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@marlylactancia
ÍNDICE
Video…………………………………………………………..……….…….…03
Prólogo…………………………………………………………..…….……….04
Introducción…………………………………………………………….….…..06
¿Lo que nos afecta es no dormir?…………………………………….…..…09
¿Qué son las crisis de sueño?………………………………………….…….10
Sueño infantil de 0 a 3 meses………………………………………..………11
La hora bruja…………………………………………………………..…….…14
Cólico del lactante………………………………………………………….…16
Crisis de 03 a 06 meses…………………………………………………….…19
Crisis de 06 a 12 meses…………………………………………………….…21
Crisis de 12 a 18 meses…………………………………………………….…24
¡Mitos y más mitos!……………………………………………………….……26
Lactancia y sueño………………………………………………………………29
¿Se necesita enseñar a dormir al bebé?……………………………….……31
Estrategias respetuosas…………………………………………….…………33
Teta, cama y sueño………………………………………………….……..…..42
Conclusión…………………………………………………………..……….…45
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¡Hola! Recuerda que este libro viene con un video resumen de
masaje infantil, ideal para incorporar a tu rutina de sueño. Si
quieres verlo haz click en la foto o en el botón que está más abajo.
La contraseña es MIBEBENODUERME
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Prólogo
Soy Marlina Díaz, pero todos me dicen Marly. Mi vida ha sido bastante común y
sin ningún sobresalto, excepto uno. Un 25 de agosto a las 03:00 de la mañana mi
vida cambió para siempre. Les juro que no estoy exagerando, antes de ese
abrupto cambio yo era otra.
A pesar de que todos te lo dicen y te lo recuerdan, “Ya entenderás cuando seas
madre” La verdad es que uno no cree mucho en lo que están diciendo, “Obvio
que entiendo lo que es querer a un hijo”, pensaba. Claro que no lo entendía y no
lo entendí hasta que lo tuve por primera vez en brazos.
Aunque tuve un hijo, yo no le di la vida, parirlo fue solo la forma que encontré
para nacer de nuevo. La única oportunidad que tenemos de encontrarnos con lo
divino, lo desconocido, lo que carece de nuestro control.
Es algo tan mágico, que quienes no lo han vivido o no lo están viviendo pasan de
largo. No comprenden la magia que sucede una habitación cuando nacen un
niño y una madre. Su mirada la esperé 9 meses y apresurados los doctores, sin
ningún tipo de tapujo, me dejaron disfrutarla solo minutos, te llevaron sin
preguntas a solo metros de distancia y mi corazón se sentía vacío.
Exigí que te pusieran en mi vientre nuevamente y desde entonces estuviste ahí
para siempre. Tomé tus manitos que no sabían abrazar, toqué tu boca que aún no
sabía besar y pensé cómo puede un cuerpo saber tanto de amor siendo tan
nuevo. Mientras estabas ahí en nuestro momento perfecto, colgado de mi pecho,
veía gente al rededor limpiando y corriendo, sin darse cuenta de este momento.
Pero yo solo estaba en tu mirada, qué suerte tuve de haber vivido esto.
Llegamos a la casa y empezó la aventura, llantos que no comprendía, noches sin
dormir, obsesionada con la idea de que durmieras 4 horas seguidas sin
interrumpir.
Perdí el juicio, busqué en cada página de internet soluciones para dormir a mi
bebé, visité expertos, leí libros y ninguno me dio la solución.
Hasta que fui creciendo contigo, fuimos los dos entendiendo nuestro ritmo. Dejé
de quejarme y compararte, dejé de pensar que existía una forma ideal de ser
madre y empecé a ser realmente feliz de criarte. Te metí en mi cama, te di teta
hasta decir basta y me liberé de toda idea negativa que me hiciera dudar de mi
papel de madre.
Simplemente te disfruté y me disfruté contigo y solté el miedo de pensar que
jamás dormirías de corrido. Sin embargo pasó, llegó una noche en la que
dormiste 11 horas seguidas. Yo evidentemente estuve en vela toda la noche
mirándote. No lo podía creer, había pasado lo que tanto soñé y no lo disfruté.
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Pasaron algunas noches buenas o otras malas, pero ninguna como esa. Y empecé
a darme cuenta que la necesidad no era solo tuya, era nuestra. Que por más que
intentaba dejarte en tu cama, cuando lo hacía no dormía feliz, profundo y
tranquila, no podía. Necesitaba tenerte cerca y aunque eso me hiciera dormir
peor, lo disfrutaba cada noche en que dormía, dormía y olía tu boquita de bebé
junto a la mía.
En este libro quiero que seas libre, libre de elegir tu camino como madre y libre
para disfrutarlo. Quiero que te liberes, porque debes entender que nunca
volverás a dormir como antes, eso no volverá a pasar, de ahora en adelante tu
sueño se fue a un mejor viaje y debes emprender el tuyo de ahora en adelante.
Las ojeras serán parte de tu vida y asumirlo te hará más feliz cada día.
¿Se puede hacer algo para que los niños duerman? Poco, muy poco, se puede
hacer mucho para que los adultos entiendan que así duermen los niños y deben
aceptarlo. En estas páginas encontrarás ideas, aciertos y desaciertos de mi
camino como madre de un niño que no duerme, pero que crece libre, feliz y
alegre.
Si esperabas soluciones mágicas en estas páginas espero que aún estés a tiempo
de una devolución y por otro lado te sugiero que dejes de buscarlas.
“Cómo hacer que tu hijo duerma toda la noche” Patrañas, “Baja 10 kilos en un
mes”, Patrañas. Hay cosas que simplemente requieren tiempo, esfuerzo y
dedicación. Hacer una dieta milagrosa puede funcionar, tomar fármacos para
bajar de peso también, pero pueden llevarte a un peligroso efecto rebote o a
sufrir de peligrosos efectos secundarios.
No arriesgues tu salud, la salud de tu hijo, ni tu bolsillo invirtiendo en este tipo de
productos milagro.
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Introducción
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Tu hijo lo sabe, claro que sí, ha dormido desde que está en el vientre. Nadie que
conozca ha tenido que ir a una clase de cómo dormir ni ha obtenido un diploma
por su aprendizaje. No aprendemos a dormir, ni a hacer caca, son cosas que
sabemos hacer. Ahora bien, sí que podemos adquirir hábitos para dormir, como
aprender a hacerlo de noche y en una cama, como también aprendemos a usar el
baño para hacer nuestras necesidades.
Eso es lo que tiene que aprender tu bebé, hábitos de sueño que tengas tú en
casa y que a ti te parezcan saludables. Que sean acordes a tu familia, no a la
opinión del pediatra ni a la opinión mía, hábitos que lo ayuden a transitar por las
inevitables crisis de sueño que se presentan en las distintas etapas de su
desarrollo o más bien que te ayuden a ti a transitarlas, porque créeme, tu bebé
no tiene ningún problema.
