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estudios de cultura maya liii: 329-334 (2019)

DOI: 10.19130/iifl.ecm.2019.53.972

Roberto Romero Sandoval, El inframundo de los antiguos mayas. México: Universidad


Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas, Centro de
Estudios Mayas, 2017, 254 pp. ISBN: 978-607-02-9818-9.

Visitar el inframundo no es fácil, y menos Cabe mencionar que se apega a la metodo-


un inframundo tan lejano a nosotros como logía de la historia comparada de las reli-
es el de la cosmovisión maya antigua; para giones, lo que le permite recurrir a diversas
estudiar el pensamiento religioso de esta disciplinas y tener la posibilidad de ofrecer
cultura hay que librar muchos escollos, interpretaciones.
como aquellos que se encuentran en tal es- De forma cronológica, el autor analiza a
pacio sagrado. Es por ello que el libro en los cronistas españoles, inicia con fray Bar-
cuestión resulta una gran aportación al co- tolomé de Las Casas (1531), quien cita “el
nocimiento de las creencias de los mayas. lugar de los muertos”, el Chixibalbá, y lo
Si bien cada comunidad lingüística tuvo sus dota con tintes del infierno cristiano, pues
particularidades, también compartieron un las almas de los infractores eran atormenta-
lugar común, por lo que podemos referir- das y devoradas por sabandijas, se alimen-
nos a una idea general de cómo imaginaban taban de podredumbre y predominaba un
ese inframundo, señalando debidamente el fuego eterno. Resulta interesante que, si
lugar de procedencia y su fecha. Roberto hacemos caso a esta cita, de acuerdo con
Romero nos acerca a ese espacio sagrado las creencias de los frailes, los muertos in-
a través de imágenes del periodo Clásico y dígenas necesitan alimentarse, lo cual re-
Posclásico, principalmente provenientes de sulta coherente con las ofrendas que se de-
vasijas, códices, esculturas; además analiza jaban en las tumbas, pero por supuesto no
las aportaciones de los cronistas españoles eran de alimentos descompuestos. Además,
que trataron de entender desde la moder- ubica una de las entradas al inframundo en
nidad temprana a un mundo que siempre Cobán, en la Verapaz, Guatemala, idea que
cuestionaron, difícilmente comprendieron, se reitera en el Popol Vuh, donde la cancha
y que a su vez les causó un gran descon- del juego de pelota, el Xob Carchah, es el
cierto. escenario de una batalla en la que Junahpu
Curiosamente, siendo el autor un his- y Xb’alanké se enfrentan con los temibles
toriador, dada la dificultad del tema, ini- señores del inframundo dentro de sus do-
cia con el periodo Colonial, pues esto nos minios.
permite un acercamiento preliminar a una Por su parte, fray Diego Landa (1566),
mentalidad más próxima a la nuestra, y es con datos obtenidos de Yucatán, conclu-
ahí donde encontramos los primeros indi- ye que pensaban en una vida después de
cios que harán más comprensible las ideas la muerte, cuando el alma se separaba del
prehispánicas sobre ese sitio en donde ha- cuerpo, y que podía ser buena o mala se-
bitan la muerte y la vida al mismo tiempo. gún el comportamiento de la persona en

