Está en la página 1de 6

rl

¡~

5• Véanse las citas de El Triunfo que aparecen en las pp. 216 y"2 l 7 de Cepero Bonilla.
Azúcar y aboticián, y su propia opinión en la p. 217. Entralgo consigna una opi-
XII. EPÍLOGOA LA EDICIÓN CUBANA 1

1
nión más favorable de los liberales en La tiberacíán étnica .
.'9 Deschamps, El negro en el periodismo.
"1 Véanse algunas observaciones generales sobre los derechos civiles después de la Marcelino Iznaga, quien vive en el central Pepito Tey, recuerda que su
emancipación en Magnus Mürner, "Igualdad legal. desigualdad social". en Histo- tío Rafael Iznaga hablaba a menudo de que había sido miembro del
ria social latinoamericana (N11e11os enfoques) (Caracas: Universidad Católica Ejército Libertador cubano de 1895-98, en cuyas filas había luchado
Andrés Bello, 1979). pp. 271-291. Morner destaca la importancia de una tradi-
ción democrática anterior. ·.: .· · ·. ·. · ·
contra España a favor de la independencia de Cuba: Como su vecino, el
capitán rebelde Claudio Sarrfa, Rafael Iznaga había nacido en la época
''1 Cana del gobernador general; 15 de' septiembre de 1880, AIIN. Ultramar, leg. 4884,
lomo 7. exp. 86.
de la esclavitud en una plantación del distrito de Cienfuegos. Pero a
Marcelino Iznaga siempre le dijeron que en 1886, momento final de la
abolición, su padre y su tío no eran esclavos: sus padres les habían
comprado a sus amos la libertad de sus hijos. Esta familia recordaba la
emancipación como resultado de un esfuerzo colectivo, y no como con-
secuencia de un decreto emitido por el gobierno español.' ·
Marcelino Iznaga recuerda con claridad estos detalles de la vida de
su tío, que le transmitieron de manera directa. Me siento un poco afligi-
da cuando me percato de cuán oblicua fue la ruta que tuve que recorrer
para percibir el papel que desempeñaron las iniciativas de los esclavos y
la guerra anticolonial en la conformación de la dinámica de la emanci-
pación de los esclavos y el desarrollo de una sociedad posterior a la
emancipación en Cuba.
El problema de la libertad, el enigma de cómo se alcanzó y qué signi-
ficaba estaba muy presente en la década de 1970, cuando comencé mis
estudios de doctorado. Mi acercamiento a las fuentes estuvo influido
por el hecho de que había pasado dos años leyendo libros de contabili-
dad e informes judiciales locales para una tesis de maestría sobre el
papel de las mujeres en la economía inglesa del siglo xvrr. Después par-
ticipé en seminarios sobre historia de la América Latina conducidos por
Stanley J. Stein y, simultáneamente, durante un tiempo me desempeñé
como ayudante de investigación de Ira Berlin y Herbert Gutman. Pensa-
ba entonces que mi tesis doctoral tendría como objetivo determinar las
causas del fin de la esclavitud en Cuba mediante la evaluación de las
encontradas hipótesis del cambio tecnológico, el cálculo metropolitano
y las conquistas nacionalistas. De ahí procedería a examinar el proceso
de proletarización, rastrearía la formación del campesinado en la época

