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Relatos eróticos Marqueze. El Sexo que te gusta leer.

Mi Amigo y Mi Mujer
13 de Mayo de 2012
por Kenhiro2000
Estábamos solos en la casa viendo televisión, cuando mi amigo llego a la
casa a visitarnos, se me hizo raro pero no le vi nada de malo, nos
tomamos algo y empezamos a hablar, se sentó en nuestra cama, después
de un rato de hablar y de notar unas miradas un poco raras de él hacia mi
mujer decidí proponer tomarnos unas cervezas a lo cual todos estuvimos
de acuerdo, me acompaño por una canasta a la tienda y empezamos a
tomar y charlar los tres, al cabo de un rato empezamos a entonarnos y la
conversación se puso un poco picante pero igual no me pareció malo,
igual seguí notando unas miradas un poco raras, mi mujer se levanto al
baño y se tropezó pues estaba un poco mareada, cayendo sobre las
piernas de él, la tomo de la cintura para ayudarla a levantar, lo cual hizo
que su trasero quedara en la cara de él, note como la miro con morbo
pero me gusto la forma en la que la miró, ella entro al baño y se me
ocurrió la idea de ir por otras cervezas, mi amigo se ofreció a
acompañarme pero le dije que no, que se quedara con mi esposa, salí de
la casa y fui a la tienda, cuando llegue con las cervezas los vi hablando
muy animados y de hecho se habían acercado un poco, pues estábamos
sentados todos en nuestra cama les dije que tenía que pasar a hacer una
vuelta y que me demoraba una hora que por favor se quedara con ella y
no la dejara sola cerré la puerta pero no salí, me escondí de forma que
ellos no me vieran, empezaron a hablar de tonterías pero la conversación
subió de tono, pues las cervezas ya hacían su efecto, él empezó a
admirarla y a decirle que le atraía muchísimo y ella le dijo que él le
parecía una persona muy especial, de hecho alguna vez ella me hizo un
comentario con respecto a la forma de ser de él, de un momento a otro él
se le acerco y le cogio las manos acariciándolas muy suavemente, ella lo
beso con mucha pasión, yo miraba esto pero no creía que a ella le atrajera
de esa forma, se puso de pie delante de él, para que le desabrochara el
pantalón, metió sus manos entre su camiseta subiendo muy despacio por
su vientre dándole besos mientras la acariciaba hasta tocar sus senos, le
abrió el pantalón, tenía puestas unas tangas pequeñitas que me
enloquecen y al aparecer a él también, él dijo que lo hicieran rápido, por
que no tenían sino una hora, pero ella le dijo que quería disfrutarlo, que
la tocara y besara todo su cuerpo, ella se agachó para que el la besara,
igual ella besa muy delicioso y se notaba que a él le encantaba, lo notaba
por como el bulto de su pantalón parecía que iba a estallar, le bajó el
pantalón, dejando ver que estaba mojada por las caricias y los besos que
estaba recibiendo, él le dio la vuelta mientras acariciaba sus piernas y sus
nalgas, esas nalgas deliciosas que hacen de su culo un manjar, lo se, por
qué he estado allí, abrió su culo muy despacio pasando su lengua por
toda la extensión de su raya, haciéndola estremecer y gemir de placer, mi
amigo se puso de pie y le quitó la camiseta, poniendo las manos en sus
senos, sacándolos del brasier y haciéndolos saltar como si estuvieran
presos y deseosos de salir, se notaba por que tenia sus deliciosos pezones
muy duros y esperando a ser lamidos, paso sus dedos sobre ellos,
tomándolos entre ellos y halándolos para hacerla sentir, él se paro a su
espalda, poniendo su bulto contra su trasero, ella lo frotaba contra sus
nalgas, de arriba abajo y en círculos, en una danza erótica, haciéndolo
excitarse cada vez mas, le dio la vuelta, ya no aguantaba mas, empezó a
besarla con locura, sus lenguas se enredaron en un beso profundo,
húmedo, delicioso, bajando por su cuello hasta llegar a sus pezones que
estaban paraditos esperando su boca, él se los chupaba, los mordía, los
tocaba con pasión, ella le quito la camisa y lo empujo sobre la cama y se
subió sobre él, para seguir besándose desenfrenadamente, frotando su
vulva contra su verga que quería salir de su pantalón, empezó a bajar
hacia la cremallera abriéndola y quitándole el pantalón acentuando mas
la erección que tenia, ella lo miraba con deseo y saco de sus bóxer su
verga que estaba a punto de estallar se notaba que estaba mojado y muy
excitado, debo decir que a estas alturas de lo que sucedía yo también lo
estaba, con una total incertidumbre por que sentía una mezcla de ira y
excitación al ver lo que sucedía, mi verga ya estaba parada, estaba muy
mojado y empecé a tocarme mientras ella cogió su miembro y se acercó
muy lentamente a él pasando su lengua por la punta, era de un tamaño
generoso, lo lamio varias veces y después lo metió en su boca como si
fuera un helado de chocolate, él se estremeció cuando ella hizo esto, lo
chupa muy rico debo decirlo, disfrutaba con cada movimiento de su
cuello, succionándolo, saboreándolo, metiéndolo todo en su boca,
besando sus huevos, una y otra a vez, acariciándolo con sus manos, él la
atrajo hacia su cara y se besaron muy rico, saboreando sus labios, se
dieron vuelta en la cama quedando ella debajo, él bajo a quitarle las
tangas, tenía su sexo depilado y rosadito, brillante por sus jugos,
palpitante, deseoso de ser penetrado, le dijo que lo quería dentro de ella,
pero él lo que hizo fue empezar a chupar su vagina, mi amigo es trigueño
y mi mujer es blanca, el contraste de sus pieles se veía muy sexi, él lamia
su clítoris con apuro, deseoso de saborearlo, haciendo que gimiera de
placer, estas muy delicioso, me encanta como lo haces, dame mas, le
pedía, a lo cual él contestaba con sus labios en su vagina, los pezones
parados él los tocaba con una mano, haciéndola sentir placer, se notaba
en su cara, era muy excitante para mi ver lo que sucedía, me tocaba,
masturbándome mientras mi amigo se comía a mi mujer, siguieron así
unos segundos más, pero ella le dijo, “No me aguanto más, quiero que
me lo metas ya”, el subió besando su abdomen, sus tetas, su boca, su
lenguas se enredaban en cada beso, puso su miembro en la entrada de su
vagina y lo empezó a meter muy despacio, haciendo que ella arqueara su
espalda de placer, cuando ya había metido la mitad de su miembro, ella
lo jaló haciendo que la penetrara completamente, ella estaba como loca
de placer, “Lo prohibido es muy rico” le dijo él, “Tenía muchas ganas de
comerte”, empezó a bombearla despacio, subiendo la velocidad cada vez
más, adentro y afuera en esa danza deliciosa y con cada golpe ella abría
su boca demostrando lo rico que lo sentía, cambiaron de pose haciéndose
ella en cuatro y el penetrándola desde atrás haciendo sonar su cuerpo, sus
huevos contra su culo, sonaba delicioso, y las caras que hacían eran aun
mas deliciosas, ella le dijo que se quería hacer encima de él, el se acostó
en la cama y ella lo montó, metiéndose todo su pene, clavándose en él,
subía y bajaba rítmicamente, se notaba la satisfacción que sentía, sus
tetas bailaban con cada movimiento, haciendo que él se las apretara y
jalara sus pezones, “Así, que rico, más, que delicia, ya viene ya viene”, se
quedo quieta sintiendo su orgasmo, con el miembro de mi amigo dentro
de ella, apretándolo con su vulva, siguió cabalgándolo y cuando él ya
estaba a punto de venirse se quitó haciéndole una buena paja para que
terminara y acerco su boca mamándolo hasta que no pudo más y se vino
en su boca, llenándola con su leche, nunca pensé verla haciendo eso,
parte de la leche se le regó un poco sobre él, pero ella la limpio con su
lengua, se levantó, y le dijo a él, vístete rápido que ya no debe demorar
en llegar, él le dijo, “Listo pero a la próxima me vas a dejar disfrutar de
ese culo tan delicioso que tienes”, se vistieron rápido y se acomodaron a
los extremos de la cama, “ya veremos por ahí nunca lo he hecho”, le dijo
ella, abrieron unas cervezas, espere un minuto e hice sonar la puerta
como si acabara de llegar, ella se levantó y me beso en la boca,
preguntándome porque me había demorado, pude sentir el sabor del pene
de mi amigo en su boca, olía a semen pero no le dije nada, no sé por qué
lo hizo, yo no sabía nada se supone, les pregunte, “¿Si la pasaron rico?”,
mi mujer me dijo, “Sí, tu amigo es muy buen conversador”, a lo cual yo
le conteste, “Sí, él es muy bueno con la lengua”, nos reímos los tres, cada
uno pensando en el por qué nos estábamos riendo, nos tomamos unas
cervezas mas, al rato él se fue, cuando ya nos acostamos empecé a
tocarla, podía sentir su vulva húmeda, se la empecé a lamer, sintiendo
nuevamente el sabor a sexo, en una mezcla de su chocha húmeda y
deliciosa y la verga de mi amigo, lo hicimos muy rico como siempre, le
lubrique muy bien su culo, ya que estaba muy excitada y muy
suavemente se lo metí por su ano, ella me miro raro pero yo empecé a
bombearla cada vez mas rápido hasta que no pude aguantar mas
llenándole el culo de leche, fue espectacular acababa de desvirgarle el
culo, después de ver como era comida por mi amigo, me beso muy rico
como siempre aunque con un ingrediente nuevo, el sabor de la verga de
mi amigo en la boca de mi mujer.
Nuestro Primer Trio Bi

Escucho la llegada de mi esposa, al entrar al cuarto veo algo raro en su cara pero no sé que es, ella empieza a
quitarse la chaqueta que lleva puesta, y a soltarse un poco la blusa, los primeros botones pero sin dejar ver
nada, hasta el momento nada me parece raro, solo creo que tiene ganas de hacer el amor.

Me mira y me dice, “Traigo un regalito para ti, siempre has querido esto y hoy se te va a cumplir”, me dejó
desconcertado por que no sabía a qué se refería, en ese momento escuche un ruido detrás de ella en la puerta
de nuestra habitación, le pregunte que había, a lo cual la respuesta fue la entrada de un hombre moreno, como
de 1.75 cm de estatura, con una camisa abierta que dejaba ver su pecho bastante marcado y lampiño, con un
color, muy llamativo pues no era muy negro pero tampoco era blanco, en ese momento se acerca a mi esposa
por detrás, pegando su cuerpo a ella, y poniendo sus manos en su cintura, a lo que ella al sentir aquellas manos
grandes y fuertes se estremeció, yo trate de pararme de la cama, molesto por lo que estaba pasando pero ella
me dijo que me quedara allí, que esa era mi fantasía y que ella ahora la iba a hacer suya para que
disfrutáramos los dos, (hasta ese momento no entendí eso), el empezó a desabotonar su blusa, dejando ver su
hermosa piel blanca, que al contraste de las manos de aquel hombre, se veía supremamente excitante, empezó
acariciando su estómago muy lenta y suavemente , ella cerró sus ojos y mordió su labio inferior en un gesto de
placer y de lujuria diciéndome: “Me excita muchísimo saber que estas mirando como otro hombre me
acaricia, me vuelve loca”, pasándose la lengua y mojándose los labios, él siguió acariciándola subiendo las
manos hasta sus senos, apretándolos, estrujándolos, no muy fuerte, lo hacía con pasión, juntando uno con el
otro mientras besaba sus hombros, esas manos grandes y oscuras tocaban a mi esposa, con mucho deseo, pude
ver como sus pezones se ponían duros, indicando su grado de excitación, (Ellos lo estaban disfrutando
muchísimo y no puedo negar que yo también, ella tiene unos senos hermosos, blancos, medianos, con unos
pezones grandes y deliciosos, que dan ganas de besar, lamer y jalar). Le quitó el sostén y sus senos deliciosos
quedaron a merced de las manos de este hombre de color chocolate, que sí lo miraba un poco con envidia
tenía un cuerpo perfecto, y era muy atractivo, ahora tocaba sus senos desnudos, recorriendo con la yema de
sus dedos los pezones, claro aún no había visto su bulto en el pantalón, pues mi esposa se encontraba frente a
él, de hecho su culo estaba pegado al pene de aquel personaje que no dejaba de tocarla, le dio media vuelta y
le acaricio la espalda, de arriba abajo, haciéndola estremecer con cada roce, él tiene las manos grandes y
fuertes, así que fue bajando hasta que las puso en sus nalgas, apretándolas mientras me miraba, tocando su
culo (Que de por si es bastante grande y muy llamativo además de hermoso). Ella se empinaba cada vez que
él le apretaba el culo, yo empecé a sentirme tan excitado que mi verga empezó a pararse y mi respiración a
acelerar, la beso en la boca, fue un beso húmedo y sonoro, podía ver en la cara de él, que disfrutaba mucho ese
beso (Mi esposa besa muy bien, sus besos son orgásmicos). Podía ver como sus leguas se entrelazaban
saboreándose la una a la otra y recorriendo la extensión de sus labios con ellas, Él bajo sus manos al broche
del pantalón, y la volvió a poner de frente a mí, abrió su pantalón y metió la mano para buscar la vulva de mi
mujer, que en ese momento se encontraba mojada, pues su cara de excitación era espectacular, en el momento
que el llega hasta su sexo ella gime de placer, se voltea y lo besa nuevamente, él introdujo dos dedos en su
vagina haciéndola ponerse arrozuda, ella lo besaba con pasión y un poco de desespero, mientras yo me tocaba
la verga con mucho deseo. Y con ganas de ir a participar en lo que estaba pasando.

