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MICROBIOMA DEL LÍQUIDO AMNIÓTICO Y PLACENTA

Hasta la segunda mitad del siglo XX se creía que la cavidad uterina era estéril y la
colonización bacteriana se consideraba un hallazgo patológico, se utilizaban técnicas
tradicionales basadas en cultivos y microscopía para evaluar el microbioma. Una de las
mayores críticas dirigidas a la consideración del microbioma intrauterino era la posible
contaminación durante la recogida de las muestras uterinas por el microbiota
cervicovaginal. En un estudio muy reciente, las muestras fueron tomadas con un método
particular basado en el uso combinado de dos catéteres específicos y una desinfección
tisular precisa; por tanto, se corrobora que el proceso podría considerarse aséptico. La
existencia de una microbiota intrauterina, caracterizada por una notable estabilidad entre
la fase folicular y la lútea ha sido demostrado recientemente (Coscia et al., 2021; Toson
et al., 2022).
Hay distintas hipótesis sobre la colonización uterina, ya que pueden llegar desde el
intestino, la cavidad oral, el torrente sanguíneo, la ascensión por vía vaginal, así como
por la unión de microorganismos en los espermatozoides humanos, o bien, podría
ocurrir potencialmente a través de procedimientos de tecnología de reproducción
asistida o por la colocación de dispositivos anticonceptivos.
Independientemente de su origen, la investigación demuestra consistentemente que el
microbioma uterino es muy diverso y está escasamente poblado en comparación con el
tracto genital, pero su composición aún no se ha descifrado por completo (Toson et al.,
2022).
Se ha conseguido establecer que el LA y la placenta alberguen un microbioma propio y
único y, por tanto, de lugar a un cambio en la hipótesis de la colonización del útero. Esto
repercute en nuestra comprensión del establecimiento de un microbioma humano
pionero, su papel en la salud humana, estilo de vida, así como en las prácticas clínicas
como las cesáreas, que actualmente se cree que interrumpen la transmisión de los
microorganismos (Blaser and Dominguez-Bello, 2016; Beckers and Sones, 2019; He et
al., 2020). Se han realizado estudios teniendo en cuenta las características anatómicas,
inmunológicas y fisiológicas de la placenta y del feto, las limitaciones de los métodos
de investigación utilizados previamente y el microbioma durante los primeros días de
vida. La llegada de las nuevas técnicas de secuenciación ha permitido que muchos
estudios describieran diferentes comunidades microbianas dentro de la cavidad uterina,
aunque no está claro dónde se originan (Toson et al., 2022). William y colaboradores
(2021) estudiaron mediante las secuencias del gen ARNr 16S la placenta de gemelos y
entre ambos gemelos, para ver si tenían un microbioma similar al microbioma
placentario. Confirmaron que los géneros microbianos y su abundancia dentro de la
placenta de un gemelo era distinta, y a su vez, diferente entre las muestras del
microbioma de la placenta de ambos gemelos entre sí.
El microbioma intrauterino normal presenta ciertas alteraciones como la disminución de
Lactobacilos crispatus y el aumento de Ureaplasma urealyticum, Ureaplasma parvum.
Mycoplasma hominis, E. coli, Bacteroides Spp., GivaginalisSneathia sanguinegens,
Streptococous spp., y Fusobacterium nucleatum que favorecen al parto pretérmino. Los
microbiotas que se encuentran en la placenta tienen como función fisiológica la de
metabolizar las vitaminas y cofactores (biotina y el ácido fólico) en niveles adecuados
para el desarrollo fetal además de un estimulo a la tolerancia de endotoxinas para la
exposición futura a bacterias, la prevención al acceso de microrganismos patógenos en
el cuerpo y preparación del intestino del recién nacido para su nutrición

