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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL PERÚ

TAREA ACADEMICA 02

INTEGRANTES:

 Carrasco Chunga Josselyn María


 La Rosa López Jean Pierre Cesar Brayan
 Sánchez Díaz Luis David

DOCENTE:

JOSSIRA REYNA ALBERCA

CURSO:
Derecho Administrativo

Chiclayo, 18 de noviembre del 2023


INDICE

1) El Acto Administrativo:........................................................................................4

1.1) Elementos Del Acto Administrativo:..............................................................5

1.2)Clases de Actos Administrativos:.....................................................................6

1.3)Validez de los actos administrativos...............................................................10

1.4)La nulidad del acto administrativo...................................................................12

2) ¿En qué caso no podría existir una causal de nulidad?...........................................13

3) Recurso de reconsideración.......................................................................................14

4) La nulidad de oficio....................................................................................................14

5) Interposición de recurso administrativo para la nulidad.........................................15

6) La nulidad en sede jurisdiccional..............................................................................15

7) La anulabilidad............................................................................................................15

Conservación del acto......................................................................................................16

Eficacia del acto administrativo......................................................................................17

8) Concepto de eficacia..................................................................................................17

9) Manifestaciones de la eficacia: ejecutividad y ejecutoriedad................................18

Ejecutividad:............................................................................................................18

Ejecutoriedad:..........................................................................................................19

De la suspensión de la ejecución..............................................................................22

10) Clases de eficacia........................................................................................................23

11) Eficacia anticipada......................................................................................................23

12) Eficacia diferida..........................................................................................................24

13) Eficacia de los actos administrativos........................................................................25

14) Fundamentos y presupuestos de la eficacia: presunción de legalidad y la


publicidad....................................................................................................................27

15) Extinción de los actos administrativos.....................................................................28

16) Por decisión de la autoridad administrativa.............................................................29


17) Extinción por motivos de legalidad mediante recursos de reposición, jerárquico
y extraordinario de revisión:......................................................................................30

Referencias Bibliográficas...............................................................................................31

Bibliografía......................................................................................................................32
1) El Acto Administrativo:

Es un acto administrativo cualquier declaración de voluntad, deseo o juicio realizado

por una administración pública en el ejercicio de una potestad administrativa, como

sugiere García de Enterría, distinta de la potestad reglamentaria. Gonzalo Pérez y García

de Enterría consideran que las disposiciones reglamentarias no son actos

Administrativo, pues no son expresión de la función administrativa sino de la función

normativa de la Administración. Para que un acto sea Administrativo es necesario que

lo realice la Administración, por lo tanto, quedarían excluidos del concepto de acto

administrado, los actos no emanados de la Administración, como por ejemplo los actos

materialmente ejecutivo dictados por los poderes legislativo y judicial o los actos de los

administrados, aunque produzcan efectos jurídicos conforme al Derecho

Administrativo. Entre los caracteres más acusados del acto administrativo pueden

señalarse los siguientes:

La Legitimidad: Supone que el acto debe emanar de la legitima autoridad,

obrando dentro de la esfera de su competencia y ajustándose a las normas de

carácter general establecidas para que pueda considerarse como verdadero acto

Administrativo.

La oportunidad: En cuya virtud, la Administración pondera la conveniencia de

actuar o no, según las diversas circunstancias que pueden influir en cada caso, a

fin de que dicha actuación resulte la más eficaz y conveniente al interés público,

que es la regla suprema de la Administración.

La revocabilidad: Significa que el acto administrativo puede ser modificado o

anulad, si así lo demandan las circunstancias.

La ejecutoriedad y ejecutividad: Implica el que los actos administrativos

pueden llevarse a cumplimiento por la misma administración, su reconocimiento


en nuestro ordenamiento lo encontramos en el artículo 98.1 de la ley 39/2015,

por el que los actos de las Administraciones Públicas sujetos al Derecho

Administrativo serán inmediatamente ejecutivos, salvo que se produzca la

suspensión de la ejecución del acto, se trate de una resolución de un

procedimiento de naturaleza sancionadora contra la que quepa algún recurso en

vía administrativa, una disposición establezca lo contrario o se necesite

aprobación o autorización superior.

1.1) Elementos Del Acto Administrativo:

Los elementos son las circunstancias que han de ocurrir para que el acto sea válido. Se

suele mencionar como elementos del administrativo: el sujeto, objeto, causa, fin y

forma.

 Sujeto: El sujeto del acto Administrativo es un órgano de la Administración

pública. A este respecto el art. 1 LRJCA entiende por administración pública: la

administración general del estado, la de las CCAA, las entidades que integran la

administración local, y las entidades de derecho público que sean dependientes o

estén vinculadas al estado, las CCAA o entidades locales. Ahora bien, los

distintos sujetos de la administración pública actúan a su vez a través de órganos

y es aquí donde aparece el criterio de competencia pues para que un acto sea

válido deberá emanar de un órgano que tenga competencia para ello. Se ha

distinguido tres tipos de competencia:

o Competencia territorial.

o Competencia funcional.

o Competencia jerárquica.

 Objeto: El contenido del acto administrativo es el conjunto de elementos del

acto distinto de la forma, es decir es el fondo del asunto.


 Contenido esencial, necesariamente forma parte del acto administrativo y lo

diferencia de los demás

 Contenido natural o implícito, son aquellas clausulas no expresas, pero

sobrentendidas

 Contenido eventual, solo existe si el órgano administrativo, las introduce: Plazo

condición y modo.

Por lo demás, el contenido del acto ha de ser posible, lícito y determinado o susceptible

de determinación.

 Elemento causal: García de Enterría considera como causa del acto

administrativo, el antecedente de hecho que determina y provoca la emisión de

aquel

 Fin: Los actos Administrativos deben ir dirigidos a un fin, consiste ese fin en un

interés público observado por el legislador, la inadecuación entre este fin y los

móviles particulares del órgano administrativo dan lugar a la desviación de

poder.

