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Mónica Urioste – 4534625-3 - 2doB2 Historia IPA 2023 – Didáctica I – Docente: Prof.

Federico Lanza

El Plebiscito de Reforma Constitucional de 1980 en Uruguay


Clase del viernes 27 de octubre de 2023.

1. Condiciones contextuales específicas (grupales y educativas)

Mi práctica se desarrolla en el Liceo Nro3 Dámaso Antonio Larrañaga, en el grupo de 4to4, los
días lunes de 07:30 a 08:40 (sin recreo) y los viernes de 08:45 a 09:20 y de 09:25 a 10:05. La
clase de visita será el viernes 11 de agosto de 08:45 a 09:20.

El 4to4 es un grupo de 39 alumnos en lista, pero por lo general asisten entre 18 y 25


estudiantes por clase. Se caracteriza por ser un grupo tranquilo en cuanto a la conducta. En
cuanto a la participación en clase, por lo general siempre hablan los mismos cuatro o cinco
alumnos. No puedo atribuir con certeza el motivo de la no participación, puedo suponer que es
por falta de lectura previa, o por falta de interés o gusto por la materia, o siendo más extrema
puede ser apatía, o porque no le encuentran el sentido a asistir a clases.

Por otro lado también me pregunto qué he hecho yo para motivar la participación de los
estudiantes y la respuesta es que no mucho más allá de preguntarles si tienen dudas o si
quedó claro lo que dije. Mis observaciones de las clases me han llevado a la conclusión de que
no dan cuenta de que lean previo a la clase o de que vean algún video (Jorge ha subido varios a
CREA) y eso me ha llevado a intentar brindarles la información que, según entiendo, ya
debieran tener y en este intento he fracasado en fomentar la participación. Podrías probar
mandarles responder algunas preguntas sobre un material escrito o un video antes de la clase
para que cuando comiences la clase lo corregis así tienen una nota, algo que suele motivarlos,
y tienen información para poder participar en clase (y de paso también tienen otra nota como
oral).

Fenstermacher dice:

Hay una gama de actividades vinculadas con la condición de alumno que complementan las
actividades de la enseñanza. Por ejemplo, los profesores explican, describen, definen, refieren,
corrigen y estimulan. Los alumnos repiten, practican, piden ayuda, repasan, controlan, sitúan
fuentes y buscan materiales de estudio. La tarea del profesor consiste en apoyar el deseo de R
de «estudiantar» (ser estudiante) y mejorar su capacidad de hacerlo. Cuánto aprenda R del
hecho de ser un estudiante es en gran medida una función de la manera en que «estudianta»…

Las tareas del enseñante incluyen instruir al estudiante acerca de los procedimientos y
exigencias del rol de estudiante, seleccionar el material que debe aprender, adaptar ese
material para adecuarlo al nivel del estudiante, proporcionar la serie más adecuada de
oportunidades para que el estudiante tenga acceso al contenido (es dentro de esta tarea
donde yo incluiría la motivación), controlar y evaluar el progreso del estudiante, y ser para el
estudiante una de las principales fuentes de conocimientos y habilidades. Estas tareas se
parecen mucho a las que la bibliografía en general presenta como las tareas propias de la
enseñanza. Hay, sin embargo, una diferencia importante. En este nuevo esquema, se sostiene
que el profesor es importante para las actividades propias de ser un estudiante (el hecho de
«aprender» entendido como tarea), no para la adquisición comprobada del contenido por
parte del alumno (el hecho de aprender entendido como «rendimiento»). Así, un estudiante

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que fracasa en un examen de contenido razonablemente válido y fiable, incluido en la


instrucción, debe aceptar la mayor parte de responsabilidad por este fracaso. En la medida en
que el estudiante carezca de las capacidades de estudio necesarias para desenvolverse bien en
esta prueba, no se le dé oportunidad de ejercitar estas capacidades o no se le ayude y estimule
para interesarse en el material que debe aprender, el profesor debe aceptar una parte
importante de responsabilidad por el fracaso del estudiante. (Fenstermacher, 1989, pp. 5-7)

Y he fallado en motivar a los estudiantes a participar en clase y a “estudiantar”. No se puede


hablar de fallo por no haber logrado un cambio a corto plazo. Este tipo de estrategias requiere
persistencia y paciencia.

2. El tiempo asignado para su tratamiento

El proyecto y guion están pensados para una clase de 35 minutos.

El horario de clase es de 08:45 a 10:05, son dos módulos de 40 minutos, a 3ra y 4ta hora, pero
debo tener en cuenta el tiempo que tardan en entrar a clase a 3ra hora luego que toque el
timbre de entrada del recreo, que aunque en la clase anterior se les dijo la importancia de que
sean puntuales, seguramente se demoren unos minutos en entrar. Además debo dejar libre la
4ta hora para le devolución de mi trabajo, por lo que solamente contaré con 35 minutos del
primer módulo.

3. Intenciones, deseos y propósitos educativos

Mi intención es dar una clase con abordaje informativo sobre el Plebiscito de Reforma
Constitucional en Uruguay en 1980.

