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UNIDAD DIDÁCTICA III

La filosofía de
Platón
La Filosofía de Platón 2

1. Contexto histórico, cultural y filosófico de Platón

1.1. Guerra médicas y guerra del Peloponeso

El pensamiento platónico tiene lugar en Atenas, ciudad que fue el


centro de la historia social y política de la Grecia clásica. Las ciudades
griegas se vieron amenazadas por el Imperio Persa, lo que dio lugar a las
“guerras médicas”. Como individualmente cada una de las ciudades no
podían hacer frente a las fuerzas militares de los medas, éstas se aliaron y
formaron una “Liga” para la guerra. Liderados por Atenas, los griegos
derrotaron a los medas y esta ciudad se convirtió en la hegemónica entre las
griegas.

Tomando como excusa la utilización de los fondos de la liga, Esparta,


la ciudad militarista y rival de Atenas declaró la guerra. A las penalidades de
la guerra se le unieron las penalidades de la peste que asoló las penínsulas
del Peloponeso y del Ática. El conflicto terminó con la hegemonía ateniense
y el establecimiento de la hegemonía espartana.

1.2. La democracia ateniense

Tras la victoria sobre los medas, los combatientes atenienses,


verdaderos responsables de la victoria de su “pólis” exigieron la equivalencia
política a los esfuerzos militares, en definitiva, pidieron el establecimiento
de la isonomía, esto es, una misma ley y un mismo tratamiento para todos
los ciudadanos.

De esta forma apareció la primera democracia de la historia, la


democracia ateniense, dirigida y liderada por Pericles. Tampoco debemos
ser ingenuos, ya que la democracia ateniense no incluía a todos entre el
número de los ciudadanos, puesto que tanto los esclavos como los artesanos,
procedentes de otras ciudades griegas (metecos), y las mujeres no poseían
derechos de ciudadanía, incluso en la más democrática de todas las etapas
los ciudadanos de la cuarta clase no tenían derecho a desempeñar cargos
políticos.

Se estiman que los ciudadanos atenienses con plenitud de derechos


eran 40000, que junto a sus esposad e hijos sumarían 160000 personas. Los
metecos podían ser unos 20000 varones adultos, que siguiendo el mismo
criterio que con los ciudadanos llegarían a 60000 individuos. Los esclavos
se calculan en 80000. La población ateniense sería de 300000 personas.
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De todas formas, la vida de la democracia ateniense fue convulsa, ya


que pronto llegó a caer y fue sustituida por el llamado “gobierno de los treinta
tiranos”, restaurándose posteriormente hasta desaparecer en la noche de la
historia.

El órgano más poderoso de Atenas era la Asamblea del Pueblo


(ekklesía). Todos los ciudadanos varones tenían derecho a asistir e intervenir
en la asamblea (isegoría), aunque normalmente asistían en torno a una
décima parte de los que ciudadanos, entre cuatro y seis mil. En principio la
asamblea era soberana, es decir, no estaba sometida a ninguna limitación,
salvo a las normas que de alguna manera eran consideradas inamovibles1.

Pericles, líder de la primera democracia ateniense, consideraba que la


democracia no era uno sistema de gobierno entre otros posibles, sino el que
mejor se adecuaba a las características de Atenas. La democracia era para
Pericles la forma política propia de Atenas (auctotonía).

Los defensores del sistema democrático sostuvieron que la comunidad


hacía virtuosos a los ciudadanos y las exigencias de éste. Los ciudadanos
mejoran por el ejemplo de los otros ciudadanos, especialmente por el de los
ciudadanos muertos en campos de batalla.

Todos los cargos2, excepto los militares, fueron elegidos por medio
del sorteo al principio a partir de una lista propuesta por cada una de las diez
tribus en la que se dividía la ciudadanía ateniense. La magistratura más
importante teóricamente era la de los arcontes. Los ciudadanos de más
prestigio y poder fáctico solían ser elegidos como estrategos o generales del
ejército.

El Consejo era un órgano muy poderoso, ya que establecía el orden


del día de la Asamblea y preparada los proyectos de ley y de otras normas
que debían ser sometidas a la Asamblea.