344 345
1.: 1

posterior a la emancipación y dilucidaría qué había significado la liber- cías, y el director del archivo de Sancti Spíritus me permitió em-
tad para los que habían sido esclavos. prender noche tras noche la lectura de documentos mientras él se
Aunque no me percataba de la arrogancia intelectual de mi propues- dedicaba a escribir informes.
ta. sí me di cuenta de un inconveniente obvio: la isla de Cuba quedaba No obstante, mientras más archivos consultaba en España y en Cuba,
en buena medida fuera del alcance de los investigadores estadouniden- más claro me resultaba que no me estaba acercando a desentrañar "los
ses.Era posible que no tuviera acceso a los documentos locales. No me sentidos de la libertad". La documentación sobre la emancipación mis-
preocupé demasiado; las notas del.libro Slave Sociery in Cuba during ma era abundante: debates parlamentarios, peticiones de libertad, volu-
the Nineteentn Century, de Franklin W. Knight indicaban que había una minosas apelaciones judiciales, diarios de plantaciones, corresponden-
amplia documentación sobre la última parte del período colonial en el cia capturada a los insurgentes. Sin embargo, la documentación sobre
Archivo Histórico Nacional de Madrid.? Podía tomar como base del exesclavos en el período posterior a 1886 era alarmantemente escasa.
estudio los archivos españoles, intentar persuadir al Ministerio de Rela- Los exesclavos parecían esfumarse en el seno de una vasta población
ciones Exteriores cubano a que me permitiera realizar actividades adi- rural y casi nunca se les identificaba en los registros por su previa con-
cionales de investigación en la isla, y confiaren que el Departamentode dición de servidumbre. ¿Cómo podía llegar a saber adónde habían ido y
Estado de los Estados Unidos no se tomara demasiado interés en mi cómo habían sido sus vidas después de la emancipación? ¿Acaso la
estancia en territorio de "su enemigo más próximo". . emancipación había borrado realmente la diferencia entre los que antes
Por una afortunada coincidencia, el presidente Jimmy Carter puso fin habían sido esclavos y los libres de vieja data, o eran sólo los registros
de manera momentánea a las restricciones de viajes a Cuba de los ciuda- escritos los que resultaban opacos sobre la cuestión?
danos de los Estados Unidos. La generosidad de importantes estudiosos Cuando me senté ante mi mesa de trabajo en Ann Arbor en el otoño
de Cuba los indujo a presentarme a un funcionario de la Misión de Cuba de 1978 para releer mis tarjetas de notas y comenzar a escribir, tenía la
ante las Naciones Unidas, al cual procedí a bombardear con los trabajos incómoda sensación de que estaba a punto de incumplir mi meta. Traba-
realizados para mi seminario, el proyecto de mi tesis y una crítica, total- jé durante varios meses para tratar de componer una imagen del período
mente irrelevantepara el caso, a la política exteriorde los Estados Unidos posterior a la abolición con ayuda del censo cubano de 1899, los diarios
en Bolivia, escrita años antes como parte de mi tesis de grado. El delegado que había encontrado en Sancti Spíritus y diversos fragmentos de regis-
cubano parecehaber llegado a la conclusión de que yo era una estudiante tros provinciales. Pero los resultados no resonaban con las voces de los '.,.l
de posgrado demasiado insistente que anhelaba leer documentos que habían obtenido la libertad. Para llegar a entender las experiencias í
decimonónicos en los archivos cubanos y no una agente de la inteligencia de los individuos tuve que remontarme a un período muy anterior al fin
de los Estados Unidos. Me otorgaron una visa por dos semanas que des- de la esclavitud y examinar los voluminosos y detallados materiales
pués prorrogué; con posterioridad obtuve nuevas visas. sobre la aplicación de la Ley Moret de 1870 y el patronato, esto es, el
La labor de investigación en la isla fue una aventura en sí misma. período de "tutela" decretado en 1880. Estas leyes, aun cuando sus in-
Pedro Deschamps Chapeaux, Manuel Moreno Fraginals, Fe Igle- tenciones eran claramente manipuladoras, habían dado pie a numerosas
sias, John Durnoulin y otros historiadores me dieron la bienvenida reclamaciones y apelaciones, por lo cual habían generado registros es-
en La Habana como a una colega, a pesar de mi inexperiencia. Va- critos llenos de nombres y de historias.
rios representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano a Al desplazar mi atención hacia la emancipación, el fin de la esclavi-
los cuales se asignó la tarea de atenderme, con toda amabilidad me tud dejó cada vez más de parecerme un acontecimiento llamado aboli-
dejaron más o menos librada a mis propios recursos. Después de ción cuya explicación estaba en uno u otro mecanismo causal único.
unas pocas semanas en La Habana me encaminé a las provin- Ahora se me presentaba como un proceso largo y complejo de