Está claro que la mayor parte del trabajo en una clase de historia, sin importar su orientación
historiográfica, filosófica o ideológica, tiene que ver con un abordaje informativo del
conocimiento histórico que ha sido seleccionado para la misma, independientemente de la
calidad de la selección que se haya hecho para la misma. Para decirlo claramente, hay
abordaje informativo de la información histórica (presento personajes, acontecimientos, etc.),
así como lo hay de los dominios conceptuales (puedo hablar sobre el capitalismo y sus
características, por ejemplo), y del de los vínculos causales (puedo hablar acerca de las
consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y enumerarlas). Una vez más, la densidad o la
complejidad epistemológica de los distintos tramos del discurso historiográfico no implica per
se la correspondencia con un tipo de abordaje. (Zavala, 2012, p.85)

En este mismo texto Zavala expresa:

Cuando damos clase de historia, cada uno de nosotros aborda de alguna manera —la más
apropiada para el momento en función de las intenciones, del contexto, etc.— su propio saber,
que no es el saber del libro sino lo que cada uno —afectiva y selectivamente— comprendió/
aprendió/recuerda en relación a lo que decía en él. El abordaje de ese saber es el que en
definitiva configura la acción de enseñar en tanto tal, atravesada por unos motivos, unas
intenciones, unas finalidades, y también unos deseos que la inscriben frecuentemente en el
plano de lo trascendente. (Zavala, 2012, p. 84)

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Por lo tanto, dado que los estudiantes no dan cuenta (esto obtenido de las observaciones de
las clases) de que leen previamente a la clase, abordaré el tema desde la informativo.

Mi segunda intención es poder trabajar en grupos un texto historiográfico, con su


correspondiente puesta en común y la elaboración de un mapa conceptual.

…esta estrategia didáctica (el mapa conceptual) puede ser un instrumento eficaz para el
desarrollo del pensamiento científico en los estudiantes, porque en ellos se ponen de
manifiesto las características esenciales de este tipo de pensamiento, el carácter jerárquico, el
carácter integrador y la multiplicidad de descripciones… La búsqueda de autonomía en la
construcción de los aprendizajes, por parte de los alumnos, unido a la aplicación del método
de ensayo-error como fuente de aprendizaje, permite aclarar dudas, identificar aspectos
críticos, aclarar ideas y abordar los problemas de forma didáctica. Este entrenamiento permite
al estudiante desarrollar habilidades deductivas y desarrollar iniciativas en la solución de
problemas, en el ámbito docente y en su entorno laboral y social. (Vidal, Viadart, Ríos, pp. 2 y
4)

4. El sentido y significado de su enseñanza

Marc Bloch en su libro Introducción a la Historia (1982,p.38) sostiene que “La incomprensión
del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado. Pero no es quizás, menos vano
esforzarse por comprender el pasado si no se sabe nada del presente”.

Considero importante poder abordar el tema del Plebiscito de Reforma Constitucional en el


Uruguay en 1980 ya que es parte de la historia reciente, y el mecanismo que de alguna manera
abrió la posibilidad del retorno a la democracia.

En el decir de Caetano y Rilla:

De allí en más, aunque lentamente, los militares comenzaron a perder iniciativa política y se
vieron obligados a seguir operando en el escenario electoral, que por serles tan ajeno, se
confirmaría como un escenario clave del acontecer político nacional. (Caetano, Rilla, 1998, p.
75)

Los contenidos conceptuales y factuales seleccionados

Conceptos básicos a trabajar:

 El plebiscito es, por lo tanto, una votación popular sobre temas de relevancia constitucional y
es, en consecuencia, un instrumento de democracia directa, aunque puede ser utilizado, como
todos los mecanismos de este tipo, de manera instrumental por corrientes autoritarias o
totalitarias para legitimar su poder autocrático. (Bobbio, Matteucci, Pasquino, pp. 1183)

La Constitución de la República Oriental del Uruguay de 1967 sostenía que (la Constitución de
1997 sostiene lo mismo y en el mismo artículo 331):

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Artículo 331.- La presente Constitución podrá ser reformada, total o parcialmente, conforme a
los siguientes procedimientos:

A) Por iniciativa del diez por ciento de los ciudadanos inscriptos en el Registro Cívico
Nacional, presentando un proyecto articulado que se elevará al Presidente de la Asamblea
General, debiendo ser sometido a la decisión popular, en la elección más inmediata.

La Asamblea General, en reunión de ambas Cámaras, podrá formular proyectos sustitutivos


que someterá a la decisión plebiscitaria, juntamente con la iniciativa popular.

B) Por proyectos de reforma que reúnan dos quintos del total de componentes de la
Asamblea General, presentados al Presidente de la misma, los que serán sometidos al
plebiscito en la primera elección que se realice.

Para que el plebiscito sea afirmativo en los casos de los incisos A) y B), se requerirá que vote
por "SI" la mayoría absoluta de los ciudadanos que concurran a los comicios, la que debe
representar por lo menos, el treinta y cinco por ciento del total de inscriptos en el Registro
Cívico Nacional.

(No sé si plantear o no la diferencia con lo que es un Referéndum) Podés hacer referencia de


que hace poco tuvimos un referendum sobre la LUC y que el año que viene hay posibilidad, si
se consiguen las firmas necesarias o se apruebe por la Asamblea General, de que haya
plebiscito sobre cuatro reformas.

Reforma constitucional: Se refiere a la actividad normativa que contempla modificar parcial o


totalmente una Constitución por medio de órganos especiales y procedimientos definidos en la
Ley. Para algunos autores la función reformativa de la Constitución debe estar enfocada a
subsanar posibles lagunas y yerros técnicos o políticos en los que pudieron haber incurrido los
constituyentes durante su redacción, así como posibilitar la solución de problemas que afecten
a la ciudadanía y/o subsanen una necesidad pública.
(http://sil.gobernacion.gob.mx/Glosario/definicionpop.php?ID=207)

 Reforma constitucional:

 Exilio político:

 Resistencia

5. El contenido histórico a abordar

Contexto mundial y regional:

 Guerra fría.

