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Era tarde apenas entraba la noche, cuando aquella mujer de exquisita elegancia entro,

llamando poderosamente la atención de los presentes y alguna que otra dama volteo a
verla concierto recelo, nada que a ella le perturbara, segura de sí misma como su
personalidad lo reflejaba se acercó al grupo de amigos que la esperaban, se acercó a
saludarlos cálidamente, provocando un ambiente cachondo y confidencial con aquel
hombre de edad mediana que al verla se levantó inmediatamente como para demostrar a
los presentes que aquella mujer de excitante presencia estaba ahí para él, tomaron
asiento e inmediatamente le sirvió una copa, la cual degusto con elegancia dejando que
su paladar degustara ese líquido abrasador.

La noche trascurría amena entre pláticas candentes y coqueteos de algunos hombres y


parejas, que le insinuaban delicadamente que les gustaría pasar la noche con ella, sin
embargo aquel hombre que la había asediado por tanto tiempo no dejaría pasar la
oportunidad, al principio discretamente besaba su elegante cuello, soplaba su oído o
recorría su espalda cerca de sus senos, para hacerle saber que se derretía por ella,
provocándole un quejidito cachondo que no pasaba desapercibido por sus oyentes, y ya
se mostraban excitados, solo con verla, escucharla, admirarla era exquisito.

De la nada sin saber en qué momento, se vio devolviendo un ardiente beso, dejando que
aquellas manos que por tanto tiempo la desearon, recorrieran su cuerpo, sus senos, sus
piernas que para aquel momento ya estaban abiertas, en realidad no le importaba, que
aquellos con los que platicaba observaran como era acariciada, deseada, eso la excitaba
más, y además ya había observado a algunos de ellos, que secretamente anoto en su
memoria, si había oportunidad también tendría un desliz con ellos, no había imaginado la
aventura que le esperaba.

Su amigo estaba entre sus piernas degustando con su lengua el sabor a gloria, que tenían
los líquidos que salían de su vagina, perfectamente arreglada cada día, estaba húmeda
desde aquellas caricias furtivas y el sabiamente recogía esos líquidos provocando
exquisitos gemidos para sus espectadores, recorría sus labios e introducía su lengua, a
veces pausadamente, a veces con rapidez, saboreaba su clítoris de una manera
impresionante, ella masajeaba sus pechos, de complexión media pero turgentes y
hermosos a la vista, con sus dedos acariciaba sus pezones y ocasionalmente los estiraba,
realmente estaba excitada.

En un momento que cerró los ojos mientras sentía que llegaba un rico orgasmo,
ocasionado por la sabrosa lamida que recibía, sintió un par de manos recorrer su pecho
izquierdo acompañado de un cálido aliento, no abrió los ojos, tomo las manos del atrevido
chico y lo ayudo a masajear, permitiéndole que se uniera a ellos, el chico se aproximó a
su boca y la beso cachondamente, ocasionando que ella derramara sus líquidos en la
boca, de su compañero sexual, que al notar la excitación de ella, pues de dejaba de
arquearse y acercar su pelvis a él, la tomo de las nalgas y como si fuera un mango arrojó
su boca con más avidez a su sexo brilloso, humedecido, lamiéndolo para provocarle otro
orgasmo.
Otro entusiasta chico moreno, de complexión atlética, pues se notaba el trabajo de
gimnasio, se aproximó a ella ofreciéndole intrépidamente su miembro, ella lo tomo
acariciándolo con su lengua desde su base, y lo recorrió mientras miraba a los ojos al
chico, quien agradecido recibía la caricia, con una sensación de gozo en su cara, ya tenía
tres hombres para ella, sentía como sus manos recorrían su cuerpo, acariciaban su sexo,
sus piernas, sus pechos, su nuca, estaba siendo consentida, ella degustaba un pene que
le agrado, sintió cuando su primer amante dejo de lamerla para rozar su clítoris con la
cabeza de su miembro, fusteaba en ella, lo sintió de gran peso, quería voltear a verlo,
pero aquel joven que recibía una gran felación, la tenía agarrada por la coleta que había
hecho en su cabello, sintió como era invadida lentamente, por aquel trozo de carne duro,
candente, disfrutando lo caliente que lo sintió, se comenzaba abrir paso entre las paredes
de su sexo que lo recibieron gozosas, abrazándolo, succionándolo, agradeciendo que
invadiera su innegablemente húmeda vagina de esa manera.

