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Informe:
Acoso escolar y sexualidad infantil
La edad escolar se caracteriza por ser compleja y una transición difícil tanto para los mismos
niños como para las figuras de autoridad que acompañan su proceso de crecimiento y
formación. La maduración de la parte de su cerebro encargada de la planeación, el
razonamiento y la toma de decisiones no ha completado, pero sí la parte con la que sienten
sus emociones. Debido a lo anterior, los niños son impulsivos y se desbordan
emocionalmente. Esto se evidencia en la etapa escolar.
Entre los problemas más comunes durante esta fase es el acoso escolar, el cual se ha
convertido en uno de los temas más polémicos de los últimos tiempos. De acuerdo con
Marcela y Murillo (2011): “Se trata de situaciones repetidas y permanentes de injusticia y
abuso de poder (psicológico o físico), que implican consecuencias distintas, aunque
igualmente preocupante. (p.11)” Así, el bullying, como se le conoce en inglés, se caracteriza
por un abuso de poder y un deseo de intimidar y dominar al otro. Sucede entre una o varias
personas, dejando a la víctima totalmente indefensa. Y de alguna manera, el acoso también
afecta a los demás compañeros que son espectadores o testigos, pues al ver este fenómeno
como algo “natural” hace que la población se insensibilice ante la violencia. Más que un
incidente aislado, el acoso es un patrón de comportamiento. Los niños que acosan a otros
suelen tener a un estatus social más alto o una posición de poder, es el caso de niños que son
más grandes o fuertes o considerados “populares”.
Examinar las causas de esta problemática no solo enfrenta a las autoridades educativas, sino
a la comunidad en general, ya que involucra facetas legales, educativas, de carácter espiritual,
emocional, psicológico, basándose en los valores que priman en nuestra sociedad, sugerir
cambios en los reglamentos y las leyes de educación, donde las familias sean integradas en
este cambio mediante la reafirmación en sus valores, su reeducación en su identidad y
autoestima
Estos comportamientos no se limitan al entorno escolar, también pueden ocurrir durante las
excursiones, actividades extraescolares, en el camino a casa o a la escuela o, incluso, a través
de las redes sociales o internet, lo que se conoce como ciberacoso o ciberbullying. De hecho,
este tipo de acoso va en aumento y tiene la peculiaridad de que se puede producir en cualquier
momento del día. El acoso escolar afecta a niños y adolescentes sin distinción de sexo o
edad y está presente tanto en zonas desfavorecidas social y económicamente como en
ámbitos de clase social media y alta. Entre desencadenantes que se describen a continuación:
Falta de gestión del estrés o malestar. Su conducta conduce a una falta de gestión
del estrés o el malestar y esa frustración causa las acciones violentas.
Reconocimiento y aceptación. El agresor busca reconocimiento y aceptación
mediante la violencia escolar. Dentro de este comportamiento agresivo existe un
factor instrumental que tiene como fin obtener un beneficio social o de poder grupal.
Entorno familiar. La conducta agresiva también puede ser causada por un entorno
familiar poco favorable, donde se den situaciones de tensión familiar, una mala
situación socioeconómica, mala organización o una educación deficiente.
Malos referentes. Malos modelos educativos de referencia. Las causas del acoso
escolar pueden residir en modelos educativos distorsionados, con ausencia de valores,
de límites y de normas de convivencia.
Violencia como castigo. Es posible que los agresores hayan recibido castigos
violentos o intimidatorios por un error o equivocación, de esta forma el acosador
aprende a resolver problemas y dificultades a través de la violencia.
Para reconocer a una víctima de acoso escolar hay que fijarse en estos puntos:
El acoso escolar es un tema muy serio con consecuencias graves para las víctimas y su
entorno. Por esta razón es importante que los docentes o cualquier profesional dedicado al
ámbito educativo esté bien formado para poder afrontar estas situaciones de la manera más
eficaz posible, paliando los efectos negativos y ofreciendo lo más pronto posible una solución
al problema de la violencia en las aulas. Además, es importante que todos los implicados
trabajen para frenar el acoso escolar, ya que al enfrentar estas situaciones, la escuela ha de
tener un plan establecido en base al cual actuar para proteger a la víctima y solucionar el
problema de manera eficiente.
Otro de los problemas que se afrontan en el ámbito escolar es el abordaje sobre la sexualidad
infantil. Se sabe que la infancia es la etapa de la vida que se caracteriza por la curiosidad, la
exploración, la observación y el descubrimiento. Los niños, jugando y experimentando, se
van conociendo a sí mismos y al mundo que les rodea. Por ello, el comportamiento sexual
del niño le permite desarrollarse y adaptarse a su entorno mediante:
El sentido y los significados que niñas y niños dan a sus descubrimientos y juegos sexuales
poco tienen que ver con los dados por las personas adultas. Sus actividades sexuales se basan
en motivos diferentes. Por ello, es importante no interpretar las expresiones de su sexualidad
desde esa óptica y esa experiencia de personas adultas y atribuirles significados que no tienen.
Son múltiples y de gran trascendencia las cuestiones referidas a la sexualidad que están
presentes desde el nacimiento y en la primera infancia. Para reforzar estos descubrimientos,
es importante:
No asustarse ante los juegos de “médicos” o “novios”; en general, no hay que dar
demasiada importancia a estos juegos (siempre y cuando no se hagan daño, ni tengan
sentido sexista o agresivo, o alguno de los dos no quiera jugar). su objetivo no es
erótico, tal y como lo ven los adultos. Es una forma más de aprender y relacionarse.
La educación sexual, a pesar del siglo en el que se está, sigue siendo un tema tabú, sobre todo
cuando se habla de estudiantes de prescolar o primaria. Y es que existen ciertos temores
respecto a hablar abiertamente en el colegio y con los alumnos. A esto hay que añadirle que
la sexualidad puede aparecer tergiversada en los medios de comunicación o en las redes
sociales, que hace que se refuerce todavía más el miedo a dar respuestas a sus inquietudes.
La educación sexual va mucho más allá ya que las enseñanzas que se adquieren son las
referencias para crecer sin miedos, respetarse y para aprender a ser seres sexuados. Si se
tuviera mucho más en cuenta todo esto, y se impartiera una educación sexual de calidad
habiendo más formación para los docentes, se podría evitar muchas de las cosas que causan
más preocupaciones en los padres.
A una edad muy temprana, los niños empiezan a explorar y a vivir situaciones muy complejas
para ellos, es por esa razón que se necesita de un excelente acompañamiento de todo su
entorno, bien sea sus padres y /o familiares así como también de sus educadores y todo el
personal de las instituciones a la cual asisten. De esta forma, es más fácil erradicar situaciones
que puedan traer resultados negativos a sus vidas Como adultos, la responsabilidad es
guiarlos con madurez y cariño para que alcancen su resiliencia y llevar a cabo una educación
satisfactoria que impulse lo mejor de ellos.