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RITUAL

DE LA SAGRADA
EUCARISTÍA

TIEMPO ORDINARIO
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PRESENTACIÓN
A las comunidades eclesiales que forman la Iglesia Misionera Jesús Buen Maestro,
junto a sus presbíteros, diáconos, seminaristas, religiosos: ¡Paz en el Señor, Jesucristo!
Reconociendo que una de las características que debe distinguir a nuestra Iglesia es su
compromiso por redescubrir e implementar íntegramente la Tradición Apostólica y, con
la certeza de que en la celebración Eucarística, nuestra Iglesia local se realiza y
manifiesta como sacramento de la Iglesia una, santa, católica y apostólica, hemos
considerado como una de las prioridades impostergables, la edición de nuestro Misal
Completo, en el que se contiene el “Rito Católico” para la celebración de la Eucaristía.

En el Misal se trata de recoger, junto a la riqueza de la Tradición milenaria de la Iglesia,


la fuerza vibrante y gozosa que caracteriza la vida y experiencia de nuestras
comunidades eclesiales. Consideramos que, de esa forma, nos insertamos en plena
continuidad y comunión con la más genuina Tradición Apostólica.

Tanto en la manera de celebrar la liturgia como en los símbolos que se invita a emplear
y en el contenido de las oraciones, nos hemos esforzado por expresar claramente uno de
los puntos esenciales del “sentir de fe” de nuestras comunidades: que, por Jesucristo y la
efusión de su Espíritu Santo, el Reino de Dios ha llegado hasta nosotros, para hacernos
partícipes de la vida eterna y, como criaturas nuevas e hijos suyos, darnos el amor y la
libertad.

Desde esta conciencia, hemos tratado de que se refleje la convicción, comúnmente


compartida entre los miembros de nuestra Iglesia, de que la gran protagonista de la
celebración Eucarística es la Asamblea litúrgica, convocada para ejercer su vocación de
ser “familia elegida, reino de sacerdotes, nación consagrada, pueblo que Dios hizo suyo
para proclamar sus maravillas” (1Pe 2,9) y, dentro de la cual, el ministro ordenado que
preside la celebración, está llamado a ser catalizador y expresión del sentir de esa
Asamblea y vínculo de comunión con la Iglesia universal, para que, real y eficazmente,
se haga presente y se manifieste el sacramento del Cuerpo de Cristo.

Además, se ha tenido cuidado de que, al celebrar festividades cuyas bases doctrinales


son discutidas y generan conflicto y división entre las iglesias cristianas católicas,

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manteniendo íntegra la fe compartida y confesándola en base al testimonio de la
Escritura y de la tradición patrística, se evite el empleo de fórmulas que contrastan con
las expresiones de fe de la Iglesia indivisa.

Como parte del ministerio que nos ha sido confiado, formulando el sentir del Pueblo de
Dios, promulgamos el presente Misal Completo del “Rito Católico”, para uso en la
celebración de la Eucaristía, con las comunidades que hacen parte de la Iglesia Católica.

Con esta promulgación, el contenido íntegro del misal cobra vigencia inmediata, sin
menoscabo de que, por razones pastorales de peso, en ocasiones especiales, se pueda
optar por enriquecerlo con el aporte de otros ritos católicos que, sólidamente
fundamentados en la Tradición Apostólica, compartan nuestra misma fe en la
Eucaristía.

Dado en Montería, a veintiuno (21) de septiembre del año de Nuestro Señor Jesucristo,
en la Fiesta de San Mateo Apóstol, de la XXV semana del Tiempo Ordinario del año
2021.

+ Pbro. Fredys R. Martínez R.

DEDICACIÓN

A Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo. Por darme el honor de ser un
humilde servidor de esta pequeña porción de Iglesia en Colombia de la Iglesia
Misionera Jesús Buen Maestro.

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Ser siervo tuyo es la mayor bendición de mi vida. Por eso, es para mí gratificante, poder
compartir con humildad y sencillez, con todos los miembros de Nuestra Congregación,
esta edición, del Ritual de la Sagrada Eucaristía.

Rogando al Señor, envíe obreros a su mies, para que ayuden a cumplir con la tarea que
nos ha sido encomendada (Lucas 10,2) “de servir a los pobres entre los pobres”.

Encomendamos también a la protección de la Santísima Virgen María, para que


interceda ante su hijo; abundantes Bendiciones para su Iglesia. (Juan 2,3…)

Pbro. Fredys R. Martínez R.


Superior General

1. EL SENTIDO DE LA LITURGIA.
1.1. INTRODUCCIÓN.
Antes de entrar en los aspectos específicos referentes a la celebración de la Eucaristía, es
fundamental que tomemos conciencia de la originalidad y de la especificidad de la Liturgia
Católica.
Su característica fundamental es que la misma tiene carácter sacramental. Esto significa que, a
través de signos sensibles, por la fuerza del Espíritu Santo, se comunica la gracia y la vida
nueva, instaurándose el Reino de Dios.
Entre las acciones litúrgicas, el culmen lo constituye la celebración Eucarística. Al celebrar la
iglesia local la Eucaristía es cuando, sacramentalmente, se constituye en presencia y
actualización real y eficaz del Cuerpo de Cristo y en concretización y manifestación de la

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Iglesia una, santa, católica y apostólica. Porque en la celebración eucarística el Señor se hace
presente a través de su Palabra y, por el memorial y la efusión del Espíritu Santo sobre el pan y
el vino, se actualiza el sacrificio de Cristo y se participa de todos los frutos de la Redención.
El carácter trascendental que tiene la celebración requiere que se tome conciencia de los
diversos elementos esenciales que la constituyen y que se tenga gran cuidado en preparar cada
uno de sus aspectos.
1.2. LOS SIGNOS SENSIBLES.
1.2.1. La Asamblea Litúrgica.
El primer signo sensible en la celebración es el Pueblo de Dios que, constituido en Asamblea
Litúrgica, ejerce su dignidad de ser pueblo sacerdotal y nación consagrada. De allí que la
participación activa y consciente de la comunidad, constituya un elemento fundamental e
irrenunciable al celebrar la Eucaristía.
Para manifestar este rol activo, es indispensable que los fieles participen a través de servicios y
ministerios, y que se involucren tanto cuanto sea posible dentro del desarrollo de la celebración.
1.2.2. El ministro ordenado celebrante.
El ministro ordenado, presbítero u obispo, constituye otro signo indispensable para celebrar la
Eucaristía.
Es muy importante tomar conciencia de que su eficacia ministerial proviene de que, por la
ordenación, ha recibido la capacidad de ser como catalizador que unifica y representa a la
comunidad que, en la asamblea litúrgica, es la actualización del Cuerpo de Cristo. Sólo como
expresión de la unidad sacramental de la comunidad es que se puede hablar legítimamente de
que el ministro ordenado representa al mismo Cristo.
Esto hace que el ministro, para poder cumplir plenamente su misión sacramental, tenga que
identificarse profundamente con la comunidad, deba esforzarse por captar y expresar el “sentir
de fe” del pueblo de Dios y, a la vez, desde la íntima experiencia de comunión con el Señor,
logre encarnar las mismas actitudes de humildad y amor de Jesús; así como a irradiar la certeza
de que, en la celebración, el Reino de Dios se hace presente efectivamente.
Dentro del ministerio ordenado es también importante que se reconozca el rol que corresponde
jugar al diácono, cuando éste participa en la celebración.
1.2.3. El espacio litúrgico.
Otro elemento que no puede ser descuidado es el del valor simbólico que juega el espacio
litúrgico.
El altar representa a Cristo, el cordero que se inmola por nosotros. Por lo mismo, aún
adecuándose a las circunstancias concretas de cada lugar, se debe cuidar que el altar ocupe un
lugar relevante, permitiendo que se reconozca su centralidad.
El ambón, desde el que se proclama la Palabra y se actualiza en la homilía, debe también ocupar
un lugar relevante, manteniendo una relación adecuada con el altar para que la asamblea tome
conciencia de que cuanto se proclama como Palabra, se actualiza y realiza eficazmente como
sacramento desde el altar.
La sede de quien preside no puede ser descuidada. Sin embargo, en coherencia con el concepto
de que el ministro ordenado expresa y unifica a la asamblea litúrgica, es importante que se
busquen las formas de subrayar su conexión y comunicación con ésta, más que la distancia.
Otros elementos que juegan un papel simbólico en la celebración son los diferentes ministerios,
el canto, las vestiduras, vasos sagrados, las especies sacramentales y otros símbolos expresivos.
Sobre ellos se tratará más adelante.
1.3. LA EFICACIA SACRAMENTAL, FRUTO DE LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU
SANTO.
Dentro de la liturgia, como mencionamos precedentemente, lo que hace que los signos sensibles
adquieran el carácter de sacramento es que, a través de ellos, por la acción del Espíritu Santo, se
comunica la gracia.
El símbolo sensible que representa y a través del cual se actúa la efusión del Espíritu es la
imposición de manos, acompañada de la invocación del Espíritu Santo.

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Por ello es indispensable que, en toda celebración sacramental, pero particularmente en la
celebración Eucarística, se tenga conciencia clara de los momentos, que se designan con el
nombre griego de “Epíclesis”, en los que, por la imposición de manos y la oración del ministro
ordenado, se realiza la transformación de las especies, que se convierten en sacramento.
En la medida de las posibilidades y de la conveniencia pastoral, se puede invitar a que el pueblo
de Dios, como pueblo sacerdotal, participe adecuadamente en estos momentos.
2. EL AÑO LITÚRGICO.
2.1. INTRODUCCIÓN.
Se llama año litúrgico a la distribución que rememora anualmente la historia de la salvación,
específicamente en torno al misterio de la encarnación, muerte y resurrección de Jesucristo y al
misterio de su permanencia en la historia, a través de su Iglesia, por la acción del Espíritu Santo.
2.2. LOS TIEMPOS LITÚRGICOS.
El rito católico renovado ha conservado la estructuración del año litúrgico propia del rito latino,
como ha quedado después de la reforma realizada.
Como consecuencia, el año litúrgico se organiza en cinco etapas, a las que litúrgicamente se les
conoce como “tiempos”. Estos son:
Tiempo de Adviento.
Tiempo de Navidad.
Tiempo de Cuaresma.
Tiempo de Pascua.
Tiempo Ordinario.
A los cuatro primeros tiempos se les denomina litúrgicamente como “Tiempos fuertes”, porque
su celebración tiene precedencia sobre las otras celebraciones, con raras excepciones.
2.2.1. El Tiempo Ordinario:
Comprende las semanas que transcurren entre el final del tiempo de Navidad y el inicio de la
Cuaresma y luego las que transcurren entre el día de Pentecostés y el inicio del Adviento.
Su color distintivo es el “verde”, como signo de la esperanza en la que vive el cristiano.
Este tiempo es particularmente apropiado para ir profundizando en lo que conlleva la vida
cristiana y en sus implicaciones concretas en la sociedad y en el mundo, como resultado de que
ya ha iniciado la nueva creación de que el Reino de Dios ha llegado hasta nosotros y está
operante en la historia.
2.3. CRISTOCENTRISMO DEL AÑO LITÚRGICO Y EL LUGAR QUE OCUPAN
OTRAS CELEBRACIONES:
2.3.1. Las celebraciones de Santa María y de los otros santos.
El calendario litúrgico gira esencialmente en torno al misterio salvífico de Jesucristo.
Sin embargo, dentro de él ocupan un lugar de relevancia otras celebraciones como:
 Las celebraciones de Santa María, la Madre de Dios, a quien se le reconoce especialmente
como modelo perfecto de las actitudes que se deben asumir para que la salvación de
Jesucristo cobre pleno efecto en el creyente, en la Iglesia y en el mundo.
 También están las celebraciones que los santos, las cuales tienen sentido en la medida en la
que se reconozca en los santos a personas que, habiéndose entregado plenamente al
seguimiento del Evangelio, se constituyen en estímulo y modelo para que el pueblo
cristiano sea más radical y profundo en su seguimiento del Señor.
En la Iglesia Católica Ecuménica Renovada, para subrayar el Cristo centrismo que debe
caracterizar al calendario litúrgico, hemos limitado el santoral a la celebración de los apóstoles,
de otras figuras ligadas a la Iglesia primitiva, de algunos santos padres, de algunos santos
especialmente relevantes para la Iglesia latina y de otros significativos para las Iglesias con las
que estamos en comunión.
Sin embargo, se reconoce la legitimidad de celebrar, en forma opcional, a otros santos incluidos
dentro del calendario romano o, incluso, a quienes, reconocidos como tales, no aparecen ni
siquiera ese calendario. En tales casos, para la celebración se pueden emplear los formularios
comunes que se encuentran en el misal, con ese propósito específico, pues para la celebración

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de cada uno de los santos incluidos dentro del santoral de la Iglesia se ofrece un formulario
propio.
2.3.2. Celebraciones durante los domingos y otros tiempos litúrgicos fuertes.
Durante los domingos de Adviento, así como durante los domingos y días entre semana de
Navidad, Cuaresma y Pascua, debería evitarse introducir celebraciones de santos que no estén
incluidos dentro de nuestro santoral, así como misas por diversas necesidades, salvo que haya
una necesidad extrema, como sería la celebración de exequias y, aún en este caso, es
fuertemente recomendable que se utilicen las lecturas y los formularios del propio del día.
Si la celebración de santos incluidos dentro de nuestro santoral cayera durante la semana santa o
en la primera semana de Pascua, la celebración, si se considera pertinente, se pospondrá hasta el
lunes después del segundo domingo de Pascua o, si se considera más oportuno, se omitirá.
Si las celebraciones caen en día domingo del tiempo ordinario se omitirán, salvo que se trate de
una solemnidad del Señor, de Santa María, o de un apóstol o patrono especialmente venerado en
un lugar determinado.
Durante los domingos del tiempo ordinario, por razones pastorales de peso, se pueden sustituir
tanto los formularios como las lecturas dominicales por otros más adecuados a la ocasión.
2.3.3. Celebraciones entre semana durante el tiempo ordinario.
Durante los días entre semana del tiempo ordinario, si no se celebra a un santo incluido dentro
del santoral de ICERGUA, se puede emplear cualquiera de los formularios para las misas
dominicales del tiempo ordinario.
Sin embargo, es fuertemente recomendable que, si las circunstancias lo aconsejan, se utilicen
los formularios de celebración por las diversas necesidades, especialmente por aquellas que se
refieren a la Iglesia y al cumplimiento de la misión que Cristo le ha confiado.
En estos días también se puede recurrir al uso de los formularios propios de las “Misas
Votivas”.
2.4. EL LECCIONARIO.
Para la selección de lecturas, se ha mantenido la praxis utilizada por el rito latino, después de la
reforma del Concilio Vaticano II.
Esto quiere decir que las lecturas dominicales se estructuran en tres ciclos, denominados “A”,
“B” y “C”, caracterizándose fundamentalmente por girar en torno a la lectura de los Evangelios
de Mateo, Marcos y Lucas, respectivamente. Para las lecturas entre semana, durante el tiempo
ordinario, las primeras lecturas y salmos se organizan en “años impares” y “años pares”,
mientras la lectura del Evangelio es la misma para ambos años.
Las lecturas entre semana de los otros tiempos se estructuran en un solo ciclo que se repite
anualmente.
Para la celebración de los santos incluidos dentro de nuestro santoral, en el misal se indica si se
deben hacer lecturas propias o si, por el contrario, se utilizan las lecturas del ordinario.

3. EL ORDINARIO DE LA MISA.
La celebración de la Eucaristía se articula en torno a dos grandes partes: La Liturgia de la
Palabra y la Liturgia Eucarística. La primera es antecedida por una introducción conocida como
“Ritos iniciales” y la segunda es seguida por los “Ritos conclusivos”.
Para nosotros, siempre que las circunstancias pastorales lo permitan y lo aconsejen, la liturgia
de la Palabra es precedida por la administración del Sacramento de la Reconciliación. Ésta se
celebra inmediatamente después del saludo inicial y sustituye al rito penitencial.
Es importante que tomemos conciencia del significado y relevancia de cada una de las partes
que componen, tanto la administración del Sacramento de la Reconciliación como la
celebración de la Eucaristía.
3.1. ADMINISTRACIÓN DEL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN.
3.1.1. Importancia y fundamento.
Si no hay otra forma accesible y adecuada de garantizar que todo el pueblo de Dios pueda
reconciliarse sacramentalmente antes de la celebración Eucarística, no se debería omitir iniciar
la Asamblea con la administración del Sacramento de la Reconciliación.

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Aunque esta praxis contraste con la normativa romana, encuentra su fundamento principal en el
reconocimiento del papel que corresponde jugar a la Asamblea dentro de toda celebración
litúrgica y, especialísimamente, dentro de la Eucaristía.
Convocado como pueblo sacerdotal y siendo protagonista primordial dentro de la celebración,
es muy importante que cada uno de sus miembros esté debidamente dispuesto y reconciliado,
para que su participación sea activa y eficaz.
El ritual previsto para la administración de la reconciliación es suficientemente flexible para que
pueda adaptarse a las circunstancias pastorales concretas.
El Sacramento de la Reconciliación se administra después de terminar la procesión de entrada,
la veneración e incensación del altar y el saludo inicial de la celebración Eucarística y sustituye
al rito penitencial.

3.1.2. La “Epíclesis” en la administración del sacramento de la Reconciliación.


Antes de dar la absolución es fundamental que el celebrante tome conciencia de que hay una
“Epíclesis” en la que se invoca la efusión del Espíritu, para el perdón de los pecados.
Ésta, que, tanto en la administración individual de la absolución como en la general, se hace en
forma comunitaria, debe ser suficientemente subrayada y reconocida, por la relevancia que
tiene, al constituir prácticamente la sustentación sacramental de la absolución que, ya sea
individual o comunitariamente se dará inmediatamente después.
3.1.3. Vigilancia pastoral.
Se debe tener cuidado, de que la administración del sacramento de la reconciliación sea Hecha
con seriedad y de que ayude a experimentar el perdón de Dios y estimule la conversión de vida.
Para ello, cada vez que se administra, es indispensable que se tome conciencia de su
profundidad y significado, a través de una adecuada catequesis y de la cuidadosa preparación de
la celebración.
3.2. RITOS INICIALES.
3.2.1. La procesión de entrada, la veneración e incensación del altar y del pueblo y el saludo
inicial.
La procesión de entrada normalmente se inicia desde el fondo del templo y se organiza de la
siguiente manera:
 Precede la cruz procesional y al lado van los ciriales.
 Sigue el turiferario y al lado va quien lleva la naveta.
 Luego el diácono lleva alzado el Evangeliario. Si no hay diácono, el libro lo puede llevar
uno de los lectores. Y si no hay Evangeliario se puede llevar el leccionario o la Sagrada
Escritura. Al llegar al altar, el libro de los Evangelios se coloca sobre el altar y luego, antes
de la lectura del Evangelio, durante el tiempo de la aclamación, el diácono o el celebrante
lo llevan en procesión hacia el ambón.
 Después van los otros servidores y ministros del altar.
 Si los hay, siguen los con celebrantes.
 Finalmente va el celebrante principal.
 Si la Eucaristía es presidida por el obispo, atrás de éste van los servidores que sostienen la
mitra y el báculo.
Al llegar delante del altar, en forma conveniente y ordenada, por parejas o todos
simultáneamente, hacen una reverencia profunda y van a ocupar el lugar asignado.
El celebrante – y si los hubiere también los con celebrantes y el diácono – veneran el altar.
Si se usa el incienso, el celebrante principal inciensa el altar, la cruz y luego, en forma
adecuada, inciensa a los demás ministros y al pueblo.
Terminado el canto de entrada, hace el saludo inicial, utilizando una de las fórmulas que se
encuentran en el misal u otra que le parezca conveniente.
Terminado el saludo, si se administra el sacramento de la Reconciliación, se sigue con ese rito.
De lo contrario, se pasa al rito penitencial.
3.2.2. El rito penitencial.

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Cuando no se administra el sacramento de la reconciliación éste se sustituye por los ritos
penitenciales.
En el misal hay varias alternativas de celebración. Es importante que el celebrante estudie cuál
es la más adecuada para la ocasión y el tiempo concreto.
Durante el tiempo de Pascua es especialmente relevante recurrir al rito de la aspersión del agua,
después de haber renovado las renuncias bautismales al pecado. Cuando se emplee esta forma
de rito penitencial, por razones pastorales, la aspersión del agua se puede llevar a cabo mientras
se canta el “Gloria”.
3.2.3. El “Gloria”
En los tiempos en que se incluye el “Gloria” dentro de la celebración litúrgica, es muy
importante tener en cuenta los siguientes criterios:
 Ante todo, mantener en sus rasgos fundamentales, el texto del cántico original.
Su antigüedad y el Hecho de fundarse en textos de la Escritura, son la razón por la que éste ha
sido conservado dentro de la liturgia, a pesar de las reformas que se han Hecho. Por lo mismo,
sustituirlo por otro cántico de alabanza no tiene sentido y, en tal caso, sería mejor omitirlo.
 Además, por tratarse fundamentalmente de un “canto de alabanza”, en la medida de lo posible
éste debe siempre cantarse y no solamente ser recitado.
3.2.4. La Oración Colecta:
Expresa las intenciones específicas por las que se va a orar en la Eucaristía.
Entre el “Oremos”, invitando a la oración y el inicio de la súplica, se debe hacer un momento de
silencio.
Incluso, si se considera oportuno, se pueden indicar algunas de las intenciones especiales que se
presentarán en la celebración eucarística.
3.3. LA LITURGIA DE LA PALABRA.
3.3.1. Las lecturas:
En el rito católico renovado, mantenemos la estructura de las lecturas propia del rito latino,
después de la reforma del Concilio Vaticano II.
Esto significa:
 Que los días domingos y las solemnidades se proclaman tres lecturas, un salmo responsorial y
una aclamación entre la segunda lectura y la lectura del Evangelio. De ordinario la primera
lectura está tomada del Antiguo Testamento, de los Hechos de los Apóstoles o del Apocalipsis;
el salmo responsorial está tomado del libro de los salmos o de algún cántico de cualquiera de los
otros libros de la Escritura; la segunda lectura de una de las Cartas del Nuevo Testamento y el
Evangelio de uno de los cuatro Evangelios canónicos.

 En los demás días se lee una lectura tomada de alguno de los libros de la Sagrada Escritura,
exceptuados los Evangelios y los salmos; un salmo responsorial, tomado del libro de los salmos
o de algún cántico de cualquiera de los otros libros de la Escritura y un párrafo de alguno de los
cuatro Evangelios canónicos.
Es importante tener en cuenta algunos criterios de preparación para las lecturas:
 Es fundamental que los lectores estén debidamente preparados y que hagan las lecturas en
forma clara y comprensible para el pueblo.
 Por lo mismo, cuando la Asamblea no comprende castellano, la lectura debe hacerse en el
idioma que comprenda el Pueblo de Dios.
 Incluso en el caso de la proclamación del Evangelio que, de suyo, compete al diácono o al
presbítero, si uno de estos no puede leer en el idioma que la Asamblea comprende, previa
bendición de parte de quien preside la Eucaristía, un ministro laico idóneo, debe ser el
encargado de hacer la proclamación.
 Cuando las circunstancias pastorales lo aconsejen, las lecturas podrán ser Hechas en castellano
y en el idioma propio del lugar.
 El salmo responsorial, por su naturaleza, debe ser cantado. Si no se puede cantar todo el salmo,

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por lo menos debería cantarse el responsorio. Al cantarlo es importante que se tenga cuidado
que la melodía, especialmente del responsorio, pueda ser cantada fácilmente por el pueblo y que
refleje armonía y belleza.
Para la lectura del Evangelio en las celebraciones solemnes:
 Si se utiliza el incienso, durante el canto de la aclamación, después de la segunda lectura o
después del salmo responsorial, según sea el caso, se organiza la procesión formada por los
ciriales, el turiferario, la naveta y, si lo hay, el diácono.
Se va hacia la sede en donde se encuentra el celebrante, el cual echa incienso en el incensario y
da la bendición al diácono. Si no hay diácono se omite esta parte.
La procesión se dirige luego hacia el altar; el diácono recoge el Evangeliario, bendice con él a la
Asamblea y prosigue hacia el ambón. Si no hay diácono, esa función corresponde al celebrante
o a uno de los con celebrantes si los hay.
Si el diácono es quien ha proclamado el Evangelio, terminada su tarea lleva el Evangeliario en
procesión al celebrante para que lo venere.
3.3.2. La homilía:
La homilía debe tenerse en todas las celebraciones eucarísticas, al terminar la proclamación del
Evangelio.
Los domingos ésta debe ser más elaborada y extensa. Entre semana puede ser más breve pero no
debe omitirse.
Para la homilía es indispensable tener los siguientes criterios:
Se trata de explicar, comentar y actualizar el mensaje de las lecturas bíblicas que han sido
proclamadas. Por lo mismo es conveniente que ésta sea preparada cuidadosamente.
De ordinario la homilía corresponde a quien preside la Eucaristía. Por razones pastorales se
puede delegar a que la misma sea Hecha por el diácono o, si las circunstancias pastorales lo
recomiendan, puede ser preparada en forma comunitaria y compartida con la Asamblea en la
manera que se considere más adecuada.
En cualquiera de los casos, el criterio fundamental que se debe tener es que se mantenga la
relación entre la homilía y las lecturas de la Escritura que la preceden.
Para la preparación de la homilía es importante que se tenga en cuenta que, en la elaboración del
leccionario, se han seguido ciertos criterios: o Cuando se trata de las lecturas dominicales o
festivas, de normalmente la primera lectura y el salmo indican un anuncio profético que, en el
Evangelio se cumple y, en la segunda lectura, encuentra una forma de aplicación concreta a la
vida de la comunidad. o Las lecturas entre semana para los tiempos litúrgicos fuertes,
generalmente tienen entre sí una conexión temática que con estudio, reflexión y oración es
fácilmente reconocible. o Las lecturas entre semana del tiempo ordinario siguen más bien el
criterio de lectura continuada, por lo que no existe una vinculación entre la temática de la
primera lectura y el Evangelio, aunque tampoco es difícil encontrar su vinculación como
profecía – cumplimiento, cuando se penetra dentro del sentido profundo de la Escritura.
3.3.3. El Credo:
En el misal hemos introducido tres formas de proclamar el Credo.
Se puede optar por cualquiera de las tres.
Es importante que se tome en cuenta que, si se usa la fórmula del Credo Niceno
Constantinopolitano, es recomendable que se mantenga la versión original y genuinamente
católica, que es la que se encuentra en nuestro misal; pues la fórmula romana tiene innovaciones
introducidas en el siglo XI, que ha sido causa de división y ruptura en la catolicidad.
Si como rito penitencial se recurre al empleo de la fórmula con las “Renuncias bautismales”, es
recomendable que la profesión de fe se haga utilizando el “Credo bautismal”.
Es admisible, por razones pastorales de peso y, en circunstancias especiales, que se adapte la
profesión de fe con expresiones más comprensibles y significativas para la comunidad, siempre
que se mantenga su contenido fundamental.
3.3.4. La Oración de los fieles:

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Durante la oración de los fieles normalmente se pide por la Iglesia Universal, por nuestra Iglesia
local, por las comunidades, por las necesidades civiles y por las intenciones y necesidades
particulares.
La forma concreta de realizar esta oración, dependerá de la costumbre del lugar.
Es importante que se busquen maneras de expresión que aseguren la participación activa de toda
la Asamblea.
3.3.5. El rito de la paz:
Con fundamento en el Evangelio y por razones pastorales, el rito de la paz lo celebramos antes
de la presentación de las ofrendas.
Es importante que el mismo, a través de una adecuada introducción, sea reconocido como
momento para expresar la reconciliación interior y el compromiso de trabajar por la justicia y la
paz.
Ubicado en este momento, el rito puede expresarse con efusión y ser acompañado con cantos
alusivos, sin que se rompa el ambiente de oración.
3.4. LA LITURGIA EUCARÍSTICA.
3.4.1. Las ofrendas:
Normalmente la presentación de ofrendas es introducida con una oración de acción de gracias y
de súplica por los bienes materiales, dirigida por un ministro laico.
Es importante que se tome conciencia de que las ofrendas son signo de la entrega personal y de
la gratitud por todos los bienes materiales de que se disfruta.
3.4.2. El ofertorio:
Para subrayar la participación de la Asamblea como pueblo sacerdotal, dentro de la celebración,
la forma ordinaria de celebrar el ofertorio es que fieles laicos traigan las especies hasta el altar y
las presenten, mientras el pueblo entona cantos alusivos al ofrecimiento, primero del pan y
luego del vino.
Terminada la presentación de las ofrendas, si se está utilizando incienso, el celebrante, después
de echar incienso en el incensario, hace la incensación de las ofrendas y el altar. Concluida ésta,
el diácono o, en su defecto, el turiferario, hace la incensación del celebrante.
El lavatorio de las manos del celebrante es opcional. Si se realiza se hace después de terminar la
presentación de las ofrendas o, si la hay, terminada la incensación.
El ofertorio concluye con la invitación a la oración y con la oración sobre las ofrendas.
3.4.3. La Plegaria Eucarística o Anáfora:
Comienza con el canto del Prefacio, sigue con el canto del “Santo” y continúa con la anámnesis,
las Epíclesis, las peticiones universales y otras especiales y la doxología final.
En nuestro misal contamos con catorce anáforas, lo cual permite que, de acuerdo al tiempo
litúrgico, a la temática y a la ocasión de la celebración, se pueda emplear la que más se adecue.
De las catorce plegarias eucarísticas las doce primeras provienen, en su contenido fundamental,
del misal romano; la treceava del de la Iglesia Católica Apostólica.
3.4.3.1. Sobre el Prefacio:
Siendo un cántico de acción de gracias, lo normal es que el Prefacio sea cantado, aunque por
razones pastorales, se puede recitar.
Es oportuno tratar de que el prefacio sea seleccionado de acuerdo con la temática concreta de la
celebración. En el misal se ofrece una amplia gama de opciones, además de los diez prefacios
que introducen a diez de las catorce plegarias eucarísticas.
Se recomienda usar los prefacios indicados para cada tiempo propio. Sin embargo, por razones
pastorales y para responder mejor a la temática concreta que se enfatiza en la celebración, se
puede optar por utilizar otros de los prefacios incluidos en el misal.

En casos excepcionales, por razones pastorales de peso, incluso se pueden introducir otras
formas de prefacio, con tal que se tenga en cuenta la estructura fundamental de éste: se trata de
una acción de gracias al Padre, por Jesucristo, su Hijo amado que, en la historia de la salvación,
tanto antiguamente como en el presente, actúa por medio del Espíritu, trayendo la vida, la
libertad, la sanación, la alegría y bendiciones sobre la Iglesia y sobre toda la creación. Teniendo

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en cuenta estos criterios básicos, se pueden elaborar prefacios que sean más adecuados para la
ocasión específica que se celebra.
3.4.3.2. Sobre el “Santo”:
Es un cántico que, en su formulación, tiene base bíblica y data de tiempos antiguos.
Por lo mismo, es importante que se cante sin alterar su formulación básica, aunque se le puedan
hacer adaptaciones de estilo.
Es una de las partes de la liturgia que debería cantarse siempre.
3.4.3.3. Postura de la asamblea durante la Plegaria Eucarística.
Se debe tomar conciencia de que, desde que termina el “Santo” hasta la doxología final y el
gran “Amén”, se trata de una única oración, articulada en varias partes.
Esto hace que lo más recomendable es que la Asamblea ejerza su dignidad sacerdotal a través
de la oración de súplica, antes de la consagración, y de adoración y acción de gracias, después
de ésta, manteniéndose en la misma postura.
Para esas formas de oración, la postura corporal ideal es que la asamblea esté de rodillas.
En donde razones pastorales o hábitos locales aconsejen actuar diversamente, se debe animar a
que, por lo menos, desde que termina el “Santo”, hasta que termina la aclamación después de la
“Epíclesis” posterior al Memorial, se esté de rodillas, pudiendo ponerse de pie en el momento
de la Aclamación.
Razones pastorales concretas pueden hacer que sea más conveniente tener otras posturas
durante toda la plegaria – por ejemplo, estar de pie o, incluso, sentados.
En todo caso es importante que, aun cuando se indique cuáles son las posturas ideales, se
respete la libertad de cada persona para decidir sobre la cuestión.
3.4.3.4. Las “Epíclesis” dentro de la Anáfora:
Quizás la parte de la Anáfora que necesita ser explicada con más detalle es la referente a las
Epíclesis”, dado que hemos optado por emplear dos: una menos amplia, antes del Memorial de
la Última Cena, proveniente especialmente del rito latino y otra después de la proclamación del
Memorial, más consistente y significativa, cuyo origen se encuentra sobre todo en los ritos
católicos de oriente y, específicamente, en anáforas como las de San Basilio y San Juan
Crisóstomo; las cuales, con variaciones han pasado a otras iglesias católicas de occidente.
Consideramos que la “Epíclesis” después del Memorial es más significativa que la pronunciada
antes del Memorial.
Su relevancia proviene, no solamente de sus raíces históricas y de su antigüedad sino, del
contexto simbólico en el que se pronuncia.
Es fe común que, a través de la proclamación del Memorial sobre el pan y el vino, éstos se
convierten en “símbolo” del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, mientras que antes del Memorial,
no pasan de ser meras ofrendas materiales.
Por lo mismo, invocar la efusión transformadora del Espíritu sobre auténticos símbolos, para
que se conviertan en realidad sacramental, es mucho más significativo que hacerlo sobre
simples dones.
A pesar de esta convicción, hemos considerado oportuno mantener la primera
“Epíclesis”, con las características que tiene en el rito latino, tanto por la sensibilidad y tradición
religiosa del pueblo de Dios que forma nuestra Iglesia local, como por razones ecuménicas.
3.4.3.5. Las peticiones dentro de la Anáfora:
Entre las peticiones que se hacen después de la consagración de las especies, ocupa el primer
lugar las súplicas por la Iglesia.
Hemos considerado fundamental mantener la oración explícita por el Sucesor del apóstol, Pero,
el obispo de Roma, porque consideramos que, habiendo recibido el encargo de presidir en la
caridad y de ser signo y vínculo de unidad entre todos los cristianos, es deber nuestro orar para
que, redescubriendo los alcances y características de la misión que le fue confiada, pueda
cumplirla en plena consonancia con la Tradición Apostólica.
Dentro de las preces oramos también por las Iglesias con las cuales mantenemos plena
comunión, por las demás iglesias y, al mencionar la frase “por todos los que cuidan de tu
pueblo”, es nuestra intención incluir en nuestra oración a todos los hombres y mujeres de buena

13
voluntad que, independientemente de su credo o convicciones religiosas, aún sin saberlo o
incluso excluyéndolo, trabajan porque el Reino de Dios se instaure y manifieste en el mundo.
La oración explícita por nuestra Iglesia local no es forma de particularismo sino expresión de la
convicción de que la Iglesia una, santa, católica y apostólica se hace sacramentalmente presente
en la Iglesia local, especialmente cuando ésta se reúne en Asamblea litúrgica. Por lo mismo la
referencia a nuestra Iglesia local concreta se inserta como súplica para que, desde su pequeñez,
limitación y pobreza, sirva como sacramento universal de salvación.
3.4.3.6. Posibles variantes dentro de la Anáfora:
Aun cuando la gama de opciones para escoger la plegaria eucarística es amplia, no se excluye
que, en casos concretos, se puedan variar algunos aspectos de las mismas o, incluso, se
introduzcan otras plegarias provenientes de otras tradiciones litúrgicas o, se compongan nuevas
plegarias, adaptadas a circunstancias específicas.
Para hacer las adaptaciones, emplear plegarias de otras tradiciones litúrgicas o elaborar nuevas
formulaciones, es esencial que se tengan en cuenta tres criterios básicos, que no pueden
alterarse en su esencia, sin alterar gravemente el significado de la Eucaristía:
La Anámnesis o Memorial y las Epíclesis corresponde pronunciarlas exclusivamente al ministro
ordenado, obispo o presbítero, ya sea individualmente o conjuntamente en las misas
concelebradas. Por ninguna razón estas partes pueden ser pronunciadas por un fiel ni tampoco
deben ser pronunciadas conjuntamente por el celebrante y los fieles que conforman la Asamblea
Litúrgica. Esto no implica que el pueblo de Dios no deba estar en oración de súplica ferviente
para que se realice la efusión transformadora del Espíritu sobre las ofrendas y que, según la
costumbre del lugar, ésta incluso pueda ser expresada conjuntamente en voz alta.
Si razones pastorales de peso hacen que se considere oportuno que algunos fieles, además de
participar durante la Plegaria Eucarística por medio de la oración y del canto o recitación de las
aclamaciones previstas, tengan otras formas de intervención, se puede disponer que, de una
manera adecuada se involucren al hacer las peticiones por la Iglesia y, eventualmente, otras
peticiones especiales que se incluyan dentro de la plegaria para la ocasión específica.
Toda Anáfora tiene que incluir tres elementos esenciales: la Anámnesis o Memorial; la(s)
Epíclesis, entre las cuales, si se opta por omitir una, es recomendable no omitir la pronunciada
después del Memorial; y las peticiones por la Iglesia universal y por la Iglesia local.
Manteniendo estos tres elementos, se pueden añadir algunas las peticiones alusivas a la
celebración concreta e, incluso, la formulación de las Epíclesis y de las peticiones por la Iglesia,
puede adaptarse a las circunstancias, siempre que se conserve su contenido y significado
esenciales.
3.4.3.7. La Doxología final:
Considerada como síntesis y conclusión de toda la Plegaria Eucarística, la doxología final debe
ser cantada y al “Amén” con el que se concluye la misma, debe dársele, a través del canto, una
relevancia particular.
La doxología puede ser cantada solamente por el celebrante o también, conjuntamente, con todo
el pueblo.
Todo el pueblo, sin embargo, debe participar en todas las ocasiones en el canto del gran
“Amén”.
En donde las circunstancias pastorales no aconsejen lo contrario, es muy recomendable que la
elevación de las especies consagradas, que se hace durante el canto de la doxología, sea Hecha
por fieles que sean representativos en la comunidad podría tratarse, por ejemplo, de los
ministros de la comunión –. El sentido de esa participación es subrayar el Hecho de que, en el
sacrificio eucarístico, todo el pueblo se está ofreciendo como “hostia viva, agradable al Padre”.
3.5. EL RITO DE COMUNIÓN.
3.5.1. El Padre nuestro, su doxología y la oración por la paz:
El rito de comunión comienza con la recitación o canto del “Padre nuestro” y de su doxología
conclusiva.
Es importante que, en donde sea posible, toda la Asamblea se una de manos, para significar la
comunión existente entre todos y que al final, las manos unidas sean alzadas, como símbolo de

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que, manteniéndose unidos, como la comunidad de Cristo resucitado, se está preparado para la
victoria sobre las fuerzas del mal y para dar ante el mundo testimonio del Evangelio.
Inmediatamente después y, precisamente en vistas de la vocación de cristiana de ser fermento
del Reino en el mundo, el celebrante recita una oración pidiendo la paz, la entereza y la
capacidad de reconocer la presencia del Reino. Esta oración concluye con el recordatorio de
que, en Jesucristo, por la fuerza del Espíritu y la presencia del Reino, la paz ha llegado hasta
nosotros. Este recordatorio de la paz que se hace en este momento, es de diferente naturaleza del
saludo de la paz que se hizo antes del ofertorio.
El saludo de la paz es expresión del compromiso de reconciliación que hace el creyente antes de
presentar las ofrendas. El recordatorio de paz este momento, reafirma los frutos que tiene la
presencia de Cristo en la Iglesia y de los cuales participará el fiel a través de la comunión.

3.5.2. El canto del “Cordero de Dios” y distribución de la comunión a los ministros.


Inmediatamente después del recordatorio de la paz, el celebrante, el diácono u otro ministro dan
la hostia consagrada a quienes se involucrarán en la distribución de la comunión, de tal forma
que puedan comulgar antes de darla al pueblo.
Éstos conservan la hostia consagrada en la mano hasta después de que el celebrante invita al
pueblo a comulgar o, si se comulga bajo las dos especies y la comunión con el cáliz se hace por
“intinción” (sumergiendo la hostia dentro del cáliz), se espera hasta después de que sea
presentado el cáliz a cada uno de los comulgantes.
3.5.3. Participación del pueblo de Dios en la comunión.
Es importante facilitar y animar a que todo el pueblo de Dios pueda comulgar.
Por lo mismo, se deben buscar formas pastorales y, cuando sea el caso, también jurídicas, para
que quienes tienen algún impedimento para recibir la comunión, lo puedan superar.
El ideal es que toda la asamblea, que haya Hecho la primera comunión pueda acercarse a recibir
la comunión.
Naturalmente esto no implica caer en laxismo ni perder la noción de que existen ciertos
requisitos con los que se debe cumplir antes de comulgar. Lo que se quiere recordar y subrayar
es que en la comunidad se debe asumir el compromiso de ofrecer todos los medios posibles para
que cada uno de sus miembros pueda comulgar dignamente.
Cuando hay visitantes pertenecientes a otras iglesias se les permitirá el acceso a la comunión,
con tal que se tenga la certeza de que comparten íntegramente nuestra misma fe acerca de la
Eucaristía y de que no tengan impedimentos éticos para recibir la comunión.
La fe acerca de la Eucaristía que se requiere es: creer firmemente que la Eucaristía es un
sacramento, por el cual se recibe el Cuerpo y la Sangre de Cristo, se participa en la actualización
del único sacrificio de Jesucristo y se es ungido con la fuerza del Espíritu Santo.
Si los visitantes no comparten íntegramente esa fe o tienen impedimentos éticos, con caridad,
pero también con claridad, se debe evitar que participen en la comunión.
3.5.4. La forma de recibir la comunión.
En donde las condiciones pastorales lo permitan, es recomendable que la comunión se
administre bajo las dos especies.
Del cáliz se podrá participar ya sea bebiendo directamente de él o sumergiendo la hostia
consagrada en él.
En donde la comunión bajo las dos especies no sea posible, se debe insistir en que, en cada una
de las especies, está plenamente presente Cristo con su Cuerpo y su Sangre. Por lo mismo, al
recibir la comunión únicamente bajo una especie, aunque externamente el símbolo sea parcial,
espiritualmente y sacramentalmente los frutos son plenos e idénticos a cuando se recibe bajo las
dos especies.
La postura ordinaria para recibir la comunión es estar de pié, por el carácter de envío misionero
que se recibe juntamente con la recepción de la comunión. En donde exista la costumbre de
recibirla de rodillas, para subrayar el aspecto de adoración, si se cree oportuno, se puede hacer
una catequesis para indicar el sentido de recibirla de pie, pero, en todo caso, se debe respetar la
costumbre del lugar y la sensibilidad de cada uno de los fieles. Por razones pastorales, en

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circunstancias especiales, también se puede optar por recibir la comunión en otra postura que se
considere más adecuada.
De acuerdo a la costumbre del lugar y a la conveniencia pastoral, la comunión se puede colocar
sobre la mano o darla directamente en la boca. Cuando se da sobre la mano, para que el fiel
comulgue por sí mismo, es importante que se haga una catequesis adecuada acerca de la actitud
de adoración, del respeto y del cuidado que se debe tener hacia las especies consagradas.
Los feligreses pueden comulgar el mismo día varias veces, con tal que participen con fe e
íntegramente a las diferentes celebraciones eucarísticas.

3.6. EL RITO DE CONCLUSIÓN.


Abarca la oración después de la comunión, si es el caso, los avisos pastorales, la bendición final,
el saludo de despedida y la procesión de salida.
3.6.1. La oración después de la comunión:
Normalmente la hace el celebrante desde la sede o desde otro lugar conveniente.
La asamblea usualmente está de pie durante la oración, aunque por razones pastorales, se puede
optar porque la asamblea esté en otra postura.
3.6.2. Los avisos pastorales.
Los avisos nunca deben hacerse antes de recitar o cantar la oración después de la comunión.
Deben ser breves y claros.
Corresponde hacerlos al monitor o, eventualmente a otra persona idónea.
3.6.3. La bendición.
Si la Misa es concelebrada, es conveniente que la bendición la impartan conjuntamente todos
los ministros ordenados que han concelebrado.
Si se trata de una celebración especial, es recomendable que se imparta la bendición solemne.
En el misal hay fórmulas de bendición solemne para las diferentes ocasiones.
3.6.4. La despedida y la procesión de salida.
El saludo de despedida corresponde hacerlo al diácono o, en su defecto, al celebrante.
Terminado el saludo, inicia el canto de salida.
Solamente después de que ha iniciado el canto, quienes han celebrado veneran el altar, se
organiza la procesión en sentido inversa a la de entrada, se hace una reverencia profunda hacia
el altar y luego se procede a salir.
4. MINISTERIOS DENTRO DE LA EUCARISTÍA.
Como forma de expresar la activa participación de la Asamblea dentro de la Eucaristía, es
indispensable que se estimule entre los fieles la participación de suficientes ministros y
servidores, para las diferentes funciones litúrgicas.
4.1. LOS LECTORES Y CANTORES:
Los lectores son los encargados de hacer las lecturas (a excepción del Evangelio, salvo en el
caso de que éste se proclame en un idioma desconocido por el diácono o el celebrante).
El cantor es el encargado de entonar el Salmo responsorial y, eventualmente, otra antífona en un
momento oportuno.
4.2. EL MONITOR:
Es el encargado de hacer oportunas introducciones en diferentes momentos de la celebración
Eucarística.
Las moniciones deben tener las siguientes características:
Ser breves, directas y claras.
Se deben pronunciar con agilidad, soltura y buena entonación.
Cuando se deben iniciar hay que evitar silencios que distraen. El monitor ya debe estar en el
lugar desde donde las pronunciará y con el equipo listo, en el momento en que le corresponde
actuar.
Dentro de la celebración es recomendable que únicamente se tengan las siguientes moniciones:
Antes del inicio de la procesión de entrada.

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Una monición antes del inicio de las lecturas, en la cual se subraya brevemente la conexión
entre las lecturas que se leerán y el mensaje fundamental que, en su conjunto, transmiten a la
asamblea. Se debe evitar que se haga una monición antes de cada lectura. Tampoco se debe
hacer un resumen de las lecturas,
Después del saludo de paz, antes de la procesión de ofrendas.
Después de la bendición, antes del saludo de despedida.
Cuando se administra otro sacramento dentro de la Eucaristía, se pueden hacer moniciones en
los momentos adecuados.
4.3. LOS SERVIDORES DEL ALTAR:
Son los encargados de ayudar en el servicio del altar.
En las celebraciones solemnes es necesario contar con los siguientes servidores:
Encargado de la cruz procesional.
Dos encargados de las velas procesionales o ciriales que, posteriormente, serán los encargados
de ayudar con acercar los vasos sagrados y otros elementos al altar, así como con el lavatorio de
las manos, si se realiza.
Encargado del misal. Es quien presenta el misal, cuando el celebrante lo utiliza desde la sede o
ayuda a manejarlo cuando se está en el altar.
Encargados del incensario (turiferario) y de la naveta. Además de llevar estos objetos, son los
encargados de incensar al celebrante después del ofertorio, si no está presente el diácono.
En las misas pontificales, es necesario un servidor para llevar la mitra y otro para el báculo.
4.4. LOS MINISTROS DE LA COMUNIÓN:
Es conveniente que se cuente con suficiente número de ministros de la comunión, para que su
distribución sea ágil.
Estos deben haber sido previamente instituidos y tener la capacidad y entrenamiento ministerial
para que su servicio sea digno.
4.5. LAS VESTIDURAS DE LOS MINISTROS Y SERVIDORES:
De acuerdo a la cultura y posibilidades, se deberá tratar de que quienes participan en algún
ministerio dentro de la Eucaristía, utilicen distintivos acordes a su ministerio y, en todo caso,
debe tenerse cuidado de que se presenten vestidos en una forma digna del ministerio que
desempeñarán.

5. EL CANTO DENTRO DE LA CELEBRACIÓN LITÚRGICA.


5.1. IMPORTANCIA DEL CANTO:
El canto juega un papel fundamental dentro de la celebración Eucarística.
Por ello es indispensable que, cuando se hace la selección de cantos que se entonarán y la
melodía que se les dará, se tenga cuidado de los siguientes aspectos:
Que sintonicen con el tiempo litúrgico.
Que ayuden a manifestar y fortalecer la temática específica de cada Eucaristía.
Que mantengan relación con el mensaje de las lecturas bíblicas que se proclaman.
Que sean significativos para la espiritualidad y cultura específicas de la comunidad.
5.2. ORDEN DE PRIORIDADES RESPECTO A LOS CANTOS QUE SE ENTONAN:
Litúrgicamente hay un orden de prioridades respecto a los cantos que se entonan.
Esto significa que, si no se cantan todas las partes que se acostumbra cantar, a la hora de optar
por las partes de la celebración en la que se intervendrá con cantos, se deben tener los siguientes
criterios litúrgicos respecto al canto:
La prioridad número uno la tienen las aclamaciones y las doxologías de la Plegaria Eucarística.
Específicamente se trata de: El “Santo”.
La aclamación después de la consagración.
La doxología final de la plegaria eucarística, con su gran “Amén”.
De ser posible, estas partes deberían siempre ser cantadas, con la debida solemnidad.
El segundo lugar lo ocupan otras aclamaciones o himnos. Concretamente se trata de: El
“Gloria”.
La Aclamación antes del Evangelio (que si no se canta puede omitirse y que, a excepción del

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tiempo de Cuaresma, debería implicar el canto del “Aleluya”).
La doxología después del “Padre nuestro”.
El “Cordero de Dios” (que debe prolongarse tanto cuanto dure la fracción del pan y la
distribución de la comunión a quienes la reciban antes de que el celebrante la presente a toda la
asamblea y, solamente al final, se concluye con la fórmula “danos la paz”).
Los demás cantos deben elegirse de acuerdo al tiempo litúrgico, a la temática concreta de la
celebración y a la función que se espera que jueguen dentro de la liturgia:
El canto de entrada: debe prolongarse durante la procesión de entrada, la veneración del altar y,
si la hay, durante la incensación de los ministros y del pueblo. Terminadas estas acciones, se
debe terminar también el canto.
Cuando sea el caso, los cantos penitenciales, ya sea dentro de la administración del sacramento
de la Reconciliación o como parte del acto penitencial. Estos deben ajustarse al contexto de la
celebración.
El canto de la paz, inmediatamente después de la oración de los fieles.
Debe prolongarse solamente durante el tiempo que dure el rito de la paz.
El canto de ofertorio, debe adecuarse en la letra, a la presentación primero del pan y luego del
vino.
Eventualmente puede decidirse que se cante el “Padre nuestro”. En tales casos es indispensable
que el canto se ciña estrictamente a la letra de esta oración, sin introducir otras letras o melodías
que la prolonguen innecesariamente.
El canto de comunión, que sirve para acompañar la distribución de la comunión.
El canto de salida, que debe iniciar inmediatamente después del saludo de despedida y
prolongarse hasta que concluya la procesión de salida del celebrante y los ministros.
6. OTROS ELEMENTOS DE LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA.
6.1. EL USO DEL INCIENSO DENTRO DE LA CELEBRACIÓN:
El incienso tiene una función simbólica dentro de la celebración,
Por una parte, implica el reconocimiento de la presencia del Espíritu en la Asamblea y en el
celebrante y, por lo que, en determinados momentos, se les inciensa.
Por otra parte, expresa el carácter reverencial que se reconoce a ciertos símbolos como el altar,
el evangeliario, la cruz y otras representaciones religiosas.
Finalmente es signo de que cuanto celebra la Asamblea litúrgica llega hasta la presencia de
Dios.
Con este sentido, normalmente los momentos en los que se hacen las incensaciones son los
siguientes:
Al inicio el celebrante inciensa el espacio en el que tendrá lugar la celebración, a los ministros y
a la Asamblea, subrayando de esta forma, el reconocimiento de ser pueblo sacerdotal y de su
función protagónica dentro de la celebración.
Antes de la lectura del Evangelio se hace la incensación del Evangeliario.
Después de la presentación de las ofrendas, éstas, al igual que el altar, son incensados por el
celebrante y éste, a su vez, es incensado por el diácono o el turiferario.
Finalmente, después del Memorial Eucarístico, las especies son incensadas al presentarlas a la
Asamblea.
Eventualmente, de acuerdo a los usos especiales, se puede incensar en otros momentos.
Es recomendable que, si la sensibilidad y la cultura de la comunidad no son contrarias a este
uso, se recurra al uso del incienso en todas las celebraciones dominicales y en las solemnidades.
6.2. LOS VASOS SAGRADOS Y LOS ORNAMENTOS.
6.2.1. Los vasos sagrados:
Con el término de “vaso sagrado” se designan los recipientes en los cuales se presentan, se
consagran, se distribuyen y, eventualmente, para el caso de las hostias, se conservan las especies
eucarísticas.
Estos pueden ser de cualquier material que sea funcional y que ayude a que las sagradas
especies se conserven en manera digna y con seguridad.
Hacia los vasos sagrados, independientemente del material del que estén Hechos, se debe tener
cuidado y respeto especiales.

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En los casos en los que el empleo de materiales preciosos para la confección de los vasos en los
que se conservan las especies consagradas, pueden poner en riesgo la seguridad de éstas, es
preferible que se recurra al uso de materiales que, aunque de calidad inferior, sin embargo,
ofrecen mejores garantías de seguridad para la conservación de la Eucaristía.
6.2.2. Los ornamentos:
Para la celebración Eucarística el celebrante normalmente emplea la túnica o alba, la estola y la
casulla. Ésta última debe corresponder con el color litúrgico del tiempo específico, aunque en
casos especiales, el dorado o el blanco pueden ser utilizados, si no se cuenta con el color
preciso.
Los ornamentos pueden ser elaborados de cualquier material adecuado a las posibilidades, al
clima y la cultura del lugar, teniendo, sin embargo, cuidado de que, su presentación, ayude a
reconocer la dignidad de la celebración Eucarística.

Propio
19
del Tiempo
de Ordinario

El tiempo ordinario o "durante el año" comprende treinta y cuatro o treinta y tres semanas.
Comienza el lunes siguiente al domingo después del 6 de enero y continúa hasta el comienzo de
la Cuaresma, el martes anterior al miércoles de Ceniza; comienza nuevamente el lunes después
del domingo de Pentecostés y termina el sábado anterior al primer domingo de Adviento.
Los domingos y las semanas del tiempo "ordinario" o "durante el año" se cuentan del modo
siguiente:
El domingo en que se celebra la fiesta del Bautismo del Señor corresponde al primer domingo
"durante el año"; la semana que le sigue es la primera de este tiempo. Los demás domingos y
semanas se enumeran en orden progresivo hasta el comienzo de la Cuaresma.
Después de Pentecostés, cuando hay treinta y cuatro semanas "durante el año", la numeración
interrumpida por la Cuaresma se continúa en la semana que sigue al domingo de Pentecostés,
teniendo en cuenta, sin embargo, que la Misa del domingo de Pentecostés y de la solemnidad de
la santísima Trinidad ocupan el lugar de las misas dominicales. Pero cuando hay treinta y tres
semanas "durante el año" se omite la primera semana que debería tomarse después de
Pentecostés.
Por lo tanto, en el Misal se presentan treinta y cuatro misas para los domingos y ferias de este
tiempo, que se utilizan según estos principios:
a) En los domingos, como de costumbre, se utiliza la Misa que corresponde al número del
domingo del tiempo "ordinario" o "durante el año", a no ser que coincida con una solemnidad o
fiesta que tome su lugar.
b) En las ferias puede decirse cualquiera de las treinta y cuatro Misas, teniendo en cuenta la
utilidad pastoral de los fieles; también es muy recomendable aprovechar, para dichas ferias, los
formularios de Misas "votivas" y "para diversas circunstancias".
En estos domingos se canta o se dice el Gloria y se dice el Credo, pero se omiten en las ferias.
En los domingos se dice alguno de los prefacios dominicales del tiempo "durante el año", a no
ser que se elija una Plegaria eucarística con prefacio propio, y en las ferias se dice alguno de los
prefacios comunes a no ser que también se utilicen Plegarias eucarísticas con prefacios propios
o, en el caso de las ferias, se utilice algún formulario de Misa que recomiende otro prefacio.

20
Para la comunión se proponen dos antífonas, la primera tomada de los salmos y la otra,
generalmente, se toma del Evangelio. Puede elegirse una de las dos, según las circunstancias,
prefiriendo, sin embargo, la que mejor concuerde con el Evangelio del día.

Domingo después de Pentecostés


LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Solemnidad
Antífona de entrada
Bendito sea Dios Padre, y el Hijo único de Dios, y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia con nosotros. Aleluya.
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA
21
Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de verdad
y el Espíritu santificador revelaste a los hombres el
misterio de tu vida, te pedimos que en la profesión de la
verdadera fe reconozcamos la gloria de la Trinidad y
adoremos al único Dios.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor y Padre nuestro, por la invocación de tu Nombre


santifica estos dones de nuestro culto, y por ellos
conviértenos en ofrenda eterna para tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio
EL MISTERIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

22
Realmente es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Que con tu único Hijo
y el Espíritu Santo
eres un solo Dios, un solo Señor;
no una sola Persona,
sino tres Personas distintas
en una sola naturaleza.
Y lo que creemos de tu gloria,
porque tú lo revelaste,
lo afirmamos también de tu Hijo
y del Espíritu Santo,
sin ninguna diferencia.
De modo que al proclamar nuestra fe
en la verdadera y eterna Divinidad,
adoramos a tres Personas distintas,
de única naturaleza
e iguales en su dignidad.
A quien alaban los ángeles y los arcángeles
que no cesan de aclamarte con una sola voz:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Porque son hijos, Dios infundió en los corazones de ustedes el espíritu de su hijo, que clama: ¡Abbá! es decir ¡Padre! (Gal. 4,6)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, te pedimos que la recepción de


este sacramento y la profesión de nuestra fe en ti, único
Dios en tres personas, sea provechosa para nuestra
salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
23
Domingo después de la Santísima Trinidad
SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Solemnidad
Antífona de entrada
El Señor los alimentó con lo mejor del trigo, y los sació con miel silvestre. (Cf. Sal. 80,17)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA (dirigida a Jesucristo)

Señor Jesucristo, que en este admirable sacramento nos


dejaste el memorial de tu Pasión, concédenos venerar de
tal manera los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu
Sangre, que podamos experimentar siempre en nosotros
los frutos de tu redención.
24
Tú que eres Dios, y vives y reinas con el Padre y el
Espíritu Santo en unidad por los siglos de los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

En tu bondad, Señor y Dios nuestro, concede a tu


Iglesia los dones de la unidad y de la paz,
significados en las ofrendas que te presentamos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la Eucaristía I o II.
Antífona de comunión
Dice el Señor: el que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. (Jn. 6,57)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN (dirigida a Jesucristo)

Señor Jesucristo, Vida de todos nosotros, te pedimos que


podamos saciarnos en el banquete de tu Reino anticipado
en el sacramento de tu Cuerpo y de tu Sangre.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Es conveniente que la procesión eucarística se haga después de la Misa en la cual se consagra la hostia que se lleva en la procesión.
Pero nada impide que la procesión se efectúe también después de una pública y prolongada adoración que siga a la Misa. Si la
procesión sigue a la Misa, terminada la comunión de los fieles, se lleva al altar el ostensorio o custodia y en este vaso sagrado se
coloca la hostia consagrada. Pronunciada la oración después de la comunión y omitidos los ritos conclusivos se inicia la procesión.

Viernes siguiente al segundo domingo de


Pentecostés
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Solemnidad
Antífona de entrada
Los designios del corazón de Dios permanecen para siempre. Él salva a sus fieles de la muerte, sustentándolos en el tiempo de
indigencia. (Sal. 32,11.19)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios rico en misericordia, en el Corazón de tu Hijo muy


amado nos das la alegría de celebrar las grandes obras de
tu amor; te rogamos que de esta fuente inagotable
alcancemos la abundancia de tus dones.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
25
siglos de los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre compasivo, mira la inefable caridad del Corazón


de tu Hijo amado; haz que esta ofrenda te sea agradable y
sirva para el perdón de nuestros pecados.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
EL INMENSO AMOR DE CRISTO
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Él mismo, al ser elevado en la cruz,
se entregó por nosotros con amor admirable,
y de su costado herido
brotó Sangre y agua,
símbolos de los sacramentos de la Iglesia;
así, acercándonos todos
al Corazón abierto del Salvador
podemos beber con alegría
en la fuente de la salvación.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,

26
cantamos un himno a tu gloria,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Dice el Señor: el que tenga sed venga a mí; y beba el que cree en mí.
De su seno brotarán manantiales de agua viva. (Jn. 7,37.38)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre providente, que este sacramento de tu amor nos


haga fervorosos en la caridad, para que, atraídos por tu
Hijo, aprendamos a reconocerlo en nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Misas dominicales y cotidianas


I DOMINGO TIEMPO ORDINARIO
En lugar del domingo primero del tiempo "durante el año" se celebra la fiesta del Bautismo del Señor.
Antífona de entrada
He visto sentarse sobre el trono celestial un hombre a quien los ángeles adoran, mientras cantan a una voz: "Éste es aquel cuyo
poder permanecer para siempre."

ORACIÓN COLECTA

Acompaña, Padre, los deseos y plegarias de tu pueblo;


danos luz para conocer tu voluntad y fortaleza para
cumplirla.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Padre, la ofrenda de tu pueblo; que por ella


recupere la santidad y obtenga lo que pide con piedad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Dice el Señor: yo he venido para que tengan Vida, y la tengan en abundancia. (Jn 10,10)

27
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Ya que nos has restaurado con tus sacramentos, te


suplicamos, Dios todopoderoso, que podamos servirte en
todo según tu voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES I SEMANA
Antífona de entrada
He visto sentarse sobre el trono celestial a un hombre, a quien los ángeles adoran, mientras cantan a una voz: Este es aquél cuyo
poder permanece para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, atiende con amor los deseos y plegarias de


tu pueblo, para conocer lo que debemos hacer y poner en
práctica lo que nos enseñas. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te sea agradable, Señor, la ofrenda de tu pueblo; que


ella nos alcance la santidad y nos obtenga lo que
confiadamente pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 35, 10
Señor, en ti está la fuente de la vida, y por tu luz vemos la luz.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

28
Dios todopoderoso, concede, a quienes has alimentado
con tus sacramentos, servirte con una vida santa. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES I SEMANA
Antífona de entrada Cf. Ef 1, 9. 10
Dios nos hizo conocer el misterio de su voluntad: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es
Cristo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, con admirable providencia has dispuesto


que el Reino de Cristo se extendiera por todo el mundo y
que todos los hombres participaran de la redención;
concede a tu Iglesia ser sacramento universal de salvación
y manifestar el Salvador a todos los hombres. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso, mira las ofrendas de tu pueblo


santo, y por la eficacia de este sacramento concede a
cuantos creen en ti la gracia de ser una raza elegida, un
reino sacerdotal, una nación santa, un pueblo de tu
propiedad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
29
Antífona de comunión Ap 22, 17. 20
El Espíritu y la Esposa dicen: ven. Amén. Ven, Señor Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, que alimentas y fortaleces a la Iglesia con tus


sacramentos, concede, a quienes nos has renovado en la
mesa celestial, que, guardando el mandamiento del amor,
seamos entre los hombres, fermento de vida e instrumento
de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES I SEMANA
Antífona de entrada Cf. Eclo 15, 5
El Señor lo colmó del espíritu de sabiduría y de inteligencia, y lo revistió de su gloria, para que anunciara su palabra en medio de la
Iglesia.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, te pedimos la gracia de comprender


debidamente y proclamar con firmeza la divinidad de tu
Hijo, como lo hicieron los que hoy gozan de tu reino. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, recibe con agrado este sacrificio que


te ofrecemos; que tus enseñanzas nos impulsen a alabarte
con todo nuestro ser. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión: Cf. Lc 12, 42
Éste es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su casa para distribuir la ración de trigo en el
momento oportuno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

30
Te pedimos, Padre, que, a tus hijos alimentados con
Cristo, Pan de vida, también los instruyas por Cristo,
verdadero Maestro, reciban tu verdad y la realicen en el
amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES I SEMANA
Antífona de entrada Cf. Mt 9, 38
Dice Jesús a sus discípulos: rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha,

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en tu providencia das pastores a tu


pueblo, infunde en tu Iglesia el espíritu de piedad y
fortaleza, que suscite ministros dignos de tu altar y los
haga valientes y humildes defensores de tu Evangelio. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios y Señor nuestro, mira con bondad las oraciones y


ofrendas de tu pueblo, acrecienta el número de los
dispensadores de tus misterios y haz que perseveren
siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de Comunión 1Jn 3, 16
En esto hemos conocido el amor de Dios: que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por los
hermanos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

31
Renovados con el pan celestial, te rogamos, Padre, por
este sacramento del amor, que germinen las semillas que
esparces con generosidad en el campo de tu Iglesia, para
que muchos quieran dedicar su vida a servirte en sus
hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES I SEMANA
Antífona de entrada
He visto sentarse sobre el trono celestial a un hombre, a quien los ángeles adoran, mientras cantan a una voz: Este es aquél cuyo
poder permanecer para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, atiende con amor los deseos y plegarias de


tu pueblo, para conocer lo que debemos hacer y poner en
práctica lo que nos enseñas. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te sea agradable, Señor, la ofrenda de tu pueblo; que


ella nos alcance la santidad y nos obtenga lo que
confiadamente pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 35, 10
Señor, en ti está la fuente de la vida, y por tu luz vemos la luz.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, concede, a quienes has


alimentado con tus sacramentos, servirte con una
vida santa. Por Jesucristo, nuestro Señor.