Empezó a acariciarlo, ahora era muy delicioso ver como sus manos blancas recorrían el cuerpo de este hombre
moreno, besando su pecho, el cuello, los pectorales y los pezones de él, bajando muy lentamente por su
abdomen marcado, llegando al pantalón de aquel hombre negro (Que debe reconocerlo siempre quiso comerse
uno como ese, aunque no sé si ya lo había hecho). Hasta ese momento puede ver su bulto sobre el pantalón,
era grande y parecía que se le iba a salir, abrió el botón y siguió muy despacio abriendo los demás (Tenia
puesto un pantalón de botones), Le ayudo a quitárselo pasando muy cerca la cara de su miembro, dejándolo
en bóxer, lo beso en los muslos, metiendo las manos por las mangas de estos, acariciando sus nalgas,
recorriendo su muslos, hasta llegar a su bulto, haciendo una exclamación de sorpresa cuando lo toco y saco
muy lentamente una verga bastante grande y un poco gruesa, 20 cms creo yo, lo cual me hizo sentir celoso,
(Yo la tengo muy normal) La cogió entre sus manos y empezó a acariciarla, (Nunca pensé ver a mi mujer
tocándole la verga a otro hombre y mucho menos delante de mío) me gustaba lo que veía, no sé por qué, se
veía muy sexi, muy sexual, era delicioso, morboso, prohibido ver como la miraba y la acariciaba al mismo
tiempo que me miraba con deseo, dijo: “No creíste que le cogiera el pene a otro tipo delante de tuyo?” , él se
encontraba muy excitado también, se notaba por la erección y porque se encontraba mojado también, ella me
miro con morbo, saco su lengua y la paso muy lentamente por la punta de su pene, haciéndolo estremecer de
placer (Siempre me dijo que no sabía si podría hacerle eso a otro hombre que no fuera a mí) pero se
encontraba tan excitada (No sé si alguna vez ha tenido esta fantasía o si tiene alguna en realidad, me imagino
que sí).

Hasta que decidió meterla en su boca, la saboreaba como su fuera un helado de chocolate, no lo podía creer, la
veía haciéndole sexo oral a este negro con tanto placer, lo hizo acostarse en la cama, prácticamente a mi lado,
mientras seguía chupando y acariciando ese pene, fui hacia ella, para acariciar su espalda a lo que ella me
recibió con un beso en la boca y me pregunto con una cara muy picara: “Te saben rico mis besos??”, yo me
quede sorprendido mientras ella besaba el cuerpo de aquel hombre hasta llegar a su boca nuevamente, estaba
muy mojada y excitada, aunque todos lo estábamos, tenía un sabor a sexo, a pasión, en sus labios, se acomodó
en cuatro de forma que su sexo prácticamente que do en mi cara, no pude resistir y empecé a besar sus nalgas,
lamiendo su culo y su vagina que estaba supremamente jugosa, se corrió hacia donde estaba el y empezó a
montarse de forma que pudiera excitarse con esa verga, dijo: “Esto es lo que quieres verdad???”, me cogió la
mano haciendo cogerle el pene a él, lo coloco en la entrada de su vulva, haciendo que le frotara el clítoris con
la punta del pene, después de hacer esto un rato y excitarse aún más, empezó a meterse esa cosa muy despacio
en su ser, a medida que entraba, lo metía un poco y lo volvía a sacar un tanto, su cara se transformaba en una
mezcla de placer y de dolor, yo le miraba la cara, viendo los gestos que hacia me excitaba aún más, el también
me miraba mientras mi esposa se sentaba en su miembro, preguntándome si me gustaba lo que veía, cuando
entro toda su carne en ella, me dijo que me hiciera detrás, yo veía como estaba dentro de ella, se veía
delicioso, morboso, ella gemía cada vez que entraba en su cuerpo, y yo me volvía loco mirando el espectáculo
desde atrás, empezó a cabalgarlo sin parar, yo veía su culo moverse de arriba a abajo, con esa verga negra, que
entraba y salía brillante con sus jugos, me dijo que le besara las nalgas y el culo, cuando le metí la lengua
gimió y se estremeció, mientras yo me deleitaba lamiéndola, se quedó quieta con ese pene adentro y se volteó
quedando su vagina frente a mí, “Quiero que me la chupes, mientras tengo esto dentro de mí”, yo me acerque
muy despacio lamiendo su clítoris mientras él la mantenía penetrada, sentía que mi verga iba a estallar, ella se
movía de arriba abajo mientras yo la lamia, era delicioso ver ese trozo negro dentro de su vulva, rosadita y
jugosita, tan cerca de mi cara, olía a sexo, era muy excitante; era inevitable que mi lengua alcanzara a tocar la
verga de él y de un momento a otro ella se saca esa cosa jugosa y mojada, grande, palpitante, y antes que yo
pudiera hacer algo la mete en mi boca, yo le dije que porque lo hacía me dijo: “Yo no soy la única que se van
a culear hoy aquí, si quieres que lo siga haciendo tú vas a probar también lo que yo siento, ese es el pago”,
ella se corrió hacia atrás colocándose en la cara de él, para que le chupara la vagina, mientras yo chupaba la
verga de él, chupaba su panocha bebiendo sus jugos deliciosos, besando su ano y penetrándolo con su lengua,
ella me miraba con esa cara de angustia y placer que pone cuando está muy excitada, así mismo me besaba en
la boca y me hace mamar la verga de aquel negro junto con ella, nos besábamos con el miembro de él en la
mitad de nuestras bocas, me sabia delicioso, no se por qué, me excitaba pensar que estaba haciendo el amor
con mi esposa y adicional a eso estaba mamándole la verga a un hombre, junto con la boca de mi mujer que en
ese momento se encontraba deseosa, lentamente él lamia su chochita desde su clítoris hasta su ano lo que la
hacía erizarse y besarme muy profundamente, podía sentir el sabor del pene de aquel negro en sus labios,
sudaba con los movimientos que hacía, buscando placer, hizo que cambiáramos y yo quede en la cama
acostado, haciendo lo que él había hecho antes, le lamia la chochita a mi mujer mientras ellos me chupaban la
verga a mí, sentí como me chupaban las huevas, y también sentí como me empezaron a tocar el culo, yo
intente pararme pero ella no me dejo, me dijo: “Tranquilo yo soy la que te está tocando”, pero después sentí
como ponían una lengua en mi ano, haciéndome sentir mucho placer, (Nunca me han chupado el culo y se
siente delicioso), el problema fue cuando empecé a sentir que me metían un dedo en el culo, aunque para ser
sincero se sentía bien, yo estaba muy excitado y creo que mi culo estaba ya muy dilatado porque puede sentir
como iban metiendo más dedos, sin para de mamarlo; sentí cuando él se puso de pie delante de mi mujer para
que se lo mamara, o eso era lo que yo creía, no podía ver nada, solo tenía frente a mí el culo de mi mujer;
puede escuchar como lo chupaba, pero de un momento a otro sentí la punta de la verga de él, en la entrada de
mi ano, empezó a empujar, al principio me sentí muy raro, me quise quitar pero ella me dijo: “Recuerda, ese
es el pago”, ese negro tenía la verga muy grande, me empezó a doler pero él se quedaba quieto, para que me
fuera acostumbrando y así lo fue metiendo más y más, yo me comía el culo de mi mujer con mi boca, ella se
quitó y me beso preguntándome si me gustaba lo que me estaban haciendo, que eso sentía ella o más o menos
cuando la penetraba, en ese momento el negro me estaba dando por el culo, ella empezó a mamarlo mientras
el negro me culeaba, lo saco y se lo metió a mi mujer, que estaba esperando que termináramos de culearla,
volvió a cabalgarlo y cuando menos lo pensó le empecé a chupar el culo, lo tenía muy rico y estaba como
preparada para ser penetrada, me dijo: “No lo pienses tanto y mételo ya”, a lo cual yo no me demore y se lo
fui metiendo muy despacio y ella lo estaba disfrutando muchísimo, yo creo que nunca en la vida pensó tener
dos penes dentro de ella al mismo tiempo, yo me sentía muy, muy bien, no me puede aguantar y me vine
dentro de su culo, yo me quite y vi como ella se volteaba en la cama quedando debajo de él, era muy rico ver
como ese negro le daba clavo a ella, haciéndola llegar, tuvo un orgasmo delicioso, se notaba en su cara y en
como su cuerpo se estremecía, cuando él estaba a punto de venirse, ella le dijo que se saliera e hizo que él se
viniera en la cara y en sus senos, diciéndome: “También querías que hiciera esto verdad, pues ahora me van a
limpiar” ella nos hizo que le limpiáramos la cara y el cuerpo con nuestras lenguas y así terminamos, besando
entre los dos todo su cuerpo, cansados de la faena que acabábamos de vivir. Claro que al rato mi mujer, hizo
que le diera al negro por el culo para que así estuviéramos a mano todos.

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confesiones

14 de Marzo de 2012

por narrador

Era verano, mi novia ya había cogido vacaciones en el trabajo así que después de hablarlo conmigo decidió ir
a pasar una semana con sus hermanas al apartamento de sus padres.
Al cabo de una semana volvió a casa y la note rara, en una primer instante no le dije nada pero al cabo de dos
días mientras estábamos en la cama aproveche para preguntar

-¿Que te pasa? ¿Hay algo que tendría que saber?

Sin dar muchos rodeos confeso que durante esa semana tubo un lió con un amigo de la playa.
Empezó explicándome que la noche antes de volver salieron a tomar algo, ella, sus hermanas y unos amigos
de sus hermanas. Cuando vio que era tarde y después de tomarse 2 copas decidió volverse hacia al
apartamento y uno de los chicos la acompaño. Al llegar al apartamento que esta justo delante del mar mi novia
saco dos toallas y se sentaron en la arena para fumarse un cigarro. Debido a la especial calor que hacia esa
noche y a las copas el chico le propuso ir a darse una baño aprovechando que la playa estaba vacía .
Mi novia se saco la ropa quedándose solo en tanga y el chico solo en bóxer, se metieron dentro del mar y
después de un rato Christopher abrazo a mi novia.
Me confeso que se empezó a excitar porque noto como poco a poco un bulto le iba apretando mas en el culo,
le cogio las manos y se las puso en las tetas.
Yo mientras que lo contaba a mi también me invadía una extraña sensación por una parte estaba enfadado
pero por otra al imaginarme la escena con ella me estaba poniendo cachondo y ella sonriendo dijo:

- Te estas excitando al escuchar todo esto verdad?

Le conteste que si y sin pedírselo me saco la polla y me dijo pues escucha con atención que aun queda un
poco mas , y mientras que seguía contándome me iba haciendo una paja lentamente como ella sabe que me
gusta.
Christopher empezó ahora a tocarle el coño a Patricia mientras que con la otra mano seguía sobandole las
tetas.
Ella le pidió que quería ir mejor a la arena a seguir y así fue. Cuando llegaron a la arena ella se sentó se apoyo
con los brazos hacia atrás y dejo que Christopher le sacara el tanga y que empezara a jugar con su conejito,
primero acariandole el xoxito luego empezó a meterle los dedos en el coño y ella comento que no podía parar
de gemir de placer ya que estaba disfrutando como una putita.
Yo ya iba tan cachondo que mi novia se sentó delante de mi y mientras ella también se masturbarla me
susurro al oído si quería seguir escuchando.
Cuando el chico ya la había puesto bien caliente ella le puso el culo delante de la cara para así poder comerle
bien la polla dejándole a el su dulce conejito para que se lo comiera, me confeso que disfruto mucho
comiéndoselo pero lo que mas le gusto es comerle el ano, le encantaba comerle el culito a mi novia.
Ya estaba apunto de correrme y mi novia que ya se masturbaba también sin control acabo la historia
explicándome que Christopher al final se corrió en su boca pero que luego la tumbo en la toalla y siguió
comiéndole el coño hasta que ella se corriera.
Yo estaba muy caliente así que le pedí que me hiciera una mamada justo como se la había dado a el, que me
correría en su boca y que así la perdonaría.
Se puso a cuatro patas delante de mi y me empezó a mamar la polla y mientras yo le metía los deditos por el
culo y observaba como se seguia masturbando y gimiendo hasta corrernos los dos.