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la tierra: premio o castigo, nuevamente una El inframundo que describe el Popol Vuh
idea cristiana. Existían en ese inframun- es un lugar donde sólo entran los muer-
do varios espacios, en el superior estaba tos, o bien seres especiales que cumplen
el paraíso de la ceiba, Yaxché, un lugar de un ritual de iniciación para convertirse en
deleites; más abajo se ubicaba el Mitnal, en seres sobrehumanos, como el Sol y el Sol
donde el “alma” desaparecía, término que, del Inframundo, y los iniciados que, duran-
por supuesto, muestra una clara influencia te su periodo liminar, tienen que pasar por
del centro de México, el Mictlán, y Romero diferentes pruebas como ríos y casas de
explica el porqué. tortura, por mencionar algunas. De hecho,
El autor hace notar que Landa, a diferen- ese inframundo es un reflejo de la vida y
cia de Las Casas, concibe ese Mitnal como del entorno natural de los antiguos k’iche’.
un lugar de intenso frío, sin fuego, con can- En otro capítulo se muestran los diver-
sancio y tristeza, similar a una de las casas sos topónimos en las lecturas glíficas para
del inframundo en el Popol Vuh; dicho espa- referirse al inframundo, desde aquellos del
cio estaba dominado por Jun Ajaw, “Señor Clásico Tardío, como el Monumento 115 de
Uno”, una especie de Satanás, causante de Toniná, UK EK’ K’AN NAL, las “Siete Cue-
las malas obras en la humanidad, lo que me vas”, o bien un detalle de la Estela 6 de
cuestiona si los frailes no creían en el libre Caracol, que, a decir de Sheseña, se lee
albedrío y Satanás podría poner las tenta- como “El Lugar de las Siete Escalinatas Ne-
ciones, pero no causar la mala conducta de gras” y que remite al “Lugar de las Siete
los humanos. En este inframundo también Cuevas”, el origen de la humanidad en tra-
había un espacio para los ahorcados, go- diciones más tardías del centro de México
bernado por Ixtab, la diosa de la cuerda, conocido como Chicomoztoc; otro término
quien figura ahorcada en el Códice Dresde en es BOLON HUL NAL, constituido por la ima-
la Lámina 53b. Dato que, si reflexionamos, gen del Witz, la gran montaña sagrada, una
revela que debió de haber gran cantidad de cabeza zoomorfa con apertura en la parte
suicidios por este medio, puesto que tenían superior, a la que se le agrega el numeral 9
una diosa para ello. y el locativo NAL, y “El Lugar de los Nueve
Ya en el siglo xvii, Lizana (1633) y López Abismos”, como aquel detalle donde se yer-
de Cogolludo (1688) no ofrecen muchos da- gue el gobernante K’inich Janaahb’ Pakal en
tos novedosos, señalan que en dicho lugar el Templo de la Cruz, en Palenque.
había castigos y premios según el compor- Otras formas de expresar el inframundo
tamiento del difunto, aunque este último es con el glifo que simula una mandíbula
autor le llama Xibalbá, “el que se desapa- inferior esquelética de frente en forma de
rece o desvanece”, nombre que Romero U (T769 y T591), o la imagen inferior de la
advierte debió ser tomado de Sánchez de Lápida del Templo de las Inscripciones de
Aguilar (1613). El último autor español que Palenque donde K’inich Janaahb’ Pakal pe-
cita es Fuentes y Guzmán, quien, a diferen- netra a ese ámbito; la misma idea se repite
cia de los anteriores, ya no se refiere a Yu- en la Estela II de Copán cuando Yax Pasah
catán sino a Guatemala, y agrega un dato desciende al contorno inframundano, don-
interesante, que los indígenas continuaban de vemos unas mandíbulas con el glifo Ti
trabajando la tierra en su otra vida. Menu- Way, “En el (lugar de) transformación”.
da suerte les esperaba a los indios que fa- Romero Sandoval analiza en los diccio-
llecían, nunca tendrían descanso. narios de lenguas indígenas algunos tér-

