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Platón (428-347 a.C.)

3.A. Realidade e coñecemento en PLATÓN (pretende establecer una teoría que no permita
manipular la verdad)

1. O autor e o seu contexto

1.1. Contexto histórico


A lo largo de las décadas anteriores Atenas había logrado sacudirse la amenaza
permanente del expansionismo persa: una confederación de ejércitos griegos logró diversas
victorias, entre ellas la de Maratón, la de las Termópilas y finalmente, la batalla decisiva, la de
Platea, ganada por el espartano Pausanias. Tras la guerra surge un gran orgullo y satisfacción,
se cree en la superioridad de los helenos sobre los bárbaros, en el estilo de vida que les es
propio. Atenas y Esparta se convierten en las dos grandes potencias del siglo. Cincuenta años
más tarde, sus distintos estilos de vida darán lugar a la enemistad y la guerra del Peloponeso
con la victoria de Esparta.
Se crea una alianza de 150 polis que se denominará la liga Délica, con el tiempo un auténtico
"imperio" ateniense. Su capital real es Atenas, ésta influirá en ese entorno y favorecerá la
instalación de regímenes democráticos en toda su zona de influencia.

El órgano democrático por excelencia era la Asamblea Popular: a ella tienen acceso todos
los ciudadanos varones y mayores de edad (en Atenas unos 10.000). Se reúne con un
promedio de una vez por semana. Es asamblea soberana, con poder absoluto, y cualquier
ciudadano podía tratar el tema que quisiese. Pero, se presta a la demagogia, los verdaderos
gobernantes son entonces los oradores.
Los tribunales de justicia también se forman a través de sorteo. La política se convierte así en
una especie de deporte popular. La flota ateniense, algo así como un seguro del paro, contrata
a 12.000 hombres anualmente. Los ricos viven de sus rentas, los menos ricos de sus tierras y
esclavos, los pobres del Estado y el Estado de los tributos y las minas de plata de Laurión. Todo
eso saneado por un buen sistema fiscal. Pero en el último tercio de siglo estalla la guerra del
Peloponeso que terminará con la derrota ateniense. En parte la culpa de este desastre se
achaca a la degeneración de la democracia.

En rigor Platón es contemporáneo de esa crisis que se venía incubando desde tiempo atrás.
Muchos hechos lo atestiguan. La corrupción cada vez más generalizada, la manipulación que a
través de la retórica llevaron a cabo los políticos. Especialmente cruel fue el gobierno de los
treinta tiranos (un grupo reducido de ciudadanos presionado por los vencedores espartanos,
para formar un consejo destinado a sustituir la democracia tradicional), en el que había
implicados familiares de Platón. Y sobre todo, más adelante la condena a muerte de Sócrates,
llevada a cabo por un tribunal popular que hará pensar a Platón que la ciudad es como un
barco amotinado que navega a la deriva. Así empezará a forjarse una clara vocación política y
educativa. Quiere que la verdad y la justicia sean practicadas como virtudes ciudadanas (para
los sofistas no eran objetivas).

1.2. Vida

Nació en Atenas en el año 428/427 a. C. Sus padres (Aristón y Perictiona) descendían


de la aristocracia ateniense."Realmente se llamaba Aristoclo, pero un profesor de gimnasia le
apodó Platón por sus anchas espaldas. Su educación fue brillante y completa: estudió
matemáticas y música y cultivó la poesía.
Formó parte del círculo de Sócrates, tras cuya muerte se refugió en Megara por temor
a ser perseguido. Se cree que viajó por Egipto, el norte de África e Italia. En su primer viaje a
Siracusa intentó poner en práctica sus ideas políticas. Pero Dionisio I, enfurecido por sus
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Platón (428-347 a.C.)

críticas, lo vendió como esclavo. Aníceris de Cirene lo compró y pronto lo liberó. Con el dinero
de su rescate, que Aníceris no quiso recibir, Platón fundó la Academia.
En un segundo viaje a Siracusa, intentó nuevamente poner en práctica sus ideas
políticas bajo el gobierno de Dionisio el Joven, pero volvió a fracasar. Aun así realizó un tercer
viaje a Siracusa de donde se vio de nuevo obligado a escapar. Murió en el año 347 a. C.

1.3. Influencias

Es posible que recibiera en Atenas las lecciones de Crátilo, discípulo de Heráclito, del
que heredó la idea de que la realidad sensible está en constante cambio. Conoció a Sócrates, a
quien estuvo muy vinculado hasta su muerte. Cuando la democracia lo condenó a muerte,
Platón llegó a la conclusión de que son los filósofos los que deben gobernar. Gracias a la
influencia de Sócrates se interesó por los problemas éticos y por el método inductivo como
proceso para la determinación de los conceptos universales.
Entabló amistad con Arquitas, lo que supuso su encuentro con el pitagorismo que
influirá, fundamentalmente, en el dualismo antropológico y en su doctrina de la inmortalidad
del alma. Las cualidades que los eleatas y, sobre todo, Parménides, atribuyen al Ser son las que
Platón atribuye a las Ideas, objetos de la ciencia universal. Por otra parte, el Nous de
Anaxágoras se puede considerar el precedente del Demiurgo platónico.
Por último la materia eterna con movimiento caótico de los atomistas es el elemento
primigenio al que el Demiurgo de Platón le impondrá una estructura a imagen y semejanza de
las Ideas.