Espero que hayas disfrutado con la historia y sobretodo imaginando a mi novia, si queréis mas relatos o
detalles hacerlo al mail.

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Primera vez en un club de intercambios

31 de Marzo de 2012

por laparejapicante

Con todos estos sucesos nos pico la curiosidad de ir a un club de intercambio de parejas. Así yo podría
también probar un coño distinto al de mi mujer, ya que en todos los sucesos anteriores solo participaron
hombres. Así pues se dispuso todo y tras los nervios de la indecisión acudimos. Nos recibió el dueño del local,
el cual muy gustosamente nos lo enseño para ver si decidíamos quedarnos.

Comenzamos tímidamente la visita ya que no es lo mismo compartir en lo privado que delante de tanta gente.
Pero aún así nos lanzamos a la aventura. Lo primero que nos encontramos fue un guardarropa para los
abrigos. De aquí se pasaba a la zona de barra, donde se podía tomar una copa y tantear ya algo el ambiente. De
este se pasaba a la zona de sillones donde la luz ya era tenue, a diferencia de las anteriores, y donde uno ya
podía intimar algo con las otras parejas. Allí estaba el acceso a los vestuarios, ya que a partir de esta sala solo
se podía pasar sin ropa o con toalla. De esta zona se pasaba a un pasillo el cual daba acceso a un cuarto oscuro
para poder jugar a la gallinita ciega y otras cosas, je je je. Al final de este pasillo se tenia acceso a la sala del
jacuzzi, un grupo de camas, la habitación de la cama redonda, y luego a otros receptáculos con mas camas.
Vamos que había mas camas que en un hotel, solo que no para dormir. El jacuzzi estaba muy bien, cabrían
unas tres parejas y era visible desde la primera zona de camas. Apenas había tres parejas, pues aún era
temprano.

Durante el paseo el dueño del local saludó a una pareja diciéndoles “aquí os traigo amigos nuevos”. Recuerdo
que la mujer se alegro y dijo “bienvenidos” mientras con la mano tanteó mi mercancía sobre el pantalón. Al
finalizar el recorrido el dueño nos advirtió que había que utilizar preservativo siempre, que en la barra se le
podía pedir a la camarera todos los que necesitásemos, que disponíamos de duchas y toallas, etc…

Total que decidimos probar. Así pues pasamos a los vestuarios y tras quitarnos la ropa y colocarnos la
respectiva toalla. Pasamos a la zona del pub para tomar una copa e ir suavizando la situación pues a pesar de
que ya sabíamos lo que era el sexo compartido estábamos un poco nerviosos. Tomamos la copa y pasamos a
la zona de sofás y nos pusimos a ver el ambiente. En una de las esquinas estaba sentada una pareja, la cual ya
andaba en los metimientos de mano.

Total que después de terminar la bebida decidimos pasar al jacuzzi. Estaba vacío. Nosotros nos metimos y
comenzamos a acariciarnos y besarnos. Acto seguido yo me senté en el borde y ella se arrodilló delante y
comenzó a chupármela con mucho afán. En eso vimos dos parejas que estaban en la cama de enfrente los
cuales no se perdían el espectáculo mamatorio que estaba dando mi mujer. Era muy excitante la escena, ella
chupando y la pareja mirándonos. Eso la excito más, cosa que noté por como comenzó a chupar más fuerte.

Así pues cambiamos las tornas, ahora fue ella la que se sentó en el borde con las piernas abiertas y yo el que
comenzó a comerle el coño. Mientras se acariciaba las tetas sin perder vista del resto de parejas que seguían
mirándonos con interés. Seguramente pensarían, “ carne nueva…”. En eso estuvimos un rato hasta que
decidimos seguir disfrutando del resto del local. Seguidamente decidimos pasar al cuarto oscuro. A éste se
accedía por una puerta que tenía una cortina. Una vez dentro estaba todo vacío, al final había un poyete
acolchado para sentarse, así que yo me senté y mi mujer se puso de espaldas a mi restregando su culo contra
mi polla. Me encanta cuando me pone la polla entre sus cachetes y comienza a mover el culo, yo le digo la
lavadora. Al instante entro un chico. Se quedo mirando unos segundos. Luego se acercó lentamente y se
quedó delante mirando, lo poco que dejaba aquella penumbra, a mi mujer. Tímidamente alargo una mano y
empezó a acariciarle uno de los pechos. Luego ya paso a tomar ambos pechos con la mano. Acto seguido se
liberó de la toalla, quedando delante de ella con la polla al aire. Yo para entonces ya andaba metiendo mi polla
en su coño desde detrás.

El chico se inclinó un poco y empezó a chuparle los pechos. Entonces ella estiró una de las manos y comenzó
a tocarle la polla suavemente, para luego seguir pajeandolo. El sonido de los gemidos del chico, y nuestro se
debería escuchar detrás de la cortina, ya que en unos minutos entro otro chico. Este se acerco de lado y estiró
la mano hacia uno de los pechos. El chico de antes, gentilmente, le cedió uno de ellos. Ahora estaban los dos
chicos chupando cada uno un pecho, y ella para corresponder tenia sus respectivas pollas en cada mano. Yo
para entonces seguía disfrutando de la follada desde atrás sin perder detalle de la situación, la cual era super
morbosa. En eso estuvimos una rato hasta que ella les soltó la polla e hizo ademán de querer salir, cosa que
entendieron rápidamente cediendo el paso a la puerta.

Ahora entramos a la habitación de la cama redonda. Era pequeña, solo había sitio para la cama. Allí estaba
una pareja follando tan ricamente. Nosotros nos tumbamos al lado y comenzamos un sabroso 69. Yo no veía
nada. Solo el coño de mi mujer sobre mi cara, pero ella si tenia acceso a la follada de los vecinos. Era algo
diferente y excitante estar follando junto a otras personas. Junto con la mamada de mi mujer notaba una mano
tocándome los huevos, que luego me corroboró ella que era de la otra chica. Tras un rato de 69 ella se puso a
cuatro y de cara a la puerta de la habitación. Yo comencé a follármela desde detrás mientras la otra pareja, con
el tumbado boca arriba y ella montada sobre su polla follaba y nos observaba. En eso estaba yo follando a mi
mujer cuando noto que desde detrás me vuelven a sobar los huevos. Al girar mi cara veo como la otra chica
sonrie pícaramente. En eso que por la puerta pasaron los dos chicos de antes, los cuales al ver la cara de mi
mujer tan cerca de ellos, sin dudarlo se quitaron la toalla y le ofrecieron sus pollas. Mi mujer les dedicó una
mamadita a cada uno muy gustosamente mientras yo seguía dándole desde detrás.

Estos tras recibir su dosis de mamada siguieron su camino por el local. La pareja de al lado para ese entonces
ya se había ido a otra cama junto con otra pareja, donde allí cambiaron de respectivos. Nosotros al rato
decidimos seguir disfrutando de las visiones que se encontraban por el resto del local. En una cama había una
rubia algo madurita que se la estaba chupando a un tío. Mi mujer me invito a unirme a ellos mientras ella se
quedaría mirando.

Así que yo me fui entre las piernas de la rubia que seguía chupando polla. Comencé a comerme ese coño, lo
cual ella noto enseguida y agradeció con un gemido. Tras un rato de darle gusto en el coño mi polla quiso
probar esa boca, así que me acerqué a su cara y le ofrecí la mía, lo cual ella acepto gustosamente devorando
mi polla con tremendos legüetazos. Mientras con la mano pajeaba al otro tío. La verdad es que el tacto de la
piel de aquella mujer era muy diferente al de la mía, parecía mas blando, y sus pechos si bien no eran
pequeños no se acercaban al tamaño de los de la mía ni de cerca, pero estaba bien probar algo nuevo y
diferente. Así estuvimos un rato hasta que se puso a cuatro y mientras seguía chupando la polla del tío, yo
condón enfundado, me dispuse a penetrarla desde atrás. Mi mujer miraba desde la esquina de la habitación
muy atenta. En eso que mientras me miraba se le acerco un chico por detrás y comenzó a acariciarle los
pechos. Ella se dejó hacer y to seguía a lo mio.

Aquella rubia tenia un coño enorme, la verdad es que para el tamaño de mi polla, que es normal, aquel agujero
se quedaba algo grande, pero seguí en ello. En eso que me giré y vi que mi mujer ya no estaba. Me picó la
curiosidad de saber donde fue, así que deje a la rubia con el otro tío y al pasar al otro lugar de camas me la
encontré a cuatro siendo follada por un gordito, el cual parecía encantado con el culazo de mi mujer ya que no
paraba de sobarlo mientras la follaba. Al verme, mi mujer me miró chupándose los labios con la lengua. Yo
me tumbé delante y ella me agarró la polla para comenzar a devorarmela mientras el gordito seguía a lo suyo
desde detrás.

Al rato la cara del gordito indico que su corrida era inminente. Empujo fuerte su polla y se corrió. Éste tras
darnos las gracias por el momento de diversión se fue, así que nosotros nos pasamos de nuevo al jacuzzi,
donde yo la tome a ella desde detrás y ofreciendo al resto del local la vista de sus pechos comencé a follármela
rápidamente. Allí estaba ella, de cara a la gente, gimiendo y con sus pechos bailando de mis embestidas.
Cuando le dije que me corría ella se giro y me ofreció su boca, donde fue a para toda mi corrida. Allí nos
quedamos un rato acariciándonos, besándonos y relajándonos.

Ya para entonces sería las 4 de la mañana, así que nos fuimos a la ducha, nos vestimos y tras pasar por la barra
a despedirnos dimos por finalizada la jornada. La verdad es que la experiencia fue tremendamente excitante y
decidimos que había que repetir.