32
SABADO I SEMANA
Antífona de entrada Cf. Jdt 13, 18. 19
El Señor, el Dios altísimo, te ha bendecido a ti, Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra. Él ha engrandecido tanto tu
nombre, que los hombres no dejarán de alabarte.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Padre, por la intercesión de la Santísima


Virgen María, que cuantos la veneramos en esta gloriosa
conmemoración, merezcamos también participar de la
plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos con alegría este sacrificio de alabanza,


Señor, en la celebración de la Madre de tu Hijo, y te
pedimos que, por este sagrado intercambio de dones,
aumenten en nosotros los frutos de tu salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 1, 48
Me llamarán feliz todas las generaciones, porque Dios miró con bondad la pequeñez de su servidora.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con estos dones, te pedimos, Padre, que


podamos confesar con las palabras y las obras, a quien
recibimos en la eucaristía, tu Hijo, nacido de la Virgen
María. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
33
II DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
Toda la tierra se postra ante ti, Señor, y canta en tu honor, en honor de tu nombre. (Sal. 65,4)

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno que gobiernas tanto el cielo


como la tierra escucha paternalmente las súplicas de tu
pueblo y concede tu paz a esta época que nos toca vivir.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Padre, participar dignamente de estos


misterios ya que cada vez que celebramos el memorial de
este sacrificio se realiza la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Tú preparas ante mí una mesa, y mi copa rebosa. (Cf. Sal. 22,5)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre bueno, infunde en nosotros el espíritu de tu


caridad, y ya que nos has saciado con el Pan de la vida haz
que nos unamos de corazón en un mismo amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

34
LUNEZ II SEMANA
Antífona de entrada Hch. 4, 32-33
La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Los apóstoles daban testimonio, con mucho poder, de la
resurrección del Señor Jesús, y gozaban de gran estima.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, perfecta unidad y amor verdadero, concede


a tus hijos tener un solo corazón y una sola alma, para que
tu Iglesia se fortalezca en la concordia, se apoye en la
confesión de la verdad y se afirme en la perfecta unidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por los sacramentos y por tus


enseñanzas nos haces semejantes a ti, guíanos por tus
caminos para que, por este sacrificio, alcancemos el don
de la caridad que nos prometiste. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 17, 20-21
Dice el Señor: te ruego, Padre, por aquellos que creerán en mí, para que sean uno en nosotros, y que el mundo crea que tú me
enviaste.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, hemos recibido el sacramento de la unidad; te


pedimos que quienes vivimos en tu Iglesia, unidos en un
solo corazón, tengamos en nosotros la paz que ofrecemos
y conservemos la que recibimos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

35
MARTES II SEMANA
Antífona de entrada Eclo 36, 18-19
Concede la paz, Señor, a los que esperan en ti; escucha la oración de tus servidores y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que llamaste hijos tuyos a los que trabajan


por la paz, concédenos la gracia de procurar, sin cesar, la
justicia, única garantía de una paz sólida y verdadera. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre, te pedimos que el sacrificio salvador de tu Hijo,


Rey de la paz, ofrecido bajo estos signos sacramentales
que expresan la paz y la unidad, sirva para afianzar la
concordia entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Mt 5, 9
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Padre, tu espíritu de amor, para que,


renovados por el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
trabajemos eficazmente para promover, entre todos los
hombres, la paz que él mismo nos dejó. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

36
MIERCOLES II SEMANA
Antífona de entrada
Este santo combatió hasta la muerte en defensa de la ley de Dios y no temió las amenazas de los impíos: estaba arraigado sobre roca
firme.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, gloria de tus sacerdotes, te pedimos, por la


intercesión de los santos, alcanzar la comunión de la fe y
la santidad en el servicio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica con tu bendición estos dones que te ofrecemos,


Señor, y, por ellos, enciende en nosotros la llama de aquel
amor por el cual podamos vencer los tormentos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 10, 39
Dice el Señor: el que pierda su vida por mí, la encontrará.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor nuestro, que los sacramentos recibidos nos


concedan la fortaleza que dan la fidelidad en tu servicio y
la victoria en su pasión. Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES II SEMANA
Antífona de entrada

37
Sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen valiente, ofrenda de pureza y castidad.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que eliges la debilidad del


mundo para confundir a los fuertes, concede a quienes
celebramos esta eucaristía, imitar con constancia en la fe.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta


eucaristía, así como quisiste aceptar los sufrimientos de
muchos santos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Ap. 7, 17
El Cordero que está en medio del trono los conducirá hacia los manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, que nos has querido contar entre


tus elegidos, concédenos, por este sacramento, la gracia de
superar con valentía todos los males y alcanzar la gloria
celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES II SEMANA
Antífona de entrada
Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.

ORACIÓN COLECTA

38
Padre de inmensa ternura, que en la adolescencia de
muchos jóvenes uniste de modo admirable la fortaleza de
espíritu y el candor de la inocencia, concédenos, por su
intercesión, valentía para superar las dificultades de la
vida y dar testimonio ante el mundo de las
bienaventuranzas de los limpios de corazón. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, te proclamamos admirable en la conmemoración


de santos adolescente, y te pedimos humildemente que, así
como sus méritos fueron de tu agrado, aceptes esta liturgia
que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 25, 6
Ya viene el esposo, salgan al encuentro de Cristo, el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, fortalecidos con esta eucaristía te


pedimos que, a ejemplo de los santos adolescentes,
asumiendo en nuestro cuerpo los sufrimientos de Cristo,
nos esforcemos por vivir unidos solamente a ti. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO II SEMANA
Antífona de entrada
Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.

ORACIÓN COLECTA

39
Señor Dios, concédenos gozar de la salud del alma y del
cuerpo y, por la intercesión de la santísima Virgen María,
líbranos de las tristezas de este mundo y danos la eterna
alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo y acepta nuestras


ofrendas, para que, por intercesión de la santísima Virgen
María, Madre de tu Hijo, sea atendido todo deseo y
escuchada toda petición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27
Feliz la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir los sacramentos celestiales, te


suplicamos, Dios nuestro, que cuantos nos alegramos en la
celebración de la santísima Virgen María, a ejemplo suyo,
colaboremos dignamente en el misterio de nuestra
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

III DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra. en su presencia hay esplendor y majestad, en su santuario, poder y
hermosura. (Cf. Sal. 95,1.6)

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, ordena nuestra vida según


40
tu voluntad para que en el nombre de tu Hijo amado
podamos dar en abundancia frutos de buenas obras.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor, que es Dios, y
contigo y el Espíritu Santo vive y reina en unidad por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe con bondad nuestros dones, Señor, y al


santificarlos concede que sean, para nosotros, causa de
salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Miren hacia Él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. (Cf. Sal. 33,6)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios poderoso, ya que nos diste la gracia que nos llena


de tu vida, otórganos que podamos alegrarnos siempre de
este don admirable que nos haces.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES III SEMANA


Antífona de entrada Rom 5, 5; Cf. 8, 11
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que has instruido los corazones de los fieles


con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, animados
por el mismo Espíritu, podamos discernir lo que es recto y
41
gozar siempre de su consuelo. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que santifiques estas ofrendas y


purifiques nuestros corazones con la luz del Espíritu
Santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal. 67, 29
Confirma, Señor, lo que has obrado entre nosotros, desde tu santo templo de Jerusalén.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la venida del Espíritu Santo


purifique nuestros corazones y los penetre como fecundo
rocío. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES III SEMANA


Antífona de entrada Cf. Ez 34, 11. 23. 24
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y suscitaré un pastor que las apaciente: Yo, el Señor, seré su Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, dirige a tus fieles por el camino de


la salvación, ayúdanos, por intercesión, de los santos a
perseverar en la práctica de tus mandamientos, para que
merezcamos alcanzar el premio eterno. Por nuestro Señor

42
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, las ofrendas que traemos a tu


altar, de manera que, alcanzándonos el perdón, glorifiquen
tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 16
Dice el Señor: no son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto y
ese fruto sea duradero.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por tus sagrados misterios, te suplicamos


humildemente, Señor, que, a ejemplo de los santos, nos
esforcemos en proclamar lo que él creyó y practicar lo que
enseñó. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES III SEMANA


Antífona de entrada Cf. Mc 10, 14
Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque de ellos es el reino de Dios, dice el Señor.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, te pedimos que, no dejes de


encomendarnos a tu misericordia, para que, siguiendo a
Jesús con sus ejemplos de caridad y prudencia, podamos
conservar tus enseñanzas y proclamarlas con nuestra vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina

43
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta los dones de tu pueblo, Señor, en la


conmemoración de tus santos, y por la participación de
este misterio concédenos manifestar en nuestra vida los
ejemplos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 18, 3
Si no se convierten y no se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, concédenos los frutos de esta santa


comunión y, a ejemplo de los santos, haz que conservemos
en el corazón y llevemos a la práctica el amor a los demás
y la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES III SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 26, 1-2
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? Cuando avanzan
contra mí los enemigos, son ellos los que tropiezan y caen.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que con admirable providencia gobiernas


todas las cosas, recibe con bondad las oraciones que te
dirigimos por nuestra patria (ciudad), para que, por la
prudencia de los gobernantes y la honestidad de los
ciudadanos, se afiancen la concordia y la justicia, y
podamos gozar de prosperidad y de paz. Por nuestro Señor
44
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, con bondad nuestro servicio litúrgico para


que nuestra ofrenda te sea agradable y nos haga crecer en
la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 17, 3
Tú, Señor, eres mi roca, mi fortaleza, mi libertador; tú eres mi Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la acción medicinal de este


sacramento nos libre de nuestras maldades y nos guíe por
el camino recto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIENRES III SEMANA


Antífona de entrada Cf. Ef 6, 2-3
Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga vida en la tierra. Éste es el primer mandamiento que contiene
una promesa.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú quisiste que la familia tuviera en ti su


firme fundamento; escucha con bondad nuestras oraciones
y concédenos vivir en nuestros hogares las virtudes y el
amor de la sagrada familia de tu Hijo unigénito, y así
llegar a gozar de los premios eternos en la casa del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
45
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, el sacrificio de la reconciliación, y


te pedimos que edifiques a nuestras familias sobre el
fundamento de tu gracia y de tu paz. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Is 49, 15
Dice el Señor: ¿se olvida una madre de su criatura? Aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre bueno, alimentados con estos divinos sacramentos,


concédenos imitar constantemente los ejemplos de la
Sagrada Familia de tu Hijo único, para que, después de las
pruebas de esta vida, podamos gozar siempre de su
compañía en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO III SEMANA


Antífona de entrada
Tú eres feliz, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Creador del universo. Engendraste al que te creó, y para siempre
permaneces virgen.

ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, ayúdanos en nuestra debilidad,


para que, al celebrar a la Santa Madre de Dios, su
intercesión nos libre de todo pecado. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

En la conmemoración de la Madre de tu Hijo, te


pedimos, Señor, que por la gracia de este sacrificio nos

46
conviertas en ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Lc 1, 49
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas; su nombre es santo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, en esta celebración de la Madre de


tu Hijo te pedimos que la participación en los misterios de
la redención eterna, nos conceda experimentar la
abundancia de tu gracia y nos lleve a la plenitud de tu
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

IV DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; congréganos de entre las naciones, para que podamos dar gracias a tu santo nombre y gloriarnos de
haberte alabado. (Sal. 105,47)

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, concédenos honrarte con todo el


corazón y amar verdaderamente a todos los hombres.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Traemos ante tu altar, Padre, los dones que expresan


nuestro amor; te rogamos que los aceptes con bondad y los
conviertas en el sacramento de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
47
Prefacio.
Antífona de comunión
Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia.
Señor, que no me avergüence de haberte invocado. (Cf. Sal. 30,17-18)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Ya que nos alimentaste con el don de nuestra salvación,


te pedimos, Padre, que el pan de vida eterna nos haga
crecer continuamente en la fe verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES IV SEMANA
Antífona de entrada
Yo soy el salvador de mi pueblo, dice el Señor. Lo escucharé cuando me invoque en su angustia y seré su Señor para siempre.
ORACIÓN COLECTA

Dios clemente y misericordioso, que ofreces a los


hombres días especiales de salvación para que te
reconozcan como creador y padre de todos, ayúdanos con
bondad (en este tiempo propicio) para que, recibiendo
gustosamente el anuncio de la paz, podamos cumplir tu
voluntad de renovar todas las cosas en Cristo. Que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, acepta con agrado los dones de tu Iglesia en el


memorial de tu Hijo, nuestra paz y reconciliación, que
borró con su sangre el pecado del mundo; haz que
48
(celebrando con alegría este tiempo de gracia) podamos
comunicar a toda la libertad de Cristo. Que vive y reina
por los siglos de los siglos.
Antífona de comunión Mt 11, 28
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Padre, que nos fortalezca el don recibido,


para que este sacramento de la unidad nos llene de tu amor
y nos convierta en instrumentos de tu paz. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MARTES IV SEMANA
Antífona de entrada Cf. Jn 10, 14-15
Dice el Señor: Yo soy el buen Pastor, conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí. Como el Padre me conoce a mí, y yo
conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que congregas a quienes


están dispersos y conservas en la comunión a quienes ya
están unidos, mira con bondad el rebaño de tu Hijo, para
que la integridad de la fe y el vínculo de la caridad reúnan
a los que han sido consagrados por el único bautismo. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que, en el sacrificio único de Cristo, te has


adquirido un pueblo de hijos, sé bondadoso con nosotros y

49
concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. 1 Cor 10, 17
Hay un solo pan, y nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque participamos de ese único pan y de ese único
cáliz.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que, así como la comunión que


hemos recibido es signo de la unión de los creyentes en ti,
también realice la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MIERCOLES IV SEMANA
Antífona de entrada Cf. Eclo 15, 5
El Señor lo colmó del espíritu de sabiduría y de inteligencia, y lo revistió de su gloria, para que anunciara su palabra en medio de la
Iglesia.

ORACIÓN COLECTA

Padre, infunde en nuestros corazones el Espíritu Santo,


que podamos cantar con alegría tus misterios, e lo
impúlsanos a entregarnos totalmente a tu servicio. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, recibe con agrado este sacrificio que


te ofrecemos; para que tus enseñanzas nos impulsen a
alabarte con todo nuestro ser. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión: Cf. Lc 12, 42
Éste es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su casa para distribuir la ración de trigo en el
momento oportuno.

50
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que, a tus hijos alimentados con


Cristo, Pan de vida, también los instruyas por Cristo,
verdadero Maestro, para que, recibamos tu verdad y la
realicemos en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES IV SEMANA
Antífona de entrada Sal 66, 2-3
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su
victoria entre las naciones.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quieres que todos los hombres se


salven y lleguen al conocimiento de la verdad; mira la
abundante cosecha y envía operarios que anuncien el
Evangelio a toda creatura, para que tu pueblo, congregado
por la Palabra de vida y sostenido por la gracia de los
sacramentos, avance por el camino de la salvación y del
amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, a tu Hijo Jesucristo, que se entregó por la


redención de todos los hombres, para que, por él, desde la
salida del sol hasta su ocaso, tu nombre sea glorificado en

51
todo el mundo y en todo lugar se ofrezca el único
sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 28, 20
Dice el Señor: enseñen a cumplir todo lo que yo les he mandado. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el don de nuestra redención, te


pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna
se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES IV SEMANA
ORACIÓN COLECTA

Señor Dios: Tu Hijo Jesucristo advirtió a sus seguidores


que serían perseguidos por su causa.
Pero nos dijo que no tenemos que temer, porque enviaría
su Espíritu para poner en nuestra boca lo que hayamos de
decir.
Que nosotros, demos testimonio de nuestra fe y de nuestro
amor con todo nuestro ser, sin vacilar, dudar o temer,
porque tú estás con nosotros por medio de Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Señor, Dios nuestro siempre fiel: Con pan y vino


celebramos y proclamamos que te queremos ser fieles
como tú eres cercano y fiel a nosotros,
en la Nueva Alianza que has pactado con nosotros por
medio de tu Hijo Jesucristo.

52
Por él danos a nosotros, que somos débiles, la fuerza y la
loca sabiduría del evangelio para darte honor y alabanza
ahora y por los siglos de los siglos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro: Jesús nos llamó no sólo siervos, sino


amigos en quienes él vive.
Que sepamos servirte en nuestros hermanos, especialmente en los
pobres y en los enfermos, ya que nos has confiado su cuidado.
Que en ellos podamos estar cada vez más cerca de ti, por
Jesucristo nuestro Señor.
SABADO IV SEMANA
Antífona de entrada Cf. Gal 6, 14; 1Cor 1, 18
Sólo nos gloriaremos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. El mensaje de la cruz es fuerza de Dios para nosotros, que hemos sido
salvados.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, fortaleza de los santos, que llamaste


a la gloria, por el suplicio de la cruz, a los mártires,
concédenos, por su intercesión, confesar con firmeza,
hasta la muerte, la fe que profesamos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, al recordar el martirio de tus santos mártires, haz


que por este sacrificio anunciemos dignamente la muerte
de tu Hijo unigénito, que no sólo exhortó de palabra a sus
testigos, sino que los precedió con el ejemplo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 5, 10
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

53
Saciados con el pan del cielo, te suplicamos, Padre, que,
a ejemplo de los santos mártires, imprimas en nuestros
corazones los signos del amor y de la pasión de tu Hijo, y
nos permitas gozar siempre de tu paz. Él que vive y reina
por los siglos de los siglos.

V DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Entren, inclinémonos para adorar a Dios, doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó; porque él es nuestro Dios. (Sal. 94,6-7)

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, cuida a tu familia con permanente amor y


ya que sólo en ti ha puesto su esperanza defiéndela
siempre con tu protección.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Estos bienes de la naturaleza los creaste, Señor, para


ayuda de nuestra fragilidad; concédenos que se conviertan
para nosotros en sacramento de eternidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Demos gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres, porque Él sació a los que sufrían sed y
colmó de bienes a los hambrientos. (Cf. Sal. 106,8-9)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Ya que comimos del mismo pan y bebimos del mismo


cáliz, te pedimos, Señor, vivir de tal modo unidos que,
hechos un solo cuerpo en Cristo demos frutos de
54
salvación.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES V SEMANA
Antífona de entrada Cf. Mc l0, 14
Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque de ellos es el reino de Dios, dice el Señor.

ORACIÓN COLECTA

Padre de misericordia, que elegiste a hombres y mujeres


para que fueran protectores y padres de los huérfanos,
concédenos, la gracia de conservar fielmente el espíritu de
adopción por el cual nos llamamos y somos hijos tuyos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta los dones de tu pueblo, Señor, en la


conmemoración de tus santos, y por la participación de
este misterio concédenos manifestar en nuestra vida los
ejemplos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 18, 3
Si no se convierten y no se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, concédenos los frutos de esta santa


comunión y, a ejemplo de los santos, haz que conservemos

55
en el corazón y llevemos a la práctica el amor a los demás
y la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES V SEMANA
Antífona de entrada Cf. Jn 10, 14-15
Dice el Señor: Yo soy el buen Pastor, conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí. Como el Padre me conoce a mí, y yo
conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que congregas a quienes


están dispersos y conservas en la comunión a quienes ya
están unidos, mira con bondad el rebaño de tu Hijo, para
que la integridad de la fe y el vínculo de la caridad reúnan
a los que han sido consagrados por el único bautismo. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que, en el sacrificio único de Cristo, te has


adquirido un pueblo de hijos, sé bondadoso con nosotros y
concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. 1Cor 10, 17
Hay un solo pan, y nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque participamos de ese único pan y de ese único
cáliz.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que, así como la comunión que


hemos recibido es signo de la unión de los creyentes en ti,
56
también realice la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MIERCOLES V SEMANA
ORACIÓN COLECTA

Oh Padre bondadoso, Dios de la Alianza siempre nueva:


Nos has vinculado a ti con fuertes lazos de amor eterno;
las palabras que nos diriges son espíritu y vida.
Que tu Espíritu nos haga percibir los andamientos no
como una lista de observancias que hay que guardar. Que
ellos nos muevan a servirte no de una manera esclavizada,
sino como hijas e hijos tuyos que te aman y a quienes has
hecho libres, por medio de tu Hijo Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios nuestro: Te presentamos ahora nuestra


disponibilidad para responder a tu amor.
Te pedimos que estos dones de pan y vino se conviertan
en el cuerpo y la sangre de tu Hijo Jesucristo, para que con
él nos dediquemos a ti con toda nuestra mente y corazón y
para que seamos capaces de comunicar tu amor y justicia a
todos los que nos rodean. Concédenoslo por Jesucristo
nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios nuestro: Tu Hijo Jesús se ha dado a sí mismo a


nosotros en esta celebración eucarística.
Purifica nuestros corazones y nuestras intenciones, para que
participemos también en su actitud de apertura a tu voluntad y a
las necesidades de los hermanos.
57
Que de esta manera cumplamos más de lo que manda la ley y te
sirvamos como tus hijos e hijas, en quienes tú reconozcas a
Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, por los siglos de los siglos.
JUEVES V SEMANA
ORACIÓN COLECTA

Oh Padre de todos: Hace mucho tiempo elegiste al


pueblo de Israel para dar a conocer tu nombre a todas las
naciones.
Tu Hijo Jesucristo nos dejó claro que perdón y vida son
parte muy esencial de todos los que creen en él.
Señor, haz realmente a tu Iglesia lugar de encuentro para
todos los que te buscan, aunque sea a tientas, para que
todos los obstáculos y barreras se eliminen y para que las
riquezas de todas las naciones y culturas revelen los mil
rostros del amor que tú nos manifiestas en Jesucristo
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Dios y Padre nuestro: Tú preparas la mesa de tu Hijo para


todos los que quieran venir al banquete: para pobres y ricos, para
santos y pecadores.
Queremos aprender de tu Hijo Jesucristo a dar, a todos los que
piden alimento o amor, no escasas migajas o sobras del banquete,
sino a nosotros mismos como alimento.
como Cristo hace aquí por nosotros, él que es Hijo tuyo y Señor
nuestro por los siglos de los siglos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Oh Dios y Padre nuestro: En esta eucaristía hemos sido,


y nos hemos sentido, todos uno en Jesucristo tu Hijo.

58
Él murió y resucitó a una nueva vida por todos; su
semejanza se refleja en el rostro de cada ser humano.
Ojalá fuera visible y palpable en todos.
Que su rostro no se desfigure ni se rompa por nuestros
prejuicios y temores;
no permitas que tu amor se achique o sea menos que
universal.
A todos nosotros haznos uno en él, que es nuestro camino
común hacia ti y hacia los hermanos, Jesucristo nuestro
Señor.
VIERNES V SEMANA
Antífona de entrada Sal 94, 6-7
Vengan, inclinémonos para adorar a Dios, doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó; porque él es nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, cuida a tu familia con incansable bondad,


y, ya que sólo en ti ha puesto su esperanza, defiéndela
siempre con tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor y Dios nuestro, que has creado los frutos de la tierra para
sostener nuestra fragilidad, haz que estos dones se conviertan en
sacramento de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 106, 8-9
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres, porque Él sació a los que sufrían sed y colmó
de bienes a los hambrientos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que nos hiciste compartir el mismo pan y el mismo cáliz,


concédenos vivir de tal manera que, unidos en Cristo, demos fruto
con alegría para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
59
SABADO V SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal. 44, 13. 15. 16
Los pueblos más ricos buscan tu favor. La llevan ante el rey, con séquito de vírgenes; con gozo y alegría, van entrando en el palacio
real.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, perdona los pecados de tus hijos y,


ya que no podemos agradarte con nuestras obras, concede
que seamos salvados por la intercesión de la Madre de tu
Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que te presentamos, y haz que


nuestros corazones, encendidos por la luz del Espíritu
Santo, busquen y conserven tu palabra y tu voluntad, a
ejemplo de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Alaben al Señor nuestro Dios, porque en María, su servidora, manifestó su misericordia, como lo había prometido a su pueblo Israel.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el sacramento de la salvación y de la


fe, te pedimos, Padre, que, celebrando con devoción a
Santa María Virgen, merezcamos participar, con ella, de tu
amor eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VI DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Señor, sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi roca y mi baluarte: por tu nombre,

60
guíame y condúceme. (Cf. Sal. 30,3-4)

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que te complaces en habitar en los rectos y


sencillos de corazón, concédenos la gracia de vivir de tal
manera que merezcamos ser una morada para ti.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, que estos dones hechos ofrenda nos


purifiquen y renueven y sean así, causa de recompensa
eterna para quienes cumplen tu voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Señor
Prefacio.
Antífona de comunión
Ellos comieron y se saciaron, el Señor les dio lo que habían pedido. (Cf. Sal. 77,29)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados ahora con comida celestial te pedimos,


Padre, la gracia de desear siempre lo que nos da la vida
verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES VI SEMANA
Antífona de entrada Rom 5, 5; Cf. 8, 11
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.

ORACIÓN COLECTA

61
Señor Dios, que has instruido los corazones de los fieles
con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, animados
por el mismo Espíritu, podamos discernir lo que es recto y
gozar siempre de su consuelo. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que santifiques estas ofrendas y


purifiques nuestros corazones con la luz del Espíritu
Santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal. 67, 29
Confirma, Señor, lo que has obrado entre nosotros, desde tu santo templo de Jerusalén.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la venida del Espíritu Santo


purifique nuestros corazones y los penetre como fecundo
rocío. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES VI SEMANA
Antífona de entrada Cf. Mt 9, 38
Dice Jesús a sus discípulos: rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha,

ORACIÓN COLECTA

62
Dios nuestro, que en tu providencia das pastores a tu
pueblo, infunde en tu Iglesia el espíritu de piedad y
fortaleza, que suscite ministros dignos de tu altar y los
haga valientes y humildes defensores de tu Evangelio. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios y Señor nuestro, mira con bondad las oraciones y


ofrendas de tu pueblo, acrecienta el número de los
dispensadores de tus misterios y haz que perseveren
siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de Comunión 1Jn 3, 16
En esto hemos conocido el amor de Dios: que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por los
hermanos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con el pan celestial, te rogamos, Padre, por


este sacramento del amor, que germinen las semillas que
esparces con generosidad en el campo de tu Iglesia, para
que muchos quieran dedicar su vida a servirte en sus
hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES VI SEMANA
Antífona de entrada
Los santos derramaron su sangre por el Señor, amaron a Cristo en su vida, lo han imitado en su muerte y por eso merecieron la
corona de gloria.

ORACIÓN COLECTA

63
Dios, que nos asistes y proteges, concédenos
beneficiarnos con gozo y experimentar el apoyo de su
bondad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre santo, acepta los dones que te presentamos,


concédenos la gracia de permanecer fieles en la confesión
de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lc 22, 28-30
Dice el Señor: ustedes son los que han permanecido siempre conmigo en medio de mis pruebas. Por eso yo les confiero el Reino, y
ustedes comerán y beberán en mi mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que en los santos manifestaste


admirablemente el misterio de la cruz, concédenos por tu
bondad que, fortalecidos por este sacrificio,
permanezcamos fielmente unidos a Cristo y trabajemos en
la Iglesia por la salvación de todos los hombres. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES VI SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sab 3, 6-7. 9
El Señor probó a sus elegidos como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto. Por eso brillarán cuando Dios los visite,
porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos.

ORACIÓN COLECTA

64
Dios nuestro, que hiciste de la sangre de tus mártires
semilla de nuevos cristianos, concédenos bondadosamente
que el campo de tu Iglesia, regado por la sangre de tus
elegidos, te brinde siempre una generosa cosecha. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al presentar nuestros dones, Señor, te pedimos que, así


como diste a tus elegidos la gracia de morir antes que
pecar, nos concedas también a nosotros, servirte en tu altar
con total entrega. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de Comunión Sal 115, 15
Es valiosa a los ojos del Señor la muerte de sus santos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que estos divinos sacramentos,


recibidos nos den el valor para superar los tormentos, a
nosotros nos concedan, en medio de las adversidades, la
perseverancia en la fe y en la caridad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

VIERNES VI SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal 32, 11. 19
Los designios del corazón de Dios permanecen para siempre: Él salva a sus fieles de la muerte y los sustenta en el tiempo de
indigencia.

ORACIÓN COLECTA

65
Señor y Dios nuestro, te pedimos que nos revistas con las
virtudes del Corazón de tu Hijo y nos enciendas con su
amor, para que, configurados a imagen suya, merezcamos
participar de la redención eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios, Padre misericordioso, por el gran amor con que


nos amaste nos has entregado a tu Hijo único; te pedimos
que, unidos a él, podamos ofrecerte un homenaje digno de
ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 7, 37. 38
Dice el Señor: el que tenga sed venga a mí, y beba el que cree en mí. De su seno brotarán manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de celebrar el sacramento de tu amor, te


suplicamos humildemente, Señor, que configurados con
Cristo en la tierra merezcamos participar de su gloria en el
cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO VI SEMANA
Antífona de comunión Sal 95, 3-4
Anuncien la gloria del Señor entre las naciones y sus maravillas entre los pueblos, porque el Señor es grande y digno de alabanza.

ORACIÓN COLECTA

66
Te rogamos, Padre, que veles por nosotros, para que
conservemos con firmeza y manifestemos con nuestras
obras la fe que nos enseña tu palabra y sellas con tu
sangre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que bendigas estos dones que te


ofrecemos, para que, al recibirlos, seamos liberados de
toda culpa y saciados con los alimentos celestiales. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 10, 1. 9
El Señor envió a los discípulos para que anunciaran en las ciudades: el reino de Dios está cerca de ustedes.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, danos nueva vida por los sacramentos recibidos: y


que, en esta celebración, nos estimule el ejemplo de tus
virtudes de santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VII DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Yo confío en tu misericordia: que mi corazón se alegre porque me salvaste.
Cantaré al Señor porque me ha favorecido. (Sal. 12,6)

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios todopoderoso, que, meditando

67
siempre en las realidades espirituales, llevemos a la
práctica en palabras y obras lo que es de tu agrado.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar estos misterios como tú los instituiste, te


suplicamos, Padre, que los dones ofrecidos para
glorificarte nos obtengan de ti la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Proclamaré todas tus maravillas. quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar himnos a tu nombre, Altísimo. (Sal. 9,2-3)

Oración después de la comunión

Dios todopoderoso, concédenos alcanzar el fruto de la


salvación, cuyo anticipo hemos recibido en este
sacramento celebrado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES VII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 23, 4.3
El que tiene las manos limpias y puro el corazón podrá subir a la montaña del Señor y permanecerá en su recinto sagrado.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, Padre todopoderoso: Tú tienes poder


absoluto sobre el mundo, y, sin embargo, respetas la libertad de
los hombres incluso la de los que persiguen a tus discípulos y
seguidores.

68
Haz que nos percatemos de que nuestra fe no nos protege contra
el mal que nos infligimos unos a otros, sino que tú quieres que
construyamos, según tu plan de salvación, un reino de justicia,
amor y paz.
Ayúdanos, Señor, para que nuestra fe aguante la prueba cuando
fallen nuestros flacos esfuerzos.
Te lo pedimos por medio de Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios nuestro, Padre siempre fiel: Tu Hijo Jesucristo


mantuvo su paz y libertad interior aun en el trance terrible de su
pasión y muerte, porque fue fiel a su misión de amor.
Que él nos dé en esta eucaristía la misma lealtad y amor, para que
las dificultades de la vida no perturben nuestros corazones, sino
que nos guarden firmemente anclados en ti, que eres nuestro Dios
y nuestro Padre, por los siglos de los siglos.
Antífona de comunión Sal 77, 24-25
Les dio como alimento el pan celestial; todos comieron un pan de ángeles.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios nuestro, Dios de paz: Por medio de tu Hijo


Jesucristo tú nos traes paz, una paz especial que el mundo no
puede dar y que ningún poder terreno nos puede arrebatar.
Queremos vivir en unión contigo, para que esa paz de tu Hijo esté
siempre con nosotros y para que tengamos la serena fortaleza de
animar y rejuvenecer a nuestros hermanos aun en medio de
nuestras tribulaciones, por medio del mismo Jesucristo nuestro
Señor.
MARTES VII SEMANA
Antífona de entrada
Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que amas el don de la virginidad, tú


enriqueciste con virtudes celestiales a las santas vírgenes,
encendiéndolas con el fuego de tu amor; concédenos que,
al venerarlas, lleguemos a imitar sus ejemplos de pureza y

69
caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, te proclamamos admirable en la conmemoración


de las santas vírgenes, y te pedimos humildemente que, así
como sus méritos fueron de tu agrado, aceptes esta liturgia
que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 25,6
Ya viene el esposo, salgan al encuentro de Cristo, el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, fortalecidos con esta eucaristía te


pedimos que, a ejemplo de las santas vírgenes, asumiendo
en nuestro cuerpo los sufrimientos de Cristo, nos
esforcemos por vivir unidos solamente a ti. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MIERCOLES VII SEMANA


Antífona de entrada Rom 5, 5; 8, 11
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que elevas a tus servidores fieles a la


gloria de los santos, concédenos que el Espíritu Santo nos
encienda con aquel fuego que penetre admirablemente
nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

70
Señor, te ofrecemos este sacrificio de alabanza;
concédenos que, estemos siempre dispuestos, con alegría,
a glorificar tu Nombre y a servir a los hermanos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn. 15, 9
Así como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes, dice el Señor; permanezcan en mi amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados con el pan del cielo, te suplicamos, Padre, que,


imitando el ejemplo de tu hijo, anhelemos siempre el
alimento que nos da la vida verdadera. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

JUEVES VII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Gal 6, 14
Debemos gloriarnos en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección; por él
hemos sido salvados y redimidos.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has querido que tu Hijo unigénito


sufriera el tormento de la cruz para salvar al género
humano, concédenos que, después de haber conocido este
misterio en la tierra, podamos alcanzar en el cielo el
premio de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

71
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, ofrecido en la
cruz para borrar los pecados del mundo, nos purifique de
todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 12, 32
Dice el Señor: cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Jesucristo, alimentados con tu sagrada eucaristía,


te pedimos humildemente que lleves a la gloria de la
resurrección a los que redimiste en el madero salvador de
la cruz. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

VIERNES VII SEMANA


Antífona de entrada Sal 95, 3-4
Anuncien la gloria del Señor entre las naciones y sus maravillas entre los pueblos, porque el Señor es grande y digno de alabanza.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que hiciste a la Iglesia sacramento universal


de salvación, para que la obra salvadora de Cristo se
perpetuase hasta el fin de los tiempos; suscita en tus hijos
un fuerte anhelo por la salvación de los hombres, para que,
de todos los pueblos se forme un solo pueblo y una sola
familia consagrada a tu nombre. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

72
Acepta los dones de tu Iglesia suplicante, Señor, como
aceptaste la Pasión gloriosa de tu Hijo, que se ofreció por
la salvación de todo el mundo. Él que vive y reina por los
siglos de los siglos.
Antífona de comunión Sal 116, 1. 2
Alaben al Señor, todas las naciones, glorifíquenlo todos los pueblos, porque es inquebrantable su amor por nosotros, y su fidelidad
permanece para siempre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Padre nuestro, que la participación en tu mesa


nos santifique, y que todos los pueblos reciban con acción
de gracias, mediante el sacramento de tu Iglesia, la
salvación que tu Hijo unigénito nos ganó en la cruz. Por el
mismo Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO VII SEMANA


Antífona de entrada
Tú eres feliz, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Creador del universo. Engendraste al que te creó, y para siempre
permaneces virgen.

ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, ayúdanos en nuestra debilidad,


para que, al celebrar a la Santa Madre de Dios, su
intercesión nos libre de todo pecado. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

En la conmemoración de la Madre de tu Hijo, te


pedimos, Señor, que por la gracia de este sacrificio nos
conviertas en ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Lc 1, 49
El Todopoderoso ha hecho en mis grandes cosas. Su nombre es santo.

73
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, en esta celebración de la Madre de


tu Hijo te pedimos que la participación en los misterios de
la redención eterna, nos conceda experimentar la
abundancia de tu gracia y nos lleve a la plenitud de tu
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIII DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
El Señor fue mi apoyo: me sacó a un lugar espacioso, me libró, porque me ama. (Cf. Sal. 17,19-20)

ORACIÓN COLECTA

Padre nuestro, concédenos que los acontecimientos de


este mundo se orienten para nuestro bien según tus
designios de paz y que tu Iglesia pueda alegrarse de poder
servirte con entrega y serenidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, Dios nuestro, tú mismo nos das lo que debemos


ofrecerte y consideras esta ofrenda como un gesto de
nuestra devoción hacia ti; ya que nos concedes la fuente
del mérito te pedimos confiadamente que podamos
alcanzar los premios eternos. Por Jesucristo, nuestro
74
Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Cantaré al Señor que me colmó de bienes; celebraré el nombre del Señor todopoderoso. (Cf. Sal.12,6)

Oración después de la comunión

Ya que nos diste el alimento de la salvación imploramos,


Padre, tu misericordia, para que por estos mismos
misterios con los que nos fortaleces en la tierra nos hagas
un día participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

LUNES VIII SEMANA


Antífona de entrada Sal 66, 2-3
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su
victoria entre las naciones.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quieres que todos los hombres se


salven y lleguen al conocimiento de la verdad; mira la
abundante cosecha y envía operarios que anuncien el
Evangelio a toda creatura, para que tu pueblo, congregado
por la Palabra de vida y sostenido por la gracia de los
sacramentos, avance por el camino de la salvación y del
amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, a tu Hijo Jesucristo, que se entregó por la


redención de todos los hombres, para que, por él, desde la
salida del sol hasta su ocaso, tu nombre sea glorificado en

75
todo el mundo y en todo lugar se ofrezca el único
sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 28, 20
Dice el Señor: enseñen a cumplir todo lo que yo les he mandado. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el don de nuestra redención, te


pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna
se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES VIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 121, 6. 8
Auguren la paz a Jerusalén, vivan seguros los que te aman. Por amor a mis hermanos y amigos, diré: la paz esté contigo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por la gracia del Espíritu Santo has


derramado en el corazón de tus fieles el don de la caridad,
concede bondadosamente a tus hijos la salud del alma y
del cuerpo, para que te amen con todas sus fuerzas y
realicen con amor cuanto te agrada. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Ten piedad de tus hijos, Señor, por quienes te ofrecemos


este sacrificio de alabanza, para que por su eficacia
alcancemos la gracia de tu bendición y la gloria de la
felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 12, 50
El que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

76
Después de celebrar los divinos misterios, te pedimos,
Padre, por nuestros familiares y amigos queridos; perdona
sus pecados, dales tu consuelo y tu amparo y haz que
todos nosotros, sirviéndote con un mismo corazón,
podamos gozar de la visión de tu rostro. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MIERCOLES VIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 77, 23-25
El Señor abrió los cielos: y envió el maná sobre su pueblo; les dio como alimento un trigo celestial. Todos comieron un pan de
ángeles.
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has realizado la redención humana por


el misterio pascual de tu Hijo unigénito, concédenos, en tu
bondad, que cuantos anunciamos con fe la muerte y
resurrección de Cristo bajo los signos sacramentales,
podamos experimentar, cada vez más, los efectos de tu
salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar el memorial de nuestra salvación,


imploramos humildemente tu clemencia, Señor, para que
este sacramento del amor sea, para todos nosotros, signo
de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 6, 51
Dice el Señor: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne
para la vida del mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

77
Padre y Señor nuestro, que la participación en esta mesa
celestial nos santifique para que, por el Cuerpo y la Sangre
de Cristo, se realice en nosotros la unión fraterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES VIII SEMANA


JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE
Antífona de entrada Cf. Sal 109, 4
El Señor lo ha jurado y no se retractará: tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que para gloria de tu nombre y salvación


del género humano constituiste a tu único Hijo, sumo y
eterno sacerdote, concede que el pueblo adquirido con su
Sangre, por la participación en su memorial, pueda
experimentar el poder de su Cruz y de su Resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, participar dignamente de estos


misterios, pues cada vez que celebramos el memorial de
este sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. 1Cor 11, 24-25
Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Esta copa es la nueva alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que beban de ella,
háganlo en memoria mía.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

78
Padre y Señor nuestro, por la participación en este
sacrificio, que tu Hijo nos mandó celebrar en
conmemoración suya, te pedimos que nos conviertas,
junto a él, en una ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

VIERNES VIII SEMANA


Antífona de entrada Ef 5, 19-20
Canten y celebren al Señor de todo corazón. Siempre y por cualquier motivo, den gracias a Dios, nuestro Padre, en nombre de
nuestro señor Jesucristo.
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que siempre nos escuchas en nuestra


aflicción, te damos gracias por tu bondad y te pedimos
que, liberados de todos los males, podamos servirte
siempre con alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre santo, tú nos diste a tu Hijo para salvarnos de la


muerte y de todos los males; acepta con bondad este
sacrificio que te ofrecemos en acción de gracias por
habernos liberado de nuestras aflicciones. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 137, 1
Señor, te doy gracias de todo corazón porque has escuchado las palabras de mi boca.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, por este Pan de vida nos libras de las


ataduras del pecado y renuevas nuestras fuerzas; te
79
pedimos que acrecientes sin cesar en nosotros la esperanza
de la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO VIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 91, 13-14
El justo florecerá como la palmera, crecerá como los cedros del Líbano; trasplantado en la casa del Señor, florecerá en los atrios de
nuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro: Tú vienes y con frecuencia nos visitas, pero


cuántas veces también no estamos atentos a tu venida.
Haznos conscientes de tu presencia, para que te recibamos con
ilusión y nos enriquezcamos con tu visita.
Haznos apreciar altamente tu hospitalidad cuando en la eucaristía
preparas para nosotros la mesa de tu Hijo, Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Dios, Padre de todos: Traemos hoy ante ti este pan y este


vino para celebrar nuestra gratitud para contigo al reunirnos en
torno a Jesús, tu Hijo.
En él tú nos has aceptado, Hombres y mujeres de todos los
pueblos y culturas, sentados a su mesa acogedora, comen este pan
de vida y beben este vino de alegría.
Que todos conozcan tu nombre y alaben tu amor que sana y
fortalece.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.
Antífona de comunión: Cf. Lc 12, 42
Éste es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su casa para distribuir la ración de trigo en el
momento oportuno.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

80
P adre nuestro que estás en el cielo: Te damos sinceras gracias porque tu
Hijo pronunció sobre nosotros, indignos como somos su palabra sanadora.
Que ojalá él encuentre gran fe en nosotros, como la encontró en el
centurión.
También te damos gracias, Padre, porque la promesa de Jesús se ha
cumplido:
Muchos han venido del Este y del Oeste para comer de la misma mesa con
tu pueblo, cuando nos unimos todos juntos en la eucaristía.
Acepta nuestra acción de gracias por medio de Jesucristo, nuestro Señor.
IX DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
Mírame, Señor, y ten piedad de mí, porque estoy solo y afligido; mira mi aflicción y mis fatigas, y perdona todos mis pecados. (Cf.
Sal. 24,16.18)

ORACIÓN COLECTA

Padre que todo lo puedes y cuya providencia no falla en


sus disposiciones; te suplicamos que apartes de nosotros
todo mal y nos concedas lo que pueda ayudarnos para la
vida presente y la futura.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Llenos de confianza en tu amor de Padre,


acudimos, Señor, con ofrendas a tu altar para ser
purificados por tu gracia
a través de estos misterios que celebramos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. (Cf. Sal. 16,6)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados ahora con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,


te pedimos, Señor, que nos guíes por medio de tu Espíritu
81
para confesar tu nombre no sólo de palabra y con la lengua
sino con las obras y de verdad, y así merezcamos entrar en
el Reino de los cielos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES IX SEMANA
ORACIÓN COLECTA:

Oh Dios bondadoso, tú nos amas. Hoy nos preguntas a


nosotros: “Pueblo mío, respóndeme: ¿Qué más hubiera podido yo
hacer por ti?” Enséñanos y ayúdanos a responder con todo nuestro
ser a tu perdón cotidiano y a tu infinita paciencia, a la riqueza de
vida que Jesús nos trae, y a las mociones del Espíritu Santo, para
que seamos un pueblo que da fruto duradero.
Que sepamos llevar a todos nuestros hermanos una justicia
animada por el amor; que aprendamos a compartir como tú
compartes con nosotros. Muéstranos tu misericordia por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Dios, siempre fiel a tu alianza con nosotros: traemos estos


dones de pan y vino ante ti para celebrar cómo has sellado con
nosotros, tu pueblo escogido, un pacto nuevo y eterno por medio
de la muerte y resurrección de tu Hijo. No permitas que nos
volvamos orgullosos de ser el pueblo que tú amas, sino ayúdanos
a ser dignos de tu confianza y a darte una respuesta de fe profunda
expresada en nuestro servicio a los hermanos. Te pedimos nos lo
concedas por Cristo nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, Dios todopoderoso: en esta eucaristía tu Hijo Jesús ha


sido para nosotros tu palabra alentadora y tu alimento
reconfortante para construir tu Reino entre los hombres. Afianza
nuestra esperanza de que Cristo permanecerá siempre con
nosotros y de que Él es el fundamento sobre el que construimos la
comunidad. Danos fuerte sentido de inventiva y de creatividad

82
para compartir, con todos los que quieran escucharla, la Buena
Noticia que nosotros hemos recibido. Y haz que sepamos
responder generosamente a tu amor siempre fiel.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, nuestro Señor.
MARTES IX SEMANA
Antífona de entrada Sal 118, 85. 46
Los malvados dijeron cosas vanas de mí, ignorando tu ley; pero yo daba testimonio de ti delante de los reyes, y no me avergonzaba.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, enséñanos la ciencia incomparable


de Jesucristo, por la locura de la cruz, concédenos que,
rechazando los engaños del error, obtengamos la firmeza
de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, celebrar dignamente estos misterios


que con tanta valentía defendieron los santos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. 1Cor 2, 2
No quise saber nada, fuera de Jesucristo, y Jesucristo crucificado.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, por este alimento celestial recibido,


que, siguiendo las enseñanzas de tus santos, vivamos en
continua acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.

83
MIERCOLES IX SEMANA
Antífona de entrada
Los santos derramaron su sangre por el Señor, amaron a Cristo en su vida, lo han imitado en su muerte y por eso merecieron la
corona de gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios, que nos asistes y proteges, concédenos


beneficiarnos con gozo y experimentar el apoyo de su
bondad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre santo, acepta los dones que te presentamos,


concédenos la gracia de permanecer fieles en la confesión
de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lc 22, 28-30
Dice el Señor: ustedes son los que han permanecido siempre conmigo en medio de mis pruebas. Por eso yo les confiero el Reino, y
ustedes comerán y beberán en mi mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que en los santos manifestaste


admirablemente el misterio de la cruz, concédenos por tu
bondad que, fortalecidos por este sacrificio,
permanezcamos fielmente unidos a Cristo y trabajemos en
la Iglesia por la salvación de todos los hombres. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES IX SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sab 3, 6-7. 9

84
El Señor probó a sus elegidos como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto. Por eso brillarán cuando Dios los visite,
porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos.

ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, Padre nuestro, tú quieres que tu corazón sea la medida


de nuestro amor, pero tú eres siempre más grande que nuestro
corazón. Te pedimos que en esta eucaristía tu Hijo Jesucristo nos
dé un corazón de carne en el que arda un fuego de amor
inextinguible, y que nos impulse a seguirle plenamente hacia ti y
hacia todos los que nos has encomendado. Te lo pedimos por
Cristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Dios de amor, en esta eucaristía celebramos el memorial del


sacrificio de Jesús, que nos mostró la extensión sin medida de su
amor. Que él haga nuestro amor tan ancho y profundo como el
suyo, aun cuando ello trastorne la rutina de nuestra vida.
Y que esto sea el sacrificio que ahora te ofrecemos, por Jesucristo
nuestro Señor.
Antífona de Comunión Sal 115, 15
Es valiosa a los ojos del Señor la muerte de sus santos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Oh Dios, Padre nuestro, ¿hacia dónde nos va a conducir el estar


abiertos a ti y dispuestos a tus llamados, el entrar en el mundo
interior de hermanos nuestros heridos por la vida, heridos por
otras personas e incluso por nosotros mismos, el oír sus gritos y
acogerlos a todos bondadosamente en nuestro corazón?
Por la fuerza de esta eucaristía ayúdanos, Señor, a acercarnos y
encontrarnos afectuosamente con nuestros prójimos, a compartir
su pan, sus alegrías y sus miserias, y a encender nueva esperanza
en sus corazones. Que esto sea, Padre de bondad, nuestra
respuesta a tu amor, por Jesucristo nuestro Señor.
VIERNES IX SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal 32, 11. 19
Los designios del corazón de Dios permanecen para siempre: Él salva a sus fieles de la muerte y los sustenta en el tiempo de
indigencia.

ORACIÓN COLECTA

85
Señor y Dios nuestro, te pedimos que nos revistas con las
virtudes del Corazón de tu Hijo y nos enciendas con su
amor, para que, configurados a imagen suya, merezcamos
participar de la redención eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios, Padre misericordioso, por el gran amor con que


nos amaste nos has entregado a tu Hijo único; te pedimos
que, unidos a él, podamos ofrecerte un homenaje digno de
ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 7, 37. 38
Dice el Señor: el que tenga sed venga a mí, y beba el que cree en mí. De su seno brotarán manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de celebrar el sacramento de tu amor, te


suplicamos humildemente, Señor, que configurados con
Cristo en la tierra merezcamos participar de su gloria en el
cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO IX SEMANA
Antífona de comunión Sal 95, 3-4
Anuncien la gloria del Señor entre las naciones y sus maravillas entre los pueblos, porque el Señor es grande y digno de alabanza.

ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, que tienes corazón de padre y de madre a la vez, y que


cuidas de los pobres: haz justicia a los oprimidos y da pan a los
86
hambrientos. A través de tu Hijo Jesús nos has enseñado a dar no
solamente de lo que nos sobra, sino a darnos a nosotros mismos.
Desbarata nuestros cálculos egoístas, cambia nuestros intereses
personales, muévenos a compartir generosamente con los
hermanos, de tal forma que nuestro modo de dar sea como el de
Jesús, cueste lo que cueste. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

O h Dios, bondadoso y generoso: en estos signos de pan y vino


celebramos cómo Jesús, tu Hijo, se entregó a sí mismo de una vez para
siempre para que nosotros podamos vivir, amar y ser libres. Concédenos
que aprendamos de Jesús a preguntar no cuánto podemos compartir sin
herirnos ni lastimarnos, sino que aprendamos a dejar que él sea nuestra
fuerza para dar lo mejor de nosotros mismos, y a responder a su voz
compadeciéndonos sinceramente de todo el que se encuentra en necesidad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 10, 1. 9
El Señor envió a los discípulos para que anunciaran en las ciudades: el reino de Dios está cerca de ustedes.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

G eneroso y bondadoso Dios: Tu Hijo vino a colmar a los pobres


(conscientes de su vaciedad) con tus dones maravillosos y los llamó
bienaventurados; ayúdanos a descubrir cuán pobres somos en realidad -
pobres en la fe, en la confianza, en el amor generoso. Hazte cercano a
nosotros en tu Hijo, para que estemos disponibles para todos y
compartamos con nuestros hermanos lo mejor de nosotros sin alarde
alguno, con obras sencillas de servicio y amor, como lo hizo Jesús, tu Hijo,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
X DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? Cuando avanzan
contra mí los enemigos, son ellos los que tropiezan y caen. (Cf. Sal. 26,1-2)

ORACIÓN COLECTA

De ti, Padre, proceden todos los bienes, por eso te


pedimos que te muestres generoso con nosotros y nos
concedas tu inspiración para pensar lo que es recto y

87
cumplirlo con tu ayuda.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que es Dios y vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos
de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira favorablemente, Padre, nuestro humilde culto y


haz que nuestra ofrenda te resulte aceptable y crezca
nuestra caridad.
Te lo pedimos, por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Tú, Señor, eres mi roca, mi fortaleza, mi libertador; tú eres mi Dios. (Sal 17,3)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre de misericordia, concédenos que la fuerza curativa


de tu Espíritu en este sacramento sane nuestras maldades y
nos conduzca por el camino recto.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES X SEMANA
Antífona de entrada Cf. Ef 6, 2-3
Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga vida en la tierra. Éste es el primer mandamiento que contiene
una promesa.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú quisiste que la familia tuviera en ti su


firme fundamento; escucha con bondad nuestras oraciones
y concédenos vivir en nuestros hogares las virtudes y el
amor de la sagrada familia de tu Hijo unigénito, y así
llegar a gozar de los premios eternos en la casa del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina

88
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, el sacrificio de la reconciliación, y


te pedimos que edifiques a nuestras familias sobre el
fundamento de tu gracia y de tu paz. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Is 49, 15
Dice el Señor: ¿se olvida una madre de su criatura? Aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre bueno, alimentados con estos divinos sacramentos,


concédenos imitar constantemente los ejemplos de la
Sagrada Familia de tu Hijo único, para que, después de las
pruebas de esta vida, podamos gozar siempre de su
compañía en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES X SEMANA
Antífona de entrada Cf. Jn 10, 14-15
Dice el Señor: Yo soy el buen Pastor, conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí. Como el Padre me conoce a mí, y yo
conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.
ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que congregas a quienes


están dispersos y conservas en la comunión a quienes ya
están unidos, mira con bondad el rebaño de tu Hijo, para
que la integridad de la fe y el vínculo de la caridad reúnan
a los que han sido consagrados por el único bautismo. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.

89
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que, en el sacrificio único de Cristo, te has


adquirido un pueblo de hijos, sé bondadoso con nosotros y
concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. 1Cor 10, 17
Hay un solo pan, y nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque participamos de ese único pan y de ese único
cáliz.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que, así como la comunión que


hemos recibido es signo de la unión de los creyentes en ti,
también realice la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MIERCOLES X SEMANA
Antífona de entrada Cf. Eclo 15, 5
El Señor lo colmó del espíritu de sabiduría y de inteligencia, y lo revistió de su gloria, para que anunciara su palabra en medio de la
Iglesia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, tú has tomado la iniciativa de amarnos y de


traernos tu libertad por medio de tu Hijo Jesucristo.
Enriquécenos con el Espíritu de Jesús, derrámalo sobre nosotros
generosamente, sin medida, para que no nos escondamos por más
tiempo detrás de tradiciones y de la letra de la ley para apagar al
Espíritu Santo que quiere hacernos libres.
Que él ensanche nuestro corazón y estimule nuestra fantasía para
que sepamos descubrir los numerosos caminos del amor para
cumplir la ley a la perfección.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

90
Dios y Padre nuestro, en esta eucaristía celebramos la nueva
Alianza realizada por tu Hijo Jesucristo.
Todo lo que podemos ofrecerte es nuestra apertura a tu iniciativa
de amor libremente recibido y compartido.
Haznos ministros de esta tu aventura con nosotros de amistad
íntima y duradera. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.
Antífona de comunión: Cf. Lc 12, 42
Éste es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su casa para distribuir la ración de trigo en el
momento oportuno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios nuestro, hemos escuchado la palabra de tu Hijo y


comido su pan reconfortante.
Ya que él no tenía miedo de comprometerse en favor de gente
voluble, te pedimos que liberes nuestra fe de toda superficialidad
y rutina y que nos ayudes a comprometernos con los demás sin
miedos y sin condiciones.
Porque tú nos has amado primero en Cristo Jesús nuestro Señor.
JUEVES X SEMANA
Antífona de entrada Cf. Gal 6, 14
Debemos gloriarnos en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección; por él
hemos sido salvados y redimidos.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has querido que tu Hijo unigénito


sufriera el tormento de la cruz para salvar al género
humano, concédenos que, después de haber conocido este
misterio en la tierra, podamos alcanzar en el cielo el
premio de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que este sacrificio, ofrecido en la


cruz para borrar los pecados del mundo, nos purifique de
todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
91
Antífona de comunión Jn 12, 32
Dice el Señor: cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Jesucristo, alimentados con tu sagrada eucaristía,


te pedimos humildemente que lleves a la gloria de la
resurrección a los que redimiste en el madero salvador de
la cruz. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

VIERNES X SEMANA
ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios nuestro, la persona que entregó su vida para


liberarnos de nuestras limitaciones humanas y para
permitirnos vivir en tu Reino es tu Hijo mismo y Señor
nuestro, Jesucristo. Danos auténtica sabiduría para
aceptarle como el Señor de nuestras vidas y como tu
presencia amorosa entre nosotros. Que él nos dirija hacia
ti, Dios nuestro, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios y Señor nuestro: En este pan y este vino, que ahora


te ofrecemos, acepta nuestra fe y nuestro compromiso por
Jesús como nuestro Señor y Salvador. Que él nos ayude a
crecer en fe y en paciencia, en amor y constancia, para que
estemos dispuestos para cualquier obra buena y para
encontrarte y acogerte a ti y a los hermanos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
92
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Oh Padre de nuestro Señor Jesucristo: Tu Hijo está con


nosotros como nuestro hermano y Salvador. Nos produce
profunda alegría el que se haya hecho como uno de
nosotros, humano, que respira, que se alimenta, que vive
como nosotros. Queremos ser y vivir como él. Que su
sufrimiento sea nuestra victoria, su humillación nuestro
honor, su inocencia nuestra justicia, su muerte nuestra
vida, su resurrección nuestro bienestar, porque Él es
nuestro Señor por los siglos de los siglos.
SABADO X SEMANA
ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, que tienes corazón de padre y de madre a la vez, y que


cuidas de los pobres: haz justicia a los oprimidos y da pan a los
hambrientos. A través de tu Hijo Jesús nos has enseñado a dar no
solamente de lo que nos sobra, sino a darnos a nosotros mismos.
Desbarata nuestros cálculos egoístas, cambia nuestros intereses
personales, muévenos a compartir generosamente con los
hermanos, de tal forma que nuestro modo de dar sea como el de
Jesús, cueste lo que cueste. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Dios, bondadoso y generoso: en estos signos de pan y vino


celebramos cómo Jesús, tu Hijo, se entregó a sí mismo de una vez
para siempre para que nosotros podamos vivir, amar y ser libres.
Concédenos que aprendamos de Jesús a preguntar no cuánto
podemos compartir sin herirnos ni lastimarnos, sino que
aprendamos a dejar que él sea nuestra fuerza para dar lo mejor de
nosotros mismos, y a responder a su voz compadeciéndonos
sinceramente de todo el que se encuentra en necesidad. Te lo
pedimos por Cristo nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
93
Generoso y bondadoso Dios: Tu Hijo vino a colmar a los
pobres (conscientes de su vaciedad) con tus dones maravillosos y
los llamó bienaventurados; ayúdanos a descubrir cuán pobres
somos en realidad - pobres en la fe, en la confianza, en el amor
generoso. Hazte cercano a nosotros en tu Hijo, para que estemos
disponibles para todos y compartamos con nuestros hermanos lo
mejor de nosotros sin alarde alguno, con obras sencillas de
servicio y amor, como lo hizo Jesús, tu Hijo, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
XI DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
Escucha, Señor, la voz de mi clamor: no me rechaces ni me abandones, Dios, mi salvador, porque tú eres mi refugio. (Cf. Sal. 26,
7.9)

ORACIÓN COLECTA

Padre del Cielo, Tú eres la fuerza de los que esperan en


ti, y sin ti nada puede la fragilidad humana; por eso te
pedimos la ayuda de tu gracia para guardar tus
mandamientos y agradarte con nuestras acciones y deseos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por medio de estos dones que presentamos, Señor, nutres


nuestro cuerpo y nos otorgas el sacramento que nos
renueva espiritualmente; concédenos que siempre
gocemos del auxilio de estos dones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida. (Cf. Sal. 26,4)

Oración después de la comunión

Señor y Dios nuestro, que esta comunión en tus

94
misterios, así como expresa nuestra unión contigo, así
también realice la unidad de tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XI SEMANA
Antífona de entrada Sal 66, 2-3
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su
victoria entre las naciones.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quieres que todos los hombres se


salven y lleguen al conocimiento de la verdad; mira la
abundante cosecha y envía operarios que anuncien el
Evangelio a toda creatura, para que tu pueblo, congregado
por la Palabra de vida y sostenido por la gracia de los
sacramentos, avance por el camino de la salvación y del
amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, a tu Hijo Jesucristo, que se entregó por la


redención de todos los hombres, para que, por él, desde la
salida del sol hasta su ocaso, tu nombre sea glorificado en
todo el mundo y en todo lugar se ofrezca el único
sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 28, 20
Dice el Señor: enseñen a cumplir todo lo que yo les he mandado. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el don de nuestra redención, te


pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna

95
se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XI SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal 121, 6. 8
Auguren la paz a Jerusalén, vivan seguros los que te aman. Por amor a mis hermanos y amigos, diré: la paz esté contigo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por la gracia del Espíritu Santo has


derramado en el corazón de tus fieles el don de la caridad,
concede bondadosamente a tus hijos la salud del alma y
del cuerpo, para que te amen con todas sus fuerzas y
realicen con amor cuanto te agrada. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Ten piedad de tus hijos, Señor, por quienes te ofrecemos


este sacrificio de alabanza, para que por su eficacia
alcancemos la gracia de tu bendición y la gloria de la
felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 12, 50
El que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de celebrar los divinos misterios, te pedimos,


Padre, por nuestros familiares y amigos queridos; perdona
sus pecados, dales tu consuelo y tu amparo y haz que
todos nosotros, sirviéndote con un mismo corazón,
podamos gozar de la visión de tu rostro. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

96
MIERCOLES XI SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal 77, 23-25
El Señor abrió los cielos: y envió el maná sobre su pueblo; les dio como alimento un trigo celestial. Todos comieron un pan de
ángeles.
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has realizado la redención humana por


el misterio pascual de tu Hijo unigénito, concédenos, en tu
bondad, que cuantos anunciamos con fe la muerte y
resurrección de Cristo bajo los signos sacramentales,
podamos experimentar, cada vez más, los efectos de tu
salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar el memorial de nuestra salvación,


imploramos humildemente tu clemencia, Señor, para que
este sacramento del amor sea, para todos nosotros, signo
de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 6, 51
Dice el Señor: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne
para la vida del mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre y Señor nuestro, que la participación en esta mesa


celestial nos santifique para que, por el Cuerpo y la Sangre
de Cristo, se realice en nosotros la unión fraterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

97
JUEVES XI SEMANA
Antífona de entrada Sal 6, 3-4
Ten piedad de mí, Señor, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos se estremecen, y mi alma está atormentada.
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo unigénito llevara


sobre sí nuestras debilidades para manifestar el valor de la
enfermedad soportada pacientemente, escucha nuestros
ruegos por nuestros hermanos enfermos y cuantos sufren
el dolor, la aflicción o la enfermedad; concédeles la gracia
de sentirse elegidos entre aquellos que Cristo proclamó
bienaventurados, y saber que están unidos a su Pasión para
la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios providente, en tus manos está nuestra vida; recibe


los ruegos y oblaciones que te ofrecemos, implorando tu
misericordia por nuestros hermanos enfermos, para que
mejore su salud y podamos alegrarnos con ellos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Col 1, 24
Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, tú eres el auxilio en la debilidad humana;


ayuda con tu poder a tus hijos enfermos para que,
aliviados por tu misericordia, puedan volver a participar,
en tu Iglesia, de la asamblea de los fieles. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

VIERNES XI SEMANA

98
Antífona de entrada Ef 5, 19-20
Canten y celebren al Señor de todo corazón. Siempre y por cualquier motivo, den gracias a Dios, nuestro Padre, en nombre de
nuestro señor Jesucristo.
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que siempre nos escuchas en nuestra


aflicción, te damos gracias por tu bondad y te pedimos
que, liberados de todos los males, podamos servirte
siempre con alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre santo, tú nos diste a tu Hijo para salvarnos de la


muerte y de todos los males; acepta con bondad este
sacrificio que te ofrecemos en acción de gracias por
habernos liberado de nuestras aflicciones. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 137, 1
Señor, te doy gracias de todo corazón porque has escuchado las palabras de mi boca.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, por este Pan de vida nos libras


de las ataduras del pecado y renuevas nuestras
fuerzas; te pedimos que acrecientes sin cesar en
nosotros la esperanza de la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XI SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal 91, 13-14
El justo florecerá como la palmera, crecerá como los cedros del Líbano; trasplantado en la casa del Señor, florecerá en los atrios de
nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA
99
Señor Dios nuestro: Tú vienes y con frecuencia nos visitas, pero
cuántas veces también no estamos atentos a tu venida.
Haznos conscientes de tu presencia, para que te recibamos con
ilusión y nos enriquezcamos con tu visita.
Haznos apreciar altamente tu hospitalidad cuando en la eucaristía
preparas para nosotros la mesa de tu Hijo, Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Dios, Padre de todos: Traemos hoy ante ti este pan y este


vino para celebrar nuestra gratitud para contigo al reunirnos en
torno a Jesús, tu Hijo.
En él tú nos has aceptado, Hombres y mujeres de todos los
pueblos y culturas, sentados a su mesa acogedora, comen este pan
de vida y beben este vino de alegría. Que todos conozcan tu
nombre y alaben tu amor que sana y fortalece. Te lo pedimos en
el nombre de Jesús, el Señor.
Antífona de comunión: Cf. Lc 12, 42
Éste es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su casa para distribuir la ración de trigo en el
momento oportuno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre nuestro que estás en el cielo: Te damos sinceras gracias


porque tu Hijo pronunció sobre nosotros, indignos como somos su
palabra sanadora. Que ojalá él encuentre gran fe en nosotros,
como la encontró en el centurión.
También te damos gracias, Padre, porque la promesa de Jesús se
ha cumplido: Muchos han venido del Este y del Oeste para comer
de la misma mesa con tu pueblo, cuando nos unimos todos juntos
en la eucaristía. Acepta nuestra acción de gracias por medio de
Jesucristo, nuestro Señor.
XII DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
El Señor es la fuerza de su pueblo, el baluarte de salvación para su Ungido. Señor, salva a tu pueblo y bendice tu herencia;
apaciéntalo y sé su guía para siempre. (Cf. Sal. 27,8-9)

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor y Dios nuestro, vivir siempre en el


100
amor y el respeto a tu santo nombre ya que en tu
providencia nunca abandonas a quienes estableces en el
sólido fundamento de tu amor.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre, este sacrificio de reconciliación y


alabanza y concédenos que purificados nosotros por su
poder te agrademos con nuestro amor sincero.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Señor, los ojos de todos esperan en ti, y tú les das la comida a su tiempo. (Sal. 144,15)

Oración después de la comunión

Renovados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, te


pedimos, Señor, que todo lo que celebramos en cada
eucaristía sea para nosotros anticipo de la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 23, 4.3
El que tiene las manos limpias y puro el corazón podrá subir a la montaña del Señor y permanecerá en su recinto sagrado.

