Ser 100 por ciento responsable
LYNN G. ROBBINS
Miembro de la Presidencia de los Setenta de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pronunció este
discurso devocional el 22 de agosto de 2017, durante la Semana de Educación del Campus BYU.
Hermanos y hermanas, estoy agradecido de estar con
ustedes en esta sesión de apertura de la Semana
Educativa del Campus BYU 2017. El tema de este año
proviene de DyC 50:24, con especial énfasis en las
palabras: “y el que recibe luz y persevera en Dios,
recibe más luz.”
Voy a abordar con un enfoque diferente este tema que
se puede esperar pueda exponer e ilustrar algunas
formas muy astutas y eficaces con las que el "inicuo"
evita que las personas progresen y reciban más luz
(DyC 93:39).
Muchos principios del Evangelio vienen en pares, es
decir que el significado de uno está incompleto sin el
otro. Quiero referirme a tres de estos pares doctrinales:
• Albedrio y responsabilidad
• Misericordia y justicia
• Fe y obras
Cuando Satanás tiene éxito dividiendo estos pares
doctrinales, comienza a causar estragos en la
humanidad. Es una de sus estrategias más astutas para
evitar que las personas progresen en la luz.
Ya se sabe que la fe sin obras no es realmente fe (ver
Santiago 2:17). Mi enfoque principal será en los otros
dos pares doctrinales: primero, para ilustrar cómo el
evitar la responsabilidad afecta el albedrio; y, en
segundo lugar, cómo "el negar la justicia," como se
refiere en el Libro de Mormón (véase Alma 42:30),
afecta a misericordia.
El Libro de Mormón nos enseña que somos agentes
para "actuar... y no que se actúe sobre nosotros" (2 Nefi
2:26) — o ser "libres para actuar por [nosotros]
mismos" (2 Nefi 10:23). Esta libertad de elección no
fue un regalo de albedrio parcial sino de albedrio 100
por ciento total y completo. Éste era absoluto en el
sentido de que el Padre Perfecto nunca fuerza a sus
hijos. Nos muestra el camino y puede incluso
mandarnos, pero, "No obstante, podrás escoger según
tu voluntad, porque te es concedido" (Moisés 3:17).
Asumir la responsabilidad y ser responsables de
nuestras elecciones son principios complementarios del
albedrio (véase DyC 101:78). Responsabilidad es
reconocernos a nosotros mismos como la causa de los
efectos o resultados de nuestras elecciones, buenas o
malas. Lo negativo es que siempre seremos dueños de
las consecuencias de las malas decisiones.
Con excepción de los inocentes, como los niños
pequeños y los intelectualmente discapacitados, la
doctrina del Evangelio nos enseña que cada persona es
responsable por el uso de su albedrio y "serán
castigados por sus propios pecados" (Artículos de Fe
1:2). 1 Esto no es sólo un principio celestial sino una ley
de la naturaleza: Cosechamos lo que sembramos.
Lógicamente, el albedrio total y completo viene con
una responsabilidad total y completa:
Así pues, recordad, recordad, mis hermanos,
que el que perece, perece por causa de sí mismo; y
quien comete iniquidad, lo hace contra sí mismo; pues
he aquí, sois libres; se os permite obrar por vosotros
mismos; pues he aquí, Dios os ha dado el conocimiento
y os ha hecho libres y ahora recuerdo, recuerdo, mis
hermanos, que todo aquel que perece, perece a sí
mismo; y todo aquel que hace iniquidad, hace a sí
mismo, porque he aquí, sois libres; os se les permite
actuar por vosotros mismos; pues he aquí, Dios ha
dado un conocimiento y lo ha hecho gratis. [Helamán
14:30; énfasis añadido]
El Principio de Korihor — Separar el Albedrio
de la Responsabilidad
Una de las estrategias más astutas de Satanás para
obtener el control de nuestro albedrio no es un ataque
frontal a nuestro albedrio sino un astuto y sutil ataque a
la responsabilidad. Sin responsabilidad, toda buena
dádiva de Dios podría utilizarse para fines
malvados. Por ejemplo, la libertad de expresión sin
responsabilidad puede utilizarse para crear y proteger la
pornografía. Los derechos de una mujer pueden ser
torcidos para justificar un aborto innecesario. Cuando el
mundo separa la elección del rendir cuentas, se dirige a
la anarquía y a una guerra de voluntades o la
supervivencia del más fuerte. Que podríamos llamar
albedrio sin responsabilidad, el principio de Korihor,
como leemos en el libro de Alma "todo hombre
Traducción No oficial – SEI Lima
conquistaba según su fuerza; y no era ningún crimen el
que un hombre hiciese cosa cualquiera" (Alma 30:17;
énfasis agregado). Sin las consecuencias negativas,
ahora se tiene albedrio desenfrenado, como si no
hubiera ninguna hora de la verdad.
El Principio de Nehor, Negar Justicia
Satanás si no tiene éxito en separar totalmente el
albedrio de la responsabilidad, uno de sus planes de
respaldo es embotar o minimizar los sentimientos de
responsabilidad, lo que podríamos llamar el principio
de Nehor, también se encuentra en el libro de Alma:
"todo el género humano se salvaría en el postrer día, y
que no tenían por qué temer ni temblar,… porque el
Señor había creado a todos los hombres, y también los
había redimido a todos; y al fin todos los hombres
tendrían vida eterna."(Alma 1:4).
¡Que atractiva oferta para aquellos que buscan la
felicidad en la maldad! El principio de Nehor depende
totalmente de la misericordia y niega la justicia — una
separación entre el segundo par doctrinal antes
mencionado. Negar la justicia es el gemelo de evitar la
responsabilidad. Son esencialmente la misma cosa. Una
estrategia común de cada anticristo del Libro de
Mormón fue separar a la Albedrio de
responsabilidad. "Comed, bebed y divertíos; No
obstante, temed a Dios — pues él justificará la
comisión de unos cuantos pecados "(2 Nefi 28:8).
