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USO PROBLEMÁTICO DE LAS NNTT Y SU GESTIÓN EN EL AULA

(MÓDULO 1)

Tecnologías de la Información
y la Comunicación:
¿UN NUEVO PARADIGMA
SOCIAL?
___

INTRODUCCIÓN
En este curso hablamos de las TICs entendidas como el epicentro de una nueva realidad
tecnológica que afecta a todos los ámbitos sociales. Estamos asistiendo a la creación de un
nuevo entorno que ha implementado a gran escala de toda una serie de herramientas
concebidas para mejorar nuestra calidad de vida mediante el uso de la información, pero cuyo
buen o mal uso tendrá implicaciones en lo que somos, en cómo somos y en nuestra adaptación a
un medio que ha abrazado la tecnología como un catalizador para definir su propio progreso.
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El factor tecnológico se entrelaza irremediablemente en el ámbito educativo (familiar, escolar y


social), creando nuevas formas de enseñar y aprender, proporcionando ventajas y también
inconvenientes frente a lo tradicional.

Pretendemos ofrecer con este curso una visión del entorno en el que se desarrolla el
niño/adolescente en el uso de las TICS y de las nuevas tecnologías. Aclaramos que partimos de
la base de que es el uso que se le dé a una determinada tecnología (y no su mera existencia) la
que determinará si es buena o no, si es adaptativa o si cumple con los objetivos con que fue
creada.

En definitiva, trataremos de ver cómo las nuevas tecnologías tienen un papel transversal desde
el punto de vista psicológico, social y educativo en la vida de los niños y adolescentes.

1. Definición de tecnología
Cuando pensamos en tecnología seguramente a todos nos vengan a la cabeza sofisticados
aparatos electrónicos, algunos más mundanos como el smartphone u otros más abstractos como
el acelerador de partículas del CERN.

Lo cierto es que la tecnología nos rodea y es tan vieja como la humanidad misma. Los objetos
más domésticos y cotidianos son también tecnología, y en su momento muchos de ellos fueron
tecnología punta. La tecnología es la aplicación coordinada del conjunto de conocimientos
(ciencia) y habilidades (técnica) para crear un producto tecnológico artificial (creado por la
humanidad) o desarrollar una idea; con el fin de resolver un problema técnico o satisfacer
necesidades del ser humano; en definitiva, es la curiosidad por modificar nuestro entorno para
mejorar nuestras condiciones de vida.

La relación entre ciencia y tecnología, tal y como podemos deducir en la definición, es de


complementariedad, no de subordinación. La ciencia necesita de la tecnología para avanzar y
realizar investigaciones, así como la tecnología necesita del avance de los conocimientos
científicos para desarrollarse. Sin tecnología sería imposible construir el acelerador de
partículas antes mencionado que la ciencia necesita para seguir investigando, pero sin ciencia...
¿para qué construirlo? Por ejemplo, a lo que denominamos I+D+I (Investigación, Desarrollo e
Innovación) no es más que la actividad en la que la ciencia y la tecnología trabajan juntas para
la consecución de un objetivo común.

Cuando hablamos de nuevas tecnologías nos referimos simplemente a aquellas que son más
recientes, sean de nueva creación o no. El avance tecnológico es imparable y todos somos
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conscientes de la velocidad a la que va. Por ejemplo, la tecnología WIFI fue una nueva
tecnología en su momento. A día de hoy, con su uso estandarizado, no podríamos considerarla
como “nueva”, pero si nos referimos específicamente a su última versión (IEEE 802.11ax o WIFI
6) sí que entraría de nuevo en la categoría de nueva tecnología. Es decir, WIFI sería una
tecnología, en este caso de la información y la comunicación, siendo su última versión la que
podemos catalogar como nueva.

2. Definición de TICS
Las TICS, que como ya sabemos son las Tecnologías de la Información y Comunicación, son
aquellas herramientas relacionadas con el envío, procesamiento y almacenamiento de la
información. Sus elementos más representativos sin duda son el ordenador e Internet, y más
recientemente, el smartphone.

Para Maquès Graells (2002), las TICS son un conjunto de avances tecnológicos, posibilitados por
la informática, las telecomunicaciones y las tecnologías audiovisuales. Todos estos progresos
proporcionan herramientas para el tratamiento y la difusión de la información que cuentan con
diversos canales de comunicación. Según el autor escribió en la revista de Comunicación y
Pedagogía en su artículo: Cambios en los centros docentes: una metamorfosis hacia la escuela
del futuro, la sociedad actual se divide en tres mundos:

1. El mundo físico o real


2. El mundo virtual o ciberespacio
3. Y la imaginación

El elemento más poderoso que integra las TICS es Internet, que ha llevado a la configuración de
la llamada “Sociedad de la Información”, posibilitando la existencia de un tercer mundo: el
mundo virtual o ciberespacio, construido a partir de las funcionalidades que ofrece Internet
(páginas web, correos electrónicos, chats, aplicaciones, redes sociales etc.), es un mundo
intangible de naturaleza "digital", que nos ofrece un nuevo entorno social a escala planetaria
donde podemos desarrollar casi todas las actividades propias del mundo real: obtener
información, estudiar, trabajar, comprar, comunicarnos y relacionarnos, donde se puede hacer
casi todo lo que se hace en el primer mundo, el mundo físico o real; el entorno social tangible
donde desarrollamos la mayor parte de nuestras actividades (alimentación, formación, trabajo,
compras y gestiones, ocio, comunicación y nuestras relaciones sociales). El segundo mundo
sería, según este autor , el de la imaginación, un espacio íntimo de naturaleza mental en el que
todo es posible y donde nos refugiamos a veces para soñar realidades y vivencias imposibles o
simplemente para explorar posibilidades de actuación en nuestro entorno físico.
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EL mundo digital tiene muchos beneficios en relación al mundo real, porque aunque en el
ciberespacio todas las sensaciones y percepciones son recibidas a través de medios electrónicos
(vemos a través de las pantallas, oímos por altavoces, tenemos sensaciones táctiles a través de
teclados y pantallas etc.), algunas de sus funcionalidades mejoran mucho en relación al mundo
real. Por ejemplo, en el mundo virtual no hay distancias, y en cualquier momento y lugar
podemos acceder a casi toda la información del mundo y comunicarnos (en tiempo real o
diferido).

Las TIC permiten acceder a una gran cantidad de información en un tiempo instantáneo. Pero
esta información recibida no debe confundirse con el saber, ya que para que la información se
convierta en conocimiento, es necesario que el ser humano la adapte e integre, construyendo su
propio aprendizaje. Si las personas evolucionamos al interrelacionarnos con nuestro entorno,
ahora, se supone que mediante la navegación y comunicación a través de Internet podemos
tener nuevas e infinitas posibilidades de relación y desarrollo.
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Las TICs en educación

El sistema educativo ha de atender a la formación de nuevos ciudadanos, incorporando de


manera progresiva las Tecnologías de la Información y la Comunicación, favoreciendo los
aprendizajes del alumnado y desarrollando las competencias necesarias para una óptima
inserción social y laboral en su futuro profesional.

El tipo de metodología empleada en el aula juega un papel fundamental en la inserción de las


nuevas tecnologías. Este modelo está basado en una metodología activa y por descubrimiento
que fomenta el aprendizaje significativo y el emprendimiento. Para llevar a cabo este tipo de
metodología, es necesario contar en el aula con unos recursos informáticos específicos, tales
como: ordenadores, tablets, proyectores, pizarras digitales, altavoces y por supuesto, Internet.

