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TERAPIA DE ESQUEMAS

Esta terapia tiene sus antecedentes en la terapia de Beck y tiene mucho en común
con la terapia cognitivo conductual y con la Gestalt. La terapia fue diseñada por Young para
personas con trastorno límite de la personalidad especialmente, ya que estas personas eran
más difíciles de tratar con otras terapias.
Consiste en primera instancia en explicar al paciente en qué consisten los esquemas
maladaptativos y ayudarle a identificar los que funcionan en su caso.
Las características principales de estos esquemas son.

1. Para cambiarlos se necesita un gran esfuerzo


2. Son claramente inadaptados, disfuncionales
3. Se activan y generan por el ambiente
4. Tienen gran carga afectiva
5. Se establecen a priori.
6. Se retroalimentan perpetuandose a sí mismos

Por otra parte se establecen cinco necesidades emocionales tempranas

1. Autonomía, competencia y sentido de identidad


2. Libertad de expresión de necesidades emocionales
3. Afectos seguros
4. Espontaneidad y juego
5. Autocontrol y límites

Por la insatisfacción de estas necesidades se generan los esquemas disfuncionales


tempranos que constan de recuerdos, emociones, sensaciones corporales y cogniciones.
Estos esquemas se pueden resumir en cinco dimensiones

1. Desconexión y rechazo que comprende, abandono, deprivación, verguenza y


aislamiento. Esto se da en familias donde los niños sufren muchas carencias, de
alimentos y de afecto con lo cual en su vida adulta creen no tener derecho a un
afecto sano y enriquecedor.
2. Perjudicar autonomía que comprende dependencia y vulnerabilidad. Esta dimensión
se da en niños de familias que les facilitan todo, les dan todo creando al final adultos
dependientes.
3. Límites inadecuados que deriva en grandiosidad y poco autocontrol. Niños de
familias que no saben poner límites y crean adultos que se creen con derecho a todo
y superiores a los demás.
4. Tendencia hacia el otro que denota subyugación, autosacrificio y búsqueda de
aprobación. Son niños de familias que ponen los derechos y necesidades del niño
en el último lugar con lo cual de adultos buscan constantemente la aprobación de
otros y se ponen en último lugar siempre viviendo un sacrificio constante.
5. Sobrevigilancia e inhibición. Pesimismo, control excesivo, facilidad para condenarse
a sí mismo y al otro y exceso de normas. El niño es educado en una familia rígida
con exceso de normas lo que genera adultos perpetuamente controlados y
auto.juzgados.

Además el terapeuta debe informar al paciente las formas en las que se perpetuan
estos esquemas. A saber.

. Mediante distorsiones cognitivas, es decir la persona minimiza toda la


información que contradice su esquema y maximiza la que lo confirma.
. Otra forma es la selección inconsciente de experiencias que perpetúan sus
esquemas. Por ejemplo si su esquema es de dependencia inconscientemente se
relacionará con personas dominantes.
. Los estilos de afrontamiento y respuestas desadaptativas también refuerzan los
esquemas. De hecho hay tres estilos de afrontamiento desadaptativo.
1. Rendirse al esquema. Es decir tener esas conductas que dicta el esquema,
reforzándolo.
2. Evitar el esquema. Realizar acciones para no poner en marcha el esquema o tener
pensamientos que bloqueen el esquema. Puede incluir drogarse o beber en exceso.
Un ejemplo puede ser una persona con un esquema de subyugación y autosacrificio
que evita tener contacto con los demás.
3. Sobrecompensación. Es realizar acciones totalmente contrarias al esquema para no
activarlo. Por ejemplo una persona con un esquema de verguenza que actua con
petulancia y es fanfarrona.
Como hemos comentado anteriormente el primer paso en la terapia de esquemas es
que los pacientes entiendan el esquema sus modos de afrontamiento y que ubiquen su
caso y forma de funcionar.
El siguiente paso , después de conocer los esquemas específicos del paciente es
curarlos. Para hacerlo se debe considerar que la labor es ardua ya que los esquemas son
fuertes y están muy arraigados con lo cual para cambiarlos debe afrontarlos y trabajar
arduamente y además no se pueden eliminar pero con trabajo se pueden minimizar para
que no afecten tanto al individuo.
La terapia centrada en esquemas puede durar unas 35 sesiones o extenderse más
tiempo, en función de la gravedad y dificultad del caso tratado. Así la terapia puede llegar a
durar un año o incluso alargarse más con pacientes con trastorno de personalidad limítrofe.
Aunque pensamos que en pacientes con trastorno bipolar no se alargará tanto.
Después de que el paciente ha hecho un análisis histórico de sus vivencias y
emociones y ha identificado sus esquemas deberá activarlos mediante técnicas
experienciales como simulación en imaginación o silla vacía.
A continuación se observan los comportamientos que provocan esos esquemas..
Y por último se descubren los estilos de afrontamiento de los pacientesy otras
conductas desadaptativas.
Queda lo más importante que es el cambio de esquemas. Para hacerlo se pueden
utilizar técnicas cognitivas, es decir, técnicas de racionalización y comprobación de hipótesis
sometiendo a prueba los esquemas para desmontarlos racionalmente. también se usan
técnicas experienciales que trabajan más las emociones . Haciendo ejercicios de
imaginación por ejemplo son muy usados los diálogos imaginarios con los padres donde el
paciente expresa sus carencias e insatisfacciones y el padre imaginario le responde y
reconforta.
Otras técnicas muy utilizadas para cambiar esquemas son las conductuales que
consisten en cambiar conductas que refuerzan esquemas o cambiar el ambiente que
propicia el esquema. El paciente puede optar por cambiar la conducta, el ambiente o
ambos.
Las últimas técnicas utilizadas son las que trabajan con la relación
paciente-terapeuta pero estas no serán usadas non pacientes bipolares ya que son útiles
específicamente para pacientes con trastorno límite de la personalidad.

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