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Mariana Pamela Abreu Hernández

Fechan de Entrega: 11 de septiembre


Alfredo López Austin y Leonardo López Lujan, El pasado indígena,
México, El Colegio de México-Fondo de Cultura Económica, 2001, pp.
116-133.
La lectura nos empieza hablando de la ciudad más célebre del clásico, exacto
Teotihuacan. En la lectura nos relata que el Valle de Teotihuacan se beneficia
de flujo de agua, los cuales son loa ríos San Juan, San Lorenzo y Huixulco y en
la época prehispánica el lago de Texcoco llegaba a las planicies de Acolman.
Por estas causas y dejando de lado su potencial agrícola se sumaba el recurso
mineral más importante de la época la obsidiana, con este material los
teotihuacanos elaboraron toda clase de utensilios. Obtenían obsidiana de las
proximidades de Otumba y del pequeño volcán de Tulancingo, también tenían
las minas de la Sierra de las Navajas y en la región también obtenían arcilla de
excelente calidad. Otra condición muy favorable para su desarrollo urbano fue
la posición del valle, ya que por ahí estaba el paso más directo de la ruta
comercial entre el Golfo de México y la cuenca y lo ultimo que nos menciona el
texto son las numerosas cuevas, que se convirtieron en santuarios. De hecho
el texto nos comenta que la Pirámide del Sol fue construida a fines del
preclásico sobre una de estas cuevas subterráneas.

Para Miccaotli (150-250 dC) la primera fase del clásico Teotihuacan puede
considerarse una verdadera ciudad, no creció en extensión pero si en densidad
y complejidad ya que se vivía un momento de florecimiento comercial; hay
vestigios de que la obsidiana teotihuacana llegaba hasta Belize. De esta época
es la construcción del eje norte-sur y que después los mexicas nombraron El
camino de los muertos.

En la fase Tlamimilolpa (250-400) aumento la población Teotihuacana y se


construyó la plaza de la Pirámide de la Luna, el templo de los caracoles
Emplumados y el Gran Conjunto, también se puede notar que el carácter
Cosmopolitan de esta ciudad tiene evidencia de un barrio oaxaqueño por lo
que se puede deducir que en el Valle de Oaxaca hubo una fuerte presencia
teotihuacana, un dato interesante que nos da el texto es acerca de la influencia
artística, en la fase Tlamimilolpa la cerámica de lujo conocida como Anaranjado
Delgado fue distribuida mayormente por los teotihuacanos.

La siguiente fase que nos exponen es Xolalpan (400-550) se le conoce como la


fase de mayor esplendor, su población llegó aproximadamente a una medida
de 125 000 habitantes. Millon afirma que Teotihuacán se había convertido en la
sexta ciudad más grande del mundo en lo que se refiere a población hacia el
año 600.

La última fase del clásico teotihuacano fue Metepec (550-650) en esta fase fue
la decadencia, tanto de su población como de su ciudad, ya que existen
indicios de que el centro de la ciudad fue incendiado y saqueado, a pesar de
esto sus dimensiones la situaban aún como el centro más importante del
altiplano Central y este título lo conserva por dos siglos más (Fases Oxtotícpac
y Xometla).

El siguiente punto que nos menciona el texto es acerca de la relación


campo/ciudad; Sanders lo ve desde el punto de las transformaciones del
asentamiento, la organización política y la agricultura hidráulica. Y algo que me
llamo mucho la atención fue que los teotihuacanos practicaban el barbecho,
esto es la práctica donde se quema la hierba para abonar la tierra y permite
sembrar dos o tres años consecutivos.

La alimentación basada en el maíz, el frijol, la calabaza y el chile, etc. era


complementaria con productos de recolecta, caza y pesca, sin olvidar que estar
cerca del lago les proporcionaba sal. Aunque tenían una excelente producción
de alimentos su auge económico no dependía de esto, como antes
mencionamos su auge era la exportación de la obsidiana. Se han encontrado
por toda la ciudad talleres especializados, aparte del famoso vidrio volcánico,
también trabajan materiales como el basalto, arenisca, pedernal, etc. El propio
texto nos señala un ejemplo de estos talleres antes mencionados, se encontró
uno en Tlajingam, donde se manufacturaban hornos excavados en tepetate,
cazuelas,e tc.

