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Nuestro actual territorio, hacia principios del siglo XIX, formaba parte del Imperio Español,
un imperio que se había erigido a partir de la conquista europea iniciada en el siglo XV. La
construcción de las colonias españolas en América supuso el sometimiento de los
pueblos originarios y la destrucción de sus sociedades y de sus distintos estados, el
sometimiento de sus culturas, la prohibición de sus religiones y costumbres y la
imposición de la religión católica. Asimismo, los conquistadores utilizaron la fuerza de
trabajo nativa y los recursos naturales del continente en provecho de los reinos europeos.
La sociedad que se fue constituyendo y que, con cambios, perduró hasta principios del
siglo XIX, estaba organizada de acuerdo a un orden que bien puede ser llamado “orden
colonial”. Este concepto implica la idea de un orden social, político y económico
construido por los conquistadores europeos a partir del establecimiento de relaciones
económicas, políticas y sociales de dominación. Ahora bien, este orden traía en sí mismo
el germen del proceso revolucionario ya que generaba tensiones entre los distintos grupos
de la sociedad colonial. Ese germen revolucionario maduraría en la región del Río de la
Plata y en otras colonias españolas de América en las primeras décadas del siglo XIX. No
fue un hecho aislado, sino que formó parte del contexto revolucionario que comenzó a
conformarse en América del Norte con la independencia de las colonias británicas en
1776 y siguió con la revolución de Haití en 1791, protagonizada por esclavos africanos
que lograron independizarse de Francia y formar la primera república negra poscolonial.
La dominación europea de América a fines del siglo XVIII
Virreinato del Río de la Plata a fines del siglo XVIII
El virreinato del río de la Plata fue fundado en 1776 con capital en la ciudad de Buenos
Aires.
Actividad 1
Los españoles americanos o criollos tenían un estatus inferior y quedaron excluidos de los
más importantes cargos políticos, administrativos y eclesiásticos. Tampoco podían
participar del comercio mayor, es decir del comercio monopólico entre España y América,
que estaba reservado a unos pocos españoles peninsulares. Muchos de ellos eran
hacendados, comerciantes, militares, intelectuales, y formaban una incipiente burguesía
criolla. Tal posición social les abrió el camino a la educación superior, sobre todo en leyes,
como fue el caso de Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Juan José Paso o Juan José
Castelli, todos ellos destinados a desempeñar un papel importante en el proceso
independentista. Pudieron formarse, por tanto, en universidades europeas y americanas,
en las que, durante la segunda mitad del siglo XVIII, tuvieron oportunidad de nutrirse en el
pensamiento Ilustrado (o iluminista), un cuerpo de ideas que cuestionaba las estructuras
basadas en la organización estamental, y los privilegios y derechos exclusivos de la
nobleza. En fin, tuvieron la posibilidad de formarse en teorías que discutían la desigualdad
y la tiranía de los más poderosos.
Los indígenas eran utilizados como fuerza de trabajo forzosa de los blancos. El lugar más
bajo de la sociedad correspondía a los esclavos africanos, que eran considerados
mercancías, propiedad de sus dueños, y se ocupaban de las tareas más pesadas tanto en
trabajos rurales como en el servicio doméstico de las familias blancas. La sociedad
colonial no sólo era desigual económicamente sino también jurídicamente: las personas
tenían derechos diferentes según su origen y sus raíces étnicas.
Actividad 2
2) La sociedad colonial de fines del siglo XVIII-comienzos del siglo XIX era jerárquica y
desigual.
Los siglos XVIII y XIX fueron tiempos de cambio no sólo en nuestro continente, tiempos
de lucha contra el absolutismo monárquico y de avance de las ideas ilustradas,
iluministas.
En la misma época que Rousseau defendía sus teorías democráticas, un noble europeo,
el barón Charles de Montesquieu, agregó que el poder no debía estar concentrado en los
reyes o en una sola persona, como sucedía en el sistema absolutista. Para lograr un
control de la administración del poder soberano del pueblo, el gobierno, sostenía
Montesquieu, debía dividirse entre quienes elaboran las leyes (Poder Legislativo), quienes
gobiernan en el marco de esas leyes (Poder Ejecutivo) y quienes garantizan su
cumplimiento (Poder Judicial).
