40 años de democracia:
exceso era la norma”. Massera esgrimió así dos ideas
El juicio a las juntas
El juicio a las juntas fue la primera vez
en la historia universal en que un
tribunal civil condenó a una dictadura
militar
El 9 de diciembre de 1985, la Cámara Federal dicta
sentencia en el marco del Juicio a las Juntas Militares
(Causa 13. Año 1985). La sentencia confirmaba la
noción de un plan sistemá�co de exterminio,
jus�ficaba la fuerza probatoria de los tes�gos y
descalificaba los argumentos de la defensa. Sin
embargo, las condenas fueron menores que las pedidas
por el fiscal en su alegato.
Los acusados fueron los integrantes de las tres primeras
juntas militares: Jorge Rafael Videla (Comandante en
Jefe del Ejército entre 1976 y 1978), Emilio Eduardo
Massera (Comandante en Jefe de la Armada entre 1976
y 1978) y Orlando Ramón Agos� (Comandante en Jefe
de la Fuerza Aérea, entre 1976 y 1978) que
conformaron la primera junta militar (1976 – 1980);
Roberto Eduardo Viola (Comandante en Jefe del
Ejército, entre 1978 y 1979), Armando Lambruschini
(Comandante en Jefe de la Armada, entre 1978 y 1981),
entre otros.
¿” Guerra y excesos” o “Plan sistemá�co de
exterminio”?
Durante su alegato en el juicio a las Juntas, Massera
sostuvo “aquí hubo una guerra entre las fuerzas legales,
en donde si hubo excesos fueron desbordes
excepcionales, y el terrorismo subversivo en donde el
falsas que hasta el día de hoy se pueden encontrar
dispersas en nuestra sociedad: la idea de que las juntas
estaban en una guerra contra las guerrillas subversivas
de Montoneros y ERP, y que en esta guerra la junta
militar come�ó excesos. Amas ideas, “la guerra civil” y
“los excesos” son falsas…
Porque, como sos�ene Portoriero, no hubo guerra
civil porque “no hubo condiciones que desde la ciencia
sociales se consideran para poder hablar de una guerra
civil: no hubo creación de una soberanía dentro del
Estado argen�no, ni aparato polí�co administra�vo que
controlara un territorio determinado ni a su población,
no hubo grandes sectores de la población civil tomando
parte ac�va en ninguno de los supuestos bandos y no
hubo estructura militar que respondiera a ningún
aparato polí�co-administra�vo que funcionara como
un “Estado dentro del Estado”. Que haya actores que se
militarizaron y se lanzaron a la lucha armada no es
suficiente para sostener la existencia de una guerra
civil, y que jus�fique acciones bélicas contra la
población por parte del Estado. Además, como está
bien documentado por los registros históricos las
guerrillas estaban prác�camente desac�vadas cuando
la junta militar tomó el poder en marzo del 76. En suma,
se inventó un enemigo fantasma para ejecutar una
represión total sobre la sociedad argen�na.
No hubo excesos desde la acción legal del Estado,
porque lo que demostró el juicio a las juntas fue un
plan de coordinado de exterminio sobre todo el
territorio nacional estructurado sobre campos de
concentración a lo largo y a lo ancho del país, que
involucró a todas las fuerzas armadas. Que se ejerció
mayormente sobre personas de la sociedad civil: como
sindicalistas, militantes polí�cos docentes, ar�stas, y
toda aquella persona que se juzgara como “peligrosa”.
También el plan de aplicó de manera clandes�na, por
fuera de todo procedimiento judicial y garan�as
cons�tucional.