Fe sin obras, misericordia sin justicia y albedrio sin
responsabilidad son todos diferentes versos de la misma
canción seductora y condenatoria. Con cada uno, el
hombre natural rechaza la responsabilidad en un intento
de sedar su conciencia. Es similar a la práctica de
principios del siglo XVI del pago de indulgencias, pero
mucho más fácil, ¡De esa manera es gratis! 2 No es de
extrañar que el amplio camino se llene con muchos. La
ruta es un desfile libre de culpa de un viaje a la
salvación, pero en realidad, es un desvío hábilmente
disfrazado hacia la destrucción (véase 3 Nefi 14:13).
El albedrio sin responsabilidad es una de las doctrinas
de todo anticristo, muy astuto en su naturaleza y muy
destructivo en sus resultados.
La Lista de la Anti-Responsabilidad
Para ilustrar, quiero compartir una lista de cosas que
Satanás tienta a la gente a decir o hacer para evitar ser
responsable. Esta lista no incluye todo, pero creo que
cubre sus tácticas habituales.
1. Culpar a otros: Saúl desobedientemente tomó de
los despojos de la guerra con los amalecitas; luego,
cuando se confrontó con Samuel, culpó al pueblo
(ver 1 Samuel 15:21).
2. Racionalizar o justificar: Saúl entonces
racionalizó o justificó su desobediencia, al afirmar
que el ganado guardado era para "sacrificio a
Jehová" (1 Samuel 15:21; ver también versículo
22).
3. Elaboración de excusas: las excusas vienen en mil
variedades, como éste de Lamán y Lemuel:
"¿Cómo es posible que el Señor entregará a Labán
en nuestras manos? He aquí, él es un hombre
poderoso y él puede ordenar a cincuenta, sí, incluso
puede matar a cincuenta; entonces, ¿por qué no a
nosotros? (1 Nefi 3:31).
4. Minimizar o trivializar el pecado: esto es
exactamente lo que Nehor propago (véase Alma
1:3-4).
5. Esconder: se trata de una técnica común. Es una
táctica que Satanás usó con Adán y Eva después
que comieron del fruto prohibido (véase Moisés
4:14).
6. Encubrir: muy relacionada con el esconder es el
encubrir, David intentó encubrir su aventura con
Betsabé (ver 2 Samuel 12:9, 12).
7. Huir de la responsabilidad: Esto es algo que
Jonás trató de hacer (ver Jonás 1:3).
8. Abandonar la responsabilidad: Esto es similar a
los que huyen de la responsabilidad. Un ejemplo es
cuando Coriantón abandonó su Ministerio en pos
de la ramera Isabel (véase Alma 39:3).
9. Negar o mentir: “y Saúl dijo...: he cumplido con el
mandamiento del Señor. Y Samuel dijo: ¿Qué
significa entonces este balido de ovejas en mis
oídos...?" (1 Samuel 15:13 – 14).
10. Rebelarse: entonces Samuel reprendió a Saúl "por
su rebelión." "Por cuanto tú desechaste la palabra
de Jehová, él también te ha desechado para que no
seas rey" (1 Samuel 15:23).
11. Murmullos y quejas: Aquel que se rebela también
se queja y murmura: ¡y se quejaron contra
Moisés… todos los hijos de Israel… y les dijo:
¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto!
(Números 14:2).
12. Encontrar errores y enojarse: estos dos están
estrechamente asociados, según lo descrito por
Nefi: "y aconteció que Lamán estaba enojado
conmigo y también con mi padre; y también
Lemuel"(1 Nefi 3:28).
Traducción No oficial – SEI Lima
13. Hacer demandas y reclamar derechos: "No
queremos que nuestro hermano menor nos
gobierne. Y aconteció que Lamán y Lemuel me
tomaron y me ataron con unas cuerdas, y me
maltrataron mucho "(1 Nefi 18:10 – 11).
14. Dudas, pérdida de esperanza, abandono y
renuncia: "nuestro hermano es un tonto.... Porque
no creyeron que podía construir un barco"(1 Nefi
17:17-18).
15. Autocompasión y victimización: "He aquí, hemos
padecido en el desierto estos muchos años; y
durante este tiempo hubiéramos podido disfrutar de
nuestras posesiones y de la tierra de nuestra
herencia; sí, y hubiéramos podido ser dichosos "(1
Nefi 17:21).
16. Ser indeciso o estar en estupor espiritual: la
ironía con la indecisión es que, si no toma una
decisión a tiempo, el tiempo tomará una decisión
por ti.
17. Postergar: El gemelo de la indecisión es la
postergación. "Mas he aquí, vuestros días de
probación ya pasaron; habéis demorado el día de
vuestra salvación hasta que es eternamente tarde
ya" (Helamán 13:38).
18. Dejar que el miedo gobierne: También se
relaciona con el ocultar: "y tenía miedo y fui y
escondió tu talento en la tierra.... respondiendo su
señor, le dijo: Siervo malo y negligente" (Mateo
25:25 – 26).
19. Permitir: un ejemplo de permitir o ayudar a otros a
evitar la responsabilidad es cuando Eli no pudo
disciplinar a sus hijos por sus pecados graves y fue
reprendido por el Señor: "¿Por qué habéis hollado
mis sacrificios y.… has honrado a tus hijos más que
a mí...? (1 Samuel 2:29; ver también versículos 22 –
36).
Si tenemos en cuenta esta lista con Lamán y Lemuel en
mente, se verá que eran culpables de casi todo en la
lista. Es esta lista la que destruyó a Lamán y
Lemuel. Es una lista extremadamente peligrosa.
Al leer 1 Nefi y 2 Nefi, sólo podemos tratar de imaginar
lo difícil que fue para los miembros de la familia de
Lehi salir de su casa, obtener las planchas de bronce,
acampar fuera durante ocho años en el desierto y
construir un gran barco de capaz de navegar en alta
mar. La responsabilidad que enfrentó la familia fue
realmente formidable. Sin embargo, tan difícil como
puede ser una responsabilidad, "la dificultad es la
excusa que la historia nunca acepta,"3 como tan
gráficamente se ilustra en el caso de Lamán y Lemuel.
Las situaciones difíciles son la prueba de fe, para ver si
le seguimos adelante con un corazón creyente (véase
DyC 64:34) o de un corazón dudoso (véase DyC
58:29). Una situación difícil revela el carácter de una
persona y fortalece, como con Nefi, o debilita y
corrompe como con Lamán y Lemuel, que personifican
lo que significa ser irresponsable (véase Alma 62:41).
