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EL POBLAMIENTO ABORIGEN DE LA ISLA DE LA ESPAÑOLA

I. Los Pobladores pre- agrícolas


El poblamiento antillano, especialmente, de la isla Española se llevó a cabo
mediante migraciones sucesivas de grupos de aborígenes procedentes de América del
Sur. Estos primitivos pobladores se clasifican en dos grandes grupos bien
diferenciados: 1. Los pobladores preagrícolas, y 2. Los pobladores agrícolas-
ceramistas. Según afirman algunos arqueólogos en las Antillas Mayores existieron
grupos de aborígenes desde el año 3000 a. C. Estos grupos denominados preagrícolas
se encontraban en la etapa del salvajismo y se dedicaban a la caza, pesca y
recolección de frutos. Su vida era nómada y sus instrumentos los fabricaban de
piedras y conchas marinas; el grupo más antiguo construía los instrumentos de
sílex.
Simultáneamente con esos primitivos pueblos, en las Antillas existieron los
llamados ciboneyes, los cuales pulimentaban la piedra; también se conocen grupos
primitivos de pobladores que fabricaban sus instrumentos de conchas marinas. Estos
pobladores primitivos se conocen como Concheros, los cuales se dedicaban a la
pesca, por lo que se ubicaban muy cerca de las costas.

Los ciboneyes de la isla Española, según datos arqueológicos llegaron


aproximadamente en el año 2000 a. C., constituyendo los núcleos poblacionales más
importantes hasta la llegada de los grupos agrícolas ceramistas.

2. PRIMEROS GRUPOS AGRICULTORES CERAMISTAS

Los primeros grupos agricultores ceramistas se les conoce como Igneris, su cerámica
era muy primitiva, decorada torpemente con pintura; arqueológicamente a estos
pobladores primitivos se le conoce como de la cultura saloide. El desarrollo de los
grupos igneris conjuntamente con la llegada de nuevos inmigrantes procedentes de
América del Sur, dio como resultado a un nuevo poblamiento en las Antillas, el cual
se le conoce como subtaíno o taíno inicial. Según los datos que se tienen, estos
últimos grupos poblaron el territorio de la isla Española entre los siglos IV y VII
a. C. para la mayoría de los historiadores, los subtaínos pertenecían en realidad a
una etapa de desarrollo de la cultura taína.
Los subtainos se caracterizaron por tener una cerámica denominada Ostione y
Meillac; la misma es de carácter utilitarista, con escasos elementos decorativos o
religiosos. Existen pruebas que demuestran que en el siglo XV el estilo de su
cerámica tenía presencia notable en Las Islas Bahamas.
Su sistema agrícola era sumamente primitivo, consistía en la quema de los bosques
para aprovechar las cenizas como abono. Precisamente, a esa forma de preparar el
terreno se le conoce como la roza. Este método era muy atrasado y rústico por lo
cual los resultados obtenidos eran sumamente pobres, siendo la productividad del
trabajo agrícola muy limitado, que apenas satisfacía las necesidades de las
comunidades subtaínas, además, ese procedimiento destruía la fertilidad del suelo.
El proceso de transición de la fase subtaina a la sociedad taína culminó en la isla
Española en el siglo XV d. C., sin embargo en otras regiones de las Antillas,
todavía en esa época no había surgido la cultura taína.
En las Antillas Mayores también se establecieron otros grupos étnicos llamados
Caribes; estos grupos tenían un carácter marcadamente guerrero, con una cultura
caníbal, no obstante, asimilaron ciertas técnicas y elementos cultuales de los
taínos, quienes eran esencialmente pacíficos.
En el próximo apartado vamos a estudiar las características de la sociedad taina.

3. LA SOCIEDAD TAINA

Los taínos de la isla Española se encontraban a la llegada de los españoles en la


fase del Neolítico avanzado; dominaban ampliamente la agricultura, empleando un
sistema cultivo y de abono de los terrenos relativamente desarrollado para la
época. Algunos historiadores califican a la comunidad taína, como una sociedad
clánica desarrollada, y la sitúan siendo la periodización del materialismo
histórico, en la etapa del comunismo primitivo. Los taínos se diferenciaban de los
subtaínos, entre otras cosas, por los métodos de cultivo como por la elaboración de
la cerámica; Su cerámica se caracterizaba por la presencia de elementos de lujo y
religiosos. También confeccionaban cerámica para uso doméstico.