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La existencia o no de normas con primacía normativa es una cuestión disputada entre
los especialistas en la historia política y jurídica de Atenas. Al menos hay que reconocer
que existía la conciencia de que había un núcleo esencial de normas que no podían ser
tocadas por la asamblea, al menos de forma ordinaria. En torno al año 415 a.C. se
estableció un procedimiento de control, tanto previo como a posteriori, denominado
γραφή παρανόμων, que sometía una propuesta legal al juicio del tribunal de la Hellaia.

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Las magistraturas se configuraron de acuerdo con el principio de anualidad, colegialidad
y responsabilidad.
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Existían dos tribunales. La Hellaia que adoptada una configuración


más o menos numerosa dependiendo del tipo de casos que debía resolver.
Salvo el homicidio y algunos delitos religiosos, todos los asuntos eran
competencia de este tribunal, cuyos miembros también eran elegidos por
sorteo. El otro tribunal era el Areópago, competente para los casos que no lo
eran de la Hellaia, tradicionalmente estaba compuesto por miembros de la
aristocracia, pero se fue democratizando cuando al ser elegidos los arcontes
por sorteo, dado que sus miembros eran los arcontes salientes.

El ejercicio de todos los cargos electivos, así como la asistencia a la


Asamblea, eran remunerados. La remuneración básica era de un dracma por
día, que era el salario de un jornalero, pero había algunos cargos con una
remuneración algo mayor.

1. 3. La cultura griega

En el siglo V a.C. no sólo se dio el nacimiento de la democracia, sino


un florecimiento cultural y científico que no se volverá a repetir hasta
pasados muchos siglos. En terreno literario nos encontramos con el apogeo
de la tragedia, especialmente con Esquilo, Eurípides y Sófocles; la historia
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comenzó a elaborarse con Heródoto; la medicina con Hipócrates y


numerosos científicos y matemáticos que produjeron la primera ciencia
verdaderamente racional de la Humanidad. Especialmente importante es el
arte griego, que ha sido y es el modelo del arte de todos los tiempos en el
mundo occidental con figuras como Fidias o Praxíteles.

2. Generalidades sobre Platón

El verdadero nombre de este filósofo es Aristocles, quién recibió el


sobrenombre o apodo de “Platón” que hacía referencia a su amplia espalda.
Platón nació en el seno de una familia de la aristocracia ateniense y toda su
vida siguió fiel a la tendencia política de los aristócratas. El hecho que la
democracia ateniense condenara a muerte a su maestro Sócrates determinó
buena parte de su pensamiento, y no sólo su pensamiento político. Martha
Nussbaum sostiene que, en última instancia, la filosofía de Platón no es más
que un intento de evitar que Sócrates volviese a ser condenado a muerte.

Participó en numerosas campañas militares, consecuencia de los cual,


acabó cayendo prisionero, lo cual en aquella época conllevaba ser esclavo.
Su reducción a la esclavitud duró unos diez años, después de la cual estuvo
al servicio del Rey de Siracusa, donde quiso realizar sus ideales políticos,
aunque fracasó.

Su vuelta a Atenas determinó su dedicación a la investigación y a la


enseñanza filosófica y científica. Fundó la primera institución docente e
investigadora estable de la historia occidental, la Academia. En torno a él y
a la Academia se reunieron numerosos pensadores e investigadores, que en
términos generales se convirtieron en el referente esencial de la cultura
griega.

La Filosofía es una disciplina del conocimiento humano que tiene una


serie de peculiaridades, siendo la más importante de ellas que en la Filosofía
las preguntas son más importantes que las respuestas, ya que las preguntas
tienen un calado y alcance que las respuestas no poseen. En la Filosofía de
Platón nos encontramos prácticamente todas las preguntas que la Filosofía
Occidental se ha propuesto a lo largo de veintiséis siglos, además de las
principales vías de solución. Por ello Whitehead pudo decir que la Filosofía
occidental puede llegar a considerarse un comentario a la obra de Platón.