1.4. Escritos

La mayoría de ellos están elaborados en forma de diálogos imaginarios entre


personajes conocidos de la época. Por las obras platónicas desfila toda la elite ateniense de su
tiempo y, por ello, son de una riqueza costumbrista, social, psicológica, biográfica e histórica
de primera fila, pero, sobre todo, literaria.
Casi todos los diálogos tienen una estructura similar: al comienzo se presenta la
cuestión fundamental de la que tratará la obra. A continuación y, normalmente a través de
preguntas y respuestas, se muestra la falsedad de ciertas opiniones manifestadas por los
interlocutores. Finalmente; mediante un proceso mayéutico, se conduce el diálogo hacia el
descubrimiento de la verdad.
Durante mucho tiempo fue extremadamente difícil ordenar la obra de Platón.
Actualmente, y sobre la base de determinados criterios, como son los personajes históricos
que aparecen, los fragmentos de algunos diálogos que remiten a otros, la evolución de su
doctrina, el vocabulario o el estilo, se ha conseguido establecer una serie de periodos
sucesivos en los que cabe englobar los distintos diálogos:

* Diálogos de juventud. Muestran una clara dependencia de las doctrinas socráticas y


entre ellos destacan: Apología de Sócrates, Critón, Lisis, Hipias menor y Protágoras.

* Diálogos de transición. Pertenecen al periodo que abarca su primer viaje a Italia. En


ellos se pone de manifiesto la madurez alcanzada por Platón al superar a Sócrates que, no
obstante, sigue desempeñando un papel importante, y al elaborar sus propias doctrinas. Se
centra en temas políticos y esboza lo que será su teoría de las Ideas. Es destacable la influencia
de Pitágoras en lo referente a la transmigración de las almas. Estos diálogos son: -Gorgias,
Eutidemo, Crátilo y Menón (5): la virtud puede ser enseñada.
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Platón (428-347 a.C.)

* Diálogos de madurez. Este periodo comprende las obras que Platón escribió desde la
fundación de la Academia hasta su segundo viaje a Italia. Los problemas que se abordan son de
carácter ontológico y suponen la culminación de la teoría de las Ideas. A esta época
pertenecen La República (1,2,3): organización ideal de la ciudad, Fedón, Fedro (4): belleza y
naturaleza del alma, y El Banquete.

* Diálogos críticos. Se llaman así por la crítica que ejerce Platón contra gran parte del
pensamiento que le había precedido. En ellos abandona el recurso a los mitos, tan utilizado en
otras obras, y Sócrates deja de ser el personaje central. Pertenecen a este periodo:
Parménides, Teeteto, Sofista y Político.

* Últimos diálogos. Se centran en cuestiones cosmológicas e históricas y su postura Se


endurece en lo que se refiere a la teoría política. Es importante destacar la influencia del
pitagorismo en su concepción del cosmos. Pertenecen a este periodo: Timeo, Critias y Las
Leyes.

2. La teoría de los dos mundos: sensible e inteligible (ontoloxía)

Con los sofistas se pierde la concepción de la sabiduría, y de la verdad, en la que se


movían los presocráticos. Para los sofistas no hay más mundo que el mundo inmediato en que
nos desenvolvemos: el mundo múltiple de las cosas (y, sobre todo, de las cosas que atañen a la
vida en la polis). La concepción de la verdad como desocultamiento se pierde -y con ella todo
criterio de verdad-.
Sócrates intenta restablecer el valor de la verdad y de la sabiduría, pero, al igual que
los sofistas, sigue moviéndose en el ámbito inmediato de las cosas. En ese intento de
encontrar un criterio de la verdad y del conocimiento sin abandonar el mundo inmediato de
las cosas Sócrates desarrolla una nueva concepción del ser y del conocimiento: conocer es
conocer lo universal. Estar en la verdad será, ahora, descubrir el «qué es» de cada cosa, pero
este «qué es» queda establecido en las definiciones universales. Es decir, tal como hacían los
sofistas, tratamos con las cosas inmediatas, pero, a diferencia de ellos, el ser de estas cosas se
pone en la definición universal, en algo que ya no es la cosa sensible inmediata (y que, por lo
tanto, ya no viene dado a través de los sentidos, sino del nous).

Siguiendo la concepción del conocimiento que establece Sócrates, Platón sostiene que
los puros datos sensibles no nos dan conocimiento, pero las meras definiciones tampoco
acabarán resultándole convincentes a Platón (quizás, porque consideraba que carecían de
fuerza motivadora). En contacto con los matemáticos pitagóricos de la Magna Grecia, Platón
descubre nuevas vías para plantear los problemas relativos al conocimiento y a la estructura
de la realidad. Así, para aquellos, la estructura última del mundo (de la physis) descansaba
sobre entidades tales como la «unidad», la «dualidad», etc.
A partir de esta doble influencia (socrática y pitagórica) Platón llega a desarrollar la
idea de que el conocimiento lo es de lo universal (como sostenía Sócrates), pero (a diferencia
de Sócrates) esto universal no lo concibe como meras definiciones sino como entidades
similares a aquellas con las que trabaja la matemática pitagórica. Entidades que tienen
realidad por sí mismas, independientemente del mundo sensible, y a las que no se puede
acceder a través de los sentidos sino por la inteligencia (nous). A estas entidades Platón les
denomina Ideas.
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Platón (428-347 a.C.)

2.1. Los dos mundos: dualidad ontológica

Hay dos mundos separados uno del otro: el mundo sensible, al que accedemos a
través de nuestros sentidos; y el mundo inteligible, al que accedemos a través del nous. Platón
sostendrá que el único mundo propiamente real es el mundo inteligible, ya que en él radica el
ser de las cosas sensibles (el mundo sensible no sería más que una copia defectuosa -en tanto
que constituido de materia- de aquél).

↗Ꙭ O MITO DA CAVERNA Texto 3 ABAU

En el mito de la caverna (libro VII de La República) se representa simbólicamente la


estructura de la realidad, entre otras cuestiones: los hombres que viven en este mundo son
como prisioneros que nunca han visto la luz del Sol y que se hallan encadenados de pies y
manos en el fondo de una gran caverna, de espaldas a la única abertura que comunica con el
exterior. Dentro de la caverna y detrás de ellos arde una hoguera de la que les separa un muro,
a lo largo del cual van pasando hombres portadores de figuras de cosas y animales. Los
prisioneros solamente pueden escuchar sus voces y contemplar las sombras que se proyectan
sobre el fondo de la pared que tienen ante ellos. En este estado permanecen hasta que uno de
ellos se libera de sus cadenas y sale de la cueva para contemplar la luz del Sol y las cosas
reales.
¿Qué simboliza este mito?
• La caverna es el Mundo Sensible y sus sombras son las cosas que lo pueblan.
• Los hombres encadenados al fondo de la caverna representan al hombre
encadenado a los sentidos y a los apetitos del cuerpo, que considera que lo percibido por él es
la única realidad existente.
• El mundo exterior es el Mundo de las Ideas o Mundo Inteligible.
• El Sol es la idea de Bien.
• El hombre que logra salir de la cueva es el filósofo, que ha conseguido liberar su alma
de las cadenas del cuerpo y que contempla la verdadera realidad: las Ideas.