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios nuestro: la injusticia que vemos en el mundo nos


disgusta y trastorna.
Perdónanos los disparates que hemos cometido y no nos permitas
contribuir al mal en el mundo explotando a nuestros hermanos y
hermanas y manipulándolos para nuestros propios intereses.
101
Más bien enséñanos y ayúdanos a pararnos para luchar por la
integridad y la verdad; y no reaccionar nunca si no es con la
bondad de nuestros corazones. Te lo pedimos por Cristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Dios, Padre nuestro: en estos signos de pan y vino traemos


ante ti nuestro sincero deseo de ser justos e imparciales con todos.
Pero te pedimos aún mucho más: Que bondadosamente nos
concedas asimilar y vivir las actitudes de tu Hijo Jesús; que
sepamos perdonar de todo corazón a los que nos han agraviado y
ofendido y devolver siempre bondad por maldad. Te lo pedimos
por Cristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 77, 24-25
Les dio como alimento el pan celestial; todos comieron un pan de ángeles.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Oh Dios y Padre nuestro: Tú nos has mostrado tu bondad


dándonos a tu propio Hijo, Jesús.
Con él, queremos estar del lado de los pobres y desheredados. No
nos permitas permanecer silenciosos cuando nuestros hermanos
son maltratados y pisoteados en su dignidad como personas, sino,
más bien, danos coraje y paciencia para cambiar este nuestro
mundo frío e insensible en un lugar de justicia y de respeto por
todos, y darle calor con el amor y compasión de Jesucristo,
nuestro Señor.
MARTES XII SEMANA
Antífona de entrada Cf. Ez 34, 11. 23-24
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y suscitaré un pastor que las apaciente: Yo, el Señor, seré su Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro: Tú nos preguntas a través de tu Hijo


Jesucristo: ¿Qué camino quieren ustedes tomar: ¿el menos
exigente y sin esfuerzo, o el camino y la puerta estrechos, difíciles
y llenos de obstáculos?
Señor, que, al elegir, nos decidamos siempre por el camino de tu
Hijo, porque él es nuestro Señor por los siglos de los siglos.

102
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios nuestro: Tu Hijo Jesús escogió el camino de la


humildad y la pobreza y todavía aparece en medio de nosotros
hoy en el signo cotidiano de un simple trozo de pan.
Danos, a nosotros y a tu Iglesia, -te rogamos- la mentalidad de
Cristo Jesús: que no tratemos de impresionar al mundo con poder
y prestigio, sino cambia a tu Iglesia desde dentro con nueva
mentalidad; que sepa proyectarse al mundo con pobreza de
medios y con el sencillo don de humilde servicio.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 16
Dice el Señor: no son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto y
ese fruto sea duradero.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Oh Dios, Señor de vida: Tú respetas nuestra libertad de poder


elegir entre dos caminos divergentes: el camino ancho y fácil de
la propia voluntad, que no lleva a ninguna parte, o el duro y
pedregoso sendero de tu voluntad.
Que tu Hijo esté con nosotros y camine a nuestro lado por el
único camino que conduce a la vida, el camino donde tu voluntad
es también nuestra voluntad y tu felicidad es la nuestra, ahora y
por los siglos de los siglos.
MIERCOLES XII SEMANA
Antífona de entrada Cf. Jr. 31, 3; 1Jn 2,2
Con amor eterno nos amó Dios: envió a su Hijo único como víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros,
sino también por los del mundo entero.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tu misericordia no tiene límites y tu


bondad es un tesoro inagotable; acrecienta la fe del pueblo
consagrado a ti, para que pueda comprender la inestimable
grandeza del amor que nos creó, de la sangre que nos
redimió y del Espíritu que nos regeneró. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
103
Acepta compasivo nuestras ofrendas, Señor, y
conviértelas en sacramento de redención, memorial de la
muerte y resurrección de tu Hijo; para que, por la eficacia
de este sacrificio, con la confianza puesta en Cristo,
alcancemos la vida eterna. Él que vive y reina por los
siglos de los siglos.
Antífona de comunión Cf. Sal 102, 17
El amor del Señor permanece para siempre y su justicia llega a los que le temen.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios misericordioso, alimentados con el Cuerpo y la


Sangre de tu Hijo, concédenos beber confiados en la
fuente de la misericordia y ser cada día más
misericordiosos con nuestros hermanos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

JUEVES XII SEMANA


ORACIÓN COLECTA

Oh Dios y Padre nuestro, aprendemos a conocerte mejor


y a estimarte más profundamente a través de las vidas de
los santos, que sus vidas y sus muertes nos inspiren.
Ayúdanos a ser austeros y frugales como él, pero también
fuertes y recios de carácter.
Ayúdanos a poner totalmente nuestra vida al servicio de
los otros. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

104
Señor Dios nuestro, por los signos de pan y vino que tu
Hijo Jesús celebra con nosotros cómo ofreció él su vida y
su muerte al servicio de los hombres.
Ayúdanos a decirnos unos a otros, en nuestras
comunidades: “¡Heme aquí, aquí estoy para servirte!”
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios nuestro, que, al imitar a tu Hijo en su total


entrega, incluso a costa de nuestra vida.
Ayúdanos a superar el miedo de ponernos en manos de los
hermanos para servirles sin reservas.
Que sepamos amarlos y servirlos mientras, con la mayor
confianza, nos ponemos también en tus manos.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

VIERNES XII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 32, 11. 19
Los designios del corazón de Dios permanecen para siempre: Él salva a sus fieles de la muerte y los sustenta en el tiempo de
indigencia.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, te pedimos que nos revistas con las


virtudes del Corazón de tu Hijo y nos enciendas con su
amor, para que, configurados a imagen suya, merezcamos
participar de la redención eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

105
Dios, Padre misericordioso, por el gran amor con que
nos amaste nos has entregado a tu Hijo único; te pedimos
que, unidos a él, podamos ofrecerte un homenaje digno de
ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 7, 37. 38
Dice el Señor: el que tenga sed venga a mí, y beba el que cree en mí. De su seno brotarán manantiales de agua viva.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de celebrar el sacramento de tu amor, te


suplicamos humildemente, Señor, que configurados con
Cristo en la tierra merezcamos participar de su gloria en el
cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XII SEMANA


Antífona de entrada Jr. 3, 15
Os daré pastores conforme a mi corazón, que os apacienten con ciencia y experiencia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro: Tú vienes y con frecuencia nos visitas, pero


cuántas veces también no estamos atentos a tu venida.
Haznos conscientes de tu presencia, para que te recibamos con
ilusión y nos enriquezcamos con tu visita.
Haznos apreciar altamente tu hospitalidad cuando en la eucaristía
preparas para nosotros la mesa de tu Hijo, Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

106
Oh Dios, Padre de todos: Traemos hoy ante ti este pan y este
vino para celebrar nuestra gratitud para contigo al reunirnos en
torno a Jesús, tu Hijo.
En él tú nos has aceptado, Hombres y mujeres de todos los
pueblos y culturas, sentados a su mesa acogedora, comen este pan
de vida y beben este vino de alegría. Que todos conozcan tu
nombre y alaben tu amor que sana y fortalece. Te lo pedimos en
el nombre de Jesús, el Señor.
Antífona de la comunión Mt 20, 28
El Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre nuestro que estás en el cielo: Te damos sinceras gracias


porque tu Hijo pronunció sobre nosotros, -indignos como somos-
su palabra sanadora. Que ojalá él encuentre gran fe en nosotros,
como la encontró en el centurión.
También te damos gracias, Padre, porque la promesa de Jesús se
ha cumplido: Muchos han venido del Este y del Oeste para comer
de la misma mesa con tu pueblo, cuando nos unimos todos juntos
en la eucaristía. Acepta nuestra acción de gracias por medio de
Jesucristo, nuestro Señor.
XIII DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
Que todos los pueblos aplaudan y canten a Dios con alegría. (Sal. 46,2)

ORACIÓN COLECTA

Padre de bondad, que por la gracia de la adopción


quisiste que seamos hijos de la luz; concédenos que no
seamos envueltos en las tinieblas del error, sino que
permanezcamos siempre en el esplendor de la verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

107
Dios de bondad, que das eficacia a tus misterios,
concédenos que nuestro culto resulte digno de estos
sagrados dones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo nombre. (Cf. Sal 102,1)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la víctima divina que hemos ofrecido y recibido nos


llene de vida, Señor, para que unidos filialmente a ti,
demos frutos de caridad que permanezcan.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XIII SEMANA


Antífona de entrada Mal 2, 6
La doctrina de verdad estaba en su boca y no se encontró maldad en sus labios; caminaba conmigo en paz y rectitud, y apartó a
muchos de la iniquidad.
ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro: Nosotros tenemos parte en los pecados del


mundo, en las injusticias y en la falta de amor, tantas veces por
nuestro silencio y cobardía.
Haznos conscientes de que tú también nos llamas a elevar este
mundo por encima de sí mismo proclamándole la Buena Nueva
de tu Hijo Jesucristo. Y para hacer creíble este mensaje de
esperanza ayúdanos a vivirlo consistentemente, para que la gente
se percate de que tú eres nuestro Dios de justicia, amor y paz,
ahora y por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

108
Señor Dios nuestro: Por estos signos de pan y vino recordamos
que tu Hijo nos ha llamado a hacer un nuevo comienzo con él.
Danos la fuerza para ir con él hasta el fin en el camino de la vida.
Que nos unamos a él en la ofrenda de sí mismo no solo con
palabras, aquí en la eucaristía, sino sobre todo con obras en la
vida real de cada día, para que un día podamos vivir con él para
siempre, por los siglos de los siglos.
Antífona de Comunión Jn 15, 4-5
Permanezcan en mí, como yo en ustedes, dice el Señor; el que permanece en mí, y yo en Él, da mucho fruto.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios nuestro: Te damos gracias por Jesús y por el


mensaje de su Evangelio.
Aparta de nosotros el miedo de tener que estar disponibles para ti
y para nuestro prójimo, como Jesús nos exige en su mismo
evangelio.
Danos el valor de ser suficientemente radicales para
comprometernos a servir, de tal forma que seamos así verdaderos
discípulos de Jesucristo nuestro Señor.
MARTES XIII SEMANA
ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro: Tú nos preguntas a través de tu Hijo


Jesucristo: ¿Qué camino quieren ustedes tomar: ¿el menos
exigente y sin esfuerzo, o el camino y la puerta estrechos,
difíciles y llenos de obstáculos?
Señor, que, al elegir, nos decidamos siempre por el camino
de tu Hijo, porque él es nuestro Señor por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios nuestro: Tu Hijo Jesús escogió el camino de la


humildad y la pobreza y todavía aparece en medio de nosotros
hoy en el signo cotidiano de un simple trozo de pan.

109
Danos, a nosotros y a tu Iglesia, -te rogamos- la mentalidad de
Cristo Jesús: que no tratemos de impresionar al mundo con poder
y prestigio, sino cambia a tu Iglesia desde dentro con nueva
mentalidad; que sepa proyectarse al mundo con pobreza de
medios y con el sencillo don de humilde servicio.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Oh Dios, Señor de vida: Tú respetas nuestra libertad de poder


elegir entre dos caminos divergentes: el camino ancho y fácil de
la propia voluntad, que no lleva a ninguna parte, o el duro y
pedregoso sendero de tu voluntad.
Que tu Hijo esté con nosotros y camine a nuestro lado por el
único camino que conduce a la vida, el camino donde tu voluntad
es también nuestra voluntad y tu felicidad es la nuestra, ahora y
por los siglos de los siglos.

MIERCOLES XIII SEMANA


Antífona de entrada
La sangre de los mártires fue derramada por Cristo en la tierra; por eso ellos alcanzaron la recompensa eterna.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que consagraste los comienzos de la


Iglesia de Roma con la sangre de numerosos
mártires, concede que su valor en tan arduo combate
nos fortalezca, y su gloriosa victoria nos llene
siempre de alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad este sacrificio, Señor, y concédenos, a


ejemplo de los Primeros Santos Mártires de la Iglesia de
Roma, alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que

110
ahora celebramos sacramentalmente. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Rom 8, 38-39
Ni la muerte ni la vida, ni criatura alguna podrá separamos jamás del amor de Cristo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor nuestro, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de


tu Hijo único, en la conmemoración de los Primeros
Santos Mártires de la Iglesia de Roma, concédenos
permanecer contigo por la caridad, vivir de ti y caminar
siempre hacia ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XIII SEMANA


Antífona de entrada Sal 6, 3-4
Ten piedad de mí, Señor, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos se estremecen, y mi alma está atormentada.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, salud de los que creen en ti;


escucha las súplicas que te dirigimos en favor de tus hijos
enfermos y, con el auxilio de tu misericordia, devuélveles
la salud, para que puedan darte gracias y alabarte en tu
Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios providente, en tus manos está nuestra vida; recibe


los ruegos y oblaciones que te ofrecemos, implorando tu
misericordia por nuestros hermanos enfermos, para que
mejore su salud y podamos alegrarnos con ellos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Col 1, 24
Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

111
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, tú eres el auxilio en la debilidad humana;


ayuda con tu poder a tus hijos enfermos para que,
aliviados por tu misericordia, puedan volver a participar,
en tu Iglesia, de la asamblea de los fieles. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

VIERNES XIII SEMANA


Antífona de entrada
Yo soy el salvador de mi pueblo, dice el Señor. Lo escucharé cuando me invoque en su angustia, y seré su Señor para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú eres el refugio en las fatigas, la fuerza


en la debilidad y el consuelo en la tristeza; ten compasión
de tu pueblo y purifícalo en la adversidad, para que pueda
luego disfrutar del alivio de tu misericordia. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, recibe con misericordia la ofrenda de tu


familia, para que, bajo tu protección, no pierda los dones
recibidos y alcance los bienes eternos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 11, 28
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

112
Padre santo, por la Eucaristía que hemos recibido,
concédenos experimentar ayuda para el alma y el cuerpo;
y así, restaurado todo nuestro ser, alcanzar la plenitud de
la salvación Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XIII SEMANA


Antífona de entrada Sal 46, 2
Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo.

ORACIÓN COLECTA

Oh, Dios, que por la gracia de la adopción has querido


hacernos hijos de la luz, concédenos que no nos veamos
envueltos por las tinieblas del error, sino que nos
mantengamos siempre en el esplendor de la verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oh, Dios, que actúas con la eficacia de tus sacramentos,


concédenos que nuestro ministerio sea digno de estos
dones sagrados.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 102, 1
Bendice, alma mía, al Señor y todo mi ser a su santo nombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

La ofrenda divina que hemos presentado y recibido nos


vivifique, Señor, para que, unidos a ti en amor continuo,
demos frutos que siempre permanezcan.

113
Por Jesucristo, nuestro Señor.

XIV DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
En tu santo templo, Señor, evocamos tu misericordia; la gloria de tu renombre llega hasta los confines de la tierra. Tu derecha está
llena de justicia. (Cf. Sal. 47,10-11)

ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, por medio de la humillación de tu


Hijo levantaste a la humanidad caída; concede a tus fieles
una santa alegría, para que quienes hemos sido liberados
del pecado, alcancemos la felicidad eterna.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que esta ofrenda consagrada a tu nombre, Señor, nos


purifique y nos lleve a tener una conducta cada día más
digna del Reino de tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Prefacio.
Antífona de comunión
Gusten y vean qué bueno es el Señor. Felices los que en él se refugian. (Sal. 33,9)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Colmados ahora con tan grandes dones, te pedimos,


Padre, recibir sus frutos de salvación y nunca abandonar tu

114
alabanza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XIV SEMANA


Antífona de entrada Cf. Mc 10, 14
Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque de ellos es el reino de Dios, dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Padre, crecer en el conocimiento admirable


de Jesucristo, según la enseñanza de los apóstoles, que
inspiraron a proclamar en tu Iglesia la palabra de
salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta los dones de tu pueblo, Señor, en la


conmemoración de tus santos, y por la participación de
este misterio concédenos manifestar en nuestra vida los
ejemplos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 18, 3
Si no se convierten y no se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, concédenos los frutos de esta santa


comunión y, a ejemplo de los santos, haz que conservemos
en el corazón y llevemos a la práctica el amor a los demás
y la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

115
MARTES XIV SEMANA
Antífona de entrada Sal 46, 2
Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo.

ORACIÓN COLECTA

Oh, Dios, que por la gracia de la adopción has querido


hacernos hijos de la luz, concédenos que no nos veamos
envueltos por las tinieblas del error, sino que nos
mantengamos siempre en el esplendor de la verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Oh, Dios, que actúas con la eficacia de tus sacramentos,


concédenos que nuestro ministerio sea digno de estos
dones sagrados.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 102, 1
Bendice, alma mía, al Señor y todo mi ser a su santo nombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

La ofrenda divina que hemos presentado y recibido nos


vivifique, Señor, para que, unidos a ti en amor continuo,
demos frutos que siempre permanezcan.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

116
MIERCOLES XIV SEMANA
Antífona de entrada Cf. Ef 1, 9. 10
Dios nos hizo conocer el misterio de su voluntad: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es
Cristo.
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, con admirable providencia has dispuesto


que el Reino de Cristo se extendiera por todo el mundo y
que todos los hombres participaran de la redención;
concede a tu Iglesia ser sacramento universal de salvación
y manifestar el Salvador a todos los hombres. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso, mira las ofrendas de tu pueblo


santo, y por la eficacia de este sacramento concede a
cuantos creen en ti la gracia de ser una raza elegida, un
reino sacerdotal, una nación santa, un pueblo de tu
propiedad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Ap. 22, 17. 20
El Espíritu y la Esposa dicen: ven. Amén. Ven, Señor Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, que alimentas y fortaleces a la Iglesia con tus


sacramentos, concede, a quienes nos has renovado en la
mesa celestial, que, guardando el mandamiento del amor,
seamos entre los hombres, fermento de vida e instrumento
de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

117
JUEVES XIV SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal 26, 1-2
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? Cuando avanzan
contra mí los enemigos, son ellos los que tropiezan y caen.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que con admirable providencia gobiernas


todas las cosas, recibe con bondad las oraciones que te
dirigimos por nuestra patria (ciudad), para que, por la
prudencia de los gobernantes y la honestidad de los
ciudadanos, se afiancen la concordia y la justicia, y
podamos gozar de prosperidad y de paz. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, con bondad nuestro servicio litúrgico para


que nuestra ofrenda te sea agradable y nos haga crecer en
la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 17, 3
Tú, Señor, eres mi roca, mi fortaleza, mi libertador; tú eres mi Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la acción medicinal de este


sacramento nos libre de nuestras maldades y nos guíe por
el camino recto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XIV SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 26, 1-2

118
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? Cuando avanzan
contra mí los enemigos, son ellos los que tropiezan y caen.
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que con admirable providencia gobiernas


todas las cosas, recibe con bondad las oraciones que te
dirigimos por nuestra patria (ciudad), para que, por la
prudencia de los gobernantes y la honestidad de los
ciudadanos, se afiancen la concordia y la justicia, y
podamos gozar de prosperidad y de paz. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, con bondad nuestro servicio litúrgico para


que nuestra ofrenda te sea agradable y nos haga crecer en
la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 17, 3
Tú, Señor, eres mi roca, mi fortaleza, mi libertador; tú eres mi Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la acción medicinal de este


sacramento nos libre de nuestras maldades y nos guíe por
el camino recto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XIV SEMANA


Antífona de entrada Cf. Jdt 13, 18. 19
El Señor, el Dios altísimo, te ha bendecido a ti, Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra. Él ha engrandecido tanto tu
nombre, que los hombres no dejarán de alabarte.

ORACIÓN COLECTA

119
Te pedimos, Padre, por la intercesión de la Santísima
Virgen María, que cuantos la veneramos en esta gloriosa
conmemoración, merezcamos también participar de la
plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos con alegría este sacrificio de alabanza,


Señor, en la celebración de la Madre de tu Hijo, y te
pedimos que, por este sagrado intercambio de dones,
aumenten en nosotros los frutos de tu salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 1, 48
Me llamarán feliz todas las generaciones, porque Dios miró con bondad la pequeñez de su servidora.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con estos dones, te pedimos, Padre, que


podamos confesar con las palabras y las obras, a quien
recibimos en la eucaristía, tu Hijo, nacido de la Virgen
María. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

XV DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Por tu justicia, yo contemplaré tu rostro, y al despertar me saciaré de tu presencia. (Cf. Sal. 16,15)

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, tú muestras la luz de tu verdad a los que


120
viven en tinieblas y en sombras de muerte, para que
puedan volver al camino de la justicia; danos a cuantos
hacemos profesión de cristianos, la gracia de rechazar todo
lo que se opone a este nombre y de comprometernos con
sus exigencias.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor y Dios nuestro, mira con bondad los dones de tu


Iglesia en oración y concede a quienes van a recibirlos
crecer en santidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Hasta el gorrión encontró una casa, y la golondrina tiene un nido donde poner sus pichones, junto a tus altares, Señor del universo,
mi Rey y mi Dios.
¡Felices los que habitan en tu casa y te alaban sin cesar! (Cf. Sal. 83,4-5)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con esta eucaristía, te pedimos, Padre, que


con la participación de esta comida sacramental se
acreciente en nosotros el fruto de la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XV SEMANA
Antífona de entrada Cf. Gen 1, 1. 27. 31
Al principio Dios creó el cielo y la tierra. Y creó el hombre a su imagen. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy
bueno.
ORACIÓN COLECTA

Dios creador del universo, que otorgaste a todos los


hombres la dignidad del trabajo, concede que todas
nuestras obras sean beneficiosas para nuestra vida y
contribuyan, por tu bondad, a extender el Reino de Cristo.
121
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos


ofreces al género humano el alimento para esta vida y el
sacramento de una vida nueva; haz que nunca nos falte el
sustento para el cuerpo y para el alma. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Col 3, 17
Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre nuestro, después de participar en el banquete de la


unidad y del amor, concédenos, por el trabajo que nos has
encomendado, obtener el sustento diario y contribuir a la
edificación de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XV SEMANA
Antífona de entrada
Esta es una Virgen sabia y prudente, que salió a recibir a Cristo con la lámpara encendida.
ORACIÓN COLECTA

Dios misericordioso, alegría de los santos, que enciendes


el corazón con el fuego del amor a Cristo y a su Iglesia y
nos haces testigo gozoso de la caridad, aun en medio de
los sufrimientos; concédenos, por su intercesión, que
también nosotros proclamemos de palabra y de obra el
Evangelio de la caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
122
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que te dignes santificar estas


ofrendas que te ofrecemos a ti como sacrificio espiritual,
concede a tu pueblo los dones de la perfecta reconciliación
y de la paz Por Jesucristo nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 15, 9
Como el Padre me ha amado, así los he amado yo, dice el Señor. Permanezcan en mi amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido los sagrados misterios del precioso


Cuerpo y Sangre de tu Hijo, te pedimos humildemente,
Señor, que, siguiendo el ejemplo de los Santos te
alabemos siempre y te sirvamos con alegría y generosidad
en nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.

MIERCOLES XV SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal 16, 15
Yo aparezco ante ti con la justicia, y me saciaré mientras se manifestará tu gloria.

ORACIÓN COLECTA

Oh, Dios, que prometiste permanecer en los rectos y


sencillos de corazón, concédenos, por tu gracia, vivir de
tal manera que te dignes habitar en nosotros.
Por nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

123
Mira Señor, los dones de tu Iglesia suplicante y concede
que sean recibidos para crecimiento en santidad de los
creyentes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 83, 4-5
Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor del universo, Rey y
Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con las delicias del cielo, te pedimos,


Señor, que procuremos siempre aquello que nos asegura la
vida verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XV SEMANA
Antífona de entrada Cf. Dan 12, 3
Los sabios brillarán como el resplandor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, lucirán como las estrellas, por
toda la eternidad.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios todopoderoso, que al celebrar la


conmemoración de los hombres y mujeres que te siguieron
dejándolo todo, aprovechemos sus admirables enseñanzas
e imitemos el ardor de su caridad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
124
Al celebrar estos misterios divinos, te pedimos, Señor,
que el Espíritu Santo infunda en nosotros aquella misma
luz de la fe que iluminó a tantos hombres y mujeres, que
los impulsaron a la propagación de tu gloria. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. 1Cor 1, 23-24
Nosotros predicamos a Cristo crucificado, fuerza y sabiduría de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, por este alimento celestial recibido,


que, siguiendo las enseñanzas de los santos, vivamos en
continua acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIENRES XV SEMANA
Antífona de entrada
Con gran alegría en el Señor, celebremos todos, la solemnidad de nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina de Chile, en la que se
alegran también los ángeles, alabando al Hijo de Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro: Con frecuencia sentimos que nuestra fe es


puesta a prueba en la confusión de nuestro tiempo.
Te pedimos que el Espíritu Santo hable en nosotros cuando
encontremos contradicciones a causa del evangelio de tu Hijo.
Qué él sea nuestra fortaleza y nuestra paz cuando tenemos que
vivir con nuestras incertidumbres e inseguridades que son parte y
herencia de los que creemos en ti.
Permanece con nosotros cuando la marcha sea dura, y llévanos
contigo a tu casa por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

125
Señor Dios nuestro: Jesús, tu hijo, se sentía indefenso contra los
que le rechazaban; sin embargo, se confió plenamente a ti y lo
resucitaste de entre los muertos.
Que él se haga presente sobre el altar en estos signos de pan y
vino y que nos acompañe en el camino hacia ti, para que podamos
permanecer fieles y perseverantes hasta el fin. Y de este modo
podamos vivir también con él que es nuestro Señor por los siglos
de los siglos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios nuestro: Te damos gracias por alentarnos a través de


la palabra y del ejemplo de tu Hijo Jesucristo.
Su palabra no siempre es cómoda y agradable, como tampoco lo
fue su ejemplo. Envíanos a anunciar su evangelio, sobre todo por
la forma cómo lo vivimos.
Y cuando nuestro ardor se esté enfriando, recuérdanos que tú eres
nuestro Dios que nos envías y acompañas por medio del mismo
Jesucristo nuestro Señor.
SABADO XV SEMANA
Antífona de entrada
Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, concédenos gozar de la salud del alma y del


cuerpo y, por la intercesión de la santísima Virgen María,
líbranos de las tristezas de este mundo y danos la eterna
alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que tu Hijo unigénito venga en nuestra ayuda, Señor, y


el que al nacer de la Virgen no menoscabó, sino que
consagró la integridad de su Madre, nos purifique de

126
nuestros pecados y haga aceptable ante ti nuestra ofrenda.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27
Feliz la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir los sacramentos celestiales, te


suplicamos, Dios nuestro, que cuantos nos alegramos en la
celebración de la santísima Virgen María, a ejemplo suyo,
colaboremos dignamente en el misterio de nuestra
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

XVI DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Dios es mi ayuda, el Señor es mi verdadero sostén. Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a tu nombre porque es bueno.
(Sal. 53,6.8)

ORACIÓN COLECTA

Señor y Padre nuestro, muéstrate bondadoso con tus


hijos y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para
que podamos ser fervorosos en la fe, la esperanza y la
caridad y así perseveremos en el cumplimiento de tu ley.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre santo, mediante el único sacrificio de tu Hijo has


llevado a la perfección la variedad de los sacrificios de la
antigua ley; por eso te pedimos que recibas la ofrenda de
estos fieles tuyos y la santifiques como lo hiciste con la
127
ofrenda de Abel, para que lo presentado por cada uno en tu
honor sirva para la salvación de todos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Él hizo portentos memorables; el Señor es bondadoso y compasivo, proveyó de alimento a sus fieles. (Sal. 110,4-5)

Oración después de la comunión

Señor Dios de bondad, ven en ayuda de tu pueblo y ya


que nos has iniciado en los misterios celestiales,
concédenos pasar de la esclavitud del pecado a la novedad
de una vida santa. Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XVI SEMANA


Antífona de entrada Rom 5, 5; Cf. 8, 11
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que has instruido los corazones de los fieles


con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, animados
por el mismo Espíritu, podamos discernir lo que es recto y
gozar siempre de su consuelo. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que santifiques estas ofrendas y


purifiques nuestros corazones con la luz del Espíritu
Santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal. 67, 29
Confirma, Señor, lo que has obrado entre nosotros, desde tu santo templo de Jerusalén.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

128
Te pedimos, Padre, que la venida del Espíritu Santo
purifique nuestros corazones y los penetre como fecundo
rocío. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XVI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Ez 34, 11. 23. 24
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y suscitaré un pastor que las apaciente: Yo, el Señor, seré su Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, dirige a tus fieles por el camino de


la salvación, ayúdanos, por intercesión, de los santos a
perseverar en la práctica de tus mandamientos, para que
merezcamos alcanzar el premio eterno. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, las ofrendas que traemos a tu


altar, de manera que, alcanzándonos el perdón, glorifiquen
tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 16
Dice el Señor: no son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto y
ese fruto sea duradero.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

129
Renovados por tus sagrados misterios, te suplicamos
humildemente, Señor, que, a ejemplo de los santos, nos
esforcemos en proclamar lo que él creyó y practicar lo que
enseñó. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES XVI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 23, 5-6
Estos santos recibieron la bendición del Señor, y la misericordia de Dios su salvador, porque buscaron al Señor.
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que para gloria de tu nombre y salvación


de las almas otorgaste a los santos presbíteros, el espíritu
de sabiduría y de fortaleza; concédenos, en ese mismo
espíritu, conocer lo que debemos hacer y, por su
intercesión, llevarlo a la práctica. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, las ofrendas de nuestro servicio, que


presentamos en tu altar concédenos que, libres de las
ataduras de este mundo, seas tú nuestra única riqueza. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 33, 9
Gusten y vean qué bueno es el Señor. Feliz el hombre que espera en él.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

130
Dios todopoderoso, alimentados por este sacramento, te
pedimos que, a ejemplo de los santos, aprendamos a
buscarte siempre y merezcamos ser revestidos del hombre
nuevo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XVI SEMANA


Antífona de entrada Jn 20, 17
Dijo el Señor a María Magdalena: ve a decir a mis hermanos: subo a mi Padre, Padre de ustedes; a mi Dios, Dios de ustedes.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tu Hijo encomendó en primer lugar a


María Magdalena la misión de anunciar la alegría pascual;
concédenos, por su ejemplo e intercesión, predicar a Cristo
resucitado y verlo reinar en tu gloria. Que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que te presentamos en la


conmemoración de santa María Magdalena, como tu Hijo
unigénito recibió bondadosamente el homenaje de su
caridad. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Antífona de comunión 2Cor 5, 14-15
El amor de Cristo nos apremia, a fin de que los que viven, no vivan más para sí mismos, sino para aquél que murió y resucitó por
ellos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Dios nuestro, que la recepción de tus


misterios infunda en nosotros aquel amor perseverante por
131
el cual santa María Magdalena se mantuvo constantemente
unida a Cristo, su Maestro. Que vive y reina por los siglos
de los siglos.

VIERNES XVI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Prov 31, 30. 28
La mujer que teme al Señor merece ser alabada; su marido la elogia y sus hijos la felicitan.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que condujiste a tus santos por diferentes


caminos en su vida terrena, y le enseñaste admirablemente
la sabiduría de la Cruz por la contemplación de la Pasión
de tu Hijo, concédenos que, siguiendo tu voz, te
busquemos siempre en todas las cosas. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te presentamos estas ofrendas, Señor, y te rogamos


humildemente que nos alcancen el perdón y la salvación
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 13, 45-46
El reino de los cielos se parece a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; al encontrar una de gran valor, vendió todo lo
que tenía y la compró.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, te suplicamos que la eficacia divina


de este sacramento, celebrado nos ilumine siempre, para
que experimentemos el deseo de la santidad y

132
respondamos fielmente con buenas obras. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

SABADO XVI SEMANA


Antífona de entrada
El Señor bendecirá a los hermanos que, unidos, glorifican a Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que llamaste a tus santos, al combate


espiritual en la soledad del desierto y lo enriqueciste con
un amor generoso y compasivo, concédenos imitar la
pasión del Señor y alcanzar su reino. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te ofrecemos por la


salvación de tu pueblo, y concédenos, la gracia de
apartarnos de toda ocasión de pecado y de llegar a formar
parte de la asamblea de los santos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 8, 15
Los que escuchan la palabra de Dios con un corazón bien dispuesto, y la retienen, dan fruto, gracias a su constancia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, Dios nuestro, con la ayuda de los santos


concédenos, por este sacramento, la sabiduría de vivir una
vida sobria y austera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

133
XVII DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
Dios habita en su santa morada. Él instala en un hogar a los solitarios.
Él dará poder y fortaleza a su pueblo. (Cf. Sal. 67,6-7.36)

ORACIÓN COLECTA

Padre providente, tú siempre proteges a los que esperan


en ti, y sin ti nada es fuerte ni santo; te pedimos que
multipliques sobre nosotros los signos de tu misericordia,
para que, bajo tu guía providente, de tal modo nos
sirvamos de los bienes pasajeros que ya podamos
adherirnos a las realidades eternas. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que contigo y el Espíritu Santo vive y
reina en unidad, y es Dios por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que aceptes estos dones recibidos de


tu generosidad, y por la acción poderosa de tu gracia has
que estos sagrados misterios santifiquen nuestra vida
presente y nos conduzcan a los gozos eternos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. (Mt. 5,7-8)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir este sacramento, memorial perpetuo


de la Pasión de tu Hijo, te pedimos, Señor, que nos
conduzca a la salvación este fruto de su inefable amor. Por
134
Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XVII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Eclo 44, 1. 25
Alabemos a san Joaquín y santa Ana, porque en su descendencia, el Señor Dios les concedió la bendición para todos los pueblos.

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios de nuestros padres, tú concediste a san


Joaquín y santa Ana la gracia que de ellos naciera María,
la madre de tu Hijo encarnado; otórganos, por sus ruegos,
alcanzar la salvación prometida a tu pueblo. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que te presentamos y


concédenos participar de la bendición prometida a
Abraham y a su descendencia. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 23, 5
Recibieron la bendición del Señor, y la misericordia de Dios, su salvador.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios y Padre, tú has querido que tu Hijo unigénito se


hiciera hombre en la tierra para que, por este admirable
misterio, los hombres renacieran de ti; te pedimos que
seamos santificados con el espíritu de adopción quienes
fuimos alimentados con el pan de los hijos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

135
MARTES XVII SEMANA
Antífona de entrada Sal 102, 20
Bendigan al Señor, todos sus ángeles, los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes apenas oyen la voz de su palabra.
ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, que ordenas admirablemente los


oficios de los ángeles y de los hombres, te pedimos que
nos protejan siempre en la tierra aquéllos que te asisten
continuamente en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza llevado


a tu presencia por manos de los ángeles; y te pedimos que
lo recibas con bondad y sirva para nuestra salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 137, 1
Te cantaré en presencia de los ángeles, Dios mío.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con el pan celestial, te rogamos, Padre, que,


fortalecidos por su eficacia, avancemos seguros por el
camino de la salvación, bajo la fiel custodia de los ángeles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES XVII SEMANA


Antífona de entrada Sal 6, 3-4

136
Ten piedad de mí, Señor, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos se estremecen, y mi alma está atormentada.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo unigénito llevara


sobre sí nuestras debilidades para manifestar el valor de la
enfermedad soportada pacientemente, escucha nuestros
ruegos por nuestros hermanos enfermos y cuantos sufren
el dolor, la aflicción o la enfermedad; concédeles la gracia
de sentirse elegidos entre aquellos que Cristo proclamó
bienaventurados, y saber que están unidos a su Pasión para
la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios providente, en tus manos está nuestra vida; recibe


los ruegos y oblaciones que te ofrecemos, implorando tu
misericordia por nuestros hermanos enfermos, para que
mejore su salud y podamos alegrarnos con ellos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Col 1, 24
Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, tú eres el auxilio en la debilidad humana;


ayuda con tu poder a tus hijos enfermos para que,
aliviados por tu misericordia, puedan volver a participar,
en tu Iglesia, de la asamblea de los fieles. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

JUEVES XVII SEMANA


ORACIÓN COLECTA

137
Concédenos, Dios todopoderoso, que al celebrar esta
santa Eucaristía aprovechemos tus enseñanzas e imitemos
el ardor de tu caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar estos misterios divinos, te pedimos, Señor,


que el Espíritu Santo infunda en nosotros aquella misma
luz de la fe que iluminó a tus santos, y nos impulse a la
propagación de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, por este alimento celestial recibido,


que, siguiendo tus enseñanzas, vivamos en continua
acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XVII SEMANA


Antífona de entrada Cf. 1 Sam 2, 35
Me suscitaré un sacerdote fiel, que obrará conforme a mi corazón, dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA

138
Dios nuestro, que hiciste de los santos un insigne
de tu Verbo encarnado; concédenos, por su
intercesión, la gracia de meditar siempre en nuestros
corazones los misterios de tu salvación y
manifestarlos fielmente en nuestras obras. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que recibas las ofrendas de tu


pueblo, y que, por él, nos concedas la ayuda de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 10, 10
Dice el Señor: Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados con el sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de


tu Hijo, te suplicamos, Señor Dios nuestro, que al celebrar
con fervor estos misterios se acreciente en nosotros tu
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XVII SEMANA


Antífona de entrada Flp 2, 10-11
Al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en los abismos; y toda lengua proclame que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre.

ORACIÓN COLECTA

139
Dios nuestro, para difundir la mayor la gloria de tu
nombre suscitaste en tu Iglesia a san Ignacio; concédenos
que, después de las luchas de esta vida, con su protección
y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir su triunfo
en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor Dios nuestro, los dones que te


presentamos al conmemorar a san Ignacio; concédenos
que estos misterios, que dejaste como fuente de toda
santidad, nos santifiquen también en la verdad. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 12, 49
He venido a traer fuego sobre la tierra, y cómo desearía que ya estuviera ardiendo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que este sacrificio de alabanza


ofrecido para darte gracias, en la conmemoración de san
Ignacio, nos conduzca a la alabanza eterna de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

XVIII DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Líbrame, Dios mío. Señor, ven pronto a socorrerme. tú eres mi ayuda y mi libertador, no tardes, Señor. (Cf. Sal. 69,2.6)

ORACIÓN COLECTA

Ven, Padre, en ayuda de tus hijos, derrama tu bondad


140
sobre los que te suplicamos, y ya que te alabamos porque
nos creaste y nos conduces renueva y conserva tus dones
en nosotros.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor y Dios nuestro, santifica estos dones y después de


haber aceptado la oblación de este sacrificio espiritual
transfórmanos en una ofrenda eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Nos diste, Señor, el pan del cielo, que tiene un sabor incomparable y satisface a todos los gustos. (Sab. 16,20)

Oración después de la comunión

Nos has restaurado con este don celestial, Señor, por eso
te pedimos que nos acompañes y protejas siempre y ya que
no dejas de reconfortarnos, haznos dignos de la redención
eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XVIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Ef 6, 2-3
Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga vida en la tierra. Éste es el primer mandamiento que contiene
una promesa.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú quisiste que la familia tuviera en ti su


firme fundamento; escucha con bondad nuestras oraciones
y concédenos vivir en nuestros hogares las virtudes y el
141
amor de la sagrada familia de tu Hijo unigénito, y así
llegar a gozar de los premios eternos en la casa del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, el sacrificio de la reconciliación, y


te pedimos que edifiques a nuestras familias sobre el
fundamento de tu gracia y de tu paz. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Is 49, 15
Dice el Señor: ¿se olvida una madre de su criatura? Aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre bueno, alimentados con estos divinos sacramentos,


concédenos imitar constantemente los ejemplos de la
Sagrada Familia de tu Hijo único, para que, después de las
pruebas de esta vida, podamos gozar siempre de su
compañía en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XVIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 121, 6. 8
Auguren la paz a Jerusalén, vivan seguros los que te aman. Por amor a mis hermanos y amigos, diré: la paz esté contigo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por la gracia del Espíritu Santo has


derramado en el corazón de tus fieles el don de la caridad,
concede bondadosamente a tus hijos la salud del alma y
del cuerpo, para que te amen con todas sus fuerzas y
realicen con amor cuanto te agrada. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
142
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Ten piedad de tus hijos, Señor, por quienes te ofrecemos


este sacrificio de alabanza, para que por su eficacia
alcancemos la gracia de tu bendición y la gloria de la
felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 12, 50
El que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de celebrar los divinos misterios, te pedimos,


Padre, por nuestros familiares y amigos queridos; perdona
sus pecados, dales tu consuelo y tu amparo y haz que
todos nosotros, sirviéndote con un mismo corazón,
podamos gozar de la visión de tu rostro. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MIERCOLES XVIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Lc 4, 18
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres y a
sanar a los que se arrepienten de corazón.

ORACIÓN COLECTA

Dios de poder y misericordia, que haces admirable a los


que se han entregado al servicio pastoral, concédenos, a
ejemplo suyo, que procuremos, con la caridad, llevar hacia
Cristo a los hermanos y alcanzar junto con ellos la gloria
eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.

143
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, te suplicamos humildemente que,


que estos dones que te presentamos manifiesten la gloria
de tu poder divino, así también hagan crecer en nosotros
los efectos de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 28, 20
Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que los misterios recibidos nos


preparen para la felicidad eterna, que mereceremos por tu
fidelidad en el ejercicio de nuestro ministerio. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XVIII SEMANA


Antífona de entrada
Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, perdona los pecados de tus hijos, y,


ya que no podemos agradarte con nuestras obras, concede
que seamos salvados por la misericordia de tu Hijo. Que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo y acepta nuestras


ofrendas, para que, presentamos a tu Hijo, sea atendido

144
todo deseo y escuchada toda petición. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27
Feliz la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir los sacramentos celestiales, te


suplicamos, Dios nuestro, que cuantos nos alegramos en la
celebración de la santa eucaristía, colaboremos
dignamente en el misterio de nuestra redención. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XVIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Mt 17, 5
En una nube luminosa se apareció el Espíritu Santo, se oyó la voz del Padre: Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi
predilección, escúchenlo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en la transfiguración gloriosa de tu


Hijo unigénito confirmaste los misterios de la fe con el
testimonio de los profetas y prefiguraste admirablemente
la perfecta adopción como hijos tuyos, concédenos que,
escuchando la voz de tu Hijo amado, merezcamos ser
coherederos suyos. Él, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

145
Santifica, Señor, las ofrendas que te presentamos en
honor de tu Hijo único, y, por el resplandor de su luz,
purifícanos de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. 1 Jn 3, 2
Cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, que los alimentos celestiales


recibidos nos transformen en imagen de tu Hijo, cuyo
esplendor quisiste manifestar en su gloriosa
transfiguración. Él que vive y reina por los siglos de los
siglos.

SABADO XVIII SEMANA


Antífona de entrada
Gozan con Cristo en el cielo los santos que siguieron sus pasos. Derramaron la sangre por su amor, y por eso se alegran con Cristo
para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, que nos distes la gracia del amor a tu


Palabra y por el testimonio de Jesús, te pedimos que, con
la fuerza del Espíritu Santo, nos enseñes a permanecer
fieles en la fe y fuertes en la confesión de tu nombre. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

146
Padre santo, acepta los dones que te presentamos en la
conmemoración de tus santos mártires, y concédenos la
gracia de permanecer fieles en la confesión de tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lc 22, 28-30
Dice el Señor: ustedes son los que han permanecido siempre conmigo en medio de mis pruebas. Por eso yo les confiero el Reino, y
ustedes comerán y beberán en mi mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que te manifestaste admirablemente el


misterio de la cruz, concédenos por tu bondad que,
fortalecidos por este sacrificio, permanezcamos fielmente
unidos a Cristo y trabajemos en la Iglesia por la salvación
de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

XIX DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Acuérdate, Señor, de tu alianza, y no olvides para siempre a tus pobres. Levántate, Señor, defiende tu causa y no desoigas el clamor
de los que te invocan. (Cf. Sal. 73,20.19.22.23)

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, a quien podemos llamar


Padre, confirma en nuestros corazones el espíritu de los
hijos adoptivos para que merezcamos obtener la herencia
prometida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que le has dado a tu Iglesia


para que pueda ofrecértelos, y transfórmalos en
147
sacramento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Glorifica al Señor, Jerusalén, él te sacia con lo mejor del trigo. (Sal. 147,12.14)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la comunión en tus sacramentos


nos salve y nos afiance en la luz de tu verdad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XIX SEMANA


Antífona de entrada
Sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen valiente, ofrenda de pureza y castidad.

ORACIÓN COLECTA

Dios de nuestros padres, que has llevado a la humanidad,


al conocimiento de tu Hijo crucificado y a imitarlo
fielmente hasta la muerte, te pedimos que todos los
hombres reconozcan en Cristo al Salvador, y lleguemos a
gozar de tu visión en la eternidad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en este día


con gozo y amor, así como quisiste aceptar la ofrenda de
tus elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Ap. 7, 17
El Cordero que está en medio del trono los conducirá hacia los manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

148
Señor y Dios nuestro, que has querido que tus elegidos
gocemos de plena salud de alma y cuerpo, concédenos,
por este sacramento, la gracia de superar con valentía
todos los males y alcanzar la gloria celestial. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XIX SEMANA


Antífona de entrada
San Lorenzo se entregó por entero al servicio de la Iglesia: por eso mereció sufrir el martirio y unirse con alegría a Cristo en el cielo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro: encendido por el fuego de tu amor,


brillemos por la fidelidad en el servicio y la gloria;
concédenos amar lo que tú nos invitaste a amar y practicar
de lo que nos enseñaste. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta con bondad, Señor, los dones que te presentamos


con gozo en esta eucaristía, y por ellos concédenos tu
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 12, 26
El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con estos dones sagrados, te pedimos,


Padre, que por la ofrenda de nuestro servicio podamos
149
experimentar el aumento de tu gracia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MIERCOLES XIX SEMANA


Antífona de entrada Hch 4, 32-33
La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Los apóstoles daban testimonio, con mucho poder, de la
resurrección del Señor Jesús, y gozaban de gran estima.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, perfecta unidad y amor verdadero, concede


a tus hijos tener un solo corazón y una sola alma, para que
tu Iglesia se fortalezca en la concordia, se apoye en la
confesión de la verdad y se afirme en la perfecta unidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por los sacramentos y por tus


enseñanzas nos haces semejantes a ti, guíanos por tus
caminos para que, por este sacrificio, alcancemos el don
de la caridad que nos prometiste. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 17, 20-21
Dice el Señor: te ruego, Padre, por aquellos que creerán en mí, para que sean uno en nosotros, y que el mundo crea que tú me
enviaste.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

150
Padre, hemos recibido el sacramento de la unidad; te
pedimos que quienes vivimos en tu Iglesia, unidos en un
solo corazón, tengamos en nosotros la paz que ofrecemos
y conservemos la que recibimos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

JUEVES XIX SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 26, 1-2
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? Cuando avanzan
contra mí los enemigos, son ellos los que tropiezan y caen.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que con admirable providencia gobiernas


todas las cosas, recibe con bondad las oraciones que te
dirigimos por nuestra patria (ciudad), para que, por la
prudencia de los gobernantes y la honestidad de los
ciudadanos, se afiancen la concordia y la justicia, y
podamos gozar de prosperidad y de paz. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, con bondad nuestro servicio litúrgico para


que nuestra ofrenda te sea agradable y nos haga crecer en
la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 17, 3
Tú, Señor, eres mi roca, mi fortaleza, mi libertador; tú eres mi Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

151
Te pedimos, Padre, que la acción medicinal de este
sacramento nos libre de nuestras maldades y nos guíe por
el camino recto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XIX SEMANA


Antífona de entrada
Gozan con Cristo en el cielo los santos que siguieron sus pasos. Derramaron la sangre por su amor, y por eso se alegran con Cristo
para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Dios nuestro, que la admirable paciencia de


los justos acreciente en nosotros el deseo de amarte y
fortalezca siempre la sagrada fe en nuestros corazones. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre santo, acepta los dones que te presentamos en la


conmemoración de tus santos mártires, y concédenos la
gracia de permanecer fieles en la confesión de tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lc 22, 28-30
Dice el Señor: ustedes son los que han permanecido siempre conmigo en medio de mis pruebas. Por eso yo les confiero el Reino, y
ustedes comerán y beberán en mi mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que en los santos mártires manifestaste


admirablemente el misterio de la cruz, concédenos por tu
152
bondad que, fortalecidos por este sacrificio,
permanezcamos fielmente unidos a Cristo y trabajemos en
la Iglesia por la salvación de todos los hombres. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XIX SEMANA


Antífona de entrada
Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, concédenos gozar de la salud del alma y del


cuerpo y, por la intercesión de la santísima Virgen María,
líbranos de las tristezas de este mundo y danos la eterna
alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo y acepta nuestras


ofrendas, para que, por intercesión de la santísima Virgen
María, Madre de tu Hijo, sea atendido todo deseo y
escuchada toda petición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27
Feliz la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir los sacramentos celestiales, te


suplicamos, Dios nuestro, que cuantos nos alegramos en la
celebración de la santísima Virgen María, a ejemplo suyo,
colaboremos dignamente en el misterio de nuestra
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
153
XX DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
Señor, protector nuestro, mira y considera el rostro de tu Ungido; vale más un día en tus atrios que mil en otra parte. (Sal. 83,10-11)

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, que preparaste bienes invisibles


para los que te aman, infunde en nuestros corazones la
ternura de tu amor para que, amándote en todas y sobre
todas las cosas, alcancemos tus promesas que superan todo
deseo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por estos dones, Padre, se realiza un glorioso


intercambio; acéptalos para que al ofrecerte lo que nos
diste merezcamos recibirte a ti mismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Dice el Señor: yo soy el pan vivo bajado del cielo. el que coma de este pan vivirá eternamente. (Jn. 6,51)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de haber recibido a Jesucristo en estos


sacramentos, imploramos humildemente tu clemencia,
Padre, y ya que hemos sido conformados a su imagen en la
tierra concédenos llegar a ser sus coherederos en el cielo.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
154
LUNES XX SEMANA
Antífona de entrada Mal 2, 6
La doctrina de verdad estaba en su boca y no se encontró maldad en sus labios; caminaba conmigo en paz y rectitud y apartó a
muchos de la iniquidad.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, que hiciste de tu Iglesia un medio


para alcanzar la santidad en la tierra, concede a tu pueblo
la gracia de atesorar tesoros en el cielo. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, te pedimos humildemente que el sacrificio


que ofrecemos en esta celebración sea eficaz para nuestra
salvación y agradable a tu misericordia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 5, 8-9
Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con estos dones sagrados, te pedimos,


Padre, que por la ofrenda de nuestro servicio podamos
experimentar el aumento de tu gracia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

155
MARTES XX SEMANA
Antífona de entrada Sal 6, 3-4
Ten piedad de mí, Señor, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos se estremecen, y mi alma está atormentada.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo unigénito llevara


sobre sí nuestras debilidades para manifestar el valor de la
enfermedad soportada pacientemente, escucha nuestros
ruegos por nuestros hermanos enfermos y cuantos sufren
el dolor, la aflicción o la enfermedad; concédeles la gracia
de sentirse elegidos entre aquellos que Cristo proclamó
bienaventurados, y saber que están unidos a su Pasión para
la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios providente, en tus manos está nuestra vida; recibe


los ruegos y oblaciones que te ofrecemos, implorando tu
misericordia por nuestros hermanos enfermos, para que
mejore su salud y podamos alegrarnos con ellos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Col 1, 24
Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, tú eres el auxilio en la debilidad humana;


ayuda con tu poder a tus hijos enfermos para que,
aliviados por tu misericordia, puedan volver a participar,
en tu Iglesia, de la asamblea de los fieles. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MIERCOLES XX SEMANA
Antífona de entrada Mt 25, 34. 36. 40

156
Vengan benditos de mi Padre -dice el Señor- porque estuve enfermo y me visitaron. En verdad les digo que cuanto hicieron con el
más pequeño de mis hermanos, conmigo lo hicieron.

ORACIÓN COLECTA

Dios y Padre nuestro, que, nos diste un signo admirable


de tu amor, concédenos perseverar unidos en el Evangelio,
acompañando con el amor de Cristo a nuestro hermano,
especialmente los abandonados y los pobres, y promover
así el reino de justicia, de amor y de paz. Por nuestro
Señor Jesucristo tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones de tu pueblo y concédenos que,


al recordar las maravillas que el amor de tu Hijo realizó
con nosotros, nos reafirmemos, a ejemplo de san Alberto
en el amor a ti y al prójimo. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE COMUNIÓN

Alimentados con estos sagrados misterios, te pedimos,


Señor, nos ayudes a seguir los ejemplos y culto con
devoción constante, a tu pueblo en un continuo servicio de
amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

JUEVES XX SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal 131, 9
Tus sacerdotes, Señor, se revistan de justicia y tus fieles exulten de alegría.

ORACIÓN COLECTA

157
Dios nuestro, que elegiste admirablemente a los
presbíteros para anunciar las insondables riquezas de
Cristo; concédenos que, siguiendo sus ejemplos y
enseñanzas, te conozcamos cada vez más y vivamos con
fidelidad según la luz del Evangelio. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, la ofrenda que presentamos en tu altar, y


así podamos glorificaste por estos misterios, concédenos a
nosotros tu bondadoso perdón. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 24, 46-47
Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, lo encuentre velando; les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Dios todopoderoso, que la participación en


la mesa celestial robustezca y aumente las fuerzas
espirituales de quienes celebramos esta sagrada eucaristía;
para que guardemos con integridad el don de la fe y
recorramos el camino que él nos señaló. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

VIERNES XX SEMANA
Antífona de entrada
El Señor colmó a san Bernardo con el espíritu de entendimiento, para servir al pueblo de Dios con abundante doctrina.

ORACIÓN COLECTA

158
Dios nuestro, que nos inflamaste con el celo por tu casa
y nos has hecho como una lámpara que brillaba y arde en
tu Iglesia, concédenos que, animados por ese mismo
espíritu, caminemos siempre como hijos de la luz. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacramento de la unidad y de


la paz, has que brille por tu palabra y tus obras y
promueve con firmeza la concordia y la disciplina en tu
Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 9
Así como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes, dice el Señor; permanezcan en mi amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Dios nuestro, que el alimento recibido en


esta celebración produzca su fruto en nosotros, para que,
fortalecidos con tu ejemplo y siguiendo tus enseñanzas,
arda en nosotros el amor por ti Verbo encarnado. Que vive
y reina por los siglos de los siglos.

SABADO XX SEMANA
Antífona de entrada Cf. Ez 34, 11. 23-24
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y suscitaré un pastor que las apaciente: Yo, el Señor, seré su Dios.

ORACIÓN COLECTA

159
Dios nuestro, que para defender la fe católica e instaurar
todas las cosas en Cristo, cólmanos de sabiduría divina y
de fortaleza apostólica; concédenos que, siguiendo sus
enseñanzas y ejemplos, alcancemos la recompensa eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe con bondad, Señor, nuestras ofrendas y


concédenos que, dóciles a tus enseñanzas, celebremos con
dignidad estos santos misterios y los recibamos con
espíritu de fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 16
Dice el Señor: no son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto y
ese fruto sea duradero.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, te rogamos que, por la eficacia de


esta eucaristía, seamos constantes en la fe y vivamos
unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

XXI DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Inclina tu oído, Señor, respóndeme. Salva a tu servidor que en ti confía; ten piedad de mí, Señor, que te invoco todo el día. (Cf. Sal.
85,1-3)

ORACIÓN COLECTA

160
Señor Dios, que unes a tus fieles en una sola voluntad;
concédenos amar lo que nos mandas y esperar lo que nos
prometes, para que, en medio de la inestabilidad de este
mundo, esté firme nuestro corazón donde se encuentra la
verdadera alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por el único sacrificio de Cristo, tu Hijo único, has


adquirido para ti, Padre, un pueblo de hijos; concédenos
bondadosamente los dones de la unidad y de la paz en tu
Iglesia.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Señor, la tierra se sacia con el fruto de tus obras: el pan que sale de la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre. (Cf. Sal.
103,13-15)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre del cielo, te pedimos que lleves a plenitud en


nosotros la obra de tu misericordia, y cuídanos tanto que
podamos agradarte en todo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Jer 31, 3; 1 Jn 2,2
Con amor eterno nos amó Dios: envió a su Hijo único como víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros,
sino también por los del mundo entero.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tu misericordia no tiene límites y tu


bondad es un tesoro inagotable; acrecienta la fe del pueblo
161
consagrado a ti, para que pueda comprender la inestimable
grandeza del amor que nos creó, de la sangre que nos
redimió y del Espíritu que nos regeneró Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta compasivo nuestras ofrendas, Señor, y


conviértelas en sacramento de redención, memorial de la
muerte y resurrección de tu Hijo; para que, por la eficacia
de este sacrificio, con la confianza puesta en Cristo,
alcancemos la vida eterna. Él que vive y reina por los
siglos de los siglos.
Antífona de comunión Cf. Sal 102, 17
El amor del Señor permanece para siempre y su justicia llega a los que le temen.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios misericordioso, alimentados con el Cuerpo y la


Sangre de tu Hijo, concédenos beber confiados en la
fuente de la misericordia y ser cada día más
misericordiosos con nuestros hermanos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MARTES XXI SEMANA


Antífona de entrada Sal 102, 20
Bendigan al Señor, todos sus ángeles, los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes apenas oyen la voz de su palabra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, que ordenas admirablemente los


oficios de los ángeles y de los hombres, te pedimos que
nos protejan siempre en la tierra aquéllos que te asisten
continuamente en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
162
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza llevado


a tu presencia por manos de los ángeles; y te pedimos que
lo recibas con bondad y sirva para nuestra salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 137, 1
Te cantaré en presencia de los ángeles, Dios mío.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con el pan celestial, te rogamos, Padre, que,


fortalecidos por su eficacia, avancemos seguros por el
camino de la salvación, bajo la fiel custodia de los ángeles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES XXI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 20, 2-3
Señor, el justo se regocija por tu fuerza, y cuánto se alegra por tu victoria. Tú has colmado los deseos de su corazón.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que hiciste pasar a tus santos de las


solicitudes del gobierno temporal a la gloria del Reino de
los cielos, concédenos, que, en todas las ocupaciones
temporales, busquemos siempre tu reino eterno. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo

163
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que, por esta ofrenda presentada ante


tu altar, nos concedas los dones de la unidad y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 16, 24
Dice el Señor: el que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Padre, que los sacramentos recibidos


santifiquen nuestro corazón y nuestra mente, de manera
que podamos participar de la naturaleza divina. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XXI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 20, 2-3
Señor, el justo se regocija por tu fuerza, y cuánto se alegra por tu victoria. Tú has colmado los deseos de su corazón.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has puesto a los santos como ejemplo


y ayuda para facilitar a los débiles el camino de la
salvación, al celebrar esta Santa Eucaristía. concédenos
bondadosamente que, siguiendo tus pasos, caminemos
hacia ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
164
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que, por esta ofrenda presentada en


la conmemoración de san N., nos concedas los dones de la
unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 16, 24
Dice el Señor: el que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Padre, que los sacramentos recibidos en la


conmemoración de san N. santifiquen nuestro corazón y
nuestra mente, de manera que podamos participar de la
naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XXI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Prov 31, 30. 28
La mujer que teme al Señor merece ser alabada; su marido la elogia y sus hijos la felicitan.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, consuelo de los afligidos, que aceptaste


con misericordia las lágrimas de tus santas; te pedimos,
que sintamos dolor por nuestros pecados y podamos
alcanzar la gracia de tu perdón. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

165
Te presentamos estas ofrendas, Señor, y te rogamos
humildemente que nos alcancen el perdón y la salvación
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 13, 45-46
El reino de los cielos se parece a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; al encontrar una de gran valor, vendió todo lo
que tenía y la compró.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, te suplicamos que la eficacia divina


de este sacramento, celebrado en esta eucaristía, nos
ilumine siempre, para que experimentemos el deseo de la
santidad y respondamos fielmente con buenas obras. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XXI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Eclo 15, 5
El Señor lo colmó del espíritu de sabiduría y de inteligencia, y lo revistió de su gloria, para que anunciara su palabra en medio de la
Iglesia.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, renueva en tu Iglesia tu Santo Espíritu,


para que, llenos de ese mismo espíritu, tengamos sed
solamente de ti, fuente de la verdadera sabiduría, y te
busquemos como autor del amor verdadero. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

166
Al celebrar el memorial de nuestra salvación,
imploramos humildemente tu clemencia, Señor, para que
este sacramento del amor sea, para todos nosotros, signo
de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 23, 10. 8
Dice el Señor: sólo tienen un maestro, que es el Mesías; y todos ustedes son hermanos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Padre, que nos santifique la participación en


la mesa de Cristo, para que, siendo miembros de su
Cuerpo, nos transformemos en Aquél que hemos recibido.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

XXII DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Ten piedad de mí, Señor, porque te invoco todo el día. Tú, Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te
invocan. (Cf. Sal. 85,3.5)

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, de quien procede todo bien, infunde


en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que,
haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes en
nosotros lo que es bueno y con tu amor de Padre lo
conserves constantemente.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos.
167
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Dios nuestro, que esta ofrenda sagrada nos


alcance tu bendición salvadora y haz que se cumpla en
nosotros lo que celebramos en esta liturgia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. (Mt. 5,9-10)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el pan de la mesa celestial te


suplicamos, Señor y Dios nuestro, que este alimento de la
caridad nos fortalezca para servirte en los hermanos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXII SEMANA


Antífona de entrada
Alegrémonos todos en el Señor. Los ángeles se regocijan por esta festividad y alaban al Hijo de Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que encendiste en tu amor en nosotros y


nos has llamado a vivir sólo para ti en la austeridad y la
penitencia, concédenos, que siguiendo en la tierra el
camino de la vida podamos gozar en el cielo de la
abundancia de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

168
En esta celebración, te ofrecemos, Señor, el sacrificio de
tu Hijo único, en el cual anunciamos su muerte hasta que
vuelva. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Antífona de comunión Eclo 39, 14
Florezcan como el lirio, derramen el aroma y entonen un canto, bendigan al Señor por todas sus obras.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, fortalecidos con esta eucaristía te


pedimos que, asumiendo en nuestro cuerpo los
sufrimientos de Cristo, nos esforcemos por vivir unidos
solamente a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XXII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 77, 23-25
El Señor abrió los cielos: y envió el maná sobre su pueblo; les dio como alimento un trigo celestial. Todos comieron un pan de
ángeles.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has realizado la redención humana por


el misterio pascual de tu Hijo unigénito, concédenos, en tu
bondad, que cuantos anunciamos con fe la muerte y
resurrección de Cristo bajo los signos sacramentales,
podamos experimentar, cada vez más, los efectos de tu
salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

169
Al celebrar el memorial de nuestra salvación,
imploramos humildemente tu clemencia, Señor, para que
este sacramento del amor sea, para todos nosotros, signo
de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 6, 51
Dice el Señor: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne
para la vida del mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre y Señor nuestro, que la participación en esta mesa


celestial nos santifique para que, por el Cuerpo y la Sangre
de Cristo, se realice en nosotros la unión fraterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES XXII SEMANA


Antífona de entrada Hch 4, 32-33
La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Los apóstoles daban testimonio, con mucho poder, de la
resurrección del Señor Jesús, y gozaban de gran estima.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, perfecta unidad y amor verdadero, concede


a tus hijos tener un solo corazón y una sola alma, para que
tu Iglesia se fortalezca en la concordia, se apoye en la
confesión de la verdad y se afirme en la perfecta unidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

170
Dios nuestro, que por los sacramentos y por tus
enseñanzas nos haces semejantes a ti, guíanos por tus
caminos para que, por este sacrificio, alcancemos el don
de la caridad que nos prometiste. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 17, 20-21
Dice el Señor: te ruego, Padre, por aquellos que creerán en mí, para que sean uno en nosotros, y que el mundo crea que tú me
enviaste.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, hemos recibido el sacramento de la unidad; te


pedimos que quienes vivimos en tu Iglesia, unidos en un
solo corazón, tengamos en nosotros la paz que ofrecemos
y conservemos la que recibimos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

JUEVES XXII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 26, 1-2
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? Cuando avanzan
contra mí los enemigos, son ellos los que tropiezan y caen.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que con admirable providencia gobiernas


todas las cosas, recibe con bondad las oraciones que te
dirigimos por nuestra patria (ciudad), para que, por la
prudencia de los gobernantes y la honestidad de los
ciudadanos, se afiancen la concordia y la justicia, y
podamos gozar de prosperidad y de paz. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

171
Mira, Señor, con bondad nuestro servicio litúrgico para
que nuestra ofrenda te sea agradable y nos haga crecer en
la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 17, 3
Tú, Señor, eres mi roca, mi fortaleza, mi libertador; tú eres mi Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la acción medicinal de este


sacramento nos libre de nuestras maldades y nos guíe por
el camino recto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XXII SEMANA


Antífona de entrada
El bienaventurado Gregorio, elevado a la cátedra de Pedro, buscaba siempre el rostro del Señor, y permanecía en la contemplación
de su amor.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, que cuidas a tu pueblo con


misericordia y lo gobiernas con amor, concede el espíritu
de sabiduría a quienes encomendaste la conducción de tu
rebaño, y haz que la santidad de los fieles sea el gozo
eterno de sus pastores.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

172
En esta celebración, te pedimos, Señor, que sea de
provecho para nosotros este sacrificio, por el cual quisiste
borrar los pecados del mundo Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión: Cf. Lc 12, 42
Éste es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su casa para distribuir la ración de trigo en el
momento oportuno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que, a tus hijos alimentados con


Cristo, Pan de vida, también los instruyas por Cristo,
verdadero Maestro, para que, reciban tu verdad y la
realicen en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XXII SEMANA


Antífona de entrada
Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, concédenos gozar de la salud del alma y del


cuerpo y, por la intercesión de la santísima Virgen María,
líbranos de las tristezas de este mundo y danos la eterna
alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo y acepta nuestras


ofrendas, para que, por intercesión de la santísima Virgen

173
María, Madre de tu Hijo, sea atendido todo deseo y
escuchada toda petición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27
Feliz la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir los sacramentos celestiales, te


suplicamos, Dios nuestro, que cuantos nos alegramos en la
celebración de la santísima Virgen María, a ejemplo suyo,
colaboremos dignamente en el misterio de nuestra
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

XXIII DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Tú eres justo, Señor, y tus juicios son rectos; trátame conforme a tu bondad.
(Sal. 118,137.124)

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que te has dignado redimirnos y has querido


hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre
y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos
la libertad verdadera y la herencia eterna.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre bueno, fuente de la paz y el amor sincero,


concédenos glorificarte por estas ofrendas y unirnos
fielmente a ti por la participación en esta eucaristía.
174
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.

