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GUIÓN TEATRAL: EDIPO REY

PERSONAJES:

Ana: Edipo Rey


Daniela: Layo – Creonte – Polibo – Sirviente 1
Tucto: Esfinge – Sirviente 2
Dayana: Mérope - Yocasta
Abigail: Tiresias – Mensajero - Pastor
ACTO 1:

Escena 1

Era un día nublado en el gran reino de Tebas, el gobernante Layo había acudido al templo
de Apolo, tenía algo muy importante que consultar con el sacerdote Tiresias, necesitaba
conocer su futuro y para ello necesitaba el oráculo.

Layo: (preocupado) Tiresias llevo mucho tiempo casado con Yocasta, necesito un heredero
grande y fuerte para que sea el próximo rey

Tiresias: (calmado) Su majestad, yo le aconsejaría no estar ansioso por ser padre.

Layo: (nervioso) ¿Qué estás tratando de decir?

Tiresias: (tono de misterio) El hijo que engendres con Yocasta te asesinará y luego este
yacerá con su madre

Layo: De que ha-

(Antes que Layo pudiera decir algo, el sacerdote se retiró)

Layo: (confundido) ¿Acaso lo que acaba de decir será cierto? Si es así lo mejor será no
engendrar a un heredero, de esa forma evitare el destino tan siniestro que el oráculo ha
mandado.

Escena 2

(Los reyes de Tebas se encontraban en la lujosa habitación real, la mujer se encontraba


totalmente devastada)

Layo: (manteniendo la compostura) Es la mejor decisión para todos.

Yocasta: (llorando arrodillada) No veo el motivo para deshacerte del bebé, es un varón
¡Nuestro hijo! ¡El heredero de este reino! (agarraba al niño entre sus brazos)

Layo: (brazos cruzados) Yocasta no cuestiones mis decisiones, soy el rey de Tebas y sé que
esta decisión será lo mejor para el reino, te aseguró que esto es lo mejor. Ahora, trae al niño
(le quita al niño)

(El rey ató las extremidades inferiores del bebé, y se lo llevó lejos de su madre entregándole
el niño a un sirviente)

Layo: (Tono frio) Desaparécelo, que nunca más vuelva, ninguna palabra de esto a nadie.
Si no, las cabezas de tu familia empezaran a rodar.

1
Sirviente 2: (nervioso) Si señor

Escena 3

(Con suma tristeza el sirviente decidió dejar al niño bajo un árbol, cubriéndolo de hojas hasta
no verse y yéndose temeroso en cuanto lo dejo, sin darse cuenta que a lo lejos lo veía un
pastor con mucha curiosidad)

Pastor: (nervioso se acerca al árbol) ¿Y este niño? ¿Qué hace acá, en este lugar tan
alejado? ¿Por qué lo abandonaron?

El pastor indeciso se llevo al niño al reino de Corinto y decidió entregárselo a los reyes.

Pastor: (arrodillado) Mis reyes, se ah hecho eco la noticia que por mas que intenten no
pueden concebir a un heredero para el trono, por ello humildemente os vengo a traer a un
niño que podría serviles.

(ambos reyes se miraron y solo asintieron)

2 ACTO

Escena 4

El sol acariciaba los campos de Corinto, el pequeño bebé que un día fue separado de su
hogar, se había convertido en todo un muchacho. Pero las dudas de su origen habían
empezado, la gente en Corinto murmuraba que era adoptado y necesitaba conocer la
verdad. Razón por la que decidió acudir al oráculo.

Edipo: (confundido) Acudo a usted en busca de respuesta a mi angustia, ¿De dónde


provengo? ¿Cuál es mi origen?

Tiresias: (sentado) No te puedo decir más que la verdad, pronto cometerás asesinato contra
tu padre y luego yacerás con tu madre.

(Edipo asustado ante tal declaración huyó)

Tiresias: (suspirando) Pobre chico llego a la misma conclusión que su padre, la historia se
repite otras vez, padre e hijo recibieron la misma profecía y el destino que ha sido dictado
por los dioses no cambiara, ninguno de los dos escapara de su final.

Escena 5

Edipo: (asustado) Necesito evitar este destino tan desastroso (agarrándose la cabeza con
ambas manos), necesito evitar esta desgracia… Yo me tengo que ir de este reino. ¿Pero a
que reino? (agarrándose la quijada) Mmm... Tebas es la mejor opción

(Decidido emprende su viaje, topándose en el camino con Layo y un sirviente cada uno en
un caballo)

Layo: (tono prepotente) Apártate del camino forastero, da paso a alguien con mucho más
poder que tú.

Edipo: (riendo) Sólo los dioses y mis padres me superan, no se confunda.

Layo: Maldito niño, me has hecho enfurecer tu ignorancia te matara (disgustado bajo de
su caballo, y corrió sacando su daga) ahora solo acepta tu destino.