 La Doctrina de Seguridad Nacional:

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La seguridad nacional se consolidó como categoría política durante la Guerra Fría,


especialmente en las zonas de influencia de Estados Unidos. Después de la Segunda Guerra
Mundial, este país rescató el uso político que la palabra seguridad ha tenido desde la
antigüedad, para elaborar el concepto de “Estado de seguridad nacional”. Este concepto se
utilizó para designar la defensa militar y la seguridad interna, frente a las amenazas de
revolución, la inestabilidad del capitalismo y la capacidad destructora de los armamentos
nucleares. El desarrollo de la visión contemporánea de seguridad nacional ha estado
determinado por este origen y fue influenciado por la estrategia estadounidense de
contención. La ideología del anticomunismo, propia de la Guerra Fría, le dio sentido, y la
desconfianza entre las naciones le proporcionó su dinámica. Con la generalización del uso de
esta categoría política el plano militar se convirtió en la base de las relaciones internacionales.
Esta tendencia se manifestó a través de confrontaciones armadas y del intervencionismo de las
grandes potencias en los países del denominado Tercer Mundo. La seguridad nacional tuvo
una variante en América del Sur: la Doctrina de Seguridad Nacional. Esta variante mantuvo la
idea de que a partir de la seguridad del Estado se garantizaba la de la sociedad. Pero una de
sus principales innovaciones fue considerar que para lograr este objetivo era menester el
control militar del Estado. El otro cambio importante fue la sustitución del enemigo externo
por el enemigo interno. Si bien la Doctrina de Seguridad Nacional ubicó como principal
enemigo al comunismo internacional, con epicentro en la Unión Soviética y representación
regional en Cuba, entendía que era a Estados Unidos a quien correspondía combatir a esos
países. Los Estados latinoamericanos debían enfrentar al enemigo interno, materializado en
supuestos agentes locales del comunismo. Además de las guerrillas, el enemigo interno podía
ser cualquier persona, grupo o institución nacional que tuviera ideas opuestas a las de los
gobiernos militares. La Doctrina de Seguridad Nacional es una concepción militar del Estado y
del funcionamiento de la sociedad, que explica la importancia de la “ocupación” de las
instituciones estatales por parte de los militares. Por ello sirvió para legitimar el nuevo
militarismo surgido en los años sesenta en América Latina. La Doctrina tomó cuerpo alrededor
de una serie de principios que llevaron a considerar como manifestaciones subversivas a la
mayor parte de los problemas sociales. Tales principios tuvieron diversas influencias y se
propagaron y utilizaron de manera diferente en distintos lugares. Por ello la Doctrina no se
sistematizó, aunque sí tuvo algunas manifestaciones claras, que sirven de base para definirla y
entenderla. La Doctrina de Seguridad Nacional ha sido el mayor esfuerzo latinoamericano por
militarizar el concepto de seguridad. Además, al ubicar el componente militar en el centro de
la sociedad, trascendiendo las funciones castrenses, la Doctrina se convirtió en la ideología
militar contemporánea de mayor impacto político en la región. (Leal Buitrago, 2003, pp. 74-75)

 El retiro del apoyo militar a Uruguay por parte de Estados Unidos.

La situación internacional presentaba caras contradictorias para la Dictadura. Mientras ella


estrechaba vínculos con las vecinas de Argentina, Brasil, Chile y Paraguay, la postura del
Gobierno de Estados Unidos en favor de los derechos humanos (acentuada en la
Administración del Presidente Carter) y las continuas denuncias que muchos emigrados
(Wilson Ferreira Aldunate, entre otros) hicieron sobre su violación en organismos
internacionales, la enfurecieron al punto de hablar con desdén del “puritanismo” americano
por los derechos humanos. En Setiembre de 1976 el congreso de los Estados Unidos suspendió
la ayuda militar al Uruguay, lo que había colocado al régimen uruguayo en un primer plano –

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nada favorable. De la atención mundial; lo mismo volvió a ocurrir en la Conferencia de la OEA


en mayo de 1978, por el informe de su Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
condenatorio de la realidad uruguaya. (Nahum, 2011, p.333)

…cabe señalar que en 1976 se aprobó la llamada “enmienda Koch” (impulsada por el senador
Edward Koch, integrante de la mayoría demócrata del Congreso estadounidense), a través de
la cual se suspendía “la asistencia y el entrenamiento militar así como la venta de armas al
gobierno de Uruguay por sus violaciones a las normas internacionales de derechos
humanos”(Frega, 2008, p.203)

CASO 1909
URUGUAY
JORGE MAZZAROVICH
21 de junio de 1978
ANTECEDENTES:

1. En comunicación de 20 de mayo de 1975 se denunció lo siguiente:


Sr. Jorge MAZZAROVICH fue detenido en octubre de 1974. Su caso se sometió al Juz-
gado Militar de Instrucción de 3º Turno. Este decretó su libertad con carácter definitivo, sin
restricción alguna y no “bajo libertad con carácter definitivo sin restricción alguna y no “bajo
aplazamiento”. Se lo libertó, pero la policía, sin que la sentencia judicial lo facultara para ello,
le impuso la carga de comparecer semanalmente. En una de estas oportunidades, a mediados
de abril de 1975, fue nuevamente detenido. Se lo trasladó a Flores; allí permaneció incomuni-
cado, liberado el 10 de mayo se lo vuelve a detener el 16 (16 de mayo de 1975).
2. En cumplimiento de un acuerdo tomado en su 25º Período de Sesiones, en nota
de 7 de agosto de 1975, la Comisión transmitió las partes pertinentes de la denuncia al Go-
bierno uruguayo solicitándole que sirva informar si esta nueva detención se cumplió como re-
sultado de una medida revocativa de la libertad condicional de que podría estar disfrutando el
citado señor o si se produjeron por nuevos hechos imputados al mismo. Si fuera el caso de
que tal persona se halla bajo proceso, que se sirva suministrar la información que estime opor-
tuna sobre la naturaleza de los cargos que se le instruyen, las actuaciones judiciales cumplidas
en dichos procesos y el estado actual del mismo.