Antífona de comunión
Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios
viviente. (Cf. Sal. 41,2-3)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Ya que nos nutres y animas con tu palabra y el


sacramento celestial, concédenos, Señor, que estos dones
de tu Hijo nos hagan participar siempre de su vida divina.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXIII SEMANA


Antífona de entrada Rom 5, 5; Cf. 8, 11
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que has instruido los corazones de los fieles


con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, animados
por el mismo Espíritu, podamos discernir lo que es recto y
gozar siempre de su consuelo. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que santifiques estas ofrendas y


purifiques nuestros corazones con la luz del Espíritu
Santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal. 67, 29
Confirma, Señor, lo que has obrado entre nosotros, desde tu santo templo de Jerusalén.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

175
Te pedimos, Padre, que la venida del Espíritu Santo
purifique nuestros corazones y los penetre como fecundo
rocío. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XXIII SEMANA


Antífona de entrada Sal 102, 20
Bendigan al Señor, todos sus ángeles, los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes apenas oyen la voz de su palabra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, que ordenas admirablemente los


oficios de los ángeles y de los hombres, te pedimos que
nos protejan siempre en la tierra aquéllos que te asisten
continuamente en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza llevado


a tu presencia por manos de los ángeles; y te pedimos que
lo recibas con bondad y sirva para nuestra salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 137, 1
Te cantaré en presencia de los ángeles, Dios mío.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

176
Renovados con el pan celestial, te rogamos, Padre, que,
fortalecidos por su eficacia, avancemos seguros por el
camino de la salvación, bajo la fiel custodia de los ángeles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES XXIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Jn 10, 14-15
Dice el Señor: Yo soy el buen Pastor, conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí. Como el Padre me conoce a mí, y yo
conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que congregas a quienes


están dispersos y conservas en la comunión a quienes ya
están unidos, mira con bondad el rebaño de tu Hijo, para
que la integridad de la fe y el vínculo de la caridad reúnan
a los que han sido consagrados por el único bautismo. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que, en el sacrificio único de Cristo, te has


adquirido un pueblo de hijos, sé bondadoso con nosotros y
concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. 1Cor 10, 17
Hay un solo pan, y nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque participamos de ese único pan y de ese único
cáliz.

177
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que, así como la comunión que


hemos recibido es signo de la unión de los creyentes en ti,
también realice la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

JUEVES XXIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Mt 9, 38
Dice Jesús a sus discípulos: rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en tu providencia das pastores a tu


pueblo, infunde en tu Iglesia el espíritu de piedad y
fortaleza, que suscite ministros dignos de tu altar y los
haga valientes y humildes defensores de tu Evangelio. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios y Señor nuestro, mira con bondad las oraciones y


ofrendas de tu pueblo, acrecienta el número de los
dispensadores de tus misterios y haz que perseveren
siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de Comunión1Jn 3, 16
En esto hemos conocido el amor de Dios: que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por los
hermanos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

178
Renovados con el pan celestial, te rogamos, Padre, por
este sacramento del amor, que germinen las semillas que
esparces con generosidad en el campo de tu Iglesia, para
que muchos quieran dedicar su vida a servirte en sus
hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XXIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 32, 11. 19
Los designios del corazón de Dios permanecen para siempre: Él salva a sus fieles de la muerte y los sustenta en el tiempo de
indigencia.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, te pedimos que nos revistas con las


virtudes del Corazón de tu Hijo y nos enciendas con su
amor, para que, configurados a imagen suya, merezcamos
participar de la redención eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios, Padre misericordioso, por el gran amor con que


nos amaste nos has entregado a tu Hijo único; te pedimos
que, unidos a él, podamos ofrecerte un homenaje digno de
ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 7, 37. 38
Dice el Señor: el que tenga sed venga a mí, y beba el que cree en mí. De su seno brotarán manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de celebrar el sacramento de tu amor, te


suplicamos humildemente, Señor, que configurados con

179
Cristo en la tierra merezcamos participar de su gloria en el
cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XXIII SEMANA


Antífona de entrada
Tú eres feliz, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Creador del universo. Engendraste al que te creó, y para siempre
permaneces virgen.

ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, ayúdanos en nuestra debilidad,


para que, al celebrar a la Santa Madre de Dios, su
intercesión nos libre de todo pecado. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

En la conmemoración de la Madre de tu Hijo, te


pedimos, Señor, que por la gracia de este sacrificio nos
conviertas en ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Lc 1, 49
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas; su nombre es santo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, en esta celebración de la Madre de


tu Hijo te pedimos que la participación en los misterios de
la redención eterna, nos conceda experimentar la
abundancia de tu gracia y nos lleve a la plenitud de tu
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
180
XXIV DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
Señor, concede la paz a los que esperan en ti, para que se compruebe la veracidad de tus profetas. Escucha la oración de tu servidor
y la de tu pueblo Israel. (Cf. Eclo. 36,18)

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, creador y Señor del universo, míranos con


bondad, concédenos servirte de todo corazón y así sentir el
efecto de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Sé propicio con nuestras súplicas, Padre, y recibe con


bondad estos dones de tus hijos, para que lo ofrecido por
cada uno en honor de tu nombre sirva para la salvación de
todos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.

Antífona de comunión
El cáliz de bendición que bendecimos es la comunión con la Sangre de Cristo; y el pan que partimos es la comunión con el Cuerpo
de Cristo. (Cf. 1 Cor. 10,16)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Dios nuestro, que la fuerza de este don


celestial penetre nuestra alma y nuestro cuerpo para que
sea su efecto el que prevalezca y conduzca nuestros
181
sentimientos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXIV SEMANA


Antífona de entrada Cf. Dan 12, 3
Los sabios brillarán como el resplandor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, lucirán como las estrellas, por
toda la eternidad.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, fortaleza de los que en ti esperan, que


hiciste brillar al obispo san Juan Crisóstomo por su
admirable elocuencia y su firmeza en las tribulaciones,
concédenos que, instruidos por su enseñanza, seamos
confortados por el ejemplo de su inquebrantable paciencia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, recibe con agrado este sacrificio que


te ofrecemos en la fiesta de san Juan Crisóstomo; que sus
enseñanzas nos impulsen a alabarte con todo nuestro ser.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. 1Cor 1, 23-24
Nosotros predicamos a Cristo crucificado, fuerza y sabiduría de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Dios misericordioso, que el sacramento


recibido en la conmemoración de san Juan Crisóstomo,
nos confirme en tu amor y nos convierta en fieles testigos
de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

182
MARTES XXIV SEMANA
Antífona de entrada Eclo 36, 18-19
Concede la paz, Señor, a los que esperan en ti; escucha la oración de tus servidores y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que llamaste hijos tuyos a los que trabajan


por la paz, concédenos la gracia de procurar, sin cesar, la
justicia, única garantía de una paz sólida y verdadera. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre, te pedimos que el sacrificio salvador de tu Hijo,


Rey de la paz, ofrecido bajo estos signos sacramentales
que expresan la paz y la unidad, sirva para afianzar la
concordia entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Mt 5, 9
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Padre, tu espíritu de amor, para que,


renovados por el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
trabajemos eficazmente para promover, entre todos los
hombres, la paz que él mismo nos dejó. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

183
MIERCOLES XXIV SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal 23, 5-6
Estos santos recibieron la bendición del Señor, y la misericordia de Dios su salvador, porque buscaron al Señor.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que para gloria de tu nombre y salvación


de las almas otorgaste al presbítero san Lorenzo de
Brindis, el espíritu de sabiduría y de fortaleza;
concédenos, en ese mismo espíritu, conocer lo que
debemos hacer y, por su intercesión, llevarlo a la práctica.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, las ofrendas de nuestro servicio, que


presentamos en tu altar en la conmemoración de san
Lorenzo, y concédenos que, libres de las ataduras de este
mundo, seas tú nuestra única riqueza. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 33, 9
Gusten y vean qué bueno es el Señor. Feliz el hombre que espera en él.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, alimentados por este sacramento, te


pedimos que, a ejemplo de san Lorenzo, aprendamos a
buscarte siempre y merezcamos ser revestidos del hombre
nuevo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

184
JUEVES XXIV SEMANA
Antífona de entrada
Sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen valiente, ofrenda de pureza y castidad.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que eliges la debilidad del


mundo para confundir a los fuertes, concede a quienes
celebramos la fiesta de tu mártir santa Inés, imitar su
constancia en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la


conmemoración de santa Inés, así como quisiste aceptar su
glorioso martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Ap. 7, 17
El Cordero que está en medio del trono los conducirá hacia los manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, que has querido contar a santa Inés


entre tus elegidos por la doble victoria de la virginidad y el
martirio, concédenos, por este sacramento, la gracia de
superar con valentía todos los males y alcanzar la gloria
celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XXIV SEMANA

185
Antífona de entrada Sal 94, 6-7
Vengan, inclinémonos para adorar a Dios, doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó; porque él es nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, cuida a tu familia con incansable bondad,


y, ya que sólo en ti ha puesto su esperanza, defiéndela
siempre con tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor y Dios nuestro, que has creado los frutos de la


tierra para sostener nuestra fragilidad, haz que estos dones
se conviertan en sacramento de vida eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 106, 8-9
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres, porque Él sació a los que sufrían sed y colmó
de bienes a los hambrientos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que nos hiciste compartir el mismo pan y el


mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera que, unidos
en Cristo, demos fruto con alegría para la salvación del
mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XXIV SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 26, 1-2
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? Cuando avanzan
contra mí los enemigos, son ellos los que tropiezan y caen.

ORACIÓN COLECTA
186
Dios nuestro, que con admirable providencia gobiernas
todas las cosas, recibe con bondad las oraciones que te
dirigimos por nuestra patria, para que, por la prudencia de
los gobernantes y la honestidad de los ciudadanos, se
afiancen la concordia y la justicia, y podamos gozar de
prosperidad y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, con bondad nuestro servicio litúrgico para


que nuestra ofrenda te sea agradable y nos haga crecer en
la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 17, 3
Tú, Señor, eres mi roca, mi fortaleza, mi libertador; tú eres mi Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la acción medicinal de este


sacramento nos libre de nuestras maldades y nos guíe por
el camino recto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

XXV DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Dice el Señor: yo soy el salvador de mi pueblo. Lo escucharé cuando me invoque en su angustia y seré su Señor para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios y Padre nuestro, que resumiste los mandamientos


187
de la antigua Ley en el amor a ti y al prójimo concédenos
que, cumpliendo lo que nos mandas merezcamos llegar a
la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta propicio, Señor Dios, las ofrendas de tu pueblo,


para que alcance en el sacramento eucarístico lo que
profesa y cree por la fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.

Antífona de comunión
Tú promulgaste, Señor, tus mandamientos, para que se cumplieran íntegramente.
¡Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus preceptos! (Sal. 118,4-5)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que tu auxilio, Padre, acompañe siempre a los que


alimentas con tus sacramentos, para que por ellos
recibamos los frutos de la redención en nuestra propia
vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXV SEMANA


Antífona de entrada
La sangre de los mártires fue derramada por Cristo en la tierra; por eso ellos alcanzaron la recompensa eterna.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has querido multiplicar el número de


tus hijos en el mundo entero, y has hecho que la sangre de
los santos fuera fecunda semilla de vida cristiana;
188
concédenos la fuerza de su ayuda y el estímulo de su
ejemplo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, mira con bondad las ofrendas de tu


pueblo y concédenos, por la intercesión de los santos,
llegar a ser un sacrificio agradable a ti para la salvación
del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 10, 32
Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el pan de los fuertes, te suplicamos,


Padre, en la celebración de esta sagrada eucaristía, que
unidos firmemente a Cristo trabajemos en la Iglesia por la
salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XXV SEMANA


Antífona de entrada
Sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen valiente, ofrenda de pureza y castidad.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que eliges la debilidad del


mundo para confundir a los fuertes, concede a quienes
celebramos la fiesta de tu mártir santa Inés, imitar su
constancia en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
189
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la


conmemoración de santa Inés, así como quisiste aceptar su
glorioso martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Ap. 7, 17
El Cordero que está en medio del trono los conducirá hacia los manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, que has querido contar a santa Inés


entre tus elegidos por la doble victoria de la virginidad y el
martirio, concédenos, por este sacramento, la gracia de
superar con valentía todos los males y alcanzar la gloria
celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES XXV SEMANA


Antífona de entrada
Yo soy el salvador de mi pueblo, dice el Señor. Lo escucharé cuando me invoque en su angustia y seré su Señor para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios clemente y misericordioso, que ofreces a los


hombres días especiales de salvación para que te
reconozcan como creador y padre de todos, ayúdanos con
bondad (en este tiempo propicio) para que, recibiendo
gustosamente el anuncio de la paz, podamos cumplir tu
voluntad de renovar todas las cosas en Cristo. Que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
190
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, acepta con agrado los dones de tu Iglesia en el


memorial de tu Hijo, nuestra paz y reconciliación, que
borró con su sangre el pecado del mundo; haz que
(celebrando con alegría este tiempo de gracia) podamos
comunicar a toda la libertad de Cristo. Que vive y reina
por los siglos de los siglos.
Antífona de comunión Mt 11, 28
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Padre, que nos fortalezca el don recibido,


para que este sacramento de la unidad nos llene de tu amor
y nos convierta en instrumentos de tu paz. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

JUEVES XXV SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 15, 5-6
El Señor es mi herencia y mi cáliz; tú me entregas mi herencia.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que concedes a los


presbíteros la gracia singular de participar en la cruz de tu
Hijo y, por tu amor infinito, renuevas las maravillas de tu
misericordia; concédenos, que lleguemos felizmente a la
gloria de la resurrección, al ser asociados a los
sufrimientos de Cristo. Que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

191
Dios misericordioso, que te dignas hacer de los
presbíteros una nueva creatura según tu imagen,
despojándonos de nuestra antigua condición, concédenos
que, renovados también nosotros, podamos ofrecer un
sacrificio agradable a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 19, 27-29
Yo les digo: Ustedes que lo dejaron todo y me siguieron, recibirán cien veces más, y poseerán la vida eterna.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la eficacia de este sacramento te pedimos, Padre,


que, a ejemplo de los santos sacerdotes, nos conduzcas
siempre por el camino de tu amor y perfecciones hasta el
día de Cristo Jesús la buena obra que has comenzado en
nosotros. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

VIERNES XXV SEMANA


Antífona de entrada Cf. Jdt 13, 18. 19
El Señor, el Dios altísimo, te ha bendecido a ti, Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra. Él ha engrandecido tanto tu
nombre, que los hombres no dejarán de alabarte.

ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, que otorgaste la redención a los


hombres por medio de tu Hijo, concede, a cuantos
invocamos a su Madre, mantenernos en la verdadera
libertad de hijos, que Jesucristo nos mereció con su
sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los
hombres. Él que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

192
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo, que celebra la
obra de la inmensa caridad de tu Hijo, y confírmanos en el
amor a ti y al prójimo con el ejemplo de la gloriosa Virgen
María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 1, 48
Me llamarán feliz todas las generaciones, porque Dios miró con bondad la pequeñez de su servidora.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, por intercesión de la Virgen María


que, habiendo recibido el sacramento de la redención y de
la vida, nos concedas cooperar más intensamente al
misterio de la salvación de los hombres y alcanzar la
gloria de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XXV SEMANA


Antífona de entrada
Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, concédenos gozar de la salud del alma y del


cuerpo y, por la intercesión de la santísima Virgen María,
líbranos de las tristezas de este mundo y danos la eterna
alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que tu Hijo unigénito venga en nuestra ayuda, Señor, y


el que al nacer de la Virgen no menoscabó, sino que
consagró la integridad de su Madre, nos purifique de
193
nuestros pecados y haga aceptable ante ti nuestra ofrenda.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27
Feliz la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir los sacramentos celestiales, te


suplicamos, Dios nuestro, que cuantos nos alegramos en la
celebración de la santísima Virgen María, a ejemplo suyo,
colaboremos dignamente en el misterio de nuestra
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

XXVI DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo, porque pecamos contra ti y no obedecimos tu ley; pero glorifica tu
nombre, tratándonos según tu gran misericordia. (Dan. 3,31.29.30.43.42)

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, que manifiestas especialmente tu


poder con la misericordia y el perdón, infunde sin cesar tu
gracia en nosotros, para que, deseando lo que nos
prometes, participemos en los bienes del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso, concédenos que esta ofrenda


nuestra te sea aceptable, y que mediante ella se nos abra la
fuente de toda bendición.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
194
Prefacio.

Antífona de comunión
Acuérdate, Señor, de la palabra que diste a tu servidor, con la que alentaste mi esperanza. Esto me consuela en la aflicción. (Cf. Sal.
118,49-50)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que esta eucaristía, Señor, renueve nuestro cuerpo y


nuestro espíritu, para que participemos de la herencia
gloriosa de tu Hijo cuya muerte hemos anunciado y
compartido.
Él que ahora vive y reina, por los siglos de los siglos.

LUNES XXVI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Lc 4, 18
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres y a
sanar a los que se arrepienten de corazón.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que para el servicio de los pobres y la


formación del clero infundiste las virtudes apostólicas en
los santos presbíteros, concédenos que, animados por su
mismo espíritu, amemos lo que ellos amaron y pongamos
por obra lo que enseñaron. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que diste a los santos la gracia de realizar


en sus vidas lo que celebraba en estos santos misterios,
concédenos, por este sacrificio, ser transformados en una
ofrenda agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 106, 8-9
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres, porque Él sació a los que sufrían sed y colmó
de bienes a los hambrientos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


195
Renovados con este sacramento celestial, te suplicamos,
Dios nuestro, que, para imitar a tu Hijo en la
evangelización a los pobres, siguiendo el ejemplo de los
Santos, recibamos la ayuda de su intercesión. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XXVI SEMANA


Antífona de entrada
Este mártir derramó su sangre por amor a Cristo; no temió las amenazas en el juicio y alcanzó el reino de los cielos.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que concediste a los mártires anteponer el


Reino de los Cielos al reino de este mundo, danos la
gracia, por su intercesión, de renunciar a nosotros mismos
y unirnos a ti de todo corazón. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios clementísimo, derrama tu bendición sobre estos


dones, y confírmanos en la fe que tus santos atestiguaron
con su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 5
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por los sagrados misterios, te pedimos,


Padre, que, imitando la constancia admirable de los
mártires, podamos alcanzar la recompensa eterna
196
prometida a los que perseveran hasta el fin. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MIERCOLES XXVI SEMANA


Antífona de entrada Sal 102, 20
Bendigan al Señor, todos sus ángeles, los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes apenas oyen la voz de su palabra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, que ordenas admirablemente los


oficios de los ángeles y de los hombres, te pedimos que
nos protejan siempre en la tierra aquellos que te asisten
continuamente en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, llevado


a tu presencia por manos de los ángeles, y te pedimos que
lo recibas con bondad y sirva para nuestra salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con el pan celestial, te rogamos, Padre, que,


fortalecidos por su eficacia, avancemos seguros por el
camino de la salvación, bajo la fiel custodia de tus ángeles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

197
JUEVES XXVI SEMANA
Antífona de entrada: Cf. Sal 1, 2-3
Feliz el hombre que medita la ley del Señor de día y de noche; dará fruto a su debido tiempo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que otorgaste a los santos, presbíteros,


amar con dedicación ardiente la Sagrada Escritura, te
pedimos que tu pueblo se alimente con mayor abundancia
de tu palabra y encuentre en ella la fuente de la vida. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, que, meditando tu palabra, te


ofrezcamos con mayor fervor el sacrificio de la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jr. 15, 16
Señor Dios, cuando se presentaban tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, la eucaristía que recibimos en esta celebración


gozosa, mueva el corazón de tus fieles para que, atentos a
la enseñanza de la Sagrada Escritura, conozcamos lo que
debemos seguir y, siguiéndolo, lleguemos a la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

198
VIERNES XXVI SEMANA
Antífona de entrada Cf. Dt. 32, 10-12
El Señor la rodeó y la cuidó, la protegió como la pupila de sus ojos. Como el águila extendió sus alas, la tomó consigo y la llevó
sobre sus plumas; el Señor solo la condujo.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que has preparado tu reino para los humildes


y pequeños, ayúdanos a seguir confiadamente tus caminos,
para que, podamos contemplar tu gloria eterna. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, te proclamamos admirable en esta Santa


eucaristía, y te pedimos humildemente que, estas ofrendas
que te presentamos sean de tu agrado, aceptes esta liturgia
que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 18, 3
Si no se convierten y no se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

El sacramento que recibimos, Padre, encienda en


nosotros aquel fuego de amor con el que tus santos
entregaron a ti, implorando para toda tu misericordia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

199
SABADO XXVI SEMANA
Antífona de entrada Dn. 3, 58
Ángeles del Señor, bendigan al Señor, alábenlo y glorifíquenlo eternamente.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en tu admirable providencia envías a


tus santos ángeles para custodiarnos; concédenos contar
siempre con su protección y gozar eternamente de su
compañía. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor Dios, los dones que te presentamos en


honor de tus santos ángeles; y por su constante protección
líbranos de los peligros presentes y llévanos a la alegría
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 137, 1
Te cantaré en presencia de los ángeles, Dios mío.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre celestial, guía por el camino de la salvación y de la


paz, bajo la custodia de tus ángeles, a quienes alimentas
con estos sacramentos de vida eterna Por Jesucristo,
nuestro Señor.

200
XXVII DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
Señor, todo está bajo tu poder y nada puede resistir a tu voluntad. Tú hiciste el cielo y la tierra, y todo lo que está bajo el
firmamento. Tú eres el Señor del universo. (Cf. Est. 4, 17)

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso


desbordas los méritos y deseos de los que te suplican,
derrama sobre nosotros tu misericordia para perdonar lo
que inquieta nuestra conciencia y añadir incluso lo que la
oración no se atreve a pedir.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, la oblación que tú has instituido, y por


estos santos misterios que celebramos para darte gracias,
santifica a los que tú mismo has redimido.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.

Antífona de comunión
Hay un solo pan, y nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque participamos de ese único pan, y del único
cáliz. (Cf. 1Cor. 10,17)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor todopoderoso, concédenos saciar en estos


sacramentos nuestra hambre y nuestra sed de tal manera
que nos transformemos en lo que hemos recibido.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXVII SEMANA


Antífona de entrada
Tú eres feliz, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Creador del universo. Engendraste al que te creó, y para siempre
permaneces virgen.

201
ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, ayúdanos en nuestra debilidad,


para que, al celebrar a los misterios divinos de la
eucaristía, nos libre de todo pecado. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

En la conmemoración de esta santa eucaristía, te


pedimos, Señor, que por la gracia de este sacrificio nos
conviertas en ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Lc 1, 49
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas; su nombre es santo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, en esta celebración te pedimos que


la participación en los misterios de la redención eterna,
nos conceda experimentar la abundancia de tu gracia y nos
lleve a la plenitud de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

MARTES XXVII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 16, 15
Por tu justicia, yo contemplaré tu rostro, y al despertar me saciaré de tu presencia.

202
ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que iluminas a los extraviados con la luz de


tu verdad, para que puedan volver al buen camino; danos,
a quienes hacemos profesión de cristianos, la gracia de
rechazar todo lo que se opone a este nombre y
comprometernos con todas sus exigencias. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor y Dios nuestro, mira con bondad los dones de tu


Iglesia en oración y concede que, al recibirlos, se
acreciente la santidad de los creyentes. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 83, 4-5
Hasta el gorrión encontró una casa, y la golondrina tiene un nido donde poner sus pichones: junto a tus altares, Señor del universo,
mi Rey y mi Dios. Felices los que habitan en tu casa y te alaban sin cesar.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con esta eucaristía, te pedimos, Padre, que


por la celebración frecuente de este misterio crezca en
nosotros el fruto de la salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

MIERCOLES XXVII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Lc 1, 28. 42
Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre.

ORACIÓN COLECTA

203
Señor, derrama tu gracia en nuestros corazones, y ya que
hemos conocido por el anuncio del Ángel la encarnación
de tu Hijo Jesucristo, condúcenos por su Pasión y su Cruz,
con la intercesión de la Virgen María, a la gloria de la
resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que prepares nuestros corazones para


ofrecer este sacrificio y así poder celebrar de tal modo los
misterios de tu Hijo unigénito, que seamos dignos de
alcanzar sus promesas. Él que vive y reina por los siglos
de los siglos.
Antífona de comunión Lc 1, 31
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor Dios nuestro, que habiendo


proclamado en este sacramento la muerte y resurrección
de tu Hijo, asociados a los dolores de su pasión podamos
también gozar de su consuelo y participar de su gloria. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XXVII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Ap. 5, 9-10
Nos has redimido, Señor, por medio de tu sangre, de todas las familias, lenguas, pueblos y naciones, y has hecho de nosotros un
reino para nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

204
Dios nuestro, que has redimido a todos los hombres por
la Sangre preciosísima de tu Hijo unigénito, conserva en
nosotros la obra de tu misericordia, para que, recordando
siempre el misterio de nuestra salvación, merezcamos
alcanzar sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al ofrecerte humildemente nuestros dones, te pedimos,


Señor, que por estos misterios vayamos al encuentro de
Jesús, Mediador de la nueva alianza, y seamos purificados
y renovados por su Sangre salvadora. Que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Antífona de comunión: Cf. 1Cor. 10, 16
El cáliz de bendición que bendecimos, es la comunión con la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, es la comunión con el Cuerpo
de Cristo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con la comida y la bebida de la salvación,


te pedimos, Padre, que seamos purificados con la Sangre
de nuestro Salvador, y ella sea, para nosotros, el manantial
que brota hasta la Vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

VIERNES XXVII SEMANA


Antífona de entrada
Gozan con Cristo en el cielo los santos que siguieron sus pasos. Derramaron la sangre por su amor, y por eso se alegran con Cristo
para siempre.

ORACIÓN COLECTA

205
Dios todopoderoso, que enviaste a los pastores a
predicar tu gloria y les diste la virtud de la constancia,
concédenos, a imitando sus ejemplos, no apegarnos a los
bienes transitorios ni temer en las adversidades. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre santo, acepta los dones que te presentamos en esta


eucaristía, y concédenos la gracia de permanecer fieles en
la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lc 22, 28-30
Dice el Señor: ustedes son los que han permanecido siempre conmigo en medio de mis pruebas. Por eso yo les confiero el Reino, y
ustedes comerán y beberán en mi mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que en los santos mártires manifestaste


admirablemente el misterio de la cruz, concédenos por tu
bondad que, fortalecidos por este sacrificio,
permanezcamos fielmente unidos a Cristo y trabajemos en
la Iglesia por la salvación de todos los hombres. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XXVII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Jdt 13, 18. 19
El Señor, el Dios altísimo, te ha bendecido a ti, Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra. Él ha engrandecido tanto tu
nombre, que los hombres no dejarán de alabarte.

ORACIÓN COLECTA

206
Te pedimos, Padre, por la intercesión de la Santísima
Virgen María, que cuantos la veneramos en esta gloriosa
conmemoración, merezcamos también participar de la
plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos con alegría este sacrificio de alabanza,


Señor, en la celebración de la Madre de tu Hijo, y te
pedimos que, por este sagrado intercambio de dones,
aumenten en nosotros los frutos de tu salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 1, 48
Me llamarán feliz todas las generaciones, porque Dios miró con bondad la pequeñez de su servidora.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con estos dones, te pedimos, Padre, que


podamos confesar con las palabras y las obras, a quien
recibimos en la eucaristía, tu Hijo, nacido de la Virgen
María. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién podrá subsistir?
Dios de Israel, en ti se encuentra el perdón. (Sal. 129,3-4)

ORACIÓN COLECTA

207
Padre providente, te pedimos que tu gracia siempre nos
preceda y acompañe, y así estemos dispuestos a obrar
constantemente el bien.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, junto con estas ofrendas, recibe las


súplicas de tus hijos para que esta eucaristía celebrada con
amor nos lleve a la gloria del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.

Antífona de comunión
Los ricos se empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor no carecen de nada. (Cf. Sal. 33,11)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos humildemente, Dios nuestro, que, así como


nos das de comer la Carne y beber la Sangre de tu Hijo, así
también nos hagas participar de su vida divina.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

LUNES XXVIII SEMANA


Antífona de entrada
Tú eres feliz, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Creador del universo. Engendraste al que te creó, y para siempre
permaneces virgen.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que has concedido un


amparo celestial a quienes han consagrado sus vidas al
208
anuncio de la palabra, concédenos, la fortaleza en la fe,
seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

En la conmemoración de estos sagrados misterios, te


pedimos, Señor, que por la gracia de este sacrificio nos
conviertas en ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Lc 1, 49
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas; su nombre es santo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, en esta celebración te pedimos que


la participación en los misterios de la redención eterna,
nos conceda experimentar la abundancia de tu gracia y nos
lleve a la plenitud de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

MARTES XXVIII SEMANA


Antífona de entrada Sal 53, 6. 8
Dios es mi ayuda, el Señor es mi verdadero sostén. Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a tu nombre porque es bueno.

ORACIÓN COLECTA

Señor nuestro, mira con bondad a tus servidores y


multiplica en nosotros los dones de tu gracia, para que,
fervorosos en la fe, la esperanza y la caridad,
209
perseveremos con asidua vigilancia en el cumplimiento de
tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre Santo, por el sacrificio único de tu Hijo llevaste a


la perfección las ofrendas de la antigua ley; te pedimos
que recibas la oblación de tus fieles y la santifiques como
lo hiciste con la ofrenda de Abel, para que los dones
presentados en honor de tu nombre sirvan para la
salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 110, 4-5
El Señor hizo portentos memorables, es bondadoso y compasivo; dio alimento a sus fieles.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, ayuda con bondad a tu pueblo, que has alimentado


con los sacramentos celestiales; concédele apartarse del
pecado y comenzar una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

MIERCOLES XXVIII SEMANA


Antífona de entrada
Este santo combatió hasta la muerte en defensa de la ley de Dios y no temió las amenazas de los impíos: estaba arraigado sobre roca
firme.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que llamaste a los pastores a servir a la


Iglesia y promover la piedad por los fieles difuntos,
fortalécenos en la fe para que, libres del pecado,
alcancemos la herencia eterna. Por nuestro Señor

210
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica con tu bendición estos dones que te ofrecemos,


Señor, y, por ellos, enciende en nosotros la llama de aquel
amor por el cual tus siervos vencieron los tormentos del
martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 16, 24
Dice el Señor: el que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor nuestro, que los sacramentos recibidos nos


concedan aquella fortaleza que dio a tus siervos la
fidelidad en tu servicio y la victoria en su pasión. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XXVIII SEMANA


Antífona de entrada Sal 41, 2-3
Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios
viviente.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por la acción de tu Espíritu elegiste a


las santas mujeres para mostrar a la Iglesia el camino de la
perfección, concédenos alimentarnos siempre con su
doctrina espiritual y arder en deseos de verdadera
santidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y

211
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, estas ofrendas, tú que aceptaste con tanto


agrado el homenaje lleno de fervor que te ofrecemos en
este santo sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 88, 2
Cantaré eternamente el amor del Señor, proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios nuestro, que has alimentado a tu familia con


el pan del cielo, concédenos que, a ejemplo de las santa
mujeres, podamos alegrarnos cantando eternamente tus
misericordias. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XXVIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Os 2, 21-22
El Señor la desposó para siempre, en la fidelidad y en la misericordia.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, concédenos alcanzar la protección


divina por la piadosa conmemoración de este sacrificio,
para que humildad para todos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que cada día seamos humildes y
piadosos, por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
212
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso, que te dignaste hacer de los


hombres una nueva creatura según tu imagen,
despojándonos de nuestra antigua condición, concédenos
que, renovados también nosotros, podamos ofrecer un
sacrificio agradable a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lam 3, 24-25
Mi porción es el Señor, él es bondadoso con aquellos que lo buscan.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la eficacia de este sacramento te pedimos, Padre,


que, a ejemplo de los que han escuchado tu voz, nos
conduzcas siempre por el camino de tu amor y
perfecciones hasta el día de Cristo Jesús la buena obra que
has comenzado en nosotros. Él que vive y reina por los
siglos de los siglos.

SABADO XXVIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Gal 2, 19-20
Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó
por mí.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que honras a tu Iglesia con


el testimonio de los santos mártires, haz, que, así como fue
para ellos causa de eterna gloria, sea para nosotros motivo
de constante protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

213
Acepta con agrado, Señor, la ofrenda de nuestro servicio
tú, que recibiste los dones que te presentaron tus santos,
trigo de Cristo, como pan purificado por los sufrimientos
del martirio Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Soy trigo de Cristo, y deseo ser triturado por los dientes de las fieras para convertirme en pan purificado.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que el pan celestial que hemos


recibido en esta celebración, nos dé fuerzas para que, de
palabra y de obra, nos manifestemos siempre como
auténticos cristianos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

XXIX DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes; inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. Protégeme como a la pupila de tus
ojos, escóndeme a la sombra de tus alas. (Cf. Sal. 16,6.8)

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, haz que nos entreguemos a


ti con fidelidad y te sirvamos con un corazón sincero.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Padre, poder ofrecerte estos dones con un


corazón libre y generoso, y purifícanos con tu gracia al
214
celebrar este santo sacramento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.

Antífona de comunión
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia para librar sus vidas de la muerte y
sustentarlos en el tiempo de indigencia. (Cf. Sal. 32,18-19)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, la participación en esta eucaristía nos sea


provechosa para que disfrutemos de tus beneficios en la
tierra y crezca nuestro conocimiento de los bienes del
cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXIX SEMANA


Antífona de entrada Cf. Gal 6, 14; 1Cor 1, 18
Sólo nos gloriaremos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. El mensaje de la cruz es fuerza de Dios para nosotros, que hemos sido
salvados.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has querido manifestar la esperanza


del reino eterno con la obra apostólica y el martirio de los
santos; concédenos, por su intercesión, que se fortalezca
constantemente la fe de los cristianos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, al recordar el martirio de tus santos, haz que por


este sacrificio anunciemos dignamente la muerte de tu
Hijo unigénito, que no sólo exhortó de palabra a sus
215
testigos, sino que los precedió con el ejemplo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 5, 10
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados con el pan del cielo, te suplicamos, Padre, que,


a ejemplo de los santos, imprimas en nuestros corazones
los signos del amor y de la pasión de tu Hijo, y nos
permitas gozar siempre de tu paz. Él que vive y reina por
los siglos de los siglos.

MARTES XXIX SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 67, 6-7. 36
Dios habita en su santa morada. Él congrega en su casa a los dispersos. Él dará poder y fortaleza a su pueblo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, protector de los que esperan en ti, fuera de


quien nada tiene valor ni santidad; acrecienta sobre
nosotros tu misericordia, para que, bajo tu guía providente,
usemos los bienes pasajeros de tal modo que ya desde
ahora podamos adherirnos a los eternos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Padre, estos dones recibidos de tu generosidad,


y, por la acción poderosa de tu gracia, haz que estos
sagrados misterios santifiquen nuestra vida presente y nos
conduzcan a los gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
216
Antífona de comunión Sal 102, 2
Bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que, alimentados con este


sacramento divino, memorial perpetuo de la Pasión de tu
Hijo, este don de su amor inefable nos conduzca a la
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES XXIX SEMANA


Antífona de entrada Sal 66, 2-3
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su
victoria entre las naciones.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que enviaste al mundo a tu Hijo, luz


verdadera, derrama el Espíritu prometido, que siembre en
los corazones de los hombres la semilla de la verdad y
suscite la obediencia de la fe, para que, cuantos han
renacido a una vida nueva por el bautismo, puedan
constituir tu único pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, a tu Hijo Jesucristo, que se entregó por la


redención de todos los hombres, para que, por él, desde la
salida del sol hasta su ocaso, tu nombre sea glorificado en
todo el mundo y en todo lugar se ofrezca el único
sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 28, 20

217
Dice el Señor: enseñen a cumplir todo lo que yo les he mandado. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el don de nuestra redención, te


pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna
se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XXIX SEMANA


Antífona de entrada
El Señor lo eligió como sumo sacerdote, y abriendo sus tesoros lo colmó de bienes.

ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, rico en misericordia, que has querido que los


santos que llamaste a anunciar tu palabra, y guiaran toda
tu Iglesia, te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas,
nos concedas abrir confiadamente nuestros corazones a la
gracia salvadora de Cristo, único redentor del hombre. Él,
que vive y reina.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, este sacrificio de tu pueblo, para que los


dones ofrecidos a ti en honor de todos tus santos
servidores, sean para nuestra salvación eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn la, 11
El buen pastor dio la vida por sus ovejas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, te pedimos que estos sacramentos


recibidos acrecienten en nosotros el ardor de ese amor que
encendiste a tus santos anunciadores del evangelio, y que

218
los impulsaron a entregarse con todas sus fuerzas por el
bien de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XXIX SEMANA


Antífona de entrada
Estos son los santos que llegaron a ser amigos de Dios, y recibieron la gloria por el anuncio de la verdad divina.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que elegiste a hombres para confortar a tus


fieles en la adversidad, te pedimos que nos mantengas bajo
tu protección y conserves siempre en paz a tu Iglesia. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, acepta nuestra ofrenda, y


concédenos expresar en la vida el misterio de la pasión de
tu Hijo, que ahora celebramos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Ez 34, 15
Apacentaré a mis ovejas y las llevaré a descansar, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre y Señor nuestro, por el misterio que celebramos


confirma a tus servidores en aquella fe verdadera que
difundieron incansablemente, y concédenos profesarla
siempre de palabra y de obra. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

219
SABADO XXIX SEMANA
Antífona de entrada
Estos son los santos que llegaron a ser amigos de Dios, y recibieron la gloria por el anuncio de la verdad divina.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que fortaleciste a los santos obispos con


admirable caridad y paciencia, para evangelizar a los
pueblos, concédenos, por su intercesión, la gracia de
buscar lo que te agrada y trabajar incansablemente en
ganar para Cristo a los hermanos. Que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, acepta nuestra ofrenda, y


concédenos expresar en la vida el misterio de la pasión de
tu Hijo, que ahora celebramos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 10, 27
Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día, dice el Señor; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las
casas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre y Señor nuestro, por el misterio que celebramos


confirma a tus servidores en aquella fe verdadera que
difundieron incansablemente, y concédenos profesarla
siempre de palabra y de obra. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
220
XXX DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
Que se alegren los que buscan al Señor. Busquen al Señor y serán fuertes, busquen siempre su rostro. (Cf. Sal. 104,3-4)

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe,


esperanza y caridad, y para conseguir lo que nos prometes
ayúdanos a amar lo que nos mandas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Vuelve tu mirada serena y bondadosa, Padre, sobre las


ofrendas que te presentamos, para que nuestra celebración
sea para tu gloria y alabanza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.

Antífona de comunión
Que aclamemos tu victoria y alcemos los estandartes en nombre de nuestro Dios. (Cf. Sal. 19,6)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, te pedimos que lleves a su plenitud


en nosotros lo que significan estos sacramentos, para que
un día poseamos plenamente lo que ahora celebramos en
esta liturgia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
221
LUNES XXX SEMANA
Antífona de entrada Sal 53, 6. 8
Dios es mi ayuda, el Señor es mi verdadero sostén. Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a tu nombre porque es bueno.

ORACIÓN COLECTA

Señor nuestro, mira con bondad a tus servidores y


multiplica en nosotros los dones de tu gracia, para que,
fervorosos en la fe, la esperanza y la caridad,
perseveremos con asidua vigilancia en el cumplimiento de
tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre Santo, por el sacrificio único de tu Hijo llevaste a


la perfección las ofrendas de la antigua ley; te pedimos
que recibas la oblación de tus fieles y la santifiques como
lo hiciste con la ofrenda de Abel, para que los dones
presentados en honor de tu nombre sirvan para la
salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 110, 4-5
El Señor hizo portentos memorables, es bondadoso y compasivo; dio alimento a sus fieles.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, ayuda con bondad a tu pueblo, que has alimentado


con los sacramentos celestiales; concédele apartarse del
pecado y comenzar una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

222
MARTES XXX SEMANA
Antífona de entrada Cf. Sal 67, 6-7. 36
Dios habita en su santa morada. Él congrega en su casa a los dispersos. Él dará poder y fortaleza a su pueblo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, protector de los que esperan en ti, fuera de


quien nada tiene valor ni santidad; acrecienta sobre
nosotros tu misericordia, para que, bajo tu guía providente,
usemos los bienes pasajeros de tal modo que ya desde
ahora podamos adherirnos a los eternos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Padre, estos dones recibidos de tu generosidad,


y, por la acción poderosa de tu gracia, haz que estos
sagrados misterios santifiquen nuestra vida presente y nos
conduzcan a los gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Sal 102, 2
Bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que, alimentados con este


sacramento divino, memorial perpetuo de la Pasión de tu
Hijo, este don de su amor inefable nos conduzca a la
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

223
MIERCOLES XXX SEMANA
Antífona de entrada
Estos son los santos varones a quienes el Señor eligió por su caridad sincera; él les dio la gloria eterna.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por la predicación de los apóstoles nos


llevaste al conocimiento de tu nombre; te rogamos que,
santifiques a tu Iglesia y que se vea enriquecida con
nuevos pueblos que crean en ti. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que recibas nuestras súplicas, y nos


dispongas para celebrar dignamente estos santos misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, después de recibir estos sacramentos, e


impulsados por el Espíritu Santo, te rogamos
humildemente que el misterio celebrado nos haga
perseverar siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

224
JUEVES XXX SEMANA
Antífona de entrada Cf. Ap. 5, 9-10
Nos has redimido, Señor, por medio de tu sangre, de todas las familias, lenguas, pueblos y naciones, y has hecho de nosotros un
reino para nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has redimido a todos los hombres por


la Sangre preciosísima de tu Hijo unigénito, conserva en
nosotros la obra de tu misericordia, para que, recordando
siempre el misterio de nuestra salvación, merezcamos
alcanzar sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al ofrecerte humildemente nuestros dones, te pedimos,


Señor, que por estos misterios vayamos al encuentro de
Jesús, Mediador de la nueva alianza, y seamos purificados
y renovados por su Sangre salvadora. Que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Antífona de comunión: Cf. 1Cor 10, 16
El cáliz de bendición que bendecimos, es la comunión con la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, es la comunión con el Cuerpo
de Cristo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con la comida y la bebida de la salvación,


te pedimos, Padre, que seamos purificados con la Sangre
de nuestro Salvador, y ella sea, para nosotros, el manantial
que brota hasta la Vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

VIERNES XXX SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 32, 11. 19

225
Los designios del corazón de Dios permanecen para siempre: Él salva a sus fieles de la muerte y los sustenta en el tiempo de
indigencia.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, te pedimos que nos revistas con las


virtudes del Corazón de tu Hijo y nos enciendas con su
amor, para que, configurados a imagen suya, merezcamos
participar de la redención eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios, Padre misericordioso, por el gran amor con que


nos amaste nos has entregado a tu Hijo único; te pedimos
que, unidos a él, podamos ofrecerte un homenaje digno de
ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 7, 37. 38
Dice el Señor: el que tenga sed venga a mí, y beba el que cree en mí. De su seno brotarán manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de celebrar el sacramento de tu amor, te


suplicamos humildemente, Señor, que configurados con
Cristo en la tierra merezcamos participar de su gloria en el
cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XXX SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal. 44, 13. 15. 16
Los pueblos más ricos buscan tu favor. La llevan ante el rey, con séquito de vírgenes; con gozo y alegría, van entrando en el palacio
real.

ORACIÓN COLECTA

226
Señor Dios nuestro, perdona los pecados de tus hijos y,
ya que no podemos agradarte con nuestras obras, concede
que seamos salvados por la intercesión de la Madre de tu
Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que te presentamos, y haz que


nuestros corazones, encendidos por la luz del Espíritu
Santo, busquen y conserven tu palabra y tu voluntad, a
ejemplo de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Alaben al Señor nuestro Dios, porque en María, su servidora, manifestó su misericordia, como lo había prometido a su pueblo Israel.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el sacramento de la salvación y de la


fe, te pedimos, Padre, que, celebrando con devoción a
Santa María Virgen, merezcamos participar, con ella, de tu
amor eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

XXXI DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
No me abandones, Señor. Dios mío, no te quedes lejos; apresúrate a venir en mi ayuda, Señor mío, mi salvación. (Cf. Sal. 37,22-23)

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y lleno de misericordia, por tu gracia


227
podemos celebrar esta liturgia de alabanza; te pedimos que
nos otorgues peregrinar sin tropiezos hacia los bienes
prometidos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Padre, que este sacrificio sea para ti una


ofrenda pura, y para nosotros una fuente generosa de tu
misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Dice el Señor: así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene vida, vivo por el Padre, el que me come vivirá por mí. (Jn.
6,58)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Dios nuestro, que crezca en nosotros la


acción de tu poder para que restaurados con estos
sacramentos celestiales nos preparemos a recibir lo que
ellos anticipan.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXXI SEMANA


Antífona de entrada Cf. 1Tes 4, 14; 1Cor 15, 22
Así como Jesús murió y resucitó, de la misma manera, Dios llevará con Jesús a los que murieron con él. Y así como todos mueren
en Adán, todos revivirán en Cristo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, escucha con bondad nuestros ruegos, para


que, al crecer nuestra fe en tu Hijo resucitado de entre los
muertos, se afiance también nuestra esperanza en la
228
resurrección de tus hijos difuntos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta con bondad estos dones, Señor, para que tus


hijos difuntos sean recibidos en la gloria con tu Hijo, a
quien nos unimos por este sacramento de su amor. Él que
vive y reina por los siglos de los siglos.
Antífona de comunión Cf. Jn 11, 25-26
Dice el Señor: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera vivirá. Y todo el que vive y cree en mí, no morirá
jamás.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que recibas en la morada de la luz y


de la paz a tus hijos difuntos, por quienes hemos celebrado
el misterio pascual. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XXXI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 15, 5-6
El Señor es mi herencia y mi cáliz; tú me entregas mi herencia.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que guiaste a tantos hombres hasta la


gloria del cielo por el camino de la humildad, concédenos
imitar sus ejemplos, para ser llevados con ellos a la patria
celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
229
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso, que te dignaste hacer de hombres y


mujeres una nueva creatura según tu imagen, despojándolo
de su antigua condición, concédenos que, renovados
también nosotros, podamos ofrecer un sacrificio agradable
a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 19, 27-29
Yo les digo: Ustedes que lo dejaron todo y me siguieron, recibirán cien veces más, y poseerán la vida eterna.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la eficacia de este sacramento te pedimos, Padre,


que, a ejemplo de los santos, nos conduzcas siempre por el
camino de tu amor y perfecciones hasta el día de Cristo
Jesús la buena obra que has comenzado en nosotros. Él
que vive y reina por los siglos de los siglos.

MIERCOLES XXXI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Ez 34, 11 .23-24
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y suscitaré un pastor que las apaciente: Yo, el Señor, seré su Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, conserva en tu pueblo el espíritu que


infundiste en la primera comunidad cristiana, para que tu
Iglesia se renueve sin cesar e, identificándose con Cristo,
pueda mostrar a los hombres el rostro de tu Hijo. Que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

230
Mira con bondad, Señor, los dones que te presentamos
en la conmemoración de esta Santa Eucaristía,
concédenos, por este sacrificio, abundar en buenas obras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 16
Dice el Señor: no son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto y
ese fruto sea duradero.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, que los sacramentos recibidos nos concedan


aquella fortaleza de ánimo que hiciste a los que hoy
contemplan tu gloria, y, fieles en el desempeño de su
ministerio y fervorosos en la práctica de la caridad. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XXXI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Ap. 5, 9-10
Nos has redimido, Señor, por medio de tu sangre, de todas las familias, lenguas, pueblos y naciones, y has hecho de nosotros un
reino para nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has redimido a todos los hombres por


la Sangre preciosísima de tu Hijo unigénito, conserva en
nosotros la obra de tu misericordia, para que, recordando
siempre el misterio de nuestra salvación, merezcamos
alcanzar sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

231
Al ofrecerte humildemente nuestros dones, te pedimos,
Señor, que por estos misterios vayamos al encuentro de
Jesús, Mediador de la nueva alianza, y seamos purificados
y renovados por su Sangre salvadora. Que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Antífona de comunión: Cf. 1Cor 10, 16
El cáliz de bendición que bendecimos, es la comunión con la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, es la comunión con el Cuerpo
de Cristo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con la comida y la bebida de la salvación,


te pedimos, Padre, que seamos purificados con la Sangre
de nuestro Salvador, y ella sea, para nosotros, el manantial
que brota hasta la Vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

VIERNES XXXI SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 32, 11. 19
Los designios del corazón de Dios permanecen para siempre: Él salva a sus fieles de la muerte y los sustenta en el tiempo de
indigencia.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, te pedimos que nos revistas con las


virtudes del Corazón de tu Hijo y nos enciendas con su
amor, para que, configurados a imagen suya, merezcamos
participar de la redención eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

232
Dios, Padre misericordioso, por el gran amor con que
nos amaste nos has entregado a tu Hijo único; te pedimos
que, unidos a él, podamos ofrecerte un homenaje digno de
ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 7, 37. 38
Dice el Señor: el que tenga sed venga a mí, y beba el que cree en mí. De su seno brotarán manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de celebrar el sacramento de tu amor, te


suplicamos humildemente, Señor, que configurados con
Cristo en la tierra merezcamos participar de su gloria en el
cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XXXI SEMANA


Antífona de entrada
Tú eres feliz, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Creador del universo. Engendraste al que te creó, y para siempre
permaneces virgen.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en un misterioso designio de tu


providencia nos has dado al autor de la gracia por medio
de la Virgen María, y la asociaste a la obra de la redención
humana; concédenos alcanzar por ella la abundancia de la
gracia y llegar al puerto de la salvación eterna. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

233
Acepta, Señor, la ofrenda de expiación y alabanza que te
ofrecemos en esta conmemoración de la gloriosa Virgen
María, y por la acción del Espíritu Santo conviértela en el
sacramento de nuestra redención que Cristo Mediador
instituyó para reconciliarnos contigo y ser para nosotros
fuente viva de gracia y salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Lc 1, 49
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas; su nombre es santo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos humildemente, Padre, que, renovados por la


eucaristía en la fuente de la gracia, con la intercesión de
María santísima, vivamos cada día más unidos a Cristo,
nuestro mediador, y cooperemos con mayor fidelidad a la
obra de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

XXXII DOMINGO DEL TIEMPO


Antífona de entrada
Que mi plegaria llegue a tu presencia, Señor; inclina tu oído a mi clamor. (Cf. Sal. 87,3)

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y lleno de misericordia, te


suplicamos que alejes de nosotros todos los males para
que sin impedimentos en el alma y en el cuerpo
cumplamos tu voluntad con libertad de espíritu.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, este sacrificio y concédenos


alcanzar los frutos de la Pasión de tu Hijo que ahora
234
celebramos sacramentalmente.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas. (Cf. Sal.
22,1-2)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te damos gracias, Padre, por esta eucaristía que nos ha


alimentado e imploramos tu clemencia para que el Espíritu
Santo nos haga perseverar en el recto camino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXXII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Ap. 21, 2
Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a
su esposo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que construyes un templo eterno para ti


con las piedras vivas que son tus elegidos, multiplica en tu
Iglesia la gracia que le has dado, para que tu pueblo fiel
continúe edificando la Jerusalén celestial. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, la ofrenda que te presentamos;


concédenos el fruto de tus sacramentos y el cumplimiento
de nuestros deseos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

235
Dios nuestro, que manifiestas en tu Iglesia un signo
visible de la Jerusalén celestial; te pedimos que, por la
participación de este sacramento, seamos transformados
en templos de tu gracia y lleguemos a la morada de tu
gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES XXXII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Eclo 45, 30
El Señor hizo con él una alianza de paz y lo constituyó jefe, confiriéndole para siempre la dignidad sacerdotal.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que no permites que las fuerzas del mal


prevalezcan sobre la Iglesia, edificada sobre la sólida
piedra de los apóstoles; concédenos permanecer fieles a tu
verdad y gozar siempre de la paz. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por estas ofrendas que te presentamos, te rogamos,


Señor, que ilumines a tu Iglesia, para que en todo el
mundo se acreciente tu rebaño y sus pastores, conducidos
por ti, sean de tu agrado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 16, 16. 18
Pedro dijo a Jesús: tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

236
Te pedimos, Padre, que gobiernes con bondad a tu
Iglesia alimentada en esta mesa santa, para que, dirigida
por tu mano poderosa, crezca en libertad y persevere firme
en la integridad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES XXXII SEMANA


Antífona de entrada Cf. 1Sam 2, 35
Me suscitaré un sacerdote fiel, que obrará conforme a mi corazón, dice el Señor.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que fuiste glorificado por la vida y por la


muerte de los hombres y mujeres, renueva en nuestros
corazones las maravillas de tu gracia, para que ni la vida ni
la muerte puedan separarnos de tu amor. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor y Dios nuestro, los dones que te


presentamos con alegría, y haz que, gracias a este
sacrificio, ni la adversidad ni la prosperidad puedan
apartarnos del camino recto. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 25, 40
Dice el Señor: les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con el sacramento de la unidad, ayúdanos,


Padre, a hacer siempre tu voluntad, para que,
237
obedeciéndote de todo corazón, vivamos el gozo de ser
verdaderamente tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XXXII SEMANA


Antífona de entrada
Por la alianza del Señor y la ley de nuestros Padres, los Santos de Dios perseveraron en el amor fraterno; mantuvieron un mismo
espíritu y una misma fe.

ORACIÓN COLECTA

Señor nuestro, reaviva en tu Iglesia el Espíritu de amor y


misericordia y que nos impulsa a dar la vida por los fieles,
para que, fortalecidos por el mismo Espíritu no temamos
dar la vida por nuestros hermanos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios clementísimo, derrama tu bendición sobre estos


dones, y confírmanos en la fe que atestiguaron tus santos
con su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 10, 39
Dice el Señor: el que pierda su vida por mí, la encontrará.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, la participación en esta mesa celestial nos obtenga


el Espíritu de fortaleza y de paz, para que, siguiendo el
ejemplo de los santos, entreguemos generosamente nuestra
vida por el honor y la unidad de la Iglesia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
238
VIERNES XXXII SEMANA
Antífona de entrada Cf. Gal 6, 14
Debemos gloriarnos en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección; por él
hemos sido salvados y redimidos.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has querido que tu Hijo unigénito


sufriera el tormento de la cruz para salvar al género
humano, concédenos que, después de haber conocido este
misterio en la tierra, podamos alcanzar en el cielo el
premio de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que este sacrificio, ofrecido en la


cruz para borrar los pecados del mundo, nos purifique de
todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 12, 32
Dice el Señor: cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Jesucristo, alimentados con tu sagrada eucaristía,


te pedimos humildemente que lleves a la gloria de la
resurrección a los que redimiste en el madero salvador de
la cruz. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

239
SABADO XXXII SEMANA
Antífona de entrada Cf. Lc 1, 28. 42
Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que entre los pobres y humildes elegiste a


la Virgen María para ser la Madre del Salvador;
concédenos que, como ella, podamos ofrecerte una fe
sincera y pongamos sólo en ti la esperanza de nuestra
salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones de tu pueblo, y concede que


quienes celebramos el misterio de la inmensa caridad de tu
Hijo, a ejemplo de la Virgen María, seamos confirmados
en el amor a ti y al prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal. 86, 3; Lc 1, 49
Virgen María, de ti se han dicho maravillas, porque el Todopoderoso ha hecho en ti grandes cosas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre nuestro, por este sacramento concede a tu Iglesia


recorrer con entusiasmo el camino del Evangelio, hasta
alcanzar aquella paz gloriosa de la cual goza para siempre
la Virgen María, tu humilde servidora. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

240
XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO
Antífona de entrada
Dice el Señor: yo tengo designios de paz y no de aflicción. Invóquenme y los escucharé y pondré fin a su cautiverio. (Cf. Jer.
29,11.12.14)

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios y creador nuestro, concédenos vivir siempre


con alegría en tu servicio, ya que la felicidad plena y
duradera consiste en servirte a ti, fuente y origen de todo
bien.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Padre, que esta ofrenda sea agradable a tu


mirada, nos otorgue la gracia de servirte con amor y nos
obtenga los gozos eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Dice el Señor: en verdad les digo, cuando pidan algo en la oración crean que ya lo tienen y lo conseguirán. (Mc. 11,23.24)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir el don de este sacramento que hemos


celebrado, te pedimos, Señor, que el memorial que tu Hijo
nos mandó revivir aumente la caridad en todos nosotros.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXXIII SEMANA


241
Antífona de entrada Cf. Mt 25, 34. 36. 40
Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor. Estuve enfermo y me visitaron. Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más
pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que infunde en nosotros una admirable


caridad hacia los pobres; concédenos, que siempre
manifestemos ante los hombres la imagen de tu bondad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones de tu pueblo y concede, que


quienes celebramos el misterio de la inmensa caridad de tu
Hijo, seamos confirmados en el amor a ti y a los
hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 13
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con los sagrados misterios, te pedimos,


Padre misericordioso, la gracia de imitar los ejemplos de
tus santos, que te sirvieron con incansable piedad y se
entregaron a tu pueblo con inmenso amor. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MARTES XXXIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Mt 25, 34. 36. 40
Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor. Estuve enfermo y me visitaron. Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más
pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo.

242
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que diste a hombres y mujeres el don de


reconocer y venerar a Cristo en los pobres; concédenos,
por su intercesión, servir a los necesitados y afligidos con
incansable caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones de tu pueblo y concede, que


quienes celebramos el misterio de la inmensa caridad de tu
Hijo, a ejemplo de los santos, seamos confirmados en el
amor a ti y a los hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 13
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con los sagrados misterios, te pedimos,


Padre misericordioso, la gracia de imitar los ejemplos de
los santos, que te sirvieron con incansable piedad y se
entregaron a tu pueblo con inmenso amor. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

MIERCOLES XXXIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 44, 17-18
Los constituirás príncipes sobre toda la tierra. Yo haré célebre tu nombre por todas las generaciones; por eso, los pueblos te alabarán
eternamente.

ORACIÓN COLECTA

243
Defiende a tu Iglesia, Señor Dios, con la protección de
tus santos los apóstoles, de quienes recibió el primer
anuncio del Evangelio, y concédele crecer en tu gracia
hasta el fin de los tiempos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, el servicio de nuestro ministerio, y


te rogamos humildemente que se mantenga pura en
nosotros la verdad transmitida por los apóstoles. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 6, 68-69
Señor, tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que tu pueblo, alimentado con el pan


celestial, se alegre en la conmemoración de los apóstoles,
a quienes encomendaste gobernar y proteger tus fieles. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XXXIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Ap. 5, 9-10
Nos has redimido, Señor, por medio de tu sangre, de todas las familias, lenguas, pueblos y naciones, y has hecho de nosotros un
reino para nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

244
Dios nuestro, que has redimido a todos los hombres por
la Sangre preciosísima de tu Hijo unigénito, conserva en
nosotros la obra de tu misericordia, para que, recordando
siempre el misterio de nuestra salvación, merezcamos
alcanzar sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al ofrecerte humildemente nuestros dones, te pedimos,


Señor, que por estos misterios vayamos al encuentro de
Jesús, Mediador de la nueva alianza, y seamos purificados
y renovados por su Sangre salvadora. Que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Antífona de comunión: Cf. 1Cor 10, 16
El cáliz de bendición que bendecimos, es la comunión con la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, es la comunión con el Cuerpo
de Cristo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con la comida y la bebida de la salvación,


te pedimos, Padre, que seamos purificados con la Sangre
de nuestro Salvador, y ella sea, para nosotros, el manantial
que brota hasta la Vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

VIERNES XXXIII SEMANA


Antífona de entrada Cf. Sal 32, 11. 19
Los designios del corazón de Dios permanecen para siempre: Él salva a sus fieles de la muerte y los sustenta en el tiempo de
indigencia.

ORACIÓN COLECTA

245
Señor y Dios nuestro, te pedimos que nos revistas con las
virtudes del Corazón de tu Hijo y nos enciendas con su
amor, para que, configurados a imagen suya, merezcamos
participar de la redención eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios, Padre misericordioso, por el gran amor con que


nos amaste nos has entregado a tu Hijo único; te pedimos
que, unidos a él, podamos ofrecerte un homenaje digno de
ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 7, 37. 38
Dice el Señor: el que tenga sed venga a mí, y beba el que cree en mí. De su seno brotarán manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de celebrar el sacramento de tu amor, te


suplicamos humildemente, Señor, que configurados con
Cristo en la tierra merezcamos participar de su gloria en el
cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XXXIII SEMANA


Antífona de entrada
Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.

ORACIÓN COLECTA

246
Te pedimos, Padre, por la intercesión de la Santísima
Virgen María, que cuantos la veneramos en esta gloriosa
conmemoración, merezcamos también participar de la
plenitud de tu gracia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo y acepta nuestras


ofrendas, para que, por intercesión de la santísima Virgen
María, Madre de tu Hijo, sea atendido todo deseo y
escuchada toda petición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27
Feliz la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir los sacramentos celestiales, te


suplicamos, Dios nuestro, que cuantos nos alegramos en la
celebración de la santísima Virgen María, a ejemplo suyo,
colaboremos dignamente en el misterio de nuestra
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

XXXIV SEMANA DEL TIEMPO


En lugar del último domingo del tiempo "durante el año", se celebra la solemnidad de "Jesucristo, Rey del universo".
Antífona de entrada
El Señor promete la paz para su pueblo y sus amigos, y para los que se convierten de corazón. (Cf. Sal. 84,9)

ORACIÓN COLECTA

Estimula, Padre, la voluntad de tus hijos, para que


247
busquemos con mayor fervor los frutos de la gracia y
encontremos la ayuda constante de tu bondad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe con bondad, Dios nuestro, los dones sagrados que


mandaste consagrar a tu nombre; que ellos nos hagan
gratos a tus ojos y nos concedan la obediencia a tus
mandamientos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio.
Antífona de comunión
Alaben al Señor todas las naciones, porque es inquebrantable su amor por nosotros. (Sal. 116,1-2)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre del cielo, ya que nos haces participar de tus


sagrados misterios, concédenos que nunca nos apartemos
de ti.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES XXXIV SEMANA


Antífona de entrada
Estos son los santos que llegaron a ser amigos de Dios, y recibieron la gloria por el anuncio de la verdad divina.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que uniste de modo admirable la misión


evangelizadora; concédenos que te busquemos a ti sobre
todas las cosas y trabajemos con empeño por la extensión

248
de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, acepta nuestra ofrenda, y


concédenos expresar en la vida el misterio de la pasión de
tu Hijo, que ahora celebramos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Ez 34, 15
Apacentaré a mis ovejas y las llevaré a descansar, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre y Señor nuestro, por el misterio que celebramos


confirma a tus servidores en aquella fe verdadera que
difundieron incansablemente, y concédenos profesarla
siempre de palabra y de obra. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

MARTES XXXIV SEMANA


Antífona de entrada Cf. Gal 6, 14; 1 Cor 1, 18
Sólo nos gloriaremos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. El mensaje de la cruz es fuerza de Dios para nosotros, que hemos sido
salvados.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, fuente y origen de toda paternidad, que


otorgaste a los santos permanecer fieles a la cruz de tu
Hijo hasta derramar su sangre, concédenos, por su
249
intercesión, que propagando tu amor entre los hermanos
podamos llamarnos y ser en verdad hijos tuyos. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre santo, los dones que te presentamos en la


memoria de los santos; concédenos serte fieles en las
adversidades de la vida y convertirnos en una ofrenda
agradable a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 5, 10
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el pan de la vida en esta


conmemoración de los santos, te pedimos humildemente,
Padre, que permanezcamos unidos en tu amor y
alcancemos la recompensa eterna prometida a los que
perseveran hasta el fin. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES XXXIV SEMANA


Antífona de entrada
Sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen valiente, ofrenda de pureza y castidad.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que diste a tu pueblo el


testimonio de las santas mujeres, por su intercesión,
fortalece nuestra fe y constancia y concédenos trabajar
generosamente por la unidad de la Iglesia. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
250
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la


conmemoración de las santas mujeres, así como quisiste
aceptar sus gloriosos martirios. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Ap. 7, 17
El Cordero que está en medio del trono los conducirá hacia los manantiales de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, que has querido contar a las santas


mujeres entre tus elegidas por la doble victoria de la
virginidad y el martirio, concédenos, por este sacramento,
la gracia de superar con valentía todos los males y
alcanzar la gloria celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.