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El Sr Taxista I

29 de Noviembre de 2011
por casadosconganasde

Hola, debo comenzar diciendo que soy una mujer casada y mi esposo y yo disfrutamos de una excelente
relación.
Nosotros tenemos un amigo, lo conocimos un día cuando él nos hizo una carrera, ya que él es taxista, de
verdad fue muy amable y gracioso; así que terminamos haciéndonos clientes fijos, ya que por la actividad de
mi esposo muchas veces requerimos de estos servicios.
Mi esposo noto un cierto juego pícaro en sus palabras así que un día conversando, esteban (nuestro amigo
taxista) le confeso que quería hacer un trio con nosotros, a Jesús (Mi esposo) la idea lo encendió muchísimo,
así que decidió decirme, pero como un juego, en el cual yo tenía que adivinar quién era ese hombre que me
deseaba!!!.
Comenzamos y las reglas fueron a través de mensajes de texto; él le escribía a Jesús donde le preguntaba
cosas intimas de nosotros como que me gustaba y que hacía. Y él le respondía. Y posteriormente mi esposo
me reenviaba esos mensajes a mí. Así que yo no podría saber quién era. En dos oportunidades el me hizo
llamadas eróticas donde solo yo hablaba y Esteban al otro lado del tlfs guardaba silencio para no ser
descubierto yo le describía algo que él quería saber, mientras Jesús aprovechando la ocasión me acariciaba y
terminaba cogiéndome muy rico; y yo, gimiendo divinamente con mi celular en la mano, y él me escuchaba
mientras se masturbaba súper excitado.
Un Viernes, Jesús decidió tomarse unos tragos con sus amigos, yo me quede en casa, estaba aburrida, cansada
y con ganas de hacer algo diferente…. Por casualidad ( o eso creí yo) Esteban me llamo y me pregunto si
podía ir a casa a tomarnos algo, quería salir de la rutina. A mí no me pareció nada malo (aunque era la primera
vez que hacia algo así). Le dije que estaba bien, le avise a mi esposo que nuestro amigo taxista nos iba a
visitar y luego subí, me duche, me arregle el cabello, me coloque un jeans un poco ajustado y una blusa
cómoda y muy bonita, ese día no use brasear.
A eso de las 9 pm llego Esteban, la noche estaba algo caliente así que salimos al jardín a conversar mientras
nos tomábamos algo de vino tinto. Y fue allí cuando confirme mis sospechas, Él era el amigo de las llamadas
y los mensajes!!!!. Sentí una mezcla de sorpresa y gran excitación.
Me fume un cigarrillo y posteriormente fuimos a la cocina a servirnos otra copa de vino y estando allí, el me
agarro desde atrás y me beso el cuello, yo quede paralizada, paso sus manos hacia adelante por mis caderas
hasta mi vientre y subiendo llego a mis senos, el metió sus manos debajo de mi blusa y pudo sentirlos y
acariciarlos yo no opuse resistencia ya que seguía excitándome cada vez más, luego me volteé y le dije ”qué
haces?” y el solo sonrió y respondió yooo, nada malo.. Subió mi blusa y los empezó a besar y lamer mis
senos, los pezones estaban duros y paraditos, yo solo cerré mis ojos y comencé a disfrutar del momento. Me
agarro mi culito y después de desabrochar mis jeans, los fue bajando para luego voltearme otra vez, quedando
yo de espalda a él y tendiéndome en el mesón de la cocina me dijo que me veía divísima con ese hilo negro
pequeño que estaba usando luego lo fue quitando para dejarme desnudita de las caderas hacia abajo. Yo mire
hacia atrás por encima de mis hombros y pude observar que su pene estaba fuera de sus pantalones, lo tenía
grande y grueso, la cabeza estaba roja y caliente ya que cuando estuvo en contacto con los labios de mi coñito
pude sentirlo.
Él puso la cabeza entre los labios de mi coño y lo empezó a restregar lento y suave hasta que se colocó en la
entradita de mi rajita. Pude sentir su cabeza hirviendo y al poco tiempo como entraba lento hasta que estuvo
todo dentro de mí. El me tomo por las caderas como para no dejarme ir, aunque yo no tenía la intención de
hacerlo, luego me agarro por mis cabellos, imagino que mi esposo le habría dicho que me encantaba esto
porque al instante me dijo mientras su pene entraba y salía de mi coño. “ Esto te gusta verdad” a lo que yo
muy sinceramente le respondí que siiiiii, me encanta cógeme rico anda. Dame duro!!! Pensando a los pocos
segundos. Que haría mi esposo si me escuchara diciéndole esto a nuestro amigo. Bueno, el siguió cogiéndome
más duro como yo le pedía, haciéndome dejar pensar en otra cosa q no fuera disfrutar de lo rico que me lo
estaban metiendo dentro de mi coño húmedo, caliente. Luego me hizo sentarme en el mesón pero al borde,
para levantar mis piernas dejándole todo mi sexo a su disposición para penetrarme fuerte y rápido
nuevamente, luego más lento para aumentar otra vez la velocidad y la fuerza de la cogida. Wow! Yo estaba
más que cachonda, saco su pene y se agacho para empezar a besar mis labios, a lamer mi botoncito, que estaba
ardiendo mientras él le pasaba su lengua húmeda y tibia, metió sus dedos dentro de mí y yo sentía que ya iba a
estallar.
Me bajo del mesón y me coloco de costado, subiendo una de mis piernas para meter su pene duro dentro de mi
coño otra vez. Después de un rato así. Nos fuimos a la sala y nos tendimos en el suelo. Él se colocó frente a
mí, abrió mis piernas y penetro mi culito cerradito, apretadito. El gemía mientras su pene se abría paso dentro
de mi culito. Se sentía riquísimo y así me cogió lento y suave al principio para luego de un instante metérmelo
más duro y más rápido haciéndome gemir de placer mientras mi marido venia en camino a unirse a una
reunión que se suponía solo iba a ser solo conversar mientras nos tomábamos unos tragos con Esteban,
nuestro amigo, el taxista.
Luego de terminada la rica sesión de sexo, subimos para bañarnos juntos y así darle la sorpresa a Jesús de que
nos viera bien cómodos y frescos en la cama. Esperándolo para tomarnos unos tragos.
Aunque falta el final de lo ocurrido espero sus comentarios. Es mi primera vez relatando una experiencia
propia

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¿Qién convece a quién?

17 de Octubre de 2011

por titoq69

Yo puse mi mano en la pierna de Betsabé y ella parecía tan excitada con el video que no lo notó o lo aprobó
totalmente. Yadira fue más osada y puso su mano en la polla de Sixto sintiendo lo dura que estaba.

Tenemos una pareja amiga que asisten a una iglesia y a cada rato nos invitan pero nunca hemos podido
acompañarlos. Ella se llama Betsabé y él se llama Sixto. Un día nos invitaron a su casa para ver unos videos
de un predicador famoso que a ellos les gustaba mucho porque decían que daba un gran testimonio y tenía
poder de persuasión para evangelizar. Esta vez si pudimos asistir y yo le comenté a mi esposa que así como
ellos querían convencernos a nosotros de ir a la iglesia, nosotros también podíamos tratar de convencerlos
para intercambiar parejas.
Yadira, mi esposa, estuvo de acuerdo porque le atraía Sixto y sabía que a mí me atraía Betsabé, entonces me
propuso una idea que no discutí por lo brillante que era. A mi puta mujer se le ocurrió que como íbamos a ver
unos videos nosotros podíamos llevar uno también pero uno muy picante donde estuviéramos nosotros
teniendo sexo y al final del mismo invitarlos al intercambio. La amistad es fuerte y si ellos no están de
acuerdo nos lo dicen y ya, no pasó nada; sin embargo, había mucho que ganar y nada que perder.
Dicho esto nos pusimos en marcha, preparamos todo para filmar un encuentro sexual corto pero tan caliente
que nuestra pareja fuera incapaz de negarse. Cuadramos nuestra cámara y Yadira se puso frente a ella
completamente desnuda, acariciándose sus ricas y gigantescas tetas, luego bajó su mano derecha y comenzó a
tocarse su coño con movimientos que pronto hicieron notar lo mojada que estaba mientras decía: “Quieres
Sixto? Me encantaría ser tuya”. Luego, me le acerqué por detrás y fui yo quien la reemplazó en las caricias a
su coño, además de besarle el cuello cosa que hacía que mi hembra dejara escapar algunos gemidos.
Ella se volteó y se arrodilló ante mí, me agarró la polla y mostrándola a la cámara dijo: “Mira este instrumento
Betsabé, no te gustaría tenerlo dentro?” y acto seguido la empezó a lamer, a mamar para minutos después
engullirla completamente dejando fuera solo las bolas. Como el plan era un rapidito empecé a mamarle la raja
a Yadira y ella gemía cada vez más fuerte y yo decía: “no te imaginas lo rico que está este papo Sixto” y
seguía haciendo gozar a mi esposa con mi lengua.
Luego la penetré, y comenzamos a movernos ambos y casi de inmediato Yadira alcanzó su primer orgasmo
expresando a gritos lo excitada que estaba. Yo le hablaba al oído recordándole lo puta que era y lo mucho que
la amaba pero sin sacarle mi rabo, moviéndome hacia dentro de ella hasta que acabó por segunda vez.
Después, se la saqué y ella me masturbó con sus tetas en una excitante cubana hasta que estuve a punto de
acabar, mi mujer me pidió que acabara en sus tetas y la complací bañándola de leche. Entonces ambos
miramos la cámara y dijimos al unísono “ustedes también pueden disfrutar de nosotros”, lanzamos un beso y
hasta allí llegó el video.
Llegó el día de la invitación y ahí estuvimos temprano con la gran sorpresa en la cartera de Yadira. Ella se
vistió con un escote que casi no le tapaba nada sus tetas y nuestros anfitriones lo notaron con cierto asombro
pero no le dieron importancia aunque yo me divertía observando como Sixto intentaba disimular lo tanto que
miraba el pecho de mi mujer. También llevamos dos botellas de vino para amenizar la velada, además de
desinhibir a Betsabé y a Sixto para hacer menos difícil el logro de nuestro objetivo.
Se destapó la botella y ellos pusieron el primer video, yo procuraba estar cerca de Betsabé en todo momento y
Yadira cerca de Sixto durante el video y en los turnos de los tragos o los pasapalos. Cuando se terminó el
segundo video que nos pusieron y casi terminaba también la segunda botella Yadira dijo; ya hemos visto dos
videos pero nosotros también trajimos uno y quisiéramos verlo con ustedes, ellos estuvieron de acuerdo
porque los previos no habían llenado sus expectativas.
Yo saqué el video de la cartera de Yadira y me senté mucho más cerca de Betsabé, casi abrazándola mientras
que mi esposa hizo lo mismo con Sixto. Le di a play y comenzó la acción, ellos estaban asombrados y se
miraron uno al otro pero no dijeron que lo quitara, al contrario, estaban muy atentos a todo lo que pasaba. Yo
puse mi mano en la pierna de Betsabé y ella parecía tan excitada con el video que no lo notó o lo aprobó
totalmente. Yadira fue más osada y puso su mano en la polla de Sixto sintiendo lo dura que estaba.
Al darnos cuenta que estaban a nuestra merced metimos el acelerador para que la situación no tuviera marcha
atrás. Yadira sacó la polla del pantalón de Sixto y la comenzó a mamar. Se la metía toda en la boca y luego la
sacaba, repitiendo la acción varias veces. Al ver esto y notar que Betsabé lo aprobaba la abracé y comencé a
besarla, a darle lengua y meterle mano por todas partes, acto totalmente correspondido por ella, yo tenía una
mano en sus tetas y otra en su coño mientras que ella acariciaba mi paquete por encima de mi pantalón.
Le fui quitando la ropa poco a poco y lamiendo por todas partes hasta dejarla totalmente desnuda, me dediqué
un rato a sus tetas que no eran tan grandes como las de mi mujer pero tenían lo suyo tanto en tamaño como en
belleza. Se las besaba y lamía, succionaba a ratos y ella totalmente entregada a mi gemía de placer. Fui
bajando hasta llegar a su carnoso coño, unos labios gorditos y rosaditos que me quería comer de lo
provocativo que estaban. En ese momento, cautivada por mi habilidad para darle placer con la lengua dejó
escapar un gran grito que significaba que había tenido su primer orgasmo de la velada.
Mientras tanto, Yadira se desnudó y desnudó a Sixto, siguió mamando su polla y luego le dijo que quería ser
penetrada por esa herramienta que tan rico le sabía, lo dejó sentado en el mueble y ella se sentó encima de él,
metió la polla en su papo y comenzó a moverse, a brincar y le ofrecía las tetas y se las restregaba en la cara, él
se las agarraba, se las acariciaba y se las mamaba, estaba encantado con lo puta y rica que era mi mujer quien
por cierto empezó a correrse dejando escapar fuertes gemidos.
Inmediatamente Sixto que había estado pasivo le robó la iniciativa y la puso en cuatro para meterle la polla
desde atrás, se la metía toda y se la sacaba toda, luego la dejó dentro y comenzó un movimiento de vaivén
hasta que la hizo acabar de nuevo. Él quedó también listo para regalarle unos ricos chorros de leche y le
preguntó a ella que donde lo quería a lo que ella respondió que en la boca, Sixto no se hizo rogar y comenzó a
darle leche que ella recibía con la boca abierta.
Después que Betsabé acabó gracias a la sesión de sexo oral que le dí le abrí las piernas y las monté en mis
hombros, le metí toda mi verga en su raja y comencé a moverme lentamente, aumentando poco a poco la
velocidad, deleitándome con sus gritos de placer. La hice acabar de nuevo y me senté pidiéndole que se
sentara encima de mi, ella lo hizo dándome la espalda y se metió mi huevo en su mojado papo, ella era la que
se movía y yo aprovechaba con una mano para sobarle las tetas y con la otra le acariciaba el clítoris. Así
estuvimos unos minutos hasta que ella acabó de nuevo.
Ella se volteó y me cabalgaba de frente, lo que me permitía disfrutar de sus tetas a mi antojo, así obtuvo un
nuevo orgasmo. Ya yo no podía retener más los chorros de leche que querían salir producto del placer de
cogerme a Betsabé y le pedí que se arrodillara para llenarle toda la cara y la boca con mi semen calientito, ella
lo lamía y tragó parte.
Cada quien se había enfocado en la pareja del otro y se había olvidado de su propia pareja. Luego que todos
acabamos, yo busqué a mi mujer, la abracé y le pregunté si había disfrutado a lo que respondió que por
supuesto y yo le dije que también había gozado bastante. Sixto y Betsabé se habían quedado apartados uno del
otro sin saber que hacer o que decirse y nosotros al percatarnos les dijimos que no se sintieran culpables ni
mucho menos que ambos habían disfrutado y que podían seguir haciéndolo.
Ellos se abrazaron y se dijeron que se amaban pero que esa tarde Sixto era de Yadira y Betsabé era mía así
que volvieron a nosotros y seguimos follando hasta que el cuerpo nos lo permitió. Desde ese día cada cierto
tiempo nos reunimos en veladas similares y nosotros les recordamos a cada rato “ustedes querían
convencernos y nosotros los convencimos a ustedes”.