3. El Gobierno de Uruguay, en nota del 18 de mayo de 1976, dio respuesta a la soli-


citud de información de la Comisión en los términos siguientes:
En lo que hace relación a la nueva detención. . . de Jorge Mazzarovich cabe precisar:
a) Fue detenido nuevamente el 16 de mayo de 1975 al amparo de las Medidas Prontas de Seguri-
dad (Constitución de la República, Artículo 168 inciso 17) en su calidad de alto dirigente de una
asociación ilícita;

b) Fue puesto en libertad el 1º de junio de 1975.

4. Esta respuesta del Gobierno uruguayo fue transmitida al reclamante el 14 de ju-


nio de 1976 solicitándole sus observaciones oportunas;

5. El reclamante en su comunicación de fecha de 11 de septiembre de 1976 hizo las


observaciones siguientes;
El señor Jorge Mazzarovich, si bien fue liberado en junio de 1975, ha sido arrestado
una vez más en enero de 1976, desde la cual permanece preso, incomunicado, y sin revelarse a

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sus familiares formalmente el lugar de su reclusión. De estos hechos hago aquí formal denun-
cia.
6. La CIDH en cumplimiento de un acuerdo tomado en su 39º Período de Sesiones se
dirigió nuevamente al Gobierno uruguayo el 3 de marzo de 1977 solicitándole que se indiquen
los motivos habidos para la detención –por tercera vez—del Sr. Jorge Mazzarovich;

7. El Gobierno de Uruguay, en nota del 10 de marzo de 1977, respondió en los tér-


minos siguientes:
a) Los motivos habidos para la detención por tercera vez del señor Jorge Mazzarovich se
encuentran contenidos en forma explícita en la ya referida nota de esa Misión 313/76-16.B.18)
de fecha 18 de mayo de 1976, y que en su numeral 2) expresa que el Sr. Mazzarovich fue dete-
nido nuevamente el 16 de mayo de 1975, al amparo de las Medidas Prontas de Seguridad, en
su calidad de alto dirigente de una asociación ilícita; y que fue puesto en libertad el 1º de junio
de 1975;
8. Las partes pertinentes de la respuesta del Gobierno uruguayo fueron transmitidas
al reclamante por carta de fecha 20 de julio de 1977, el cual por su comunicación anterior del
25 de abril de 1977 había sometido las informaciones adicionales siguientes:
Luego de su arresto y durante la incomunicación de largos meses que padeció . . . fue
brutalmente torturado a despecho de su notorio y permanente quebranto de salud. Sometido
nuevamente, después de ello, a la Justicia Militar, esta vez se decretó su procesamiento.
9. La Comisión en su nota de 19 de septiembre de 1977 transmitió estas informacio-
nes adicionales al Gobierno de Uruguay solicitando a dicho Gobierno que se sirva tomar las dis-
posiciones que estime convenientes para que la Comisión pueda contar, a la brevedad posible,
con toda la información sobre este caso;

CONSIDERANDO:

1. Que hasta la fecha el Gobierno de Uruguay aún no ha respondido a la solicitud de


la Comisión de fecha 19 de septiembre de 1977;

2. Que el Artículo 51, 1) del Reglamento de la Comisión establece lo siguiente:


Artículo 51
1. Se presumirán verdaderos los hechos sobre los cuales se ha solicitado informa-
ción si en el plazo de ciento ochenta días desde la fecha en que se solicitó la información co-
rrespondiente al Gobierno aludido, éste no suministrare la información correspondiente, siem-
pre y cuando la improcedencia de los hechos denunciados no resultare de otros elementos de
convicción.
LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS,
RESUELVE:
1. Por aplicación del Artículo 51, 1) del Reglamento, presumir verdaderos los hechos
denunciados en la comunicación de 25 de abril de 1977 relacionada con la detención arbitraria
y tortura del señor Jorge Mazzarovich.

2. Observar al Gobierno del Uruguay que tales hechos configuran violaciones, a la


seguridad e integridad de la persona (Artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre); al derecho de justicia (Artículo XVIII); al derecho de protección contra la
detención arbitraria (Artículo XXV); y al derecho a proceso regular (Artículo XXVI).

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3. Recomendar al Gobierno poner en libertad inmediatamente al señor Mazzarovich


o sujetarlo a proceso debido si hubiese fundamento para ello, aduciéndole que la simple invo-
cación de las Medidas Prontas de Seguridad no justifica su detención indefinida.

4. Recomendar al Gobierno que investigue los hechos denunciados, y en su caso,


sancione a los responsables y se sirva comunicar la decisión que adopte a la Comisión dentro
del plazo máximo de 60 días.

5. Comunicar esta Resolución al Gobierno de Uruguay y al denunciante.

6. Incluir esta Resolución en su Informe Anual a la Asamblea General de la Organi-


zación (Artículo 9 (bis), inciso c, iii del Estatuto).

[Aprobada en Sesión 579a. el 21 de junio de 1978 (44º Período de Sesiones) y transmitida al


Gobierno de Uruguay el 18 de julio de 1978.
https://cidh.oas.org/annualrep/78sp/Uruguay1909.htm

 Denuncias de violaciones a los Derechos Humanos por parte de los exiliados políticos:

DOCUMENTOS
Fragmentos del testimonio de Wilson Ferreira Aldunate frente al Congreso de Estados Unidos,
17 de junio de 1976, en U.S., Congress, House, Committee on International Relations, Human
Rights in Uruguay and Paraguay, 94º Cong., 2ª Ses., 1976.
[…]
Mencioné antes que, inicialmente, este sistema [represivo] estaba creado para combatir a la
subversión. Incluso así, habría carecido siempre de una base moral e incluso política porque su
esencia era destruir aquello que afirmaba defender. Pero casi inmediatamente, bajo el impulso
de la propia dinámica del sistema, el terror se dirigió a toda la población.
Cuando no hubo mas “Tupamaros” para torturar, algunos sectores muy pequeños de la iz-
quierda “maoísta” fueron atacados; después vino el Partido Comunista, cuyos líderes y militan-
tes fueron perseguidos ferozmente; después vino el turno de aquellos ciudadanos que alguna
vez habían tenido alguna conexión con los sindicatos o las asociaciones de trabajadores. Even-
tualmente, toda la población fue reprimida, cualquiera, por las dudas.
Miembros de mi partido han sido perseguidos, castigados, abusados y torturados. Sus líderes
han sido llevados a juicio. Los legisladores electos por las listas del Partido Nacional han sido
golpeados en la cárcel […] Y enfatizo esto porque, de nuevo: mi partido no tiene, no tuvo y no
quiere tener nada que ver ni con los movimientos guerrilleros ni con la filosofía marxista que
no comparte ni entiende. Pero, por supuesto, demandamos respeto para la dignidad de todos
los seres humanos, como criaturas de Dios, cualquiera sea su ideología.
No creo que sea necesario continuar con esta dolorosa enumeración, y dejo en las manos de
todos ustedes los documentos y reportes que corroboran mi testimonio. Sin embargo, antes
de terminar, siento que es mi deber referirme al asesinato hace un mes en Buenos Aires, Ar-
gentina, de dos parlamentarios brillantes, verdaderos y confiables representantes de mi pue-
blo: Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz.
Muchos hombres y mujeres de buena voluntad en todo el mundo trataron de todas las formas
posibles de salvar las vidas de esos grandes ciudadanos durante los tres días que pasaron entre
su secuestro en Buenos Aires y el cumplimiento de sus penas de muerte. Pero nuestros esfuer-
zos fueron en vano; y mis amigos fueron asesinados por funcionarios del gobierno argentino
actuando bajo órdenes del igualmente homicida gobierno uruguayo.
[…] Mi deseo más ferviente es que la muerte de mis dos firmes amigos de toda la vida –uno mi
compañero en política, el otro mi admirable adversario– sirva como un pedido por la acción

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responsable de todos; apelo particularmente a ustedes que son sus colegas como miembros
de un parlamento creado por la voluntad del pueblo
[…]
Hoy, con un creciente sentimiento de impunidad, el régimen ha empezado a matar abierta-
mente incluso afuera de las fronteras uruguayas. A los 29 casos de muerte bajo tortura docu-
mentados por Amnistía Internacional, podemos agregar los nombres de compatriotas en-
contrados muertos en territorio uruguayo luego de ser arrestados en Buenos Aires. Debemos
también agregar los cuerpos que después de un mes en el agua afloraron en nuestras costas
del Río de la Plata, con las manos atadas o cortadas y los cuerpos quemados. […] No sabemos
el destino de muchos otros uruguayos que en las últimas semanas dejaron sus casas en Buenos
Aires y nunca volvieron. Sus cuerpos no han sido encontrados.
El aparato represivo uruguayo ha sido construido con abundante material y asistencia técnica
de Estados Unidos. Personal militar y policial uruguayo ha cumplido y todavía cumple prolon-
gados períodos de instrucción en varios lugares de su país, especialmente en la zona del Canal
de Panamá. Ahora que todo eso se ha convertido en un emprendimiento dirigido a destruir un
pequeño país […], aquellos que ayudaron a instalar la infernal maquinaria deben contribuir a
su desmantelamiento.
[…]
Estamos luchando de todas las formas posibles para defender los principios, los ideales y el
modo de vida que nuestro país aprendió de la Constitución de Estados Unidos. Ningún urugua-
yo entenderá nunca si la misma nación que definió esas ideas hace 200 años, y hoy las celebra
con regocijo, continuara ejerciendo su enorme influencia en apoyo de los enemigos de nuestro
pueblo.
[…] (https://www.anep.edu.uy/historia/clases/clase28_2/material.html)

Desde 1979 la CNT y el Frente Amplio reorganizaron formalmente sus actividades a través de
organismos coordinadores, asentados en los más de treinta países en que estaba distribuido el
exilio uruguayo. Otro hito fundamental en las políticas de alianzas desarrolladas por los parti-
dos y grupos durante el exilio fue la concreción, en abril de 1980, de la Convergencia Democrá-
tica del Uruguay. Este grupo extra-partidario (conformado por representantes de los partidos
Comunista y Socialista, miembros independientes del Frente Amplio y representantes del sec-
tor del Partido Nacional liderado por Wilson Ferreira que, sin embargo, no participaban en re-
presentación oficial de sus partidos políticos) desempeñó un rol de primer orden en la coordi-
nación de las fuerzas opositoras en el exterior. Cabe destacar que, además de las campañas de
denuncia, las distintas organizaciones estructuradas durante el exilio cumplieron una impor-
tante función en el envío de ayuda económica para los familiares de los presos políticos en
Uruguay. (Frega, 2008, p. 204)

Contexto nacional:

 Resistencia a la dictadura:

expresiones de lucha organizada, es decir, aquellas que reflejan directivas y posiciones de la


Convención Nacional de Trabajadores (CNT), la Federación de Estudiantes Universitarios del
Uruguay (FEUU), el Frente Amplio, el Partido Comunista y demás organizaciones políticas que
trabajaron en la clandestinidad, los partidos políticos de oposición y el conjunto de
organizaciones corporativas, sociales, religiosas y organismos de solidaridad internacional que
durante el ciclo dictatorial hicieron de la lucha popular, la coincidencia de posiciones

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democráticas y el aislamiento del régimen, la condición fundamental de la derrota de la


dictadura en Uruguay. (Rico, 1989, p. 7)

 Crisis económica durante la dictadura

¿Quién convocó a votar en un plebiscito? ¿Para qué lo convocó? ¿Por qué lo convocó?