El uso de las TICs en educación debe ofrecer las bases para construir el saber a partir de la
información recibida y así, poder convertirla en conocimiento. Para que esta evolución
tecnológica forme parte del sistema educativo actual y del futuro, debe de haber una
transformación pedagógica y un cambio de rol tanto por parte del profesorado como por parte
del alumnado, favoreciendo al desarrollo de alumnos/as dinámicos y autónomos en la búsqueda
de información y en la construcción del aprendizaje.

Por ello, y más allá de la imprescindible "alfabetización digital" que las instituciones educativas
deben proporcionar a todos los estudiantes (y ciudadanos sin distinción de edad), se aboga por
el uso intensivo de Internet en las aulas, tanto para la explotación de su potencial didáctico
como para dar múltiples ejemplos del aprovechamiento del ciberespacio a todos los niveles.

Marquès Graells (2000), en su artículo “Cambios en los centros: construyendo la escuela del
futuro", y el libro de la profesora de la Universidad de Alicante Rosabel Roig (2002), “Las nuevas
tecnologías aplicadas a la educación: elementos para una articulación didáctica de las
tecnologías de la información y la comunicación”, sintetizan en los siguientes objetivos las
habilidades y conocimientos que deben adquirir los estudiantes en la escuela actual:

● Saber utilizar las principales herramientas de Internet.


● Conocer las características básicas de los equipos.
● Diagnosticar qué información se necesita en cada caso.
● Saber encontrar la información.
● Saber resistir la tentación de dispersarse al navegar por Internet.
● Evaluar la calidad y la idoneidad de la información obtenida.
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● Saber utilizar la información.


● Saber aprovechar las posibilidades de comunicación de Internet.
● Evaluar la eficacia y la eficiencia de la metodología empleada.

Todos estos conocimientos deben ser enseñados por los docentes y para el alumnado;
favoreciendo así, el espíritu de búsqueda de información del alumnado, promoviendo la
integración de conocimiento en relación a sus intereses y estimulando el desarrollo de
determinadas habilidades intelectuales como el razonamiento, la resolución de problemas, la
creatividad y el aprendizaje significativo.

Otra perspectiva de empleo de las nuevas tecnologías, es la destacada por Sara Pérez Alarcón
(2010), en la revista digital para profesionales de la enseñanza en su artículo “La importancia de
las TIC en la escuela”, en la cual aparece clasificado el uso de las nuevas tecnologías de tres
maneras distintas:

1. Como objeto de aprendizaje: a través del manejo del ordenador o el ipad el alumnado
se familiariza con las nuevas tecnologías que posteriormente convertirá en un
instrumento productivo de aprendizaje tanto a lo largo de sus estudios, como en el
mundo laboral o en su formación continua.
2. Como medio para aprender: ya que las nuevas tecnologías son utilizadas como una
herramienta de aprendizaje en formación a distancia y de autoaprendizaje como
complemento de la enseñanza tradicional.
3. Como apoyo al aprendizaje: la utilización de las nuevas tecnologías de forma
pedagógica y cotidiana. Aprender a través de las nuevas tecnologías: identificando la
información y convirtiéndola en aprendizaje.

E-learning, Blended-learning y M-learning


Tres grandes tendencias de aprendizaje confluyen hoy como producto del desarrollo de las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), beneficiando tanto a estudiantes como
a instituciones educativas y empresas.

E-learning

E-Learning (Electronic Learning) es un tipo de proceso de enseñanza aprendizaje que se


lleva a cabo a través del uso de las tecnologías de la información y la comunicación. Se le
conoce también como teleformación o aprendizaje en línea. Es un tipo de herramienta
para que los participantes puedan comunicarse e interactuar en un proceso de formación
determinado.
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Hay separación física entre profesor y alumno e Internet es el canal de distribución del
conocimiento.

B-Learning

Esta modalidad (blended learning) constituye una combinación de enseñanza presencial


y a distancia, por lo que en ella existe una separación física alternada entre el docente y
el estudiante. También es conocida como una modalidad semipresencial. Es también
llamada aprendizaje mezclado o mixto y emplea como espacios, por un lado, las aulas de
clase, y por otro lado, las plataformas educativas (blackboard, moodle), a través de
materiales ya existentes en la red.

M-Learning

Es la capacidad del usuario de aprender en todas partes y en todo momento, puesto que
logra los aprendizajes a través de dispositivos móviles y portátiles. Este método le
permite tener acceso a su material de aprendizaje desde el lugar en que se encuentre (en
la casa, en la universidad, en el trabajo…) y retomarlo justo donde lo había dejado,
siguiendo de este modo un proceso continuo y flexible.

Otras de las tendencias son:

C-Learning

Es un espacio de enseñanza en la nube. Se refiere a cualquier tipo de aprendizaje


obtenido usando medios sociales con espacios abiertos para la comunicación y la
colaboración. Toma como esencia la integración de un grupo de trabajo colaborativo que
no necesariamente se encuentra en una misma sala o espacio virtual de forma
sincrónica, por eso propone un conjunto de herramientas con grandes ventajas en el
plano asincrónico. La formación se extiende a las herramientas de realidad virtual
(Second Life y OpenSim), redes sociales (Facebook, Instagram), microblogs (Twitter),
blogs…

P-Learning

Pervasive Learning. Aprendizaje personalizable, están presentes en diferentes espacios


formativos, pueden darse en aulas de clases formales, o dentro de cursos basados en las
nuevas tecnologías en función de las necesidades para la formación y el aprendizaje. El
proceso de aprendizaje puede ser guiado o con un proceso de autoformación. Un ejemplo
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de esta modalidad podrían ser los cursos en línea (MOOC) donde se imparten cursos
tradicionales que simulan la pedagogía de la tecnología en el aula.

U-Learning

También llamada formación ubicua. Para esta modalidad el espacio de aprendizaje se da


fuera de clase, es decir, que la información que necesita el alumno está disponible en
diferentes canales al mismo tiempo, lo cual permite recibir e incorporar la información
disponible desde el lugar en el que se encuentre.

T-Learning

Transformative Learning. Está basado en el aprendizaje global, las clases se dan en el


espacio físico del salón de clase, que incluyen plataformas de aprendizaje electrónico,
televisión digital, redes sociales y entornos personales de aprendizaje. Es aquí donde el
alumno, con toda una variedad de fuentes de información y sus contenidos, despertará
el interés de aprender por sí mismo.

En definitiva, se trata de dar al alumno mayor cantidad de información creando entornos


virtuales que eliminan limitaciones de tiempo y espacio, con el objetivo de incrementar la
capacidad de información y la autonomía en el aprendizaje, siendo el alumno su gestor de
aprendizaje y el profesor un facilitador y orientador.

3. Internet, smartphone y redes sociales

Internet

Sin Internet, el ordenador y el smartphone perderían parte de su sentido. Seguirían siendo


excelentes máquinas para procesar datos y hacer millones de operaciones por segundo, pero
perderían esa capacidad para intercomunicarnos con el mundo.

Millones y millones de dispositivos conectados y capaces de acceder a una cantidad de


información inabarcable por un sólo individuo. El mundo se mueve gracias a Internet, y es
seguro que todos podemos imaginar las consecuencias de un “apagón” de la red.

No vamos a hablar sobre los orígenes de Internet ni sobre aspectos técnicos de ningún tipo.
Todos podemos darnos cuenta de la importancia que tiene la red para nosotros y para el
conjunto de la sociedad. Veámos cuál es la penetración de Internet en España y veamos si,
efectivamente, Internet está en la vida de todos.
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Tendencias y datos de uso


La Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los
Hogares se realiza anualmente por parte del Instituto Nacional de Estadística. Los últimos datos
recogidos, que son los que vamos a analizar, corresponden al año 2020. La recogida de
información tuvo lugar desde el 2 de marzo de 2020 hasta el 15 de septiembre. Debido a la
pandemia será interesante analizar los “nuevos” usos de la tecnología que se han ido surgiendo,
como el teletrabajo o la formación educativa online, o aquellos que se han incrementado, como
el uso de RRSS o de plataformas de vídeo bajo demanda.