2.2. Mundo inteligible o mundo de la Ideas

• Definición de Idea: la expresión idea que usa Platón, tenía en griego antiguo, el doble sentido
castellano de «visión» y «aspecto» o «figura». Finalmente, se ha acabado traduciendo al
vocabulario filosófico como Idea o Forma. Por tales Ideas no entiende Platón un contenido del
entendimiento, algo que estuviese en la mente humana, sino entidades que existen por sí
mismas. Cada una de estas Ideas reúne los caracteres del ser de Parménides: son eternas,
simples (es decir, indivisibles), inmutables, y limitadas (es decir, determinadas), no se crean, no
se transforman, no nacen, no desaparecen; por lo mismo, son independientes del mundo físico
(lo trascienden) y situadas en un plano superior a dicho mundo. Estas Ideas son las que
encierran el verdadero ser de las cosas, su esencia.

• Ideas y cosas: ¿Qué diferencia un ente sensible de su Idea correspondiente? A Platón no le


interesa lo que sea un caballo, o un perro, o el agua, sino lo que es el bien, la belleza, la virtud,
el buen gobierno, la justicia, etc. Pero el problema es el mismo: en el mundo sensible nunca
encontraremos más que casos particulares, que no pueden fundamentar un conocimiento (ya
que, según la concepción socrático-platónica, el conocimiento para serlo ha de darnos el «qué
es», la esencia», que no es algo particular sino universal).
Por ello el conocimiento sólo puede ser conocimiento si lo es de las Ideas; dado que las
Ideas son:
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Platón (428-347 a.C.)

• Lo general en sí mismo. Lo auténticamente real, eternamente real, más allá del


tiempo y el espacio que las haría corruptibles.
• Las esencias de las cosas, que sólo puede captar el pensamiento.
• Las causas ejemplares o modelos de las cosas del Mundo Sensible.
• Entes que existen verdaderamente en otra dimensión de la realidad (el Mundo de las
Ideas), no simplemente representaciones mentales. No necesitan de nada que no sean ellas
mismas para existir.
• Entes metafísicos que encierran el verdadero valor de las cosas, la realidad misma.
* Epistemológicamente son los únicos objetos del conocimiento.
* Ontológicamente son los únicos objetos reales.
* Las Ideas son las causas de las cosas. Las Ideas son con relación a las cosas sus causas
ejemplares, formas o modelos. Así, por ejemplo, las cosas son justas porque imitan o
participan de la Idea de Justicia o de la Justicia en sí.
* Las Ideas son únicas, inmutables e inalterables, eternas, sólo captables por la
inteligencia, no tienen mezcla de no-ser, no están sujetas ni al movimiento ni a la corrupción,
no cambian, son incondicionadas y absolutas (tienen los atributos del Ser de Parménides). Sólo
ellas y no los objetos sensibles existen verdaderamente. En cambio, las cosas son múltiples,
son perceptibles por los sentidos, están sometidas a cambios permanentes y no son
estrictamente reales.
* El mundo de las Ideas está jerárquicamente organizado (unas dependen de otras:
juzgar depende de justicia, no al revés). Según Platón hay infinidad de Ideas. En la cúspide de
esta organización jerárquica está la idea de Bien, que se identifica con la de Verdad y la de
Belleza, pues el Bien es lo Verdadero y lo Bello.
* Las Ideas son criterios de valoración y ellas mismas valores. Constituyen los criterios
necesarios para juzgar las cosas sensibles. Así, una cosa es bella porque se asemeja a la Idea de
Belleza, porque se acerca al criterio de valoración representado por la Idea de Belleza.
Las Ideas sirven para superar el dualismo entre lo uno y lo múltiple, lo móvil y lo
inmóvil, lo contingente y lo necesario, lo relativo y lo absoluto, el ser y el no-ser.
La teoría de las Ideas está en la base de la filosofía platónica en todos sus aspectos: en
el aspecto lógico se plasma en su teoría de los universales; en el aspecto ontológico o
metafísico vertebra la estructura de la realidad y la cosmología platónicas; el aspecto
antropológico da lugar a su teoría del alma; el aspecto epistemológico se pone de manifiesto
en la teoría dualista del conocimiento; el aspecto moral hace girar la ética de Platón en torno a
la Idea de Bien, y, por último, el aspecto político origina la teoría-platónica del Estado ideal.

2.3. El mundo sensible: cosmología

• Características: es el mundo inmediato que nos es dado a través de los sentidos. Las
cosas de este mundo sensible no tienen verdadero ser, sino que están en un permanente
devenir. Sin embargo, y puesto que podemos hablar de este mundo, algún tipo de ser sí que
tendrán (a fin de cuentas tienen que ser algo, no son una pura nada); pues bien, el ser que
tienen las cosas sensibles le viene dado de las Ideas. Platón dice que tienen un ser participado
(participan del ser de las Ideas en un sentido similar a como la imagen del espejo participa del
ser del que es reflejo).
• Génesis del mundo sensible: para explicar cómo se genera este mundo sensible (que
no tiene ser por sí mismo) a partir del inteligible, Platón recurre nuevamente a un mito: El mito
del Demiurgo. El Demiurgo es una especie de dios muy poderoso (pero no todopoderoso, por
lo que no puede crear desde la nada y necesita de la materia), y sabio (para Platón uno de los
rasgos que caracteriza a los dioses es que son sabios, a diferencia de los hombres que sólo
pueden ser filó-sofos) que construye el mundo a imagen de las Ideas, a partir de una materia
inicial. El Demiurgo sería una especie de alfarero que hace cosas de barro a partir de un
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Platón (428-347 a.C.)