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Tabú 4: Intercambio

19 de Septiembre de 2011

por tabu

La mayoría de las personas no soportarían ver a su pareja con otro/a; sin embargo, la excitación de la situación
lleva a algunos a arriesgarse e incluso a volverlo una práctica habitual.

Úrsula y Jonás eran una pareja de muchos años, con posición económica acomodada, aburridos de la rutina. A
pesar de que eran bastante liberales, a sus 39 años cumplidos ambos, parecía que la chispa comenzaba poco a
poco a apagarse. Incluso, hacía pocos años antes, los dos habían tenido sus aventuras infieles, pero ambos
fueron lo suficientemente prudentes como para dejar atrás eso. Ahora, se dedicaban a vivir una vida tranquila
y a cuidar de sus dos hijos adolescentes.

Úrsula era una mujer sensual a pesar de rozar los 40 años. Era morena, delgada, con lindas curvas y un cabello
ondulado negro que le llegaba a los hombros. Sus senos grandes cautivaban a la mayoría de los hombres. Y su
sonrisa pícara los encendía.

Jonás por su parte, era de estatura mediana, algo robusto sin llegar a ser gordo, con brazos fuertes, de tez
blanca y cabello castaño claro, ojos de color verde y un aroma atrayente, con rostro apuesto.

Habían pasado ya dos meses desde la última vez que habían tenido una sesión de sexo realmente “completa”.
Para ambos la situación era mala, pero Úrsula la exteriorizaba más que Jonás.

“Tenemos que hacer algo, no quiero estar como dos viejecitos apenas a mis 40 años”, le decía Úrsula. Él
aceptaba cualquier cosa que ella le pidiera, pero durante su matrimonio ya habían probado de todo, desde
juguetes, juegos de rol, sexo en lugares relativamente públicos y ya nada parecía funcionar.
Durante uno de esos días, Úrsula recordó que, tratando de encenderse para Jonás antes de que él llegara del
trabajo, sintonizó una película erótica donde los protagonistas, intercambiaban parejas a la hora del sexo.

“¿Realmente me gustaría ver a Jonás con otra?” se preguntó a sí misma y comenzó a imaginarse la situación.
También se preguntó si le gustaría estar con otro hombre y mejor decidió preguntarle a su marido.

“¿Estás loca? Eso sí ya se pasa de todo” le respondió él de inmediato. Pero ella lo instó a que lo pensara bien,
puesto la situación de su vida sexual reciente. Así lo hizo Jonás durante el siguiente día. Llegó a la conclusión
de que no estaría mal tener a otra mujer por una noche, pero no sabía si quería ver a su mujer siendo cogida
por otro hombre. Finalmente le relevó su pensar.

“¿Realmente no te importa que yo esté con otra mujer?”

“Si a ti no te importa que esté con otro hombre, para nada”.

Jonás caviló por un minuto y finalmente, llevado por el morbo, aceptó, aunque apuntó que la otra pareja
debían ser personas decentes u discretas. “Yo me encargo de eso”, le dijo Úrsula.

Ella se dispuso a buscar entonces con quienes iban a realizar esta experiencia. Pensó primero en el internet,
pero supuso que no habría mucha gente seria por allí. Entonces pensó en la tienda donde acostumbraba
comprar aquellos juguetes sexuales que alguna vez había utilizado. A pesar de ser una “sex-shop” era un lugar
elegante, de precios altos y que atendía a clientela de alto nivel económico, por lo que se decidió ir allí.

La chica que atendía, una joven flacucha de unos 25 años, le dijo que probablemente sí conocía a varias
parejas interesadas en los intercambios cuando fueron interrumpidas por la entrada de un cliente. Era un
hombre de tez blanca, de una edad similar a la de Úrsula, de un físico no tan corpulento como el de Jonás,
algo más delgado, pero, en cierta forma, más atractivo, con mayor trabajo físico. Él saludó a ambas mujeres y
pidió un par de lubricantes, al ser atendido salió sin decir mucho.

“Pues ahí tienes” le dijo la encargada a Úrsula.

“¡No!” respondió ésta con incredulidad. “¿Y por qué no me dices antes?” reclamó y salió de la tienda para
perseguir a ese hombre. Sin embargo, al alcanzarlo, no supo cómo proponerle lo que pensaba. Tras una breve
plática, él la invitó a almorzar y Úrsula aceptó.

“¿Y puedo preguntar qué hacías allí?” le cuestionó él mientras ambos comían. “Yo sólo fui a comprar éstos,
para cuando mi esposa y yo tenemos sexo anal” le reveló sin miramientos. Él, de nombre Víctor, argumentó
que si ambos se habían conocido en una “sex-shop” no había necesidad de ser muy puritanos.

“¿Tú y tu esposa hacen cosas locas, a veces?” trató Úrsula de forzar la situación.

“Pues depende de a qué llames ‘cosas locas’. Pero se puede decir que sí, nos gusta la emoción a la hora del
sexo”.

“¿Y cuál es la cosa más loca que han hecho?”

“Pues varias, entre hacerlo en lugares públicos o junto con otra pareja”, llegó finalmente él al punto que
Úrsula quería. “¿Y ustedes?”, preguntó.
“No tan lejos como para hacer un intercambio”, dijo ella mientras daba un sorbo a su café hirviendo. “Pero la
verdad que nos gustaría”.

“Pues, no estaría mal” comenzó a decir Víctor mientras desnudaba a Úrsula con la mirada “si hiciéramos algo
juntos, ¿verdad?”.

La suerte estaba echada, y con bastante fortuna, Úrsula había conseguido rápidamente su objetivo. Víctor la
invitó a su casa al siguiente día para conocerse mejor y ahí se vio con su esposa, la mujer que su marido
tendría al momento del intercambio.

No pasó mucho tiempo antes de la hora pactada. Justo una semana después, Jonás conducía el Audi TT que
los llevaba a la casa de Víctor y su esposa Mónica. La casa era grande, no tan lujosa, pero definitivamente
costosa y parecía que alguien los había visto desde dentro pues el portón eléctrico se abrió al acercarse el auto.

Jonás bajó con algo de cautela del vehículo, pero fue rápidamente guiado por su esposa. Antes de que tocaran,
la puerta se abrió, allí estaba Víctor, quien saludó a Úrsula y luego hizo lo mismo con Jonás. Éste no estaba
muy seguro de lo que iba a hacer, estaba saludando al hombre que pronto estaría teniendo sexo con su esposa;
sin embargo, todo empezó a cambiar cuando se presentó con la esposa de Víctor.

Mónica era menor que sus tres compañeros sexuales de ese día. No pasaba de los 30 años, al menos eso
aparentaba. Además era bajita, tal vez 1.55 metros, incluso menos, pero ello no la desmerecía. Su pequeña
figura tenía lindas curvas, piernas torneadas escondidas tras unas medias oscuras y tez blanca con cabello
rubio oscuro corto.

“Me da gusto conocerte, Jonás”, se adelantó a saludar ella con un beso en la mejilla, aunque más bien en la
comisura de los labios de Jonás. Tras esto, ella sirvió café para los cuatro y platicaron por algunos minutos de
cosas triviales, como los trabajos de ambas parejas, hijos y demás. Mientras tanto, Víctor no le quitaba los
ojos de encima a Úrsula, le comía con los ojos las piernas que su vestido dejaba desnudas. Jonás no sabía
cómo reaccionar y por un momento miró a Mónica. Ella lo estaba mirando también a él y se pasó la lengua
por los labios.

“Creo que es hora de que les mostremos nuestra habitación”, dijo Víctor como entendiendo un mensaje
enviado por su esposa. Ella tomó la mano de Jonás y éste no tuvo otra opción que dejar que Úrsula fuera
guiada por Víctor, quien la tomaba de la cintura. Subieron las escaleras y entraron a la tercera puerta que se
presentó. La habitación era alfombrada, grande, con una cama de tamaño King Size, un peinador pequeño dos
sillas elegantes y mucho espacio en el suelo.

Antes de que pudiera hacer o decir algo, Jonás se vio abordado por Mónica. Ésta, parada de puntitas a pesar de
sus sandalias de tacón, le besó apasionadamente los labios, y Víctor no demoró mucho en hacer lo mismo con
Úrsula. Jonás no reaccionó de inmediato, pero se dio cuenta de que ya no había mucho que hacer, además de
poseer con todas sus ganas a Mónica. La excitación se apoderó de él y comenzó a tocar todo el cuerpo de su
nueva compañera. Él, mientras tanto, se vio despojado de su camisa y llenado de besos y caricias en su pecho.

Por un momento volteó a ver a su esposa. Ella estaba perdida, besando a Víctor mientras las manos de él
levantaban el vestido de ella para tentar sin obstáculos las nalgas de la bella mujer. Jonás estaba celoso, pero
la mejor forma de desquitarse era hacer lo mismo, y se apresuró para retirar el vestido de Mónica y dejara el
ropa interior. Al despojarla sorpresivamente de la prenda, vio que la joven sólo tenía una tanga blanca. Sus
senos redondos, de un tamaño normal, rebotaban un poco tras la sacudida.
Mónica no dejó que Jonás la tocara más, por el momento. Se hincó y comenzó a desabrochar el pantalón de él.
Jonás le ayudó para quitárselo por completo y ella continuó desnudándolo retirándole la ropa interior. Al ver
la verga erecta de Jonás, Mónica sonrió y volteó para con su marido, quien también estaba siendo desnudado
por Úrsula.

“Mira amor, Jonás la tiene algo más grande que tú”, dijo pícara. Víctor no se molestó ni mucho menos. Soltó
una pequeña carcajada al tiempo que veía a su esposa lamer la cabeza del miembro de Jonás. Mónica comenzó
a chupar con buen ritmo y Jonás sólo disfrutaba. Acariciaba a la joven y en su rostro comenzaba a verse el
inicio del éxtasis.

Pero Úrsula no se quedó atrás y también retiró toda ropa de Víctor. Ni siquiera contempló su verga.
Simplemente comenzó a mamarla como desesperada, como una gatita a su leche, como un animal que ha
encontrado agua tras días en el desierto.

¿Cuánto tiempo había pasado para volverla a ver así? Es lo que Jonás pensaba, pero también se dio cuenta de
que había pasado también muchísimo para sentirse tan excitado como en ese instante. Necesitaba cogerse a
Mónica. Le tomó la cabeza y la detuvo de su mamada. La levantó y fueron ambos a la cama. Víctor veía
divertido la escena mientras disfrutaba de los labios y lengua hábiles de Úrsula.

Mónica se separó un poco de Jonás y de uno de los buró, sacó un par de preservativos. Lanzó uno a su esposo
y el otro se lo dio a su, por ahora, pareja. Jonás se sentó un momento para ponérselo, pero Mónica no lo dejó
ponerse de pie de nuevo. Sin miramientos, dejó caer sus caderas sobre él y evidenciando lo mojada que estaba,
la penetración fue perfecta. Él no perdió tiempo y mientras la chica cabalgaba, Jonás le comía los senos.

Su excitación fue interrumpida al escuchar los gemidos de su esposa. Volteó por un momento y vio a Úrsula
recostada boca arriba en la alfombra y recibiendo embestidas de Víctor quien la levantaba un poco de sus
caderas y la penetraba con fuerza. Úrsula sólo gemía con sus ojos cerrados disfrutando la cogida.

“Hoy yo soy tu pareja”, captó Mónica su atención con una sonrisa lasciva. Fue cuando Jonás finalmente se
decidió. Si su esposa estaba disfrutando, él también debía hacerlo y tras seguir en la misma posición por unos
minutos, bajó a Mónica, se puso a sus espaldas y luego la tomó de sus corvas. Su corpulencia, combinada con
la pequeñez de Mónica, permitió que la cargara con facilidad. Estaba decidido a darle placer a la joven, quería
que ella tuviera un mejor sexo que el de Úrsula en ese momento.

Para mejor equilibrio, Jonás se apoyó en la pared y bajó a la pequeña Mónica hasta penetrarla. Con sus brazos
la manipulaba a la perfección y su cadera se encargaba del resto de los movimientos. No pasó mucho tiempo
antes de que los gemidos de Mónica se hicieran mayores que los de Úrsula; sin embargo, ésta no se iba a dejar
ganar.

Úrsula y Víctor se pusieron de acuerdo rápido y ella pronto estaba hincada contra la cama, con su culo al aire.
Víctor comenzó a acariciarle el ano, a dilatárselo, a chupárselo y a darle un rico beso negro. Mientras Jonás
hacía gritar a Mónica y le provocaba el primero de sus orgasmos, Úrsula estaba lo suficientemente dilatada
como para recibir a Víctor, y éste no se tentó el corazón para empezar con embestidas brutales que provocaron
dolor, pero que pronto se convirtieron en placer.