Él está feliz en su mundo de teta y cantos, él no tiene que trabajar mañana y si
durmió mal no tiene problemas en pegarse una siesta más larga, tu bebé duerme
en la calle, en el coche, en la mochila, en el pasto, en el sofá, en tus brazos,
donde sea sin ningún tipo de tapujo.
Y lo primero que quiero que entiendas al leer este libro es que tu bebé no tiene
un problema de sueño, el problema lo tienes tú. Porque tú sí que tienes horarios
para dormir, ganas de dormir tranquila, cómoda, en una cama, ocho horas de
corrido más dos o tres horas de libertad nocturna para ver una serie y comer
tranquila. Esos deseos son tuyos, son de nuestra cultura, cultura que tu hijo aún
no comprende muy bien y que por lo demás no le hace el más mínimo sentido.
Tu bebé quiere dormir pegado a ti, o incluso encima de ti, su mejor comida sale
de tu cuerpo, su mejor panorama es deslumbrase con tus ojos mientras recibe su
alimento saliendo de tu pecho. Tú eres cama, comida, estímulos, diversión. Tú
eres su vida. Es agotador entenderlo, es incluso insostenible por muchos
momentos, pero tranquila que de a poco tu bebé se va escapando de tus brazos
y va aprendiendo a dormir en una cama solito. De a poco un día se le olvidará
darte un beso de hasta mañana y no pedirá que le leas un cuento todas las
noches, un día él solo no querrá tomar más leche de tu pecho, un día dejará de
ser tu hijo y pasará a ser un ciudadano más del mundo. Un bebé pequeño solo
en el recuerdo y esas noches del terror, quedarán grabadas en cada espacio de
tu cuerpo, recordarás su calor, verás fotos con tus pelos locos haciendo colecho,
te reirás cuando recuerdes que dormías con la teta afuera y el centro de la cama
volverá a estar vacío.
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Será un duelo, un nuevo desprendimiento de placenta en la vida extrauterina y
dolerá como duele el parto. Dolerá desprenderte de tu cría.
¿Qué tal si por mientras, aunque cueste, lo disfrutas? Porque te doy firmado que
tu hijo se irá de tu cama, ese día llegará, algunos antes otros después, pero ese
día llegará. No vayas tan deprisa, no quieras saltarte algún paso, mira que algún
día podrás estar arrepentida de ir tan rápido.
No hay recetas mágicas para hacer dormir a un niño. Existen métodos, métodos
muy crueles, que logran hacer que los niños no reclamen a sus padres cuando se
despiertan, pero aún en esas circunstancias poco recomendadas, los niños se
siguen despertando.
Por eso en este libro veremos qué esperar del sueño de nuestro hijo a medida
que va creciendo, qué es normal en su comportamiento y qué podría requerir más
atención. Hablaremos de la lactancia y el colecho, cómo realizarlo de forma
segura y si esto influye o no en el sueño infantil. Además aprenderemos a trabajar
nuestras emociones y frustraciones cuando no logramos descansar como
queremos, algo fundamental para sobrevivir a este proceso.
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¿Lo que más nos afecta es no dormir?
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¿Qué son las crisis de sueño?
Los recién nacidos duermen, vaya que duermen, duermen cerca de 20 horas al
día. Entonces, ¿Qué pasa que estos padres están perdiendo el juicio? No
encuentras ni un espacio para ducharte tranquila y el puerperio es el periodo más
agotador de tu vida.
Algo pasa en ese primer mes, pero siento que no tiene tanto que ver con el bebé
y mucho menos con el sueño.
Llevamos 9 meses preparando ese momento, pero ningún curso de pre parto
podrá siquiera alcanzar a explicar lo que se siente. Tu cuerpo está a medio
camino entre lo que fue y será, aún abultado con una panza que parece de un
embarazo de 5 meses. Tu vagina sangra todo lo que no sangró el último año, te
duele hacer pipí, reírte estornudar, ir al baño. Si tuviste una cesárea te estás
recuperando de una cirugía. UNA CIRUGÍA, ósea explíquenme en qué otra
circunstancia de tu vida te recuperarás de una cirugía en 4 días y te darán el alta
para seguir con tu vida.
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Porque eso hacen las madres, no tiran licencia por 3 semanas hasta que le quiten
los puntos. Ellas se levantan en cada llanto del bebé viendo estrellitas de colores,
lo hacen sin chistar, sin quejarse y casi sin llorar.
Empieza la lactancia, la leche que sale o no sale, el pezón que duele, la
enfermera que no tiene idea y te da unas recomendaciones que por poco lanzan
tu lactancia por la ventana. El pediatra en cada consulta te da pautas
estrictamente detalladas, las mimas que le da a cientos de bebés por día, sin ver
casos en particular, sin notar en su ojos que estás recién parida y que no
entiendes nada de lo que está pasando en tu vida.
Tu cerebro se llenó de leche, abres la puerta con un pepino y guardas las llaves
en el refrigerador. Estás totalmente confundida y la última neurona que te queda,
la usas para mantener a ese pequeño bebé con vida.
A ti los miedos te invaden ¿Acaso seré una buena madre? ¿Acaso está tomando
suficiente leche? Lloras sin ningún motivo evidente, lloras porque asumes la
vulnerabilidad de ese ser que acabas de crear, la asumes como tuya para poder
entenderla. Porque eso hacemos las madres y mujeres, escuchamos activamente
a nuestra amiga, nos ponemos en su lugar, lloramos con una película.
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Donald Winnicott, psicoanalista y pediatra inglés, dice que la madre durante los
primeros meses de vida del bebé, asume un estado de vulnerabilidad absoluta
que absorbe de su hijo, lo asumen porque sentirlo en carne propia es la única
manera de entenderlo y sobrevivirlo.
Tu bebé nace completamente dependiente, no puede sobrevivir sin tu ayuda,
eso lo sabes y te asusta. Viene de un medio sin gravedad, sin sentir hambre,
calor, frío, sale y todas estas vivencias tan naturales y cotidianas, que muchas
veces pasamos desapercibidas, son completamente nuevas para tu bebé.
Imagínate que estás toda tu existencia flotando en una piscina de temperatura
perfecta, donde te traen comida sin que alcances a sentir hambre, donde nunca
has escuchado ningún ruido extraño, nunca has tocado ningún tipo de textura
diferente, nunca has visto nada solo oscuridad y tranquilidad.
De un momento a otro la piscina se vacía y sales a un lugar extraño lleno de luces
y ruidos, ya no te traen la comida, tú debes buscarla y pedirla, debes mamar.