JUEVES XXXIV SEMANA


Antífona de entrada
Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, concédenos gozar de la salud del alma y del


cuerpo y, por la intercesión de la santísima Virgen María,
líbranos de las tristezas de este mundo y danos la eterna
alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

251
Que tu Hijo unigénito venga en nuestra ayuda, Señor, y
el que al nacer de la Virgen no menoscabó, sino que
consagró la integridad de su Madre, nos purifique de
nuestros pecados y haga aceptable ante ti nuestra ofrenda.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27
Feliz la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir los sacramentos celestiales, te


suplicamos, Dios nuestro, que cuantos nos alegramos en la
celebración de la santísima Virgen María, a ejemplo suyo,
colaboremos dignamente en el misterio de nuestra
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

VIERNES XXXIV SEMANA


Antífona de entrada
Tú eres feliz, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Creador del universo. Engendraste al que te creó, y para siempre
permaneces virgen.

ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, ayúdanos en nuestra debilidad,


para que, al celebrar a la Santa Madre de Dios, su
intercesión nos libre de todo pecado. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

En la conmemoración de la Madre de tu Hijo, te


pedimos, Señor, que por la gracia de este sacrificio nos
252
conviertas en ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Lc 1, 49
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas; su nombre es santo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, en esta celebración de la Madre de


tu Hijo te pedimos que la participación en los misterios de
la redención eterna, nos conceda experimentar la
abundancia de tu gracia y nos lleve a la plenitud de tu
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SABADO XXXIV SEMANA


Antífona de entrada Cf. Jdt 13, 18. 19
El Señor, el Dios altísimo, te ha bendecido a ti, Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra. Él ha engrandecido tanto tu
nombre, que los hombres no dejarán de alabarte.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Padre, por la intercesión de la Santísima


Virgen María, que cuantos la veneramos en esta gloriosa
conmemoración, merezcamos también participar de la
plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos con alegría este sacrificio de alabanza,


Señor, en la celebración de la Madre de tu Hijo, y te
pedimos que, por este sagrado intercambio de dones,
253
aumenten en nosotros los frutos de tu salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 1, 48
Me llamarán feliz todas las generaciones, porque Dios miró con bondad la pequeñez de su servidora.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con estos dones, te pedimos, Padre, que


podamos confesar con las palabras y las obras, a quien
recibimos en la eucaristía, tu Hijo, nacido de la Virgen
María. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Último domingo del tiempo Ordinario


JESUCRISTO, REY UNIVERSAL
Solemnidad
Antífona de entrada
El Cordero que ha sido inmolado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. a él la gloria y el poder
por los siglos de los siglos. (Ap. 5,12; 1,6)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste restaurar todas


las cosas por tu amado Hijo, Rey del universo, te pedimos
que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado,
te sirva y te alabe eternamente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, el sacrificio de la reconciliación de


254
los hombres y te pedimos, humildemente, que tu Hijo
conceda a todos los pueblos los dones de la unidad y de la
paz.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio
JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


glorificarte siempre, Señor,
Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque consagraste Sacerdote eterno y
Rey del Universo a tu Hijo único,
nuestro Señor Jesucristo,
ungiéndolo con óleo de alegría.
Él se ofreció a sí mismo
en el altar de la cruz
como Víctima inmaculada y pacificadora,
para consumar el misterio
de la redención humana
y, sometiendo a su poder
la creación entera,
entregarte, Padre santo,
el Reino eterno y universal
que él mismo inauguró.
Es el Reino de la verdad y la vida,
el Reino de la santidad y la gracia,
el Reino de la justicia,
el amor y la paz.
255
Por eso, con los ángeles y los santos,
y con todos los coros celestiales,
proclamamos tu gloria, cantando:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
El Señor reinará eternamente, Él bendecirá a su pueblo con la paz. (Sal. 28,10-11)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir el alimento de la inmortalidad, te


pedimos, Padre, que quienes nos gloriamos de obedecer
los mandamientos de Jesucristo, Rey del universo,
podamos vivir eternamente con él en el Reino de los
cielos.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

256
ORDINARIO DE LA
SANTA EUCARISTIA
RITOS INICIALES
Reunido el pueblo, el sacerdote con los ministros van al altar, mientras se entona el canto de entrada.
Cuando llega al altar, los sacerdotes con los ministros hacen la debida reverencia, venera el altar con un beso y, si se
juzga oportuno inciensa el altar y la cruz. Después se dirige con los ministros a la sede.
Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan, mientras el sacerdote dice:

† En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu


Santo.
El pueblo responde:
R/. Amén.
Saludo
El sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo con una de las fórmulas siguientes:

257
TIEMPO ORDINARIO
FORMULA 1:

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre


y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.
FORMULA 2:

Dios omnipotente para quien todos los corazones están


manifiestos, todos los deseos conocidos y ningún secreto
encubierto; purifica los pensamientos de nuestros
corazones con la inspiración de tu Santo Espíritu, para que
perfectamente te amemos y dignamente celebremos tu
santo nombre, por Jesucristo Nuestro Señor.
FORMULA 3:

El Señor, que dirige nuestros corazones para que


amemos a Dios, esté con todos ustedes.

FORMULA 4:

La paz, la caridad y la fe, de parte de Dios Padre, y de


Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes.
FORMULA 5:

El Dios de la esperanza, que por la acción del Espíritu


Santo nos llena con su alegría y con su paz, permanezca
siempre con todos ustedes.
FORMULA 6:

Queridos hermanos: "Que Dios los llene de alegría y de


paz en la fe" y que el Espíritu Santo esté constantemente

258
con ustedes.
FORMULA 7:

Queridos hermanos: "Que el Dios del amor y de la paz"


por quien fuimos llamados y congregados, los acompañe y
permanezca siempre con cada uno de ustedes.
ACTO PENITENCIAL
A continuación, se hace el Acto penitencial con alguno de los siguientes formularios:

Hermanos: Oíd lo que dice el Señor.


Amarás al Señor tu Dios de todo corazón y de toda tu alma
y de toda tu mente. Este es el primero y el grande
mandamiento, y el segundo es semejante a éste: Amarás a
tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos
depende toda la Ley y los Profetas. (Mt. 22,37-40)

O bien:

El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y


de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión.
Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos
con esperanza la misericordia de Dios.
O bien:

Al comenzar esta celebración eucarística, pidamos a


Dios que nos conceda la conversión de nuestros
corazones; así obtendremos la reconciliación y se
acrecentará nuestra comunión con Dios y con nuestros
hermanos.
O bien:

259
Humildes y penitentes, como el publicano en el templo,
acerquémonos al Dios justo, y pidámosle que tenga piedad
de nosotros, que también nos reconocemos pecadores.
O bien:

Jesucristo, el justo, intercede por nosotros y nos


reconcilia con el Padre.
Abramos, pues, nuestro espíritu al arrepentimiento, para
acercarnos a la mesa del Señor.
O bien:

Imploremos, sobre nosotros, la misericordia de Dios.


O bien:

Reconozcámonos, pues, pecadores y perdonémonos los


unos a los otros desde lo más íntimo de nuestro corazón.

O bien, pero sólo en los domingos y durante la octava de Pascua:

En el día en que celebramos la victoria de Cristo sobre el


pecado y sobre la muerte, reconozcamos que estamos
necesitados de la misericordia del Padre para morir al
pecado y resucitar a la vida nueva.
Se hace una breve pausa en silencio.
Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:

PRIMERA FÓRMULA

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes


hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra,
obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

260
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles,
a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí
ante Dios, Nuestro Señor. Amén.
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:

Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al


mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y
derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados,
te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la
paz. Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
El pueblo responde:

Amén.
SEGUNDA FÓRMULA
El sacerdote dice:

Señor, ten misericordia de nosotros.


El pueblo responde:

Porque hemos pecado contra ti.

El sacerdote prosigue:

Muéstranos, Señor, tu misericordia.


El pueblo responde:

Y danos tu salvación.
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,


perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:

Amén.
RITO PARA LA BENDICIÓN Y ASPERSIÓN DEL
AGUA EN LOS DOMINGOS
El rito de la bendición y aspersión del agua bendita sustituye el acto penitencial y puede usarse todos los domingos -desde las misas
vespertinas de los sábados- y es recomendable especialmente durante el tiempo de Pascua.

FORMULARIO I
El sacerdote invita al pueblo a la plegaria, con estas palabras u otras semejantes:

261
Invoquemos, queridos hermanos, a Dios Padre
todopoderoso, para que bendiga esta agua, que va a ser
derramada sobre nosotros en memoria de nuestro
bautismo, y pidámosle que nos renueve interiormente,
para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos
recibido.
Después de una breve oración en silencio, prosigue con las manos juntas:

Dios todopoderoso y eterno, que, por medio del agua,


fuente de vida y medio de purificación, quisiste limpiarnos
del pecado y darnos el don de la vida eterna, dígnate
bendecir † esta agua, para que sea signo de tu protección
en este día consagrado a ti, Señor.
Por medio de esta agua renueva también en nosotros la
fuente viva de tu gracia, y líbranos de todo mal de alma y
cuerpo, para que nos acerquemos a ti con el corazón
limpio y recibamos dignamente tu salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
O bien:

Dios todopoderoso, fuente y origen de la vida del alma y


del cuerpo, bendice † esta agua, que vamos a usar con fe
para implorar el perdón de nuestros pecados y alcanzar la
ayuda de tu gracia contra toda enfermedad y asechanza del
enemigo.
Concédenos, Señor, por tu misericordia, que las aguas
vivas siempre broten salvadoras, para que podamos
acercarnos a ti con el corazón limpio y evitemos todo
peligro de alma y cuerpo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Cuando las circunstancias locales o la costumbre popular aconsejen conservar el rito de mezclar sal en el agua bendita, el sacerdote
bendice la sal, diciendo:

262
Te suplicamos, Dios todopoderoso, que bendigas † en tu
bondad esta sal creada por ti.
Tú mandaste al profeta Eliseo arrojarla en el agua estéril
para hacerla fecunda.
Concédenos, Señor, que al recibir la aspersión de esta
agua mezclada con sal nos veamos libres de los ataques
del enemigo, y la presencia del Espíritu Santo nos proteja
siempre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Terminada la bendición, el sacerdote toma el hisopo, se rocía a sí mismo y, luego, rocía a los ministros, al clero y a los fieles. Si le
parece conveniente, puede recorrer la Iglesia para la aspersión de los fieles.
Mientras tanto, se canta un canto apropiado.

Una vez acabado el canto, el sacerdote, de pie y de cara al pueblo, con las manos juntas, dice:

Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y por


la celebración de esta eucaristía, nos haga dignos de
participar del banquete de su reino.
R. Amén.
FORMULARIO II
Este formulario está indicado especialmente para la cincuentena pascual.
El sacerdote invita al pueblo a la plegaria, con estas palabras u otras semejantes:

Queridos hermanos:
Invoquemos la bendición de Dios, nuestro Padre, y
pidámosle que la aspersión de esta agua reavive en
nosotros la gracia del Bautismo, por medio del cual fuimos
sumergidos en la muerte redentora del Señor para resucitar
con él a una vida nueva.
Después de una breve oración en silencio, el sacerdote prosigue, diciendo:

263
Dios todopoderoso, que por medio de los sacramentos de
la fe renuevas las maravillas de la creación y de la
redención, bendice † esta agua y concede que todos los
renacidos en el Bautismo sean mensajeros y testimonios
de la Pascua, que se renueva incesantemente en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Terminada la bendición, el sacerdote toma el hisopo, se rocía a sí mismo y, luego, rocía a los ministros, al clero y a los fieles. Si le
parece conveniente, puede recorrer la iglesia para la aspersión de los fieles.
Mientras tanto, se canta un canto apropiado.
Una vez acabado el canto, el sacerdote, de pie y de cara al pueblo, con las manos juntas, dice:

Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y por


la celebración de esta eucaristía, nos haga dignos de
participar del banquete de su reino.
R. Amén.
Si se ha usado la primera o segunda fórmula del acto penitencial, siguen las invocaciones Señor, ten piedad.
C. Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
C. Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
C. Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
A continuación, si la Liturgia del día lo prescribe, se canta o se dice el himno “Gloria”

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres


que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de
Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros, tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha
del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres
Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el
Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
264
Amén.
Acabado el himno, el sacerdote, con las manos juntas dice:

Oremos.
Y todos junto con el sacerdote rezan en silencio durante unos instantes. Luego el sacerdote con las manos extendidas pronuncia la
oración colecta. Cuando ésta finaliza el pueblo aclama:

Amen.

LITURGIA DE LA PALABRA
El lector va al ambón y lee la primera lectura, que todos escuchan sentados.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:

Palabra de Dios.
Todos aclaman:

Te alabamos, Señor.
El salmista o el cantor entona la antífona del salmo, y el pueblo la repite y la intercala entre las estrofas.
Si hay segunda lectura, se lee en el ambón, como la primera.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:

Palabra de Dios.
Todos aclaman:

Te alabamos, Señor.
Sigue el canto del Aleluya o, en tiempo de Cuaresma, el canto antes del evangelio.
Mientras tanto, si se usa incienso, el sacerdote lo pone en el incensario.
Después el diácono (o el con celebrante que ha de proclamar el evangelio, en la misa presidida por el Obispo), inclinado ante el
sacerdote, pide la bendición, diciendo en voz baja:

Padre, dame tu bendición.


El sacerdote en voz baja dice:
El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies
dignamente su Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo.
El diácono o el con celebrante se signa y responde:

Amén.
Si el mismo sacerdote debe proclamar el evangelio, inclinado ante el altar, dice en secreto:

Purifica mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso, para


que anuncie dignamente tu Evangelio.

265
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón, acompañado eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios; ya
en el ambón dice:

El Señor esté con ustedes.


El pueblo responde:

Y con tu espíritu.
El diácono (o el sacerdote):

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San N. N.


Y mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:

Gloria a ti, Señor.


El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso, inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote) dice:

Palabra del Señor.


Todos aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.
Después el diácono lleva el libro a quien preside, y éste lo besa, diciendo en secreto:
Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.
O bien el mismo diácono besa el libro, diciendo en secreto las mismas palabras.
Luego tiene lugar la homilía; ésta es obligatoria todos los domingos y fiestas de precepto y se recomienda en los restantes días.

Acabada la homilía, si la liturgia del día lo prescribe, se hace la profesión de fe:

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del


cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios
verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza
del Padre, por quien todo fue Hecho; que, por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo,
En las palabras que siguen, hasta “se hizo hombre”, todos se inclinan.

y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la


Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue
sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y
subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de
nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y
su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo

266
recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los
pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo
futuro.
Amén.

Para utilidad de los fieles, en lugar del símbolo niceno-constantinopolitano, la profesión de fe se puede hacer, especialmente en el
tiempo de Cuaresma y en la Cincuentena pascual, con el siguiente símbolo llamado “de los apóstoles”:

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y


de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen, hasta “María Virgen”, todos se
inclinan.
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de
Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de
Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la
comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Después se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se desarrolla de la siguiente forma:
Intenciones
Las intenciones son propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona idónea.
El pueblo manifiesta su participación con una invocación u orando en silencio.
La sucesión de intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
Por nuestra Provincia de Colombia, por nuestros Obispos, Presbíteros y Diáconos, por los gobernantes de nuestro país, por la paz y
la concordia, por los que sufren, los enfermos y los huérfanos, por nuestros hermanos difuntos, por las vocaciones sacerdotales en la
iglesia, por aquellos que se encuentran en necesidades particulares.

267
LITURGIA EUCARÍSTICA
Acabada la Liturgia de la Palabra, los ministros colocan en el altar el corporal, el purificador, el cáliz y el misal; mientras tanto
puede ejecutarse un canto adecuado.
Conviene que los fieles expresen su participación en la ofrenda, bien sea llevando el pan y el vino para la celebración de la
Eucaristía, bien aportando otros dones para las necesidades de la Iglesia o de los pobres.
El sacerdote se acerca al altar, toma la patena con el pan y, manteniéndola un poco elevada sobre el altar, dice en secreto:

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan,


fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos
de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para
nosotros pan de vida.
Después deja la patena con el pan sobre el corporal.
Si no se canta durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede
aclamar:

Bendito seas por siempre, Señor.


El diácono, o el sacerdote, echa vino y un poco de agua en el cáliz, diciendo en secreto:

El agua unida al vino sea signo de nuestra participación


en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra
condición humana.
Después el sacerdote toma el cáliz y, manteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice en secreto:

Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino,


fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de
tu generosidad y ahora te presentamos; él será para
nosotros bebida de salvación.
Después deja el cáliz sobre el corporal.
Si no se canta durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede
aclamar:

Bendito seas por siempre, Señor.


A continuación, el sacerdote, inclinado, dice en secreto:

268
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro
espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que
sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Y, si se juzga oportuno, inciensa las ofrendas, la cruz y el altar. A continuación, el diácono o un ministro inciensa al sacerdote y al
pueblo.

Luego el sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto:

Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.


Después, de pie en el centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice una de las siguientes fórmulas:

Oremos, hermanos, para que este sacrificio, mío y de


ustedes sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
O bien:

Oremos hermanos, para que, trayendo al altar los gozos


y las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el
sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo responde:

El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para


alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de
toda su santa Iglesia.
Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas. El pueblo aclama:

Amén.

269
PLEGARIA EUCARÍSTICA
En las plegarias eucarísticas se pueden nombrar junto al Obispo Ordinario a los Obispos coadjutores o auxiliares y al Obispo que
eventualmente preside una concelebración.
Si quien preside es Obispo, siempre se nombra a sí mismo; el Obispo Ordinario se nombra después; los otros Obispos se nombran a
sí mismos después del Obispo Ordinario.
En la plegaria eucarística primera o Canon romano pueden omitirse aquellas partes que están incluidas dentro de corchetes.
El sacerdote comienza la plegaria eucarística con el prefacio.

Con las manos extendidas dice:

El Señor esté con ustedes.


El pueblo responde:

Y con tu espíritu.
El sacerdote, elevando las manos, prosigue:

Levantemos el corazón.
El pueblo responde:

Lo tenemos levantado hacia el Señor.


El sacerdote, con las manos extendidas, añade:

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.


El pueblo responde:

Es justo y necesario.
El sacerdote prosigue el prefacio con las manos extendidas.
Al final del prefacio junta las manos y, en unión del pueblo, concluye el prefacio, cantando o diciendo en voz alta:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.


Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

270
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO
I
El misterio pascual ha hecho de nosotros el pueblo de Dios
Este prefacio se dice en los domingos del tiempo "durante el año"
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Él mismo, por su misterio pascual,
realizó la obra maravillosa
de llamarnos del pecado y de la muerte
a la gloria de constituir una raza elegida,
un reino sacerdotal,
una nación santa,
un pueblo de su propiedad,
para que, trasladados de las tinieblas
a tu luz admirable,
proclamemos ante el mundo tus maravillas.
Por eso, con los ángeles y los santos
cantamos sin cesar, el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO


II

271
El plan divino de la salvación
Este prefacio se dice en los domingos del tiempo "durante el año".
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Él mismo, compadecido de nuestra perdición,
quiso nacer de la Virgen;
murió en la cruz
para liberarnos de la muerte
y resucitó para darnos la Vida eterna,
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
cantamos un himno a tu gloria,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO


III
El hombre salvado por un hombre
Este prefacio se dice en los domingos del tiempo "durante el año".
S. El Señor esté con ustedes

272
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Porque reconocemos
como obra de tu poder admirable
no solamente haber socorrido
nuestra débil naturaleza
con la fuerza de tu divinidad,
sino haber provisto el remedio
en la misma debilidad humana,
y allí donde estuvo nuestra ruina
haber hecho nuestra salvación,
por medio de Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, adoran tu grandeza los ángeles
que se alegran eternamente en tu presencia.
Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando alegremente:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO


IV
Las etapas de la historia de la salvación en Cristo
Este prefacio se dice en los domingos del tiempo "durante el año".
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

273
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Él nació para restaurar
nuestra naturaleza pecadora;
con su muerte,
destruyó nuestro pecado,
al resucitar nos dio nueva vida
y al volver junto a ti,
nos abrió las puertas del cielo.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO


V
La maravilla de la creación
Este prefacio se dice en los domingos del tiempo "durante el año".
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

274
Realmente es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Tú creaste todo lo que hay en el mundo
y estableciste el curso
y la variedad de los tiempos;
formaste al hombre a tu imagen
y sometiste, Padre,
a su poder las maravillas del universo
para que en nombre tuyo
domináramos la creación
y al contemplar tus grandezas,
te alabáramos constantemente
por medio de Cristo, Señor nuestro.
A quien alaban los ángeles
y los arcángeles proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO


VI
El anticipo de la Pascua eterna
Este prefacio se dice en los domingos del tiempo "durante el año".
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


275
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
En ti vivimos, nos movemos y existimos;
y mientras peregrinamos en este mundo,
no sólo experimentamos las pruebas
cotidianas de tu amor,
sino que poseemos desde ahora
el anticipo de la eternidad.
Así, habiendo recibido
las primicias del Espíritu
que resucitó a Jesús,
esperamos gozar de la Pascua eterna.
Por eso, Señor, te damos gracias
y con los ángeles y los santos
proclamamos tu gloria diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO VII


La salvación, fruto de la obediencia de Cristo
Este prefacio se dice en los domingos del tiempo "durante el año".
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
276
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Porque tu amor al mundo
fue tan misericordioso
que no sólo nos enviaste
como redentor a tu propio Hijo,
sino que en todo quisiste
que fuera semejante al hombre,
menos en el pecado,
para poder así amar en nosotros
lo que amabas en él.
Y con su obediencia filial
recuperamos tus dones
que la desobediencia del pecado nos hizo perder.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO VIII
La Iglesia unificada por virtud y a imagen de la Trinidad
Este prefacio se dice en los domingos del tiempo "durante el año".
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Porque has querido reunir de nuevo,
por la Sangre de tu Hijo
277
y la fuerza del Espíritu,
a los hijos dispersos por el pecado;
de este modo tu Iglesia,
congregada por virtud
y a imagen de la Trinidad,
aparece ante el mundo
como Cuerpo de Cristo
y Templo del Espíritu,
para alabanza de tu infinita sabiduría.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO IX


El día del Señor
Este prefacio se dice en los domingos del tiempo "durante el año".
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo bendecirte


y darte gracias,
Padre santo, fuente de la verdad
y de la vida, porque nos has convocado
en tu casa en este día de fiesta.
Hoy, tu familia,
reunida en la escucha de tu Palabra,
y en la comunión del pan único y partido,
celebra el memorial del Señor resucitado,
mientras espera el domingo
278
sin ocaso en el que la humanidad entera
entrará en tu descanso.
Entonces contemplaremos tu rostro
y alabaremos por siempre tu misericordia.
Con esta gozosa esperanza,
y unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos unánimes el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO X


(PREFACIO DEL ESPÍRITU SANTO II)
Acción del Espíritu Santo en la Iglesia
Este prefacio se dice en los domingos del tiempo "durante el año".
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Tú nos concedes en cada momento
lo que más conviene
y diriges sabiamente a tu Iglesia,
asistiéndola siempre
con la fuerza del Espíritu Santo,
para que, con un corazón siempre dócil
a tu voluntad,
279
no abandone la plegaria
en las dificultades ni la acción de gracias
en las alegrías, por Cristo, Señor nuestro.
A él alaban el cielo y la tierra,
los ángeles y los arcángeles proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO COMÚN I
El universo restaurado por Cristo
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio o que no deben tomarlo del tiempo.
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
En él quisiste restaurar todas las cosas,
y a todos nos hiciste participar de su plenitud.
Él, que era de condición divina,
se anonadó a sí mismo,
y por su Sangre derramada en la cruz
pacificó todas las cosas;
y así, constituido Señor del universo,
es fuente de salvación eterna
para cuantos creen en él.

280
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
cantamos un himno a tu gloria,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO COMÚN II
La salvación por Cristo
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio o que no deben tomarlo del tiempo.
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario


es deber y salvación
de todos nosotros darte gracias,
siempre y en todo lugar a ti,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Por amor creaste al hombre,
y aunque condenado justamente,
con tu misericordia lo redimiste,
por Cristo, Señor nuestro.
Por él, los coros celestiales
celebran tu gloria unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...

281
PREFACIO COMÚN III
Alabanza a Dios que nos creó y redimió
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio o que no deben tomarlo del tiempo.
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Porque has querido ser,
por medio de tu amado Hijo,
no solamente el creador del género humano,
sino también el autor generoso
de la nueva creación.
Por eso, con razón te sirven todas las criaturas,
con justicia te alaban todos los redimidos
y tus santos unánimemente te bendicen.
Con ellos, también nosotros,
en unión con los ángeles del cielo
te alabamos diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

282
PREFACIO COMÚN IV
La alabanza, un don de Dios
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio o que no deben tomarlo del tiempo.
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Aunque no necesitas de nuestra alabanza,
ni nuestras bendiciones te enriquecen
inspiras en nosotros, Padre,
y haces tuya, nuestra acción de gracias,
para que nos sirva de salvación
por Cristo, Señor nuestro.
A quien alaban los ángeles y los arcángeles,
proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

283
PREFACIO COMÚN V
Proclamación del misterio de Cristo
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio o que no deben tomarlo del tiempo.
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Con amor celebramos su Muerte,
con fe viva proclamamos su Resurrección,
y con firme esperanza
aguardamos su gloriosa Venida.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO COMÚN VI
El misterio de la salvación en Cristo
Este prefacio, tomado de la Plegaria eucarística II, se dice en las misas que carecen de prefacio propio o

284
que no deben tomarlo del tiempo.
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación darte gracias,
Padre santo, siempre y en todo lugar,
por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por él, que es tu Palabra,
hiciste todas las cosas;
tú nos lo enviaste para que,
hecho hombre por obra del Espíritu Santo
y nacido de María, la Virgen,
fuera nuestro Salvador y Redentor.
Él, en cumplimiento de tu voluntad,
para destruir la muerte
y manifestar la resurrección,
extendió sus brazos en la cruz,
y así adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso, con los ángeles y los santos,
proclamamos tu gloria, diciendo:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO COMÚN VII


Cristo, huésped y peregrino en medio de nosotros
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio y no deben tomar un prefacio del tiempo.

S. El Señor esté con ustedes


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

285
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias,


Señor, Padre santo,
Dios de la alianza y de la paz.
Porque tú llamaste a Abrahán
y le mandaste salir de su tierra,
para constituirlo padre de todas las naciones.
Tú suscitaste a Moisés
para librar a tu pueblo
y guiarlo a la tierra de promisión.
En la etapa final de la historia,
has enviado, Padre, a tu propio Hijo,
como huésped y peregrino en medio de nosotros, para
redimirnos del pecado y de la muerte;
y has derramado el Espíritu,
para hacer de todas las naciones
un solo pueblo nuevo,
que tiene como meta,
tu reino, como estado,
la libertad de tus hijos,
como ley, el precepto del amor.
Por estos dones de tu benevolencia,
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el
himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO COMÚN VIII
Jesús, buen samaritano
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio y no deben tomar un prefacio del tiempo. Especialmente es recomendable usarlo en el
domingo XV del tiempo "durante el año" del año C y el lunes de la semana XXVII del tiempo "durante el año".

S. El Señor esté con ustedes


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

286
En verdad es justo darte gracias,
y deber nuestro alabarte, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
en todos los momentos
y circunstancias de la vida,
en la salud y en la enfermedad,
en el sufrimiento y en el gozo,
por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor.
Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien
y curando a los oprimidos por el mal.
También hoy, como buen samaritano,
se acerca a todo hombre
que sufre en su cuerpo o en su espíritu,
y cura sus heridas con el aceite del consuelo
y el vino de la esperanza.
Por este don de tu gracia,
incluso cuando nos vemos sumergidos
en la noche del dolor, vislumbramos la luz pascual en tu
Hijo, muerto y resucitado.
Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a
una voz el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PREFACIO COMÚN IX
La gloria de dios es el hombre viviente
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio y no deben tomar un prefacio del tiempo.

S. El Señor esté con ustedes


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
287
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres el Dios vivo y verdadero;
el universo está lleno de tu presencia,
pero, sobre todo
has dejado la huella
de tu gloria en el hombre,
creado a tu imagen.
Tú lo llamas a cooperar
con el trabajo cotidiano
en el proyecto de la creación
y le das tu Espíritu
para que sea artífice de justicia
y de paz, en Cristo,
el hombre nuevo.
Por eso, unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos con alegría el himno de tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA I


El sacrificio y el sacramento de Cristo
Este prefacio se dice en la misa de la Cena del Señor; puede decirse también la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo y en las
misas votivas de la Santísima Eucaristía.

S. El Señor esté con ustedes


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
288
por Cristo, Señor nuestro,
verdadero y único sacerdote.
Él mismo al instituir
el sacrificio de la eterna alianza
se ofreció a sí mismo como víctima de salvación
y nos mandó ofrecerlo en su memoria.
Cuando comemos su Carne,
inmolada por nosotros,
somos fortalecidos;
cuando bebemos su Sangre,
derramada por nosotros,
somos purificados.
Por eso, con los ángeles
y los santos y con todos los coros celestiales
cantamos sin cesar, el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA II


Los frutos de la santísima Eucaristía
Este prefacio se dice en la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo y en las misas votivas de la Santísima Eucaristía.
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Él mismo, mientras comía con los apóstoles en la última
cena y para perpetuar el memorial salvífico de la cruz, se

289
entregó a sí mismo como Cordero inmaculado y culto de
la perfecta alabanza.
Con este venerable sacramento alimentas
y santificas a tus fieles para que todos los hombres
que habitamos en este mundo,
seamos iluminados por una misma fe
y congregados en una misma caridad.
Por tanto, nos acercamos a la mesa
de este sacramento admirable
para que la abundancia de tu gracia
nos lleve a poseer la vida celestial.
Por eso, Señor, todas las criaturas del cielo y de la tierra te
adoran entonando un cántico nuevo y también nosotros,
con los ángeles, te alabamos cantando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA III
La Eucaristía, viático para la pascua eterna
Este prefacio se puede decir en la misa del viático.
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias,


es bueno bendecir tu nombre,
Padre santo, Dios de misericordia y de paz.
Porque has querido que tu Hijo
obediente hasta la muerte de cruz,
nos precediera en el camino del retorno a ti,
término de toda esperanza humana.
En la Eucaristía, testamento de su amor,
él se hace comida y bebida espiritual,
para alimentarnos en nuestro viaje
290
hacia la Pascua eterna.
Con este anticipo de la resurrección futura,
en la esperanza participamos
ya de la mesa gloriosa de tu reino
y, unidos a los ángeles y a los santos,
proclamamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LA PENITENCIA
El sacramento de la reconciliación en el Espíritu
Este prefacio se puede decir en el tiempo de Cuaresma. Se dice también en las misas de reconciliación y
en las otras misas de carácter penitencial.
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo alabarte y darte gracias,


Padre santo, Dios todopoderoso,
por tus beneficios,
y sobre todo por la gracia del perdón.
Porque al hombre,
náufrago a causa del pecado,
con el sacramento de la reconciliación
le abres el puerto de la misericordia
y de la paz, en Cristo muerto y resucitado.
Con el poder de tu Espíritu,
has dispuesto para la Iglesia, santa
y al mismo tiempo necesitada de penitencia,

291
una segunda tabla de salvación
después del Bautismo,
y así la renuevas incesantemente,
para congregarla en el banquete festivo de tu amor.
Por este don de tu benevolencia
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos, a una voz, el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA I


La maternidad de María
El siguiente prefacio se dice en las misas de la Virgen María, haciendo mención, en el lugar correspondiente (***), de la fiesta,
según se indica en cada misa.
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación darte gracias,
siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
y alabar, bendecir y proclamar tu gloria
en la fiesta de santa María, siempre virgen.
Porque ella concibió a tu único Hijo
por obra del Espíritu Santo,
y sin perder la gloria de su virginidad,
derramó sobre el mundo la luz eterna,
Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles y los arcángeles
celebran tu gloria unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando sin cesar:
292
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA II


La iglesia alaba a Dios con las palabras de María
El siguiente prefacio se dice en las misas de la Virgen María.

V. El Señor esté con vosotros.


R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación,
reconocer tu grandeza
en la perfección de los santos,
y, sobre todo, en esta conmemoración
de Santa María Virgen,
glorificar tu bondad con su mismo cántico
de alabanza.
En verdad hiciste maravillas en toda la tierra
y prolongaste de generación en generación
la generosidad de tu misericordia,
cuando miraste la humildad de tu servidora,
y, por medio de ella, nos diste al autor
de nuestra salvación, tu Hijo,
Jesucristo Señor nuestro.
Por él, adoran tu grandeza los ángeles
que se alegran eternamente en tu presencia.
Permítenos asociarnos a sus voces,
293
cantando alegremente:
Santo, Santo, Santo …

PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA III


María, signo de consuelo y de esperanza
Este prefacio se dice en las misas de la Santísima Virgen.

V. El Señor esté con vosotros.


R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias,


es bueno cantar tu gloria,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Te alabamos y te bendecimos por Jesucristo,
tu Hijo, en esta fiesta (memoria)
de la bienaventurada Virgen María.
Ella, como humilde sierva,
escuchó tu palabra
y la conservó en su corazón;
admirablemente unida al misterio de la redención,
perseveró con los apóstoles en la plegaria,
mientras esperaban al Espíritu Santo,
y ahora brilla en nuestro camino
como signo de consuelo
y de firme esperanza.
Por este don de tu benevolencia,
unidos a los ángeles y a los santos,
te entonamos nuestro canto
y proclamamos tu alabanza:
Santo, Santo, Santo …

294
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA IV
María, imagen de la humanidad nueva
Este prefacio se dice en las misas de la Santísima Virgen.

V. El Señor esté con vosotros.


R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias,


Padre santo, fuente de la vida y de la alegría.
Porque en esta etapa final de la historia
has querido revelarnos el misterio escondido
desde siglos, para que así el mundo entero
retorne a la vida y recobre la esperanza.
En Cristo, nuevo Adán, y en María,
nueva Eva, se revela el misterio de tu Iglesia,
como primicia de la humanidad redimida.
Por este inefable don la creación entera,
con la fuerza del Espíritu Santo,
emprende de nuevo su camino
hacia la Pascua eterna.
Por eso nosotros, unidos a los ángeles
y a los santos, cantamos a una voz
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo …

PREFACIO DE SAN JOSÉ


La misión de san José
295
Este prefacio se dice en las misas de san José, añadiendo en su lugar la mención de la celebración del día, según se indica en cada
misa.

S. El Señor esté con ustedes


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria
en la fiesta de san José.
Porque él es el hombre justo
que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios;
él es el servidor fiel y prudente
que pusiste al frente de la sagrada familia
para que, haciendo las veces de padre,
cuidara a tu único Hijo,
concebido por obra del Espíritu Santo,
Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, los coros celestiales
celebran tu gloria unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo:

PREFACIO DE LOS APÓSTOLES I


Los apóstoles, pastores del pueblo de dios
El siguiente prefacio se dice en las misas de los Apóstoles.

C. El Señor esté con vosotros.


A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
296
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Porque, como Pastor eterno,
no abandonas a tu rebaño,
sino que por medio de tus santos Apóstoles
siempre lo proteges y conservas,
para que sea gobernado
por aquellos mismos pastores
que tú le diste como vicarios de tu Hijo.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles,
los tronos y las dominaciones,
y con toda la milicia del ejército celestial,
cantamos un himno a tu gloria,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo…

PREFACIO DE LOS APÓSTOLES II


El fundamento y el testimonio apostólico
El siguiente prefacio se dice en las misas de los Apóstoles y evangelistas.

C. El Señor esté con vosotros.


A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

297
Realmente es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno: por
Jesucristo, Señor nuestro.
Porque quisiste edificar tu Iglesia
sobre el fundamento de los Apóstoles,
para que ella permaneciera
siempre en la tierra como el signo de tu santidad
y anunciara a todos los hombres
las verdades eternas.
Por eso, ahora y para siempre,
con la multitud de los ángeles
te cantamos fervorosamente
aclamando y diciendo:
Santo, Santo, Santo…

PREFACIO DE LOS SANTOS I


La gloria de los santos
El siguiente prefacio se dice en las misas de los Santos, de los Santos Patronos y titulares de la iglesia, y en las solemnidades y
fiestas de los Santos si no tienen prefacio propio.

C. El Señor esté con vosotros.


A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


298
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres glorificado en todos tus santos
y al coronar sus méritos
coronas tus propios dones.
Tú nos das el ejemplo de su vida,
nos haces vivir en comunión con ellos
y nos aseguras la ayuda de su intercesión,
para que, estimulados por esta muchedumbre
de testigos, lleguemos victoriosos
a la meta y recibamos con ellos
la corona incorruptible de la gloria,
por Jesucristo, Señor nuestro.
Por eso, con los ángeles y arcángeles,
y con la multitud de los santos,
te cantamos un himno de alabanza,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo…
PREFACIO DE LOS SANTOS II
La acción de los santos
El siguiente prefacio se dice en las misas de los Santos, de los Santos Patronos y titulares de la iglesia, y en las solemnidades y
fiestas de los Santos si no tienen prefacio propio.

C. El Señor esté con vosotros.


A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
299
Dios todopoderoso y eterno,
por Jesucristo, Señor nuestro.
Con el testimonio admirable de tus santos, fecundas a tu
Iglesia con vitalidad
siempre nueva y nos das pruebas
evidentes de tu amor.
A la vez, su valioso ejemplo nos anima
y su bondadosa intercesión
nos ayuda para hacer efectiva nuestra salvación.
Por eso, Señor, llenos de alegría,
con todos los ángeles y santos,
te aclamamos, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo…

PREFACIO DE LOS
SANTOS MÁRTIRES
El signo y el ejemplo del martirio
El siguiente prefacio se dice en las solemnidades y fiestas de los santos Mártires.

C. El Señor esté con vosotros.


A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

300
Porque la sangre que derramó
el mártir San N. por confesar tu nombre,
a ejemplo de Cristo,
pone de manifiesto la acción admirable
con que tú robusteces nuestra debilidad
y nos das fuerza para ser tus testigos,
por Jesucristo, Señor nuestro.
Por eso, con los coros celestiales
te alabamos en la tierra,
aclamando sin cesar tu grandeza:
Santo, Santo, Santo…

PREFACIO DE LOS
SANTOS PASTORES
Presencia de los santos pastores en la iglesia
El siguiente prefacio se dice en las solemnidades y fiestas de los santos Pastores.

C. El Señor esté con vosotros.


A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo,
Señor nuestro.
Porque hoy alegras a tu Iglesia
en la fiesta de San N.N.

301
fortaleciéndola con el ejemplo
de su piadosa vida,
instruyéndola con su palabra
y protegiéndola con su valiosa intercesión.
Por eso con la multitud de los ángeles y santos,
te cantamos el himno de alabanza,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo…

PREFACIO DE LAS SANTAS VÍRGENES Y DE LOS


SANTOS RELIGIOSOS
El signo de la vida consagrada a dios
El siguiente prefacio se dice en las solemnidades y fiestas de las santas Vírgenes y de los santos Religiosos.

C. El Señor esté con vosotros.


A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y celebrar tu admirable providencia
que tanto resplandece en aquellos santos
que se entregaron a Cristo
por el Reino de los Cielos.
Porque de esa manera
tú elevas la naturaleza humana
302
a su santidad original
y nos permites experimentar
anticipadamente los bienes
que vamos a poseer en el Cielo.
Por eso, con todos los ángeles
y santos, te alabamos, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo…

PREFACIO DE LA PENITENCIA
El sacramento de la reconciliación en el Espíritu
Este prefacio se puede decir en el tiempo de Cuaresma. Se dice también en las misas de reconciliación y en las otras misas de
carácter penitencial.

S. El Señor esté con ustedes


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo alabarte y darte gracias,


Padre santo, Dios todopoderoso,
por tus beneficios,
y sobre todo por la gracia del perdón.
Porque al hombre,
náufrago a causa del pecado,
con el sacramento de la reconciliación
le abres el puerto de la misericordia
y de la paz, en Cristo muerto y resucitado.
Con el poder de tu Espíritu,
has dispuesto para la Iglesia, santa
y al mismo tiempo necesitada de penitencia,
una segunda tabla de salvación
después del Bautismo,
303
y así la renuevas incesantemente,
para congregarla en el banquete festivo de tu amor.
Por este don de tu benevolencia
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos, a una voz, el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS


El sufrimiento, participación en la Pascua de Cristo
Este prefacio se puede decir en las misas de Unción de los enfermos.

S. El Señor esté con ustedes


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias,


Dios de misericordia,
Señor todopoderoso,
por Jesucristo, Señor y Redentor nuestro.
Porque has querido que tu único Hijo,
autor de la vida,
médico de los cuerpos y de las almas,
tomase sobre sí nuestras debilidades,
para socorrernos en los momentos de prueba
y santificarnos en la experiencia del dolor.
En el signo sacramental de la Unción,
por la oración de la Iglesia,
nos libras del pecado,
nos confortas con la gracia del Espíritu Santo
y nos haces partícipes de la victoria pascual.
Por este signo de tu benevolencia,
unidos a los ángeles y a los santos,

304
cantamos, a una voz, el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE DIFUNTOS I
La esperanza de la resurrección en Cristo
Este prefacio se dice en la misa de difuntos.

C. El Señor esté con ustedes


R. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo Señor nuestro.
En él resplandece la esperanza
de nuestra feliz resurrección;
y así, aunque la certeza de morir nos entristece,
nos llena de gozo el saber
que somos herederos de tu Reino.
Pues, para quienes creemos en ti, Señor,
la vida se transforma, no se acaba;
por lo que, cuando se disuelve
nuestra morada terrenal,
la vida nueva de la que ya participamos,
llega a su plenitud.

305
Por eso, con los ángeles y los arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE DIFUNTOS II
Cristo ha muerto para nuestra vida
Este prefacio se dice en la misa de difuntos.

C. El Señor esté con ustedes


R. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo Señor nuestro.
Porque él es la salvación del mundo,
la vida de toda la humanidad
y la resurrección de los muertos.
Por él, los ángeles,
que gozan de tu presencia,
eternamente te adoran;
permítenos unirnos a sus voces,
cantando jubilosos tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...

306
PREFACIO DE DIFUNTOS III
Cristo, salvación y vida
Este prefacio se dice en la misa de difuntos.

C. El Señor esté con ustedes


R. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Él es la salvación del mundo,
la Vida de los hombres
y la Resurrección de los muertos.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
cantamos un himno a tu gloria,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

307
PREFACIO DE DIFUNTOS IV
La vida terrena y la gloria celestial
Este prefacio se dice en la misa de difuntos.

C. El Señor esté con ustedes


R. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Tu poder nos ha creado,
y tu providencia nos gobierna;
a causa del pecado,
nos devuelves a la tierra de donde salimos
y estableces que los redimidos por la Sangre
de tu Hijo podamos tener
parte en su gloriosa Resurrección.
Por eso, con los ángeles y los santos
cantamos sin cesar, el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

308
PREFACIO DE DIFUNTOS V
Nuestra resurrección por medio de la victoria de Cristo
Este prefacio se dice en la misa de difuntos.

C. El Señor esté con ustedes


R. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias


y deber nuestro glorificarte,
Padre santo.
Porque si el morir
es por causa nuestra,
el ser llamado a la vida con Cristo
es obra gratuita de tu amor,
ya que, habiendo muerto
por el pecado,
hemos sido redimidos
por la victoria de tu Hijo.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
cantamos un himno
a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

309
PREFACIO DE LOS ÁNGELES
La gloria de dios manifestada en los ángeles
Este prefacio se dice en las misas de los santos Ángeles.
C. El Señor esté con vosotros.
A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Y proclamar tus alabanzas
por la creación de los ángeles
y los arcángeles,
objeto de tu complacencia.
El honor que les tributamos manifiesta tu gloria,
y la veneración que merecen
es signo de tu inmensidad y excelencia
sobre todas tus criaturas.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

310
PLEGARIA EUCARISTICA
Y RITO DE CONSAGRACIÓN
PLEGARIA EUCARÍSTICA I, O CANON ECUMENICO
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. A ti, Padre, misericordioso, te Pedimos humildemente


por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
Junta las manos y dice:

que aceptes y bendigas


Traza, una sola vez, el signo de la cruz sobre el pan y el vino conjuntamente, diciendo:

estos † dones, este sacrificio santo y puro que te


ofrecemos,
Con las manos extendidas, prosigue:

ante todo, por tu Iglesia santa y católica, para que le


concedas la paz, la protejas, la congregues en la unidad y
la gobiernes en el mundo entero, con tu servidor el Papa
N.N., con nuestro obispo N.N.,
Puede hacerse también mención de los Obispos coadjutores o auxiliares.
Cuando la Eucaristía es precedida por un obispo, este dice:

y los demás obispos que, fieles a la verdad, promueven la


fe católica y apostólica.
CONMEMORACIÓN DE LOS VIVOS

C1. Acuérdate, Señor, de tus hijos N. y N.


Puede decir los nombres de aquellos por quienes tiene intención de orar, o bien junta las manos y ora por ellos unos momentos.
Después, con las manos extendidas, prosigue:

y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien


conoces; por ellos y todos los suyos, por el perdón de sus
pecados y la salvación que esperan, te ofrecemos, y ellos
mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, a ti, eterno
Dios, vivo y verdadero.
CONMEMORACIÓN DE LOS SANTOS

Reunidos en comunión con toda la Iglesia, veneramos la


memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su
311
esposo, san José; la de los santos Apóstoles y mártires
Pero y Pablo, Andrés, [Santiago y Juan, Tomás, Santiago,
Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino, Cleto,
Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono,
Juan y Pablo, Cosme y Damián,] y la de todos los santos;
por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu
protección. _________________________________________________________________________________________________________________

REUNIDOS EN COMUNIÓN PROPIOS


En los domingos, cuando no hay otros Reunidos en comunión propio:
Reunidos en comunión con toda la Iglesia, para celebrar el
domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos
ha Hecho partícipes de su vida inmortal, veneramos la
memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; *
_______________________________________________
*la de su esposo, san José; la de los santos Apóstoles y
mártires, Pero y Pablo, Andrés, [Santiago y Juan, Tomás,
Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino,
Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo,
Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián,] y la de todos
los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en toda
tu protección. *
______________________________________________________________________
Con las manos extendidas, prosigue:

CP. Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus


servidores y de toda tu familia santa; ordena en tu paz
nuestros días, líbranos de la condenación eterna y
cuéntanos entre tus elegidos.
Junta las manos.

Extendiendo las manos sobre las ofrendas, dice:


_________________________________________________________________________________________________________

En la Misa del bautismo:

312
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu
familia santa, que hoy te ofrecemos especialmente por N. y N. (aquellos)
que has Hecho renacer del agua y del Espíritu Santo, perdonándoles todos
sus pecados, para incorporarlos a Cristo Jesús, Señor nuestro, e inscribe sus
nombres en el libro de la vida. [Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
En la Misa de confirmación:
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu
familia santa, que hoy te ofrecemos especialmente por N. y N. (aquellos)
que, renacidos en el bautismo, han sido confirmados hoy por el don del
Espíritu Santo; recíbela en tu bondad y conserva en tus hijos el don que les
has dado. [Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
En la Misa de primera comunión:
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu
familia santa, que hoy te ofrecemos especialmente por N. y N. (aquellos)
que por vez primera invitas en este día a participar del pan de vida y del
cáliz de salvación, en la mesa de tu familia; concédeles crecer siempre en
tu amistad y en la comunión con tu Iglesia. [Por Cristo, nuestro Señor.
Amén.]
En la Misa del matrimonio:
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos, de los nuevos
esposos N. y N. y de toda tu familia santa, que hoy intercede por ellos; y ya
que les has concedido llegar al día de los desposorios, otórgales también (el
gozo de una ansiada descendencia y de) una larga vida. [Por Cristo, nuestro
Señor. Amén.]
En la Misa Exequial:
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos, que hoy te
ofrecemos especialmente por el descanso eterno de nuestro hermano N.,
pidiéndote que le concedas que, libre ya de las ataduras de la carne, tenga
su parte entre tus santos. [Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
_________________________________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________________________

CP. Bendice y santifica, Padre, esta ofrenda, haciéndola


perfecta, espiritual y digna de ti, de manera que sea para
nuestro bien el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo amado,
Jesucristo, nuestro Señor.
Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.

Él mismo, la víspera de su Pasión,


Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan en sus santas y venerables manos,


Eleva los ojos

313
y, elevando los ojos al cielo, hacia ti, Dios, Padre suyo
todopoderoso, dando gracias, te bendijo, partió el pan, y lo
dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

“TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO


ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS”.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena, Toma el cáliz y,


Sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice:

tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos,


dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos,
diciendo:
Se inclina un poco.

“TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE


ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA”.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:

Primera Formula

CP. Éste es el Sacramento de nuestra fe.


Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

Segunda formula

CP. Aclamemos el Misterio de la redención.


Y el pueblo prosigue, aclamando:

314
Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este
cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

C2. Por eso, Padre, nosotros, tus servidores, y todo tu pueblo


santo, al celebrar este memorial de la muerte gloriosa de
Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor; de su santa resurrección
del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los
cielos, te ofrecemos, Dios de gloria y majestad, de los
mismos bienes que nos has dado, el sacrificio puro,
inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de
salvación.
Y prosigue:

Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como


aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de
Abrahán, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu
sumo sacerdote Melquisedec.
Inclinado, con las manos juntas, prosigue:

Te Pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta


ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo,
por manos de tu Ángel, para que cuantos recibimos el
Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este
altar,
Se endereza y se signa, diciendo:

seamos colmados de gracia y bendición.


Con las manos extendidas, prosigue:

C3. Acuérdate también, Señor, de tus hijos N. y N.,


Puede decir los nombres de los difuntos por quienes se quiere orar.
que nos han precedido con el signo de la fe y duermen ya el sueño
de la paz.
Junta las manos y ora unos momentos por los difuntos por quienes tiene intención de orar.

Después, con las manos extendidas, prosigue:

A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo,


concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz.
Junta las manos.
Con la mano derecha se golpea el pecho, diciendo:

315
Y a nosotros, pecadores, servidores tuyos,
Con las manos extendidas prosigue:

que confiamos en tu infinita misericordia, admítenos en la


asamblea de los santos apóstoles y mártires: de Juan el
Bautista, Esteban, Matías y Bernabé, [Ignacio, Alejandro,
Marcelino y Pero, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía,
Inés, Cecilia, Anastasia,] y de todos los santos; y
acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino
conforme a tu bondad.
Junta las manos y prosigue:

CP. Por Cristo, Señor nuestro, por quien sigues creando todos
los bienes, los santificas, las llenas de vida, los bendices y
los repartes entre nosotros.
Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

CP. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en


la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por
los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

Amén.

PLEGARIA EUCARÍSTICA II
Cuando el presbítero, de pie ante la Santa Mesa haya puesto en orden el pan y el vino, de tal manera que pueda con más facilidad y
decencia partir el Pan ante el pueblo, y tomar el Cáliz en sus manos, dirá la Oración de consagración, como sigue.
C. El Señor esté con ustedes.
A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

316
A. Es justo y necesario.
Sigue el prefacio que debe elegirse según las rúbricas del día y que concluye con el canto del Santo:
Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Gloria a ti, Dios omnipotente, Nuestro Padre Celestial,


porque Tú, en tu inmensa misericordia entregaste a Tu
Único Hijo Jesucristo para sufrir muerte en la cruz por
nuestra redención.
Él hizo allí un completo, perfecto y suficiente sacrificio,
de oblación y satisfacción, por los pecados de todo el
mundo; Él en su Santo Evangelio nos mandó continuar,
una perpetua memoria de aquella, su preciosa muerte y
sacrificio, hasta su segunda venida.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC. por eso te rogamos que mires con bondad esta ofrenda
suplicándote oh Dios que, por la fuerza del Espíritu Santo,
hagas que sean bendita, adscrita, ratificada, racional y
agradable
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que sean para nosotros el Cuerpo y † la Sangre


de tu muy amado Jesucristo, nuestro Señor.
Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.

El cual, la misma noche, en que fue entregado,


Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus


discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

“TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO


ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA
LA SALVACION DEL MUNDO”.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:

317
Así mismo después de la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos
diciendo:
Se inclina un poco.

“TOMAD Y BEBED TODOS DE ESTE CÁLIZ,


PORQUE ÉSTA ES MI SANGRE, SANGRE DEL
NUEVO TESTAMENTO, QUE ES DERRAMADA POR
VOSOTROS Y POR TODOS PARA EL PERDÓN DE
LOS PECADOS.
HACED ESTO CUANTAS VECES HICIEREIS EN
MEMORIA MÍA”.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:

Primera fórmula:

CP. Éste es Jesucristo el Sacramento de nuestra fe.


Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Por tanto, oh Señor y Padre Celestial, según la


institución de tu amado Hijo, nuestro Salvador Jesucristo,
nosotros tus humildes siervos, celebramos y hacemos aquí
ante tu Divina Majestad, con estos tus santos dones, que
ahora te ofrecemos, el memorial que tu Hijo nos ha
mandado hacer, recordando su bendita pasión y preciosa
muerte, su poderosa resurrección y gloriosa ascensión;
tributándote las más cordiales gracias por los
innumerables beneficios.

C1. Y deseamos ardientemente que tu bondad paternal


acepte benignamente este nuestro sacrificio de alabanza y
acción de gracia; suplicándote muy humildemente nos
conceda que, por los méritos y la muerte de tu Hijo

318
Jesucristo, y mediante nuestra fe en su sangre, nosotros y
toda tu iglesia obtengamos la remisión de nuestros
pecados, y todos los demás beneficios de su pasión.
Y aquí, Señor nos presentamos y hacemos ofrendas de
nosotros mismos, nuestras almas y nuestros cuerpos, como
un sacrificio razonable, santo y vivo, para ti; rogándote
humildemente, que nosotros, y todos los que participamos
de esta Santa Comunión, recibamos dignamente el
preciosísimo cuerpo y sangre de tu Hijo Jesucristo, y
seamos llenos de tu gracia y bendición celestial, y Hechos
un cuerpo con Él, para que Él habite en nosotros y
nosotros en Él.

C2. Y aunque, por nuestros muchos pecados, somos


indignos de ofrecerte sacrificio alguno; sin embargo, te
suplicamos aceptes este nuestro deber y servicio
obligatorio; no pensando en nuestros méritos sino
perdonando nuestras ofensas, mediante Jesucristo Nuestro
Señor.
Así mismo, te suplicamos, que de tal modo dirijas y
dispongas los corazones de todas las autoridades
cristianas, que puedan hacer justicia con toda
imparcialidad y equidad, para castigo de los vicios y
maldades, y exaltación de tu verdadera religión y de la
virtud.
Cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse:

Da gracia, oh Padre celestial, a todos los obispos,


sacerdotes y diáconos, y a quienes se consagran a tu
servicio.
Te Pedimos humildemente que consolides en la paz y en la
unidad a:
Aquí se puede Pedir por las principales autoridades eclesiales

319
El Obispo de Roma el Papa N.N. que como primero entre
iguales; en la familia de los Primados de las iglesias
locales y presidiendo en la caridad, se convierta en signo y
vínculo de unidad entre todos los cristianos.
Que con Nuestro Obispo N.N. y todos los miembros de tu
iglesia lleguemos a ser uno en la fe y en el amor.
Prosigue diciendo:

Para que puedan tanto con su vida como con su doctrina,


presentar al mundo tu palabra de verdad y de vida, y
administrar recta y debidamente tus santos sacramentos.
Y a todo tu pueblo da tu gracia celestial; especialmente a
esta congregación aquí presente, a fin de que, con
humildad de corazón y debida reverencia, puedan oír y
recibir tu santa palabra; sirviéndote fielmente en santidad
y justicia todos los días de su vida.

C3. Y te suplicamos muy humildemente, que, por tu bondad,


oh Señor, te dignes consolar y socorrer a todos aquellos
que en esta vida transitoria se hallan angustiados, tristes,
necesitados, enfermos o en otra adversidad.
Y así mismo, bendecimos tu santo nombre por todos tus
siervos que han participado de esta vida en tu fe y temor;
acuérdate de nuestro (a) hermano (a) N.N. que partieron
ya de este mundo hacia el lugar de descanso, concédeles a
tu lado, un lugar privilegiado por el amor con que vivieron
y el servicio que prestaron a su prójimo, y a nosotros,
danos tu gracia para seguir de tal modo sus buenos
ejemplos, que con ellos seamos participes de tu reino
celestial.

CP. Concédenos esto, oh padre, y que un día podamos


participar de la plenitud de tu gloria, en unión de Santa
María Virgen, de san N.N. de todos los apóstoles y los
320
santos, cantar jubilosamente himnos a tu gloria.
Las siguientes intercesiones particulares se agregan según las circunstancias.
Junta las manos.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

CP O CC. Por
Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre
omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y
toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

Amén.

PLEGARIA EUCARÍSTICA III


Cuando el presbítero, de pie ante la Santa Mesa haya puesto en orden el pan y el vino, de tal manera que pueda con más facilidad y
decencia partir el Pan ante el pueblo, y tomar el Cáliz en sus manos, dirá la Oración de consagración, como sigue.
C. El Señor esté con ustedes.
A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.
Sigue el prefacio que debe elegirse según las rúbricas del día y que concluye con el canto del Santo:
Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

321
CP. Reconocemos tu Santidad Padre Omnipotente, por eso te
Pedimos, que, con la fuerza de tu Espíritu, bendiga † esta
ofrenda, este sacrificio Hecho una vez y para siempre
desde la cruz por tu Hijo Jesucristo, el cual, la misma
noche en que fue entregado tomó pan, y habiendo dando
gracias, lo partió, y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

“TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO


ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS”.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión. Después prosigue:

Después de la cena, tomó el cáliz, dando gracias lo entregó


a ellos diciendo:
Se inclina un poco.

“TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE


ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA”.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:
Primera fórmula

CP. Éste Jesucristo el Sacramento de nuestra fe.


Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Por tanto, oh Señor y Padre celestial, nosotros


humildemente tus siervos, celebramos y hacemos aquí
ante tu divina majestad, el memorial que tu Hijo nos ha
mandado hacer.

C1. Y aquí, Señor, nos presentamos y hacemos ofrenda de


322
nosotros mismos, como un sacrificio razonable, santo y
vivo, para ti; para que seamos llenos de tu gracia y
bendición celestial, y Hechos con Cristo un solo cuerpo y
un solo Espíritu, para que Él habite en nosotros, y nosotros
en Él.
Da gracia, oh Padre, a todos los Obispos, Sacerdotes y
Diáconos, te Pedimos humildemente que consolides en la
paz y en la unidad
Aquí se puede Pedir por las principales autoridades eclesiales

al obispo de Roma el Papa N.N. a nuestro Obispo N.N. y


demás obispos que comparten la misión apostólica. Para
que puedan tanto con su vida como con su doctrina,
presentar al mundo tu palabra de verdad y de vida, y
administrar recta y debidamente tus santos sacramentos.

C2. Y así mismo, bendecimos tu santo nombre por todos tus


siervos que han participado de esta vida en tu fe y temor;
acuérdate de nuestro (a) hermano (a) N.N. que partieron
ya de este mundo hacia el lugar de descanso, concédeles a
tu lado, un lugar privilegiado por el amor con que vivieron
y el servicio que prestaron a su prójimo, y a nosotros,
danos tu gracia para seguir de tal modo sus buenos
ejemplos, que con ellos seamos participes de tu reino
celestial.
Y has que un día, podamos participar junto a Santa María
Virgen, a San N.N. todos los apóstoles y los santos, en el
canto jubiloso de tu gloria.
Junta las manos.

Por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo


todos los bienes.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

323
CP O CC. Por
Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre
omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y
toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

Amén.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV,


O DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN
Esta plegaria narra la Historia de la Salvación.
C. El Señor esté con ustedes.
A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Sigue el prefacio que debe elegirse según las rúbricas del día y que concluye con el canto del Santo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Verdaderamente eres Santo Padre Eteno y tu amor hacia


el género humano es ilimitado, lo creaste a imagen tuya, le
diste el mandato sobre toda tu obra, lo colocaste por
encima de cualquier otra criatura y en su inteligencia
324
manifestaste tu grandeza.
Ese mismo ser, fruto de tu amor, desobedeciendo tu
mandato, y revelándose contra ti, pecó y te despreció.
Pero tu misericordia es infinita y a la par de tu sanción,
prometiste su salvación a partir de la estirpe de una mujer
bienaventurada, María, Virgen y Madre.

C1. En el curso de la historia por medio de los patriarcas,


profetas y jueces quisiste adoctrinar al hombre para que no
se alejara de ti, pero haciendo caso omiso, cada vez se
entregaba más a sus maldades y alejaba su corazón de tu
amor.
Llegaba la plenitud de los tiempos enviaste a tu eterno
Unigénito, Jesucristo, quien por virtud del Espíritu Santo
se hizo carne en el vientre de Sata María Virgen. Nació en
un pobre pesebre y se crio en un humilde pueblo.
Con su vida nos dio ejemplo de trabajo, abnegación y
humildad, con su palabra, nos señaló tu voluntad, y con
sus milagros, nos demostró tu omnipotencia.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dicen con profunda reverencia:

CP. Por esa misma omnipotencia, que te es propia Padre, te


suplicamos que envíes tu Espíritu Santo, sobre estas
ofrendas,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que para nosotros no sean pan y vino, sino el


Cuerpo y † Sangre de tu Divino Hijo,
Junta las manos.

el cual, llegada la hora de la prueba máxima de tu amor, el


día antes de su muerte, sentado a la mesa con sus amigos,
elevando a ti una acción de gracias,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, y partiéndolo, lo repartió entre ellos, diciendo:


Se inclina un poco.

325
“TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO
ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS”.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:

Acabada la cena, de igual manera te bendijo,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz lleno vino y entregándolo a cada uno les


dijo:
Se inclina un poco.

“TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE


ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA”.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.

Luego dice una de las siguientes fórmulas:


Primera fórmula:

CP. Éste es el Sacramento de nuestra fe.


Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

C2. De esta manera Padre, agradecemos tu atención y la


gracia de estar ofrendándote del mismo fruto del amor que
nos has dado.
Cristo muerto y resucitado, única y exclusiva victima
agradable y hacemos presente. A Él, y junto a ti y al
Espíritu Santo, sea la gloria para siempre.
Con humildad te Pedimos, que tu bendición y protección
descienda sobre quienes participamos de este santo
banquete.
Acuérdate con misericordia de tu Iglesia en toda la tierra,

326
y de quienes la dirigen:
Aquí se puede Pedir por las principales autoridades eclesiales

Te Pedimos por el Obispo de Roma el Papa N.N. que


como primero entre iguales; en la familia de los Primados
de las iglesias locales y presidiendo en la caridad, se
convierta en signo y vínculo de unidad entre todos los
cristianos.
Que con Nuestro Obispo N.N. y todos los miembros de tu
iglesia lleguemos a ser uno en la fe y en el amor.
Y por todos los Obispos, Presbíteros y Diáconos, que,
junto con los demás ministros y el pueblo fiel, promueven
la fe cristiana, católica y apostólica.

Intención por los difuntos:

C3. No olvides a nuestros hermanos difuntos, en especial a


nuestro hermano (a) N.N. que ya duerme en el sueño de
los justos en espera de tu juicio y misericordia. Acuérdate
de todos nosotros, para que Santa María Virgen y Madre,
los Arcángeles y los ángeles, los apóstoles y los santos, y
todo tu pueblo fiel, un día en tu presencia gloriosa, te
bendigamos y alabemos, por Cristo Nuestro Señor.
Junta las manos.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

CP O CC. Por É, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la


unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los
siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

Amén.

327
PLEGARIA EUCARÍSTICA V
Cuando el presbítero, de pie ante la Santa Mesa haya puesto en orden el pan y el vino, de tal manera que pueda con más facilidad y
decencia partir el Pan ante el pueblo, y tomar el Cáliz en sus manos, dirá la Oración de consagración, como sigue.

C. El Señor esté con ustedes.


A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Sigue el prefacio que debe elegirse según las rúbricas del día y que concluye con el canto del Santo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Gloria a ti, Dios omnipotente, Nuestro Padre Celestial,


porque Tú, en tu inmensa misericordia entregaste a Tu
Único Hijo Jesucristo para sufrir muerte en la cruz por
nuestra redención.
Él hizo allí un completo, perfecto y suficiente sacrificio,
de oblación y satisfacción, por los pecados de todo el
mundo; Él en su Santo Evangelio nos mandó continuar,
una perpetua memoria de aquella, su preciosa muerte y
sacrificio, hasta su segunda venida.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

328
CC. Por eso te rogamos que mires con bondad esta ofrenda
suplicándote oh Dios que, por la fuerza del Espíritu Santo,
hagas que sean bendita, adscrita, ratificada, racional y
agradable
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que sean para nosotros el Cuerpo y † la Sangre


de tu muy amado Jesucristo, nuestro Señor.
Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.