346 347
r
interacciones dinámicas entre esclavos, amos, rebeldes anticoloniales y se explicaba sobre todo por las contradicciones internas del sistema
agentes del Estado. Además, las autocornpras y las reclamaciones de esclavista en un período de innovación tecnológica y de caída de los
los esclavos parecían haberse generalizado durante los últimos años de precios del producto. Después de pasar horas codo a codo descifrando
la esclavitud, acelerando y transformando la transición gradual planifi- censos manuscritos, acordamos discordar sobre las causas, al tiempo
cada. La relación entre la ley, las iniciativas de los esclavos y la trans- que colaborábamos en la búsqueda de pruebas y en la conformación del
formación económica era compleja, y el mantenimiento de las relacio- debate.
nes sociales de la esclavitud obviamente precario. Mientras me ocupaba de profundizaren los elementos históricos so-
En la primavera de 1979 regresé al Archivo Nacional de Cuba para bre Cuba, algunos profesores y colegas me ayudaron a ampliar-mi pers-
revisar con sistematicidad los legajos de demandas al Consejo de Admi- pectiva y aclarar mi pensamiento. Sidney W. Mintz me instó a ubicar a
nistración de las décadas de 1870 y 1880. Las evidencias de reclama- Cuba en el contexto de los campesinados caribeños, aun si parecía que
ciones y reivindicaciones planteadas por esclavos, que habían salido a me resultaba difícil hallar los detalles necesarios acerca de los esclavos
la superficie por primera vez en los archivos coloniales españoles, re- que se habían transformado en campesinos. Charles Gibson me alertó
sultaron ampliamente confirmadas por los testimonios de los esclavos y que no debía tomar los registros judiciales a pie junti llas, por más atrac-
patrocinados y sobre ellos que aparecieron en el nivel local. Creo recor- tivas que resultaran las evidencias que contenían sobre iniciativas, y me
dar que el término "agencia" aún no era común entre los historiadores; instó a estar consciente del papel de los abogados y notarios que habían
pero sin dudas me produjo un impacto la importancia de toda esta acti- contribuido a producirlos. Frederick Cooper me convenció de que no
vidad de esclavos hombres y mujeres, viejos y jóvenes. Las iniciativas debía emplear el término "proletarización", porque era poco feliz y te-
de los esclavos comenzaron a desplazarse hacia el centro del escenario leológico. Otras palabras terminadas en "ción" -tan tentadoras para
en los capítulos que entonces redactaba. una joven académica- desaparecieron cuando Thomas C. Holt e Ira
No obstante, como resultado de su trabajo en Brasil en un período Berlín me recordaron los riesgos que entrañaba escribir sobre catego-
similar, mi asesor Stanley J. Stein se mostraba sanamente escéptico de rías y no sobre personas.
cualquier alusión a quelos ésclavos habían conseguido cuotas impor- El manuscrito final proponía una relación recíproca entre refor-
tantes de libertad en el contexto de las reticentes reformas metropolita- mas legales e iniciativas de los esclavos; planteaba -aunque no in-
nas. Sentí una sacudida cuando se refirió a la autocompra como "un tentaba resolver- la cuestión de los mecanismos causales; y bosque-
engaño para tontos", y se preguntó en voz alta si no sería mayor el jaba un ambiente rural posterior a la época de la esclavitud que no
número de los esclavos que habían muerto que el de los que habían era ni campesino ni proletario. Había tenido la posibilidad de ras-
alcanzado la libertad durante el período de emancipación gradual. Qui- trear las experiencias de varios hombres, mujeres y niños que habían
zás era la muerte, y no el esclavo, el agente de la abolición. Sería nece- hecho avanzar de una u otra forma el proceso de emancipación. Pero,
sario comparar las evidencias de emancipación mediante autocornpras, ¿qué de la idea ambiciosa de encontrar los sentidos de la libertad,
juicios y acuerdos negociados con las tendencias demográficas más meta que había pospuesto para concentrarme en la dinámica de la
amplias, y habría que examinar con cuidado los caminos hacia la liber- emancipación?
tad recorridos por los esclavos en plantaciones específicas. Comencé a En 1983, cuando le entregué el manuscrito al editor, al fin había
redactar mi tesis con este reto en mente. comprendido que el estudio de la sociedad posterior a la emancipación
Manuel Moreno Fraginals. después de años de estudiar la tecnología en Cuba demandaría un esfuerzo colectivo de más largo aliento. Prime-
de la producción de azúcar, también se mostraba escéptico, aunque por ro, existía un enorme reto documental. Una vez desaparecida la condi-
· .. · otras razones. Estaba convencido de que el fin de la esclavitud en Cuba ción de propiedades de los esclavos, cambiaba la calidad de los registros