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minos, como el ya citado Xib’alb’a, que se es un lugar en donde se gesta la fertilidad
encuentra tanto en k’iche’, kakchiquel y y la nueva vida. En cuanto a la creación del
yucateco, y que, de acuerdo con el Voca- inframundo, por diferentes lecturas realiza-
bulario de Coto, se hallaba en el centro o das por los epigrafistas, principalmente del
corazón de la tierra. En tanto que en Chia- Tablero Sur del Templo XIX de Palenque, se
pas, en una entrada del Vocabulario de Co- sabe que, después de la decapitación de un
panabastla de 1557, localiza Tzantzanton gran cocodrilo de los tiempos originales, se
y Cathinbahc, o, de acuerdo con tzeltales provocó un diluvio de sangre, y con poste-
contemporáneos, K’atinbak, “hueso calcina- rioridad se asentaron las tres piedras que
do”, ubicado en el interior de la tierra, un representan los estratos del cosmos. Esto
lugar frío y húmedo, que precisa calentarse se representa en el Altar T de Copán, don-
quemando huesos de las fosas. de se labró un gran cocodrilo con las patas
Las imágenes, por supuesto, también extendidas, según Romero, como la recrea-
son de gran utilidad. En el Clásico Tardío la ción de un mito cosmogónico realizado por
entrada al inframundo se representa como dignatarios de esta ciudad.
un enorme mascarón, “monstruo” de la tie- Ese inframundo sombrío, pero al mismo
rra, mal llamado así por el sentido peyora- tiempo lleno de vida, tiene diferentes for-
tivo que actualmente se le da al término, mas de acceso; una de ellas son las cuevas,
y que constituye nada menos que el Witz, que ya forman parte de ese espacio y son
la Montaña Sagrada, la gran madre tierra; sagradas. Éstas pueden funcionar como el
criatura fantástica con las mandíbulas des- lugar de los orígenes, por ello sirvieron
carnadas y por donde se tenía acceso al como lugar de descanso para los que falle-
mundo de los muertos, su origen parece cían y en ellas se llevaron a cabo rituales de
ser el cocodrilo. Los ejemplos varían desde diferente índole. El interior de las monta-
el Preclásico con los llamados “dragones ol- ñas era una bodega que albergaba distinto
mecas”, como el Monumento 6 de La Venta, tipos de riquezas, agua, vientos, alguna de
un gran sarcófago con atributos de saurio, las entidades anímicas, semillas, etc. Era
o bien, de forma más realista, se observa un paraíso acuático que funcionaba como
en la Estela 25 de Izapa, donde el cocodri- el vientre materno, la gran madre tierra,
lo se levanta y se transforma en un “árbol similar al Tlalocan del centro de México,
ceiba”. Del Preclásico Medio provienen los compara el autor. Allí habitaban tanto los
Monumentos 1 y 9 de Chalcatzingo, Mo- dioses de la fertilidad como de la muerte,
relos, cuyas imágenes se muestran con las por lo que con frecuencia se construyeron
fauces abiertas, precisamente para penetrar grandes pirámides sobre las cuevas y hubo
al interior de la gran Criatura Terrestre. ciudades que se vincularon a ellas. Pode-
En la Estela 5 de Izapa, surgen los pri- mos imaginar la relevancia de las estalag-
meros indicios de que ese espacio se pen- mitas y estalactitas cuando éstas formaban
saba como acuoso; en una elaborada esce- figuras como la que se erige en la cueva
na mítica se yergue al centro un gran árbol de Balankanché, que seguramente fue con-
cocodrilo, y el plano terrestre reposa sobre siderada como una gran ceiba sagrada, al-
las aguas primordiales. Por supuesto los rededor de la cual se llevaban a cabo di-
mayas retoman estas ideas, prueba de ello ferentes rituales. Las estalactitas, ch’ak xix,
son las diversas imágenes que el autor ana- son como racimos de agua que caen gota
liza en las que muestra cómo el inframundo a gota, líquido virgen, especial para ritua-

