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No hay ‘feminazis’, solo feministas

ANTONIO SÁNCHEZ FRANCO


20 FEB 2019
Diario “El Pais”

Decía Antonio Gramsci que "en el lenguaje está contenida una específica
concepción del mundo". La forma en la que nos expresamos, los tonos y los
términos concretos que usamos, tienen un gran peso en la creación de
opinión —o en la ilusión de que tenemos una—. Podemos constatarlo en la
relativamente reciente aparición del término feminazi, que el diccionario de
la Real Academia no recoge y que, utilizado contra algunas feministas o
incluso contra todo el feminismo, ha sido inventado para desprestigiar un
movimiento, el feminismo, que persigue la igualdad entre hombres y
mujeres, bajo la excusa de que es lo opuesto al machismo.

Nada más alejado de la realidad. El feminismo es un movimiento


sociopolítico que busca una igualdad de derechos entre hombres y mujeres,
pero existe una clara campaña, en ocasiones abierta y en otras más velada,
desde grupos y organizaciones de derechas que aún hoy siguen
defendiendo valores machistas y heteropatriarcales. El peligro de este
ataque es que el discurso cale en la sociedad de tal forma que esta asuma
ciertos términos y aforismos como de uso correcto.

Mientras tanto, las mujeres siguen sufriendo violencia física y verbal, siguen
siendo estereotipadas y utilizadas como objetos; las niñas son
hipersexualizadas; determinados colectivos contemplan el usar los cuerpos
de las mujeres como meros canales para la compra de bebés; se continúan
aceptando los celos posesivos como algo habitual de una relación amorosa
y sigue habiendo un porcentaje de desprecio frente a quien intenta combatir
los micromachismos. Y si, además de mujer, eres joven, inmigrante o tienes
alguna clase de discapacidad o diversidad, el nivel de desigualdad puede
ser mayor respecto a quienes no tienen alguna de esas condiciones.

El 8 de marzo y el 25 de noviembre son todos los días porque la


desigualdad y la violencia hacia las mujeres se producen todos los días. Por
ese motivo, es necesario que se aborde desde todos los frentes y por parte
no solo de instituciones, agentes sociales, entidades y empresas públicas o
privadas, sino también del conjunto de la población y, sí, cuidando también
el lenguaje.
Feminazis: Retrato Psicosocial del Feminismo Extremo Y Los Riesgos de la
Dictadura del Pensamiento Político Correcto
por Tamara Lopez (Autor), Felix Daniel Wilson (Autor)
 

