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Argumentación Teológica
por:
Ruth Aguilera Cáceres
TEOLOGÍA PROPIA
FRANCISCO MORENO
17 DE MARZO DE 2022
Facultad de Teología de las
Asambleas de Dios de España
BOSQUEJO
INTRODUCCIÓN...........................................................................................................1
CONCLUSIÓN................................................................................................................6
INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo se analizará los tres puntos clave de una doctrina errónea que
niega la Trinidad, y la enfrentará a la doctrina actual sobre Dios. Para ello, se
encuadrará dentro de las corrientes doctrinales heréticas, se argumentará cada punto
tanto desde el punto de vista tanto histórico como bíblico, y se aportará una opinión
propia.
1. Resumen de la doctrina
El primer punto de la doctrina estudiada afirma que existe un único Dios que es el
Padre, del cual proceden todas las cosas, incluyendo el Verbo por encarnación. Es decir,
que el Verbo se encarnó en el momento de nacer Jesús y se convirtió en ese momento
en “Hijo de Dios” y no antes. Según esta doctrina, dicho término es profetizado a María
y no es aplicado a Jesús antes de ser engendrado, por lo que niegan que pueda hablarse
del Hijo Eterno de Dios. Es por ello por lo que afirmar que Jesús fue “engendrado” en la
eternidad es contrario a la Biblia, pues Jesús es el “unigénito”, el único engendrado por
el Padre y dicha engendración tuvo lugar en el vientre de María, no en la Eternidad.
El segundo punto de dicha doctrina sitúa al Espíritu Santo como el poder de Dios en
operación, descartándolo una persona dentro de la Deidad, aunque en las Escrituras
presente características personales. De esta forma afirma que el Espíritu Santo es Dios,
pero Dios Padre, pues vendría a ser como las acciones y la relación activa que el Padre
mantiene con su Iglesia. El cual sale y vuelve a si mismo tras realizar sus funciones.
El tercer punto señalado de esta doctrina establece que la oración solo puede dirigirse al
Padre, puesto que esta es la única forma que enseña la Biblia y no existe ninguna
enseñanza en las Escrituras que muestre que se pueda dirigir la oración hacia Jesús, ni
ningún orden de adoración al Espíritu Santo. Usa como ejemplo a Jesús, quien oraba al
Padre, y los apóstoles, los cuales oraban al Padre en el nombre de Jesucristo.
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2. Corriente doctrinal
Desde los inicios del cristianismo han existido corrientes doctrinales que han negado la
divinidad del Hijo, así como su eternidad, debido principalmente al conflicto que esto
suponía para la cultura judía. No obstante, desde la Edad Media estas corrientes
judaizantes y gnósticas tomaron forma para crear fuertes corrientes teológicas que se
han extendido hasta el presente.
En la misma línea, Miguel Servet defendió hasta su muerte que el Espíritu Santo no
conformaba una persona diferente dentro de la Deidad, sino que se trataba de la fuerza
activa de Dios, es decir, una fuerza que ejercía, tal y como se expone en la doctrina
estudiada. Sin embargo, tras su muerte sus enseñanzas influenciaron en multitud de
corrientes, principalmente antitrinitarias y da lugar al Unitarismo, el cual se introduce
en Inglaterra en el siglo XVII.
Esta creencia sobre el Espíritu Santo ha llegado también hasta los Testigos de Jehová,
quienes afirman que es una fuerza activa. Así mismo, este grupo enseña que se debe
orar solo al Padre, dirigiéndose a él y no al Hijo, y por supuesto tampoco al Espíritu
Santo. No obstante, este grupo cree que Jesús es el Arcángel Miguel.
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3. Argumentos históricos
El Concilio de Nicea fue convocado por el Emperador Constantino en el año 325 para
zanjar este tipo de debates y llegar a una postura oficial. La conclusión adoptada por la
iglesia fue anatemizar a quienes negaran la preexistencia del Hijo, y lo hicieron con la
redacción de un Creo que decía así:
Así mismo, desde el principio el Monarquianismo encontró una fuerte oposición, entre
ellos Teófilo, quien emplea por primera vez el término griego “trias” para referirse a la
Trinidad, y definir la Deidad. También Tertuliano, se opuso a esta idea, quien hizo uso
del lenguaje jurídico para distinguir entre el Padre, el Hijo y el Hijo sin romper la
unidad de Dios.
También se mostró una fuerte oposición a las ideas de Arrio, quien fiel a la línea de
pensamiento, afirmaba que tanto Jesús como el Espíritu Santo eran creaciones de Dios,
y por lo tanto ni eran Dios, ni eran eternos. Arrio fue desterrado junto a todos los suyos
por mantenerse firmes en su postura. Sin embargo, como ha podido comprobarse, sus
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ideas siguieron propagándose con fuerza y dando a luz nuevas corrientes que se nutrían
de ellas.
4. Argumentación bíblica
Juan 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el
seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan 20:21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me
envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y habiendo dicho esto,
sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
A la luz de las Escrituras también puede observarse como el Espíritu Santo posee
cualidades de personales propias.
Y es Divino.
Mateo 3:16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua;
y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que
descendía como paloma, y venía sobre él.
Hechos 7:55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos
en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de
Dios, 56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre
que está a la diestra de Dios. 57 Entonces ellos, dando grandes voces,
se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera
de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies
de un joven que se llamaba Saulo. 59 Y apedreaban a Esteban,
mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y
puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta
este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
5. Opinión personal
Afirmar que Jesús no era Hijo de Dios hasta la encarnación resulta algo confuso e
irrelevante. Pues si bien no se le llamó con ese título hasta Belén, el título por el que se
le nombre no determina su esencia ni la cambian, solo lo describen. A Jesús se le
nombra en las Escrituras con más de medico centenar de títulos, y cada uno de ellos fue
revelándose progresivamente, en un lugar y un momento determinado de la historia. Por
ejemplo, cuando se le dice “el león de Judá” no quiere decir que antes de eso no lo
fuera, ni que no vaya a serlo hasta que se encarne en un león. La idea puede parecer
absurda, y lo es, por ello ha ningún teólogo que se precie se atrevería a afirmar
semejante aberración. Lo mismo sucede con el título “Hijo de Dios”, no quiere decir
que antes de su encarnación no fuera Hijo de Dios, ni que dejara de serlo tras su muerte.
El título describe una característica de su ser, el que ha sido y el que será por siempre.
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Respecto a si el Verbo era una emanación de Dios antes de hacerse carne, estaríamos
afirmando que Jesús es algo que se ha extraído de Dios, convirtiéndolo en una especie
de muestra más pequeña, pero a lo largo de las Escrituras vemos bien patente su
divinidad y como es cien por cien Dios. Del mismo modo que el Espíritu Santo.
Esto no lleva al tercer punto, el poder dirigirnos o no en oración al Hijo o al Espíritu
Santo. Tal como hemos visto en el punto anterior, hay un ejemplo en la Biblia de una
oración dirigida a Jesús. Así mismo, en ningún caso esta practica se prohíbe. Al
entender que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno, el dirigirte a uno u a otro
pierde algo de importancia, pues en cualquier caso la oración se estaría dirigiendo a
Dios.
CONCLUSIÓN
Respecto al tema en cuestión, es importantes para los creyentes estar firmes en que el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno, y son Dios. Es una base fundamental e
inmovible, pues es el él en quien hemos creído y es quien murió por nosotros para
salvación nuestra. No obstante, lamento como que se utilicen estos temas como causa de
división de la iglesia.