamente. Trata de calcularlo mediante
bombas de infusión o contando las gotas por minuto que deben caer.

Registro: Registra correctamente la administración del medicamento en la


Historia Clínica.

Seguimiento de la respuesta: Chequea que la respuesta a la medicación


administrada sea la esperada (de lo que habremos informado al paciente y
acompañante). En caso que no sea así, actúa lo más rápido posible.

Técnicas de administración de medicamentos.

Existen ocho vías distintas para administrar fármacos:


Vía oral: el medicamento se ingiere y se absorbe a través del tracto
gastrointestinal. Es la vía más utilizada y el fármaco puede tomar forma de gotas,
jarabes, elixires, comprimidos, cápsulas, pastillas, etc.
Vía sublingual: el fármaco se administra debajo de la lengua, donde debe
permanecer hasta su total disolución en la mucosa.
Vía tópica: el fármaco se administra directamente sobre la piel o las mucosas
(incluyendo genitales y ojos). Los más comunes son medicamentos
dermatológicos e instilaciones oftálmicas.
Vía parenteral: el fármaco se introduce atravesando la piel o las membranas
mediante una aguja hueca en su interior (inyección o catéter).
Vía respiratoria: el medicamento se administra a través de las vías respiratorias
altas en pequeñas dosis.
Vía rectal: el fármaco se introduce en el recto. Se utiliza cuando existen
dificultades para la administración por otras vías.
Vía vaginal: el medicamento se introduce en la vagina, a veces mediante un
aplicador.
Vía percutánea o transdérmica: el fármaco o sustancia pasa a través de la piel
hasta los capilares dérmicos.

Antes de administrar el medicamento, independientemente de la vía o las técnicas


utilizadas, es necesario comprobar que es el correcto y que la dosis coincida con
la tarjeta de medicación y la hoja de medicación.

Regla de Tres.
El cálculo de dosis por regla de tres es muy importante para el área de enfermería
ya que gracias a esta sencilla operación podemos realizar cálculos exactos para la
administración de medicamentos y soluciones.
Calculo De Dosis Por La Regla De Tres.
Como un primer eje puedes basarte en la cantidad de medicamento que deseas
ministrar una vez diluido éste, y ya teniendo conocimiento previo de la dosis que
ministrarás. Para poder realizar esta dosificación se te sugiere emplear dos
formulas, una basada en un regla de tres y la otra regla basada en la dilución.
La regla de tres es el procedimiento que se realiza para obtener la dosificación
indicada en forma exacta, aún en cantidades muy pequeñas y así evitar
reacciones adversas por concentración del fármaco.

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