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les; quizá, según el autor, sean las que se plos de nueve niveles que representarían
representan en la criatura de la tierra como los estratos del mundo inferior invertidos,
sus grandes colmillos, en tanto que el glifo ejemplificado esto con el Templo de las
kawak sería la forma gráfica de mostrarlo. Inscripciones de Palenque y el Templo I de
Romero estudia los rituales que se cele- Tikal. Dentro de cada uno de estos edifi-
braban al interior de las cuevas, donde se cios se encontró una cripta funeraria, por
han encontrado restos de copal, a través lo que fueron un lugar de regeneración del
del cual los hombres esperaban comunicar- gobernante, igual que sucedía con el ciclo
se con las deidades; agrega que resguarda- del maíz; las fachadas zoomorfas, reitero,
ban restos arqueológicos, huesos infantiles mal llamadas en el libro “templos mons-
o de tortugas, que debieron vincularse con truo”, propias del Clásico en Río Bec, Che-
la lluvia y la fertilidad. A su vez se localiza- nes y Puuc, fueron otra forma de recrear
ron osamentas de adultos, como un cráneo en la arquitectura las montañas y cuevas,
en una vasija policroma, que pudieron pro- por eso se decoraban con el Witz, como el
venir de sacrificios; no faltaron los instru- Templo 22 de Copán, lo que lo convierte
mentos musicales, que sugieren una varie- en una montaña sagrada, o el Templo II de
dad de rituales y pequeñas mazorcas. Pero Chicanná, Campeche, cuyas fauces funcio-
lo que más le llama la atención son los su- nan como entradas a la tierra. Estos tem-
gerentes dibujos de Naj Tunich, Guatemala, plos fueron usados principalmente para ri-
fechados para el siglo viii. Se observan re- tuales de iniciación, porque penetrar a este
presentaciones de personajes que peregri- recinto significaba ser engullido por “una
naron a las cuevas-santuario, un ritual que cueva viviente abierta en el corazón de la
implica una carga de fuego, escenas de au- montaña” y después renacer con un estado
tosacrificio, ofrendas de semen, ceremonias anímico superior. Le preguntaría al autor si
que posiblemente fueron llevadas a cabo al no hubiera sido mejor considerar a estos
final de un k’atun y que se vinculaban con templos dentro del apartado de las cuevas
la continuidad de la dinastía. En un apar- artificiales ya citadas.
tado cita las cuevas artificiales construidas Otra forma de introducirse al inframun-
durante el periodo Clásico que, al tratar de do son los laberintos, como el Satunsat
reconstruir el lugar de los orígenes, se po- de Oxkintok, “el perdedero”; quien pene-
dían cavar en las montañas. tra en ellos tiene una marcha difícil, con
Por supuesto, Romero no omite los ce- obstáculos que se interponen a su paso,
notes como un umbral más al inframundo; una oscuridad completa, conformando una
algunos de ellos se consideraron sagrados, verdadera prueba iniciática de valor. Si la
como el de Chichén Itzá, donde se sacrifica- persona sale con éxito, supera su iniciación
ban generalmente niños al dios de la lluvia, y renace como un ser superior. A su vez,
y a su vez funcionaban como oráculos. La- pudieron funcionar como oráculos, para
gos y volcanes, asimismo, constituían una entrar en contacto con los dioses o ante-
entrada a ese ámbito de naturaleza acuáti- pasados. El juego de pelota es otra entrada
ca. Para terminar este capítulo, menciona a al inframundo, su forma arquitectónica es
los hormigueros como un ingreso más. una apertura en la tierra, un portal a otro
Y así llegamos al capítulo V, en donde mundo, por ello era el lugar por el que
Romero analiza el inframundo a través de quien que fallecía “entraba en el camino”,
construcciones simbólicas, como los tem- och b’ih.