En agosto de 1977 las Fuerzas Armadas anunciaron su voluntad de realizar una reforma
constitucional, que legitimara las modificaciones que se venían realizando a través de los actos
institucionales. (Frega, 2008, p. 204)

A partir de 1976 comienza una etapa de reformulación de la forma de gobierno, donde la


concepción de las instituciones y su funcionamiento fue refundada sobre la base de la
ideología militar. La Constitución se modifica para poder gobernar a través de Actos
Institucionales.

En agosto de 1977 fue aprobado por las Fuerzas Armadas un Plan Político Básico, en el
Cónclave de Santa Teresa, que incluía el cronograma a seguir para avanzar hacia un "mejor"
sistema de gobierno. Este plan tenía en cuenta: un plebiscito constitucional en 1980, la
rehabilitación de algunos sectores de los partidos tradicionales, elecciones internas en marzo
de 1981, elecciones nacionales con candidato único en noviembre de 1981 y nuevas elecciones
en 1986.

En la concepción del Plan Político Básico se puede constatar que la búsqueda de legitimidad
popular era una necesidad importante del régimen de facto. Sólo a través de la participación
popular tanto en un plebiscito como en elecciones se podía decidir el futuro institucional del
país. (Castelnovo, 2001, p. 5)

¿Qué sectores políticos lo apoyaron?

El proyecto constitucional dividió a los partidos Nacional y Colorado ya que en ambos


existieron expresiones de desaprobación y de apoyo. Desde Washington, Jorge Pacheco Areco
hizo pública su adhesión, acompañada por la Unión Colorada y Batllista y los sectores
nucleados en torno a Alberto Gallinal Heber, junto a algunas personalidades del herrerismo en
el Partido Nacional. (Frega, 2008, p. 204)

¿Qué se plebiscitaba?

Se plebiscitaba una reforma de la Constitución que proponía:

Los postulados básicos del proyecto implicaban: la reducción de las funciones parlamentarias,
la pérdida de independencia del Poder Judicial, la eliminación de la inamovilidad de los
funcionarios públicos, la eliminación de la autonomía de los servicios descentralizados y de las
empresas públicas, la pérdida de autonomía de los gobiernos departamentales. El Estado
quedaría bajo la tutela del Consejo de Seguridad Nacional controlado por las Fuerzas Armadas.
El mismo tendría función permanente y crearía bajo su jurisdicción una Comisión de Control
Político, que tendría competencia para despedir a cualquier funcionario público, inclusive al

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Presidente, y para sancionar a cualquier autoridad o dirigente por el desempeño de sus


funciones. Los partidos de izquierda serían prohibidos, las huelgas sólo serían permitidas en el
sector privado y los partidos políticos tradicionales deberían presentarse a los comicios con un
único candidato común aprobado por las Fuerzas Armadas en la primera elección de la
transición. (Castelnovo, 2001, p. 18)

¿Cómo fue la “campaña” electoral?

En noviembre, el Gobierno lanzó una fuerte campaña propagandística para lograr el voto
aprobatorio de la población al proyecto presentado. Prensa escrita, radio y televisión fueron
inundados con avisos que llamaban a crear “un tuvo Uruguay” y a combatir “la subversión y el
comunismo internacional”. La oposición, por su parte, se vio restringida. Apareció el
Semanario “Opinar”, dirigido por Enrique Tarigo, de filiación batllista pero abierto a todos los
opositores, que inauguró la prensa política contraria al régimen y se convirtió en símbolo
aglutinante de voluntades deseos de recuperar una real institucionalidad democrática. Casi
todas las figuras políticas se pronunciaron por el NO y algunas recorrieron el país para
difundirlo… La izquierda, a pesar del destierro y prisión de su dirigencia, se movilizó por el NO.

Pero el protagonista fue la mayoría del pueblo uruguayo que, en la noticia propalada boca a
boca, en la organización de reuniones políticas en casas de familia disfrazadas de “cumpleaños
de 15” para no despertar sospechas o atraer la represión, en reuniones informales y poco
numerosas de clubes deportivos, centros sociales o culturales, cafés, eventos deportivos, etc.,
se comunicó, se encontró a sí mismo, y encontró que el vecino – con quien no había hablado
durante años más que del tiempo por temor a que fuera un “soplón” de los militares- pensaba
también que al fin se presentaba la oportunidad – pacífica- de oponerse al régimen. (Nahum,
2011, pp. 334-335)

¿Quiénes votaron en el plebiscito? ¿Cuál fue el resultado del mismo?

Tenían derecho a votar los ciudadanos naturales de más de 18 años y los ciudadanos legales,
siempre que estuvieran inscriptos en el Registro Cívico Nacional al 30 de junio de 1980, fecha
de cierre del padrón. No podían hacerlo los extranjeros residentes comprendidos en el artículo
78 de la Constitución, razón por la cual se excluyó a 2.085 ciudadanos inscriptos. En materia de
traslados de credenciales, se tomaron en cuenta las departamentales efectuadas antes del 30
de junio y las interdepartamentales antes del 15 de septiembre. En el período 1971-1980 se
habían inscripto 163.235 ciudadanos y se habían cancelado 86.697; se contabilizaban 72.130
excluidos no votantes, 4.702 inhabilitados civiles, 10.240 inhabilitados por el acto institucional
nº 4 (artículo 1, incisos A y B) y 53.914 por el acto institucional nº 2 (artículo 9).