Betty Friedan una vez le dijo a Simone de Beauvoir que las mujeres deberían
tener la opción de quedarse en casa a criar a los hijos, y Beauvoir respondió que
no deberían tenerla, ya que, si no, demasiadas la elegirían. A esta altura es hora
de decir que cierta derivación del movimiento feminista ha derivado en un grupo
que es muy autoritario -con respecto a la vida que deben tener las otras mujeres-,
muy violento y que, sobre todas las cosas, se da el fenómeno de que todos temen
hablar y disgustarlas, todos temen ser acusados de "machistas." "FEMINAZIS:
retrato psicosocial del feminismo extremo y los riesgos de la dictadura del
pensamiento político correcto," es un libro revelador en cuanto a este fenómeno,
desde una perspectiva que no se puede encontrar en el relato hegemónico que
brindan los grandes medios de comunicación. Para discutir o para aceptar, es una
mirada muy distinta a la que está impuesta como obligatoria, es la otra campana
silenciada. Se presentan las corrientes filosóficas e ideológicas que sustentan la
ideología feminazi, sus raíces históricas, los conceptos centrales de su mitología
-tales como el mítico "Patriarcado," la supuesta "violencia de género," la supuesta
"cosificación"- todo ello, desde una investigación muy documentada y con
respaldo en los principales libros que hoy conforman las referencias
indispensables para acercarse al feminazismo. Además, se exploran las bases del
importante impacto social de las feminazis, como las reformas en los programas
de los Ministerios de Educación para injertar el odio de género y el prejuicio anti-
familia en las nuevas generaciones, las nuevas leyes de "género," la creación de
los nuevos juzgados feminazís, así como también la consolidación de una
verdadera dictadura del pensamiento político correcto donde repetir sus dogmas
es el paso obligado en la escalera al poder de periodistas, funcionarios judiciales y
políticos, así como también contradecirlas puede provocar las más delirantes y
sobreactuadas formas de las expulsión social y del estigma. "FEMINAZI" es una
palabra recientemente definida por la Real Academia Española. En este libro,
encontrarás, aún con un lenguaje llano y comprensible, una muy consistente
investigación histórica, sociológica, filosófica que puede explicar muy bien lo
correcto que es llamarlas así y lo descriptiva que es la palabra "feminazi" para
describir estos influyentes y temidos grupos de presión. El desafío es una manera
de pensar más humana. Cada persona es una suma de características, no es su
raza, no es su estatura, no es su color de piel, no es su género, no es su forma de
deseo sexual, no es su creencia religiosa. Cada persona puede apartarse del
relato que "cuentan" estas ideologías colectivistas, paranoides y autoritarias. Cada
persona no es un representante de un grupo, sino que cada persona es "Ella
Misma."
El problema son las feminazis
Raquel Miralles, periódico “la opinión”
30/11/2017 Compartir en Twitter
“El feminismo está muy bien, el problema son las feminazis”, me dijo, así sin más, una
conocida el otro día. “Sí, las feminazis”, repitió de manera despectiva. Esta palabra, tan de
moda en la actualidad, fue inventada por un periodista conservador estadounidense en
1992 con el objetivo de desprestigiar el feminismo al relacionarlo con el Holocausto.
Imagino que nadie en su sano juicio creerá que el feminismo busca el exterminio o la
opresión de los hombres. ¿A qué se referiría entonces mi amiga? ¿Qué es lo que
convierte a una feminista de bien en una feminazi? ¿No sonreír a los desconocidos que te
piropean? ¿No callarse frente a los comentarios machistas?
“El problema del feminismo es el machismo”, le contesté, intentando obviar mi agobio ante
la posibilidad de ser yo también una feminazi. Cómo continuó la conversación ya os lo
podéis imaginar: soy una exagerada y una radical porque las mujeres ya somos iguales a
los hombres y los malos tratos es cosa de locos y psicópatas. Pero las cifras están ahí y,
como señala Amelia Valcárcel, no vivimos una igualdad real, sino un espejismo de la
igualdad.
Es cierto que cada vez hay más conciencia social sobre la violencia machista, pero
desgraciadamente solo sobre la punta del iceberg, sobre la más explícita, los asesinatos y
las violaciones. Es un avance, pero es urgente poner el foco sobre todas las
desigualdades basadas en el género. Creemos que juzgar a las mujeres solo por su
aspecto físico no es violencia de género, pero lo es. Pensamos que insinuar que una
mujer ha hecho una mamada para conseguir un ascenso laboral no es violencia machista,
pero lo es. Estamos convencidos de que mantener relaciones sexuales con tu pareja
cuando está ebria no es violencia contra la mujer, pero lo es.
Y de esto, todas somos víctimas, aunque el patriarcado haya trabajado para que no
seamos conscientes. ¿A ti no te han insinuado que te maquilles más para ir trabajar? ¿No
te han sugerido cuando eras pequeña que mejor no jugar con la pelota? ¿No has
preferido dejar de comer antes que afrontar el trauma de la talla más? No es normal
aunque lo hayamos normalizado y ha llegado la hora de denunciar este sexismo cotidiano
porque es el origen de la violencia de género. Y si las feminazis son las mujeres que dicen
ya basta al machismo, desde sus formas más sutiles a las más evidentes, quiero ser una
de ellas. En esta lucha no hay término medio: o eres feminista o eres machista. No
tenemos que pedir perdón, ni sentir vergüenza por defender la igualdad entre hombres y
mujeres. Ya basta.
Feminazis': el origen de la palabra con la que se ataca a las feministas

El término relaciona de forma despectiva el feminismo con el nazismo, comparando el