Se puede consultar esta información aquí. Resulta muy interesante e intuitivo hacerlo. Vamos a
destacar algunos datos que consideramos relevantes para este curso.

- El 93,2% de la población de 16 a 74 años ha usado Internet en los tres últimos meses.


- El 83,8% de las mujeres y el 82,4% de los hombres navegan a diario.
- El 53,8% de las personas de 16 a 74 años ha comprado en la red en los tres últimos
meses.

El 81,4% de los hogares con al menos un miembro de 16 a 74 años dispone de algún tipo de
ordenador (de sobremesa, portátil, tablet...), lo que supone un aumento de 0,5 puntos respecto
a 2019. Por tipo de dispositivo, el 76,2% cuenta con ordenadores de sobremesa o portátiles y el
58,4% con tablets. El teléfono móvil está presente en casi la totalidad de los hogares (el 99,5%,
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con una subida de un punto respecto a 2019). Por su parte, el teléfono fijo continúa su descenso
y se encuentra disponible en el 71,1% de los hogares, 3,8 puntos menos que en 2019.

Una de las cuestiones que consideramos capital es la relación entre variables económicas y uso
y/o presencia de TICS y de Internet. En términos generales, a mayores ingresos, más
equipamiento de TIC en los hogares (ordenadores, teléfono fijo o móvil). Vamos a verlo más
detalladamente.

Ingresos y tipo de conexión a Internet

Como podemos ver en la tabla a más nivel de ingresos mayor presencia de dispositivos
informáticos. Está claro que el uso del smartphone está democratizado en todos los hogares,
pero es en la presencia de un ordenador donde empiezan a surgir las diferencias.

¿Y respecto a la presencia de Internet? A mayor nivel de ingresos mayor presencia conexión de


banda ancha fija (ADSL, fibra, satélite… etc.), y mínima conexión únicamente a través del móvil.
Los datos son inversamente proporcionales a menor nivel de ingresos, donde hay la menor
presencia de conexión de banda ancha fija y la mayor a través del móvil.
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Como vemos, el factor económico es clave a la hora de tener un hogar conectado. Un 14% de los
hogares más humildes no tienen conexión a Internet de ningún tipo, y de los que sí disponen de
ella, un 23,2% se conectan únicamente a través del móvil.

El uso de TIC por los menores (de 10 a 15 años)

La utilización de las nuevas tecnologías por parte de los menores se encuentra, en general, muy
extendida. El uso de ordenador es muy elevado (91,5% de los menores frente al 89,7% en 2019) y
aún más el uso de Internet (el 94,5%, el 92,9% en 2019). Por su parte, el 69,5% de la población
de 10 a 15 años dispone de teléfono móvil frente al 66,0% de 2019. Por sexo, las niñas usan en
mayor medida las nuevas tecnologías. Por edad, el uso de TIC crece a medida que aumentan los
años de los menores, sobre todo a partir de los 13 .

Internet durante la pandemia


Sin duda, todo lo vivido con la crisis del Coronavirus y el encierro masivo puso a Internet como
la alternativa de ocio para pasar los días. Internet gracias al cual hemos disfrutado del
contenido audiovisual de Netflix y demás plataformas de vídeo bajo demanda, gracias al cual
hemos hecho deporte con vídeos de Youtube, escuchado música con Spotify, asistido a
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reuniones con Zoom, y un larguísimo etcétera, todo ello mediante los dispositivos pertinentes:
smartphone, PC, smartTV, tablets… ¿Alguno se imagina cuánto más difícil hubiera sido el
encierro sin Internet?

Los jóvenes no han sido ajenos a esta situación. Sin alternativas de ocio, y siendo además su
principal medio de socialización y expresión con o sin pandemia, la red se ha configurado como
el medio para socializar, aprender, divertirse, etc.

La pregunta que surge es si estábamos preparados. Se ha demostrado que no lo estábamos para


el teletrabajo ni para sustituir las clases presenciales con únicamente formación online. Ni
siquiera todo el mundo ha tenido acceso a la red. Pero los que sí han disfrutado de Internet,
¿han sabido hacerlo de forma saludable? ¿Sabemos, de hecho, lo que es un uso saludable?

En el segundo módulo trataremos de responder a esta cuestión mediante un visto psicológico de


la cuestión.

Smartphone

Aunque parece que lleve con nosotros desde siempre, y en muchos casos nos parezca
imprescindible en nuestro día a día, el smartphone tal y como lo conocemos no empezó a
democratizarse hasta 2010. Es gracias a la presentación del primer IPhone en 2007 y a la
creación de Android en 2008 cuando se inicia la era que conocemos actualmente, en la que el
smartphone es el dispositivo tecnológico estrella y pilar sobre el que descansan muchas de
nuestras conductas más habituales, tanto personales como profesionales.

Es precisamente esto, la facilidad con la que el smartphone se ha introducido en nuestras vidas


y en tantas facetas de nuestro día a día, lo que nos puede llevar a la reflexión de hasta qué punto
la tecnología es imposición o elección. No parece muy adaptativo resistirse a estos cambios en
el mundo globalizado y tecnificado en el que vivimos. Es habitual asistir o participar en intensos
debates en los que se defienden las bondades de la tecnología o se critica los peligros que
supone. No faltarán testimonios de personas que han abandonado el uso del smartphone y se
sienten mucho más libres y realizadas, y aquellos que defienden que sin el smartphone es
complicado adaptarse y seguir el ritmo de la sociedad. Por nuestra parte, y como trataremos de
explicar, creemos que es el uso que se le dé al smartphone el que definirá nuestra relación con la
tecnología. Un uso adaptado, un medio para un fin, o por el contrario, un uso problemático en
que nos sentiremos más “esclavos” de la tecnología que aliados con ella.
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A día de hoy, el smartphone es el dispositivo personal por excelencia. Cuando hablamos de


personal no nos referimos únicamente a que su uso es individual, sino también, y sobre todo,
individualizado. Decidimos qué teléfono nos compramos de acuerdo no solo a nuestro
presupuesto, sino a su forma, color, características técnicas, y un largo etc. Decidimos qué apps
instalamos y cómo las usamos. Y además dichas apps proponen usos aún más individualizados
de acuerdo a nuestros gustos y aficiones (los famosos algoritmos). Y no solo eso, también la
publicidad que recibimos está personalizada en base a la información que se recopila de
nosotros según nuestro uso. Por tanto, el smartphone es una tecnología de alcance masivo que
propone usos altamente individualizados, y que además tiene un protagonismo enorme en
nuestras vidas, a todos los niveles. El uso del smartphone pasó de ser una rareza a algo habitual,
para finalmente ser casi una imposición, una exigencia social de la que no podemos escapar.

Cuando hemos lanzado la pregunta -¿Un nuevo paradigma?- en la primera página del curso no
ha sido casualidad. Estamos asistiendo a una nueva realidad, progresiva pero imparable, de lo
tecnológico y lo personal unidos en lo que quizá sea, como han hipotetizado algunos autores, la
cuarta revolución industrial. Por nuestra parte, en este curso, nos centraremos en los aspectos
educativos, del día a día del aula, que se derivan de este momento actual. El smartphone está
tan presente en el aula como lo están los alumnos que lo poseen, y es su uso el que definirá el
tipo de relación que establecen con él. Por tanto, ahondaremos en la importancia que tiene el
educar en el uso de las NNTT, porque de la misma forma que no dejamos conducir a alguien que
no sabe y que no ha recibido la formación necesaria, ¿por qué sí permitimos que se usen las Tics
sin la formación adecuada?