Las relaciones sociales de producción en la comunidad taína respondían a la


dinámica del modo de producción primitivo, y en consecuencia, no existía la
propiedad privada entre los taínos. El nivel de desarrollo de sus fuerzas
productiva era sumamente atrasado. Así los taínos elaboraran sus instrumentos de
piedras y maderas, y de conchas marinas; desconocían totalmente el uso de los
metales en la fabricación de sus instrumentos de producción y arnas de guerra. Ese
bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas se correspondía con las
relaciones de producción de ayuda y colaboración mutua dominantes en la comunidad
taína. Esto implicaba que entre los miembros de la comunidad taína no existía la
explotación del hombre por el hombre, típica de las sociedades europeas. De esa
forma, el medio de producción principal de los taínos que era la tierra,
efectivamente pertenecía a toda la comunidad, excluyéndose de esa forma la división
de clases en la sociedad taína.
En relación con la técnica productiva y la división del trabajo en la comunidad
taína, hay que apuntar que su método de cultivo, y particularmente de abonar los
terrenos, se conoce como la técnica de Montón, el mismo consistía en el
amontonamiento de materiales vegetales en descomposición en un área circular de 12
de pies de diámetro y 3 pies de altura. Esta técnica permitía la conservación de la
humedad del terreno por mucho tiempo por lo que la fertilidad del suelo de cultivo
se mantenía,y aumentaba la producción.

Precisamente, la aplicación de ese método produjo un alto rendimiento del trabajo


agrícola; de esa forma, la producción de tubérculos, yuca, batata, así como de
maíz, tabaco, etc. fueron sumamente abundantes, etc. incluso, los taínos llegaron a
producir excedentes, que acumulaban en grandes caneyes, para ser posteriormente
distribuidos entre los miembros de la comunidad. También esta alta productividad
del trabajo agrícola de los taínos, contribuyó al perfeccionamiento de las
actividades artísticas y artesanales.
La organización social de los taínos estaba constituidas por las unidades sociales
y primarias conocidas como “familias amplias o extensas”, que conformaban los
llamados linajes, que se agrupaban en un caney, compuesto por 30 ó 40 miembros. La
unión de varios linajes originaba la tribu de aldea, dirigida por el cacique. En
determinada coyuntura las aldeas se colocaban bajo el mando de una tribu más
poderosa, formándose especie de una “confederación”, por ejemplo, Bohechio,
Guarionex, Caonabo, y Mayobanex, llegaron a ser caciques de ese tipo de uniones.
Los taínos de la isla Española según Las Casas y Fernando de Oviedo, cronistas
españoles, se dieron una organización política caracterizada por la división del
territorio, en los llamados cacicazgos que eran Marien, Magua, Maguana, Jaragua e
Higuey.4 y además, los llamados nitainatos, éstos estaban dirigidos por los
llamados caciques menores, y eran especie de de demarcación provincial,
subordinadas a los cacicazgos.
Ahora bien, en relación con la estructura social de la comunidad taína, los taínos
se dividían en “Jefes y Trabajadores”. Los jefes comprendían a los caciques, los
nitaínos y los behiques. Los rangos superiores estaban exonerados del trabajo
directo en la agricultura, o en la pesca o la caza; sin embargo, esto no significa
que estos grupos superiores no tuviesen una función o un rol social de suma
importancia para el funcionamiento de la sociedad taína. Así, los caciques tenían
funciones de supervisión, administración, y distribución de los trabajos en la
comunidad, así como de los bienes y productos de la sociedad, asimismo,
representaban a la tribu de aldea frente a otros caciques, y dirigían cualquier
enfrentamiento bélico con otras tribus, etc. También los caciques presidían los
ritos religiosos y festivos que se realizaban en la comunidad. Por su parte, los
nitaínos eran especie de asesores y jefes guerreros de los caciques, los españoles
los asimilaban a “nobles”. Los behiques o chamanes por su parte, eran sacerdotes,
hechiceros, brujos, curanderos, Los trabajadores se encargaban de las labores
agrícolas, de la caza y la pesca; entre los trabajadores cabe mencionar a los
llamados naborías, siervos domésticos, éstos según algunos historiadores fueron
prisioneros de guerra, para otros investigadores, procedían de etnias inferiores a
los caciques que servían.
4 Sin embargo, según Mártir de Anglería la división de la Isla Española a la
llegada de los españoles era la siguiente: Guacczarina, Bainoa, Hubabo, Cayabo y
Calizicim.