proyecto ya hecho. Tenemos así tres elementos que entran en la constitución del mundo
sensible:
1. El Demiurgo: es una inteligencia ordenadora (en un sentido parecido al nous de
Anaxágoras). No es un creador (en el sentido de que crea desde la nada, tal como será
concebido el Dios judeo-cristiano), sino un constructor. Es un ser distinto de las Ideas e inferior
a ellas, pero superior a todos los dioses y cosas de este mundo sensible. Es eterno, inteligente,
bueno, poderoso y feliz, y por ello construye (copia, ordena) el mundo para difundir el bien y la
felicidad, ya que el mundo hecho por él es más perfecto que la materia que había antes, donde
regía el caos, la indeterminación (no obstante, hay que recordar que Platón usa al demiurgo,
de modo consciente, como un mito, para explicar lo que no consigue explicar claramente de
otra forma).
2. La materia: es aquello con lo que trabaja el Demiurgo. Es eterna (no fue creada por
el Demiurgo sino que, como las Ideas, existe desde siempre). Es totalmente indeterminada y
posee movimientos irregulares. Sobre ella opera el Demiurgo transformando lo que era un
kaos (= desorden) en un kosmos. En algunos diálogos Platón parece identificar esta materia
con el puro espacio vacío (esta concepción de la materia puede haberla tomado de los
atomistas); en cualquier caso esta materia la concibe como no-ser.
3. Las Ideas: son el modelo en el que se fija el Demiurgo para construir el mundo. El
Demiurgo tratará de hacer el mundo lo más perfectamente posible, es decir, lo más
determinadamente posible, pero al tener que hacerlo de esta materia caótica que había, el
mundo nunca podrá ser tan perfecto como las Ideas, ya que la materia es, por su propia
naturaleza, indeterminada, e introduce la indeterminación, el caos, en el mundo sensible.

El mundo sensible participa del inteligible, pero en algunos Diálogos aparecen también
otras diversas formas de relación entre el mundo sensible y el inteligible.

- Por participación (méthexis): las cosas sensibles participan de las Ideas.


- Por imitación (mímesis): el mundo sensible ha sido hecho por el Demiurgo a imitación de las
Ideas.
- Por presencia (parousía): si la cosa sensible tiene un cierto ser, si podemos considerar que es
tal cosa (por ejemplo, una vaca) es porque hay algo de la Idea en la cosa sensible, de algún
modo, la Idea está presente en ella.

No obstante, todas estas formas de relación entre el mundo sensible y el inteligible son
problemáticas; en el Parménides, el propio Platón se las cuestiona, y sostiene que las Ideas
sólo se pueden relacionar con las Ideas, y las cosas sensibles con las cosas sensibles.
El Demiurgo obra de acuerdo con un fin: ha querido que «todas las cosas fuesen
buenas» y, por tanto, ha hecho el mundo mejor y más bello posible. Platón adopta en este
caso una explicación finalista o teleológica frente a las explicaciones mecanicistas de los
presocráticos. La tarea del Demiurgo (principio ordenador) consistió, pues, en ordenar la
materia primigenia y amorfa en el espacio preexistente de acuerdo con los modelos
ejemplares, inmutables y eternos (las Ideas), siguiendo un principio teleológico, lo cual dio
origen a las realidades sensibles.
La cosmología platónica se basa en una concepción teleológica del cosmos y destila un
cierto optimismo, según el cual éste es el mejor y el más bello de los mundos posibles.
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Platón (428-347 a.C.)

3. Teoría del conocimiento (coñecemento)

3.1. Delimitación del objeto de conocimiento


Puesto que la realidad que captamos a través de los sentidos está sometida a
constantes cambios, de ella no puede existir un conocimiento objetivo y universalmente
válido. Por eso, la ciencia no puede reducirse a los resultados de la sensación.
Pero Platón no admite que todo esté sujeto al devenir. Al cambio se sustrae la esencia
de las cosas, las Ideas. Sólo de estas últimas puede haber ciencia, porque sólo ellas son
estables y susceptibles de ser definidas de una forma válida y universal. Así, desde una
perspectiva epistemológica, las Ideas vienen a fundamentar la objetividad y universalidad del
conocimiento.

3.2. Los grados fundamentales del conocimiento


Para Platón los grados del conocer se corresponden con los grados del ser. Sólo es
cognoscible el ser (las Ideas), mientras que el no-ser es absolutamente incognoscible. Pero
entre el ser y el no-ser existe algo intermedio que se puede enunciar como el llegar-a-ser (el
ser en movimiento, las cosas cambiantes).
Conocer es conocer lo universal, lo que en lenguaje platónico quiere decir que conocer es
conocer las Ideas; pero éstas no están en el mundo inmediato, sensible, en el que nos
desenvolvemos, si no por encima de él, trascendiéndolo. ¿Cómo, pues, podemos ascender
desde este mundo sensible al mundo inteligible de las Ideas? Platón recurre a dos tipos de
explicaciones: 1) una explicación de tipo mítico: la teoría de la reminiscencia, mediante la cual
se explica como el conocimiento puede ascender desde el mundo sensible al de las Ideas; y 2)
una explicación plenamente científica: la dialéctica, mediante la cual se explica cómo podemos
ascender desde el conocimiento de las Ideas más bajas al conocimiento de la Idea de Bien.
Ambas, reminiscencia y dialéctica, espoleadas por eros, el amor/deseo.

Igualmente, aunque en el mundo sensible no es posible el auténtico conocimiento, sin


embargo, y puesto que no nos queda más remedio que desenvolvernos en él, Platón también
habla de un cierto tipo de conocimiento sensible, del que no podemos prescindir. De modo
que, finalmente, Platón habla de cuatro grados de conocimiento (dos grados de conocimiento
sensible y dos de conocimiento intelectual o científico, en orden ascendente que aparecen
perfectamente ilustrados en el "mito de la caverna».