El cual, la misma noche, en que fue entregado,


Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus


discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

"TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO


ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA
LA SALVACION DEL MUNDO".
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:

Así mismo después de la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus


discípulos diciendo:
Se inclina un poco.

"TOMAD Y BEBED TODOS DE ESTE CÁLIZ,


PORQUE ÉSTA ES MI SANGRE, SANGRE DEL
NUEVO TESTAMENTO, QUE ES DERRAMADA POR
VOSOTROS Y POR TODOS PARA EL PERDÓN DE
LOS PECADOS.
HACED ESTO CUANTAS VECES HICIEREIS EN
MEMORIA MÍA".
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice:

CP. Éste es Jesucristo el Sacramento de nuestra fe.


Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
329
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

C.P. Por tanto, oh Señor y Padre Celestial, según la


institución de tu amado Hijo, nuestro Salvador Jesucristo,
nosotros tus humildes siervos, celebramos y hacemos aquí
ante tu Divina Majestad, con estos tus santos dones, que
ahora te ofrecemos, el memorial que tu Hijo nos ha
mandado hacer, recordando su bendita pasión y preciosa
muerte, su poderosa resurrección y gloriosa ascensión;
tributándote las más cordiales gracias por los
innumerables beneficios.

C1. Y deseamos ardientemente que tu bondad paternal


acepte benignamente este nuestro sacrificio de alabanza y
acción de gracia; suplicándote muy humildemente nos
conceda que, por los méritos y la muerte de tu Hijo
Jesucristo, y mediante nuestra fe en su sangre, nosotros y
toda tu iglesia obtengamos la remisión de nuestros
pecados, y todos los demás beneficios de su pasión.
Y aquí, Señor nos presentamos y hacemos ofrendas de
nosotros mismos, nuestras almas y nuestros cuerpos, como
un sacrificio razonable, santo y vivo, para ti; rogándote
humildemente, que nosotros, y todos los que participamos
de esta Santa Comunión, recibamos dignamente el
preciosísimo cuerpo y sangre de tu Hijo Jesucristo, y
seamos llenos de tu gracia y bendición celestial, y Hechos
un cuerpo con Él, para que Él habite en nosotros y
nosotros en Él.

C2. Y aunque, por nuestros muchos pecados, somos


indignos de ofrecerte sacrificio alguno; sin embargo, te
suplicamos aceptes este nuestro deber y servicio
330
obligatorio; no pensando en nuestros méritos sino
perdonando nuestras ofensas, mediante Jesucristo Nuestro
Señor.
Así mismo, te suplicamos, que de tal modo dirijas y
dispongas los corazones de todas las autoridades
cristianas, que puedan hacer justicia con toda
imparcialidad y equidad, para castigo de los vicios y
maldades, y exaltación de tu verdadera religión y de la
virtud.
Cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse:

Da gracia, oh Padre celestial, a todos los obispos,


sacerdotes y diáconos, y a quienes se consagran a tu
servicio.
Te Pedimos humildemente que consolides en la paz y en la
unidad a:
Aquí se puede pedir por las principales autoridades eclesiales

El obispo de Roma, el Papa N.N. Nuestro Obispo N.N.

C3. Y a todo tu pueblo da tu gracia celestial; especialmente a


esta congregación aquí presente, a fin de que, con
humildad de corazón y debida reverencia, puedan oír y
recibir tu santa palabra; sirviéndote fielmente en santidad
y justicia todos los días de su vida.
Y te suplicamos muy humildemente, que, por tu bondad,
oh Señor, te dignes consolar y socorrer a todos aquellos
que en esta vida transitoria se hallan angustiados, tristes,
necesitados, enfermos o en otra adversidad.
Y así mismo, bendecimos tu santo nombre por todos tus
siervos que han participado de esta vida en tu fe y temor;
acuérdate de nuestro (a) hermano (a) N.N. que partieron
ya de este mundo hacia el lugar de descanso, concédeles a
tu lado, un lugar privilegiado por el amor con que vivieron
y el servicio que prestaron a su prójimo, y a nosotros,
331
danos tu gracia para seguir de tal modo sus buenos
ejemplos, que con ellos seamos participes de tu reino
celestial.

CP. Concédenos esto, oh padre, y que un día podamos


participar de la plenitud de tu gloria, en unión de
Santa María Virgen, de san N.N. de todos los
apóstoles y los santos, cantar jubilosamente himnos
a tu gloria.
Junta las manos.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

CP O CC. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,


en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

Amén.

332
PLEGARIA EUCARISTICA VI:
DE LAS ANÁFORAS HISPANAS
Cuando el presbítero, de pie ante la Santa Mesa haya puesto en orden el pan y el vino, de tal manera que pueda con más facilidad y
decencia partir el Pan ante el pueblo, y tomar el Cáliz en sus manos, dirá la Oración de consagración, como sigue.

C. El Señor esté con ustedes.


A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Sigue el prefacio que debe elegirse según las rúbricas del día y que concluye con el canto del Santo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas


tus criaturas, ya que, por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu
honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol
hasta el ocaso.
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el


mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de
manera que sean Cuerpo y † Sangre de Jesucristo, Hijo
tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos
misterios.
Junta las manos.

Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado,


habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los

333
amó hasta el extremo y, mientras cenaba con sus
discípulos,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

Tomó pan, te dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:


Se inclina un poco.

«TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL, ESTO ES MI


CUERPO, QUE SE ENTREGA POR USTEDES».
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita sobre la patena.
Después prosigue:

Del mismo modo,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

Tomó el cáliz lleno de vino, te dio gracias con la plegaria


de bendición y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

«TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL, ÉSTE ES EL


CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA
NUEVA Y ETERNA, QUE SE DERRAMA POR
USTEDES Y POR TODOS PARA EL PERDÓN DE
LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA».
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal
Terminada la oración, adora las especies consagradas haciendo una reverencia profunda.
Luego proclama cantando una de las siguientes fórmulas:

Primera Fórmula:

C:/ Este es el Sacramento de nuestra fe.


Y el pueblo prosigue, aclamando:
R:/ Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Con las manos extendidas, prosigue diciendo:

Por tu Hijo Jesucristo, que se ofreció como víctima por


nosotros, nos presentamos ante ti, Padre bondadoso, y
nuevamente te suplicamos: acepta benigno estas ofrendas,
como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de

334
Abrahán, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu
sumo sacerdote Melquisedec:

Imponiendo las manos sobre las ofrendas, prosigue diciendo:

C1. Que, por la efusión de tu Espíritu Santo, fuente de toda


vida y santificación, estas ofrendas, quedando bendecidas,
santificadas y consagradas, hagan que: por el pan que
partimos, comulguemos con el Cuerpo del Señor y por el
cáliz sobre el cual pronunciamos la acción de gracias,
recibamos la sangre de Jesucristo, nuestro Salvador.
Que quienes nos hemos congregado en torno a tu altar,
para comulgar con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
seamos colmados con la fuerza del Espíritu Santo y,
participando de la vida nueva de tu Reino, en comunión
con todo tu Pueblo santo, alcancemos la perfecta unidad.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

C2. Señor, transfórmanos en ofrenda permanente, para que


gocemos de tu heredad, junto con tus elegidos: con María,
la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires, (san
N.: Santo del día o patrono) y todos los santos, por cuya
intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.
Te Pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma en
la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: Te
Pedimos por el Obispo de Roma, el Papa N.N. Que como
“primero entre iguales”, en la familia de los primados de
las Iglesias locales y presidiendo en la caridad, se
convierta en signo y vínculo de unidad entre todos los
cristianos.
335
Que, con nuestro Obispo N.N., con los presbíteros,
diáconos y todos los miembros de tu Iglesia, lleguemos a
ser uno en la fe y en el amor.

C3. Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de


este mundo a tu presencia; concédele que, así como ha
compartido ya la muerte de Jesucristo, esté también
compartiendo con él la gloria de la resurrección.
En los domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse:

Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has


congregado en tu presencia, en el día en que Cristo, ha
vencido a la muerte y nos ha Hecho partícipes de su vida
inmortal.
Junta las manos.

Por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo


todos los bienes.
Junta las manos. El celebrante y otros ministros idóneos toman la patena con el pan consagrado y el cáliz y los sostienen elevados.
El celebrante canta:

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,


en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

R:/ Amén.

336
PLEGARIA EUCARÍSTICA VII
Cuando el presbítero, de pie ante la Santa Mesa haya puesto en orden el pan y el vino, de tal manera que pueda con más facilidad y
decencia partir el Pan ante el pueblo, y tomar el Cáliz en sus manos, dirá la Oración de consagración, como sigue.
C. El Señor esté con ustedes.
A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Sigue el prefacio que debe elegirse según las rúbricas del día y que concluye con el canto del Santo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Reconocemos tu Santidad Padre Omnipotente, por eso te


Pedimos, que, con la fuerza de tu Espíritu, bendiga † esta
ofrenda, este sacrificio Hecho una vez y para siempre
desde la cruz por tu Hijo Jesucristo, el cual, la misma
noche en que fue entregado tomó pan, y habiendo dando
gracias, lo partió, y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

"TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO


ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS".
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión. Después prosigue:

Después de la cena, tomó el cáliz, dando gracias lo entregó


a ellos diciendo:
Se inclina un poco.

"TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE


ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA".
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.

337
Luego dice:

CP. Éste Jesucristo el Sacramento de nuestra fe.


Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Por tanto, oh Señor y Padre celestial, nosotros


humildemente tus siervos, celebramos y hacemos aquí
ante tu divina majestad, el memorial que tu Hijo nos ha
mandado hacer.

C1. Y aquí, Señor, nos presentamos y hacemos ofrenda de


nosotros mismos, como un sacrificio razonable, santo y
vivo, para ti; para que seamos llenos de tu gracia y
bendición celestial, y Hechos con Cristo un solo cuerpo y
un solo Espíritu, para que Él habite en nosotros, y nosotros
en Él.
Da gracia, oh Padre, a todos los Obispos, Sacerdotes y
Diáconos, te Pedimos humildemente que consolides en la
paz y en la unidad
Aquí se puede pedir por las principales autoridades eclesiales

Al obispo de Roma, el Papa N.N. Por nuestro Obispo N.N.


Cuando la Eucaristía es presidida por un Obispo, este dice:

y demás obispos que comparten la misión apostólica. Para


que puedan tanto con su vida como con su doctrina,
presentar al mundo tu palabra de verdad y de vida, y
administrar recta y debidamente tus santos sacramentos.

C2. Y así mismo, bendecimos tu santo nombre por todos tus


siervos que han participado de esta vida en tu fe y temor;
acuérdate de nuestro (a) hermano (a) N.N. que partieron
ya de este mundo hacia el lugar de descanso, concédeles a
tu lado, un lugar privilegiado por el amor con que vivieron
338
y el servicio que prestaron a su prójimo, y a nosotros,
danos tu gracia para seguir de tal modo sus buenos
ejemplos, que con ellos seamos participes de tu reino
celestial.
Y has que un día, podamos participar junto a Santa María
Virgen, a San N.N. todos los apóstoles y los santos, en el
canto jubiloso de tu gloria.
Junta las manos.

Por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo


todos los bienes.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

CP O CC. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,


en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su


divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
O bien:

339
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos
confiadamente la oración que Cristo nos enseñó:
O bien:

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones


con el Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y
esperanza:
O bien:

Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo


de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos
juntos como el Señor nos ha enseñado:
O bien:

Preparemos la comunión con Cristo y los hermanos,


rezando con las palabras de Jesús:
O bien:

Movidos por el Espíritu de Dios imploremos su reino


sobre nosotros:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:

PADRE NUESTRO, QUE ESTÁS EN EL CIELO,


SANTIFICADO SEA TU NOMBRE; VENGA A
NOSOTROS TU REINO; HÁGASE TU VOLUNTAD
EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO.
DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA;
PERDONA NUESTRAS OFENSAS, COMO TAMBIÉN
NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS
OFENDEN; NO NOS DEJES CAER EN LA
TENTACIÓN, Y LÍBRANOS DEL MAL.

El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue él solo:

Líbranos de todos los males, Padre, y concédenos la paz


en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda

340
perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de
nuestro Salvador Jesucristo.
Junta las manos.
El pueblo concluye la oración, aclamando:

Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre,


Señor.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz les


dejo, mi paz les doy”, no tengas en cuenta nuestros
pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.


El pueblo responde:

Amén.
El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:

La paz del Señor esté siempre con ustedes.


El pueblo responde:

Y con tu espíritu.
Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:

Démonos fraternalmente la paz.


O bien (especialmente para Adviento y Navidad):

Como hijos de Dios, intercambiemos ahora un signo de


comunión fraterna.
Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz.
El sacerdote da la paz al diácono o al ministro.
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el cáliz, diciendo en secreto:

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos


en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.

Mientras tanto se canta o se dice:

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten


piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la
paz.
Si la fracción del pan se prolonga, el canto precedente puede repetirse varias veces. La última vez se dice: danos la paz.

341
ORACION DE ACCESO HUMILDE
Esta oración se puede hacer con toda la comunidad.

NOSOTROS, NO NOS ATREVEMOS A VENIR A


ÉSTA TU MESA, SEÑOR MISERICORDIOSO,
CONFIADOS EN NUESTRA RECTITUD, SINO EN
TUS MUCHAS Y GRANDES MISERICORDIAS. NO
SOMOS DIGNOS NI AÚN DE RECOGER LAS
MIGAJAS DEBAJO DE TU MESA. MAS TÚ ERES EL
MISMO SEÑOR, SIEMPRE MISERICORDIOSO POR
NATURALEZA: CONCÉDENOS, POR TANTO,
SEÑOR, POR TU CLEMENCIA, QUE DE TAL MODO
COMAMOS LA CARNE DE TU AMADO HIJO
JESUCRISTO Y BEBAMOS SU SANGRE, QUE
NUESTROS CUERPOS PECADORES SEAN LIMPIOS
POR SU CUERPO, Y NUESTRAS ALMAS LAVADAS
POR SU PRECIOSÍSIMA SANGRE; Y QUE SIEMPRE
VIVAMOS EN ÉL, Y ÉL EN NOSOTROS. AMÉN
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena o sobre el cáliz, lo muestra
al pueblo, diciendo:

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del


mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Y, juntamente con el pueblo, añade:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una


palabra tuya bastará para sanarme.
Antes de consumir la Eucaristía el presbítero motiva al pueblo con la siguiente oración:

Los dones de Dios, para el pueblo de Dios. Tómenlo en


memoria de que Cristo murió y resucito por ustedes, y
aliméntense de Él en sus corazones, por fe y con
agradecimiento.
El sacerdote dice en secreto:

El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.
Después toma el cáliz y dice en secreto:

La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.

342
Después toma la patena o la píxide, se acerca a los que quieren comulgar y les presenta el pan consagrado, que sostiene un poco
elevado, diciendo a cada uno de ellos:

El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde:

Amén.
Si el sacerdote hace la purificación, dice en secreto:

Haz, Señor, que recibamos con un corazón limpio el


alimento que acabamos de tomar, y que el don que nos
haces en esta vida nos sirva para la eterna.
Después el sacerdote puede ir a la sede. Si se juzga oportuno, se pueden guardar unos momentos de silencio o cantar un salmo o
cántico de alabanza.
Luego, de pie en la sede o en el altar, el sacerdote dice:

Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se haya Hecho antes.

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunión. El pueblo aclama:

Amén.

RITO DE CONCLUSIÓN
En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
Después tiene lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:

El Señor esté con ustedes.


El pueblo responde:

Y con tu espíritu.
Bendición
El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:

La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo †, y


Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
El pueblo responde:

Amén.
En algunas ocasiones y en determinadas misas rituales puede utilizarse una de las bendiciones solemnes, o de las oraciones sobre el
pueblo.

Despedida

343
Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, despide al pueblo con una de las fórmulas siguientes.

Pueden irse en paz.


O bien

La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Vayan en paz.


O bien

Glorifiquen al Señor con sus vidas. Vayan en paz.


El pueblo responde:

Demos gracias a Dios.


Después el sacerdote besa con veneración el altar, como al comienzo, y, Hecha la debida reverencia con los ministros, se retira a la
sacristía.
Si sigue inmediatamente otra acción litúrgica, se omite el rito de despedida.

BENDICIONES SOLEMNES
El sacerdote puede utilizar las siguientes bendiciones a elección, al final de las celebraciones de la Misa, de la Liturgia de la Palabra,
de la Liturgia de las Horas o de los Sacramentos.

El diácono o, a falta de éste, el mismo sacerdote, dice:

Inclinaos, para recibir la bendición.


Luego el sacerdote, con las manos extendidas sobre el pueblo, dice la bendición y todos responden: Amén.

DURANTE EL AÑO, I
(Bendición de Aarón, Núm. 6,24-26)
C. Que el Señor los bendiga y los proteja.
R. Amén.
C. Haga brillar su rostro sobre ustedes y los bendiga
R. Amén.
C. Les descubra su rostro y les conceda la paz.
R. Amén.
344
C. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del
Hijo † y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.
R. Amén.
DURANTE EL AÑO, II
(Flp. 4,7)
C. La paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar,
tome bajo su cuidado los corazones y pensamientos de
ustedes, en el conocimiento y el amor de Dios y de su
Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
R. Amén.
C. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del
Hijo † y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.
R. Amén.

DURANTE EL AÑO III


C. El Señor todopoderoso los bendiga con bondad e infunda
en sus corazones la sabiduría de las cosas celestiales.
R. Amén.
C. Los instruya con el conocimiento de la fe y los haga
perseverar en la práctica de las buenas obras.
R. Amén.
C. Que él dirija hacia sí los pasos de ustedes y les muestre el
camino de la paz y del amor.
R. Amén.
C. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del
Hijo † y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.
R. Amén.
DURANTE EL AÑO IV
345
C. El Señor de todo consuelo ordene en su paz cada día de su
vida y les conceda los dones de su bendición.
R. Amén.
C. Los libre de toda perturbación y confirme sus corazones
en su amor.
R. Amén.
C. Para que, enriquecidos con la fe, la esperanza y el amor,
practiquen el bien en la vida presente y puedan llegar
felizmente a la eterna.
R. Amén.
C. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del
Hijo † y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.
R. Amén.

DURANTE EL AÑO, V
C. Dios todopoderoso aparte de ustedes toda adversidad y les
conceda los dones de su bendición.
R. Amén.
C. Encienda sus corazones con el deseo de su Palabra para
que pueda colmarlos con los gozos eternos.
R. Amén.
C. Para que, comprendiendo lo que es bueno y recto, todos
podamos cumplir siempre los mandamientos de Dios y
participar en la herencia celestial.
R. Amén.
C. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del
Hijo † y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.
R. Amén.
DURANTE EL AÑO VI
C. Dios todopoderoso los bendiga con toda clase de bienes
celestiales, para que sean santos e irreprochables en su
346
presencia; derrame sobre ustedes la riqueza de su gracia,
los instruya con la palabra de la verdad y con el Evangelio
de la salvación y los enriquezca con la caridad fraterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
C. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del
Hijo † y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.
R. Amén.

DURANTE EL AÑO VII


(2Tes. 2,16-17)
C. Jesucristo, el Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha
amado tanto y nos ha dado el consuelo de una gran
esperanza, los afiance y fortalezca para toda clase de
palabras y obras buenas.
R. Amén.
C. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del
Hijo † y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.
R. Amén.
DURANTE EL AÑO VIII
(1Tes. 5,23-24)
C. Que el Dios de la paz los santifique plenamente, para que
se conserven irreprochables hasta la venida de nuestro
Señor Jesucristo.
R. Amén.
C. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del
Hijo † y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.
R. Amén.
347
DURANTE EL AÑO IX
(Heb. 13,20-21)
C. El Dios de la paz, que resucitó de entre los muertos al gran
pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, los haga
perfectos en todo bien, en virtud de la sangre de la alianza
eterna, para que cumplan su voluntad, realizando en
ustedes lo que es de su agrado.
R. Amén.
C. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del
Hijo † y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.
R. Amén.
DURANTE EL AÑO X
(Cf. 1Ped. 5,10-11)
C. El Dios de toda gracia, que los ha llamado en Cristo a su
eterna gloria, los afiance y los conserve fuertes y
constantes en la fe.
R. Amén.
C. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del
Hijo † y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.
R. Amén.

348
APÉNDICE
DEL RITUAL
DE LA SAGRADA EUCARÍTIA

349
350
PLEGARIA EUCARÍSTICA
SOBRE LA RECONCILIACIÓN I
La reconciliación como retorno al padre
Esta Plegaria eucarística puede utilizarse en Misas en las cuales el misterio de la reconciliación debe ser subrayado, por ejemplo,
cuando se celebran las Misas para promover la concordia, para pedir la reconciliación, por la justicia y la paz, en tiempo de guerra o
revolución, por el perdón de los pecados, para pedir la caridad, como también las misas votivas de la Santa Cruz, de la Santísima
Eucaristía, de la preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo, y también en las Misas de Cuaresma. Cuando las rúbricas
prescriban un prefacio propio o del tiempo, esta Plegaria puede utilizarse sin su prefacio propio, siempre y cuando el prefacio
prescrito haga referencia a la penitencia y a la conversión, como los propios del tiempo de Cuaresma.
S. El Señor esté con ustedes.
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

CP. En verdad es justo y necesario,


darte gracias, Señor, Padre santo,
porque no dejas de llamarnos
a una vida plenamente feliz.
Por ser bondadoso y rico en misericordia,
ofreces siempre tu perdón
he invitas a los pecadores
a recurrir confiadamente a tu clemencia.
Muchas veces los hombres
hemos quebrantado tu alianza;
pero tú, en vez de abandonarnos,
has sellado de nuevo con la familia humana,
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
un pacto tan sólido,
que ya nada lo podrá romper.
Y ahora, mientras ofreces a tu pueblo
un tiempo de gracia y reconciliación,
lo alientas en Cristo
para que vuelva a ti,
obedeciendo más plenamente
351
al Espíritu Santo,
y se entregue al servicio
de todos los hombres.
Por eso, llenos de admiración
y agradecimiento,
unimos nuestras voces
a la de los coros celestiales
para cantar la grandeza de tu amor
y proclamar la alegría de nuestra salvación:
Santo, Santo, Santo
es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Oh Dios, que desde el principio del mundo haces cuanto


nos conviene, para que seamos santos como tú mismo eres
santo, mira a tu pueblo aquí reunido
Junta las manos y manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC. y derrama la fuerza de tu Espíritu, de manera que estos
dones sean para nosotros
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
Cuerpo y † Sangre
Junta las manos.
de tu amado Hijo Jesucristo, en quien nosotros somos
hijos tuyos.
El sacerdote prosigue con las manos juntas:
Cuando nosotros estábamos perdidos y éramos incapaces
de volver a ti, nos amaste hasta el extremo.
Tu Hijo, que es el único justo, se entregó a sí mismo en
nuestras manos para ser clavado en la cruz.
Pero, antes de que sus brazos extendidos entre el cielo y la
tierra trazasen el signo indeleble de tu alianza, quiso

352
celebrar la Pascua con sus discípulos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la
naturaleza de éstas.
Mientras cenaba con ellos,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar prosigue:
tomó pan, dando gracias, te bendijo lo partió y se lo dio, diciendo:
Se inclina un poco.
"TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO
ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS".
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:
Igualmente, después de haber cenado, sabiendo que él iba
a reconciliar todas las cosas en sí mismo por su sangre
derramada en la cruz,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz, lleno del fruto de la vid, de nuevo te dio
gracias y lo pasó a sus amigos, diciendo:
Se inclina un poco.
"TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE
ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA".
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:
FORMULA 1
CP. Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC. Así, pues, al celebrar el memorial de Jesucristo, nuestra


Pascua y nuestra paz definitiva, y hacer presente su muerte
y resurrección, en la esperanza del día feliz de su retorno,
353
te ofrecemos, Dios fiel y verdadero, la Víctima que
devuelve tu gracia a los hombres.
Mira con amor, Padre de bondad, a quienes llamas a unirse
a ti, y concédeles que, participando del único sacrificio de
Cristo, formen, por la fuerza del Espíritu Santo, un solo
cuerpo, en el que no haya ninguna división.

C1. Guárdanos a todos en comunión de fe y amor a:


Con tu servidor el Papa N.N. Por nuestro Obispo N.N.
Ayúdanos a preparar la venida de tu reino, hasta la hora en
que nos presentemos ante ti, santos entre los santos del
cielo, con María Santísima, la Virgen Madre de Dios, los
apóstoles y todos los santos, y con nuestros hermanos
difuntos, que confiamos a tu misericordia.
Entonces, en la creación nueva, liberada por fin de toda
corrupción, te cantaremos la acción de gracias de
Jesucristo, tu Ungido, que vive eternamente.
Junta las manos.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

CP ó CC. Por
Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre
omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y
toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
Sigue el rito de Comunión.

PLEGARIA EUCARÍSTICA
SOBRE LA RECONCILIACIÓN II
La reconciliación con Dios, fundamento de la concordia humana
Esta Plegaria eucarística puede utilizarse en Misas en las cuales el misterio de la reconciliación debe ser subrayado, por ejemplo,
cuando se celebran las Misas para promover la concordia, por la reconciliación, por la justicia y la paz, en tiempo de guerra o
revolución, por el perdón de los pecados, para pedir la caridad, como también las misas votivas de la Santa Cruz, de la Santísima
Eucaristía, de la preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo, y también en las Misas de Cuaresma. Cuando las rúbricas
prescriban un prefacio propio o del tiempo, esta Plegaria puede utilizarse sin su prefacio propio, siempre y cuando el prefacio
prescrito haga referencia a la penitencia y a la conversión, como los propios del tiempo de Cuaresma.
S. El Señor esté con ustedes.
A. Y con tu espíritu.

354
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

CP. Te damos gracias,


Dios nuestro y Padre todopoderoso,
por medio de Jesucristo,
nuestro Señor,
y te alabamos por la obra admirable de la redención.
Pues, en una humanidad dividida
por las enemistades y las discordias,
tú diriges las voluntades
para que se dispongan a la reconciliación.
Tu Espíritu mueve los corazones
para que los enemigos vuelvan a la amistad,
los adversarios se den la mano
y los pueblos busquen la unión.
Con tu acción eficaz
puedes conseguir que la violencia se apacigüe
y crezca el deseo de la paz;
que el perdón venza al odio
y la indulgencia a la venganza.
Por eso, debemos darte gracias continuamente
y alabarte con los coros celestiales,
que te aclaman sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

355
CP. A ti, Padre, que gobiernas el universo, te bendecimos
por Jesucristo, tu Hijo, que ha venido en tu nombre.
Él es la palabra que nos salva, la mano que tiendes a los
pecadores, el camino que nos conduce a la paz.
Dios y Padre nuestro, nos habíamos apartado de ti y nos
has reconciliado por tu Hijo, a quien entregaste a la muerte
para que nos convirtiéramos a tu amor y nos amáramos
unos a otros.
Por eso, celebrando este misterio de reconciliación, te
rogamos
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC. que santifiques con el rocío de tu Espíritu estos dones,


Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

para que sean el Cuerpo y † la Sangre de tu Hijo, mientras


cumplimos su mandato.
Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.

Porque él mismo, cuando iba a entregar su vida por


nuestra liberación, estando sentado a la mesa,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan en sus manos, dando gracias, te bendijo, lo


partió, y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

"TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO


ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS".
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:

Del mismo modo, aquella noche,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz, y, proclamando tu misericordia, lo pasó a


sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

"TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE


ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS

356
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA".
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:
Formula 1
CP. Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC. Señor, Dios nuestro, tu Hijo nos dejó esta prueba de su


amor.
Al celebrar, pues, el memorial de su muerte y
resurrección, te ofrecemos lo mismo que tú nos entregaste:
el sacrificio de la perfecta reconciliación.
Acéptanos también a nosotros, Padre santo, junto con la
ofrenda de tu Hijo; y en la participación de este banquete
concédenos tu Espíritu, para que desaparezca todo
obstáculo en el camino de la concordia y la Iglesia
resplandezca en medio de los hombres como signo de
unidad e instrumento de tu paz.

C1. Que este Espíritu, vínculo de amor, nos guarde en


comunión con tu servidor el Papa N.N. Por nuestro Obispo
N.N.
Continúa diciendo:

con los demás Obispos y todo tu pueblo santo.


Recibe en tu reino a nuestros hermanos que se durmieron
en el Señor y a todos los difuntos cuya fe sólo tú
conociste.
Así como nos has reunido aquí en torno a la mesa de tu
Hijo, unidos con María, la Virgen Madre de Dios, y con
todos los santos, reúne también a los hombres de cualquier
clase y condición, de toda raza y lengua, en el banquete de
la unidad eterna, en un mundo nuevo donde brille la
357
plenitud de tu paz.
Junta las manos.

por Cristo, Señor nuestro.


Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

CP ó CC. Por
Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre
omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y
toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:

Amén.
Sigue el rito de Comunión.

PLEGARIA EUCARÍSTICA I
LA IGLESIA, EN CAMINO HACIA LA UNIDAD
Que puede utilizarse en “Misas para varias necesidades”
Esta plegaria eucarística forma un todo con su prefacio, el cual nunca puede cambiarse. Por consiguiente, no puede decirse cuando
está prescrito un prefacio propio. Se la recomienda cuando se utilizan los formularios de las Misas por la Iglesia, para elegir el Papa
o el Obispo, por un Concilio o Sínodo, por los sacerdotes, por el mismo sacerdote, por los ministros de la Iglesia, en asambleas
espirituales o pastorales.

S. El Señor esté con ustedes.


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario darte gracias


y cantar jubilosamente tu gloria,
Señor, Padre de infinita bondad.
Porque por medio del Evangelio de tu Hijo,
de entre todos los pueblos,
358
lenguas y naciones reúnes a la única Iglesia que, vivificada
por el poder de tu Espíritu,
no deja de convocar a todos los hombres
en la unidad, da testimonio de tu amor,
infunde la gozosa esperanza del reino
y resplandece como signo de tu fidelidad prometida para
siempre en Cristo Jesús,
Señor nuestro.
Por eso, con todos los ángeles del cielo
unidos a toda la Iglesia,
te cantamos en la tierra diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Realmente eres santo, Padre misericordioso, y te


glorificamos porque estás siempre con nosotros en el
camino de la vida.
Bendecimos a Cristo, tu Hijo, que está presente en medio
nuestro y como hizo en otro tiempo con los discípulos, Él
nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC. Te rogamos, pues, Padre bondadoso, que envíes tu


Espíritu Santo para que santifique estos dones de pan y
vino,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que sean para nosotros el Cuerpo y † la Sangre


de nuestro Señor Jesucristo.
Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.

Él mismo, la víspera de su Pasión, celebrando la Pascua


con sus discípulos,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

359
tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo:
Se inclina un poco.
"TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO
ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS".
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz, te dio gracias y lo dio a sus discípulos,


diciendo:
Se inclina un poco.

"TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE


ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA"
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:
Formula 1
CP. Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC. Por eso, Padre santo, celebramos el memorial de Cristo,


tu Hijo y Salvador nuestro, a quien, por su pasión y muerte
en la cruz, llevaste a la gloria de la resurrección y lo
hiciste sentar a tu derecha, proclamamos la obra de tu
amor hasta que Él vuelva y te ofrecemos el pan de vida y
el cáliz de salvación.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia que celebra
el sacrificio pascual de Cristo, y concede por la fuerza del
Espíritu de tu amor, que quienes recibimos el Cuerpo y la
Sangre de tu Hijo, seamos contados entre sus miembros
ahora y en la eternidad.

360
C1. Haz que tu Iglesia (que peregrina en N.) se renueve a la
luz del Evangelio.
Consolida los vínculos de unidad entre los fieles y los
pastores de tu pueblo, junto con el Papa N.N. y demás
obispos, para que tu pueblo en medio de nuestro mundo
dividido por las discordias, sea signo profético de unidad y
de paz.

C2. Acuérdate también, Padre, de nuestros hermanos que se


durmieron en la paz de Cristo, y de todos los difuntos cuya
fe sólo tú conociste; admítelos a contemplar la luz de tu
rostro y llévalos a la plenitud de la vida en la resurrección.
Cuando termine nuestra peregrinación por este mundo,
recíbenos en tu reino donde viviremos siempre contigo, y,
en comunión con la Virgen María, Madre de Dios, los
apóstoles, los mártires, [san N.: Santo del día o patrono] y
todos los santos,
Junta las manos.

te alabaremos y cantaremos tu gloria eternamente.


Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

CP ó CC. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre


omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y
toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama
Amen.

361
PLEGARIA EUCARÍSTICA
II DIOS GUÍA A SU IGLESIA
Esta plegaria eucarística forma un todo con su prefacio, el cual nunca puede cambiarse. Por consiguiente, no puede decirse cuando
está prescrito un prefacio propio. Se la recomienda cuando se utilizan los formularios de las Misas por la Iglesia, por las vocaciones,
por los laicos, por la familia, por los consagrados, para pedir la caridad, por los familiares y amigos, para dar gracias a Dios.

S. El Señor esté con ustedes.


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

CP En verdad es justo y necesario,


nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar Señor,
Padre santo, porque has creado todas las cosas
y eres la fuente de la vida.
Tú nunca abandonas a tus creaturas,
y te manifiestas vivo
y presente en medio de nosotros.
Así, con mano poderosa y brazo extendido,
guiaste a Israel, tu pueblo,
a través del desierto.
Así también, acompañas hoy a tu Iglesia
peregrina en el mundo
con la fuerza del Espíritu Santo,
362
y la conduces por el camino de la vida
al gozo eterno de tu reino,
por Cristo, Señor nuestro.
Por eso, con los ángeles
y los santos, cantamos
el himno de tu gloria diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo…
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Realmente eres santo, Padre misericordioso, y te


glorificamos porque estás siempre con nosotros en el
camino de la vida.
Bendecimos a Cristo, tu Hijo, que está presente en medio
nuestro y como hizo en otro tiempo con los discípulos, Él
nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC. Te rogamos, pues, Padre bondadoso, que envíes tu


Espíritu Santo para que santifique estos dones de pan y
vino,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que sean para nosotros el Cuerpo y † la Sangre


de nuestro Señor Jesucristo.
Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza
de éstas.
Él mismo, la víspera de su Pasión, celebrando la Pascua
con sus discípulos,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo:


Se inclina un poco.

"TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO


ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS".
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz, te dio gracias y lo dio a sus discípulos,


363
diciendo:
Se inclina un poco.
"TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE
ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA"
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:
Formula 1
CP. Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC. Por eso, Padre santo, celebramos el memorial de Cristo,


tu Hijo y Salvador nuestro, a quien, por su pasión y muerte
en la cruz, llevaste a la gloria de la resurrección y lo
hiciste sentar a tu derecha, proclamamos la obra de tu
amor hasta que Él vuelva y te ofrecemos el pan de vida y
el cáliz de salvación.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia que celebra
el sacrificio pascual de Cristo, y concede por la fuerza del
Espíritu de tu amor, que quienes recibimos el Cuerpo y la
Sangre de tu Hijo, seamos contados entre sus miembros
ahora y en la eternidad.

C1. Así, invitados a tu mesa, Señor, confírmanos en la


unidad para que, junto el Papa N.N. Y demás obispos, los
presbíteros, los diáconos, y todo tu pueblo, caminando por
tus senderos con fe y esperanza comuniquemos al mundo
el gozo y la confianza.

C2. Acuérdate también, Padre, de nuestros hermanos que se


364
durmieron en la paz de Cristo, y de todos los difuntos cuya
fe sólo tú conociste; admítelos a contemplar la luz de tu
rostro y llévalos a la plenitud de la vida en la resurrección.
Cuando termine nuestra peregrinación por este mundo,
recíbenos en tu reino donde viviremos siempre contigo, y,
en comunión con la Virgen María, Madre de Dios, los
apóstoles, los mártires, [san N.: Santo del día o patrono] y
todos los santos,
Junta las manos.

te alabaremos y cantaremos tu gloria eternamente.


Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

CP o CC. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre


omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y
toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

Amén.
Sigue el rito de Comunión.

365
PLEGARIA EUCARÍSTICA III
JESÚS, CAMINO HACIA EL PADRE
Que puede utilizarse en “Misas para varias necesidades”
Esta plegaria eucarística forma un todo con su prefacio, el cual nunca puede cambiarse. Por consiguiente, no puede decirse cuando
está prescrito un prefacio propio. Se la recomienda cuando se utilizan los formularios de las Misas por la evangelización de los
pueblos, por los cristianos que sufren persecución, por la patria o la ciudad, por las autoridades públicas, por los organismos
internacionales, en el inicio del año civil, por el progreso de los pueblos.

S. El Señor esté con ustedes.


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

CP. En verdad es justo y necesario,


nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Padre santo, Señor del cielo y la tierra,
por Cristo, Señor nuestro.
Por tu Palabra creaste al mundo
y lo gobiernas con sabiduría.
En tu Hijo, la Palabra hecha carne,
nos diste un mediador.
Tú nos hablas en sus palabras
y nos invitas a seguir sus pasos,
porque sólo Él es el camino que nos conduce a ti, es la
verdad que nos hace libres,
es la vida que nos colma de alegría.
Por tu Hijo reúnes en una sola familia,
a los hombres creados para gloria de tu nombre, redimidos
por la sangre de su cruz
y confirmados con el sello del Espíritu.
Por eso, ahora y por los siglos
proclamamos tu gloria
con todos los Ángeles
diciendo gozosamente:
Santo, Santo, Santo…
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

366
CP. Realmente eres santo, Padre misericordioso, y te
glorificamos porque estás siempre con nosotros en el
camino de la vida.
Bendecimos a Cristo, tu Hijo, que está presente en medio
nuestro y como hizo en otro tiempo con los discípulos, Él
nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC. Te rogamos, pues, Padre bondadoso, que envíes tu


Espíritu Santo para que santifique estos dones de pan y
vino,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que sean para nosotros el Cuerpo y † la Sangre


de nuestro Señor Jesucristo.
Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.

Él mismo, la víspera de su Pasión, celebrando la Pascua


con sus discípulos,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo:


Se inclina un poco.

"TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO


ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS".
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz, te dio gracias y lo dio a sus discípulos,


diciendo:

Se inclina un poco.

"TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE


ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
367
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA"
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:
Formula 1
CP. Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC. Por eso, Padre santo, celebramos el memorial de Cristo,


tu Hijo y Salvador nuestro, a quien, por su pasión y muerte
en la cruz, llevaste a la gloria de la resurrección y lo
hiciste sentar a tu derecha, proclamamos la obra de tu
amor hasta que Él vuelva y te ofrecemos el pan de vida y
el cáliz de salvación.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia que celebra
el sacrificio pascual de Cristo, y concede por la fuerza del
Espíritu de tu amor, que quienes recibimos el Cuerpo y la
Sangre de tu Hijo, seamos contados entre sus miembros
ahora y en la eternidad.

C1. Por la participación de estos sacramentos, Padre


todopoderoso, vivifícanos con el Espíritu y configúranos a
imagen de tu Hijo.
Confirma el vínculo con tu servidor el Papa N.N. Por
nuestro Obispo N.N. y demás obispos, los presbíteros y
diáconos y todo tu pueblo.
Haz que todos los miembros de la Iglesia sepamos
discernir con la luz de la fe los signos de los tiempos y nos
comprometamos al servicio del Evangelio.
Que estemos atentos a las necesidades de todos para que,
compartiendo sus angustias y tristezas, alegrías y
esperanzas, anunciemos fielmente la salvación y
caminemos con ellos hacia tu reino.
368
C2. Acuérdate también, Padre, de nuestros hermanos que se
durmieron en la paz de Cristo, y de todos los difuntos,
cuya fe sólo tú conociste; admítelos a contemplar la luz de
tu rostro y llévalos a la plenitud de la vida en la
resurrección.
Cuando termine nuestra peregrinación por este mundo,
recíbenos en tu reino, donde viviremos siempre contigo, y,
en comunión con la Virgen María, Madre de Dios, los
apóstoles, los mártires, [San N.: Santo del día o patrono] y
todos los santos,
Junta las manos.
te alabaremos y cantaremos tu gloria eternamente.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

CP ó CC. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre


omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y
toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV
JESÚS PASÓ HACIENDO EL BIEN
Que puede utilizarse en “Misas para varias necesidades”
Esta plegaria eucarística forma un todo con su prefacio, el cual nunca puede cambiarse. Por consiguiente, no puede decirse cuando
está prescrito un prefacio propio. Se la recomienda cuando se utilizan los formularios de las Misas por los prófugos y exilados, en
tiempo de hambre o por los que sufren el hambre, por los quienes están privados injustamente de la libertad, por los encarcelados,
por los enfermos, por los moribundos, para pedir la gracia de la buena muerte, para cualquier calamidad.

S. El Señor esté con ustedes.


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
369
A. Es justo y necesario.

CP. En verdad es justo y necesario,


nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Padre fiel y lleno de ternura,
que has entregado a Jesucristo, tu Hijo,
para que fuera nuestro Señor y redentor.
Él siempre manifiesta su amor
para con los pobres y los enfermos,
para con los pequeños y los pecadores,
haciéndose prójimo
de los oprimidos y afligidos.
Su vida y su palabra revela que eres Padre
y que cuidas de todos tus hijos.
Por eso, con todos los ángeles
y santos te alabamos
y bendecimos cantando
el himno de tu gloria
y diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo…

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP. Realmente eres santo, Padre misericordioso, y te


glorificamos porque estás siempre con nosotros en el
camino de la vida.
Bendecimos a Cristo, tu Hijo, que está presente en medio
nuestro y como hizo en otro tiempo con los discípulos, Él
nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC. Te rogamos, pues, Padre bondadoso, que envíes tu


370
Espíritu Santo para que santifique estos dones de pan y
vino,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que sean para nosotros el Cuerpo y † la Sangre


de nuestro Señor Jesucristo.
Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.

Él mismo, la víspera de su Pasión, celebrando la Pascua


con sus discípulos,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo:


Se inclina un poco.

"TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO


ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS".
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz, te dio gracias y lo dio a sus discípulos,


diciendo:
Se inclina un poco.

"TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE


ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA"
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:
Formula 1
CP. Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC. Por eso, Padre santo, celebramos el memorial de Cristo,


tu Hijo y Salvador nuestro, a quien, por su pasión y muerte
en la cruz, llevaste a la gloria de la resurrección y lo
hiciste sentar a tu derecha, proclamamos la obra de tu

371
amor hasta que Él vuelva y te ofrecemos el pan de vida y
el cáliz de salvación.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia que celebra
el sacrificio pascual de Cristo, y concede por la fuerza del
Espíritu de tu amor, que quienes recibimos el Cuerpo y la
Sangre de tu Hijo, seamos contados entre sus miembros
ahora y en la eternidad.

C1. Confirma en la fe y la caridad a tu Iglesia, con tu


servidor el Papa N.N. Por nuestro Obispo N.N.
A todos los obispos, presbíteros y diáconos, y a todo el
pueblo redimido por ti.
Abre nuestros ojos para que reconozcamos las necesidades
de los hermanos.
Inspíranos el gesto y la palabra oportuna para consolar a
los fatigados y oprimidos.
Permítenos ayudarlos sinceramente según el ejemplo y la
enseñanza de Cristo.
Que tu Iglesia, Señor, sea un vivo testimonio de verdad y
libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en
ella un motivo para seguir esperando.
C2. Acuérdate también, Padre, de nuestros hermanos que se
durmieron en la paz de Cristo, en especial de N.N. y de
todos los difuntos, cuya fe sólo tú conociste; admítelos a
contemplar la luz de tu rostro y llévalos a la plenitud de la
vida en la resurrección.
Y cuando termine nuestra peregrinación por este mundo,
recíbenos en tu reino, donde viviremos siempre contigo y,
en comunión con la Virgen María, Madre de Dios, los
apóstoles, los mártires, [san N.: Santo del día o patrono] y
todos los santos,
Junta las manos.

te alabaremos y cantaremos tu gloria eternamente.


Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

372
CP ó CC. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre
omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y
toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

Amén.
Sigue el rito de Comunión.

PLEGARIA EUCARÍSTICA
PARA LAS MISAS CON NIÑOS
El uso de estas plegarias debe tender siempre a que los niños se vayan introduciendo progresivamente en la participación activa y
consciente de las misas habituales de toda la comunidad cristiana. Por ello el uso de estas plegarias está limitado a las Misas con
niños, especialmente en el ámbito de la catequesis, de la escuela y, sobre todo, en las de primera comunión.
La participación más activa de los niños en la Eucaristía aconseja que, en algunas ocasiones se incremente el número de
aclamaciones en el interior de la plegaria; con todo hay que cuidar que no se pierda en la celebración el carácter presidencial de la
oración eucarística.
Para que los niños descubran con mayor facilidad que el sacerdote que preside la celebración representa a Jesucristo, no resulta ni
pedagógico ni aconsejable en estas Misas la concelebración. Si, con todo, en algún caso concreto parece conveniente la
concelebración, ha de observarse rigurosamente la norma en que los celebrantes deben pronunciar la plegaria eucarística –sobre
todo las palabras de la consagración- en voz secreta. Por esta misma razón es mejor no usar en estas Misas la posibilidad –siempre
facultativa- de distribuir entre los concelebrantes las diversas intercesiones.
El Santo en esta plegaria está dividido en tres partes, que siempre terminan con la aclamación Hosanna en el cielo. Para facilitar el
canto de estas aclamaciones, pueden ser previamente entonadas por un cantor o un niño y repetidas luego por la asamblea. La
aclamación después de la anamnesia en esta plegaria puede ser o bien la prevista en la misma plegaria o bien alguna de las que se
dicen en las plegarias eucarísticas habituales.

S. El Señor esté con ustedes.


A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad, Padre bueno, hoy estamos de fiesta: nuestro


corazón está lleno de agradecimiento y con Jesús te
373
cantamos nuestra alegría:
Todos aclaman:

¡Gloria a ti, ¡Señor, porque nos amas!


El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:

Tú nos amas tanto, que has hecho para nosotros este


mundo inmenso y maravilloso.
Por eso te aclamamos:
Todos aclaman:

¡Gloria a ti, ¡Señor, porque nos amas!


El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:

Tú nos amas tanto, que nos das a tu Hijo, Jesús, para que
él nos acompañe hasta ti.
Por eso te aclamamos:
Todos aclaman:

¡Gloria a ti, ¡Señor, porque nos amas!

El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:

Tú nos amas tanto, que nos reúnes con Jesús como a los
hijos de una misma familia.
Por eso te aclamamos:
Todos aclaman:

¡Gloria a ti, ¡Señor, porque nos amas!


El sacerdote con las manos extendidas, prosigue:

Por ese amor tan grande queremos darte gracias y cantarte


con los ángeles y los santos que te adoran en el cielo:
Todos aclaman:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

Bendito sea Jesús, tu enviado, el amigo de los niños y de


los pobres.
Él vino para enseñarnos cómo debemos amarte a ti y
amarnos los unos a los otros.
Él vino para arrancar de nuestros corazones el mal que nos
impide ser amigos y el odio que no nos deja ser felices.

374
Él ha prometido que su Espíritu Santo estará siempre con
nosotros para que vivamos como verdaderos hijos tuyos.
Todos aclaman:

Bendito el que viene en nombre del Señor.


Hosanna en el cielo.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

A ti, Dios y Padre nuestro, te pedimos que nos envíes tu


Espíritu, para que este pan y este vino
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

sean el Cuerpo † y la Sangre de Jesús, nuestro Señor.


Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.

El mismo Jesús, poco antes de morir, nos dio la prueba de


tu amor.
Cuando estaba sentado a la mesa con sus discípulos,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el pan, dijo una oración para bendecirte y darte


gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciéndoles:
Se inclina un poco.

"TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO


ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS".
Muestra el pan consagrado al pueblo, mientras todos aclaman:

¡Señor Jesús, tú te entregaste por nosotros!


Deposita luego el pan consagrado en la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

Después, tomó el cáliz lleno de vino, y, dándote gracias de


nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
"TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE
ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
Muestra el cáliz al pueblo, mientras todos aclaman:

¡Señor Jesús, tú te entregaste por nosotros!


El sacerdote prosigue:

Y les dijo también:


HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA".
Deposita luego el cáliz sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:

375
Formula 1
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y todos aclaman:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

Por eso, Padre bueno, recordamos ahora la muerte y


resurrección de Jesús, el Salvador del mundo.
Él se ha puesto en nuestras manos para que te lo
ofrezcamos como sacrificio nuestro y junto con él nos
ofrezcamos a ti.
Todos aclaman:

¡Gloria y alabanza a nuestro Dios!


El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:

Escúchanos, Señor Dios nuestro; danos tu Espíritu de


amor a los que participamos en esta comida, para que
vivamos cada día más unidos en la Iglesia, con tu servidor
el Papa N.N. Por nuestro Obispo N.N. los demás obispos,
y todos los que trabajan por tu pueblo.
Todos aclaman:

¡Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!


El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:

No te olvides de las personas que amamos ni de aquellas a


las que debiéramos querer más.
EN LA MISA DE PRIMERA COMUNIÓN:
Acuérdate de nuestros amigos (N. y N.), que por vez
primera invitas en este día a participar del pan de vida y
del cáliz de salvación, en la mesa de tu familia.
Concédeles crecer siempre en tu amistad.
Acuérdate también de los que ya murieron y recíbelos con
amor en tu casa.
Todos aclaman:

¡Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!


El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:

Y un día, reúnenos cerca de ti con María, la Virgen, Madre


de Dios y Madre nuestra, para celebrar en tu reino la gran
376
fiesta del cielo.
Entonces, todos los amigos de Jesús, nuestro Señor,
podremos cantarte sin fin.
Todos aclaman:

¡Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!


El sacerdote junta las manos, toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en


la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por
los siglos de los siglos.
Todos aclaman:
Amén.
RITUAL DE DIFUNTOS
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dios secará todas sus lágrimas y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó. (Ap. 21,4)

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, tú eres la gloria de los fieles y la


vida de los justos; nosotros, que hemos sido redimidos por
la Muerte y Resurrección de Jesús, te pedimos que te
acuerdes de tu hijo N. y puesto que creyó en el misterio de
la resurrección futura prémialo con la alegría eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre del cielo, recibe con bondad estos dones que te


ofrecemos por tu hijo N., para que purificado por este
sacramento viva para siempre gozando de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de difuntos.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Dice el señor: yo soy la resurrección y la vida. el que cree en mí tiene vida eterna y no será condenado, sino que pasará de la muerte
a la vida. (jn. 11,25; 3,36; 5,24)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

377
Renovados con estos sagrados misterios, te suplicamos,
Padre, que purifiques a tu hijo N. de todas sus culpas y le
concedas la gracia de la paz eterna de Cristo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

O bien
ANTÍFONA DE ENTRADA
Señor Jesús, concede el descanso eterno a nuestros difuntos, tú que por ellos derramaste tu preciosa sangre.

ORACIÓN COLECTA

Al conmemorar el aniversario de la muerte de tu hijo N.,


te pedimos, Padre, que derrames sobre él tu misericordia y
lo hagas participar de la suerte de los santos.
Por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe con bondad, Padre, las súplicas que te dirigimos


por nuestro hermano N. al recordarlo en este día, y por
este sacrificio de reconciliación y alabanza hazlo
participar de la comunidad de los santos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de difuntos.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Señor, tú que eres el descanso después de la fatiga, la vida después de la muerte, concédeles el descanso eterno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

378
Después de haberte ofrecido este sacrificio y nuestras
oraciones por tu hijo N., te pedimos humildemente, Padre,
que tu amor lo purifique de los pecados que hubiere
cometido.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

OTRAS ORACIONES EN EL ANIVERSARIO


ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Dios nuestro, que, en virtud de la Pasión de


tu Hijo, concedas a tu servidor N. el perdón que siempre
anheló alcanzar, para que conociéndote tal como eres,
pueda gozar siempre de tu visión.
Por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio en sufragio de tu


servidor N. y ya que te conoció por la fe durante su vida
concédele unirse a ti en la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de difuntos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

379
Renovados con el alimento de la Vida, te pedimos que,
por su eficacia, nuestro hermano N. sea purificado de
todas sus culpas y pueda participar en la comunidad de tus
elegidos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

MISAS
MOTIVAS

380
381
POR LOS SACERDOTES
Antífona de entrada Cf. Lc 4, 18
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción.
Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres y a sanar a los que se arrepienten de corazón.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que constituiste a tu Hijo Único sumo y


eterno sacerdote, concede a cuantos él eligió como
dispensadores de tus misterios permanecer fieles en el
cumplimiento de su ministerio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, tú has querido que tus sacerdotes sean


ministros del altar y de tu pueblo; te rogamos, por la
fuerza de este sacrificio, que su ministerio sea siempre de
tu agrado
y dé frutos perdurables en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 17, 17-18
Dice el Señor: Padre santo, conságralos en la verdad. Tu palabra es verdad.
Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la participación en este sacrificio


dé nueva vida a tus sacerdotes y a todos tus hijos, para
que, unidos a ti en el amor, puedan servirte dignamente.
382
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR EL PROPIO SACERDOTE


A
Especialmente por el sacerdote que tiene fieles encomendados
Antífona de entrada Cf. Col 1, 25.28
He sido constituido ministro de la Iglesia, según el plan divino, que me ha sido dado para el servicio de ustedes.
Les anunciamos a Cristo, a fin de que todos alcancemos su madurez en Cristo Jesús.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has querido ponerme al frente de tu


familia no por mis méritos sino por tu gran bondad,
concédeme la gracia de desempeñar dignamente el
ministerio sacerdotal y de guiar, siempre bajo tu
inspiración, el pueblo que me has confiado.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios y Padre providente, confirma los dones que por tu


gracia me has concedido y, por estas ofrendas, une al
pueblo y al sacerdote en un solo corazón, para que no le
falte al pastor la obediencia de su rebaño ni a los fieles la
generosa solicitud de su pastor. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Jn. 15, 9
Así como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes, dice el Señor; permanezcan en mi amor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, de quien procede todo don


perfecto; por la participación en esta eucaristía concédeme
obrar con rectitud y predicar la verdad, de manera que, con

383
la palabra y con las obras, enseñe a los fieles el valor de tu
gracia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
B
Antífona de entrada Sal 15, 2.5
Yo digo al Señor: Señor, tú eres mi bien, no hay nada superior a ti.
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, tú decides mi suerte.

ORACIÓN COLECTA

Dios misericordioso, escucha mis plegarias e ilumina mi


corazón con la gracia del Espíritu Santo, para que pueda
celebrar dignamente tus misterios, servir fielmente a tu
Iglesia y amarte con eterna caridad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, recibe estos dones que te ofrecemos


y, al contemplar a Cristo, sacerdote y víctima, concédeme
a mí, que participo de su mismo sacerdocio, la gracia de
ofrecerme cada día como víctima agradable en tu
presencia, Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 22, 28-30
Dijo Jesús a los que habían permanecido con él en sus pruebas: Yo les confiero el Reino, y ustedes comerán y beberán en mi mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre santo, después de fortalecerme con el Pan celestial


y de alegrarme con el cáliz de la Nueva Alianza,
concédeme la gracia de servirte con fidelidad y de entregar
generosamente mi vida por la salvación de los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

384
C
EN EL ANIVERSARIO DE LA PROPIA ORDENACIÓN
Antífona de entrada Cf. Jn 15, 16
Dice el Señor: No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto
y ese fruto sea duradero.

ORACIÓN COLECTA

Padre santo, que me has elegido para participar del


sacerdocio eterno de Cristo y servir a tu Iglesia, sin mérito
alguno de mi parte, concédeme la gracia de predicar el
Evangelio con firmeza y mansedumbre y ser un
dispensador fiel de tus misterios. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, y te


pedimos que acrecientes en nosotros la entrega a tu
servicio para que, por tu bondad, lleves a feliz término lo
que gratuitamente nos has concedido. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de Comunión Cf. 1Cor 10, 16
El cáliz de bendición que bendecimos, es la comunión con la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, es la comunión con el Cuerpo
de Cristo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre santo, al recordar, para gloria de tu nombre, el


aniversario de la ordenación sacerdotal, he celebrado con
alegría este misterio de la fe, para llegar a ser, en la vida
de cada día, lo que he celebrado sacramentalmente en este
sacrificio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LAS VOCACIONES A LAS SAGRADAS ÓRDENES


Antífona de entrada Cf. Mt 9, 38

385
Dice Jesús a sus discípulos: Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en tu providencia das pastores a tu


pueblo, infunde en tu Iglesia el espíritu de piedad y
fortaleza, que suscite ministros dignos de tu altar y los
haga valientes y humildes defensores de tu Evangelio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios y Señor nuestro, mira con bondad las oraciones y


ofrendas de tu pueblo, acrecienta el número de los
dispensadores de tus misterios y haz que perseveren
siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de Comunión 1Jn 3, 16
En esto hemos conocido el amor de Dios: que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por los
hermanos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con el pan celestial, te rogamos, Padre, por


este sacramento del amor, que germinen las semillas que
esparces con generosidad en el campo de tu Iglesia, para
que muchos quieran dedicar su vida a servirte en sus
hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LOS LAICOS


Antífona de entrada Mt 13, 33
El reino de los cielos se parece a un poco de levadura, que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la
masa.

ORACIÓN COLECTA

386
Dios nuestro, que pusiste como fermento en el mundo la
fuerza del Evangelio, concede a tus hijos que llamas a
vivir en medio de los asuntos temporales que, encendidos
de espíritu cristiano, se entreguen de tal manera a su labor,
que con ella construyan y proclamen tu Reino. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
Oración sobre las ofrendas

Dios nuestro, que por el sacrificio de tu Hijo quisiste la


salvación de todo el mundo, concede a tus hijos llamados
al apostolado en la vida laical que, por la fuerza de esta
ofrenda, impregnen el mundo del espíritu cristiano y sean
fermento para su santificación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 99, 1-2
Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría, lleguen a él con cantos jubilosos.

Oración después de la comunión

Padre, con la fuerza de esta eucaristía concédenos la


plenitud de tu gracia, para que los fieles comprometidos en
las ocupaciones temporales sean testigos valientes de la
verdad evangélica, y así hagan operante y activa a tu
Iglesia en el progreso del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

PARA ANIVERSARIOS MATRIMONIALES


A
En el aniversario del matrimonio
ORACIÓN COLECTA

387
Señor Dios nuestro, creador de todas las cosas, que en el
principio hiciste al varón y a la mujer para que
constituyeran el vínculo conyugal; bendice a estos hijos
tuyos N. y N. y confírmalos en su amor, para que
manifiesten, cada día con más plenitud, el misterio de la
unión entre Cristo y la Iglesia.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, del costado abierto de Cristo hiciste brotar


sangre y agua, como signo de los sacramentos de la
salvación; recibe con amor las ofrendas que te
presentamos en acción de gracias por estos hijos
tuyos N. y N., y bendice su matrimonio con la abundancia
de tus dones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, colma de alegría los corazones de tus hijos, a


quienes saciaste con el alimento celestial, para que la
honestidad y la paz reinen siempre en su hogar y ellos
puedan brindar a todos consuelo y amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

B
En el 25º aniversario del matrimonio
(Bodas de Plata)
ORACIÓN COLECTA

Señor y Padre nuestro, que uniste para siempre a tus


hijos N. y N. por el sacramento indisoluble del matrimonio
388
y los sostuviste, unidos por el amor, en sus penas y
alegrías; acrecienta y purifica ese amor, para que (junto
con sus hijos), se alegren de santificarse mutuamente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, acepta estos dones que te ofrecemos en


acción de gracias por tus hijos N. y N.; haz que este
sacrificio sea para ellos fuente inagotable de alegría y de
paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios, que en tu bondad has admitido a tu mesa


a N. y N., (con sus hijos y amigos); concede a estos
esposos la gracia de una unión cada vez más fuerte y más
íntima, hasta alcanzar la comunión perfecta en la fiesta
eterna del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

C
En el 50º aniversario del matrimonio
(Bodas de Oro)
ORACIÓN COLECTA

Dios, Padre todopoderoso, mira con bondad a estos


esposos, N. y N., (y a su descendencia, que de ellos recibió
el don de la vida y de la fe); así como confirmaste con tu
sacramento las primicias de su amor, derrama sobre ellos

389
tu abundante bendición ya que en su larga vida
matrimonial te agradaron por sus buenas obras.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, acepta con bondad estos dones, que te


ofrecemos en acción de gracias por tantos años de mutua
entrega y de amor de tus hijos N. y N., concédeles,
gozosamente, la plenitud de la unidad y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados en tu mesa con los sagrados dones, te pedimos,


Padre, que protejas a estos esposos N. y N.; y después de
una feliz ancianidad admítelos participar en la gran fiesta
del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LA FAMILIA
Antífona de entrada Cf. Ef 6, 2-3
Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga vida en la tierra. Este es el primer mandamiento que contiene
una promesa.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú quisiste que la familia tuviera en ti su


firme fundamento; escucha con bondad nuestras oraciones
y concédenos vivir en nuestros hogares las virtudes y el
amor de la sagrada familia de tu Hijo unigénito, y así
llegar a gozar de los premios eternos en la casa del cielo.

390
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, el sacrificio de la reconciliación, y


te pedimos que edifiques a nuestras familias sobre el
fundamento de tu gracia y de tu paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Is 49, 15
Dice el Señor: ¿Se olvida una madre de su criatura? Aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre bueno, alimentados con estos divinos sacramentos,


concédenos imitar constantemente los ejemplos de la
Sagrada Familia de tu Hijo Único, para que, después de las
pruebas de esta vida, podamos gozar siempre de su
compañía en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LOS RELIGIOSOS

A
Antífona de entrada Sal 36, 3-4
Confía en el Señor y practica el bien, habita en la tierra y vive tranquilo: que el Señor sea tu único deleite, y él colmará los deseos de
tu corazón.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que inspiras y llevas a feliz término todo


propósito bueno, guía a tus hijos por el camino de la
salvación eterna; y a quienes dejaron todo, siguiendo a
Cristo, para entregarse plenamente a ti, concédeles que te
sirvan fielmente y amen a los hermanos con espíritu de
pobreza y corazón humilde. Por nuestro Señor Jesucristo,
391
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, por estos dones que te presentamos,


que santifiques a tus hijos congregados en tu nombre, para
que cumplan con fidelidad sus compromisos y te sirvan
con sinceridad de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. 1Rey 19,7
El ángel del Señor dijo a Elías: Levántate, come, porque todavía te queda mucho por caminar.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Padre nuestro, concede a tus hijos congregados


en tu amor y alimentados con un único pan que, unidos en
un mismo espíritu, se animen mutuamente a progresar en
la caridad y en las buenas obras, para que, por su vida
santa, den en todas partes un auténtico testimonio de
Cristo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

B
En el 25º ó 50º
aniversario de la profesión religiosa
Antífona de entrada Cf. Sal 39, 8-9
Aquí vengo, Señor, para hacer tu voluntad. Tu ley está en mi corazón.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios fiel, permítenos darte gracias por tu amor


hacia nuestro hermano (hermana) N., que hoy desea
renovar el don recibido de ti; fortalece en él (ella) el
espíritu de perfecta caridad, para que pueda servirte
siempre con mayor fervor, para gloria tuya y salvación de
los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que

392
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, con estos dones, la oblación de sí


mismo (misma) que hoy desea reafirmar nuestro
hermano (hermana) N., y por el poder del Espíritu Santo
dígnate hacerlo (hacerla) más semejante a tu amado Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Antífona de comunión Sal 41, 2
Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

En este gozoso aniversario, hemos recibido, Padre, el


Cuerpo y la Sangre de tu Hijo; concede a nuestro
hermano (a) N. que, fortalecido (a) por el pan y la bebida
celestial, avance felizmente en el camino que conduce a ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
POR LAS VOCACIONES RELIGIOSAS
Antífona de comunión Cf. Mt. 19, 21
Dice el Señor: Si quieres ser perfecto, ve, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, y sígueme.