No hay que olvidar la cerámica Teotihuacana que es muy rica en formas y


decoración, se generalizo el uso de moldes, llegaron las figurillas humanas con
grandes cabezas planas, rapadas total o parcialmente y también se fabricaron
recipientes con particulares formas que llevarían este estilo Teotihuacano a
toda Mesoamérica, un ejemplo sería los célebres cajetes con un cuerpo
cilíndrico con paredes muy delgadas y patas en forma de “almena” y muchas
veces estos eran decorados con compleja simbología geométrica y formas
naturalistas.

Hablando de su arquitectura Teotihuacán tenía un orden rígido, la simetría y los


elementos daban la idea de que la ciudad terrenal era una réplica al arquetípico
divino; la arquitectura pública también correspondía a una estructura igualmente
monumental y su estilo geométrico provocaba imágenes de animales y dioses
que eran asociados al mundo acuático y a la fertilidad. Su mancha urbana era
dominada por los dos templos, el primer templo ubicado en el extremo norte de
la calzada llamada “Pirámide de la Luna”, al Sur no muy lejos se encuentra el
mayor edificio “Pirámide del Sol”. Sabemos que el templo alude al mito de
creación del tiempo y a su figura principal la Serpiente Emplumada. Y por último
nos habla de uno de los modelos arquitectónicos más interesantes y era el
llamado Complejo de Tres Templos.

Es bien sabido que había análisis de los materiales arqueológicos contamos con
estudios sobre sus prácticas funerarias, los objetos usados y producidos por sus
moradores y las pinturas murales, estos datos nos llevan a suponer que dos o
más conjuntos tenían una unidad etnia o profesión/culto.

Uno de los últimos puntos de los que toca la lectura es acerca del Oaxaca en el
clásico; en toda el área se extendieron capitales que eran asentamientos donde
se levantaron templos, palacios, juegos de pelota y otros edificios ciclópeos
(construcciones antiguas). Que muestran ciudades que centralizaban el poder
político y religiosos de territorios jerarquizados según su importancia, este
periodo tuvo su esplendor en el clásico mesoamericano. Las zonas oaxaqueñas
conocidas arqueológicamente como la Mixteca Alta (fase flores), y Valle de
Oaxaca (Fases Monte Albán IIIA y III-IV) en las cuales hubo un gran incremento
en el tamaño y numero de los asentamiento, un ejemplo es el valle de
Nochixtlán donde se registraron 35 sitios que pertenecían al preclásico y 113 del
clásico; aun así el urbanismo que destaca es la cuna Zapoteca cuyo sitio se
aproxima tenia una población de 500 y 3000 habitantes que pertenecían al
segundo o tercer nivel de jerarquía. Por ejemplo, Monte Albán que se ubicaba
en un cerro careció de grandes avenidas y caminos, pero dominaban la comarca
agrícola, tenían grandes fuentes de abastecimiento de agua, cal, arcilla, sal y
pedernal; su supremacía política, económica y religiosa son las riquezas y la
monumentalidad de sus templos y palacios. Se puede decir que Monte Albán se
dividía en 15 grandes barrios por las ruinas hoy en día deducimos que se
distribuían en terrazas habitacionales, su tamaño y calidad variaba en relación
con la calidad de sus residentes. De hecho, en la residencia considerada para
los nobles (población entre 2% y 4%) se descubrieron tumbas espectaculares
(tumbas reales) ya que sus muros interiores tienen imágenes de dioses y
antepasados del linaje y dentro de ellas tendrían uno o dos restos de individuos.
Junto a estas tumbas se encontraban glifos (con valor fonético, silábicos,
calendáricos) tallados en estelas, lapidas, etc. Por cierto, cada tumba fue hecha
con grandes losas a fin de que resistiera el enorme peso de los templos o
palacios que tendrían arriba de ellas.

Hoy en día sabemos que Teotihuacán fue una ciudad Pluriétnica, es poco lo que
se sabe del resto de las sociedades de los demás valles, pero en general todas
ellas vivían a la sombra de Teotihuacán y Monte Alban, que como observamos
ene le ultimo capitulo era enorme la diferencia a nivel traza urbana; aún tenemos
el enigma del porque a pesar de ser la ciudad más poderosa de su tiempo no
desarrollo a fondo la escritura, el calendario, las matemáticas, la astronomía y el
arte de la representación.

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