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Modulo

HISTORIA DE LA IGLESIA
Antigua y Medieval

FACULTAD DE TEOLOGÍA
1ª PARTE: Historiografía cristiana antigua

A. ¿QUÉ ES LA HISTORIA DE LA IGLESIA?

Tiene una cronología. Ofrece una interpretación crítica. Es preguntar


¿por qué pasó aquí?
Iglesia: Comunidad de creyentes=Historia de la iglesia.
Medios= todo lo demás es ver el movimiento de la tradición; una
tradición en movimiento.
Hacemos historia de la Iglesia dentro de la teología. La diferencia en la
historia de la Iglesia es que en la historia de la Iglesia hay un
intervento divino. Es el Señor de la historia. Hay origen humano de
tantas cosas y como Dios lo une después. Hay que distinguir estos dos
campos tanto lo humano como lo divino. Es historia de la
salvación=CVII. Hay el hombre que lo escribe. No es un estudio al
plan apologético. No es ejemplar la historia de la iglesia. Vamos a ver
la Iglesia para entender como está hoy. Los historiadores también
tienen su intencionalidad por qué está detrás. Hay un contexto detrás
de cada tiempo, persona etc.
B. ELEMENTOS DE LA HISTORIOGRAFÍA CRISTIANA
1. Centrarse en la persona humana
2. Conciencia de la propia identidad y purificación de la
memoria
3. No basta conocer la historia: no juzgar sino ser compasivo;
entender los motivos
4. Tener siempre en mente que Cristo es Señor de la historia
C. FASES DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA
Edad Antigua 0-476
Edad Media 476-1300
Edad Moderna 1300-1870
Edad Contemporánea 1870-hoy

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2ª PARTE: Persecuciones contra los cristianos

A. LOS PERSONAJES MÁS IMPORTANTES


Nerón, Marco Aurelio, Trajano, Domiciano, Deteo, Severo, Valeriano.
Algunos persiguieron la Iglesia otros sólo los lideres y otros los libros.
B. CARTA DE PLINIO
1. Contenido
No rindieron culto al emperador y por esta obstinación les mataban.
2. Respuesta de Trajano
Las denuncias anónimas no han de tomarse en consideración.
Iglesia para los romanos significaba que se juntaban por razones
políticas. Había cristianos que denunciaron su fe, otros que
denunciaron y regresaron a la fe (lapsi). Problema de particularismo
jurídico y universalismo Cristiano.
C. CAUSA DE LAS PERSECUCIONES
Los Cristianos decían que no aceptaban la religión del estado. Les
perseguían por el nombre de ser Cristiano y no por sus delitos. Los
cristianos eran odiados por el pueblo a causa de su alta moral y de la
oposición a superstición de los romanos. La enemistad popular fue
creciendo en intensidad, conforme los cristianos eran más repandidos
en la sociedad, y para tratar de desmantelarla y regresar a la religión
pagana, sin embargo siempre hubo alternancia de paz y persecución
por ganar simpatías.
D. TIPOS DE PERSECUCIONES
Las hubo con legislación a través de un edicto, y sin legislación
encontrada. La mayor parte fueron locales y las universales en el
imperio no siempre se aplicaban en todas partes, ni inmediatamente.
E. LAS DISTINTAS PERSECUCIONES
Con base en diversos testimonios[1] se afirma que durante la segunda
mitad del siglo I, todo el siglo II y hasta el siglo IV, los cristianos
fueron también perseguidos por autoridades del Imperio Romano, que
consideraba a los cristianos, ya sea como judíos sediciosos (recordando
que en el año 70 los judíos armaron una revuelta en Judea que originó
la destrucción de Jerusalén y la deportación de los judíos de su
territorio a manos romanas), o como rebeldes políticos. El historiador
Suetonio menciona las revueltas causadas en Roma en tiempo del
emperador Claudio "por un tal Cresto", a quien cabe identificar con

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Cristo, cuyas doctrinas debían haber sido divulgadas por emigrantes o
esclavos judíos en Roma. Asimismo, Tácito en sus Anales habla de la
persecución a los cristianos ("nombre que toman de un tal Cristo"), por
parte de Nerón.

Tertuliano, en su "Apología contra los gentiles", escrita en el año 200,


explica cuáles eran los delitos que la fama imputaba a los cristianos:
"Que en la nocturna congregación sacrificamos y nos
comemos un niño. Que en la sangre del niño degollado
mojamos el pan y empapado en la sangre comemos un
pedazo cada uno. Que unos perros que están atados a los
candeleros los derriban forcejeando para alcanzar el pan
que les arrojamos bañado en sangre del niño. Que en las
tinieblas que ocasiona el forcejeo de los perros,
alcahuetes de la torpeza, nos mezclamos impíamente con
las hermanas o las madres. De estos delitos nos pregona
reos la voz clamorosa popular, y aunque ha tiempo que la
fama los imputa, hasta hoy no ha tratado el Senado de
averiguarlos"
Tertuliano, Apología, c.7
Los gentiles asimilaban las reuniones nocturnas de los cristianos a ritos
orientales de los "misterios", como los de Eleusis y Samos, enraizados
en las prácticas mágicas, los misterios de Cibeles, los de Isis,
originarios de Egipto, o los de Mitra, procedentes de Persia, que
alcanzaron notable difusión incluso en España y en especial en la costa
catalana.

Se hizo costumbre entre varios emperadores romanos el erigir estatuas


propias en las diversas ciudades del imperio, y en autoproclamarse
dioses o hijos de dioses (bajo el título de señor de señores) a los que
sus súbditos debían de respetar. Un signo ejemplar de esto era la
obligación de adorar o cuando menos arrodillarse ante las estatuas de
los emperadores en las ciudades donde se encontraran. Los cristianos,
tomando como principio el que Jesús es el único Señor de señores, y el
único hijo del Dios verdadero, se negaban a tomar tales actitudes. Los
romanos, antes que juzgar sus creencias, verían en estos gestos las
actitudes de una rebelión política contra el imperio, lo cual originó
varias persecuciones contra los cristianos en esa época.

Hubo diez grandes persecuciones romanas contra el Cristianismo,


denominadas generalmente con el nombre de los emperadores que las
decretaron: las de Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio,

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Septimio Severo, Maximiano, Decio, Valeriano, Aureliano y
Diocleciano.
Puesto que el cristianismo era considerado ilegal en el imperio,
los cristianos debían ocultarse. Sus reuniones serían entonces secretas
y son famosas las catacumbas de la ciudad de Roma, donde se dice que
los cristianos se reunían,[2] aunque según los testimonios cristianos
conservados, las catacumbas no eran el medio más utilizado para
esconderse, ya que la mayor parte de las reuniones de culto, se haría
secretamente en las mismas casas de los fieles. Para identificarse
habrían utilizado símbolos que a ojos romanos no fueran evidentes,
como el símbolo del Pez (Ichthys, o IXΘΥΣ en griego), acrónimo que
significaba para ellos Jesucristo, Hijo de Dios, Redentor.

Sin legislación
1. La persecución de Nerón, 64-68: el incendio de Roma
Una de las más famosas y quizá la más temprana es la originada por el
emperador Nerón, en torno al cual se originó la leyenda de su autoría
del incendio que acabó con varios barrios de la ciudad de Roma. El
historiador Cornelio Tácito escribió a principios del siglo II que ante el
rumor popular de que el incendio se había originado por orden
superior, halló en los cristianos los chivos expiatorios que en principio
satisfacieron la ira del populacho. Fueron cruelmente reprimidos,
según Los Anales de Tácito.