ORACIÓN COLECTA

Padre santo, que llamas a todos tus hijos a la perfección


de la caridad e invitas a algunos a seguir más de cerca a
Cristo, concede, a quienes llamas para esta peculiar
vocación, vivir de manera que sean para la Iglesia y para
el mundo un signo transparente de tu Reino.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
O bien, cando el que preside es un religioso:

393
Mira con bondad a nuestra familia, Señor, y bendícela
con nuevas vocaciones, para que pueda alcanzar la
perfección de la caridad y trabajar eficazmente por la
salvación de los hombres.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas

Padre santo, recibe con bondad los dones que te


ofrecemos, y concede la comunión fraterna y la libertad de
espíritu a cuantos se proponen seguir, con alegría, el
camino estrecho de tu Hijo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión Cf. Mt 19, 27-29


Yo les digo: Ustedes que lo dejaron todo, y me siguieron, recibirán cien veces más, y poseerán la vida eterna.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, fortalece a tus hijos con el alimento espiritual,


para que, fieles a la vocación evangélica, manifiesten en
todas partes la imagen de tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
O bien, cuando el que preside es por un religioso:

Te pedimos, Padre, por la fuerza de este sacramento, la


gracia de perseverar fielmente en el cumplimiento de tu
voluntad, para ser ante el mundo testigos de tu amor y
buscar resueltamente los bienes imperecederos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

394
PARA PROMOVER LA CONCORDIA
Antífona de entrada Hech 4, 32-33
La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma.
Los apóstoles daban testimonio, con mucho poder, de la resurrección del Señor Jesús, y gozaban de gran estima.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, perfecta unidad y amor verdadero; concede


a tus hijos tener un solo corazón y una sola alma, para que
tu Iglesia se fortalezca en la concordia, se apoye en la
confesión de la verdad y se afirme en la perfecta unidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
O bien:

Dios nuestro, que enseñaste a tu Iglesia a resumir los


mandamientos en el amor a ti y al prójimo, infúndenos
espíritu de paz y danos tu gracia, para que tu familia se

395
consagre a ti de corazón y, con sincera voluntad, viva en
armonía y concordia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por los sacramentos y por tus


enseñanzas nos haces semejantes a ti, guíanos por tus
caminos para que, por este sacrificio, alcancemos el don
de la caridad que nos prometiste.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

PARA PEDIR LA RECONCILIACIÓN


Lo que en esta Misa figura entre paréntesis, se dice con ocasión de algún tiempo especial dedicado a la penitencia.
Antífona de entrada
Yo soy el salvador de mi pueblo, dice el Señor.
Lo escucharé cuando me invoque en su angustia y seré su Señor para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios clemente y misericordioso, que ofreces a los


hombres días especiales de salvación para que te
reconozcan como creador y padre de todos, ayúdanos con
bondad (en este tiempo propicio) para que, recibiendo
gustosamente el anuncio de la paz, podamos cumplir tu
voluntad de renovar todas las cosas en Cristo.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, acepta con agrado los dones de tu Iglesia en el


memorial de tu Hijo, nuestra paz y reconciliación, que
borró con su sangre el pecado del mundo; haz

396
que (celebrando con alegría este tiempo de gracia)
podamos comunicar a toda la libertad de Cristo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Antífona de comunión Mt. 11, 28
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Padre, que nos fortalezca el don recibido,


para que este sacramento de la unidad nos llene de tu amor
y nos convierta en instrumentos de tu paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS


Esta Misa se utiliza cuando se realizan celebraciones especiales por la unidad de los cristianos, siempre que no coincidan con un
Domingo de Adviento, de Cuaresma o de Pascua, o con alguna solemnidad.
Antífona de entrada Jn 10, 14-15
Dice el Señor: Yo soy el buen pastor, conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí.
Como el Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que congregas a quienes


están dispersos y conservas en la comunión a quienes ya
están unidos, mira con bondad el rebaño de tu Hijo, para
que la integridad de la fe y el vínculo de la caridad reúnan
a los que han sido consagrados por el único bautismo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por el único sacrificio de Cristo, has adquirido para ti,


Padre, un pueblo de hijos; concede a tu Iglesia los dones
de la unidad y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio:

397
La unidad del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia
V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Por él nos has guiado
al conocimiento de tu verdad,
para hacernos miembros de su Cuerpo,
mediante el vínculo
de una misma fe
y un mismo bautismo.
Por él has derramado
en todos los hombres tu Espíritu Santo,
admirable constructor de la unidad
en la diversidad de los dones,
que habita en tus hijos de adopción
y anima y conduce a toda la Iglesia.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos con alegría, diciendo:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de comunión Cf. 1 Cor 10, 17
Hay un solo pan, y nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque participamos de ese único pan y del único
cáliz.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

398
Te pedimos, Padre, que, así como la comunión que
hemos recibido es signo de la unión de los creyentes en ti,
también realice la unidad en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LOS CRISTIANOS QUE SUFREN PERSECUCIÓN


Antífona de entrada Cf. Sal 73, 20.19.22.23
Acuérdate, Señor, de tu alianza, y no olvides para siempre a tus pobres.
Levántate, Señor, defiende tu causa y no desoigas el clamor de los que te invocan.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en tu inescrutable providencia asocias a


la Iglesia a la pasión de tu Hijo, concede el espíritu de
paciencia y de caridad a quienes sufren a causa de tu
nombre, para que sean fieles y verdaderos testigos de tus
promesas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe nuestras humildes oraciones y ofrendas, Señor, y


concede, a quienes te sirven con fidelidad en medio de las
persecuciones de los hombres, que se alegren de poder
unirse al sacrificio de tu Hijo Jesucristo y experimenten la
certeza de que sus nombres están inscritos en el Cielo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 5,11-12
Dice el Señor: Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


399
Padre, por la fuerza de este sacramento, confírmanos en
la verdad, y concede a tus hijos que sufren tribulación que,
llevando su cruz en seguimiento de Cristo, puedan
gloriarse del nombre de cristianos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

EN REUNIONES ESPIRITUALES O PASTORALES


Antífona de entrada Mt 18,20
Dice el Señor: Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estoy presente en medio de ellos.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos que infundas en nosotros, Señor, el espíritu


de inteligencia, de verdad y de paz, para que conozcamos
lo que es de tu agrado y, con un mismo querer, lo
pongamos por obra.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas

Mira con bondad los dones que presentamos, Señor, y


haz que comprendamos verdaderamente, y expresemos
con lealtad, lo que es bueno y recto a tus ojos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Donde hay verdadera caridad y amor.
El amor de Cristo nos ha congregado en la unidad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre misericordioso, te pedimos que el alimento santo,


que hemos recibido, nos confirme en tu voluntad y nos
haga en todas partes testigos de tu verdad.
400
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LA SANTIFICACIÓN DEL TRABAJO HUMANO


Antífona de entrada Cf. Gen 1,1.27.31
Al principio Dios creó el cielo y la tierra.
Y creó el hombre a su imagen. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno.

ORACIÓN COLECTA

Dios creador del universo, que otorgaste a todos los


hombres la dignidad del trabajo, concede que todas
nuestras obras sean beneficiosas para nuestra vida y
contribuyan, por tu bondad, a extender el Reino de Cristo.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, en estos dones que te presentamos tú


ofreces al género humano el alimento para esta vida y el
sacramento de una vida nueva; haz que nunca nos falte el
sustento para el cuerpo y para el alma.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Col 3, 17
Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Padre nuestro, después de participar en el banquete de la


unidad y del amor, te rogamos que por el trabajo que nos
has encomendado podamos obtener el sustento diario y
contribuir a la edificación de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
401
EN LA SIEMBRA DEL CAMPO
Antífona de entrada Cf. Sal 89, 17
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor, y haga prosperar la obra de nuestras manos.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, con tu ayuda sembramos la tierra, y de tu


poder esperamos su fecundidad; suple con abundancia lo
que supera nuestros esfuerzos, pues tú eres quien da el
crecimiento.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, autor de los frutos de la tierra y de los


dones espirituales, bendice nuestros trabajos para que
obtengamos abundantes frutos de la tierra, y lo que
recibimos de tu providencia contribuya a manifestar tu
gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 84, 13
El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, que nos alimentas con tus


sacramentos, y en quien vivimos, nos movemos y
existimos, bendice el trabajo de nuestras manos, para que
de esta siembra podamos obtener un abundante sustento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

402
DESPUÉS DE LA COSECHA
Antífona de entrada Sal 66, 7.8
La tierra ha dado su fruto, el Señor nuestro Dios, nos bendiga.

ORACIÓN COLECTA

Dios y Padre bueno, que en tu providencia diste la tierra


al hombre, concede que de estos frutos obtengamos el
sustento para nuestra vida y de tal manera usemos de ellos
que sirvan para alabanza tuya y bien de todos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor nuestro, santifica estos dones, fruto de la tierra,


que te ofrecemos agradecidos, y después de habernos dado
una abundante cosecha haz que nuestras almas sean tierra
fértil, con la gracia del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 103, 13.14.15
Señor, la tierra se sacia con el fruto de tus obras: el pan que sale de la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre nuestro, después de celebrar el misterio de nuestra


salvación, te damos gracias por los frutos de la tierra y te
pedimos que, por la fuerza de este sacramento podamos
obtener el fruto perdurable de la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

403
POR LA PAZ Y LA JUSTICIA
Esta Misa no puede celebrarse en la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, el día 1 de enero.
Antífona de entrada Cf. Eclo 36, 18-19
Concede la paz, Señor, a los que esperan en ti; escucha la oración de tus servidores y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que llamaste hijos tuyos a los que trabajan


por la paz, concédenos la gracia de procurar, sin cesar, la
justicia, única garantía de una paz sólida y verdadera.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre, te pedimos que el sacrificio salvador de tu Hijo,


Rey de la paz, ofrecido bajo estos signos sacramentales
que expresan la paz y la unidad, sirva para afianzar la
concordia entre todos tus hijos.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 5, 9
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Padre, tu espíritu de amor, para que,


renovados por el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo único,
trabajemos eficazmente para promover, entre todos los
hombres, la paz que él mismo nos dejó.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

EN TIEMPO DE GUERRA O DE DESORDEN


PÚBLICO
Antífona de entrada Cf. Jer 29, 11.12.14
Dice el Señor: Yo tengo designios de paz y no de aflicción.
Invóquenme y los escucharé y pondré fin a su cautiverio.

404
ORACIÓN COLECTA

Dios fuerte y misericordioso, que destruyes las guerras y


derribas a los soberbios; aparta de nosotros la destrucción
y las lágrimas, para que todos podamos llamarnos, en
verdad, hijos tuyos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre, acuérdate que tu Hijo, Rey de la paz, destruyó


nuestros odios con su Sangre, mira con misericordia
nuestras aflicciones, y que este sacrificio nos restituya la
tranquilidad y la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Jn 14, 27
Dice el Señor: Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo.
No se inquieten ni teman.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre de bondad, saciados serenamente con el único pan


que da vigor al corazón del hombre, te pedimos vernos
libres de toda violencia y guardar firmemente tu ley de
amor y de justicia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LOS REFUGIADOS Y EXILIADOS


Antífona de entrada Cf. Sal 90, 11
Dios te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos.

ORACIÓN COLECTA

405
Señor Dios nuestro, que a nadie consideras extraño ni lo
privas de tu protección; mira con bondad a los refugiados
y exiliados, a los segregados y a los niños separados de su
hogar; concede a ellos el retorno a su patria, y a nosotros,
un amor como el tuyo para con los pobres y desterrados.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo único diera su vida para


congregar en la unidad a tus hijos dispersos; te pedimos
que este sacrificio obtenga la unión de los corazones y
acreciente el amor fraterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 90, 2
Di al Señor: Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios y Padre nuestro, que nos has alimentado con un


único pan y un único cáliz, concédenos amar con un
corazón sincero a los abandonados, y a cuantos han tenido
que dejar su tierra, para que un día merezcamos reunirnos,
todos, en la patria del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
EN TIEMPO DE HAMBRE O POR LOS QUE
PADECEN HAMBRE
Antífona de entrada Cf. Sal 73, 19
Acuérdate, Señor, de tu alianza, y no olvides para siempre a tus pobres.

ORACIÓN COLECTA

406
Dios todopoderoso, que por tu bondad alimentas a todas
las criaturas, concédenos un amor operante hacia los
hermanos que carecen de alimento, para que, liberados del
flagelo del hambre, puedan servirte con un corazón
confiado.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira esta ofrenda que te presentamos, Señor, tomada de
los dones recibidos de ti, signo de la abundancia de la vida
divina y de la unidad en el amor; concédenos, por esta
eucaristía, cumplir el deber de una equitativa distribución
de bienes en un clima de recíproca fraternidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt. 11, 28
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios Padre todopoderoso, te rogamos que el Pan vivo


bajado del cielo nos impulse a ir en ayuda de los hermanos
que padecen hambre y necesidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

PARA PEDIR LA LLUVIA


ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro en quien vivimos, nos movemos y


existimos; te pedimos que nos concedas la lluvia necesaria
para que, ayudados por los bienes de la tierra, anhelemos
con más confianza los bienes eternos.
407
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
PARA PEDIR BUEN TIEMPO
ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que nos purificas en las


situaciones adversas y nos animas con tu misericordia,
concédenos alegrarnos con un tiempo apacible y disfrutar
los dones de tu bondad, para gloria tuya y felicidad
nuestra.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
PARA ALEJAR LAS TEMPESTADES
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, a quien obedecen los elementos de la


naturaleza, escucha nuestra súplica y aleja de nosotros las
tempestades, para que nuestro temor presente se convierta
en jubilosa acción de gracias. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
EN DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS
POR EL PERDÓN DE LOS PECADOS
Antífona de entrada Cf. Sab. 11,24-25.27
Señor, tú eres misericordioso con todos y no aborreces nada de lo que has hecho; cierra los ojos a los pecados de los hombres para
que se arrepientan y los perdones, porque tú eres el Señor, nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

408
Padre de bondad, escucha nuestras súplicas y perdona
nuestros pecados para que, por tu misericordia, recibamos
juntamente tu perdón y tu paz.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos Señor, este sacrificio de reconciliación y


alabanza para que, mediante tu misericordia, perdones
nuestras faltas y dirijas nuestros corazones vacilantes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lc 15,10
Dice el Señor: Los ángeles de Dios se alegran por un solo pecador que se convierte.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concede, Dios misericordioso, a quienes por este


sacrificio hemos recibido el perdón de los pecados, la
gracia de no volver a pecar y de poderte servir con sincero
corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

PARA PEDIR LA CARIDAD


Antífona de entrada Ez. 36, 26-28
Dice el Señor: Les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes.
Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, enciende nuestros corazones con tu


Espíritu de amor, para que podamos pensar siempre lo que

409
es de tu agrado y amarte sinceramente en nuestros
hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica estos dones que te presentamos, Señor, y al


aceptar el sacrificio espiritual concédenos comunicar a
toda tu caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1Cor 13,13
Ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor.
Pero la más grande de todas es el amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de habernos saciado con un único Pan, te


pedimos, Padre, que derrames sobre nosotros la gracia del
Espíritu Santo y nos renueves, para ser fuertes en el amor
perfecto.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LOS FAMILIARES Y AMIGOS


Antífona de entrada Cf. Sal 121,6.8
Auguren la paz a Jerusalén, vivan seguros los que te aman.
Por amor a mis hermanos y amigos, diré: La paz esté contigo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por la gracia del Espíritu Santo has


derramado en el corazón de tus fieles el don de la caridad,
concede bondadosamente a tus hijos la salud del alma y

410
del cuerpo, para que te amen con todas sus fuerzas y
realicen con amor cuanto te agrada.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Ten piedad de tus hijos, Señor, por quienes te ofrecemos


este sacrificio de alabanza, para que por su eficacia
alcancen la gracia de tu bendición y la gloria de la
felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 12, 50
El que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de celebrar los divinos misterios, te pedimos,


Padre, por nuestros familiares y amigos queridos; perdona
sus pecados, dales tu consuelo y tu amparo y haz que
todos nosotros, sirviéndote con un mismo corazón,
podamos gozar de la visión de tu rostro.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LOS QUE NOS HACEN SUFRIR


Antífona de entrada Lc 6,27-28
Dice el Señor: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian.
Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difamen.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que mediante el precepto de la caridad nos


mandas amar sinceramente a quienes nos hacen sufrir;
concédenos seguir los mandamientos de la nueva ley para
devolver bien por mal y sobrellevarnos mutuamente.

411
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio por quienes nos


ofenden, con el deseo de vivir en paz con todos; así
conmemoraremos de verdad la muerte de tu Hijo, que nos
ha reconciliado contigo en el amor.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Antífona de comunión Mt 5, 9-10
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por estos misterios de nuestra paz, te pedimos, Padre, la


gracia de vivir en armonía con todos de procurar que
nuestros enemigos vuelvan a ti, y que nos podamos
reconciliar entre nosotros.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR QUIENES ESTÁN PRIVADOS INJUSTAMENTE DE SU


LIBERTAD
Antífona de entrada Sal 87,2-3
Señor, mi Dios y mi Salvador, día y noche estoy clamando ante ti: que mi plegaria llegue a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor.

ORACIÓN COLECTA

Dios Padre, tu Hijo tomó la condición de siervo para


liberar al género humano de la esclavitud del pecado;
concede a quienes están privados de libertad aquella
dignidad que concediste a todos los hombres por ser hijos
tuyos.

412
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacramento de nuestra


redención, y te pedimos que libres del cautiverio a tus
hijos y les concedas gozar de una perfecta libertad de
espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 68,31.34
Alabaré con cantos el nombre de Dios y proclamaré su grandeza dando gracias.
Porque el señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recordar en este sacrificio el precio de nuestra


libertad, imploramos, Padre, tu misericordia en favor de
nuestros hermanos, para que se vean liberados de sus
cadenas y puedan ser testigos de tu justicia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

POR LOS ENFERMOS


Antífona de entrada Sal 6,3-4
Ten piedad de mí, Señor, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos se estremecen, y mi alma está atormentada.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo unigénito llevara


sobre sí nuestras debilidades para manifestar el valor de la
enfermedad soportada pacientemente, escucha nuestros
ruegos por nuestros hermanos enfermos y cuantos sufren
el dolor, la aflicción o la enfermedad; concédeles la gracia
de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo proclamó
bienaventurados y saber que están unidos a su Pasión para
la salvación del mundo.
413
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios providente, en tus manos está nuestra vida; recibe


los ruegos y oblaciones que te ofrecemos, implorando tu
misericordia por nuestros hermanos enfermos, para que
mejore su salud y podamos alegrarnos con ellos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Col 1,24
Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, tú eres el auxilio en la debilidad humana;


ayuda con tu poder a tus hijos enfermos para que,
aliviados por tu misericordia, puedan volver participar, en
tu Iglesia, de la asamblea de los fieles. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
POR LOS MORIBUNDOS
Antífona de entrada Rm 14,7-8
Ninguno de nosotros vive para sí, ni tampoco muere para sí.
Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y lleno de misericordia, que a través


de la muerte abriste al género humano la puerta de la Vida
eterna; mira con bondad a tu hijo (a) agonizante, para que
asociado (a) a la Pasión de Jesús pueda presentarse ante ti
libre de pecado.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
O bien, por los que morirán en el día de hoy:

414
Dios todopoderoso y lleno de misericordia, que siempre
manifiestas tu amor a todas las criaturas, escucha nuestras
oraciones por los que hoy van a morir, para que, redimidos
por la Sangre preciosa de tu Hijo, puedan salir de este
mundo sin mancha de pecado y descansar eternamente en
el seno de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas

Recibe, Señor, la ofrenda que te presentamos por tu


hijo (a) moribundo (a), y por ella perdona todos sus
pecados, para que habiendo soportado el sufrimiento que
en tu providencia dispusiste, alcance la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Col 1,24
Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su cuerpo que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, por la eficacia de este sacramento,


que confortes piadosamente a tu hijo (a), para que, en la
hora de la muerte, pueda vencer al enemigo y entrar con
tus ángeles en la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

415
PARA PEDIR LA GRACIA DE UNA BUENA MUERTE
Antífona de entrada Sal 22, 4
Aunque camine por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza.

ORACIÓN COLECTA

Dios Padre, que nos creaste a tu imagen y quisiste que tu


Hijo muriera por nosotros; te pedimos la gracia de vivir en
oración constante, para que, al dejar este mundo, libres de
pecado, merezcamos descansar con alegría en tus brazos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, tú destruiste nuestra muerte, con la muerte de tu


Hijo unigénito; por la eficacia de este sacramento,
concédenos que, obedeciendo tu voluntad hasta el fin,

416
dejemos este mundo con paz y confianza y lleguemos por
tu misericordia a participar de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Rom. 14, 7-8
Ninguno de nosotros vive para sí ni tampoco muere para sí. Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el
Señor: tanto en la vida como en la muerte pertenecemos al Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir, en estos misterios el anticipo de la


inmortalidad, te pedimos, Padre, que nos ayudes con tu
gracia en el momento de nuestra muerte, de manera que
superadas las insidias del enemigo podamos saciarnos para
siempre de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PARA CUALQUIER NECESIDAD


Antífona de entrada
Yo soy el salvador de mi pueblo, dice el Señor.
Lo escucharé cuando me invoque en su angustia, y seré su Señor para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú eres el refugio en las fatigas, la fuerza


en la debilidad y el consuelo en la tristeza; ten compasión
de tu pueblo y purifícalo en la adversidad, para que pueda
luego disfrutar del alivio de tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, recibe con misericordia la ofrenda de tu


familia, para que, bajo tu protección, no pierda los dones
recibidos y alcance los bienes eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt. 11, 28
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré, dice el Señor.

417
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre santo, por la Eucaristía que hemos recibido,


concédenos experimentar ayuda para el alma y el cuerpo;
y así, restaurado todo nuestro ser, alcanzar la plenitud de
la salvación.
Por Jesucristo nuestro Señor.

OTRAS ORACIONES
PARA PEDIR SALUD
ORACIÓN COLECTA

Oh Dios de bondad, dador de vida y de salud; bendice a


tu siervo (a) N.N. y a los que le administran tus dones
sanativos; para que pueda ser restaurado a la salud del
cuerpo y de la mente; mediante Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, nuestras ofrendas y asocia a ellas los


padecimientos de tus enfermos para que, padeciendo con
Cristo, en Él reencuentren la salud, te ruegos, por tu gran
misericordia que nos veamos libres de los males que nos
afligen.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

418
Dios de celestiales poderes, que, por la fuerza de tu
mandato, ahuyentas del cuerpo humano toda dolencia y
enfermedad; asiste con tu bondad a tu (s) siervo (s) N.N.
para que sea desvanecida su debilidad y a él (ella) vuelva
la fuerza y que siéndole restaurada su salud, pueda dar
testimonio de tu poder sanador y bendecir tu Santo
Nombre; Por Jesucristo, nuestro Señor.

PARA PEDIR SANACIÓN INTERIOR


ORACIÓN COLECTA

Dios todo poderoso y eterno, Padre de misericordia, mira


con bondad a quienes buscamos sanarnos de todo tipo de
impureza interior, y liberándonos de ellas, podamos vivir
en armonía espiritual y corporal.
Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, estas ofrendas y asocia a ellas los


padecimientos de nuestros corazones, únelos a la piadosa
angustia de Cristo en el huerto, y enséñanos a hacer
siempre tu voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios de celestiales poderes, que, por la fuerza de tu


mandato, ahuyentas del ser humano todo tipo de

419
inmundicia y de maldad; asiste con tu bondad a tu (s)
siervo (s) N.N. para que sea (n) liberado (s) en su interior,
y que siéndole restaurada su salud espiritual, pueda dar
testimonio de tu poder sanador y liberador, mediante
Jesucristo, nuestro Señor.

PARA PEDIR EMPLEO


Antífona de entrada Proverbios 16:3
Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.

Oración colecta

Dios de toda bondad, que hiciste del trabajo el medio


ideal para el sustento humano, mira con bondad a quienes
de él carecen y concédeles abundancia y prosperidad.
Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
Oración sobre las ofrendas

Recibe, oh Padre Dios estos frutos del trabajo humano y


por la eficacia de este sacrificio, concédenos el empleo
que necesitamos para agradarte y ofrendarte.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la comunión

Que la eficacia de este sacramento Señor traiga sobre


nosotros la bendición del trabajo para glorificarte con
nuestras manos y agradecerte en nuestro descanso.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
420
PARA LA BENDICIÓN DE UNA CASA
ORACIÓN COLECTA

Dios de celestiales poderes, que por el ministerio de tu


Hijo colmaste de bendición los hogares visitados por Él
desciende con tu gracia sobre este lugar y cólmalo con tu
presencia y protección.
Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, con agrado esta ofrenda oh Dios omnipotente y


las vidas de quienes habitan y frecuentan este hogar, has
de todos ellos una permanente y aceptable oblación en tu
presencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por los méritos del Sacramento que hemos presenciado y


recibido, visita Señor este hogar, aleja de él las asechanzas
del enemigo, y habiten en el tu santo ángel para que los
custodien en paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
421
PARA LA PEDIR LA PROSPERIDAD
ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno que has regalado


prosperidad a quienes te sirven con entrega, mira con
bondad a quienes hoy te buscan y concédenos las riquezas
que para nuestra salvación nos convenga.
Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, con agrado Señor estas ofrendas, que en medio


de nuestras limitaciones te ofrecemos, conviérteles en
prosperidad para un día ofrendarte desde la abundancia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo participado en este sacramento Señor, en el


que te nos das con abundancia de amor, te rogamos nos
concedas la abundancia y prosperidad material que nos
permita disfrutar y compartir también los bienes que en la
tierra nos concedes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

422
PARA LA BENDICIÓN DE UN NEGOCIO
ORACIÓN COLECTA

Dios de toda bendición, que colmaste la prosperidad a


Abraham, Isaac y a Jacob, concediéndoles que por sus
actividades aumentaran sus riquezas, sin separarse de ti,
mira ahora con bondad a tu siervo N.N. y concédele de
igual manera, prosperidad en su empresa y generosidad en
la abundancia.
Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, con agrado esta ofrenda oh Dios omnipotente y


las vidas de quienes hoy consagran a ti sus actividades,
has de todos ellos una permanente y aceptable oblación en
tu presencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por los méritos del Sacramento que hemos presenciado y


recibido, visita Señor este lugar, aleja de él las asechanzas
del enemigo, y habiten en el tu santo ángel para que los
custodien y prosperen en paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

423
EN UN CUMPLEAÑOS
ORACIÓN COLECTA

Vela por tu hijo (a) N.N. oh Señor, conforme aumentan


sus días; bendícele y guíale donde quiera se halle,
guardándole sin mancha de este mundo.
Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, con agrado esta ofrenda Señor, la vida de tu


siervo (a) N.N. quien hoy en su cumpleaños, se ofrece con
todo su ser y espera tu bendición y gracia para hacer de su
vida una oblación agradable a ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la eficacia de este sacramento Señor, fortalece a N.N.


cuando permanezca en pie; consuélale cuando se sienta
desanimado o triste, levántale si cae; y que pueda
permanecer en su corazón todos los días de su vida, la paz
que excede a todo entendimiento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

424
PARA DAR GRACIAS A DIOS
A
Antífona de entrada Ef 5, 19-20
Canten y celebren al Señor de todo corazón.
Siempre y por cualquier motivo, den gracias a Dios, nuestro Padre, en nombre de nuestro señor Jesucristo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que siempre nos escuchas en nuestra


aflicción,
te damos gracias por tu bondad y te pedimos que,
liberados de todos los males, podamos servirte siempre
con alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre santo, tú nos diste a tu Hijo para salvarnos de la


muerte y de todos los males; acepta con bondad este
sacrificio que te ofrecemos en acción de gracias por
habernos liberado de nuestras aflicciones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 137, 1
Señor, te doy gracias de todo corazón porque has escuchado las palabras de mi boca.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, por este Pan de vida nos libras de las


ataduras del pecado y renuevas nuestras fuerzas; te
pedimos que acrecientes sin cesar en nosotros la esperanza
de la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

B
Otras oraciones
425
ORACIÓN COLECTA

Dios y Padre de todos los dones, de quien procede


cuanto tenemos y somos, enséñanos a reconocer los
beneficios de tu inmensa bondad y a amarte con todo
nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza por los


dones recibidos, y te rogamos que dirijamos a la gloria de
tu Nombre lo que sin mérito nuestro nos concediste.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios y Padre nuestro, tú nos entregaste como alimento


espiritual este sacramento de la salvación de tu Hijo, que
hemos ofrecido en acción de gracias; danos fortaleza y
alegría para que podamos servirte con mayor fervor y
alcanzar nuevos beneficios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ENERO
17 de enero
SAN ANTONIO, ABAD
Antífona de entrada
El justo florecerá como la palmera, crecerá como los cedros del Líbano; trasplantado en la casa del Señor, florecerá en los atrios de
nuestro Dios. (Cf. Sal. 91,13-14)

426
ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, que diste al abad san Antonio la


gracia de servirte en el desierto con una vida monástica
admirable, concédenos, por su intercesión, que,
negándonos a nosotros mismos, te amemos siempre sobre
todas las cosas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

En la conmemoración del abad san Antonio acepta,


Padre, las ofrendas que presentamos en tu altar, y
concédenos que, libres de las ataduras de este mundo, seas
tú nuestra única riqueza.
Antífona de comunión
Dice el Señor: si quieres ser perfecto, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y sígueme. (Cf. Mt. 19,21)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el sacramento de la salvación, te


pedimos, Dios nuestro, que, así como diste al abad san
Antonio la victoria sobre el poder de las tinieblas, nos
concedas superar todas las asechanzas del espíritu del mal.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

20 de enero
SAN SEBASTIÁN, MÁRTIR
Del común de mártires
ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Padre bueno, el espíritu de fortaleza, para


que instruidos por el ejemplo admirable del mártir san
427
Sebastián, aprendamos a obedecerte a ti más que a los
hombres.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
21 de enero
SANTA INÉS, VIRGEN Y MÁRTIR
Del común de mártires
ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que eliges a los débiles de


este mundo para confundir a los fuertes,
concede a quienes celebramos la fiesta de tu mártir santa
Inés, imitar su constancia en la fe de Jesucristo.
Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

22 de enero
SAN VICENTE, DIÁCONO Y MÁRTIR
Del común de mártires.
ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, infunde bondadosamente en


nosotros tu Espíritu, para que nuestros corazones sean
fortalecidos con el mismo amor con el que el mártir san
Vicente superó todos los tormentos.

428
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
25 de enero
La conversión de san Pablo, apóstol
Antífona de entrada 2 Tim 1, 12; 4, 8
Sé en quién he puesto mi confianza, y estoy convencido de que el Señor, como justo juez, es capaz de conservar hasta aquel día el
bien que me ha encomendado.
Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que instruiste a los pueblos mediante la


predicación del apóstol san Pablo, concede a quienes hoy
celebramos su conversión que, imitando sus ejemplos, nos
acerquemos a ti y seamos en el mundo testigos de tu
verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar estos divinos misterios te pedimos, Señor,


que el Espíritu infunda en nosotros aquella luz de la fe que
iluminó al apóstol san Pablo y lo impulsó a la propagación
de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.
429
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Tú nunca abandonas a tu rebaño,
Pastor eterno, sino que lo proteges
y conservas siempre
por medio de los santos Apóstoles,
y quieres que sea conducido
por aquellos mismos pastores
a quienes tu Hijo confió
la misión de continuar su obra.
Por eso, con los ángeles y arcángeles,
y con todos los coros celestiales
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo …
Antífona de comunión Cf. Gá. 2, 20
Vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, te pedimos que estos sacramentos


recibidos acrecienten en nosotros el ardor de ese amor que
encendió al apóstol san Pablo y lo impulsó a tomar sobre
sí el cuidado de todas las Iglesias. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

26 DE ENERO
Santos Timoteo y Tito, obispos
Antífona de entrada Sal 95, 3-4
Anuncien la gloria del Señor entre las naciones y sus maravillas entre los pueblos, porque el Señor es grande y digno de alabanza.

ORACIÓN COLECTA

430
Dios nuestro, que enriqueciste con virtudes apostólicas a
los santos Timoteo y Tito, concédenos, por su intercesión,
que, viviendo con justicia y piedad en este mundo,
merezcamos llegar a la patria celestial. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones de tu pueblo ofrecidos en la


fiesta de los santos Timoteo y Tito, y concédenos que te
agrademos siempre con un corazón sincero. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

Antífona de comunión Mc 16, 15; Mt 28, 20


Dice el Señor: vayan por todo el mundo, anuncien el Evangelio y yo estaré siempre con ustedes.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor y Dios nuestro, que los sacramentos


recibidos fortalezcan en nosotros la fe que transmitió la
predicación de los apóstoles, y custodió la solicitud
pastoral de los santos Timoteo y Tito. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

28 DE ENERO
Santo Tomás de Aquino, presbítero
y doctor de la Iglesia
Antífona de entrada Cf. Sal 131, 9
Tus sacerdotes, Señor, se revistan de justicia y tus fieles exulten de alegría.

ORACIÓN COLECTA

431
Dios nuestro, que hiciste de santo Tomás de Aquino un
modelo de santidad y de doctrina, concédenos la gracia de
comprender sus enseñanzas e imitar sus ejemplos. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, la ofrenda que presentamos en tu altar en


la conmemoración de santo Tomás de Aquino, y así como
a él lo glorificaste por estos misterios, concédenos a
nosotros tu bondadoso perdón. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

Antífona de comunión Cf. Mt 24, 46-47


Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, lo encuentre velando; les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Dios todopoderoso, que la participación en


la mesa celestial robustezca y aumente las fuerzas
espirituales de quienes celebramos la fiesta de santo
Tomás de Aquino; para que guardemos con integridad el
don de la fe y recorramos el camino que él nos señaló. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

432
FEBRERO
2 DE FEBRERO
La presentación del señor
Antífona de entrada Cf. Sal. 47, 10-11
En tu santo templo, Señor, evocamos tu misericordia; la gloria de tu nombre llega hasta los confines de la tierra. Tu derecha está
llena de justicia.
Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos humildemente


que, así como tu Hijo unigénito, hecho hombre, fue
presentado hoy en el templo, también nosotros podamos
presentarnos a ti con un corazón puro. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con agrado, Dios nuestro, la ofrenda de tu Iglesia


desbordante de alegría, tú que aceptaste el sacrificio de tu

433
Hijo único, ofrecido como Cordero inmaculado para la
vida del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Porque tu Hijo eterno,
al ser presentado hoy en el templo,
es proclamado por el Espíritu,
gloria de Israel y luz de los pueblos.
Por eso nosotros,
llenos de alegría,
salimos al encuentro de nuestro Salvador
y junto con los ángeles
y santos te alabamos sin cesar:
Santo, Santo, Santo …
Antífona de comunión Lc 2, 30-31
Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, por estos sacramentos recibidos, completa en


nosotros la obra de tu gracia, y así como colmaste el
anhelo de Simeón de contemplar al Mesías antes de morir,
concédenos recibir la vida eterna saliendo al encuentro del
Señor. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

434
3 DE FEBRERO
San Blas, obispo y mártir
Antífona de entrada Cf. 1 Sam 2, 35
Me suscitaré un sacerdote fiel, que obrará conforme a mi corazón, dice el Señor.

ORACIÓN COLECTA

Escucha, Señor, las súplicas que te presentamos por la


intercesión de san Blas, mártir, y concédenos gozar de la
paz en esta vida y recibir la recompensa eterna. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que recibas las ofrendas de tu pueblo


en la fiesta de san Blas, y que, por él, nos concedas la
ayuda de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 10, 10
Dice el Señor: Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados con el sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de


tu Hijo, te suplicamos, Señor Dios nuestro, que al celebrar

435
con fervor estos misterios se acreciente en nosotros tu
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

5 DE FEBRERO
Santa Águeda, virgen y mártir
Antífona de entrada
Alegrémonos y exultemos, porque el Señor de todo lo creado amó a esta virgen santa y gloriosa.

ORACIÓN COLECTA

Imploramos, Señor, tu misericordia, por medio de santa


Águeda, virgen y mártir, que supo agradarte siempre por
los méritos de su virginidad y su fortaleza en el martirio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, concédenos obtener el fruto de las ofrendas que te


presentamos para que muera en nosotros el antiguo poder
del pecado y, siguiendo el ejemplo de santa Águeda, nos
renovemos con tu vida divina. Por Jesucristo nuestro
Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 25, 4. 6
Las cinco vírgenes prudentes llevaron aceite para sus lámparas. A medianoche se oyó un grito: ya viene el esposo, salgan al
encuentro de Cristo, el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la comunión del Cuerpo y Sangre de tu Hijo único,


líbranos, Padre, de la seducción de las cosas transitorias,
436
para que, a ejemplo de santa Águeda, se acreciente nuestra
caridad en la tierra y podamos gozar de la gloria eterna en
el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

10 DE FEBRERO
Santa Escolástica, Virgen
Antífona de entrada Cf. Sal 51, 10
Como olivo frondoso en la casa de Dios, he puesto para siempre mi confianza en la misericordia del Señor.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Padre, en esta celebración de santa


Escolástica, virgen, que, siguiendo su ejemplo, te sirvamos
con un amor puro y experimentemos las delicias de tu
amistad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

En la conmemoración de santa Escolástica te


presentamos, Señor, las ofrendas de nuestra devoción para
que, consagradas a ti, sean para nosotros consuelo en la
tierra y anticipo de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Antífona de comunión Sal 44, 2
Me brota del corazón un hermoso poema, yo dedico mis versos al Rey.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Reanimados en las fuentes de la salvación, te pedimos,


Padre, que, por la intercesión de santa Escolástica y
uniéndonos cada día más íntimamente a Cristo,
merezcamos tener parte en tu reino Por Jesucristo, nuestro
Señor.
437
11 DE FEBRERO
Nuestra Señora de Lourdes
Antífona de entrada
Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, ayúdanos en nuestra debilidad,


para que, al celebrar a la Madre inmaculada de tu Hijo, su
intercesión nos libre de todo pecado. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo y acepta nuestras


ofrendas, para que, por intercesión de la santísima Virgen
María, Madre de tu Hijo, sea atendido todo deseo y
escuchada toda petición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27
Feliz la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir los sacramentos celestiales, te


suplicamos, Dios nuestro, que cuantos nos alegramos en la
celebración de la santísima Virgen María, a ejemplo suyo,
colaboremos dignamente en el misterio de nuestra
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

438
MARZO
7 de marzo
SANTAS PERPETUA Y FELICIDAD, MÁRTIRES
Memoria obligatoria (en Cuaresma: conmemoración)
Antífona de entrada
Que las almas de los santos que siguieron los pasos de Cristo, gocen en el Reino de los cielos y, dado que derramaron la sangre por amor, del mismo
modo puedan exultar siempre con Cristo.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, tú sostuviste a las santas mártires Perpetua y


Felicidad con la fuerza invencible de la caridad para que
pudieran resistir frente a sus perseguidores; te pedimos
que nos ayudes a perseverar en la fe y a crecer en tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que contigo y el
Espíritu Santo vive y reina en unidad, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Con gozo te ofrecemos, Padre, el sacrificio que hoy


celebramos, y ya que contamos con la victoria celestial de
las santas Perpetua y Felicidad, prediquemos tu grandeza y
nos alegremos por el juicio glorioso que Tú nos
concediste.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Antífona de comunión
Estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne
mortal. (2 Cor. 4,11)

Oración después de la comunión

Habiendo participado en la alegría eterna por la


recepción de este sacramento, en la memoria de las santas
mártires Perpetua y Felicidad, te suplicamos, Padre, que
quienes por tu gracia te hemos servido fielmente, podamos
seguir cumpliendo nuestro deber con dignidad.
Por Jesucristo nuestro Señor.
439
19 de marzo
SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA
Solemnidad
Antífona de entrada
Éste es el administrador fiel y previsor puesto por el Señor al frente de su familia. (Cf. Lc. 12,42)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, tú quisiste confiar el inicio de


nuestra redención a la solícita custodia de san José;
por su oración en el cielo, concede a tu Iglesia cooperar
fielmente al cumplimiento de la obra de salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te suplicamos, Padre, que, así como san José sirvió con


sincera entrega a tu Hijo único, nacido de la Virgen María,
también nosotros podamos celebrarte en esta liturgia con
un corazón puro.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de san José ("en la solemnidad").
Antífona de comunión
Bien, servidor bueno y fiel, entra a participar del gozo de tu Señor. (Mt. 25,21)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre del cielo, protege siempre a tu familia


que hoy se alegra en la fiesta de san José, y
después de haberla saciado con la Eucaristía
conserva en ella los dones que le concedes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
25 de marzo
LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR
Solemnidad
440
Cuando esta solemnidad coincide con la Semana Santa, se traslada al lunes siguiente al segundo domingo de Pascua.
Antífona de entrada
El Señor al entrar en el mundo dijo: aquí estoy, para hacer, Dios, tu voluntad. (Heb. 10,5.7)
Se canta o se dice el Gloria.

Oración colecta

Dios todopoderoso, que quisiste que tu Hijo único se


hiciera hombre en el seno de la Virgen María, concede a
quienes lo reconocemos como verdadero Dios y verdadero
hombre que podamos participar de su condición divina.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, Hijo tuyo y Señor
nuestro, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina en
unidad por los siglos de los siglos.
Se dice el Credo. A las palabras: "Y por obra...", todos se arrodillan.

Oración sobre las ofrendas

Dígnate aceptar, Señor, los dones de tu Iglesia, y ya que


ella reconoce su origen en la encarnación de tu Hijo,
llénala de alegría al celebrar estos misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Porque la Virgen María,
recibió con fe el anuncio celestial de que,
441
por obra del Espíritu Santo,
él iba a nacer entre nosotros para nuestra salvación, y con
amor de madre,
lo llevó en sus purísimas entrañas.
Así se cumplieron las promesas
hechas al pueblo de Israel
y se vio ampliamente colmada
la esperanza de la humanidad.
Por él, los coros celestiales
celebran tu gloria
unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo:
Antífona de comunión
Una Virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y le pondrá por nombre: Emanuel, Dios con nosotros. (Is. 7,14)

Oración después de la comunión

Confirma, Padre, en nosotros la verdadera fe, mediante


los sacramentos que hemos recibido, para que quienes
confesamos al Hijo de la Virgen Santa como Dios y como
hombre verdadero, podamos llegar a la alegría eterna por
el poder de su resurrección.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

ABRIL
2 de abril
SAN FRANCISCO DE PAULA, ERMITAÑO
Memoria libre
Del común de santos (religiosos)
ORACIÓN COLECTA

Padre bueno, tú eres la grandeza de los pequeños


442
y así has elevado a san Francisco de Paula a la gloria de
tus santos; concédenos imitarlo, por su intercesión, y
alcanzar la recompensa prometida a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos.

25 de abril
SAN MARCOS, EVANGELISTA
Fiesta
Antífona de entrada
Vayan por el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. Aleluya. (Mc. 16,15)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Padre nuestro, que enalteciste al evangelista san


Marcos con la misión de proclamar la buena noticia de
salvación, concédenos aprovechar de tal modo sus
enseñanzas que sigamos fielmente las huellas de Cristo, tu
Hijo, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina en
unidad, y es Dios, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar la fiesta de san Marcos, te ofrecemos, Padre,


este sacrificio de alabanza y te suplicamos humildemente
que tu Iglesia persevere siempre en la predicación del
Evangelio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los Apóstoles II.
Antífona de comunión
Dice el Señor: Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo. Aleluya. (Mt. 28, 20)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

443
Dios todopoderoso, que la comunión recibida nos
santifique y fortalezca para vivir conforme al Evangelio
que san Marcos transmitió.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
29 de abril
SANTA CATALINA DE SIENA, VIRGEN Y
DOCTORA DE LA IGLESIA
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Esta virgen amó la sabiduría, por eso fue contada entre las prudentes; Salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.
Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, tú hiciste que santa Catalina de Siena


ardiera de amor divino en la contemplación de la pasión de
tu Hijo y en el servicio a tu Iglesia; concédenos, por su
intercesión, vivir asociados al misterio de Cristo y
alegrarnos siempre en la manifestación de su gloria.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre, esta víctima de salvación que te


ofrecemos en la conmemoración de santa Catalina,
para que instruidos por sus enseñanzas podamos darte
gracias con mayor fervor a ti, único Dios verdadero. Te lo
pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Si caminamos en la luz, como Dios está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de
todo pecado. (Cf. 1 Jn. 1,7)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concede, Padre, la vida eterna a quienes saciaste en esta


444
mesa celestial, en la que santa Catalina encontró también
el alimento para su cuerpo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

MAYO
1 de mayo
SAN JOSÉ, OBRERO
Memoria libre
Antífona de entrada
Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, Serás feliz y todo te irá bien. Aleluya. (Sal. 127,1-2)

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, creador del universo, con la ley del trabajo


has establecido que el hombre coopere al
perfeccionamiento de tu obra; concédenos,
bondadosamente que ayudados por el ejemplo y con la
protección de san José realicemos la obra que nos mandas
y obtengamos la recompensa que nos prometes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
445
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, lleno de misericordia, mira las ofrendas que te


presentamos en la fiesta de san José, obrero,
y haz que estos dones se transformen para nosotros en
fuente de gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de san José ("en la conmemoración").
Antífona de comunión
Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del señor Jesús, dando gracias por él a dios Padre. (Cf. Col. 3,17)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre providente, fortalecidos con el alimento celestial te


pedimos que, a ejemplo de san José, siempre demos
testimonio de tu amor y de la paz eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
3 de mayo
LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
Fiesta
Antífona de entrada
Debemos gloriarnos en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo: en Él está nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección; por Él
hemos sido salvados y liberados. (Cf. Gal. 6,14)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, que has querido salvar al género


humano por medio de tu Hijo, muerto en la cruz,
concédenos que quienes conocimos este misterio en la
tierra, podamos alcanzar en el cielo el premio de su
redención.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, que contigo vive y
reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

446
Te pedimos, Padre, que este sacrificio que Cristo ha
ofrecido sobre la cruz para borrar los pecados del mundo,
nos purifique ahora de todas nuestras culpas.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
LA VICTORIA DE LA GLORIOSA CRUZ
S. El Señor esté con ustedes
A. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque estableciste la salvación
del género humano en el árbol de la cruz,
para que donde tuvo origen la muerte,
allí resurgiera la vida,
y el que venció en un árbol
fuera en un árbol vencido por Jesucristo,
Señor nuestro.
Por él, los coros celestiales
celebran tu gloria unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo:
Puede decirse también el prefacio I de la Pasión del Señor.
Antífona de comunión
Dice el Señor: cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. (Jn. 12,32)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Fortalecidos con esta eucaristía, te pedimos, Señor


447
Jesucristo, que lleves a la gloria de la resurrección a los
que has redimido en el madero salvador de la cruz.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

4 de mayo
SAN FELIPE Y SANTIAGO, APÓSTOLES
Fiesta
Antífona de entrada
Estos son los varones santos que el Señor eligió con verdadero amor, y les dio la gloria eterna. Aleluya.
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, todos los años nos alegras


con las fiestas de los santos apóstoles Felipe y Santiago;
concédenos por su intercesión participar en la muerte y
resurrección de tu Hijo para que merezcamos contemplar
en el cielo el esplendor de tu gloria.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre, los dones que te presentamos en la fiesta


de los apóstoles Felipe y Santiago y concédenos vivir en la
práctica de una religión pura y sincera. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio de los Apóstoles.

448
Antífona de comunión
Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta. Felipe, el que me ha visto, ha visto al Padre. Aleluya. (Cf. Jn. 14,8-9)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Purifica, Padre, nuestros corazones por este sacramento


que hemos recibido, y como hicieron tus apóstoles Felipe
y Santiago, haz que sepamos contemplarte en tu Hijo para
que merezcamos alcanzar la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

13 de mayo
NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
Memoria libre
ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que nos diste a la Madre de tu Hijo como


Madre nuestra, concédenos que perseveremos en la
oración por la salvación del mundo y procuremos
promover pacientemente el Reino de Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos.
14 de mayo
SAN MATÍAS, APÓSTOL
Fiesta
Antífona de entrada
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto y ese fruto sea
duradero. (T.P. Aleluya). (Jn. 15,16)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Padre del cielo, que agregaste a san Matías al colegio de


los Apóstoles, concédenos, por su intercesión, que,
favorecidos por la elección de tu amor, podamos contarnos
entre tus santos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que es Dios, y vive y

449
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos
de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que tu Iglesia te ofrece con


devoción en honor de san Matías, y por ellos, fortalécenos
con el poder de tu gracia.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los Apóstoles.
Antífona de comunión
Dice el Señor: éste es mi mandamiento, ámense unos a otros, como yo los he amado. (T.P. Aleluya). (Jn. 15, 12)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios y Padre nuestro, no dejes de colmar a tu familia con


los dones del cielo, y por la intercesión de san Matías,
recíbenos en la herencia luminosa de los santos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede impartirse la bendición solemne de la p.

15 de mayo
SAN ISIDRO, LABRADOR
En Argentina: Memoria libre
ORACIÓN COLECTA

Señor y Padre nuestro, en la humildad y sencillez de san


Isidro, el labrador, nos dejaste un ejemplo de vida unida a
Cristo y escondida en ti; te pedimos que el trabajo de cada
día humanice nuestro mundo
y sea al mismo tiempo plegaria de alabanza a tu Nombre.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta y santifica, Padre, estos dones de pan y de vino,


450
frutos de la tierra que cultivó san Isidro regándola con el
sudor de su frente.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que el alimento santo que hemos


recibido sea para nosotros siembra prometedora que dé
frutos de abundante caridad, y así, a imitación de san
Isidro, sepamos compartir nuestro pan de cada día con
todos nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
24 de mayo
MARÍA, AUXILIO DE LOS CRISTIANOS
Memoria libre
Antífona de entrada
¡Salve, Santa Madre!, Virgen Madre del Rey, que gobierna para siempre el cielo y la tierra. (T.P. Aleluya).

ORACIÓN COLECTA

Padre del cielo, tú has constituido a la Madre de tu Hijo


amado en madre y auxiliadora del pueblo cristiano;
concede a tu Iglesia vivir bajo su protección y alegrarse
con una paz duradera.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Padre, este sacrificio de alabanza al


celebrar con alegría la conmemoración de la Madre de tu
Hijo; haz que, con su auxilio, experimentemos tu ayuda en
las necesidades.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
451
Antífona de comunión
Feliz la Virgen María que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno. (T.P. Aleluya). (Cf. Lc. 11,27)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir este sacramento celestial y apoyados


en el auxilio de la santísima Virgen María, te pedimos,
Padre, que, despojados del hombre viejo, nos revistamos
de Jesucristo, autor de la nueva humanidad.
Él que vive y reina, por los siglos de los siglos.
27 de mayo
SAN AGUSTÍN DE CANTORBERY, OBISPO
Memoria libre
ORACIÓN COLECTA

Padre de todos, que por la predicación del obispo san


Agustín de Cantorbery llevaste a los pueblos de Inglaterra
la luz del Evangelio, haz que la semilla de sus trabajos
apostólicos continúe dando frutos en tu Iglesia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.

31 de mayo
452
VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Fiesta
Antífona de entrada
Vengan y escuchen los que temen al Señor, yo les contaré lo que el Señor hizo por mí. (T.P. Aleluya) (Cf. Sal. 65,16)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, tú inspiraste a la Virgen


María, cuando llevaba en su seno a tu Hijo,
el deseo de visitar a Isabel; concédenos que, dóciles al
Espíritu Santo, podamos, con María, cantar tu grandeza
durante toda nuestra vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos humildemente, Padre, que aceptes con


agrado este sacrificio de salvación, como aceptaste el
servicio de caridad de la Madre de tu Hijo único.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de la santísima Virgen María II.
Antífona de comunión
Todas las generaciones me llamarán feliz porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: Su nombre es santo. (T.P.
Aleluya). (Lc. 1,48-49)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que tu Iglesia te glorifique, Dios nuestro, ya que hiciste


grandes cosas en favor de tus fieles; y te pedimos, que tu
pueblo sepa encontrar en este sacramento al mismo Cristo
viviente, cuya presencia Juan Bautista presintió con
alegría.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
JUNIO
11 de junio
SAN BERNABÉ, APÓSTOL
453
Antífona de entrada
Feliz este santo que mereció ser contado en el número de los apóstoles: era un hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de
mucha fe. (T.P. Aleluya) (Cf. Hech.11,24)

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que para convertir a los paganos elegiste a


san Bernabé, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo; te
imploramos que el Evangelio de Cristo predicado por él
con tanta fuerza, sea siempre anunciado con palabras y
obras.
Por el mismo Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que
contigo y el Espíritu Santo vive y reina en unidad y es
Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor, los dones que te presentamos y que tu


gracia encienda en nosotros aquel amor que impulsó a san
Bernabé a llevar a todos los pueblos la luz del Evangelio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los Apóstoles.
Antífona de comunión
Yo no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su Señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo
lo que oí de mi Padre. (T.P. Aleluya) (Cf. Jn. 15,15)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir en esta eucaristía el anticipo de la


vida eterna, te suplicamos, Padre, por intercesión de san
Bernabé, que un día poseamos en su plenitud lo que ahora
celebramos sacramentalmente.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

13 de junio
SAN ANTONIO DE PADUA, PRESBÍTERO Y
DOCTOR DE LA IGLESIA
Memoria obligatoria

454
Del común de pastores.
ORACIÓN COLECTA

Padre todopoderoso y eterno, que nos diste en san


Antonio de Padua un gran predicador del Evangelio y un
intercesor en nuestras necesidades,
concédenos por sus ruegos que vivamos cristianamente y
experimentemos tu ayuda contra toda adversidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
21 de junio
SAN LUIS GONZAGA, RELIGIOSO
Antífona de entrada
El que tiene las manos limpias y puro el corazón podrá subir a la montaña del Señor y permanecerá en su recinto sagrado. (Cf. Sal.
23,4.3)

ORACIÓN COLECTA

Padre del cielo, que nos regalas tus dones, tú has unido
en el joven san Luis Gonzaga una admirable inocencia de
vida y un austero espíritu de penitencia; te pedimos que,
por su intercesión, nos concedas que si no hemos sabido
imitarlo en su vida inocente lo sigamos en el camino de la
penitencia evangélica.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Dios nuestro, que a ejemplo de san Luis


Gonzaga podamos participar de este banquete eucarístico
revestidos del traje nupcial para ser colmados con las
riquezas de tu gracia.
455
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Les dio como alimento un trigo celestial; todos comieron un pan de ángeles. (Sal. 77,24-25)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te suplicamos, Señor, que alimentados con el pan de los


ángeles te sirvamos con pureza de vida
y a ejemplo de san Luis permanezcamos en continua
acción de gracias.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
24 de junio
NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA
Solemnidad
MISA VESPERTINA DE LA VIGILIA
Esta misa se utiliza en la tarde del 23 de junio, antes o después de las primeras Vísperas de solemnidad.
Antífona de entrada
Él será grande a los ojos del Señor, y estará lleno el Espíritu Santo desde el seno de su madre, y muchos se alegrarán de su
nacimiento. (Lc. 1,15.14)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Padre todopoderoso, ayuda a tu familia a caminar por la


senda de la salvación, para que, siguiendo la voz de san
Juan, el Precursor, pueda encontrar con alegría al Salvador
que él anunció, Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Padre, los dones que te ofrece tu


pueblo en la solemnidad de san Juan Bautista, y
concédenos prolongar con nuestras obras lo que
celebramos en este misterio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio propio como la misa siguiente.
Antífona de comunión
Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. (Lc. 1,68)

456
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados con el alimento sagrado que tú nos diste te


pedimos, Padre, que san Juan Bautista nos acompañe con
su poderosa oración e interceda por nosotros ante tu Hijo
que él anunció como el Cordero que quita nuestros
pecados, Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
MISA DEL DÍA
Antífona de entrada
Apareció un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan; vino como testigo
para dar testimonio de la luz y preparar al señor un pueblo bien dispuesto. (Jn. 1,6-7; Lc. 1,17)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Padre omnipotente, que confiaste a san Juan Bautista la


misión de prepararle a Cristo Jesús un pueblo bien
dispuesto; concede a tu Iglesia la alegría espiritual y guía
nuestros pasos por el camino de la salvación y de la paz.
Por el mismo Jesucristo, tu Hijo, que contigo y el Espíritu
Santo vive y reina en unidad y es Dios, por los siglos de
los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre nuestro, hemos depositado nuestros dones sobre tu


altar para celebrar dignamente el nacimiento de san Juan
Bautista, que anunció la venida y señaló la presencia del
Salvador del mundo, Jesucristo, nuestro Señor, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
Prefacio
LA MISIÓN DEL PRECURSOR
V. El Señor esté con ustedes
457
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Hoy alabamos tu grandeza
manifestada en san Juan Bautista,
el precursor de tu Hijo
y el mayor de los nacidos de mujer.
Él, antes de nacer,
saltó de alegría en el vientre de su madre
al sentir la proximidad del Salvador.
Fue el único profeta
que señaló al Cordero
que quita el pecado del mundo.
Él bautizó en el río Jordán
al mismo autor del bautismo
y el agua viva, desde entonces,
tiene poder de salvación
para todos los hombres.
Finalmente mereció dar
el supremo testimonio de Cristo,
derramando su sangre por él.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
cantamos un himno a tu gloria,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, nos traerá del cielo la visita del Sol naciente. (Cf. Lc. 1,78)

458
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Restauradas nuestras fuerzas en el banquete del Cordero


celestial, te pedimos, Padre, que, en esta celebración
gozosa del nacimiento de san Juan Bautista, acrecientes la
fe de la Iglesia en quien Juan esperó y cuya venida
anunció: Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina por los
siglos de los siglos.

29 de junio
SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES
Solemnidad
MISA VESPERTINA DE LA VIGILIA
Esta misa se utiliza en la tarde del 28 de junio, antes después de las primeras Vísperas de la solemnidad.
Antífona de entrada
Señor, Pedro apóstol, y Pablo maestro de los paganos, nos enseñaron tu ley.
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Protégenos, Señor Dios nuestro, por la intercesión de los


santos apóstoles Pedro y Pablo, y ya que por su ministerio
diste a tu Iglesia las primicias de tu obra salvadora,
concédenos, por su intermedio, la ayuda necesaria para la
salvación eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
459
siglos de los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre bueno, al celebrar con alegría la fiesta de san


Pedro y san Pablo, traemos a tu altar nuestras ofrendas y te
suplicamos que, al desconfiar de nuestros propios méritos,
podamos gloriarnos de ser salvados únicamente por tu
bondad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio propio como la misa siguiente.
Antífona de comunión
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. (Cf. Jn. 21,15.17)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por este sacramento celestial, te pedimos, Señor, que


fortalezcas a tu pueblo fiel a quien iluminaste con las
enseñanzas de los santos apóstoles Pedro y Pablo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Puede impartirse la bendición solemne.

MISA DEL DÍA


Antífona de entrada
Estos son los hombres que mientras estuvieron en la tierra, plantaron la Iglesia con su sangre: bebieron el cáliz del Señor y llegaron
a ser amigos de Dios.
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Padre de bondad, que nos llenas de alegría en la


celebración litúrgica de san Pedro y san Pablo, concede a
tu Iglesia que se mantenga siempre fiel
a las enseñanzas de aquellos por quienes comenzó la
propagación de la fe.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

460
Haz, Señor, que la oración de tus apóstoles acompañe
estas ofrendas que te presentamos y gracias a ellas,
acrecienta nuestro fervor para celebrar este sacrificio. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
LA DOBLE MISIÓN DE PEDRO Y PABLO EN LA IGLESIA
V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Tú quieres que hoy los santos Apóstoles
Pedro y Pablo
sean causa de nuestra alegría:
Pedro fue el primero en confesar la fe,
Pablo el insigne maestro que la interpretó;
aquél formó la primera Iglesia
con el resto de Israel,
éste fue quien la extendió
entre los paganos llamados a la fe.
De esta manera, Padre,
congregaron por diversos caminos
a la única familia de Cristo,
y a los dos, coronados por el martirio,
hoy los celebra y venera tu pueblo creyente.
Por eso, con los ángeles y los santos
cantamos sin cesar,
el himno de tu gloria:
461
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Pedro dijo a Jesús: tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Jesús le respondió: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. (Cf. Mt. 16,16.18)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de habernos renovado con este sacramento, te


pedimos, Padre, la gracia de vivir en tu Iglesia firmemente
arraigados en tu amor, para que por nuestra participación
en la fracción del pan
y en la enseñanza de los Apóstoles, tengamos un solo
corazón y una sola alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede impartirse la bendición solemne.

JULIO
3 de Julio
SANTO TOMÁS, APÓSTOL
Fiesta
Antífona de entrada
Tú eres mi Dios, y yo te doy gracias; Dios mío, yo te glorifico. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. (Cf. Sal.
117,28.21)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Padre todopoderoso, concédenos celebrar con alegría la


fiesta de tu apóstol santo Tomás, para que él nos ayude
siempre con su protección y tengamos vida creyendo en
aquél a quien reconoció como su Dios y Señor, Jesucristo
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre, la ofrenda de nuestra entrega y conserva


en nosotros el fruto de estos dones que, en la fiesta de
santo Tomás, te ofrecemos como sacrificio de alabanza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los Apóstoles.
Antífona de comunión
Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe. (Cf. Jn. 20,27)

462
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir en este sacramento el Cuerpo de tu


Hijo único, concédenos, Señor, que a ejemplo del apóstol
Tomás, lo reconozcamos por la fe como Dios y Señor
nuestro y lo confesemos también con nuestras obras a lo
largo de la vida Por Jesucristo, nuestro Señor.

11 de Julio
SAN BENITO, ABAD
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Fue Benito un hombre de vida venerable, y como indica su nombre, bendecido por la gracia del Señor. Deseó únicamente complacer
a Dios y, dejando la casa de su padre, buscó una vida de santidad.

ORACIÓN COLECTA

Padre celestial, que hiciste del abad san Benito


un notable maestro en la escuela del servicio divino;
concédenos que, sin anteponer nada a tu amor, avancemos
con un corazón generoso por el camino de tus
mandamientos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Padre, estos dones que te presentamos


en la celebración del abad san Benito; concédenos que te
busquemos siguiendo su ejemplo, y podamos alcanzar de
ese modo la paz y la unidad en tu servicio. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión
Este es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el
momento oportuno. (Cf. Lc. 12,42)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


463
Después de recibir el anticipo de la vida eterna, te
suplicamos humildemente, Señor, que, obedeciendo las
enseñanzas de san Benito, seamos fieles a nuestro deber de
alabarte y amemos a los hermanos con sincera caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
15 de Julio
SAN BUENAVENTURA, OBISPO Y DOCTOR DE LA
IGLESIA
Memoria obligatoria
Del común de pastores
ORACIÓN COLECTA

Padre todopoderoso, te pedimos que al celebrar la


conmemoración del obispo san Buenaventura
aprovechemos sus admirables enseñanzas e imitemos el
ardor de su caridad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los
siglos de los siglos.
16 de Julio
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Antífona de entrada
Con gran alegría en el Señor, celebremos toda la solemnidad de nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina, en la que se alegran
también los ángeles,
alabando al Hijo de Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente, estos hijos tuyos nos alegramos de


tener como Protectora a la Santísima Virgen del Carmen,
Madre y Reina de esta Patria nuestra; concédenos por su
materna intercesión, la concordia y la justicia, y sus frutos
de verdadera paz y prosperidad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad

464
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los frutos de nuestra tierra y del trabajo


de este pueblo que se acoge a la protección de la Madre de
tu Hijo, la Virgen del Carmen; haz que la ofrenda de estos
dones, por la intercesión de nuestra Protectora, nos una
más y más en el misterio de Cristo, tu Hijo y nuestro
Redentor, que vive y reina contigo por los siglos de los
siglos.
Antífona de comunión
Santísima Virgen María, Reina del mundo, tú que diste a luz a Cristo, Señor y Salvador de todos, intercede por nuestra paz y nuestra salvación.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Hemos recibido, Padre, en esta celebración de la Virgen


del Carmen, la Palabra y el Cuerpo de tu Hijo;
concédenos, con estos auxilios y con la protección de
María, alcanzar en la gloria de tu Reino la alegría de la
perfecta unidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
22 de Julio
SANTA MARÍA MAGDALENA
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Dijo el Señor a María Magdalena: ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes.
(Jn. 20,17)

ORACIÓN COLECTA

Dios y Padre nuestro, tu Hijo quiso que María


Magdalena fuera la primera en anunciar la alegría pascual;
concédenos, por su intercesión y siguiendo su ejemplo,

465
que prediquemos a Cristo resucitado y podamos verlo
reinante en tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre, los dones que te presentamos en la


conmemoración de santa María Magdalena, así como tu
Hijo recibió con bondad el homenaje de su caridad.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
El amor de Cristo nos apremia, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para aquél que murió y resucitó por
ellos. (2Cor. 5,14-15)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Dios nuestro, que la recepción de tu


sacramento infunda en nosotros aquel amor perseverante
que impulsó a santa María Magdalena
a estar siempre unida a Cristo, su Maestro.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
25 de Julio
SANTIAGO, APÓSTOL
Fiesta
Antífona de entrada
Mientras caminaba a orillas del mar de galilea, Jesús vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban arreglando
las redes, y los llamó. (Cf. Mt.4,18.21)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Padre todopoderoso y eterno, que santificaste los


primeros trabajos de tus apóstoles con la sangre del
apóstol Santiago; fortalece a tu Iglesia por su martirio y
protégela siempre por su intercesión.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
466
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los
siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Purifícanos, Padre, con el bautismo salvador


de la Pasión de tu Hijo Jesús, para que podamos ofrecerte
un sacrificio digno de ti, en la fiesta de Santiago, el
primero de los apóstoles que participó del cáliz de
Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de los Apóstoles.
Antífona de comunión
Bebieron el cáliz del Señor, y llegaron a ser amigos de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Ayúdanos, Padre, por la intercesión del apóstol Santiago,


en cuya fiesta hemos recibido con alegría tus sacramentos.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede impartirse la bendición solemne.

26 de Julio
SANTOS JOAQUÍN Y ANA,
PADRES DE LA VIRGEN MARÍA
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Alabemos a Joaquín y Ana, porque en su hija el Señor les dio la bendición de todos los pueblos. (Cf. Eclo. 44, 1.25)

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios de nuestros padres, que diste a san Joaquín y


a Santa Ana la gracia tan singular que de ellos naciera la
madre de tu Hijo encarnado; concede que por sus ruegos
podamos alcanzar la salvación prometida a tu pueblo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.