348 349
escritos que revelaban las actividades de los individuos y las familias. Bureau y de instituciones comparables a los Stipendiary Magistrates de
Por ejemplo, resultaba fácil encontrar listas de esclavos; las listas de las Antillas británicas han sobrevivido fuentes de archivo que permiten
exesclavos eran muy escasas. Componer la totalidad del cuadro a partir reconstruir las experiencias del período posterior a la emancipación.'
de los registros locales sería una tarea de años. La obra de estos y muchos otros académicos alienta el optimismo sobre
En segundo Jugar, la cuestión de cómo entender los muchos senti- los posibles usos de los nuevos materiales manuscritos que están apare-
dos de la libertad había hecho estallar los límites de los estudios sobre ciendo en Cuba." Además, ya se ha hecho posible un rico debate com-
la esclavitud y de la historia social como los había entendido original- parativo con una sólida base monográfica.7
mente. Thomas C. Holt lo dijo claramente: no tenía sentido convertir- En el polo opuesto a la comparación transnacional se halla la inves-
se en campeón de la historia social en detrimento de la historia políti- tigación_ microhistórica, que es la más novedosa y quizá la más antigua
ca. No había la menor posibilidad de entender los cambios en la estrategia para emprender estudios sobre el período posterior a la eman-
naturaleza de la ciudadanía sin sumergirse en la política, e incluso, a cipación. Vassouras, el libro de Stanley J. Stein publicado hace ya más
menudo, en la política comparativa. Entre otras cosas, ello suponía de cuarenta años, fue un modelo de lo que ahora se denomina común-
mente microhistoria, precisamente porque planteó cuestiones de inter-
vérselas con la Guerra de Independencia cubana de 1895-98, un cam-
pretación fundamentales en el marco de una región muy circunscrita y
po minado desde el punto de vista de la historiografía que hasta enton-
apeló a diferentes tipos de evidencias locales." Varios estudiosos brasi-
ces había evitado con todo cuidado. '
leños han vuelto a adoptar este enfoque y han producido joyas de inves-
En tercer lugar, las cuestiones relativas a los sentidos y la identidad
tigación acuciosa." En lo que respecta a Cuba, la historia local es abun-
social no se acomodaban demasiado bien al nivel nacional y el análisis
dante, pero la micjohistoria rigurosamente orientada hacia problemas
totalizador. La selección de ejemplos ilustrativos no resolvería el pro-
. específicos es poco común.
blema, porque cualquier escéptico podía con toda razón preguntarse,
~in ei:nbar_go, ha comenzado a surgir en fecha reciente. Por ejemplo,
por ejemplo, cuán representativo era Rafael Iznaga. Ello parecía recla-
vanos historiadores han coincidido en la ciudad de Cienfuezos donde
mar también un análisis rnicrohistórico que se concentrara no sólo en . . o '
la exrstencia de un excelente archivo provincial en una importante re-
los detalles de casos individuales, sino en diferentes trayectorias vitales
gión azucarera crea las condiciones ideales para el trabajo en archivos y
en una zona específica. de historia oral, lo cual permite yuxtaponer y poner a dialogar los docu-
Durante los próximos quince años caminé al mismo tiempo en estas mentos con las memorias." El escrito de Rafael Iznaga en el cual recla-
tres direcciones, estrategia de investigación apasionante aunque algo i
ma una pensión de veterano está guardado en un archivo que queda a .i
temeraria. De ahí que cuando vuelvo a mirar La emancipación de los pocas mi! las del hogar actual de su sobrino Marce lino lznaga en el cen-
esclavos en Cuba tiendo a verlo a la luz de este trabajo aún no conclui- tral Pepito Tey, antiguo Soledad. Con la ayuda de un caballo o de un
do y de la ahora amplia historiografía nueva sobre las sociedades des- vehículo resistente resultaría posible inclusive ubicar el sitio en las már-
pués de la esclavitud.' genes del río Arimao donde se asentó Rafael Iznaga después de la zue-
Los impresionantes volúmenes de documentos compilados por el rra." En este contexto, lo "ordinario excepcional" puede trascender la
Freedmen and Southern Society de la Universidad de Maryland bajo la anécdota, y la propia naturaleza de las memorias puede convertirse en
dirección dé Ira Berlín y Leslie S. Rowland han transformado los estu- parte de la imagen de la libertad. '2
dios sobre la emancipación y la posternancipación en el Sur de los Esta- Una de las cosas que aprendí mientras escribía La emancipación de
dos Unidos.4 La aguda obra de varios historiadores brasileños, entre los los esclavos en Cuba fue que la pregunta sobre los sentidos de la liber-
·º ._}c\iales se encuentran Sidney Chalhoub y Hebe Maria Mattos ha puesto tad no tiene respuestas fáciles. o siquiera razonablemente difíciles. Las
'''evidencia que incluso en sociedades que carecían de Freedmen's
350 351