1.2) Clases de Actos Administrativos: La Doctrina ha procedido al estudio del acto

administrativo atendiendo a distintos criterios se pueden destacar los siguientes:

 Por la extensión de sus efectos jurídicos (Actos generales y Concretos): Se

entiende por acto administrativo general, aquella declaración de la

Administración Pública, que mira abstractamente a una pluralidad de personas y

acto concreto, la misma declaración cuando mira a una o más personas, pero

determinadas. Para un gran sector de la doctrina, solo los segundos, serian actos

administrativos, pero siguiendo la opinión más moderna sustentada por la ley

29/1998 de Jurisdicción Contencioso-Administrativo, nada autoriza a excluir a

los actos generales como actos administrativos.


 Por su posibilidad de su fiscalización ante la jurisdicción C-A (Impugnables

e inimpugnables): Habría que establecer que concepto esta fuera del significado

de Acto Administrativo. Según el artículo 3.a) de la LJCA “las cuestiones

expresamente atribuidas a los órganos jurisdiccionales civil, penal y social,

aunque estén relacionadas con la actividad de la Administración Pública” (no

corresponden a la jurisdicción contencioso administrativa).

 Por razón de las facultades utilizadas al dictarlos (Discrecionales y

Regladas): La actividad Administrativa puedes dividirse en dos grandes grupos:

aquella en la que el Estado de Derecho constituye la norma general por estar

expresamente regulada y determinada por el principio de legalidad,

denominados actos reglados y aquella otra que, en defecto de norma jurídica, no

hay lugar a la aplicación de tal principio y se denomina actividad discrecional.

Para que exista discrecionalidad es necesario que se den varios requisitos:

- Que se dé ausencia de reglamentación legal en una determinada materia.

- Que, en relación con la misma, no pese sobre la actuación administrativa un

principio prohibitivo.

- Que de la estructura lógica de la norma se desprenda una posibilidad de

elección por parte de la administración.

 Por razón de los sujetos intervinientes (Actos simples y Actos complejos):

Un acto simple es aquel en cuya emisión interviene un solo órgano

administrativo y un acto complejo, aquel que se produce por la intervención de

dos o más órganos administrativos.

 Actos Unilaterales o Plurilaterales: Los actos administrativos unilaterales son

los actos jurídicos, que, siendo obra exclusiva de Agentes Administrativos, son
imputables a una única persona pública y los plurilaterales como aquellos que

crean normas que rigen las relaciones mutuas entre sus actores.

 Por la forma de su producción (Actos expresos, tácitos y presuntos): En el

primero existe una clara exteorización de la declaración de voluntad, en la

segunda falta esa declaración de voluntad, pero ante la conducta de la

administración se presume la existencia de una voluntad, que va a producir los

mismos efectos jurídicos que el acto expreso. En el acto presunto no existe ni

una manifestación de voluntad ni una conducta, el significado viene expresada

en la ley (positivo o negativo).

 Por razón de los efectos jurídicos de su contenido (Actos definitivos o

resolutorios y de tramite): La distinción toma su base de que los actos se

dictan en un procedimiento Administrativo, los actos previos a la resolución del

procedimiento se denominan actos de trámite. Ahora bien, no todos los actos

administrativos ponen fin a la vía administrativa, sino solo aquellos en los que

no cabe recurso administrativo (actos definitivos)

 Quedan regulados en el art. 114 LPAC:

a) Las resoluciones de los recursos de alzada.

b) Las resoluciones de los procedimientos de impugnación a que se

refiere el artículo 112.2.

c) Las resoluciones de los órganos administrativos que carezcan de

superior jerárquico, salvo que una Ley establezca lo contrario.

d) Las demás resoluciones de órganos administrativos cuando una

disposición legal o reglamentaria así lo establezca.

e) Los acuerdos, pactos, convenios o contratos que tengan la

consideración de finalizadores del procedimiento.


 Requisitos: La Motivación y la Forma El contenido de los actos se ajustará a lo

dispuesto por el ordenamiento jurídico y será determinado y adecuado a los fines

de aquéllos. La motivación del acto administrativo consiste en la expresión en el

mismo de las razones que han movido a la administración para dictarlo, la regla

general es el carácter “facultativo” de dicha motivación, salvo los supuestos

señalados en el artículo 35 LPAC:

a. Los actos que limiten derechos subjetivos o intereses legítimos.

b. Los que resuelvan procedimiento de revisión de oficio de actos

administrativos, recursos administrativos, reclamaciones previas a la vía

judicial y procedimientos de arbitraje.

c. Los que se separen del criterio seguido en actuaciones precedentes o del

Dictamen de Órganos Consultivos.

d. Los acuerdos de suspensión de actos, así como la adopción de medidas

provisionales previstas en los art 72 y 136 de esta ley.

e. Los acuerdos de aplicación de tramitación de Urgencia o de ampliación

de plazos.

f. Los que se dicten en ejercicio de potestades discrecionales, así como los

que deben serlo en virtud de disposición legal o reglamentaria expresa.

 La forma: Con relación a los actos administrativos, la expresión forma hace

referencia al conjunto de trámites y formalidades a través de los cuales la

voluntad Administrativa se configura; esto es el procedimiento de formación de

dicha voluntad. Puede entenderse en dos sentidos diferentes: Formas de

Integración La sumisión del actuar administrativo a un determinad

procedimiento ha pasado a ser en nuestro Derecho una exigencia constitucional

(105 CE), El acto ha de seguir un procedimiento determinado art 34 LPAC “Los


actos administrativos se producirán por el órgano competente ajustándose al

procedimiento establecido.