Suetonio, otro escritor prominente de principios del siglo II corrobora


la versión, señalando que entre las obras públicas de Nerón se contaba
"persiguió a los cristianos". Esta sería una de las razones que habrán
llevado a cristianos como Pedro o Pablo a la muerte en Roma (67
d.C.), de lo que hablan escritores cristianos de los primeros siglos
como Clemente I: “Carta de Clemente de Roma a los Corintios”.
2. La persecución de Domiciano, 81-96
Otro emperador que se recuerda por su crueldad con los cristianos fue
Domiciano, entre los años 81 y 96. Se hizo llamar “Dominus et Deus”.
Entre los numerosos cristianos martirizados durante esta persecución
estaban Simeón, obispo de Jerusalén, que fue crucificado. Juan el
evangelista fue exiliado a Patmos después de fallidamente
martirizarlo. Flavia, hija de un senador romano (aunque no había
muchos cristianos nobles todavía), fue asimismo desterrada al Ponto; y
se dictó una ley diciendo: "Que ningún cristiano, una vez traído ante
un tribunal, quede exento de castigo sin que renuncie a su religión".

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3. La persecución de Trajano, 109-111
Entre 109 y 111 dC, Plinio el Joven fue enviado por el emperador
Trajano (98-117) a la provincia de Bitinia como gobernador. Durante
su mandato, Plinio encuentra a los cristianos, y escribe al emperador
sobre ellos. El gobernador indicó que había ordenado la ejecución de
varios cristianos. Sin embargo, no estaba seguro de qué hacer con
aquellos que dijeron que ya no eran cristianos, y pidió a su consejo de
Trajano. El emperador respondió que los cristianos no deben ser
buscados y que las acusaciones anónimas deben ser rechazadas como
una muestra "indigna de nuestra época", y si se retractan y "adoran a
nuestros dioses", deben ser liberados. Los que persistan, sin embargo,
deben ser castigados.

Bajo la persecución de Adriano (123-124) murió mártir San Ignacio


de Antioquía quien llamó por primera vez a la Iglesia “Católica”.
4. La persecución de Marco Aurelio, 161-180
Parte del problema que los cristianos tuvieron durante esta época, fue
mayormente provocada por el populacho, que saqueó a las
comunidades cristianas de Asia Menor fundadas por el Apóstol Pablo.
Sin embargo, la condena de Marco Aurelio al cristianismo, tuvo
repercusiones tan conocidas como la condena a muerte de San
Justino, que ocurrió durante esta época. Es dato curioso es que tanto el
mártir y el emperador eran grandes filósofos. Aunque acepta la
vivacidad de argumentación, no puede comprender la nueva religión
que le parece una locura y estupidez. La Persecución de Lyon, que
fue precedida por la violencia colectiva, incluyendo asaltos, robos y
lapidaciones (Eusebio, Historia eclesiástica 5.1.7), provocó la
aniquilación de la floreciente cristiandad de esta ciudad (según se dijo,
por ateísmo e inmoralidad). Otros cristianos conocidos fueron
torturados y martirizados en este momento, como Potio o Blandina.

La causa principal de la persecución fue la supuesta superstición de los


cristianos.
5. La persecución de Septimio Severo, 202-210
Otro emperador bajo quien los cristianos sufrieron terriblemente fue
Septimio Severo que gobernó desde el 193-211. La acusación fue: el
proselitismo de los cristianos. Durante su reinado, Clemente de
Alejandría dejó escrito:
"Muchos mártires son quemados a diario, confinados o
decapitados, ante nuestros ojos."

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Septimio Severo usó la persecución como pretexto para atribuir a los
cristianos la peste y el ha mbre que asolaban el imperio; en esta
persecución, especialmente violenta, sufrieron martirio Santa Cecilia y
su esposo Valeriano y tuvo lugar el famoso episodio de la Legión
fulminante.

El emperador Severo quizás no estaba personalmente en contra de los


cristianos, pero la iglesia estaba ganando poder y la adhesión masiva
de fieles condujo al sentimiento popular anti-cristiano y su persecución
en Cartago, Alejandría, Roma y Corinto aproximadamente entre 202 y
210.

En el 202 Septinio promulgó una ley que prohíbía la difusión del


cristianismo y el judaísmo. Este fue el primer decreto universal
prohibiendo la conversión al cristianismo. Estallaron violentas
persecuciones en Egipto y África del Norte. Leonides, defensor del
cristianismo, fue decapitado. Su hijo Orígenes fue perdonado porque
su madre escondió su ropa. Una joven fue cruelmente torturada y luego
quemada en una caldera de brea ardiente con su madre. Perpetua y
Felicidad que fueron martirizadas durante este tiempo, al igual que
muchos estudiantes de Orígenes de Alejandría.

Su hijo Alessandro Severo fue más benigno con los cristianos pero
bajo él tuvo el famoso martirio de santa Cecilia.

Con edicto legislativo


6. La persecución de Maximino, 235
Maximino el Tracio inició una persecución dirigida principalmente
contra los jefes de la Iglesia en el año 235. Una de sus primeras
víctimas fue Ponciano, que con Hipólito fue desterrado a la isla de la
Cerdeña y Santa Barbara muerta.
7. La persecución de Decio, 250-251
La persecución de Decio de carrera militar aunque buen gobernante
inició una persecución sistemática contra la jerarquía eclesial y dentro
del ejército. Arrojó numerosos eremitas a los bosques por no querer
sacrificar a los dioses; entre sus mártires se cuentan el papa San
Fabián y Santa Águeda; el célebre Orígenes sufrió tales tormentos
que murió después a consecuencia de ellos. La persecución de los
cristianos se extendió a todo el Imperio durante el reinado de Decio y
marcó de forma duradera a la iglesia cristiana.

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En enero de 250, Decio publicó un edicto por el que se requería que
todos los ciudadanos hicieran un sacrificio para mayor gloria del
emperador en la presencia de un oficial romano y así obtener un
certificado (Libellus) que demostrara que lo habían hecho. En general,
la opinión pública condenaba la violencia del gobierno y se admiraba
de la resistencia pasiva de los mártires con lo que el movimiento
cristiano se fortaleció. La persecución de Decio cesó en 251, pocos
meses antes de su muerte.

La persecución de Decio tuvo repercusiones duraderas para la iglesia:


¿Cómo deben ser tratados los que habían comprado un certificado o
había hecho realmente el sacrificio (lapsi)? Parece que en la mayoría
de las iglesias, los apóstatas fueron aceptados de nuevo al seno de la
iglesia, pero algunos grupos se les negó la entrada a la iglesia. Esto
plantea importantes cuestiones acerca de la naturaleza de la Iglesia, el
perdón, y el alto valor del martirio. Un siglo y medio más tarde, san
Agustín discutió con un influyente grupo llamados Donatistas, que se
separó de la Iglesia Católica porque ésta abrazó a los que se habían
acobardado; eran aquellos rigoristas que no querían que los
“traditores” (entregadores de libros) fueran readmitidos en la Iglesia.

Gregorio de Tours glosa las persecuciones en su Historia de los


francos:
Bajo el emperador Decio muchas persecuciones se
levantaron contra el nombre de Cristo, y hubo tal
masacre de los creyentes que no podían ser contados.
Babillas, obispo de Antioquía, con sus tres pequeños
hijos, Urban, Prilidan y Epolon, y Sixto, obispo de Roma,
Lorenzo, un archidiácono, y Hipólito, se perfecciona por
el martirio, ya que confesó el nombre del Señor.

Valentiniano y Novaciano eran los jefes herejes más activos en contra


de nuestra fe, animando al enemigo. En este momento, siete hombres
fueron ordenados como obispos y enviados a los galos a predicar,
como la historia del martirio del santo mártir Saturnino refiere. Porque
dice:
"En el consulado de Decio y Grato, como la memoria fiel,
recuerda, la ciudad de Toulouse, recibió al santo
Saturnino como su primer y más grande obispo".

