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Los "10 correctos de enfermería" para evitar errores de medicación.

Sabemos que uno de los principales eventos adversos con el que se encuentran nuestros
pacientes durante la atención sanitaria son los errores relacionados con la medicación.
Dentro de estos errores, los que son debidos a la administración errónea de medicamentos
son especialmente conflictivos, ya que un 98% de ellos no son interceptados.
Como hemos comentado en otras ocasiones, el personal de enfermería suele ser el último
filtro humano dentro del circuito del medicamento, y responsable final de la administración de
la medicación a los pacientes (aunque en ocasiones los pacientes también pueden actuar de
filtro de seguridad).
Los 10 “correctos” que deben seguir todas las enfermeras a la hora de preparar y administrar
de forma segura cualquier medicamento, y así evitar errores a largo plazo.
Normalmente sólo se habla de "los 5 correctos" (o a veces incluso de los 8 correctos), pero
hoy queremos ir un paso más allá en la Seguridad de los Pacientes y mostraros algunas
recomendaciones más para que mejoréis la calidad y la seguridad del proceso de
administración de medicamentos.

Preparación y Administración segura de medicamentos en 10 pasos.


1. MEDICAMENTO correcto

A la hora de preparar la medicación y también antes de su administración tenemos la obligación de


leer detenidamente la etiqueta o el envase del medicamento, y si tenemos a algún compañero que
nos confirme que está todo OK mucho mejor (el famoso doble check).
Debido a que muchos medicamentos expresan el contenido de principio activo de diferentes formas
(%, mg/mL, mg/5mL, etc.) es recomendable que nos aseguremos de que la dosis a preparar (en
miligramos) sea la prescrita, y que ésta sea adecuada.

Importante: No te fíes por la apariencia de la ampolla ni por la forma del propio medicamento, ya que
como hemos demostrado en múltiples ocasiones la isoapariencia entre medicamentos muy
diferentes, y la NO isoapariencia entre medicamentos iguales.

2. Reconstitución y dilución

Reconstituye y diluye el medicamento correctamente, asegúrate que no esté caducado (ni el


medicamento ni el suero con el que lo vayas a diluir) y comprueba la estabilidad del compuesto
resultante. Para ayudarte puedes consultar con el Servicio de Farmacia.
En muchas ocasiones encontramos que un mismo medicamento puede ser reconstituido y/o diluido
de varias formas. En este sentido, es importante destacar que existen perfiles de pacientes que se
van a beneficiar de una “personalización” en la dilución de la medicación que hagamos. Éstos
pacientes son sobre todo los que tienen restricción de líquidos (cardiópatas, nefrópatas, etc.).

Ojo con los sueros Glucosados en pacientes diabéticos y con los salinos en pacientes hipernatrémicos
o hipertensos.
3. Indicación y dosis

Revisa que la indicación terapéutica y la dosis del medicamento para esa indicación sea la apropiada.
Nuestros conocimientos y experiencia con el manejo de medicamentos pueden ayudarnos a detectar
errores y servir así de filtro humano de seguridad dentro del circuito del medicamento.
En ocasiones, las prisas, inexperiencia con un determinado fármaco o la sobrecarga de trabajo pueden
hacer que encontremos discrepancias en las prescripciones médicas, por lo que debemos actuar de
forma proactiva y ser una “tercera barrera anti-errores” antes de administrar el medicamento. Si algo
no te cuadra… pregunta y asegúrate.

4. Vía de administración correcta

Existen numerosos ejemplos de medicamentos que por equivocación se han administrado por una vía
incorrecta Para evitar esto debemos no confiarnos y comprobar siempre que la vía de administración
pautada sea la correcta. En caso de duda, pregunta al médico. Más vale que seamos los pesados que
siempre pregunta” a aquel que administró un medicamento por una vía de administración errónea.

5. Hora correcta

Debemos tener muy en cuenta el horario de administración, por lo que es recomendable establecer
un horario concreto para administrar las dosis de nuestros pacientes. En algunas ocasiones es muy
importante cumplir estrictamente con los horarios establecidos para mantener los niveles plasmáticos
del medicamento en rango terapéutico. Sobre todo, presta especial atención a los antimicrobianos y
a la inmediatez de la primera dosis.

6. PACIENTE correcto

Asegúrate que al paciente al que le vas a administrar la medicación es el correcto. A pesar de que
este punto resulta más que obvio, es importante destacar que en muchas ocasiones pueden
producirse errores debido a la alta carga asistencial que tenemos, o simplemente pacientes que
pueden parecerse en el tratamiento, nombre, apellidos, etc.

Recomendación: Revisa siempre el nombre y apellidos del paciente. Si está dormido, pregunta al
acompañante, y si está inconsciente (o no tiene la capacidad de responder) y no hay acompañante
observa la pulsera identificativa.
Cuidado con: Pacientes que comparten nombre y/o apellidos.

Importante: Evita identificar a los pacientes por su cama.

7. Información al paciente

Informa al paciente cómo tiene que tomarse la medicación y para qué sirve. En el caso que sea
por vía oral oirás la típica frase de “¿Antes o después de la comida?”. Eso y la regularidad del ritmo
intestinal es de las cosas que más agobia a los pacientes de edad avanzada. Debemos informarles
también en caso que la medicación pueda causar algún tipo de efecto secundario o reacción adversa.
La importancia de este punto radica en dos aspectos:
 Educación al paciente sobre toda la medicación que toma, para que así entienda todo lo
relacionado con su medicación.
 La potencial detección de errores por parte del paciente, actuándo de último filtro cuando conoce
su medicación.
Tan importante es este punto, que en algunos estudios la omisión de información a los pacientes se
contabilizan como errores de medicación.
8. Velocidad de administración

No vale lo de “se lo pongo a ojo”, “se lo meto en bolo que tengo prisa” o “cálculo que vaya rapidito y
así acabo antes de repartir la medicación”. Cada medicamento se debe pasar en un tiempo establecido
y lo debemos cumplir estrictamente. Trata de calcularlo mediante bombas de infusión o contando
las gotas por minuto que deben caer (además, ésta es la típica pregunta que cae en casi todas las
oposiciones de Enfermería).

9. Registro

Registra correctamente la administración del medicamento en la Historia Clínica. Cuidado no te


equivoques y lo registres en la del vecino (es más fácil de lo que parece equivocarse en este sentido,
ya que aprovechamos cuando tenemos un hueco para registrar todo lo que hemos hecho.
Recuerda, lo que no se registra, no existe. Esto no solo nos evitará problemas en el futuro a nosotras
como enfermeras, sino que ayudará a otros compañeros que consulten dicho registro después de
nosotros.
10. Seguimiento de la respuesta

Chequea que la respuesta a la medicación administrada sea la esperada (de lo que habremos
informado al paciente y acompañante). En caso que no sea así, actúa lo más rápido posible. El ir por
delante en una situación de estas nos va a facilitar mucho las cosas.
Ejemplo sencillo: Monitorizar la temperatura corporal tras la administración de Paracetamol por fiebre
(ver si baja la temperatura) y si no avisar al médico.

Y ya para acabar, recuerda que el evitar los errores en la administración de la medicación está en
manos de todos y que debemos trabajar en equipo. Trata de implementar algún cambio en la forma
de trabajar para evitar estos errores. Una buena medida sería imprimir esta infografía que hemos
realizado y pegarla en el lugar donde prepares la medicación.

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