¡¡.-
''
respuestas siempre son muy difíciles. Pero eso, por supuesto, forma americanos, coordinado por Louis A. Pérez Jr., Marel García y Rebecca J. Scott.
La guía se publicará en español en Cuba por Ediciones UNIÓN. La edición ingle-
parte de lo que sustenta la empresa del historiador. También contribuye sa estará a cargo de la University of Pittsburgh Press.
a que el reto de reflexionar sobre los temas de raza, libertad y nación 7
Para un debate comparativo, ver Frederick Cooper. Thornas C. Holt y Rebecca J.
resulte tan apasionante para cubanos y estadounidenses. Scou: Bryond Slavery: Explorations o] Race, Labor ami Citizenship i11 Post-
Emancipation Societies (Chapel Hill: University of North Carolina Press. 2000).
REBECCAJ. SCOTI' Otros han establecido comparacionesen diversos términos. Ver Mary Turner (ed.):
JULIO 2001 From Chal/el Slaves to Wage Slaves: The Dynamics o] Labour Bargaining i11 the
Americas (Londres: James Curry. 1995): Frank McGlynn y Seymour Drescher
(eds.): The Meaning of Freedom: Economics, Politics, mu/ Culture after Slavery
(Pittsburgh: University of Pittsburgh Press. 1992).
NOTAS x Sranley J. Stein: Vassouras:A Brazilian Coffee County. 1859-/900 (Cambridge.
Mass.: Harvard University Press, 1957: republicado por Princeton University Prcss.
1985).
' Se dice que Victoriano, el hermano de Rafael Iznaga, fue mensajero de los rebeldes
"Ver las obras secundarias sobre Brasil citadas en Scott hOLT. Cooper, McGuinness:
cubanos durante la guerra de 1895-98. (Marcelino lznaga Suárcz Román, central
Societies after Slavery.
Pepito Tey, entrevistas con la autora, junio 1999; febrero 2000.) Quisiera agrade-
cer a Ira Berlín, Ada Ferrer, Thornas C. Holt, Aims McGuinness. Sidney W. Mintz, '" Las personas claves que iniciaron esta colaboración fueron Orlando García Martínez.
Peter Railron y Annc Scott sus valiosos comentarios sobre una versión anterior de director del Archivo Provincial de Cienfuegos, y Michael Zeuske. de la Universi-
este epílogo. y a Esther Pérez la traducción. dad de Colonia. en Alemania. Me uní a ellos alrededor de 1996 y organizamos una
conferencia académica en Cíenfuegos en 1998. Ediciones UNIÓN publicani en el
2 Se encontraban fundamentalmente en la Sección de Ultramar. Ver Franklin W. Knight:
S/c111e Society i11 Cuba during the Nineteentli Ce111111y (Madison: University of
2001 un libro con las ponencias presentadas en esa conferencia. titulado Espa-
cios. silencios y los sentidos de la libertad: Cuba, 1879-/9/2, coordinado por
Wisconsin Press, 1970).
Fernando Martínez Heredia. y Rebecca J. Scott y Orlando García Martíncz. En los
·' Para un panorama bibliográfico, ver Rebecca J. Scott. Thomas C. Holt, Prederick últimos tiempos varios estudiantes de doctorado han llevado adelante proyectos