 Formas de exteorización: Se producirán por escrito, aunque a veces se podrá

emplear la forma verbal e incluso la mímica cuando se permita. Se regula la

forma en el artículo 36 al afirma que Los actos administrativos se producirán por

escrito a menos que su naturaleza exija o permita otra forma más adecuada de

expresión y constancia.

En los casos en que los órganos administrativos ejerzan su competencia de

forma verbal, la constancia escrita del acto, cuando sea necesaria, se efectuará y

firmará por el titular del órgano inferior o funcionario que la reciba oralmente,

expresando en la comunicación del mismo la autoridad de la que procede. Si se

tratara de resoluciones, el titular de la competencia deberá autorizar una relación

de las que haya dictado de forma verbal, con expresión de su contenido.

Cuando deba dictarse una serie de actos administrativos de la misma naturaleza,

tales como nombramientos, concesiones o licencias, podrán refundirse en un

único acto, acordado por el órgano competente, que especificará las personas u

otras circunstancias que individualicen los efectos del acto para cada interesado.

1.3) Validez de los actos administrativos

Para explicar la nulidad es necesario conocer la validez de los actos

administrativos, porque el acto administrativo inválido como lo señala el TUO

de la Ley 27444. Los actos se presumen siempre válidos como lo señala el

artículo 9 del TUO de la Ley 27444 en tanto “su pretendida nulidad no sea

declarada por autoridad administrativa o jurisdiccional”.

Los requisitos de validez son cinco en total y se encuentran señalados en el

artículo 3 del TUO de la Ley 27444:


- Competencia: Ser emitido por el órgano facultado en razón de la materia,

territorio, grado, tiempo o cuantía, a través de la autoridad regularmente

nominada al momento del dictado y en caso de órganos colegiados, cumpliendo

los requisitos de sesión, quórum y deliberación indispensables para su emisión.

- Objeto o contenido: Los actos administrativos deben expresar su respectivo

objeto, de tal modo que pueda determinarse inequívocamente sus efectos

jurídicos. Su contenido se ajustará a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico,

debiendo ser lícito, preciso, posible física y jurídicamente, y comprender las

cuestiones surgidas de la motivación.

- Finalidad pública: Adecuarse a las finalidades de interés público asumidas

por las normas que otorgan las facultades al órgano emisor, sin que pueda

habilitársele a perseguir mediante el acto, aun encubiertamente, alguna finalidad

sea personal de la propia autoridad, a favor de un tercero, u otra finalidad

pública distinta a la prevista en la ley. La ausencia de normas que indique los

fines de una facultad no genera discrecionalidad.

- Motivación: El acto administrativo debe estar debidamente motivado en

proporción al contenido y conforme al ordenamiento jurídico.

- Procedimiento regular: Antes de su emisión, el acto debe ser conformado

mediante el cumplimiento del procedimiento administrativo previsto para su

generación.

Estos requisitos son relevantes para el objeto del presente artículo académico ya que

veremos que incurrir ante el incumplimiento de estos, en un acto administrativo, se

incurriría en causal de nulidad. Así lo señala el inciso 2 del artículo 10 del TUO de la

Ley 27444.
1.4) La nulidad del acto administrativo:

La nulidad del acto administrativo tiene un efecto declarativo y retroactivo a la fecha del

acto, con excepción de los derechos adquiridos de buena fe por terceros. Para el caso

anterior la nulidad funciona a futuro.

Por otro lado también encontramos la anulabilidad del acto administrativo y este se

subsana a través de la figura llamada conservación del acto y contenida en el TUO de la

Ley 27444. La conservación del acto quiere decir que a pesar de que el acto tenga vicios

de nulidad estos se pueden subsanar y seguir existiendo.

Sobre la nulidad las causales están señaladas en el artículo 10 del TUO de la Ley 27444

y son las siguientes:

- La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas

reglamentarias.

- El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que

se presente alguno de los supuestos de conservación del acto a que se

refiere el artículo 14.

- Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la

aprobación automática o por silencio administrativo positivo, por los que

se adquiere facultades, o derechos, cuando son contrarios al

ordenamiento jurídico, o cuando no se cumplen con los requisitos,

documentación o tramites esenciales para su adquisición.

- Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o

que se dicten como consecuencia de la misma.


- También se encuentran pasibles de nulidad los actos consecuencia del

silencio administrativo positivo en concordancia con los artículos 199.2

y 213 del TUO de la Ley 27444.

Entonces, ¿cómo procede la nulidad si detecto alguna causal? En sede administrativa,

como se mencionó antes, existe la posibilidad de impugnar las decisiones de la

administración, y la impugnación se da con los recursos administrativos que pueden ser

dos: de reconsideración y apelación.

2) ¿En qué caso no podría existir una causal de nulidad?

No constituye causal de nulidad si el superior jerárquico del órgano que emite el acto

administrativo que se quiere impugnar tiene diferente apreciación sobre la valoración de

los medios probatorios, aplicación o interpretación del derecho contenido en dicho acto.

Al respecto es relevante conocer en qué actos no precisan motivación, siendo este un

requisito de validez, el TUO de la Ley 27444 señala textualmente en los incisos del

artículo 6.4:

 “6.4.1 Las decisiones de mero trámite que impulsan el procedimiento

 6.4.2 Cuando la autoridad estima procedente lo pedido por el administrado y el

acto administrativo no perjudica derechos de terceros.

 6.4.3 Cuando la autoridad produce gran cantidad de actos administrativos

sustancialmente iguales, bastando la motivación única”.

Finalmente, para el resto de actos administrativos se presume válido en tanto su nulidad

no se declare por la autoridad administrativa o jurisdiccional como lo señala el artículo

9 del TUO de la Ley 27444.


3) Recurso de reconsideración:

Como lo señala el artículo 219 del TUO de la Ley 27444, el recurso de reconsideración

se interpone ante el mismo órgano que dicta el primar acto administrativo que se quiere

impugnar y este debe estar sustentado en una nueva prueba.