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El Witz, la Montaña Sagrada, es uno de para defenderse de sus enemigos y no eran
los elementos simbólicos a los que el autor propiamente agresivos.
otorga mayor relevancia. Uno de los más En los códices del Posclásico es más fácil
antiguos es el esculpido en Holmul, en el distinguir al dios de la muerte, designado
Petén, Guatemala, fechado para el 350 a.C.; por Schellhas con la letra “A”: presenta el
aparece también en el Mural de San Barto- cráneo expuesto, es la encarnación física
lo, “La Montaña de la Flor”, como un espa- de la muerte y posee un aspecto femeni-
cio de fertilidad, y en la Estructura I de Ba- no, un andrógino, símbolo de lo completo;
lakmú, Campeche, donde el gran mascarón también está el dios “Q”, quien tiene un co-
lleva el glifo de kawak, que constituye una llar de ojos humanos. A su vez tenemos al
abstracción simbólica de una cueva con las enigmático Ahkan, el dios “A’”, quien figura
estalactitas en forma de racimo de uvas, y desde las vasijas del Clásico como wahyis y
que aparece en un sinnúmero de imágenes. se vincula con la embriaguez ritual, la au-
Imposible referirse a todos sus ejemplos, todecapitación y el lanzamiento de piedras,
pero quisiera agregar el detalle del Tablero entre otras funciones. Éste lleva el jeroglífi-
del Templo de la Cruz Foliada que represen- co de ahk’ab, “oscuridad”, en la frente y un
ta un enorme mascarón vegetal que tiene el collar similar al del dios A, con el glifo de
jeroglífico ahk’ab, “oscuridad”, lugar fértil y muerte, kimí.
húmedo, con las corrientes acuáticas que Otro grupo de dioses que cita el autor
corren bajo tierra. son los que llama ctónicos, como el dios
Pero ¿quiénes habitan en el inframun- L, el N y el del maíz, a su decir, difícil de
do? En el capítulo VI, Romero presenta caracterizar. El L es un anciano decadente,
una síntesis de ellos, seres vinculados con símbolo del caos precósmico, que, según
la muerte y con la vida. Está por supuesto Romero, quizá represente a Venus, tal vez
el dios de la muerte, una de las deidades llamado Uhxlaju’n Chanal Kuy, “Búho de los
que más nombres recibe en las fuentes co- trece cielos”. El dios N es un anciano con
loniales, como Kisín, “El flatulento”. En las una red y con frecuencia emerge de un ca-
vasijas del periodo Clásico, los mayas pin- racol o de una tortuga, se le relaciona con
taron otros seres descarnados o con man- el mundo inferior acuático y la regenera-
chas de putrefacción, pero no todos eran ción vegetal, es lo ancestral, y representa
propiamente dioses, la mayoría eran wahy, las fuerzas supranaturales de conservación.
una de las entidades anímicas en las que se Por su parte, el del maíz, joven dios respon-
podían transformar algunos seres humanos sable del crecimiento de la mazorca, quien
especiales y que, según señala el autor, pro- se cree habitaba en el exuberante Witz, es
vocan el fin de la existencia a través de en- una deidad fácil de distinguir, sobre todo
fermedades, reciben el cuerpo corrupto de por su cabeza elongada y con tonsura, imi-
las víctimas de sacrificio y se alimentan de los tando la planta del maíz. Algunos investiga-
despojos humanos. El tema de los wahyis dores han leído su nombre como Hun Nal Ye
ha sido muy estudiado, y el autor intenta o Juun Ixiim. Otro más es Chaahk, “Rayo”,
presentar una síntesis de aquellos vincula- asociado a los fenómenos atmosféricos,
dos directamente con las enfermedades y deidad relevante cuyo espacio, propongo,
la muerte, discutiendo si eran dioses o solo era también el Witz, y estaba fuertemen-
seres sobrenaturales. Algunos de estos se- te ligado a los reptiles; en las vasijas del
res eran gobernantes que se transformaban Clásico puede llevar un collar de ojos de

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muerte, un dije con la imagen de la vasija ciélago, el búho, el ciempiés, los insectos o
ahk’ab, “oscuridad”, distintivo de los seres el perro, y aclara el porqué de su estancia
del inframundo, un hacha serpentina en una en el inframundo. Ahora bien, ¿cuál es la
mano y un hacha votiva en la otra; en los función de tales seres? Según nos indica el
códices del Posclásico se le reconoce como autor, causan la muerte, ejecutan sacrificios
el dios B, el de la lluvia. Por otro lado, está sangrientos, envían enfermedades y reciben
K’awiil, otra relevante divinidad de edad a los que fallecen.
madura, nariz alargada y frente prominente El autor concluye que, si bien el infra-
con un signo de espejo, una de sus piernas mundo es un espacio donde residen los
puede convertirse en serpiente, a través de seres más alucinantes, dioses envejecidos
la cual se conjuran a otras deidades o a los y otras entidades productoras de enferme-
ancestros; sus vínculos son diversos, sobre dad y de muerte, también es un lugar fecundo
todo con el rayo y el fuego, y por supues- y húmedo, como el vientre femenino, que
to con los gobernantes, pues se represen- visitan dioses de la fertilidad, el comple-
ta en su cetro maniquí; en dicho apartado mento dialéctico de las fuerzas vitales del
hubiera sido conveniente mencionar al dios cosmos. El libro, al recurrir a una gran can-
GIII, a quien cita más adelante, pero sólo tidad de materiales, ofrece de forma resu-
acentuando su aspecto de jaguar; éste era mida un espacio aparentemente muy lejano
el Sol nocturno y se identifica como una al hombre, pero más cercano que el cielo.
deidad del fuego del interior de la tierra.
Por último, enlista otros seres, entre ellos, Martha Ilia Nájera C.
ya mencionados, están los wahyis, que en Centro de Estudios Mayas,
su mayoría son animales con hábitos noc- Instituto de Investigaciones Filológicas,
turnos, como el jaguar, la serpiente, el mur- Universidad Nacional Autónoma de México

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