Estos obispos fueron enviados: Catianus obispo de Tours, Trófimo


obispo de Arles, Pablo obispo de Narbona, Saturnino obispo de

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Tolosa, Dionisio obispo de París; Stremonius obispo de Clermont,
Marcial obispo de Limoges.

Los escritos de Cipriano, Obispo de Cartago, arrojan luz sobre las


consecuencias de la persecución de Decio en la comunidad cristiana
cartaginesa.
8. La persecución de Valeriano 256-259
Bajo el reinado de Valeriano, que subió al trono en 253, todos los
clérigos cristianos fueron obligados a sacrificar a los dioses romanos.
En un edicto de 257, el castigo fue el exilio, en 258, el castigo era la
muerte. Senadores cristianos, caballeros y damas fueron también
obligados a sacrificar, bajo pena de fuertes multas, reducción de rango
y, más tarde, la muerte. Por último, prohibió reuniones y visitar sus
cementerios. Entre los ejecutados por Valeriano se encuentran: San
Cipriano, obispo de Cartago, y Sixto II, obispo de Roma. Según una
carta escrita por Dionisio durante este tiempo, "hombres y mujeres,
jóvenes y ancianos, doncellas y matronas, soldados y civiles, de toda
edad y raza, algunos por la flagelación y el fuego, otros por la espada,
han conquistado en la lucha y ganado sus coronas. San Cipriano
murió en este reino. Él dijo “que esta en comunión con Roma es
estarlo con la Iglesia Católica ". La persecución terminó con la captura
de Valeriano por Persia. Su hijo y sucesor Galieno, revocó los edictos
de su padre.

Una orden de arrestar a un cristiano, de fecha 28 de febrero 256, se


encontró entre los Papiros de Oxirrinco (P. Oxy 3035). En el
documento no se detallan los motivos de la detención.
9. La persecución de Diocleciano, La gran persecución 303-313
La persecución de Diocleciano fue la más cruel de todas, pues este
emperador quiso reformar el imperio en todos los aspectos y una parte
muy esencial de su política era reforzar el culto imperial. Fue instigado
a ella por los césares Maximiano y Galerio; hasta ciudades enteras
cristianas fueron arrasadas. Fue tan larga esta persecución que fue
llamada la Era de los mártires, y entre los más célebres se cuentan
varios papas, San Sebastián, San Pancracio y Santa Inés.
10. La persecución de Juliano
Juliano el Apóstata, fue el último emperador pagano del Imperio
Romano. Se crio en un momento en que el paganismo estaba en
declive, en Roma. Al ser proclamado augusto en el año 361 dC,
Juliano de inmediato declaró su fe a los antiguos dioses romanos y

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empezó a provocar un renacimiento pagano. Sin embargo, fue
asesinado en Persia en el año 363 dC y su intento de restaurar el
paganismo finalmente fracasó.

Juliano utilizó muchos métodos para romper sutilmente la Iglesia.


Recordó a los obispos que habían sido desterrados por las enseñanzas
heréticas, clero fue despojado de su derecho a viajar por cuenta del
Estado, como lo habían hecho anteriormente, y prohibió a los
cristianos enseñar obras clásicas tales como el Ilíada o la Odisea.
Juliano fue sustituido por el emperador cristiano Joviano.

Herejías.

La Iglesia durante este tiempo también se preocupo por combatir los


errores doctrinales que muchas venían de sectas gnósticas.
Marcionismo, fue una herejía que decía que el Dios del AT y del NT
eran incompatibles. Los montanitas heréticos que equiparaban las
revelaciones privadas a la autoridad de la Iglesia. El Arrianismo decía
que Cristo era una creatura subordinada y no igual en dignidad al
Padre. San Atanasio fue su mayor opositor y él ayudó al P. Inocencio a
determinar el canon bíblico en 405.

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3º PARTE: El Martirio

A. DISTINCIONES INICIALES
1. Hay que distinguir entre
Las Actas (Acta Martyrum Scillitanorum).
Cartas de los mártires (San Policarpo)
Obras de los mártires (Perpetua y Felicidad).
2. La apologética de Tertuliano
Los romanos odian a los cristianos porque no les conocen. Cuando los
conocen dejan su vida pasada y se hacen cristianos. Así les persiguen
sin conocerlos.
3. Lactancio y el De morte persecutorum
Los emperadores que persiguen a los cristianos son malos y por lo
mismo mueren fatalmente.
4. Eusebio de Cesarea
Vita Constantini; Historia Ecclesiastica. Es escritor de la corte de
Constantino.

Actas de los mártires palestinos: hace teología política de la Historia


del cristianismo a partir de los frutos de las persecuciones. Cuando hay
un solo monarca y una sola religión hay paz porque concuerda con la
realidad del cielo.
5. Edicto de Galerio 311
30 abril 311; lo sabemos por Lactanzio:
B. LAS ACTAS DE LOS MÁRTIRES O ACTA MARTYRUM
Son los documentos narrativos del proceso y muerte de los mártires.
Las mejores ediciones son las realizadas por los bolandistas en sus
obras Acta Sanctorum. El apelativo mártir (del griego martyr, testigo)
se atribuyó en un principio a los Apóstoles, que fueron testigos de la
vida y resurrección de Cristo (cf. Hch 1, 8) y a los primeros discípulos,
que por mantener ese testimonio afrontaron la muerte; con el tiempo la
palabra mártir pasó a significar al cristiano que da con su sangre
testimonio de su fe, para posteriormente a cualquier persona muerta
por sus ideales.

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Origen
1. San Policarpo mártir, obispo de Esmirna
La expresión Acta martyrum en sentido genérico, se aplica a todos los
textos narrativos de la muerte de los mártires; pero posee un
significado más restringido y preciso, cuando se refiere, en lenguaje
técnico, a las actas oficiales del proceso y condena. Tales actas eran
estenografiadas y transcritas por los oficiales de cancillería del tribunal
(notarius exceptor) para ser conservadas en sus archivos. Una vez
introducida esta distinción, la denominación de acta queda reservada
para los procesos verbales (por ejemplo, Acta martyru m
Scyllitanorum) mientras que a los restantes relatos referentes a los
mártires, se aplica el nombre de passio, en todas sus diversas formas
(gesta, martyrium, legenda). Semejante distinción queda igualmente
justificada por la diversa finalidad y carácter de ambas clases de
documentos; las acta están desprovistas de todo carácter hagiográfico,
mientras que las pasiones se caracterizan por su finalidad y sentido
religioso e incluso edificante. Es necesario añadir, sin embargo, que en
el grupo de las acta van incluidos algunos textos, que contienen partes
narrativas ajenas al proceso verbal, pero de un valor documental e
histórico equivalente (A Acta-Passio SS. Perpetuae et Felicitatis, por
ejemplo). De todos modos el grupo de acta conservado es muy
reducido, apenas una docena de fragmentos, de manera que la mayoría
de los textos narrativos acerca de los mártires lo constituyen las
pasiones. La escasez de actas oficiales y documentación directa ha sido
objeto de polémica.

Las antiguas comunidades cristianas tuvieron un gran interés en


conservar el recuerdo de sus mártires, como prueban las noticias
referidas en el relato del martirio de San Policarpo (m. 156), cuyo
recuerdo se veneraba anualmente en Esmirna. San Cipriano solía
recomendar a sus clérigos que tomaran nota detallada de la muerte de
los mártires; estos valiosos testimonios son también las noticias más
antiguas sobre el culto a los mártires. De acuerdo con lo que se conoce
hasta hoy, no hay una idea precisa acerca del grado en que los
cristianos acostumbraban a transcribir las actas del proceso; es, sin
duda, muy probable que algunos de los que presenciaran el desarrollo
estenografiasen su texto, del mismo modo que el notarius del tribunal,
y lo entregaran a la comunidad para que se conservara en los archivos
de la Iglesia. Esta hipótesis parece ser confirmada por los detalles y
anotaciones que se leen en algunas acta referentes a la actitud y
reacciones del juez o del mártir y que parecen interrumpir el rígido
formulario del protocolo.