Para el caso que los actos administrativos se emitieran por un órgano de una única

instancia no se requiere nueva prueba. El recurso de reconsideración es opcional e

interponerlo no limita el ejercicio del recurso de apelación.

(Gustavo de la Vega Pacchioni, 2022)

4) La nulidad de oficio:

La nulidad es una potestad de la administración pública sobre los actos que esta emite

dejándolos sin efecto desde el momento de la declaración de nulidad y de manera

retroactiva, salvo las excepciones mencionadas anteriormente.

Asimismo, existe un plazo para la declaración de nulidad. Según el artículo 213.3 del

TUO de la Ley 27444 “ para declarar la nulidad de oficio de los actos administrativos

prescriben en el plazo de 2 años contado a partir de la notificación de la autoridad

administrativa ”.

También menciona el artículo 213.2 del TUO de la Ley 27444 que la nulidad de oficio

solo podrá ser declarada “por el funcionario jerárquico superior al que expidió el acto

que se invalida”. En el caso el órgano que emitió el acto administrativo no tenga

superior jerárquico, la declara el mismo órgano, ergo el mismo funcionario que emitió

el acto.

También señala el artículo 213.2 del TUO de la Ley 27444 lo siguiente: “En caso de

declaración de nulidad de oficio de un acto administrativo favorable al administrado, la


autoridad, previamente al pronunciamiento, le corre traslado, otorgándole un plazo no

menor de cinco (5) días para ejercer su derecho de defensa”. (Ordóñez, 2019)

5) Interposición de recurso administrativo para la nulidad:

La interposición de un recurso administrativo es el único modo en que el administrado

pueda invocar la nulidad del acto administrativo. Pudiendo la autoridad resolver el

recurso interpuesto por el administrado declarando:

- Infundada la solicitud

- La nulidad

- La conservación del acto.

6) La nulidad en sede jurisdiccional:

Es posible solicitar la nulidad luego de la prescripción de 2 años a través de una

demanda en sede jurisdiccional vía proceso contencioso administrativo. “El plazo para

esto es desde los 3 años siguientes a la fecha en que prescribió la facultad de declarar la

nulidad en sede administrativa” como lo señala el artículo 213.4 del TUO de la Ley

27444.

7) La anulabilidad:

Sobre la anulabilidad es relevante lo que nos señala Danós en el sentido que el

ordenamiento peruano: “a diferencia de otros ordenamientos administrativos”, no

contiene la categoría de anulabilidad de manera expresa.

Entendiéndose la anulabilidad, el acto administrativo anulable o nulidad relativa como

un acto administrativo que contiene un vicio leve por lo que puede ser convalidad

mediante una subsanación posterior.


Sin embargo, el mismo autor señala que esta ausencia de categoría de anulabilidad es

aparente en el sentido que se encuentra implícita en “las reglas referidas a la

conservación de los actos”.

Conservación del acto:

Dado los argumentos anteriores ampliaremos al respecto de la conservación del acto.

Este se encuentra contenido en el artículo 14 del TUO de la Ley 27444, proviene del

supuesto que la conservación del acto es dispuesta por quién declara la nulidad, esta

conservación opera sobre las actuaciones o trámites cuyo contenido pudiera ser igual de

no haber existido el vicio (Circulo de arbitraje con el estado, 2018)

La conservación del acto administrativo se da cuando los elementos de validez no son

trascendentes. Es decir, no desnaturalizan el acto mismo por lo que este debe prevalecer

enmendándose por la misma autoridad que la emitió. Y los supuestos de vicios no

trascendentes son los siguientes:

 Son actos administrativos afectados por vicios no trascendentes, los siguientes:

- El acto cuyo contenido sea impreciso o incongruente con las cuestiones

surgidas en la motivación.

- El acto emitido con una motivación insuficiente o parcial.

- El acto emitido con infracción a las formalidades no esenciales del

procedimiento, considerando como tales aquellas cuya realización correcta no

hubiera impedido o cambiado el sentido de la decisión final en aspectos

importantes, o cuyo incumplimiento no afectare el debido proceso del

administrado.
- Cuando se concluya indudablemente de cualquier otro modo que el acto

administrativo hubiese tenido el mismo contenido, de no haberse producido el

vicio.

- Aquellos emitidos con omisión de documentación no esencial.

Finalmente, sobre la conservación del acto cabe resaltar que existe la responsabilidad

administrativa de quién emitió el acto con vicio de nulidad. La excepción es que el

funcionario enmienda el vicio sin el pedido de parte y antes de que el acto

administrativo sea ejecutado.

Eficacia del acto administrativo

8) Concepto de eficacia

El acto administrativo es eficaz a partir de que la notificación legalmente realizada

produce sus efectos. El acto administrativo que otorga beneficio al administrado se

entiende eficaz desde la fecha de su emisión, salvo disposición diferente del mismo

acto.

El Capítulo III del Título I de la LPAG (Artículos 16º al 28º) aborda cuestiones

relacionadas con la efectividad de los actos administrativos. Establece como regla

general que un acto administrativo se considera efectivo a partir del momento en que la

notificación legalmente realizada surte sus efectos. Esto implica cumplir con los

requisitos y el procedimiento establecido por las normas específicas y la normativa

general en desarrollo.

Sin embargo, se prevé una excepción en beneficio del administrado. En una perspectiva

de protección hacia este último, la eficacia del acto administrativo se entenderá desde su

emisión cuando el administrado resulta beneficiado por dicho acto, a menos que el

propio acto disponga algo diferente.Es fundamental reiterar la distinción entre los
conceptos de eficacia y validez en el ámbito de los actos administrativos. Se reconoce la

existencia de actos que, aunque sean inválidos, pueden ser eficaces debido a la

presunción de validez establecida en el Artículo 9º de la LPAG. Un acto viciado puede,

hasta que sea anulado, generar efectos y considerarse eficaz, a pesar de su invalidez

intrínseca y falta de legitimidad. Por otro lado, hay actos que son válidos pero que,

temporalmente, carecen de eficacia debido a circunstancias detalladas anteriormente. La

ejecutividad y la capacidad de ser llevado a cabo de oficio por la Administración

Pública son las principales manifestaciones de la eficacia de un acto (MARTÍN

MATEO, 2004, pág. 256).

