Capitulo 1
La idea del método
éPor qué son necesarias unas reglas de trabajo en filosoffa? i Por qué es necesario
tun método, es decir, un conjunto de procedimientos razonados, para llegar al fin
buseado? Hay razones de cardcter muy general, pero también universitario y, afin
de cuentas, propias al ejercicio filos6fico que llevan a privilegiar cl itinerario met
ico, apoyandose sobre reglas y principios de accién precisos. El método filosé
fico (andlisis, cuestionamiento, problemitica, reflexi6n, etc.) permite al estudian.
te escapar de los avatares de una investigaciGn empirica y procede: desde un
enfogue ordenado y seguro.
1. 3Por qué un método?
ai
Razones generales: método y existencia
€8un libro dedicado al método: su objeto no es, en efecto, Proponer la lectura
de un conjunto de ejercicios filosGticos redactados a partir de determinados enun-
Sino de esclarecer un camino de reflexion personal. Para aprender a filoso-
sada seria preciso que en el sistema de ensefianza espatiol se pudiese
is la disertacion y el comentario. Las antologi-
asde nes modelo”, ;instruyen al desarmado estudiante? No estamos segu-
a. Tecior de esas antologtas —jy las hay excelentes!~ admirard la firmeza del
Ss erp i80F del pensamiento asf expresado, pero sin bencficiarse en exceso
tad encis:situado ante un modelo, ante un paradigma teérico del que no
ade las reglas de realizacicn, no sale de su pasividad ante el ejemplo desa-
9, Su lectura no lo cuestiona en profundidad y permanece, por tanto, aboca-
aaa ft teino del azar, mal consejero tanto en la teorfa como en la pric-
nto a por Clementos que no es capaz de controlar, el estudiante se siente
mente y leno de incertidumbre ante las reglas del ejercicio filoséfico,
fa due los estudiantes no tengan que padecer mas una laguna en la panoplia
nents de trabajo que estan a su disposiciGn, vamos a ‘empefiamos, con
La idea del método 21‘enel método: porque 1o que es necesario para tener éxito no es tanto la acu-
eae on de eonocimientos, ni de echos, Como el saber de qué forma trabajar
‘Demos una primera definicin de método, répida y provisional, para circunseri-
pir, desde un principio, el objeto de este libro.
{Qué designa, exactamente, un método? Ante todo, como sefiala la etimolo-
fa, una ruta, un camino (odos) hacia (meta): un conjunto de procesos razonados
¥ racionales que permiten llegar aun fin, Asf, en esta acepeiGn muy general, se
habla de un “método de trabajo”. Quedémonos aqui, por el momento, en este nivel
de significaciGn elemental y hagamos algunas observaciones acerca de las razo-
nes generales que conducen a cada individuo a privilegiar el método: en efecto,
no sdlo en la esfera filosdfica y teGrica el método se revela como un instrumento
decisivo, sino en toda conducia vital. Cuando una actividad humana no se des
rrolla segin un plan reflexivo y determinado de antemano (Io que es propio de!
método), se verd, en la mayor parte de las ocasiones, abocada al fracaso. El méto-
do, lejos de circunscribirse a un campo restringido, designa una herramienta uni-
versal requerida por las propias exigencias de la vida y de la existencia. Ast, para
evar a buen puerto los estudios y las oposiciones, debe explicitarse una estrate-
ia eficaz: el plan reflexionado, integrado por una voluntad perseverante, condu-
e entonces al éxito, Estos temas de la buena direcci6n y de una estrategia ade-
cuada son fundamentales en toda la existencia humana, subordinada, si quiere ser
racional y eficaz, a Ia idea de un plan reflexionado que sigue una serie de etapas.
Lo que resulta cierto cuando se trata de una carrera, de un estudio econémico, de
la redaceién de un libro, etc. La nocién de método, lejos de estar aistada en la esfe-
ra te6rica, se confunde, de hecho, con toda la organizacién de la existencia, en tan-
to en cuanto esta modelada por el trabajo del espiritu y de la inteligencia. No hay
existencia, préctica o trabajo, que no exija ni requiera “un camino hacia”, es decir,
un método, Ciertamente, podemos ocultarlo, eludirlo, ponerlo entre paréntesis.
Pero este rechazo o este olvido nos conduce entonces a la impotencia. Como
hacerse misico o pintor sin conocer las reglas de juego? Para conducir un pro-
yecto a buen puerto, del tipo que fuere, es preciso plegarse a un conjunto de pro-
cedimientos y reglas destinado a asegurar el dominio del resultado final
Las razones generales que hacen al método indispensable, en cada circunstan-
cia, arraigan, de hecho, en la propia condicién del hombre, ese ser de mediacién
que se define por la produccién de intermediarios, por el esclarecimiento de las
‘tapas que aseguran una vinculacién entre los diferentes momentos de su discur~
80.0 de su existencia. En el hombre, abocado a la acci6n y al hacer, la experiet
cia inmediata, bastante inusitada, es sustituida por una experiencia y una practic
mediadas, que suponen eslabones, etapas regladas y laboriosos itinerarios. Vivit
€ actuar y toda accidn exige un plan y unas mediaciones.
Razones académicas
Acestas causas muy generales s
afiaden razones académicas especificas, El méo
do ~a menudo exp ae
‘ado en las clases de Bachillerato~ no siempre lo esté en!
22 Parte |: La teoria del método
Universidad y las reglas de juego permanecen, por tanto, sumidas en el misterio.