¿Qué es eso? Debes llorar para que te escuchen, te toman en brazos
desconocidos cuando solo tú sientes un olor familiar, el de mamá. Todo lo demás
es ajeno, pero aparece de golpe y te llena tu pequeño cerebro inmaduro de
ideas y miedos. No sabes qué es el día y la noche, las camas, las ropas, los
pañales, la caca. Todo eso vive tu bebé, Dios tanto que aprender siendo tan
pequeño.
No debes olvidar ese pequeño detalle, para tu bebé, todo es nuevo, todo es
incomprensible. Para él todo debe pasar por tus ojos primero, para que de esta
forma él pueda procesarlo y entenderlo.
Tu bebé es puro instinto, él siente energías que lo rodean, nota que tú estás
nerviosa cuando alguien lo toma y él también se pone nervioso. Nota que tienes
miedo de que algo le pase y él también lo siente.
En esta etapa del sueño de tu bebé disminuir las energías es fundamental,
hacerle el camino hacía este nuevo mundo en el que vivirá, lo más lento y
amoroso posible, para que su pequeño cerebro se desarrolle seguro y en calma.
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La Hora Bruja
En esta etapa del bebé existe una hora del día particularmente difícil, una hora
en que luego de todas las experiencias nuevas que ha vivido, tu bebé no puede
más con tanta información.
¿Qué sucede?
Al igual que tú luego de una jornada laboral intensa, tu bebé está estresado,
agotado, no puede con toda la información que recibió en el día y solo quiere
dormir y olvidarse de todo. No tiene hambre, pero aún así quiere tomar teta,
porque lo calma y lo relaja, pero le da rabia que salga comida de ella. Al revés de
lo que puedes estar pensando, no es falta de leche, es exceso de información.
Los bebés vienen de un ambiente perfecto, barriguita de mamá, temperatura
ideal, sin hambre ni sed, sin luces ni ruidos raros, todo bajo control. Luego salen a
un mundo que no entienden, con un montón de gente tomándolos en brazos,
luces, canciones y a veces un exceso de estimulación.
Les toma un tiempo adaptarse al medio y al principio del día lo toman bien, pero
luego de tantas horas están agotados y se descargan para botar todo el estrés
acumulado.
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¿Qué hacer y qué no?
Contenerlo, darle amor, portearlo, relajarlo con un masaje o un baño. Bajar las
luces de la casa, apagar las pantallas. Ojalá durante los primeros meses no recibir
visitas a esa hora y por nada del mundo dar un biberón ¡No tiene hambre!
Algunos bebés se relajan mucho cuando llega papá y los toma en brazos, ya que
no sienten el olor de la teta, que muchas veces los incita a mamar aunque no
tengan hambre.
Trata de no salir de la casa a esa hora, aunque esté molesto con el pecho,
siempre será mejor la contención de mamá.
A medida que pasen los meses y tu bebé se adapte mejor a este nuevo mundo y
sus estímulos, la hora bruja ya no será un problema.
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Cólicos del lactante
Algo muy importante a tener en cuenta en esta etapa son los famosos cólicos. La
mayoría de las madres se quejan de que sus bebés les duele mucho la barriga,
lloran, se quejan, se retuercen y nada más se tiran un peito y el problema se
acabó.
La verdad nunca le había dado tanta importancia a un peito o un gas como
desde que me convertí en madre. Sí que a veces cuando comemos de más o
comemos algo muy pesado podemos sentir el estomago muy lleno e
incomodarnos, pero si tu bebé está siendo alimentado con leche materna, es
poco probable que esté sufriendo molestias estomacales reales.
Primero porque está comiendo el alimento especialmente diseñado para él y
segundo porque él todavía no tiene control de esfínter, ni siente vergüenza de
tirarse un peo, él se lo tira y ya, y caga donde tenga que cagar sin preocuparse
mucho si lo van a mirar. La mayoría de los problemas estomacales vienen de
aguantarnos las ganas de ir al baño o de expulsar un gas, afortunadamente para
tu bebé esto no es un problema todavía.
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No le des ningún remedio, ni natural ni de farmacia, no le des infusiones ni tomes
tú ninguna infusión. No es necesario, no funcionan y es muy peligroso. Muchas
madres piden desesperadas al pediatra algún remedio para los gases, se lo dan
al bebé y ven mejoras inmediatamente, es muy muy probable que lo que haya
mejorado es tu actitud ante tu bebé. Una vez que sientes que las cosas están
bajo control te relajas y tu bebé se relaja contigo también.
Cuando los bebés son amamantados a libre demanda solo con pecho materno,
no es estrictamente necesario sacarle los gases, sobretodo en la noche, cuando
el bebé se queda plácidamente dormido. Si tu bebé se queda dormido, no lo
despiertes para sacarle los gases, si lo ves incómodo o molesto después de
mamar es una buena idea tenerlos un rato en brazos, de forma horizontal, esto
ayuda a que se relajen y lleguen al sueño profundo.
Si no bota un gas es porque no tenía, no te obsesiones ni estés horas y horas
tratando de sacarlo.
Ritmo circadiano
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¿Qué Hacer?
•Ponerle ropa en la mañana y en la noche pijama, que no esté todo el día con la
misma ropa.
•Que las siestas se hagan con mediana luz, algo oscuro para que de sueño, pero
no demasiado para no gastar la melatonina de la noche en el día.
•Poner canciones de dormir distintas para el día y la noche.
•Evitar durante la noche cambiarle el pañal a menos que se haya hecho caca.
•Cuando despierte en la noche, solo dar teta y más nada, mínima cantidad de
luces prendidas y de estímulos.
•Evita sobre reaccionar a los ruidos normales de los bebés. Los bebés se quejan
mucho durante la noche, se mueven y hacen ruidos aunque estén dormidos. No
sobre reacciones a esto y espera a que esté realmente despierto para intervenir.
Ten en cuenta que tampoco se te debe pasar la mano, para que no se desvele.
La clave está en encontrar el límite.
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El sueño infantil de 03 a 06 meses
“Mi bebé dormía genial, empezó a dormir más de tres o cuatro horas de corrido,
cumplió 4 meses y se está despertando cada una hora” Esta frase la he
escuchando muchas veces. Es en esta etapa donde los niños incorporan dos
nuevas fases de sueño. Estas fases son sueño ligero I y II.
Es un período largo y agotador, donde parece que cualquier ruido lo despierta,
lo dejas en la cuna y no dura ni 20 minutos. Sus siestas son cortas y caóticas.
Es una etapa muy agotadora, pero debes saber que es una fase que viven todos
los bebés. No importa si toma fórmula, haces colecho o toma teta, pasará sí o sí,
ya que es parte de un proceso madurativo donde su sueño comienza a parecerse
más al de un adulto.
