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Reflexión:

El «feminismo como estilo de vida» se acomodaba en la noción de que podía haber tantas
versiones del feminismo como mujeres en el mundo. De repente, el feminismo se fue vaciando
lentamente de contenido político y se impuso la idea de que no importaba la tendencia política
de una mujer, ya fuera conservadora o liberal: ella también podía incorporar el feminismo en
su estilo de vida. (Hooks, 2017, p.26)

En la primera línea del texto Bell Hooks recalca la importancia del sexismo y de la integridad
del movimiento feminista, es tan directo al grano que descoloca, antes de leer aquello creía que
la participación de los hombres no importaba mucho, principalmente porque en la actualidad
es criticada su participación en el movimiento. Desconocía la existencia de dos partidos
feministas que ambos podrían complementarse, pero han decidido separarse un poco. Creo que
el partido reformista apunta a mirada más capitalista, porque defiende la igualdad de género
que beneficia en gran parte la sociedad de consumo, ya que genera nuevos puestos de trabajo
y una sociedad más activa. Ya no solo es el hombre el sustento económico de la casa y la mujer
la cuidadora de los hijos, sino que ahora es una tarea compartida, de todas formas, esto no
cambia la subyugación de la mujer y la supremacía del hombre en el hogar.

El sexismo que está presente en el mundo intelectual me llama demasiado la atención, porque
las mujeres debían competir y llegar a los máximos títulos de educación para ser tomadas un
poco en cuenta. Sin embargo, cuando estos textos literarios comenzaron a ser consumidos,
surgieron varias mujeres que solo buscaban fama y realmente no estaban comprometidas con
el movimiento. La experiencia de la autora en una educación solo de mujeres siento que
favoreció la creación y participación de espacios para poder hablar de temas feministas, sin
embargo, estos espacios los puedo encontrar de igual forma en la Universidad de Stanford. El
ejercicio que hicieron con su poema, de cómo discriminar entre una escritura masculina de una
femenina me pareció bastante interesante porque realmente no siento que haya algo que pueda
distinguirse a priori más que un uso de un pronombre.

La literatura al igual que en tiempos pasados sigue siendo precaria a nivel de país, los libros
tienen un alto costo, libros que por cierto tampoco leemos en los colegios porque no tenemos
una educación integral libre de sexismo. Hay cierta resistencia aún por la materia que se les
enseña a las niñas y niños en los colegios, inclusive en el mayor de los casos no es sino hasta
que llegan a la universidad en donde captan mayor conocimiento del movimiento de forma más
académica. Aquello no significa que todos lo hagan.

Los derechos reproductivos deberían ser algo universal y normalizado, pero está tan
estigmatizado aún, que la lucha debe seguir adelante, de la mano de la educación porque el
conocimiento nos hace libres. Cuando toca el tema del aborto y habla sobre las mujeres que
disfrutan una libertad sexual sin considerar utilizar el uso de pastillas anticonceptivas
prefiriendo el aborto como mejor opción, me descoloca en gran manera. Sin embargo, lo
atribuyo a la falta de conocimiento en el tema porque un aborto es invasivo para el cuerpo y
muy seguramente les provocó daños cuando quisieron tener hijos realmente. Pero los estudios
sobre la mujer eran tan pocos que solo puedo culpar al patriarcado.

Los cánones de belleza siguen siendo un estigma en la sociedad, pareciera que estamos lejos
de cambiar aquello, por ejemplo, cuando vas a la tienda para comprarte unos jeans, las tallas
suelen ser muy pequeñas y personalmente, a veces me hace sentir mal, aunque debo de
reconocer la de poder usarlos, no muchas décadas atrás era mal visto. El feminismo ha
cambiado mi estilo de vida en los últimos años, sobre todo en la moda, no solo uso jeans sino
también shorts que en algún momento dejé de usar porque creía que era culpable de las miradas
en las calles. A medida que vamos leyendo los libros, notamos los pequeños grandes cambios
positivos que a veces traen otros problemas, como el uso de jeans en mujeres que ahora genera
miradas lascivas en las calles y nos genera inseguridades.

Otro punto importante en que la autora hace hincapié es en el racismo presente en el


movimiento, ya que en sus principios el feminismo se comenzó a visibilizar en mayor parte por
mujeres blancas privilegiadas y en minoría por mujeres negras de menos recursos. La sororidad
se vio suprimida por el color de piel de una mujer, es algo tan insignificante la procedencia de
clase y fenotípica que me hace dudar de la veracidad de su compromiso con el movimiento
feminista.

A grandes rasgos me gustaría destacar lo siguiente: El feminismo no tiene sesgos, es un


movimiento para acabar con el sexismo y no es antihombres.

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