Estas ideas influenciaron en los revolucionarios franceses que terminaron con el poder
absoluto del monarca a partir de 1789. También repercutieron sobre los independentistas
estadounidenses. Los criollos del Río de la Plata que habían accedido a estudios
superiores leyeron a los pensadores iluministas. Sin duda, sus ideas fueron parte del
motor que aceleró los acontecimientos de 1810. Sus ideas, y ciertos procesos
revolucionarios, como la Revolución Francesa, que impulsó vastos movimientos
antimonárquicos y revolucionarios en Europa y América Latina. Los demócratas franceses
proclamaron la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” e instauraron,
entre otros, los principios de libertad e igualdad ante la ley para todos los hombres,
rompiendo las jerarquías jurídicas existentes entre monarquía, nobleza, clero,
campesinos, burgueses y siervos. Contribuyeron así a quebrar una estructura social
desigual, en la que los mayores privilegios estaban en manos de los nobles.
Actividad 3:
b) ¿A qué se oponía?
c) Marcar con una X cuáles de los siguientes eran considerados derechos naturales por
los pensadores iluministas:
- División de poderes
Rafael de Sobremonte, quien ocupaba el cargo de virrey, salió de la ciudad con las “cajas
del Virreinato”, es decir con el dinero recaudado por impuestos. El objetivo de proteger los
recursos económicos de la colonia no se logró, dado que los ingleses los capturaron en la
localidad de Luján, pero la actitud del virrey fue vivida por muchos de los habitantes de
Buenos Aires como una muestra de debilidad de las autoridades españolas; incentivó
ideas independentistas previas en algunos, mientras que en otros encendió la primera
llama de críticas. Quizás la consecuencia más importante de estos hechos haya sido la
aparición del pueblo como sujeto político, ya que la tarea de hacer frente al invasor fue
llevada a cabo por el pueblo de la ciudad de Buenos Aires: milicias de voluntarios fueron
las encargadas de liberar la ciudad. Las autoridades españolas no opusieron resistencia
sino que fueron los criollos al mando militar de Santiago de Liniers quienes derrotaron a
las tropas de Inglaterra, por entonces la potencia más poderosa del mundo.
Actividad 4
4) Las invasiones inglesas a Buenos Aires en 1806 y 1807 constituyeron una experiencia
crucial en el camino que conduciría a las élites criollas a organizar en 1810 un gobierno
propio.
a) Explicar por qué las invasiones inglesas son un hecho importante para la Revolución
de Mayo
Sin embargo, esta apertura de puertos y el aliento del comercio metrópoli-colonias, que
beneficiaba, entre otras, a la ciudad de Buenos Aires, transformada en capital de un
nuevo virreinato, el Virreinato del Río de la Plata, constituyó una renovada fuente de
conflictos. Sólo unos pocos comerciantes, todos ellos de origen español, administraban
ese fortalecido monopolio. Eran dueños de importantes compañías comerciales y
disponían de los contactos y redes comerciales que vinculaban a las colonias con las
principales casas de comercio de España. Muchos, y sobre todo los comerciantes criollos,
quedaron afuera de estos negocios. Recordemos que también, como criollos, eran
excluidos de los más importantes cargos políticos, administrativos y eclesiásticos.
En el plano comercial, la situación descripta se modificó hacia fines del siglo XVIII. La
monarquía española, en guerra con distintos países europeos, quedó bastante aislada de
sus colonias americanas. Ello obligó a la Corona a liberalizar el comercio, modificando
profundamente el monopolio establecido. Las autorizaciones para la libre introducción de
esclavos y para que sus colonias pudieran comerciar con colonias extranjeras o con
países neutrales, abrieron amplias posibilidades de producción e intercambio en sus
posesiones en América. A pesar de estas ventajas, la nueva situación no sirvió para
mejorar el vínculo metrópoli-colonias, sino para que fueran visualizadas otras
posibilidades que parecían más ventajosas. Por un lado, permitió que otros competidores
europeos, particularmente ingleses, ganaran cada vez más influencia. Por otra parte, y
simultáneamente, muchos comerciantes de Buenos Aires, sobre todo criollos, se
decidieron a romper la rutina establecida por el monopolio y se lanzaron a conquistar
otros negocios y mercados.
Actividad 5
5) El monopolio comercial que España estableció con sus colonias fue cambiando a lo
largo de los siglos en que este se mantuvo vigente y provocó diversas consecuencias.