El chico que acariciaba y besaba sus senos, tuvo la destreza de invitar a otro amigo, para
fustear ambos pechos con sus grandes vergas, ambas eran rubias y muy similares,
golpeaban sus pechos de forma coordinada, rozaban sus pezones y también los
golpeaban, con sus cabezas rodeaban sus aureolas, de manera que ella los disfrutaba
mucho, no sabía que parte de su cuerpo era más atendida o consentida, estaba muy
excitada, escuchaba palabras que la ofendían que la encendían, que la hacían sentirse
cachondisima, mas excitada cada vez, “así putita, chúpamela rico”, “te gusta la verga,
zorrita”, “tienes un culo riquísimo”, “te quiero coger por atrás, ábrete las nalgas”.

En un momento sin saber cómo llego a ese grado de excitación se vio montada sobre un
chico moreno, que no supo cómo se unió a ellos, solo lo disfruto, ella cabalgaba y gozaba
de una verga de gran tamaño, que hurgaba de forma riquísima su vagina, sentía sus
manos agarradas fuertemente a sus nalgas obligándolas a subir y bajar con ritmo
cadencioso, sentía labios recorriendo cada parte de su cuerpo, manos acariciándola,
bocas besándola, ella devolvía cada caricia, cada beso, era la sensación de la noche.

Volteo al sentir como la tomaban de las caderas para bajarla de ese juguete que tanto
disfrutaba, la recorrieron muchas manos en su camino hacia el sofá donde fue depositada
de espalda, tumbada prácticamente, sintió que levantaron sus piernas (aunque en
realidad se abrieron solas deseosas de permitir el ingreso de alguien), observo las caras
de aquellos con los que platicara al inicio y rostros nuevos, alguien se introdujo en ella,
sabía que era alguien diferente no recordaba el tamaño de ese miembro, lo sintió
profundo pero respetuoso al inicio sus movimientos eran pausados como esperando que
su vagina se acostumbrara a él, seguían lamiendo, besando acariciando su cuerpo, en un
instante conto aquellos cuerpos que tenía próximos, ¡¡¡eran ocho!!!, se sintió maravillada,
nunca había tenido tantos hombres a su disposición que la atendieran de esa manera, los
disfrutaría a todos, acariciaba sus vergas, sus huevos, sus vientres marcados,
ocasionalmente se acercaba una verga a la boca para darle una buena mamada, después
cambiaba por otra verga para también lamerla desde su nacimiento, controlaba sus
lengüetazos y lo hacía muy bien .
Uno a uno tuvieron su turno y oportunidad de introducirse en ella, de gozar de su sexo,
acariciar su cuerpo, pero innegablemente llego el orgasmo, el momento del clímax, sintió
aquel miembro, que se engrosaba cada vez más y aceleraba su ritmo, haciendo que ella
gimiera, gritara y acompañara el ritmo de ese cuerpo sudoroso que cada vez tomaba más
velocidad, ella arqueaba su cuerpo, en un prolongado orgasmo, que bañaba aquel
poderoso miembro, veía a los demás chicos masturbándose frente a ella, golpeando con
sus vergas, sus pechos, sus brazos sus manos, su cara, volvió a tener otro orgasmo al
sentir como sus amantes derramaban su leche, su semen por todo su cuerpo, sintió como
explotaban dentro de su vagina, recibía semen en su cara, en sus senos en su abdomen,
de verdad lo estaba disfrutando inconmensurablemente, ni en sus fantasías mas locas,
había soñado ser presa de tal excitación y participe de esa escena, se permitió ser el
bufete de ocho hombres que la atendieron, sedujeron y cogieron de forma impresionante.

Descanso un momento sobre el sofá, con su cuerpo lleno de semen, se acariciaba


lascivamente, recorriendo con sus dedos llenos de leche, su cuerpo, lamiéndolos
ocasionalmente, mirando a los más próximos de forma lujuriosa, con ese brillo
espectacular que tiene sus ojos, se levantó ………………

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