Las Excusas no Igualan los Resultados
Es importante reconocer que las excusas nunca igualan
los resultados. En el caso de Lamán y Lemuel, todas las
excusas del mundo nunca podrían obtener las planchas
de bronce. La razón por la que Nefi obtiene las
planchas y Lamán y Lemuel no, es porque Nefi nunca
fue a la lista de anti-responsabilidad. Él era un
campeón, y los campeones no se acercan a la
lista. Como el Élder David B. Haight del Cuórum de los
Doce dijo, “un hombre determinado encuentra una
manera; el otro encuentra una excusa.” 4
Si la lista anti-responsabilidad es tan peligrosa, ¿por qué
tantas personas se vuelcan a ella? Porque el hombre
natural es irresponsable por naturaleza, se vuelca a la
lista como un mecanismo de defensa para evitar la
vergüenza y el bochorno, el estrés, la ansiedad y el
dolor y las consecuencias negativas de los errores y el
pecado. En lugar de arrepentirse para eliminar la culpa,
la suaviza con excusas. Le da una falsa sensación de
que su entorno o alguien más tiene la culpa, y por lo
tanto él no tiene necesidad de arrepentirse.
La lista de anti-responsabilidad podría también llamarse
la lista anti-fe porque detiene y mata el progreso en su
camino. Cuando Satanás tienta a una persona para
eludir la responsabilidad, esa persona sutilmente rinde
su albedrio porque la persona ya no tiene el control o el
"actuar". Por el contrario, se convierte en un objeto
sobre el que se actúa, y Satanás astutamente comienza a
controlar su vida.
La Diferencia entre Dar una Excusa y Dar una
Razón
Es importante tener en cuenta que todos de vez en
cuando fracasan en sus intentos de obtener el éxito, tal
como Nefi lo hizo con sus hermanos en sus dos
primeros intentos en Jerusalén cuando estaban tratando
de conseguir las planchas. Pero los que son valientes
aceptan responsabilidad por sus errores y pecados. Se
arrepienten, vuelven sobre sus pasos y siguen
Traducción No oficial – SEI Lima
avanzando con fe. Pueden dar una explicación o una
razón para su falta de éxito, pero no una excusa.
A primera vista puede parecer que Adán culpaba a Eva
cuando dijo: "la mujer que me diste." Sin embargo,
cuando Adán añadido posteriormente ", y yo comí" se
nos da a entender que él aceptó su responsabilidad por
sus acciones y daba una explicación, no culpando a
Eva. Eva a su vez también dijo, y yo comí"(Moisés
4:18 – 19; ver también versículos 17 – 20; 5:10 – 11).
El Poder y la Recompensa de Ser Responsable
A la lista de la anti-responsabilidad es un acto de auto
traición. Es rendirse a uno mismo y a veces a los
demás. Como comparto las siguientes historias, espero
que se puede observar cómo ir a la lista anti-
responsabilidad es contraproducente, incluso si eres
recto.
Historia 1: 100 Porciento De Responsabilidad en el
Centro de Distribución
En 1983 algunos socios y yo comenzamos una nueva
compañía que enseñaba seminarios de gestión del
tiempo y se crearon y se vendieron planificadores
diarios.
Para los seminarios empresariales, enviábamos nuestros
asesores a la sede del cliente, donde se enseñaba en los
centros de capacitación corporativa. Antes del
seminario, dos empleados en nuestro centro de
distribución preparaban y enviaban varias cajas de
materiales de formación, como planificadores diarios,
carpetas y formularios. También se incluía una guía del
seminario del participante con un centenar de páginas
con citas, espacios en blanco para rellenar, gráficos e
ilustraciones.
Los dos empleados del centro de distribución
normalmente enviaban el material diez días antes del
seminario. En el momento que se produjo el siguiente
incidente, estábamos enseñando alrededor de 250
seminarios cada mes. Con tantos envíos de seminario,
estos dos empleados a menudo cometían errores, como
no enviar suficientes cantidades, omitían ciertos
materiales o no lo enviaban a tiempo. Esto se convirtió
en una irritante y a menudo vergonzosa frustración para
los consultores.
Cuando ocurrieron estos problemas, la división del
seminario presentó una queja contra mí, ya que el
centro de distribución era una de mis
responsabilidades. Cuando hablé con estos dos
empleados acerca de los errores y las mejoras en el
sistema, nunca quisieron aceptar la responsabilidad por
los errores. Culparon a otros, diciendo cosas tales
como: "no es culpa nuestra. La división del seminario
llena el formulario de solicitud de suministros de
manera incorrecta y enviamos los paquetes
exactamente según sus características. Es su culpa. ¡No
nos culpe a nosotros!" O podrían decir: "lo enviamos a
tiempo, pero la empresa de transporte lo entrego
tarde. ¡No nos culpe a nosotros!" Otra excusa, "la
división de kits individuales de seminario las
empaquetaba con errores, y enviamos los kits que nos
fueron dados. Es su culpa". Parecía que estos dos
empleados nunca eran los responsables de los errores, y
así continuaron los errores.
Entonces sucedió algo crítico. El director de
capacitación de una gran corporación multinacional
asistió a uno de nuestros seminarios y estaba tan
encantado que nos invitó a enseñar un Seminario piloto
a sus cincuenta y tantos altos ejecutivos. El día del
seminario, nuestra asesora llegó y abrió las cajas de
materiales y descubrió que faltaban las guías del
seminario. Sin las guías del seminario, ¿cómo los
participantes seguirían los temas y tomarían notas? El
director de formación fue presa del pánico. Nuestra
asesora hizo lo mejor que pudo, asegurándose de que
cada participante se le diera un block de papel para
tomar notas durante todo el día, todo fuera
razonablemente bien, incluso sin las guías.
Muy desconcertado y enojado, el director de formación
llamó a nuestra división de seminario y dijo, “¡Usted
nunca enseñará aquí otra vez! ¿Cómo pudo haber
cometido un error tan embarazoso e inexcusable con
nuestro Seminario piloto?"