La obra escrita de Platón es muy amplia, pudiéndose por ello


considerar, como lo hace Havelock, el momento de transformación de la
cultura oral en cultura escrita. Platón no hace una exposición puramente
argumental de su pensamiento en sus obras escritas, sino que las expone a
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través de la confrontación con otras opiniones y posiciones, por lo que el


género que utiliza para dar a conocer su Filosofía es el diálogo, en el que
varios interlocutores tratan uno o varios temas e intenta encontrar la verdad
sobre ese tema.

La obra platónica consta de casi treinta diálogos y una carta


autobiográfica auténtica, la llamada Carta VII. Poseemos obras escritas a lo
largo de toda la vida de este filósofo, con lo que podemos contemplar el
desarrollo de su pensamiento y cómo las ideas platónicas son repensadas,
vueltas a formular e incluso desechadas. En los diálogos de Platón podemos
acceder a lo que es un pensamiento filosófico en acción.

De todos los diálogos los más importantes son: El Banquete, Fedón,


La República, Teeteto, El sofista, Timeo y Las Leyes. Platón revisa buena
parte de sus doctrinas anteriores en un diálogo titulado Parménides, lo cual
es un hecho casi único en la historia del pensamiento y de la ciencia3.

3. Teoría del conocimiento de Platón

Platón, al igual que Sócrates, mantiene la existencia de una verdad


absoluta, es decir, una verdad que no depende del ser humano, sino que es
verdad por sí mismo. Al ser humano únicamente le corresponde descubrir la
verdad. Para descubrir la verdad hay conducirse de una forma correcta, ya
que no toda forma de conocimiento es válida para poder alcanzar la verdad,
incluso hay alguna forma que nos lleva al engaño cuando creemos estar en
posesión de la verdad.

En La República, Platón trata de dilucidar estos problemas y se sirve


de la narración de un mito, del “Mito de la Caverna”. Se describen dos
grandes formas de conocimiento, el conocimiento sensible y el conocimiento
inteligible. El conocimiento sensible es aquel que utiliza la sensibilidad, los
sentidos, mientras que el conocimiento inteligible es el que se sirve de la
razón.

Dentro de conocimiento sensible hay dos formas de conocimiento,


dependiendo del objeto al que se dirijan los sentidos. Todo conocimiento
sensible es llama “dóxa”, esto es, opinión. En la actualidad, nuestra
mentalidad le da mucha importancia a la opinión individual, de tal manera

3
Existe la hipótesis de que la exposición sistemática de Platón sólo se expresaba
oralmente o cuyos textos se perdieron. Tenemos menciones de Aristóteles y numerosos
fragmentos de citas de Platón que no se encuentran en los Diálogos. A estos escritos se
les denomina ἄγραφα δόγματα
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que el hecho de opinar individualmente algo le otorga una veracidad que no


tiene.

No podemos concederle a la opinión la categoría de verdad, porque la


opinión es un conocimiento incompleto y parcial, que no puede encontrar la
verdad porque él mismo está incapacitado. El problema es tratar de hacer
creer que la opinión es la verdad, lo que Platón atribuye a los sofistas.

− Si los sentidos se dirigen a las imágenes o a las conjeturas estamos


ante la forma de conocimiento que se denomina “eikasía”. El
conocimiento que nace de las conjeturas o de las imágenes es
apariencia, ya que es un conocimiento probable y si no fiamos
únicamente de él probablemente tomemos como verdadero lo que es
falso y en el mejor de los casos es sólo aparente.

− Los sentidos pueden dirigirse también al conocimiento de los objetos


físicos, la “pístis” o creencia. La creencia es un acto de voluntad en
que se decide tomar por verdadero lo percibido por los sentidos,
aunque no se hace la pertinente crítica a los sentidos, a sus límites a la
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facilidad que tenemos de ser engañados por ellos cuando le otorgamos


la verdad a todo conocimiento que estos nos proporcionen.