Cooper, Aims McGuinness (eds.): Societies after Slavery: A Select Annotated de investigación con un significativo componente cienfucguero. Entre ellos se en-
Bihliograpliy of Printed Sources 0,1 tlie Britisli West ludies. British Colonial Afri- cuentran Alejandra Bronfman, de la Universidad de la Florida: Maria! Iglesias. de
ca, Soutli Africa, Cuba, and Brazll (University of Pittsburgh Press, en prensa. la Universidad de La Habana; David Sartorius, de la Universidad de North Caro-
2002). lina: Sarah Arvey, Kathleen López, Frank Gutidy, Shannon Dawdy y Adrián Burgos.
• Los volúmenes de Freedom: A Documentary History of Emancipation, 1861-1867 de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee. Airns McGuinness. de la Universi-
han sido publicados por Cambridge University Press e incluyen Ira Bcrlin (ed.), dad de Michigan, ha colaborado en la realización de entrevistas de historia oral en
Joseph P. Reidy y Leslie S. Rowland (eds. as.): The Block Mdiuu» Experieuce, la región. Un grupo de diecisiete investigadores. cubanos y residentes en los Esta-
1982; Ira Berlín, Barbara J. Fields, Thavolia Glyrnph. Joseph P. Reidy y Leslie S. dos Unidos. se reunieron en junio de 1999 para trabajar en el Archivo de Cien fuegos
Rowland (eds.): The Destruction o.f Slavery, 1985; Ira Berlin. Thavolia Glymph. en torno a debates e investigaciones sobre cuestiones de raza y nacionalidad en
Steven F. Miller, Joseph P. Reidy, Leslie S. Rowland y folie Saville (eds.): The Cuba.
W(lrtimeGenesis of Free Labor: The Lower South; e Ira Berlín, Steven F. Miller. " "Pensión interesada por Rafael lznaga como soldado del Ejército Libertador [ 1926]".
Joseph P. Reidy y Leslie S. Rowland (eds.): The WartimeGeuesis of Free Labor: folio 79. libro 19, legajo 148. Juzgado de la Primera Instancia de Cienfuegos.
T/1e Upper South, 1993. Archivo Provincial de Cienfuegos. Cienfuegos. Cuba. La reclamación de pensión
i Ver Sidney Chalhoub: Visoes da liberdade: Um(I historia das ultimas decadas da sugiere una fecha de nacimiento en 1874 ó 1776. lo que podría indicar que Rafael
escravidáo 11a Corte (Sao Paulo: Companhia das Letras. 1990); y Hebe Maria lznaga era un liberto al nacer. como resultado de la Ley Moret. No obstante, es
Manos: Das cores do silencio: os significados da liben/cu/eno sudeste escravista-« posible que sus padres le hayan pagado una compensación al amo por los años de
Brasil século xtx (Rio de Janeiro: Arquivo Nacional, 1995). servicios adecuados a fin de obtener su libertad plena. marcelino Iznaga recuerda
e, '' La ubicación y consulta de manuscritos cubanos se verá facilitada por la gufa de
·· archivos regionales cubanos que .prepara un equipo de estudiosos cu barios y norte-