Redes sociales

Las RRSS juegan un papel clave en el día a día de casi todos. Es muy poco frecuente no contar
con alguna cuenta en una red social, es más, algunas como Youtube vienen por defecto
preinstaladas en todo teléfono Android. Los jóvenes no escapan a esta tendencia, y son las
tecnologías elementos imprescindibles en los procesos de socialización actuales.

El término red social se aplica en las disciplinas de humanidades desde mediados del siglo XX.
Trata de describir a un grupo de personas o entidades que están conectadas unas con otras por
algún criterio. Por tanto, las RRSS no han venido con la tecnología ni son un fenómeno nuevo.
Las tecnologías y entornos digitales actuales lo que hacen es precipitar transformaciones ya
presentes en las sociedades modernas occidentales de antaño.
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Por tanto, según la Comisión de Redes Sociales IAB Spain, las características de una red social
online deben ser tres: ser una red de contactos, tener un perfil y permitir interactuar y ofrecer
funcionalidades sociales para interactuar con contenidos (crear, compartir y/o participar).

Uno de los fenómenos inherentes a las RRSS es que a pesar de que su objetivo es relacionarnos
con otras personas que no estén físicamente presentes, a la vez proponen un proceso de
individualización constante. Las RRSS se consumen en soledad, aislados del entorno. Los
dispositivos y las cuentas en las RRSS son personales, los perfiles de Netflix adaptados a los
gustos y ritmos de cada uno, etc. La frase “vivir juntos pero separados” de LIVINGSTONE y
SEFTON-GREEN (2016) expresa los procesos de individualización que acompañan a estas
tecnologías y explican el modo que interfieren en el espacio compartido entre adultos y jóvenes,
así como su importancia para la transmisión de pautas y valores. Los espacios y momentos
compartidos, a nivel físico, cada vez son menores. La llamada cultura del dormitorio.

La tendencia es a socializar por grupos de afinidad específicos. Aficionados, por ejemplo, a la


botánica, al yoga, a determinado videojuego, encuentran en la red personas y contenido
específico, retro alimentándose entre sí. Se crean grupos identitarios en torno a características
muy reducidas, siendo el Internet el espacio en que se definen estas relaciones. Seguramente
algunos estéis pensando que esto no es tan novedoso, y que antes de Internet ya tendíamos a
socializar en base a intereses y aficiones.

La cuestión aquí parece ser la necesidad de los más jóvenes de obtener rápidamente referentes
con los que identificarse. Referentes en muchos casos fuera de su círculo, y casi siempre
referentes encontrados en la red. Una familia o escuela desconectada irremediablemente va a
desconocer cuáles van a ser esos referentes y si son los adecuados. Las RRSS son en muchos
casos el lugar donde se encuentran estos referentes. Conocer bien cómo funcionan, en qué
consisten, y si son el lugar adecuado es labor de los adultos y no una única decisión del menor
que tiene acceso.

Principales redes sociales y datos de uso


Anualmente se publica el estudio de redes sociales elaborado por IAB y Elogia (ver aquí). Tiene
como principales objetivos cuantificar la evolución de la penetración de las Redes Sociales en
España, analizar el perfil de los usuarios y entender el conocimiento y uso que hacen de ellas.
Desde 2020 debido a la pandemia se ha acelerado la digitalización y el uso de las TICS y de las
RRSS ha aumentado considerablemente. El estudio que vamos a comentar se realizó entre los
meses de marzo y abril de 2021.
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Datos de uso

Casi 27 millones de usuarios de los 31,4 que usan Internet son usuarios de redes sociales. La
edad promedio continúa manteniéndose en 40 años respecto al año pasado. El mayor número de
usuarios se encuentra en la franja de 25 a 40 años con un 35%, seguida de los usuarios de 41-54
(33%), después los jóvenes de 16 a 24 años (17%) y, por último, las personas de entre 55 y 70
años (16%).

Respecto a 2020 las redes que más crecen son Instagram, Telegram, Pinterest, Twitch, y, sobre
todo, Tik-Tok. Además, durante el confinamiento, fue la app más descargada del mundo.

Twitch ha sufrido también una gran subida en los últimos meses, y aunque aún lejos en cuanto
a usuarios absolutos, está creciendo muy rápido. Es la red preferida para hacer streamings
incluso por encima de Youtube. En España hay una gran comunidad de usuarios precisamente
por aquello de lo que hablamos antes, de los referentes (o influencers). Creadores de contenido
como Ibai Llanos o AuronPlay cuentan con presencia en Twitch y sus directos cuentan con
millones de visitas y suponen una alternativa real para los jóvenes a plataformas más
tradicionales. Los llamados e-sports tienen cada vez más importancia y Twitch es la plataforma
predilecta para su emisión. Precisamente en cuanto a intensidad de uso es Twitch, con un
promedio diario de 1 hora y 40 minutos, la que más tiempo consume al usuario, seguido de
Ivoox, Instagram, Spotify y Discord.
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Otros datos interesantes del estudio son los referidos a:

- Tiempo que pasamos en Redes Sociales: se estabiliza respecto 2020, estando los
usuarios de promedio 1:21h (similar a 2020 con 1:19h cuando hemos pasado por la
pandemia más tiempo en casa).
- Los menores de 40 años son los que están más horas conectados frente a los más
adultos. En las Redes que pasamos más tiempo son Twitch, Ivoox, Instagram, Spotify y
Discord.
- Las RRSS son una importante fuente de información en el proceso de compra, un 45%
declara que han influido en la decisión final de compra (aunque disminuye vs 2020). Un
48% usa las Redes Sociales para investigar antes de comprar un producto y un 37% deja
comentarios sobre la compra (inferior a 2020). Estos comentarios tienen una valoración
positiva entre los usuarios (63%) y una elevada influencia en la realización de la compra.

¿Y a quiénes seguimos?

Las redes preferidas para seguir a influencers son Instagram, Youtube, Facebook, Twitter y
Tik-Tok.
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Se siguen usando las RRSS con su objetivo primordial, que es acercarnos con nuestros amigos,
familiares y conocidos. Influencers y marcas son seguidos por casi la mitad de los usuarios,
aumentando cada año ese seguimiento en los influencers y disminuyendo en las marcas. Por eso
es cada vez más habitual que los influencers sean directamente embajadores de las marcas y su
cara visible en redes.

Según el estudio que estamos analizando la mitad de los usuarios siguen a un influencer,
principalmente en Instagram. Los perfiles que más siguen estas cuentas son los menores de 40
años y las mujeres. Solo un 33% de los seguidores considera a los influencers creíbles (similar al
2019) y un 43% considera que muestran un alto nivel de publicidad en sus publicaciones. 5 de
cada 10 usuarios siguen los Esports.

De youtubers a creadores de contenido e influencers

A día de hoy, el término youtuber se ha quedado corto. Ha surgido una profesión, que incluso
está empezando a regularse, que es la de creador de contenido. Ya no es sólo Youtube la
plataforma que permite vivir de crear contenido. Instagram, Twitch, Tik Tok, Snapchat y alguna
más minoritaria permiten generar ingresos. Las plataformas son variadas, así como son variadas
las formas de ganar dinero. Publicidad, contenido patrocinado, merchandising, eventos
virtuales y en vivo, donaciones, patrocinadores (Patreon , Onlyfans…), etc.
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¿Cuántos creadores de contenido hay?

El estudio de SignalFire nos dice que actualmente es Instagram la red social que más creadores
amateurs de contenido atrae, pero Youtube es la que atrae, o la que consigue, a más creadores
profesionales. ¿Qué distingue a un amateur de un profesional? El número de suscriptores
principalmente, lo que se relaciona con el tiempo invertido en la plataforma y el dinero ganado.