Las imágenes, las conjeturas o los objetos físicos, así como la opinión,
no nos permiten por sus propias limitaciones alcanzar la verdad, ya que tanto
las imágenes, las conjeturas como los objetos físicos son cambiantes, tienden
a la multiplicidad y, por tanto, impiden que los seres humanos puedan
conocer lo uno y lo inmutable, la verdad, a partir de estos. Sólo podemos
conocer la verdad a través de la única facultad humana que no es múltiple ni
variable, a través de la inteligencia o de la razón.

− Si nuestra razón se dirige a objetos inteligibles, es decir, cosas que no


están dotadas de materia, nos encontramos antes la “dianóia”. Los
objetos o cosas inteligibles son identificables con los objetos
matemáticos. Estos son múltiples pero inmutables, por ejemplo, el
número tres es siempre igual a sí mismo, aunque lleva ínsita la
multiplicidad dentro de su propia definición.

− Si nuestra razón se dirige a las ideas supremas, a los conceptos y


realidades fundamentales nos encontramos ante la dialéctica. La
dialéctica pretende captar las ideas, las realidades fundamentales, el
origen del que proviene toda la realidad.

El conocimiento científico o dialéctico no es una pura técnica que se


enseña y se aprende a hacer. La ciencia es también un camino de realización
existencial, un camino de ascenso vital hacia lo supremo desprendiéndose de
lo que es relativo y de lo que tiene una importancia que pasa. La persona que
se quiera dedicar al conocimiento supremo no puede estar encerrada en
intereses materiales, sino comprometerse con la eternidad. La ciencia es un
compromiso y como tal tiene unas consecuencias sobre la vida del científico
o filósofo, ya que su unión a la verdad prima sobre cualquier otra convención
social o interés personal, lo cual le puede traer funestas consecuencias como
fue el caso de Sócrates.

Platón hereda de Sócrates el pensamiento que dice que el ser humano


ya tiene todo el conocimiento posible dentro de sí, sólo tiene que descubrirlo
de una forma adecuada. Platón fundamenta, cosa que no hace Sócrates, la
base de esa posesión inicial de la verdad. Los seres humanos tenemos dentro
los conocimientos supremos porque ya hemos estado en presencia de esos
conocimientos.

La razón o la inteligencia se encuentran en el alma, que es inmortal.


Antes de formarse nuestra identidad personal, nuestra individualidad,
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nuestras almas han contemplados las realidades supremas, por lo que el


descubrimiento de la verdad, el conocimiento, realmente es “reminiscencia”,
recuerdo de las realidades que nuestra alma ha visto antes de la vida presente.

El ascenso desde el mundo sensible al mundo de las ideas no se realiza


automáticamente, sino que debe intervenir una forma de atracción amorosa,
el “éros”, que permite partir del deseo de lo concreto al deseo de lo absoluto.
No nos sentimos atraídos, según el relato del diálogo El Banquete en el
episodio sobre el conocimiento de la idea de Belleza, por las ideas
directamente, sino que en primero lugar nos atrae es una cosa bella en
concreta, para luego sentirnos atraídos por todas las cosas bellas, para
finalmente sentirnos cautivados por lo que es la Belleza en sí,
independientemente de su concreción sensible.

4. Teoría ontológica de Platón: la teoría de las ideas

La ontología es una de las ramas fundamentales de la Filosofía.


Literalmente ontología significa estudio sobre el Ser. El Ser es la cuestión
más fundamental que el ser humano se puede plantear, es cuestionarse lo que
es y la forma de ser de la realidad.

Cuando Platón asume el problema de lo que es la realidad lo hace de


una forma analítica, es decir, divide y estudia por separado las
manifestaciones de la realidad, concretamente el movimiento (o cambio) y
la permanencia de la realidad.

Para su investigación utiliza Platón, como principal método, el


lenguaje. Este pensador ateniense percibe como los hombres manejamos una
serie de conceptos y clasificaciones de la realidad. Estos conceptos de la
realidad son independientes y anteriores a nuestro pensamiento, pues
queramos o no el área de un rectángulo es el resultado de la multiplicación
de sus lados, o bien un triángulo tendrá tres lados, aunque nunca lo hayamos
pensado.