↗Ꙭ O SÍMIL DA LIÑA Texto 2 ABAU

• Conocimiento de los objetos sensibles: es un conocimiento de segundo orden, sólo


produce mero parecer, mera opinión (doxa), no es, por lo tanto, un auténtico conocimiento. Se
pueden distinguir en él dos grados:
1. La conjetura (eikasía): es el conocimiento de las imágenes, sombras y reflejos de las
cosas sensibles; así como de los personajes de la mitología, las invenciones de los poetas, las
ficciones en general. Las cosas de las que trata este tipo de conocimiento no son directamente
perceptibles, ni demostrables, ni intuibles. Fondo de la caverna.
2. La creencia o fe (pistís): es el conocimiento de las cosas sensibles directamente
perceptibles, tales como las cosas de la naturaleza y del arte. Tales cosas son copias
imperfectas de las Ideas, y no son demostrables, ni intuibles. Los porteadores.

• Conocimiento del mundo inteligible: este es auténtico conocimiento.


Platón usa la expresión griega episteme, que luego será traducida por ciencia, para
designarlo. Consta también de dos grados:
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Platón (428-347 a.C.)

3. La razón discursiva (dianoía) o pensamiento: nos da el conocimiento de los objetos


matemáticos, los cuales son entidades intermedias entre el mundo sensible y el inteligible, ya
que, al igual que las Ideas, son eternos, y, al igual que las entidades sensibles, hay una multitud
para cada especie. El conocimiento de estas entidades sensibles se da en una intuición, a
través del nous como las Ideas, pero, a diferencia de éstas, se necesita además de la
sensibilidad.
Por estar las entidades matemáticas a medio camino entre el mundo sensible y el
inteligible, Platón considera al conocimiento matemático como un paso previo, como
propedéutica (preparatoria), para acceder al verdadero conocimiento, al conocimiento de las
Ideas. A este respecto se cuenta que en la puerta de la Academia había grabada la siguiente
frase: "Nadie entre aquí sin saber matemáticas».
4. La razón intuitiva (noesis), inteligencia pura o conocimiento: nos da el conocimiento
de las Ideas; éstas se conocen directamente, sin ayuda de los sentidos, en una visión
intelectual. Esta visión se lleva a cabo a través del que podríamos denominar "órgano de la
visión del alma», el nous (más adelante a este tipo de relación inmediata del entendimiento
con algo le denominaremos intuición pura). Pero éstas Ideas mantienen una relación
jerárquica entre sí, constituyendo una unidad, y para conocer esta relación, que las hace
determinarse a unas frente a otras, se necesita la dialéctica; por ello, la ciencia que
corresponde a este grado de conocimiento es la dialéctica.
Las sombras y las imágenes son copias de los seres naturales, éstos de los entes
matemáticos y éstos de las Ideas. Sólo es verdadero conocimiento el alcanzado por la razón.
Desprecia el papel de la experiencia sensible como fuente de conocimiento, aunque si
reconoce que es necesario para estimular el recuerdo. Es un racionalista, antiempirista.

3.3. Métodos para llegar a conocer las Ideas:


A. Conocer como recordar: la reminiscencia
Al encarnarse en el cuerpo, el alma olvida (pero no definitivamente) su pertenencia al
mundo de las Ideas y lo que vio y conoció allí; pero una vez encarnada en un cuerpo dispone
de sentidos para percibir las cosas sensibles, y, como éstas son una copia de las inteligibles -de
las Ideas-, al verlas el alma "recuerda" los originales. Las cosas le sirven como estímulo para
recordar (anamnésis) aquello que conocía pero estaba olvidado. Así, cuando estamos ante un
caballo ¿cómo sabemos que eso es un caballo? Según Platón porque de antemano hemos visto
la "Idea de Caballo” de la que todos los caballos participan, con lo que, al ver el caballo
sensible concreto, lo que hacemos es "recordar" la "Idea de Caballo”. El conocimiento es
conservado como Ideas innatas que recuperamos mediante el recuerdo estimulado por el
conocimiento sensible, produce opinión pero también ayuda a estimular el recuerdo del
verdadero conocimiento. Porque cuando nombro algo, “recuerdo” su significado ideal y
perfecto.

↗Ꙭ REMINISCENCIA Texto 5 ABAU

B. La dialéctica
Por dialéctica van a entenderse cosas diversas a lo largo de la Historia de la filosofía. En
general podemos decir que la dialéctica "es toda forma de pensamiento -o de realidad- que
avanza a través de la contraposición de tesis”
En el caso de Platón no se parte exactamente de una contraposición de tesis, pero sí
de algo parecido; se parte de una diversidad de Ideas, para encontrar algo que tengan esas
Ideas en común. Como las Ideas mantienen una relación jerárquica entre sí, la síntesis nos lleva
desde las Ideas inferiores a las superiores en un proceso de ascensión. Por eso se conoce esta
forma de la dialéctica platónica como dialéctica ascendente (composición). El alma se libera,
progresivamente, de la multiplicidad del mundo sensible (fuente de error, de ignorancia).
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Platón (428-347 a.C.)

Pero además Platón desarrollará una nueva concepción de la dialéctica, lo que se ha


llamado dialéctica descendente (división). Al transmitir y enseñar o mostrar el camino del
conocimiento.
1. Por la primera se trata de ir de la multiplicidad a la unidad, buscando afinidades,
identidades, entre las diversas ideas (componiendo), hasta alcanzar un fundamento único de
todo el saber: la Idea de Bien.
2. Por la segunda se trata de ir de la unidad hasta la multiplicidad, dividiendo las Ideas
en dos partes de cada vez.
En Platón la dialéctica es el razonamiento superior que sin usar imágenes sensibles
llega a la Idea de Bien. Y a la vez es el método para ir del conocimiento sensible al inteligible.
El uso de la dialéctica es propio del filósofo que busca la verdad, y no la persuasión como los
sofistas.