Uno de los vice presidentes de nuestra división de
seminario muy molesto me llamó y dijo: "Esto es el
colmo de los colmos. Estamos a punto de perder una
cuenta de millones de dólares debido a los errores de
distribución del centro. ¡Simplemente no podemos
tolerar los más errores!"
Como uno de los dueños de la empresa, no podía
tolerar este tipo de errores tampoco. Al mismo tiempo,
no quería ver a estos dos jefes de familia
despedidos. Después de pensar en las posibles
soluciones, decidí implementar un sistema de
incentivos para motivar a estos dos hombres a tener
más cuidado. Por cada seminario enviado
Traducción No oficial – SEI Lima
correctamente, reciben un dólar adicional o una
posibilidad de un adicional de $250 cada mes,
esperando que fuese lo suficiente como para centrar su
atención en la calidad. Sin embargo, si cometían un
error, había una penalidad de un dólar y no era mucha
pérdida. También decidí incluir dos bonos de $100 sin
errores. Con el primer error, no sólo perdían un dólar
sino también el primer bono de $100. Si cometían un
segundo error, perdían el segundo bono de $100.
También le dije a estos empleados, "si había un error,
perderían su bono, independientemente de donde se
originaba el error. Eran 100% responsables por el
envío."
"Bueno, eso no es justo," respondieron. "¿Qué pasa si la
división del seminario rellena el formulario de solicitud
de suministros de seminario incorrectamente y, sin
saber, enviamos el envío con 'sus' errores?"
Le dije, "usted perdería su bono. Eres 100%
responsable del éxito de ese envío."
"¡No es justo! ¿Qué pasa si enviamos el paquete a
tiempo, pero la compañía de transporte entrega tarde?"
"Usted perdería su bono. Es 100% responsable."
"¡No es justo! ¿Qué sucede si la división de carpetas
comete errores al envasar los kits individuales de
seminario? ¡No nos culpen a nosotros por sus errores!"
"Usted perderá su bono," respondí una vez
más. "Ustedes son 100 por ciento responsables por el
éxito de ese envío. ¿Entienden?"
"¡Que no es justo!"
"Bueno, no parece justo, pero así es la vida. Ustedes
perderán su bono."
Lo que hice fue eliminar la lista de anti-responsabilidad
como una opción para ellos. ¡Ahora entendían que ya
no podrían culpar a otros, dar excusas o justificar
errores, incluso cuando tenían la razón y era culpa de
alguien más!
Lo que sucedió después fue fascinante. Cuando recibían
una orden de la división del seminario, llamaban a la
división del seminario para revisar el formulario punto
por punto. Asumieron la responsabilidad de corregir los
errores cometidos por la división del
seminario. Empezaron a leer los documentos de la
empresa de carga para asegurarse de que habían
ingresado la fecha de entrega correcta. Empezaron a
marcar las cajas de cartón de envío "uno de siete," "dos
de siete," etc., con el contenido de cada caja en el
exterior de la caja. Comenzaron a enviar paquetes tres o
cuatro días antes de lo que lo hacían en su rutina
anterior. Unos días antes del seminario llamaban a la
empresa cliente para verificar la llegada del envío y el
contenido. Si de alguna manera habían omitido
cualquier material, tenían tres o cuatro días adicionales
para enviar los artículos por envío expreso. Los errores
finalmente se detuvieron, y los empleados comenzaron
a ganar sus bonos mes tras mes. Fue una experiencia
impactante para ellos aprender de primera mano el
poder, control y recompensa de ser 100 por ciento
responsables.
Lo que aprendieron estos dos empleados es que cuando
se culpa a alguien, se entrega control del éxito del envío
a otros — como la división de seminario o empresa de
transporte de mercancías. Aprendieron que las excusas
les impedían tomar el control de sus vidas. Aprendieron
que eran contraproducentes el culpar a otros, las
excusas o el justificar errores, ¡incluso cuando tenían
razón! En el momento de hacer alguna de estas cosas
contraproducentes, usted pierde el control sobre los
resultados positivos que buscas en la vida.
Historia 2: "Poner Mi Matrimonio Antes Que Mi
Orgullo"
Permítanme citar de la experiencia de una joven esposa:
Como cualquier pareja, mi esposo y yo hemos tenido
desacuerdos durante nuestro matrimonio. Pero un
incidente destaca en mi mente. Ya no recuerdo el
motivo de nuestro desacuerdo, pero terminamos por no
hablarnos del todo, y recuerdo el sentimiento de que
era culpa de mi esposo. Sentí que no había hecho
absolutamente nada por lo que necesitaba disculparme.
Durante el día, esperé que mi marido diga que lo
sentía. Seguramente él podía ver cuán equivocado
estaba. Debe ser evidente cuánto él había lastimado
mis sentimientos. Yo sentí que tenía que
defenderme; ese fue el principio que importaba.
Cuando el día estaba llegando a su fin, comencé a
darme cuenta de que estaba esperando en vano, así que
recurrí al Señor en oración. Oré para que mi esposo se
diera cuenta de lo que había hecho y cómo estaba
dañando nuestro matrimonio. Oré para que fuera
inspirado a disculparse para que pudiéramos terminar
nuestro desacuerdo.
Según oraba, sentía una impresión fuerte que debía ir a
mi marido y pedir disculpas. Estaba un poco
Traducción No oficial – SEI Lima
sorprendida por esta impresión y señalé
inmediatamente en mi oración que no había hecho
nada malo y por lo tanto no debería tener que pedir
disculpas. Un pensamiento fuerte vino a mi mente:
"¿quieres tener la razón o quieres estar casada?"
Al considerar esta pregunta, me di cuenta de que podía
mantener mi orgullo y no ceder hasta que él se
disculpara, pero ¿cuánto tiempo que
tomaría? ¿Días? Me sentía miserable mientras no nos
hablábamos el uno al otro. Comprendí que, aunque
este incidente no sería el final de nuestro matrimonio,
si nunca cedía podría causar serios daños durante los
años. Decidí que era más importante tener un
matrimonio feliz que mantener mi orgullo intacto por
algo que más tarde parecería trivial.
Fui donde mi esposo y me disculpé por hacerlo
enojar. Él también se disculpó, y pronto estábamos
felices y unidos en amor.