A estos conceptos anteriores e independientes los llama Platón las


“ideas”. Las ideas no cambian a lo largo del tiempo y son anteriores a todos
los objetos de la realidad. Considera Platón que las ideas se encuentran en
un plano diferente de realidad del resto de las cosas (“mundo de las ideas”),
las cuales se encuentran en un mundo que denomina “mundo sensible”, en
el que las cosas son percibidas y son sensibles porque están afectadas por la
materia y por tanto son cambiantes. ¿Por qué hace esto? Sencillamente
porque si las ideas tuviesen una concreción material serían cambiables y no
serían más que producto de la acción de la naturaleza o del hombre. Si las
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ideas fuesen cambiantes no sería posible reconocer nada en la realidad tal y


como lo hacemos.

En consecuencia, Platón, al plantearse cómo es la realidad, lo que hace


es dividir toda la realidad en dos partes: el “mundo sensible” y el “mundo de
las ideas”. Evidentemente la realidad del “mundo de las ideas” es la realidad
más plena, es decir, que las ideas son el verdadero ser, mientras que las cosas
sensibles no son más que apariencia de las ideas, en definitiva, su ser es
“prestado” por las ideas, es un ser sumamente imperfecto.

No todas las ideas tienen el mismo rango jerárquico, ya que la idea


suprema es la “idea de Bien”, seguidas de otras ideas como las de “Justicia”
o “Belleza”. El “Bien” no tiene sólo una existencia moral, sino puramente
real, lo bueno es lo que se asimila a la “idea de Bien”. Es una noción objetiva
de la “idea de Bien”.

La mediación entre el “mundo de las ideas” y el “mundo sensible” la


realiza el demiurgo. El demiurgo es concebido que una forma cuasi-divina,
intermedia entre lo divino y lo mundano, pero no se aclara si su origen ni su
acción.

5. Teoría antropológica de Platón

La antropología es el estudio del ser humano, pero también es la visión


que del ser humano se tiene. Platón también hace un estudio analítico del ser
humano dividiéndolo en partes diferenciadas.

El hombre se encuentra en el mundo sensible, pero una parte de él no


pertenece al mundo sensible, pues tiene una naturaleza propia del mundo de
las ideas. Esa parte es el alma racional. El alma racional no es la única alma
que tiene el ser humano, realmente Platón diferencia tres almas:

− El alma vegetativa. Ésta controla las funciones biológicas básicas y la


compartimos con los vegetales.
− El alma irascible. Ésta es la sede de los sentimientos y las pasiones.
− El alma racional. Ésta es la que diferencia a los seres humanos de otros
seres

El alma racional, como acabamos de indicar, es la propia de los seres


humanos, la que nos diferencias de los otros seres de la naturaleza. Pero
nuestra alma racional está capacitada para conocer el mundo de las ideas
gracias a que comparte naturaleza con éste, en otras palabras, nuestra alma
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racional no es otra cosa que una idea que ha caído al mundo sensible y se
encuentra encerrada en un cuerpo.

Lo verdaderamente humano es sólo lo que se identifica con el alma


racional. Al ser el alma racional una idea comparte características con éstas,
especialmente el hecho de ser inmortal, de forma que nuestra alma nos ha
preexistido y sobrevivirá a la muerta, porque es inmortal.

En el diálogo Fedón, Platón da una serie de argumentos, no


apodícticos, a favor de la inmortalidad del alma después de la muerte.

1. Sucesión cíclica de cosas contrarias: en la naturaleza se dan


continuamente procesos contrarios (noche y día, frío y calor,
descomposición y composición, etc.), de modo que a la muerte le ha
de suceder su contrario, la vida.

2. Reminiscencia: el hecho de poder recordar conocimiento que no


hemos podido adquirir en el mundo sensible, implica que el alma ha
estado en el mundo de las ideas y, por tanto, es anterior a nuestro ser
con el cuerpo y no hay motivos para pensar que no continuará.

3. Simplicidad: las almas, al ser simples, no pueden corromperse,


porque lo único que puede corromperse es lo que tiene partes.