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¿Qué hacer?
¡Poco! Hagas lo que hagas en esta etapa el sueño de tu bebé será caótico. A
algunos les afecta más que a otros, pero sin duda la mayoría de los padres notan
un cambio en esta etapa.
La primera fase de sueño que incorporan es la de Sueño lento I: Es una transición
entre vigilia y sueño, el bebé está en un estado de adormecimiento, pero no ha
llegado por completo al sueño profundo.
Si dejamos a los bebés en su cuna en esta fase, es muy probable que antes de
los 25 minutos se despierte, un excelente tip para no tener micro despertares tan
seguidos en esta etapa, es dejarlos en su cuna cuando hayan llegado a la fase de
sueño profundo. Esta fase se da a los 25 minutos aproximadamente desde que
concilió el sueño, otra forma de saber que ya está en el sueño profundo es
levantarle el brazo y soltarlo, si no tiene un movimiento de espasmo, lo más
probable es que llegó al sueño profundo.
El ruido blanco ayuda muchísimo en esta etapa, ya que evita que cuando están
en la fase de sueño ligero se despierten tan fácilmente.
El ciclo de sueño de los bebés es más corto que el de los adultos, este dura
aproximadamente 50 minutos, lo que significa que cada cincuenta minutos tu
bebé vuelve a pasar por las distintas fases de sueño, es por esto que es una
buena idea que el ruido blanco durante esta etapa dure toda la noche y no solo
al inicio del sueño.
Cuando tu bebé duerma dos horas seguidas en esta etapa, puedes sentir que
has triunfado. Significa que ha logrado juntar un ciclo de sueño con otro, solo
necesita un poco de ayuda con el resto, pero significa que está avanzando.
Tu bebé en esta etapa debe estar teniendo varios micro despertares nocturnos,
sin embargo el sueño comienza a tener un ritmo más circadiano, de a poco el
bebé va llevando más sueño a la noche y estando más despierto durante el día.
Sin embargo la incorporación de la fase de sueño ligero, hace que las siestas se
vuelvan particularmente difíciles, ya que cualquier ruido los despierta.
En esta etapa y para ayudarlos a tener un sueño diurno reparador, podemos usar
la melatonina a nuestro favor oscureciendo a la habitación lo más posible.
Poniendo un ruido blanco durante toda la siesta y manteniendo un ambiente
silencioso en casa.
¡Usar una mochila de porteo también puede ayudar! Durmiendo cerca de tu
corazón y en movimiento las siestas de tu bebé podrían durar mucho más, esto
hará que no llegue tan cansado a la noche y evitarás algunos despertares
nocturnos en esta etapa.
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Crisis de 06 a 12 meses
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Crisis de angustia por separación
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¿Qué hacer en esta crisis?
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¿Siesta en esta etapa?
Durante esta crisis las siestas siguen siendo muy importantes, es muy probable
que tu bebé empiece a dormir dos siestas de más de una hora de duración cada
una. Hacer las siestas juntos o en la mochila de porteo puede ayudarlo un
montón que tengan la duración deseada.
Crisis de 12 a 18 meses
Para mí esta fue una de las etapas más difícil del sueño de mi bebé. Realmente es
muy complicada, porque los bebés entienden cada vez más su alrededor,
comprenden que pasan cosas cuando ellos reaccionan, están adquiriendo
habilidades nuevas y quieren estrenarlas, no quieren perder tiempo durmiendo,
quieren disfrutar de las cosas nuevas y existentes que tiene el mundo y dormir no
es una de ellas.
Cuando los bebés aprenden a gatear, pararse, caminar o cualquier hito nuevo en
su desarrollo, llevará a un caos a la hora de dormir. ¡Y cómo no! Con todo lo que
está aprendiendo, dormir es la última de sus prioridades. Sin embargo ayudarlo a
dormir es clave para que no llegue con mucho estrés a la noche. Es un mito que
los bebés no deben dormir siesta, realmente el sueño diurno determina el sueño
nocturno y que tu bebé tenga una buena siesta puede ayudarlo a mejorar los
despertares nocturnos.
¿Qué hacer?
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¿Siestas a esta edad?
Una de las cosas más complejas a esta edad es tu bebé aún necesita dos siestas y
es muy posible que se niegue con todas sus fuerzas a dormirla. Tu bebé ya
comprende muchas cosas, por lo que forzarlo a dormir o llevarlo bruscamente de
un juego entretenido a la cama, no es una buena idea.
Mejor ve de a poco, lentamente, invítalo a dormir siesta de una forma sutil y
tranquila. Inventa una rutina pre siesta que sea adecuada para ambos. Tómalo en
brazos y muéstrale cosas de la casa, ponle una canción relajada, armen un
rompecabezas en la cama. De a poco llévalo a la cama, sin que se de mucha
cuenta, poco a poco caerá rendido.
Por otro lado si tu bebé va al jardín infantil o guardería es muy posible que al
cumplir el año los dejen con una sola siesta. La realidad es que la mayoría de los
bebés necesita esas dos siestas hasta los 18 meses, cuando se la quitamos
adelantadamente, generalmente la madre pasa a buscarlo al jardín y el bebé se
queda dormido camino a la casa, al dormir una siesta tan tarde se desvela, lo que
hace que amanezca cansado e irritable. Ten en cuenta esto. La siesta sigue
siendo fundamental a esta edad, convérsalo con las cuidadoras y vean si pueden
respetar sus dos siestas. De lo contrario, intenta acostar a tu bebé más temprano,
para que recuperé esa hora de sueño que necesita.
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¡Mitos y más mitos!
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Dar un biberón para que duerma:
Apuesto lo que sea que te han dado esa sugerencia para que tu bebé duerma
toda la noche. Lamento decepcionarte, pero te aseguro que aunque le hagas una
mamadera de lentejas con chorizo, tu bebé se seguirá despertando.
Durante los primeros meses los bebés sí que se despiertan a comer. Ya que su
capacidad gástrica no les permite comer demasiado y deben alimentarse varias
veces al día para que el azúcar se mantenga estable y tu producción también.
Pero a medida que crecen ya dejan de despertarse por hambre y las tomas
nocturnas no son estrictamente necesarias.
Tu bebé se despierta porque quiere comprobar que tú estás ahí y que por lo
tanto está seguro. Ya que despierta no le viene mal chupetear un poco y llenarse
la barriguita de leche caliente. Es la manera más fácil que tiene para conciliar el
sueño nuevamente y la forma más sencilla que seguramente has encontrado para
hacerlo dormir.
Darle un biberón antes de dormir no hará que duerma más. Lo único que
conseguirás será poner en peligro tu producción, darte cuenta que se sigue
despertando y amarrarte a preparar mamaderas durante la madrugada. Algo
mucho más agotador que solo sacar la teta.