9) Manifestaciones de la eficacia: ejecutividad y ejecutoriedad:

 Ejecutividad:

La ejecutividad implica la obligatoriedad inherente al acto administrativo, lo que

conlleva la imposición de comportamientos a terceros. Este componente va de la

mano con la presunción de validez del acto, asumiendo que siempre se emite

conforme a nuestras normativas. Por lo tanto, la Administración Pública tiene la

facultad de llevar a cabo el acto incluso en contra de la voluntad de sus

destinatarios, basándose en la ejecutoriedad que será detallada en la próxima

sección. En esencia, este concepto establece que un acto de la Administración

Pública, una vez finalizado, tiene la capacidad de generar las consecuencias

inherentes a él (MARTÍN MATEO, 2004, pág. 256).

Este concepto es parte integral de la Autotutela declarativa, que se define como

el poder que posee la Administración Pública para modificar de manera

unilateral las situaciones jurídicas en las que interviene. En virtud de esta

facultad, se establece que todos los actos administrativos son ejecutivos, lo que

significa que imponen la obligación de cumplimiento inmediato, incluso si la


persona afectada discrepa sobre su legalidad. En consecuencia, se sostiene que

los actos administrativos están amparados por una presunción de legalidad que

los hace de cumplimiento necesario sin requerir una sentencia judicial

declarativa a favor de la Administración Pública.

La eficacia confiere a los actos administrativos la capacidad de ser ejecutables

simplemente mediante su comunicación, lo que impone al administrado la

obligación de cumplir con sus términos. Los efectos de dichos actos no pueden

suspenderse, a menos que las circunstancias señaladas por la normativa en

relación con la presunción de validez así lo permitan.

 Ejecutoriedad:

A diferencia de la ejecutividad, la ejecutoriedad implica que un acto

administrativo, siendo ejecutivo, incluye una obligación específica de dar, hacer

o no hacer impuesta al administrado. En este sentido, según la doctrina, es

importante destacar que todos los actos administrativos son ejecutivos, pero solo

algunos serán ejecutorios. Esta distinción cobra relevancia porque solo los actos

ejecutorios facultarán a la Administración Pública para recurrir y utilizar los

medios de ejecución forzosa permitidos por la LPAG (MARTIN TIRADO,

2009, pág. 166).

Es esencial destacar que la ejecutoriedad implica una acción de oficio por parte

de la Administración Pública, ya que esta entidad impone de manera efectiva

conductas derivadas del contenido del acto administrativo (MARTÍN MATEO,

2004, págs. 255-259). Además, este concepto está vinculado a la autotutela

ejecutiva, eximiendo a la Administración Pública de la necesidad de obtener una

'sentencia ejecutiva' y facultándola para el uso directo de su propia coacción, sin

requerir tutela judicial para ello. La ejecutoriedad surge como un correlato de la


potestad de autotutela de la Administración Pública, que le permite no solo

tutelar, sino también ejecutar sus situaciones jurídicas según un régimen de

Derecho Público distinto al de los privados. Si la ejecutividad se refleja en una

declaración o acto de carácter obligatorio, la ejecutoriedad implica la

materialización del cumplimiento mediante el uso de coerción frente a terceros

(MARTIN TIRADO, 2009, pág. 165).

El carácter ejecutorio de un acto administrativo está definido por el Artículo

192º de la LPAG, el cual reconoce esta cualidad en los actos administrativos, a

menos que exista una disposición legal expresa en contrario, un mandato judicial

o que estén sujetos a una condición o plazo establecido por la ley. La pérdida de

la ejecutoriedad de un acto administrativo puede ocurrir siempre que no exista

una norma expresa en contrario, según los casos especificados en el Artículo

193º de la LPAG.

 Por suspensión provisional conforme a ley;

 Cuando transcurridos cinco años de adquirida firmeza, la administración no

ha iniciado los actos que le competen para ejecutarlos; y

 Cuando se cumpla la condición resolutiva a que estaban sujetos de acuerdo a

ley.

Una vez identificadas las razones, el interesado tiene la facultad de objetar el inicio de la

ejecución del acto administrativo debido a la pérdida de su ejecutoriedad. Según lo

establecido por la LPAG, esta objeción debe ser decidida de manera irrevocable en el

ámbito administrativo por la autoridad inmediata superior, en caso de existir, tras

obtener un informe legal pertinente sobre el asunto.

La sección 2.3 referente a la ejecución forzosa aborda las condiciones establecidas en el

Artículo 194º de la LPAG que, una vez cumplidas, otorgan a la Administración Pública
la autorización para llevar a cabo la ejecución forzosa de actos administrativos mediante

sus propios órganos competentes o con la asistencia de la Policía Nacional del Perú.

Estas condiciones incluyen:

a. La necesidad de que se trate de una obligación de dar, hacer o no hacer que

beneficie a la entidad.

b. La exigencia de que la prestación esté claramente determinada por escrito.

c. La condición de que dicha obligación se derive del ejercicio de una facultad de

imperio de la entidad o surja de una relación de derecho público sostenida con la

entidad.

d. La previa solicitud al administrado para el cumplimiento voluntario de la

prestación, advirtiéndole sobre el inicio de medidas coercitivas específicas en

caso de incumplimiento.

e. La restricción de que no se trate de un acto administrativo cuya ejecución

requiera la intervención del Poder Judicial, según lo establecido por la

Constitución Política del Perú o la ley.

