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Así las cosas, se observa que el apoderado del citante renunció al cuestionario que en
sobre cerrado allegó en su oportunidad abrogándose el derecho de interrogar
oralmente; lo que para esta prueba no es pertinente ni idónea.
Presume el apoderado de los demandados con apoyatura en el art. 768 del C. C., que
en la accionante no hay buena fe en la adquisición de la cosa, aquí el cartular, y mal
interpreta el texto legal, pues, el girador beneficiario, el señor Alzate, es tenedor
legítimo de buena fe, por cuanto fue él quien creó la letra de cambio y con quien los
hoy demandados se obligaron a pagar la prestación debida en el título. Por tal razón, el
tenedor tenía la facultad de endosar el título en propiedad a la suscrita. Igualmente, la
regla 835 del C. de Comercio dispone que “se presumirá la buena fe, aun la exenta de
culpa. Quien alegue la mala fe o la culpa de una persona, o afirme que ésta conoció o
debió conocer determinado hecho, deberá probarlo”. (Por fuera de texto)
Ha de observarse que como actora cumplí con la carga probatoria de las obligaciones
mediante la presentación de la letra de cambio, el cual cumple los requisitos para darle
connotación de título ejecutivo, dado que contiene a cabalidad los presupuestos
previstos en el art. 619 y 671 del Código de Comercio, por tanto no requiere
aceptación diferente a la firma de los deudores para establecer que la obligación que
representa son de su carga. En efecto, como el documento adosado como base de la
ejecución reúne los requisitos generales de naturaleza sustancial reclamados por el
legislador mercantil para los de su género, mantiene no sólo la presunción de
autenticidad que le confiere la ley, sino también los principios de literalidad, autonomía
e incorporación. Y asimismo, en virtud de este último principio, en el título aparece
consignado el derecho destinado a circular sin que haya necesidad de especificar allí la
relación fundamental o subyacente que dio origen a tal derecho y por ende, al
acreedor no le compete aportar ni demostrar tal relación o negocio, pues la carga de la
prueba se traslada al deudor cuando funda sus defensas en excepciones.
Aduce además la defensa exceptiva, haciendo una exégesis distorsionada del texto del
art. 768 C. C. que el endosatario debe ser diligente en determinar si quien transfiere la
cosa está legitimado para tal fin, sin parar mientes en que quien endosó el título es el
girador beneficiario, lo cual lo hace tenedor de buena fe transfiriendo por lo tanto los
derechos incorporados en aquél, reitero, así el dinero proviniera de la suscrita, pues lo
había entregado voluntariamente. En otros términos, yerra y tergiversa a su favor el
excepcionante todo lo manifestado en el extraproceso, dándole valor probatorio, si es
que tiene algún valor probatorio, que porque el exponente expresó que los dineros del
mutuo no eran de él, entonces el título carece de validez y eficacia y que por tal razón
el endosante no podía transmitir los derechos cartulares incorporados, soslayando que
quien figuraba como beneficiario en la letra, con la anuencia de la suscrita, pues quería
mantenerme al margen de la negociación, fue quien endosó el título. Y más aún, a los
hoy deudores no les interesó si el dinero era o no de quien suscribió y creó el título,
aceptando por ende la orden de pagar al tenedor del mismo, y de hecho era a éste a
quien hacían el pago de los intereses como quiera que lo reconocían como acreedor,
porque de otra forma dichos pagos no serían validos; sin embargo, ahora esgrimen el
no ser el endosante el propietario del dinero mutuado y ponen talanqueras para pagar
la deuda para así defraudar a la demandante, además de dilatar la ejecución,
mostrando a todas luces la mala fe en todo lo hasta ahora actuado, esto es,
interrogatorio de parte extraproceso y excepciones infundadas. Me pregunto como
abogada ¿Por qué el apoderado avala la mala fe de los deudores y quiere patrocinar un
enriquecimiento sin justa causa a favor de sus prohijados con la condigna disminución
de mi patrimonio?
En efecto, el excepcionante arrima seis (6) recibos de caja menor dizque donde consta
los abonos realizados por los ejecutados, lo cual es totalmente falso, recibos estos que
desde ya los tacho de falsos y, asimismo, pido sean cotejadas las firmas estampadas
en ellos y el tipo de letra, sin embargo, de los tres que se llevaron al extraproceso, que
admite el señor Alzate que fueron expedidos, sólo uno (1) fue presentado al citado
para que reconociera su firma, lo cual así lo hizo; quedando dos sin reconocer por no
serle exhibido; de lo cual él dejo constancia del hecho. No obstante, hizo la salvedad
que cuando firmó dicho recibo los espacios estaban en blanco y, además, que el valor
allí anotado no era realmente el valor del interés mensual, pues se había imputado a
dicho recibo otro préstamo que la deudora le había solicitado al citado, asimismo,
manifestó éste en dicha diligencia que la deudora acumulaba dos y tres meses el pago
del interés, pues éstos sólo eran del valor de ciento cincuenta mil pesos.
Igualmente manifiesto que los mentados recibos, como lo dice el excepcionante, son
de caja menor, vale decir, de los utilizados por los establecimientos de comercio para
control de egresos y, además, fueron aportados por la deudora a la persona quien
recibió el pago del interés con el argumento de que eran para llevar un control de
egresos en el negocio suyo, asaltando la buena fe del señor Alzate y de la señora
Nancy al firmar dichos recibos con espacios en blando y que a la postre los llenaron
por valores no reales para aducirlos como prueba de abonos; abonos que
enfáticamente rechazo y niego, toda vez, que no están anotados en el título valor.
Como a bien lo ordena el estatuto comercial en la regla arriba citada. También porque
el excepcionante en el extraproceso exhibió el recibo de fecha 3-07-08 como pago de
intereses a la plata adeudada, mismo que ahora allega al proceso como abono. En
materia mercantil y cambiaria abono e interés son dos términos diferentes. Entonces,
por qué razón no se le presentaron los otros dos recibos al citado para que reconociera
la firma de su compañera y los valores, si con ese fin fueron allegados al extraproceso.
Por qué ahora allegan seis recibos, dónde estaban los otros tres y por qué no los allegó
el excepcionante al extraproceso. Si hubiese sido cierto que se hicieron los abonos el
señor Alzate hubiera hecho las respectivas anotaciones en el título, y de no ser así, la
deudora, concomitantemente a estos abonos y por prudencia debió exigir que dicho
valor fuera anotado en el título valor.
Siendo lo anterior así, también me opongo, señor Juez, a la prosperidad del citado
medio exceptivo y solicito sea desestimado por su digno Despacho.
Señor Juez,
Comedidamente,
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NURI YANETH CALLEJAS ALVARADO
C. C.
T. P.