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Por otra parte no resultaba fácil para los cristianos obtener una copia
de los procesos verbales que se guardaban en el archivo proconsular,
por los que en ocasiones había que pagar fuertes sumas. No se han
conservado antecedentes que permitan saber si la Iglesia de Roma, que
tenía organizada una sección de notarios, asumió la iniciativa de
recoger las acta de sus mártires, ni tampoco es segura la noticia de que
Julio Africano realizase una tarea semejante por lo que a Roma se
refiere.[Nota 6] La información acerca de otras comunidades es
todavía más incierta.

De todos modos, la escasez de este tipo de documentos puede


explicarse en parte por la destrucción ordenada por Diocleciano en el
año 303 de los libros sagrados existentes en las iglesias y que habría
afectado igualmente a las acta. No existen vestigios de que las iglesias
se ocupasen después de restaurar el patrimonio de los textos
hagiográficos destruidos. Los acontecimientos de los siglos
posteriores, como las invasiones germánicas de Occidente durante los
siglos V y VI, es posible que hayan consumado la pérdida irreparable
de los escritos aún conservados.
2. División y clasificación
Dada la enorme cantidad de textos hagiográficos y lo heterogéneo de
su origen, autoridad y valor, los críticos han propuesto una
clasificación para orientar su estudio. Se ha observado en primer lugar
que una clasificación de los textos basada en el criterio de la
autenticidad del mártir o la legitimidad de su culto no resulta válida ni
útil. Carece de valor igualmente una clasificación basada en
características extrínsecas, como la que divide los documentos
hagiográficos en Acta, Passiones, Vitae, Miracula, Translationes, etc.,
de acuerdo con el objeto del relato. Tampoco responde a las exigencias
de la crítica la clasificación en dos grandes grupos, documentos
contemporáneos y documentos posteriores, puesto que nada expresan
acerca del valor del documento. El criterio más seguro es el indicado
por Hippolyte Delehaye que se basa en el grado de sinceridad e
historicidad que ofrece el género literario del documento.

Según este criterio se establecen seis grupos de textos:


a. Comprenden los procesos verbales contenidos en las relaciones
oficiales procedentes de los archivos proconsulares o de
transcripciones directas, como las Acta S. Cypriani, por
ejemplo.
b. Agrupan relatos de testigos presenciales o de contemporáneos
dignos de confianza, bien sean testimonios directos, de otras

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personas o de tipo mixto, como el De martyribus Palaestinae de
Eusebio de Cesarea.
c. Contienen narraciones de las que se puede extraer una
información o documento de uno de los dos grupos precedentes
como el Menologion de Simón Metafraste.
d. Abarcan todos aquellos relatos que carecen de una base
histórica, a excepción del nombre del sepulcro, y del culto del
mártir como la Passio S. Felicitatis.
e. Los componen las historias puramente fantásticas, auténticos
productos de la imaginación, como por ejemplo la Passio S.
Nicephori.
f. Agrupan narraciones de carácter legendario que falsifican la
verdad histórica y pueden definirse como falsas.

Si se consideran los elementos que distinguen los seis grupos, es


posible constatar que el primero y el segundo se refieren a un tipo
uniforme de textos por el carácter coetáneo y directo de la
información; los dos siguientes contienen relatos, fundados en diversa
medida, en datos al menos parcialmente seguros; los dos últimos, en
cambio, son verdaderas fantasías sin base histórica.

Manteniendo el mismo criterio de Delehaye, los textos pueden


clasificarse en tres grupos más simples:
 Las actas oficiales y los relatos de testimonios directos.
 Las narraciones basadas en documentos pertenecientes al primer
grupo o, al menos, en un cierto número de elementos históricos
seguros.
 Las novelas o fantasías hagiográficas.
3. Trajano Decio, emperador que organizó la mayor de las
persecuciones contra cristianos en 249
Excepto las acta, todos los documentos de tipo narrativo anteriormente
citados ofrecen desde el punto de vista literario, caracteres comunes,
por ser todos fruto de una elaboración y proceso compositivos propios
de la literatura hagiográfica; la tendencia a la forma esquemática tiene
un origen remoto, cuyo rastro se manifiesta ya en antiquísimos textos,
próximos por el tipo y sinceridad narrativa, a las mismas acta. Así ha
sucedido por ejemplo, en el Martyrium Polycarpi, en el que es posible
reconocer el intento del hagiógrafo de asimilar la muerte del mártir a la
de Cristo. Este tema, del mártir que imita a Cristo, aparece ya en los
primeros escritores cristianos. Cuando posteriormente, a partir del
siglo IV se llegan a fijar determinados esquemas o criterios esenciales,

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los hagiógrafos adoptan algunas características narrativas que llegan a
hacerse propias del género literario de las pasiones.

En primer lugar se ha conservado el tono jurídico del proceso criminal


romano de las primeras acta; a veces incluso algunas de las pasiones
hacen referencia a éste, mostrando así cómo, en más de una ocasión,
las acta perdidas realizaron la función de fuentes. La fórmula
introductoria de la fecha consular de las acta conserva la indicación del
emperador, gobernador o procónsul, aun en los casos históricamente
erróneos. Las fases del procedimiento, arresto, comparición,
interrogatorio, tortura, sentencia y suplicio se conservan y constituyen
la estructura de la narración; igualmente se conservan los
protagonistas, generalmente poco numerosos, de las antiguas acta: el
mártir, el juez o magistrado y el verdugo; en segundo término, los
espectadores cristianos que animan a su compañero y, finalmente, la
masa hostil de los paganos. Sobre un esquema semejante se desarrolla
el proceso evolutivo de las pasiones (a lo largo de los siglos IV al XV),
con sucesivos enriquecimientos y perfeccionamientos formales,
incorporando inclusive fantasías, lugares comunes y errores, debidos
tanto a la ignorancia como a la ciega piedad de los hagiógrafos. Estas
relaciones poco fundamentadas, pueden descomponerse así:
 El mártir e incluso el reducido grupo inicial de los mártires
llegaron a unirse con grupos topográfica o litúrgicamente
próximos;
 La figura del perseguidor quedó tipificada en los más crueles de
los conocidos y considerados tradicionalmente como tales:
Decio, Valeriano y Diocleciano; y otro tanto sucedió con la
figura del gobernador (praeses, proconsularis), a quien se
denominó frecuentemente Anulinus, personaje histórico del
siglo IV.
 El interrogatorio se prolongó de una manera desmesurada,
poniendo a menudo en boca del mártir profesiones de fe
imitando la teología de la época y los escritos neotestamentarios;
 Se hacía pronunciar al mártir discursos polémicos, plagiando el
contenido de otras obras, generalmente de los escritos
apologéticos, dirigidos a los paganos o contra las herejías.

Otro tanto sucedió con las narraciones de las penas y torturas,


prolongadas y multiplicadas sin ahorrar prodigios realizados por el
mártir, adornados del elemento espectacular proporcionado por la
fantasía y la leyenda. En esta transformación y desarrollo, negativo
desde el punto de vista crítico, influyeron en grado considerable varios
factores: la difusión del culto a las reliquias, con los inevitables abusos

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fácilmente imaginables; veneración al santo mártir, patrono de la
ciudad, monasterio o iglesia, que obligaba a encontrarle o inventarle
una vida; el ambiente particularmente religioso y devoto de la Edad
Media, favorecido por los monjes que se contaban entre los más
activos escritores de los textos hagiográficos.