Dentro del contexto de la ejecución administrativa, se establece la obligación para la

Administración Pública de notificar al administrado antes de dar inicio al

correspondiente procedimiento administrativo. La autoridad tiene la opción de notificar

el comienzo de la ejecución de forma consecutiva a la notificación del acto ejecutado,

siempre y cuando se brinde al administrado la oportunidad de cumplir voluntariamente

con la obligación que le incumbe.

Por último, es importante destacar que la LPAG concede a la Administración Pública,

según lo establecido en su Artículo 196º, la facultad de emplear diversos medios de


ejecución forzosa. Estos medios están sujetos principalmente a los límites de la

razonabilidad, proporcionalidad y al pleno respeto de los Derechos Fundamentales.

De la suspensión de la ejecución

El Artículo 216º de la LPAG establece de manera clara la regla general de que la

presentación de un recurso administrativo por parte del administrado, a menos que la

normativa disponga lo contrario, no tiene el efecto de suspender la ejecución del acto

impugnado. Esta disposición se fundamenta en las características intrínsecas del acto

administrativo y en las normas de validez y presunción de validez que establece la

regulación general. No obstante, este artículo otorga a la autoridad administrativa

competente para resolver el recurso la facultad de suspender de manera automática o a

solicitud de la parte la ejecución del acto impugnado, bajo las siguientes condiciones:

o Cuando exista la posibilidad de causar un perjuicio que sea difícil o

imposible de reparar.

o Cuando se observe objetivamente la presencia de un vicio de nulidad

significativo.

La decisión que tome la autoridad administrativa debe ser el resultado de una

evaluación previa y suficientemente fundamentada, considerando tanto el perjuicio que

la suspensión podría causar al interés público o a terceros como el perjuicio que la

eficacia inmediata del acto impugnado ocasionaría al recurrente. En este contexto, la

autoridad puede tomar las medidas necesarias para garantizar la protección del interés

público, los derechos de terceros y la eficacia de la resolución impugnada.

Por último, es importante aclarar que la suspensión es de naturaleza temporal y

permanece vigente durante el curso del recurso administrativo o el proceso contencioso-

administrativo correspondiente. Sin embargo, puede ser levantada antes de lo previsto si


la autoridad administrativa o judicial así lo decide, en caso de que se modifiquen las

condiciones que fundamentaron la decisión inicial.

10) Clases de eficacia

 Eficacia anticipada

En ciertas situaciones, el acto administrativo puede generar efectos retroactivos,

es decir, producir consecuencias de manera anticipada. La determinación de

estas circunstancias se fundamenta principalmente en la salvaguarda de los

derechos de los administrados, aunque una parte significativa de la doctrina

sostiene que, en general, la regla basada en la seguridad jurídica es la no

retroactividad de los actos administrativos.

En este contexto, la normativa legal establece la posibilidad de conferir eficacia

retroactiva a los actos cuando estos generen efectos favorables para la persona

involucrada. Esta retroactividad está condicionada a que los elementos de hecho

necesarios ya existieran en la fecha a la cual se retrotraerá la eficacia del acto,

sin que esto cause perjuicio a los derechos o intereses legítimos de terceros.

Además, los actos que se emiten con el propósito de corrección y aquellos que

contienen una declaración de nulidad también pueden tener eficacia anticipada.

Un acto se considera emitido con el propósito de corrección cuando busca

rectificar o subsanar un defecto no sustancial, es decir, uno que no conlleve la

anulación del acto, con el objetivo de preservar su validez. Es importante

destacar que la corrección debe surtir efecto desde la emisión del acto que está

siendo corregido.

Por otro lado, como se mencionó anteriormente, un acto nulo se considera como

tal desde su emisión, a menos que existan consideraciones evidentes que


indiquen una posible afectación de los derechos adquiridos de buena fe por parte

de terceros.

Por último, aunque no estén expresamente mencionados en el Artículo 17º de la LPAG,

es relevante señalar que los actos rectificatorios también pueden tener efectos

retroactivos. Estos actos rectificatorios buscan corregir errores materiales o aritméticos

presentes en un acto previo con fecha anterior. Esta corrección puede realizarse en

cualquier momento, ya sea de manera automática o a solicitud de los administrados,

siempre y cuando no se modifique sustancialmente el contenido del acto ni el propósito

de la decisión original.

3.2 Eficacia diferida

Los actos administrativos también pueden exhibir eficacia diferida, lo que significa que,

a pesar de haber sido emitidos o incluso notificados, no generan efectos de inmediato,

ya que su aplicación depende del cumplimiento de condiciones específicas.

Los casos en los que la eficacia de un acto administrativo está diferida incluyen los

siguientes, según MARTIN TIRADO (2009, pág. 165):

1. Cuando el acto administrativo está sujeto a condiciones, términos o modos,

según lo establecido en el Artículo 2º de la LPAG. En este contexto, la eficacia

del acto está condicionada al cumplimiento de aspectos específicos, como

condiciones preestablecidas, plazos o modalidades que deben ser satisfechos

para que el efecto del acto se materialice.


2. La suspensión provisional de un acto administrativo, de acuerdo con las

condiciones estipuladas en el Artículo 216º de la LPAG. Esta suspensión implica

la pérdida temporal de la efectividad y ejecutoriedad del acto, indicando que las

condiciones asociadas están pendientes de cumplimiento mientras dure la

suspensión.