352 353
=:.

que con posterioridad Rafael lznaga vivió en un pequeño sitio llamado La Güira,
cerne de Arirnao. (Entrevistas c.:on la autora. junio 1999; febrero 2000). ·
BIBLIOGRAFÍA
11
Sobre el concepto de "ordinario excepcional" -que también podría cxpresarsecom-,
"excepción ordinaria" - ver Jacques Revel (ed.): Jeux d'échelles: La 111icm-a11alvse
á l'csperience (París: Gallimard/Le secu, 1996). p. 31. La frase que Revel em- COLECCIONES DE MANUSCRITOS
plcu, tomada de la obra de Edoardo Grendi, es la de "cxccprionncl normal". Revcl
apunta con cierta mordacidad que ella ejerce la fascinación de un concepto que a
cualquiera le encantaría usar si supiera cómo definirlo. Para mi intento de revisar
Cuba
la cuestión de la libertad mediante un estudio microhistórico, ver "Reclaiming ARCHIVO NACIONAL DE CUBA, LA HABANA
Gregoria's Mule: The Meanings of Freedom in thc Arirnao and Caunao Val leys. Como sería de esperarse, este archivo es la mejor fuente de documenta-
Cicnfucgos, Cuba. 1880-1899", e11 Past and Present (en prensa). Una versión ción sobre la historia cubana del siglo xrx. Muchos de sus fondos están
aparecerá en español con el título ele "Reclamando la mula ele Gregaria Quesada:
indizados y catalogados.
Cuba ( 1880-1899)". en Fernando Martínez et al.. Espacios,silencios, pp. 23-52.
Consejo de la Administración: Esta colección incluye discusiones esencia-
les de la política seguida y numerosas apelaciones legales. Especialmen-
te útiles para el estudio de la emancipación fueron los legajos que contie-
nen juicios legales relacionados con los esclavos o patrocinados y sus
amos (legs. 59, 60, 64, 65, 68, 69, 70, 71, 76, 82, 85, 92, 95, 99), y los
que contienen debates sobre los cabildos de nación (Iegs, 8, 44, 58, 76 ).
Fondo Valle: Esta sección contiene materiales complementarios de los
del Fondo Valle-Iznaga del Archivo Provincial de Sancti Spírítus
(véanse más adelante). En el ANC existe un inventarío mecanografia-
do de los documentos de la familia Valle que se encuentran en este
fondo.
Gobierno General: Esta sección duplica algunos ele los materiales polí-
ticos de la Sección de Ultramar del Archivo Histórico Nacional de
Madrid (véase más adelante). Pero también incluye detallados datos
de apoyo pertinentes para la discusión de las políticas entre La Haba-
na y Madrid. Fueron en especial útiles los legajos que contienen in-
formación sobre el patronato (legs. 163, 271, 272, 273, 275, 366),
los que contienen listas de la población (legs. 271, 275) y los que se
refieren a organizaciones afrocubanas (leg. 100).
Miscelánea de Expedientes: Esta "miscelánea" extraordinaria contiene
expedientes legales, resultados manuscritos de los censos, documen-
tos gubernamentales y otros materiales diversos. En el archivo se
encuentra un inventario mecanografiado de su contenido en varios
volúmenes. Los legajos más importantes para este estudio fueron los
que contienen estadísticas y censos de población (entre ellos los legs.

354 355

También podría gustarte