4. Participación en la idea de vida: el alma, en el mundo sensible, para


dar vida al cuerpo tiene que participar en la idea de vida. Dado que no
se puede participar de ideas contrarias, por ejemplo, de la vida y de la
muerte a la vez, el alma no puede perecer.

5. Cuidado del alma: si el alma ha hecho el bien y se ha convertido en


virtuosa se acercará a la idea de bien y dado que el bien mantiene la
unidad y el mal destruye, permanecerá y no morirá.

En el diálogo Timeo considera que lo único que garantiza la


inmortalidad del alma es la concesión que haga el Demiurgo en virtud de la
vida precedente del sujeto. El alma es una garantía de la vida moral, de tal
forma que el alma, si no se ha comportado racionalmente, es decir, siguiendo
“la idea de Bien” es condenada a una reencarnación inferior.

Platón sostiene que, si bien todos los seres humanos tenemos en


común el alma racional, ello no quiere decir que el alma racional es el alma
dominante en todos los seres humanos. Hay seres humanos en los que
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efectivamente domina el alma racional, pero hay otros que son dominados o
por el alma irascible o por el alma vegetativa.

La antropología de Platón ha tenido una gran repercusión en la


Filosofía y se ha transmitido a la cultura popular. Es una antropología
dualista, porque divide al ser humano en un elemento material (el cuerpo y
las dos almas inferiores residenciadas en el cuerpo) y un elemento
“espiritual” (el alma racional). Esta antropología ha provocado, a lo largo de
la historia, un amplio desprecio del cuerpo, hasta el punto de considerarlo un
obstáculo para la vida moral del ser humano. Virtud y sabiduría se
identifican.

4. Teoría política de Platón

Ya hemos indicado que algunos comentaristas han considerado que la


obra de Platón es un intento de salvar, a posteriori, a Sócrates de la muerte.
Platón cree que la muerte de Sócrates es responsabilidad directa del régimen
democrático establecido en Atenas, y especialmente de los demagogos que
siguieron las indicaciones de los maestros sofistas contra su maestro. La obra
de Platón muestra un continuo desprecio contra la democracia y contra todos
los que considerara responsable de la muerte de Sócrates (por ejemplo, los
sofistas o los poetas).

Platón distingue los siguientes tipos de gobierno: la monarquía, la


oligarquía y la democracia. La monarquía consiste en el gobierno de una sola
persona, sea hereditario o no; la oligarquía es el gobierno de un grupo
reducido de personas, elegidos según diferentes criterios como son la
capacidad económica, la excelencia moral e intelectual o el poder militar; la
democracia es el gobierno del pueblo, o como lo considera Platón, el
gobierno de la masa.

Especialmente en La República sostiene Platón que el gobierno ideal,


el mejor de los posibles, es el gobierno de unos pocos elegidos según su
excelencia moral e intelectual. Este régimen se llama aristocracia. Sólo la
aristocracia hace factible la Justicia en la “pólis”, entendiendo por Justicia la
consecución de que cada cual ocupe el lugar que le corresponde
naturalmente.

Los ciudadanos se dividen según su alma dominante, por lo que nos


encontraremos con un grupo en los que el alma dominante es la racional (los
filósofos), otros en los que el alma dominante es la irascible (los guerreros o
guardianes) y finalmente los que son dominados por el alma vegetativa (los
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trabajadores). Los esclavos no son considerados seres humanos, aunque


Platón sí exige un tratamiento humanitario con ellos.

El bueno gobierno de la ciudad exige que la dirección de la “pólis” sea


entregada al grupo de los filósofos, porque son los únicos que se guían
exclusivamente por la razón. Este grupo dirigente debe llevar una vida
separada del resto de los ciudadanos, ya que desde pequeño deben llevar una
vida en común, sin propiedad privada, educados por el Estado y dedicado al
cultivo de la sabiduría, con el fin de prepararse mejor para su actividad de
gobierno. Este diseño ideal de la ciudad es una utopía, conocida como
“comunismo platónico”.