¡Así que la próxima vez que te sugieran esto, pasa de largo!
Este es el mito más famoso de todos. Cada vez que te quejas con alguna tía o
abuela de que tu bebé no duerme, te sugiere : “Es que está durmiendo mucha
siesta, tiene que llegar cansado a la noche y dormirá mejor”. Nada más alejado
de la realidad, como te comenté unos capítulos más arriba el sueño diurno
determina el nocturno, si tu bebé tiene siestas reparadoras, es muy probable que
llegue relajado a la noche y tenga un sueño mucho más calmo y reponedor. Si tu
bebé no duerme las siestas que necesita para su edad, es muy posible que el
cortisol, hormona del estrés, se eleve en su sangre producto del día agitado que
tuvo. Esta hormona es antagonista de la melatonina, hormona que nos ayuda a
conciliar el sueño, seguramente a ti también te ha pasado, llegas a la noche
extremadamente cansada, pero por algún motivo no puedes dormirte. Lo mismo
le pasa a tu bebé, respeta sus siestas y ayúdalo a tener un sueño reparador, esa
es la clave.
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Déjalo llorar para que no se acostumbre a tus brazos:
A muchas mamás les han hecho creer, que si hacen dormir a su bebé con la teta
o en brazos, jamás podrán liberarse de esa esclavitud y no habrá manera de que
el bebé concilie el sueño si ellas no están cerca.
Tu bebé no se acostumbró a tus brazos, los necesita, tu bebé no sabe de
manipular, ni usa su llanto para gobernarte. Tu bebé nace extremadamente
vulnerable. Has pensado a que edad podrías dejar a tu hijo a su suerte y que
sobreviva sin ayuda? Con suerte unos 7 u 8 años y seguramente se le presentarán
muchas dificultades. Tu bebé no puede moverse sin ti, no puede encontrar
consuelo sin ti, no puede desarrollarse sin el estimulo que le producen tus besos,
tus brazos, tu pecho.
Los niños que fueron abandonados en orfanatos, que jamás fueron tomados en
brazos ni menos le dieron pecho, fueron niños que presentaron graves problemas
de desarrollo, muchos no aprendían ni a sentarse, caminar, hablar.
Tu bebé necesita tus brazos y sí, le será mucho más fácil conciliar el sueño a tu
lado, porque contigo se siente seguro, pero créeme que cuando tenga sueño,
encontrará la forma de dormir sin ti. No dudes lo hará, no necesitas adelantar el
sufrimiento para acostumbrarlo a vivir sin ti, eso pasará tarde o temprano.
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Lactancia y sueño
Este mito es tan grande que lo puse aparte. Seguramente te han dicho que tu
bebé se despierta producto del pecho, ya sea porque se queda con hambre o
porque se mal acostumbró a mamar toda la noche. Veamos los hechos:
La leche materna es un sedante natural, uno por el placer que produce la succión
y dos por la composición de la misma. La leche materna tiene un aminoácido
llamado L-Triptófano que ayuda a conciliar el sueño, además al ser un contenido
vivo, la leche va cambiando durante el día y en la noche a medida que la
melatonina aumenta en nuestra sangre, también aumenta en la leche.
Esto hace que el bebé concilie mucho más fácil y rápido el sueño al mamar de
noche y te ayuda a ti también a dormir, no es casualidad que ni te acuerdes de
cuántas veces tomó la teta la noche anterior, la melatonina también está ahí para
ayudarte a dormir a ti.
Además se ha demostrado que las madres que amamantan duermen en
promedio 45 minutos más que las que dan biberón. Imagina en cada despertar
de tu hijo tuvieras que preparar una mamadera en lugar de solo sacar la teta,
terminarías desvelada y te costaría mucho más conciliar el sueño, la teta no es el
enemigo, la teta es la anestesia que le pega un mazazo a tu hijo en la cabeza y
con un poco de practica lograrás dar de mamar sin siquiera darte cuenta.
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¿Un destete nocturno hará que duerman mejor?
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Las tomas nocturnas son especialmente importantes cuando amamantas por
varias razones, acá te dejo algunas de ellas:
La prolactina es la hormona encargada de la producción de leche, ésta tiene un
ritmo circadiano y aumenta considerablemente en la noche. La cantidad de leche
que tome el bebé en la noche, puede ayudar a determinar la leche que tendrás
durante el día.
La calma que le ofrece al bebé la succión en conjunto con la compañía de su
madre, hace que su sueño sea mucho más reparador.
Son sin duda agotadoras y muchas veces despertamos al día siguiente como si
hubiésemos corrido una maratón, pero eliminar las tomas nocturnas puede poner
en riesgo tu lactancia y es algo que debes tener en cuenta antes de considerar
hacer un destete nocturno. Lo más importante es que no lo hagas antes de los 6
meses, los bebés necesitan ser alimentados con frecuencia durante la noche y no
debes quitarle las tomas antes de esa edad.
Los despertares nocturnos son normales, los adultos también tenemos muchos
despertares nocturnos solo que no nos acordamos y nos volvemos a dormir
rápidamente.
Tu bebé no sabe volver a dormirse solo y no tienen necesidad de aprender
tampoco.
El sueño es algo madurativo y tarde o temprano aprenderá a dormir como un
adulto, así como no tienes que hacer nada para que camine, no tienes que hacer
nada para que aprenda a dormir.
Sin embargo muchos pediatras y otro tipo de profesionales nos han hecho creer
que tu bebé se despierta producto de un insomnio por malos hábitos y pueden
sugerirte distintos métodos para enseñar a dormir al bebé.
Estos métodos van desde los más respetuosos que generalmente no funcionan (o
no funcionan como nos gustaría que lo hicieran), hasta los menos respetuosos e
incluso crueles, que lamentablemente sí funcionan, pero tienen muchas
consecuencias a nivel emocional y psicológico.
Antes de pensar si hacer alguno de estos métodos o no, es importante que
aceptes que el problema lo tienes tú, no tu bebé. Tú no le estás haciendo un bien
a tu hijo al entrenar su sueño y al lograr que pase toda la noche sin reclamar tu
presencia, sino estás complaciendo una necesidad básica tuya que es descansar.
Algo que es totalmente válido y necesario, pero que no te hagan creer que la
necesidad la tiene tu bebé y que dejándolo llorar para que aprenda a dormir le
estarás haciendo un favor a él.
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Metodologías conductuales:
Entrenamiento del sueño que consiste en dejar llorar al bebé por periodos de
tiempo que van aumentando poco a poco hasta lograr la extinción completa de
los padres antes de dormir. Son métodos muy estrictos, con tablas e instrucciones
muy rígidas que deben seguirse al pie de la letra.