4. Papa Gregorio I Magno


Prescindiendo de las primeras colecciones de acta, incompletas y que
ya se consideran perdidas, se puede afirmar que el primer compilador
fue Eusebio de Cesarea, de quien se conoce el título del escrito de
martyribus que desgraciadamente se ha perdido; en cambio, se
conserva el de martyribus palestinae.[Nota 11] Ésta era la única
recopilación conocida en Roma durante el siglo VI, en tiempos de San
Gregorio Magno, según informó el Papa mismo al obispo y patriarca
de Alejandría, Eulogio, que le había pedido documentación acerca de
las colecciones de gesta martyrum.[Nota 12] Casi al mismo tiempo se
iba formando el gran martirologio llamado jeronimiano con las
conmemoraciones de todos los mártires, que agrupaba los
martirologios más antiguos de las iglesias. Este hecho es importante,
porque la compilación de muchas de las pasiones está íntimamente
relacionada con este martirologio, que les sirvió de punto de partida.
Más adelante, paralelamente a la divulgación de las narraciones de las
gesta martyrum, se sintió la necesidad de sintetizarlos en relatos
sucintos, englobándolos en los martirologios más conocidos en aquel
entonces; los compuestos por San Beda el Venerable en el siglo VIII y
Floro de Lyon, Adón y Usuardo en el siglo IX. Éstos tuvieron a su
disposición los datos de las pasiones y los adaptaron a la
conmemoración litúrgica del calendario; algunos de ellos,
especialmente Adón, no tuvieron ninguna preocupación crítica y
usaron los textos sin valorarlos, confundiendo y deformando datos y
noticias. Por causa de tal información, estos martirologios medievales
se llamaron martirologios históricos.
Algo parecido sucedió en la Iglesia oriental, donde las numerosas
pasiones se recogieron en forma abreviada en los libros litúrgicos, por
ejemplo en los santorales (menaea), en los que se introdujo para cada
día de los 12 meses del año una cita acerca de la vida y martirio del
santo. Lo mismo sucedió con los menologios (menologia), divididos
también en 12 volúmenes, correspondientes a los 12 meses del año; en
ellos las pasiones vienen sintetizadas de una forma más extensa que en
los precedentes. No puede olvidarse el menologio de Simón Metafraste
(siglo X), que leyó y transcribió fragmentos de antiguas pasiones,
dándoles una mejor forma literaria, para lo cual cambió y adaptó las

16
diversas partes del original (de allí el nombre de Metafraste, del griego
metaphrasis=cambio). La obra ha prestado un valioso servicio a la
hagiografía al salvar diversos textos posteriormente extraviados.
Durante la Baja Edad Media se confeccionaron numerosas colecciones
de Vidas de santos, Pasionarios, Legendarios, etc., que todavía se
encuentran en diversos códices de las bibliotecas europeas; otros, en
cambio, se refundieron arbitrariamente en otras recopilaciones
posteriormente impresas y traducidas en lengua vulgar; constituyendo
así una copiosa literatura que alcanza hasta el Renacimiento.

4ª PARTE: El cambio constantiniano

A. HECHOS PREVIOS
En el 311 el emperador Galerio emana un Edicto (E Edicto de Galerio):
Los cristianos deberían rezar por el emperador y no ir contra el orden
constituido.

Constantino derrota a Majencio en la batalla del Puente Milvio tras su


sueño en que vio la cruz: “in hoc signo vinces”, y tras este hecho se
convierte. Dona al Papa Silvestre I el terreno de la familia de los
Letrán, donde se construye la basílica dedicada al Salvador (San Juan
de Letrán actualmente). En el 324 hace construir basílica de san Pedro.
B. EL EDICTO DE MILÁN (NICODEMIA) (13 DE JUNIO DEL 313)
No es una aprobación del cristianismo como religión oficial sino un
permiso otorgado. La libertad de adherir a la relgigión que se quiera
para que el sumo Dios, cualquiera que sea, nos ayude. “No queremos
tener ningún Dios contra nosotros”. El Clero Cristiano no tiene que
pagar impuestos. El Edicto de Milán incluía varias cláusulas que
establecían que todas las iglesias confiscadas durante la persecución de
Diocleciano, serían devueltas, así como otras disposiciones sobre los
anteriormente perseguidos cristianos.

Se pone de manifiesto la habilidad política de Constantino, pero ello


no niega del todo la sinceridad de la conversión de Constantino. En el
arco de Constantino (que celebra la victoria de Puente Milvio) no
aparecen sino divinidades paganas, y ningún signo cristiano. Se
bautizó en el lecho de muerte (337) porque era la tradición, para poder
morir con la gracia bautismal. Constantino fue bautizado por un obispo
ariano porque estaba volviendo de una batalla y fue quien encontró.

17
En la Vita Constantini de Eusebio de Cesarea se nota claramente la
distinción entre imperio e iglesia.
Constantino y el cristianismo
C. LOS EFECTOS DEL EDICTO
A partir del edicto de Milán los cristianos gozaron de mayor libertad
para practicar su religión, pudieron participar en el cursus honorum
(carrera política) y demás privilegios que antes no tenían.

Sin embargo también hubo efectos negativos: el proliferar de las


herejías, el aburguesamiento de los eclesiásticos, la dedicación a tareas
mundanas más que espirituales por parte de los obispos, etc. El mismo
Constantino convocó un concilio en Nicea en el 325 para combatir las
divisiones que se daban entre arrianos y católicos.

5ª PARTE: Iglesia y autoridad política en la Edad Media

A. PROBLEMAS PREVIOS
1. El problema
En el 1453 termina del poder de la Iglesia en Oriente. Había las
invasiones de los diversos grupos (visigodos…) y el Papa en medio
que tiene que tratarse con los diversos pueblos que se hacen reinos.
Luego viene el problema de los musulmanes. Entonces hay que ver
cómo el poder del Papa es equivalente e incluso superior a los otros
reinados. Rm 13, 1-7; 1 (Sométase toda persona a las autoridades
superiorse; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que
hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la
autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten acarrean
condenación para sí mismos); 1Tim 2,1; Hechos 5, 27-29: “Es
necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”. Estos textos son
los que explican esta autoridad. Para evitar esta autoridad total del
emperador la iglesia del oriente inventó el sínodo mientras que en el
occidente había Papa.

El Cesaropapismo consiste en que el poder civil interfiere en temas


religiosos.

La Jerocracia consiste en que el papa se entromente en cuestiones


políticas y civiles.

18
2. La importancia del papado
Sobre el origen de su importancia hay dos posiciones: que el Papa es
importante por su persona como sucesor de Pedro y que es importante
por ser obispo del lugar más importante (donde yacen los huesos de
Pedro y Pablo).
3. El poder de constantinopla
Cuando Constantino cambia la capital a Constantinopla surge un
movimiento que reivindica para el emperador de la nueva capital el
poder que antes tenía el papa en Roma. Constantopla se convierte en
patriarcado (aprobado por el concilio del 381 en Constantinopla
misma).
B. LA LUCHA DE LOS PAPAS
1. Papa Gelasio I (492-496)
Hace una distinción: hay autoridad del Papa y poder del rey. La carta
que escribió es “FFamuli Vestrae Pietatis 494”. Son dos poderes
independientes. Los sacerdotes deben obedecer leyes pero no en
cuanto a los sacramentos y al revés. La famosa lucha por las
investiduras se extendió durante muchos siglos. Por tanto el papa
Gelasio convoca sínodos anuales para limitar el poder del Emperador.
2. Gregorio VII (Hildebrando Aldobrandeschi) (1073-1085)
Luchó contra Enrique IV. Gregorio en el concilio constató que el
obispo viene del clero y nombrado por él. Gregorio VII habló en el
“Dictatus Papae” profundizando en la importancia del papado: el
Papa puede quitar la promesa de fidelidad por la excomunión metiendo
así mano en el poder terrenal.
3. Inocencio III (1198-1216)
Hace frente al problema de los laicos que quieren sacerdotes santos
(movimiento patarita o patarinos) luchando contra la simonía y el
nicolaismo.

