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Buenas noches. Voy a exponer algunas ideas que he adelantado en otros Foros,
acerca de la formación de los analistas. Y otras que vengo pensando desde hace
tiempo, compartidas con algunos colegas en privado, pero que por primera vez
expongo en público, en la esperanza de que entre la viscosa transferencia
encuentre un intersticio para acercarme a lo más íntimo y autónomo de su ser.
Así pues, hay que ver la formación del analista como una formación del
inconsciente. O, mejor, como una articulada historia de formaciones del
inconsciente, absolutamente singular a cada analista. En otras palabras, no hay
una formación estándar, como tampoco existe un análisis estándar.
Antes de entrar en materia, adelanto un pensamiento que está detrás de todas mis
ideas en esta materia: Es imposible enseñar nada. Pero alguien puede aprender.
Cualquier intento por formar, termina en deformar. Esto es especialmente cierto en
cuanto a la formación del analista: nadie le puede formar, pero él (o ella) puede
formarse.
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Trabajo para la puesta a cielo abierto de productos del cartel “Formación del analista”, en Pereira,
31/05/18.
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Luego de los primeros eventos, empujado por los tremendos efectos subjetivos,
solicitó el dispositivo del pase, lo que a su vez resultó crucial para alcanzar el final
de análisis, cosa que tampoco previó. Adicionalmente, habiendo sido nominado
AE un año después, inició un período de transmisión que significó un intenso
intercambio epistémico con colegas de múltiples foros y países.
Ahora, así como la teoría sin clínica es vacía, la clínica sin teoría no es
psicoanálisis. Hay un deber ético de hacerse con la teoría, pero siempre
articulándola con lo experimentado como analizante y como clínico, o incluso con
la vida cotidiana.
Bueno, todo esto lo digo sin ánimo ni ganas de polémica. No voy a ir contra el
amo, ni contra el magister, mientras me dejen mi pequeño espacio de praxis y
reflexión. Porque donde impera el amo, es porque hay esclavos, y donde se
impone el magister, es porque hay vocación de aprendices acríticos.
Elemento clave que proporciona o puede proporcionar el análisis es que más que
leídos o pensados, los conceptos fundamentales son experimentados: el
inconsciente, la transferencia, el deseo del analista, el ideal del Yo, el goce, el
fantasma, etc., etc.
Pero se adquiere también, o se puede adquirir algo mucho más importante, que es
del orden de lo estructural: el deseo del analista, la travesía del fantasma, la
transformación del síntoma, la destitución subjetiva de pase, la caída del Otro, la
seguridad que proporciona la certeza del final, certeza no leída sino
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Dicho sea de paso, esta sola razón basta para entender que no hay manera de
que el AE, garantía íntimamente ligada al pasaje de analizante a analista y al final
de análisis, simplemente vuelva a su estado anterior. Es una especie transmitida a
través de sus analizantes por algunos que no pudieron superar la no nominación.
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“Estas directivas están en una comunicación inicial planteadas bajo formas de consignas de las
cuales, por poco que el analista las comente, puede sostenerse que hasta en las inflexiones de su
enunciado servirán de vehículo a la doctrina que sobre ellas se ha hecho el analista en el punto de
consecuencia a que han llegado para el”
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Muchas gracias.