El electorado debía pronunciarse por sí o por no, en hojas de distinto color y de 10 por 20
centímetros. Las que correspondían al sí eran de color celeste y las del no de color amarillo, y
se imprimieron cuatro millones de ejemplares de cada una. La circular nº 5.267 de la Corte
Electoral, ante una consulta realizada por algunas figuras políticas, estableció: “...No debe
accederse a las solicitudes de entrega de hojas de votación para el plebiscito que puedan
formular grupos de ciudadanos, cualquiera sea la representación que invoquen...”. La
distribución de las hojas en todos los circuitos del país se hizo a través de las propias urnas de
votación, sin dificultad alguna. (Bottinelli, Giménez, Marius,2010 , pp. 1287- 1288)

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Votó el 85% de los habilitados y sobre un total de 1.689.424 sufracios, el NO recogió 945.176
votos y el SI 707.118 votos. (Datos tomados de Nahum).

(https://web.archive.org/web/20151208111834/http://www.parlamento.gub.uy/htmlstat/
pl/otrosdocumentos/senado/EnciclopediaElectoral1900_2010.pdf) p.1293

El resultado del plebiscito fue favorable para el “No” (las adhesiones a esta opción
conformaron un 57, 9% del total de los votos, mientras que el “Si” obtuvo un 42%), lo cual
impactó al gobierno y marcó un punto de inflexión en las perspectivas manejadas para el
futuro político del país. (Frega, 2008, pp. 204-205)

El proyecto de democradura que intentaba hacer coexistir políticas tradicionales con


elementos de la Doctrina de Seguridad Nacional, no tuvo aceptación en la sociedad civil
uruguaya (Castelnovo, 2001, p. 18)

Consecuencias del resultado.

El último tramo del período dictatorial se inició con la derrota del proyecto de reforma
constitucional elaborado por el régimen. Sin embargo las señales de restauración de un
gobierno democrático no fueron lineales ni inmediatas.63 Las negociaciones entre
representantes de partidos políticos con el gobierno militar fueron conflictivas, resultando
difícil alcanzar acuerdos. (Frega,2008, p. 206)

Para los partidos políticos, la negativa ciudadana al proyecto significó la reapertura de la arena
política, la sociedad apoyaría la democratización pues rechazaba la institucionalización del
proyecto autoritario. El voto expresó claramente su postura frente al régimen dictatorial, se
votó por la continuidad del autoritarismo o por el regreso a la democracia… A través del
Plebiscito se manifestó la reprobación de la conducción política militar y los partidos políticos
capitalizaron ese descontento a su favor, revitalizándose y transformándose en los
representantes naturales de la sociedad. (Castelnovo, 2001, pp. 19 y 20)

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El rechazo al Proyecto de Reforma Constitucional y la aceptación militar de ese resultado


permiten que comience una nueva etapa: la transición. La conjunción de estos dos hechos es
el único factor que hace posible el cambio. (Castelnovo, 2001, p. 21)

6. Guion de clase

A- Entregaré este texto del periodista Leonardo Haberkorn, que escribió en El Observador el 30 de
Noviembre de 2020:

La juventud con un buraco en la cabeza de1980

Fue el primer fracaso del experimento de la dictadura y el bautismo de una generación

Cuando hablamos del triunfo del No en el plebiscito de 1980, se suele recordar el memorable
debate televisivo en el cual Enrique Tarigo y Eduardo Pons Etcheverry demolieron la constitu-
ción autoritaria que proponía el régimen y que esa noche intentaron defender el coronel y
abogado Néstor Bolentini y el doctor Enrique Viana Reyes.

También se recuerda el acto colorado por el No en el cine Arizona y el del Partido Nacional en
el cine Cordón.

Pero el plebiscito del 80 fue también la iniciación política de miles de uruguayos que eran ni-
ños o adolescentes cuando el golpe, y que votaron por primera vez. Los que aún no teníamos
18 años no lo hicimos, pero descubrimos que podía existir una discusión pública sobre algo
que no fuera fútbol. Y no fue un hallazgo pasivo.

Para los militares, el plebiscito era la primera comprobación empírica de su gran experimento
social: criar una nueva generación patriótica, obediente, disciplinada y acrítica, incontaminada
de política e ideas foráneas.

Nos habían educado en escuelas y liceos con autores y libros prohibidos, con materias donde
se justificaba la dictadura, con formaciones cuasi militares antes de ingresar a las aulas, consig-
nas patrióticas que había que anotar cada día en los cuadernos, controles del largo de la polle-
ra en las chicas y del pelo en los varones.

Las noticias estaban censuradas. Había libros vetados y canciones prohibidas. Crecimos en ese
ambiente oscuro. Éramos lo que muchos llamarían la generación del silencio, abúlica, perdida,
castrada. Mujica diría años después que teníamos un “buraco” en la cabeza. Éramos la reserva
que debía asegurar el triunfo del Sí.

“Los jóvenes que aceptan el desafío el 30 de noviembre dirán Sí al Uruguay”, decía un aviso ofi-
cial.
La nueva generación no era violentista como la de los 60, disfrutaba de una educación en cal-
ma y en la universidad ya no se fabricaban bombas, recordaba la propaganda del régimen. El
general Luis Vicente Queirolo, comandante en jefe del Ejército, declaró que confiaba en el voto
de la nueva muchachada:

“La juventud, los que no han votado, los que no han actuado en política, lo que tienen es una
realidad entre manos, tienen un país que ellos mismos contribuyeron a hacerlo, ellos fueron

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gestores de cómo es este país, de cómo funcionan sus instituciones, de cómo se vive, de cómo
se piensa. Yo creo que si miran a los costados, la reacción evidentemente va a ser positiva”.

Desde del campo opositor, en cambio, se desconfiaba.

En la edición de octubre de 1980, la revista La Plaza, pionera de la prensa opositora, publicó


una carta abierta del sacerdote Luis Pérez Aguirre a los jóvenes. En ella se notaba el nerviosis-
mo respecto a que aquella juventud impedida de reunirse y de informarse pudiera no com-
prender lo que estaba en juego.