Desde aquel momento ha habido ocasiones cuando he
necesitado hacer esa pregunta otra vez: "¿quieres tener
la razón o quiere estar casada?" Cuán agradecida
estoy por la gran lección que aprendí la primera vez
que me enfrenté a esa pregunta. Siempre me ha
ayudado realinear mi perspectiva y poner mi a esposo
y mi matrimonio antes que mi orgullo. 5
En la historia, esta hermana aprendió que, aunque ella
pudo haber tenido la razón y fuese culpa de su marido,
culparlo era contraproducente, provocando que pierda
el control sobre los resultados positivos. También
descubrió que hay poder y control en la expresión "Lo
siento" cuando es usado con amor sincero y empatía, no
simplemente para excusarnos.
En un matrimonio, una actitud del 50 por ciento en
ambas partes puede parecer lógico, pero sólo una
actitud 100 por ciento en ambas partes cierra la puerta a
la lista de anti-responsabilidad. Una lección final que
aprendió esta hermana es que no se puede controlar el
organismo de otra persona, solamente el suyo propio.
Una madre amorosa una vez dio al siguiente sabio
consejo a su hija, quien era infeliz en su
matrimonio. Ella hizo que la hija dibuje una línea
vertical por la mitad de una hoja de papel y escribiera
en el lado izquierdo todas las cosas que su marido hizo
que la molestaban. Entonces, en el lado derecho, ella le
hizo escribir su respuesta a cada falta. La madre
entonces hizo cortar el papel por la mitad, separando las
dos listas.
"Tiro el papel con los defectos de su marido en la
basura. Si quieres ser feliz y mejorar tu matrimonio,
deja de enfocarse en las fallas de tu marido y en su
lugar enfócate en tu propio comportamiento. Examina
la forma en que respondes a las cosas que te molestan y
mira si puedes responder de manera diferente, una
manera más positiva.
Esta madre entiende el poder y la sabiduría de la
responsabilidad del 100 por ciento.
El Mayor Ejemplo de Todos
Por supuesto el Salvador era la persona más
responsable en la historia del mundo. Es el mayor
ejemplo. Incluso en sus momentos de insoportable
dolor y angustia, no mostró autocompasión, uno de los
elementos disfuncionales de la lista. Siempre estaba
pensando hacia fuera con su atención y preocupación
desinteresada por los demás — restauró la oreja del
soldado en Getsemaní y, más tarde, en la Cruz, orando
por quienes lo persiguieron — en cumplimiento de su
propio mandamiento dijo: "padre, perdónalos; por qué
no saben lo que hacen"(Lucas 23:34).
Más seamos como Jesús Cristo, menos propensos para
juzgar injustamente, abandonar a alguien o dejar una
causa digna. Aunque a veces podemos rendirnos, el
Salvador nunca se rendirá con nosotros, porque él es
perfecto en su longanimidad: "A pesar de sus pecados,
mis entrañas están llenas de compasión por ellos" (DyC
101:9).
Jesucristo no vino a encontrar fallas, criticar o
culpar. Llegó a construir, edificar y salvar (ver Lucas
9:56). Sin embargo, su compasión no anula su
esperanza de que seamos responsables y no trata de
minimizar o justificar el pecado. "Para el Señor no
puede considerar el pecado con el más mínimo grado
de tolerancia" (DyC 1:31; véase también Alma
45:16). Si el Señor no puede considerar el pecado con
el más mínimo grado de tolerancia, ¿qué ley del
Evangelio exige responsabilidad completa por el
pecado?
Esa es la ley de la justicia. "¿Qué, suponéis que la
misericordia puede robar a la justicia? Yo os digo:
no; ni una pizca. Si no, Dios dejaría de ser Dios"(Alma
42: 25; véase también el versículo 24). Ni en el "más
mínimo grado" y "ni una pizca" son otras maneras de
decir que Dios tiene a sus hijos 100 por ciento
responsables por el uso de su albedrio. El peligro de la
lista de anti-responsabilidad consiste en el hecho de que
Traducción No oficial – SEI Lima
ciega a sus víctimas a la necesidad de
arrepentimiento. Lamán y Lemuel, por ejemplo, no ven
la necesidad de arrepentirse porque todo fue culpa de
Nefi. "Si no es mi culpa, ¿por qué debo
arrepentirme?" Un ciego no puede incluso dar el primer
paso en el proceso del arrepentimiento, que es
reconocer la necesidad de arrepentirse.
Alma entendió muy bien cómo las excusas nos impiden
arrepentirnos, como descubrimos en este versículo
donde aconsejó a su hijo, Coriantón:
¿Qué, supones tú que la misericordia puede robar a la
justicia? Te digo que no, ni un ápice. Si fuera así, Dios
dejaría de ser Dios...
¡hijo mío, quisiera que no negaras más la justicia de
Dios! No trates de excusarte en lo más mínimo a causa
de tus pecados, negando la justicia de Dios. Deja, más
bien, que la justicia de Dios, y su misericordia y su
longanimidad dominen por completo tu corazón; y
permite que esto te humille hasta el polvo. [Alma 42: 25,
30]
Aprendemos de este versículo que los que usan excusas
están "negando la justicia", el principio de Nehor — y
creo que la ley de la justicia no se aplica a ellos. Alma
estaba rogando a su hijo no se vaya a la lista. "Procurar
excusarte en lo más mínimo." Él estaba enseñando a su
hijo a ser 100 por ciento responsable.
Negar la justicia de Dios, o decir que no somos
responsables por el pecado — es negar también su
justificación en el perdón de ese pecado: "el Señor
seguramente vendría para redimir a su pueblo, pero que
él no vendría para redimirlos en sus pecados sino a
redimirlos de sus pecados "(Helamán 5:10; énfasis
agregado).
Dos Formas de Negar la Justicia del Señor
Satanás divide con éxito los principios gratuitos de la
misericordia y la justicia cuando una persona sucumbe
a la tentación de negar la justicia del Señor. Negar la
justicia del Señor viene en al menos dos formas. La
primera, que ya he mencionado, es negar la ley de
justicia con respecto a los pecados propios, algo que
Korihor y Nehor defendieron. Segundo, una negación
igualmente perjudicial es no confiar en la justicia del
Señor o en su sabiduría al enfrentar las injusticias que
otros han cometido contra nosotros.