Jonás no quiso quedarse ahí. “Nos toca a nosotros”, le dijo a Mónica, quien sólo sonreía. Ella entendió de
inmediato y se puso en cuatro en la alfombra. Vinieron las caricias y lubricaciones al ano y pronto, tanto
Víctor como Jonás enculaban a la respectiva esposa del otro. Ellas sólo gemían y casi gritaban de placer.
Úrsula y Víctor terminaron primero, y muy poco después, Jonás y Mónica hicieron lo propio.
“Tienes un amante excelente en tu marido”, le decía Mónica a Úrsula mientras ambas se vestían. “Espero
volverlos a ver pronto por aquí”, agregó. Úrsula se sintió un poco celosa en ese momento. Pero, cuando, al
volver a su casa, un Jonás encendido le hizo el amor como hacía muchos años no sucedía, supo que el
intercambio había salido bien.

“¿Quieres que volvamos alguna vez con Víctor y Mónica?” le preguntó ella al terminar.

“Sólo si tú quieres, pero supongo que estaría bien”. Úrsula supo entonces que quizás, volver a ver a Mónica
no sería la mejor idea, pero todo había sido su plan y no podía quejarse por los resultados.

Aquí dejamos a Úrsula y a Jonás, quienes se disfrutarán más en pareja de ahora en adelante, aunque podrían
correr el riesgo de alguna infidelidad.

Para la próxima entrega, regresaremos con Gustavo y su conversión de aburrido esposo poco viril a una
mujercita.

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Mis Nuevos Vecinos

25 de Agosto de 2010

por Luis Divorciado

En mi primer relato (como despues de mi divorcio fui desvirgado 22 agosto 2010), les compartí como me
rompieron por primera vez el culo, mi querido plomero me visito un par de veces mas, después de esa primera
vez, yo cada día gozaba mas el estar con este rico macho.
Dejamos de vernos por ciertas circunstancias, el era casado y al parecer su esposa empezó a sospechar de
ciertas salidas de trabajo, así que dejamos de vernos para evitar problemas.
Habían pasado un par de meses de esta situación, cuando en el edificio donde tengo mi departamento, se
cambio un matrimonio, no eran ya muy jóvenes, sin hijos, el alto, bien definido, y ella con un cuerpo que
dejaba con la boca abierta a cualquiera, morena clara, ojos verdes, muy atractiva.
Empezamos a coincidir en las escaleras o en el elevador, ya que ambos teníamos nuestro departamento en el
mismo nivel. A pesar de mi nueva experiencia con otro hombre, sigo disfrutando tener sexo con mujeres, y
esta hembra realmente me excitaba. Usaba frecuentemente blusas pegadas resaltando sus senos que no siendo
grandes tenian las proporciones perfectas, una cintura marcada y un trasero redondito, deliciosas nalgas
divinas.
A pesar de que me deleitaba viendola, recordaba que era casada y su marido era un tipo bastante bien dado
que me podria poner una golpiza si sentia que veia de mas a su deliciosa mujer.
Pasaron varias semanas desde su llegada, cierto dia que coincidimos los tres en el elevador, despues de los
saludos protocolarios de rigor, el marido rompio el silencio mientra saliamos del ascensor y nos dirigiamos
cada quien a su respectivo departamento
El: Vecino, tienes algun compromiso hoy por la noche
Yo: De hecho no, tenia planeado salir pero se cancelo la cita con una buena amiga ( que de hecho era cierto)
Ella: Pensamos invitarte a nuestro departamento para tomar una copa y conocernos mas como vecinos
Obviamente viendo aquel cuerpazo de mujer no podia negarme
Yo: Claro, me parece muy agradable de su parte invitarme, cuando deberia ser lo contrario, ya que ustedes son
los que acaban de llegar, pero con todo gusto acepto
El: Perfecto, te parece bien que nos veamos en unas 2 horas
Yo: Claro, ahi estare..
se separaron y se dirigieron a su departamento, vi como el al caminar junto a ella, la agarraba de sus ricas
nalgas, esa vision me excito demasiado.
Entre los mas rapido a mi departamento porque mi verga se habia puesto durisima
Me di un buen baño, y por extraña razon, decidi, afeitarme totalmente el area pubica, siempre tengo bien
recortado el vello, pero sin pensarlo elimine completamente el vello, haciendo resaltar mas aun mi verga, que
aunque no es muy grande, es cabezona y algo gruesa.
Llego al hora acordada y sali de mi departamento, me encamine hacia el de mis vecinos, toque la puerta.
Wow… abrio ella, en un vestido corto, con un escote pronunciado y sin sosten, sus pezones resaltaban, quede
hipnotizado ante esta vision.
Ella: Hola vecino, pareciera que has visto un fantasma, jajaja
Yo: Disculpa espero no ser atrevido, pero es que te ves guapisima.
Ella sonriendo: Al contrario, que amable, me dio un beso y dijo, pero pasa, no te quedes ahi parado en la
puerta, mi marido esta por salir , se quedo dormido un rato y se esta dando una ducha.
Pase a su departamento arreglado muy agradable
Ella: Te ofrezco algo de tomar
Yo: Una copa de vino me parece bien
Tomo una botella de un muy buen vino, y me acerque para descorcharlo, al pasar junto a ella, no pude evitar
rosar su precioso trasero, senti como suspiro, pero me dije, tranquilo, no sea que salga el marido y te muela a
golpes por atrevido
Sirvio las copas y pasamos a sentarnos al sofa a charlar en lo que llegaba su esposo.
Ella: Sabes, eres la unica persona que nos ha agradado desde que nos cambiamos, la mayoria es muy seria o
ya mayor de edad
Yo: Si, es un edificio tranquilo no crees?
Ella: Jajaja si pero no es para tanto, hay que gozar la vida, no tiene porque ser tan seria.
Yo: Pues si tienes razon, ademas se ve que tu marido y tu se llevan muy bien
Ella: Si, el me complace en todo, y yo tambien, jajaja bueno no en todo.
Yo: jajaja ahh mujeres… el te da todo y tu no, tipico,, jajaja y se puede saber en que no lo quieres complacer?
Pregunte queriendo saber aquello que supuse era algo interesante.
Ella: mm me da algo de pena, pero la verdad me agradas, la verdad a mi marido le gusta el sexo anal, pero yo
nunca se lo he permitido.
Yo: Bueno, no es algo que la mayoria de las mujeres les agrade..
Ella: Me gustaria complacerlo pero….
En eso entro el marido, me saluda y contesta
El: Ahh ya veo que empezo a contar intimidades… pues si, le da miedo
Ella: Claro que me da miedo menso,, con tremenda cosa que te cargas.
Me quede algo abochornado por la platica
El: Jajaja vecino, no te pongas nervioso, asi pasa, seguro que todas se le hacen grandes… en fin, mi amor, me
sirves una copa de vino.
Dejamos esa platica y empezamos a charlar para conocernos, habia transcurrido un par de horas y algunas
botellas de vino, durante la cuales platicamos de varios temas y asuntos, en el transcurso de la platica, el
ocasionalmente besaba a su linda esposa, y ella muy sutilmente colocaba de vez en cuando su mano muy cerca
de su entrepierna.
Me pare y me disculpe para pasar a su baño. El verlos me estaba poniendo demasiado cachondo y mas aun
con las copas encima, no podia dejar de verle ese escote, y cada que se paraba su precioso culo virgen me
hacia suspirar, me enjuague la cara con agua fria, para relajarme.
Regrese a la sala, al acercarme oi unos gemidos, decidi entrar sigiliosamente.
Ahi estaba esa pareja, sentados en el sofa, besandose apasionadamente, ella tenia su mano sobre su verga,
sobandola por encima del pantalon, el, metiendo la mano en su escote, apretando uno de esos deliciosos senos.
Me quede excitadisimo viendo esa vista. No sabia si entar e interrumpirlos
Decidi quedarme y observarlos un rato mas, ademas mi verga estaba que estallaba por salir de mi pantalon.
Ella le desabrocho el pantalon y saco su miembro, fue algo tremendo ver semejante verga, 20cm, gruesa,,
entendi porque ella no queria darle su culito, con semejante pedazo de carne le daba miedo que se lo
destrozara.
Se lo saco y empezo a mamarlo con una maestria, yo estaba que no aguantaba el ardor de testiculos.
Le levanto el vestido y me di cuenta que ella toda la noche no habia traido bragas, su culo era hermoso,
redondo, bronceadito, depiladito, rico.
El sentado en el sofa estiro las piernas y de un movimiento, la tomo de la cintura, y la sento sobre su enorme
verga,, ella solo se deslizo y su vagina se comio todo el trozo de carne, gimiendo dulcemente.
En ese instante el dijo
El: Te vas a quedar toda la noche solamente viendo,, acercate y participa
Me quede asombrado, se habia percatado de mi presencia, y me estaba invitando a disfrutar de su esposa.
El: Vamos, que mi esposa requiere bastante atencion, comete su culito,, le fascina.
Ella seguia sentada sobre su verga a un ritmo lento cadencioso, con su culito paradito y abierto mientras su
vagina gozaba.
Me acerque, me hinque y empece a morder esas deliciosas nalgas con las que habia soñado ultimamente, ella
dio respingos de gusto al sentir mi lengua en sus nalguitas
Poco a poco fui acercando mis lenguetazos hasta llegar a su hoyito, rosadito, virgen, apretadito.
Me lo estaba comiendo, metia mi lengua lo mas posible, ella empezaba ya a gritar de gusto.. mientras yo
mamandole ese culito, sentia la verga de su macho entrar y salir,,y entre algunos lenguetazos, el di uno que
otro pason a sus testiculos, haciendolo estirarse y ensartarla mas fuerte.
No aguante mas, me puse de pie, me desvesti, puse algo de saliva en mi verga y procedi a empezar la doble
penetracion, seria estrenar el culito de esa rica hembra
Apunte mi verga, puse la punta en su hoyito, y empece a empujar, ella se retorcia, la empece a abrir, estaba
muy apretadita.. poco a poco fui ensartando mi verga, hasta tenerla totalmente metida.
Ella lloraba, le dolio, pero estaba gozando, su marido dijo, vaya hasta que se animo a que le dieran por el
culo,, y entre pujidos y lagrimas, ella dijo, sii, pero la tuya es enorme, esta esta deliciosa, dame duro vecino,
quiero que me lo truenes sabroso.
Empece a bombearla, hasta que no aguante, me lo estaba apretando muy rico, explote dentro de ese culito, se
lo llene de rica leche,, empezo a escurrir entre sus piernas.
Su marido termino casi al mismo tiempo, llenandole la vagina de leche… fue algo extraoridinario. Nos
quedamos los tres asi, cansados de ese rico trio.
Nos paramos, ella me da un rico beso en la boca, y se dirigio a la ducha.
Su marido me indica que si vamos a acompañarla y ducharnos los tres juntos, a lo cual accedo.
Ya en la ducha estuvimos acariciandola, su marido, intento tambien penetrarla por el culito, a lo cual ella se
nego, diciendo que la suya no le iba a caber.
Salimos de la ducha y nos fuimos desnudos a la cama. Ahi proseguimos acariciandola, besandola.
Ella: mm vecino te voy a devolver el favor.
yo acostado boca arriba,, ella se levanto, me pidio que abriera las piernas y las levantara
se coloco y empezo a lamer mi culito, ummm lo hacia de una forma deliciosa.. empezo a meter su lengua,, a
ensalivarlo, empece a retorcerme,, estaba en la gloria, una hembra preciosa comiendose mi hoyito.
mientras ella hacia esto su marido se coloco atras de ella y empezo a cogersela cada embestida ella metia mas
su lengua en mi culito, empezo a meter un dedo, dos.. estaba gozando como nunca
estaba asi, cuando su marido se la saco y se dirigio al baño
Ella dejo de comerse mi culito, se acosto boca arriba abrio sus piernas y me pidio que me comiera su rajita
rica, que ya estaba rosada de la cogida de su marido, accedi, y me puse a comersela.
Estaba extasiado comiendo esa panochita rica, que no vi que su marido salio del baño y se puso atras de mi, y
prosiguio con lo que habia estado haciendo su esposa, comerse mi culito
yo empinadito, comiendome a su hembra y el mi delicioso ojete.
El: Vecino, ya que tu ya disfrutaste ese hoyito virgen, voy a desvirgarte a ti, (jaja sin saber que me encantaba )
segui sin decir nada mamando esa vagina sabrosa.. senti cuando el me coloco una cantidad enorme de
lubricante, puso la punta de su tronco y dio la primera embestida, uffff levante mi cara y grite, me dolio…
senti que me habia roto literalmente el culo, una cosa era la verga de mi plomera y otra este enorme tronco,
quise decirle que parara, pero hizo caso omiso a mis peticiones, de otro movimiento metio varios centimetros
mas, me estaba partiendo!!!, su esposa agarro mi cabeza y la hundio en su sexo, mientras el , sin piedad dejo ir
todo su miembro en mi culo, se me salieron algunas lagrimas, pero mmm empezaba a gozar,, estaba siendo
enculado por este tremendo macho..
El estaba gozando, mi culo le apretaba fuertemente su vergota,, es lo que el mas disfrutaba como dijo su
esposa, le fascinaba el anal, y ahi estaba yo, dandole lo que mas le gustaba, mientras su esposa gozaba de mi
lengua.
El: ayyy cabroncito, que delicioso estas, que rico culo,, te lo voy a reventar, me encanta, mmmm goza cabron,,
a partir de hoy este culito es mio.
Me estuvo dando fuerte , hasta que no aguanto, y exploto, ahhh que ricura sentir sus enormes chorros de leche
ardiente inundar mis intestinos, mmmm
Salio leche de mi culito y su verga,,, mientras su esposa se venia en un rico orgasmo en mi boca.
Cuando me saco su miembro senti un tremendo vacion en mi culo…su leche y algo de sangre se mezclaban en
mi entrepierna, me lo habia destrozado, pero yo goce, goce..
Esa noche dormimos profundamente los tres juntos, esto fue el inicio de una rica relacion con mi nuevo
macho y mi nueva hembra…
Espero les haya gustado este relato real.. saludos

Relatos eróticos Marqueze. El Sexo que te gusta leer.


