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MÓDULO: METODOLOGÍA DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

EL PROCESO DE PLANIFICACIÓN

1. Marco teórico

Son los presupuestos teóricos de la planificación, donde se abordan los


conocimientos técnicos acerca de la realidad social, el funcionamiento
del ser humano y las técnicas adecuadas para la intervención.

2. Análisis de la Realidad

A partir del marco teórico, es preciso conocer de manera precisa cuál es


la realidad actual que se pretende modificar.

3. Diagnóstico

El diagnóstico consiste en describir la realidad, haciendo referencia a las


causas que provocan dicha situación. Implica interpretar, formular
hipótesis, que definan las relaciones entre las causas y los efectos.
Sabiendo el “por qué”, podemos saber “cómo” hay que intervenir.

Además, el diagnóstico es un proceso abierto, que se centra en tres


momentos:

 Antecedentes: determinar de dónde viene el problema.


 Presente: realizar un estudio de dónde estamos.
 Pronóstico: proyectar hacia dónde va la situación.

La clave del diagnóstico está en seleccionar adecuadamente el núcleo


de intervención. Para ello podemos utilizar un método que combina estas
cuatro variables:

A: Magnitud: número de personas afectadas por el problema,


con relación a la población total
B: Severidad: este componente contiene elementos subjetivos
y objetivos, que podemos concretar a través de preguntas como:

- ¿Este problema es considerado técnicamente como grave?


- ¿Este problema es considerado socialmente como grave?
- ¿Se ven afectadas la totalidad de las dimensiones personales
de aquellos que son perjudicados directamente por el
problema?
- ¿Es un problema que se arrastra desde hace tiempo?
- ¿Es un problema que no se ha solucionado con otras
propuestas anteriores?
- ¿Si no se soluciona se vería comprometido seriamente el
desarrollo personal y social de los afectados?

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C: Eficacia: entendida como la viabilidad o posibilidad de


resolución del problema.
D: Factibilidad: alude a los factores que permiten considerar
globalmente el problema y su posible solución. Estos factores son:

- Pertinencia: si es el momento adecuado, política, social y/o


técnicamente para afrontar la intervención.
- Factibilidad económica: si disponemos de la capacidad
para generar u obtener los recursos necesarios.
- Disponibilidad de recursos: si los recursos existen aunque no
se disponga de ellos en el momento.
- Legalidad: obviamente todas las intervenciones deben
hacerse desde la legalidad.
- Aceptabilidad: si el grupo afectado está de acuerdo con
una posible intervención sobre el problema.

4. Planificación

La planificación es el proceso de adecuación del uso de los recursos para


la consecución de los objetivos propuestos en un sistema espacio
temporal determinado. La planificación se puede clasificar según
distintos criterios.

o Dimensión temporal: corto, medio o largo plazo.


o Dimensión espacial: ámbito local, regional o nacional.

Los niveles de la planificación son:

 Planificación Normativa. Se determina mediante normas


administrativas que diseñan un modelo ideal de sociedad. Tiene
un carácter político y en ella se fijan los límites de la intervención
social. Por ejemplo, la política social, educativa, laboral, etc.

 Planificación Estratégica. Permite desarrollar los principios de la


planificación normativa, estableciendo las “estrategias” de
trabajo, los objetivos y las acciones a desarrollar. S distinguen tres
niveles, de mayor a menor concreción:

- El plan determina las líneas de acción, contextualiza la


planificación normativa a un territorio y un tiempo
concreto. Su duración suele ser entre 3 y 10 años. Suele
estar diseñado por niveles políticos con asesoramiento de
profesionales y técnicos.

- El programa surge del ajuste del plan a una situación


concreta, marcando los objetivos en categorías
genéricas, referidas a un sector concreto de población, o

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bien a un territorio delimitado. Dichos objetivos que se


marcan en el programa serán los que posteriormente el
proyecto va a desarrollar. La duración suele estar entre 1
y 3 años.

- El proyecto desarrolla los programas y determina las


acciones. Suele durar un año.

 Planificación Operativa. Es la planificación interna de los


proyectos, pues nos dice cómo tenemos que intervenir, cómo
repartimos las tareas y cómo tienen que desarrollarse las
actividades.

En cuanto a la técnica de planificación, utilizaremos el llamado método


de las nueve cuestiones propuesto por Ander-Egg, profundizando en la
fundamentación de la intervención e incluyendo la evaluación como
parte del proceso de planificación.

5. Documento del proyecto

En cuanto al aspecto formal del proyecto, es preciso cuidar el tipo y


tamaño de la letra, el interlineado, la calidad del papel y de la impresión
y, por supuesto, su encuadernación.

La extensión del proyecto estará determinada por sus propias


características. De manera general, no debe ocupar más de 15 o 20
folios. Si se desean incluir tablas o anexos se añadirán siempre al final.