En la película basada en el clásico El Conde de
Montecristo de Alejandro Dumas, Edmond Dantés, el
protagonista, es un hombre honesto y cariñoso que se
vuelve amargo y vengativo después de que tres
hombres codiciosos dieran falso testimonio contra él
y formaron un complot traicionero. Cuando un fiscal
corrupto se convierte en cómplice, Dantés es arrestado
el mismo día en el que él debe casarse con su hermosa
novia, Mercedes. A los diecinueve años se le da una
sentencia de cadena perpetua en la prisión de la isla
infame de Chateau d'If por un crimen que no cometió.
Después de muchos años tortuosos en confinamiento
solitario, finalmente conoce a otro prisionero, el
anciano Abbé Faria, que en su búsqueda de libertad ha
calculado mal y cavó hasta la celda de Edmond en lugar
del exterior y la libertad. Ahora con un túnel de
conexión entre sus celdas y con nada sino tiempo en sus
manos, Faria comienza a enseñarle historia, ciencia,
filosofía y lenguas a Dantés convirtiéndolo en un
hombre bien educado. Faria también le da a Dantés un
tesoro de enorme riqueza oculto en la isla deshabitada
de Monte Cristo y le dice como encontrarlo, si escapa.
Sabiendo que la venganza podría consumir y destruir a
Dantés, Abbé Faria le enseña una última lección antes
de morir. La lección es no negar la justicia del Señor.
Abbé Faria dice, "no cometa el crimen para el que sirve
ahora. Dios dijo: 'Mía es la venganza.' "
Dantés responde, "yo no creo en Dios."
Abbé Faria entonces dice, "no importa. Cree en ti." 6
Dantés sigue sin estar convencido. A la muerte de
Faria, Dantés idea un plan inteligente ocultando a sí
mismo en el sudario de Faria y es finalmente capaz de
escapar después de catorce años de tormento de
Chateau d'If. Después de conseguir el tesoro, se
convierte en un hombre extremadamente rico y asume
una nueva identidad como el Conde de Monte Cristo.
Para los malos hombres que conspiraron contra él,
inventa un elaborado plan de venganza con un castigo
doloroso y prolongado — una justa recompensa para
los catorce años en los que apenas sobrevivió en el
calabozo al que injustamente le habían enviado.
Con precisión Dantés pone en movimiento su plan, y
sus enemigos sufren el castigo que ha ideado
cuidadosamente para cada uno de ellos.
Cuando leemos el libro o vemos la versión en película
del El Conde de Montecristo, hay algo en nosotros que
quiere ver la justicia servida contra aquellos hombres
crueles y conspiradores que habían causado tanto dolor
a un hombre inocente. Hay un sentido de justicia y un
Traducción No oficial – SEI Lima
deseo en cada uno de nosotros que debe prevalecer el
bien sobre el mal, en la que la pérdida debe ser
restablecida y los corazones rotos deben ser
reparados. Hasta que suceden estas cosas, hay una
brecha de injusticia que nos cuesta conciliar en nuestra
mente y en nuestros corazones, dejando problemas y
dificultades.
Las personas tratan de conciliar esta brecha de la
injusticia de muchas maneras: a través de la venganza,
que justifica su rabia y amargura, o la búsqueda de la
reparación legal. Al final descubrimos que el camino
del Señor es la única forma de reconciliación verdadera
y completa.
El error de Dantés no era necesariamente la búsqueda
de la reparación y la justicia según la ley de la tierra y
sacar de tortuosos hechos a luz con penas para los
culpables sino en dejar que su deseo de justicia se
convierta en odio, enojo, autocompasión, auto
justificación y otros comportamientos de la lista de anti-
responsabilidad. Esencialmente descendió al nivel de
sus enemigos por medio de la impiedad y el engaño, las
mentiras y el fraude para atraparlos — todo fuera del
proceso legal, tal como lo habían hecho con él y justo
como había profetizado Abbé Faria.
Apoyándose en la ley de Moisés, ojo por ojo y diente
por diente, en lugar de en la ley del Evangelio, como
perdonar y orar por los enemigos, Dantés imponía una
condena de cadena perpetua de la miseria y amargura
sobre sí mismo. Al negar la justicia del Señor,
involuntariamente negó la misericordia del Señor para
sí mismo y decidió cumplir la condena que Cristo había
servido ya en su nombre. Le robó de una vida de
felicidad que pudo haber sido suya, pero él quería la
venganza.
Tener fe en Cristo Jesús es confiar en que, a causa de su
sacrificio expiatorio, se corregirán todas las injusticias,
restaurarán todas las cosas perdidas y repararán todas
las cosas rotas, incluyendo corazones. Él hará que todas
las cosas bien y no dejará ningún detalle
desatendido. Por lo tanto, "debéis decir en vuestros
corazones, que Dios juzgue entre tú y yo y te premie
según tus obras" (DYC 64:11).
Tal como Edmond Dantés, muchas víctimas han sido
cruelmente heridas, como en los casos de abuso, sin
una aparente justicia cercana, que sienten que el Señor
requiere lo imposible pidiéndoles que perdonen.
Tan difícil como perdonar en tales situaciones, el no
perdonar es aún más difícil, pero en el largo plazo ya
que pone una persona en la lista de anti-
responsabilidad. No perdonar es sinónimo de culpa, ira,
autojustificación y autocompasión, todas las cosas que
están en la lista. Cuando Satanás toca con cualquiera de
estas emociones negativas, comienza a ejercer un
control sobre la vida de la persona.
Uno de los momentos más difíciles de perdonar es en el
caso de violencia doméstica, con sus acompañantes,
angustia, dolor por la traición y crueldad. Hay un patrón
interesante y común con los casos de abuso: el
abusador casi siempre le echa la culpa a la víctima, así
como Lamán y Lemuel culpó a Nefi del abuso hacia
él. El Señor advirtió Nefi que separara a su familia de
sus hermanos y sus malvadas intenciones para que él
pudiera protegerse a sí mismo y su familia (véase 2
Nefi 5:1 – 7). Supongamos que una mujer que ha sido
abusada cruelmente recibe una revelación similar, y ella
se separa de su marido extremadamente abusivo.