derecho al aborto de las mujeres con el Holocausto

Los carteles con el lema “Stop feminazis” que han podido verse esta mañana en
el Juzgado de Instrucción 2 de Granada -donde Juana Rivas estaba citada a
declarar junto a su expareja- han dado mucho de qué hablar en las redes
sociales. Hasta el punto de que se han convertido en uno de los temas más
comentados del día en Twitter, bajo el hashtag #Stopfeminazis.
Los manifestantes pertenecen a la asociación Granada por la Custodia
Compartida Ya, según recoge El Periódico, y se han presentado en los juzgados
para apoyar a Francesco Arcuri, que reclama la custodia de sus dos hijos con
Juana. Pero su presencia no ha sentado bien a la mayoría de los usuarios de
Twitter, que han estallado al ver los carteles.
Estas consignas no son nuevas y se usan frecuentemente para atacar el
movimiento feminista, que reclama la igualdad de derechos entre hombres y
mujeres. El origen del término ‘feminazi’ se remonta a la década de los noventa y
fue popularizado por Rush Limbaugh, un periodista conservador estadounidense,
que utilizó el término para cargar contra las mujeres que defendían el derecho
al aborto en aquel entonces.
El término -un acrónimo formado por las palabras ‘feminista’ y ‘nazi’- relaciona de
forma despectiva el feminismo con el nazismo, comparando el derecho al
aborto de las mujeres con el Holocausto perpetrado por los nazis.
Limbaugh popularizó el uso del término en uno de sus libros: Cómo deberían de
ser las cosas, publicado en 1992. En el texto señalaba como creador del término a
un amigo suyo y profesor de economía en la Universidad de California, Tom
Hazlett, que empleó la palabra por primera vez en un ensayo publicado cinco años
antes. En su libro, Limbaugh comparaba el aborto con un “holocausto moderno”,
afirmando que las 'feminazis' pretenden lograr “tantos abortos como sea
posible”.
El significado del término fue evolucionando con el tiempo y comenzó a emplearse
como un insulto para desprestigiar el movimiento feminista. Aunque ahora, son
cada vez más las mujeres que se apropian del término y lo utilizan irónicamente
en las redes sociales para desmontar a sus detractores
¿Por qué debes dejar de usar la palabra ‘feminazi’?
El término, que combina las palabras 'feminismo' y 'nazismo', la inventó un
conductor de televisión en Estados Unidos para desprestigiar los logros del
movimiento feminista.

ANA ESTRADA

Ciudad de México / 01.05.2018 13:47:37

Una mujer camina por la calle, un hombre le lanza "piropos" y ella le grita que
pare el acoso, una de las primeras palabras utilizadas en su contra es feminazi.
Si una reportera agredida sexualmente durante un enlace en vivo se defiende,
empuja y golpea a su atacante, algunas voces la llaman igualmente feminazi.
Las situaciones son incontables, pero el descalificativo sigue siendo el mismo.
Pero, ¿de dónde viene el término feminazi? ¿por qué es insultante e irresponsable
utilizarlo?
La palabra viene de la mezcla de las palabras feminismo y nazismo y fue
inventado por Rush Limbaugh, un conductor de televisión estadunidense del
Partido Republicano, con el propósito de denigrar la lucha feminista. "Él es un
conductor blanco, tiene un público blanco y conservador con pocos recursos
económicos, es el perfil de la mayor parte de los votantes de Trump y lo hizo
para desprestigiar a las mujeres que habían tenido logros durante la segunda ola
del feminismo", explica Gabriela Cano, académica del Colegio de México
(Colmex) y experta en Estudios de Género, y agrega que este hombre
"concretamente estaba en contra de los derechos reproductivos de las mujeres y
de la despenalización del aborto en Estados Unidos".
El feminismo es un movimiento político y social que busca, desde sus inicios,
conseguir la igualdad de mujeres y hombres en lo económico, social y cultural y
con el tiempo ha ido evolucionando. Hoy día hay muchas tendencias dentro del
mismo. El nazismo, por su parte, es una doctrina política que enaltece el racismo
(y la idea de una "raza pura") y el totalitarismo, su máximo exponente fue, como
bien se sabe, Adolf Hitler, responsable de la muerte de millones de personas a
quienes consideraba inferiores. Te recomendamos: 'No estamos todas': el
proyecto que ilustra a víctimas de la violencia machista "Confunden: feminazi
como si las feministas tuvieran una actitud autoritaria como el gobierno de Hitler
en Alemania, que fue una dictadura que canceló todo tipo de libertades y que
además a las mujeres alemanas y blancas las orientó a una vida doméstica y a
tener muchos hijos que a la larga desplazaran a todos: judíos, gitanos, a todos los
demás. Un gobierno con una política de exterminio a quienes no eran como
ellos", explica Gabriela Cano, quien también es doctora en Historia por la
UNAM
Hace un par de semanas, la revista TvNotas publicó un artículo de opinión
llamado Feminazis, enemigas de las mujeres. El texto, sin argumentos ni fuentes
o consultas a expertos en temas de género, incluyó un test en el que se describen
rasgos que, según la autora, están asociados con las feminazis. "Las preguntas me
parecen casi aleatorias, no hay una coherencia, nada más como que pusieron unas
preguntas por hacer un test, pero justo como el término feminazi puede referirse a
cualquier actitud, por eso lo pueden hacer", dice Gabriela Cano y detalla que el
término es despectivo y se utiliza como si la lucha del feminismo no fuera
importante. https://www.milenio.com/virales/por-que-debes-dejar-de-usar-la-
palabra-feminazi

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