El índice puede ir tanto al principio como al final.

Los apartados que ha de incluir el documento del proyecto son:

Portada
1. Fundamentación y naturaleza
2. Objetivos
2.1. Generales
2.2. Específicos
2.3. Metas
3. Metodología
3.1. Principios metodológicos
3.2. Estrategias organizativas
3.3. Estrategias de intervención
4. Actividades
5. Temporalización
6. Localización
7. Destinatarios

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8. Recursos
8.1. Humanos
8.2. Materiales
8.3. Económicos. Presupuesto.
8.4. Financieros
9. Evaluación
9.1. Momentos del control
9.2. Indicadores
9.3. Técnicas e instrumentos

Portada

En la portada debe figurar el título. No hay que confundir título con el


enunciado del problema (Proyecto de orientación para la inserción
laboral de jóvenes inmigrantes no regularizados). Un título correcto
sería «Creación de un centro joven de orientación sociolaboral».

En la portada también hay que hacer referencia a:

- Quien diseña el proyecto. Si es una entidad, asociación,


cooperativa o empresa, quien lo presenta no es necesario indicar el
nombre de los autores materiales del proyecto, ya que lo elaboran en
nombre de la entidad. Si se trata de particulares hay que indicar el
nombre y la titulación.

- Plan y Programa de referencia. En el caso de que el proyecto se


inscriba en un plan y un programa hay que hacer referencia a ellos.

Fundamentación y naturaleza

Se corresponden a las preguntas de por qué se quiere hacer


(fundamentación) y de qué se quiere hacer (naturaleza). Se trata de
argumentar la necesidad de desarrollar el proyecto, su justificación,
para seguidamente proponer la solución que se considera más
adecuada.

Esta parte no debe ocupar más de 1 o 2 hojas y puede realizarse de


la siguiente manera:

- Partir del análisis de la realidad, expresado con una


terminología neutra y precisa.
- Hacer una valoración diagnóstica, en la que se formulará una
hipótesis que explicará por qué ocurre dicha situación.
- Y finalmente, proponer una solución sobre lo que se quiere
hacer.

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De esta forma se enlaza la necesidad de desarrollar un proyecto con


el proyecto concreto que se presenta.

Para definir la naturaleza del proyecto basta con imaginar el cartel


que se pondría en el lugar donde se va a desarrollar. Por ejemplo:
taller de habilidades sociales, centro de capacitación, punto de
encuentro...

Las razones para desarrollar este proyecto y no otro, se pueden basar


en que no existe el recurso para atender la necesidad, o existe, pero
es insuficiente, o urge la creación del recurso por causas sociales,
políticas o técnicas.

Puede ser útil incluir referencias al programa y plan donde se inscribe


el proyecto, así como una referencia al impacto que se pretende
conseguir. El impacto es la finalidad última para el desarrollo del
proyecto, y coincide con los objetivos del programa o plan. La
finalidad se centra en para qué se quiere realizar el proyecto y está
marcada por el plan, o por las leyes. Por ejemplo, la ley de los servicios
sociales de la Comunidad de Madrid hace referencia a que tiene
como objetivo la eliminación de las causas que conducen a la
marginación. Pues este enunciado es una finalidad.

Por otro lado, si se desea incluir algún anexo o tabla se deben ubicar
al final.

Objetivos

Los objetivos hacen referencia al qué queremos conseguir y deben


estar perfectamente definidos. Se diferencian de forma clásica en
objetivos generales y objetivos específicos.

Los objetivos generales aluden a la esfera del ser, pues conducen a


la adquisición de capacidades asociadas a cambios personales,
como pueden ser los valores. Los objetivos específicos se sitúan en la
esfera del hacer, y llevan a la adquisición de capacidades que
permitan obtener ese cambio establecido en el objetivo general.

Se trata de hacer (objetivo específico) para ser (objetivo general):


por ejemplo, adquirir ciertas habilidades laborales (objetivo
específico) para lograr la inserción social de un determinado
colectivo (objetivo general).

Los objetivos generales suelen estar definidos por los programas. Hay
que formularlos siempre en positivo y en modo de infinitivo. Así, los
verbos que impliquen una adquisición instrumental (dotar, capacitar,
proporcionar...), son adecuados para redactar objetivos específicos,

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mientras que los verbos de cambio de situación vital (mejorar, crecer,


desarrollar...), pueden usarse para los objetivos generales.

Como requisitos, los objetivos deben ser alcanzables (que realmente


se puedan lograr), posibles (según los medios de los que se dispone)
y pertinentes (relacionados con la naturaleza del proyecto).

En cuanto al número de objetivos, como pauta general, el proyecto


ha de tener uno general, y dos o tres específicos.