Luego de 1 o 2 semanas de mucho llanto, los bebés suelen pasar toda la noche
sin reclamar la presencia de sus padres para volverse a dormir.
Los métodos más conocidos son los de los pediatras Estivill y Ferber.
Con estos métodos los niños no aprenden a dormir, se siguen despertando
porque es natural despertarse y es imposible lograr que dejen de hacerlo. Lo que
conseguimos que aprendan con estos métodos es que no importa cuánto llore,
nadie irá a verlo, por lo tanto tu bebé deja de llorar cuando se despierta.
Se ha demostrado que estar sometidos a tanto estrés durante tantas horas y a un
nivel altísimo de cortisol en la sangre, cambia la estructura cerebral de tu bebé.
Algunas de las consecuencias de aplicar estos métodos, son niños nerviosos,
impulsivos, desconfiados, adultos con problemas para relacionarse, con baja
autoestima y con diversos problemas psicológicos. Existen algunos métodos
conductuales que prometen menos llanto o un llanto contenido, ten mucho
cuidado con estos métodos ya que bien pueden funcionar en un principio, tratar
de adelantar un proceso natural en la maduración de tu bebé, puede llevar a un
efecto rebote a mediano plazo. El método puede parecer que funciona en un
principio, pero luego el bebé comienza a tener incluso más despertares,
acompañado de un comportamiento intolerante y sobre estresado.
Los bebés tienen una confianza absoluta en su cuidador principal, darle a
entender que esa persona que estaba ahí para cuidarlo lo ha dejado solo y
abandonado, le genera una angustia terrible.
Imagina que tu pareja te deja en una jaula, sin posibilidad de salir, te apaga la luz
y te dice que es hora de dormir, luego no te abre la puerta hasta las siete de la
mañana. No importa cuánto grites, lo llames o llores, no te abrirá la puerta hasta
que pase toda la noche. ¿Acaso cuando te abra la puerta no llamarías a la policía
y lo acusarías de maltrato psicológico? Claro, tu bebé en la mañana no puede
llamar a la policía, no tiene las herramientas ni siquiera para quejarse.
Dejemos de normalizar comportamientos abusivos en niños, cosas que a nadie se
le ocurriría practicar con un adulto, pero que con un niño no solo lo aceptamos,
sino que lo recomendamos.
Los defensores de estos métodos, indican que dormir es una necesidad básica de
los padres y que el mismo niño necesita dormir bien. Esto es cierto sin duda,
pero existen métodos más respetuosos basados en el respeto y la confianza en el
proceso, métodos más largos, pero que con paciencia y amor funcionan.
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Estrategias más respetuosas para hacer dormir a un niño
A veces es difícil saber cuándo un bebé pequeño tiene hambre y cuándo tiene
sueño. De repente le damos el pecho y se queda dormido inmediatamente y ahí
caemos en cuenta que tenía sueño. .Aunque es normal y natural que tu bebé se
duerma pegado al pecho, es importante saber cuáles son las señales de sueño.
Para que te adelantes a ellas y no lo hagas dormir cuándo está muy cansado y
pueda tener un sueño más profundo y reparador.
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Un bebé que estaba jugando feliz y de repente se queda
mirando la nada, no tiene los ojos enfocados y tiene un cambio
brusco de actividad. Esta es una señal temprana de sueño, es
probable que después de esto muestre señales más claras, sin
embargo es en este momento en que debes intervenir.
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VENTANAS DE SUEÑO
A muchas madres les cuesta ver estas señales y pueden hacer dormir al bebé
cuando está muy cansado, haciendo que esté tan estresado que le sea imposible
conciliar el sueño o por el contrario no tenga sueño y por mucho esfuerzo que le
pongas sus ojos permanecen abiertos como dos grandes pelotas.
Una forma más sencilla de establecer rutinas es respetando las ventanas de
sueño, acá te dejo un recuadro con las ventanas de sueño del bebé desde que
nace hasta sus 18 meses.
Si eres de las que le cuesta ver las señales de sueño, te recomiendo que pongas
atención a estos horarios de acuerdo a la edad de tu bebé y trates de
respetarlos, aunque todos los bebés son distintos, la mayoría puede ajustarse a
estas ventanas de sueño, haciendo más fácil y predecible la rutina.
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Rutinas ¿Y cómo lo hago?
En lo personal a mi me encanta trabajar con rutinas con los bebés, siento que
tanto los pequeños como los adultos nos beneficiamos de tener rutinas pre
establecidas, claras, que nos ayuden a bajar la ansiedad durante el día.
Esto ayuda particularmente a tu bebé, quién no entiende nada del mundo en
que vive y el caos en su día a día le producirá una ansiedad constante, dejándolo
sin herramientas para enfrentar todos los aprendizajes nuevos que va
adquiriendo. Las rutinas no son para todo el mundo, por eso no las recomiendo
como la única opción posible para que tu bebé duerma mejor. Para que las
rutinas funcionen, deben ser claras y repetirse cada día más o menos en el mismo
horario. Muchas mamás que inician una rutina con sus bebés, se dan cuenta que
su personalidad no las deja disfrutar de un estilo de crianza tan dogmático y
terminan estando más estresadas que antes de incorporar una rutina.
Si por el contrario crees que podría facilitarles el día a día, tanto a ti como a tu
bebé, tener una rutina clara y predecible, te dejaré acá algunas ideas de cómo
formar la tuya propia. Ya que, lo más importante de la rutina que formen como
familia, es que sea una que ustedes disfruten, no gano nada con decirte “Léele
un libro cada noche”, si es algo que no disfrutas y a la segunda noche estarás
harta del famoso cuento para dormir. En este libro te invito a que encuentres el
rumbo que les haga sentido como familia, dándoles las herramientas para que
encuentren su propio camino.
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¿A qué edad empezar una rutina?
Las rutinas es importante empezarlas desde que son recién nacidos, aunque
nunca es demasiado tarde para empezar una.
Desde pequeños podemos incorporar masajes, horas de paseo, horas de juego y
vinculación consciente con nuestro bebé, ropas de día y ropas de noche.
Oscuridad para la siesta, claridad para el día. Poco a poco la rutina va
adquiriendo más espacios y complejidad, a medida que tu bebé y sus
necesidades crezcan.
Será tu mismo bebé quien te indique que está listo para ir variando su rutina,
cuando las ventanas de sueño sean más largas o cuando por ejemplo deba botar
una siesta.
Son esos momentos claves, que tenemos que tener en cuenta para poder
modificar la rutina de nuestro bebé de acuerdo a sus necesidades.