Los laicos comienzan a salir a predicar. Hubo herejías (cátaros) El


papa era un gran canonista. Escribió el “sicut universitatis conditur”.
Habla de 2 poderes y no autoridad y poder. Sostiene que Pedro tiene
autoridad de las dos espadas. Atacó el poder del emperador
reivindicando para el papado poderes temporales. Poder del Papa/alma
del imperio=sol; que da poder al Rey/cuerpo del imperio=luna (que
refleja el sol).

19
Es el Papa de la IV cruzada, recibe a san Francisco de Asís en Roma.
4. Bonifacio VIII (1294-1303)
Sucedió a San Celestino V quien renunció, a éste lo tuvo en custodio
hasta su muerte unos meses después. Hubo problemas con Felipe el
Bello (Felipe IV Francia) por el tema de los impuestos. Excomulgó al
rey de Francia. Promulgó el primer concilio (1300).

Escribió el Unam Sanctam (1302): todos están sometidos al Papa si


quieren salvarse. Murió después de 3 meses del “schiafo de Anagni”.
Con BonifacioVIII ya no hay dos poderes (como con Inocencio III)
sino uno solo, el del Papa, que puede juzgar lo temporal y lo espiritual.
“Clericis Laicos”: Habla de los impuestos, de las indulgencias y
del poder de la Iglesia.

6ª PARTE: La Educación en la Edad Media

En el 476 el imperio de occidente cae y con él un sistema político y


educativo. Empieza la edad media. La Iglesia se tiene que hacer cargo
de la organización y también de la educación.

Entonces para hacer estudiar a los clérigos y a los monjes se fundan las
escuelas en las catedrales.

El Concilio de Toledo (527) en la Didascalia Apostolorum pide la


creación de escuelas para enseñar a los oblatos (niños).

El Conc. de Valson (529) en el De Doctrina Christiana pide lo mismo.


A. LOS MÉTODOS PARA APRENDER EL LATÍN
1. Antes de la caída del imperio
Había dos métodos con tres niveles:
a) Lectura del Donatus (manual) y de la Distica Catonis, con
enseñanzas morales.
b) Lectura de los auctores minores y finalmente de los auctores
maiores (gramática + sintaxis).
Una vez caído el imperio se introducen también los salmos.
2. Tras la caída del imperio las cosas cambian
La gran pregunta fue: ¿introducimos, o no textos paganos en la
enseñanza del latín?
Dos posiciones:

20
a) Cesario de Arlé: NO al paganismo.
b) San Agustín: Sí, pero viendo qué sí y qué no. De
Doctrina Christiana.

B. LOS GRANDES HITOS DE LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA


1. Carlomagno (800) y el “De litteris colendis”
No todo fue mérito suyo. La cosa ya venía de atrás. Fueron copiados
muchos textos, pero de dónde eran copiados, sino de los que los
monjes habían conservado y transmitido copiándolos durante
generaciones… Carlomagno tenía en su biblioteca más textos paganos
que religiosos.

Alcuino de York fue su consejero. De Inglaterra traen a Francia libros


del paganismo (artes liberales). En Aquisgrán se crea una escuela
magnífica llevada por Alcuino de York: la escuela palatina contiene el
Trivium y el Quadrivium.

Gran parte del éxito de Carlomagno como militar y administrador


puede atribuirse a su admiración por el aprendizaje. A causa del
renacimiento de la enseñanza, la literatura, el arte y la arquitectura que
los caracteriza, ciertos historiadores se refieren a su reinado y a su
época bajo el nombre de «rrenacimiento carolingio». Carlomagno entró
en contacto con la cultura y la educación presente en otros países,
especialmente en la España visigoda, la Inglaterra anglosajona y la
Italia lombarda, merced a sus conquistas. Durante su reinado se
multiplicaron las escuelas monásticas y scriptorias existentes en
Francia. Los escolares carolingios copiaron y preservaron muchas de
las obras clásicas latinas que habían sobrevivido. De hecho, los
primeros manuscritos disponibles en los textos antiguos tienen su
origen en esta época: casi todos los textos que sobrevivieron hasta su
reinado sobreviven hoy en día. Muchos hombres que trabajaban para el
emperador indican la existencia del carácter paneuropeo que tenía la
influencia carolingia.

Carlomagno mostró un serio interés en las becas y en la promoción de


las artes liberales en la corte. Ordenó que todos sus descendientes
fueran bien educados. Él mismo estudió gramática con Pablo el
diácono; retórica, dicción y astronomía con Alcuino, y aritmérica con
Eginardo. Este último menciona el único fracaso académico de
Carlomagno, el no saber escribir: trató de aprender en su vejez
practicando durante su tiempo libre en su cama la formación de las

21
letras en libros y tablas de cera que escondía bajo la almohada, «sus
esfuerzos llegaron demasiado tarde y dieron poco fruto».
2. Ludovico el Pío y el “Capitulare” del 417
Pide que en los monasterios sólo se acepten jóvenes que quieren ser
monjes: por tanto se crean las escuelas para los “no monjes”.
3. Eugenio IV (826)
Eugenio IV intervino en el tema de los estudios para llevarlo adelante.
4. Raymundo De Peñafort
Gran canonista que comenta derecho canónico y dice que está bien
aceptar a los pobres para estudiar pero no sería mal si los ricos pueden
ayudar. Luego se hicieron las universidades como la de París y la de
Bolonga. Había necesidad de centros educativos para laicos y los
mendicantes ayudaron para enseñar.
5. Gregorio IX y la Licentia ubique docendi

7ª PARTE: El Cisma de Oriente

A. ANTECEDENTES
Hay las patriarquías en Jerusalén, Antioquia, Alejandría, Roma y
Constantinopla (la última). En el oriente se tomaban las decisiones con
el sínodo mientras que en occidente las decisiones las tomaban los
obispos. En occidente ya no hablaban griego y además había diversas
leyes (como permitir casarse después de quedar viudo) distintas a las
de oriente. Constantinopla se convierte en la nueva capital del imperio
y quieren el mismo estatuto de Roma. En el concilio de

Constantinopla 381, can 3= obispo de Constantinopla tiene el poder


primario después de Roma.

Concilio de calcedonia 451, can 28 dice que Constantinopla es la


nueva Roma por ser nuevo lugar del emperador.
Esto causa el enojo de los demás patriarcas.
El Papa Felice III en el Henotikon (482) excomulga a Acacio
(monofisita) que hace cisma (que dura hasta el 519).

22
B. FOCIO Y LA CRISIS ICONOCLASTA (863-870)
Ya había antecedentes de disputas entre Occidente y Oriente por las
persecuciones iconoclastas. Éstas empezaron por un lado por el
especial valor sacro de las imágenes y por otro lado las tendencias
gnósticas, arrianas, monofisistas que aún giraban y que despreciaban
éstas. También se agregó a esto el Islam que las condenaba y que
empezaba a repandirse. El Emperador Leo III en 726 mandó destruir
todos los íconos, el P. Gregorio III se opuso a esto. Luego vino otra
oleada por Constantino V (el coprofílico) sobre todo en monasterios
que jugaban un papel político imporante entre la gente. Su esposa
Irene revirtió esto pues era devota, pero su hijo Constantino VI cuando
obtuvo la mayoría de edad volvió a peseguir, donde San Teodoro
especialmente lucó contra esto. Igualmente León V continuó esta
destrucción, pero a su muerte su esposa Teodora revirtió esta política.
El sínodo de Nicea II (787) condenó la iconoclastía.

