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Origen del Método Científico

El método científico ha sido objeto de intenso y recurrente debate a lo largo de


la historia de la ciencia. Muchos eminentes filósofos y científicos han
argumentado a favor de la primacía de uno u otro enfoque para alcanzar y
establecer el conocimiento científico. Algunos de los debates más importantes
en la historia del método científico fueron entre el racionalismo, el empirismo, el
inductivismo, que empezó a tenerse en cuenta desde Isaac Newton y sus
seguidores, y el método hipotético-deductivo que surgió a principios del siglo
XIX. A finales del siglo XIX e inicios del XX, el debate se centró entre el realismo
y el antirrealismo en las discusiones del método científico a medida que las
teorías científicas se extendieron filósofos prominentes argumentaron sobre la
existencia de reglas universales de la ciencia. 1

La filosofía reconoce numerosos métodos, entre los que están el método por
definición, demostración, dialéctico, trascendental, intuitivo, fenomenológico,
semiótico, axiomático, inductivo. La filosofía de la ciencia es la que, en
2

conjunto, mejor establece los supuestos ontológicos y metodológicos de las


ciencias, señalando su evolución en la historia de la ciencia y los distintos
paradigmas dentro de los que se desarrolla.
El método científico clásico ha quedado establecido en los últimos siglos como
un proceso cíclico e iterativo de observación de fenómenos, formulación de
hipótesis explicativas, y confirmación o refutación de las mismas mediante
experimentación.

Este método científico “experimental” se desarrolló principalmente en el


contexto de las ciencias naturales relacionadas con el mundo físico, como la
mecánica, la termodinámica, el electromagnetismo, la química, etc. No
obstante, antes de llegar a la Era Moderna, el método científico tuvo un
desarrollo fundamental del que me gustaría resaltar algunos puntos clave en
este artículo.

El método científico como tal, nace en el siglo XVII. Durante este siglo, René
Descartes, filósofo, matemático y físico francés, estableció los pasos a seguir
para el correcto cumplimiento del método.

En este sentido, René Descartes, a través de su “Discurso del Método” en


1637, definió las reglas del método científico por primera vez.
René Descartes, de esta manera, ocupa una posición privilegiada en la
revolución científica.
Asimismo, se dice que fue Galileo Galilei, científico italiano, quien aplicó y
siguió los pasos del método científico en sus estudios. Gracias a sus
experimentos, a la observación, añadió la hipótesis y la experimentación.
De la misma forma, el científico inglés Francis Bacon también aportó a este
método. Ello, desde la inducción por eliminación, que fue el aporte del teórico
inglés.
Con todo, la historia del método científico se remonta a la prehistoria. Y es
que fue el hombre primitivo, curioso por naturaleza, quien descubrió,
mediante métodos como el ensayo-error, qué alimentos podía comer y cómo
debía seleccionarlos. De la misma forma, conocía las formas en las que
cazar, así como las distintas herramientas utilizadas en la caza de cada
especie.

Este método científico “experimental” se desarrolló principalmente en el


contexto de las ciencias naturales relacionadas con el mundo físico, como la
mecánica, la termodinámica, el electromagnetismo, la química, etc. No
obstante, antes de llegar a la Era Moderna, el método científico tuvo un
desarrollo fundamental del que me gustaría resaltar algunos puntos clave en
este artículo.

1.1 Antigüedad y Medioevo

El método científico está enraizado en la cultura griega, particularmente en las


leyes de la lógica definidas por primera vez por Aristóteles (384-322 a. C.),
aunque la lista de griegos que hicieron contribuciones científicas sustanciales
sería interminable. Sin embargo, la ciencia griega se perdió casi por completo
para el occidente latino durante la Alta Edad Media, después de la caída del
Imperio Romano de Occidente. Mientras tanto, la ciencia fue salvaguardada y
cultivada en la cultura árabe, con influencias de China e India. La principal
contribución de la cultura india que llegó a Europa a través de Al-Khwārizmī
(c.780-c.850) fue el sistema numérico de valor posicional, que fue fundamental
para el desarrollo de operaciones algebraicas y aritméticas.

Otro hito importante en la recuperación y el desarrollo del método científico es


el Libro de Óptica del científico musulmán Ibn al-Haytham (también conocido
como Alhazen, 965-1040), con su énfasis pionero en el papel de la
experimentación. La lógica aristotélica también se conservó en la civilización
árabe, donde fue estudiada por eruditos islámicos y judíos como Ibn Rushd
(Averroes, 1126-1198) y Moisés Maimónides (1135-1204). (ANEXO 1)

El conjunto completo de obras lógicas aristotélicas (conocido como Organon,


“instrumento”) no estuvo disponible en la cristiandad occidental hasta que se
tradujo al latín en el siglo XII. A partir de entonces la lógica aristotélica se
convirtió en un importante campo de estudio y constituyó un avance
significativo para los eruditos cristianos medievales, que consideraban a
Aristóteles como “El Filósofo”, en gran parte debido a la influencia que sus
obras tuvieron en Tomás de Aquino. El interés en la lógica como base de la
investigación racional se manifiesta en los muchos sistemas de lógica
desarrollados desde entonces, aunque no se produjeron grandes avances
hasta la formulación de la moderna lógica de predicados en el siglo XIX.
(ANEXO 2)

Robert Grosseteste (1175-1253) fue uno de los primeros pensadores


escolásticos de Europa que comprendieron la naturaleza dual del razonamiento
científico tal como lo concibe Aristóteles: un proceso que a partir de
observaciones particulares alcanza leyes universales, y luego vuelve de las
leyes universales a la predicción de fenómenos particulares. Roger Bacon
(1220-1292), inspirado en los escritos de Grosseteste, describió un método que
consiste en un ciclo repetitivo de observación, hipótesis y experimentación, y
postuló así mismo la necesidad de verificación independiente, adelantándose
de modo sorprendente a lo que William Whewell llamaría, muchos siglos más
tarde en su Historia de las Ciencias Inductivas (1837), el “método hipotético-
deductivo”. Sin embargo, la admiración por Aristóteles no fue universal. Francis
Bacon y René Descartes deben ser contados entre los primeros pensadores
que cuestionan la autoridad filosófica de los antiguos griegos.

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