Tu bebé, a diferencia de ti, tiene sus instintos intactos y es como cualquier otro
mamífero en la selva que se despierta cuando sale el sol y se acuesta cuando se
pone. Tu bebé debería tener un ritmo circadiano de acuerdo a la melatonina que
le aumenta o le disminuye en la sangre, esto pasa en simetría con la claridad del
día.
Es por esto que los bebés en general deben despertarse temprano, el horario
ideal para que nuestro bebé se despierte oscila entre las 06:30 y las 08:00 AM.
Hay bebés que son más alondras y despiertan muy temprano u otros que son
más lechuza y prefieren acostarse más tarde, pero en general ese es el horario
mas común para el sueño de un bebé.
Muchas madres que no han vuelto al trabajo o que no tienen horarios estrictos,
dan el pecho durante toda la mañana y los bebés pueden despertarse fácilmente
a las 10 u 11 de la mañana. Esto no está del todo mal, el único problema es que
cuando los bebés despiertan tan tarde juntan la siesta con el sueño nocturno y
esto puede descuadrar el resto de sus siestas en el día.
Si no tienes horarios estrictos que seguir y no piensas por lo pronto trabajar fuera
de casa, puedes seguir así si sientes que descansan en esas horas de la mañana.
Si por el contrario sientes que luego te cuesta mucho que tu bebé duerma o
sientes que despiertas más cansada que antes, pues es momento de cambiar su
horario.
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¿Cómo saber el mejor horario para mi bebé?
A pesar de que todos los bebés son distintos, la mayoría duerme mucho mejor
en la noche cuando despierta temprano en la mañana y respeta sus siesta
durante el día.
Para saber la mejor hora para dormir a tu bebé, debes recordar a qué hora se
despertó el día que mejor durmió en su vida.
El día que haya tenido menos despertares y que su noche haya sido más
tranquila, recuerda el horario en que se despertó y réstale 11 horas. Ese sería el
horario ideal para hacer dormir a tu bebé.
Por ejemplo si tu bebé se despertó a las 08:00 el día que mejor durmió, significa
que la 20:00 horas debemos empezar su rutina de sueño.
Las rutinas de sueño debemos empezarla entre 30 a 60 minutos antes de la hora
ideal de dormir del bebé, para que tengamos suficiente tiempo para hacerla con
calma y no nos estresemos por miedo a no cumplir con los horarios. Recuerda
que todo estrés que tú sientas se lo trasmites a tu bebé.
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¿Cómo es una rutina pre siesta?
Las rutinas pre siesta se diferencian a las de la noche porque son más cortas y
más sencillas. La idea es que invites a tu bebé a dormir su siesta sin que se de
mucha cuenta de lo que está pasando, algunos bebés se resisten por completo a
la siesta por lo que no podemos ser demasiado elaborados y que “descubra” lo
que estamos planeando.
Si tu bebé tiene menos de 3 meses, lo más importante es establecer rutinas
claras que lo ayuden a distinguir el día de la noche. Que sus siestas la duerma
con un poco de luz y que no las duerma en pijama. Puede por ejemplo dormirla
en lugares distintos de la casa, en el coche en la mochila, cosa que se diferencian
del sueño nocturno. Si tu bebé tiene entre 4 y 8 meses, lo más importante es que
logre siestas de más de una hora de duración, juntando un ciclo de sueño con
otro. Para esto podemos oscurecer la habitación y utilizar la melatonina natural a
nuestro favor, de esta forma lograremos que tenga un sueño más profundo en la
siesta y evitemos despertares anticipados.
Si tu bebé tiene más de 8 meses, es muy posible que se resista con todas sus
fuerzas a dormir siesta. En este momento debemos usar todas nuestras armas de
conquista para llevarlo a la cama sin que se de mucha cuenta. Podemos leer un
cuento en la cama, tomarlo en brazos para que nos acompañe a cerrar las
ventanas, ponerlo en la mochila, jugar algún juego relajado y tranquilo en la
cama cosa que se vaya relajando.
Una vez que tu bebé duerma siestas reparadoras, de más de una hora de
duración, dejamos de oscurecer la habitación. ¡No queremos gastar la melatonina
de la noche en el día!
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Luego del baño, puede practicar un masaje infantil para relajar aún más al bebé,
junto con este libro, encontrarás un link hacia el video introductorio de masaje
infantil realizado por Caroline de @aldea.mama, quién está certificada en masaje
por la asociación Chilena de masaje infantil.
Practiquen este masaje primero antes de incorporarlo a la rutina, no tienen
tampoco que hacerlo completo, ve observando la reacción de tu bebé y
mantente atenta a sus señales, si ves que está un poco aburrido, puedes
detenerte y no terminarlo completo.
Luego de vestirlo y ponerle su pijama, pasamos a la cama, cuna, sillita mecedora,
lo que tengan destinado como familia para dormir al bebé.
Si aún no tiene ganas de mamar, podemos leer un cuento, dibujar, jugar con
algún peluche.
Si tu bebé tiene más de 12 meses, puedes decirle que practique el también la
rutina con algún peluche por ejemplo, cuando los bebés pueden crear una
realidad desde su propia vereda, suelen aceptarla mucho mejor.
Hazlo participe de la rutina y ve contándole todo lo que estás haciendo y lo que
está pasando a su alrededor. Puedes poner alguna canción que sea suave o
cantarla tu también, debe ser la misma canción cada día y deben empezar la
rutina más o menos a la misma hora cada día.
Es ideal que mamá y papá participen juntos de la rutina. En primera instancia
mamá o el cuidador principal, debe permanecer cerca en todo momento, para
que el bebé no rechace los cuidados del padre, una vez que el bebé entre en
confianza y acepte esta nueva rutina, podría ser responsabilidad del padre,
bañarlo, el masaje, hacerlo dormir, etc.
Esto puede ayudar al vínculo “papá-bebé” y al vinculo “mamá-tiempo libre por
fin para mí”, ambos vínculos son muy importantes.
Es importante que a medida que caiga la noche, digamos que después de las 18
horas, el ritmo de la case baje por completo. Todos deben estar en función de
hacer dormir al bebé y de bajar sus revoluciones. Las pantallas en la casa deben
estar apagadas, no basta con que el bebé no las esté mirando, se ha demostrado
que las luces blancas que emiten las pantallas disminuyen la melatonina en la
sangre, haciendo que nos cueste mucho conciliar el sueño.
Es importante que cambies algunas ampolletas de la casa por ampolletas de luz
amarilla y que sean esas las que permanezcan prendidas antes de ir a dormir.
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Si tu bebé se saltó alguna siesta por algún motivo, es una buena idea acostarlo
temprano, mucho más temprano de su hora habitual de dormir. No tengas
miedo, no se despertará más temprano al otro día, simplemente recuperará el
sueño perdido y no tendrá tantos despertares nocturnos producto del estrés.