Compartiendo a mi pareja

10 de Septiembre de 2009

por Relatos Marqueze

Yo no sabía que hacer porque no fue la intención de la visita, pero bueno, llegamos al cuarto y ella se quitó la
ropa de una y empezó a besarlo, yo sentía rabia y excitación al mismo tiempo, él se sentó en la cama y
comenzó a besarle el rabo, lo hacía demasiado rico, yo que trababa de estar como espectador no aguanté
mucho y le besaba el culito y la rajita.
Soy de Venezuela, todo comenzó en mi oficina, había una mujer espectacular que siempre me gustó desde el
primer momento que comencé a trabajar allí, era alta, rubia, de cara preciosa y un cuerpo para morirse.

En ese momento yo estaba soltero y ella también pero por cosas del destino, ella comenzó a salir con alguien y
yo me casé. Pero creo que la química no miente, con el tiempo comenzamos a hablar mucho y a decirnos
como nos sentíamos hacia cada uno y terminamos teniendo el mejor sexo que en mi vida había tenido.

Lo mejor de todo fue una vez que me comentó que había hecho un trío con otra mujer y su pareja, a partir de
allí la mente se me enfermó, comenzó una búsqueda de la fantasía de todos los hombres, un trío con otra
mujer.

Poco a poco el sexo, la lujuria, la morbosidad se fue convirtiendo en amor hasta que nos enamoramos los dos.
En una oportunidad y creo que aquí comienza una de las experiencias, me encontraba con un amigo en mi
ciudad que venía a visitarme y salimos a tomarnos algo, pero le comenté que si quería pasábamos por casa de
ella para que la conociera.

Nos llevamos una botella de whiskey y llegamos, el amigo me dijo que era muy bella. Comenzamos a beber y
hablar, hasta que en algún momento empezamos a bailar los tres, ella se molestó pensando que yo había
llegado con intenciones de compartirla con mi amigo y dijo (con rabia) si ustedes lo que quieren es tirar
vamos al cuarto de una vez.

Yo no sabía que hacer porque no fue la intención de la visita, pero bueno, llegamos al cuarto y ella se quitó la
ropa de una y empezó a besarlo, yo sentía rabia y excitación al mismo tiempo, él se sentó en la cama y
comenzó a besarle el rabo, lo hacía demasiado rico, yo que trababa de estar como espectador no aguanté
mucho y le besaba el culito y la rajita.

Trataba de meterle la lengua lo más que podía, así estuvimos un tiempo y cambiamos de posición, yo me senté
en el medio de la cama y ella me chupaba la verga en cuatro patas y mi amigo la penetró en posición de
perrito, era demasiado rico sentir como la bombeaban duro y me golpeaba con la boca, tanto así que le dejó
dos moretones en el culito por el choque con su cadera.

Después volvimos a cambiar de posición, ella se sentó encima de mí y le chupaba el miembro con él parado al
lado de ella, me encantaba verla gozar, luego él se sentó en la cama y ella encima de él…

Yo traté de metérselo por el culito para que sintiera las dos vergas adentro, que era una de sus fantasías pero
no pudimos, luego ella se sentó nuevamente encima mío hasta que me hizo acabar como nunca.

Yo tengo un defecto que me quedo dormido por un lapso de minutos justo después de acabar y así lo hice,
cuando me desperté salí del cuarto y ellos estaban afuera vestidos y hablando como si nada, él le acariciaba las
piernas y le decía cosas como que bella eres…

Después de eso seguimos bebiendo y yo estaba medio cabreado porque ella me ignoraba por completo, en
algún momento fueron a la cocina a recargar las bebidas y tardaban mucho cuando entré se estaban besando
como desesperados, allí ya dije al amigo mío, vámonos, sentía como rabia y ella estaba molesta porque pensó
que le había dicho a mi amigo que la íbamos a compartir.

Después nos costó un poco contentarnos pero igual seguimos inventando algunas otras cosas.

Autor: Pie grande


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A la playa con amigos

31 de Agosto de 2009

por Relatos Marqueze

El morbo era alucínate. No nos importaba nada, al revés, escuchar los gemidos y suspiros de nuestros amigos
nos excitaba aún más. Mi mujer se volvía loca mientras me comía su almeja, tan deliciosa, hasta que estalló
con un orgasmo a los que me tiene acostumbrado. Nuestros amigos se sorprendieron, pero a Carmen pareció
gustarle y pronto llegó también al orgasmo.

Mi mujer y yo solemos ir a playas nudistas. Ella se llama Marta, 32 años, de mediana estatura, rubia de
melena corta, pechos ni grandes ni pequeños, eso sí, firmes y con unos pezones perfectos, de color rosa; su
color de piel es más bien blanquita, culito bien formado. El pubis lo lleva siempre depilado, dejándose un
triángulo de pelo, pero con los labios totalmente libres de vello. Mi nombre es Néstor, tengo 36 años, soy alto,
moreno y unos 16 cm respecto a mi aparato. Yo sí que llevo toda la zona del pubis completamente depilada,
me encanta esa sensación de suavidad, y mi mujer lo agradece cuando practicamos sexo oral.

Nos gusta hacer nudismo por la sensación de libertad que te da. Nada oprime tu cuerpo. Solemos ir a la playa
de Calblanque. Allí la gente va muy a lo suyo, y no suele haber mirones. Es una playa muy extensa, donde el
agua está siempre cristalina. Además, tiene zona nudista y no nudista.

El pasado fin de semana estuvimos cenando con una amiga de mi mujer y su novio. Ella se llama Carmen,
tiene su misma edad, es morena con el pelo largo. Su novio se llama Luis, 34 años y de mediana estatura.
Durante la cena surgió el tema de pasar un día en la playa los cuatro juntos. Nosotros les propusimos ir a
Calblanque por lo bonita que era. Era el mes de julio y como los cuatro estábamos de vacaciones, quedamos
para ir el martes.

Salimos de Lorca con destino a la playa. Después de una hora y media llegamos a nuestro destino. Había poca
gente y como de costumbre decidimos ir a la zona nudista. Conforme íbamos por la orilla, se veía gente
desnuda y vestida. Nosotros nos adentramos hasta una zona de pequeñas calas. Allí no había nadie. Plantamos
la sombrilla y empezamos a sacar las toallas, protectores solares y demás enseres. Las chicas se quitaron la
ropa quedándose en el biquini que llevaban debajo. Nosotros en bañador. El día era precioso, lucía el sol y el
mar estaba en calma.

Nos untamos de protector solar y nos tumbamos. A la media hora llegó una pareja y se pusieron a tomar el sol
cerca de nosotros. Directamente se quedaron desnudos. Ambos iban totalmente depilados. Aquella situación
me empezó a dar envidia y se lo comenté a mi mujer, quien me dijo “vayamos por partes”, pues nuestros
amigos era la primera vez que iban a una playa nudista.

Se puso a hablar con su amiga Carmen, proponiéndole hacer top-less, cosa que hicieron. Mi mujer se quitó la
parte de arriba, dejando al sol sus preciosos pechos, cuyos pezones estaban duros –probablemente porque
nunca lo había hecho delante de amigos-. Le siguió Carmen, que tenía unos pechos grandes, pero no con la
firmeza de los de mi mujer, estaban muy blanquitos en contraste con el moreno del resto de su cuerpo. Al
principio se sonrojó, pero enseguida empezó a darles protector solar y se acostumbró a la situación.
Entonces mi mujer dijo: “bueno, como siempre, no hay igualdad; nosotras nos quitamos una prenda y vosotros
ninguna”. Yo le contesté “no es la misma prenda, pero si es que os sentís en desigualdad…”.

Miré a Luis y le dije: “¿nos damos un baño?”. Luis me contestó que sí, guiñándome un ojo. Nos levantamos y
cuando estábamos en la orilla nos despojamos de los bañadores. Las chicas empezaron a silbarnos “¡que
culitos, a ver si os dais la vuelta, machotes!”. Nos metimos al agua, y estuvimos cerca de media hora nadando
y hablando.

Salimos del agua, y mientras nos dirigíamos donde estaban las chicas, vimos que estaban tomando el sol boca
abajo, pero ¡totalmente desnudas! Podíamos ver dos culitos preciosos; el de mi mujer dejaba entrever su
almejita depiladita y Carmen tenía el culo blanquito igual que sus pechos. Esto me produjo una reacción en mi
polla, pero vamos, no era el único, pues miré a Luis y también. Nos miramos y nos quedamos mudos.

Ya que ellas nos habían dado la sorpresa, decidimos dar un nuevo paso. Al llegar donde estaban, nos
colocamos detrás de ellas, pero de la pareja del otro. Cogimos el aceite solar y empezamos a darles aceite por
la espalda, bajando por la cintura hasta llegar a sus culitos.

Ellas se movían por el morbo que les daba la situación, pero sin saber que quien les tocaba no era su pareja,
sino la contraria. Seguimos avanzando por sus culitos hasta sus rajitas. Carmen tenía una almejita carnosa, de
esa que yo le llamo “con alas”. Mis dedos untados de aceite se perdían en su chochito, el cual estaba húmedo
y caliente. Mientras escuchaba como mi mujer Marta empezaba a jadear, mientras Luis masajeaba sus partes
más íntimas.

Se dieron la vuelta y nos descubrieron “¡que pillos que sois, nos habéis engañado, pero sabéis, no está nada
mal que te manosee el ajeno delante de tu pareja!”, dijo mi mujer. Carmen dijo: “esto tenéis que terminarlo
machotes, no nos podéis dejar a medias, ni vosotros quedaros sin premio, pero cada uno con su pareja”.

Y juntos, pero no revueltos, empezamos a comerle las almejitas a nuestras parejas. Mi mujer llevaba
totalmente depiladito el chochito para la ocasión y Carmen tenía hechas las ingles brasileñas. Nunca antes
habíamos hecho el amor con alguien de testigo. El morbo era alucínate. No nos importaba nada, al revés,
escuchar los gemidos y suspiros de nuestros amigos nos excitaba aún más. Mi mujer se volvía loca mientras
me comía su almeja, tan deliciosa, hasta que estalló con un orgasmo a los que me tiene acostumbrado.
Nuestros amigos se sorprendieron, pero a Carmen pareció gustarle y pronto llegó también al orgasmo.

Entonces decidieron que les tocaba a ellas actuar, por lo que nos tumbamos boca arriba. Mi mujer se puso
encima al igual que Carmen con Luis. Yo me deleitaba con las tetas de Carmen mientras mi mujer me lamía
los pezones.

Nos vendaron los ojos a Luis y a mí, diciéndonos “ahora nos toca a nosotras daros placer”. Mi mujer me cogió
la polla, se la metió en la boca mientras me acariciaba los huevos. Mi polla estaba a punto de reventar, estaba
caliente, notando como los labios de Marta se la comían. Luis decía que no aguantaría mucho. De pronto,
Carmen dice: “a la de tres podéis abrir los ojos, nos encantará ver como os corréis los dos a la vez”.

Cuál fue nuestra sorpresa que descubrimos que nos habían devuelto con la misma moneda. ¡No era mi mujer
quien me estaba chupando la polla, era Carmen! Y ¡Marta a Luis! Mi excitación fue tal, que empecé a
correrme de placer, saliendo un semen blanco puro como no recuerdo nunca. Luis hizo lo mismo, corriéndose
en las tetas de mi mujer.

