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doblem ente, diferencias a señalar entre la t emporalidad de la pal a~ EL T RABAJO DEL INCONSCIENTE
bra intersubjetiva situada en 'Función y campo de la palabra y del Es necesario empero un paso más para fundar la sesión llamada
ltmguaje y la temporalidad que en Posición del inconsciente se re- "corta" de Ja cual, sin embargo, Lacan nu nca hizo una norma. Se la
fiere a la alienación significante del suj eto. objeta, en general, en nombre del tiempo que necesitaria el incons-
Retengamos tan sólo la tesis fundame ntal: el tiempo del sujeto ciente. No se trata d e igualarlos, si se tom a en cuenta lo siguiente:
hablante es la " retroacción del significante en su eficacia" (Posi- el inconsciente no tiene horarios y, trabajador ideal, trabaja perfec-
ción del inconsciente, en Escritos II, Siglo XXI , p. 375) que regla sus tam ente bien sín respiro. La sesión debe situarse por ende como un
fenóm enos. Es ella la que causa ese "tiempo reversivo" (ibid., 375) tiemp o de registro, t iempo de "recepción clel producto de ese tra-
que da cuenta tanto de Jos fenómenos de apres-coup como de la bajo" . La elaboración es remitida fuera d e la sesión. Su in terrup-
sobredeterrninación, y que suspende al sujeto entre esa anticipación ción adquiere sentido y valor como "sanción" del producto anali-
y esa retroacción, cuya fórmula gramatical nos brinda el futuro zante y es experimentada asimismo como tal.
anterior (él habrá sido y que encuentra su definición y su grafo en Un comentario en este punto: esta respuesta del analista sin la
el punto de almohadillado). cual, digámoslo, sin la cual la palabra del sujeto no es, ¿por qué ha-
Ahora bien, ese tiempo entraña un momento privilegiado, el de cerla coincidir con la finalización de la sesión? ¿Por qué una res-
la escansión que, cual una puntuación, ratifica o también desplaza, puesta actuada en lugar de una respuesta solamen te vocalizada?
suspende el almohadillado del efecto de significación. La escansión Subrayemos que respecto a este punto Lacan señaló también que
precipita el momento de concluir y decide el sentido. Es pues el tiemp o depende también de Jo real. Ya lo formula en Función y
homogénea a la interpretación e incumbe al analista, en tanto de él campo de la palabra ydellenguaje, texto donde. sin embargo, t!l
se espera una respuesta. Es en Funció n y campo de la palabra y del tiempo parece estar mas reabsorbido por el regis tro simbólico dd
lenguaje donde Lacan explicitó más esta relación entre la inciden- sujeto. La funci.ó n del tiempo está allí, j unto con la"abstcnción.,
cia del analista en el tiempo del suje to y la duración de las sesio ~ del anaJista, situado como conjunción " de lo simbólico y Jo real"
nés: "Es una puntuación afortunada la que da sentido al discurso (ibid. 126-1 27), esta conj unción da fe de que la t ransft~n:ncia.
del sujeto. Por eso la suspensión de Ja sesión de la que la técnica como Freud lo señaló, no es simple repetición del pasado, sino q u ~
actual hace un alto puramente cronométrico, y como tal indiferen- incluye lo que La can llama entonces "un factor de rea lida d". si-
te a la trama del discurso, desempeña en él un papel de escansión tuado, de entrada, del lado del analista.
que tiene todo el valor de una intervención para precipitar los mo-
mentos concluyentes. Y esto implica liberar a ese término de su
marco rutinario para someterlo a todas las fmalidades útiles de la LA P ULSACION
técnica." (ibíd).