“Esta convocatoria a plebiscito, en que puedes expresar tu opinión, te hace intuir también lo
que es la democracia. Tú no la pudiste conocer en forma plena durante estos últimos años por-
que hemos vivido en un estado de excepción. Pero lo importante es que ahora te puedes dar
cuenta qué importante es opinar libremente y participar; que siempre es mejor que se oigan
públicamente muchas voces y no una sola (…) También puedes caer en la cuenta —en estos
días— que no es bueno andar desinformado, en el silencio, en la inseguridad o el miedo. (…)
Tu SÍ o tu NO es definitivo y nos afectará a todos, para bien o para mal. En tus manos está la
decisión clave para el país en este momento. Infórmate bien sobre lo que vas a votar. ¡Que na-
die —ni tu conciencia— pueda acusarte un día de irresponsable! Mi deseo es que esta oportu-
nidad que tienes —quizás la primera a este nivel cívico— sea bien aprovechada. No aceptes
presiones. No tengas miedos. No seas indiferente o resignado. Averigua, discute, pregunta,
analiza”.

En una siguiente edición de La Plaza se publicó otro artículo sobre la juventud, mucho más des-
esperanzado. El autor era otro joven, el escritor Marciano Durán, que entonces tenía 24 años.
El título era: “Generación apática”:

“Esta es la generación perdida, la generación que no existió más que para cosas triviales,
vanas, fútiles, esta es la generación que al decir de Dante ‘se sentó en la vereda a mirar pasar
la vida’. Para cualquier movimiento político, religioso o social, estos son los peligrosos: no los
que piensan distinto, sino los que NO PIENSAN, estos sin conciencia propia pueden volcar
cualquier balanza hacia uno u otro lado”.

Con cinta adhesiva

Yo tenía 16 años y de política no sabía casi nada.

En una comida familiar pregunté si votar Sí era un modo de volver a la democracia, como decía
la publicidad oficial. Mi padre me contó que un amigo abogado le había explicado que esa
constitución proponía un sistema tutelado de la cual no sería fácil salir. Votaría No.

Fue la primera vez que algo político me llamó la atención.

La campaña duró apenas un mes y fue inolvidable.

La del Sí estuvo concentrada en la radio y la televisión y fue abrumadora. El jingle –que llama-
ba a votar “Sí por mi país, sí por Uruguay, sí por el progreso y sí por la paz”– fue irradiado tan-
tas veces que 40 años después todavía puedo cantarlo de memoria, de principio a fin.

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La campaña del No fue muy escasa, porque los militares la permitieron solo hasta cierto punto.
También había mucho miedo. El semanario Opinar –relata Luis Hierro López en su libro sobre
el plebiscito de 1980– ofrecía pegotines del No, pero casi nadie los pasaba a retirar.

Luis A. Lacalle ha contado que cuando pretendió que el diario El País publicara una declaración
de los herreristas que votarían No, le respondieron que ni siquiera pagando se la publicarían. El
diario colorado El Día se la publicó gratis, como algunos otros avisos por el No.

En las semanas previas a la votación, frente a mi casa, aparecían unos volantes que decían:
“Vote No. Partido Nacional”. Nunca vi quién los arrojaba.

Un día, con mis amigos, se nos ocurrió que podíamos pegar esos volantes en lugares más visi-
bles: paradas de ómnibus, columnas, señales de tránsito, teléfonos públicos. Yo era el más
“viejo”, había otros de 15, 14, 13. Íbamos en bicicleta. Usábamos cinta adhesiva.

Una vez nos corrió un policía que custodiaba la residencia del embajador de Japón. Él estaba a
pie, nosotros en bici. Escapamos.

Esa fue mi primera militancia política.

Mía y de muchos otros. En el libro “La Muy Fiel y Reconquistadora” recojo testimonios de los
jóvenes de entonces. Luis Mardones, que era socialista, fue al acto de los colorados por el No y
también al de los blancos. Richard Read coordinó una comisión del No en el Cerrito de la Victo-
ria. Juan Miguel Petit organizó una charla por el No en una casa de familia. Garo Arakelian te-
nía 14 años y pegaba pegotines del No en los ómnibus. Jaime Clara, que no podía votar porque
no tenía 18, se ofreció como voluntario en la transmisión del día del plebiscito de la opositora
CX 30 La Radio.

El domingo 30 de noviembre, el No ganó con el 57,2% de los sufragios, frente al 42,8% del Sí.
Entre los jóvenes, la diferencia del No fue aún mayor.

La “generación apática”, la del “silencio”, había dado una mano en la campaña, en la jornada
de votación y también en las urnas.

“Aunque en parte minúscula, siempre supe que fui parte de la suma de todas las cosas que de-
terminaron que ganara el ‘No’”, recuerda Garo en “La muy fiel y reconquistadora”.

Fue el primer fracaso del experimento de la dictadura. Y el bautismo –no de fuego– de una
generación que siempre tuvo, tiene y tendrá bien presente el valor de la democracia. Y el
honor de haber trabajado para recuperarla.

ME QUEDA PENSAR LAS PREGUNTAS QUE LES HARÉ CON RESPECTO A ESTE ARTÍCULO. Es un
poco largo tal vez. A menos que estén ya acostumbrados a leer un texto de esa extensión.
Podrías recortarlo. Una primera pregunta podría ser que busquen el significado de algunas
palabras que te parece que tal vez no sepan o que sean polisémicas. Otra pregunta podría ser
de comprensión como por ejemplo cuál es la idea principal del artículo. Otra puede ser

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interpretativa sobre la intencionalidad del autor. Otra puede ser operativa como por ejemplo
que comparen, relacionen, resuman, etc.

7 - Bibliografía consultada

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Bobbio, N., Matteucci, N., Pasquino, G. Diccionario de Política. México: Siglo XXI Editores.

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