2
(al observar la sangrienta escena el sirviente huye asustado)

Edipo: (le quito la daga a Layo y la empujo hacia él, apuñalándolo en el acto) ¿Destino?
Yo me rio del destino.

Escena 6

Luego del crimen cometido siguió su camino al reino de Tebas, el cual estaba siendo
azotado por la presencia de una esfinge, teniendo que responder un acertijo si no quería
ser devorado

Edipo: Déjame seguir camino hacia el reino de Tebas.

Esfinge: (riendo)Te dejaré cruzar si resuelves mi enigma y si no es así, morirás. (confiado)


Terminemos esto rápido humano estúpido ¿Cuál es el que al mismo tiempo es un bípedo,
un trípedo y cuadrúpedo?

(se quedó pensando un rato)

Edipo: (hablando firmemente) El hombre, ya que al salir del vientre de su madre se arrastra
como un indefenso cuadrúpedo, luego al crecer se vuelve un bípedo y en su vejez apoya
su bastón como un tercer pie.

Esfinge: ¡IMPOSIBLE! (La esfinge enfurecida por el triunfo de Edipo se suicida lanzándose al
mar)

(muerta la esfinge, todo el pueblo salió de sus escondites)

Pueblo: ¡Edipo nuevo rey de Tebas! ¡Edipo rey! (Yocasta le entrego la corona a Edipo y se
arrodillo ante el junto a todo el pueblo) ¡Edipo rey! ¡Edipo rey! ¡Edipo rey esposo de Yocasta!
¡Edipo rey! ¡Salvo al reino de la temerosa Esfinge! ¡Edipo rey de Tebas!

Escena 7

Había transcurrido un largo de tiempo desde que Edipo inicio su reinado, pero las cosas no
estaban transcurriendo bien, nuevamente había una peste en la ciudad. Creonte, el
hermano mayor de Yocasta y fiel confidente del rey fue a buscarlo para solucionar la
situación.

Creonte: (preocupado) Mi señor, el pueblo está siendo gravemente azotado por la peste,
nuestros hermanos están muriendo. Hace unos días fui al templo de Zeus en busca de una
respuesta, me comunico que la razón de esto es debido que en nuestro pueblo se halla el
asesino del antiguo rey.

Edipo: ¿Tiresias fue el que te comunicó ello?

Creonte: Así es, el oráculo le informo que la paz no volverá a menos que el asesino sea
desterrado de nuestras tierras.

Edipo: Entonces como rey de Tebas me tomare la tarea de encontrar al asesino del antiguo
rey para devolverle la paz al reino que una vez salve.

Pasaron los días y el rey no encontraba respuesta, los murmullos empezaron a crecer, lo
cuales declaraban que Layo había muerto en un cruce de camino, este hecho confundía
mucho a Edipo y acudió al oráculo.

3
Edipo: Tiresias acudí a ti para preguntar si el oráculo no ha revelado nada mas

Tiresias: (tono misterioso) A pesar de ser ciego su majestad, puedo ver lo que está frente de
mí. Usted y yo sabemos que está negando la verdad.

Edipo: (molesto) ¿De qué verdad hablas? Detesto cuando hablas así (molesto) simplemente
dime quien mato a Layo y acabemos con este problema.

Tiresias: No hay mejor ciego que el que no quiere ver, su majestad.

Edipo: (alterado) ¡¿Ver qué Tiresias?! Dime quien es el asesino y todo se solucionará.

Tiresias: (suspiro de cansancio) Disculpe su Majestad, pero no creo serle de ayuda el oráculo
no dice más, los dioses ya han hablado y no repetirán lo que ya han dictado, su destino ya
ha sido trazado, solo queda que usted lo acepte.

Edipo: (disgustado se fue) Entiendo.

ACTO 3:

Escena 8

(en el palacio real ingreso un sirviente muy apresurado, tenía el aspecto de un mensajero.
Se dirigió hacia el asiento del Rey)

Mensajero: (respirando agitado) Oh mi rey, vengo desde Corinto para darle la lamentable
noticia de que el rey Pólipo a fallecido.

Edipo: (entristecido) Mi padre murió…

Mensajero: (agachando la mirada) Vine a decirle toda la verdad mi señor, el rey Pólipo no
es de su linaje, ni él ni la reina Mérope. Cuando era usted un bebé y yo un pastor de ovejas
lo salvé de la muerte, un sirviente me pidió que lo cuidara, se encontraba atado de los pies
eh ahí la cicatriz de sus pies. Los reyes de Corinto no podían conseguir un bebé y decidieron
adoptarlo.

Edipo: (disgustado) Así que lo que sospeché era cierto. Necesito averiguar mis orígenes, por
más humildes que sean

Mensajero: (mirando directamente a Edipo) No le recomiendo rebuscar mi señor. Con su


permiso regresare al reino. (hace una reverencia y se va)

Edipo: Acaso esto… tendrá que ver con Layo (hablando fuerte) ¡Tu! sirviente, (el sirviente
que estaba limpiado miro a Edipo) llama a aquellos que servían a Layo, el anterior rey de
Tebas y tráelos ante mí.

