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UNIDAD III
TECNICAS DE INTERVENCIÓN EN SITUACIONES DE CRISIS
La intervención en crisis de segundo momento se refiere a un proceso terapéutico breve que va más
allá de la restauración del afrontamiento inmediato y, se encamina a la resolución de la crisis de
manera que el evento se integre a la trama de vida del paciente con el fin de que desarrolle resiliencia.
La comunicación de esperanza puede ser alentadora, sin embargo, no se deben realizar promesas
que no puedan ser cumplidas. Se debe ser realista y objetivo ante la situación; hacerle ver a la persona
afectada que, aun después de lo ocurrido, podrá continuar haciendo su vida, resaltando las fortalezas
que posee y que vendrán tiempos mejores.
Durante el análisis de las posibles soluciones, la persona que está realizando la intervención debe
evaluar las opciones más adecuadas para abordar las necesidades del afectado, tanto aquellas
necesidades inmediatas como aquellas que pueden postergarse.
Las estrategias de afrontamiento le permitirán reducir el estrés, la ansiedad y demás efectos negativos
que derivan del suceso traumático.
Tras realizar la evaluación pertinente, se puede pedir a la persona afectada que lleve a cabo una
acción concreta, no obstante, se deben tener en cuenta sus capacidades para poder realizarla. Si está
muy afectada, será necesario abordarla con una actitud directiva para que su capacidad de actuar se
dé de forma gradual.
3.7. Técnicas básicas interacciónales positivas
Una de las primeras técnicas a aplicar son las relacionadas al contacto psicológico. Para ello, quien
va a intervenir en la situación de emergencia deberá escuchar activamente a la persona y mostrarse
interesada en lo que esta expresa. Para transmitir un verdadero interés, es necesario expresar
empatía.
También es posible que la persona requiera tiempo para expresarse, por lo que es necesario dejarle
y no forzar que hable. Quien interviene deberá esperar pacientemente el momento adecuado para
realizar una pregunta corta y motivadora; esto puede contribuir a que comience el proceso natural de
desahogo.
En algunos casos, el contacto psicológico puede ser más efectivo por medio del contacto físico, como
tomar las manos de la persona afectada o abrazarle. Claramente, no siempre se debe recurrir a esto,
por lo que es esencial que quien realiza la intervención observe a la persona para determinar si
procede de este modo o no.
Referencias
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352001000300004
José Luis Gonzalez de Rivera y Revuelta
Catedrático de Psiquiatria Instituto de Psicoterapia e Investigación Psicosomática
Video
https://www.youtube.com/watch?v=bVmgYnul8KE
Capacitación para intervención en crisis