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LOS CAZADORES-RECOLECTORES

Pablo Escalante Gonzalbo


Escalante Gonzalbo, P., et-al (2012). Nueva historia Mínima de
México. México: El colegio de México, p. 11-12.

El poblamiento de América se inició alrededor del año 40 000 a. C. Hacía medio millón de años que
el Homo erectus había aprendido a hacer fuego, pero el Homo sapiens sapiens empezaba apenas a
existir y aún no se había extinguido por completo la subespecie neanderthalensis. Por lo tanto, es
importante observar que el hombre, tal como lo conocemos hoy, inició su historia prácticamente al
mismo tiempo en América y en el resto del mundo.

El paso de América fue posible gracias al descenso del nivel de los mares característico de la era
geológica conocida como Pleistoceno o era glaciar. Durante la última glaciación de dicha era, la
Wisconsiniana (c. 100 000 a 8 000 a. C.), hubo etapas de miles de años de duración en las cuales el
noreste de Asia y el noroeste de América constituían un territorio continuo: por allí pasó el todavía
joven Homo sapiens sapiens en oleadas sucesivas.

Los indicios más antiguos de presencia humana en el actual territorio mexicano datan del año 35
000 a. C. Entre esta fecha y el año 5 000 a. C., cuando se empieza el proceso del maíz y el frijol,
solamente encontramos bandas de cazadores-recolectores y pescadores. Estas bandas eran
agrupaciones bastante versátiles susceptibles de descomponerse en sus partes. Durante los meses
de escasez cada familia se situaba en un lugar distinto, construía su enramada o se establecía en
una cueva, y desde allí aprovechaba los recursos disponibles en las cercanías. Al llegar la estación
de abundancia, generalmente el verano, las familias se congregaban en parajes donde se formaba
la banda propiamente dicha para cazar y recolectar. Finalmente, varias bandas podían reunirse y
formar macrobandas para intercambiar mujeres, organizar grandes batidas de caza o defender el
territorio. Una banda estaba formada por algunas decenas de personas, y una macrobanda podía
agrupar a varios cientos.

A esta etapa de la historia mexicana, anterior a la agricultura, se le denomina Etapa Lítica y la


mayor parte de ella transcurre dentro de la fría era glaciar, cuando todavía existían en América
caballos, antílopes, mamutes, y otras especies que se extinguirían con los cambios climáticos que
trajo el Holoceno. Una de las primeras historias de carne y hueso que podemos recuperar del
pasado mexicano ocurrió hacia el año 7 000 a. C., poco antes de la extinción de la megafauna
americana. Las bandas de cazadores recolectores que vivían en el Valle de México tenían la
costumbre de conducir a los mamutes hacia la orilla pantanosa del lago de Tetzcoco (Texcoco).
Cuando estos gigantescos animales se atascaban en el lodo, los cazadores los asediaban y les
causaban heridas con sus lanzas hasta hacerlos caer, 120 muertos o exhaustos. Cierto día de hace
nueve mil años, una mujer de veinticinco años de edad y metro y medio de estatura, participó en
una jornada de caza y tuvo la mala fortuna de golpearse y caer; murió y quedó sepultada en el
lodo, con el rostro mirando hacia abajo.

En los libros se conoce a esta mujer como “el hombre de Tepexpan”. La época alrededor de año 7
000 a.C. reviste una importancia especial. Los fuertes cambios climáticos que sufrió la tierra y que
propiciaron la desaparición de varias especies, también estimularon la diversificación de las
actividades económicas. La tecnología de las puntas de proyectil se especializó para adecuarse a la
caza de animales medianos y pequeños como el puma, el pecarí, el venado, el conejo y el
mapache. Además hay evidencia arqueológica suficiente para afirmar que entre el año 7 000 y
5000 a. C, las
bandas intensificaron las actividades relacionadas con la recolección: seguramente arrancaron
malezas para despejar el terreno alrededor de las mejores plantas, desprendían el fruto y las
semillas en forma sistemática, probablemente regaban algunas matas. El resultado de esta
intervención en los ciclos naturales fue la domesticación del chile, el aguacate y la calabaza (la
especie Curcubita mixta): en lo sucesivo ninguna de estas plantas podría reproducirse sola.
También aparecieron entonces las muelas para triturar granos, semejantes a metates sin patas.
Pero no es lo mismo haber domesticado algunas plantas que ser un pueblo agrícola. Entre un
hecho y otro hay siglos de experimentación y adaptación, lo que llamamos horizonte
protoneolítico (5 000 a 2 500 a. C.). En este lapso apareció el maíz domesticado como
consecuencia de la manipulación durante cientos de años, de las espigas de la especie silvestre Zea
mexicana (el teosinte), que fue mutado para producir pequeñas mazorcas y finalmente las
mazorcas de alrededor de veinte centímetros características de la especie plenamente
domesticada, Zea mays, iguales a las de la actualidad. También fueron domesticados en esta etapa
el guaje, el frijol común, el zapote blanco y el zapote negro.

Hacia el final del Protoneolítico los recolectores se habían vuelto agricultores, ya no podían
alejarse de sus matas; así surgieron las aldeas permanentes. En estas primitivas aldeas se fue
completando el repertorio de los rasgos característicos de Mesoamérica; aparecieron el metate y
la mano propiamente dichos, se domesticó la gran calabaza (Curcubita pepo), con cuyas semillas se
preparará el cotidiano pipián de todos los pueblos mesoamericanos; se domesticó al perro, y
también hay señales de que se empezó a practicar el sacrificio humano y cierto culto a los
muertos. Las familias que habitaban estas aldeas formaban unidades sociales más cohesionadas y
perdurables que sus antepasados recolectores. Eran sociedades sin estratificación social, y sus
miembros no reconocían más diferencia que pertenecer a una u otra familia: técnicamente se las
define como tribus.

¿Quién es el enunciador del texto? Pablo Escalante Gonzalbo en el libro “LOS CAZADORES-
RECOLECTORES”

2. ¿Quién el enunciatario? Va más dirigido para estudiantes, jóvenes y adultos interesados en la


historia

3. ¿Cuál es el referente del texto y desde que perspectiva académica es abordado? Los

4. ¿Cuál es el propósito comunicativo del artículo? Dar a conocer un poco más sobre la historia de
nuestra especie

5. ¿En qué contexto pudo ser producido este texto? En el contexto de que a Pablo le interesó el
tema y se puso a hacer una gran investigación para terminar escribiendo el texto

6. ¿Cuál es la función de las fuentes de información que señaló la autora al final? Dar créditos al
autor original o al momento de inspirarse

7. A manera de mapa mental, rescata las ideas más relevantes del texto:

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