Acostarlos demasiado tarde o demasiado cansados, puede ser contraproducente
para la calidad del sueño de nuestro pequeño, es un mito que los bebés tienen
que llegar cansados a la noche, deben llegar relajados.
Juegos bruscos y sobre estimulación después de las 18 horas deben evitarse al
máximo. Yo sé que papá llega a veces tarde del trabajo y quiere jugar con su
bebé, pero recuérdale a papá y que también quiere dormir bien, así que lo mejor
que puede hacer para vincularse con su hijo es participar de la rutina nocturna y
aprovechar el fin de semana para hacer piruetas por los aíres.
Conclusiones
Recuerda que lo más importante de la rutina es que sea sencilla y placentera para
la familia, mientras más elementos incorpores a la rutina, más difícil será
mantenerla en el tiempo. Los bebés necesitan predictibilidad, pero también
necesitan una mamá relajada y sin tener que pasar tanto esfuerzo para hacerlo
dormir.
Si sientes que las rutinas no son para ti, no te preocupes, lo más importante es
que tú y tu bebé estén tranquilos y felices. Este método es el que más me
representa de todos los que existen para ayudar a los niños a dormir como los
adultos quisiéramos que lo hicieran, pero te aseguro, no tienes que hacer nada
para que tu bebé duerma. Tarde o temprano tu bebé va a dormir, hagas lo que
hagas, no tengas miedo de eso.
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Teta, cama y sueño
La mayoría de las madres que dan el pecho se han dado cuenta que cuando
meten al bebé a la cama y sacan la teta afuera, todos duermen mucho mejor. El
papá no se entera de nada, porque apenas el bebé llora un poco la mamá le
pone la teta en la boca y el bebé se vuelve a dormir rápidamente. Con un poco
de práctica la mamá logra dar la teta sin darse cuenta y por fin el ser humano
logra dormir plácidamente como una manada.
La gracia del colecho es que intentes no darte mucha cuenta de lo que está
pasando en la noche, no cuentes los despertares de tu bebé, no mires el reloj, es
más ni te esfuerces en cambiar de posición en la cama para cambiar de teta.
Puedes dar de ambas tetas sin cambiar de posición, solo recuéstate un poco
encima de la teta que está más pegada la cama e inclina la que está más arriba
hacia la boca de tu bebé.
Quizás si tus pechos son muy pequeños te cueste un poco, pero puedes ayudarte
con unos cojines para conseguirlo mejor.
La gracia de dormir con tu bebé es esa, dormir, así que apaga el reloj, saca la teta
y practica.
Ahora bien, partamos por el principio…
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¿Qué es el colecho?
Antes de ser mamá, esta palabra no estaba en mi vocabulario, no tenía idea qué
significaba, pero de lo que sí estaba segura era que JAMAS dormiría con mi hijo.
Antes de que naciera le tenía lista su habitación, cuna, moisés. Cada uno en su
espacio, como Dios y los pediatras mandan. Pero en cuanto nació Facundo,
entendí lo antinatural que era separarme abruptamente de mi cría, que había
estado dentro de mí nueve meses, sintiendo mi olor, mi respiración, los latidos
del corazón. Teniéndolo tan cerquita todo el tiempo. Para él era difícil conciliar el
sueño y para mí era angustiante estar lejos de él. Tiempo después conocí a
Carlos González, un pediatra Español pro lactancia y colecho. Vi un vídeo donde
comentaba que no había nada de malo en dormir con tu bebé y comprobé que
cada vez que lo ponía en nuestra cama todos dormíamos mejor. Poco a poco,
todas esas normas impuestas durante años se fueron alejando de mí.
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¿El colecho afecta la pareja?
¿Y cuándo tienen sexo? Esto es lo que realmente quieren preguntarme cuando me dicen
“¿Y cómo hacen con la intimidad?” Nunca en toda mi vida tantas personas se habían
preocupado de mi vida sexual desde que tuve a mi bebé y decidimos dormir con él. Y es
que todos tienen algo que decir “Ten cuidado el hombre tiene necesidades”, “No
descuides a la pareja”, “La intimidad es importante”. Todos eufemismos para decirnos
que el hombre es un animal sin criterio y no puede vivir sin sexo. Cuando nos hacen
estas preguntas en lugar de sentirnos avergonzadas, deberíamos ponernos furiosas. No,
los hombres no son tan bestias y en su mayoría comprenden que, al menos durante un
tiempo, las cosas han cambiado. Con estos comentarios lo que hacen es insegurizarnos,
empujándonos a dejar al bebé solo en su cuarto, por miedo a que nuestro matrimonio se
destruya. El colecho no afecta la pareja, lo que en realidad afecta la relación es una
madre con sueño, que se levante cada hora y media en la noche a amamantar a su bebé
a otra habitación, eso sí que te pone de mal humor. Cuando duermes con tu hijo
descansas más, duermes más profundo y tus niveles de oxitocina aumentan, lo que hace
que estés mucho más feliz y descansada.
Creo que nadie puede resumir este tema mejor que el gran pediatra Carlos González,
cuando afirma que: “Dormir con los hijos no perjudica para nada la relación de pareja.
Estamos durmiendo. Normalmente la relación de pareja se produce cuando estamos
despiertos”. Además recuerda, la casa tiene muchas otras habitaciones y el día tiene
muchas horas, no asociemos el sexo solo a la cama y a dormir, cuando tenemos un hijo
debemos dejar volar nuestra imaginación y aprovechar cada espacio de intimidad que
tengamos con nuestra pareja.
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Recomendaciones de seguridad
En términos de seguridad la Academia Americana de pediatría tiene las
siguientes recomendaciones para prevenir la muerte súbita del lactante.
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¿Luego de leer este libro tu bebé dormirá mejor?
Puede que sí, pero lo más probable es que no. Lo más probable es que
duerma igual de mal. ¿Y tú cómo dormirás? Si escuchas mis consejos y abres tu
mente, te aseguro que dormirás mejor.
Dormirás mejor porque conocerás el proceso, porque sabrás que esperar de
cada etapa, porque entenderás que esos despertares tienen un motivo y que
podemos hacer algunos cambios, para que con el tiempo lo llevemos mejor.
Aprenderás a no mirar el reloj, a no compararte con la mamá de al lado y a no
comparar a tu bebé con otros, que supuestamente duermen.
Porque todos tenemos una amiga que su bebé duerme toda la noche. Esa
amiga tiene su historia y tiene su definición de cómo es dormir toda la noche.
Deja de mirar la cama del de al lado y mira a tu bebé, son ustedes los que
estarán esta noche solos abrazados en un beso de leche. No dejes que otras
historias te hagan dudar de la que tu has construido para ustedes.
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