A pesar de que la mujer abusada ahora está libre del
entorno abusivo, ella está encontrando difícil de
perdonar a su esposo debido crueldad sostenida y
creciente. Parece injusto pedirle que perdone su
brutalidad cuando parece ser que no se arrepiente. No
parece justo para ella, una inocente, que sufra mientras
que él, el culpable, parezca salir impune. ¿Se puede
encontrar paz al encontrarse sin justicia?
Como Edmond Dantés, hasta que la esposa maltratada
aprenda a perdonar, también niega o no confía en la
justicia de Dios y Su capacidad de juzgar sabiamente.
La Justicia es una ley eterna que requiere un castigo
cada vez que se rompe una ley de Dios (Alma 42:13–
24). El pecador debe pagar la penalidad si no se
arrepiente (Mosíah 2:38 – 39; DyC 19:17). Si se
arrepiente, el Salvador paga la pena por medio de la
expiación, invocando la misericordia (Alma 34:16). 7
Si el ex esposo no se arrepiente, él pagará la pena — "
cuán dolorosos no lo sabes; cuán intensos no lo sabes;
sí, cuán difíciles de aguantar no lo sabes" (DyC
19:15). La mujer sabrá si realmente se arrepiente
porque su restitución incluirá el pedir perdón
sinceramente y de manera humilde y su esfuerzo de
enmendarse.
A pesar de que la mujer puede entender la ley de
justicia, lo que ella siente es la necesidad de justicia. El
Élder Neil A. Maxwell sabiamente enseñó que "fe en
Dios incluye fe en sus propósitos, así como en su
tiempo. No podemos aceptarlo completamente si
rechazamos su horario para hacer las cosas." 8 El Élder
Traducción No oficial – SEI Lima
Maxwell también dijo, "El Evangelio garantiza la
máxima justicia, no la aproximada". 9 "mis ojos ven y
conocen todas sus obras, y tengo reservado en su sazón
un juicio repentino para todos ellos" (DYC 121:24).
La ley de la justicia y la confianza en el tiempo del
Señor le permite a la mujer no tener que preocuparse
más por la justicia y coloca el juicio en las manos de
Dios: "He aquí lo que dicen las Escrituras: El hombre
no herirá ni tampoco juzgará; porque el juicio es mío,
dice el Señor, y la venganza es mía también, y yo
pagaré" (mormón 8:20).
El Élder Jeffrey R. Holland compartió lo siguiente:
Por favor no pregunten si es justo… Cuando se trata de
nuestros propios pecados, no pedimos justicia. Lo que
suplicamos es misericordia, y eso es lo que tenemos que
estar dispuestos a dar.
¿Podemos ver la trágica ironía de no conceder a los
demás lo que tanto necesitamos nosotros mismos? 10
Aquellos que han experimentado un daño permanente,
sufrimiento prolongado o pérdida producto de una
ofensa enfrentan un desafío mucho más difícil, el
perdonar y entregar la justicia al
Señor. Afortunadamente ellos pueden encontrar
consuelo en algo que el Profeta Joseph Smith enseñó:
“¿Qué pueden hacer [estas desgracias]? Nada. Todas
sus pérdidas se recuperarán en la resurrección, siempre
que permanezcas fiel." 11
Hasta la mujer abusada puede dejar la justicia al Señor,
ellas probablemente continuarán experimentando
sentimientos de ira, que son una forma de devoción
negativa hacia su agresor, y esto le atrapa en una
pesadilla recurrente. El presidente George Albert Smith
se refirió a esto como "acariciando una influencia
indebida." 12 Dado que su esposo la había lastimado tan
profundamente, ¿por qué la esposa le permitiría
continuar victimizándola, atormentando sus
pensamientos? ¿No ha sufrido ella lo suficiente? El no
perdonar al abusador le permite a él atormentarla
mentalmente más y más. El perdonarlo no lo libera; la
libera a ella.
Parte del entendimiento del perdón es entender lo que
no es:
• Perdonar a su marido abusivo no excusa o
condona su crueldad.
• Perdonar no significa olvidar su brutalidad; no
puedes dejar de recordar o borrar una memoria
que está traumatizada.
• Perdonar no significa que esté negando la
justicia, porque la misericordia no puede robar a
la justicia.
• Perdonar no borra el daño causado, pero puede
comenzar a sanar las heridas y aliviar el dolor.
• Perdonar no significa confiar en él otra vez y
darle aún otra oportunidad de abusar de ella y
los niños. Mientras que el perdonar es un
mandamiento, la confianza tiene que ser ganada
y evidenciada con un buen comportamiento en
el tiempo, que claramente él no ha demostrado.
• Perdonar no significa el perdón de sus pecados.
Sólo el Señor puede hacer eso, basado en el
arrepentimiento sincero.
Estas son cosas que no significan el perdón. Significa
qué perdonar es perdonar la necedad del marido,
incluso su estupidez — en sucumbir a los impulsos del
hombre natural y al mismo tiempo todavía esperanza de
que todavía se someterá "al influjo del Espíritu Santo"
(Mosíah 3:19). Perdón significa no darle otra
oportunidad de abusa, sino significa darle otra
oportunidad en el plan de salvación.
También es útil si la mujer entiende «que somos
castigados por nuestros pecados y no para ellos.
" 13 Entonces ella reconoce que su agresor ha infligido
mucho más daño eterno a si mismo que daño temporal
sobre ella. Y aún en la actualidad, su verdadera
felicidad y alegría disminuye en proporción inversa a su
creciente maldad, porque la "maldad nunca fue
felicidad" (Alma 41:10). Es para sentir lástima por
precaria y dolorosa situación en la que él está.
Saber que él se hunde en arenas movedizas espirituales
puede empezar a cambiar el deseo de justicia, que ya
está ocurriendo, a una esperanza que él se arrepentirá
antes que sea demasiado tarde. Con este entendimiento
podría comenzar a orar por la persona que ha abusado
de ella.