Después de esto volvimos otro día, juntos a Calblanque, pero no quisimos repetir la experiencia para no dañar
nuestras respectivas relaciones.
Autor: Playes

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El trío que salvó mi matrimonio

30 de Agosto de 2009

por Relatos Marqueze

Me acerqué y se la metí, ella se mordía los labios, se sacudía, arañó mi espalda, gemía como una perra, yo
sentía las contracciones de ella y esto también provocó la salida de mi leche, la de ambos se juntaba en las
piernas de ella, quien la recogía y se la llevaba a su boca, se embarraba los senos con leche y nos besaba a
turno en la boca haciéndonos probar el semen de ambos.

El caso es que hace años las cosas no iban bien, nuestros trabajos y las constantes cuentas que pagar nos
habían separado, a los 15 años de casados, tal vez lo del sexo había ido a parar a un tercer o cuarto lugar, eran
tantas cosas en que pensar, la competencia en el trabajo, la pensión del niño, ropa, alimentación, en fin, todo
se complicaba. Alguna vez yo la veía arreglarse para ir al trabajo o para asistir a algún compromiso, ella con
sus 35 años estaba mejor que nunca, de mediana estatura, con bonitas piernas y una redondita cola, algo de
carnecita demás en el abdomen, pero disimulado con un par de bellos senos, con unos pezones obscuros, en
total contraste con su blanca piel, cara bonita, pelo bien cuidado e impecable aunque conservadora al vestirse.

Lo que más me gustaba era verla con el brassier, especialmente tenía uno negro que le quedaba de maravilla,
le juntaba las montañas haciendo al medio un irresistible canal, que a veces mostraba a mi y a alguien
detallista, porque no lo mostraba abiertamente, se le veía cuando se agachaba o tal vez al verla de arriba.
Intentamos hablar muchas veces, pero acababa en pelea, así que era mejor no hacerlo y ni que decir de las
relaciones, no puedes tenerlas con tu mujer si estás mal, ellas te ponen la condición, si no te portas bien, no
hay premio.

Yo calmaba esas ganas con alguna que otra compañera eventual, pero era como masturbarse, no había la
misma motivación, porque debo confesarlo, aún amo a mi esposa como cuando hace tantos años la desposé. Y
me preguntaba como ella aplacaba las ganas si las tenía, yo pensaba que las mujeres calmaban sus ganas con
los menesteres del hogar, viendo a sus hijos, yendo de compras, en fin, lejano estaba de lo que en realidad
ocurría.

Fue en una reunión del curso de mi hijo mayor que me di cuenta que algo pasaba, estaba el papá de Tomasito,
hombre de unos 40, buen físico, amable y de buen trato, cuando llegué a esa última reunión en compañía de
mi esposa, (Algo inusual, ya que detestaba estas reuniones), noté que él se acercó a saludarla y ella igual lo
hizo, no fue en manera efusiva, pero tú te das cuenta cuando hay química entre dos personas, y allí había
química, física y que sé yo que más. Él me dio la mano, hablamos, me dijo que mi hijo y el suyo eran súper
amigos, que sería bueno reunirlos y tal vez también hacerlo entre nosotros, para conocernos mejor, tomé esta
invitación como algo no en serio y le dije que por supuesto, que nos pondríamos de acuerdo. Pasaron dos
semanas desde aquella fecha, yo había olvidado lo del plan de reunión, fue mi esposa la que me recordó lo
conversado.

- Te acuerdas del papá de Tomasito, del colegio, pues fíjate que me lo encontré de casualidad el otro día y me
dijo que quedó contigo de reunirnos. – Pero no quedamos en nada formal, pero para que no de lata, dile que
podría ser este fin de semana, tal vez en casa de ellos, ponte de acuerdo con su mujer. – Eso será un poco
difícil, ella esta hace tres meses en el exterior, se fue en busca de mejores ingresos y creo que la cosa entre
ellos no va.

Empecé a juntar las ideas en mi cabeza, este galán solitario había movido en mi mujer la compasión (Truco
viejo) y claro la buenita seguro que lo escuchaba.

-Bueno dile que nos reunimos el sábado por la tarde, que sea en la casa, preparas algo sencillo de comer,
algunos refrescos y listo, mientras los niños juegan platicaremos a gusto.

Así llegó el sábado, mi mujer había ordenado la casa pero como nunca y eso no era todo, se había afanado en
probarse distinta ropa una y otra vez, quejándose que la ropa acentuaba sus rollitos, yo como consuelo le decía
que estaba bien, que al final no era una reunión importante, pero cada que le decía eso me lanzaba una mirada
de “para ti no será importante”. Luego del ligero almuerzo, entró a darse un duchazo, salió con una toalla
envolviendo su cuerpo, se secó con cuidado, untó su piel de brazos y piernas con crema suave, se iba
vistiendo, se colocaba perfume en medio del pecho, en el cuello, las muñecas, se puso una tanga negra, no de
hilo dental, pero si bonita, con encajes, luego una medias con soporte, las medias eran negras también, luego
sacó del ropero una faldita suelta, algo más arriba de la rodilla, no calcaba su figura, pero se veía muy bien,
arriba se puso el preciado por mi brassier, acomodó sus senos para que la unión resalte, se puso una camisa
delgada de color perla, por lo que la ropa interior resaltaba, no hice comentario alguno, pero estaba para
comerla ahí mismo, se peinó y maquilló rápidamente y se fue a ver los últimos detalles.

A las 15: 20 llegaron los dos, padre e hijo, él había llevado una torta helada y los recibimos, los niños claro se
fueron al patio a jugar y quedamos los tres en la sala, ya la torta era historia, como la charla estaba animada,
invité unas vueltas de ron, en vasos largos, un poco cargados y seguíamos la charla.

- Mi esposa me comentó que hace algún tiempo estás sólo con el niño. -Bueno, no es algo de lo que me guste
hablar, pero es cierto, no creo en un retorno de ella, además que nunca funcionó lo nuestro.

Ahora él atacaba.

- Tu mujer me dijo que entre ustedes las cosas tampoco son una taza de leche. -Si es duro admitirlo pero es
verdad, con decirte que son meses que ni la toco. -Caramba, ¿y como manejan eso?, ya que estamos en
confianza, les comento que una de las razones del distanciamiento con mi mujer fue mi excesivo deseo sexual.

Una risita escapó de los labios de mi mujer.

-Ojalá ese fuera nuestro problema dijo ella, en tono de doble sentido.

Él empezó a darnos una clase de educación sexual, nos habló de la importancia del sexo, yo la sabía pero no
sé eran tantas cosas. A medida que la charla subía de tono y ayudados por las cubas, no íbamos soltando, mi
mujer sentada a mi lado y frente a él cruzaba las piernas nerviosamente, él no dejaba de mirarla, por el calor se
quitó el saquito que se había colocado, por lo que su clara camisa transparentaba su brassier y con el ya sus
erectos pezones.
- Las mujeres necesitan una constante estimulación, no se trata de querer tenerlas con las piernas abiertas y
listas para nosotros, hay que calentarlas. – A ti te veo mucho en teoría, pero como te comportarías con una
mujer que te rechaza siempre o que nunca tiene ganas. – Es que equivocas la manera, no creo que una mujer
como esta rechace nada, es más y sin que te ofendas, apuesto a que en este momento está más mojada que
nunca.

Sé que ese momento debí partirle la cara por el atrevimiento, pero en mi una sensación extraña me
inmovilizaba a la par que tenía severa erección, al ver mi quietud, él empezó a tocar las piernas de mi mujer,
suavemente subía y bajaba las manos, ella me miraba y mordía sus labios. En eso entraron los pequeños, casi
nos sorprenden, un vecinito nuestro había recibido de regalo uno de esos juegos de consola, vinieron a pedir
permiso para ir a su casa y claro que se los dimos, salieron corriendo, yo tranqué la puerta bien y cerré algo las
cortinas.

Ya él estaba al lado de mi mujer donde yo estaba, continuó acariciando las piernas, ahora perdía sus manos
bajo la faldita y cada que subía más arriba, mi mujer gemía, lo único que me decía era “Te amo”, seamos
felices, se quitó los calzados, hizo que acercara mi sillón al de ellos, empezó con su pie a frotar mi palo, lo
notó durísimo y me lo apretaba más fuerte. En eso él la besó apasionadamente, deslizando encima de la
camisa sus mano sobre sus senos, empezó a quitarle la camisa, los bellos senos saltaron cubiertos con el
brassier, ella recostada en el sofá se quitó la faldita, quedando con las medias, la tanga y el brassier, la imagen
de una bella y ardiente mujer.

Él con sus dedos empezó a jugar con su parte más íntima, frotaba encima de la tanga su concha, con un dedo
hizo a un lado la tela y penetraba ese mojado tesoro, ella me hizo acercar más, sacó mi palo y lo masturbaba
como loca, empezó a mamarlo fuerte, él seguía en la tarea, ahora quitó la prenda superior, los senos estaban
muy tersos, los pezones por explotar, con delicadeza primero y luego torpemente, empezó a mamarlos,
chupaba como bebé, emitía hasta sonidos, ella seguía mamándome pero con sus manos, empezó a quitarle la
ropa, se alejó de mi y se fue directo a buscar su pito, lo sacó, nada del otro mundo, muy similar al mío,
incluso algo más delgado, pero para ella era lo máximo, con una mano sobaba las bolas y con la otra subía y
bajaba, lo acercó a su boca y con la lengua lo recorría todo, se lo tragó todito, él blanqueaba los ojos y
jadeaba.

Yo tomé la iniciativa, me acerqué y quité la tanga, la conchita chorreaba líquido, lo probé, la lamía toda, mis
dedos me ayudaban y le metía uno, dos, hasta tres y el que quedaba se deslizaba por su pequeño orificio. Él la
recostó, ella abrió las piernas lo más que pudo, enseñándole el sexo, él se acercó lentamente, con la cabeza
jugueteaba con su entrada, ella no podía más.

- ¡Ya métela por favor, dame ya no puedo más!, ¡por favor! – Esto es lo que necesitas, que te den duro, ves
amigo…, esta perrita solamente quiere sexo, sexo rico.

Y sin más la ensartó, vi como de la primera embestida, ella llegó al orgasmo, empezó a gritar como loca
mientras él hacía su veloz vaivén.

- No me la saques por favor, no termines, quiero gozar, gozar como nunca, esto es lo que necesitaba, toda la
vida lo he necesitado.

Él la puso de cuatro, entonces ella podía utilizar nuevamente su boca.

- Así que esto necesitabas, pues de ahora en más te daré cada día, a cada rato, así cambiaras tu carácter y serás
la mejor esposa. – Si papacito, pero ahora quiero más, necesito más, quiero que por esta vez me trates como
las más puta de las putas, quiero que me den por todas partes.
Al oír eso, él empezó a lamerle el culo y a introducirle los dedos y la lengua, ella se contorsionaba y ayudaba
sacando más el culo. Seguían de perrito, él la sujetó fuerte, primero despacio y luego violentamente se la
introdujo por el culo, ella empezó a llorar, pero no hacía nada por detener la embestida y tras acostumbrase
ayudaba a la introducción. Sin sacarla de atrás, él la volteó, quedando ahora ella encima de él, ambos de
espaldas al suelo.

- ¿Qué esperas, dale no ves que quiere todo?

Al oír esto, me acerqué y se la metí, ella se mordía los labios, se sacudía, arañó mi espalda, gemía como una
perra.

- Ya me vengo, dijo él, quiero acabar en tu culo… – Hazlo mi amor, hazlo, quiero sentir tu leche corriéndome
por dentro.

Y empezó él a convulsionarse, yo sentía las contracciones de ella y esto también provocó la salida de mi
leche, la de ambos se juntaba en las piernas de ella, quien la recogía y se la llevaba a su boca, se embarraba los
senos con leche y nos besaba a turno en la boca haciéndonos probar el semen de ambos. Ella se levantó,
seguro quería más guerra, pero ya la hora había pasado, el temor era el regreso de los niños.

Nos aseamos y tomamos un trago más, sonó el timbre, antes de abrir, ellos se despidieron con un fuerte
abrazo, caricias y un beso que enredaba sus lenguas. Prometimos repetir la escena pero en otro lado, con más
calma.

Esa noche volvimos con mi mujer a tener sexo a solas, lo hicimos toda la noche, cuando la tenía nuevamente
recordaba lo vivido y esto nos ponía recalientes de nuevo, al día siguiente no fuimos a trabajar y solo fuimos a
dejar al niño, nos encontramos con él, nos saludamos como amigos y todo como si nada hubiera pasado,
volvimos a casa a tener más sexo, y es que verlo de nuevo nos excitó a ambos.

Autor: Pepini

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