Si el gobierno es entregado a los guerreros nos encontramos ante la


timocracia, o gobierno militar. En la timocracia, la ciudad es gobernada por
las pasiones propias de los guerreros y no por la razón. Pero Platón la forma
de gobierno que más desprecia es la democracia, ya que considera que se
gobierna en virtud de los más bajos instintos del ser humano, dejando el
gobierno en manos que quiénes saben seducir a los ciudadanos reunidos en
asamblea, no con argumentos racionales, sino con incitaciones a lo más
básico de la existencia humana.

En uno de sus últimos diálogos, Las Leyes, Platón vuelve sobre el


mismo asunto y ofrece soluciones más matizadas. Ya no considera que exista
una forma de gobierno que sea buena por sí misma, sino que apuesta por la
mezcla de dos de ellas (aunque mantiene cautelas con la democracia) y
siempre el gobierno debe estar sometido a las leyes.

El pensamiento platónico ha tenido una gran repercusión a lo largo de


la historia, especialmente desde el apoderamiento que el cristianismo hizo de
esta Filosofía para fundamentar racionalmente sus creencias en el mundo
helenista.

5. Críticas al pensamiento platónico

5.1. Críticas de Aristóteles

Aristóteles, discípulo de Platón, planteó una serie crítica al


pensamiento de su maestro, siendo estas críticas el fermento a partir del que
emergió su pensamiento. Veamos algunas de ellas:

1. Platón sostiene que el mundo sensible no es caótico porque la materia


participa de las ideas, por lo que son como consecuencia de esta
participación. Aristóteles mantiene que esta participación entra en
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contradicción con la inmutabilidad de las ideas, porque participar es


tomar parte y si algo toma parte en otro objeto con pierde el primero
y algo gana el segundo. En definitiva, las ideas al ser participadas por
los objetos del mundo sensible pierden una porción de sí mismas.

2. La participación platónica de las ideas no justifica la existencia de


diferencias individuales, pues si todas participan de la misma idea,
todas deben ser idénticas. Para conseguir justificar la individualidad,
hace falta entonces admitir un número infinito de ideas.

3. Si existe una idea de cada cosa, debe existir una idea de las relaciones
que establecen las cosas y la teoría de las ideas no se detiene en las
relaciones.

4. Si hay idea de lo positivo, debe haber ideas de lo negativo. No cabe


decir que lo negativo se explica por carencia de lo positivo, porque
Platón no indica qué rasgos configuran la idea y por tanto qué ha de
faltar para hablar de carencia.

5. Hay una duplicidad innecesaria al establecer dos mundos o realidades


separadas, cuando la explicación puede darse sin este desdoblamiento.

5.2. Críticas de Karl R. Popper a Platón

Karl Popper fue uno de los filósofos más brillantes del siglo XX,
especialmente en el ámbito de la filosofía de la ciencia. A él le debemos la
descripción del método hipotético-deductivo.

Pero Popper también se dedicó a la filosofía política en una gran obra


titulada La sociedad abierta y sus enemigos. En esta obra recorre qué
características tiene que tener una sociedad para ser libre y regirse por medio
de una democracia liberal y cuáles son las características de las sociedades
cerradas, las sociedades no libres.

En este contexto estudia los antecedentes filosóficos y critica


duramente a Platón por ser un antecedente histórico fundamental de la
justificación de las sociedades cerradas, que nosotros denominaríamos
autocráticas o totalitarias.

Platón divide la sociedad en tres categorías, que realmente son dos,


porque una es la de los productores, el ganado humano desde la
interpretación de Popper, y otra es la clase militar que se subdivide entre
guardianes y gobernantes. Platón solamente se interesa por la clase militar y
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gobernante y dedica muy poco espacio a los productores, a los que trata como
problema.

En La República se sacrifica la libertad individual al bien colectivo a


través de una noción de justicia (cada cual haga lo que le corresponde) que
impide la movilidad social y garantiza el poder para el que ya lo tiene. En
esta sociedad cerrada, destaca Popper, se da una severa censura cultural y
una absoluta represión del espíritu crítico en aras de la verdad platónica.

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