C. La concepción platónica del amor


Lo que en español designamos con la palabra «amor» era designado en griego con tres
expresiones distintas: 1) eros, 2) philia, y 3) agape. Eros significa amor, pero vinculado al deseo
(amor sexualizado, el amor que puede existir entre una pareja). Philia tiene un sentido similar
al de amistad (recordemos que la palabra filosofía significa amor, o amistad por la sabiduría).
Agape significa algo así como estimación, reciprocidad.
Platón atribuye al eros un papel muy importante en la filosofía, pues es el amor-deseo
lo que espolea al filósofo hacia el mundo de las Ideas. Ciertamente este amor-deseo, comienza
siendo deseo sensual, de la belleza sensible. Pero una vez encendido el deseo no se satisface
en el mundo sensible y el alma, empujada por este deseo, inicia una ascensión que le lleva del
amor a la "belleza física de los cuerpos», al amor a la «belleza del alma», y de éste al amor a la
belleza de las «instituciones y de las leyes», luego al amor a la belleza del «orden
matemático», y finalmente al amor a la belleza en sí, a la «Idea de Belleza». Éste es el
auténtico sentido del «amor platónico». Para Platón, eros, el deseo, el amor, es como un
intermediario entre lo divino (el mundo de las Ideas) y lo humano.
Se puede llamar dialéctica emocional: como el amor a la verdad nos hace buscarla
hasta descubrirla.

* La filosofía como purificación. En el Fedón, la filosofía aparece como catarsis, un


modo de liberarse y de prepararse para la muerte. El filósofo sabe que sólo podrá llegar a la
contemplación directa de las Ideas cuando muera y, por eso, mientras permanezca en el
mundo, su tarea consiste en purificarse y preparar el alma para su definitiva separación del
cuerpo. El auténtico filósofo no teme a la muerte, pues ésta supone el paso a la contemplación
plena de la Verdad.

4.A. Platón: antropoloxía e política:

4. Dualismo antropológico (concepción dualista do ser humano)

El dualismo establecido por Platón entre el Mundo de las Ideas y el Mundo Sensible se
traduce en el caso de la antropología en un dualismo entre cuerpo y alma. En Platón, el
hombre es un compuesto de estas dos realidades.
El cuerpo es una cárcel para el alma. Platón define el alma como una realidad
espiritual, inmortal y simple, cuyo lugar es el Mundo de las Ideas. Es, además, el principio que
anima al cuerpo y sin el cual éste permanecería sin vida y sin movimiento. Es, por tanto, lo que
vincula al hombre con la realidad verdadera. Por el contrario, el cuerpo es de naturaleza
material, mortal, imperfecta y pertenece al mundo sensible. Mientras se encuentra unida al
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Platón (428-347 a.C.)

cuerpo, el alma aspira a volver al Mundo de las Ideas. Por ello, la unión del alma y el cuerpo se
describe como una unión accidental y transitoria.
Para Platón el alma consta de tres partes distintas, que desempeñan distintas
funciones, aunque en algunos de sus escritos habla de tres tipos de alma:

4.1. Alma racional. Situada en la cabeza, es inmortal, inteligente y de naturaleza


divina. Es la más noble y elevada y su actividad consiste en conocer intelectivamente y
gobernar a las otras dos partes del alma, inferiores a ella. Propia del alma racional es la virtud
de la prudencia.

4.2. Alma irascible. Situada en el pecho, es fuente de pasiones nobles.


Simboliza el valor y la voluntad y se deja conducir muy fácilmente. Propia del alma irascible es
la fortaleza.

4.3. Alma concupiscible. Situada en el vientre, es mortal, se destruye cuando el cuerpo


muere. Fuente de pasiones innobles y la más relacionada con el cuerpo de las tres. Difícil de
guiar. Simboliza el deseo y la pasión sensible inmoderados, la incontinencia, la soberbia. Su
virtud es la templanza.

↗Ꙭ Mito do carro alado Texto 4 ABAU

5. Ética y política (dimensión antropolóxica e política da virtude)

Platón supera el relativismo moral de los sofistas que defendían que los valores
morales son relativos a cada individuo, lugar y cultura, son convenvionales. Platón defiende
que las Ideas son los modelos de las cosas. Por ello, se convierten en los criterios exactos para
discernir lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto.

5.1. El concepto del Supremo Bien


La ética de Platón trata de averiguar en qué consiste el Supremo Bien para el hombre.
Según Platón, la vida feliz es una mezcla equilibrada de placer y sabiduría. Sin embargo, a juicio
de algunos autores, el Bien absoluto para Platón no es, en definitiva, otra cosa que la
contemplación de las Ideas.

5.2. La virtud
Mediante la práctica de la virtud se accede al Supremo Bien y, por tanto, a la suprema
felicidad. El concepto de virtud tiene, en Platón, tres sentidos, que no se dan por separado sino
vinculados a su teoría de las Ideas y a su concepción del alma: por influencia de Sócrates la
virtud sigue siendo considerada como sabiduría (sabiduría que sólo se alcanza en un «ver» que
realiza el alma a través del nous); por influencia del orfismo y el pitagorismo la virtud es
considerada como purificación (por la cual el alma se libera del cuerpo); y según su propia
concepción tripartita del alma la virtud es considerada como justicia (entendiendo por tal una
armonía entre las facultades del alma):
1. Virtud como sabiduría: como Sócrates, considera que sólo puede obrar bien quien
conoce lo que es el bien, etc. La diferencia es que ahora el Bien, la Justicia, y demás, son
considerados entidades subsistentes por sí mismas.
2. Virtud como purificación: con el orfismo surge la concepción del alma como
inmortal. Esta concepción es asumida por los pitagóricos que consideran que el alma es
inmortal y se reencarna tras la muerte del cuerpo que es concebido como una cárcel para el
alma. Por todo ello, tanto el orfismo como los pitagóricos consideran necesaria la purificación,
entendiendo por tal un proceso por el cual el alma se va liberando paulatinamente del cuerpo.
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Platón (428-347 a.C.)