Teodora la madre de Miguel III “El Ebrio” no creyó apto a su hijo para
gobernar, por lo que prefirió promover a su tío Bardas. Sin embargo al
final Miguel se impuso y despuso al patriarca de Constantinopla
Ignacio, quien había apoyado a Bardas, puso a Focio (que era laico).
Éste es excomulgado por Ignacio y pide ayuda a Roma, Fozio también
busca ganar el reconocimiento del pontífice. Nicolás I manda sus
delegados. Hacen un sínodo dominado por el emperador. Deponen a
Focio en el sínodo romano y reponen a Ignacio. Focio hace otro
sínodo, llama otros patriarcas y condenan a Nicolás I. Focio manda
una carta al Papa hablándole de los males de la Iglesia de Occidente
(Barba, pan ácimo, fecha de la pascua, y filioque) excomulgándole
igualmente y diciéndole que se dedique a ellos y no a intrometerse en
las cuestiones del oriente.

Basilio, nuevo emperador, pone nuevamente a Ignacio. A la muerte de


Ignacio ponen Fozio de nuevo con la única condición de que fuera
ordenado obispo nuevamente (891).

Hubo el problema del emperador del oriente que quería casarse por 4º
vez (viudo) pero no le permitía el patriarca de Constantinopla así pidió
al Papa que dijo si podía casarse de nuevo. Y eso causó pleito pero al
final el patriarca lo concedió pero como excepción.
C. EL CISMA DE 16 DE JULIO DE 1054
Miguel Cerulario (patriarca de Constantinopla, durante el imperio de
Constantino Monómaco) busca pretextos contra Roma. Dice a León de
Ócrida que escriba una carta contra Roma y que Juan de Trani la

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entregue al Papa. Juan de Trani se la da al secretario de León IX,
Humberto de Moyenmootier (H Humberto de Silva Cándida). Humberto
escribe respuesta y la hace firmar por el Papa. Tanto Humberto, como
Federico de Loreno y Pedro de Almalfi van con el emperador para
cambiar al patriarca Miguel. Humberto ofende fuertemente a éste y le
deja la excomunión sobre el altar de Santa Sofía. Los tres legados
entregan a Miguel Cerulario la excomunión pontificia, y éste hace una
copia y la quema públicamente.

Hasta 1966 no se quita la excomunica. (Ver 2ª historia sobre


eso…Argiro es el malo de la película que falsifico las cartas…).
En el año 1054, el Papa León IX quien, amenazado por los normandos,
buscaba una alianza con Bizancio, mandó una embajada a
Constantinopla encabezada por su colaborador, el cardenal Humberto
de Silva Candida, y formada por los arzobispos Federico de Lorena y
Pedro de Amalfi. Los legados papales negaron, a su llegada a
Constantinopla, el título de ecuménico al Patriarca Miguel I Cerulario
y, además, pusieron en duda la legitimidad de su elevación al
patriarcado. El patriarca se negó entonces a recibir a los legados. El
cardenal respondió publicando su Diálogo entre un romano y un
constantinopolitano, en el que se burlaba de las costumbres griegas y,
tras excomulgar a Cerulario mediante una bula que depositó el 16 de
julio de 1054 sobre el altar de la Iglesia de Santa Sofía, abandonó la
ciudad. A su vez, pocos días después (24 de julio), Cerulario respondió
excomulgando al cardenal y a su séquito, y quemó públicamente la
bula romana, con lo que se inició el Cisma. Alegaba que, en el
momento de la excomunión, León IX había muerto y por lo tanto el
acto excomunicatorio del cardenal de Silva no habría tenido validez;
añade también que se excomulgaron individuos, no Iglesias.
Con esto se ve que la Gran Cisma fue más bien resultado de un largo
período de relaciones difíciles entre las dos partes más importantes de
la Iglesia universal. Las causas primarias de la cisma fueron sin duda
las tensiones producidas por las pretensiones de suprema autoridad (el
título de "ecuménico") del Papa de Roma y las exigencias de autoridad
del Patriarca de Constantinopla. Efectivamente, el Obispo de Roma
reclamaba autoridad sobre toda la cristiandad, incluyendo a los cuatro
Patriarcas más importantes de Oriente; los Patriarcas, por su lado,
alegaban, según su entendimiento e interpretación de la Sagrada
Tradición Apostólica y las Sagradas Escrituras, que el Obispo de
Roma solo podía pretender ser un "primero entre sus iguales" o
"Primus inter pares". Por su parte, los Papas, según su interpretación
de la Tradición Apostólica y las Sagradas Escrituras, declaraban que

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"es necesario que cualquier Iglesia esté en armonía con la Iglesia (de
Roma), por considerarla depositaria primigenia de la Tradición
apostólica" (San Irineo de Lyon, s. II d. C.). También tuvo gran
influencia el Gran Cisma en las variaciones de las prácticas litúrgicas
(calendarios y santorales distintos) y disputas sobre las jurisdicciones
episcopales y patriarcales.

8ª PARTE: Las cruzadas

A. CONQUISTA ISLÁMICA
Los musulmanes eran nómadas y la propuesta moral de Maoma era
fácil de aceptar para ellos. Las divisiones internas el cristianismo
ayudaron a la expansión del Islam. En poquísimo tiempo conquistaron
todo el norte de África, Asia menor y España. En el 721 la batalla de
Tolosa marca el fin de la expansión Árabe. En el 734 empieza la
reconquista española.
B. LA CONTRAOFENSIVA CRISTIANA
En el 1095 Urbano II hace un gran discurso: debemos tomar la tierra
santa de los musulmanes. Hay cuatro versiones distintas del mismo
discurso, cada uno enfatiza un aspecto (los cristianos sufren mucho en
tierra santa; debemos reconquistar lo que perteneció a la Iglesia, etc…)
Y se organiza una peregrinación militar con el perdón de los pecados.
Pedro el ermitaño ayuda a juntar a los pobres. Deus vult, y se ordena la
primera cruzada.

El emperador de Francia y el Alemania estaban excumunicados. Así


que el Papa nombró Raymundo de Tolosa como el capitán y como
delegado a Ademar De Montiel.
1. La primera cruzada (1095)
En 1097 los cuatro ejércitos llegan a Constantinopla (mayo) y en junio
conquistan Nicea. Pasan por Antioquía. En abril de 1099 conquistan
Jerusalén. Se crean patriarcados latinos en Jerusalén y Antioquía.
Mataron a los judíos también.
Algunos problemas que conciernen a las cruzadas:
a) ¿Eran guerras justas? Cicerón-Ambrosio-Agustín-Tomás-
Erasmo defendieron la guerra justa y la guerra era tolerada. La
violencia formaba parte de la cultura de la época.
b) ¿Cuáles son las causas de las cruzadas?

25
c) Retórica militar: es interesante leer los textos de los musulmanes
de aquel tiempo que hablaban de las cruzadas.
2. La segunda cruzada (1145-1169)
Consecuencia de la caída de Edesa en el 1144.
3. La tercera cruzada (1187-1191)
En 1187 cae Jerusalén bajo los musulmanes. Estimulado por el celo
religioso, Enrique II de Inglaterra y Felipe II de Francia pusieron fin a
su conflicto para llevar una nueva cruzada, aunque la muerte de
Enrique en 1189 dejó a los ingleses bajo el mando de Ricardo Corazón
de León en su lugar.

El emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico


Barbarroja respondió a la llamada a las armas, y dirigió un ejército
masivo a través de Anatolia, pero se ahogó antes de llegar a la Tierra
Santa. Muchos de sus soldados desanimados volvieron a sus casas. En
esta cruzada tienen origen las órdenes militares.
4. La cuarta cruzada (1198-1204)
Inocencio III la convocó. 1202 toman Zara para los Venecianos.
5. Cruzada contra los Cátaros (1209-1215).
San Bernardo fracasa en la predicación a los Cátaros. “La toma de
Beziers” es narrada con tonos muy oscuros: se afirma que los cruzados
quemaron la ciudad y todos los habitantes. Fue un Cátaro el que lo
cuenta.

La cruzada de España y de los niños (1212) no fue una cruzada sino


una emigración de niños desde el norte de España al sur de Francia.
6. La quinta (1216) y sexta cruzada (1225-1229)
Fueron organizadas por Federico II. Fueron una guerra teológica
contra el Papa. Se casa con la hija del sultán y toma Jerusalén.
7. La séptima cruzada (1244-1250) y la octava (1290-1291)
Organizadas por san Luis de Francia. En el 1291 los musulmanes
toman todo de nuevoy termina la presencia cristiana en tierra santa.

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C. LA LITERATURA DE LAS CRUZADAS
1. Elogio a la nueva Caballería (San Bernardo)
En la predicación se habla de los distintos aspectos de las cruzadas.
San Bernardo dice que los cruzados no tienen que tener la intención de
matear sino de extinguir los infieles. Dios caxstiga a los malvados.
2. Gesta Dei per Francos
Narración de las “obras de Dios a favor de los francos”.

9ª PARTE: Vida Religiosa en la Edad Media

A. LOS INICIOS
Desde los hechos de los apóstoles sabemos que hay vírgenes
consagradas (profesaban como votos) que se encerraban y vivian
solteras. También había viudas consagradas. El estilo de vida de los
esenios anteriores al cristianismo ha influido en la vida consagrada
cristiana.

La “fuga mundi” tenía su origen en el deseo de una mayor santidad, y


no en el miedo al mundo. La Ataraxia y la Apathia de los griegos no
tiene mucho que ver con la vida religiosa.
1. San Antonio abad (251-356): el iniciador
San Antonio Abad (251-356) parece que fue el primero conocido por
nosotros (su vida es escrita por San Atanasio). El testimonio de
Antonio arrastró a muchos al desierto. Se llaman anacoretas. Vivían en
el deserto para hacer penitencia y trabajar. Gran fama de vida de estos
hombres, los “padres del desierto”, de quienes se describe la vida y se
repiten los dichos.
2. San Pacomio (287-346): el primer organizador
La vida en solitario es muy complicada para muchos. Por lo mismo
inventa una regla para que vivan juntos: comer, rezar y trabajar juntos.
Por eso, cenobitas (del griego “koinonia”, comunidad), pero aún vivían
muy aislados. Tienen sus celdas para los actos privados. San Jerónimo
escribió sobre san Pacomio.

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3. San Basilio de Cesarea (330-379): la vida en común
Hace de la vida común la regla de vida religiosa y critica la vida de los
ermitaños. Se usa esta regla todavía en el oriente. Les criticaba porque
huían del mundo por verlo como algo malo para la virtud, pero él
subraya la obediencia en la comunidad como virtud.
4. San Agustín (354-430): los canónicos regulares
Usa los dos sistemas (monaquismo y de vida común) para hacer uno
solo: obliga a todos los clérigos de su diócesis de Hipona a vivir juntos
pero hacen trabajo predicando en las parroquias. Así forma los
“Canónicos regulares”.
B. LAS GRANDES ÓRDENES
1. San Benito de Nursia (480-547): la gran síntesis
Su regla fue requerida por Gregorio Magno. Hizo una síntesis de otras
reglas ordenándolas y escogiendo lo mejor de cada una según él pensó
oportuno.

San Benito de Aniane (750-821) uniformó posteriormente las reglas de


San Benito de Nursia y las comentó.

San Colombino tomó la vida religiosa como abandonarse a la


providencia. Su tradición monástica se extendió en hoy, Reino Unido.
2. Cluny: los grandes monasterios
El ora et labora se reinterpreta porque las circunstancias han
cambiado. Ponen el acento en el trabajo intelectual. Copian libros. San
Benito no había hablado de los estudios, pero ellos dicen que no está
en contra del espíritu de san Benito, al contrario. Piden la dependencia
directa del Papa. Así si alguien les atacaba, era como atacar al Papa.
Además centralizan la espiritualidad y costumbres teniendo un sólo
Abaad.
3. Los Cisterciencienses: más trabajo que estudio
Se enfoquen más del trabajo físico que en el estudio. Tienen dos textos
que son Carta Caritatis y Exordium. Tratan luego de juntar los
aspectos de vida en un texto y visto luego en el capitulo y luego
aplicado a otros monasterios. Organizan la dependencia entre los
monasterios por medio de la visita, el capítulo general y los textos
constitucionales (consuetudines). Gran importancia en el texto más que
en el abad. Antes el abad era omnipotente en su monasterio pero con la
llegada del “texto”, ellos también están sometidos a una ley.

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4. Premonstratenses: la dedicación al apostolado
Son monjes con vida apostólica. Se mezcla la regla Benedictina
(císter) con la de los canónicos regulares agustinos y de aquí vienen las
futuras congregaciones. Fundado por Norberto.
C. LOS MENDICANTES
Nacen para hacer frente a las herejías pauperistas de los cátaros,
albigenses, valdeses…, para predicar con el testimonio la verdadera
reforma de la Iglesia.
1. Santo Domingo de Guzmán
Estudió con los Premontratenses. El Papa Inocente III no aprueba la
idea de Santo Domingo inicialmente. La pobreza para Domingo es un
medio para convertir a los Cátaros.

Lo más importante de su espiritalidad es el estudio en vistas a la


Predicación y a la cura de almas.
2. San Francisco de Asís
Contemporáneo de santo Domingo. San Francisco viene con la
pobreza para imitar a Cristo. El Papa dijo sí a Francisco como
confraternidad. Honorio III no aprobó la regla de Francisco
inmediatamente sino mandó un cardinal (futuro Gregorio IX) para
estudiarlo y responderles de su parte.

Gregorio IX. Los dominicanos se dedican al estudio, predicación y


cura de almas. Los Franciscanos presentaron su primera regla en 1221,
aunque luego fue cambiada por el Papa en 1223. Es la regla oficial y
no la de san Francisco. En el 1215 convocan un capítulo general donde
el Papa podía participar. Inocencio III quería uniformidad entre los
conventos o monasterios, y aun así aprueba a los mendicantes.

Bonifacio VIII manda todas las monjas de votos solemnes al claustro


(con la bula Periculosa) y entonces las monjas inventan los votos
simples.

“Meaning that is self-made is in the last analysis no meaning.


Meaning, that is, the ground on which our existence as a totality can
stand and live, cannot be mad but only received.” J.RATZINGER
H.W. CROCKER, Triumph. The power and the glory of the Catholic
Church a 2,000-year history, Roseville (CA)2001.

29
1. Fons et Origo
2. Under de Roman Imperium
3. Trial by Fire
4. Constantine
5. The War for the Empire
6. A New Barbarian World Order
7. The Restoration of Catholic Europe
8. The Rise –and near Fall- of Christendom
9. The Crusades
10. Crusaders in the West
11. Inquisition
12. Fleur-de-lis and Iron Cross
13. Renaissance
14. Turks and Protestants
15. Thrust and Counterthrust
16. A Century of War
17. Religion´s Retreat
18. Revolution
19. Revival and the Syllabus of Errors
20. The century of Martyrs.
21. The Global Struggle.

30

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