Las resoluciones emanadas de un proceso sancionador solo son ejecutivas al

concluir la vía administrativa, sin perjuicio de las medidas cautelares que puedan

obtenerse durante el eventual proceso contencioso-administrativo que se inicie

13) Eficacia de los actos administrativos:

El acto administrativo se emite con el propósito de generar consecuencias, y al respecto,

surgen diversos análisis que se centran en las repercusiones que el acto administrativo

va a generar. En este contexto, se abordará este fenómeno jurídico considerándolo

existente tanto en el ámbito material como formal, lo que posibilita la producción de

diversos efectos jurídicos (eficacia). Se examinan así las posibilidades de exigibilidad,

imperatividad, ejecutoriedad o ejecutividad, distinguiendo estos conceptos de la validez

del acto administrativo. Este análisis nos conduce a abordar de manera breve ciertas

nociones que a menudo se utilizan de manera intercambiable en la práctica, aunque

estén intrínsecamente conectadas en la realidad, pero no siempre coinciden.

Desde el momento en que el órgano de la Administración del Estado, autorizado para

emitir un acto administrativo, desea expresar su decisión, surge la cuestión sobre la

existencia de dicho acto, lo que nos lleva a abordar la pregunta de cuándo se reconoce la

existencia en la vida jurídica del acto administrativo que expresa dicha decisión, es

decir, a lo que se refiere la noción de vigencia.


La vigencia se refiere a la existencia del acto. Cada acto administrativo existe a partir

del momento en que la voluntad de la Administración se manifiesta mediante una

decisión formalizada por escrito. Al ser el acto administrativo una decisión organizada y

formal, su origen se remonta al momento en que, cumpliendo con los elementos

necesarios para ser reconocido como una declaración de la autoridad competente, esta

toma una resolución y la respalda con su firma.

El acto administrativo, a menos que esté sujeto al proceso de toma de razón, se presume

válido una vez dictado, y esta calidad se mantiene hasta que el acto se extinga. Dado

que la propia Administración que emitió la resolución no puede ignorar su vigencia, la

mera emisión del acto administrativo impone obligaciones internas a la Administración

para garantizar su eficacia externa, es decir, frente a los destinatarios de la decisión

tomada. En este sentido, la primera obligación es cumplir con los procedimientos

aplicables al decreto o resolución administrativa, como la visación, registro o toma de

razón, y luego proceder con su publicidad. Cada decreto o resolución se distingue por

tener elementos identificativos, como la fecha, el número y el órgano emisor, que deben

consignarse para proporcionar evidencia fehaciente y certeza sobre su emisión.

Sin embargo, la mera existencia formal del acto no es suficiente; este debe cumplir con

el propósito para el cual se emite. El acto administrativo tiene la responsabilidad de

generar los efectos jurídicos que busca, y esta capacidad se denomina eficacia. La

eficacia se concreta a través de las facultades derivadas de la exigibilidad,

imperatividad, ejecutoriedad o ejecutividad, características que la ley reconoce al acto

administrativo (último inciso del artículo 3° de la LBPA). Al interior de la

Administración, el acto administrativo posee plena fuerza obligatoria (eficacia ad intra),

respaldada por el principio jerárquico que establece la obligación de obedecer las


órdenes del superior jerárquico y por la presunción de legalidad que ampara al acto

administrativo.

Fuera de la Administración, la eficacia ad extra del acto administrativo se manifiesta

cuando produce efectos jurídicos sobre los destinatarios a los cuales se aplica. Sin

embargo, para que el acto surta efecto en sus receptores, el legislador impone la

necesidad de su publicidad, ya sea a través de la publicación o la notificación (párrafos I

y II del Capítulo III de la LBPA). Esta disposición legal tiene como objetivo garantizar

los derechos de los ciudadanos en su relación con la Administración, que cuenta con

poderes extraordinarios. Se busca evitar que el ciudadano se encuentre en una posición

de indefensión ante un acto potestativo, por lo que la ley asegura a los destinatarios que

el acto no producirá efectos jurídicos hasta su publicación o notificación, dependiendo

del contenido individual o general (segundo inciso del artículo 51 de la LBPA).

Además, debido a la presunción de legalidad que se otorga al acto administrativo,

ninguna otra autoridad administrativa sin competencia para ello puede desconocerlo, un

criterio respaldado por la jurisprudencia administrativa.

En el análisis integral y multifacético del acto administrativo, no es suficiente que este

exista formalmente; también debe tener una manifestación social que genere los efectos

jurídicos deseados.

14) Fundamentos y presupuestos de la eficacia: presunción de legalidad y la

publicidad:

La eficacia del acto administrativo se revela como un aspecto fundamental para

garantizar la efectividad de la acción administrativa, siendo un reflejo de lo que se

conoce como el privilegio de autotutela de la Administración. Dado que la

Administración actúa como un poder público, las relaciones con los particulares, cuando
se llevan a cabo a través de este mecanismo, adquieren mayor certeza y estabilidad. La

capacidad de la Administración para ejecutar sus propios actos sin recurrir a los

tribunales se fundamenta en la presunción de legalidad que la ley otorga al acto

administrativo (artículo 3° de la LBPA), lo cual lo convierte en vinculante tanto para los

particulares destinatarios como para otros órganos que no participaron en su emisión.

Gracias a esta presunción, los actos administrativos se consideran legítimos y conformes

al ordenamiento jurídico, lo que permite su ejecución por parte de la propia

Administración, incluso de manera coercitiva, ya que la ley autoriza su "ejecución de

oficio por la autoridad administrativa".

En el caso de los actos administrativos sujetos al proceso de toma de razón, se puede

afirmar que poseen una presunción de legalidad reforzada debido al control preventivo

al que han sido sometidos. No obstante, es importante destacar que esta presunción de

legalidad es simplemente eso, una presunción iuris tantum que puede ser desvirtuada

mediante un procedimiento de revisión en sede administrativa (mediante la resolución

de un recurso de impugnación o la declaración de invalidez del acto solicitada por la

parte interesada o de oficio), o a través de una acción contencioso-administrativa ante

los jueces o tribunales competentes, en los cuales la carga de la prueba recae en el

particular.