Respecto de las metas del proyecto, se refieren a la cuantificación


de los objetivos específicos, es decir, cuánto de los objetivos
específicos deseo conseguir con el desarrollo del proyecto. Por
ejemplo, si el objetivo es fomentar el asociacionismo juvenil, se puede
establecer como meta, incrementar en un 50% el número de
asociaciones.

Por cada objetivo específico se pueden formular dos o tres metas. Al


formular las metas podemos hacer referencia al tiempo que nos
marcamos para conseguirlas. Además, las metas también ayudan a
definir los indicadores de evaluación.

Metodología

Se refiere a la forma específica y única que tenemos de desarrollar el


proyecto y va a depender de cuáles sean los objetivos, destinatarios,
etc. Asimismo, la metodología estará determinada por el
posicionamiento teórico, la formación y los valores personales de
quienes elaboran el proyecto.

- Principios Metodológicos. Son la fundamentación teórica del estilo


de intervención. Algunos de estos principios son: partir de las
necesidades e intereses, cooperación, creatividad, trabajo en
equipo, motivación, flexibilidad, integración, diversión, prevención,
actividad, concienciación, transversalidad, …
- Estrategias organizativas. Consiste en establecer de qué modo se
va a organizar o cómo se va a coordinar, no sólo el equipo del
proyecto, sino también con otras entidades.
- Estrategias de intervención. Alude a cómo se va a desarrollar la
intervención (fases, tipo de actividad, …).

Actividades

En este apartado es conveniente poner una relación de las


actividades que se van a realizar, citando la actividad y haciendo
una breve descripción de cada una de ellas.

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Temporalización

La forma más sencilla de representar gráficamente la distribución


temporal de un proyecto es mediante un cronograma. Uno de los
más usados es el diagrama de Gantt, que sirve no solo para distribuir
el proyecto en el tiempo, sino también para controlar su
cumplimiento. Las actividades se indican con colores.
La unidad más usada para la distribución temporal es la semana,
aunque en función del proyecto también pueden ser días naturales.

Localización

Se distinguen dos tipos de localización:


- Macrolocalización. Es el área (barrio, pueblo, …) donde se va a
implementar el proyecto.
- Microlocalización. Es la zona específica de intervención directa y el
lugar físico de realización del proyecto.
En ambos niveles se puede presentar un documento a través de
mapas y otros complementos gráficos, que se pueden incluir como
anexos.

Destinatarios

Podemos diferenciar entre población diana (aquellos que van a


desarrollar el proyecto) y población de impacto (aquellos que son
influidos por el desarrollo del proyecto).

En cuanto a la población diana, hay que señalar el número de


participantes, qué características tienen y con qué criterio se van a
seleccionar.

Recursos

- Humanos. Es preciso identificar el número de profesionales, su


cualificación y tipología (sexo, edad, conocimientos específicos,
función, …).
- Materiales: de infraestructura, inventariables y fungibles.
- Económicos. Hay que considerar como coste todo aquel material
o recurso que sea necesario para desarrollar el proyecto. Deben
constar los gastos por partidas generales (gastos de personal,
material de oficina, transporte, …).
El presupuesto debe ser real y, a ser posible, incluir la relación
coste/usuario. Si los destinatarios son menores, han de estar
protegidos con un seguro de responsabilidad civil, que debe figurar
como gasto.

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- Financieros. Normalmente este tipo de proyectos suele estar


financiado por varias instancias: ayuntamientos, administraciones
autonómicas o estatales, obras sociales, asociaciones y/o
fundaciones.

Evaluación

El diseño de la evaluación es una parte más del proyecto que sirve


para conocer cómo se puede intervenir de una forma más eficaz y
eficiente.

Para ello es necesario articular los mecanismos que permitan


controlar el desarrollo del proyecto (evaluación procesual) y definir
cómo se van a medir (instrumentos e indicadores) los logros
conseguidos mediante la intervención (evaluación de resultados).

Respecto a la evaluación del proceso hay que establecer los


momentos de control (diarios, semanales, quincenales, …), en
función del proyecto.

Las técnicas elegidas para la recogida de la información pueden ser


la observación, entrevista individual o grupal, grupos de discusión,
análisis comparativo, … y los instrumentos utilizados son cuestionarios,
plantillas de datos, listados de faltas, ...

Para medir el grado del cumplimiento de los objetivos marcados, es


imprescindible usar indicadores de evaluación, los cuales deben ser
objetivables, cuantificables y comparables (nº de veces que se da
determinada situación, nº de entrevistas que una persona realiza en
búsqueda de empleo, ...). En este sentido, resulta útil volver la vista al
punto de los objetivos operacionales (las metas) y reconvertir el
contenido de las metas en indicadores de evaluación.

Por último, se puede incluir una valoración global (puntos fuertes y


débiles) así como señalar una propuesta de mejora.

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