La estructura social de la comunidad taína de la isla Española como se ha visto


estaba cimentada en un división social en estamentos, o rangos , pero algunos
historiadores se han confundidos sosteniendo que en la sociedad taína había una
estructura social clasista. Sin embargo, debemos afirmar que los llamados jefes no
explotaban a los trabajadores o naborías, como ocurría por ejemplo en las
sociedades medievales o en la antigüedad europea,como en Grecia o en Roma, en donde
los siervos o esclavos eran rigurosamente explotados por los señores feudales o los
amos esclavista. Y la causa fundamental de la ausencia de clases sociales en la
sociedad taína era la inexistencia de la propiedad privada sobre los medios de
producción. El sistema colonial español, que se estableció en la Isla Española, fue
la fuente de la aparición de las clases sociales antagónicas, y de la explotación
de la población taína, y posteriormente, de los negros esclavos africanos.
Naturalmente, que la aparición de la estraficación social entre los taínos se
debió, por supuesto, al relativo avance de sus fuerzas productivas, que obligó dio
origen a cierto punto división del trabajo, y de las funciones en la comunidad.
Ahora, veremos otros rasgos de la cultura taína que son muy importante para
caracterizar la comunidad, especialmente, analizaremos la cultura religiosa de los
taínos. Estos eran politeístas y animistas. Sus dioses más generalizados eran los
cemíes, especies de tótem, que podían ser fuertes y débiles, de acuerdo a sus
creencias. Por supuesto, que los cemies más fuertes pertenecían a los caciques y a
los rangos superiores de la comunidad.
Las creencias religiosas taínas estaba condicionada por la carencia de
conocimientos científicos de los fenómenos de la naturaleza. Estos fenómenos se les
presentaban a los taínos como dioses; así ellos creían en yocahu vagua maorocoti, o
dios de la yuca, creían en Guabancex, diosa de la malignidad, asociada con los
terremotos, tormentas y huracanes; también crían en la diosa de la fertilidad.
También los taínos poseían una forma de cosmovisión que incluía una explicación
sobre el origen de los mares e islas. En este sentido, Pedro Mártir de Anglería
escribió que “...tienen estimación cierta calabaza porque ella cuenta la fábula de
haber brotado del mar con toda su multitud de peces. A causa de su crecida, aquella
tierra, que era contunente (sic). Dice se convirtió en innumerables isla”(Cfr.
Anglería, 1964:194).
Por otro lado, el rito religioso más importantes de los taínos dentro de su
práctica mágico-religiosa era el Rito de la Cohoba, cuya finalidad era comunicarse
con los dioses para ganarse su voluntad. Naturalmente, quien lo encabezaba era el
Cacique, en su calidad de jefe de la comunidad. En esta ceremonia o rito, el
behique jugaba un rol fundamental; inhalaba una sustancia alucinógena, mediante una
espátula, entrando en un estado de trance, convulsiones, vómito, etc., en tal
estado el behique supuestamente se ponía en contacto con los dioses, consultándolos
sobre las cosechas, la guerra, entre otros asuntos de interés para los taínos, y
luego les informaba. Por eso, el behique poseía una gran autoridad y poder entre
los taínos.

También, los behiques tenían la responsabilidad de confeccionar los ídolos o cemies


para cada familias extensas de la tribu de aldea.

Otra manifestación de la cultura taína, eran los llamados areitos. Estos eran
fiestas en honor de los cemiés, los taínos bailaban para contar hazañas épicas de
los antepasados; se ofrecían sacrificios y frutas a los dioses. En las creencias
taínas los cemies se merecían tales sacrificios ya que según tales creencias,
recogidas por el padre Bartolomé de Las Casas, ellos les daban “el agua, y el
viento, el sol cuando había menester, y lo mismo, los hijos y las otras cosas que
deseaban tener... Cuando algún indio iba en camino y veía un árbol que con el
viento más que otro se movía de lo cual el indio tenía miedo, llegábasele a él y
preguntábale, ¿y tú quién eres? Y respondía el árbol: llamame aquí a un behique y
él te dirá quien soy yo” (1964;106- 107).
Finalmente, en la cultura taína se conocía el juego de pelota, como una forma de
diversión de los taínos.

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