Examinar la conciencia histórica de los alumnos implica examinar cada uno de los tres
elementos: la comprensión del presente, la interpretación del pasado y la perspectiva del
futuro. Pero también -y no menos importante- implica examinar la posible relación entre los tres elementos
La forma en que interpretamos el pasado se ve afectada por nuestra comprensión de nuestro
propio tiempo y los problemas en los que estamos involucrados aquí y ahora. Si estamos muy comprometidos en proteger la naturaleza contra la contaminación, tendremos una tendencia a dejar que los problemas ecológicos coloreen nuestra interpretación de las fisuras y eventos y crisis en el desarrollo agrícola en el pasado, y así sucesivamente.
Pero la relación -o interacción- también da la vuelta al revés. La forma en que interpretamos el
pasado colorea nuestra comprensión del presente. Cualquier reflexión sobre las condiciones de vida en los viejos tiempos y los cambios en ellas influirán en nuestra opinión sobre las condiciones correspondientes en la actualidad. La reflexión histórica dará a nuestra comprensión del presente una perspectiva y un matiz extra.
Se produce una interacción -o relación- correspondiente entre nuestra comprensión del
presente y nuestras perspectivas del futuro. Si damos importancia a una forma de vida democrática y tenemos una actitud positiva hacia la sociedad del bienestar, será parte de nuestras expectativas hacia el futuro, que la democracia y la sociedad del bienestar se mantengan y mejoren. Si pensamos que los poderes decisivos para la organización de nuestra sociedad se encuentran principalmente en la tecnología y su desarrollo, trataremos de influir en las decisiones de cómo controlar la tecnología que conciernen a una buena vida y una buena sociedad (Nielsen, 1997, 402)
Ofrecería la posibilidad de mostrar a los estudiantes, de manera explícita, lo que queda
implícito en el trabajo del historiador y que, sin embargo, constituye la región última de nuestra vuelta al pasado: responder a las preguntas que surgen de nuestro tiempo (35)
“un mundo silencioso, que ya no hace preguntas a un joven”