En el caso de Platón esta liberación tendría por objeto último que el alma, ya enteramente
libre, y sin necesidad de reencarnarse en otro cuerpo, pudiera contemplar las Ideas.
3. Virtud como justicia: Platón sostiene que el alma tiene tres funciones: la irascible o
volitiva, la concupiscible o apetitiva y la inteligible o racional. Pues bien, a cada una de estas
tres funciones le corresponde su virtud particular. Tenemos así: (1) la sabiduría o prudencia
(phrónesis): es la virtud propia del alma en su función racional. Es esta virtud la que acerca al
alma al mundo de las Ideas. (2) La fortaleza o valor (andreía): es la virtud propia del alma en su
función irascible. Es la que mueve al alma a superar las dificultades en su ascensión hacia el
mundo de las Ideas. (3) La templanza (sophrosyne): es la virtud propia del alma en su función
concupiscible; por ella el alma modera sus apetitos corporales. Cuando se dan estos tres tipos
de virtudes se da la justicia, que Platón, siguiendo la concepción general que tiene el mundo
griego de la justicia, entiende como orden o armonía (en este caso entre las tres funciones del
alma).
Una vida buena y, por lo tanto, feliz es aquella en la que cada parte del alma funciona
adecuadamente. Los sentimientos y las pasiones obedecen al intelecto. La felicidad podría
alcanzarse en el mundo sensible mediante la práctica de la virtud y el cultivo de la filosofía.

↗Ꙭ Texto 1 ABAU

5.3. El Estado ideal : política (expone un modelo de sociedad perfecta)

Para los griegos, la vida social es una necesidad de la naturaleza humana y también
Platón considera al hombre como un ser social por naturaleza. En el aspecto político, trata de
establecer cuál es el Estado ideal, porque considera que el individuo sólo puede ser perfecto
en un Estado perfecto y, a la inversa, un Estado perfecto sólo es concebible si sus ciudadanos
son virtuosos. El individuo por sí sólo no puede llegar a la perfección, necesita del Estado,
necesita vivir en sociedad.
El Estado nace cuando a la sociedad constituida por los individuos se le presentan
necesidades secundarias que hacen que evolucione hasta convertirse en una ciudad, en la
polis. En la sociedad surge espontáneamente la división de funciones y el trabajo y las distintas
necesidades materiales dan lugar a diversos oficios artesanos que desarrollarán algunos
individuos. Por otro lado, la ambición o la necesidad de ampliar el propio territorio será causa
de choques violentos de la ciudad con otras ciudades, lo cual hará necesaria la existencia de los
guardianes. Asimismo, la vida misma de la ciudad exige que exista un gobierno, que deberá ser
ejercido por una minoría selecta, la de los filósofos, cuya misión consistirá en regular las
relaciones entre los ciudadanos y de éstos con la ciudad, asignando a cada Uno de sus
miembros la función que le corresponde en el conjunto social.
En La república, y más tarde en las Leyes, describe lo que habría de ser, un Estado
ideal. El fundamento de ese Estado ideal habría de descansar en la virtud, entendida ahora
como justicia. Es decir, sólo cuando se da la justicia puede funcionar bien la Ciudad. Pero ya
hemos dicho que los griegos, y Platón entre ellos, entienden la justicia como orden, como estar
cada cosa en su lugar. Así, un alma es justa cuando cada parte cumple la función que le
corresponde, se mantiene en su lugar. Pues bien, siguiendo el mismo esquema que había
aplicado a la descripción de las funciones del alma, el Estado Justo debería estar compuesto
por tres estamentos, cada uno de los cuales cumpliendo con su misión específica:
1. El de los gobernantes-filósofos: serán los encargados de dirigir a los ciudadanos.
Serán elegidos de entre los guerreros más sabios y prudentes. Tienen que tener un perfecto
conocimiento del mundo de las Ideas, ya que sólo quien conoce lo que es el Bien en sí, la
Justicia en sí, podrá ser realmente justo y bueno y dirigir a los demás por el camino de la
justicia. Deben legislar y velar por el cumplimiento de las leyes. Han de ser prudentes y sabios.
Esta es la razón por la que los gobernantes han de ser filósofos.
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Platón (428-347 a.C.)

2. Los guerreros-guardianes: serán los encargados de defender a los ciudadanos de sus


enemigos. Serán elegidos de entre los ciudadanos más fuertes y valerosos; el valor (andreía) ha
de ser la virtud que los caracterice.
3. El de los agricultores, artesanos y comerciantes: serán los encargados de producir
los bienes necesarios para la vida de toda la población. Satisfacen las necesidades materiales
de alojamiento, alimento, vestido. Son los únicos que tienen derecho a la propiedad privada. Y
son la clase más numerosa. Tendrán como virtud característica la templanza.

La sociedad se concibe como una mútua satisfacción de necesidades entre sus


miembros. Cuando cada uno de estos estamentos cumple con su virtud específica, se da la
Justicia. Platón establece también un paralelismo entre la justicia en el individuo y la justicia en
la ciudad: si, en el primer caso, la justicia consiste en velar por que cada parte del alma realice
la virtud o disposición que le es propia, la justicia en la ciudad consiste en conseguir que cada
una de las tres clases de ciudadanos se atenga al cometido que le es propio. Por ello, el filósofo
es el mejor capacitado para gobernar, pues conoce mejor que nadie el Bien y la Justicia.
La figura del gobernante-filósofo aparece como consecuencia de la concepción
intelectualista heredada de Sócrates, según la cual, no se puede hacer el bien si no se tiene un
conocimiento explícito de lo que es el bien. El gobierno de la ciudad debe ser un arte basado
en el conocimiento de la verdad.