467
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre, los dones que te presentamos


y concédenos participar de la bendición que prometiste a
Abraham y a su descendencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Recibieron la bendición del Señor, y la misericordia de Dios, su salvador. (Cf. Sal. 23,5)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre del cielo, quisiste que tu Hijo naciera de los


hombres, para que, por un admirable misterio,
los hombres renacieran de ti; santifícanos con el
espíritu de adopción ya que nos saciaste con el pan
de los hijos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
29 de Julio
SANTA MARTA
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. (Cf. Lc. 10,38)

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, tu Hijo aceptó la hospitalidad de


santa Marta y se albergó en su casa; concédenos, por
intercesión de esta santa mujer, servir fielmente a Cristo
en nuestros hermanos.
Por el mismo Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

468
Proclamamos, Padre, las maravillas que has realizado en
santa Marta; te pedimos humildemente que, aceptes el
servicio de nuestro ministerio, así como te fue grato el
homenaje de su caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Marta dijo a Jesús: tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo. (Jn. 11,27)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la participación sagrada del


cuerpo y la sangre de tu Hijo nos libere de la inquietud por
las cosas transitorias, para que, a ejemplo de santa Marta,
después de servirte en la tierra con sincera caridad
podamos gozar para siempre en el cielo de la visión de tu
rostro.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

AGOSTO
1 de agosto

469
SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, OBISPO Y
DOCTOR DE LA IGLESIA
Memoria obligatoria
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que siempre suscitas en tu Iglesia


nuevos ejemplos de santidad, concédenos imitar de tal
modo el celo apostólico del obispo san Alfonso María de
Ligorio, que podamos compartir con él la recompensa del
cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Enciende nuestros corazones, Padre, con el fuego del


Espíritu Santo, por el que otorgaste a san Alfonso María
celebrar estos misterios y mediante ellos ofrecerse como
víctima santa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios, tú hiciste a san Alfonso María un fiel


ministro y predicador de este gran sacramento,
concédenos participar frecuentemente de este misterio
para que podamos alabarte eternamente.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

4 de agosto
SAN JUAN MARÍA VIANNEY, PRESBÍTERO
Memoria obligatoria
Del común de pastores
ORACIÓN COLECTA
470
Dios todopoderoso y lleno de bondad que hiciste de san
Juan María Vianney un sacerdote admirable por su celo
pastoral en el pequeño pueblo de Ars; concédenos que, a
ejemplo suyo y por su intercesión, ganemos para ti a
nuestros hermanos en la caridad de Cristo y alcancemos
con ellos la gloria eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
6 de agosto
LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR
Fiesta
Antífona de entrada
Desde la nube luminosa se oyó la voz del Padre: éste es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo.
(Cf. Mt. 17,5)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

En la transfiguración gloriosa de tu Hijo único,


confirmaste, Padre, los misterios de la fe con el testimonio
de Moisés y Elías, y prefiguraste admirablemente la
perfecta adopción de tus hijos;
concédenos que escuchemos la voz de tu Hijo amado y
merezcamos ser con él, herederos de su gloria. Que vive y
reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Santifica, Señor, las ofrendas que te presentamos en la
gloriosa transfiguración de tu Hijo, y purifícanos de
nuestros pecados por el resplandor de su luz.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
EL MISTERIO DE LA TRANSFIGURACIÓN
V. El Señor esté con ustedes
471
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
glorificarte Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Él reveló su gloria ante testigos elegidos
y revistió su cuerpo,
semejante al de todos los hombres,
de un esplendor extraordinario,
para librar el corazón de sus discípulos
del escándalo de la cruz
y manifestar que se cumpliría en el cuerpo
de toda la Iglesia
lo que admirablemente resplandecía
en él mismo, su Cabeza.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. (Cf. 1 Jn. 3,2)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, que los alimentos celestiales


recibidos nos transformen a imagen de Aquél cuyo
resplandor quisiste manifestar en su gloriosa
transfiguración.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
8 de agosto
472
SANTO DOMINGO, PRESBÍTERO
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
El Señor lo colmó del espíritu de sabiduría y de inteligencia, ha abierto sus labios en medio de la asamblea y lo revistió de su gloria.
(Cf. Eclo. 15,1.3.5)

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Padre bueno, que santo Domingo ayude a tu


Iglesia con su santidad y sus enseñanzas,
y que este eximio predicador de la verdad interceda
bondadosamente por nosotros.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre, acepta las súplicas que te dirigimos, por


intercesión de santo Domingo, y por la eficacia de este
sacrificio fortalece con la protección de tu gracia a quienes
promueven la fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de Comunión
Este es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el
momento oportuno. (Cf. Lc. 12,42)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que tu Iglesia experimente en


plenitud los efectos de este sacramento celestial
recibido en la conmemoración de santo Domingo, y
que después de haber sido enriquecida con su
predicación, se vea ayudada por su intercesión.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
10 de agosto
SAN LORENZO, DIÁCONO Y MÁRTIR
473
Fiesta
Antífona de entrada
San Lorenzo se entregó por entero al servicio de la Iglesia: por eso mereció sufrir el martirio y unirse con alegría a Cristo en el cielo.
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios nuestro, el diácono san Lorenzo se mantuvo


fiel a tu servicio y, encendido en tu amor, alcanzó la gloria
del martirio; concédenos, por su intercesión, amar lo que
él amó y practicar sinceramente lo que nos enseñó.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta con bondad, Padre, los dones que gozosamente te


presentamos en la fiesta del diácono san Lorenzo y por
ellos concédenos tu salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los santos Mártires.

Antífona de comunión
Dice el Señor: el que quiera servirme, que me siga; donde esté yo, estará también mi servidor. (Cf. Jn. 12,26)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con los dones sagrados, te rogamos, Dios


nuestro, que en esta fiesta del diácono san Lorenzo nos
comuniques con más abundancia la salvación que hemos
celebrado en esta eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
11 de agosto
SANTA CLARA, VIRGEN
Memoria obligatoria
Del común de vírgenes
ORACIÓN COLECTA

474
Dios de clemencia, que en tu misericordia inspiraste a
santa Clara un fuerte amor a la pobreza;
otórganos, por su intercesión, que siguiendo a Cristo con
pobreza de espíritu podamos llegar a contemplarte en el
Reino celestial.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.

14 de agosto
SAN MAXIMILIANO MARÍA KOLBE,
PRESBÍTERO Y MÁRTIR
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Dice el Señor: Vengan benditos de mi Padre. Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo
hicieron conmigo. (Mt. 25,34.40)

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que al mártir san Maximiliano María Kolbe,


apóstol de la Inmaculada, lo llenaste de celo por las almas
y de amor al prójimo, concédenos, por su intercesión,
trabajar generosamente por tu gloria en el servicio de los
hombres y tener el valor de asemejarnos a tu Hijo,
incluso hasta en la muerte.
Por Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los

475
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, te presentamos estos dones, pidiéndote


humildemente, que, a ejemplo de san Maximiliano María,
sepamos ofrecerte nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Dice el Señor: no hay amor más grande que dar la vida por los amigos. (Cf. Jn. 15,13)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, te


pedimos, Señor, que nos encendamos con aquel fuego de
amor que san Maximiliano María Kolbe recibió de este
banquete.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
15 de agosto
LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Solemnidad
MISA VESPERTINA DE LA VIGILIA
Esta misa se utiliza en la tarde del día 14 de agosto, antes o después de las primeras Vísperas de la solemnidad.
Antífona de entrada
Se han dicho cosas gloriosas de ti, María; hoy eres elevada sobre los coros de los ángeles y triunfas con Cristo para siempre.
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Por haberte complacido, Padre, en la humildad de la


Virgen María, has querido elevarla a la dignidad de Madre
de tu Hijo y la has coronado de gloria sin igual;
concédenos por su intercesión que quienes hemos sido
salvados por el misterio de tu redención, seamos en ti
glorificados.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


476
Recibe, Padre, este sacrificio de reconciliación y
alabanza que celebramos en la fiesta de la Asunción de la
Madre de Dios; concede que obtengamos el perdón y
permanezcamos en continua acción de gracias.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio como la Misa siguiente.
Antífona de comunión
Feliz la Virgen María que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno. (Cf. Lc. 11,27)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de participar de la mesa celestial, imploramos,


Señor, de tu misericordia, que cuantos celebramos la fiesta
de la Asunción de la Virgen María, Madre de tu Hijo,
vivamos siempre libres de todos los males.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede impartirse la bendición solemne.

MISA DEL DÍA


Antífona de entrada
Apareció en el cielo un gran signo: una mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.
(Cf. Ap. 12,1)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y


alma a los cielos a la inmaculada Virgen María, Madre de
tu Hijo, concédenos que aspirando siempre a los bienes
celestiales merezcamos ser asociados a su gloria.
Por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, llegue hasta tu presencia, nuestra humilde


oblación, y por la intercesión de la santísima Virgen María
elevada al cielo, haz que nuestros corazones se inflamen
en tu amor y vivamos siempre orientados hacia ti.
477
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
LA GLORIA DE MARÍA ELEVADA AL CIELO
V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Porque hoy ha sido llevada al cielo
la Virgen Madre de Dios,
anticipo e imagen de la perfección
que alcanzará tu Iglesia,
garantía de consuelo y de esperanza
para tu pueblo que peregrina en la tierra.
Tú no quisiste que ella sufriera
la corrupción del sepulcro,
ya que había engendrado en su seno
al autor de la vida,
Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. (Lc. 1,48-49)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

478
Hemos recibido, Señor, el sacramento de la salvación; te
pedimos que, por la intercesión de la santísima Virgen
María elevada al cielo, alancemos la gloria de la
resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede impartirse la bendición solemne.

16 de agosto
SAN ROQUE
Del común de santos

ORACIÓN COLECTA

Padre del cielo que cuidas de tus hijos, protege a tu


pueblo con incansable bondad y por intercesión de san
Roque líbranos de toda enfermedad del alma y del cuerpo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
20 de agosto
SAN BERNARDO,
ABAD Y DOCTOR DE LA IGLESIA
Antífona de entrada
El Señor colmó al bienaventurado Bernardo con el espíritu de entendimiento, y él sirvió al pueblo de Dios con preclara doctrina.

ORACIÓN COLECTA

Padre fuente de toda luz, que llenaste de celo por tu casa


al abad san Bernardo e hiciste de él una lámpara luminosa
en medio de tu Iglesia; concédenos, por su intercesión
participar de su ferviente espíritu y caminar siempre como
hijos de la luz.

479
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Padre, este misterio de unidad y de paz en


memoria del abad san Bernardo que brilló por su palabra y
sus obras y defendió con firmeza la concordia y el orden
en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Como el Padre me amó, así también los he amado a ustedes, dice el Señor. Permanezcan en mi amor. (Cf. Jn. 15,9)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Dios nuestro, que el alimento recibido en la


conmemoración de san Bernardo produzca su fruto en
nosotros para que fortalecidos por sus ejemplos y
aleccionados por sus enseñanzas, crezcamos en al amor de
tu Verbo encarnado. Que vive y reina por los siglos de los
siglos.
22 de agosto
LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, REINA
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Una hija de reyes está de pie a tu derecha: es la reina, adornada con tus joyas y con oro de Ofir. (Cf. Sal. 44,10)

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que constituiste a la Madre de tu Hijo


como Madre y Reina nuestra; concede en tu bondad que,
sostenidos por su oración poderosa,
alcancemos en el Reino celestial la gloria de los hijos de
Dios.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.

480
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor y Rey de toda la creación, al celebrar la memoria


de la santísima Virgen María, te ofrecemos nuestros
dones, y te pedimos que nos ayude la bondad de tu Hijo
que en la cruz se ofreció a sí mismo como Víctima
inmaculada.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor. (Cf. Lc. 1,45)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir este sacramento celestial, te


suplicamos, Señor, que cuantos hemos celebrado la
memoria de la Santísima Virgen María, Reina, lleguemos
a participar de la fiesta eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
23de agosto
SANTA ROSA DE LIMA, VIRGEN
Fiesta
Antífona de entrada
Alegrémonos todos en el Señor, al celebrar esta festividad en honor de santa Rosa. Los ángeles se regocijan por esta festividad y
alaban al Hijo de Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que impulsaste a santa Rosa de Lima a


apartarse de la vida del mundo por amor tuyo y a
consagrarse a ti, en la austeridad y la penitencia;
concédenos, por su intercesión, que sepamos seguir en este
mundo el camino que conduce a la verdadera vida, para
que lleguemos a gozar de tus promesas en el cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

481
En la fiesta de santa Rosa te ofrecemos, Señor, el
sacrificio de tu Hijo único, en el cual anunciamos su
muerte hasta que vuelva.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de santas vírgenes y religiosos .
Antífona de comunión
Florezcan como el lirio, derramen el aroma y entonen un canto,
bendigan al Señor por todas sus obras. (Eclo. 39,14)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por la comunión del don divino, te pedimos


Señor, que a ejemplo de santa Rosa llevemos en nuestro
cuerpo los sufrimientos de la muerte de Cristo y nos
esforcemos por unirnos cada vez más a ti. Por el mismo
Jesucristo, nuestro Señor.
24 de agosto
SAN BARTOLOMÉ, APÓSTOL
Fiesta
Antífona de entrada
Proclamen, día tras día, la victoria del Señor; anuncien su gloria entre las naciones. (Cf. Sal. 95,2-3)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que concediste al apóstol san Bartolomé el


don de una fe sincera para que siguiera fielmente a tu
Hijo; te pedimos por su intercesión, que tu Iglesia sea
sacramento de salvación para todos los hombres.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar la fiesta de san Bartolomé, te pedimos,


Padre, que gracias a su intercesión obtengamos tu ayuda
ya que en su honor te ofrecemos este sacrificio de tu Hijo

482
único, Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
Prefacio de los Apóstoles.
Antífona de comunión
Dice el Señor: yo les confiero la realeza como mi Padre me la confirió a mí.
En mi reino, ustedes comerán y beberán en mi mesa. (Lc. 22,29-30)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Hemos recibido el anticipo de la salvación terna; por eso


te pedimos, Padre nuestro, que, al celebrar la fiesta de san
Bartolomé, esta comunión sea nuestro auxilio en la vida
presente y la garantía de nuestra vida futura. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
27 de agosto
SANTA MÓNICA
Memoria obligatoria
Del común de santos.
ORACIÓN COLECTA

Tú eres, Dios bueno, el consuelo de los que lloran, y así


aceptaste las lágrimas de santa Mónica
cuando rogaba por la conversión de su hijo Agustín; te
pedimos, por la intercesión de ambos, que sepamos llorar
nuestros pecados y alcanzar la gracia de tu perdón.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y
es Dios, por los siglos de los siglos.
28 de agosto
SAN AGUSTÍN, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
El Señor lo colmó del espíritu de sabiduría e inteligencia, y lo revistió de su gloria para que anunciara su palabra en medio de la
Iglesia. (Cf. Eclo. 15,1.3.5)

ORACIÓN COLECTA

Renueva en tu Iglesia, Padre omnipotente, el fervor


extraordinario que infundiste en el obispo san Agustín,
483
para que, llenos de su mismo espíritu,
tengamos sed solamente de ti que eres la fuente de la
verdadera sabiduría, y te busquemos como principio de
todo amor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar el memorial de nuestra salvación


imploramos con humildad tu misericordia, Señor, para que
este sacramento del amor se convierta para nosotros en
signo de unidad y vínculo de caridad.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Dice el Señor: sólo tienen un maestro, que es el Mesías. Y todos ustedes son hermanos. (Mt. 23,10.8)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Padre, que nuestra participación en la mesa


de tu Hijo nos santifique, para que como miembros de su
Cuerpo nos transformemos en el mismo Cristo a quien
recibimos.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

29 de agosto
MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA
Memoria obligatoria

484
Antífona de entrada
Hablaré de tus prescripciones delante de los reyes, y no quedaré confundido.
Me deleitaré en tus mandamientos que tanto amo. (Cf. Sal. 118,46-47)

ORACIÓN COLECTA

Tú has querido, Señor, que san Juan Bautista fuera el


Precursor del nacimiento y de la muerte de tu Hijo;
concédenos que, así como él murió mártir de la verdad y la
justicia, también nosotros luchemos con valentía por la
defensa de tu doctrina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por estos dones que te presentamos, concédenos, Señor,


seguir tus caminos rectamente,
como san Juan Bautista, la voz que clama en el desierto,
nos enseñó de palabra y selló con su sangre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
LA MISIÓN DEL PRECURSOR
V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Hoy alabamos tu grandeza
485
manifestada en san Juan Bautista,
el precursor de tu Hijo
y el mayor de los nacidos de mujer.
Él, antes de nacer,
saltó de alegría en el vientre de su madre
al sentir la proximidad del Salvador.
Fue el único profeta
que señaló al Cordero
que quita el pecado del mundo.
Él bautizó en el río Jordán
al mismo autor del bautismo
y el agua viva, desde entonces,
tiene poder de salvación para todos los hombres.
Finalmente mereció dar el supremo
testimonio de Cristo,
derramando su sangre por él.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
cantamos un himno a tu gloria,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Juan respondió: es necesario que él crezca y que yo disminuya. (Jn. 3,27.30)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

A quienes conmemoramos el martirio de san Juan


Bautista, concédenos venerar el misterio de nuestra
salvación que hemos recibido sacramentalmente, y
alegrarnos sobre todo por los frutos que produce en
nosotros.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
SEPTIEMBRE
3 de Septiembre
SAN GREGORIO MAGNO, PAPA Y DOCTOR DE LA

486
IGLESIA
Antífona de entrada
El bienaventurado Gregorio, elevado a la cátedra e Pedro, buscaba siempre las cosas de Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con misericordia y lo


gobiernas con amor; por la intercesión del papa san
Gregorio Magno concede el espíritu de sabiduría a quienes
encomendaste la conducción de tu rebaño, y haz que el
progreso de los fieles sea el gozo eterno de sus pastores.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Asístenos con tu gracia, Padre, para que, al celebrar la


fiesta de san Gregorio Magno, nos sirva de provecho esta
ofrenda por cuya inmolación quisiste que fueran borrados
los pecados del mundo. Te lo pedimos por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión
Este es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el
momento oportuno. (Cf. Lc. 12,42)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que quienes hemos sido fortalecidos


con Cristo, verdadero pan de vida y único maestro de los
hombres, aprendamos en la fiesta del papa san Gregorio a
conocer tu verdad y a vivirla con amor. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
8 de Septiembre
LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
MARÍA
Antífona de entrada
Celebremos con alegría el nacimiento de la Santísima Virgen María, de quien nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios.
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA
487
Dios misericordioso, al celebrar hoy el nacimiento de la
Virgen María, Madre de Cristo, nuestro Redentor,
concédenos el don de tu alegría y de tu paz.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Para que purificados de nuestros pecados nuestra ofrenda


te sea agradable, te pedimos, Señor, que nos ayude la
bondad de tu Hijo único que, al nacer de la Virgen, no
menoscabó, sino que consagró la integridad de su Madre.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Si se usa el prefacio de santa María Virgen I ("en la natividad").
Antífona de comunión
La virgen dará a luz un hijo que salvará a su pueblo de los pecados. (Cf. Is. 7,14; Mt. 1,21)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que tu Iglesia, Padre, se alegre, fortalecida con este


santo sacramento y por el nacimiento de la santísima
Virgen María que fue esperanza y aurora de salvación para
el mundo entero.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede impartirse la bendición solemne.

9 de Septiembre
SAN PEDRO CLAVER, PRESBÍTERO
Memoria libre
Del común de pastores, o de santos (religiosos).
ORACIÓN COLECTA

Padre de clemencia, que con el fin de llevar el Evangelio


a los esclavos negros has dado a san Pedro Claver una
admirable paciencia y un amor comprometido,

488
concédenos, por su intercesión y ejemplo, que, superadas
todas las discriminaciones raciales, amemos a todos los
hombres con sincero corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
12 de Septiembre
EL SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA
Memoria libre
Antífona de entrada
Virgen María, hija del Dios Altísimo, bendita eres tú entre todas las mujeres de la tierra, porque tu nombre fue exaltado, para que el
hombre no deje de alabarte. (Cf. Jdt. 13,18-19).

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios omnipotente, que el glorioso nombre


de la bienaventurada Virgen María que ahora celebramos,
nos obtenga los beneficios de tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y
reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por la intercesión de la siempre Virgen María, te


pedimos, Señor, que aceptes estos dones que te
presentamos, y nos transformes a quienes veneramos tu
Santo Nombre.
Por Cristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Me llamarán feliz todas las generaciones porque Dios ha mirado la humillación de su esclava. (Cf. Lc. 1,48)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Padre, alcanzar la gracia de tu bendición


por intercesión de María, la Madre de Dios, para que,
quienes hemos celebrado su nombre venerable
obtengamos su auxilio en todas nuestras necesidades.
Por Cristo, nuestro Señor.
489
13 de Septiembre
SAN JUAN CRISÓSTOMO, OBISPO Y DOCTOR DE
LA IGLESIA
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Los hombres prudentes resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a muchos la justicia brillarán
como las estrellas, por los siglos de los siglos. (Cf. Dan. 12,3)

ORACIÓN COLECTA

Tú mismo eres, Dios nuestro, la fortaleza de los que


esperan en ti; ya que destacaste al obispo san Juan
Crisóstomo por su admirable elocuencia y por su firmeza
en las tribulaciones, concédenos que instruidos por su
enseñanza seamos fortalecidos por el ejemplo de su
inquebrantable constancia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe complacido, Padre, el sacrificio que te ofrecemos


con gozo en la fiesta de san Juan Crisóstomo; haz que, a
ejemplo suyo, te alabemos
y nos entreguemos por entero a ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Nosotros predicamos a un Cristo crucificado, fuerza y sabiduría de Dios. (Cf. Gal. 6,14)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Dios misericordioso, que el sacramento


celebrado en este día en que conmemoramos a san Juan
Crisóstomo, nos confirme en tu amor y nos convierta en
fieles testigos de tu verdad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
15 de Septiembre

490
NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Simeón dijo a María: este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; Será signo de contradicción, y a ti misma
una espada te atravesará el corazón. (Cf. Lc. 2,34-35)

ORACIÓN COLECTA

Señor nuestro, que quisiste que la Virgen Madre


estuviera junto a tu Hijo levantado en la cruz, para que
participara de su Pasión; concede que tu Iglesia
unida a ella en la Pasión de Cristo, merezca participar
también de su Resurrección.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso, acepta las oraciones y ofrendas que


te presentamos para alabanza de tu nombre, en la
conmemoración de la santísima Virgen María a quien, en
tu bondad, nos entregaste como madre queridísima cuando
estaba al pie de la cruz de Jesús.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
MARÍA ASOCIADA ÍNTIMAMENTE A LA REDENCIÓN
V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias, siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,

491
Dios todopoderoso y eterno,
Para restaurar al género humano,
con misericordiosa y sabia determinación,
asociaste a la Virgen María a tu Hijo único,
y ella, que, por la acción fecundante
del Espíritu Santo,
se convirtió en la Madre de Jesús,
por un nuevo don de tu bondad
llegó a ser su colaboradora en la redención,
y la que no conoció sufrimientos
al dar a luz a tu Hijo,
para hacernos renacer en ti,
al pie de la cruz padeció un profundísimo dolor
ante la Muerte de Cristo.
Por eso, con los ángeles y los santos
cantamos sin cesar,
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Alégrense de compartir los sufrimientos de Cristo. Así, cuando se manifieste su gloria, también ustedes desbordarán de gozo y de
alegría. (1 Ped. 4,13)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir el sacramento de la redención eterna,


te suplicamos humildemente, Señor, que al recordar hoy
los dolores de la Virgen María completemos en nosotros,
para el bien de la Iglesia,
lo que falta a los padecimientos de Cristo.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
21 de Septiembre
SAN MATEO, APÓSTOL Y EVANGELISTA
Fiesta
Antífona de entrada
Dice el Señor: Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les
he mandado. (Mt. 28,19-20)
Se canta o se dice el Gloria.

492
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, por tu infinita misericordia elegiste a san


Mateo para convertirlo de recaudador de impuestos en un
apóstol; concédenos que, sostenidos por su intercesión y
su ejemplo, cumplamos nuestras responsabilidades en esta
vida
como verdaderos discípulos de tu Hijo, Jesucristo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al venerar la memoria de san Mateo, te presentamos,


Padre, nuestra oración y nuestra ofrenda, y te suplicamos
que cuides con amor de tu Iglesia, cuya fe alimentaste con
la predicación de los apóstoles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los Apóstoles.
Antífona de comunión
Dice el Señor: no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. (Mt. 9,13)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Hemos participado, Señor, de la alegría saludable que


experimentó tu apóstol san Mateo al tener como invitado
en su casa al mismo Salvador;
concédenos seguir alimentándonos siempre con el Cuerpo
y la Sangre de Jesucristo, que no ha venido a salvar a los
justos sino a los pecadores.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

23 de Septiembre
SAN PÍO DE PIETRALCINA
Del común de santos (religiosos).

493
24 de Septiembre
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
Memoria obligatoria
Del común de la Virgen María.
ORACIÓN COLECTA

Padre providente, tú quisiste que la madre de tu Hijo


único experimentase las angustias y los sufrimientos
humanos, convirtiéndose así en consuelo de los afligidos y
liberadora de los cautivos; por su intercesión, concede a
los que sufren cualquier modo de esclavitud la verdadera
libertad de los hijos de Dios.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo, que celebra la


obra de la inmensa caridad de Cristo, y por el ejemplo de
la Virgen María con el título de la Merced, confírmanos en
el amor a ti y al prójimo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Recibido el sacramento de la redención y de la vida, te


pedimos, Señor, por intercesión de la Virgen María de la
Merced, que nos concedas cooperar más intensamente con
494
el misterio de la salvación de los hombres, y ser admitidos
en la gloria de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

26 de Septiembre
SANTOS COSME Y DAMIÁN, MÁRTIRES
Memoria libre
Del común de mártires (varios mártires).
ORACIÓN COLECTA

Proclamamos tu grandeza de Padre, al celebrar la


memoria de tus mártires Cosme y Damián; por eso te
pedimos, Señor, que nos protejas con tu inexpresable
providencia ya que a ellos les diste el premio de la gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al conmemorar la inestimable muerte de tus santos


Cosme y Damián, te ofrecemos, Padre, el mismo sacrificio
de la cruz, fuente y modelo de todo martirio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Conserva tu gracia en nosotros, Padre, y el don que de ti


hemos recibido en la fiesta de tus mártires Cosme y
Damián, nos obtenga la salvación y la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

495
27 de Septiembre
SAN VICENTE DE PAÚL, PRESBÍTERO
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres y a
sanar a los que se arrepienten de corazón. (Cf. Lc. 4,18)

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, tú infundiste virtudes apostólicas


en el presbítero san Vicente de Paúl para entregar su vida
al servicio de los pobres y a la formación del clero;
concédenos que, animados por su mismo espíritu, amemos
lo que él amó y pongamos por obra lo que enseñó.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre generoso, que diste a san Vicente la gracia de


realizar en su vida lo que celebraba en estos santos
misterios, concédenos que por la eficacia de este sacrificio
seamos transformados, también nosotros, en una ofrenda
agradable a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres, porque Él sació a los que sufrían sed y colmó de bienes a los
hambrientos. (Cf. Sal. 106,8-9)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con este sacramento celestial, te suplicamos,


Dios nuestro, que para imitar a tu Hijo
que anunció el Evangelio a los pobres, seamos
estimulados por el ejemplo y la intercesión de san Vicente
de Paúl.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
496
29 de Septiembre
SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y
RAFAEL
Fiesta
Antífona de entrada
Bendigan al Señor, todos sus ángeles, los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes apenas oyen la voz de su palabra. (Cf. Sal.
102,20)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que distribuyes sabiamente los oficios de los


ángeles y de los hombres, te pedimos que nuestra vida esté
siempre protegida en la tierra
por aquellos que te asisten continuamente en el cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza


y te suplicamos humildemente que, llevado a tu presencia
por manos de ángeles, lo recibas con bondad, y nos sirva
para nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los Ángeles.
Antífona de comunión
Te doy gracias, Señor, de todo corazón, te cantaré en presencia de los ángeles. (Sal. 137,1)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que nos fortalezca el pan celestial


que hemos comido, para que avancemos seguros por el
camino de la salvación bajo la fiel custodia de tus ángeles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

30 de Septiembre
SAN JERÓNIMO, PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA
497
IGLESIA
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
¡Feliz el hombre que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche! El producirá fruto a su debido tiempo. (Cf. Sal.
1,2-3)

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que concediste a san Jerónimo un amor vivo


y tierno por la Sagrada Escritura; concede que tu pueblo se
alimente con mayor abundancia de tu palabra y encuentre
en ella la fuente de la vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Padre, que, meditando tu palabra a ejemplo


de san Jerónimo, nos acerquemos con mayor fervor a
ofrecerte el sacrificio de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Cuando se presentaban tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, pues tu nombre ha sido invocado
sobre mí, Señor, Dios de los ejércitos. (Cf. Jer. 15,16)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Esta eucaristía que hemos celebrado, Señor, al venerar


con gozo la memoria de san Jerónimo, mueva el corazón
de tus fieles para que, atentos a la enseñanza de la Sagrada
Escritura, conozcamos el camino que debemos seguir y
siguiéndolo, lleguemos a la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
OCTUBRE
1 de Octubre
SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, VIRGEN Y
DOCTORA DE LA IGLESIA
Memoria obligatoria

498
Antífona de entrada
El Señor la rodeó y la cuidó, la protegió como la pupila de sus ojos. Como el águila extendió sus alas, la tomó y la llevó sobre sus
plumas. El Señor solo la condujo. (Cf. Deut. 32,10-12)

ORACIÓN COLECTA

Padre de bondad, que abres las puertas de tu Reino a los


humildes y sencillos de corazón, ayúdanos a seguir
confiadamente
el camino de santa Teresa del Niño Jesús, para que, por su
intercesión, se nos revele tu gloria eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al proclamarte admirable en santa Teresa del Niño


Jesús, te suplicamos, Señor, que, así como sus méritos
fueron de tu agrado, también lo sea el homenaje de nuestra
liturgia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Dice el Señor: si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos. (Mt. 18,3)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

El sacramento que recibimos encienda, Padre, en


nosotros, aquel fuego de amor con que santa Teresa del
Niño Jesús se entregó a ti e imploró tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

2 de Octubre
SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Ángeles del Señor, bendigan al Señor, alábenlo y glorifíquenlo eternamente. (Cf. Dan. 3,58)

ORACIÓN COLECTA

499
Padre celestial, en tu admirable providencia envías a tus
santos ángeles para custodiarnos; concédenos que seamos
siempre defendidos por su protección y gocemos
eternamente de su compañía.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor Dios, los dones que te presentamos en


honor de tus santos ángeles; que su constante protección
nos libre de los peligros presentes y nos lleve a la alegría
eterna Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los ángeles.
Antífona de comunión
Te cantaré en presencia de los ángeles, Dios mío. (Cf. Sal. 137,1)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre del cielo, que nos has alimentado con este Pan de
vida, dirígenos, con la protección de tus ángeles, por los
caminos de la salvación y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

4 de Octubre
SAN FRANCISCO DE ASÍS
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Francisco, el hombre de Dios, dejó su casa, renunció a su herencia y se hizo pobre. Y el Señor lo recibió en su reino.

ORACIÓN COLECTA

Padre de todos los hombres, que otorgaste a san

500
Francisco de Asís la gracia de reflejar la imagen de Cristo
por la humildad y la pobreza; concédenos caminar por sus
huellas para seguir así a tu Hijo y unirnos a ti con la
alegría de la caridad.
Por el mismo Jesucristo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al presentarte nuestras ofrendas, te pedimos, Padre, que


nos dispongas dignamente para celebrar este misterio de la
cruz que tan honda huella dejó en san Francisco.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. (Mt. 5,3)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la eucaristía que hemos celebrado, concédenos,


Señor, imitar a san Francisco en su caridad y fervor
apostólico, para que gustemos los efectos de tu amor y nos
entreguemos a la salvación de todos nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

7 de Octubre
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Alégrate, María, llena de gracia, el Señor es contigo; tú eres bendita entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. (Cf. Lc.
1,28.42)

ORACIÓN COLECTA

Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones, y ya


que hemos conocido por el anuncio del ángel la
encarnación de tu Hijo Jesucristo, condúcenos por su
501
Pasión y su Cruz, y con la intercesión de María, la Virgen,
a la gloria de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que nos dispongas debidamente para


ofrecer este sacrificio y celebrar de tal modo los misterios
de tu Hijo único, que seamos dignos de alcanzar sus
promesas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la Virgen María.
Antífona de comunión
)
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. (Lc. 1,31

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor, Dios nuestro que habiendo


proclamado en este sacramento la muerte y resurrección
de tu Hijo, asociados a los dolores de su pasión, podamos
también participar de su glorioso triunfo.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
12 de Octubre
NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
Del común de la Virgen María.
ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que en la gloriosa Madre de


tu Hijo has concedido un amparo celestial a cuantos la
invocan con la antigua advocación del Pilar, concédenos,
por su oración en el cielo, fortaleza en la fe, seguridad en
la esperanza y constancia en el amor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
502
siglos de los siglos.
15 de Octubre
SANTA TERESA DE JESÚS, VIRGEN Y DOCTORA
DE LA IGLESIA
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios
viviente. (Cf. Sal. 41,2-3)

ORACIÓN COLECTA

Padre de amor, que con el Espíritu Santo impulsaste a


santa Teresa de Jesús para mostrar a la Iglesia el camino
de la perfección; concédenos alimentarnos siempre con su
doctrina espiritual y arder en deseos de verdadera
santidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te presentamos y


concédenos celebrar esta eucaristía, con el mismo fervor
con que santa Teresa de Jesús se consagró a tu Hijo y al
servicio de la Iglesia.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Cantaré eternamente el amor del Señor, proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones. (Sal. 88,2)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, Dios nuestro, ya que has alimentado a tu familia


con este pan del cielo, concédele que, a ejemplo de santa
Teresa, pueda cantar eternamente tus alabanzas.

503
Por Jesucristo, nuestro Señor.
17 de Octubre
SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, OBISPO Y MÁRTIR
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí.
Vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí. (Cf. Gal. 2,19-20)

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que honras a tu Iglesia con


el testimonio de los santos mártires, haz que el martirio de
san Ignacio de Antioquía que hoy celebramos, así como
fue para él causa de eterna gloria, sea para nosotros
motivo de constante protección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Convertido por los dientes de las fieras en trigo de


Cristo, San Ignacio se ofreció por entero a ti, Señor; ya
que aceptaste su sacrificio, te pedimos que nuestra ofrenda
también te sea agradable.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Soy trigo de Cristo y deseo ser triturado por los dientes de las fieras para convertirme en pan purificado.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre fiel, te pedimos que el pan celestial que hemos


recibido en la fiesta de san Ignacio de Antioquía nos dé
fuerzas, para que de palabra y de obra nos manifestemos
auténticos cristianos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
504
18 de Octubre
SAN LUCAS, EVANGELISTA
Fiesta
Antífona de entrada
¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad,
del que proclama la salvación! (Is. 52,7)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que elegiste a san Lucas para revelar con su


predicación y sus escritos el misterio de tu amor a los
pobres, concede a quienes ya nos gloriamos del nombre de
cristianos, tener un solo corazón y una sola alma y haz que
todos los pueblos del mundo puedan alcanzar tu salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por estos dones celestiales concédenos, Señor,


servirte con libertad de espíritu, para que la ofrenda que te
presentamos en la fiesta de san Lucas, nos sirva de
medicina espiritual y nos alcance la gloria eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los Apóstoles II.
Antífona de comunión
El Señor envió a los discípulos para que anunciaran en las ciudades: el Reino de Dios está cerca de ustedes. (Cf. Lc. 10,1.9)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, santifícanos con el sacramento que


hemos recibido, y fortalece nuestra fe en el Evangelio que
san Lucas predicó.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
28 de Octubre
SAN SIMÓN Y SAN JUDAS, APÓSTOLES
Fiesta

505
Antífona de entrada
Estos son los varones santos a quienes el Señor eligió por su caridad sincera; él les dio la gloria eterna.
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Padre de todos los hombres, que por la predicación de los


apóstoles nos llevaste al conocimiento de tu Nombre, te
rogamos que, por intercesión de san Simón y san Judas, tu
Iglesia se vea enriquecida con nuevos pueblos que crean
en ti.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al venerar la gloria eterna de tus apóstoles Simón y


Judas, te pedimos, Señor, que recibas nuestras súplicas y
nos dispongas tú mismo para celebrar dignamente estos
santos misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los Apóstoles.

Antífona de comunión
Dice el Señor: el que me ama será fiel a mi palabra; mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. (Jn. 14,23)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de recibir tu sacramento, Señor, y movidos por


el Espíritu Santo, te pedimos que el memorial de la pasión
de Cristo ofrecido para celebrar el martirio de los
apóstoles Simón y Judas
nos haga perseverar siempre en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede impartirse la bendición solemne.

506
NOVIEMBRE
1 de Noviembre
TODOS LOS SANTOS
Solemnidad
Antífona de entrada
Alegrémonos todos en el Señor al celebrar esta solemnidad en honor de todos los santos. Los ángeles se regocijan por esta
solemnidad y alaban al hijo de Dios.
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que nos concedes celebrar


en una sola fiesta los méritos de todos tus Santos; te
rogamos que, por las súplicas de tantos intercesores,
derrames sobre nosotros la ansiada plenitud de tu
misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre del cielo, acepta el sacrificio de alabanza que


vamos a ofrecerte al celebrar hoy la fiesta de todos
aquellos que ya gozan de tu vida inmortal; y concédenos
507
experimentar siempre su protección y su ayuda en nuestro
camino hacia ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
LA GLORIA DE LA IGLESIA, NUESTRA MADRE
V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad, es justo y necesario


glorificarte siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Porque hoy nos permites honrar a la Ciudad santa,
la Jerusalén celestial, que es nuestra madre,
donde una multitud de hermanos nuestros
ya te alaba eternamente.
Nosotros, avanzando en la fe,
nos encaminamos con entusiasmo hacia ella,
y nos alegramos al celebrar hoy la gloria
de los mejores hijos de la Iglesia;
en ellos encontramos al mismo tiempo
ejemplo y ayuda para nuestra fragilidad.
Por eso, unidos a ellos y a todos los ángeles,
te glorificamos unánimemente
y te alabamos con nuestras voces, cantando:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Felices los que tienen el corazón puro porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos. (Mt. 5,8-10)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

508
Dios nuestro, fuente única de toda santidad y admirable
en todos tus santos, haz que este sacramento nos encienda
en el fuego de tu amor y nos prepare para pasar de esta
mesa de peregrinos
a la fiesta eterna de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede impartirse la bendición solemne.

2 de Noviembre
CONMEMORACIÓN DE TODOS
LOS FIELES DIFUNTOS
Aun cuando el 2 de Noviembre coincida con un domingo, se celebra la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, utilizando los
textos de las Misas siguientes.
Antífona de entrada
Así como Jesús murió y resucitó, de la misma manera, Dios llevará con Jesús a los que murieron con él. Y así como todos mueren
en Adán, todos revivirán en Cristo. (Cf. 1Tes. 4,14; 1Cor. 15,22)

ORACIÓN COLECTA

Tú eres, Dios nuestro, el autor de toda vida; escucha con


bondad nuestros ruegos, para que al crecer nuestra fe en tu
Hijo resucitado de entre los muertos, se afiance también
nuestra esperanza en la resurrección de nuestros hermanos
difuntos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre misericordioso, acepta los dones que te


presentamos para que nuestros hermanos difuntos
sean recibidos en la gloria con tu Hijo, a quien nos unimos
por este sacramento de su amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de difuntos.
Antífona de comunión
Dice el Señor: yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera vivirá; Y todo el que vive y cree en mí, no morirá
jamás. (Cf. Jn. 11,25-26)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

509
Padre de clemencia, te pedimos que recibas en la morada
de la luz y de la paz a nuestros hermanos difuntos por
quienes hemos celebrado el misterio pascual.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de entrada
Señor, dales el descanso eterno y brille para ellos la luz que no tiene fin. (Cf. 4 Esd. 2,34.35)

ORACIÓN COLECTA

Padre bueno, gloria de los fieles y vida de los justos, que


nos redimiste por la muerte y resurrección de tu Hijo, ten
piedad de nuestros hermanos difuntos, y conduce a la
alegría de la felicidad eterna a quienes creyeron en el
misterio de nuestra resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios de poder y misericordia, te pedimos que en virtud


de este sacrificio absuelvas con la sangre de Cristo los
pecados de nuestros hermanos difuntos,
y ya que los lavaste en las aguas del bautismo, no ceses de
purificarlos con la misericordia de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de difuntos.
Antífona de comunión
Brille, Señor, sobre ellos la luz eterna, en compañía de tus santos, porque tú eres piadoso. Concédeles el descanso eterno y brille
para ellos la luz que no tiene fin, en compañía de tus santos, porque tú eres piadoso. (Cf. 4 Esd. 2,25.34)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Hemos recibido, Padre, el sacramento de tu Hijo único,


que se inmoló por nosotros y resucitó glorioso; te pedimos
humildemente que nuestros hermanos difuntos,
purificados por estos misterios pascuales, se alegren con la
gracia de la futura resurrección.
510
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de entrada
Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos, también dará vida a nuestros cuerpos mortales, por medio del Espíritu que habita en
nosotros. (Cf. Rom. 8,11)

ORACIÓN COLECTA

Padre clementísimo, que quisiste que tu Hijo único,


vencedor de la muerte, entrara glorioso en el cielo;
concede a nuestros hermanos difuntos que, vencida
también la muerte, puedan para siempre contemplarte a ti,
su Creador y Redentor.
Por el mismo Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe en tu bondad, Padre, las ofrendas que te


presentamos por todos tus fieles que ya descansan en
Cristo, para que libres de los lazos de la muerte,
por este admirable sacrificio, alcancen la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de difuntos.
Antífona de comunión
Esperamos ardientemente que venga como salvador el señor Jesucristo. Él transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo
semejante a su cuerpo glorioso. (Cf. Flp. 3,20-21)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por este sacrificio que hemos ofrecido, derrama, Señor,


tu misericordia sobre nuestros hermanos difuntos, y a
quienes diste la gracia del bautismo concédeles la plenitud
del gozo eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede impartirse la bendición solemne.

511
3 de Noviembre
SAN MARTÍN DE PORRES, RELIGIOSO
Memoria libre
Del común de santos (religiosos).
ORACIÓN COLECTA

Padre de bondad, que guiaste a san Martín de Porres a la


gloria del cielo por el camino de la humildad, concédenos
imitar sus ejemplos para ser glorificados con él en la patria
celestial.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
4 de Noviembre
SAN CARLOS BORROMEO, OBISPO
Memoria obligatoria
Del común de pastores (obispos).
ORACIÓN COLECTA

Padre santo, conserva en tu pueblo el espíritu que


infundiste en san Carlos Borromeo, para que tu Iglesia se
renueve sin cesar y cada vez más conforme a la imagen de
Cristo, presente ante los hombres el verdadero rostro de tu
Hijo, Jesucristo nuestro Señor que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Padre, con bondad los dones que te presentamos


al conmemorar hoy a san Carlos Borromeo, y así como a
él lo hiciste admirable por sus virtudes y su celo pastoral,
por la eficacia de este sacrificio concédenos abundar en
buenas obras.
512
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Esta comunión que recibimos nos dé, Padre, aquella


fortaleza de ánimo que hizo a san Carlos Borromeo fiel en
el desempeño de su ministerio episcopal y fervoroso en la
práctica de la caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
7 de Noviembre
MARÍA, MADRE Y MEDIANERA DE LA GRACIA
Antífona de entrada
Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús le dijo: no tienen vino. Luego dijo a los sirvientes: hagan todo lo
que Él les diga. (Cf. Jn. 2,1-5)

ORACIÓN COLECTA

Padre de todos los hombres, por el misterioso designio de


tu amor quisiste que la Virgen María fuese madre del autor
de la gracia y estuviese asociada a él en el misterio de la
redención humana; te pedimos que ella nos alcance con
profusión tus dones y nos conduzca hasta el puerto de la
salvación eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al ofrecerte estos dones, por intercesión de la santísima


Virgen María, nuestra madre y medianera, te pedimos,
Padre, que nos conviertas
en ofrenda para tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. (Lc. 1,28)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

La oración de la santísima Virgen María nos ayude


513
siempre, Dios nuestro, para que la participación de estos
sagrados misterios aumente en nosotros los frutos de la
redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
21 de Noviembre
LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN MARÍA
Memoria obligatoria
Del común de la Virgen María.
ORACIÓN COLECTA

Padre rico en misericordia, al celebrar la gloriosa


memoria de la presentación de la santísima Virgen María,
te pedimos, por su maternal intercesión, que también
nosotros merezcamos participar de la plenitud de tu gracia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.

30 de Noviembre
SAN ANDRÉS, APÓSTOL
Fiesta
Antífona de entrada
A orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Pedro y a Andrés, y los llamó: síganme y yo los haré pescadores de
hombres. (Cf. Mt. 4,18-19)
Se canta o se dice el Gloria.

ORACIÓN COLECTA

514
Dios de gloria y majestad, te rogamos, humildemente,
que el apóstol san Andrés a quien elegiste para ser
predicador y pastor de tu Iglesia, sea ante ti nuestro
perpetuo intercesor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, te pedimos que estos dones


presentados en la fiesta de san Andrés te sean agradables
y, al aceptarlos sean para nosotros fuente de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Andrés dijo a su hermano Simón: hemos encontrado al Mesías -que traducido significa Cristo-. Y lo llevó a donde estaba Jesús. (Cf.
Jn. 1,41-42)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Esta sagrada comunión nos fortalezca, Señor, para que,


compartiendo la muerte de Cristo, a ejemplo de san
Andrés, podamos vivir con él en la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

INDICE
CONTENIDO PÁG
INA
Presentación 3
Dedicación 5
El sentido de la liturgia 6
El año litúrgico 7
El ordinario de la misa 9
Ministerios dentro de la eucaristía 17
El canto dentro de la celebración litúrgica 18
Otros elementos de la celebración eucarística 19
PROPIO DEL TIEMPO ORDINARIO 21

515
Domingo después de Pentecostés LA SANTÍSIMA TRINIDAD 23
SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO 26
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 27
I DOMINGO TIEMPO ORDINARIO 29
LUNES I SEMANA 30
MARTES I SEMANA 31
MIERCOLES I SEMANA 32
JUEVES I SEMANA 33
VIERNES I SEMANA 34
SABADO I SEMANA 35
II DOMINGO DEL TIEMPO 36
LUNEZ II SEMANA 37
MARTES II SEMANA 38
MIERCOLES II SEMANA 39
JUEVES II SEMANA 40
VIERNES II SEMANA 41
SABADO II SEMANA 42
III DOMINGO DEL TIEMPO 43
LUNES III SEMANA 44
MARTES III SEMANA 45
MIERCOLES III SEMANA 46
JUEVES III SEMANA 47
VIENRES III SEMANA 48
SABADO III SEMANA 49
IV DOMINGO DEL TIEMPO 50
LUNES IV SEMANA 51
MARTES IV SEMANA 52
MIERCOLES IV SEMANA 53
JUEVES IV SEMANA 54
VIERNES IV SEMANA 55
SABADO IV SEMANA 56
V DOMINGO DEL TIEMPO 57
LUNES V SEMANA 58
MARTES V SEMANA 59
MIERCOLES V SEMANA 60
JUEVES V SEMANA 61
VIERNES V SEMANA 62
SABADO V SEMANA 63
VI DOMINGO DEL TIEMPO 64
LUNES VI SEMANA 65
MARTES VI SEMANA 66
MIERCOLES VI SEMANA 67
JUEVES VI SEMANA 68
VIERNES VI SEMANA 69
SABADO VI SEMANA 70
VII DOMINGO DEL TIEMPO 71
LUNES VII SEMANA 72
MARTES VII SEMANA 73
MIERCOLES VII SEMANA 74
JUEVES VII SEMANA 75
VIERNES VII SEMANA 76
SABADO VII SEMANA 77
VIII DOMINGO DEL TIEMPO 78
LUNES VIII SEMANA 79
MARTES VIII SEMANA 80

516
MIERCOLES VIII SEMANA 81
JUEVES VIII SEMANA 82
VIERNES VIII SEMANA 83
SABADO VIII SEMANA 84
IX DOMINGO DEL TIEMPO 85
LUNES IX SEMANA 86
MARTES IX SEMANA 87
MIERCOLES IX SEMANA 88
JUEVES IX SEMANA 89
VIERNES IX SEMANA 90
SABADO IX SEMANA 91
X DOMINGO DEL TIEMPO 92
LUNES X SEMANA 93
MARTES X SEMANA 94
MIERCOLES X SEMANA 95
JUEVES X SEMANA 96
VIERNES X SEMANA 97
SABADO X SEMANA 98
XI DOMINGO DEL TIEMPO 99
LUNES XI SEMANA 100
MARTES XI SEMANA 101
MIERCOLES XI SEMANA 102
JUEVES XI SEMANA 103
VIERNES XI SEMANA 104
SABADO XI SEMANA 105
XII DOMINGO DEL TIEMPO 106
LUNES XII SEMANA 107
MARTES XII SEMANA 108
MIERCOLES XII SEMANA 109
JUEVES XII SEMANA 110
VIERNES XII SEMANA 111
SABADO XII SEMANA 112
XIII DOMINGO DEL TIEMPO 113
LUNES XIII SEMANA 114
MARTES XIII SEMANA 115
MIERCOLES XIII SEMANA 116
JUEVES XIII SEMANA 117
VIERNES XIII SEMANA 118
SABADO XIII SEMANA 119
XIV DOMINGO DEL TIEMPO 120
LUNES XIV SEMANA 121
MARTES XIV SEMANA 122
MIERCOLES XIV SEMANA 123
JUEVES XIV SEMANA 124
VIERNES XIV SEMANA 125
SABADO XIV SEMANA 126
XV DOMINGO DEL TIEMPO 127
LUNES XV SEMANA 128
MARTES XV SEMANA 129
MIERCOLES XV SEMANA 130
JUEVES XV SEMANA 131
VIENRES XV SEMANA 132
SABADO XV SEMANA 133
XVI DOMINGO DEL TIEMPO 134
LUNES XVI SEMANA 135

517
MARTES XVI SEMANA 136
MIERCOLES XVI SEMANA 137
JUEVES XVI SEMANA 138
VIERNES XVI SEMANA 139
SABADO XVI SEMANA 140
XVII DOMINGO DEL TIEMPO 141
LUNES XVII SEMANA 142
MARTES XVII SEMANA 143
MIERCOLES XVII SEMANA 144
JUEVES XVII SEMANA 145
VIERNES XVII SEMANA 146
SABADO XVII SEMANA 147
XVIII DOMINGO DEL TIEMPO 148
LUNES XVIII SEMANA 149
MARTES XVIII SEMANA 150
MIERCOLES XVIII SEMANA 151
JUEVES XVIII SEMANA 152
VIERNES XVIII SEMANA 153
SABADO XVIII SEMANA 154
XIX DOMINGO DEL TIEMPO 155
LUNES XIX SEMANA 156
MARTES XIX SEMANA 157
MIERCOLES XIX SEMANA 158
JUEVES XIX SEMANA 159
VIERNES XIX SEMANA 160
SABADO XIX SEMANA 161
XX DOMINGO DEL TIEMPO 162
LUNES XX SEMANA 163
MARTES XX SEMANA 164
MIERCOLES XX SEMANA 165
JUEVES XX SEMANA 166
VIERNES XX SEMANA 167
SABADO XX SEMANA 168
XXI DOMINGO DEL TIEMPO 169
LUNES XXI SEMANA 170
MARTES XXI SEMANA 171
MIERCOLES XXI SEMANA 172
JUEVES XXI SEMANA 173
VIERNES XXI SEMANA 174
SABADO XXI SEMANA 175
XXII DOMINGO DEL TIEMPO 176
LUNES XXII SEMANA 177
MARTES XXII SEMANA 178
MIERCOLES XXII SEMANA 179
JUEVES XXII SEMANA 180
VIERNES XXII SEMANA 181
SABADO XXII SEMANA 182
XXIII DOMINGO DEL TIEMPO 183
LUNES XXIII SEMANA 184
MARTES XXIII SEMANA 185
MIERCOLES XXIII SEMANA 186
JUEVES XXIII SEMANA 187
VIERNES XXIII SEMANA 188
SABADO XXIII SEMANA 189
XXIV DOMINGO DEL TIEMPO 190

518
LUNES XXIV SEMANA 191
MARTES XXIV SEMANA 192
MIERCOLES XXIV SEMANA 193
JUEVES XXIV SEMANA 194
VIERNES XXIV SEMANA 195
SABADO XXIV SEMANA 196
XXV DOMINGO DEL TIEMPO 197
LUNES XXV SEMANA 198
MARTES XXV SEMANA 199
MIERCOLES XXV SEMANA 200
JUEVES XXV SEMANA 201
VIERNES XXV SEMANA 202
SABADO XXV SEMANA 203
XXVI DOMINGO DEL TIEMPO 204
LUNES XXVI SEMANA 205
MARTES XXVI SEMANA 206
MIERCOLES XXVI SEMANA 207
JUEVES XXVI SEMANA 208
VIERNES XXVI SEMANA 209
SABADO XXVI SEMANA 210
XXVII DOMINGO DEL TIEMPO 211
LUNES XXVII SEMANA 212
MARTES XXVII SEMANA 213
MIERCOLES XXVII SEMANA 214
JUEVES XXVII SEMANA 215
VIERNES XXVII SEMANA 216
SABADO XXVII SEMANA 217
XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO 218
LUNES XXVIII SEMANA 219
MARTES XXVIII SEMANA 220
MIERCOLES XXVIII SEMANA 221
JUEVES XXVIII SEMANA 222
VIERNES XXVIII SEMANA 223
SABADO XXVIII SEMANA 224
XXIX DOMINGO DEL TIEMPO 225
LUNES XXIX SEMANA 226
MARTES XXIX SEMANA 227
MIERCOLES XXIX SEMANA 228
JUEVES XXIX SEMANA 229
VIERNES XXIX SEMANA 230
SABADO XXIX SEMANA 231
XXX DOMINGO DEL TIEMPO 232
LUNES XXX SEMANA 233
MARTES XXX SEMANA 234
MIERCOLES XXX SEMANA 235
JUEVES XXX SEMANA 236
VIERNES XXX SEMANA 237
SABADO XXX SEMANA 238
XXXI DOMINGO DEL TIEMPO 239
LUNES XXXI SEMANA 240
MARTES XXXI SEMANA 241
MIERCOLES XXXI SEMANA 242
JUEVES XXXI SEMANA 243
VIERNES XXXI SEMANA 244
SABADO XXXI SEMANA 245

519
XXXII DOMINGO DEL TIEMPO 246
LUNES XXXII SEMANA 247
MARTES XXXII SEMANA 248
MIERCOLES XXXII SEMANA 249
JUEVES XXXII SEMANA 250
VIERNES XXXII SEMANA 251
SABADO XXXII SEMANA 252
XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO 253
LUNES XXXIII SEMANA 254
MARTES XXXIII SEMANA 256
MIERCOLES XXXIII SEMANA 257
JUEVES XXXIII SEMANA 258
VIERNES XXXIII SEMANA 259
SABADO XXXIII SEMANA 260
XXXIV SEMANA DEL TIEMPO 261
LUNES XXXIV SEMANA 262
MARTES XXXIV SEMANA 263
MIERCOLES XXXIV SEMANA 264
JUEVES XXXIV SEMANA 265
VIERNES XXXIV SEMANA 266
SABADO XXXIV SEMANA 267
JESUCRISTO, REY UNIVERSAL 268
ORDINARIO DE LA SANTA EUCARISTIA
RITOS INICIALES 270
ACTO PENITENCIAL 271
RITO PARA LA BENDICIÓN Y ASPERSIÓN DEL AGUA 274
LITURGIA DE LA PALABRA 278
LITURGIA EUCARÍSTICA 281
PLEGARIA EUCARÍSTICA 282
PREFACIOS
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO I 284
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO II 285
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO III 286
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO IV 287
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO V 288
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO VI 289
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO VII 290
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO VIII 291
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO IX 292
PREFACIO DE LOS DOMINGOS DURANTE EL AÑO X 293
PREFACIO COMÚN I 294
PREFACIO COMÚN II 295
PREFACIO COMÚN III 296
PREFACIO COMÚN IV 297
PREFACIO COMÚN V 298
PREFACIO COMÚN VI 299
PREFACIO COMÚN VII 300
PREFACIO COMÚN VIII 301
PREFACIO COMÚN IX 302
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA I 303
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA II 304
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA III 305
PREFACIO DE LA PENITENCIA 306
PREFACIO DEL ESPÍRITU SANTO I
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA I 307

520
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA II 308
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA III 309
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA IV 310
PREFACIO DE SAN JOSÉ 311
PREFACIO DE LOS APÓSTOLES I 312
PREFACIO DE LOS APÓSTOLES II 313
PREFACIO DE LOS SANTOS I 314
PREFACIO DE LOS SANTOS II 315
PREFACIO DE LOS SANTOS MÁRTIRES 316
PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES 317
PREFACIO DE LAS SANTAS VÍRGENES Y DE LOS SANTOS RELIGIOSOS 318
PREFACIO DE LA PENITENCIA El sacramento de la reconciliación en el 319
Espíritu
PREFACIO DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS 320
PREFACIO DE DIFUNTOS I 321
PREFACIO DE DIFUNTOS II 322
PREFACIO DE DIFUNTOS III 323
PREFACIO DE DIFUNTOS IV 324
PREFACIO DE DIFUNTOS V 325
PREFACIO DE LOS ÁNGELES 326
PLEGARIAS EUCARISTICAS
PLEGARIA EUCARISTICA Y RITO DE CONSAGRACIÓN PLEGARIA 327
EUCARÍSTICA I, O CANON ECUMENICO
PLEGARIA EUCARÍSTICA II 333
PLEGARIA EUCARÍSTICA III 338
PLEGARIA EUCARÍSTICA IV, O DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN 341
PLEGARIA EUCAÍSTICA V 345
PLEGARIA EUCARÍSITCA VI 350
PLEGARIA EUCARÍSITCA VII 354
RITO DE LA COMUNIÓN 357
RITO DE CONCLUSIÓN 361
BENDICIONES SOLEMNES 362
APÉNDICE DEL RITUAL
PLEGARIA EUCARÍSTICA SOBRE LA RECONCILIACIÓN I 369
PLEGARIA EUCARÍSTICA SOBRE LA RECONCILIACIÓN II 373
PLEGARIA EUCARÍSTICA I LA IGLESIA, EN CAMINO HACIA LA UNIDAD 377
PLEGARIA EUCARÍSTICA II DIOS GUÍA A SU IGLESIA 381
PLEGARIA EUCARÍSTICA III JESÚS, CAMINO HACIA EL PADRE 385
PLEGARIA EUCARÍSTICA IV JESÚS PASÓ HACIENDO EL BIEN 389
PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA LAS MISAS CON NIÑOS 393
RITUAL DE DIFUNTOS 397
MISAS MOTIVAS
POR LOS SACERDOTES 402
POR LAS VOCACIONES A LAS SAGRADAS ÓRDENES 406
POR LOS LAICOS 407
PARA ANIVERSARIOS MATRIMONIALES 408
POR LA FAMILIA 411
POR LOS RELIGIOSOS 412
POR LAS VOCACIONES RELIGIOSAS 414
PARA PROMOVER LA CONCORDIA 416
PARA PEDIR LA RECONCILIACIÓN 417
POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 418
POR LOS CRISTIANOS QUE SUFREN PERSECUCIÓN 420
EN REUNIONES ESPIRITUALES O PASTORALES 421
POR LA SANTIFICACIÓN DEL TRABAJO HUMANO 422

521
EN LA SIEMBRA DEL CAMPO 423
DESPUÉS DE LA COSECHA 424
POR LA PAZ Y LA JUSTICIA 425
EN TIEMPO DE GUERRA O DE DESORDEN PÚBLICO 426
POR LOS REFUGIADOS Y EXILIADOS 427
EN TIEMPO DE HAMBRE O POR LOS QUE PADECEN HAMBRE 428
PARA PEDIR LA LLUVIA 429
PARA PEDIR BUEN TIEMPO 429
PARA ALEJAR LAS TEMPESTADES 429
POR EL PERDÓN DE LOS PECADOS 430
PARA PEDIR LA CARIDAD 431
POR LOS FAMILIARES Y AMIGOS 432
POR LOS QUE NOS HACEN SUFRIR 433
POR QUIENES ESTÁN PRIVADOS INJUSTAMENTE DE SU LIBERTAD 434
POR LOS ENFERMOS 435
POR LOS MORIBUNDOS 436
PARA PEDIR LA GRACIA DE UNA BUENA MUERTE 438
PARA CUALQUIER NECESIDAD 439
PARA PEDIR SALUD 440
PARA PEDIR SANACIÓN INTERIOR 441
PARA PEDIR EMPLEO 442
PARA LA BENDICIÓN DE UNA CASA 443
PARA LA PEDIR LA PROSPERIDAD 444
PARA LA BENDICIÓN DE UN NEGOCIO 445
EN UN CUMPLEAÑOS 446
PARA DAR GRACIAS A DIOS 447
17 de enero SAN ANTONIO, ABAD 449
20 de enero SAN SEBASTIÁN, MÁRTIR 450
21 de enero SANTA INÉS, VIRGEN Y MÁRTIR 450
22 de enero SAN VICENTE, DIÁCONO Y MÁRTIR 451
25 de enero La conversión de san Pablo, apóstol 451
26 de enero Santos Timoteo y Tito, obispos 453
28 de enero Santo Tomás de Aquino, presbítero 454
2 de febrero La presentación del señor 456
3 de febrero San Blas, obispo y mártir 458
5 de febrero Santa Águeda, virgen y mártir 459
10 de febrero Santa Escolástica, Virgen 460
11 de febrero Nuestra Señora de Lourdes 461
7 de marzo SANTAS PERPETUA Y FELICIDAD, MÁRTIRES 462
19 de marzo SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA 463
25 de marzo LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR 464
2 de abril SAN FRANCISCO DE PAULA, ERMITAÑO 466
25 de abril SAN MARCOS, EVANGELISTA 466
29 de abril SANTA CATALINA DE SIENA, VIRGEN Y DOCTORA DE LA 467
IGLESIA
1 de mayo SAN JOSÉ, OBRERO 469
3 de mayo LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ 470
4 de mayo SAN FELIPE Y SANTIAGO, APÓSTOLES 472
13 de mayo NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA 473
14 de mayo SAN MATÍAS, APÓSTOL 473
15 de mayo SAN ISIDRO, LABRADOR 474
24 de mayo MARÍA, AUXILIO DE LOS CRISTIANOS 475
27 de mayo SAN AGUSTÍN DE CANTORBERY, OBISPO 476
31 de mayo VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA 477
11 de junio SAN BERNABÉ, APÓSTOL 478

522
13 de junio SAN ANTONIO DE PADUA, PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA 479
IGLESIA
21 de junio SAN LUIS GONZAGA, RELIGIOSO 479
24 de junio NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA 480
29 de junio SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES 484
3 de Julio SANTO TOMÁS, APÓSTOL 487
11 de Julio SAN BENITO, ABAD 488
15 de Julio SAN BUENAVENTURA, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA 489
16 de Julio NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN 489
22 de Julio SANTA MARÍA MAGDALENA 490
25 de Julio SANTIAGO, APÓSTOL 491
26 de Julio SANTOS JOAQUÍN Y ANA, PADRES DE LA VIRGEN MARÍA 492
29 de Julio SANTA MARTA 493
1 de agosto SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, OBISPO Y DOCTOR DE LA 495
IGLESIA
4 de agosto SAN JUAN MARÍA VIANNEY, PRESBÍTERO 496
6 de agosto LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR 496
8 de agosto SANTO DOMINGO, PRESBÍTERO 498
10 de agosto SAN LORENZO, DIÁCONO Y MÁRTIR 499
11 de agosto SANTA CLARA, VIRGEN 500
14 de agosto SAN MAXIMILIANO MARÍA KOLBE, PRESBÍTERO Y MÁRTIR 501
15 de agosto LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA 502
16 de agosto SAN ROQUE 505
20 de agosto SAN BERNARDO, ABAD Y DOCTOR DE LA IGLESIA 505
22 de agosto LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, REINA 506
23de agosto SANTA ROSA DE LIMA, VIRGEN 507
24 de agosto SAN BARTOLOMÉ, APÓSTOL 508
27 de agosto SANTA MÓNICA 509
28 de agosto SAN AGUSTÍN, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA 509
29 de agosto MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA 511
3 de septiembre SAN GREGORIO MAGNO, PAPA Y DOCTOR DE LA IGLESIA 513
8 de septiembre LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA 514
9 de septiembre SAN PEDRO CLAVER, PRESBÍTERO 515
12 de septiembre EL SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA 515
13 de septiembre SAN JUAN CRISÓSTOMO, OBISPO Y DOCTOR DE LA 516
IGLESIA
15 de septiembre NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES 517
21 de septiembre SAN MATEO, APÓSTOL Y EVANGELISTA 519
23 de septiembre SAN PÍO DE PIETRALCINA 520
24 de septiembre NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED 521
26 de septiembre SANTOS COSME Y DAMIÁN, MÁRTIRES 522
27 de septiembre SAN VICENTE DE PAÚL, PRESBÍTERO 523
29 de septiembre SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL 524
30 de septiembre SAN JERÓNIMO, PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA IGLESIA 525

1 de octubre SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, VIRGEN Y DOCTORA DE LA 526


IGLESIA
2 de octubre SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS 527
4 de octubre SAN FRANCISCO DE ASÍS 528
7 de octubre NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO 529
12 de octubre NUESTRA SEÑORA DEL PILAR 530
15 de octubre SANTA TERESA DE JESÚS, VIRGEN Y DOCTORA DE LA 530
IGLESIA
17 de octubre SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, OBISPO Y MÁRTIR 531
18 de octubre SAN LUCAS, EVANGELISTA 532

523
28 de octubre SAN SIMÓN Y SAN JUDAS, APÓSTOLES 533
1 de noviembre TODOS LOS SANTOS 535
2 de noviembre CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS 537
3 de noviembre SAN MARTÍN DE PORRES, RELIGIOSO 540
4 de noviembre SAN CARLOS BORROMEO, OBISPO 540
7 de noviembre MARÍA, MADRE Y MEDIANERA DE LA GRACIA 541
21 de noviembre LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA 542
30 de noviembre SAN ANDRÉS, APÓSTOL 543

524

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