Para que entendamos mejor la gráfica, y poniendo como ejemplo Youtube, que cuenta con 31
millones de canales activos, sólo 1 millón de canales (por encima de 10000 suscriptores) se
consideran profesionales con unos beneficios que permiten dedicarse por entero a esa
profesión. Hay 12 millones de canales amateurs (entre 100 y 10000 suscriptores) que obtienen
algún tipo de beneficio económico.

Dejamos el link del estudio aquí, ya que resulta muy interesante y se puede extraer información
de utilidad.

¿Por qué atrae tanto al adolescente (y a los no adolescentes)?

Consideramos que hay dos aspectos diferenciales que hacen que adolescente se sienta muy
atraído hacia este tipo de contenidos:
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Posibilidad de comunicación: no es unidireccional, como la TV, radio y medios clásicos de


comunicación. Existe la posibilidad de comentar, de responder o directamente de crear tu canal
en la red social deseada y colgar tus videos. El adolescente siente que forma parte de ello, que
puede participar, que puede ser como ellos. Sumado a la accesibilidad e inmediatez no es de
extrañar que resulte una fórmula tan atractiva. El creador de contenido emite desde su casa,
desde su habitación, y muestran por supuesto una imagen desenfadada, sin estrés, libre de
presiones y obligaciones, de vida fácil. Tentador para cualquiera.

Posibilidad de monetización: es difícil, y se necesitan muchos millones de suscriptores y


visitas para conseguirlo. Lo más habitual es que aparte de lo que se gana directamente se
añadan sponsors (gafas, relojes, tecnología, etc., etc.), que suelen pagar grandes cantidades por
ver sus productos anunciados en estos canales. Lo cierto es que a pesar de lo que se transmite
no es nada fácil llegar a vivir de ello. Se requieren casi siempre años para lograr una
“audiencia”, y la monetización es cada vez más complicada. Exige dedicación diaria, y buenas
dosis de paciencia, saber hablar a una cámara y ser creativo. La imagen que proyecta el creador
de contenido suele ser clave en su éxito, y la sensación de que eso lo puede hacer cualquiera
atrae mucho al adolescente. Pero es obvio que ahora se ha profesionalizado. Ahora requiere una
inversión, no solo de tiempo y esfuerzo, sino también de equipo para que los videos resulten lo
más atractivos posible.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que este fenómeno es diferente en forma, pero no en
fondo, a un fenómeno cultural que todos hemos vivido, que no es otro que la crítica de la
cultura a la subcultura. Este hecho, que se resume más fácilmente en que al adolescente le atrae
lo que a sus padres no les gusta o no conocen, permite al adolescente reivindicarse, coger su
espacio, diferenciarse de la cultura (padres) e identificarse con una subcultura (redes sociales) y
con sus símbolos.

Una ventaja que suele pasar desapercibida es que este contenido no está restringido. Está
accesible para que los padres y educadores puedan escucharlo, conocerlo, y entenderlo.

¿Qué podemos hacer como padres o educadores?

Hay que tener claro que esto es una etapa más dentro del desarrollo. Hace años se idolatraba a
estrellas de la música, actores o deportistas, y ahora han irrumpido los creadores de contenido.
Debe entenderse como un fenómeno cultural más, ni bueno ni malo de por sí. Todos los que
estamos leyendo este documento, casi seguro, seguimos a alguien en Youtube o Instagram. Es
producto del tiempo en que vivimos, y no es problemático. Puede serlo en ciertas etapas del
20

desarrollo como la adolescencia o la niñez, donde se pueden distorsionar ideas y tomar modelos
de influencia perjudiciales.

Por ello, nuestra labor como educadores o padres está en, primer lugar, en conocer el fenómeno,
saber quiénes son los creadores que consumen nuestros hijos, y por qué ese en concreto es el
que les gusta. Tratar el tema con naturalidad, hablando del contenido que nos pueda parecer
reprobable, sin crítica y sin prohibiciones, sin imposición de un concepto del bien y el mal, para
que el propio adolescente pueda plantearse si ese contenido merece la pena ser tenido en
cuenta (de la misma forma que lo hacemos respecto al cine, la lectura o la música), y que vayan
desarrollando su espíritu crítico. Todas las plataformas mencionadas, además, han establecido
nuevas normas para la comunidad al respecto en materia de uso del lenguaje y temas a tratar.
No obstante, canales discutibles siguen abiertos, aunque representan una minoría.

También hay canales menos banales dirigidos a los adolescentes sobre temáticas bastante más
útiles, pero no gozan del respaldo de los ya mencionados, aunque algunos están en alza, como
por ejemplo los Booktubers, jóvenes que a través de Youtube hablan sobre libros y lecturas
recomendadas siguiendo el esquema de los Youtubers más populares.

Hay que estar alerta, pero compartir y dialogar sobre aquello que consideremos perjudicial es la
mejor manera para que nuestros hijos o alumnos puedan pasar esta fase de la manera más
saludable. La prohibición, aparte de ser quimérica en estos casos, nunca es recomendable.

Y no olvidemos, que realmente se constituye como una profesión y debemos empezar a


considerarla como tal. Personas adultas, y también chicos y chicas muy jóvenes, viven de ello, y
crean contenido para ser consumido, y es completamente lícito y cada vez más normal. Y como
en cualquier profesión, debemos conocer en qué consiste, cómo se desarrolla, sus pros y sus
contras, sus bondades y sus peligros.

Búsqueda del reforzamiento social en RRSS


El éxito masivo de redes sociales y aplicaciones de mensajería no es casual. Si analizamos las
tres redes sociales más importantes actualmente, (Facebook, Instagram y Twitter), encontramos
entre ellas un nexo común fundamental (más allá de la posibilidad de comunicación e
interacción que permiten), que no es otro que el de la aprobación en forma de Like o Me Gusta,
de Corazón, de FAV, etc. Este gesto social de aprobación es en realidad un claro refuerzo positivo
de los demás (de sus iguales casi siempre) hacia el usuario que lo recibe.

El refuerzo positivo es una de las motivaciones principales del ser humano. Se define como
aquel refuerzo que incrementa la probabilidad de que se repita una conducta tras la que se ha
21

producido una consecuencia positiva. Sentir la aprobación social de los demás, y además de
forma pública, es un refuerzo de la conducta potentísimo, que hará con probabilidad que la
conducta que ha originado ese reforzamiento se incremente en el futuro. Es decir, si la conducta
de subir una fotografía a Instagram es seguida por muchos Me Gusta o muchos comentarios, es
más que probable que la conducta de subir fotos se incremente en el futuro.

Pensemos ahora en todas las redes sociales y aplicaciones de mensajería que permiten obtener
refuerzo positivo y en lo sencillo que resulta. El estímulo emocional recibido es grande,
constante (aunque no continuo ni uniforme), y de alguna manera, adictivo. A todos nos gusta
gustar, sobre todo a determinadas edades en las que la aceptación de los pares resulta
fundamental, por ejemplo, para los adolescentes. Y teniendo en cuenta lo difícil que por
comparación resulta obtener refuerzo positivo cara a cara, sentir la aprobación y la aceptación
de los demás, aunque sea a través de Internet, es tan reforzante, que no sorprende la
importancia que tiene esta vida online para los adolescentes y no tan adolescentes.

Además, parte del truco está en que estas plataformas no permiten el uso del Dislike o No me
Gusta, y las críticas, aunque posibles a través de comentarios, tienen a su vez Me Gusta que
refuerzan al crítico. Al fin y al cabo, refuerzo positivo hay para todos.