En el Estado ideal de Platón, el bien común está por encima de cualquier bien
particular. Puesto que los filósofos deben buscar el bien de la colectividad antes que el suyo
propio o el de individuos particulares, y para evitar tentaciones interesadas y distracciones
inútiles, no deben poseer propiedad privada alguna, ni mujer ni hijos propios. Su interés
máximo debe ser lograr la mayor sabiduría posible, con el fin de estar bien preparados para
desempeñar su misión de gobierno.
También los guerreros deben renunciar a la familia y a las mujeres en régimen de
matrimonio monogámico y permanente. No tendrán, tampoco, propiedad privada alguna y
dominarán su violencia ejercitando la virtud de la fortaleza, bajo la dirección de la razón. No
teniendo nada propio, defenderán la ciudad como interés común.
Tanto los guardianes como los filósofos vivirán mantenidos por un sueldo que les
asignará la comunidad en tanto que servidores suyos; y aun ese sueldo se les pagará en una
moneda que solamente podrá tener circulación con estos fines. Vivirán en edificios que habrán
de ser propiedad del Estado. Las mujeres y los hijos serán comunes a todos. Los hijos no
conocerán a sus padres, ni los padres a sus hijos.
Los únicos que disfrutarán de propiedad privada, aunque común, limitada y bajo el
control directo del Estado, y los únicos que mantendrán vínculos familiares estables son los
artesanos, que deben proveer a las necesidades vitales de la sociedad. Los artesanos no
necesitan ningún tipo de educación, sólo la profesional propia de cada uno, y tienen que
obedecer a los poderes políticos.
En este Estado ideal sólo los mejores, una, minoría muy selecta, ostentan el poder. Las
clases sociales, aunque abiertas, están controladas por un preciso criterio selectivo. Es un
Estado de clara inspiración aristócrata. Es también interesante destacar aquí que, en el Estado
ideal de Platón: las mujeres tienen las mismas capacidades naturales que los hombres, de
manera que pueden desempeñar las mismas funciones sociales que ellos, incluida la guerra.
Se trata, pues, de una organización política estrictamente jerarquizada. No todos los
hombres están igualmente dotados por la naturaleza ni deben realizar las mismas funciones.
En cada uno predomina un alma y ha de ser educado según las funciones que deba realizar. El
Estado platónico es, ante todo, una institución educativa. La injusticia aparece cuando los
hombres realizan tareas para las que no están capacitados.
La ciudad perfecta debe tener una educación (paideia) perfecta:
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Platón (428-347 a.C.)

La 1ª clase social no requiere educación especial porque las artes y los oficios se
aprenden fácilmente a través de la práctica.
La 2ª clase, la de los guardianes, recibirá una educación preferentemente de gimnasia
y música para robustecer el valor y la fortaleza.
La 3ª clase, la de los gobernantes, ha de dominar la filosofía. Entre los 30 y los 35 años
aprenderán dialéctica. A partir de ahí se formarán exclusivamente para gobernar. El principal
objetivo es que los que han de gobernar conozcan las Ideas de Bien y de Justicia.

5.4. Formas de gobierno históricas


El Estado ideal descrito en La república tendría las características que Platón considera
esenciales a la perfección del mundo de las Ideas, sería lo más aproximado posible a lo eterno,
siempre idéntico a sí mismo; pero dicho Estado no se ha dado nunca en la historia (algunos
intérpretes de Platón consideran, incluso, que éste no pretendía que tal Estado pudiese darse
en la historia, sino, simplemente, usarlo como un ideal al que se debería tender). Frente a este
Estado ideal, los Estados históricos no son justos, ni permanentes, sufren inevitables procesos
de decadencia. Platón clasifica así las distintas formas de gobierno dadas históricamente de
mejor a peor (la historia es decadente):

1. Aristocracia o monarquía: es el gobierno de los mejores (recordemos que la propia


palabra aristocracia viene de aristos = los mejores, y cracia = gobierno), de los que poseen en
mayor grado la virtud. Mientras ellos gobiernen se dará la justicia. Sucede que a veces los
aristócratas van perdiendo poder, por lo que necesitarán aliarse a los militares si quieren
mantenerlo. Pero la virtud específica de los militares no es la sabiduría sino el valor, y como
consecuencia la aristocracia degenerará en ...
2. Timocracia: que es aquel tipo de gobierno que se rige por la ambición y el ansia de
honor, que caracteriza a los guerreros. Bajo esta forma de gobierno existe el orden pero no su
fundamento. Como no tienen a la sabiduría rigiendo sus actos, se entregan a la acumulación
de riquezas y a la búsqueda del poder por el poder; además conforme pasan las generaciones,
los hijos de los militares, ya instalados en el poder cómodamente, perderán las cualidades que
regían el comportamiento de sus padres, como el valor y la austeridad, con lo que finalmente
conducirán el gobierno a una ...
3. Oligarquía: que es aquel tipo de gobierno en el que unos pocos acaparan el dinero y
las riquezas, mientras que la mayoría de los ciudadanos se empobrece. Llegará un momento
en que el número de ciudadanos pobres sea muy numeroso y se rebelarán instaurando una
nueva forma de poder, la ...
4. Democracia: la democracia (recordemos que democracia proviene de demos =
pueblo, y cracia = gobierno) es el gobierno de todos; por lo que, según Platón, cada uno
intentará obtener más beneficios para sí, sin pensar en lo común, en la Ciudad, y el gobierno
degenerará en una anarquía. En este punto, el pueblo, cansado del caos reinante, confiará el
gobierno a un solo individuo para que imponga orden, ley, se establece entonces una ...
5. Tiranía: donde se impondrán la demagogia y la astucia, y la justicia habrá perdido
todo su sentido. Se esclaviza al pueblo.
Y cuando la sociedad se da cuenta del error, aparecerá de nuevo la…
6. Aristocracia o monarquía…
Así es como, según Platón, se suceden las formas de gobierno unas a otras a lo largo de
la historia, debido a la falta de fundamento en la justicia. Frente a esta situación desarrolla su
propia concepción de un Estado Justo.

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