MICROBIOTA EN EL MECONIO

Diversos estudios que han analizado heces de recién nacidos muestran la presencia de
bacterias en el meconio lo cual implicaría que, si las muestras se han tomado en
condiciones asépticas, el intestino del feto no era estéril. Los estudios se han realizado
tanto en recién nacidos por parto natural como por cesárea, y en ambos casos la
composición bacteriana del meconio no varía significativamente, indicio de que tales
bacterias estaban presentes antes de nacer y que no se habrían incorporado durante el
parto. Además, más del 50% de las bacterias halladas en el meconio fueron también
detectadas en el LA, lo cual sugiere que parte de la colonización del intestino fetal se
debe a la ingestión de LA (Walker et al., 2017).
(Allan, 2017) El feto no reside en un vientre estéril y, en condiciones normales, las
bacterias intestinales de la madre pueden pasar a la sangre y de ahí alcanzar la placenta
y el LA. Mediante la ingesta del LA, el feto adquiere tales bacterias, y esto quedaría
demostrado con estudios que muestran que se han identificado microorganismos del
intestino materno en el cordón umbilical y en el meconio de los recién nacidos
(Schoenmakers et al., 2019) El feto no se gesta en ambiente estéril y el microbioma
fetal es importante para su desarrollo. La placenta alberga microbiota comensal no
patógena que se asemeja a la de la cavidad oral y endometrio maternos. Además, se
hallan bacterias en el cordón umbilical y LA; y se encontraron similitudes entre la
microbiota placentaria, del LA y del meconio de niños nacidos por cesárea.
(He et al., 2020) La microbiota meconial tiene más características en común con la
microbiota hallada en el LA que con la hallada en muestras de las heces y vagina
maternas. La microbiota del meconio procede de múltiples lugares del organismo
materno, y la del LA contribuye más a la colonización del meconio que la del tracto
genital materno.
Diversos estudios que han analizado heces de recién nacidos muestran la presencia de
bacterias en el meconio lo cual implicaría que, si las muestras se han tomado en
condiciones asépticas, el intestino del feto no era estéril. Los estudios se han realizado
tanto en recién nacidos por parto natural como por cesárea, y en ambos casos la
composición bacteriana del meconio no varía significativamente, indicio de que tales
bacterias estaban presentes antes de nacer y que no se habrían incorporado durante el
parto. Además, más del 50% de las bacterias halladas en el meconio fueron también
detectadas en el LA, lo cual sugiere que parte de la colonización del intestino fetal se
debe a la ingestión de LA (Walker et al., 2017).
(Allan, 2017) El feto no reside en un vientre estéril y, en condiciones normales, las
bacterias intestinales de la madre pueden pasar a la sangre y de ahí alcanzar la placenta
y el LA. Mediante la ingesta del LA, el feto adquiere tales bacterias, y esto quedaría
demostrado con estudios que muestran que se han identificado microorganismos del
intestino materno en el cordón umbilical y en el meconio de los recién nacidos
(Schoenmakers et al., 2019) El feto no se gesta en ambiente estéril y el microbioma
fetal es importante para su desarrollo. La placenta alberga microbiota comensal no
patógena que se asemeja a la de la cavidad oral y endometrio maternos. Además, se
hallan bacterias en el cordón umbilical y LA; y se encontraron similitudes entre la
microbiota placentaria, del LA y del meconio de niños nacidos por cesárea.
(He et al., 2020) La microbiota meconial tiene más características en común con la
microbiota hallada en el LA que con la hallada en muestras de las heces y vagina
maternas. La microbiota del meconio procede de múltiples lugares del organismo
materno, y la del LA contribuye más a la colonización del meconio que la del tracto
genital materno.
Bibliografía:

 MICROBIOTA DEL LÍQUIDO AMNIÓTICO: ¿UNA CONTAMINACIÓN O UNA

REALIDAD? (2033). NIEVES LÓPEZ PERSONAT.

 https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/132368/CASTILLO%20MEDRANO

%20MARIA%20ISABEL.pdf?sequence=1&isAllowed=y

 Pelzer, E. S., Gomez-Arango, L. F., Barrett, H. L., & Nitert, M. D. (2017). Review:

Maternal health and the Placental Microbiome. Placenta, 54, 30-37.

https://doi.org/10.1016/j.placenta.2016.12.003

 Neuman, H., & Koren, O. (2017). The pregnancy microbiome. En Nestlé Nutrition

Institute Workshop series (pp. 1-10).

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