Por otro lado, estas plataformas funcionan también por un principio de reforzamiento parcial.
Éste se define como aquel en el que no refuerzan el 100% de las conductas (no todo lo que
hacemos en estas redes sociales tiene la misma respuesta, por ejemplo, habrá fotos que no
tengan tanto “éxito” como nos gustaría). Está ampliamente demostrado que los programas de
reforzamiento parcial presentan mayor resistencia a la extinción que los continuos. Por tanto, la
conducta se mantiene por reforzamiento positivo, pero también por reforzamiento parcial, lo
que explica que sea tan complicado dejar de exponer nuestra vida a los demás a través de las
redes sociales.

Más allá de esta realidad, cabe preguntarse hasta qué punto este refuerzo es emocionalmente
saludable, real, tangible, y útil para el usuario. Quizás estemos cambiando cantidad por calidad,
sustituyendo nuestras necesidades emocionales reales, cara a cara, sociales en el sentido más
tangible de la palabra, por una especie de aceptación social con forma de Me Gusta repartidos a
diestro y siniestro, donde la superficialidad es manifiesta pero queda maquillada por la
necesidad de agradar, de gustar, de ser un ejemplo.

Otra problemática, oculta, pero real, es: ¿y los que se quedan fuera? ¿Qué pasa con los que no
tienen una presencia reforzada positivamente online?
22

A día de hoy es obligado tener presencia online, y no sólo tenerla, sino que sea exitosa,
referente (el objetivo es presentarse como alguien atractivo, deseable, brillante…), o al menos
que esta presencia sea lo suficientemente reforzante como para no sentirse “fuera”. En el caso
de los adolescentes, la tiranía a la que se someten, muchos voluntariamente, otras veces
arrastrados para ser aceptados, es cruel y llena de falsas expectativas y miedos propios de la
edad.

Quizás debamos plantearnos si vivimos en un mundo que no proporciona el reforzamiento


positivo suficiente y debemos de buscarlo en las redes sociales, construyendo una identidad
online que quizás se basa más en la apariencia que en lo que somos de verdad.

Los chicos que pasan demasiado tiempo conectados simplemente no están teniendo la
oportunidad de aprender a lidiar con las complejidades de la vida, porque una de las cosas
que necesitas aprender es cómo ceder, cómo ser flexible. Cuando tienes un conflicto en la vida
real no puedes desconectar y ya está, tienes que aprender a negociar con el conflicto.

La mayoría de nosotros no adquiere competencias adultas hasta los 25 años. Que ese
proceso no llegue a completarse es, creo, un problema mucho más grave.

…puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas. La
gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de
individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas
habilidades sociales. Estas las desarrollas cuando estás en la calle, o vas a tu centro de
trabajo, y te encuentras con gente con la que tienes que tener una interacción razonable. Ahí
tienes que enfrentarte a las dificultades, involucrarte en un diálogo.

Zygmunt Bauman: “Las redes sociales son una trampa”

Una vez que hemos hablado sobre el refuerzo positivo, también es necesario remarcar el
refuerzo negativo que nos proporcionan las redes sociales, refuerzo que como vemos en las
palabras de Bauman, viene dado por la facilidad para evitar situaciones que nos resultan
aversivas.

Es muy sencillo construir relaciones online, pero también lo es destruirlas. Podemos eliminar,
bloquear o ignorar a aquellos que están al otro lado de la pantalla con facilidad, evitando el
conflicto, aprendiendo a “no dar la cara”. La ausencia de consecuencias negativas que a priori
genera esta conducta (frente a la dificultad que plantea hacerlo en la vida real), hace que se
incremente la probabilidad de seguir usando las redes sociales como sustitutivo de la
interacción cara a cara. Mediante un procedimiento de evitación posponemos o evitamos el
23

estímulo aversivo, que es enfrentarlo cara a cara, y se opta por ignorarlo o enfrentarlo vía
online.

No obstante, y sabiendo que las TICS no son buenas ni malas de por sí, no se trata de demonizar
ni de vetar su uso. Debemos enseñar al adolescente o a todo aquel que crea que su autoestima
pasa por la aceptación en redes sociales, que son una parte más de nuestra sociedad y que su fin
es facilitar el contacto y la comunicación, y que no se trata de sustituir el contacto real por el
digital, pues esto nos hace perder lo emocional de la interacción humana.

Redes sociales y privacidad

Hay una realidad incómoda de la que somos conscientes, pero de la que no nos preocupamos del
todo, especialmente los más jóvenes, y no es otra que la privacidad online. Todos sabemos que
ser usuarios implica riesgos, derivados principalmente de la exposición de nuestra vida privada
y de la cesión de derechos de nuestra imagen. El dicho de “si es gratis, es que el producto eres
tú”, es completamente cierto. Nuestros datos, los que generamos con el uso de la red social, son
la moneda de cambio.

Hablaremos de ello con más profundidad en el siguiente bloque, pero la idea básica sobre la que
debe descansar nuestro comportamiento en RRSS es que la configuración de la seguridad de los
perfiles ha de ser la más conservadora posible con nuestros datos personales. Solo en caso de
disponer de un perfil profesional se podrá configurar de forma que se puedan mostrar datos de
contacto, en caso contrario se recomienda omitir al máximo la información personal que puede
ser mostrada de forma pública.

Uno de los mayores peligros que tienen las redes sociales es la velocidad con la que se difunden
ciertos contenidos, datos e incluso comentarios personales. Una vez subido un contenido a
internet es imposible mantener el control sobre ello, eliminarlo completamente o recuperarlo.

Este vídeo, a pesar de tener mucho tiempo, no deja de estar vigente y supone un aviso sobre
algo que forma parte de la esencia de la red misma: piensa antes de publicar

Es difícil imaginar que algo que hemos compartido solamente con nuestros amigos en la red
social pueda estar al alcance de otras tantas tantas personas con tan poco esfuerzo. Es necesario
estar muy seguro de lo que se comparte, teniendo presente que seguramente esa información
pueda ser malinterpretada, juzgada e incluso manipulada en muy poco tiempo. Esto no debe
verse como una censura, más bien como aprendizaje sobre la comunicación.
24

Como herramientas útiles dejamos una tabla con accesos directos a las páginas de servicio de
las principales RRSS. No es habitual entrar y menos aún leer las condiciones de uso o la política
de privacidad, pero resulta un ejercicio necesario si realmente nos preocupa nuestra privacidad.

Dejamos también una tabla resumen con las condiciones básicas y mínimas que debemos
conocer. Solo con ver la edad de uso mínima que las plataformas “obligan”, y conociendo la ley
(que la veremos en el próximo módulo) nos daremos cuenta de lo que falta aún por avanzar en
materia de privacidad.
25

Facebook Twitter Youtube

Página Principal del Servicio Página Principal del Página Principal del Servicio de
de Ayuda Servicio de Ayuda Ayuda

Centro de seguridad Política de privacidad Centro de seguridad (Youtube)

Política de privacidad Condiciones de servicio Centro de seguridad (Google)

Condiciones de servicio Normas de la Comunidad Política de privacidad

Normas de la Comunidad Seguridad de tu cuenta Condiciones de servicio

Seguridad de tu cuenta Desactivar o eliminar tu Normas de la Comunidad


cuenta
Desactivar o eliminar tu Seguridad de tu cuenta
cuenta Denunciar un abuso
Eliminar o desactivar tu canal
Denunciar abuso
Denunciar un abuso

Instagram Snapchat Tik - Tok

Página Principal del Servicio Página Principal del Servicio Página principal del Servicio
de Ayuda de Ayuda de Ayuda

Centro de seguridad Centro de seguridad Centro de seguridad

Programa de Bienestar Política de privacidad Política de privacidad


Digital
Condiciones de servicio Condiciones de servicio
Política de privacidad
Pautas para la comunidad Normas de la comunidad
Condiciones de servicio
Seguridad de la cuenta Seguridad de la cuenta
Normas de la comunidad
Desactivar o eliminar tu Eliminar cuenta
Seguridad de tu cuenta cuenta
Denunciar un abuso
Desactivar o eliminar tu Denunciar un abuso
cuenta

Denunciar un abuso
26

4. Nuevas tecnologías y sociedad. ¿Tiene sentido hablar


de nativos e inmigrantes digitales?
Brechas digitales
Si asumimos que efectivamente estamos asistiendo (¿o lo hemos hecho ya?) a un giro digital
social, también podemos afirmar que este giro no ha sido igual para todos. Este cambio ha
traído desigualdad, de forma que ya se habla de 3 brechas digitales (FERNÁNDEZ ENGUITA y
VÁZQUEZ, 2016) en los procesos de socialización digital.