Sin duda, ulteriormente, Lacan modificará la idea de que el suje- Esto nos lleva a situar la cuestión de la duración de las sesio-
to pueda encontrar su consistencia en una palabra plena: pero en nes en relación a aquello que en la experiencia no es simbólico, si-
la medida en que la experiencia de la cura pone en juego en todos no real. A ese elemento otro que lo simbólico, que configura la
los casos la dialéctica del sujeto hablan te que se historiza retroac- gravitación de la dialéctica del sujeto y donde se concentran su ser
livam ente, el tiempo, lejos de form ar parte de lo que los analistas y su goce, Lacan le dió un nombre: objeto a. Debe verse en él Jo
llaman el "encuadre'\ forma parte del proceso mism o, y la inci- que Lacan mismo designó co mo su invención propia', realizada a
dlmciu del analista en ese proceso es siempre correlativa de un partir de un nuevo examen, no del concepto de inconsciente sino
efecto de u~mpo, que sólo puede juzgarse en función de la dialéc- del concepto de p ulsió n (cf. al respecto el Seminario XI).
th;a en la que interviene. Esto excluye, tanto para la sesión como El sujeto definido primero como lo que el significante representa
para la cura, la ~.: uración standard, definida a priori. para otro significante, aunque no esté destinado a ningu na relación
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Lacan nunca lo hizo, aunque la misma es coherente con su l'Hrsl'·
!IIXURI !lü Clll"\.'t:l' empero de parten aire, parten aire a-sexual, ' 'des-
ñanza. De manera general, Lacan nunca formuló preceptos tél:ni-
Pfllindido" dd cuerpo del viviente por la captura significante. De
cos para uso d el analista. No retrocedió empero ante algunos imp~,.
ll(¡U{ en mús la t emporalidad de la t ransferencia se aclara de mane-
rativos, habiendo además retomado a menudo el propuesto por
ra dift.~rcn te. Freud. Pero, si se siguen las fórmulas . en su enseñanza, desde, por
Sin duda, dice La can : "el sésamo del inconscient e es t ener efecto
de palabra , d ser estr uctura d e len guaje, p ero exige que el analista ejemplo, su: "hay que tomar el deseo a la letra" (Dirección de la
se th.!tt:nga en su modo d e cierre. Hiancia, palpitación, una alter- cura, Escritos ! , p. 251) se verá que las mismas se refieren siempn.~ a
!Hlncia de succión sigu iendo ciertas indicaciones de Freud, esto es los únicos "derechos de un fin primero" (Del Trieb de Freud y de'/
aquello d e lo que t enem os que dar cuenta" (lbid ., las itáHcas son deseo del Psicoanalista, Escritos j!, p. 389).
nu estras). La técnica no se enscfta allí donde el acto im pone la falla del su-
Hay aquí un hecho: el tiempo " reversivo " del sujeto que se vuel- jeto supuesto al saber y supone la ética.
ve a en contrar en toda experiencia de discurso se coordina en la
Traducciór~ : J. C. INDAR.'J'
experiencia de transferencia con una "pulsación" de cierre y aper-
tura , d e la q ue no da cuenta por si so la la "retroacció n significan-
te " . La espera que estructura la relación de transferencia, po r diri-
girse al saber, no deja d e est ar gobernada p or una búsqueda de l ser,
del ser perdido por el viviente sexuado que habla." La espera del
advenimiento de ese ser en relación con lo que d esignamos como el
deseo d el anaHsta. [... J, tal es el resorte verdadero y último d e Jo
que co nst ituye la t ra nsferencia. Por eso la t ransferencia es una rela- ELEMENTOS DE BIBLIOGRAI-'IA
ción esencialm ente ligada a l tiempo y a su manejo " (las itálicas son
Sobre el nacimi<>nto d~ Los Standards
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dus los casos la tem p oralidad de sus emergencias es la d el insta nte,
240.
i ns ra n h' casi de frac tura en la duració n del enca denamien to de los "Réunion de la Commission internationak 1k l;t fllflltahlln '', on fttft.• matioual
si ¡ •, nil'i r anl ~s. Se con cibe asi que la ú ltima f orma producida por La- JourTUJI of f>sycho-Ana/ysis, 1928, 9, Jl. 1'/5· 141;- 1929, 10, 504-5 10 ; - 1933,
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¡, PreniJJii'.arcn lns l~ ntonct.:s la sesión cor ta? Debe señalarse q ue
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