Este cambio de imagen de Cristo en su corazón le
ayuda a perdonar y trae la sanación que tan
desesperadamente desea y merece. El Salvador sabe
con exactitud cómo curarla porque conoce
precisamente su dolor, después de haberlo vivido
vicariamente.
En este caso de la esposa abusada, tenemos dos bandos
— el marido maltratador y la esposa víctima, ambos
necesitan la divina ayuda. Alma nos enseña que el
Salvador sufrió por ambos: por los pecados del hombre
Traducción No oficial – SEI Lima
y la angustia, dolor emocional y el dolor físico de la
mujer (véase Alma 7:11 – 12; Lucas 4:18).
Para acceder a la gracia del Salvador y el poder curativo
de su Expiación, el Salvador requiere algo de ambos.
La llave del esposo para acceder a la gracia del Señor
es arrepentimiento. Si el marido no se arrepiente, no
puede ser perdonado por el Señor (véase DyC 19:15 –
17).
La llave de la mujer para acceder a la gracia del Señor y
luego permitirle curarla es perdón. Hasta que la mujer
sea capaz de perdonar, ella elije sufrir la angustia y el
dolor que Él ya ha sufrido en su nombre. Al no
perdonar, sin saberlo ella niega su misericordia y
sanación. En cierto sentido, cumple esta escritura:
Yo, Dios, he padecido estas cosas... para que no
sufran...
Pero si no se arrepienten [o perdonan] deben sufrir
incluso como yo. [DyC 19:16 – 17]
CONCLUSIÓN
En Resumen, ser 100 por ciento responsable es
aceptarte a ti mismo como la persona en control de tu
vida. Si otros tienen la culpa y necesitan cambiar antes
que haya mayor progreso, entonces estás a su merced y
tienen el control sobre los resultados positivos o
resultados deseados en tu vida. El albedrio y la
responsabilidad están inseparablemente conectados. No
puede evitar la responsabilidad sin disminuir también el
Albedrio. La misericordia y la justicia también son
inseparables. No se puede negar a la justicia del Señor
sin obstaculizar también su misericordia. ¡Oh, cómo
Satanás quiere dividir principios complementarios y
reírse de la devastación resultante!
Invito a cada uno de ustedes a eliminar la lista anti-
responsabilidad o anti-fe de su vida, ¡incluso cuando
usted tenga razón! Es un anti-feliz y un anti-éxito de la
lista aun cuando tienes razón. No es una lista para
valientes hijos e hijas de Dios que están tratando de
llegar a ser más como Él. Es una de las herramientas
principales de Satanás para el control y destrucción de
vidas. El día que una persona elimina la lista de su vida
es el día que recupera el control sobre los resultados
positivos desde ese punto y comienzan avanzando en la
luz a un acelerado ritmo (véase DyC 50:24).
Comparto mi testimonio veraz del nombre de Jesucristo
y de la energía y felicidad que nos ofrece la plenitud de
su evangelio. Es la vida y la luz del mundo. Estos
principios que compartí hoy son Suyos. Lo testifico en
el nombre de Jesucristo, amén.
Notes
1. There are three exceptions to this principle:
2. Children younger than the age of accountability
(see Mosiah 3:16–18; Mosiah 15:25; Moroni 8:8;
D&C 29:46–47; 68:27; 137:10).
3. The intellectually disabled (see Moroni 8:10; see
also “Persons Who May Not Be
Accountable,” Handbook 1: Stake Presidents and
Bishops [Salt Lake City: The Church of Jesus
Christ of Latter-day Saints, 2010], 16.3.5 [p. 144]).
4. Those who have not received the law or the gospel
(see 2 Nephi 9:26; Mosiah 3:11; Mosiah 15:24;
Alma 42:21).
5. In the early sixteenth century, Pope Leo X and the
Catholic Church sold “indulgences” that
supposedly absolved one of past sins and/or
released one from purgatory after death. Martin
Luther saw it as a corrupt attempt to sell salvation,
prompting him to write his Disputation on the
Power and Efficacy of Indulgences, also known
as Ninety-Five Theses, and then post it on the door
of the Wittenberg Castle church in 1517. See
“Martin Luther and the 95 Theses,” History
Channel, history.com/topics/martin-luther-and-the-
95-theses.
6. Samuel Grafton, in his syndicated column “I’d
Rather Be Right” (included in Edmund
Fuller, Thesaurus of Quotations [New York: Crown
Publishers, 1941], 272). Edward R. Murrow
referred to this quote in his last newscast
(22 January 1961) in a remark about John F.
Kennedy’s inaugural address (see In Search of
Light: The Broadcasts of Edward R. Murrow,
1938–1961, ed. Edward Bliss Jr. [New York: Da
Capo Press, 1997], 346).
7. Attributed to David B. Haight, General Authority
training meeting, April 1993.
8. Irene Eubanks, “Putting My Marriage Before My
Pride,” Ensign, January 2008.
9. IMDb’s page for quotes for The Count of Monte
Cristo (2002), imdb.com/title/tt0245844/quotes.
10. Guide to the Scriptures, s.v. “justice,”
scriptures.lds.org.
11. Neal A. Maxwell, That Ye May Believe (Salt Lake
City: Bookcraft, 1992), 84.
Traducción No oficial – SEI Lima
12. Neal A. Maxwell, Wherefore, Ye Must Press
Forward (Salt Lake City: Deseret Book, 1977),
116.
13. Jeffrey R. Holland, “Amazed at the Love Jesus
Offers Me,” New Era, December 2008; see also
original version, Holland, “I Stand All
Amazed,” Ensign, August 1986.
14. Joseph Smith, HC 5:362; see also Teachings of
Presidents of the Church: Joseph Smith (Salt Lake
City: The Church of Jesus Christ of Latter-day
Saints, 2007), 51.
15. George Albert Smith, CR, October 1905, 28; see
also Teachings of Presidents of the Church: George
Albert Smith (Salt Lake City: The Church of Jesus
Christ of Latter-day Saints, 2011), 252.
16. Elbert Hubbard, The Note Book of Elbert Hubbard:
Mottoes, Epigrams, Short Essays, Passages, Orphic
Sayings and Preachments (New York: W. H. Wise,
1927), 23; emphasis added.

Traducción No oficial – SEI Lima