Brecha primaria o de acceso: aquella que separa a las personas que tienen acceso a las
tecnologías y medios digitales frente a las que no. Lo hemos vivido de manera clara durante la
pandemia, donde se dió por hecho desde la Administración que todo alumno en edad escolar
disponía de internet y/o un ordenador en el que hacer las tareas o asistir a clase de manera
virtual. Cuando los colegios tuvieron que cerrar por el COVID-19, se observó la escasez de
recursos digitales de los hogares españoles. El 14% de los 8,2 millones de estudiantes de
27

enseñanzas no universitarias no disponía de internet en casa o de los dispositivos digitales


suficientes para una correcta formación. Se asumió que internet era algo democratizado y que
todos los hogares disponían de al menos un ordenador. Se ha visto que no es así, y que además
siguen existiendo diferencias en la calidad y capacidad de acceso.

Se relaciona por tanto con el capital económico de las familias.

Brecha secundaria o de uso: tiene una dimensión más cualitativa de los usos de la tecnología,
y hace referencia no sólo al qué hacemos si no a cómo lo hacemos. ¿Consumimos o creamos
contenido? ¿Usamos software específico para problemas concretos? ¿Sabemos discriminar la
información con sentido crítico? No se trata únicamente de tener acceso a Internet, sino de lo
que hacemos en él. Esta brecha se relaciona con el capital cultural de las familias y con el nivel
de alfabetización digital de los familiares próximos, con la capacidad de saber para educar. En
definitiva, se trata de la falta de habilidades de las familias y el alumnado para manejarse en la
red, a pesar de contar con los recursos informáticos suficientes para el acceso educativo.

Brecha terciaria: la que separa a la escuela de la sociedad. La podemos definir como las
resistencias de la propia escuela a las nuevas dinámicas de alfabetización digital. Una escuela
desconectada pierde parte de su función niveladora de la desigualdad, ahondando en las dos
primeras brechas. Sepa o quiera la familia educar en NNTT, tiene que ser la escuela la que se
ocupe de ello y eduque en los nuevos usos y prácticas digitales. Entendemos que la cuestión
aquí es si la situación actual favorece este aprendizaje y si las herramientas de las que disponéis
como docentes son las adecuadas.

Es interesante conocer el porcentaje de alumnos con ordenador con conexión a Internet en los
centros públicos de las Comunidades Autónomas Españolas. El Ministerio de Educación y
Formación Profesional lo publicó por última vez en el 2018-2019, observando un porcentaje
minoritario de uso en el País Vasco, Extremadura, Galicia y las Islas Baleares, y un aumento del
porcentaje en comunidades más avanzadas a nivel informático como son Madrid y Murcia.
28

Para intentar solventar esta brecha digital, las comunidades autónomas han diseñado nuevos
protocolos de seguridad, como en el caso de la Comunidad Valenciana, en el cual se establece
priorizar las comunicación con las familias por otras vías, como son: el teléfono, correo
electrónico, mensajes o whatsapp y sobre todo, de forma presencial (mediante cita previa y
cumpliendo con las medidas establecidas por el covid-19), para facilitar así las gestiones
telemáticas.
29

Situación en los CAES

En los centros educativos, la brecha digital la vemos representada principalmente, en la falta de


participación por parte de las familias en las plataformas digitales educativas. En la Comunidad
Valenciana, la plataforma digital ofrecida por la Conselleria de Educación es la “Web Familia”.
Entrar es muy sencillo: a través de la página https://familia2.edu.gva.es , accesible desde el
portal de la Conselleria, y una vez introducido el NIF completo del hijo/a y la contraseña (que se
enviará por correo electrónico), la página web mostrará la información del alumno/a
correspondiente.

Sin embargo, la falta de habilidades digitales de las familias se ceba con el alumnado de los
colegios más desfavorecidos. La escasa participación de las familias en las plataformas
educativas debido a la falta de interés en el funcionamiento o la falta de formación de su uso,
afecta en el rendimiento escolar del alumnado, principalmente, en los Centros de Acción
Educativa Singular (CAES), en este caso, del sistema educativo valenciano.

Los CAES, tal y como aparece en la ORDEN 20/2019, de 30 de abril, son centros que están
ubicados en Barrios de Acción Preferente o que escolarizan a un porcentaje elevado (más del
30%) de alumnado con necesidades de compensación educativa, es decir, alumnado que
presenta dificultades de inserción escolar por encontrarse en situación de mayor vulnerabilidad
debido a condiciones de pobreza, marginación, privación sociocultural, violencia, etc... que le
sitúan al borde de la exclusión social.

La redactora Ana Torres (2021) en su artículo “La falta de habilidades digitales de las familias se
ceba con los alumnos de los colegios más desfavorecidos y lastra su aprendizaje” que aparece en
el periodico del EL PAÍS, pone de manifiesto la importancia que las familias tienen en la
alfabetización digital de los más jóvenes. En el artículo se hace referencia a un interesante
estudio de la FAD (estudio Mapeo de centros de difícil desempeño y el análisis de competencias
digitales de las familias en situación de vulnerabilidad), publicado el pasado julio, que se basa
en entrevistas a 195 docentes de ese tipo de centros, también clasificado como “colegios gueto”,
de los que el 53% aseguró que el nivel de competencia digital de las familias era muy baja,
mientras que el 10% lo califico como nulo. Y, en relación con el manejo de las herramientas
30

escolares por parte del alumnado como Drive, Google Classroom o Web familia, el 35% del
profesorado lo calificó de “muy bajo”. La falta de habilidades digitales repercute de forma
negativa en el desarrollo escolar continuo del alumnado, ya que no sabe acceder a materiales
que posteriormente serán necesarios en el aula o en casa.

Alfabetización digital
Por tanto, en este punto, ya debemos tener clara la necesidad de una alfabetización digital,
primero propia, y luego ser capaces de traspasarla a los más jóvenes.

Podemos definir la alfabetización digital como las competencias comunicativas y culturales que
requieren la participación en los medios digitales (COPE y KALANTZIS, 2000). La UNESCO
define la alfabetización digital como “las competencias básicas (de conocimiento, habilidades y
actitudinales) que permiten a los/as ciudadanos/as una participación eficaz en los medios y en
otros proveedores de información de manera que puedan desarrollar un pensamiento crítico y
aprendizajes significativos a lo largo de todo el ciclo vital que les permita socializar y
convertirse en ciudadanos activos”. Esta definición de la UNESCO, de 2013, quizás se quede
demasiado corta al hablar de la alfabetización como una adquisición de competencias, como
algo que se domine, o no. En realidad parece que estamos ante un nuevo paradigma, un
ecosistema digital, un nuevo entorno.