15) Extinción de los actos administrativos:

La terminación del acto administrativo ha generado en la doctrina diversas

aproximaciones. Algunos estudios han diferenciado entre la cesación o finalización de

los efectos y la extinción propiamente dicha del acto administrativo. Otro enfoque se ha

basado en una distinción metodológica que considera las causas comunes de extinción

tanto en los actos unilaterales como en los bilaterales, ya sea en su formación o en sus

efectos. En este contexto, una corriente doctrinal española ha conceptualizado los actos
administrativos centrándose exclusivamente en la finalización de sus efectos, la cual

puede ser resultado de diversas circunstancias de índole variada. De este modo, esta

corriente doctrinaria clasifica la terminación de los efectos de los actos administrativos

según circunstancias objetivas, decisiones del destinatario, determinaciones de órganos

públicos distintos a la administración o decisiones emanadas de la propia

administración.

En relación con los objetivos de este estudio, consideramos que la distinción entre la

terminación de los efectos del acto administrativo, ya sea en su faceta de cese de efectos

o en la extinción misma del acto administrativo, o la diferenciación entre la conclusión

de los efectos del acto y la extinción del acto en sí, dependiendo de si se requiere o no la

emisión de otro acto por parte de un órgano administrativo, legislativo o judicial26,

puede dar lugar a discusiones interesantes desde el punto de vista doctrinal. No

obstante, creemos que, con el fin de lograr claridad en la explicación, es útil adoptar una

clasificación que permita comprender de manera precisa cómo puede producirse la

extinción del acto administrativo. En este sentido, hemos optado por una clasificación

similar a la propuesta por Santamaría Pastor, adaptándola a la realidad chilena. Por lo

tanto, nos referiremos a la extinción por causas que dependen de los destinatarios o

beneficiarios del acto (A), por decisión de la autoridad administrativa (B), por decisión

de la autoridad judicial o legislativa (C) y otras formas de extinción, especialmente el

decaimiento del acto administrativo (D).

16) Por decisión de la autoridad administrativa:

La finalización de la eficacia de los actos administrativos puede tener lugar debido a

decisiones adoptadas por la autoridad administrativa que los emitió, ya sea por motivos
relacionados con la legalidad o por consideraciones de oportunidad. En este contexto, la

Ley N° 19.880 sobre Bases de los Procedimientos Administrativos que Rigen los Actos

de la Administración del Estado aborda ambas situaciones. Por un lado, la terminación

del acto administrativo por razones de legalidad puede producirse mediante el régimen

de recursos iniciado por los particulares, es decir, a través de los recursos establecidos

en el artículo 59 de la LBPA, o de oficio por la propia administración, mediante el

procedimiento de invalidación regulado en el artículo 53 de dicha normativa. Por otro

lado, la pérdida de eficacia del acto administrativo, como se mencionó, puede ocurrir

debido a consideraciones de mérito, oportunidad o conveniencia, lo que comúnmente se

conoce como la revocación de los actos administrativos.

Extinción por motivos de legalidad mediante recursos de reposición, jerárquico y

extraordinario de revisión:

La terminación del acto administrativo por razones de legalidad, como se mencionó

anteriormente, puede llevarse a cabo a través del régimen recursivo establecido en el

artículo 59 de la Ley N° 19.880. Este régimen incluye los recursos de reposición y

jerárquicos mencionados en dicho artículo. Estos mecanismos de impugnación son

simplemente una manifestación del principio impugnatorio aplicable a todo acto

administrativo, reconocido en el artículo 10 de la Ley N° 18.575, Orgánica

Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado (LOCBGAE).

A este régimen recursivo se suma el recurso extraordinario de revisión, normado en el

artículo 60 de la LBPA. Este recurso permite impugnar actos administrativos firmes

ante la autoridad jerárquica superior o, en su ausencia, ante la autoridad que emitió el

acto. Para su interposición, deben cumplirse las circunstancias expresamente detalladas

en el mencionado artículo.
Es importante destacar que este recurso extraordinario de revisión es considerado un

medio de impugnación excepcional, como lo ha señalado la Contraloría General de la

República al afirmar que, a diferencia del recurso de reposición, el recurso de revisión

es extraordinario, ya que solo procede en los casos expresamente contemplados en el

artículo 60 de la ley N° 19.880 y contra actos administrativos que han adquirido

firmeza, condición que alcanzan una vez concluidos los recursos administrativos

ordinarios presentados o tras transcurrir el plazo legal para interponerlos.

El recurso extraordinario de revisión se puede interponer en determinadas situaciones

previstas por la normativa legal. Dichas circunstancias son las siguientes:

a) Cuando existan actos administrativos firmes que hayan sido dictados como

consecuencia de prevaricación, cohecho, violencia u otra maquinación fraudulenta.

b) En casos de manifiesto error de hecho al dictar el acto, siempre que este error haya

sido determinante para la decisión adoptada, o cuando surjan documentos de valor

esencial para la resolución del asunto que no fueron considerados al dictar el acto y que

no pudieron ser incorporados al expediente administrativo en ese momento.

c) Cuando exista una sentencia ejecutoriada que declare que el acto fue dictado como

consecuencia de prevaricación, cohecho, violencia u otra maquinación fraudulenta.

d) Si en la resolución influyeron de manera esencial documentos o testimonios

declarados falsos por una sentencia ejecutoriada posterior a la resolución, o si dicha

sentencia, siendo anterior, no fue conocida oportunamente por el interesado.

El plazo para interponer el recurso es de un año, que se computará a partir del día

siguiente a la fecha en que se dictó la resolución en los casos de las letras a) y b). En
cuanto a las letras c) y d), el plazo se contará desde que la sentencia quede ejecutoriada,

a menos que dicha sentencia anteceda a la resolución cuya revisión se solicita, en cuyo

caso el plazo se computará desde el día siguiente a la notificación de esta última.

Referencias Bibliográficas

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Bibliografía

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