Sirviente 1: Si mi señor. (el sirviente se agacho y salió)

Edipo: Alguno de ellos debe saber algo.

(poco después, por las puertas del palacio entro un sirviente en dirección hacia el trono de
Edipo)

Sirviente 2: (arrodillado) Señor mío, me dijeron que me necesitaba para resolver un asunto.

Edipo: Si, mande a llamar a los sirvientes del anterior rey de Tebas para saber si se sabia algo
sobre la muerte del antiguo rey Layo.

4
Sirviente 2: Si mi señor, yo fui testigo del asesinato del gran rey Layo, fui el único que
sobrevivió a ese asesinato. Es más, creo que seré el que le revele toda la verdad.

Edipo: (alterado se paró de su trono) ¡¿Si sabias quien era el asesino porque no hablaste?!
¡¿Sabes cuantas personas están muriendo?!

(Yocasta pasaba por la habitación y al escucha a su esposo gritar decidió quedarse a


escuchar)

Sirviente 2: (movió sus manos intentando calmar la situación) Mi rey cálmese y escúcheme
por favor. (miro a Edipo) El rey Layo y la reina Yocasta tuvieron un bebé, pero por una
extraña razón el rey no amaba al niño, me mandó a deshacerme de él. A las afueras del
reino lo cubrí entre muchas hojas debajo de un árbol para que nadie lo viera ni lo
escucharan, pero había algo raro, me di cuenta que sus pies estaban atados y tenía una
fea marca. Cuando estaba lejos, al voltear me di cuenta que un pastor lo tenía sostenido
sobre sus brazos, no se imagina el alivio que sentí en ese momento. (se paró) ¿Sabe que es
lo curioso? Qué ese mismo niño me lo volví a encontrar en un cruce de camino cuando me
encontraba con el rey, y al mirar sus pies vi esa fea marca de aquella vez. El asesino es
usted, Edipo rey. (señalando al rey)

(Yocasta al terminar de escuchar eso, se sintió asqueada y corrió hacia su habitación)

Fue en ese momento que todo se derrumbó, la profecía se cumplió por más que el humano
trato de huir, su destino se terminó cumpliendo y de la manera más cruel. Edipo tenía que
ver a su esposa, la bella Yocasta. Ella debió haber sabido algo.

Escena 9

Edipo: (alterado) ¡Yocasta! ¡Yocasta! ¿Dónde estás?

(Edipo entro al cuarto y encontró a su esposa y madre tirada en el suelo, con su cuello
envuelta entre sus propias trenzas)

Edipo: (arrodillándose y abrazando el cuerpo de Yocasta) ¡Yocasta! ¡¿Que he hecho?! Hui


intentando evitar la desgracia y mira lo que eh hecho, caí en la propia trampa de mi
destino, eh pecado y los dioses no me perdonaran y el pueblo de Tebas tampoco.

(Creonte ingreso al cuarto y observo horrorizado la escena)

Creonte: ¡Yocasta! Hermana mía (se arrodillo y abrazo a su hermana) ¡Tú los mataste!
¡Mataste a los reyes de Tebas! ¡Mataste a Layo! ¡Mataste a mi hermana, tu propia madre!
¡Eres la causa de la desgracia de este reino, Edipo Rey!

Edipo: (levanto su mirada al cielo y empezó a gritar) ¡¿Por qué dioses míos?! ¡¿Me odian
tanto?! Merezco morir, traté de huir, pero no lo logré, asesiné a mi padre, tuve hijos con mi
propia madre.

(Ante tal desesperación el resignado Edipo tomó el alfiler del broche del vestido de Yocasta
y se los metió a los ojos gritando de dolor y desesperación, quedándose sin ellos)

Edipo: (cerrando los ojos, con sangre en ambas manos que se extienden y con su cabeza
levantada direccionada al cielo) Hijos míos, perdónenme son producto de la ignorancia y
estupidez de su padre, son el producto de una aberración que yo mismo eh creado al
intentar huir de ese asqueroso destino ¡¿Para qué?! Si al final la profecía se terminó

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cumpliendo. Esta vez le hare caso a los dioses, y como el oráculo ah dictado el asesino del
rey debe ser exiliado, me iré y nunca más volveré.

(con los ojos escurriendo sangre, Edipo se paró como pudo y se fue para no volver nunca
más)

Esto nos enseña que por más que el hombre traté de cambiar su destino este lo perseguirá
hasta que se cumpla. La historia de Edipo Rey es un claro ejemplo, en el cual tanto Edipo
como Layo al saber que su destino ha sido dictado por el oráculo, deciden escapar de el
y burlarse de ello, siendo el final el destino que ya ha sido dicho.

FIN

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