SEFTON-GREEN, NIXON y ERSTAD (2009: 111) plantean dos perspectivas principales tras el
estudio de los trabajos realizados en alfabetización digital:

Perspectiva arriba-abajo: la alfabetización digital forma parte de las competencias y


habilidades necesarias para participar en los nuevos entornos sociales. Está más interesada en
cuestiones relacionadas con el choque o la incompatibilidad entre los contextos de aprendizaje
informal y las estrategias formales de la enseñanza reglada (“tercera brecha”). Los estudios más
próximos a la perspectiva “arriba-abajo” siguen a rajatabla la lógica de las competencias y las
habilidades digitales como guía para medir el nivel de alfabetización digital.

Perspectiva abajo-arriba: las dimensiones emocionales e intelectuales de la alfabetización


digital que tienen lugar fuera de la educación formal o no formal. Esta perspectiva prevalece hoy
en día en las ciencias sociales y educativas. Pone un gran énfasis en los tipos de usos que los
jóvenes hacen de los nuevos medios y tecnologías digitales (“segunda brecha”).
31

Estas perspectivas creemos que ponen de manifiesto una división, una diferencia en cuanto a la
forma de aprender de los más jóvenes. Por un lado lo aprendido en contextos formales y no
formales frente a lo aprendido en los informales. Esta línea divisoria entre el aprendizaje formal
e informal digital y el que los jóvenes obtienen de forma no formal en el uso de la tecnología,
supone una brecha que el sistema educativo tendrá que abordar cuánto antes.

Aprendizajes informales

Hasta ahora hemos tratado de transmitir la idea de la importancia que tiene la educación, la
formación en TICS, en NNTT, para hacer un uso correcto de ellas. Este curso pretende dotaros
de información y herramientas para hacerlo. Ahora que hemos visto lo que son y cuáles son las
brechas digitales, es importante relacionar la brecha secundaria y terciaria.

Una de las funciones principales de la escuela es la que le asigna la lógica del estado social:
ejercer la labor niveladora de las diferencias sociales a través una distribución equitativa de las
oportunidades de aprendizaje. Sabiendo que hay una brecha secundaria, es la escuela la que
debe proporcionar las garantías de reducir esa desigualdad. Una escuela desconectada, o una
educación digital privatizada, hará irremediablemente que la escuela pierda su función
niveladora.

Esta educación también tiene que darse en casa, y una mediación activa por parte de los padres
es fundamental. Regular las horas de uso de la tecnología es una mediación obsoleta y no
educativa. Sin embargo una mediación basada en el acompañamiento es la vía para educar en
NNTT de una forma eficaz. Una educación y una mediación activa orientarán al joven a un
aprendizaje informal (inevitable) mucho más positivo. Debemos conocer los riesgos y hacer que
los conozcan, pero es mucho más deseable acompañar a los/as más jóvenes en sus experiencias
digitales, compartiendo actividades online, mediante una mediación parental que sustituya a
las antiguas medidas restrictivas de “control parental”.

Sin embargo, ya sabemos que en no todas las familias va a ser posible. Falta de recursos, interés
o conocimiento siempre van a estar presentes en muchos casos. Las familias con menos
recursos económicos y culturales siempre tendrán mayores dificultades para ejercer esta
función de tutela y acompañamiento activo en el proceso de socialización digital de los/as más
jóvenes.

Si la familia no educa y la escuela tampoco, será en los contextos informales y entre pares,
grupos online o comunidades, donde el adolescente aprenderá. Ya hemos visto la importancia
de los referentes para los más jóvenes, si ni la escuela ni la familia son capaces de aportar
32

referentes mediadores en el uso de la tecnología, serán ellos mismos los que autorregulen sus
prácticas con la tecnología. Los riesgos de ello resultan evidentes para todos nosotros.

La desigualdad no es algo que las plataformas digitales y las redes sociales por sí mismas vayan
a eliminar. Eliminarlas debería ser una labor compartida por escuela, familia y las propias
plataformas.

En este punto, y según en el libro “La larga compleja marcha del clip a clic” de Fernández
Enguita y Vázquez Cupeiro esto es lo que la institución escolar debería hacer en el contexto en
el que nos encontramos:

1. Apostar sin ambigüedad por la renovación del ecosistema escolar, con la incorporación de los
recursos digitales.

2. Acordar a las nuevas alfabetizaciones propias del nuevo ecosistema el mismo estatuto que ya
tiene la lectoescritura.

3. Abrir las prácticas y actividades escolares a las nuevas prácticas y oportunidades de


aprendizaje que se desarrollan en su entorno.

4. Asumir que es tarea de la escuela compensar las desigualdades en el nivel y las formas de
acceso al conjunto del nuevo entorno informacional.

5. Crear una arquitectura sistémica de organización, posibilidades e incentivos que permitan y


empujen a innovar a centros, equipos y profesores.

6. Buscar y apostar por formas de equipamiento y acceso universal viables y sostenibles a medio
plazo, el único manejable.

7. Fomentar el uso de recursos abiertos, con el soporte necesario, y la competencia entre los
productores de recursos comerciales.

8. Requerir y fomentar proyectos educativos que articulen y amparen la innovación tecnológica


organizativa en centros y aulas.

9. Reforzar la competencia (en el triple sentido de la palabra: capacitación, jurisdicción y


emulación pedagógica de la dirección de los centros.

10. Facilitar y promover la colaboración en redes de profesionales, de centros y de cada centro


particular con la comunidad a la que sirve.
33

11. Reestructurar a fondo la formación inicial del docente, que ha de garantizar la competencia
en el nuevo entorno y su permanente capacidad de aprendizaje.

12. Reforzar la formación continua, orientándola al asesoramiento de los centros (proyectos) y


la mentorización y el coaching de docentes (prácticas).

Nativos e inmigrantes digitales


Hemos crecido con la idea de que la nueva generación de jóvenes ha nacido con un
conocimiento natural para el uso de la tecnología y para socializar a través de ella. Hemos
omitido la necesidad de aprender para enseñar, y les hemos dejado libres en un mundo que no
comprendíamos. Se ha teorizado y se ha escrito sobre los Millennials, los nativos digitales, la
Generación Z… y toda una suerte de etiquetas que poco han aportado excepto para asumir la
idea de que ellos “tenían” que saber más que nosotros.

La noción más extendida, y más específica a lo que nos ocupa, ha sido la de nativos digitales VS
inmigrantes digitales. A los nativos se les presupone como una generación homogénea (todos
saben y todos tienen acceso) que aprende y se relaciona en contextos informales y que hablan y
se relacionan de una forma distinta a la de sus progenitores y educadores (inmigrantes
digitales).

Esto ha provocado que se haya creado una idea, una distinción entre ellos - nosotros en los que
como mínimo se ha descuidado el factor educativo. Los nacidos en un entorno digital por fuerza
debían saber y se les ha dejado a solas con la tecnología. Se nos han olvidado los complejos
procesos de socialización y aprendizaje en torno a esas TICS a los que tienen que hacer frente.

Es nuestra responsabilidad brindarles protección basada en el conocimiento y en la educación.


34

CONCLUSIONES
Este bloque ha tenido como objetivo hacer una aproximación social y cultural al fenómeno de
las TICS, especialmente en lo que se refiere a los jóvenes. Algunas ideas clave que hemos
querido transmitir han sido los complejos procesos de socialización que se dan en el uso de
TICS así como la importancia de la familia y de la escuela en el acompañamiento digital a los
jóvenes.

Algunos de los temas tratados volverán en los siguientes módulos, ya que merecen ser tratados
con más profundidad, como por ejemplo la cuestión de la privacidad, donde veremos el marco
legal en el que nos movemos.

Pretendemos que este contenido “esté vivo”. Contadnos qué os ha parecido y qué temas os han
interesado más para poder extenderlos.

Nos vemos en el Módulo 2, más orientado a aspectos psicológicos.


35

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