Porello, este libro se dirige a los estudiantes deseosos de conocer las reglas del
juego universitario (en el dmbitofiloséfico), reglas a menudo implicitas: se trata
de desvelar las normas y principios no formulados que presiden la preparacién de
Jos exdmenes y las oposiciones, de volvernos reflexivamente sobre las operacio-
nes que estan funcionando en los ejercicios filos6ficos y analizar los procedi-
tnientos elementales que todo estudiante debe conocer.
Elestudiante, ya sea de instituto 0 universitario, experimenta, tras el bachille-
rato, bien sea un régimen de gran libertad (en la Universidad), bien un régimen de
competicién encarnizado (Selectividad), lo que exige, en ambos casos, el conoci-
miento del buen camino.
Razones especificamente filos6ficas
El método, indispensable por razones generales y académicas, lo es igualmente
por otras razones que atafien a la naturaleza misma del ejercicio filoséfico, que
puede desconcertar al estudiante.
La especificidad de este ejercicio se debe a la propia esencia de la filosofia,
{que no constituye, propiamente hablando, un modo de conocimiento, sino una
inyencién de conceptos: la filosofia crea conceptos abstractos, los manipula, ope-
ra pues por medio de representaciones que no estén extraidas directamente de lo
real en cuanto tal, Como escribe Gilles Deleuze: “La filosofia consiste siempre en
inventar conceptos [. ..]. Tiene una funciGn que sigue siendo de plena actualidad,
rear conceptos [...]. El concepto es lo que le impide al pensamiento ser una sim-
ple opinién, un parecer, una discusién, charlatanerfa” (Conversaciones, Pre-tex-
tos, Valencia, 1995: 217).
_Peto, {c6mo manejar y organizsr estos conceptos? Para hacer esto, Ia filosofia
utiliza un razonamiento riguroso, en el cual, el encadenamiento légico juega un
Papel principal. El ejercicio filosGtico se comprende en esta doble perspectiva:
‘como trabajo del concepto que se efecttia a través de un caminar riguroso. Ahora
bien, este tipo de enfoque (irreductible a un conocimiento o a un saber) puede deso-
‘tientar a muchos estudiantes y requiere un tipo de méiodo y un conjunto de reglas
allas dificultades del ejercicio filos6fico concebido en su abstracci6n.
Peto, {cuales son el postulado y la esencia de este método filosGfico? Intente-
‘mes una primera descripcisn.
2. El postulado “voluntarista” del método filos6fico
“he
'&xito en el ejercicio filosofico, piensan muchos estudiantes, no es algo ase-
‘Para todo el mundo: llevarlo a buen puerto seria el privilegio de algunas
Laidea del método 23.
cLnaturalezas “bien dotadas”. Dificil ya de por sf, el trabajo filos6fico no serfa acce-
sible mas que a la “elite”, capaz de conceptualizar y conducir adecuadamente el
andlisis abstracto y conceptual.
Contradiciendo estas opiniones, tan extendidas como inocentes, el trabajo met5-
dico descansa sobre un postulado optimista: apoyarse en un método es postular,
en efecto, que el éxito depende de la voluntad y del trabajo, los cuales, por la pues.
tan prictica de las reglas, permiten resolver los problemas uno a uno. Desde esta
6ptica, lejos de ser ejercicios dificiles, la disertacién y el comentario de texto filo-
s6fico se convierten en una cuestién de paciencia y de laboriosidad. Trabajar con
método es suponer que todo el mundo puede dominar las dificultades. Este es el
postulado del método, como aparece en Descartes, Alain 0 Hobbes: “De la mis-
‘ma manera que en un mecanismo de relojerfa o en otra maquina un poco compli-
cada es imposible conocer la importancia de cada parte si no se la desmonta y se
considera separadamente” (tomado de: Horkheimer, M., Historia, Metafisica y
Escepticismo, Alianza Editorial, Madrid, 1982: 51)
EI método filos6fico descansa pues sobre un postulado “voluntarista”: no se
trata de improvisar, de esclarecer unos dones 0 cuslidades innatos, sino de domi-
nar una a una las dificultades, procediendo gradualmente y apoydndose en la volui-
tad. Haciendo funcionar las reglas, todo el mundo puede conducir su proceso.a
buen puerto. El propio principio del método es que todo individuo, dotado de ra76n,
puede dominar el ejercicio filoséfico, sea cual fuere su nivel de abstraccién,
3. La esencia del método filos6fico:
conducir bien la razén por medio de reglas
Practicar el método filoséfico es, ante todo, conducir bien la raz6n y el pensamien
‘0 por medio de algunas reglas fundamentales que vamos a esbozar antes incluso de
explicitarlas en el capitulo 3, dedicado a los “Fundamentos filoséficos del método”
Conducir bien la razén; estamos en el corazén del método cartesiano, Poseet
un espfritu dotado nunca es suficiente, ya que, lo que importa es conducirlo bien
En el Discurso del mérodo, la raz6n, potencia para distinguir lo verdadero de lo
falso, se encuentra naturalmente por igual en todos los hombres. ;Pero no todos
uutilizan este instrumento con igual fortuna! “Porque no basta, en efecto, tener el
ingenio bueno; lo principal es aplicarlo bien” (Descartes, Discurso del método,
Espasa-Calpe, Madrid, 1989: 35),
Pero, {cémo condueir bien la razén y el pensamiento? Este acto no podrfa cfec
luarse magicamente: es algo realizable, pero en absoluto es facil ni se da por set
‘ado. Se crea, se organiza, se efectia por medio de eso que hemos llamado reels